mitos de paijan

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LAS CUATRO MARIAS DE PAIJAN La noche del 25 de octubre de 1950, una noticia revolucionó el apacible pueblo trujillano de Paiján: Marina Mendoza, esposa de Julio Tapia, dio a luz cuatro hermosas niñas a las que bautizó con los nombres de María Rosa, María Julia, María Elena y María Margarita. Nacieron de parto normal y, como se decía en la época, “de puro macho”, sin cesárea, pero con la atención de una reconocida partera de la zona: doña Asunción Grados. Marina tenía 25 años y, al igual que toda muchacha provinciana de entonces, dedicaba sus cuidados a su esposo y su pequeño rancho. Nunca pensó que tras la primera criatura saldría otra... y otra... y otra. “Me cogía el vientre para ver si había algún bebé más; luego de la cuarta, me desmayé”, recuerda medio siglo después. Como no podía ser de otra manera, se armó gran jarana en el pueblo al igual que si fuera la fiesta patronal. Pronto, la noticia llegó a Lima y los directivos de un canal de televisión las trajeron a la capital para redondear la información. Hasta el cómico Tulio Loza se prestó para apadrinarlas en público. Julio Tapia encontró trabajo como cartero en Lima y se quedaron para probar suerte. Lamentablemente, al poco tiempo moriría atropellado dejando a Marina sola y a cargo de las cuatro pequeñas. Pese a todo, se abrió paso como lavandera y hoy en día se engríe con sus nietos y bisnietos, quienes alegran su vida. El ex Presidente del Perú Don Manuel Apolinario Odría , envío un helicóptero de las fuerzas armadas el mismo que la recogió para llevarlas a Lima, en una pampa donde ahora está construido el colegio nacional mixto Leoncio Prado . Su nacimiento sirvió de inspiración para la Vitivinícola el Tambo la primera industria de piscos y Vinos del

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Page 1: Mitos de Paijan

LAS CUATRO MARIAS DE PAIJAN

La noche del 25 de octubre de 1950, una noticia revolucionó el apacible pueblo trujillano de Paiján: Marina Mendoza, esposa de Julio Tapia, dio a luz cuatro hermosas niñas a las que bautizó con los nombres de María Rosa, María Julia, María Elena y María Margarita.Nacieron de parto normal y, como se decía en la época, “de puro macho”, sin cesárea, pero con la atención de una reconocida partera de la zona: doña Asunción Grados. Marina tenía 25 años y, al igual que toda muchacha provinciana de entonces, dedicaba sus cuidados a su esposo y su pequeño rancho.Nunca pensó que tras la primera criatura saldría otra... y otra... y otra. “Me cogía el vientre para ver si había algún bebé más; luego de la cuarta, me desmayé”, recuerda medio siglo después.Como no podía ser de otra manera, se armó gran jarana en el pueblo al igual que si fuera la fiesta patronal. Pronto, la noticia llegó a Lima y los directivos de un canal de televisión las trajeron a la capital para redondear la información. Hasta el cómico Tulio Loza se prestó para apadrinarlas en público.Julio Tapia encontró trabajo como cartero en Lima y se quedaron para probar suerte. Lamentablemente, al poco tiempo moriría atropellado dejando a Marina sola y a cargo de las cuatro pequeñas. Pese a todo, se abrió paso como lavandera y hoy en día se engríe con sus nietos y bisnietos, quienes alegran su vida.

El ex Presidente del Perú Don Manuel Apolinario Odría , envío un helicóptero de las fuerzas armadas el mismo que la recogió para llevarlas a Lima, en una pampa donde ahora está construido el colegio nacional mixto Leoncio Prado .

Su nacimiento sirvió de inspiración para la Vitivinícola el Tambo la primera industria de piscos y Vinos del departamento la Libertad pusiera en el mercado Nacional e internacional sus excelentes vinos y piscos las 4 marías. Vino que fue apreciado en diferentes partes del mundo, incluyendo el exigente mercado Europeo.

Page 2: Mitos de Paijan

LA CHANCHA EN CADENADA

Se trata de un mito de Paiján. La Chancha con cadenas aparece por las noches y se desliza utilizando las calles de la parte alta del distrito de Paiján. Con sus cadenas, genera un maligno ruido que es insoportable para aquellos que tienen la desventura de escucharlo

“EL POZO DE DON JUAN”

En Paiján vivia un señor Juan Luna Victoria quien en una noche que retornaba a sus fundos a los lejos diviso un objeto brillante, la curiosidad hizo que se acercara y vió un becerro de oro que se alejaba y al llegar a las faldas del cerro se hundió en la tierra, con el fin de regresar puso señas, al día siguiente con sus peones en el lugar indicado hizo una excabación profunda lo cual fue en vano, pues el pozo hasta hoy existe.

Page 3: Mitos de Paijan

“EL TESORO DE PAIJAN”

La familia Lizarzaburu afincada en Trujillo pasaba por aprietos económicos comentandolo ello a su compadre un indio que vivia en Paiján, dicen los relatos que el indio compadecido le ofreció ayuda con el préstamo de Barras de Oro, con la promesa que lo llevaría a Lizarzaburu en lomo de bestia con los ojos vendados a su escondite para que conozca el lugar, teniendo otro de sus compromisos el de no indicar quien le había dado, por que de lo contrario moriría, Lizarzaburu comenzó a demostrar sus nuevos signos de riquezas por lo que la polícia lo tomó prisionero, al hacerlo declarar dijo: que le había entregado las barras de oro, al dirigirse a la polícia a Paiján con el inculpado y al llegar a la casa del compadre encontraron que este había muerto y lo estaban ya velando.