misterios de cristo y de maría

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MISTERIOS DE CRISTO Y DE MARÍA Mira y escucha con amor Darío López

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Page 1: Misterios de Cristo y de María

MISTERIOS DE

CRISTO Y DE

MARÍA Mira y escucha con amor

Darío López

Page 2: Misterios de Cristo y de María

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Page 3: Misterios de Cristo y de María

3

INTRODUCCIÓN

Son muchos los libros que presentan el sentido literal y

espiritual del Evangelio a la meditación religiosa del

creyente. Esta oración reflexivo-afectiva ilumina y

dinamiza sólidamente la vida del cristiano, ya que éste no

tiene otro fundamento para su existencia que la Palabra de

Dios, encarnada en la persona, el mensaje y la vida de Jesús.

Mas el propósito del que ora y del que le propone "modo y

orden para meditar o contemplar" [2], no puede quedarse

aquí. Tiene que preparar el camino para una oración más

simplificada y honda, en la que es Dios el que ilumina "los

ojos del corazón" (Ef 1,18), "abre los ojos" (Lc 24, 31) del

creyente para que conozca internamente y experimente

sabrosamente al Señor. "Porque no el mucho saber harta y

satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas

internamente" [2]. Es lo que busco al proponer estos

misterios en forma de leves pinceladas y de indicaciones

sugerentes, que ayuden a disponerse para la contemplación,

tal como la describe San Ignacio de Loyola en sus

"Ejercicios Espirituales", SL partir del misterio de la

Encarnación [101-109].

Esta contemplación ignaciana ni es necesariamente de

naturaleza mística, ni se reduce al mero ejercicio evocador

o creativo de una rica imaginación. Este ejercicio de oración

se apoya en la "historia de la cosa que tengo de contemplar"

[102], en "el fundamento verdadero de la historia" [2], sin

concesiones a una fantasía exuberante, aunque con su-

ficiente libertad para reconstrucciones elementales que

favorezcan la devoción personal [47, 112]. Se trata, en esta

contemplación, de hacerme afectivamente presente al

Misterio salvífico de Cristo, que se refracta en cada uno de

Page 4: Misterios de Cristo y de María

4

los hechos que, a impulso del Espíritu Santo, El vivió con

amor obediente al Padre y amor inmolado a los hombres.

Cristo me tuvo muy presente en cada uno de sus misterios.

Yo puedo y debo decir con San Pablo: "Vivo creyendo en

el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí" (Ga 2, 20;

cf. Ef 5, 2). Por la fe, soy "contemporáneo de Jesús"

(KIERKEGAARD).

Al hacerse hombre, Jesucristo se autolimitó en el tiempo

y en el espacio, en sus condiciones y estado de vida. Pero Él

quiere prolongar y actualizar su vida en mí, miembro de su

Cuerpo Místico. Yo soy un capítulo inédito de la biografía

de Jesús; y estoy llamado a hacerlo presente en cada una de

las circunstancias, personales y sociales, de mi vida

irrepetible. Y esto lo haré no por simple mimetismo, es

decir, por la imitación externa de sus comportamientos y

gestos; sino por la asimilación vital de las gracias que Él me

mereció en cada uno de sus misterios vivificantes y que, por

medio de su Espíritu, me comunica no sólo en sus

sacramentos, sino en todos mis encuentros con Él por la fe,

la esperanza y la caridad.

Momento privilegiado para ese contacto interpersonal,

para esa comunión configuradora, para esa transfusión de

vida eterna, es la oración. Sobre todo, la contemplativa, que

convierte en acontecimiento salvífico personal, lo que hasta

entonces era para mí sólo historia general de la salvación.

La contemplación, cuando es lograda, desemboca en un

"conocimiento interno del Señor..., para que más le ame y

le siga" [104], en un nutritivo y transformador "sentir y

gustar de las cosas internamente" [2], en una vivencia

profunda de "los sentimientos que corresponden a quienes

están unidos a Cristo Jesús" (Flp 2, 5). La "contemplación",

a diferencia de la simple meditación, no habla al hombre por

Page 5: Misterios de Cristo y de María

5

conceptos, sino por connaturalidad sobrenatural, por

sintonía vital y cordial, por trasvase espontáneo de

sentimientos íntimos y de actitudes profundas.

Uno puede disponerse a la contemplación, siguiendo el

sencillo esquema de San Ignacio -"ver las personas, oír lo

que dicen, mirar lo que hacen" [106-108]-, ayudado quizás

por unas breves indicaciones iniciales, como las que ofrezco

en este libro. Pero todo esto no es sino un intento de

aproximación al Misterio, de exposición y apertura a la

acción gratuita de Dios. Porque la contemplación no se hace

a base de esfuerzo humano, sino que se recibe

graciosamente en libertad. Cuando el Señor se me haga así

cercano, debo dejarme trabajar e inundar por Él con esa paz

y alegría, que es el lenguaje de un Dios amigo y consolador

[224, 316]. Y todo esto, en silencio adorante y acogedor, en

respuesta sincera y agradecida, sin pretender dirigir yo la

contemplación por caminos preestablecidos o caprichosos;

sin obstaculizarla con actos superfluos de entendimiento o

voluntad; sin ahogarla con un soliloquio estéril o con un

monólogo a dos voces.

Así se comprende la necesidad o la conveniencia, según

los casos:

- de comenzar la oración haciéndome presente a Dios

siempre presente [75] y de mantener siempre viva y

reverente esa conciencia de su presencia, suplicada y

acogida;

- de pedir gracia para que, en todo mi proceder en la

oración, busque sólo el "servicio y alabanza de su divina

majestad" [46];

- de componer imaginativamente el marco [47] en el que

voy a situar a los protagonistas del Misterio, para llegar con

mayor realismo y eficacia a sus actitudes vitales más

Page 6: Misterios de Cristo y de María

6

profundas, captadas a través de su presencia y gestos,

palabras y silencios, acciones y pasiones;

- de "demandar a Dios nuestro Señor lo que quiero y

deseo" [48, 104];

- de hacer pausa asimilativa allí donde Dios se me

comunique [76, 227, 254];

- de "reflectir para sacar provecho" [106]: no se trata aquí

de una mera reflexión intelectual sobre el ejemplo

contemplado, para deducir de él actitudes y propósitos

concretos; sino de proyectar la luz del misterio sobre mi

disposición personal, dejándome traspasar e interpelar por

él, para así implicarme en él e irradiarlo en toda mi vida; se

trata también de preguntarme -como en toda lectura

espiritual de la Palabra de Dios- qué es lo que Dios quiere

manifestarme, darme y pedirme;

- de insistir en los coloquios oportunos, sobre todo al final

de la oración [53, 54].

Quiero recalcar la importancia singular que tienen el

examen del ejercicio oracional [77], y la repetición y la

aplicación de sentidos sobre la contemplación ya realizada

[118-126]:

El examen de la oración no es una simple evaluación

moral de mi conducta en la oración, de mi fidelidad a las

adiciones [73-90]. Consiste en examinar, en diálogo con

Dios, "cómo me ha ido en la contemplación o meditación"

[77]. Si "me ha ido bien", es decir, si Dios se me ha

comunicado concediéndome la gracia demandada [48,104]

u otra gracia, se la agradeceré y procuraré hacerla

fructificar. Si "me ha ido mal, miraré la causa" y, si me veo

culpable, me arrepentiré y procuraré enmendarme [77]. Este

examen bien hecho es una escuela práctica de oración y de

discernimiento espiritual.

Page 7: Misterios de Cristo y de María

7

La repetición ignaciana [62,118] es un ejercicio de

oración, en el que se evocan reposadamente los

sentimientos anteriores de consolación y desolación, para

discernirlos con cierta perspectiva e interiorizar las gracias

de Dios que me ha visitado y se me ha entrañado. Es,

inicialmente, la técnica de la "pausa" o parada, hecha

método, para que, bajo el influjo de la gracia contemplativa:

los principios sobrenaturales se encarnen en mi vida

emotiva; y se sedimenten las luces y mociones en mi

espíritu, para así ser impregnado más profundamente del

conocimiento interno de Cristo [104], que es el fruto último

de toda contemplación.

La aplicación de los cinco sentidos es un ejercicio de

oración, en el que se aplican los sentidos interiores a las

personas centrales y a las circunstancias personales de la

escena evangélica: ver, oír, oler y gustar, tocar [121-125].

Este ejercicio, sensible-espiritual al menos en sus

comienzos, conduce, sin violencia, a una percepción cada

vez más simplificada e intensa del misterio. El sentido

preciso de esos inconcretos "cinco sentidos de la

imaginación" dependerá de la gracia de Dios y de la

colaboración del hombre: podrán ser o meros sentidos

imaginarios o sentidos espirituales o sentidos místicos. Esta

forma de oración acaba en reverencia y adoración

transformantes, porque las personas así contempladas se me

hacen muy íntimas y amigables.

Las introducciones a algunos misterios, lo mismo que ciertas

aclaraciones geográficas o exegéticas, van en un recuadro y

con letra más pequeña.

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Y, sin más, paso a exponer una selección, abundante y

orientadora, de "100 MISTERIOS DE CRISTO Y DE MARÍA",

siguiendo un orden expositivo razonable y, ocasionalmente,

reuniendo varios episodios afines o dividiendo los más

amplios. Aunque sólo al principio desarrollo el proceso de

mirar y escuchar con amor, siempre lo doy por supuesto.

Con la lectura orante, previa y reposada, de las reflexiones,

tengo que disponerme activamente, para que Dios me

levante, si esa es su voluntad, a la contemplación amorosa

del Misterio.

Page 9: Misterios de Cristo y de María

9

I. INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESÚS

El género literario de los dos evangelios de la Infancia

(Mt-Lc) se caracteriza por estas notas:

1.a son narraciones sustancialmente históricas

(procedentes de tradiciones diversas; muchas de ellas,

originalmente, de María);

2.a construidas de un modo artístico (con selección

cuidada de materiales y construcción de cuadros paralelos);

3.allenas de alusiones bíblicas, que desvelan su sentido

profundo implícito. En todo caso, no es un interés

puramente biográfico o anecdótico, sino catequético y

dogmático, el que mueve a los evangelistas a reconstruir,

con memoria histórica y creyente, la Infancia de Jesús.

Toda la actividad profética y taumatúrgica de Jesús

enfrenta a sus oyentes con tres cuestiones fundamentales:

su persona, su origen y su destino (Jn 4,14—28). También,

los dos evangelios de la Infancia proponen, implícitamente,

esas tres cuestiones a sus lectores.

Mensaje del Evangelio de la Infancia:

1. º Jesús tiene una preparación histórica y un origen

trascendente;

2. º supremacía de su persona;

3. ° anticipo del misterio pascual (humillación y

gloria);

4. ° alcance universal de su venida;

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5. º valor cristológico y soteriológico (no sólo se ponen

las bases de nuestra redención, sino que ésta se inaugura ya);

6. º las dos indicaciones sobre la actitud meditativa de

María son una invitación a buscar en ella y a contemplar con

ella estos misterios.

1. El anuncio a María (Lc 1, 26-38)

Nazaret... Aldea de la baja Galilea, distante 157 kilómetros

de Jerusalén. A 5 kilómetros al noroeste de Nazaret, se

encuentra la gran ciudad de Séforis, reconstruida por Herodes

Antipas y convertida en capital de Galilea y Perea hasta el año

18/19, en que se traslada a Tiberíades. El pueblecito de Nazaret

está enclavado en un pequeño y fértil valle, dentro de un

anfiteatro de colinas más altas, desde las que se pueden

contemplar extensas y bellas panorámicas.

Composición de lugar: Para la oración, me sitúo

imaginativamente en la pequeña colina sobre la que estuvo

asentada la antigua aldea, de sólo unos 200 por 150 metros de

superficie. La recorro con reverencia y cariño. Examino sus

viviendas, más dormitorio que morada. La mayoría de ellas,

donde el declive y el tipo de roca lo permite, están formadas por

una cueva natural, un poco retocada, y un muro que la cierra y

forma como una segunda habitación, con su puerta y una pe-

queña ventana. En estas casas se ora y se duerme sobre las

esteras de esparto; en las noches frías, cada uno se abriga con

su manto. Los animales, propiedad de la familia, se estabulan

al fondo de la cueva. Algunas de las casas están abiertas sobre

un pequeño patio, común para varios vecinos, en el que juegan

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los niños, trabajan los hombres, cocinan y tejen las mujeres, se

charla y descansa, se reza y canta.

Una advertencia preliminar importante: Todo judío, desde

muy niño, aprende a estimar y amar la Escritura, Palabra de

Dios a su Pueblo Israel. Es su único libro de piedad y de estudio.

La escucha y lee, la memoriza y ora. Especialmente, en la

sinagoga. Esta indicación nos ayudará a vislumbrar la

sensibilidad especial de María, José y Jesús hacia la Palabra

de Dios.

-. ¡Aquí está! ¡Ésta es la casa de María! Me presento, ella

me invita a pasar, entro con emoción y respeto. No hay otra

luz que la que entra por su estrecha puerta y por un

ventanuco alargado. No veo otro mobiliario que una sencilla

arca. En un rincón está el hornillo de barro. Las ollas y la

lamparita de aceite cuelgan de unos clavos. Medio

empotradas en la pared se guardan las tinajas con aceite,

trigo y frutos secos, y el cántaro con agua. Todo muy

humilde, limpio y ordenado.

* María... La contemplo en su oración, en su trabajo, en

sus relaciones de familia y vecindad... Tiene unos 13 ó 14

años. Es esbelta, con una belleza natural y recatada, que se

irradia desde el interior. Muchacha sencilla, pero no vulgar;

singular, mas no rara. Profundamente inteligente y sensible.

Alegre, con una sonrisa abierta o sólo insinuada. Todos la

respetan, aunque nadie sospecha su secreto profundo.

Porque esta mujer, insignificante para el mundo, está llena

de Dios, que siempre la ha prevenido con su gracia

sobreabundante, singular; y la rige por su Espíritu, que le

va marcando sus caminos y sus pasos. Con fe iluminada y

deseo ardiente, María escucha, retiene, relaciona, asimila y

ora la Escritura. María resulta un enigma para sí e ignora el

destino concreto de su vida. Ella experimenta que Dios la

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mira, ama y bendice. Ella sabe que sólo puede vivir para Él;

y que en su corazón bulle, con fuerza y sin cesar, un ansia

creciente de la venida del Mesías: "¡Ven y no tardes!". Ella

es la mujer que sólo mira a Dios, que lo busca y halla en

todas las cosas.

-. María, se amolda, sin violencia, a esta vida pueblerina;

aunque no pueda compartir algunos criterios y

comportamientos de sus gentes. En un entorno tan vulgar,

¿cómo se compagina tanta riqueza interior con tanta

sencillez externa? ¿Cómo nadie atisba, al menos, algún

reflejo de esta grandeza? Aunque "virgen" consagrada a

Dios, está "desposada con un hombre llamado José, de la

estirpe de David". ¿Tiene sentido esta aparente doble

pertenencia, con sus exigencias de amor total, exclusivo y

perpetuo"? Yo la miro con cariño respetuoso y no me canso

de mirarla en silencio. Sus ojos grandes brillan con luz de

eternidad; y en su corazón, como en lago cristalino, Dios se

refleja. Yo le pido a Jesús sus ojos y su corazón para

anegarme en este misterio.

Inopinadamente, Dios irrumpe en la tierra, por medio de

su ángel. Escucho el saludo de Gabriel: "Alégrate, la llena

de gracia, el Señor está contigo". Observo la turbación

humilde de María, que no acaba de entender saludo tan

nuevo y elogioso: ¿ella, la siempre y toda agraciada y

asistida del Señor? Escucho el mensaje del ángel, en el que

le anuncia el propósito de Dios de hacerla Madre del Mesías

davídico. Oigo la discreta pregunta de María, que inquiere

cómo debe comportarse para responder a esa doble voluntad

de Dios: virgen del Señor y madre del Mesías. María no

puede ni quiere conocer maritalmente varón, porque ella,

por vocación divina, desde siempre y para siempre sólo

conoce virginalmente a Dios. Escucho la aclaración del

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ángel, que tranquiliza la humildad de María y conforta su

espíritu, y que le explica cómo el Espíritu creador

descenderá sobre ella -Arca de la Nueva Alianza-, para que,

sin la intervención natural del varón, conciba y engendre al

mismo Hijo de Dios. Para Dios "nada hay imposible": ni

hacer maritalmente fecundo el seno de una anciana y estéril

como Isabel, ni hacer florecer divinamente el vientre de una

virgen. Dios se complace en elegir lo pequeño, para realizar

lo grande (2Co 12,10). El conocimiento inicial que, en fe,

tiene María del Misterio de Jesús, Mesías e Hijo de Dios, se

irá haciendo cada día más claro y profundo; y la

resurrección de Jesús lo iluminará con una luz nueva.

Una aclaración: El amor de María y José, verdaderos

esposos, no es marital y, como tal, afectivamente divisorio y

completivo. Es un amor virginal de dos corazones, plenificados

por Dios para converger misteriosamente en Jesús, Hijo de

Dios e Hijo de María, la esposa de José. Con ellos amanece

sobre la tierra la virginidad cristiana.

-. Sólo falta la aceptación explícita de María. Dios y el

universo están expectantes. La respuesta de María estaba ya

dada en su corazón, desde el primer momento: "¿ Cómo

será esto... ? Pero ahora brota de sus labios, con palabras de

obediencia humilde y deseosa: "Aquí está la esclava del

Señor. Que me suceda según dices". La historia de la

salvación comienza con la obediencia de Abraham (Gn

12,1-4). Previa la aceptación obediente de María, Jesús

entra en el mundo con un acto de obediencia (Hb 10,5-7); y

sale de él con otro acto de obediencia. El hombre sólo puede

ser salvado por su obediencia (Mt 7, 21), injertada en la de

Cristo.

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-. "Yel ángel la dejó". Porque sólo Dios puede realizar lo

que su mensajero ha anunciado. María siente que su alma se

dilata y colma, y queda envuelta en la gloria de Dios.

Mientras rezuma embriagador, de su corazón a sus labios,

un Nombre y un deseo: "¡Ven, Señor Jesús!" (Ap 22, 20).

Y yo adoro a este Dios, Hijo de Dios e Hijo de María. Beso

el suelo de esta cueva, y miro a esta joven Madre, sintonizo

con el Hijo a través de la Madre, y guardo silencio...

2. La Encarnación del Verbo (Jn 1, 1-18)

"Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su

propio Hijo, nacido de mujer, nacido bajo el régimen de la Ley,

para liberarnos de la sujeción a la Ley y hacer que

recibiéramos la condición de hijos adoptivos de Dios" (Ga

4,4).

Esa "plenitud de los tiempos" es: coronamiento de una larga

historia de preparación y promesa, principio de algo

esencialmente nuevo, inauguración de la etapa última y

definitiva de salvación. La iniciativa del Padre (origen primero

y absoluto del Hijo y del Espíritu Santo y de sus misiones o

envíos respectivos) es: libre, gratuita (esencialmente

inmerecida e históricamente desmerecida) y amorosa. El signo

del envío del Hijo por el Padre es la maternidad virginal de

María, acogida voluntariamente por María y José. La actitud

filial de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, es: receptiva Él

mismo confiesa reiteradamente que todo lo que es y tiene lo está

recibiendo del Padre), respetuosa (en toda su vida: oración,

agonía...), obediente hasta la muerte, confiada y amorosa.

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15

Petición:

"Conocimiento interno del Señor,

que por mí se ha hecho hombre,

para que más le ame y le siga" [104].

-. "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". "El

Verbo": la Palabra creadora, la Sabiduría ordenadora, la Luz

y la Vida; el Hijo de Dios, el Señor, el Santo, el Eterno, el

Omnipotente, el Omnisciente, el Omnipresente, el Creador;

el Rey del universo, la Cabeza de ángeles y hombres, el

Dios de la Alianza, el Salvador... Éste es el que se hace

hombre pasible y mortal, en el seno virginal y con el

consentimiento pleno de esta joven nazarena; y el que se

somete al proceso ordinario de desarrollo de todo hombre.

El Inmenso se reduce a límites tan angostos, el Eterno se

confina en el tiempo, Dios se hace uno de nosotros. Dime,

María, ¿cómo fue esa nueva y especial oleada de Dios en

ti?, ¿cómo fue ese primer aroma de Jesús, que desde

entonces impregnó todo tu ser y se desprendía de ti?

-. Señor Jesús, desde tu feliz y compartida eternidad, tú

sabes cuál va a ser la respuesta ingrata del hombre, hecho a

tu "imagen y semejanza", creado y redimido por ti. ¿Por

qué, entonces, te embarcas en esta aventura, si ves con

nitidez la Cruz en el término de tu vida? A través de la fe Tú

me respondes: "¡Porque quiero y porque os quiero! ¡Porque

soy el Amor, el Don total, el Dios-con-vosotros-para-

salvaros!".

-. Y tú, María, ¿qué sientes al saberte Madre del Hijo de

Dios? ¿Qué dones recibiste del que es "el lleno de gracia y

de verdad", tú, "la llena de gracia", la Hija predilecta del

Padre, la Madre santa y virginal del Hijo, la Esposa fiel y

Sagrario precioso del Espíritu Santo? Cuando apareciste en

Page 16: Misterios de Cristo y de María

16

nuestro mundo, como aurora de la Vida, comenzó ya para

él la transfiguración prometida. Pero ahora has sido hecha

la Nueva Arca del Señor, el Cielo de Dios en la tierra, el

lugar insustituible de nuestro encuentro con Cristo.

-. Con la Elevación de la SANTA ISABEL DE DA SANTÍ-

SIMA TRINIDAD, quiero renovar mi entrega al Padre, por el

Hijo, en el Espíritu Santo, en unión contigo, Madre de

Cristo y Madre mía:

"¡Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayúdame a

olvidarme totalmente de mí, para establecerme en ti,

inmóvil y tranquilo, como si mi alma estuviera ya en la

eternidad... ¡Oh mi Cristo amado...! Te pido ser revestido

de ti mismo, identificar mi alma con todos los

sentimientos de tu alma... ¡Oh Fuego abrasador, Espíritu

de amor! Ven a mí para que se realice en mi alma como

una encarnación del Verbo. Quiero ser para Él una

humanidad suplementaria, donde renueve todo su

misterio... Y Tú, ¡oh Padre!, protege a tu pobre criatura,

cúbrela con tu sombra, contempla en ella sólo al Amado

en quien has puesto todas tus complacencias. ¡Oh mis

Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza,... Inmensidad donde

me pierdo! Me entrego a ti como presa de tu amor.

Sumérgete en mí para que yo me sumerja en ti, hasta que

vaya a contemplar en tu luz el abismo de tus grandezas."

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17

3. El anuncio a José (Mt 1, 18-25)

Las relaciones sexuales entre "desposados", ya auténticos

esposos, se consideraban en Israel -sobre todo, en Galilea-,

si no ilícitas, sí indecorosas. Así pues, para salvar el decoro

de la Sagrada Familia, y sin forzar los textos evangélicos,

proponemos como probable esta secuencia de los hechos:

1.° Anuncio de la concepción virginal y Nacimiento de

Jesús (Lc 1,26-38; Mt 1, 16.18. 23. 25). Muy poco antes del

día señalado para que José llevara a su casa a María Virgen,

su prometida, el ángel le anuncia a ésta la concepción

virginal y el nacimiento de Jesús; y, tras la aceptación

incondicional de María, ella concibe virginalmente por obra

del Espíritu Santo.

2.° María comunica a su prometido lo que le había

sucedido, y éste la cree. José tenía derecho a saberlo, y

María cumple este su deber. Así parece indicarlo, también,

la partícula “gar” (en Mt 1, 20c), que aquí significaría

"pues, efectivamente", es decir, "como tú bien sabes".

3.° Dudas de José (Mt 1, 19). Éstas se refieren, no a lo que

ha podido hacer María (infidelidad) o a lo que ha podido

sucederle (violación), sino a la postura de José frente al

misterio divino que lo envuelve. Para ser "justo" (y no

simplemente, "bueno": Mt 1, 19) con Dios, con María y el

Niño, él no puede:

a) ni atribuirse, sin más, aquella sobrenatural

paternidad;

b) ni calumniar a María;

Page 18: Misterios de Cristo y de María

18

c) ni descubrir el misterio; así hay que traducir: "no

queriendo descubrirla"; y no: "no queriendo denunciarla",

lo que presupondría la infidelidad de María: Mt 1, 19). Por

ello, decide repudiarla "en secreto", es decir, dejarla libre sin

indicar la causa de esa ruptura tan dolorosa para los dos e

incomprensible para la gente.

4. º El sueño de José y su obediencia a Dios (Mt 1, 20-24).

El ángel le comunica en sueños que Dios le ha asignado un

papel insustituible: a) "recibir a María como esposa suya"; b)

imponer al Niño el nombre de Jesús y, al aceptarlo así

legalmente como hijo suyo, hacerlo "Hijo de David" (en Israel,

los derechos se trasmitían sólo por vía paterna, física o legal);

c) cuidar de la vida y honra del Niño y de la Madre. José

obedece puntual y gozosamente, y recibe a María en su casa...

5. ° Visita de María a Isabel (Lc 1, 30-56)...

6.° Nacimiento virginal del Niño en Belén, e imposición del

nombre de Jesús por parte de José (Mt 1, 25; Lc 2, 1-21)...

-. Ante la concepción milagrosa de María y el silencio de

Dios sobre su misión respecto a su esposa y el Niño, José

se debate en un conflicto religioso-afectivo, que lo sume en

una dolorosa perplejidad. Para ser "justo" con Dios, con

María y con el Niño, ¿qué debe hacer? ¿Recibir a María en

su casa, -que es lo que le pide el corazón-, atribuyéndose la

paternidad de aquel Hijo, o dejar que la familia asista a

María en aquella delicada situación y desaparecer él en

silencio, cargando con el inmenso dolor de la separación y

con la presumible incomprensión y críticas de la gente? Él

no puede apropiarse aquella paternidad; ni puede desvelar

el misterio de María {"no queriendo descubrirla" o

manifestar su secreto). Por ello, decide "dejarla

secretamente", es decir, sin indicar la causa de la separación

Page 19: Misterios de Cristo y de María

19

y de su marcha. Ésta parece ser la solución más justa para

con Dios, menos humillante para María y más dolorosa para

él.

-. Cuando ya ha tomado esta decisión, el ángel le

comunica en sueños que no es impedimento para que lleve

a María a su casa el que el Hijo que ella espera venga del

Espíritu Santo; y que Dios le ha asignado a él un papel

insustituible:

a) "recibir a María como esposa suya";

b) "imponer al Niño el nombre de Jesús";

c) y, al aceptarlo así legalmente como hijo suyo,

concebido dentro de su desposorio con María y nacido

dentro de su matrimonio con ella, hacerlo "Hijo de David"

(en Israel, los derechos se transmitían sólo por vía paterna,

física o legal);

d) y, por último, cuidar de la vida y de la honra del Niño

y de la Madre. José obedece con presteza y gozo, y recibe a

María en su casa.

-. Quiero contemplarte, Señor, y adorar tus misteriosos

designios: tu primer silencio respecto a José acerca de su

misión respecto a Jesús y a María; tu sentido indescifrable

sobre el momento y modo oportunos, las pruebas a que

sometes a tus mejores amigos.

-. Quiero, María, con inmenso y agradecido cariño,

mirarte y oírte en tu diálogo con Dios y con José, tu

prometido.

-. Quiero admirarte, José, "el justo": justo con Dios, a

quien respetas en su obra, sin querer asumir otro papel que

el que Dios quiera asignarte; y justo con María, a quien por

Page 20: Misterios de Cristo y de María

20

nada del mundo quieres, no ya difamar (tú sabes que no hay

motivo alguno), pero ni poner siquiera en evidencia

revelando indiscretamente su misterio. José es el hombre

siempre sumiso a Dios, santo, servicial, silencioso.

-. Admiro vuestra delicadeza, vuestro sufrimiento intenso

y contenido, vuestra obediencia fiel a Dios. Señor, ¡cómo

hiciste crecer en los dos su mutua estima y respeto, su amor

tiernamente virginal, orientado del todo y para siempre

hacia Jesús y su obra!

4. Encuentro de María con Isabel (Lc 1, 39-56)

-. Porque vive María totalmente descentrada de sí y

centrada en Jesús y en su misión salvadora, lejos de

replegarse para saborear su gozo entrañable, fiel al impulso

del Espíritu que la proyecta hacia los demás, "se puso en

camino y se fue de prisa a la montaña " de Judea, para

compartir su alegría con la de su pariente Isabel, y atenderla

en su venturosa e inesperada maternidad... Permíteme,

María, que te acompañe en este tu primer viaje de virgen,

esposa y madre, de portadora y dadora de Cristo; y

acompáñame tú, Virgen-Madre del Camino, en todas las

rutas de mi vida.

-. Isabel, la anciana y estéril florecida, vive en Ain Karin,

en un valle sonriente, a 6 kilómetros de Jerusalén y 163 de

Nazaret. Son unas seis jornadas de viaje, formando parte de

una caravana que marcha hacia el sur. María avanza con su

manto al viento, el saludo y la sonrisa en los labios, las

manos abiertas para el servicio, silenciosa y dialogante,

atenta a lo interior y amando sólo al Amado.

Page 21: Misterios de Cristo y de María

21

-. Fatigada y sudorosa, llega a la casa de Zacarías, a cuya

puerta encuentra radiante a Isabel. La saluda con un jovial

y luminoso "Shalóm!" (¡La paz contigo!). Esa sola palabra,

salida de su corazón cristificado, hace saltar de gozo al

futuro Precursor y "llena de Espíritu Santo" al hijo y a la

madre (Lc 1,15.41). Isabel, a grandes voces, llama

"benditos" a María y a su Hijo; agradece, humildemente

asombrada, la visita de la "madre de mi Señor" y la

proclama "bienaventurada por haber creído". Al oír el

saludo iluminador de María, Isabel interpreta el movimiento

natural del niño en su seno como señal de su gozo ante la

presencia del Mesías. Veo, en María, su gesto de sorpresa y

la cálida alegría de sus ojos. Las dos se funden en un tierno

abrazo; y sus hijos juntan cordialmente sus vidas y destinos

por medio de sus madres.

-. Y brota del corazón de María, "poeta y profeta de la

redención... el himno más fuerte y renovador, que jamás se

ha pronunciado" (PABLO VI, 24-4-1970). Cántico jubiloso

de acción de gracias, con letra del Antiguo Testamento y

música del Nuevo. Himno profundamente subversivo y

pacífico, como el mismo Jesús. En Él glorifica al Señor y se

alegra en Dios, su Salvador, "porque ha mirado la pequeñez

de su sierva": porque ha posado, complacido, su mirada

amorosamente gratuita y creadora sobre su nada original y

nativa, que María gozosamente reconoce, acepta y ofrece,

para que Él se glorifique en ella y por medio de ella.

-. El Poderoso, el Santo y Misericordioso, el Fiel, ha hecho

cosas grandes en ella, en Israel y en los pobres y desvalidos

que confían humildemente en Él; mientras que a los

poderosos soberbios y a los ricos autosuficientes los ha

abandonado a sí mismos.

Page 22: Misterios de Cristo y de María

22

-. María permanece con Isabel "unos tres meses", en

diálogo con Dios y con los hombres, en servicio generoso y

humilde. "Después volvió a su casa", donde comparte con

José esta singular experiencia, tan divina y tan humana.

-. Que María me visite, y que yo busque en ella a Jesús.

Que nunca olvide que ser apóstol como María es dar a

Cristo a quien se posee y darse por Cristo por quien se es

poseído. Para ser María de la Visitación hay que ser antes

María de le Encarnación. ¡Entra en mi casa, María, y hazme

entrar en tu Corazón y en el de tu Hijo! "Que en todos resida

el alma de María, para glorificar al Señor; que en todos esté

el espíritu de María, para alegrarse en Dios" (SAN

AMBROSIO).

5. Nacimiento de Jesús (Lc 2, 1-7)

La escuela francesa de espiritualidad ha destacado los cuatro

abajamientos o humillaciones de todo infante: pequeñez de

cuerpo, indigencia y dependencia de los demás, sumisión e

inutilidad. Estas son, también, los "abajamientos" de este Niño,

que, desde el primer momento de su existencia y antes de toda

actividad, vive totalmente entregado a su Padre, en un servicio

obediente, callado, humillado e inmolado [116]. El Padre

acepta, complacido, la oblación de su Hijo y comienza ya a

glorificarlo (ángeles, pastores, magos). Este Niño, que vamos a

contemplar, desde María y con María, nos invita a seguirle en

su total anonadamiento, superando ahora el escándalo de la

cuna, para poder superar después el escándalo de la cruz. "Quien

quisiere venir conmigo ha de trabajar conmigo, porque,

siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria" [95].

Page 23: Misterios de Cristo y de María

23

La virginidad de María antes del parto está atestiguada por

la Escritura. Su virginidad en el parto y su virginidad después

del parto se hallan confirmadas por la gran Tradición de la

Iglesia, y el Magisterio las propone infaliblemente a la fe de los

fieles.

-. "María, estaba encinta " por obra y gracia del Espíritu

Santo. La humilde esclava ciñe, con abrazo entrañablemente

materno, al Infinito; la virgen, grávida de Dios, lleva en su

seno al que sostiene el Universo. Cuando falta poco para su

alumbramiento, se anuncia el decreto del emperador. María

y José aceptan, en fe, los designios misteriosos de Dios.

Hacen unos sencillos preparativos. José la coloca a lomos

de un borriquillo y, por estrechas y pedregosas veredas, se

dirigen hacia Belén, cuna de David, pequeña aldea de casas

apiñadas sobre un cerro, a unos 8 kilómetros al sur de

Jerusalén y a unos 165 de Nazaret. Permitidme, "mis tres",

que os acompañe y que os atienda como siervo reverente de

amor [114].

-. Al llegar, rendidos, a su meta, comprueban que en la

posada no hay un lugar adecuado para María, en vísperas de

dar a luz. Y se refugian en una cueva cercana, de paredes

ennegrecidas, de suelo sucio y maloliente, con un establo

desvencijado. José adecenta un poco el lugar y enciende un

fuego a la entrada de la cueva... Y yo os contemplo en este

albergue, que para sí y para vosotros ha querido Dios...

-. Y cuando llega el momento, José se retira discretamente.

Muy pronto, María lo llama con voz emocionada y alegre. Sin

dolor y sin desgarro para ella, derramando gozo y santidad,

el Niño acaba de nacer como rayo de sol que atraviesa un

claro cristal, como fruta madura que sin esfuerzo se

desprende del árbol. El asombro y la emoción los

Page 24: Misterios de Cristo y de María

24

embargan. Y el Hijo de Dios comienza a "habitar entre

nosotros" (Jn 1, 14). Nuestros ojos mortales pueden ya ver

en este Niño al Dios a quien "nadie vio jamás" (Jn 1,18).

Con la ayuda amorosa y torpe de José, María seca y faja al

Niño; lo abrazan con devoción y ternura, lo depositan con

mimo en el pesebre y se quedan en adoración silenciosa,

mientras las lágrimas fluyen suavemente de sus ojos

deslumhrados.

TERTULIANO contestó al hereje Marción, escandalizado

por los modestos empadronamientos, los pañales

despreciables y los duros pesebres: "Déjame gozar en la

ignominia de mi Maestro y en el deshonor necesario de

nuestra fe. Yo creo, porque ello es [humanamente] absurdo;

yo estoy cierto, porque [para la sabiduría y fuerza de los

hombres] es imposible". "Yo amo la pobreza porque

Jesucristo la amó" (PASCAL).

El P. LA PUENTE, en sus Meditaciones (II, 19, 3.°), habla

"de cuatro personas que había en Belén": 1) los indiferentes

(oyen, pero no van); 2) los curiosos (van, pero no entienden

y se vuelven); 3) los pastores (van, entienden, ofrecen, se

retiran y hablan del Niño con fe y amor); 4) María y José

(están siempre con Jesús, con fe y amor virginalmente

perfectos). "Es rico quien posee a Dios; pero es mucho más

rico quien sólo posee a Dios" (FÁBER)... ¡Qué ricos sois,

María y José, en esta vuestra soledad virginal, en esta vuestra

pobreza enriquecida!

Page 25: Misterios de Cristo y de María

25

6. Anuncio a los pastores (Lc 2, 8-20)

Era corriente en Palestina que el ganado de pasto estuviera

al aire libre, día y noche, desde la fiesta de la Pascua hasta

el comienzo de los fríos otoñales; y, aun a veces, en el

mismo invierno. Al anochecer, se guardaban los animales

en un redil, como protección contra los ladrones y los

animales de presa. Los pastores se hacían con ramaje unas

chozas para el descanso nocturno y para protegerse de las

inclemencias del tiempo.

El Nacimiento de Jesús fue, primero, acontecimiento;

después, anuncio, creencia, experiencia y testimonio. Este

mismo es el camino de toda fe adulta.

- Cuando Jesús nace, en los campos próximos unos

pastores están velando sus rebaños. La "gloria del Señor"

los envuelve con su luz. Y un ángel, tras pacificarlos, les

anuncia la alegre noticia: "Os ha nacido hoy, en la ciudad

de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor". Para

todos; pero especialmente para ellos, los pobres y

despreciados, que sólo tienen un gran vacío cargado de

esperanza (ICo 1, 28 s). Y les ofrece como señal estos tres

rasgos de pobreza: "Encontraréis un niño envuelto en

pañales y acostado en un pesebre". Y en el cielo resuena

jubiloso el primer villancico, entonado por un nutrido coro

de ángeles, en el que se entrecruzan dos temas para formar

una sola melodía: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la

tierra paz a los hombres que gozan de su amor!"... ¡Cómo

nos desconciertas, Señor, con tu amor gratuito y universal,

con tu forma extraña de glorificarte, con tu humillación en

favor del hombre, con tus preferencias por los pobres y

sencillos!

Page 26: Misterios de Cristo y de María

26

- Los pastores "fueron de prisa y encontraron a María, a

José y al niño acostado en el pesebre". Reconocen y adoran

al Niño, cuentan lo del ángel y se retiran pregonando por

caminos, campos y casas lo que han visto y oído; alabando

a Dios porque también ellos son amados por Dios. Los que

los escuchaban "se quedaban admirados" ante estas

noticias. "María, por su parte, guardaba todos estos

recuerdos y los meditaba en su corazón".

*"Quien busca el buen grano, | lo encuentra en la espiga. | Quien

quiere oro fino, | lo busca en la mina. | Quien quiera a Jesús, |

que busque a María" (JACINTO VERAGUER).

*Quien quiera conocer a Jesús, que acuda al Corazón de María,

archivo viviente de Cristo. Con SAN IGNACIO, te digo: "Madre,

ponme con tu Hijo". Padre, revela en mí, en mi interior, a tu

Hijo (Lc 10, 22; Jn 6, 44; Ga 1,15-16).

7. Circuncisión e imposición del nombre de Jesús (Lc 2,

21; Mt 1,21. 25)

Para los israelitas, la circuncisión tenía un triple efecto:

incorporación al Pueblo de Dios, destinación al culto y

participación en las promesas hechas a Israel. Para Jesús

significa su incorporación al Pueblo de Dios como hijo de

Abrahán y de David, para dar cumplimiento pleno a aquellas

promesas mediante su sangre. Para el cristiano, su circuncisión

espiritual es el Bautismo (Col 2,11s), que lo incorpora a Cristo

en la Iglesia y lo hace partícipe del sacerdocio de Jesús y

coheredero con Él.

-. Pasadas las aglomeraciones del censo, se instalan en

una "casa" (oikía) sencilla, quizás antigua propiedad de la

Page 27: Misterios de Cristo y de María

27

familia de José, a la espera de la Purificación de María y de

la Presentación del Niño en el Templo, que tendrá lugar

cuando transcurran los cuarenta días prescritos después del

parto. Pero antes, debe realizarse el doble rito de la

circuncisión y de la imposición del nombre. Al atardecer del

día séptimo, vienen a su casa unos pocos parientes y amigos,

para, juntos, cantar salmos, comentar la Ley y celebrar a

medianoche una cena frugal. Al amanecer el día octavo,

vuelven los invitados y el experto (mohel) que ha de

practicar la sencilla operación. El mohel dice: "Alabado sea

el que nos santificó y nos ordenó la circuncisión". Y José

prosigue: "Y nos ordenó introducir a este hijo en la alianza

de nuestro padre Abrahán". Y el mohel corta la fina

membrana con un cuchillo de sílex, seca la sangre y aplica

a la herida un ungüento hecho a base de vino, aceite y

comino.

-. ¿Qué tendrá el nombre de Jesús, que, la primera y la

última vez que se pronuncia y escribe (Le 23,42), va teñido

de sangre...? ¿Qué sentisteis al ver correr aquella primera

sangre? Sentimientos, a un tiempo, de dolor y gozo, de

temor y esperanza... Este rito ancestral es señal de la

inserción de Jesús en la descendencia de Abrahán y en el

pueblo de la Alianza, de su sometimiento a la Ley y de su

consagración al culto de Israel; y prefigura "la circuncisión

de Cristo" (Col 2,11), que es el Bautismo. ¡Jesús, nuestro

Dios, el Salvador del mundo, el Hermano universal, es para

siempre judíol

- El mohel le pregunta a José cómo va a llamar al niño; y

él le responde que "Jesús", como se lo había dicho el ángel

a María y a él. Y piensa, quizás, el mohel: "¿No será

pretencioso este nombre, 'Dios-salva', para este niño

forastero, tan pobre y nacido en un establo?". Sin embargo,

Page 28: Misterios de Cristo y de María

28

nunca nadie había llevado ni llevaría jamás este nombre con

tanta verdad. Y cuando José impone el nombre de Jesús al

Niño y lo toma en sus brazos, lo hace hijo suyo según la Ley

y la Promesa; en este caso, "Hijo de David", como estaba

profetizado. Para los judíos, el nombre es la misma persona

en su relación con Dios y la comunidad. ¿A qué os sabe,

María y José, ese nombre, que no dejáis de repetirlo en la

oración, en el trabajo y hasta en sueños? Termina la

ceremonia con un canto de bendición y un sencillo banquete,

en el que se funden la alegría humana y la religiosa... El

nombre de todo bautizado es: "Salvado por Jesús y salvador

con Jesús". En cada acontecimiento de mi vida, Dios me irá

revelando los matices más personales de este mi nombre...

"¡Jesús, sé para mí Jesús y sálvame!".

8. Purificación de María y Presentación del Niño en el

Templo (Lc 2, 22-39)

En Israel, el parto, al igual que otros fenómenos sexuales, "es

considerado como una pérdida de vitalidad para el individuo;

el cual, por medio de ciertos ritos, debe restablecer su integridad

y, con ellos, su unión con Dios, fuente de la vida" (BJ).

+ Purificación de María

-. Aunque el parto de María fue en todo virginal, ella, en

obediencia a Dios, que quiere liberarnos por Cristo de la

servidumbre de la Ley y ocultar a los ojos del mundo la

singularidad de su parto milagroso, se somete al rito común

y se dispone para, así "purificada", ofrecer a su Hijo y

ofrecerse con Él por medio del sacerdote.

Page 29: Misterios de Cristo y de María

29

-. Desde Belén, los tres suben al Templo, que bulle de

devotos, mendigos y curiosos. María deja al Niño en brazos

de José y, con otras madres recientes, entra en el atrio de las

mujeres. Entrega la ofrenda de los pobres: "un par de

tórtolas o dos pichones". Los levitas rocían a las madres con

agua lustral y oran sobre ellas y por sus hijos. Luego el

oficiante toma una de las aves ofrecidas, de un tajo le deja

colgando el cuello, y con su sangre rocía el pie del altar;

después arroja su cuerpo exangüe sobre las brasas del altar

de bronce.

-. El rito de la purificación no purifica a la Virgen María,

como tampoco el Bautismo purifica a Jesús, "el Santo de

Dios". Pero así como el agua bautismal es santificada por

Cristo, la maternidad humana es santificada por Cristo y

liberada de la maldición de Eva (Gn 3, 16), mediante la

maternidad santa y virginal de María. La pureza integral de

María -ausencia de todo pecado y desorden, plenitud de

toda gracia- que irradia este misterio, es el paradigma de

toda pureza cristiana... María, no; pero yo sí necesito una

constante purificación espiritual para adentrarme en Cristo,

nuestro Templo. Sólo Él, "el Cordero de Dios", puede

limpiarme.

"La. pureza, en el gran sentido de la palabra, no es sólo

ausencia de faltas..., ni siquiera castidad... Es la recti-

tud y el impulso que en nuestras vidas suscita el amor

de Dios, buscado por encima de todo y en cualquier

parte... Nada vive ni actúa más intensamente en el

mundo, que la Pureza y la Plegaria, suspendidas como

una luz impasible entre el universo y Dios. A través de

su serena transparencia, se despliega la onda

creadora, cargada de virtud natural y de gracia. Y

Page 30: Misterios de Cristo y de María

30

¿qué otra cosa es la Virgen María?" (TEILHARD DE

CHARDIN).

+ Presentación del Niño en el Templo

Con el rito de la presentación del primogénito y con su

posterior rescate mediante cinco siclos de plata, del

santuario (Nm 3, 47; 8,16.18), el equivalente a veinte días

de trabajo de un obrero, Israel reconoce, en memorial

agradecido, que Dios se ha reservado los primogénitos de

hombres y animales, como señal de su soberanía absoluta

sobre la vida (Ex 22, 28s) y como memorial de la salvación

de los primogénitos de los israelitas al paso del ángel

exterminador en Egipto (Ex 13, 15).

- Después de ser purificada, María regresa al lugar donde

la espera José con el Niño, para realizar algo mucho más

importante. Aunque no es obligatorio ni presentar al

primogénito ni pagar su rescate en el Templo, María y José

quieren hacerlo en la Casa de Dios, aprovechando la

proximidad de Jerusalén a Belén. Al "presentar" al Niño,

"como prescribe la Ley del Señor", reconocen que Jesús no

es propiedad suya, sino que pertenece a Dios y a la

humanidad; que ellos sólo lo tienen en depósito. Y se

ofrecen con Él, en una entrega que nunca será desmentida.

-. Como cristiano, soy un consagrado a la Trinidad por el

Bautismo, que es una inserción creciente en la muerte y vida

de Jesús. ¡Cuántas veces he olvidado esa mi consagración!

+ Encuentro de Jesús con el Israel fiel

-. Jesús es presentado en el Templo para cumplir la Ley;

pero, sobre todo, para encontrarse con el pueblo creyente

de Israel, representado por Simeón y Ana. Estos ancianos,

de fe y esperanza inconmovibles, no se ven defraudados en

Page 31: Misterios de Cristo y de María

31

su larga espera. Simeón descubre en Jesús al Mesías

sufriente, enviado por Dios para salvar no sólo a Israel, sino

a todos los hombres que acepten convertirse y ser salvados;

y anuncia a María que su suerte está unida a la de Jesús

perseguido. Ana proclama que el rescate del Pueblo de Dios

empieza ya a realizarse; en clara alusión al rescate de la

esclavitud de Egipto, conmemorado en el rito que acaban

de realizar.

-. Toda mi vida cristiana es un encuentro personal con

Jesús, que viene a mí en su Palabra, en sus sacramentos, en

el hermano; hasta que, por Él y en el Espíritu, me encuentre

con Dios cara a cara en los cielos. Y es, al mismo tiempo,

un encuentro personal de Jesús, a través de mi vida

cristificada, con los hermanos. El Bautismo y la

Confirmación me hacen, como a María, portador y dador de

Jesús.

9. Adoración de los Magos (Mt 2, 1-12)

En este pasaje, Mateo se propone responder a la doble

cuestión que atormenta a sus destinatarios, judíos conversos:

cómo conciliar su fidelidad a Cristo, con su fidelidad a la

antigua Alianza; y cómo explicar que se hayan convertido a

Cristo tan pocos miembros del Pueblo de Dios. Su respuesta se

reduce a hacerles comprender que Jesús es el cumplimiento de

todas las promesas hechas a los Padres; que la fe es un don de

Dios, que reclama la correspondencia del hombre; y que ésta

se ha dado más entre los gentiles que entre los judíos.

-. Mira a estos extraños personajes, a estos "Magos " o

sabios de Oriente, que, con los ojos fijos en el cielo, llegan

Page 32: Misterios de Cristo y de María

32

a Jerusalén preguntando, no por el hijo del edomita

Herodes, sino por "el rey de los judíos que acaba de nacer".

Como expertos en astrología y partícipes de las esperanzas

judías, han creído reconocer "su estrella " en aquel meteoro

luminoso extraordinario, y quieren adorarlo.

-. ¿Quiénes y cuántos son? ¿De qué país de Oriente

proceden? ¿Qué fuerza y qué luz los impulsa, sostiene y

guía, día y noche? Son hombres siempre en espera y en

camino, abiertos a la verdad, sedientos de salvación,

buscadores infatigables de Dios. ¿Por qué sólo ellos parecen

haberse enterado de algo que afecta sobre todo a los judíos?

-. "Al oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda

Jerusalén". Herodes se preocupa por su trono, y Jerusalén

teme las iras del tirano. Herodes, decidido a eliminar a su

rival, consulta a los jefes de los sacerdotes y a los maestros

de la Ley sobre dónde ha de nacer el Mesías, según las

Escrituras. Éstos, sin vacilar, le responden que "en Belén de

Judea". El sanguinario y astuto Herodes les transmite el

informe a los magos, con la cínica observación de que, una

vez localizado el niño, le avisen para que también él pueda ir

a adorarlo.

-. Nadie se alegra por el anuncio de los Magos. Israel se

desentiende de su Mesías. Sólo unos gentiles lo buscan con

tesón. Empiezan su camino a la vista de una estrella; cuando

esta se oculta preguntan a Herodes y obedecen a las

Escrituras judías; y, al salir de la ciudad, ven gozosos

reaparecer la estrella, que los conduce hasta la ansiada

meta... Cuando se escucha la orden de marcha, como

Abrahán hay que ponerse en camino y dejarse conducir por

el Invisible hacia lo desconocido, sin exigir otra luz ni otras

seguridades que su Palabra.

Page 33: Misterios de Cristo y de María

33

-. "Entraron en la casa, vieron al Niño con su madre

María". Lejos de escandalizarse a la vista de tanta sencillez

y pobreza, "lo adoraron postrados en tierra " y le

obsequiaron con simbólicos presentes: "oro, incienso y mirra

"... Yo también te adoro, Señor y Dios mío, y te pido

transformes mi pobre vida, para que pueda ofrecértela hecha

amor, oración y sacrificio.

-. ¡Qué sorpresa la de María y José, ante la presencia, el

comportamiento y las noticias de estos extranjeros, que

llegan casi de incógnito! Alaban a Dios, que ama a todos sin

exclusiones; agradecen a los Magos sus gestos de piedad y

amistad, les ofrecen lo poco que tienen y les preparan un

sencillo y discreto cobijo. Y así ven confirmado el alcance

universal de la misión salvadora de este su pequeño y gran

Jesús.

-. Los Magos de Oriente son las primicias de los pueblos

gentiles que acogerán la Buena Nueva de la salvación. Su

venida significa que Jesús es el Salvador de todos los

hombres; y al que no podemos descubrir y reconocer, sino

recibiendo de los judíos las Escrituras con su promesa

mesiánica. También nos enseña que para encontrar a Dios,

hay que buscarlo con humildad y deseo, sin exigencias, a

partir de las huellas que Él va imprimiendo delante de

nuestros pasos. "Porque el Señor se manifiesta a quienes no

exigen pruebas, se revela a quienes no desconfían" (Sb

1,2).

-. Y, "advertidos en sueños de que no volvieran donde

estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino". Sin

otra luz y guía sino la que en sus corazones ardía,

convertidos en testigos, comprometidos y gozosos, de todo

lo que habían visto y oído en un pueblecito de Judea.

Page 34: Misterios de Cristo y de María

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10. Huida a Egipto, muerte de los inocentes y regreso

de Egipto a Nazaret (Mt 2, 13-23)

-. Noche agitada para todos: Magos, vecinos de Jerusalén,

Herodes, Jesús, María y José. Apenas se han cerrado los

ojos de María y José, tras la salida precipitada de los Magos,

cuando el ángel del Señor se le aparece en sueños a José, le

manifiesta las intenciones homicidas de Herodes y le ordena

levantarse, tomar al Niño y a su Madre, huir a Egipto y

permanecer allí hasta nuevo aviso. Su orden de huida es

alarmante, humillante y perentoria; y su orden de vuelta,

indeterminada. José realiza, punto por punto, todo lo ordena-

do. Y emprenden este duro y peligroso viaje hacia lo

desconocido, apoyados sólo en Dios... Acompáñalos y

sírvelos con amor...

-. Tras mil angustias y penalidades, llegan a su destino y

se instalan como pueden. ¿Por qué, Señor, por qué? ¿El

Salvador del mundo no podía salvarse a sí mismo y a sus

padres de una forma menos humillante y dolorosa? Siempre

nos desconcierta el misterio incomprensible de un Dios que

ha elegido para sí lo más costoso, para convencernos de su

amor ilimitado; que quiere salvarnos desde nuestra debilidad

compartida...

-. La astucia, el odio y la violencia son incapaces de

impedir el triunfo final de la Providencia. La fe, la sencillez

y el amor terminan siempre triunfando. En este Jesús que

huye encontrarán luz y consuelo los millones de

emigrantes, desplazados y exiliados por los huracanes de la

violencia y del hambre.

Page 35: Misterios de Cristo y de María

35

-. Mientras tanto Herodes, burlado, temeroso y enfurecido,

manda asesinar sin piedad a todos los niños nacidos en

Belén y en su contorno en los dos últimos años. "¿Por qué,

por qué?", gritan las madres de aquellos corderitos

degollados. Y nosotros preguntamos: "¿Por qué huiste tú y

dejaste morir a esos pequeños?". Huyó para poder morir más

despacio y con mayor dolor, después de dejarnos su vida,

su Palabra, sus milagros, su muerte y resurrección. Los dejó

morir, para hacerlos sus primeros mártires o testigos y re-

galarles así su vida eterna. El martirio, al igual que el

bautismo, es don gratuito de Dios (LG 42b). "Con razón

pueden llamarse primicias de los mártires los que, cual

tiernos brotes, se helaron al primer soplo de la persecución,

ya que perdieron la vida no sólo por Cristo, sino en lugar de

Cristo" (SAN AGUSTÍN).

-. Caminan durante la noche y parte de la mañana, y se

esconden y duermen en las horas más tórridas del día. Van

a la deriva por aquel mar, abrasador y helado, de guijarros y

arenas. Camino larguísimo y apenas sin medios. Y cuando

llegan a las fronteras de Egipto, todos son dificultades para

justificar su presencia, y problemas para encontrar trabajo y

vivienda entre la colonia judía. Todo allí les resulta extraño.

Pero Jesús es, también, el Salvador de estas gentes.

-. Simeón no había precisado en que consistiría aquella

"contradicción" y aquella "espada"; ni tampoco el ángel

había fijado el tiempo de permanencia en el exilio. Siempre

viviendo en la oscuridad de la fe: sin evidencias, sin

seguridades palpables, sin fáciles consuelos. En marzo o

abril del año 750 de la fundación de Roma, muere

HERODES, devorado por una dolorosa y hedionda

enfermedad; y es enterrado pomposamente en el Herodion,

fortaleza que había construido para sí sobre una colina

Page 36: Misterios de Cristo y de María

36

artificial, precisamente al sureste de Belén. El ángel se

aparece a José mientras duerme y le ordena volver. Y, una

vez más, el obediente y silencioso José inicia el regreso con

el Niño y María, unidos a una caravana de hebreos que

vuelven a su tierra. En principio, tienen intención de

quedarse en Belén; pero, avisados de nuevo por el ángel en

sueños, por miedo al sanguinario ARQUELAO, hijo mayor de

Herodes, deciden instalarse en Nazaret. ¿Por cuánto tiempo

y con qué perspectivas? Dios dirá. Pero el Niño está con ellos

y ellos con Él, compartiendo su suerte.

11. Vida oculta en Nazaret (Lc 2, 40. 51-52)

¿Por qué los evangelistas apenas nos cuentan nada de los

treinta años de vida escondida de Jesús en Nazaret?

Seguramente porque lo único extraordinario que allí ocurrió

es que todo fue ordinario, común y hasta vulgar. Ésta fue, en

realidad, su "vida verdadera" [139], la que después explicará

con su predicación y milagros, con su muerte y resurrección.

Su larga estancia en Nazaret fue oscura, pero no estéril. Ella

nos ayuda a comprender que su economía o plan de salvación

no es de mera eficiencia humana, sino de expiación redentora;

que, en su Reino, el más valioso no es el que más se mueve o

el que mejor habla, sino el que más y mejor obedece, ama y

sigue a Jesús con su cruz de cada día.

Contemplemos esta oscura y larga etapa de la vida de Jesús,

en una selección de imágenes y vivencias, que nos ayuden a

conocerlo internamente, a amarlo y a seguirlo con fidelidad.

Veamos a los tres en profundidad, oigamos y tratemos de

Page 37: Misterios de Cristo y de María

37

entender sus palabras, miremos y gustemos todo lo que hacen;

en una palabra asimilemos sus lecciones.

+ Oración

- Ante todo, quiero contemplar su oración: personal,

familiar y comunitaria. La convivencia con sus vecinos es

de contacto permanente, inevitable. El ruido y las voces los

envuelven sin distraerlos; aunque procuran evitar el

parloteo insustancial y la curiosidad vana. Todos saben que

nunca encontrarán en ellos cómplices para sus críticas y

groserías. Deseo adentrarme en sus corazones, siempre en

comunión con el Padre.

La oración personal es la atmósfera que aspiran y

respiran. En su vida todo es oración, bendición a Dios: todo

se convierte en materia de ese intercambio de amor, que

siempre adora, alaba, agradece y pide. A Jesús le agrada

mucho salir al descampado para, sin ruidos ni testigos, orar

largamente con la mirada puesta en el cielo.

Su oración familiar abarca toda su vida, tejida de

bendiciones sinceras a Dios. A Jesús le enseñaron a rezar

sus padres con sus ejemplos y palabras. Ellos sonríen y se

emocionan cuando lo ven rezar.

Observan con fidelidad el espíritu del sábado y las

prescripciones de la Ley. Asisten siempre y con devoción al

culto, aunque incompleto, de su humilde sinagoga, en

cuyas lecturas participa Jesús después de cumplir los trece

años. Cuando escucha o lee la Escritura, siente que está viva

y le habla. Ella le ayuda a elaborar y expresar en lenguaje

humano su experiencia de Dios, el misterio de su persona y

el sentido de su misión. Celebran con intensidad creyente

las fiestas religiosas de Israel; especialmente la Pascua, en

Page 38: Misterios de Cristo y de María

38

Jerusalén. ¡Con qué ilusión esperan ese día, con qué alegría

realizan ese viaje y con qué fervor toman parte en ese culto

del Templo, que lo seduce e inquieta... Y yo ¿cómo, dónde

y cuánto oro? ¿Mi oración se hace más sencilla y profunda,

más intensa y abierta, más humilde y confiada, más

desprendida y entregada?

+ Vida de familia

-. ¡Cuánto se estiman, respetan y aman; y con qué cariño

se anticipan en el servicio] En su casa, todo es concordia,

alegría, colaboración... ¡Cuánto sufrieron con la muerte de

José! Muerte, muy santa y dulce para él, y muy dolorosa y

serena para María y Jesús... ¡Qué hermosa es la familia si,

con la gracia, se forma y se vive según el proyecto de Dios!

¿Es así mi convivencia, en los diversos círculos en que se

desarrolla mi existencia?

+ Trabajo

-. Muy sencillo, fatigoso y prolongado... José y Jesús

ayudan a María en algunas de sus faenas, reparan la casa,

trabajan la madera, cultivan la tierra, se ajustan como

obreros eventuales. María limpia la casa, muele, amasa y

cuece el pan de cebada, cocina las verduras o legumbres,

asa o sala el pescado del lago, trae el agua de la fuente y

recoge leña en el monte, lava y cose, hila y teje, ayuda a su

esposo y a su Hijo en sus trabajos. Y todo esto, a conciencia,

con orden, paz y alegría, abiertos a Dios y a los hombres. Y

cuando se acaba el trabajo propio, echan una mano a los

demás... Yo estoy llamado a ser colaborador de Dios en la

gran tarea de completar la creación y de instaurar el Reino de

los cielos en el mundo. ¿Lo soy...?

Page 39: Misterios de Cristo y de María

39

+ Crecimiento humano integral de Jesús

-. Como todo niño, adolescente y joven, va creciendo

integralmente, y manifestando progresivamente su

"plenitud de gracia y de verdad" (Jn 1, 14), ante los ojos

complacidos de Dios y de sus padres. ¡Qué ansia tiene, Él,

que es la Vida, de vivir y de hacer vivir en plenitud! ¡Qué

hambre de comprender la Escritura, de aumentar los

conocimientos de la historia patria, de las lenguas más

usuales (arameo, hebreo, algo de griego)...! ¡Qué deseos de

conocer de cerca la naturaleza y las diversas faenas de casa

y del campo, de experimentar lo bueno y lo bello, de amar

y servir a todos, de comunicarse con todos! Se siente el

Dios-hombre para los demás. Sus ojos descubren y adoran

la presencia de su Padre en todas las cosas. Y, sin casi darse

cuenta, va haciendo acopio de todo aquello que después

utilizará en sus enseñanzas. El mandamiento primigenio de

"crecer" afecta a todo hombre, en todas las dimensiones y

etapas de su vida.

-. Señor, que crezca siempre como hombre y como

cristiano, sin desalentarme nunca por mis retrasos y caídas.

Y que, con amor respetuoso, ayude a crecer así a los demás,

respetando su sagrada singularidad...

Page 40: Misterios de Cristo y de María

40

12. Jesús encontrado en el Templo (Lc 2, 41-50)

Según la Ley, todo varón israelita -a excepción de los

menores de edad, ancianos, enfermos y esclavos-está obligado

a visitar el Templo tres veces al año, para celebrar en él las

fiestas de la Pascua, Pentecostés y las Tiendas (Dt 16, 1-17).

Como la práctica literal de este precepto no es posible a todos

los judíos en cada una de las tres fiestas, la costumbre excusa de

asistir a las dos últimas a los que viven lejos. A los doce años,

comienza a obligar la Pascua a todo adolescente, con cuya ce-

lebración entrará oficialmente en la vida religiosa de Israel. A

los trece años, queda constituido miembro de pleno derecho

del pueblo sacerdotal.

- Jesús ha cumplido "doce años". Suben los tres a

Jerusalén y entran en el Templo. Los vecinos y peregrinos,

los sacerdotes y levitas, los vendedores y mendigos, los

soldados romanos, los pastores con sus rebaños de ovejas

colman y desbordan la Ciudad Santa y sus arrabales,

llenándola de trasiego, sudor y ruido.

- ¿Qué siente Jesús al pisar hoy las losas del Templo, al

presenciar los sacrificios de los corderos, al ver el grupo de

los maestros de la Ley? Esta subida a Jerusalén es presagio

misterioso de su elevación pascual. Porque Él no se pierde

en Jerusalén. Se queda voluntariamente en el Templo, pues

se sabe atado a él por una Ley superior a la de Moisés o a la

de una piadosa costumbre. Pero, al menos ¿por qué no

previene a sus padres, ahorrándoles a ellos y a sí mismo una

buena parte de sufrimiento? Sin duda, para que yo aprenda

a ser libre, a depender sólo de Dios y de su voluntad.

-. Una vez más, María y José, unidos indisolublemente a

su Hijo, experimentan cómo la espada profetizada por

Page 41: Misterios de Cristo y de María

41

Simeón se va hundiendo más y más en sus corazones. Al

tercer día de una búsqueda angustiosa, humilde y confiada,

en una especie de resurrección anticipada, encuentran al

Niño, que, en el corro de los maestros de la Ley, escucha y

pregunta... Jesús, que yo te busque, con María y José, sin

desconfianzas ni descuidos, sin fijarte exigencias ni plazos.

- Ante el desahogo dolorido de María y de José, Jesús, con

clara conciencia de su singular filiación divina, les reprocha

que lo hayan buscado, angustiados, por otros sitios, cuando

deberían saber que Él no podía estar en otro lugar ni en otra

ocupación que "en la casa " y "en las cosas de mi Padre ",

cumpliendo sus designios salvíficos. Y, consciente de sus

deberes para con su Padre, reclama independencia absoluta

para cumplirlos, anticipando así su conducta durante su

ministerio público y su Pasión. "Es preciso" (Lc 24, 26) que

Él cumpla la voluntad de su Padre, consignada en la

Escritura, y que lo conduce inexorablemente hacia su

muerte y resurrección... Cuando las criaturas traten de

retenerme, apartándome de la misión que mi Padre me ha

confiado, les responderé como Tú: "¿Es que no sabéis que

yo, como Jesús, debo estar siempre con mi Padre, ocupado

sólo en sus asuntos?..."

- Aunque, entonces, ellos no comprenden todo el alcance

de la respuesta de Jesús, la respetan en fe, aceptando el

comportamiento de este muchacho, que, en esta su primera

Pascua, casi de repente, ha madurado tanto. Reemprenden

la vuelta. Esta vez, Jesús no se quedó en el Templo, sino que

"bajó con ellos a Nazaret, y vivió bajo su tutela". "Su Madre

guardaba todos estos recuerdos en su corazón", como en la

fuente manadera, abundante y limpia de la que beberá

siempre la Iglesia.

Page 42: Misterios de Cristo y de María

42

Page 43: Misterios de Cristo y de María

43

II. MINISTERIO PÚBLICO DE JESÚS

Ya desde el seno de su Madre y durante toda su Infancia,

Jesús se muestra siempre en camino hacia el cumplimiento

total de la voluntad salvífica de su Padre; y, con su ejemplo

silencioso, me invita a seguirle en este su servicio de amor

obediente a Dios y de amor sacrificado a los hombres. A partir

de su ministerio público, me propone y ofrece a mí, pecador

perdonado y amado por Dios, con su gracia transformante, este

su ejemplo e invitación, en cada una de sus obras y palabras.

Por eso, le pido gracia "para que no sea sordo a su llamamiento,

mas presto y diligente para cumplir su santísima voluntad"

[91].

13. Bautismo de Jesús (Jn 1, 29-34pp)

El Bautismo de Jesús es: inauguración de su ministerio

profético (Is 63,11; 42, ls), anticipo de su misterio pascual (Is

53, 4-11), figura y anticipo del Bautismo del cristiano (Mc 10,

38s; Lc 12, 50; Jn 19, 34).

-. Jesús tiene unos treinta años. Desde la muerte de José,

es el cabeza de familia y sigue viviendo con María en

Nazaret. Todos lo aprecian. Pero, quizá, se preguntan: "¿Por

qué no se casa como los demás? O, si no quiere hacerlo,

¿por qué no se retira a Qumram? ¿Qué planes son los

suyos?". Él y María se miran, sonríen y callan. En su

momento, Dios hablará.

Page 44: Misterios de Cristo y de María

44

-. Junto a la orilla oriental del Jordán, frente a Je-ricó y a

unos 35 kilómetros de Jerusalén, ha surgido un personaje

extraño, que reúne multitudes y despierta expectación. Es

Juan, el último profeta, aquel a quien María cuidó en Ain

Karin, y que, casi adolescente, se retiró al desierto, para más

tarde revelarse como Precursor del Mesías... Míralo, enjuto,

envuelto en una piel de camello. Escúchalo mientras predi-

ca conversión, amenaza con juicio terrible y fuego

inextinguible, bautiza con agua a los conversos para el

perdón de los pecados; y anuncia la presencia, en medio de

ellos, del Mesías esperado y desconocido, el más fuerte y

digno, que viene a bautizar con Espíritu Santo.

-. Estas noticias llegan a Nazaret y suscitan discusiones

acaloradas. En el corazón de Jesús resuena la orden de

partida. Se lo comunica a María, y ella asiente en silencio

y con lágrimas en los ojos. Él, antes de partir, se ocupa de

la situación de su Madre. Se desprende de sus herramientas,

toma su manto y un poco de pan, se ata las sandalias, le pide

la bendición a su Madre y se despide de ella con un fuerte

abrazo. María lo acompaña hasta las afueras del pueblo y lo

sigue con su mirada. Jesús se vuelve, agita su brazo para

darle su último adiós y desaparece en la lejanía. ¡Qué sola

se queda ella, y qué solo se va El!... ¡Yo, Jesús, contigo y

como Tú!

-. Después de haber hecho los 185 kilómetros, en unas

cinco o seis jornadas, llega a su meta en el Jordán, con los

pies ardientes y el alma en ascuas. Se despoja de la túnica y

se enrola en la fila de los penitentes. Al llegar a la presencia

de Juan, éste, iluminado de lo alto, lo reconoce como el

Elegido y se niega a bautizarlo. Jesús vence su humilde re-

sistencia, apelando a la voluntad de Dios, que los dos deben

cumplir. Y se sumerge en las aguas del río sagrado,

Page 45: Misterios de Cristo y de María

45

putrefacto por el pecado del mundo, para descontaminar y

santificar sus aguas con su santidad inocente, con su amor

obediente y reparador... ¡Adéntrate, Señor, en mi corazón

de aguas turbias, y sánalo desde su misma raíz!

- Emerge del río, como nuevo Moisés y nuevo Israel. Y,

mientras está orando, se abren y rasgan los cielos; el

Espíritu Santo desciende y se posa sobre Él en forma de

pacífica paloma; y se escucha la voz, cálida y solemne, del

Padre: "¡Tú eres mi Hijo Amado, en ti me complazco!". Tras

la humillación, la exaltación, como anticipo de su misterio

de muerte y resurrección. Es la unción oficial para su misión

profética, sacerdotal y real. Él ya conocía su identidad y

misión. Pero ahora las experimenta y entiende con claridad

y fuerza nuevas; y el Padre lo proclama solemnemente ante

el Precursor. El Bautismo de Jesús es figura y anticipo de

nuestro Bautismo cristiano, en el que, lavados de nuestros

pecados en agua y en Espíritu, somos consagrados a la

Trinidad... ¡Que siempre, Señor, profundice en tu muerte y

vida resucitada, y me renueve en ti!

14. Tentaciones en el desierto (Mt 4, 1-11 pp)

Comienzo haciendo, con la Iglesia, un acto de fe: "Creo que

existe el demonio como un ser espiritual, pervertido y

pervertidor; y creo que el resultado del primer enfrentamiento

de Jesús con Satanás fue la derrota de éste para siempre, que

Jesús ratificará con las posteriores expulsiones".

- "Lleno del Espíritu Santo", desde las orillas del Jordán,

Jesús se encamina a la montaña cercana, desierta e

inhóspita, llena de piedras y horadada de cuevas. El Espíritu

Page 46: Misterios de Cristo y de María

46

lo conduce allá arriba y lo asiste "para ser tentado por el

Diablo", tras cuarenta días de oración y ayuno total... Y yo

voy con Jesús y lo observo... Como las demás tentaciones o

pruebas, estas tres del "Monte de la Tentación" no son

ficticias o aparentes, ni lo dejan insensible; sino que son

muy reales y le afectan dolorosamente. Aunque nunca

encuentran en Él complicidad o connivencia alguna.

- Dios nunca tienta para el mal. Pero sí tantea, pone a

prueba al hombre, lo descubre a sus ojos y lo purifica, al

permitir que sus pasiones, azuzadas por el mundo y el

Diablo, le tiendan lazos y asechanzas para inducirlo al

pecado. El hombre debe velar y orar, no para que Dios lo

libre de toda tentación, sino para que lo sostenga con su

gracia y no sucumba en ella; y para que, si así le parece bien,

lo preserve de las tentaciones más fuertes e insidiosas.

-.¡Qué repugnancia la de Jesús cuando siente la presencia

de Satán y escucha sus propuestas arteras y malvadas!

¿Cómo ha sospechado que es el Mesías?

Y ¿por qué lo teme y trata de que cambie su estilo de vida?

A lo largo de la historia de Israel, el Enemigo ha visto surgir

a muchos iluminados que se proclamaban el Mesías,

mientras, engreídos, enarbolaban banderas de

independencia violenta y de glorias nacionales, y hacían

promesas de abundancias terrenas. Éstos nunca le

preocuparon al Tentador. Pero ahora ve llegar a este hombre

singular desde Nazaret, para someterse con humildad al

bautismo de Juan, subir a la montaña y comenzar un largo

retiro de oración y penitencia. Todo esto comienza a

preocuparle; y decide averiguar si es el Mesías, para, en el

caso de que vea confirmados sus temores, desviarlo del

camino trazado por Dios.

- Éstas no son vulgares tentaciones de codicia, vanidad y

Page 47: Misterios de Cristo y de María

47

soberbia [136-147]; sino tentaciones mesiánicas. Satán le

sugiere unos tipos de mesianismo espurio, contrarios a los

del Siervo Paciente, que el Padre ha elegido y que lo

conducen inexorablemente al fracaso y a la muerte más

ignominiosa. Satán le propone un mesianismo más acorde

con las expectativas de la mayoría de los judíos; y, además,

con todas las garantías de éxito. Le brinda, en definitiva,

unos atajos para lograr el Reino mesiánico universal, sin

pasar por la cruz. Y todo ello, envuelto en palabras,

manipuladas, de la Escritura.

+ En la primera tentación, y bajo la propuesta, en

apariencia inocente, de que utilice sus poderes para

socorrerse en su perentoria necesidad, pretende que

prescinda de Dios, que sea para Sí su propio Moisés y

Providencia; que inicie ya ese mesianismo temporalista, con

abundancia de bienes materiales, tan ansiado por el pueblo.

- En su respuesta, Jesús ratifica su confianza en el Padre,

su decisión de vivir sólo de su Palabra, asumiendo el

mesianismo pobre del Siervo. Así nos ayuda a vencer la sed

de codicia de los humanos, que miden la valía de una

persona más por lo que tiene que por lo que es. Como dirá

más tarde: "Mi sustento es hacer la voluntad del que me ha

enviado hasta llevar a cabo su obra de salvación" (Jn 4,

34).

+ En la segunda tentación, lo anima a renunciar al me-

sianismo humilde del Siervo y a suplantarlo con un me-

sianismo triunfal y milagrero (Jn 7, 3-5; Mt 27, 41-44),

desafiando la ayuda de Dios y encauzándola hacia sus

propios intereses.

- En su respuesta, Jesús se niega a poner a prueba a Dios

(Dt 6, 16; Ex 17, 2) y confiesa su actitud inconmovible de

Page 48: Misterios de Cristo y de María

48

abrazarse confiadamente al querer de su Padre, que lo ama

y cuida, y que le ha trazado caminos de sencillez y

humillación, para vencer la vanidad y orgullo de los

hombres.

+ En la tercera tentación. Satán se manifiesta como el

soberbio primordial e impenitente, que, al no poder ser como

Dios, se negó a depender siempre de Él, a recibirlo todo de

su Bondad; y se lanzó, ya desde el principio, a arrebatar a

Dios sus siervos de amor e hijos de adopción para

convertirlos en esclavos suyos. Ahora le ofrece a Jesús, al

margen de Dios, el reinado político sobre todos los pueblos,

a cambio de que se postre ante él y lo reconozca como señor

absoluto del universo.

La respuesta de Jesús es un rechazo tajante del Tentador,

una aceptación incondicional del único Señor, su Dios y

Padre, del que se declara su Siervo obediente hasta la muerte,

cuya sola gloria busca a través de su inmolación total, en un

Reinado espiritual que se va realizando en este mundo, pero

que no es de este mundo (Jn 6,15; 18,36; Hb 5,8). Así nos

merece gracias de humildad, que es andar en verdad y en

amor (Ef 4,15) delante de Dios, de nosotros mismos y de

los demás...

+ "Cuando terminó de poner a prueba a Jesús, el diablo

se alejó de Él hasta el momento oportuno " (Lc 4, 13). Ese

"momento oportuno" fueron, en realidad, muchas

situaciones de su vida: las palabras disuasorias de Pedro

para que renuncie a la Pasión, las incomprensiones y

cerrazón de sus discípulos, la traición de Judas y la huida de

los Once, las negaciones de Pedro, las persecuciones de sus

enemigos, el rechazo de su Pueblo, la soledad angustiosa

del Huerto, la agonía y las mofas del Calvario, la muerte en

el abandono de la Cruz.

Page 49: Misterios de Cristo y de María

49

- "Padre nuestro,... no nos dejes caer en la tentación, y

líbranos del Mal" (Mt 6, 13; cf. ICo 10,12s; St 1, 12). ¡Jesús,

ven a mi hosco desierto interior, ardiente de pasiones y

poblado de demonios, y véncelos por medio de tu Espíritu

y con mi cooperación humilde y confiada!

15. Primeras vocaciones junto al Jordán (Jn 1, 35-51)

Tras ser probado y confirmado en su mesianismo de Siervo,

Jesús vuelve a la orilla del Jordán y comienza a bautizar a

aquellas gentes con un bautismo de penitencia, semejante al de

Juan. Allí va conociendo a los discípulos más fieles del

Precursor; aunque ellos poco o nada saben de aquel nazareno.

Hasta ahora ha actuado en solitario. Pero en su corazón siente

que, para dar continuidad al encargo recibido, es voluntad de su

Padre que busque para esa tarea cooperadores a tiempo

completo y de corazón entero. El estilo de magisterio que va a

iniciar es el de un predicador ambulante, rodeado de discípulos

que no sólo escuchan y aceptan su doctrina, sino que "están con

Él" noche y día, comparten su vida y misión y gozan de su

amistad. Él nunca los llamará ni "compañeros" ni

"camaradas"; pero sí "amigos" (Jn 15, 14s); y como a tales los

tratará ya desde ahora.

En la convocación de estos discípulos, Jesús procede con tres

llamamientos progresivos e integrados:

1.° a un seguimiento ocasional y provisional;

2.° a un discipulado total y definitivo;

3.° a formar parte del grupo apostólico de "los Doce".

Page 50: Misterios de Cristo y de María

50

-.Al día siguiente de que el Bautista confesará la

mesianidad de Jesús ante una comisión de sacerdotes y

levitas, al verlo, Juan lo señala a sus seguidores: "Este es el

Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Yo he visto

que el Espíritu bajaba desde el cielo como una paloma y

permanecía sobre Él...". Al día siguiente, lo ve pasar cerca

y vuelve a insistir ante dos de sus discípulos: "Este es el

Cordero de Dios...".

-. Los dos, Andrés y, a lo que parece, Juan, lo siguen a una

discreta distancia. Él lo advierte; y, para facilitarles el

encuentro con Él, se vuelve y, con voz amable y mirada

penetrante, les pregunta: "¿Qué buscáis?". Pregunta clave,

que, con significados y tonos distintos, volverá a hacer en

el Huerto y junto al Sepulcro. Pero ellos -Él ya lo sabe- no

buscan algo (una cosa, una información). Buscan a Alguien

a quien conocer y con quien convivir íntimamente:

"Maestro, ¿dónde vives?". Y, con palabras de Maestro y

Amigo que invita y se ofrece, les responde: "Venid y lo

veréis". Se van con Él, y comparten amistosamente toda

aquella tarde, en la cueva o en la choza de ramas donde se

guarece estos días. Nunca podrán olvidar la hora de aquel

primer encuentro: "Eran como las cuatro de la tarde". Solo

después de su Resurrección comprenderán que el verdadero

lugar donde Jesús vive y hay que buscarlo es el Padre.

-. Como más adelante la samaritana, ya no creen sólo por

el testimonio de Juan, sino por lo que han visto y oído. Y,

como todo aquel que se ha encontrado profundamente con

Jesús, van corriendo a comunicar a sus hermanos, paisanos

y amigos: "¡Hemos encontrado al Mesías!". Andrés es "el

primero" en hallar "a su hermano Simón" y en llevarlo a su

presencia. ("El segundo" sería Juan, a su hermano

Santiago). Jesús lo mira profundamente y le anuncia su

Page 51: Misterios de Cristo y de María

51

cambio de nombre y destino: "Te llamarás Cefas (es decir,

Piedra, Roca)". Al día siguiente, salen para Galilea, y

encuentra y llama a Felipe, de Betsaida: "Sigúeme ".

Felipe se lo dice a Natanael, de Cana, que pone en duda

que de Nazaret pueda salir algo bueno. Felipe repite las

palabras de Jesús: "Ven y lo verás". Y Jesús le demuestra que

su vida está patente a su mirada. Y garantiza que sus

discípulos lo descubrirán como "Hijo del hombre"; es decir,

como camino hacia el Padre, como punto de unión entre el

cielo y la tierra.

-. Señor, renuévame tu invitación a seguirte, a estar

siempre contigo, a compartir tu vida y misión, a hacer mías

tus actitudes más profundas. Que se ahonde siempre mi

encuentro contigo, mi visión de ti y mi transformación en ti,

para que pueda así ser tu testigo convencido y convincente.

Jesús, muéstrame al Padre (Jn 14, 8) y hazme vivir, ya desde

ahora, en Él.

16. La boda en Cana (Jn 2, 1-11)

Las celebraciones de una boda judía duraban varios días. Las

gentes ordinarias tenían las comidas en el patio comunal,

sentados en corros, con separación de hombres y mujeres. El

vino era parte muy importante de toda la celebración.

-. "Tres días después, hubo una boda en Cana de Galilea.

La madre de Jesús estaba invitada. También lo estaban Jesús

y sus discípulos". Y acuden a la invitación sincera de

aquellos parientes o amigos. Hacía varias semanas que

Jesús había abandonado Nazaret y dejado sola a su Madre,

Page 52: Misterios de Cristo y de María

52

sin concretarle el día de su regreso. ¡Qué alegría para María,

cuando lo ve llegar alegre -aunque más delgado y quemado

por el sol-, en compañía de aquellos hombres jóvenes y

abiertos, que lo rodean y tratan deferentemente como a su

Maestro! ¡Qué gozo para los dos cuando se abrazan y

cambian unas palabras de cariño! No hay tiempo ahora para

intercambios más amplios. Se colocan en sus respectivos

grupos, y participan alegremente en aquella comida familiar

y festiva, que tanto significado comienza a tener para Jesús.

María, mientras come y ayuda a servir, no deja de

contemplar a su Hijo y de mirar como a hijos a aquellos sus

primeros discípulos.

-. De pronto, María advierte que algo extraño está

ocurriendo en las proximidades de la cocina. Se informa, y

se lo comunica discretamente a Jesús: "No les queda vino".

Esta falta podía suponer un gran bochorno para los esposos

y sus familias. María presiente que ésta es una buena

ocasión para que su Hijo los saque de aquel apuro y

comience a darse a conocer ante aquellas gentes. Su exponer

sencillamente la necesidad, su pedir sin pedir, provoca en

Jesús una respuesta, a primera vista desconcertante: "Mujer,

déjame; mi hora aún no ha llegado". Ella la interpreta como

lo que es, como un rechazo; pero intuye que éste no afecta

al fondo de la súplica. Por eso, se acerca a los que sirven y

les dice en voz baja y persuasiva: "Haced lo que Él os diga".

Son las últimas palabras de María que los Evangelios nos

transmiten y que deben resonar siempre en nuestros

corazones de discípulos y hermanos de Jesús.

-. Y, como siempre, María acierta. Jesús manda a los

sirvientes que llenen con agua las seis amplias hidrias o

tinajas, "de unos cien litros cada una", y queden a probar

aquel líquido al maestresala. Éste queda sorprendido de que

Page 53: Misterios de Cristo y de María

53

hayan reservado "el vino de mejor calidad" para el final.

Los criados hacen correr la noticia de lo que en realidad ha

sucedido. "Éste fue el primer signo realizado por Jesús. Así

manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él".

-. Sólo tras la Resurrección, fue capaz el evangelista de

entender el sentido de la respuesta de Jesús a María y del

signo realizado después, y de sugerirlo en su narración. La

llama "mujer", lo mismo que desde la cruz, porque ella es la

nueva Eva, la verdadera Madre de los vivientes, de los

creyentes en Él. Lo que Jesús quiere indicarle, al decirle

"déjame, mi hora aún no ha llegado ", es que, en su

ministerio palestinense, sólo depende de su Padre; pero que

cuenta con ella en "su hora " de glorificación por la muerte

y resurrección.

-. Si Jesús cumple sobradamente lo que le sugiere María,

no es porque ella sea simplemente la Madre que lo ha

engendrado y cuidado, sino porque ella es la Madre de la

Redención. Lo que va a realizar no es un simple prodigio

para socorrer en su apuro a aquellos esposos y familias, sino

un "signo " de los bienes de la Redención que, "en su hora",

brotarán, bajo la figura de "sangre y agua", de su costado

traspasado. Este vino, por su abundancia, es signo de la

restauración mesiánica anunciada; por su "mejor calidad",

es signo de la Nueva Alianza; y, como vino, es signo de la

Palabra de Dios y de la Eucaristía.

-. "Después, Jesús bajó a Cafarnaún, acompañado de su

madre, sus hermanos [o parientes] y sus discípulos, y se

quedaron allí varios días". ¿Por qué sólo los discípulos han

creído en Jesús, confirmando su fe en Él? Porque, para

descubrir al Mesías en sus signos, hace falta o tener

previamente la fe o una disposición abierta al don de la fe.

María es la que mejor ha percibido el fulgor de la gloria

Page 54: Misterios de Cristo y de María

54

mesiánica contenida en el signo. Como siempre, guarda y

medita todas estas cosas en su corazón; y baja a Cafarnaún

con hondos sentimientos maternales que envuelven no sólo

a Jesús, sino también a aquel primer grupo de discípulos.

-. ¡Ay, si las familias cristianas, si todos sus miembros

invitáramos sinceramente a Jesús y a María a entrar en

nuestra casa y a tomar posesión de nuestro corazón! ¡Ay, si

nos dejáramos conducir y plasmar por el Espíritu de Jesús!

¡Todo se renovaría, sin peligro de cansancio o ruptura!

¡Nuestras vidas serían un anticipo en fe de la vida celeste de

los hijos de Dios!

17. Vocación definitiva de los primeros discípulos

(Lc 5, 1-ll pp)

El lago de Genesaret -o Mar de Galilea o de Tiberíades-, en

cuyas limpias aguas se miran no menos de diez poblaciones

(hoy desaparecidas), es el escenario principal de las

predicaciones y milagros de Jesús. Lago singular y hermoso,

situado a 210 metros bajo el nivel del Mediterráneo. Clima

suave en invierno, un paraíso en primavera y un horno muchos

días de verano. En sus riberas crece una vegetación subtropical.

Tiene 21 kilómetros de longitud y una anchura máxima de 11

kilómetros. Su superficie es de 166 km2 ; y su profundidad, de

45 metros.

Como Jesús comienza ya a anunciar la llegada del Reino

de Dios, adelantaré aquí la explicación de esta realidad

evangélica fundamental. Tras el pecado de Adán, Dios hace

una promesa de salvación. El tiempo de la espera se ha

cumplido con Jesucristo, el cual inaugura en sí mismo el

Page 55: Misterios de Cristo y de María

55

Reino o Reinado de Dios sobre los hombres, que nos salva

del pecado y de la muerte, nos libera de toda esclavitud y

nos introduce en el Reino de los santos. El Reino o Reinado

de Dios (que Mateo llama treinta y tres veces "Reino de los

cielos"; y dos veces, "Reino del Padre") consta de un movi-

miento descendente y de otro ascendente. En Cristo y por

su Espíritu, Dios sale al encuentro del hombre caído para

perdonarlo y hacerlo hijo suyo; y el hombre se abre a este

don. Así pues, el Reino o Reinado de Dios es la acción

salvífica, gratuita y universal, de Dios y su aceptación libre

por parte del hombre.

Esta salvación, que comienza en este mundo y se consuma

en el mundo futuro y eterno, es el objeto de la esperanza

activa del hombre y, por medio del hombre, de toda la

creación. La inminencia del Reino exige una conversión

total del hombre, un cambio radical de su corazón y de su

vida (Ef 4, 23s); es decir, de su mentalidad, orientación,

amor, comportamientos. Y se realiza por la/e o adhesión de

todo el ser al Evangelio, personificado en Jesucristo, el

único Salvador, que vive y actúa misteriosamente en todos

los hombres de todos los tiempos, por su Espíritu y mediante

su Iglesia, "sacramento universal de salvación" (LG 48b).

-. Tras el encarcelamiento de Juan, Jesús vuelve a Galilea,

deja Nazaret y se va a vivir a Cafarnaún. Y comienza a

"proclamar la buena noticia de Dios...: 'El plazo se ha

cumplido. El Reino de Dios está llegando. Convertíos y

creed en el Evangelio'..." (Mc 1, 15).

-. Hoy, Jesús se acerca a la orilla del lago, mientras la

multitud se agolpa "para oír la Palabra de Dios". Para

evitar la presión de un gentío en aumento, sube a la barca

de Simón, que, como los compañeros de la otra barca,

disgustado por el fracaso de todo el esfuerzo nocturno,

Page 56: Misterios de Cristo y de María

56

acaba de recoger las redes. Jesús pide a Pedro que separe la

barca un poco de la orilla; y, sentado, comienza a enseñar a

la gente, teniendo como acompañamiento de fondo el rumor

de las olas que rompen suavemente contra las piedras o

mueren mansas en la orilla.

-. Después manda a Simón que se adentre en el lago y

que eche las redes para pescar. Sorprendido ante la petición

de Jesús, que carece de toda experiencia de pesca, Simón

alega: "Maestro, hemos estado toda la noche faenando sin

pescar nada. Pero, puesto que tú lo dices, echaré las

redes". Así lo hacen: por complacerle y porque se fían de

El. Y capturan tal cantidad de peces que las redes amenazan

romperse, y tienen que pedir ayuda a sus socios de la otra

barca. Son tantos los peces, que las dos barcas se llenan, con

peligro de hundirse. Simón Pedro, asombrado y

confundido, cae a los pies de Jesús y le dice: "Apártate de

mí, Señor, que soy un pecador". Todo el grupo, entre ellos

Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, están "sobrecogidos de

estupor".

-. Él, entonces, se dirige a Simón, a quien ya distingue con

cierta primacía y representación, y le dice a él y a sus

acompañantes: "No temas. Desde ahora serás pescador de

hombres" (Lc). "Veníos detrás de mí y os haré pescadores

de hombres" (Mt-Mc). Y, al instante, las dos binas de

hermanos, lo dejan todo -su familia, su profesión y sus

bienes- y siguen a Jesús del todo y para siempre.

-. Jesús, tú eres quien, libremente y por amor, me llamas

y creas en mí la decisión libre de seguirte. A pesar de mis

infidelidades, tú me sigues llamando. Pero, sólo si siento tu

brazo sobre mi hombro, sólo si veo tu rostro y escucho tu

voz, podré darte y mantenerte una respuesta generosa y

siempre fiel, podrán los hombres descubrirte a ti en mí.

Page 57: Misterios de Cristo y de María

57

Jesús, tu enviado nunca debe olvidar que, sin ti, todo

esfuerzo apostólico es estéril; y que, contigo, los esfuerzos

de tu instrumento pueden verse coronados, en un instante y

en el tiempo aparentemente menos propicio, con el fruto

más inesperado y espléndido... ¡Sin ti, nada; contigo, todo!

¡Jesús, yo siempre contigo y como Tú!

18. Jesús y Nicodemo (Jn 3, 1-21)

-. Nicodemo es un escriba, afiliado al partido de los

fariseos, miembro del Sanedrín; y simpatizante de Jesús.

Pero teme comprometerse ante sus colegas. Por eso, va al

encuentro de Jesús "de noche". Él cree "saber" quién es

Jesús; y así se lo manifiesta: un rabino cualificado, un

maestro enviado por Dios para instruir al pueblo en la Ley y

acreditado con milagros. Aunque es hombre de buena

voluntad, su fe es crepuscular, esencialmente incompleta...

También yo me acerco a ti, Jesús, con mi fe desvaída y

medrosa. Tengo miedo a entregarme del todo a ti, por si "te

aprovechas" de mi disponibilidad para estropear mis planes,

para acibarar mis alegrías.

-. El le da a entender que ese reconocimiento es in-

suficiente; que se necesita mucho más: "Yo te aseguro que

el que no nazca de nuevo [o "de arriba"] no puede ver el

Reino de Dios". A la pregunta irónica de Nicodemo sobre la

imposibilidad de volver al seno materno para nacer otra vez,

Jesús le responde que se trata de un nacimiento espiritual y

misterioso, de un nacimiento "del agua y del Espíritu"; es

decir, por el agua del Bautismo, fecundada por el Espíritu

que suscita en el hombre la fe. En esto consiste nacer "de

Page 58: Misterios de Cristo y de María

58

nuevo ": en nacer "de arriba ", es decir, de Dios, por el

Bautismo y la fe. Este nacimiento "de arriba " ha sido

posible porque "El de arriba" ha venido a la tierra, para que

los que crean en el verdadero Hijo de Dios lleguen a ser

hijos de Dios por participación.

-. Nicodemo no entiende estas palabras enigmáticas. Por

eso le pregunta, desconcertado, "cómo puede ser eso". Jesús

se maravilla de la incomprensión de un maestro distinguido

de Israel, como es él. Después de todo, no es más que la

enseñanza de los profetas acerca de la transformación de los

corazones por la efusión del Espíritu, en la era mesiánica. Y

comienza a explicarle cómo acontece la salvación: la

iniciativa salvadora procede del Padre, que envía al Hijo; se

realiza por medio del Hijo, muerto y resucitado; se consuma

en el Espíritu Santo; y el hombre se la apropia por la fe

(aunque puede también rechazarla por su incredulidad).

- Nicodemo siente que una luz suave alborea en su alma,

disipando prejuicios, destruyendo presunciones, abriendo

horizontes de vida nueva. Y se marcha, entre aturdido y

gozoso, rumiando aquellas palabras, que resuenan con

fuerza en su corazón: "El Hijo del hombre tiene que ser

levantado en alto, para que todo el que crea en Él tenga vida

eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo

único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que

tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para

condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él".

-. ¡Jesús, Hijo y Enviado del Padre, creo en ti, pero

aumenta mi fe! Que nunca peque contra la luz. Que,

"obrando la verdad en la caridad" (Ef 4, 15), me convierta

en un reflejo de tu Luz que se irradia sobre el mundo. Sé Tú

mi único Maestro y Señor. Hazme renacer cada día a esa

vida nueva, filial y fraterna, que me has ganado con tu

Page 59: Misterios de Cristo y de María

59

Muerte y que me comunicas con tu Resurrección. ¡Salvador

del mundo, sálvame, sálvanos!

19. Jesús y la samaritana (Jn 4, 1-42)

Sicar es la antigua Siquem, hoy Nablús, al pie del monte

Ebal, a unos 63 kilómetros al norte de Jerasalén. El pozo de

Jacob, que, aunque modificado, se conserva hoy, se encuentra a

unos mil metros del pueblo, y tiene actualmente unos 32 metros

de profundidad.

-. Huyendo de las insidias de los fariseos, que predominan

en el sur, Jesús, con sus discípulos, abandona Judea y vuelve

a Galilea. Para acortar su viaje y, sobre todo, para enderezar

el camino de unos samaritanos extraviados, se decide a

pasar por la cismática y hostil Samaría, mezcla impura de

sangres, razas y religiones, que ha edificado a Yahveh en el

monte Garizín un santuario, rival del Templo de Jerusalén.

-. Llegan a Sicar, al pozo de Jacob. "Fatigado por la

caminata, se sentó junto al pozo ", a la espera de sus

discípulos que han ido al pueblo a comprar alimentos. "Era

la hora de sexta" (mediodía): precisamente la hora en que,

de su costado traspasado en la cruz, brotarán las aguas de la

salvación... Tú te fatigas, Jesús, para ser alivio de fatigados;

te sientas para esperarme y para invitarme a descansar

contigo. Yo me acerco a ti, te contemplo y trato de hacer

míos los sentimientos de tu Corazón.

-. En esto, llega una mujer samaritana, con su cántaro

vacío y su corazón insatisfecho. Ella no saluda al judío

desconocido. Pero Jesús la sorprende con una petición, que

Page 60: Misterios de Cristo y de María

60

es un ofrecimiento: "Dame de beber"... Tú, Jesús, siempre

pides lo que es tuyo, para dar más, para darte del todo.

-. La mujer se sorprende ante la petición humilde y liberal

de un judío a una mujer samaritana, y así se lo hace saber.

Jesús le responde con tono bondadoso: "Si conocieras el don

de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda que tú

misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva"... ¡Si

conociera yo mejor el Don del Padrel ¡Si te conociera

internamente a ti, que te me ofreces en persona y gratis! "Si

alguno tiene sed, venga y beba de balde, si quiere, del agua

de la vida " (Ap 22, 17)... ¡Señor, dame más sed de ti y tu

agua viva y abundante para aplacarla!

-. Ella no entiende a qué "agua viva" se puede referir, ya

que allí no hay otra que la del pozo; y para ésta Él no tiene

pozal propio con que sacarla. Una sospecha aflora en su

alma, entre deseosa e incrédula: "¿Será este judío un zahori

prodigioso, capaz de alumbrar ricos manantiales ocultos?".

Porque ella sólo sabe de aguas, preciosas y escasas, para

tierras y cuerpos sedientos.

-. Él, entonces, le promete un agua que calma para

siempre la sed, un agua que "se convertirá en su interior en

un manantial del que surge la vida eterna". Ahora es ella la

que le suplica esa agua maravillosa que le ahorraría sus

cotidianas y penosas idas y venidas en busca del agua que

beben hombres y ganados. Con razón dice san Pablo: "El

hombre mundano no capta las cosas del Espíritu de Dios"

(ICo 2,14s)... Las criaturas, Jesús, no pueden saciar mi sed

de Infinito. Sólo Tú, Agua viva, eres capaz de colmar y

calmar todas mis ansias.

-. Jesús no insiste más y da a la conversación un nuevo

giro, al pedir a la mujer que le presente a su marido. Cuando

Page 61: Misterios de Cristo y de María

61

ella le responde que no tiene marido, Él le replica que ya ha

tenido cinco y que el hombre con el que ahora vive no es su

marido. La mujer deduce de esta clarividencia que es un

"profeta", conocedor de lo oculto; y le propone la vieja

cuestión, que dividía a judíos y a samaritanos: ¿Hay que

adorar a Dios sólo en el Templo de Jerusalén o también

puede ser adorado en el santuario de Garizín? Jesús le pide

que acoja la manifestación que está a punto de hacerle sobre

el verdadero culto de los tiempos mesiánicos. Un culto

espiritual y universal, realizado "en Espíritu y en Verdad",

es decir, a la luz de su revelación y bajo la acción de su

Espíritu, por la inserción vital en Jesús, el nuevo y definitivo

Templo de Dios (Jn 2, 19-22).

-. El interés de la mujer se orienta ahora hacia el Mesías,

que traerá todas las respuestas. Jesús no necesita más, y le

hace la declaración definitiva: "Soy Yo, el que está hablando

contigo"... ¡Señor, muéstrate a mí y a todos los hombres...!

En este preciso momento llegan sus discípulos y se

sorprenden de que esté hablando con una mujer... Y ¿yo no

me asombro de que, después de tantos desprecios y olvidos,

te dignes hablar conmigo?

-. La mujer abandona su cántaro a los pies de Jesús,

vuelve corriendo a su pueblo, comunica a todos lo que le ha

ocurrido, los invita a ponerse en contacto con Él y deja en

el aire esta intencionada pregunta: "¿Será el Mesías?".

Aquellos samaritanos, superando prejuicios y sin exigir

evidencias, corren a verlo... Todo el que se ha encontrado

íntimamente contigo, Jesús, siente la necesidad de

comunicar a otros su venturoso hallazgo. Y todo el que

busca la Verdad sigue los rastros que ésta va dejando en el

camino, sin esperar pruebas evidentes.

Page 62: Misterios de Cristo y de María

62

-. Los discípulos le animan a comer algo. Él les responde

con esta respuesta enigmática: "Yo tengo un alimento que

vosotros no conocéis". Y, ante la extrañeza de sus discípulos

que se preguntan si alguien le habrá traído de comer, Él les

explica abiertamente: "Mi sustento es hacer la voluntad del

que me ha enviado hasta llevar a cabo su obra " de

revelación y de salvación... La voluntad salvífica universal

del Padre debe ser el único alimento y sentido de toda vida

verdaderamente cristiana. Éste es el "Pan del Mañana " (Mt

6, ll p), que tú, Jesús, nos mandas pedir en el Padrenuestro.

-. Y continúa diciendo a sus discípulos que, en contra de

lo' que ellos piensan, los campos están ya maduros para

comenzar la cosecha mesiánica. Los samaritanos que se

acercan representan sus primicias... Tú, Jesús, eres el

Sembrador y tu Palabra es la Semilla. Tus discípulos son

sembradores y segadores a tus órdenes, con otros muchos

que los han precedido y que los seguirán. Las almas sólo

para Dios; el provecho para los sembradores y segadores

abnegados y fieles; y también para el grano que se ha dejado

sembrar, cultivar y segar.

-. Gracias al testimonio de la mujer, muchos de los

habitantes de aquel pueblo, desde el primer momento, creen

en Jesús y le insisten para que se quede con ellos. Él accede,

y se queda dos días con aquellos sinceros samaritanos. Al

verlo y oírle personalmente, son muchos más los que creen

en Él, y dicen a la mujer: "Ya no creemos en Él por lo que

tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y

estamos convencidos de que Él es verdaderamente el

Salvador del mundo"... "La fe [que] surge de la

proclamación" de tu Palabra (Rm 10, 17) es, en definitiva,

un encuentro personal contigo, una adhesión integral al

Dios que revela y salva en ti, nuestro Señor Jesucristo.

Page 63: Misterios de Cristo y de María

63

20. Curaciones: del hijo del funcionario real, en Cana;

y del paralítico, en Jerusalén (Jn 4, 43-5,47)

+ Curación del hijo del funcionario real (4, 43-54)

-. De Sicar Jesús se dirige de nuevo a Cana de Galilea.

Allí se encuentra un funcionario de Herodes Antipas, que

tiene un hijo enfermo en Cafarnaún. Es "la una de la tarde".

Al enterarse de que Jesús se acerca, sale a su encuentro para

suplicarle que vaya a su casa para curar a su hijo, que está

a punto de morir. Jesús lamenta, con dolor, la incapacidad,

casi general, para creer sin ver signos y prodigios. Pero el

padre insiste: "Señor, ven pronto, antes de que muera mi

hijo". Jesús se compadece, acepta su fe imperfecta y le dice:

"Vuelve a tu casa; tu hijo ya está bien". El hombre cree que

la palabra de Jesús puede obrar a distancia, sale corriendo

y, al encontrarse con sus criados que vienen en su busca,

comprueba que la mejoría de su hijo ha comenzado

precisamente "a la una de la tarde". Este signo espléndido

aumenta la fe en Jesús del funcionario real y suscita la de

todos los suyos.

-. Señor, ya que tu amor desborda siempre mis méritos, y

que para tu palabra sanadora no hay distancias, sana mi

cuerpo, mi mente,- mi corazón y mi espíritu, para que mi

vida de hombre salvado y sanado por ti sea un signo

manifiesto de tu amor todopoderoso ante los hombres, y así

te glorifiquemos.

+ Curación del paralítico (5, 1-18)

El estanque de Betesda se encuentra en un arrabal que está

formándose fuera de las murallas, al norte de la ciudad. En esta

gran piscina se recogen, como en la de Siloé, las aguas de una

Page 64: Misterios de Cristo y de María

64

fuente intermitente. En torno a la piscina, ha crecido un edificio

de cinco pórticos (redescubiertos recientemente) -medio

hospital, medio templo-, objeto de superstición y dedicado a

divinidades paganas. En realidad, parece ser un depósito de

agua mineral a la que se atribuyen propiedades mila-

grosamente curativas.

-. Desde Cana Jesús vuelve a Jerusalén, para celebrar

una de las fiestas religiosas. Se acerca al estanque de

Betesda, en cuyos soportales ve echados a muchos

enfermos, que esperan el movimiento de las aguas

prodigiosas. Entre ellos, le llama la atención un hombre que

lleva inválido treinta y ocho años. Jesús lo sabe y,

compadecido, se acerca a él y le pregunta: "¿Quieres

curarte?". El alega que no tiene a nadie que lo introduzca

en la piscina cuando las aguas se mueven. Entonces, con

voz imperativa, le ordena: "Levántate, coge tu camilla y

vete". En aquel mismo instante, el enfermo queda curado,

carga con sus miserables parihuelas y echa a andar,

mientras Jesús desaparece entre la muchedumbre.

-. "Es sábado". Los "judíos" -los dirigentes del judaismo,

enemigos de Jesús- le echan en cara al hasta hoy paralítico

que, en sábado, lleve al hombro la camilla. Él se remite a la

orden del que lo ha curado. Pero, cuando le preguntan quién

es ese hombre, les responde que lo ignora. Más tarde, Jesús

se hace el encontradizo con él en el Templo, y le previene:

"Has sido curado; no vuelvas a pecar más, pues podría

sucederte algo peor". El hombre, ingenuo, va a informar a

los judíos que ha sido Jesús quien lo ha curado. Esto provoca

una abierta persecución contra Jesús, por parte de los

"judíos". Él justifica su modo de actuar con el ejemplo del

Padre: "Mi Padre no cesa nunca de trabajar. Por eso, Yo

trabajo también en todo tiempo". Es lo mismo que

Page 65: Misterios de Cristo y de María

65

hermosamente enseñaba FILÓN: "Así como la traza del

fuego es quemar y la de la nieve enfriar, así es propio de

Dios obrar". Este proceder suyo y su neta afirmación de que

Dios es su Padre y de que Él es igual al Padre, aumenta en

ellos el deseo de matarlo. Jesús no encaja en sus ideas

preconcebidas sobre Dios ni en sus intereses corporativos.

A toda costa tienen que eliminarlo.

- Señor, yo creo que tú eres el Hijo verdadero de Dios,

Señor del tiempo y de la eternidad: mírame y compadécete

de mí, que no tengo a nadie que pueda curarme de mis

inveterados males. Que quiera de verdad ser curado por ti, y

crea de verdad en tu palabra. Levántame de mi postración,

para que comience a andar en pos de ti, junto a ti, sin volverte

nunca la espalda.

+ Discurso sobre la autoridad del Hijo (5, 19-47)

La autoridad de Jesús se apoya:

1.° en el testimonio del Padre, cuya voluntad siempre cumple

y cuya sola gloria busca;

2.° en el testimonio del Bautista, cuya autoridad ellos

reconocen;

3.° en la obra salvífica que, en fidelidad al encargo recibido

del Padre, lleva a cabo no sólo con sus signos, sino con toda su

actividad reveladora;

4.° en el testimonio del mismo Moisés en las Escrituras.-

Jesús los acusa de que, al rechazar a su Enviado, no acogen la

palabra del Padre; de que no aman a Dios y de que sólo buscan

los honores de los hombres.

-. En este discurso, Jesús desvela el sentido de estos dos

signos. Comienza por explicar la perfecta unidad de acción

Page 66: Misterios de Cristo y de María

66

entre el Padre y Él, su Hijo: "Lo que hace el Padre, eso

también lo hace el Hijo". El ha recibido del Padre el poder

sobre la vida y la muerte, que lo convierte en Juez supremo,

en Vida que da la vida eterna, en Salvador que salva a todo

el que cree en Él. "Los que hicieron el bien, resucitarán

para la vida eterna; pero los que hicieron el mal,

resucitarán para su condenación".

-. Qué verdad es que, para creer, hace falta pedir la

gracia de creer -que nunca se niega al que busca

sinceramente la Verdad- y querer creer... Señor Jesús, creo

en ti, el Hijo y el Enviado del Padre, Señor de la vida y de

la muerte. De corazón reconozco tu autoridad y creo en tu

Palabra, que es la del Padre. Hazla fructificar en toda mi

vida, sana mis enfermedades, infúndeme tu vida eterna

siempre creciente; transfórmame en ti, divinízame.

21. El paralítico perdonado y curado (Mc 2, l-12pp)

-. Después de algunos días de predicación, curación y

expulsión de demonios por distintos pueblos de Galilea,

asediado por la multitud, Jesús vuelve de nuevo a

Cafarnaún. Al extenderse la noticia de que está "en una

casa", de un amigo desconocido, acuden tantos a escuchar

su palabra que no caben en el recinto y bloquean la puerta.

-. Entonces llegan cuatro hombres portando a un

paralítico en sus angarillas. Ante la imposibilidad de abrirse

paso entre el gentío, se deciden a subir al terrado por la

escalera exterior; levantan la endeble techumbre de cañas,

ramaje y arcilla; descuelgan al paralítico en su camilla y lo

colocan a los pies de Jesús. Las caras del paralítico y de sus

Page 67: Misterios de Cristo y de María

67

porteadores manifiestan ilusionada expectación; las de los

dueños de la casa y las de los presentes, asombro y enojo.

Los ojos de Jesús reflejan la alegría de su Corazón.

Admirado de tanta fe, mira hasta el fondo de su espíritu a

aquel paralítico, asustado y suplicante, y le dice con

inmenso cariño: "Hijo, tus pecados te son perdonados"... El

pecado es mi mal profundo, la raíz última de todos mis

males. Y la misión de Jesús es perdonarme todos mis

pecados, y sanar sus raíces y secuelas. Soy pecador, llamado

siempre a convertirme en penitente: en pecador que se sabe

perdonado y amado por Dios, y que quiere amar

agradecidamente a Dios y, por Dios, amar a todos con amor

perdonador y servicial.

-. Unos maestros de la Ley, allí presentes, piensan:

"¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo

Dios?". Él lee sus pensamientos y les lanza esta

comprometida pregunta: "Qué es más fácil, decir: 'Tus

pecados te son perdonados', o decir: 'Levántate, carga con

tu camilla y vete'? Pues vais a ver que el Hijo del hombre

tiene en la tierra poder para perdonar los pecados"..., se

dirige al paralítico y le dice: "¡Levántate, toma tu camilla y

vete a casa!".

-. Un Dios, Ser-Supremo, podría perdonar cómoda-

mente, pasando por alto los pecados de los hombres. Pero

sólo un Dios-Amor, puede perdonar los pecados recreando

una nueva vida filial, por medio de su Hijo, crucificado y

resucitado, y con la contrición humilde y confiada del

pecador. Perdonar así es más difícil que crear... Y tú, Jesús,

eres el Amor encarnado, el Hijo de Dios Padre, "que

manifiestas tu poder especialmente con el perdón y la

misericordia".

Page 68: Misterios de Cristo y de María

68

-. El paralítico se pone en pie, carga con su camilla y sale

renacido y gozoso; mientras los testigos sinceros glorifican

maravillados a Dios: "Nunca hemos visto cosa igual"... Y

este milagro, Jesús, lo sigues realizando por medio de tu

Iglesia, que, en tu nombre y en tu persona, perdona los

pecados (Jn 20, 22s). Y yo acojo el don de tu perdón con

gratitud, y trato de adentrarme en tu Corazón

misericordioso, mientras te digo: "Ten piedad de mí, oh

Dios, por tu amor; por tu inmensa compasión, borra mi

culpa... Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, renueva

dentro de mí un espíritu firme... Abre, Señor, mis labios y

mi boca proclamará tu alabanza" (Sal 51,3. 12. 17).

22. Vocación de Leví o Mateo (Lc 5, 27-32pp)

-. Al salir de aquella casa, escenario del perdón y de la

curación del paralítico, Jesús ve a un "publicano " -o

recaudador de impuestos-, llamado "Leví, sentado en su

oficina de impuestos", y le dice: "Sígueme". Llamamiento,

inesperado e inmerecido, a un seguimiento total inmediato.

¿Quién puede llamar así sino sólo Dios?... Así me has

llamado a mí, y yo te agradezco tanta bondad y

misericordia.

-. Leví, dejándolo todo, se levanta y lo sigue... ¡Qué fuerza

tienen la mirada y la voz de Jesús! Y, para celebrar tanta

suerte, le obsequia con "un gran banquete en su casa", al

que invita también a los discípulos de Jesús, a muchos

publícanos y pecadores, y a otros muchos. Banquete

espléndido y festivo... Y es que, cuando uno es encontrado

por Jesús y es invitado a seguirlo, la renuncia a todo por

Page 69: Misterios de Cristo y de María

69

amor no es fuente de tristeza, sino de alegría desprendida,

incontenible y contagiosa.

-. Los mezquinos fariseos y maestros de la Ley no se

atreven a enfrentarse con Jesús, y reprochan a sus discípulos

el que coman y beban con publícanos y pecadores. Al oírlo,

Jesús les contesta: "No necesitan médico los sanos, sino los

enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los

pecadores, para que se conviertan"... Y es que ningún

hombre es "justo", irreprensible; y menos, si se atribuye esa

"justicia" y desprecia a los demás. Sólo existen

"pecadores", a los que Jesús quiere convertir y perdonar.

Que me reconozca pecador, necesitado siempre de tu

perdón. Hazme instrumento y reflejo de tu Corazón, compa-

sivo y misericordioso, para con todos los necesitados de ese

tu perdón.

23. Elección de los Doce (Mc 3,13-19; Lc 6,12-16)

"Se retiró al monte para orar y pasó la noche orando a Dios.

Al hacerse de día, reunió a sus discípulos y eligió de entre ellos

a Doce, a quienes dio el nombre de Apóstoles" (Lc). "Llamó a

los que quiso y se acercaron a Él. Designó [hizo] entonces a

Doce, a los que llamó Apóstoles, para que lo acompañaran y

para enviarlos a predicar con poder de expulsar a los demonios"

(Mc) y de "curar toda dolencia" (Mt). Y, con ligeras variantes

en el orden, siguen los nombres de los Doce: siempre "el

primero, Simón, llamado Pedro"; y el último, "Judas Iscariote,

el que lo entregó" (Mt).

- A Jesús le agrada orar en lugares solitarios, en

descampados, tanto por la mañana como por la noche (Me

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70

1,35; Lc 5,16). Éste es un día muy trascendental para el

Reino de Dios. He aquí las respuestas a una serie de

cuestiones implícitas, que pueden orientar mi oración

personal:

* Jesús, especialmente en esta oración, ora en favor de

esos Apóstoles que va elegir y de todos cuantos por su

medio creerán en Él (Jn 17)... Entre éstos me encuentro yo.

* Hace a los Doce, porque representan a las doce tribus

de Israel y son las columnas del nuevo Pueblo de Dios. Y

los elige e instituye a ellos y a sus sucesores y colaboradores,

porque libremente "quiso"... Y, entre ellos, a mí.

* Elige a Judas, no para que se convierta en un traidor

obstinado; sino para que sea, como los demás, un gran

Apóstol. Pero Jesús ha querido correr también con Él el

riesgo de su libertad, para que con ella pueda libremente

amarlo y colaborar con Él... No permitas, Jesús que yo te

traicione y me pierda.

* Quiere que lo acompañen, para que, conviviendo

siempre con Él, puedan ser testigos de cuanto hace y dice,

y vayan haciéndose a su forma de pensar, sentir, hablar,

obrar y ser. Ellos son los amigos predilectos de Jesús y en

Jesús... Sólo si vivo en ti y contigo, y me dejo enviar por ti

y mover por tu Espíritu, podré ser verdadero apóstol tuyo.

* Él los envía a proclamar lo que han visto y oído, a

proseguir su lucha contra el demonio y el mal en todas sus

formas. Y les asegura que siempre estará con ellos y en

ellos, por medio de su Espíritu... Señor, cuenta conmigo...

-. Éste es el paradigma de toda vocación cristiana;

singularmente, de toda vocación de especial consagración;

y, en concreto, de la mía. Gracias, Jesús, porque me has

Page 71: Misterios de Cristo y de María

71

elegido y llamado, y porque nunca me has retirado tu

llamada.

24. Bienaventuranzas y malaventuranzas (Lc 6, 17-26;

Mt 5, 1-12)

-. Después, Jesús baja con sus Apóstoles y se detiene en

el rellano medio (Lc) de un monte (Mt), donde lo esperan,

junto a muchos de sus discípulos, un gran gentío, ávido de

su palabra y de su poder curativo y liberador, "porque salía

de Él una fuerza que los curaba a todos".

+ Bienaventuranzas

-. Comienza un extenso discurso (Mt 5, 1-7, 29), cuyo

prólogo y síntesis son las Bienaventuranzas. Mirando,

primero, a sus discípulos, Jesús, el Profeta de la Paz y de la

Alegría, levanta su voz, clara y poderosa, y proclama el

mensaje más revolucionario y subversivo: el "camino

angosto", pero liberador, de la felicidad integral para los

que lo aceptan y viven; contrapuesto al "camino espacioso",

pero esclavizados de la infelicidad total para los que lo

rechazan (Mt 7, 13s).

-. Esta dicha no está en poseer mucho y codiciar más, ni

en dominar y triunfar sobre los otros, ni en gozar

egoístamente; sino en dejarse amar por Dios y en Dios por

los hermanos, y en amar a Dios y por Dios a los demás,

compartiendo con ellos cuanto se es y se tiene, asumiendo

como propios los sufrimientos y privaciones de los más

necesitados.

Page 72: Misterios de Cristo y de María

72

-. Los que oyen a Jesús con buena voluntad, sienten arder

su corazón y amanecer en ellos una esperanza nueva. Los

que le oyen con prejuicios, sienten que el rencor los invade

y que la tiniebla los envuelve, pues intuyen el peligro que

se encierra para ellos en esas sentencias, en apariencia tan

suaves e inofensivas. Jesús es consciente de que está

brindando a sus enemigos nuevos argumentos para que lo

condenen, pues no puede predicarse impunemente algo tan

contrario a la sabiduría de este mundo y a los intereses de

los poderosos.

-. En realidad, todas las bienaventuranzas pueden

reducirse a dos: la pobreza -con su secuela de manse-

dumbre, lágrimas, hambre y sed, misericordia, pureza y paz-

y la persecución por la justicia, por cumplir la voluntad de

Dios. En todas ellas el premio, bajo diversas imágenes, es

siempre el mismo: el Reino de los cielos, incoado aquí en el

Reino de Jesús. Porque Jesús es, al tiempo que el profeta de

la felicidad, la encarnación ejemplar de ese ideal

sobrehumano, la ayuda eficaz para ir realizándolo y la

recompensa espléndida que nos promete... ¡Señor, que

entienda y viva!

-. Según su programa, son bienaventurados, felices,

plenamente sólo en el Reino de los cielos:

* los que tienen alma de pobre, desprendida de los bienes

de esta vida y apegada sólo a Dios y a su voluntad siempre

amorosa; los que nada suyo consideran como propiedad

exclusiva;

* los mansos, los afligidos, los pacientes ante la ad-

versidad, los tolerantes ante la contradicción, lo no

violentos ante la agresión; los fuertes ante la injusticia,

Page 73: Misterios de Cristo y de María

73

porque se apoyan sólo en Dios (Mt ll,29s; 21,4s; Col 3,12-

15);

* los que, por males verdaderos propios y ajenos, lloran

lágrimas sinceras y serenas de conformidad y compasión,

poniendo en solo Dios su confianza; los que tratan de aliviar

los sufrimientos de los hermanos;

* los que tienen hambre y sed de Dios y de su salvación, y

procuran aplacar en los hermanos toda hambre y sed

legítimas;

* los que, con humilde misericordia, saben irradiar el

amor de Dios, comprender y disculpar, compadecer y

perdonar, vencer el mal con sobreabundancia de bien; los

que, con limpieza de corazón, con rectitud transparente de

miras, buscan a Dios en todas las cosas y todas las cosas en

Dios;

* los que, pacificados en Dios, construyen la paz,

serenando corazones, disipando recelos, conciliando

voluntades, aunando esfuerzos, promoviendo la fraternidad

universal; los que aman la concordia sin claudicaciones,-la

confrontación sin altercados, la exposición sin

imposiciones, la unidad en libertad y caridad;

* los que, por su fidelidad a Dios y a los hombres, por

"llevar una vida digna de Jesucristo " (2Tm 3,12; 1P 4, 14-

16), son insultados, calumniados, perseguidos.

+ Malaventuranzas

- Por el contrario, son malaventurados, desgraciados,

con desgracia total e irreversible en el más allá:

* los que tienen alma de rico, los despreciadores de Dios

e idólatras de los bienes de esta vida;

Page 74: Misterios de Cristo y de María

74

* los que, hartos de sí y vacíos de Dios, "enemigos de la

cruz de Cristo" (Flp 3, 18s), buscan en vano calmar su

hambre y sed de Infinito con "las cosas de la tierra";

* los que, olvidados de Dios y del prójimo, ríen con el

placer rastrero y egoísta, con la burla hiriente del sarcasmo

y la impiedad;

* los que son aceptados y aplaudidos por el mundo

mundano (Mt 10, 33; Ga 1, 10; St 4, 4), los que se

avergüenzan de su condición de cristianos, los que evitan el

rechazo o rehuyen la persecución a base de claudicaciones

y conformismos, los que con sus silencios y abstenciones

dejan el campo libre a los sembradores de cizaña o

injusticia.

-. Gracias, Jesús, por este tu programa, que es la Carta

Magna del Reino de Dios, el núcleo del Sermón del Monte,

el código seguro de la felicidad plena contra la absoluta

infelicidad, el resumen de tu predicación; en una palabra, la

síntesis de tu vida pobre, mansa, paciente y compasiva,

hambrienta y sedienta, misericordiosa, limpia, pacífica y

pacificadora, perseguida hasta la muerte. Y Tú nos dices:

"Sabiendo esto, seréis dichosos si lo ponéis en práctica" (Jn

13, 17). Ayúdame a seguirte e imitarte en la vivencia de este

ideal sobrehumano. Tú quieres hacerme feliz contigo, e

instrumento de tu felicidad (Jn 15, 11; 16, 22. 24; 17, 13; Flp

4, 4; lTs 5, 16). Cuando el Espíritu Santo actúa sus "dones"

al modo divino, éstos fructifican en los llamados "frutos del

Espíritu Santo" y en las "bienaventuranzas", que, en este

nivel, son caridad perfecta, vida mística, anticipo gozoso y

fecundo de la vida celeste.

Page 75: Misterios de Cristo y de María

75

25. Sal de la tierra y luz del mundo. Jesús y la Ley

antigua (Mt 5,13-48 pp)

-. Los cristianos, al encarnar en sus vidas las bien-

aventuranzas, se convierten en "la sal de la tierra " y en "la

luz del mundo", en fermento vigoroso de una nueva

humanidad... ¡Hazme, Señor, así!

+ Sal y luz del mundo (v. 13-16)

-. Jesús es la Sal que preserva, purifica y sazona todas las

cosas con sabor divino. Sus discípulos fieles, salados por Él,

salan la tierra con su virtud divina. Sus existencias, puras y

purificadoras, son el vigor interno de la humanidad. Mas

esta vocación sublime puede malograrse. Y "si la sal se

desvirtúa, ¿con qué se salará?". No hay sal para la sal; ni

hay para el hombre otra Sal que Cristo. ¡Qué difícil es salar

al discípulo privilegiado que un día perdió su sazón primera!

Esta sal desalada es insípida e ineficaz: sin valor actual para

el Reino y despreciada por los hombres... Con una vida

limpia y cristificada, ¿me esfuerzo en purificar mi ambiente

y en comunicarle un fuerte sabor a Cristo?

-. Jesús es "la Luz de los hombres" (Jn 1, 4s. 9), "la Luz

del mundo" (Jn 8, 12; 9, 5) que lo ilumina y vivifica, que

resplandece en medio de las tinieblas, sin que éstas puedan

sofocarla (Jn 1, 5). Sus discípulos fieles son "hijos de la

Luz" (Lc 16, 8), antorchas encendidas en su Fuego luminoso

e inextinguible... ¡Deja de maldecir inútilmente a las

tinieblas, enciende tu candela en Cristo, tu Cirio pascual, y

ahuyenta la oscuridad de la noche con su luz!

Page 76: Misterios de Cristo y de María

76

+ Jesús y la Ley antigua (v. 17-20)

-. Las enseñanzas de Jesús no vienen a abrogar las de la

Ley y los Profetas, sino a llevarlas a su plenitud, dándoles su

nueva y definitiva forma, sublimándolas con el espíritu del

Evangelio. El reconoce la Ley y los Profetas como Escritura

Santa, aunque sólo Él es la clave que la explica y le da

cumplimiento. Él consuma la Ley y los Profetas: al

depurarlos, radicalizarlos, interiorizarlos y unificarlos en el

precepto del amor. Su economía salvífica nunca pasará.

-. Jesús acepta de corazón y cumple con esmero esa Ley

de Dios. Pero rechaza las interpretaciones abusivas de los

rabinos: sus rigorismos, sus exterioridades, sus mitigaciones

y aun deformaciones del querer divino. Sus discípulos

deben ahondar en la letra de la Ley cristiana, para ser fieles

al Espíritu que la anima; renovar siempre sus vidas y

costumbres en un proceso constante de depuración,

profundización y adaptación evangélicas, "obrando la

verdad en la caridad" (Ef 4,15), "bajo el impulso del

Espíritu Santo y la dirección de la Iglesia" (PC 2). Sólo así

podrán ser "mejores que los maestros de la Ley y los

fariseos"... ¡Que entienda, viva y proclame así tu Ley!

+ Seis ejemplos (v. 21-48)

-. En seis antítesis luminosas, Jesús aclara esa afirmación

general. En ellas se manifiesta, con fuerza especial, su

conciencia mesiánica:

* Frente a una interpretación literalista de la Ley, que

prohíbe y condena sólo la realización física del homicidio,

Jesús persigue su raíz en el corazón del hombre,

condenando el rencor y la injuria, exigiendo la

reconciliación antes de presentar la ofrenda ante el altar.

Page 77: Misterios de Cristo y de María

77

* Frente al Decálogo antiguo, que condena sólo el

adulterio de obra de la mujer casada o prometida o con ellas

(Ex 20, 14), consideradas propiedad del marido o del

prometido, Jesús prohíbe también el adulterio del corazón:

"mirar con malos deseos a una mujer". Según la mentalidad

del tiempo, los contemporáneos de Jesús sólo podían

entender esta prohibición referida a la mujer casada o

prometida. Pero, según el espíritu de Jesús, se refiere a todo

hombre, mujer o varón. Estas miradas codiciosas, al

considerar a la persona -mujer o varón- como mero objeto

de satisfacción sexual, la cosifican y despersonalizan,

profanando la "imagen y semejanza de Dios".

* Frente a la permisión mosaica, que consiente el divorcio

del marido por un motivo tan banal y ambiguo como el que

encuentre en su mujer "algo indecoroso y [por ello] deja de

agradarle" (Dt 24, 1), Él proclama la indisolubilidad del

matrimonio, restituyéndolo, así a su pureza primitiva. "Salvo

en caso de unión ilegítima" (Mt 5, 32; 19, 9), es decir, o

concubinaria o incestuosa (Lv 18).

* Frente a la Ley, que prohíbe sólo el juramento falso, Él

rechaza también el juramento vano (explícito o implícito),

es decir, el no necesario o conveniente; y exige la absoluta

veracidad y transparencia en las palabras (St 5, 12), a

imitación suya, que es la Palabra personal del Padre en la

que "todo ha sido sí" (2Co 1, 19).

* Frente a la Ley, que trata de poner límite a la venganza

con la vieja ley del talión {"ojo por ojo y diente por diente

"), Jesús prohíbe tomar cualquier tipo de represalia

vengativa, y manda al individuo vencer el mal con

sobreabundancia de bien, sin que ello suponga la renuncia

sistemática al derecho y honra propios.

Page 78: Misterios de Cristo y de María

78

* Frente a la Ley, que manda amar sólo al prójimo

compatriota y, en la práctica, odiar a los enemigos, Jesús

manda amar también a los enemigos y orar por ellos, para ser

"perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt),

para ser "misericordiosos, como vuestro Padre es

misericordioso" (Lc 6, 36).

26. Piedad sencilla y sincera (Mt 6, 1-8. 16-18p)

+ Piedad sencilla y sincera (v. 1-8. 16-18)

-. Partiendo de las tres principales obligaciones religiosas

de los fariseos -limosna, oración y ayuno-, Jesús nos enseña

que los que viven según su programa deben hacerlo con

humilde sencillez ("en secreto"), sin alardes ni ostentación,

con intención recta de agradar a Dios, testigo y meta de todas

nuestras acciones: "No hagáis el bien para que os vean los

hombres, porque entonces vuestro Padre celestial no os

recompensará"... ¡Señor, quiero ser como Tú!

Altero el orden entre ayuno y oración, para dedicar más

espacio al comentario-súplica del Padrenuestro.

* La limosna, supuesta la justicia, es una obligación

social. Pero hay una limosna hipócrita: la que se realiza con

vanidad y ostentación; y es rechazada por Dios. Y hay una

limosna sincera: la que no se exhibe, porque sólo busca

agradar a Dios; y es recompensada gratuitamente por Dios.

* El ayuno privado es hipócrita cuando busca darse a

conocer por ciertas señales externas de penitencia,

convirtiendo lo que debía ser humillación del alma en una

vana exhibición. El ayuno sincero es el que se hace sólo

Page 79: Misterios de Cristo y de María

79

para reparar, interior y exteriormente, nuestros pecados, en

unión confiada con la expiación perfecta de Jesús ante el

Padre, y con espíritu de humilde servicio a sus pobres.

* La oración, o diálogo con Dios, es falsa e inútil cuando,

con sus poses, busca atraer la atención de los demás; o

cuando pretende influir sobre Dios con palabrería inútil. Y

es auténtica y eficaz, cuando sólo busca glorificar a Dios en

un encuentro amistoso con Él; y se expresa con sobriedad,

en la firme convicción de que la oración de súplica no es

para informar o doblegar a Dios, sino para, con su gracia,

tomar conciencia de nuestra indigencia radical y

disponernos a recibir en libertad los dones del Padre

omnisciente, omnipotente e infinitamente bueno.

27. El Padrenuestro (Mt 6, 9-15; Lc 11,1-4)

Al terminar Jesús su oración retirada cerca de sus

discípulos, uno de ellos le suplica: "Señor, enséñanos a

orar, como Juan enseñó a sus discípulos". Él, entonces, les

dice: "Cuando oréis, decid..." (Lc 11, ls). Y, en el contexto

de todo el Sermón de la Montaña, les enseña y prescribe el

Padrenuestro, contenido central de nuestra fe, síntesis de

todo el Evangelio, modelo de toda plegaria auténticamente

cristiana, manifestación de la oración más íntima de Jesús.

Son tres deseos y tres peticiones: las dos últimas, ex-

presadas negativa y positivamente. Los tres deseos, se

refieren al plan absoluto de Dios (su glorificación, mediante

el advenimiento de su Reino, por la realización de su

voluntad salvífica), que Él va realizando y que nadie podrá

impedir en los demás. Las tres peticiones versan sobre

Page 80: Misterios de Cristo y de María

80

necesidades fundamentales del hombre (en orden al

cumplimiento personal de ese plan), que Dios atiende según

su beneplácito. Unos y otras se refieren directamente a su

consumación final; e indirectamente, a su incoación en esta

vida, con la colaboración comprometida del orante.

* "Padre nuestro, que estás en el cielo": En la invocación

inicial, Jesús nos recuerda quién es Dios para nosotros

(nuestro Abbá) y quiénes somos nosotros para Dios (sus

hijos) y para los demás (hermanos en Cristo). - Al mismo

tiempo, nos sugiere el clima espiritual de toda oración

cristiana: reverencia humilde (ante el Dios santo y

trascendente) y amor confiado (al Dios cercano y bueno); y

todo ello, por medio de Jesucristo y en sintonía con Él.

La palabra aramea subyacente a Padre es Abbá (Me 14,

36; Rm 8, 15; Ga 4, 6): expresión privativa de un hijito

cuando se dirige a su "papá" o de un miembro de la familia,

con un sentido de intimidad y respeto. Pocas veces, Israel

invoca y llama a Dios Padre. Pero nunca con la palabra

Abbá, que hubiera supuesto considerarse miembro de la

misma familia de Dios; sino con las palabras (Abinu, Padre

nuestro; y Abí, Padre mío). En el texto original arameo

subyacente, Jesús siempre se dirige a su Padre con la palabra

entrañable Abbá; y nos manda invocarlo como Él. Aunque

distingue perfectamente entre su filiación divina por

naturaleza y nuestra filiación divina por participación (Jn

20, 17).

La invocación inicial "Padre nuestro, que estás en el

cielo" se corresponde con la de "Padre celestial". Es típica

de Mateo (dos veces se la aplica Jesús a sí mismo, y cinco

veces a los cristianos); y subraya la trascendencia esencial

de esa paternidad divina, que desciende hasta el hombre.

Page 81: Misterios de Cristo y de María

81

Expresaré en forma de oración el significado y el

compromiso de los deseos y peticiones.

* "Santificado sea tu Nombre": Padre, tú que eres "el

Santo" (Os 11, 9; Jn 17, 11; 1P 1, 15s) y Santificador,

haznos dignos de participar gozosamente en la plena

manifestación de tu gloria bienaventurada al final de los

tiempos. - Y para ello, santifícanos ahora: ayúdanos a ser

imágenes, conscientes y crecientes, de tu gloria, de tu amor

universal de Padre; a trabajar, con Cristo y como Cristo, en

su misión de salvar y santificar a todos los hombres (Ez 36,

23).

En el ambiente cultural bíblico, el "nombre " manifiesta lo

que es la persona en relación a Dios y a la comunidad; y

sólo es comprensible en el ámbito de la persona.

"Santo" ('agios) no ha de confundirse con "sagrado"

(hieros), que designa una realidad de este mundo que ha

sido apartada del uso profano para ser dedicada a la

divinidad. La santidad se refiere estrictamente a la

divinidad, e indica lo que es propio y típico de Dios. Dios

"santifica " a una persona o una cosa estableciendo con ella

una nueva relación. Más en concreto, Dios "santifica" al

hombre haciéndolo semejante a Él; y el hombre "es

santificado " por Dios cuando acoge, activa y

agradecidamente, ese don gratuito de Dios, haciendo que

sus actitudes y comportamientos se asimilen más y más a los

de Dios (Mt 5, 48).

* "Venga a nosotros tu Reino": Padre, que, cuando venga

Jesucristo para entregarte el Reino, seamos testigos gozosos

de la realización plena de este tu Reino de Vida, Amor y

Paz: de la consumación gloriosa de la Familia de los hijos

de Dios. - Y para ello, que nos esforcemos, con Cristo y

Page 82: Misterios de Cristo y de María

82

como Cristo, en implantar en nosotros y en el mundo entero

el reinado espiritual de tu Hijo.

Como ya he explicado, el Reino o Reinado de Dios (que

Mateo llama treinta y tres veces "Reino de los cielos ", y dos

veces "Reino del Padre ") consta de un movimiento

descendente y de otro ascendente. En Cristo y por su

Espíritu, Dios sale gratuitamente al encuentro del hombre

caído para perdonarlo y hacerlo hijo suyo, y el hombre se

abre libremente a este don. A partir de aquí, Dios y el

hombre profundizan en esta Alianza nueva y definitiva, en

este encuentro de amor divinizador y humanizador, hasta su

consumación plena en el cielo. Así pues, el Reino o Reinado

de Dios es la acción salvífica de Dios y su aceptación por

parte del hombre. Esta salvación afecta inmediatamente al

hombre y, por medio de él, a toda la creación.

* "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo":

Padre, que, en la venida gloriosa de Cristo Rey, asistamos

gozosamente al cumplimiento perfecto de tu Plan de

salvación. - Y para ello, "que tu santísima voluntad

sintamos y aquélla perfectamente cumplamos " (SAN

IGNACIO DE LOYOLA).

* "Danos hoy nuestro pan de cada día" o "del Mañana"

[griego: epioúsios; arameo: mahar]: Padre bueno,

concédenos hoy el Pan de Vida que esperamos comer con tu

Hijo Mañana, en el banquete del Reino de los cielos.

Concédenos -con los bienes temporales, necesarios o

convenientes para servirte- abundancia de bienes

espirituales (Mt 6, 33). - Y para ello, acrecienta nuestra

hambre de ese Pan que todos necesitamos, para que siempre

te lo pidamos con humilde confianza, lo recibamos con

Page 83: Misterios de Cristo y de María

83

agradecimiento y lo compartamos generosamente con

nuestros hermanos.

* "Perdona nuestras ofensas, \ como también nosotros

perdonamos a los que nos ofenden": Padre misericordioso,

te suplicamos que, en el día de nuestra rendición de cuentas,

nos veamos libres, ante ti y por ti, de todo pecado. - Y para

ello, perdónanos plenamente todas nuestras ofensas contra ti

y contra nuestros hermanos; sana las raíces, pecaminosas o

desordenadas, de nuestro ser; limpia las secuelas u orín de

nuestros pecados y desórdenes; cancela todas nuestras

deudas (o reatos de pena) por nuestros pecados no

suficientemente reparados. - Y que desbordemos, sobre los

que nos ofenden, el perdón que recibimos de ti y sin el que

no podemos vivir (Mt 5, 44; 6, 14s; 18, 21-35pp); a ejemplo

de tu Hijo, que, siendo inocente, muere perdonando y

disculpando a sus enemigos.

* "No nos dejes caer en la tentación, | y líbranos del Mal":

Padre Santo, no permitas que, en la lucha o prueba final, nos

apartemos definitivamente de ti, sucumbiendo a la apostasía

o a la impenitencia. - Líbranos del Mal supremo, que es la

pérdida de ti; y del Maligno, que quiere alejarnos para

siempre de ti. Y para ello, no nos dejes caer en las

tentaciones cotidianas, líbranos de las tentaciones

especialmente peligrosas, asístenos siempre con tu gracia

poderosa, cuídanos para que no te pongamos a prueba (Mt

4, 7) metiéndonos imprudentemente en el peligro. Te lo

pedimos por medio de tu Hijo Jesucristo, que venció a Satán

por nosotros; y en unión con María, la vencedora de la

Serpiente, Madre de tu Hijo y Madre nuestra. Amén.

-. ¡Jesucristo, gracias por el regalo y ejemplo de "tu

oración"! ¡Enséñame a rezar y a vivir, en toda ocasión y

como Tú, el Padrenuestro!

Page 84: Misterios de Cristo y de María

84

28. Una decisión necesaria (Mt 6, 19-24pp)

-. ¡Señor, ilumina los ojos de mi corazón, para que sepa

valorar, elegir y vivir con autenticidad sólo para ti, al

servicio de tu Reino!

+ Tesoros falsos y tesoros verdaderos

- Como el hombre mundano se consume en la búsqueda

frenética y en el acopio estéril de tesoros falsos, el discípulo

de Jesús se compromete en la búsqueda fecunda de los

tesoros verdaderos que Él le brinda. Son tesoros falsos los

bienes terrenos, buscados con ansia absorbente y

esclavizadora: son efímeros y fuente de constantes y

angustiosas preocupaciones. – Son tesoros verdaderos la

vida eterna y cuanto la prepara. Lo que se hace por Dios

retiene su valor de eternidad. "Donde está tu tesoro, allí está

también tu corazón": el hombre pone su amor en lo que

considera su bien y corre la suerte de éste. "Amas la tierra,

tierra eres. Amas el cielo, cielo eres" (SAN AGUSTÍN).

+ Ojos sanos y ojos enfermos

- Los ojos son para ver y orientarnos. Están

espiritualmente sanos los ojos del corazón, cuando dirigen

limpiamente su mirada hacia Dios; cuando, libres de toda

codicia y prejuicio, están abiertos a la Luz, que es Cristo.

¡Qué vida tan luminosa y llena de sentido la del que no tiene

otra luz que la del Evangelio! – Están espiritualmente

enfermos los ojos del corazón, cuando, cegados por los

bienes ilusorios de esta vida, no perciben, valoran y buscan

los del cielo; cuando, deslumbrados por las codicias y

prejuicios ofuscadores, se cierran a Cristo, el Camino, la

Page 85: Misterios de Cristo y de María

85

Verdad y la Vida. ¡Qué oscura y depravada la vida de quien

culpablemente se ha privado de esta Luz!

+ "No podéis servir a Dios y al Dinero"

-. Dios y la Riqueza idolátrica son señores irrecon-

ciliables, con exigencias totalizantes sobre sus adoradores.

Dios merece y exige la entrega, total, libre y liberadora, del

hombre, su criatura e hijo. Servir a Dios es reinar.

-. La Riqueza idolátrica, injustamente adquirida o

insolidariamente poseída, es un tirano avasallador; un poder

seductor -casi demoníaco-, que ahoga la Palabra y dificulta

enormemente la entrada en el Reino de los cielos. Servir al

Dinero es hacerse esclavo y esclavizados "Los que quieren

enriquecerse [a cualquier precio] caen en trampas y

tentaciones, y se dejan dominar por muchos deseos

insensatos y funestos, que hunden a los hombres en la ruina

y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de

todos los males; algunos, por codiciarlo, se han apartado

de la fe y se han acarreado a sí mismos muchos sinsabores

" (l Tm 6, 9s).

29. Buscar lo esencial: confianza en la Providencia

(Mt 6, 25-34p)

-. El creyente no debe inquietarse afanosamente por los

bienes de esta vida, descuidando los bienes celestes, ya que

Dios, nuestro Padre, cuida con solicitud de todos sus hijos.

El que nos ha dado lo más, la vida y el cuerpo, ¿no nos dará

lo menos, el alimento y el vestido? El que cuida de lo menos

valioso, pájaros y lirios, ¿no cuidará de lo más precioso, sus

hijos? Jesús censura no el cuidado ordenado, orientado a

Page 86: Misterios de Cristo y de María

86

Dios y abierto a los demás, sino la solicitud excesiva por las

cosas terrenas, el esfuerzo febril, el celo angustioso, el afán

egoísta, que desplaza a Dios y al hermano de su horizonte.

Esta inquietud, fruto de la poca fe, es inútil y perjudicial.

-. Para el discípulo de Jesús sólo debe existir una solicitud

verdaderamente importante, que unifica y vivifica toda otra

solicitud: la solicitud por el Reino de Dios y por su santísima

y benéfica voluntad. "Buscad ante todo [en todo y por

encima de todo] el Reino de Dios y lo que es propio de él, y

Dios os dará todo lo demás". Tomar en serio a Dios es

confiar siempre y plenamente en Él: también en los

acontecimientos desconcertantes de la vida, en la oración

aparentemente desatendida.

- La fe en la Providencia no es un seguro contra toda

desgracia natural. Sólo me asegura que, pase lo que pase,

todo estará bajo el control del Dios Amor, todo vendrá

filtrado por el Corazón de mi Padre Dios, todo servirá para

la mayor gloria de Dios, todo redundará en mi mayor y

mejor provecho. "Sabemos que todo contribuye al bien de

los que aman a Dios " (Rm 8, 28)... La Providencia es una

verdad de fe. "Hay que creer en la Providencia porque se

cree en Dios, y no creer en Dios porque se cree en la

Providencia" (CHARLES MOELLER). TU Providencia, Señor,

no siempre es constatable, evidente, sino misteriosa. Yo soy

para el prójimo las manos del Dios Providente. Mis

acciones y omisiones egoístas suscitan, muchas veces, el

escándalo, la queja rebelde y aun las blasfemias contra

Dios.

Page 87: Misterios de Cristo y de María

87

30. Amor discreto al prójimo (Mt 7, l-6pp)

+ Si Jesús, que conoce nuestros pecados, nos disculpa y

perdona siempre, también nosotros debemos ser

comprensivos con nuestros hermanos, evitando juicios

malévolos y sospechas temerarias contra ellos. Estos juicios

y estas sospechas quedan reprobados por imprudentes y

entrometidos.

- La manía de querer mejorar a los demás es, en el fondo,

una acusación hiriente y una hipócrita presunción.

Inconformistas; sí; pero inconformistas humildes y

reformados, discretamente exigentes con nosotros mismos

y comprensivos con los demás. "No juzguéis, para que Dios

no os juzgue; porque Dios os juzgará del mismo modo que

vosotros hayáis juzgado y os medirá con la medida con que

hayáis medido a los demás". Se trata de una medida no de

igualdad, sino de proporcionalidad: Magnanimidad

desbordante de Dios, ante la medida generosa del hombre;

Justicia estricta de Dios, ante la medida inmisericorde o

tacaña del hombre.

+ Esta comprensión del prójimo reclama también que, por

un celo indiscreto y ligero, no se entregue la doctrina del

Reino a quienes de momento no pueden o no quieren

comprenderla y acogerla. Sólo serviría para provocar

altercados, desprecios y profanaciones. Cristo nos manda

predicar el Evangelio a todos "con libertad y valentía" (Hch

4, 29-31), aun a costa de persecuciones. Pero, también, con

prudencia sobrenatural, sin provocar a los oyentes con

nuestra falta de tacto o con proselitismos sectarios (2Tm 4,

1-5) y sin aumentar su responsabilidad porque está cerrado

o en actitud de rechazo (Mt 7, 6).

Page 88: Misterios de Cristo y de María

88

- Para dar "lo santo " con respeto y oportunidad, debemos

comenzar por respetarlo con amor reverencial, ya que

nosotros no somos propietarios, sino simples

administradores de los misterios de Dios... Señor, que sepa

servir a mis hermanos con "discreta caridad", como enseña

SAN IGNACIO DE LOYOLA, buscando siempre hacerles el

mayor bien, y no simplemente agradarles o congraciarme

con ellos.

31. Confianza y perseverancia en la oración. Regla de

oro (Mt 7, 7-13pp; Lc 18, 1-8)

+ Confianza y perseverancia en la oración

-. La oración de petición no es optativa o discrecional,

sino necesaria y obligatoria: condición normal para que

nosotros, criaturas e hijos de Dios esencialmente indigentes,

recibamos gratuita y libremente sus bienes. Por eso, Jesús

nos urge: "Pedid, buscad, llamad...".

-. La oración de quien vive para Dios y en Él confía, de

quien busca en todo su Reino y espera de Él todo lo demás;

la oración realizada "en el nombre de Jesús" (Jn 14, 13s; 15,

7.16; 16, 23s. 26s), es decir, en comunión vital con Él y en

unión amorosa con los hermanos, es siempre eficaz.

Siempre es escuchada por el Padre infinitamente bueno,

sabio y poderoso. Aunque a su tiempo y a su modo, que son

siempre los mejores para nosotros. Él dará, a los que se lo

pidan, "cosas buenas" (Mt), "el Espíritu Santo" (Lc), ya

que, en definitiva, lo que el verdadero orante pide, directa o

indirectamente es, en definitiva, al mismo Dios: "Dadme

Page 89: Misterios de Cristo y de María

89

vuestro amor y gracia, que ésta me basta" (SAN IGNACIO DE

LOYOLA).

-. Cuando el hombre no tiene otra voluntad que la de Dios,

Él, con delicadeza de Padre, Esposo y Amigo, suscita los

deseos grandes que generosamente quiere conceder. SANTA

TERESA DEL NIÑO JESÚS así lo reconoce: "Siempre me ha

dado [el Señor] lo que he deseado; o, mejor, siempre me ha

hecho desear lo que quería darme". La oración por los

demás les obtendrá ciertamente gracias especiales, que

reclaman, para ser eficaces, su aceptación.

-. Además de la confianza y del espíritu filial, condiciones

esenciales de la oración eficaz, se requiere la humilde y

confiada perseverancia, insinuada en la insistencia del

mandato de Jesús y explicitada en la parábola del amigo

importuno (Lc 11, 5-13). Esta insistencia en la oración no

se debe a que Dios sea duro o tacaño de corazón y sólo se

doblegue a fuerza de súplicas porfiadas; sino a que nosotros

necesitamos crear un espacio de libertad confiada y de

humilde deseo para que Dios pueda dársenos en plenitud...

-. ¡Señor, aumenta mi fe y mi confianza en ti! ¡Que no me

canse de estar contigo, con las manos elevadas y abiertas,

pidiéndote que se cumpla en todo tu voluntad salvífica!

+ Regla de oro

"Así pues, tratad a los demás como queráis que ellos os

traten a vosotros, porque en esto consisten la Ley y los

Profetas". Esta conclusión hace referencia al comienzo de

la instrucción de Jesús sobre las enseñanzas de la Ley y los

Profetas (Mt 5,17); y establece la llamada regla de oro del

comportamiento cristiano (Rm 13, 8. 10). Este

mandamiento natural de "amar al prójimo como a sí

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90

mismo", con una formulación similar, se encuentra también

en el judaismo (Tb 4, 15; Si 31, 15) y en otros ámbitos

culturales. Pero, para los discípulos de Jesús es una norma:

positiva, universal, sobrenatural y profundamente humana.

-. Aunque debe ser completada por "el mandamiento

nuevo, mi mandamiento" (Jn 13, 1. 34s; 15, 12s; 17, lis. 21.

26): amar al prójimo como a Cristo y como Cristo, como el

Padre y el Hijo se aman en el Espíritu Santo. Con razón,

este mandamiento ha sido llamado el mandamiento

imposible: imposible para las solas fuerzas humanas. Pero,

"para Dios nada hay imposible" (Lc 1, 37): para Cristo,

que, en nosotros y con nosotros, ama al Padre y a los her-

manos...

-. ¡Jesús, arranca mi "corazón de piedra", rebelde y duro,

y dame tu "corazón de carne" (Ez 11, 19), obediente y

compasivo, para que pueda amar a Dios y a los hombres

contigo y como Tú!

32. Dos clases de caminos, profetas, discípulos y casas

(Mt 7, 13-29pp)

+ Dos caminos

-. Con esta sentencia sobre los dos caminos Jesús quiere

poner de relieve las dificultades que entraña la práctica de

sus enseñanzas (Mt 7, 13s), y responde prácticamente a la

pregunta teórica de si son pocos los que se salvan (Lc 13,

24). Esta "perdición" y esta "vida" son la exclusión del

Reino o el ingreso en él, por el rechazo o por la aceptación

de sus enseñanzas y, en último término, del mismo Jesús.

Page 91: Misterios de Cristo y de María

91

Los "muchos " y los "pocos " se refieren a los judíos

contemporáneos de Jesús. Pero no, al número de los que se

salvarán, sino al número de los que ahora se deciden a entrar

por Jesús, que es "la Puerta" (Jn 10, 9), "el Camino, la

Verdad y la Vida" (Jn 14,6). Con esta sentencia condena,

implícitamente y con alcance general, toda tibieza y

mediocridad, todo laxismo y optimismo ilusorio.

-. Señor, que no pretendamos ensanchar la puerta y

espaciar el camino, con mitigaciones abusivas o re- bajas

complacientes en el dogma y la moral. Que no marchemos,

en caravana conformista, arrastrados por la masa

despreocupada y ruidosa. Que hagamos una plena opción

personal por ti, para, con la minoría responsable y

silenciosa, buscar esforzadamente, hasta "encontrar", ese

Camino que se recorre paso a paso, mientras se va uno

adentrando en la Puerta, sin rebasarla nunca.

+ Falsos profetas y verdaderos profetas

-. Jesús nos previene contra "los falsos profetas", contra

los que engañosamente dicen hablar en su nombre. Y nos

advierte que tanto a los falsos profetas como a los

verdaderos profetas "por sus frutos los conoceréis": por su

vida, por los resultados reales y consistentes de sus palabras

y esfuerzos. Claro que, para descubrir a sus comienzos o, al

menos, cuanto antes la falsedad, se requiere prudencia y un

fino sentido de discernimiento espiritual... ¿Los tengo yo?

¿Los pido?

-. Si estos árboles sin frutos o con frutos envenenados no

se convierten, serán cortados por el hacha del Juicio y

echados al fuego inextinguible del Infierno. "¡Ay de quienes

son ocasión de pecados en el mundo!" (Mt 18,6s). También

hoy pululan pseudoprofetas altaneros, que pregonan los

Page 92: Misterios de Cristo y de María

92

criterios del mundo como si fueran los de Cristo; que, bajo

capa de autenticidad evangélica, sólo denuncian los

defectos de la Iglesia, pero no los suyos ni los de su bando;

que alardean de pretendidos carismas, sin someterlos al

discernimiento autorizado de la Iglesia; que corren en

manada detrás de quien enarbola bandera de novedad,

rebeldía y poder... Profeta es el que habla en nombre de

Otro, de Dios. ¿Cómo hablo yo del Reino de Cristo? ¿Cómo

Él: movido de su Espíritu y buscando la gloria de Dios, en

el bien integral de mis hermanos?

+ Discípulos falsos y discípulos verdaderos

-. Son discípulos falsos los que confiesan a Jesús con los

labios, los que profetizan y aun hacen milagros en su

Nombre, pero son desmentidos por sus obras. Ellos verán en

el día del Juicio cómo ellos mismos se auto-excluyen del

Reino de los cielos; cómo Cristo no los reconoce como

suyos, sino que confirma definitivamente su apartamiento

real de Él.

-. Sólo son sus verdaderos discípulos los que creen en

Dios y cumplen su voluntad. Ellos verán cómo Jesús, con

rostro alegre y palabra acogedora, los abraza e introduce en

el Reino de su Padre... ¡Hágase en mí!

+ Dos casas

-. Con esta parábola de las dos casas, con que remata su

largo discurso, Jesús quiere dejar bien clara la autoridad

absoluta de su doctrina y su carácter obligatorio. El hombre

sensato es el que escucha y cumple las palabras de Jesús. El

Juicio no hará sino constatar, fijar y premiar la solidez de su

vida, la cordura de su fe operante. Como el temporal

Page 93: Misterios de Cristo y de María

93

demuestra la solidez de la casa edificada sobre roca, sobre

cimientos roqueños.

-. El hombre necio es el que escucha las palabras de Cristo,

pero no las cumple. El Juicio no hará sino mostrar la

inconsistencia de su vida insensata y arrasarla para siempre.

Como el temporal arruina y arrastra la casa edificada sobre

arena, a ras de tierra, sin cimientos... ¡Señor, Tú eres mi

Roca! ¡Edifica mi vida y mis obras sobre ti! ¡Que tu Espíritu

actúe en mí, al modo divino, los dones de sabiduría e

inteligencia, todos su "dones santísimos"!

+ "Les enseñaba con autoridad, y no como sus maestros

de la Ley"

-. Al terminar Jesús este discurso, la gente se queda

admirada del modo como propone su enseñanza. Jesús, que

no ha sido discípulo de ningún rabí, ni ha sido autorizado

oficialmente para enseñar en Israel, se presenta como

verdadero Maestro, con discípulos que lo siguen y

comparten su vida. Y enseña apoyándose no en la autoridad

de la tradición, sino en su propia autoridad mesiánica. Lo

que confiere a sus palabras todo su peso no es sólo su

contenido; sino, sobre todo, la persona que las proclama y

encarna. Su Palabra es un llamamiento total, insoslayable y

urgente, ante el que hay tomar partido total y definitivo: "El

que no está conmigo, está contra mí" (Mt 12, 30)... Una vez

más te digo: "¡Yo contigo y como Tú!".

Page 94: Misterios de Cristo y de María

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33. Curaciones: leproso, criado del centurión, suegra de

Pedro y otros (Mt 8, 1-17p)

+ Curación del leproso

-. El corazón de Jesús vibra de amor al Padre y a los

hombres, cuando, seguido por un gran gentío, desciende del

Monte. Entonces, se le acerca un leproso, impuro y

marginado por la Ley. Se postra a sus pies y le dice con fe

humilde y confiada: "Señor, si quieres, puedes limpiarme".

Es el momento de confirmar con obras el Evangelio del

Reino, que acaba de proclamar con palabras. Extiende la

mano, lo toca y le dice: "Quiero, queda limpio". Al instante,

desaparece la lepra y queda incorporado a la comunidad

mesiánica. Jesús le advierte que no se lo diga a nadie y que

observe lo prescrito, presentándose al sacerdote con la

ofrenda.

-. ¡Señor, pronuncia sobre mí esa tu eficaz palabra

sanadora! ¡Sana mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi

espíritu! ¡Sólo para tu gloria! ¡Cuando quieras y como

quieras! ¡Que mi voluntad sintonice siempre con la tuya!

+ Curación del criado del centurión

-. Al entrar en Cafarnaún, se le acerca el centurión

romano de aquel puesto (o en persona o por medio de unos

ancianos y amigos judíos: Lc); y le expone la situación:

"Señor, tengo en casa un criado paralítico que sufre

terriblemente " ("está muy enfermo, a punto de morir": Lc).

Ante sentimientos tan compasivos, Jesús le responde: "Yo

iré a curarlo". Él replica con humildad sincera y confianza

ilimitada: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa;

pero di una sola palabra y mi criado quedará sano...". Jesús

Page 95: Misterios de Cristo y de María

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se admira de tanta fe en un pagano, -que anuncia la

conversión de muchos gentiles y el rechazo de muchos

judíos-, y dice al centurión: "Vete y que suceda según tu fe".

Y, en aquel momento, el criado queda sano; el centurión,

creyente; y Jesús, gozoso.

- Todos los días, antes de recibirte en la Comunión, repito

con la Iglesia esas mismas palabras del centurión. ¡Que las

pronuncie, al menos, con la fe y confianza de ese pagano!

+ Curación de la suegra de Pedro

-. De allí va a la casa de Pedro, donde encuentra a su

suegra acostada con fiebre. Toma amablemente su mano, y

la fiebre desaparece. Ella se levanta y se pone a servirle.

-. ¡Levántame hasta tu Corazón, y hazme, como a SAN

CLAUDIO DE LA COLOMBIERE, "tu siervo fiel y tu perfecto

amigo"!

+ Curaciones múltiples

-. "Al atardecer le trajeron muchos endemoniados; expulsó

a los espíritus con su palabra y curó a todos los enfermos".

Así cumple lo anunciado por Isaías (Is 53,4). Y así

manifiesta la bondad y poder de su Corazón, y nos anima a

ser transmisores generosos de esos poderes salvíficos y

sanadores que Él comunica a su Iglesia.... ¡Sáname y hazme

sanador integral!

Page 96: Misterios de Cristo y de María

96

34. Curación de una mujer enferma. Resurrección de la

hija de Jairo y del hijo de una viuda en Naín

(Mc 5, 21-43p; Lc 7,11-17)

+ Petición de Jairo

- Jesús se encuentra junto al lago, rodeado de mucha

gente. Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, se acerca, se

echa a sus pies y le suplica con insistencia: "Mi niña está

agonizando; ven a poner las manos sobre ella para que se

cure y viva". Jesús se va con él. (El evangelista interrumpe

aquí esta escena, para proseguirla después).

+ Curación de una mujer enferma

-. Mucha gente sigue y asedia a Jesús hasta estrujarlo.

Una mujer que, desde hace doce años, padece hemorragias,

-sin que los médicos hayan conseguido otra cosa que

aumentar sus sufrimientos y sus males, y consumir sus

bienes-, convencida de que con el simple contacto con los

vestidos del Maestro quedaría curada, se le acerca por detrás,

toca delicadamente el manto de Jesús y, en ese mismo

instante, siente que está curada.

-. Jesús advierte la fuerza sanadora que El ha dejado

brotar, se vuelve y pregunta quién ha tocado su ropa. Sus

discípulos, extrañados, replican: "Ves que la gente te está

estrujando, y preguntas ¿quién te ha tocado?". Jesús pasea

su mirada a su alrededor, y la detiene en la mujer. Ella,

asustada y temblorosa, se echa a sus pies y le cuenta lo que

ha sucedido. Él le dice con bondad: "Hija, tu fe te ha

salvado; vete en paz y queda curada de tu mal".

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97

-. La gente te estruja, Jesús, y no se cura; la mujer te toca

y queda curada. Muchos te comemos en la Comunión, y

seguimos con los mismos o mayores males (I Co 11,30). Y

es que "a Cristo se le toca con la fe" (SAN AGUSTÍN).

¡Aumenta nuestra fe!

+ Resurrección de la hija de Jairo

-. (Volvemos a Jairo.) Está todavía hablando Jesús con la

mujer curada, cuando llegan unos de la casa del jefe de la

sinagoga y le dicen a Jairo: "Tu hija ha muerto; no sigas

molestando al Maestro". Jesús lo oye, y le dice al afligido

padre: "No temas; basta con que tengas fe". Acompañado

de Pedro, Santiago y Juan, llega a la casa de Jairo. Al ver el

alboroto reinante y escuchar los lloros y alaridos, dice: "La

niña no ha muerto; está dormida". Ellos se burlan de Jesús.

-. Él los echa fuera a todos, toma con Él a los padres de la

niña y a los tres discípulos, entra en la habitación de la niña

y, tomándola de la mano, le dice: "Talitha kum", que quiere

decir: "Niña, a ti te hablo; levántate". La niña, de doce años,

se levanta al instante y echa a andar. Todos se quedan

atónitos. Jesús les insiste mucho en que no se lo cuenten a

nadie; y les dice a los padres que den de comer a la niña.

-. ¡Cuánto poder y bondad! Para ti, Jesús, la muerte es

como un sueño. Señor, levánteme de mis caídas y

postraciones, de mis tibiezas y mediocridades. Infúndeme

con abundancia tu Vida, para que pueda andar, correr, volar

por tus caminos. No hay tiempo que perder; pues el sol de

mi vida camina hacia su ocaso y, quizá, se está ya poniendo.

+ Resurrección del hijo de la viuda de Naín

-. Poco después, marcha a Naín, pequeña aldea a unos

doce kilómetros al sureste de Nazaret. Lo acompañan sus

Page 98: Misterios de Cristo y de María

98

discípulos y mucha gente. Cerca de la entrada del pueblo,

se topa con un cortejo numeroso, que lleva a enterrar al hijo

único de una viuda. Al ver llorar a la madre, compadecido

de ella, le dice: "No llores". Se acerca y toca el féretro. Se

detienen los portadores; y, con imperio, se dirige al muerto:

"Muchacho, a ti te lo digo: ¡Levántate!". Ante el asombro

de todos, el muerto se incorpora y se pone a hablar. Él se lo

entrega a la madre, transfigurada de gozo. El llanto de la

madre y del hijo que se abrazan es ahogado por los gritos de

la gente, que alaba a Dios: "¡Un gran profeta ha surgido

entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo!".

-. Jesús, que yo sepa y quiera reconocer "el momento de

tu visita salvadora" (Lc 19, 44); que confíe en ti y te ame

con todo mi corazón, Señor de la vida y de la muerte.

35. Jesús comienza su ministerio en Nazaret

(Mt 13, 53-58pp)

A diferencia de Marcos (6,1-6) y de Mateo (13,53-58), que

sitúan la visita a Nazaret a continuación del discurso

parabólico, Lucas inicia la misión de Galilea en Nazaret, en el

marco de la sinagoga, inmediatamente después de las

tentaciones, como el anticipo de todo el ministerio de Jesús y

de la Iglesia. Jesús anuncia, con palabras y obras, la salvación

para todos, especialmente para los más necesitados. Los

incrédulos piden nuevos signos; el pueblo judío rechaza su

predicación e intenta matarlo. Pero Él termina venciendo a sus

enemigos con su Muerte y Resurrección. Y la evangelización

sigue su camino, sin que las tinieblas sean capaces de sofocar

la Luz.

Page 99: Misterios de Cristo y de María

99

-. "Lleno de la fuerza del Espíritu Santo" (Lc), Jesús

regresa a Galilea, y su enseñanza en las sinagogas despierta

una oleada de aprobación. Comienza por Nazaret, su aldea.

Un sábado acude a la sinagoga y se levanta para hacer la

lectura, que resulta ser la de Isaías: "El Espíritu del Señor

está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena

noticia a los pobres; me ha enviado a proclamar la

liberación a los cautivos y dar la vista a los ciegos, a

libertar a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del

Señor... "(Lc). Palabras proféticas, que la mayoría de los

judíos interpretan en un sentido parecido al de las ten-

taciones de Satán; y cuyo final condenatorio -como en su

respuesta a la pregunta de Juan encarcelado (Lc 7,22)- Jesús

ha silenciado: "...y un día de venganza para nuestro Dios"

(Is 61, 2b).

-. Las miradas de todos están fijas en Jesús. Son mo-

mentos de silencio tenso y de expectación inquieta. Él se

sienta, los mira a todos con bondad; y, con sencilla

solemnidad, comenta: "Hoy se ha cumplido el pasaje de la

Escritura que acabáis de escuchar" (Lc)... ¡Tú, Jesús, eres

el cumplimiento, el Sí del Padre a todos los anuncios y

promesas de la Escritura!

-. Ellos, en un primer momento, asienten complacidos a

sus palabras de gracia. Después, extrañados y molestos de

que un aldeano, que siempre ha vivido con ellos, tenga esa

sabiduría, y de que no realice en su pueblo los prodigios que

dicen que acaba de hacer en Cafarnaún, lo miran

despreciativos y desafiantes. En Él no ven más que al "hijo

del carpintero", al "carpintero".

-. ¡Una vez más, la exigencia de signos para creer (Sb 1,

lb-2)! La salvación es gracia; aunque no, arbitrariedad

divina. Dios ama a todos; pero reparte libremente sus dones,

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100

según sus designios misericordiosos. Acepta a Jesús en la

sencillez de su vida y en el misterio humilde de su Iglesia.

No te revuelvas contra este Dios, que te desconcierta

precisamente porque respeta tu libertad y quiere superar

todas tus expectativas.

Sólo Marcos llama aquí a Jesús "el hijo de María" (6, 3): lo

cual puede entenderse o como un testimonio implícito de la

concepción virginal de Jesús o como un indicio de que José, su

padre legal, ya había muerto.'

-. Sus paisanos son incapaces de descubrir en el carpintero

del pueblo al Mesías e Hijo de Dios. En sus miradas y

gestos, en sus duros corazones, Jesús percibe su rechazo

frontal y hosco, y con pena les echa en cara sus prejuicios

enquistados y su permanente resistencia a Dios, en contraste

con la actitud humilde y acogedora de muchos paganos.

Ellos, entonces, reaccionan violentamente e intentan

precipitarlo desde un gran peñasco, a las afueras de Nazaret

(Lc). "La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no

la sofocaron... Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron"

(Jn 1,5. 11).

-. Pero, como no ha llegado la hora señalada por el Padre,

con autoridad se abre paso entre gente tan querida y tan

mezquina (Lc). Y, "sorprendido de su falta de fe" (Mc 6, 6),

se marcha apesadumbrado, sin apenas hacer milagros. Y

¡son sus paisanos! Pero, "un profeta sólo es despreciado en

su pueblo y en su casa". ¡Qué dolor para Él y para su Madre!

Sus otros parientes, presumiblemente, quedan

decepcionados, avergonzados y preocupados.

-. Él se dirige a Cafarnaún, que será en adelante el punto

de partida de su actividad apostólica, y donde libera a un

endemoniado, sana a la suegra de Simón, realiza curaciones

Page 101: Misterios de Cristo y de María

101

de todo tipo y expulsa demonios. Después, sigue su camino

evangelizador: "recorría las aldeas del contorno

enseñando" (Mc).

-. ¡Jesús, Salvador del mundo: que los hombres no

intentemos imponerte nuestros prejuicios e intereses; que

nunca te apartemos de nuestra vida; que no tengamos miedo

de abrirte de par en par las puertas de nuestro corazón!

36. Simeón el fariseo y la mujer perdonada (Lc 7, 36-50)

Esta mujer anónima no parece ser ni María Magdalena, ni

María de Betania, la hermana de Lázaro. Sus psicologías, las

situaciones y el sentido de sus gestos son muy diferentes; los

puntos de contacto, sólo circunstanciales. De hecho, la Iglesia

griega las recuerda en tres fiestas litúrgicas distintas.

-. Un fariseo, llamado Simón, invita insistentemente a Jesús

para que se siente a su mesa. Él acepta, aunque sabe que no

lo hace por amistad, sino para examinarlo de cerca. Por eso,

el fariseo lo recibe con frialdad, reduciendo al mínimo las

atenciones con su huésped. Jesús cae en la cuenta de una

serie de indelicadezas intencionadas, con las que trata de

marcar distancia. Pero calla; se recuesta en el diván junto a

la mesa, apoyando el torso sobre el codo izquierdo y

dejando los pies descalzos hacia fuera.

-. Inesperadamente, una "pecadora pública ", enterada de

su presencia allí, irrumpe en el banquete, "con un frasco de

alabastro lleno de perfume". Antes de que nadie pueda

reaccionar, "se puso detrás de Jesús junto a sus pies y,

llorando, comenzó a bañar con sus lágrimas los pies de

Page 102: Misterios de Cristo y de María

102

Jesús y a enjugárselos con los cabellos de la cabeza,

mientras se los besaba y se los ungía con el perfume". Él la

mira en silencio y con indisimulado afecto, mientras el

fariseo piensa para sus adentros: "Si éste fuera profeta,

sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando: una

pecadora".

-. Jesús, que hasta ahora ha callado ante las desatenciones

notorias del fariseo para con Él, habla ahora para justificar

el proceder de la mujer e, indirectamente, también el suyo.

Y lo hace sirviéndose de una pequeña parábola: la del

prestamista que tenía un gran deudor (quinientos denarios)

y un pequeño deudor (cincuenta denarios), a los que, por

insolventes, perdona generosamente su respectiva deuda.

Después le propone al fariseo esta pregunta para que

deduzca por sí mismo la conclusión: "¿Quién de ellos lo

amará más?". La respuesta del fariseo es categórica: "Su-

pongo que aquel a quien le perdonó más".

-. Jesús aprueba su respuesta. Y, volviéndose hacia la

mujer y hablando con el fariseo, va contraponiendo a cada

uno de sus comportamientos groseros (negación del agua

para los pies, del beso de paz y del aceite para la cabeza) las

finezas generosas de aquella mujer, que, en aquel su humilde

gesto de amor contrito y agradecido, emplea lo que antes

había utilizado para el pecado. Y termina diciendo al fariseo:

"Te aseguro que si da tales muestras de amor es que [tiene

conciencia de que] se le han perdonado sus muchos

pecados. En cambio, al que [el que cree que] se le perdona

poco, mostrará poco amor".

-. SAN AGUSTÍN, apoyándose en esta conclusión de Jesús,

aconseja a las vírgenes cristianas -y a todos-que consideren

como perdonados a ellas también aquellos pecados que, a

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103

pesar de los desmerecimientos propios y sólo por la

misericordia de Dios, no han llegado a cometer.

-. Después se dirige a la mujer, cuyo rostro se ha ido

llenando de lágrimas de dolor sereno y gozo profundo, y le

dice: "Tus pecados quedan perdonados". Los comensales se

preguntan para sus adentros: "¿Quién es éste que hasta

perdona los pecados?" Pero Jesús despide a la mujer con

estas reconfortantes palabras: "Tu fe te ha salvado; vete en

paz".

-. ¡Bendita seas, mujer! Desconocemos tu nombre; pero

tu gesto pervivirá siempre en la Iglesia como modelo eximio

de contrición humilde, confiada, amorosa y reparadora.

¡Bendito seas, Jesús, Hijo de Dios y encarnación de la

misericordia de tu Padre! Tu Corazón, misericordioso y

perdonador, resplandece frente a la ruindad y dureza

humana. Pronuncia sobre mí las palabras eficaces que, como

un bálsamo, dejaste caer sobre el alma, rota y agradecida, de

aquella mujer.

37. Sermón de las parábolas [I] (Mtl3, l-23pp; Mc 4, 26)

Hay en los evangelios tres bloques de ocho, catorce y seis

parábolas respectivamente:

a) el primero, centrado en el tema del Reino de los cielos,

es pronunciado en el ambiente campesino de Galilea y

dentro del primer período del ministerio de Jesús; y son las

que aquí comentaré;

b) el segundo, el más abundante y elaborado, tiene como

tema predominante la misericordia, tan querido para Lucas;

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104

y son: el buen samaritano, el amigo que llega a media noche,

el criado sin compasión, el rico insensato, la higuera estéril,

el gran convite, la oveja extraviada, la dracma perdida, el hijo

pródigo, el mayordomo sagaz, el rico avaro y el pobre

Lázaro, el juez inicuo, el fariseo y el publicano, los obreros

enviados a la viña;

c) el tercero, el más dramático, perteneciente a la época

más tardía de la vida de Cristo y a un ambiente típico de

Judea, se refiere a la actividad vigilante; y son: los diez

talentos, los dos hijos, los viñadores homicidas, las bodas

reales, las vírgenes prudentes y necias, las minas.

Las parábolas de Mateo son siete: el sembrador, el trigo y

la cizaña, el grano de mostaza, la levadura, el trigo y la

cizaña, el tesoro y la perla, la red. Reunidas en este capítulo,

explican plásticamente el misterio del Reino de Dios, que se

ha manifestado en las palabras y milagros de Jesús. En los

otros evangelistas hay, además, otras. Aquí añadimos una

octava, exclusiva de Marcos: el grano que crece por sí solo,

y que complementa a la del sembrador.

La Junción de las parábolas es facilitar su comprensión

inicial a los que las escuchan con buena disposición, y no

aumentar la responsabilidad de los que no quieren entender

su Palabra (Mt 13, 10-17. 34s). Sus discípulos encarnan la

postura de los que la acogen y a los que su Padre revela los

misterios del Reino. En cambio, los que la rechazan no

entienden nada, porque sus ojos y sus oídos están

voluntariamente cerrados, como ya anunció Isaías (Is 6, 9s).

-. Hoy, al salir de casa, Jesús se dirige al lago y se sienta

cerca de la orilla. La gente se va agolpando en torno a Él.

Es tan numerosa que se ve obligado a subir a una barca. Se

sienta en ella, mientras la gente, expectante, permanece de

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pie en la orilla. "Y les expuso muchas cosas por medio de

parábolas". Y comienza así: "Con el Reino de los cielos

sucede lo que con...":

+ El sembrador

-. Un sembrador salió a sembrar. Parte de la semilla cayó

al borde del camino endurecido; pero, al quedar al

descubierto, fue comida por las aves. Parte cayó en terreno

pedregoso y con poca tierra, y brotó enseguida; pero se

agostó y secó porque apenas tenía raíz. Parte cayó entre

cardos; pero éstos crecieron y la ahogaron. Y parte cayó en

tierra buena; y dio fruto abundante, según la riqueza de

cada parcela: el ciento, el sesenta o el treinta por uno. "El

que quiera entender que entienda".

-. Sus discípulos le preguntan después por el sentido de la

parábola. Él, amablemente, se lo explica. La semilla caída

junto al borde del camino representa a quienes oyen, sin

entender, el mensaje del Reino; y el Maligno la arranca de

sus corazones. La semilla caída en terreno pedregoso

representa a quienes, en un primer momento, lo oyen y

reciben con alegría; pero, por su superficialidad e

inconstancia, sucumben ante la primera tribulación o

persecución a causa del mensaje. La semilla caída entre

cardos representa a los que oyen el mensaje; pero las

preocupaciones del mundo y la seducción del dinero asfixian

y esterilizan el mensaje. La semilla caída en tierra buena

representa al que oye y entiende el mensaje; y fructifica más

o menos, según el designio de Dios y según su disposición

inicial y colaboración posterior.

-. Enseñanza muy útil tanto para los que lo escuchan como

para los que lo proclaman. La Palabra de Dios es, en sí

misma, eficaz; pero no produce fruto automáticamente, sino

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106

que humildemente acepta las diversas respuestas de los

oyentes, que pueden rechazarla o hacerla estéril con la huida

de la cruz, la superficialidad y las excesivas preocupaciones

temporales... ¡Señor, dispón mi corazón, y siémbrate y

fructifica copiosamente en él!

+ El grano que crece por sí solo

-. Esta parábola de Marcos (4, 26-29) es el contrapunto

de la precedente. Aquí se dice que la Palabra "da fruto por

sí misma" (v. 28). El Reino de Dios lleva dentro de sí el

principio de su crecimiento hasta llegar al término previsto

por Dios; tiene un ritmo propio, que es necesario respetar.

-. Los discípulos, a imitación del Maestro, deben sembrar

la Palabra con entusiasmo, confianza y paciencia, a pesar

de todas las dificultades, seguros de que la Palabra

sembrada lleva el poder fecundante en ella misma; aunque

el hombre debe disponerse y cooperar convenientemente.

Ellos deben respetar los tiempos misteriosos de la Palabra.

"Ni el que planta ni el que riega son nada. Dios, que hace

crecer, es el que cuenta... Nosotros somos colaboradores de

Dios; vosotros, campo que Dios cultiva..." (I Co 3, 7-9).

Con sus parábolas, Jesús corta de raíz tanto la presunción

pelagiana (el hombre se salva por sus fuerzas) como la

pasividad quietista (Dios salva al hombre sin el hombre).

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107

38. Sermón de las parábolas [II] (Mt 13, 24-52pp)

+ El trigo y la cizaña

-. Un hombre sembró trigo en su campo. Mientras todos

dormían, su enemigo sembró cizaña entre el trigo recién

sembrado. A su tiempo comenzó a aparecer junto al trigo.

Los siervos le proponen al amo arrancar la cizaña; pero,

dado su parecido y para no exponerse a arrancar con ella el

trigo, les ordena esperar hasta la siega. Entonces podrán, sin

peligro, separar la cizaña y quemarla en gavillas; y

amontonar, intacto y limpio, el trigo en el granero.

-. Ya en casa, sus discípulos le piden que les explique esta

parábola. Y Él les aclara cada uno de los pormenores: el

sembrador es el Hijo del hombre; el campo, el mundo; el

trigo, los hijos del Reino; la cizaña, los hijos del Maligno,

que ponen tropiezos a sus hermanos; la siega, el fin del

mundo; los segadores, los ángeles; el fuego, el Infierno. "El

que quiera entender, que entienda".

-. También yo, Jesús, debo ser paciente con mis

hermanos, pecadores como yo, a los que tú amas y quieres

salvar, y de quienes esperas activamente su conversión. Y,

en último término, debo remitirme al discernimiento que Tú

harás en el Juicio final, en el que las obras de amor serán el

criterio decisivo. Señor, tú que sabes distinguir entre el trigo

y la cizaña, arranca ésta de mi corazón antes de que llegue

el día definitivo de la siega.

+ El grano de mostaza. La levadura

-. El grano de mostaza es muy pequeño; pero cuando crece

se hace un arbusto alto, donde anidan las aves. También es

Page 108: Misterios de Cristo y de María

108

pequeño el trozo de levadura que una mujer mezcla con una

gran cantidad de harina; pero hace fermentar toda la masa (I

Co 5, 6; Ga 5, 9). Algo parecido sucede con el Reino de los

cielos. Comienzos insignificantes y final espléndido.

Aspecto humilde, pero fuerza transformadora, que ha

prendido de forma irreversible en la historia. Crecimiento

silencioso, pero eficaz: "Ni el bien hace ruido, ni el ruido

hace bien" (TORRAS Y BAGES).

-. Tú me invitas, Jesús, a injertarme más hondamente

en ti, que eres la Vid; a confiar sólo en ti; a conceder

preferencia a "los medios que juntan el instrumento con

Dios y le disponen para que se rija bien de su divina mano"

(SAN IGNACIO DE LOYOLA).

+ El tesoro. La perla

-. Sucede con el Reino de los cielos lo que con un tesoro

escondido y con una perla preciosa. Quienes los

encuentran, "llenos de alegría", venden cuanto tienen y los

compran.

-. Los que han descubierto el Reino de Dios, el bien

supremo y unificador, deben vivir su opción cristiana con

alegre radicalidad. Para poder dejarlo todo, con alegría y sin

arrepentimiento, hay que encontrar antes el gran tesoro y la

rica perla del Reino, que es Cristo Jesús. Es lo que les

aconteció a Leví, a Zaqueo, a Saulo y a todo verdadero

converso. Y lo que, por desgracia, no le sucedió al joven

rico, porque no supo apreciar que Jesús es el único Valor

absoluto.

-. ¿Mis desprendimientos y renuncias son alegres y

sostenidos, como fruto del amor que ha encontrado y

gustado el gran tesoro del Reino'? O ¿son propósitos

Page 109: Misterios de Cristo y de María

109

cerebrales, frías decisiones voluntaristas, en respuesta a las

exigencias agobiantes de una ley impersonal, de un "super-

yo" tiránico?

+ La red

-. La parábola de la red es semejante a la del trigo y la

cizaña que crecen juntos. La red recoge toda clase de peces,

que los pescadores seleccionan en la playa, quedándose con

los buenos y tirando los malos. Es lo mismo que harán los

ángeles en el fin del mundo: separar a los malos de los

buenos y arrojarlos a la soledad del Infierno:

automarginación total, quemante y desesperada.

-. Señor, que no me erija en separador de buenos y malos;

que trate, más bien, de discernir el bien y el mal que

coexisten en mi corazón, y de ayudar espiritualmente a mis

hermanos. Tú sólo eres capaz de juzgarnos, con justicia

misericordiosa, en el último Día. Yo ahora te repito: "No

permitas que me aparte de ti, | en la hora de mi muerte

llámame, \ y mándame ir a ti, | para que con tus santos te

alabe \ por los siglos de los siglos. Amén".

39. Señor de los vientos y de las olas

(Mc 4, 35-41pp; Mt 14, 22-36pp)

El lago de Genesaret está situado en una hondonada, a 208

metros bajo el nivel del Mediterráneo. En torno a él, se levanta

un círculo de montañas, abiertas por estrechos desfiladeros y

gargantas, a través de los cuales los vientos fríos, procedentes

del Hermón, se lanzan violentamente de norte a sur y, en pocos

Page 110: Misterios de Cristo y de María

110

minutos, convierten la tranquila superficie del lago en un

hervidero de olas amenazantes.

He visto ya a Jesús mostrar su señorío sobre el mar, en aquella

pesca milagrosa que precedió a la vocación definitiva de sus

primeros discípulos (Lc 5, 1-1 lpp). Voy a verlo ahora dominar

al mar y al viento embravecidos, en dos ocasiones distintas, que

en esta contemplación junto y relaciono.

+ Tempestad calmada

-. Llegado el atardecer, y ante el acoso de las multitudes,

Jesús manda a sus discípulos embarcar y pasar a la otra

orilla. Agotado, se pone a dormir sobre un cabezal. De

repente, se levanta una fuerte tempestad. Las olas

comienzan a anegar la barca y amenazan con hundirla,

mientras Jesús sigue durmiendo. Sus discípulos, que han

esperado hasta el último momento, lo despiertan a gritos:

"¡Maestro, Señor, sálvanos, que nos perdemos!". Él, con

serenidad, se incorpora y, con imperio, -lo mismo que a los

demonios (Mc 1, 25; 3, 12; 9, 25)-, increpa al viento y al

lago: "¡Cállate! ¡Enmudece!". Al instante, el viento amaina

y sobreviene una gran calma. Después, pregunta a sus

asombrados discípulos: "¿Por qué sois tan cobardes?

¿Todavía no tenéis fe?". Ellos comienzan a darse cuenta de

que está entre ellos el Señor de la naturaleza; y, temerosos,

se dicen unos a otros: "¿Quién es éste, que hasta el viento y

el lago le obedecen?".

-. Tú, Jesús, permites que nosotros, tus amigos, nos

encontremos en situaciones-límite, para poner en evidencia

nuestra debilidad y tu amor poderoso; y así, purificar y

acrecentar nuestra fe. Aunque, en ocasiones, parezca que

duermes, no es que no te importemos: significamos mucho

para ti y Tú siempre cuidas de nosotros. Las fuerzas del Mal

Page 111: Misterios de Cristo y de María

111

tratan de obstaculizar, por todos los medios, la difusión de

tu Evangelio. Nuestra fe en ti, "Maestro" y "Señor", debe

infundirnos fuerza y paz, incluso en los momentos de más

violenta oposición, para no renunciar a proseguir con

valentía la tarea que nos has confiado. Increpa a nuestras

pasiones y a esos demonios que las atizan, pacifica y

señorea nuestro alborotado corazón.

+ Marcha sobre las aguas

-. Tras la primera multiplicación de los panes, Jesús

manda a sus discípulos que suban a la barca y se le

adelanten a la otra orilla, en dirección a Betsaida, mientras

Él despide a la gente. Después sube "al monte para orar".

Al anochecer, la barca está en medio del lago, frenada por

un fuerte viento contrario. Él sigue orando por ellos. Ellos

saben que Jesús, desde el monte, ve y oye la tempestad; y no

acaban de comprender por qué no los ayuda. Hacia el final

de la noche, cuando los ve ya rendidos y desalentados por

tanto esfuerzo inútil, se acerca a ellos caminando sobre las

aguas. Hace ademán de pasar de largo. Ellos lo toman por un

fantasma y, asustados, se ponen a gritar de miedo. Entonces,

Él les dice: "¡Ánimo! Yo soy. No temáis".

-. Pedro, entusiasmado, le dice: "Señor, si eres tú,

mándame ir hacia ti sobre las aguas ". Jesús lo anima:

"Ven". Él salta de la barca y comienza a andar sobre la

superficie agitada. Pero, al sentir la violencia del viento y

del oleaje, se asusta, comienza a hundirse y grita: "¡Señor,

sálvame!". Jesús le tiende la mano, lo sujeta y le dice:

"¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?". Suben a la

barca, y el viento se calma.

-. Tras un primer momento de asombro y desconcierto,

ya que no habían entendido el signo de los panes, los que

Page 112: Misterios de Cristo y de María

112

están en la barca se postran ante Él y le dicen:

"Verdaderamente eres Hijo de Dios". "Y, al instante, la

barca toca tierra en el lugar al que se dirigen" (Jn 6, 21).

Genesaret lo acoge calurosamente. Y todos los enfermos y

posesos que lo tocan con fe quedan curados.

-. Tu paso, Jesús, sobre el lago es una revelación de tu

poder divino y una promesa de protección y salvación para

nosotros, tus discípulos. En nuestras dificultades,

oscuridades, tentaciones y desamparos, no estamos solos.

Tu presencia entre nosotros es garantía segura de que la

barca de tu Iglesia -y, en ella, cada uno de los tuyos-, aunque

acosada en la noche por vientos contrarios y sacudida por

terribles olas, llegará felizmente al puerto del Reino de los

cielos.

40. Envío de los discípulos. El Reino anunciado

(Mt 9, 36-11,1)

+ Envío de los discípulos

-. "Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque

estaban cansados y abatidos como ovejas sin pastor". Jesús

no puede disimular que tiene un corazón bueno, sensible a

todas nuestras necesidades. No es un funcionario celeste,

que baja periódicamente a repartir, con fría profesionalidad,

palabras y milagros. Se ha abajado y se ha hecho uno más,

en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado. Es el

Buen Pastor, que se duele del abandono en que los pastores

de Israel tienen a sus ovejas; el Dueño del campo, que

reclama sembradores, cultivadores y segadores diligentes.

Page 113: Misterios de Cristo y de María

113

-. Estas carencias tan deplorables sólo Dios las puede

remediar. Por eso, dice a sus discípulos: "La mies es

abundante, pero los obreros son pocos. Rogad, por tanto,

al dueño de la mies que envíe obreros a su mies"

-. Envía, Señor, pastores y obreros suficientes y fieles, que

trabajen bajo tu mirada y dependencia, para la gloria de tu

Padre, en el bien de todos los hombres. ¡Señor, aquí me

tienes, hazme tuyo, envíame donde quieras y para lo que

quieras!

+ El Reino anunciado

-. Después de elegir a los Doce, los envía con ins-

trucciones concretas para esta misión, en la que habrán de

vivir, como Él, en continua itinerancia y dependencia del

Padre. Su ámbito: de momento sólo las ovejas perdidas de

Israel. Su único contenido: la proclamación del Reino ya

cercano, atestiguado con palabras y signos (curaciones,

resurrecciones, expulsiones de demonios y gratuidad en los

servicios). Los requisitos en los mensajeros: desinterés

absoluto (pobreza) y confianza en los evangelizados. Su

modo de realización: hospitalidad de personas dignas; y

saludo de paz para todos, que será eficaz sólo para quien

quiera recibir el mensaje de la paz, exigente y liberador...

¿Es éste el estilo de mi evangelización?

-. Les anuncia claramente persecuciones. Y les indica

cómo deben proceder ante ellas: con prudencia y sencillez,

dejando que sea el Espíritu quien hable en ellos, cambiando

a su tiempo de lugar. "Todos os odiarán por causa mía;

pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará... El

discípulo no es más que su maestro; ni el siervo, más que

su señor...". Por tres veces, les dice: "¿No temáis!". Y les

da tres motivos de confianza: la fuerza del Evangelio es

Page 114: Misterios de Cristo y de María

114

imparable; cualquier pérdida sólo puede ser parcial; Dios

cuidará de ellos. Esto debe animarlos a dar siempre

testimonio valiente de Él, para que también Él pueda

declarar a su favor ante su Padre... Jesús, ¿soy perseguido

por ser tu amigo y mensajero fiel? ¿Te busco sólo a ti, y

confío sólo en ti?

-. Cuando el Evangelio provoca divisiones en el seno de

la propia familia, hay que preferirle a Él y seguirlo

incondicionalmente con la cruz. Esto supone morir a sí

mismo, a lo suyo y a los suyos. Aparecen, una vez más, las

paradojas evangélicas: Jesús es la Paz, y, con su Paz, trae

la discordia por su causa; manda amar especialmente a la

familia propia, y hay que estar dispuesto a la separación y

aun a la ruptura por Él; el que quiera conservar egoístamente

la vida temporal, perderá la eterna; quien pierda la vida

temporal por Él, ganará la vida eterna con Él... ¿He

experimentado en mi carne esas paradojas dolorosas y

fecundas, nacidas de la fidelidad a ti, Jesús?

-. Jesús cierra su discurso de misión con la promesa de

una espléndida recompensa para aquellos que acojan y

ayuden a sus mensajeros. Después, sigue enseñando y

proclamando, incansablemente, su mensaje de salvación en

los pueblos de la región... Jesús, ¡quiero acompañarte y

compartir tu cansancio y persecuciones por el Reino!

41. El Reino revelado a los pequeños. "Venid a Mí” (Mt

11, 25-30; Lc 10, 21-22)

-. Las palabras que, por su riqueza, voy a exponer con

cierta amplitud, hay que escuchárselas, una y otra vez, al

Page 115: Misterios de Cristo y de María

115

mismo Cristo, cuyo Corazón desborda amor y alegría

espiritual. Después, hay que tomarlas una a una, como un

precioso tesoro o un rico manjar; y, como María, guardarlas

en el corazón, rumiarlas, contemplarlas en Cristo, para que,

como un delicado perfume, vayan impregnando nuestro

espíritu; y para que, como una invitación amigable, resuenen

siempre en nuestra vida.

-. Jesús se ha visto forzado a lanzar una dura invectiva

contra las ciudades de Corozaín y Betsaida, que, a pesar de

haber sido testigos de la mayoría de sus milagros, no han

querido convertirse. Después, "lleno de alegría en el

Espíritu Santo " (Lc), exclama:

+ "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has

escondido estas cosas a los sabios y prudentes, y se las has

dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido

bien. \ Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al

Hijo sino el Padre; y al Padre no lo conoce más que el Hijo y

aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar".

-. La oposición de sus enemigos, la cerrazón de las

ciudades impenitentes, no son capaces de sofocar su alegría

cordial e indefectible. La alegría y la alabanza gozosa a su

Padre es la melodía constante de la oración que envuelve

toda su vida. Siente con dolor la ofuscación soberbia de los

sabios y prudentes según el mundo: de aquellos que, para

creer, exigen a Dios evidencias y concesiones. Pero goza

intensamente con la acogida sincera de los sencillos: de los

que, humildes y agradecidos, reciben como un don la fe que

el Padre les brinda por su medio... Hazme sencillo, para que

sepa acoger, en fe y amor agradecido, la revelación del Padre.

Que mi corazón sea, como el tuyo, una permanente

adoración, alabanza y acción de gracias.

Page 116: Misterios de Cristo y de María

116

-. El objeto esencial de esa revelación es "el Padre ", en su

relación con Él y con los hombres. Jesús confiesa

gozosamente que Él es: a) el Hijo que todo lo está recibiendo

del Padre -su ser divino y filial, su misión salvadora, sus

poderes mesiánicos y sus miembros redimidos- (Mt 28,18; Jn

3, 35; 13, 3; 17,2); b) y, porque son Uno con el Espíritu Santo,

es el único a quien y en quien el Padre conoce amorosamente,

y el único que conoce así al Padre -sólo en Jesús puede

amarnos el Padre y podemos nosotros amar al Padre-; c) y,

por lo mismo, el único que puede revelarnos al Padre (Jn

1,18; 10,15).

-. María, "muéstrame a Jesús, fruto bendito de tu

vientre", "ponme con tu Hijo" (SAN IGNACIO DE LOYOLA).

Padre, "atráeme" hacia tu Hijo (Jn 6,44). Jesús, "muéstrame

al Padre" (Jn 14,8).

+ "Venid a Mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo

os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de Mí, que soy

manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para

vuestras vidas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera".

-. "Venid a Mí...": No se trata sólo de "ir detrás de Él"

como meros oyentes, sino también de "ir a Él", de allegarnos

a Él como verdaderos amigos. "Creer" en plenitud comporta

no sólo "creer a Jesús", sino también "creer en Jesús": no

sólo aceptar sus enseñanzas, sino también entregarse a Él sin

reservas. "A vosotros os he llamado amigos, porque os hice

conocer todo lo que oí a mi Padre" (Jn 15, 15)... Yo he sido

llamado a una especial intimidad con Jesús y a una especial

participación en su misión salvífica.

-. "... todos los que estáis fatigados y agobiados...":

"Fatigados" con los trabajos de la vida, con el peso de la

propia miseria y la de los demás; "agobiados" bajo el fardo

Page 117: Misterios de Cristo y de María

117

de una Ley que exige desde fuera pero no da fuerzas para

cumplir sus demandas. Jesús se refiere inmediatamente a la

Ley mosaica; pero, mediatamente, a todo precepto que no

nazca y de fuerzas desde el interior. Los mismos

mandamientos de Dios y de la Iglesia no son meras

exigencias exteriores, que prohíben y coartan; sino

expresiones parciales de la Ley interior de la libertad, que el

Espíritu Santo ha escrito en nuestros corazones, y cuyo

observancia Él mismo hace posible con su gracia. Ésta es la

única forma de seguir e imitar a Cristo, "el Camino, la

Verdad y la Vida" (Jn 14,6)... Jesús, Tú nos invitas a abrazar

voluntariamente el yugo suave de tu Amor y asumir la carga

ligera de tu Gratuidad, que se da sin interés mezquino y que

debe recibirse con amor agradecido.

-. "... y Yo os aliviaré...": Jesús alivia el peso de la cruz,

unas veces suavizándola; y otras, dando energías para

llevarla. Estas gracias de pura fuerza en fe son las que

forjan la madurez cristiana. En Getsema-ní, el ángel no

consoló a Jesús, sino que "lo confortó [enisjyón]" (Lc

22,43) con el amor del Padre que quiere salvar a todos los

hombres.

-. "... Cargad con mi yugo...": La Cruz se nos hace

llevadera, no cuando tratamos de sacudírnosla o cuando la

arrastramos a regañadientes, sino cuando la aceptamos

cordialmente de manos de Cristo y la compartimos con Él,

en reparación de nuestros pecados y de los pecados del

mundo. "Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie

a sí mismo, cargue con su cruz [cada día: Lc 9, 23], y me

siga" (Mt 16, 24).

-. "... y aprended de Mí...": Jesús nos invita a entrar en su

escuela, en la que Él es el Enseñante y la Enseñanza, "el

Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6). "La vida eterna es

Page 118: Misterios de Cristo y de María

118

ésta: conocerte a ti, el único verdadero Dios, y al que

enviaste, Jesucristo" (Jn 17, 3). Pero no basta conocer

experimentalmente al que es "la Verdad". Hay que

evangelizar también la inteligencia con "las verdades de

Jesús": las que Él enseñó y la Iglesia, en su nombre,

interpreta y proclama... ¿Estudio, pido, vivo, celebro,

comparto, testimonio mi fe? ¿Siento cordialmente con la

Iglesia y en la Iglesia: como miembro vivo e hijo amante y

obediente?

-. "... que soy manso y humilde de corazón...": No

temamos a este Maestro de "Corazón manso y humilde".

"Manso", sufrido para comprender a todos y no irritarse

contra nadie; y "humilde", sumiso a la voluntad del Padre,

en su servicio hasta la muerte por todos los hombres. Ésta

es la única vez en que Jesús habla de ese centro condensador

de todo cuanto es y hace, bajo la palabra "corazón". El

"venid a Mí" se convierte así en "entrad, instalaos en mi

Corazón", en "permaneced en Mí, en mi amor" (Jn 15, 4-

11).

-. "... y hallaréis descanso para vuestras vidas": Su

Corazón es ese "lugar retirado" al que el Maestro invita a

sus discípulos fatigados (Mc 6, 31) para que descansen

junto a Él escuchándolo y conociéndolo mejor, dejándose

vivir por Él (Ga 2, 20)... Si busco otros arrimos, al margen

de Jesús, me sentiré siempre defraudado y vacío.

-. "... Pues mi yugo es suave, y mi carga ligera": Porque,

como dijo JUAN PABLO II a los religiosos, en Madrid (2-11-

1982), "su yugo es el amor, y su carga es carga de amores".

Los únicos que pueden hablar de esto con conocimiento de

causa son: Jesús y los santos (Mt 5, 1-12; Lc 6, 20-23)...

Page 119: Misterios de Cristo y de María

119

42. La familia de Jesús (Mc 3, 20-35pp)

El hebreo o arameo -que es el que subyace al texto griego de

los Evangelios- es particularmente pobre para expresar los

grados de parentesco. La palabra hebrea ah se aplica, no sólo al

hermano propiamente dicho, sino también al sobrino, primo,

marido... (Gn 14,16; 19,12; Nm 16, 10; 20, 14; Est 15, 12; Jb 6,

15; IR 9, 13...). El sentido concreto hay que deducirlo del

contexto. La expresión evangélica "los hermanos de Jesús"

significa "los parientes de Jesús"; más en concreto, quizás, "los

primos".

La incomprensión de algunos de sus parientes demuestra que

Jesús y su programa mesiánico no son fruto espontáneo del

ambiente en que se crió. Con más razón que san Pablo, puede

decir Jesús: "El Evangelio anunciado por mí no es una

invención de los hombres, ni lo aprendí de hombre alguno" (Ga

1, 11). Pablo confiesa que "Jesucristo es quien me lo ha

revelado". Jesucristo proclama, repetidas veces, que Él solo es,

tiene, dice y hace lo que el Padre le comunica.

-. Después de una larga jornada de predicación y de oración

en el monte, Jesús regresa a casa, en Cafarnaún, con intención

de descansar un poco. Pero la gente lo asedia, y no le deja

tiempo ni para comer. Enterados sus parientes, se le acercan

para llevárselo con ellos; pues dicen que "está trastornado".

Pero la actividad de Jesús no es agitación alocada, activismo

descontrolado; sino celo ardiente, amor total a su Padre y a

sus hermanos los hombres... Jesús, ¿es mi celo ardiente,

sereno y puro como el tuyo; o, por el contrario, es un celo

demasiado frío, comedido y sensato?

Page 120: Misterios de Cristo y de María

120

-. Los maestros de la Ley, recién llegados de Jerusalén,

aprovechan la oportunidad para afirmar que Jesús es un

agente de Satanás, con cuyo poder expulsa los demonios. Él,

sirviéndose de una parábola, les demuestra que es superior a

Satanás, cuyo poder reprime con las fuerzas divinas, de las

que es depositario y administrador. Y les hace una terrible

advertencia: "El que blasfeme contra el Espíritu Santo no

tendrá perdón jamás; será reo de pecado eterno". Porque, al

atribuir obstinadamente a Satanás la acción salvadora que

realiza por medio de su Espíritu, renuncia al único Salvador.

"Nadie más que Él puede salvarnos, pues sólo a través de Él

nos concede Dios a los hombres la salvación sobre la tierra"

(Hch 4, 12)... ¡Jesús, sé para mí Jesús y sálvame! ¡Tú eres el

único y universal Salvador!

-. En esto, llegan su Madre y sus parientes buscándolo;

y, desde fuera, lo mandan llamar. La gente próxima a Él le

transmite el recado. Él los desconcierta al decirles:

"¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?". Y, mirando a

los que lo rodean y escuchan, añade: "Éstos son mi madre y

mis hermanos: El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre".

-. Tu familia verdadera, la que has venido a formar por

voluntad del Padre, no es la que se recibe por ley de

naturaleza, la que se apoya en vínculos de carne y sangre o

de ley; sino la que se recibe por gracia, la que va ligada a la

escucha atenta de la Palabra de Dios y al cumplimiento de su

voluntad. María pertenece como nadie a esta familia de

Jesús: como Madre que lo engendró y dio a luz con libertad

virginal; como primera discípulo, que, por la fe obediente y

amorosa, lo engendró e hizo crecer en su corazón; y como

Madre de la Iglesia, que, bajo la dependencia de Jesús y en

Page 121: Misterios de Cristo y de María

121

unión con El, sigue haciendo nacer y crecer, en y por la

Iglesia, a todos los miembros de su Cuerpo místico.

-. Una puntualización parecida volverá a hacer Jesús

cuando una mujer del pueblo, para alabarle a Él, alabe a su

Madre: "Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te

amamantaron". Él matiza: "Más bien, dichosos los que

escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica" (Lc 11,

26s). Con razón afirma SAN AGUSTÍN que María es más feliz

por ser Discípula fiel de Jesús que por ser simplemente su

Madre. Aunque, en María, la santa Madre de Dios, ambos

aspectos son indisociables.

-. Jesús, introdúceme, más y más, en la intimidad de tu

familia. Que, con autenticidad y en forma creciente, viva

siempre lo que soy: hijo de Dios, por Jesucristo, en el

Espíritu Santo, mediante María y la Iglesia. "¡Madre,

ponme con tu Hijo!".

43. Jesús, el Pan de Vida (Jn 6, 22-71)

A este discurso precede la multiplicación de los panes y la

marcha sobre las aguas (Jn 6, 1-21). La multiplicación de los

panes recuerda la experiencia del maná en el desierto, sugiere la

comida prometida por Dios a los pobres, manifiesta la identidad

de Jesús, significa el banquete eucarístico y alude a la Iglesia

edificada sobre los Doce. La marcha sobre las aguas revela al

Señor de la naturaleza.

+ Jesús, el Pan de Vida (v. 22-51 b)

-. Jesús y sus discípulos se dirigen en barca a Cafarnaún,

desde la ribera oriental del lago. Al día siguiente, la gente,

Page 122: Misterios de Cristo y de María

122

que se ha apercibido de su marcha, se embarca en su busca.

Al encontrarlo en la sinagoga de Cafarnaún (v.59), le

preguntan cuándo ha llegado allí. Él, sabedor de sus

verdaderas intenciones, les dice abiertamente que, si lo

buscan, no es porque hayan comprendido el signo del pan y

creído en Él, sino porque sospechan que Él es el Mesías

temporal que ellos esperan. Y los exhorta -como antes a la

samaritana (Jn 4, 13s)- a buscar el alimento espiritual

permanente, que da la vida eterna: el que les dará el Hijo

del hombre, marcado por su Padre Dios con el sello del

Espíritu e investido de su poder para realizar las señales del

Reino.

-. Al preguntarle ellos "qué debemos hacer para actuar

como Dios quiere", les responde que "lo que Dios espera

de vosotros es que creáis en aquél que Él ha enviado" (cf.

Rm 3, 28). Ellos le exigen que demuestre que es el tal

Enviado, con una señal no inferior a la del maná de Moisés.

Él les replica que el verdadero pan del cielo no fue aquél,

sino el que su Padre Dios quiere darles: "El pan de Dios

viene del cielo y da la vida al mundo". Con la misma

ignorancia y codicia que la samaritana (Jn 4, 15), le piden

que les dé siempre de ese pan maravilloso, que remediaría,

para siempre y sin cansancio, su necesidad de alimento...

Jesús, también hoy, muchos tratan de secularizar y

temporalizar el cristianismo, privándolo de su dimensión

sobrenatural y eterna. Que yo sepa unir armónicamente, sin

confundirlos, cielo y tierra, espíritu y materia, eternidad y

tiempo, fe y justicia.

-. En vista de que han entendido mal sus palabras, Jesús

les declara sin rodeos, como a la samaritana (Jn 4,26), que

el Pan que ellos necesitan y Él les ofrece es Él mismo: "Yo

soy el Pan de Vida ". Jesús es el Pan de Vida, que

Page 123: Misterios de Cristo y de María

123

definitivamente calma el hambre y aplaca la sed espiritual de

los que creen en Él. Les recrimina su incredulidad, a pesar

de ser testigos de sus múltiples signos. Y asegura a todos

que Él no rechazará a ninguno de los que el Padre le dé o

atraiga, ya que Él bajó del cielo para dar cumplimiento a la

voluntad salvífica universal de su Padre (lTm 2, 4. 6; 4, 10).

-. Los "judíos comenzaron a murmurar de Él" por lo que

acaba de decir sobre su origen divino, ya que conocen a sus

padres. Él ataja sus murmuraciones, y les explica que su

comportamiento se debe a que no quieren dejarse enseñar

por Dios. Y reitera su afirmación: "Yo soy el Pan de la

Vida... Yo soy el Pan vivo bajado del cielo". Él es el Pan de

vida eterna, inmortal. Los prejuicios, la consideración

superficial de las apariencias, la fría mirada racionalista

impiden al hombre captar la realidad profunda, el misterio

de Dios. Con el deseo humilde, la búsqueda de Verdad y la

fidelidad a las luces y mociones de lo alto, el hombre debe

disponerse para creer a Dios y en Dios, que por amor quiere

darse al hombre.

+ Jesús, el Pan de la Eucaristía (v. 51c-59)

-. Sin transición alguna, comienza a hablar del Pan de su

Carne, que entregará cruentamente en la cruz para la vida

del mundo, y sacramentalmente en la Eucaristía (como

sacrificio, banquete y presencia sustancial permanente).

-. Esta vez los "judíos" no pueden dudar de que, para

vivir esa vida eterna, les está exigiendo que coman su

Carne; y consideran absurda su pretensión. En su respuesta,

vuelve a insistir en la necesidad de que realmente coman su

Carne y beban su Sangre, para que así tengan ya vida eterna

y sean resucitados por Él en el último día. Esa comida y

bebida real-sacramental (no sólo espiritual, por la fe) es

Page 124: Misterios de Cristo y de María

124

fuente de una mutua inmanencia vital, de una comunión

vital con Él: participación de la comunión que existe entre

su Padre y Él. El fruto de la Eucaristía es la participación

en la vida filial y fraterna de Cristo, bajo el influjo vivificante

del Espíritu Santo y la acción ministerial de la Iglesia.

+ Reacción ante las palabras de Vida eterna (v. 60-71)

-. Sus reiteradas afirmaciones sobre la necesidad de comer

su Carne y de beber su Sangre, provocan en "muchos de sus

discípulos" un enorme escándalo y un claro murmullo de

desaprobación. Él, conociendo el motivo de esas críticas, se

dirige a ellos, no para retractar o atenuar sus palabras, sino

para reprocharles el que las hayan interpretado tan

burdamente. Su Ascensión, meta final de su subida a la

cruz, pondrá término al escándalo, cuando los creyentes lo

vean en su gloria y comprendan su intención de darse a ellos

como alimento en su estado glorificado. Su Carne, comida

sacramentalmente, y su Palabra, asimilada por la fe, serán

el vehículo de su Espíritu vivificador.

-. Pero ellos no quieren creer, no quieren aceptar el don

de la fe que el Padre les ofrece; y "se retiraron y ya no iban

con Él". ¡Qué golpe para Jesús, que, aun conociendo desde

el principio el desenlace trágico de sus mezquinas

disposiciones, su abandono final e incluso la traición de

Judas, los ha elegido y les ha mantenido la elección, hasta

que ellos la rechazan ahora definitivamente!

-. A la vista de estas defecciones, insta a los Doce a que

ratifiquen o retracten su opción por Él: "¿También vosotros

queréis marcharos?". Simón Pedro, en nombre del grupo,

responde apasionadamente: "Señor, ¿a quién iríamos? Tus

palabras dan vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que

Tú eres el Santo de Dios". Les recuerda que fue Él el que

Page 125: Misterios de Cristo y de María

125

los eligió a los Doce. Y les anuncia veladamente la traición

de Judas Iscariote, que es un "diablo" o desunidor (12, 4-6),

sembrador de la cizaña de la duda y de la discordia entre los

discípulos.

-. Jesús, tú eres el Mesías pobre y humilde, que rechazas

el reino temporal que te ofrece la multitud (6, 15); que no

quieres reducir tu misión a solucionarles sus problemas

materiales (6,26s); que no accedes a su exigencia de un

prodigio espectacular (6, 30s). Lo que les ofreces a ellos y a

todos es el verdadero Pan del cielo, el Pan de la vida eterna:

tu Palabra asimilada por la fe, tu Carne comida y tu Sangre

bebida sacramentalmente en la Eucaristía, con sus efectos

divinizantes y humanizadores. Jesús, dame siempre ese Pan

y esa Agua de vida eterna, para que, con su fuerza, te siga

hasta el fin: a ti, que eres "el Camino, la Verdad y la Vida".

44. La mujer cananea o pagana (Mt 15, 21-28p)

Aunque Israel es el Pueblo elegido y la misión de Jesús se

desarrolla casi exclusivamente en Palestina, Él quiere mostrar

que Dios es el Padre de todos los hombres, y que Él es el

Salvador del mundo. Por eso, de vez en cuando, hace una breve

incursión por tierras paganas. Como en esta ocasión, por Tiro y

Sidón: antiguos puertos de Fenicia (hoy, Líbano).

-. Está ahora en una casa de Tiro, país pagano, tratando de

pasar inadvertido. Pero una mujer cananea, enterada de su

presencia, lo aborda con angustia y esperanza: "Ten piedad

de mí, Señor, Hijo de David; mi hija vive maltratada por un

demonio". Pide por su hija y por ella, porque su hija es su vida.

Jesús calla. Sus discípulos lo apremian con razones muy poco

Page 126: Misterios de Cristo y de María

126

altruistas: "Atiéndela, porque viene gritando detrás de

nosotros".

-. Él les responde: "Dios me ha enviado sólo a las ovejas

perdidas del pueblo de Israel". Entonces la mujer se echa a

sus pies y le apremia: "¡Señor, socórreme!". Él, para

probarla y aprobarla, le responde con palabras frías,

inusuales en Él: "No está bien tomar [ahora] el pan de los

hijos [los israelitas] para echárselo a los perrillos [los

paganos]". Ella, lejos de sentirse despreciada, replica con fe

humilde y perseverante: "Eso es cierto, Señor. Pero

también los perrillos comen las migajas que caen de la

mesa de sus amos".

-. Jesús, admirado y gozoso, exclama: "Mujer, ¡qué grande

es tu fe! Que te suceda lo que pides". Dios pone a prueba su

fe, para aumentarla y atender con creces su petición... Jesús,

la súplica humilde, apoyada en la fe, es la única arma del

hombre, pobre e indigente esencial, que todo lo espera de la

bondad de tu Padre, que es también el nuestro.

45. Confesión mesiánica y primado de Pedro, en

Cesárea de Filipo (Mt 16, 13-20pp)

Esta escena tiene lugar en Banias, llamada

posteriormente Cesárea de Filipo, a los pies del monte

Hermón. El nombre de Banias alude al culto que, desde la

ocupación helenística, se rindió al dios Pan en la cueva que

aún se conserva. A sus pies fluye la cuarta y más oriental de

las fuentes del Jordán; y en su entorno crece una exuberante

vegetación. El nombre de Cesárea de Filipo se refiere al

templo que el tetrarca Filipo había construido, junto a la

Page 127: Misterios de Cristo y de María

127

enorme roca oscura, en honor de César Augusto y para

atraerse sus favores. Pudo ser la visión de esta roca lo que

sugirió a Jesús el tema de Pedro (Kefas, Roca).

-. Israel, el Pueblo de Dios, en la mayoría de sus

representantes religiosos, ha rechazado al Mesías. En

apariencia, la misión de Jesús ha fracasado. En este

momento de su vida, tiene lugar esta escena trascendental.

De camino hacia la región de Cesárea de Filipo, Jesús

pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que soy

Yo?" (Mc-Lc). Ellos responden enumerando varias

opiniones: Juan Bautista, Elías, Jeremías, un profeta (Dt 18,

18).

-. Entonces, les pregunta directamente: "Y vosotros,

¿quién decís que soy Yo?". Una vez más, Pedro responde

en nombre de los Doce y de los discípulos de todos los

tiempos: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le

responde con esta bienaventuranza y esta promesa:

+ "Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha

revelado ningún mortal, sino mi Padre que está en los

cielos. Yo te digo: 'Tú eres Pedro [Roca], y sobre esta

piedra [Roca] edificaré mi Iglesia, y el poder del Abismo no

la hará perecer. Te daré las llaves del Reino de los cielos;

lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que

desates en la tierra quedará desatado en el cielo'".

-. Jesús declara "dichoso" a Simón, no por sus méritos,

sino porque el Padre le ha concedido el don de reconocerlo

como Mesías. Aunque, muy pronto, tendrá que reprenderlo

duramente por rechazar su condición de Mesías Paciente.

El cambio de nombre -ya prometido (Jn 1, 42)- indica el

nuevo encargo que le confiere: ser "piedra", cimiento

roqueño, para el nuevo Israel, para "mi Iglesia", que

Page 128: Misterios de Cristo y de María

128

comienza a ser convocada y congregada, y cuya misión

consistirá en arrancar a los hombres del imperio de la

muerte.

-. A través de su Iglesia y por caminos misteriosos,

vendrá el Reino de Dios, semejante a una ciudad, y cuyas

llaves entregará a Pedro. Él recibe el encargo permanente

de ser su mayordomo y supervisor (cf. Is 22, 19-22), con

autoridad divina para fielmente enseñar la verdad salvífica

y condenar los errores; para declarar lo que es moralmente

obligatorio, permitido o prohibido. Y esto, durante todo el

tiempo de su Iglesia indestructible y perenne. Las sentencias

de Pedro abrirán o cerrarán el acceso al Reino, y serán

ratificadas por Dios. Y para no suscitar entusiasmos prema-

turos y desenfocados, les ordena que, por el momento, no

digan a nadie que Él es el Mesías.

Unos treinta años después de Jesús, el rabí NECHONYA solía

iniciar sus lecciones con esta oración: "Haz, oh Yahvé, que no

declaremos impuro lo que es puro, y puro lo que es impuro;

que no atemos lo que está suelto, ni desatemos lo que está

atado".

-. Gracias, Jesús, por el regalo, que haces a tu Iglesia, de

Pedro y de sus sucesores, los Romanos Pontífices. Ellos no

son tus sucesores; ni, propiamente, hacen tus veces: ya que

tú siempre estás con nosotros. Pero, sí te representan,

sacramentalizan tu presencia (la significan y realizan),

cuando pastorean tu rebaño (Jn 21, 15-17). Que sepamos

reconocerte, acogerte, obedecerte y amarte en la persona del

Papa y de los Obispos. "Quien os escucha a vosotros, a Mí

me escucha; quien os rechaza a vosotros, a Mí me rechaza;

y el que me rechaza a Mí, rechaza al que me ha enviado"

(Lc 10, 16)... Quien se desinteresa de las enseñanzas del

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129

Papa y de los Obispos no demuestra tener mucho amor ni a

Cristo ni a su Esposa, nuestra santa Madre la Iglesia.

46. Tres anuncios de la Pasión

(Mt 16, 21-28; 17, 22-23; 20, 17-19pp)

Uniré, en esta contemplación, los tres anuncios de la Pasión,

ya próxima, hechos en momentos y lugares distintos, durante

la subida a Jerusalén.

+ 1." Después de la confesión de Pedro, en Cesárea de

Filipo

-. Jesús comienza a manifestar abiertamente a sus dis-

cípulos que tiene que subir a Jerusalén, para sufrir mucho por

causa de los sanedritas, que terminarán por darle muerte;

aunque les promete resucitar al tercer día. Esta revelación

inesperada desconcierta y espanta a todos, pero

especialmente a Pedro, que, tomándolo aparte, se pone a

recriminarlo fuertemente, con un cariño poco lúcido: "¡Dios

no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso!".

-. Él se vuelve a Pedro y le dice ante todos: "¡Ponte detrás

de mí, Satanás! Eres para mí un obstáculo, porque tus

pensamientos no son [ahora] como los de Dios, sino como

los de los hombres". Palabras durísimas, que coinciden, en

su arranque, con las que había dirigido al Tentador en el

desierto: "¡Márchate, Satanás...!". Y es que, aunque con

intenciones muy diversas, los dos pretenden apartarlo del

Mesianismo paciente, querido por el Padre y por Él. Sin

pretenderlo, Pedro se ha hecho cómplice inconsciente de

Satanás. No es misión de Pedro ni de nadie preceder a Jesús,

Page 130: Misterios de Cristo y de María

130

trazarle la ruta; sino seguirle por el camino que el Padre le

ha trazado, y que desemboca por la Cruz en la Resurrección.

-. Después se dirige a sus discípulos y añade: "Si alguno

quiere venir detrás de Mí, que renuncie a sí mismo, cargue

con su cruz y me siga...". Ser cristiano es mucho más que

profesar unos dogmas, aceptar unas normas de moral o

practicar unas formas de culto. Supone, sobre todo, morir a

sí mismo, para vivir con Cristo y como Él: siguiéndolo

fielmente, en su servicio a Dios y a los hombres, con la cruz

de los desprecios del mundo y de los sufrimientos diarios,

dispuesto a perder la vida temporal por Él, para así

conservarla eternamente.

-. Y les advierte que su muerte ignominiosa no es señal

de impotencia, como podrán comprobar algunos de los allí

presentes, que serán testigos de su venida poderosa "como

Rey", antes del último Juicio, en la destrucción de Jerusalén

(Mt 10, 23; 24).

+ 2.° Después de su Transfiguración gloriosa en el monte

-. En ella habla con Moisés y Elías del "éxodo [partida] que

había de consumar en Jerusalén" (Lc 9,31). Sigue la

curación del muchacho epiléptico. De paso por Galilea,

advierte a sus discípulos: "El Hijo del hombre va a ser

entregado en manos de los hombres, y le darán muerte;

pero al tercer día resucitará". Ellos no entienden y se

entristecen mucho; pero temen preguntarle el sentido de su

predicción.

+ 3.° En las inmediaciones de Jerusalén y ya a las puertas

de su Pasión

- Él va por delante con paso ligero y firme. Sus discípulos,

que presienten el peligro, lo siguen a distancia, "admirados

Page 131: Misterios de Cristo y de María

131

y asustados". Toma aparte a los Doce y les anuncia

concretamente lo que le espera: "El Hijo del hombre va a

ser entregado a los jefes de los sacerdotes y maestros de la

Ley, que lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los

paganos, para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen;

pero al tercer día resucitará". Una vez más, ellos no

entienden su palabra de cruz y muerte. Prueba, notoria y

dolo-rosa, de esa incomprensión es la escena siguiente: la

petición, ambiciosa y egoísta, de la madre de los Zebedeos,

a instancia de sus hijos. Sólo la resurrección de Jesús les

hará comprender y aceptar el misterio de su muerte y

resurrección.

- En la práctica, y con referencia especial a mí, a los míos,

a la Iglesia, ¿lo acabo yo de entender? Señor, temo el

sufrimiento, la humillación y, sobre todo, la muerte. Pero yo

creo en tu amor para conmigo. Tú me amas porque eres

Amor. Sé que no soy digno de tu Amor. Pero sé, también,

que amarme a mí tal cual soy es digno de tu Amor,

esencialmente gratuito. Creo que la muerte para los tuyos

será descubrir y palpar tu ternura y misericordia infinitas.

No me glorío de mis méritos; pero sí me gozo de haber

creído en tu bondad. Permíteme que haga mía la oración de

SANTA GERTRUDIS:

* "¡Oh, Jesús, amor mío, amor del atardecer de mi vida!

Alégrame con tu vista en la hora de mi partida. ¡Oh, Jesús del

atardecer! Haz que duerma en ti un sueño tranquilo y que

saboree el descanso que tú has preparado para los que te

aman".

Page 132: Misterios de Cristo y de María

132

47. Transfiguración de Jesús (Mc 9, 2-10pp)

Ya Orígenes y Eusebio de Cesárea, en el siglo III, y otros

muchos (san Cirilo de Jerusalén, san Jerónimo...) localizan la

Transfiguración en el monte Tabor, distante unos diez

kilómetros de Nazaret; y elevado unos 588 metros sobre el

Mediterráneo, 780 sobre el nivel del lago de Genesaret y 300

de la llanura). Es éste uno de los montes con más personalidad

en toda Palestina. Surge solo, simétrico, verdeante, en medio

de una región llana y fértil.

-. Seis u ocho días después de su primer anuncio de la

Pasión, Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y sube

con ellos a un monte, alto y apartado, "para orar". Quiere

prepararlos para el escándalo de la cruz, prefigurando su

resurrección y anunciando su Venida en gloria (2P 1, 17s).

Y, "mientras oraba" (Lc), se transfigura delante de ellos: su

rostro brilla como el sol y sus vestidos relampaguean con una

blancura cegadora. Aparecen junto a Él, resplandecientes de

gloria, Moisés y Elías, personificación de la Ley y los

Profetas, que hablan con Él del "éxodo [partida] que había

de consumar en Jerusalén".

-. Los tres discípulos, aunque cargados de sueño, asisten

arrobados a esta escena. Cuando Pedro advierte que van a

retirarse Moisés y Elías, sin saber bien lo que dice, para

prolongar aquella gloria gozosa, le propone a Jesús: "Señor,

¡qué bien estamos aquí! Si quieres, hago tres tiendas: una

para ti, otra para Moisés y otra para Elías".

-. Aún está hablando, cuando una nube luminosa -la

"sublime Gloria", señal visible de la presencia de Dios (2P 1,

17)- los cubre y llena de temor. Desde la nube, se oye una

Page 133: Misterios de Cristo y de María

133

voz: "Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco;

escuchadlo". Voz, que se dirige a ellos y a nosotros, y que

nos manda reconocer a Jesús como al nuevo Isaac (Gn 22,

2), al Hijo amado del Padre; y escucharle siempre; también

cuando nos hable de compartir su muerte y resurrección.

-. Al oír esta voz, los tres caen de bruces, aterrados de

espanto. Finalizada la Transfiguración, Él se acerca a ellos,

los toca y los invita a levantarse sin miedo. Alzan la vista y

lo ven a Él solo. Mientras bajan del monte, "les ordenó que

no contaran a nadie esta visión hasta que el Hijo del

hombre hubiera resucitado de entre los muertos". A su

pregunta sobre la venida de Elías, les responde que ya ha

venido en la persona de Juan el Bautista, el cual fue

perseguido como lo será Él. Tras su resurrección,

comprenderán y gustarán en fe el misterio pascual (2P 1,

16ss).

-. Jesús, que también yo lo experimente, cuando me visite

tu Cruz y tu Gloria. No se puede gustar profundamente el

gozo de tu Resurrección, sin haber compartido a fondo el

vaciamiento de tu Pasión y Muerte. Pero, tampoco se puede

participar de tu transfiguración dolorosa en Getsemaní y en

el Calvario, sin haber sido antes testigo y copartícipe

cercano de tu transfiguración gloriosa en tu Resurrección.

En nuestro "éxodo" hacia ti, en nuestro caminar hacia la

caridad perfecta -vocación de todo cristiano-, ¡qué bien

sabes, Señor, ir alternando y combinando desolación y

consolación, oscuridad y luz, pasión y gloria! Que no

renuncie a tu designio pleno de amor sobre mí, por miedo a

las renuncias. No estoy solo; Tú, mi Dios Amigo, estas

conmigo. Ayúdame a "redimir", con gracias

extraordinarias, el tiempo desaprovechado y las gracias

perdidas.

Page 134: Misterios de Cristo y de María

134

-. No hay transformación total en ti, sin purificación total

en mí: de los sentidos y del espíritu, activa y pasiva. Si no

"satisfacemos" plenamente aquí por nuestros pecados y

desórdenes -con mérito y a menor coste-, tendremos que

"satispadecer" en el Purgatorio -sin mérito alguno y a

mayor coste-. El Purgatorio no es el castigo, extrínseco y

mecánico, reclamado por un Dios justiciero, sino la

exigencia íntima del pecado -que exige reparación- y de la

vida celeste -que no admite en la presencia del Dios Santo

nada manchado-. El Purgatorio no es un terrible Infierno

temporal, sino un invento maravilloso de Dios-Amor, que

viene a equivaler a las purificaciones místicas que sufren en

esta vida sus mejores amigos, los santos. Su fuego

purificador no es otro que el Amor misericordioso de Dios,

en cuyas "llamas" las almas se purifican con un dolor-gozo

amoroso, el más intenso, puro y agradecido.

48. Instrucciones sobre la vida de la comunidad

cristiana (Mt 18, l-35pp)

Este cuarto discurso va dirigido al grupo de los discípulos.

Pero refleja una comunidad cristiana en la que existen

problemas de convivencia. Mateo intenta responder a esta

situación diseñando un modelo de comunidad en la que los

discípulos, atentos a la voluntad de Dios, viven la fraternidad

desde el perdón y la acogida a los más pequeños.

+ El mayor en el Reino (v. 1-5)

-. Poco después del segundo anuncio de la Pasión, los

discípulos, mientras caminan detrás de Jesús, confrontan sus

méritos personales para reclamar la primacía: discuten

Page 135: Misterios de Cristo y de María

135

sobre "quién es el más importante en el Reino de los cielos".

Al término del viaje y ya sentados, Él les pregunta sobre el

tema de su acalorada discusión. Ante su silencio encogido

y delator, Él llama a un niño, lo coloca en medio de ellos y

les dice: "Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como

los niños no entraréis en el Reino de los cielos. El que se

haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino

de los cielos".

-. El niño, no en cuanto inocente, sino en cuanto

expresión de indigencia, debilidad y desamparo, encarna la

actitud humilde y servicial que deben tener los discípulos

de Jesús ante Dios y con los hermanos. El niño, en la

mentalidad de entonces, es el ser que, al estar privado de

derechos personales legal y social-mente reconocidos, no

puede exigirlos; el ser insignificante, que todo lo tiene que

recibir del amor gratuito de sus padres. Por ello, "el que

acoge a un niño como éste en mi nombre, a Mime acoge":

es decir, el que lo acoge, no sólo por sus gracias o por sus

derechos, sino porque representa a Jesús en su actitud de

pobreza. La conclusión equivale a la de una pequeña

parábola: "Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que

teníamos que hacer" (Lc 17, 7-10).

+ El escándalo de los pequeños (v. 6-7)

-. Después, previene contra el escándalo a otros, a los

"pequeños" o creyentes débiles en la fe... Jesús, ¡qué

actualidad tienen, especialmente hoy, estas terribles

amenazas, ante los ataques contra la fe y valores cristianos:

ante la des-educación programada, la pornografía y

prostitución, la droga y el alcoholismo, la explotación

laboral y tantas otras lacras, de las que son sus primeras

víctimas los más jóvenes e inexpertos, los más

desprotegidos!

Page 136: Misterios de Cristo y de María

136

+ El autoescándalo (v.8-9)

-. Después, avisa contra la exposición temeraria a las

ocasiones próximas y graves de pecado. Hay que estar

dispuesto a amputarse la mano, el pie o el ojo, es decir, a

hacer las renuncias más costosas, antes que exponerse a ser

arrojado al "fuego eterno"... Ésta, y otras muchas

advertencias semejantes de Jesús, no son meras "amenazas

pedagógicas", sino avisos acuciantes y amorosos ante un

peligro real, muy serio, de condenación. ¡Ni el Amor de

Dios ni el Infierno son una broma! Y, si me obstino en el

mal, despreciando la gracia de la conversión, ¡yo puedo

condenarme! Mi reacción ante el peligro de pecar es la

medida de mi aborrecimiento al pecado; y mi atención y

docilidad a la gracia es el índice de mi aprecio real a Dios.

Sólo se salva el que ama, de verdad, a Dios con todo su ser,

sobre todas las cosas, y todas las cosas, en El y por Él.

+ Respeto a los pequeños y solicitud por ellos (v. 10-14)

-. Lejos de menospreciar y escandalizar a estos

pequeños, hay que buscarlos, cuando se extravían. Como

el pastor que, dejando en el monte a noventa y nueve ovejas,

busca a la oveja que se ha descarriado, hasta que con

inmensa alegría la encuentra. Eso mismo es lo que hace el

Padre celestial, que "no quiere que se pierda ni uno solo de

estos pequeños".

+ ¿Cómo hay que tratar a los hermanos pecadores? (v. 15-

20)

-. Primero, corrigiéndolos fraternalmente: con discreta

caridad, agotando progresivamente todos los recursos: a solas,

con uno o dos testigos, en presencia de la comunidad (v. 15-

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137

17). Esta corrección está llamada a culminar en el perdón y

en la oración eclesial (v. 18-20).

-. Muchas veces, para no enfrentarse o malquistarse con

uno o con unos pocos culpables, se guarda un silencio

cobarde y consentidor, que es un atropello hiriente de los

derechos cristianos del culpable y de los otros. ¡No se trata,

ante todo, de evitar a toda costa el disgustar a algunos, sino

de buscar el bien verdadero de todos, fundado en la justicia

y la caridad! Sin una corrección oportuna, justa y amorosa,

ofrecida sin prepotencia y con bondad, y recibida con

humilde gratitud, no es posible una convivencia

constructiva, humana y cristiana... Así es como Tú, Jesús,

me corriges: con amor delicado y paciente.

+ Además, hay que perdonar siempre y de corazón (v.21-

35)

-. Sin una actitud permanente de perdón -pedido,

ofrecido y aceptado- no es posible una vida comunitaria

auténtica. Así nos lo enseña Jesús con la expresiva parábola

de los dos siervos deudores. En ella compara dos deudas

muy desiguales (algo así como cincuenta millones,

comparados con diez mil pesetas). El rey representa al Padre

que, siempre y gratuitamente, nos perdona toda nuestra

deuda. Ésa es la deuda que pedimos que nos perdone en el

Padrenuestro, y la que confesamos en el acto penitencial de

la Misa. El siervo malvado representa a quien, habiendo

sido perdonado por Dios en lo mucho, se niega a perdonar a

su hermano en lo poco.

-. La enseñanza final es diáfana y inapelable: "Lo mismo

hará con vosotros mi Padre celestial, si no os perdonáis de

corazón unos a otros". La suerte final de éstos es el castigo

eterno... Tus discípulos, Jesús, debemos perdonar a todos,

Page 138: Misterios de Cristo y de María

138

sin límites y de corazón. Ya que todos vivimos de tu perdón

gratuito e ilimitado, constantemente renovado, debemos

comunicarlo a todos los que nos ofenden, con una

proporcionalidad semejante (generosidad con el prójimo,

ante la Magnanimidad de Dios conmigo). El perdón que

otorgamos al prójimo no es ni la razón ni la medida del

perdón que recibimos de Dios, siempre gratuito e

inconmensurable. Señor, injértanos en tu Corazón

perdonador.

49. Las dos primeras parábolas de la Misericordia: la

oveja extraviada y la moneda perdida (Lc 15, l-10p)

Los "publícanos" son los recaudadores de impuestos, odiados

por colaboracionistas con los romanos y, muchas veces

también, por injustos. Los "pecadores" son aquellos israelitas

que, según los representantes del poder religioso, viven al

margen de la Ley, por su situación inmoral o por razón de su

oficio indigno o deshonroso.

-. Entre la muchedumbre que se acerca a Jesús para oírle,

se encuentran "numerosos publícanos y pecadores". Para la

mentalidad farisea, el pecador, en cuanto tal, es sólo objeto

de la ira divina; y Dios lo ama sólo cuando se ha convertido.

Por eso, los fariseos y la generalidad del pueblo los rehuyen.

Pero Jesús los acoge con amor; incluso acepta, complacido,

sus invitaciones. Esto provoca la crítica escandalizada y

mordaz de quienes "presumían de ser justos y despreciaban

a los demás" (Le 18, 9); de esos santones autosuficientes y,

con frecuencia, hipócritas: "Éste anda con pecadores y

come con ellos".

Page 139: Misterios de Cristo y de María

139

-. La respuesta de Jesús son tres parábolas, con las que

justifica su comportamiento y en las que se remite al

proceder misericordioso de Dios con los pecadores, que

encuentra su alegría en perdonarlos. Porque Dios-Amor,

que es el protagonista principal de estas parábolas

(representado por el pastor, la mujer y el padre), siempre

ama al pecador; y, porque lo ama, lo busca, lo encuentra o

recibe con cariño, y lo celebra o agasaja con júbilo. Las dos

primeras parábolas son gemelas: tienen una misma

estructura, un mismo sentido y una misma limitación, ya

que consideran el proceso de conversión sólo del lado de

Dios. Cambia únicamente el sujeto de comparación: un

pastor, una mujer. En la tercera parábola se recalca

también la parte del pecador en su vuelta a Dios.

+ La oveja extraviada

-. El pastor de la parábola es dueño de un rebaño de cien

ovejas, que apacienta personalmente. Al atardecer, hace

recuento y advierte que le falta una. Preocupado por su

suerte, deja las otras noventa y nueve "en el desierto", sale

en su busca y no descansa hasta encontrarla. Como la oveja

está asustada y fatigada, la coloca cariñosamente sobre sus

hombros y, llegado a casa, comunica gozosamente a sus

amigos y vecinos su venturoso hallazgo, para que se

congratulen con él.

-. La conclusión es la misma en las tres parábolas, aunque

sólo en las dos primeras se explicita así: "Os aseguro que

también en Dios [en el cielo o entre los ángeles] habrá más

alegría por un pecador que se convierta que por noventa y

nueve justos que no necesitan convertirse". Esta expresión,

tan hiperbólica como humana, manifiesta la complacencia

extraordinaria de Dios por la conversión del pecador. Mas

no supone un amor mayor al pecador convertido que al hijo

Page 140: Misterios de Cristo y de María

140

verdaderamente fiel. Dios se complace con los hijos fieles,

que cumplen su voluntad. Y no se agrada con las obras de

los pecadores; ni tampoco con las de los justos

presuntuosos, como son estos difamadores (Lc 5, 31s; 19,

10). Pero Dios ama a todos sus hijos. También a los

pecadores -y todos lo somos-, que, muy lejos de ser odiosos

o indiferentes para Él, son siempre objeto de su amor

misericordioso, y también de su amor complacido o

benevolente cuando de verdad se arrepienten... ¡Todos

somos, Jesús, esa oveja tuya extraviada, que sólo tú puedes

buscar, encontrar y salvar!

+ La moneda perdida

Dado el interés y la alegría grandes de la mujer, estas diez

dracmas bien podrían pertenecer al tocado femenino,

guarnecido de monedas, que forma parte de la dote de la mujer

y del que no se desprende ni para dormir. La dracma griega

equivalente a un denario romano, el salario de un día.

-. Ahora se trata de una mujer pobre, que pierde una de sus

diez dracmas. La mujer busca con todo cuidado la moneda,

en su pequeña y oscura casa. Enciende una lámpara y barre

cuidadosamente con un ramo de palma el suelo de tierra

endurecida para oír su tintineo. Cuando la encuentra, su

gozo es tan intenso que siente necesidad de compartir su

alegría con sus amigas y vecinas. La conclusión es la misma

de la parábola anterior...

Page 141: Misterios de Cristo y de María

141

50. La tercera parábola de la Misericordia: el hijo

pródigo (Lc 15, 11-32)

Ésta es la perla de las parábolas, el autorretrato más fiel del

Corazón de Jesús y de su Padre, que es el verdadero

protagonista de la parábola: parábola que "ha quedado

plantada en el corazón del pecador como un clavo de

ternura" (CHARLES PÉGUY). Ella explica, con trazos tiernos

y vigorosos, la huida y la vuelta del pecador, la acogida

misericordiosa por parte de Dios (primera parte) y la

reacción mezquina de los fariseos y la comprensión paciente

de Dios también para con ellos (segunda parte). La parábola

es una justificación de la Buena Nueva, frente a los que la

critican. Algunos datos sobre los dos hermanos los deduzco

de la legislación judía o de la misma parábola.

JUAN PABLO II, en el capítulo IV de su encíclica Dives in

misericordia, nos ofrece uno de los más profundos y

originales comentarios que se han escrito sobre esta

parábola; y la clave de su más exacta interpretación a través

de tres conceptos fundamentales que subyacen a lo largo de

toda ella: justicia, amor y verdad.

La genialidad artística de REMBRAND ha plasmado con

singular maestría esta parábola en ese cuadro incomparable,

en el que ha concentrado toda su inspiración en la figura del

padre. H. NOUWEN, en su libro El regreso del hijo pródigo

(PPC, Madrid 1994), nos ha ofrecido una preciosa y

sugerente glosa a esta majestuosa obra de arte pictórico.

Según el derecho sucesorio judío (Dt 21,17), a la muerte

del padre debía el primogénito, como heredero principal,

recibir el doble de los bienes muebles(o trasladables) que

Page 142: Misterios de Cristo y de María

142

los demás hijos; mientras que los bienes inmuebles (como

fincas y casas) no podían, en principio, ser vendidos (Lv 25,

23ss). No obstante, si el padre, ya durante su vida, quería

repartir él mismo su hacienda, no estaba sometido de manera

estricta a tales disposiciones. Este procedimiento de

repartición de los bienes no era insólito (Si 32, 20-24). Pero,

también en este caso, el padre, mientras vivía, tenía el

derecho de usufructo de la hacienda familiar inmueble, que

era inalienable (Lc 15,31). Así pues, al volver arrepentido a

la casa paterna, el hijo menor tenía aún derecho al disfrute en

común de la hacienda familiar inalienable; sólo le estaba

vedada la obtención de patrimonio privado.

La actitud de Jesús ante el publicano Zaqueo, ante la mujer

adúltera y ante la pecadora que unge sus pies, no hace sino

confirmar su enseñanza en esta parábola del hijo pródigo,

que debería llamarse, mejor, "del padre del hijo pródigo",

que es su referente esencial y constante.

+ La marcha del hijo menor

-. El padre es un labrador hacendado y de gran corazón,

que tiene dos hijos jóvenes y muchos criados y jornaleros.

El hijo menor, el que menos ha aportado a la hacienda

familiar, ruega a su padre que le entregue "la parte de la

herencia que me corresponde"; es decir, la propiedad y el

usufructo de los bienes muebles que le corresponden por ley

(una tercera parte). El padre -que representa a Dios-, aunque

no está obligado a hacerlo en vida, afronta el riesgo y

accede plenamente, con dolor y preocupación, a la petición

del hijo menor: y "les repartió el patrimonio". El hijo

mayor queda como único destinatario futuro de los bienes

muebles restantes (v. 31).

Page 143: Misterios de Cristo y de María

143

-. La vida en familia, con sus obligaciones, ha venido a

ser una carga insoportable para el hijo menor, que aspira a

la plena autonomía y sueña con placeres depravados lejos

de la casa paterna. Poco después, marcha a un país lejano y

pagano, donde despilfarra toda su fortuna, viviendo

libertinamente. Bien pronto, su falta de dinero y la carestía

reinante lo hunden en una necesidad extrema, que le obliga

a aceptar de un amo pagano la guarda de una piara de

cerdos. Al cuidar animales impuros, reniega de su religión

judía y queda excomulgado. La comida que se le da es tan

escasa que devoraría las algarrobas que comen los cerdos;

pero no se le permite hacerlo.

-. Hasta aquí la imagen con que Jesús describe o sugiere

el proceso y las consecuencias del pecado. ¿Cuál es la

realidad, siempre actual? La falta de intimidad con Dios y

la desgana en su servicio producen frustración y exacerban

el ansia egoísta de una libertad sin freno, el hambre

acuciante de placeres egoístas compensadores. Al fin, el

hombre se rinde a la tentación, alzándose con el don de la

libertad, rompiendo con Dios, alejándose de Él, dilapidando

los bienes sobrenaturales, tratando de saciar su hambre de

felicidad con manjares inmundos y decepcionantes. Este

cristiano estaba cansado del cariño de Dios y de su trato,

hastiado de su Palabra y de su Eucaristía, molesto en su

servicio a la Iglesia, en la que sólo advierte defectos,

despegado de sus mejores hermanos en la fe. Y ahora se ve

solo, hambriento, desesperado, esclavo de Satanás y de sus

pasiones ciegas. ¡Qué diferente es la triste realidad, en

contraste con los sueños de su imaginación febril!

+ El retorno del hijo menor

-. El grado sumo de humillación y de necesidad en que

se encuentra, le hacen recapacitar. Compara su situación

Page 144: Misterios de Cristo y de María

144

actual con la de los jornaleros de su padre, y hambrea el pan

que ellos comen en abundancia. Pero pronto su mirada se

eleva a su padre y a Dios, a los que ha ofendido; y,

arrepentido y confiado, decide volver a su casa con esta

confesión en el corazón y en los labios: "Padre, he pecado

contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo

tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros". No piensa

alegar su derecho filial a los bienes inmuebles, inalienables.

Sólo le pide que le permita trabajar para él, como un

jornalero más; sólo quiere vivir cerca de su padre. Sin

demora, se levanta y emprende la vuelta a la casa de su

padre. Como escribe RAINER M.a RILKE, al salir de la casa

del padre, ha salido de la casa del amor; y a ella debe volver,

porque todo corazón, antes o después, necesita regresar al

manantial de la ternura.

-. Con fuerza y claridad, Jesús describe el proceso de la

conversión: experiencia de la propia miseria, soledad y

reflexión, recuerdo de los bienes perdidos, añoranza de la

casa del Padre, reconocimiento humilde y dolorido del

propio pecado, propósito confiado de enmienda, ruptura

con la vida pasada, retorno a Dios... Hablando en términos

teológicos: por la atrición imperfecta, a la contrición

perfecta; por la miseria reconocida, al deseo humilde de

Dios; por el olvido del Padre, a un nuevo conocimiento del

Padre. Y todo, bajo la luz y moción del Dios

misericordioso: invisible, pero siempre presente y actuante

por medio de su Espíritu.

+ La acogida del padre

-. El relato se vuelve hacia la figura del padre, personaje

central de la parábola. Desde lejos reconoce a su hijo

menor, a pesar de su aspecto famélico y harapiento. No lo

rechaza con un gesto irritado o despectivo; ni espera, en

Page 145: Misterios de Cristo y de María

145

actitud fría y reservada, a que se acerque y se humille.

Olvidado de la injuria recibida, de su condición y edad,

profundamente conmovido, corre a su encuentro, lo abraza

y cubre de besos. Él nunca ha dejado de pensar en aquel

pobre hijo y de amarlo. La acogida calurosa del padre no

hace sino acrecentar en el hijo su conciencia de pecado y la

calidad de su arrepentimiento, que se manifiesta en la

humilde y sentida confesión de su culpa. Pero el padre no le

deja terminarla; y, en lugar de tratarlo como a un jornalero,

lo acoge como a huésped de honor, como a hijo muy

querido. El padre no pronuncia palabras de perdón, sino que

realiza obras de amor, restituyendo al hijo pródigo todas sus

prerrogativas de hijo, simbolizadas en el vestido mejor, en el

anillo y sandalias, en el banquete festivo.

-. Así procede mi Padre Dios conmigo, pecador. Y así

debo proceder yo con mis hermanos pecadores: invitarlos,

esperarlos, salir a su encuentro, no reprocharles con

amargura, abrazarlos, restituirles mi estima y confianza,

agasajarlos gozosamente, sentarlos a mi mesa. Así nos salva

Dios de la muerte y nos da la vida nueva, eterna.

+ La indignación del hijo mayor y la invitación del padre

-. Al ser informado sobre la razón de aquella fiesta, el hijo

mayor (trabajador y honrado, pero ruin, celoso y egoísta),

monta en cólera y se niega a entrar en el banquete. El padre

sale de la estancia y, con buenas palabras, trata de persuadir

al hijo soberbio para que participe en la fiesta. El hijo mayor

le replica con rabia. Su ira está movida más por la acogida

del padre que por el comportamiento de "ese hijo tuyo " (le

niega el título de hermano), cuyas infamias recuerda

crudamente para más herir al padre y para recriminarle un

proceder que, a sus ojos, es un premio al libertinaje y una

muestra incomprensible de preferencia por el hijo malo, con

Page 146: Misterios de Cristo y de María

146

menosprecio del hijo bueno que siempre ha dado pruebas de

fiel laboriosidad. El padre trata de hacerle comprender la

distinta situación de los dos, que explica el proceder distinto

del padre: "Hijito [teknon], tú estás siempre conmigo, y todo

lo mío es tuyo. Pero tenemos que alegrarnos y hacer fiesta,

porque 'este hermano tuyo' estaba muerto y ha vuelto a la

vida; estaba perdido y ha sido encontrado".

-. La parábola se interrumpe sin darnos a conocer el

desenlace final de este diálogo, porque éste depende de la

respuesta que quieran dar los fariseos, representados por el

hijo mayor. Jesús, representado en este padre, no discute a

los fariseos su cumplimiento de la letra de la Ley; pero les

reprocha delicadamente su autosuficiencia y dureza de

corazón, y los invita a compartir la alegría de Dios por la

vuelta de los pecadores. Deben comprender que Dios es

Amor perdonador y que la esencia de la Ley es el amor

misericordioso.

-. Tienen que optar o por hacer suya la alegría de Dios por

la vuelta de los pecadores o por quedarse fuera del banquete

del Reino.

-. En esta parábola se menciona tres veces el banquete

festivo. Cuando la comunidad se congrega para celebrar el

banquete eucarístico, hace memoria de la acción salvadora

y perdonadora de Dios, por medio de Jesús, en el júbilo de

la salvación. En todo templo católico se podría escribir la

frase con que los fariseos acusan a Jesús. Sobre el

confesionario: "Éste acoge a los pecadores"; y ante el altar:

"Éste come con ellos", o mejor: "Éste se da en comida a

ellos".

Page 147: Misterios de Cristo y de María

147

+ Prolongación de la parábola

-. Me atrevo sólo a sugerir un pequeño, pero útil

complemento a esta parábola evangélica. Teniendo en

cuenta todo lo que precede, ¿cuál debería ser, a partir de

ahora, el comportamiento del hijo menor? Propongo tres

conductas posibles, para que cada uno vea cuál está más en

consonancia con el amor del padre misericordioso, y cuál

se corresponde mejor con su reacción personal habitual tras

el perdón divino de sus pecados:

1.a hijo huidizo y desconfiado, que no se atreve a levantar

sus ojos, a hablar con el padre, a sentarse a la mesa, a

descansar, a pedir nada; que tiembla ante un posible

descuido;

2.a hijo ingrato y cínico, que, olvidado de cuanto ha

sucedido, vuelve a sus desganas, exigencias, olvidos y

omisiones;

3.a hijo humildemente agradecido y amorosamente fiel,

que, habiendo experimentado el amor del padre, quiere

agradarlo y servirlo en todo con libertad filial, y desea darlo

a conocer a todos...

51. El buen samaritano (Lc 10, 25-37)

Jericó, al nordeste de Jerusalén, está comunicada con la

capital, a través del desierto, por una ruta escarpada de 39

kilómetros, tristemente famosa por los ataques de los

bandidos.

Page 148: Misterios de Cristo y de María

148

Con esta parábola, Jesús nos enseña que sólo el hombre que

se aproxima a los demás con amor es su verdadero prójimo,

aunque éste sea un extranjero.

- Un maestro de la Ley, para tender una trampa a Jesús, le

pregunta: "Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida

eterna?". Él lo remite a la Ley; y el escriba recita el doble

precepto del amor a Dios y al prójimo (Dt 6,5; Lv 19,18).

Jesús le replica: "Has respondido correctamente. Haz eso y

vivirás". El escriba, queriendo justificar su consulta, le

pregunta: "Y ¿quién es mi prójimo?". Para un judío la

respuesta estaba bien clara: todo miembro del Pueblo de

Dios (Ex 20, 16s; Lv 19,13-18). Jesús le responde con esta

parábola.

- "Un hombre" baja solo de Jerusalén a Jericó y cae en

manos de unos salteadores, que le arrebatan las ropas, lo

golpean sin piedad y lo abandonan medio muerto junto al

camino. Por allí mismo y procedentes de Jerusalén, bajan

sucesivamente tres personas: primero, un sacerdote;

después, un levita; y, por último, un samaritano.

- Los dos primeros, judíos y ligados al Templo, al ver al

malherido, para no contraer impureza legal y evitarse

posibles peligros y complicaciones ciertas, se desvían y

pasan de largo. Sus conocimientos religiosos manipulados

sólo les sirven para no responder a la necesidad concreta que

se les presenta, porque su corazón no está convertido al Dios

de la misericordia.

- El tercero, el cismático samaritano, interrumpe su viaje,

se acerca, lo cura y venda sus heridas, lo monta en su

cabalgadura, lo traslada al mesón, lo cuida personalmente;

y, al día siguiente, no pudiendo detenerse más, le da dos

denarios al mesonero para que lo atienda hasta que él vuelva

de su viaje, prometiendo pagarle entonces todo cuanto haya

Page 149: Misterios de Cristo y de María

149

gastado de más en el herido.

- Después, Jesús pregunta al escriba: "¿Quién de los tres

te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los

salteadores?". Él contesta sin dudar: "El que tuvo

compasión". Jesús le dice: "Vete y haz tú lo mismo".

- El problema no está en conocer quién es mi prójimo, sino

en saber cómo puedo yo hacerme próximo del necesitado.

La misión de la Iglesia es levantar y atender a todos los

hombres y mujeres caídos en los caminos de la historia. La

verdadera santidad es la caridad afectiva y efectiva. Déjate

sanar por el Buen Samaritano, y préstale tu corazón, tus

manos, tus labios y tus bienes (materiales, personales y

espirituales), para que siga curando, por tu medio, a los

heridos de la vida.

Meditación

* Pasaje único de Lucas y que forma una unidad con el de

Marta y María.

* “Un letrado se acerca a Jesús para ponerlo a prueba”

- ¿Cuáles son las motivaciones de nuestras preguntas a

Jesús?

- Debe de haber una: ¿Señor cuál es tu voluntad sobre

mi vida?

* La pregunta: “¿Qué tengo que hacer para heredar la

vida eterna?”

- Una pregunta sobre el “hacer”, y que nos evoca la

pregunta del joven rico.

- Jesús le dice: “¿qué lees?”

Page 150: Misterios de Cristo y de María

150

- Fórmula rabínica para mandar recitar un texto

de la Escritura.

- Le remite a la ley.

* El letrado contestó con el doble precepto (Dt. 6,5; Lev.

19,18)

- “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y

con toda tu alma

y con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y al

prójimo como a ti mismo”

* Y ahora “queriendo aparecer como justo” pregunta:

* Y “¿quién es mi prójimo?”

- Para un judío la respuesta estaba bien clara: todo

miembro del Pueblo de Dios.

(Ex. 20,16 ss; Lv. 19, 13-18).

* Jesús le responde con esta parábola.

- "Un hombre" baja solo de Jerusalén a Jericó y cae en

manos de unos salteadores, que le arrebatan las ropas, lo

golpean sin piedad y lo abandonan medio muerto junto al

camino. Por allí mismo y procedentes de Jerusalén, bajan

sucesivamente tres personas: primero, un sacerdote;

después, un levita; y, por último, un samaritano.

- Los dos primeros, no son dos hombres cualesquiera,

sino que están al servicio de Dios; están consagrados a Él;

son dos judíos ligados al Templo y que probablemente

vendrían de él. Son los que han dicho lo que hay que hacer,

pero no hacen lo que dicen. Son incoherentes en su vida y

en su testimonio. Son los teóricos de la vida religiosa.

Page 151: Misterios de Cristo y de María

151

Tienen un punto en común: al ver al malherido, para no

contraer impureza legal y evitarse posibles peligros y

complicaciones ciertas, se desvían y “pasan de largo”. Sus

conocimientos religiosos manipulados sólo les sirven para

no responder a la necesidad concreta que se les presenta,

porque su corazón no está convertido al Dios de la

misericordia.

- El tercero, el cismático samaritano, interrumpe su viaje,

“al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas,

echándolas aceite y vino y, montándolo en su propia

cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó” lo cuida

personalmente; y, al día siguiente, no pudiendo detenerse

más, le da dos denarios al mesonero para que lo atienda

hasta que él vuelva de su viaje, prometiendo pagarle

entonces todo cuanto haya gastado de más en el herido.

* San Lucas nos presenta acciones personales donde queda

implicado el samaritano, y que nos evocan las acciones del

Padre bueno de la parábola del hijo pródigo: “al verlo,

corrió hacia él, lo abrazó y lo besó efusivamente”

Este Samaritano no evoca a Cristo Buen Samaritano.

Cristo también bajó del Templo, ese Templo que es el seno

del Padre en donde vive en comunión con el Padre y el

Espíritu. Y al ver, por un lado, al hombre en situación de

pecado, y por otro, al Padre ofendido por ese pecado; Él al

verlo, se compadece y se acerca por la encarnación, y le

venda la heridas, echándolas “sangre y agua”, echándolas

espíritu y vida; y lo llevó a una posada (la Iglesia) y lo cuidó

(sacramentos).

* “Te lo pagaré” Aspecto interesante que nos puede hablar

para nuestra vida sacerdotal del reparar. Cuando a San

Francisco Javier se le convierte un navegante le pone muy

poca penitencia, pero luego él “se fue a pagar lo que

Page 152: Misterios de Cristo y de María

152

faltaba”. El sacerdote también debe de pagar lo que falta a

sus fieles.

* La respuesta a la pregunta ¿quién es mi prójimo?, la da él

mismo, “el que hizo misericordia”.

* La pregunta de Jesús era muy sugerente: ¿Quién te parece

que se portó como prójimo? El prójimo no es una idea sino

una acción misericordiosa que nos trae a la memoria: “Cada

vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes

hermanos conmigo lo hicisteis”.

- ¿Cómo vivo la realidad del Cuerpo Místico?

52. Marta y María (Lc 10, 38-42)

De camino, Jesús entra en un pueblo, frecuentado por Él y

sus discípulos porque en él viven tres hermanos, íntimos

amigos suyos: Lázaro, Marta y María. El pueblo se llama

Betania: aldea a tres kilómetros al este de Jerusalén, en el

camino de Jericó, en la vertiente oriental del monte de los

Olivos.

- Marta, el ama de casa, lo recibe con gozo y se afana por

prepararles una buena comida. Jesús la observa con gratitud

por tanto amor solícito. Mientras, "María, sentada a sus pies,

escuchaba su palabra ", que bebe de sus labios con gozosa

avidez. Marta, "atareada con los muchos quehaceres del

servicio ", se le acerca y, con cariño y confianza, le hace esta

observación: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje

sola en la tarea? Dile que me ayude". Él, sonriente, le

contesta: "Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por

muchas cosas, cuando en realidad una sola es necesaria.

Page 153: Misterios de Cristo y de María

153

María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará".

- Jesús no reprocha a Marta su trabajo, necesario y

esmerado, en preparar la comida; sino su inquietud y

preocupación; tanto más que Él con poco se conforma. "La

parte mejor", "la única cosa necesaria", que nada ni "nadie

se la quitará", que ni siquiera la muerte podrá interrumpir,

es la que ha elegido María: la escucha amorosa de su

Palabra. Esta escucha, en el Reino de los cielos, se

transformará en visión facial del Padre, en su Palabra que

es Cristo.

-. Debo y quiero vivir en diálogo permanente contigo,

Cristo: escuchando y contemplando tu Palabra en el retiro

de la oración, trabajando siempre bajo tu mirada y

dependencia, buscando a Dios en todas las cosas y todas las

cosas en Dios. Que sepa siempre orar con los ojos y los

oídos contemplativos de María, y trabajar con las manos

hacendosas de Marta. Concédeme, Jesús, la gracia de la

oración continua, aun en medio de las más absorbentes

actividades realizadas por amor a ti y al prójimo.

53. La mujer adúltera (Jn 8, 1-11)

Este texto, probablemente, no perteneció originalmente a este

evangelio, pero sí a la antigua tradición evangélica; y, por tanto,

es canónico o inspirado.

-. Jesús está en Jerusalén participando en la Fiesta de las

Tiendas. Los "judíos " se niegan a admitir que su doctrina

venga de Dios. El último día de la fiesta, Jesús promete ríos

de agua viva, el Espíritu Santo, a los que crean en Él. Al

atardecer, se retira al monte de los Olivos. Por la mañana

Page 154: Misterios de Cristo y de María

154

temprano, vuelve al Templo y la gente se reúne en torno a

Él. Él se sienta y les enseña con calma.

-. En esto, los maestros de la Ley y los fariseos se presentan

ante Jesús arrastrando a una mujer sorprendida en adulterio.

Sin la menor compasión, la arrojan a los pies del Maestro

como un trofeo y una trampa mortal. Refieren crudamente su

pecado, le recuerdan cómo la ley de Moisés manda dar

muerte por lapidación a este tipo de mujeres; y terminan

preguntándole con perversa intención: "¿Tú qué dices?".

Conocen su fama de acogedor y perdonador de pecadores, y

buscan encontrar un motivo para acusarlo como despreciador

de la Ley o para desprestigiarlo como hombre hipócrita y

cruel.

-. Él se inclina y, en silencio, se pone a escribir en el suelo,

con su dedo, no sabemos qué letras o garabatos. Ellos lo

presionan para que conteste. Entonces, se incorpora con digna

sencillez y, mirándolos a la cara, les dice: "Aquel de vosotros

que no tenga pecado, puede tirarle la primera piedra" (cf. Dt

13,10; 17,7). Jesús se eleva por encima de la Ley y plantea un

problema más hondo a las conciencias: "¿Qué hombre es

suficientemente sabio y limpio para juzgar y condenar a otro

hombre?". Después, se inclina de nuevo y sigue escribiendo

en la tierra.

-. Al escuchar sus palabras comprometedoras y sentir su

limpia mirada que desnuda sus conciencias, se van

marchando uno tras otro, "comenzando por los más viejos",

dejándolo solo con ella, que, confusa y agradecida, continúa

allí delante de Él, con los ojos clavados en el suelo. Jesús se

incorpora de nuevo, la mira con bondad y le pregunta:

"¿Dónde están? ¿Ninguno de ellos se ha atrevido a

condenarte?". Ella, con profunda humillación y respeto, le

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155

contesta: "Ninguno, Señor". Él añade: "Tampoco yo te

condeno. Puedes irte, y no vuelvas a pecar".

-. Tú, Jesús, no la condenas, aunque tampoco disculpas su

pecado. Porque tú no has venido a condenar al mundo

justicieramente, sino a salvarlo misericordiosamente (Jn 3,

17; 12,47). Tampoco yo debo emitir juicios severos sobre

la culpabilidad de los demás (Lc 9, 54s), ya que, al juzgar

así, me hago ciertamente culpable; o, mejor, descubro más

mi pecaminosidad que la del otro; y me expongo a caer más

hondo (I Co 10, 12) y a ser juzgado por Dios con esa medida

estricta (Mt 7, ls). ¡Qué exigencias de acogida bondadosa y

compasiva para todos los miembros de la Iglesia,

especialmente para los que administran el sacramento de la

reconciliación! Y ¡qué motivos de confianza y enmienda

para los que se sienten acogidos con amor por Cristo, en la

comunidad de los hermanos o en el sacramento de la

penitencia!

54. Curación del ciego de nacimiento (Jn 9,1-41)

Es un hecho digno de atención el que, en este pasaje,

Jesús se muestra sólo al principio y al final de la escena.

Después de haber dado al ciego la orden de lavarse en la

piscina de Siloé, al sudeste de Jerusalén, desaparece; y sólo

vuelve a aparecer, para suscitar y recibir el acto del fe del

neovidente. Entre estos dos momentos, asistimos al proceso de

Jesús. Los presentes se ven obligados a tomar postura frente al

"signo", que demuestra que Jesús es "la Luz del mundo"; y a :

manifestar lo que llevan en el corazón.

Page 156: Misterios de Cristo y de María

156

Aquí aparecen tres clases de hombres, tres tipos de voluntad

respecto a Cristo:

1.° los que dicen no al signo, por prejuicios y autosuficiencia

(algunos fariseos);

2° los que no dicen no, pero no quieren comprometerse (sus

vecinos, los que lo habían visto antes pidiendo limosna y sus

padres);

3.° los que optan por Él (algunos fariseos y, sobre todo, el

ciego curado).

-. Es sábado. Mientras camina, Jesús repara en un ciego

de nacimiento. También sus discípulos, que preguntan a

Jesús por la causa de su ceguera: "¿Fue por el pecado suyo

o de sus padres?". Él les responde que no fue ésa la causa;

sino que "nació así para que el poder de Dios pueda

manifestarse en él", por medio de su Enviado: "Mientras

estoy en el mundo, yo soy la Luz del mundo".

-. Dicho esto, hace un poco de barro con el polvo y su

saliva, lo extiende delicadamente sobre los ojos del ciego y

le ordena: "Ahora ve a lavarte a la piscina de Siloé (que

significa 'Enviado')". El ciego va, se lava y regresa con

vista.

+ Reacción de sus vecinos y de los que lo habían visto

antes pidiendo limosna

-. Éstos, tras una primera vacilación, se convencen de que

es el mismo que ellos conocían como ciego de nacimiento.

Otros siguen dudando, hasta que el ciego les asegura que es

el mismo. A su pregunta sobre cómo ha conseguido ver, él

les cuenta con detalle todo lo sucedido. Y, cuando de nuevo

le interrogan dónde está ahora ese hombre que lo ha curado,

Page 157: Misterios de Cristo y de María

157

él les contesta que no lo sabe. Dado que Jesús había

realizado la curación en sábado, lo llevan a la presencia de

los fariseos para que juzguen el hecho; pero se quedan

totalmente al margen.

+ Reacción de los fariseos

-. Los fariseos vuelven a repetirle la pregunta sobre cómo

había obtenido la vista; y él vuelve a repetir la respuesta,

que provoca opiniones discordantes: "algunos" no admiten

que pueda ser "un hombre de Dios" quien quebranta el

sábado; pero "otros" se preguntan cómo puede "un hombre

pecador" hacer estos signos. Ellos le preguntan su opinión

sobre el que le ha dado la vista. Sin vacilar responde: "Que

es un profeta".

+ Reacción de sus padres

-. Como no se fían del relato de aquel pordiosero, los

fariseos llaman a sus padres para interrogarlos: "¿Es éste

vuestro hijo, de quien decís que nació ciego? ¿Cómo es que

ahora ve?". Los padres, rehuyen toda responsabilidad y se

limitan a admitir la realidad de unos hechos innegables; pero

desentendiéndose de toda explicación comprometedora y

remitiéndolos a su hijo, con edad suficiente para responder

por sí mismo. Proceden así "por miedo a los judíos, pues

éstos habían tomado la decisión de expulsar de la sinagoga

a todos los que reconocieran que Jesús era el Mesías".

+ De nuevo los fariseos

-. Entonces vuelven a llamar al exciego y le conminan

presionándolo: "Dinos la verdad delante de Dios. Sabemos

que este hombre es un pecador". Él honradamente

responde: "Yo no sé si es un pecador o no. Lo único que sé

es que yo antes estaba ciego y ahora veo". Ellos, para

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158

comprobar si incurre en contradicción, insisten en que les

cuente otra vez lo sucedido. El les contesta con ironía que

para qué quieren oírlo otra vez, si antes no le han hecho

caso: "O ¿es que queréis también vosotros haceros

discípulos suyos?". Ellos montan en cólera y se ponen a

insultarlo: "¡Discípulo de ese hombre lo serás tú; nosotros

somos discípulos de Moisés! ¡Nosotros sabemos muy bien

que Dios habló a Moisés; en cuanto a éste, ni siquiera

sabemos de dónde es!".

-. Él les replica con audacia y lógica aplastante: "Esto es

lo sorprendente. Resulta que a mí me ha dado la vista y

vosotros ni siquiera sabéis de dónde es. Sabemos que Dios

no escucha a los pecadores; en cambio, escucha a todo

aquél que le honra y cumple su voluntad. Jamás se ha oído

decir que alguien haya dado la vista a un ciego de

nacimiento. Si este hombre no viniese de Dios, no habría

podido hacer nada". Ellos lo tachan de presuntuoso y

pecador, y lo arrojan fuera. ¡Qué reacción tan distinta ésta

de la de aquel paralítico que fue espontáneamente a los

fariseos para informar (o ¿para delatar?) que había sido Jesús

el que lo había curado en sábado!

+ Jesús, el ciego curado y los fariseos

-. Entonces Jesús, enterado de que lo han excomulgado,

se hace el encontradizo con él y le pregunta: "¿Crees en el

Hijo del hombre?". Él, con voluntad sincera, le pregunta:

"Y ¿quién es, Señor, para que pueda creer en Él?". Jesús le

contesta: "Ya lo has visto. Es el que está hablando contigo".

Entonces él, postrándose a sus pies, confiesa: "Creo,

Señor". Y, mirando a todos los presentes, Jesús hace esta

solemne declaración: "Yo he venido a este mundo para un

juicio: para dar la vista a los ciegos y para privar de ella a

los que creen ver".

Page 159: Misterios de Cristo y de María

159

-. Algunos fariseos lo oyen, se sienten aludidos y le

preguntan a Jesús si también ellos están ciegos. Él les

responde con pena: "Si estuvieseis ciegos, no seríais

culpables; pero, como decís que veis, vuestro pecado

permanece".

-. Señor, líbranos de la ceguera culpable y de la cobardía

descomprometida. Otórganos la fe y la valentía que diste a

aquel admirable y simpático ciego de nacimiento.

55. Jesús, la Puerta del redil (Jn 10, 1-10)

Tras su abierta manifestación en el Templo (Jn 7,37-8, 59) y

su revelación como Luz del mundo (9, 1—41), Jesús se presenta

ahora como el Buen Pastor, en un discurso enigmático

(paroimía), que interpreta por medio de otro discurso de

significado perfectamente claro (v. 7-21). Esta enseñanza tiene

lugar cerca del Templo, en la solemne conclusión de la fiesta de

las Tiendas, a continuación de la curación del ciego de

nacimiento.

+ El discurso enigmático (v. 1-6)

-. En contraposición a los zelotes y falsos mesías de su

tiempo ("ladrones y salteadores "), que, con sus violencias

y embustes, han intentado hacerse con el dominio del

Templo, Jesús ha entrado en él (el "recinto de las ovejas")

por su camino normal (la "puerta" del Templo):

presentándose legítimamente al pueblo judío como su

Pastor, su verdadero Mesías, y proclamando abiertamente su

mensaje de salvación, avalado con signos divinos.

Page 160: Misterios de Cristo y de María

160

-. Aunque todos los judíos han podido conocer su doctrina

(18,20s), sólo algunos son "mis ovejas": aquéllas que le han

sido dadas por el Padre (10, 29). A éstas Él las llama

personalmente "por su nombre" y "las saca fuera del

recinto" religioso de Israel (9, 34), que sigue ciego para la

Luz verdadera de los tiempos mesiánicos. De esta forma, la

llamada de Jesús a sus ovejas para que salgan del ámbito

religioso judío, se convierte en el primer paso de una

separación radical, que pondrá en contraposición al

judaísmo con la Iglesia.

-. Al presentarse como el nuevo Moisés, que camina

delante de las ovejas, se revela como el nuevo Jefe del

Pueblo de Dios. Sus ovejas o discípulos lo "siguen"

dócilmente, porque "conocen mi voz"', mientras que huyen

de quien trata de suplantarlo, "porque su voz les resulta

desconocida". "Jesús les puso esta comparación

[paroimía], pero ellos no comprenden su significado".

+ "Yo soy la Puerta por la que deben entrar las ovejas" (v.

7-10)

-. Esta fórmula de revelación "Yo soy" (v. 7. 9. 11. 14)

tiene, en labios de Jesús, un claro significado mesiánico y

divino. Las ovejas, una vez salidas del recinto religioso de

Israel, deben "entrar" ahora, a través de "la Puerta", que es

Él, en un nuevo Templo o espacio vital, que también es Él,

en el que sus ovejas encuentran los bienes mesiánicos de la

salvación y vida eterna... Jesús, ábreme la puerta de tu

Corazón, para que en él pueda comer el Pan de Vida y beber

el Agua Viva.

-. En claro contraste con Él, que es la única verdadera

Puerta de las ovejas, "todos los que vinieron antes que Yo

[al margen de Mí] eran ladrones y salteadores", falsos

Page 161: Misterios de Cristo y de María

161

mesías, que sólo buscaban "robar, matar y destruir", y a los

que las ovejas "no hicieron caso".

-. Y vuelve a afirmar solemnemente: "Yo soy la Puerta.

Todo el que entre en el redil [en comunión conmigo] por

esta puerta [por la fe en Mí], estará a salvo y sus esfuerzos

por buscar el sustento [de vida eterna] no serán en vano...

Yo he venido para dar la vida a los hombres y para que la

tengan en plenitud"... Jesús, quiero adentrarme más y más

en ti, para recibir de ti esa tu vida divina sobreabundante; y

adorar al Padre, contigo y en ti, "en espíritu y en verdad" (Jn

4, 23s).

56. Jesús, el Buen Pastor (Jn 10, 11-21)

+ "Yo soy el Buen Pastor" (v. 11-18)

-. Jesús es "el Buen Pastor" porque "doy la vida por las

ovejas": la entrega libremente en favor de ellas,

manifestando así su amor y el amor del Padre por ellas.

-. El asalariado, porque no es el verdadero pastor ni el

propietario de las ovejas, cuando ve venir al lobo, las

abandona, dando lugar a que el lobo haga presa en ellas y

las disperse. Y se comporta así porque sólo trabaja por el

salario, sin interés alguno por las ovejas. La conducta,

motivos y efectos del asalariado son diametralmente

opuestos a los del Buen Pastor.

-. Jesús y sus ovejas se conocen amorosamente, como el

Padre y Él se conocen y aman en el Espíritu Santo. Este

conocimiento mutuo implica la comunión vital con Cristo y

Page 162: Misterios de Cristo y de María

162

con el Padre. Jesús insiste: "Y, como Buen Pastor, Yo doy mi

vida por las ovejas".

-. Junto a las ovejas que provienen del judaísmo, El tiene

también otras, a las que "tengo que atraer" y que escucharán

dócilmente su voz. Los dos grupos están llamados a

constituir, en Él y después de su muerte y resurrección, "un

rebaño único, bajo la guía de un solo Pastor". Respecto a

los dos grupos, ejercita una función idéntica: conducir a las

ovejas a una relación personal con Él, caminando delante de

ellas hacia las "fuentes de aguas vivas" (Ap 7, 17)... Jesús,

quiero profundizar mi unión vital y amorosa contigo y con

los hermanos, para colaborar así eficazmente en la

formación progresiva de ese único rebaño.

-. El Padre ama a su Hijo, porque Jesús está dispuesto a

entregar libremente su vida por las ovejas y a "recuperarla

de nuevo " de manos del Padre con su resurrección: para

reunirías en un rebaño único, cumpliendo así la obra de

salvación que el Padre le ha confiado. Si su vida concluyera

con su muerte, todo habría sido un rotundo fracaso.

-. Sus palabras, como antes en el caso de la curación del

ciego de nacimiento, provocan opiniones dispares entre los

judíos. Mientras unos se niegan a escucharlo porque dicen

que está "poseído de un espíritu malo", otros afirman que ni

sus palabras ni sus obras son las de un endemoniado.

Page 163: Misterios de Cristo y de María

163

57. Matrimonio y divorcio. Virginidad cristiana

(Mt 19, 1-9; Mc 10, 1-12)

+ Matrimonio y divorcio

Separarse, divorciarse o repudiar, son aquí equivalentes.

En Israel, el derecho a dar libelo de repudio es sólo del

marido. La expresión "por un motivo cualquiera" parece

aludir al 'erwat dabar' (Dt 24, ls), tal como era interpretado

por la escuela laxista de HILLEL ("algo que le

desagrada"); frente a la rigorista de SAMMAÍ, que sólo

permitía el divorcio en caso de adulterio. Probablemente, lo

que los fariseos buscan es: acusarlo de laxista, si Jesús

aprueba la interpretación hillelista; y enfrentarlo a la

poderosa escuela de los sammaístas, si la reprueba.

-. Jesús deja Galilea y va a la región de Judea, a la otra

orilla del Jordán. La gente lo rodea; y Él, una vez más, se

pone a enseñarlos y curarlos. En esto, se le acercan unos

fariseos; y, para ponerlo a prueba, le preguntan: "¿Puede

uno separarse de su mujer por cualquier motivo?" Jesús los

desconcierta apelando al designio creador de Dios: el

matrimonio uno e indisoluble. Y concluye: "Por tanto, lo

que Dios ha unido, que no lo separe el hombre". Ellos

replican recordando la prescripción (Mc) o, mejor,

permisión (Mt) de Moisés sobre el acta de divorcio. Él les

aclara que esa permisión fue sólo por "su dureza de cora-

zón" o incapacidad para comprender; pero que "al principio

no era así". Por ello, les advierte que "el que se separa de

su mujer, excepto en caso de unión ilegítima [me epi

porneía], y se casa con otra, comete adulterio [moijátai]".

Page 164: Misterios de Cristo y de María

164

Esa aparente excepción, que sólo aparece en Mateo (5,32;

10,9), responde a una problemática particular del judaismo,

y parece referirse a las uniones consideradas como

incestuosas por Lv 18 (los llamados matrimonios zanuth); o,

sencillamente, a las uniones concubinarias. En todo caso,

nulas. Marcos, que escribe para paganos, entre los que se le

reconoce también a la mujer el derecho de divorciarse,

añade: "...y si ella se separa de su marido y se casa con otro,

comete adulterio".

+ Virginidad cristiana

- Ya en casa, los discípulos, asombrados por estas

exigencias, exclaman: "Si tal es la situación del hombre con

respecto a su mujer, no tiene cuenta el casarse". Jesús

aprovecha su salida espontánea y nada altruista para

proclamar abiertamente, con términos realistas, una nueva

forma, típicamente cristiana, de vivir el amor: "No todos

pueden hacer esto, sino sólo aquellos a quienes Dios se lo

concede. Algunos no se casan porque nacieron

incapacitados para ello; otros, porque los hombres los

incapacitaron; y otros eligen no casarse por causa del

Reino de los cielos. Quien pueda poner esto en práctica,

que lo haga".

Ésta es la virginidad cristiana, don de Cristo a su Iglesia,

que se inspira en su ejemplo y en el de María. Después la

vivirán, consciente y gozosamente, sus Apóstoles, seguidos

por innumerables varones y mujeres de todos los tiempos.

Virginidad, que no es simple integridad física sexual, como la

virginidad sacral pagana; sino integridad de un corazón

(voluntad y afecto), que, atraído y polarizado por Cristo, se

siente existencial-mente incapaz de amar maritalmente, si ha de

ser fiel a ese dinamismo de amor totalizante que el Espíritu Santo

Page 165: Misterios de Cristo y de María

165

ha injertado en él. Virginidad, que es consagración (donación

total, exclusiva y perpetua) del amor indiviso a Cristo, que vive

en su Iglesia; y que es, por Cristo y en El, entrega ilimitada a

todos los hijos de Dios.

-. Más adelante, y con ocasión de la consulta irónica de

unos saduceos -que rechazaban la resurrección- sobre la

suerte final de una mujer casada sucesivamente con siete

hermanos (Mt 22, 23-33), les responderá que, "cuando

resuciten, ni ellos ni ellas se casarán, sino que serán como

ángeles en el cielo". Consumado el ciclo terrestre, la función

sexual, en su doble faceta de complementación afectiva y

procreadora, quedará transfigurada en una vida -plenamente

sexuada- colmada plenamente por el Dios Amor, que será

"todo en todas las cosas" (I Co 15, 28). El amor virginal en

la tierra significa y realiza, en fe, la virginidad fecunda de

Cristo y de la Iglesia; y, también en fe, prefigura y pregusta

el amor virginal del Reino de los cielos.

-. Jesús, concede a tu Iglesia que los matrimonios de sus

hijos sean santamente fieles y fecundos; y que los llamados

con vocación de especial consagración (sacerdotes,

religiosos y laicos), sean suficientes en número, y vivan

indivisamente consagrados a ti y entregados a sus

hermanos. Que todos comprendamos, en la teoría y en la

práctica, que matrimonio y virginidad, lejos de ser

vocaciones antagónicas, son vocaciones complementarias,

que deben iluminarse y ayudarse mutuamente.

Page 166: Misterios de Cristo y de María

166

58. El hombre importante y el desprendimiento de las

riquezas (Mt 19, 16-30pp)

-. Jesús se dispone a ponerse en camino, cuando "uno "

(Mt-Mc), "un hombre importante " (Lc), insatisfecho con la

piedad habitual de la Ley, se le acerca corriendo, se arrodilla

ante Él y le pregunta: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer

para heredar la vida eterna?". Él le contesta: "¿Por qué me

llamas bueno? Sólo Dios es Bueno... Si quieres entrar en la

vida, guarda los mandamientos". Y le recuerda los man-

damientos que se refieren al prójimo... Jesús, que yo

descubra y viva la dimensión positiva y cristiana de todos

tus mandamientos y voluntades.

-. Aquel hombre le responde: "Maestro, todo eso lo he

cumplido desde joven... ¿Qué me falta aún?". Él,

"mirándolo fijamente con cariño " (Mc), le dice: "Aún te

falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los

pobres; así tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y

sígueme". Lo invita a un discipulado de seguimiento total,

exclusivo y perpetuo... Jesús, que tus elegidos nunca

olvidemos tu mirada de amor y tu llamamiento gratuito a

seguirte.

-. Ante estas palabras tan exigentes y desconcertantes, él

frunce el ceño y se marcha muy triste, porque posee muchos

bienes: bienes, que todos consideran como una bendición de

Dios y un claro signo de su beneplácito. Pero este hombre,

fiel cumplidor material de los mandamientos, en realidad

está atado a sus riquezas, que esclavizan su corazón y que,

al menos a la larga, ponen en peligro su misma salvación:

"El amor al dinero es la raíz de todos los males; algunos,

por codiciarlo, se han apartado de la fe y se han acarreado

Page 167: Misterios de Cristo y de María

167

a sí mismos muchos sinsabores" (l Tm 6, 10). Después de

haber sido mirado por Jesús con tanto cariño e invitado a

seguirlo, ¿podría ese rico-pobre olvidarse de Él y ser feliz

con sus riquezas?... Jesús, hazme pobre contigo y como tú.

Libera mi corazón de todo apego desordenado a cuanto se

cotiza en el mercado engañoso del mundo.

-. Mirando a su alrededor, Jesús advierte a sus discípulos:

"¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que

tienen riquezas!". Ante la reacción de asombro de los suyos,

insiste: "Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de

Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una

aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios". Sus

discípulos, fuertemente impresionados, le preguntan:

"Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Mirándolos con

seriedad, les responde: "Para los hombres es imposible;

pero no para Dios, porque para Dios todo es posible". Unas

palabras semejantes aparecen en la Escritura referidas

aAbrahán (Gn 18, 14) y a María (Lc 1, 37)... Jesús, estas

tus palabras son para mí, hombre débil, un motivo de

inconmovible y esforzada esperanza.

-. Entonces Pedro, en nombre de todos, le recuerda y

pregunta: "Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos

seguido... ¿Qué nos espera?" (Mt). El les contesta: "Os

aseguro que vosotros, los que me habéis seguido, cuando

todo se haga nuevo y el hijo del hombre se siente en su trono

de gloria, os sentaréis también en doce tronos, para juzgar

a las doce tribus de Israel..." (Mt). "Os aseguro que todo

aquel que haya dejado casa [o mujer: Lc] o hermanos o

hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por la

Buena Noticia [por el Reino de Dios: Lc], recibirá en el

tiempo presente cien veces más en casas, hermanos,

hermanas, madres, hijos y tierras [como símbolos de los

Page 168: Misterios de Cristo y de María

168

bienes del Reino], aunque junto con persecuciones, y en el

mundo futuro la vida eterna. Hay muchos [que fueron

llamados los] primeros que serán últimos, y muchos [que

fueron llamados los] últimos que serán primeros" (Mc)...

Ayúdame, Jesús, a mantener hasta el fin mis renuncias por

ti; y concédeme una creciente intimidad contigo y una más

profunda participación en tu suerte.

59. El leproso agradecido (Lc 17, 11-19)

Jesús baja de Galilea y pasa por Samaría, en camino

hacia Jerusalén. Al entrar en una aldea, salen a su encuentro

diez leprosos, excluidos de la comunidad por su impureza

cultual, y que, ateniéndose a lo prescrito, se detienen a

distancia y comienzan a gritar: "¡Jesús, Maestro, ten piedad

de nosotros!".

-. Al verlos, se compadece de ellos y, sin más, les dice: "Id

a presentaros a los sacerdotes". Así debían proceder los

leprosos ya curados, para que los sacerdotes comprobaran su

curación y, después de purificados ritualmente, los

reintegraran a la comunidad. Ellos no han sido todavía

curados, pero se fían de su palabra y "mientras iban de

camino quedaron limpios".

-. "Uno de ellos, al verse curado, volvió alabando a Dios

en voz alta, y se postró a los pies de Jesús dándole gracias.

Era un samaritano". Jesús, extrañado de ver sólo a uno, le

pregunta: "¿No quedaron limpios los diez? ¿Dónde están

los otros nueve? ¿Tan sólo ha vuelto a dar gracias a Dios

este extranjero?" Después se dirige a él con amor y le dice:

"Levántate, vete; tu fe te ha salvado".

Page 169: Misterios de Cristo y de María

169

-. Todo aquel que es agraciado por Dios, debe ser

agradecido con Él de palabra y obra. El elogio que Jesús

hace de este samaritano se convierte en un reproche para

los hijos de Israel, los hijos privilegiados de Dios; y en un

anuncio de la entrada de los paganos en la Iglesia.

-. ¿Por qué, Jesús, somos tan prontos para pedir y recibir,

y tan tardos para agradecer? ¿Por qué los más beneficiados

somos, muchas veces, los más desagradecidos, como si todo

se nos debiera? Esto es una clara muestra de nuestra

mezquina autosuficiencia y de nuestra estupidez, ya que

nuestra ingratitud, aunque no es capaz de secar el manantial

de los dones de Dios, sí puede cerrarnos a nuevas y mayores

gracias [322]. Con la Iglesia, en el Prefacio de la Misa,

proclamamos, agradecidos: "En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en

todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y

eterno, por Cristo, Señor nuestro..."

60. El fariseo y el publicano (Lc 18, 9-14)

Esta parábola tiene como destinatarios directos a "unos, que

presumían de ser justos y despreciaban a los demás". Actitud

típica de los fariseos, que, con su esfuerzo en realizar muchas

obras buenas, piensan conquistar así la salvación; mientras que

desprecian a todos los que no cumplen, como ellos,

estrictamente la Ley y sus interpretaciones minuciosas y

rigoristas.

-. Jesús presenta a dos hombres que suben a un tiempo a

orar en el Templo: un fariseo y un publicano. El fariseo se

coloca en un lugar adelantado y bien visible; y, erguido, ora

Page 170: Misterios de Cristo y de María

170

interiormente dando gracias a Dios por no ser como los

demás hombres -ladrones, injustos, adúlteros-; y, en

concreto, como aquel despreciable publicano. Y enumera,

complacido, sus frecuentes ayunos y sus diezmos generosos.

Más que orar dando gracias, este hombre exhibe sus méritos

ante Dios, le presenta la factura de sus buenas obras y

menosprecia a todos los demás, especialmente al publicano.

-. Por el contrario, el publicano, o recaudador de

impuestos, se mantiene a distancia; y, sin atreverse a

levantar sus ojos al cielo, se golpea, compungido, el pecho,

mientras repite esta breve y humilde súplica: "Dios mío, ten

compasión de mí, que soy un pecador".

-. Al final, Jesús saca la conclusión: "Os digo que éste

bajó a su casa reconciliado con Dios, y el otro no. Porque

el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será

ensalzado". El santón presuntuoso sale más empecatado; y

el pecador, contrito y confiado, vuelve justificado:

reconciliado con Dios, consigo y con los demás.

* "Ten piedad de mí, oh Dios, por tu amor; por tu inmensa

compasión borra mi culpa... El sacrificio que Dios quiere es

un espíritu contrito: un corazón contrito y humillado Tú, oh

Dios, no lo desprecias..." (Sal 51,3. 19).

61. Jesús y Zaqueo (Lc 19, 1-10)

-. Jesús entra en Jericó y atraviesa "la ciudad de las

palmeras" (Dt 34, 3). En ella vive un hombre llamado

Zaqueo, rico, jefe de los recaudadores de impuestos, que

siente curiosidad por conocerlo. Pero es bajo de estatura y

Page 171: Misterios de Cristo y de María

171

el gentío le impide ver a Jesús. Entonces, venciendo todo

respeto humano, se adelanta corriendo y se encarama a una

higuera, porque Jesús va a pasar por allí. Cuando Jesús llega

a aquel lugar, "levantó los ojos " y le dice con llaneza y

confianza: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que

alojarme en tu casa".

-. "Él bajó a toda prisa y lo recibió muy contento". Y,

generosamente, organiza para Él y sus discípulos un

espléndido banquete. Sus enemigos, que ya decían de Él:

"Éste anda con pecadores y come con ellos" (Lc 15, 2),

tienen ahora un nuevo motivo para difamarlo: "Se ha

alojado en casa de un pecador".

-. El banquete se desarrolla en un ambiente alegre y

cordial. Jesús no le exige nada, ni le hace reconvención

alguna. Pero toda la persona de Jesús y todo su

comportamiento han iluminado y conquistado el corazón de

Zaqueo, que exulta con un gozo desconocido. De repente,

se pone en pie delante de Jesús y, con voz firme, le dice:

"Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y, si

engañé a alguno, le devolveré cuatro veces más". También

este hombre ha encontrado el tesoro escondido y la perla

preciosa (Mt 13, 44-46). Por eso, como aquellos

afortunados, "lleno de alegría", se desprende, si no de todos

sus bienes, sí de una buena parte de ellos.

-. Jesús escucha complacido esta resolución, y comenta

después ante todos: "Hoy ha llegado la salvación a esta

casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Pues el Hijo del

hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".

Clara alusión a las tres parábolas de la misericordia (Lc 15),

verificadas ahora en el caso de Zaqueo.

Page 172: Misterios de Cristo y de María

172

-. Jesús, tú no necesitas una nueva invitación mía para

entrar en mi casa, ya que es toda tuya y muchas veces te la

he ofrecido. Conquista mi corazón, para que, como fruta

madura, mi decisión de renuncia y entrega plenas se

desprenda sin violencia y sin retorno, con la espontaneidad

y el gozo de un corazón enamorado.

Page 173: Misterios de Cristo y de María

173

III. PRELUDIOS DE LA PASIÓN

Al acercarse "su hora", Jesús exprime su Corazón para

proclamar, con obras poderosas y palabras de amor, la

voluntad del Padre, que quiere salvar a todos los hombres

por medio de su Hijo; y para prevenirlos contra el peligro

de rechazar al Enviado o desoír su llamamiento de gracia.

62. Resurrección de Lázaro (Jn 11,1-54; 12, 9-11)

Betania está situada en la falda este del monte de los

Olivos, frente al desierto de Judea, a algo más de tres

kilómetros de Jerusalén. En los tiempos de Jesús, era sólo

un racimo de casas, rodeadas de almendros, algarrobos,

olivos e higueras.

El silencio de los sinópticos acerca de esta resurrección

podría encontrar su explicación en esta indicación de Juan,

que escribe su evangelio después de la destrucción de

Jerusalén: "Los jefes de los sacerdotes tomaron entonces la

decisión de eliminar también a Lázaro, porque, por su causa,

muchos judíos se alejaban de ellos y creían en Jesús." (Jn

12,10). Es comprensible que los tres evangelios sinópticos,

escritos cuando los fariseos eran dueños de Jerusalén,

omitieran una escena que podía poner en peligro la vida de

Lázaro y de sus hermanas.

Este séptimo signo de Juan es el más importante de

todos, ya que en él todos los demás alcanzan su plenitud: él

muestra cómo Jesús es la Resurrección que da la Vida. Ofreceré,

Page 174: Misterios de Cristo y de María

174

siguiendo especialmente a SAN AGUSTÍN (S Ag), las lecciones

teológicas y espirituales que se encierran en esta densa y

delicada narración, exclusiva del cuarto evangelista.

A partir de aquí y por lo general, ofreceré los datos

evangélicos en densas enumeraciones, acompañadas de

breves comentarios.

+ Enfermedad y muerte de Lázaro (Jn 11, 1-16)

1)Situación de Jesús (10, 22-40): Se ha refugiado "al otro

lado del Jordán", huyendo de sus enemigos que quieren

prenderlo porque se ha declarado "Hijo de Dios".

2)Los tres hermanos (11, ls): Son sus íntimos amigos...

También nosotros, Jesús, queremos ser tus amigos, tus

discípulos amados: "Nosotros hemos conocido y creído en el

amor que Dios nos tiene" (Jn 4, 16).

3)Recado de las hermanas (v. 3): Breve, delicado, confiado:

"Señor, tu amigo está enfermo". "Basta con que lo sepas,

pues no abandonas a los que amas" (S Ag). Este modo de

orar por insinuación es el que practicó María en Cana; y

supone confianza y abandono.

4)Respuesta de Jesús (v. 4): Interpreta el milagro próximo

como el reconocimiento de la acción de Dios a través de Él,

su Hijo. "Y dice que [esta enfermedad] no es de muerte, sino

para dar ocasión a un milagro, por el cual los hombres

creyeran en Cristo y evitaran la muerte verdadera" (SAN

AGUSTÍN [S Ag]). En los planes de Dios, ni el dolor ni la

muerte son "terminación" o acabamiento (v. 4), sino

principio de vida nueva. "Sabemos que todo contribuye al

bien de los que aman a Dios " (Rm 8, 28).

5)Dilación de Jesús (v. 5s): "Él, enfermo; ellas, tristes;

todos, amados. Pero los amaba el Salvador de los enfermos,

el que resucitaba los muertos, el consolador de los tristes" (S

Ag)... ¡Cómo nos desconciertan tus aparentes dilaciones]

Page 175: Misterios de Cristo y de María

175

Pero tú nunca te retrasas.

6)Viaje a Betania (v. 7-16): "Notad el espanto de los

discípulos... Intentaron dar un consejo al Señor, para

evitarle la muerte a Él, que había venido a morir para que

ellos no muriesen" (S Ag). Ante la incomprensión y la

implícita disuasión de sus discípulos, declara abiertamente el

sentido de sus palabras y su firme decisión de ir a Betania.

En su alma coexisten el dolor por el sufrimiento de los tres

hermanos, y la alegría por el aumento de su fe gracias a la

resurrección.

+ Perspectivas de resurrección (v. 17-37)

1)Llegada a Betania (v. 17-19): Los hombres, que no

comprendemos los planes de Dios ni los secretos del

corazón humano, con mucha frecuencia confundimos los

pésames y los plácemes justificados. "Sea mil veces bendito

el sufrimiento que me ha acercado a Dios" (F. COPPEE).

2)Diálogo con Marta (v. 20-27): Desahogo dolorido y

confiado, fe en la eficacia de la oración de Jesús (14, 13s;

16, 26). Marta no interpreta correctamente sus primeras

palabras: "Yo soy la Resurrección y la Vida". Se trata de la

Resurrección total, que es la Vida eterna; o de la Vida eterna,

que es la Resurrección total. Éste es el sentido último de la

misión de Jesús: comunicar plenamente a los hombres que

creen en Él la Vida misma de Dios (10,10; 5,24). "La gloria

de Dios consiste en que el hombre viva; y la vida del

hombre, en ver a Dios" (SAN IRENEO). La muerte, en su

aspecto de fin-destrucción-aniquilación, ha sido superada

por la Vida (11, 25). La esperanza de futuro es ya, en la vida

creyente, una realidad participada.

3)Encuentro con María (v. 28-32): María se postra a los pies

de Jesús y derrama su alma, dolorida y confiada.

4)Llanto de Jesús, y comentario de los judíos (v. 33-38a):

Page 176: Misterios de Cristo y de María

176

"¿Por qué lloró Cristo, sino para enseñar al hombre a llorar?...

Quien no quiso hacer que no muriese, ha de hacer mucho

más, haciendo que el muerto resucite" (S Ag). Reacciones

diversas entre los presentes.

+ El milagro (v. 38b-44)

1)Preliminares (v. 38b-42): Marta imagina que Jesús sólo

quiere ver el cadáver, ya en vías de descomposición, de su

amigo muerto. Él le recuerda su promesa para todo el que

cree. Y, elevando los ojos al cielo, ante todos los presentes

agradece al Padre el que siempre haya escuchado a su

Enviado, su Hijo (10, 30). También ahora, en su oración en

favor de la resurrección de Lázaro.

2)Resurrección de Lázaro (v. 43 s): Anticipo y figura de la

resurrección de Jesús (20, lss) y de la nuestra (Rm8, 11).

+ Reacción de los judíos (v. 45-57)

1)Muchos creen (v. 45): Se dejan iluminar y vivificar por

Jesús.

2)Algunos lo denuncian: Ciegos voluntarios, cómplices de

sus enemigos.

3)El Sanedrín decide su muerte (v. 47-53): Temores e

indecisiones de los sanedritas. Caifas les reprocha su falta

de visión política y religiosa. "Pero no decían: 'Creamos'.

Pues aquellos hombres perdidos pensaban más en cómo le

habían de atacar para perderle, que en mirar por ellos para

no perecer" (S Ag). Decisión de dar muerte a Jesús.

4)Jesús se oculta (v. 54): Porque todavía no ha llegado "mi

hora". No dejemos sólo a Jesús.

5)Los peregrinos discuten (v. 55-57): Lo buscan y discuten

sobre Él, por vana curiosidad. Neutrales curiosos, que no

toman partido. La abstención deliberada es una manera

culpable de comprometerse. "Cristiano, tú tendrás que dar

Page 177: Misterios de Cristo y de María

177

cuenta del mundo entero" (SAN JUAN CRISÓSTOMO).

- Jesús, ¿quién podrá dudar de un Amigo, como tú, tan

bueno, sabio y poderoso? "Jesucristo... ha destruido la

muerte y ha hecho irradiar la vida y la inmortalidad gracias

al anuncio del Evangelio... Sé en quién he puesto mi

confianza" (2Tm 1, 10. 12b).

63. La unción en Betania (Jn 12, 1-11)

La unción de María de Betania es materialmente similar al

de la pecadora anónima (Lc 7,36-50); pero ante unos

comensales y con un significado muy distintos. Allí la

unción expresaba la gratitud de aquella anónima pecadora

convertida. Aquí, en la intención de María, la unción era una

muestra del amor agradecido de los tres hermanos; aunque,

en realidad, -como explicará enigmáticamente el mismo

Jesús-, no hace sino anticipar la unción preparada para su

cadáver y que no llegará a realizarse a causa de su resurrección

imprevista.

- Seis días antes de la Pascua, Jesús llega a Betania, donde

viven Marta, María y Lázaro, a quien acaba de resucitar.

Éstos, sus amigos íntimos, profundamente agradecidos,

ofrecen una cena en su honor. Como siempre, Marta sirve,

Lázaro asiste en silencio (redaccional) y María unge los pies

de Jesús con un perfume delicado y abundante. Aquel medio

litro de nardo puro, derramado sobre los pies de Jesús, llena

con su delicioso aroma toda la casa y toda la Iglesia.

- "Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo iba a

entregar, protestó, diciendo: ¿Por qué no se vendió este

perfume en trescientos denarios para repartirlo entre los

Page 178: Misterios de Cristo y de María

178

pobres?'". El evangelista, molesto por esta crítica, -dirigida,

en el fondo, contra Jesús, que consiente complacido aquella

unción-, comenta: "Si dijo esto, no fue porque le importaran

los pobres, sino porque era ladrón; y, como tenía a su cargo

la bolsa del dinero común, robaba de lo que echaban en

ella".

- ¡Qué pena, Jesús! ¡Qué lejos de ti se encuentra ya este

pobre discípulo, que, una vez más, intenta sembrar

discordia con su comentario hipócrita y envenenado!

Aparenta interés por los pobres; pero sólo le interesa ya el

dinero, para con él intentar compensar su miseria espiritual

y llenar su vacío interior.

- Jesús le dice: "¡Déjala en paz! Esto que ha hecho

anticipa el día de mi sepultura. Además, a los pobres los

tenéis siempre con vosotros; a Mí, en cambio, no siempre

me tendréis".

Jesús constata, no justifica, la existencia de los pobres,

debida a causas muy diversas. Una de ellas, la más frecuente

e hiriente, anatematizada muchas veces por Él, es la codicia

insaciable de quienes, teniendo mucho, ambicionan cada

vez más, empobreciendo así, más y más, a los que tienen ya

poco y aun muy poco. El mundo de los ricos es cada vez más

rico, y el mundo de los pobres es cada vez más pobre. Ungir

a estos pobres, con nuestro amor justo y generoso, es ungir

al mismo Cristo (Mt 25,40).

- Un gran número de judíos, enterados de la presencia de

Jesús en Betania, se acercan "no sólo para ver a Jesús, sino

también a Lázaro " resucitado. Los jefes de los sacerdotes,

obcecados con su egoísmo soberbio y su odio visceral,

deciden "eliminar también a Lázaro, porque, por su causa,

muchos judíos se alejaban de ellos y creían en Jesús" (Lc

12, 9-11). No todos, pero ¡cuántos ateos, agnósticos,

Page 179: Misterios de Cristo y de María

179

infieles a Dios y a los hombres, intentan racionalizar sus

actitudes y comportamientos, alegando motivos que ellos

saben que no son los verdaderos!

64. Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

(Lc 19, 29-44pp)

Es uno de los pocos hechos de la vida de Cristo, narrados

por los cuatro evangelistas. Con esta entrada concluye su

progresiva subida a Jerusalén. Su sentido es múltiple:

1.° mesiánico: es la entronización del Mesías Rey,

pacífico, pobre y humilde;

2.º escatológico: su entrada es juicio, que discierne y

separa (Jn);

3.° sacral: la marcha de Cristo (Lc) sugiere la entrada

del Sumo Sacerdote en el Santísimo, en el gran día de la

Expiación;

4.° sacrificial: la indicación "seis días antes déla fiesta

judía de la Pascua" (Jn) subraya la estrecha relación entre la

muerte de Cristo y su realeza espiritual.

Las perspectivas teológicas de cada evangelista son

parcialmente distintas y complementarias:

1) para Mateo, Jesús encarna el papel del Mesías

humilde (Za 9,9), que va a instaurar un nuevo señorío como

defensor de los pobres y desvalidos; la reacción de la ciudad,

como cuando los sabios de Oriente, es de recelo y turbación;

Page 180: Misterios de Cristo y de María

180

2) para Marcos, Jesús se muestra como el Mesías-Rey

esperado, modesto y pacífico;

3) para Lucas, Jesús aparece también como el Mesías-

Rey, pacífico y humilde; pero, en medio de su triunfo,

pronunciará palabras de condena contra Jerusalén, que no ha

sabido reconocer la salvación de Dios;

4) para Juan, Jesús es el Rey mesiánico.

- Jesús sale de Betania hacia Jerusalén. Al llegar a la altura

de Betfagé (aldea situada en la vertiente oriental del monte

de los Olivos), envía a dos de sus discípulos a pedir un

pollino (que está atado junto a su madre y sobre el que nadie

ha montado aún), para hacer públicamente su entrada,

pacífica y humilde, en la Ciudad Santa, conforme a lo

profetizado por Zacarías (9, 9). Los discípulos lo hallan

todo tal como les ha indicado Jesús. El dueño accede, y

llevan el pollino a Jesús. Ponen sus mantos sobre el animal,

hacen que Jesús monte en él, y el singular cortejo se pone

en marcha.

- Cuando se van acercando a la bajada del monte de los

Olivos, los discípulos de Jesús -que son muchos-, llenos de

alegría, estallan en gritos de alabanza a Dios por todos los

milagros que han visto; especialmente, por la resurrección

de Lázaro. Enterados de la llegada de Jesús, se les unen

muchos peregrinos, entre ellos muchos niños, presentes ya

para la fiesta de Pascua, que salen a recibirlo agitando en

sus manos ramos de olivo y palmera, extendiendo en el

camino sus mantos y ramaje del campo. Todos gritan, con

fe entusiasta: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el Rey

que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey de Is-

rael! ¡En el cielo paz, y gloria en las alturas!".

- Jesús contempla y oye, agradecido, la reacción de la

Page 181: Misterios de Cristo y de María

181

gente sencilla. Él es consciente de que con ello está

firmando su sentencia de muerte. Algunos de los fariseos le

dicen a Jesús: "Maestro, reprende a tus discípulos". Él les

responde: "Os digo que si éstos callaran, empezarían a

gritar las piedras".

- Lo que los tres discípulos habían visto y oído en el monte

de la Transfiguración, y entonces debieron callar sin

haberlo entendido, ahora Jesús lo proclama solemnemente

con su entrada en Jerusalén. Los discípulos no

comprenderán el sentido de esta escena y de las palabras de

Jesús, hasta después de su glorificación por su muerte-

resurrección (Jn).

+ "Cuando se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella,

y dijo: '¡Si en este día comprendieras tú también los

caminos de la paz! Pero tus ojos siguen cerrados. Llegará

un día en que tus enemigos te rodearán con trincheras, te

cercarán y te acosarán por todas partes; te pisotearán a ti y

a tus hijos dentro de tus murallas.

No dejarán piedra sobre piedra en tu recinto, por no haber

reconocido el momento en que Dios ha venido a salvarte'".

- Subamos con Cristo a Jerusalén, a la cruz, con fe de

victoria. Él marcha delante, seguro del triunfo. Sólo quien

cree que el Siervo de Dios es el Señor glorioso, puede

compartir la pasión de Jesús con segura esperanza. Y sólo

quien ha comulgado con su cruz, puede participar de su vida

y gloria... Jesús, que tus lágrimas ablanden mi corazón, para

que comprenda y reconozca a tiempo el día de tu visita

pacífica y salvadora.

Page 182: Misterios de Cristo y de María

182

65. Primera Pascua y purificación del Templo

(Jn2, 13-25pp)

Los evangelios sinópticos sitúan este relato en la última

semana de la vida de Jesús, tras su entrada como Mesías-

Rey en Jerusalén. Juan lo anticipa al comienzo de su

evangelio (tras la boda en Cana), por su carácter

programático. Con devoción gozosa, Jesús sube, en

compañía de sus discípulos, a Jerusalén, para participar en

la fiesta de la Pascua. Se dirige al grandioso y suntuoso

Templo, edificado por HERODES EL GRANDE. El Templo tiene

ocho monumentales puertas y cuatro patios (atrios o

pórticos). El patio de los gentiles: mitad templo, mitad

mercado y banco; con dos pórticos, el Real y el de Salomón;

el patio de los judíos: dividido en zona de varones y en zona

de mujeres; el patio de Israel: sólo para varones; y el patio

de los sacerdotes. Detrás se alza el Santuario propiamente

dicho, de mármol y oro, con dos amplias salas; la segunda,

santificada en tiempos por el Arca de la Alianza, no contiene

ahora más que una piedra informe, especie de trono del Dios

invisible. TITO incendiará el Templo en el año 70. Del Templo

hoy sólo queda una parte de los muros de sostenimiento: el

llamado "muro de las lamentaciones".

- La impresión al entrar en el patio de los gentiles es muy

desagradable e hiriente: animales para los sacrificios,

tenderetes para las ofrendas sagradas, cambistas que canjean

la moneda romana en curso por siclos del Santuario. Todo

ello, en medio de un ruido ensordecedor y un hedor

pestilente; y, lo que es más triste, con la complicidad

interesada de los sacerdotes.

Page 183: Misterios de Cristo y de María

183

Todo esto lo ha visto Jesús en otras muchas ocasiones. Pero

ahora su corazón de Hijo, que anuncia el Reino de Dios, no

soporta tanta profanación en la Casa de su Padre y,

consumido de celo por ella, estalla en una santa ira

controlada, que centellea en sus ojos y tensa dolorosamente

su rostro. Enarbolando unas cuerdas anudadas, echa del

patio a los dueños de ovejas y bueyes con su ganado, y a los

cambistas les vuelca sus mesas. A los pobres vendedores de

palomas los invita a retirar de allí su mercancía. Y recuerda

a todos: "No convirtáis la Casa de mi Padre en un mercado

", "en cueva de ladrones" (Jn). Él ve en todo aquel espectá-

culo mucho más que un mercadeo indigno. Descubre la

miseria de un Templo estrecho, que segrega a los gentiles

(confinados allí entre animales); de un Templo mentiroso,

que bajo la tapadera del culto oculta mil injusticias, ya que

es un "mercado " de traficantes y una "cueva de ladrones "

en la que se refugian éstos después de cometidas sus

fechorías.

- Los judíos no salen de su asombro, y le exigen pruebas

de su autoridad para hacer esto. Él les replica: "Destruid este

Templo, y en tres días yo lo levantaré de nuevo". Ellos lo

creen loco. Pero Él no se refiere a este Templo de Jerusalén,

sino al Templo de "su propio cuerpo", muerto y resucitado.

La única violencia cristiana es la del mártir: la del que se

deja matar por fidelidad a Dios y a los hombres; no la del

que mata por ideologías sin alma.

- Sus discípulos asisten atónitos y medrosos a toda esta

escena. No entienden ni su gesto ni sus palabras. Lo

entenderán después de su resurrección, y creerán en la

Escritura y en Él, su único objeto y clave de interpretación.

De esta manera nos enseña Jesús que Él ha reemplazado el

Templo antiguo, representativo de todo el judaísmo con su

Ley, por el nuevo y definitivo Templo de su Cuerpo, de su

Page 184: Misterios de Cristo y de María

184

humanidad glorificada, el único lugar de encuentro del

hombre con Dios.

- ¡Señor, introdúceme muy dentro de tu Corazón, "Casa

de Dios y Puerta del cielo" (Gn 28, 17); e in-fúndeme más

respeto a tus templos, donde actualizas tu único sacrificio

de la cruz; donde permaneces, sacramentado, con todo tu ser

de Dios y Hombre verdadero; donde tus discípulos oran al

Padre por medio de ti, su Hermano Mayor!

-Aquellos días, al ver los signos que hace, "muchos

creyeron en Él". "Pero Jesús no se fiaba de ellos": no cree

en ellos porque ve en ellos más avidez por lo extraordinario,

que hambre de su palabra e interés verdadero por su

persona... ¡Señor, purifica y aumenta mi fe, y dame deseos

sólo de ti!

66. Cristo anuncia su glorificación por su muerte

(Jn 12, 20-36)

El llamado "episodio de los griegos" es totalmente

desconocido por los sinópticos, y refleja una situación posterior

a la partida de Jesús, en la cual el Evangelio se abre al mundo

griego. En esta apertura juegan un papel decisivo Felipe (Hch 8)

y Andrés, nombres griegos.

- Unos griegos, que habían venido a Jerusalén para

participar en la fiesta de Pascua, se acercan a Felipe y piden

su mediación: "Señor, quisiéramos ver a Jesús". Felipe se

lo dice a Andrés, y los dos se lo hacen saber a Jesús... María,

muéstrame a tu Hijo. Jesús, que yo te vea, para que pueda

ser tu mediador y testigo.

- Jesús, consciente del significado que encierra este deseo,

Page 185: Misterios de Cristo y de María

185

lo trasciende y, refiriéndose a Él mismo, proclama que "ha

llegado ya la hora en que el Hijo del hombre va ser

glorificado" por su muerte-resurrección (Jn 13, 31s); y

asegura que "el grano de trigo seguirá siendo un único

grano, a no ser que caiga dentro de la tierra y muera; sólo

entonces producirá fruto abundante".

Después vuelve a repetir, para todos, aquella paradoja

sobre el "gana-pierde" evangélico: "Quien vive preocupado

por su vida, la perderá; en cambio, quien no se aferré

excesivamente a ella en este mundo, la conservará para la

vida eterna". Y reitera las consecuencias de seguirle

fielmente: "Si alguien quiere servirme, que me siga;

correrá la misma suerte que Yo. Todo aquel que me sirva

será honrado por mi Padre"... Tú, Jesús, no engañas a tus

seguidores, ni les escamoteas la cruz con el triunfo final. A

diferencia de tantos líderes, que, para provocar adhesiones,

hacen promesas que o no pueden o no piensan cumplir.

El cuarto Evangelio, fiel a su idea teológica de presentar a

Jesús como Señor que, con su autoridad, domina plenamente la

situación, no narrará el abatimiento de Jesús en Getsemaní,

sino que lo anticipa ya aquí, dejando que la gloria del Padre se

filtre a través de su dolor. Como en la agonía del Huerto, Jesús

se angustia por la proximidad de su Pasión redentora; pero está

totalmente sometido al Padre que lo ha enviado y que ahora

hace oír su voz.

- Después desahoga su corazón afligido y esperanzado:

"Me encuentro profundamente abatido. Pero, ¿qué es lo

que puedo decir? ¿Padre, sálvame de lo que se me viene

encima en esta hora? ¡De ningún modo; porque he venido

precisamente para aceptar esta hora! ¡Padre, glorifica tu

Nombre! "

Page 186: Misterios de Cristo y de María

186

Entonces se oye esta voz venida del cielo: "Yo lo he

glorificado y volveré a glorificarlo". Lo ha glorificado

durante toda su vida y ahora especialmente en la Pasión,

haciendo que manifieste su amor inmolado al Padre y a los

hombres. Y lo glorificará por la resurrección. Padre,

glorifica a tu Hijo; Hijo, glorifica a tu Padre: también en mí

y, por medio de mí, en los demás.

- Los allí presentes oyen algo, pero no saben qué ha sido

(un trueno, un ángel). Jesús les explica que esa voz se ha

dejado oír por ellos: para que sepan que ha llegado la hora

en que el mundo, su enemigo, va a ser juzgado y condenado,

y en que el demonio, que tiraniza a los hombres, va a ser

arrojado fuera.

- Y anuncia: "Y yo, una vez que haya sido elevado sobre la

tierra, atraeré a todos hacia mí". Será elevado por su

muerte en cruz y su resurrección-ascensión; y atraerá a

todos, en fe y amor, por el Espíritu. El evangelista comenta:

"Con esta afirmación, Jesús quiso dar a entender la forma

en que iba a morir". La gente le replica que, según la Ley,

"el Mesías no morirá nunca". Él les advierte que todavía,

aunque por poco tiempo, la Luz está entre ellos; que

caminen a esta Luz, para no verse sorprendidos por las

tinieblas; que crean en Él, para ser hijos de la Luz. Después,

"se retiró escondiéndose de ellos". Atráeme, "mándame ir

a ti", Señor, para que me deje iluminar y transformar por la

Luz. No te escondas de mí, y "no permitas que me aparte de

ti".

Page 187: Misterios de Cristo y de María

187

67. El primer mandamiento

(Mt 22, 34-40; Mc 12, 28-34)

La Ley contenía, además del Decálogo, otros muchos

preceptos. Los rabinos los habían aumentado hasta un número

increíble: 248 positivos ("harás") y 365 negativos ("no harás");

y trataban de establecer el mandamiento "padre" o "raíz", del

que pudieran deducirse todos los demás. Todo judío

reconocía la primacía del amor a Dios (Dt 6, 4s; Lv 19, 18)

y la importancia del amor al prójimo.

No obstante, las limitaciones reales de esta concepción

judía eran grandes:

1) la "justicia" o santidad consistía en el cumplimiento

de una multitud agobiante de preceptos particulares, en su

mayoría de carácter ritual;

2) el "prójimo" era sólo el compatriota o, a lo más, el

forastero afincado en Israel;

3) el "amor" se reducía, más bien, a prohibiciones o a

meras obras de beneficiencia.

-. Jesús acaba de tapar la boca a los saduceos con su

respuesta sobre la vida futura (v. 22s). Los fariseos se

reúnen para planear su ataque. Según Mateo, uno de ellos,

"experto en la Ley" y como portavoz del grupo, le propone

para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cual es el mandamiento

más importante de la Ley?". Le piden no la simple

designación, sino la valoración de ese mandamiento.

Page 188: Misterios de Cristo y de María

188

Según Marcos, el escriba se acerca atraído por la respuesta

tan acertada de Jesús a los saduceos, pregunta de buena fe,

ratifica la respuesta de Jesús y merece su alabanza y

estímulo.

-. Jesús le recuerda el conocido mandamiento del amor

totalizante a Dios; y comenta: "Éste es el primer

mandamiento y el más importante". El "primero", en cuanto

que da significación a todos los demás. Las palabras

introductorias de Marcos (12, 29 = Dt 6, 4) son la

justificación de este mandamiento del amor total a Dios...

¿Cuál es mi amor estimativo, afectivo y efectivo a Dios (Jn

14, 15; 1Jn 2, 3)?

-. Y añade algo que el fariseo no le ha preguntado: "El

segundo es semejante a éste: 'Amarás al prójimo como a ti

mismo'. En estos dos mandamientos se basa toda la Ley y

los Profetas". "Semejante" significa que es tan importante

y tan urgente como el primero, porque en el fondo son un

mismo mandamiento: amar a Dios por Dios y amar al

prójimo en Dios y por Dios (1 Jn 4, 8. 20; 5, 2).

Estos dos preceptos no se pueden ni identificar (el prójimo no

es Dios), ni separar (respecto a mí, Dios y el prójimo son

equidistantes: no estoy más cerca o más lejos del uno que del

otro). SAN IGNACIO nos da la fórmula perfecta: "Amar a Dios

en todas las cosas, y todas las cosas en Dios". PABLO VI nos

recuerda "la dependencia de la caridad para con el prójimo de

la caridad para con Dios" (24-8-1968); y que "la orientación

principal de mi vida, el eje central y director de mi humanismo

sigue siendo el teológico [la caridad a Dios]" (26-7-1972).

- La esencia de la voluntad divina, revelada en las

Escrituras, encuentra en estos dos mandamientos no sólo su

culminación, sino su expresión decisiva, su sentido último:

Page 189: Misterios de Cristo y de María

189

el espíritu de amor es la suma de la religión y de la

moralidad. Jesús no sólo sintetiza la Ley; sino que la

radicaliza, excluyendo toda obediencia legal que no sea una

sumisión total a Dios y una entrega al servicio del prójimo;

la interioriza, por el Espíritu que habita en nosotros; y la

personaliza: Él es el modelo atrayente y perfecto, y la

fuerza que hace posible su cumplimiento.

68. La venida del Hijo del hombre: llamada a la

vigilancia (Mt 24, 1-25, 30pp)

En el discurso escatológico de Marcos se distinguen tres

partes: la señal de la tribulación, la Venida del Hijo del

hombre y la cercanía e incertidumbre del tiempo. En él,

Jesús llama a la fidelidad, al coraje y a la vigilancia. - Mateo

utiliza este discurso, en el que introduce algunas

modificaciones y añade una serie de parábolas y la

descripción del Juicio. - Lucas presenta la historia de la

salvación en tres momentos: destrucción de Jerusalén,

tiempo de la misión de la Iglesia y Venida del Hijo del

hombre, que traerá la plenitud del Reino de Dios; e invita a

poner en práctica las enseñanzas de Jesús y a dar testimonio

de Él.

En este comentario, me voy a ceñir a Mateo. Los capítulos

24 y 25 constituyen el quinto y último discurso de su

Evangelio. Su intención es salir al paso de la situación de

abandono, dejadez y rutina en que viven bastantes

miembros de su comunidad, por el retraso aparente de la

Page 190: Misterios de Cristo y de María

190

Venida del Señor. (Reservo el Juicio final para la siguiente

contemplación).

+ Certeza de la venida del Señor (Mt 24, 1-35)

- Al salir del templo, los discípulos, orgullosos, le

muestran sus magníficas construcciones. Jesús les anuncia

su destracción total. Sentados ya en el monte de los Olivos,

los discípulos le preguntan "cuándo ocurrirá esto, y cuál

será la señal de tu Venida y del fin del mundo". Jesús los

invita a mantener la calma y la firmeza ante las dificultades

que les vendrán desde fuera y desde dentro de la comunidad.

Y, con lenguaje apocalíptico, les describe la situación de

caos y confusión que precederá a la Venida del Hijo del

hombre, uno de cuyos últimos signos será la profanación de

lo Sagrado. Sin embargo, la historia seguirá bajo el control

de Dios, que acortará aquellos días en atención a los

elegidos. La gran tribulación terminará cuando Jesús, el

Hijo del hombre, se manifieste como Juez Salvador en toda

su gloria y esplendor. Y los exhorta a vivir en actitud de

discernimiento, tratando de descifrar los signos de los

tiempos, ya que, de igual modo que los brotes de la higuera

anuncian la llegada del verano, así la gran tribulación

anunciará la Vuelta de Jesús (Cf. "Casa de la Biblia"),

+ Preparados para la Venida del Señor (Mt 24, 36-25, 30)

- El momento de esta Venida es incierto, y llegará en

medio de la normal cotidianidad. Por eso, la actitud más

adecuada es la vigilancia. Como desarrollo de la invitación

final "¡Estad preparados!", Mateo ha colocado aquí tres

comparaciones: el criado fiel, las jóvenes previsoras y las

descuidadas, y los talentos. La primera parece una alusión

a los dirigentes de la comunidad, que deben ser los primeros

vigilantes. La segunda insiste en la necesidad de la

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191

vigilancia y previsión para todos, ya que el Señor puede

llegar en cualquier momento; y hay cosas que no se pueden

improvisar a última hora. La tercera enseña que la espera,

además de vigilante, debe ser activa. En conjunto, estas tres

parábolas son una exhortación, dirigida a los cristianos de

todos los tiempos, a vivir con seriedad este tiempo que

media entre la Partida de Jesús y su Segunda Venida. El

discurso sobre la Venida del Hijo del hombre concluye con

la impresionante visión del Juicio, que tendrá lugar al final

de los tiempos. Es el tema de la siguiente contemplación.

- Vigilancia, previsión, fructificación, seriedad: actitudes

profundas, que no podemos soslayar, porque tú, Cristo,

viniste, estás siempre viniendo y vendrás. ¡Prepárame para

que me encuentres siempre preparado!

69. El Juicio definitivo (Mt 25, 31-46)

- En su vida terrena, Jesús, el Hijo del hombre, en todo

semejante a sus hermanos los hombres menos en el pecado,

vino a ellos en la humildad de una carne pasible y mortal.

Se rodeó de gente sencilla (padres, vecinos, discípulos,

oyentes); y se sentó a la mesa de los humildes y pecadores.

Pero en el último Día, cuando venga "en su gloria con todos

sus ángeles, se sentará en su trono de gloria ", como Juez

de vivos y muertos.

-. En su vida terrena, Jesús llamó personalmente a muchos,

sin excluir a ninguno. Tras su vuelta al Padre, sigue llamando

por medio de su Espíritu y de su Iglesia. Y son muchos los

que desoyeron y desoyen su invitación. Pero en el último

Día, nadie podrá ignorar su llamada y eludir su presencia:

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192

"Todas las naciones se reunirán delante de Él", todos

comparecerán ante Él. -Ahora, en nuestra vida terrena, los

hombres somos muy proclives a hacer clasificaciones y

separaciones de buenos y malos, con peligro serio de

equivocarnos. En el último Día, Jesús hará la separación

definitiva o, mejor, manifestará la posición que cada uno ha

elegido junto a Él o contra Él: a su lado como amigo, o

frente a Él como enemigo.

- En su vida terrena y en tiempo de la Iglesia, Jesús pasó y

pasa invitando incansablemente: "Si alguno quiere venir

detrás de Mí...". Las respuestas se reducen a dos:

+ Primera respuesta

- Los que lo hayan seguido fielmente hasta el fin, oirán

cómo, en el último Día, el Mesías-Rey les dice a ellos, a los

que están a su lado: "Venid, benditos de mi Padre, tomad

posesión del Reino preparado para vosotros desde la

creación del mundo". El Cielo es la vida amistosa con Dios,

vivida gozosamente en el cara a cara de la visión inmediata:

un entrar con Cristo en el corazón del Padre, un reinar

gloriosamente con Cristo y como Cristo, el Hijo Amado del

Padre.

- En su vida terrena, Jesús, que, "siendo rico, se hizo pobre

por vosotros, para enriqueceros con su pobreza" (2 Co 8, 9),

nos mostró su predilección por los pobres, y nos invitó a

compartir con Él su pobreza y con los pobres nuestra

riqueza (cuanto somos y tenemos). En el Último Día, sus

amigos escucharán por qué han sido felizmente elegidos:

"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me

disteis de beber; era forastero, y me alojasteis; estaba

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193

desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la

cárcel, y fuisteis a verme".

- Y cuando la mayoría de estos justos le digan que ellos no

recuerdan haberle visto y socorrido, escucharán estas

hermosas palabras: "Os aseguro que cuando lo hicisteis con

uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo

hicisteis". En definitiva, porque me amasteis afectiva y

efectivamente a mí, presente en estos mis hermanos

necesitados. Todo el que reconoce con sinceridad en

cualquier hombre un valor absoluto, está reconociendo,

explícita o implícitamente, a Dios y a su Enviado.

+ Segunda respuesta

La existencia y eternidad del Infierno, como realidad para

los demonios y como siempre posible para el hombre viador,

es dogma de fe (Mt 7, 23; 13,49s; 25,12. 30. 41. 46; Lc 14,24;

Jn 3, 36; I Co 6,9s; Ga 5,19-21; Ef 5,5...

Véase: DENZINGER - SHÓNMETZER, Ench. Simbolorum...

[DzS], n. 76; 801; 858; 1000,1002; Lumen Gentium 48d;

PABLO VI, Profesión de fe 28...

La insistencia apremiante con que Jesús y los autores

inspirados nos advierten del peligro del Infierno, y la

seriedad con que hablan del peso de las obras en la hora del

Juicio (Mt 7, 21; 16, 27; 2Co 5, 10; 11, 15; Ap 20, 12s; 22,

12), abonan la conclusión de que estas palabras no son una

mera amenaza pedagógica, ni la realidad del Infierno una

remotísima posibilidad, rayana en la imposibilidad. Aunque

no sepamos de la condenación cierta de ningún hombre

concreto.

- Los que, obstinadamente hasta el fin, hayan rechazado la

invitación de Jesús, oirán cómo, en el Último Día, el Mesías-

Page 194: Misterios de Cristo y de María

194

Rey les dice a ellos, a los del otro lado: "Apartaos de mí,

malditos, id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus

ángeles". El Infierno es el total apartamiento de Dios, que

ellos han elegido libremente para siempre; y que Dios,

respetuoso de la libertad humana, confirma. Son "malditos

" porque se cerraron a la bendición eficaz de Dios (Ef 1, 3).

Ese "fuego " es la expresión del rechazo "quemante" que

sufrirán de parte de la creación liberada, cuando, huyendo

de Dios al que odian, traten de refugiarse en las criaturas, a

las que, en su vida de pecado, prostituyeron al usarlas contra

ellos mismos, contra los demás y, en último término, contra

Dios.

Así pues, el Infierno no lo hace Dios, sino ¿[pecador

obstinado. El Infierno es el mismo pecado mortal en sus

últimas, manifiestas y trágicas consecuencias. El Infierno es el

pleno fracaso existencial de quien, habiendo sido creado y

redimido para la felicidad integral en el Dios-Amor, ha elegido

definitivamente la absoluta soledad egoísta y

despersonalizadora, despreciando a Dios, que le ha dado a su

Hijo y que hasta el último momento lo ha asediado

amorosamente.

- Y cuando la mayoría de estos "desgraciados" (porque

han rechazado la gracia de Dios) le digan que ellos no

recuerdan haberle visto y desatendido, escucharán estas

terribles palabras: "Os aseguro que cuando dejasteis de

hacerlo con uno de estos pequeños, conmigo dejasteis de

hacerlo". En definitiva, porque dejasteis de amarme

afectiva y efectivamente a mí, presente en estos mis

hermanos necesitados.

- La conclusión de Jesús es estremecedora: "E irán éstos al

castigo eterno, y los justos a la vida eterna". Tan cierto y

eterno es el Infierno como el Cielo. Y son ambos eternos,

Page 195: Misterios de Cristo y de María

195

porque las decisiones humanas cristalizan en la muerte.

Acabado el tiempo de la prueba, no cabe ya cambio alguno.

Ni los condenados ni los bienaventurados pueden ni quieren

cambiar.

- ¡El Amor de Dios no es una broma, ni su Cielo una lotería

ciega o un aguinaldo impuesto! Yo ciertamente seré salvo,

si, con oración confiada y perseverante y con sincera

voluntad operativa, me dejo salvar por Dios, que, al darme

a su Hijo (Jn 3, 16s) para que se entregara por mí, me

demostró con qué seriedad "quiere que todos los hombres se

salven" (l Tm 2, 4. 6), que "todos se conviertan" (2 P 3, 9).

"Nosotros hemos de dar las gracias a Dios, que nos da la

victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (I Co 15,

57).

70. Visión panorámica del ministerio público de Jesús

[I]

Podemos sintetizar todo este ministerio en tres frases de su

oración-síntesis al Padre, referidas a su oración, a su trabajo

apostólico y a su sacrificio (Jn 17,9.14. 19).

+ "Yo te ruego por ellos": Oración

1)Antes de los hechos principales: Antes de comenzar su

vida pública, tras sumergirse en las aguas del Jordán,

"mientras Jesús oraba se abrió el cielo" (Lc 4, 21). En el

desierto, durante aquellos cuarenta días y noches de ayuno,

sin duda ora (Mt 4, ls). Antes de la elección de los Apóstoles,

"se retiró al monte para orar y pasó la noche en oración"

(Lc 6,12). Antes del anuncio de la Eucaristía, "fue al monte

para orar" (Mc 6, 46; Jn 6, 51ss). Antes de la promesa del

Page 196: Misterios de Cristo y de María

196

primado, "estaba orando a solas " (Lc 9,18). Antes de la

Transfiguración, "subió al monte para orar, y mientras

oraba...". (Lc 9, 28s). Antes de enseñar el Padrenuestro,

"estaba orando en cierto lugar" (Lc 11, 1). Antes de

resucitar a Lázaro, "mirando al cielo exclamó: 'Padre, te doy

gracias porque me has escuchado...'" (Jn 11,41). En la

Ultima Cena, antes de instituir la Eucaristía, ora largamente

con la oraciones propias de esta solemnidad judía (Mt 26,

17-35pp); y advierte a Pedro, que lo va a negar: "Simón,

Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos

como al trigo. Yo he rogado por ti, para que tu fe no decaiga;

y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22,

32). Antes de comenzar su Pasión, en su oración-síntesis al

Padre, ora por sí, por los discípulos y por los futuros

creyentes (Jn 17). Antes de entregarse en manos de sus

enemigos, en Getsemaní, derrama su corazón ante el Padre,

en una oración agónica de tres horas (Mt 26, 36-46pp).

2)En el trabajo ordinario: En Cafarnaún, "antes del

amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí

se puso a orar" (Mc 1, 35). Antes y después de realizar

muchos milagros (Lc 5, 16). Durante su estancia en

Jerusalén, su refugio y lugar de oración es Getsemaní: "fue,

como de costumbre, al monte de los Olivos" (Lc 21, 37; 22,

39; Jn 8, 1).

3)Después del éxito: Después de la primera multiplicación

de los panes, "se fue al monte para orar" (Mc 6, 46). Al

regreso radiante de los setenta y dos discípulos, "el Espíritu

Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo: 'Yo te alabo,

Padre...'" (Lc 21s).

4)En la tribulación: En sus contradicciones y persecuciones.

En su agonía en el Huerto (Mt 26, 36-46pp) y en la cruz (Mt

27, 46pp; Lc 23, 46).' Todas las oraciones de Jesús han sido

un preludio de su gran oración pascual en su muerte, en la

Page 197: Misterios de Cristo y de María

197

que todo su ser se convierte en oración.

- Jesús, contigo y como tú, en unión con María y con toda

la Iglesia, quiero orar en todo tiempo y lugar (Lc 18, 1; 21,

36; Ef 6, 18; lTs 5, 17; lTm 2, 8); convertir todos los

acontecimientos de mi vida en materia de diálogo amoroso

contigo; sentir que siempre me miras, amas y hablas, y que

esperas mi respuesta de amor.

71. Visión panorámica del ministerio público de Jesús

[II]

+ "Yo les he comunicado tu mensaje": Trabajo apostólico

1)Celo ardiente: "He venido a prender fuego a la tierra; y

¡cómo desearía que estuviese ya ardiendo!" (Lc 12, 49).

Enseña en todas partes: ciudad, campo, monte, orilla del

mar, sinagoga, Templo, casas particulares. Enseña a uno, a

pocos, a multitudes. Enseña a doctos e ignorantes, a pobres

y ricos, a autoridades y pueblo. Enseña con autoridad, con

libertad y firmeza, con claridad y sencillez, con unción.

2)Bondad y misericordia: "Él pasó haciendo el bien y

curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios

estaba con Él" (Hch 10, 38). Su amor misericordioso y

sanador se extiende a todos los que quieren acogerlo:

pecadores, enfermos, afligidos, pobres, niños, viudas.

Siempre tiene una palabra de aliento y se compadece hasta

las lágrimas: "Me da lástima esta gente" (Mt 15, 32).

3)Por la gloria de su Padre: "Yo hago siempre lo que le

agrada... Yo no vivo preocupado por mi honor..." (Jn 8, 29.

50). Los resultados visibles de sus esfuerzos son, por lo

común: fruto escaso, entusiasmos terrenos y pasajeros,

Page 198: Misterios de Cristo y de María

198

fracaso final a los ojos de los hombres. Pero, "Cristo no

buscó complacerse a sí mismo" (Rm 15, 3).

¿Cuál es la calidad de mi celo apostólico: sus destinatarios,

su intensidad, sus motivaciones, su unción contagiosa...?

+ "Por ellos yo me ofrezco enteramente": Sacrificio

1)Nos sacrifica su tiempo: "Eran tantos los que iban y

venían, que no tenían ni tiempo para comer" (Mc 6, 31).

2)Nos sacrifica sus comodidades: Los Evangelios nos

atestiguan que pasa hambre, sed, fatiga, sueño, falta de

cobijo, desnudez (en la cruz). Se somete a un trabajo duro y

continuado. La gente se le echa encima y lo estruja (Mc

3,10; 5, 31).

3)Nos sacrifica su honra: Es tenido por embaucador, por

"un comilón y un borracho, amigo de publícanos y

pecadores" (Mt 11, 19), "está trastornado" (Mc 3, 26),

blasfemo, quebrantador del sábado, endemoniado, tiene

pacto con Belcebú, malhechor, loco, reo de la muerte más

afrentosa y cruel.

4)Nos sacrifica su vida: Le tienden asechanzas, le quieren

despeñar y apedrear... Pero, "el Padre me ama, porque doy

mi vida para tomarla de nuevo. Nadie tiene poder para

quitármela; soy Yo quien la doy por mi propia voluntad"

(Jn 10, 17s).

- Jesús, Tú, que te ofreces enteramente por los tuyos,

ruegas al Padre "para que también ellos se ofrezcan

enteramente a ti [a Él], por medio de la Verdad" (Jn 17, 19):

para que nos consagremos sacrificialmente, contigo y como

tú, al servicio del Reino de Dios.

Page 199: Misterios de Cristo y de María

199

IV. ÚLTIMA CENA. PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS

La finalidad de estas contemplaciones es profundizar,

mediante la compasión amorosa, mi conocimiento interno,

mi amor entrañable y seguimiento fiel de Jesucristo en su

Pasión y Muerte; identificarme más con El y seguirle en una

vida pobre, humillada y sacrificada como la suya. En el

Misterio Pascual de Jesús, se da el paso significativo de la

actividad creativa del Ministerio público a la sufrida

pasividad e impotencia de la Pasión, en aras de un amor

obediente e inmolado, que es la razón y explicación de todo.

Una vez que he confesado ser pecador perdonado y amado

por Dios, y que he decidido seguir la llamada de Jesucristo

a servirle en pobreza, desprecios y humildad servicial, estas

contemplaciones, lejos de ser una forma de

sentimentalización de mi adhesión a Cristo y una simple

confirmación de mi deseo de servirle fielmente, constituyen

una asimilación personal del Señor crucificado y

resucitado. Mi intención al comenzar estas

contemplaciones quiere ser de amor desinteresado; con

humildad agradecida, deseo recibir de Jesucristo mi cruz de

cada día y su ayuda para llevarla, ser su cirineo en su

camino ascendente hacia el Árbol de la Vida.

Page 200: Misterios de Cristo y de María

200

72. Traición y muerte de Judas

(Mt 26, 3-5. 14-16. 20-25. 47-50; 27, 3-7pp; Jn 13, 21-30)

* "Entonces se reunieron los jefes de los sacerdotes y los

ancianos del pueblo [y los maestros de la Ley: Mc-Lc] en el

palacio de Caifas, que era el Sumo Sacerdote, y acordaron

en consejo prender a Jesús con engaño y darle muerte. Pero

decían: 'Durante la fiesta, no; pues podría alborotarse el

pueblo'" (Mt-Mc).

* "Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que

era uno de los doce, y..." (Lc).

* "...fue a ver a los jefes de los sacerdotes, y les dijo: '¿Qué

me dais, si os lo entrego?'" (Mt).

* "Ellos se alegraron" (Lc), y "le ofrecieron treinta

monedas de plata" (Mt).

* "Y, desde ese momento, andaba buscando ocasión para

entregarlo" (Mt), "a espaldas de la gente" (Lc).

+ Vilezas de Judas

- Además de las hasta aquí narradas o supuestas,

cometidas contra Cristo, por parte de los sanedritas y del

desgraciado Judas, se dan otras aún mayores. Nos referimos

ahora a las de Judas, especialmente dolorosas para Jesús:

1) Jesús lava los pies también a Judas, y advierte a sus

discípulos que están limpios, "aunque no todos" (Jn 13, 10).

2) "Profundamente conmovido", les asegura que "uno de

vosotros me va a entregar" (Jn 13, 21); y declara que "más

le valdría a ese hombre no haber nacido" (Mt).

3)En respuesta a la pregunta de Juan sobre el traidor, lo

señala discretamente dándole a éste un trozo de pan untado

en la salsa; y "cuando Judas recibió aquel trozo de pan

Page 201: Misterios de Cristo y de María

201

mojado, Satanás entró en él. Jesús le dijo: 'Lo que vas a

hacer, hazlo cuanto antes'... Salió inmediatamente. Era de

noche". Noche de luna llena, en el cielo; y noche cerrada, en

el corazón entenebrecido de Judas. Al marcharse, no pudo

participar sacrílegamente en la Eucaristía.

4)Judas va al frente de los que se acercan a prender a Jesús

en el Huerto. Y, sin vacilación ni sonrojo, "nada más llegar,

se acercó a Jesús y le dijo: '¡Hola, Maestro!'. Y le dio un

fuerte beso. Jesús le dijo: 'Compañero [etaire], /[un beso]

para lo que vienes [a hacer]/'".

5)Y, cuando ve que es inminente la muerte de Jesús,

ahogado por un complejo morboso de culpabilidad,

confiesa a los jefes de los sacerdotes y ancianos que ha

pecado al entregar a un inocente, e intenta deshacer el trato

inicuo devolviéndoles el dinero. Ante el rechazo displicente

de éstos, en lugar de abrirse a la misericordia de Jesús, se

cerró en sí mismo, "arrojó en el Templo las monedas, se

marchó y se ahorcó..." (Mt-Hch 1, 15-20). Esto es, sin duda,

lo que más dolió a Jesús, que siempre amó a Judas y lo

esperó con su Corazón abierto al perdón. También Judas, al

menos al principio y durante algún tiempo, amó a Jesús;

aunque con un corazón mezquino y envidioso, cuyo

misterio último sólo Dios conoce.

+ ¿Cómo se explica esta tragedia de Judas, "el hijo de

perdición"?

La "Casa de la Biblia" traduce este versículo así: "Ninguno

de ellos se ha perdido, fuera del que tenía que perderse

para que se cumpliera lo que dice la Escritura"; es decir,

"fuera del que tenía que perderse conforme a lo que dice la

Escritura". Lo que no está claro es si el alcance de esta

"perdición" es sólo temporal o eterno. Lo que sí es

Page 202: Misterios de Cristo y de María

202

manifiesta la relación entre la perdición de Judas (temporal

o eterna) y el anuncio de la Escritura (Jn 13,18s).

Dios sabe, desde toda la eternidad, que Judas se va a

"perder" libremente. Por eso, la Escritura y Jesús pueden

anunciarlo con anticipación. La traición y muerte de Judas

no harán sino confirmar lo escrito por el autor inspirado y

anunciado por Jesús. Por tanto, Judas no se pierde porque así

esté predeterminado por Dios, antes de prever la acción del

traidor, ni porque así lo anuncie la Escritura; sino que Dios

lo conoce y la Escritura lo predice, porque de hecho Judas

se va a perder libremente. Esta misma es la respuesta al

problema de la posible condenación eterna de cualquier

hombre.

Detrás de Judas se entrevé el rostro del diablo, actuante en

la Pasión (Jn 8, 44; 12, 31; 13, 3; Ap 12, 4. 17; Lc 22, 3).

+ ¿Por qué pasos se deslizó hasta su ruina este

Apóstol,"uno de los Doce"?

1)En Betania, censura a María -e indirectamente a Jesús-

por el despilfarro de aquella unción. Juan nos dirá que el

motivo verdadero de esta crítica fue su preocupación no por

los pobres, sino por sus intereses, ya que, como "era ladrón

y tenía a su cargo la bolsa común, robaba de lo que

echaban en ella". Jesús le ordena secamente: "¡Déjala en

paz!" (Jn 12, 5-8).

2)Y, cuando advierte que el peligro para Jesús y sus

discípulos se agrava por momentos, decide adelantarse a

entregarlo a sus enemigos, para así ponerse a salvo y sacar

algún provecho de esa vil transacción.

3)Después, le falta contrición verdadera, humildad y

confianza, para reconocer su pecado ante Jesús y pedirle

perdón. No da, como lo hará Pedro, el paso de pecador a

Page 203: Misterios de Cristo y de María

203

penitente. De haberlo hecho así, hoy sería venerado como

uno de los Doce Apóstoles santos.

Las expectativas mesiánicas de Judas, como las de los

otros, estaban teñidas de tintes políticos y egoístas. Pero, a

diferencia de sus compañeros, cuando advierte que las

enseñanzas, comportamientos y anuncios de Jesús no se

ajustan a estas esperanzas temporalistas, comienza a

distanciarse afectivamente de Jesús. Se siente defraudado y

vislumbra el peligro que lo amenaza. Por eso, participa en

las críticas contra las pretensiones de Jesús sobre comer su

Cuerpo y beber su Sangre, mereciendo ser tildado por Jesús

de "diablo" o desunidor (Jn 6, 71).

Si fue elegido personalmente por Jesús como discípulo y

Apóstol, es porque Jesús lo amaba con amor de predilección

y porque, con su gracia, podía ser un gran Apóstol. Jesús

sabía, ciertamente, que lo iba a entregar. No obstante, lo

eligió, porque quiso correr en él el riesgo de la libertad, que

es la condición esencial del amor. Apostó por él, lo cuidó,

lo corrigió, nunca lo arrinconó; ni lo abandonó, hasta que fue

abandonado definitivamente por él. Con la ayuda de Jesús,

siempre estuvo en su mano el serle fiel o el convertirse; y, en ese

caso, así lo habría visto Dios desde toda la eternidad. ¡Misterio

de iniquidad! ¡Dios, libremente "impotente" ante la

obstinación del hombre!

No podemos dar un paso más, porque nos encontramos frente

al misterio insondable de Dios y del hombre: de la

predeterminación divina (tras prever los méritos o deméritos del

hombre) y la libertad humana, de la concurrencia entre la gracia

de Dios y la libertad del hombre. Aunque nosotros seamos

esencialmente incapaces de comprenderlo, Dios siempre es, en

Page 204: Misterios de Cristo y de María

204

simplicidad infinita, Santidad, Sabiduría, Amor, Justicia, Poder

y Libertad, que el hombre debe adorar, alabar, agradecer, amar

y servir con fidelidad, -reverente y gozosa- de criatura y de

hijo.

- Jesús, "no permitas que me aparte de ti; del Enemigo

malo defiéndeme". "Madre, ponme con tu Hijo". Y, si alguna

vez, por mi culpa, me aparto de ti, Pastor Bueno, ven en mi

busca, encuéntrame, abrázame, ponme sobre tus hombros y

devuélveme al redil de tus ovejas fieles. Y esto, hazlo

también con todas tus ovejas descarriadas. Cualquiera de

nosotros es potencialmente un Judas. Todos hemos

participado en la infame tarea de reunir aquel dinero por el

que te vendió Judas. ¿Yo nunca te he vendido, incluso por

menos de treinta monedas de plata?

73. Jesús lava los pies a sus discípulos (Jn 13,1-20)

Al contemplar la Última Cena de Jesús con sus discípulos,

voy a conceder especial atención a Juan, en sus capítulos

13 al 17 inclusive, y a Pablo. En algún caso, reuniré los

datos dispersos sobre algún tema. Dividiré la materia en

cuatro apartados; aunque, en realidad, el cuarto forma parte

del tercero:

1.° el signo del Lavatorio de los pies (Jn 13,1-30), la Cena

pascual y la institución de la Eucaristía (I Co 11, 23-25; Mc-

Mt-Lc);

2.° el gran discurso de despedida: traición y muerte de

Judas, cinco anuncios del Espíritu Santo, anuncio de las

Page 205: Misterios de Cristo y de María

205

negaciones de Pedro, partida y vuelta de Jesús, síntesis (Jn

13,31-14,31);

3.° instrucciones: la Vid y los sarmientos, el odio y

persecuciones del mundo, la tristeza y el gozo, la oración en

el nombre de Jesús (Jn 15-16);

4.° Jesús ora al Padre por sí, por sus discípulos y por los

futuros creyentes (Jn 17).

+ "Era la víspera de la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que

le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al

Padre. Y El, que había amado a los suyos, que estaban en

el mundo, llevó su amor hasta el fin".

- Este preámbulo solemne da el tono a todo lo que

sigue. Jesús "sabía" que esta Pascua señalaba "su hora", en

la que iba a dar cumplimiento a su amor entregado. El amor

hasta el no va más es lo más nuclear de su ser filial y el

móvil de toda su obra. La escena del Lavatorio constituye

el pórtico solemne de esa "hora" y el signo revelatorio y

ejemplar de ese amor... Jesús, que, con amor entrañable, me

acerque a la contemplación eficaz de estos misterios; y a la

celebración de la Eucaristía, que sacramentalmente los

presencializa; y la cual reclama, antes y después, el amor

servicial a Dios y a los hermanos, y lo aumenta.

+ "Estaban cenando, y ya el diablo había metido en el

corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de

traicionar a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre

le había entregado todo y que de Dios había venido y a Dios

volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una

toalla y se la ciñó a la cintura. Después, echó agua en una

palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a

secárselos con la toalla que llevaba a la cintura".

Page 206: Misterios de Cristo y de María

206

- La previsión de la traición no enfría ni deseca el Corazón

de Cristo. Se enfrenta al diablo y a sus servidores -los

sanedritas y Judas-, con las únicas armas de su amor

humilde y servicial. Jesús se dispone a realizar el Lavatorio,

con plena conciencia de su dignidad divina, de su misión

salvadora y de la importancia de este rito singular. El

evangelista describe sus detalles principales: el momento

("estaban cenando ") y el sujeto ("el Maestro y el Señor").

Con esto, ya insinúa que no se trata de una purificación

material y ritual (que se hace antes de ponerse a la mesa),

sino de un signo que define su misión y la de sus discípulos.

+ Por un respeto y afecto mal entendidos, y, sobre todo,

por una incomprensión del signo, Pedro rechaza el gesto de

Jesús: "Señor, ¿lavarme los pies Tú a mí?" Jesús excusa, en

cierta medida, la incapacidad de Pedro para comprenderlo

"ahora ", ya que se trata de un misterio, que sólo lo podrá

comprender "después", tras su muerte-resurrección y

gracias al Espíritu.

- Pedro se obstina. Entonces Jesús lo amenaza con

excluirlo de su amistad y gloria: "Si no te lavo los pies, no

podrás contarte entre los míos". Este diálogo revela el

sentido profundo del Lavatorio. Jesús realiza una acción

simbólica, preparatoria de la Pascua, que significa el

descenso del Hijo del hombre al ínfimo lugar, para servir a

los hombres hasta dar la vida por ellos (Is 52, 13; 53, lis).

Así se entiende la gravedad, aparentemente

desproporcionada, de esta amenaza. Quien voluntariamente

rechaza ser lavado con la sangre de Cristo, no puede

pertenecerle. Ciertamente, no es éste el caso de Pedro; pero

lo representa en figura. La reacción extremosa de Pedro da

ocasión a Jesús para declarar que todos, menos el que lo va

entregar, están espiritualmente limpios. Este gesto tuyo,

Page 207: Misterios de Cristo y de María

207

Jesús, destruye muchos prejuicios de los hombres. Tú eres

Mesías Paciente; Dios es Señor y Amor; la autoridad es

servicio; el amor, inmolación.

+ Después, se pone el manto y se vuelve a sentar. Y les

explica cómo ellos, enviados por Él y por su Padre (Jn 13,

20), deben "hacer lo mismo unos con otros", con un amor

servicial (l Tm 5, 10), dispuesto a dar la vida por los

hermanos. Y les da dos motivos eficaces: la imitación de su

"Maestro y Señor" y el gozo de esta entrega: "Sabiendo esto,

seréis dichosos si lo ponéis en práctica"... La experiencia,

Jesús, lo atestigua. Al servir a los demás por amor a ti, tus

discípulos nada pierden de su legítima autoridad y pregustan

la felicidad que les tienes reservada en los cielos. Toda auto-

ridad, sobre todo la del cristiano, es servicio; y todo servicio

por amor es alegría.

74. La Cena pascual y la institución de la Eucaristía (I Co 11, 23-25; Mc 14, 12-31pp;)

La fiesta judía de la Pascua o de los Ázimos es memorial

del Éxodo. La víspera, viernes, los levitas y sacerdotes

inmolan las víctimas pascuales y rocían con su sangre el altar

(2Cr 35, 11). Al celebrar la Pascua, los judíos no sólo

recuerdan el pasado liberador de Israel y actualizan sus

exigencias, sino que miran al futuro de un Cordero

verdaderamente salvador, de un Ázimo verdaderamente

purificador, de una Unidad verdaderamente profunda y

estable.

Page 208: Misterios de Cristo y de María

208

Según los cálculos de J. JEREMÍAS, en tiempos de Jesús, los

peregrinos de todo el Imperio que acudían a Jerusalén para

celebrar la Pascua eran entre 80.000 y 125.000.

Tres textos de los sinópticos y uno de Pablo refieren la

institución de la Eucaristía. La intención inmediata de sus

autores es describir la celebración eucarística en la Iglesia a

base de lo que Jesús hizo; y ofrecer las claves de solución

para ciertos problemas de convivencia en la comunidad

cristiana.

Ofrezco, en síntesis, las dimensiones de la Eucaristía, para

facilitar la lectura contemplativa y sabrosa de los textos

inspirados.

Y animo a leer la encíclica "La Iglesia vive de la Eucaristía"

(17-4-2003), de JUAN PABLO U, en unión con María, la que es

"mujer eucarística con toda su vida" (n.53).

a) La Eucaristía es el mismo y único Sacrificio de la

Cruz, el Memorial eficaz de su Muerte y Resurrección

- Cristo anticipó este Sacrificio y la Iglesia lo presencializa

y perpetúa sacramentalmente:

+ "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros; haced esto en

memoria mía... Este cáliz es la nueva alianza en mi Sangre;

cuantas veces bebáis de él, hacedlo en memoria mía. Así

pues, siempre que coméis de este Pan y bebéis de este Cáliz,

anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva" (I Co 11,

23-26).

Page 209: Misterios de Cristo y de María

209

El Sacrificio es actual y el Memorial es eficaz:

1) porque en él está sustancialmente presente todo Cristo,

que se entregó a la muerte en favor de los hombres; y lo está

con aquella misma actitud de amor obediente a Dios y amor

sacrificado a los hombres con que entonces se inmoló, y que

ahora pervive eternamente en su Corazón glorificado;

2) porque se hace también sacramentalmente presente la

aceptación eterna del Padre, manifestada en la

Resurrección-Ascensión del Hijo Amado; porque

eficazmente rememora por la fe el acto redentor de Je-

sucristo o, mejor, lo hace presente al recuerdo de Dios, como

una ofrenda incesantemente renovada por Cristo y por la

Iglesia, y aceptada por el Padre;

3) porque con Cristo, Sacerdote y Víctima que se inmola, la

Iglesia, por medio de sus sacerdotes ministeriales, consagra

a Cristo y lo ofrece al Padre; y, por medio de cada uno de

sus hijos, lo ofrece y se ofrece con Él.

b) La Eucaristía es Banquete sacrificial, que anticipa el

Banquete del Reino

- En los sacrificios de comunión, al consumir la víctima,

los israelitas se unían a la ofrenda y a Dios que la aceptaba

(ICo 10, 18-21). Los fieles de Jesús, comiendo su Cuerpo

inmolado y bebiendo su Sangre derramada, hacen suya su

ofrenda de amor salvífico; se incorporan, con mayor

plenitud vital y amorosa, a Cristo y a los hermanos; y

pregustan en fe el banquete del Reino de los cielos, en el

que el mismo Cristo se nos dará, sin velos, en alimento de

vida eterna glorificada.

Al presentar a los fieles el Pan consagrado antes de la

Comunión, el sacerdote dice estas palabras, compuestas con

Page 210: Misterios de Cristo y de María

210

un texto del Evangelio (Jn 1, 29) y otro del Apocalipsis (19,

9), y que se suele traducir así: "Este es el Cordero de Dios,

que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la

Cena del Señor". Por esta Cena se entiende, y así se explicita

en ocasiones, la Cena eucarística. Pero el texto del

Apocalipsis -como reconoce el cardenal RATZINGER-

habría que traducirlo, del griego original y del latín (Vulgata

y Misal), así: "Dichosos los invitados al banquete de bodas

del Cordero ". Así pues, se trata del Banquete escatológico

(cf. Mt 22, 3; Lc 14,6), del que es anticipo el Banquete

eucarístico.

- La Eucaristía es sacramento que presupone la unión vital

y amorosa con Cristo y con los hermanos, y la incrementa:

+ "Por eso, quien coma el Pan o beba el Cáliz del Señor

indignamente, se hace culpable de profanar el Cuerpo del

Señor. Examínese, pues, cada uno a sí mismo antes de comer

el Pan y beber el Cáliz, porque quien come y bebe sin

discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo..." (I Co

11, 27-32).

- Antes de sentarse a la mesa de los hijos de Dios, el

bautizado que ha roto su unión vital con Dios y con los

hermanos por medio del pecado grave o mortal, debe

reconciliarse con Dios y con la Iglesia mediante el

sacramento de la penitencia, en una confesión individual,

íntegra y contrita (la confesión y absolución generales sólo

están permitidas en circunstancias excepcionales, que la

Iglesia ha concretado).

- Gracias, Jesús, por tu Eucaristía, por este regalo supremo

de tu Corazón; por esta maravilla de tu Sabiduría, Poder y

Amor, que es "el culmen y la fuente de todo el culto y de

toda la vida cristiana" {Código de Derecho Canónico

[CDC] 897). Que el Espíritu Santo, me infunda una honda

Page 211: Misterios de Cristo y de María

211

piedad eucarística, para que viva intensamente este tu Don,

en su triple dimensión de Sacrificio, Comida y Presencia

sustancial permanente; como misterio de fe, prenda de

esperanza y fuente de caridad. Aumenta mi fe, mi

esperanza y mi caridad, con las que deseo identificarme

contigo en tu Eucaristía; y repararte por los que la profanan

o menosprecian. Que mi adoración y amor nunca decaigan,

porque tampoco se apaga tu amor ni cesan los sacrilegios,

frialdades y olvidos... María, "Mujer eucarística", préstame

tu Corazón para que, en las Eucaristías que celebro, pueda

unirme a tu Hijo con unas disposiciones semejantes a las

tuyas, cuando lo acogiste en la Encarnación, lo acompañaste

en el Calvario y lo recibías en la Comunión.

75. Discurso de despedida (Jn 13, 31-14, 31)

Saborea y asimila despacio, con actitud contemplativa,

cada una de estas enseñanzas, promesas y ejemplos de

Jesús, antes de que se adentrara en la espesura de su Pasión.

+ Enseñanzas varias

"Nada más salir Judas", Jesús expansiona su Corazón:

1) dice a lo suyos que la gloria del Padre y del Hijo reside

en la obediencia de Éste hasta la muerte; y les anuncia su

próxima partida (13, 31-35);

2)predice la triple negación del presuntuoso Pedro (13, 36-

38);

3)los previene contra la inquietud y la desconfianza por su

partida: "Una vez que me haya ido y os haya preparado el

lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar

Page 212: Misterios de Cristo y de María

212

donde voy a estar Yo" (14, 1-4);

4)a Tomás, que le pregunta sobre el camino para ir

adonde va Él, le responde: "Yo soy el Camino, la Verdad y

la Vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por Mí"

(14, 5-7). Jesús-Camino lleva al Padre, como único

Mediador; Jesús-Verdad enseña y encarna la realidad del

Padre; Jesús-Vida comunica la vida eterna del Padre;

5)y, cuando Felipe le pide que le muestre al Padre,

contesta: "El que me ve a Mí, ve al Padre... Es el Padre, que

vive en Mí, el que está realizando su obra... Os aseguro que

el que cree en Mí, hará también las obras que Yo hago, e

incluso otras mayores, porque Yo me voy al Padre" (14, 8-

12);

6)con insistencia les promete atender las peticiones que

hagan en comunión vital con Él y en unión amorosa con los

hermanos: "Cualquier cosa que pidáis al Padre en mi

nombre, os lo concederé, para que el Padre sea glorificado

en el Hijo" (14, 13; 15, 12s.l7; 16, 23b-24);

+ Cinco anuncios del Paráclito

Paráclito, en griego, significa literalmente "aquel que es

llamado junto a uno" (para-kletos, ad-vocatus), para

defenderlo, ayudarlo, consolarlo (consolación =

paraklesis). Esta función es ejercida por el Espíritu Santo

en favor de Cristo en el corazón de los discípulos (Jn 14,

16) o por Cristo ante el Padre en favor de éstos (1Jn 2,1). El

Paráclito designa tres aspectos de la actividad del Espíritu

Santo: presencia de Jesús (Jn 14, 15-17), defensa de Jesús

(Jn 15, 26; 16, 7) y memoria viviente de la Iglesia, que le

permite actualizar lo que dijo Jesús (Jn 14, 16).

Page 213: Misterios de Cristo y de María

213

1.° El Espíritu Santo será "otro Paráclito ", pero en la

misma línea de Jesús, que es el primer Paráclito; será "el

Espíritu de la Verdad" (14, 15-17);

2° "el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi

nombre, hará que recordéis lo que Yo os he enseñado y os

lo explicará todo" (14, 25);

3.° "Él dará testimonio sobre Mí" y "vosotros mismos

seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el

principio" (15, 26s);

4° "os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el

Paráclito no vendrá a vosotros...". Cuando Él venga,

aparecerá con claridad que eran ellos quienes estaban en la

Verdad; que Jesús era el Enviado del Padre, y que el

Príncipe de este mundo, que ha rechazado a Jesús, ha sido

ya condenado (16,4b-ll);

5.° "cuando venga el Espíritu de la Verdad, os iluminará

para que podáis entender la Verdad completa... Él me

glorificará, porque todo lo que os dé a conocer, lo recibirá

de Mí...". (16, 12-15).

- Espíritu Santo, corazón de la Iglesia y alma de mi alma.

Tú y el Verbo sois "las dos manos" con las que el Padre

realiza su obra creadora y recreadora. Yo os adoro y os amo.

Ilumíname, guíame, confórtame, consuélame, cristifícame.

Que, con tu ayuda, Espíritu de Amor y Santidad, conozca

internamente y cumpla perfectamente la voluntad salvadora

del Padre y de Jesús; que me someta siempre a ella con

humilde y filial confianza. Amén.

+ La vuelta de Jesús, su paz y su amor obediente al Padre

1)Después del primer anuncio del Espíritu Santo, les

Page 214: Misterios de Cristo y de María

214

anuncia su vuelta próxima (cuando resucite de entre los

muertos); entonces la presencia del Padre y de Jesús será

plena en los que lo aman;

2)y sintetiza su discurso de despedida, dejándoles "su

paz", una paz que el mundo no puede dar; los anima a no

tener inquietud ni miedo, porque Él volverá pronto a ellos;

su partida debe ser motivo de alegría para los discípulos,

pues los ayudará a comprender mejor sus enseñanzas;

3)a impulsos de su amor de Hijo y Hermano, Él marcha

hacia la muerte, "para demostrar al mundo que amo al

Padre y que cumplo fielmente la misión que me encomendó.

Vámonos de aquí".

76. Instrucciones: la Vid y los sarmientos (Jn 15-17)

- Jesús, quiero escucharte con oídos de discípulo, ya que

me hablas personalmente a mí. María, que, como tú,

escuche, contemple y guarde las palabras y gestos de tu Hijo

en mi corazón creyente.

Israel fue la Viña siempre amada de Dios. Y la obstina-

damente infiel a Dios (Jr 2,21; Is 5; 27, 2-5; Sal 80,9-17),

cuyos arrendatarios maltrataron a sus profetas y terminarán

dando muerte a su Hijo. Dios, entonces, "arrendará la Viña

a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo...

Por eso os digo que se os quitará el Reino de Dios y se

entregará a un Pueblo que dé a tiempo los frutos que al Reino

corresponden" (Mt 21,41.43).

Ese nuevo Israel es la Iglesia de Jesucristo, el cual ha elegido

a cada uno de sus miembros personalmente: "No me elegisteis

vosotros a Mí; fui Yo quien os elegía vosotros".

Page 215: Misterios de Cristo y de María

215

+ El verdadero discipulado o la Vid y los sarmientos (Jn 15,

1-17)

- "Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre es el Viñador. El

Padre corta todos los sarmientos improductivos y poda los

que dan fruto, para que den más fruto... ". La Vid es Cristo;

y la Iglesia, unida a Cristo, es sacramento de Cristo-Vid

{Lumen Gentium 6c). A los discípulos fieles a la palabra de

su Hijo, el Padre los purificará de todo lo que no es cristiano

(por la Palabra, por el ejercicio de la virtud cristiana, por el

sacramento de la Penitencia y por las pruebas), para que sea

sólo Jesús quien viva en ellos.

- La unión vital y amorosa con Cristo y con los hermanos,

unida al cumplimiento fiel de sus mandamientos, es

requisito esencial para ser realmente de Jesús (en el tiempo

y en la eternidad); y para dar fruto, a la gloria del Padre, en

proporción a esa unión: "Porque sin Mí no podéis hacer

nada". De ahí se deduce la necesidad absoluta de la gracia

santificante y actual, para toda obra sobrenatural. Ese

influjo de la savia de Cristo tiende a expansionarse, con la

libre y meritoria cooperación del hombre, hasta la caridad

perfecta. Y es fuente inexhausta de un "gozo completo",

espiritual y contagioso. (Más adelante, comentaré el man-

damiento nuevo).

- La suerte final del que obstinadamente no se deja injertar

en Cristo o se desgaja de Él, es ser "arrojado fuera" en el

Juicio final, como los sarmientos separados "son arrojados

al fuego para ser quemados" (Mt 13, 40-42; Jn 5, 29).

* "Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del

Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la

vida al mundo, líbrame... de todas mis culpas y de todo mal.

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y no

Page 216: Misterios de Cristo y de María

216

permitas que jamás me aparte de ti" (Oración antes de la

Comunión).

77. Instrucciones: persecuciones, tristeza y gozo

(Jn 15, 18-16, 24)

+ Odio y persecuciones del Mundo (Jn 15, 18-25; 16, 1-4)

- Jesús, encarnación personal del amor del Padre, viene a

implantar el amor entre los hombres, a constituir la

comunidad de los que se aman como Él los ama. Pero la

respuesta que recibe del Mundo es el rechazo y la

persecución, porque no quieren conocer y amar ni a Él ni a

su Padre.

- A sus seguidores les espera, como a su Maestro, el odio

y la persecución por parte del Mundo, "por mi causa", es

decir, porque no pertenecen al mundo sino a Jesús. Más

adelante, les repite lo mismo, "para que vuestra fe no

sucumba en la prueba..., para que, cuando llegue la hora,

recordéis que ya os lo había anunciado Yo".

+ La tristeza y el gozo (Jn 16, 16-24)

- "Dentro de poco dejaréis de verme; pero, dentro de otro

poco, volveréis a verme... Porque me voy al Padre". Los

discípulos se preguntan por el sentido de estas dos frases.

Jesús se las aclara, aludiendo a su próxima muerte y

resurrección: "De momento estáis tristes; pero volveré a

veros y de nuevo os alegraréis con una alegría que nadie os

podrá quitar". A partir de ese día, el Padre se lo irá haciendo

entender todo por medio de su Espíritu.

Page 217: Misterios de Cristo y de María

217

- Se trata de una alegría espiritual, actual y permanente.

Porque, aunque coexistirá con luchas y persecuciones,

nadie podrá anular la victoria que ya ha tenido lugar en la

cruz de Cristo. Es la paradoja del "ya, pero todavía no": ya

tenemos las sabrosas y prometedoras primicias de esa

victoria alcanzada por El; pero todavía no, la plena y

granada cose cha.

78. Oración-síntesis de Jesús al Padre (Jn 17)

El contenido de esta oración, síntesis de los grandes temas de

la teología de Juan, está centrado en la unidad de Jesús, el

Enviado, con su Padre celeste, al que retorna después de

cumplir su misión. Esta unidad se extiende a los creyentes. La

gloria de Dios es la manifestación de Dios en su actividad

salvadora. Aceptar la manifestación de esta gloria en Jesús,

creyendo en su palabra, es participar de la misma vida de Dios.

Y esta participación es la que pide Jesús para sí mismo, para

los discípulos y para los futuros creyentes (cf. "Casa de la

Biblia").

- Quiero, Jesús, sintonizar mi corazón con el tuyo, orar

contigo y como Tú, abrirlo a tus horizontes.

+ Jesús ora por Sí (Jn 17, 1-5)

* "Jesús levantó los ojos y exclamó: 'Padre, ha llegado la

hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a

ti'".

- El Padre glorificará al Hijo al levantarlo por la muerte

en cruz a la gloria de la resurrección, que comparte con Él

desde toda la eternidad. Así quedará manifiesto el amor del

Page 218: Misterios de Cristo y de María

218

Hijo al Padre y a los hombres, en su vida tanto mortal como

glorificada.

- El Hijo ha glorificado siempre al Padre, cumpliendo

fielmente la obra salvadora que Él le ha encomendado; y lo

glorificará ahora entregando su vida y retomándola

libremente por amor. Así quedará manifiesto el amor del

Padre a los hombres al darles a su Hijo (Jn 3, 16), para que

Él les comunique "la vida eterna", que consiste "en que te

conozcan [amorosamente] a ti, el único Dios verdadero, y

a Jesucristo, tu Enviado".

+ Jesús ora por sus discípulos (Jn 17, 6-19)

- Comienza con un reconocimiento gozoso y agradecido:

* "Yo te he dado a conocer a aquellos que Tú me diste de

entre el mundo..., y ellos han aceptado mi palabra...Ahora

saben... que Yo he venido de Ti..." (cf. v.25).

- Sigue con una súplica encendida por ellos:

* "Yo te ruego por ellos... Padre santo, guarda en tu

nombre a los que me has dado para que sean uno, como Tú

y Yo somos uno... No te pido que los saques del mundo, sino

que los defiendas del Maligno...".

-Jesús se consagra sacrificialmente, para que también sus

discípulos sean "consagrados", es decir, plenamente

separados y enviados al servicio de su misión salvadora y

del culto verdadero ("en Espíritu y en Verdad"), instaurado

por su sacrificio:

* "Haz que ellos sean completamente tuyos por medio de la

Verdad; tu Palabra es la Verdad... Por ellos Yo me ofrezco

enteramente a Ti, para que también ellos se ofrezcan

enteramente a Ti, por medio de la Verdad".

Page 219: Misterios de Cristo y de María

219

+ Jesús ora por los creyentes futuros (Jn 17, 20-26)

- Confiesa que el Padre los ama, en el Hijo, con el mismo

amor con que lo ama a Él; y que Él desea tenerlos consigo

participando de su gloria:

* "Padre, yo deseo que todos estos que Tú me has dado

puedan estar conmigo donde esté Yo, para que contemplen

la gloria que me has dado... Les he dado a conocer quién

eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con

que me amaste pueda estar también en ellos, y Yo mismo

esté en ellos" (Jn 17, 24—26).

- Tanto en el capítulo 13 como en el 17, Jesús recalca con

fuerza el mandamiento del amor mutuo, hasta la unidad

perfecta. Pide, insistentemente, para ellos la perfecta unión

vital y amorosa con el Padre y el Hijo, en el Espíritu Santo;

y también entre todos ellos, como prolongación que es de la

primera o fontal, de la que es su mejor garantía y distintivo:

* "Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado

para que sean uno, como Tú y Yo somos uno... Te pido que

todos sean uno. Padre, lo mismo que Tú estás en Mí y Yo en

Ti, que también ellos estén unidos a nosotros; de este modo,

el mundo podrá creer que Tú me has enviado... Yo en ellos

y Tú en Mí, para que lleguen a la unión perfecta, y el mundo

pueda reconocer así que Tú me has enviado, y que los amas a

ellos como me amas a Mí" (Jn 17,11b. 21-23).

- Llama a este mandamiento "nuevo" y distintivo de sus

discípulos; y propone como su modelo y fuerza inspiradora

el mismo amor que Él les tiene (13, 34s).

Page 220: Misterios de Cristo y de María

220

Por tanto, cuatro son los grados del amor cristiano:

1.° amar al prójimo como a sí mismo (Mt 22,39);

2° amarlo como a Cristo (Mt 25, 40);

3.° amarlo como Cristo nos ama (Jn 13, 34);

4.° amarlo como el Padre y el Hijo se aman en el Espíritu

Santo (Jn 17,23. 26).

- Jesús, concédeme la gracia de gustar interna y

sabrosamente estos tus gestos y palabras, en los que me

ofreces, concentrado, tu mensaje y tu vida; y proyectarlos

en todas las dimensiones de mi vida: oración retirada y

oración de todas las horas, celebración eucarística, acción

apostólica, convivencia fraterna, trabajo, alegrías y

sufrimientos de la vida.

79. Oración agónica en Getsemaní (Mt 26, 36-46pp)

Es la medianoche, iluminada por una esplendorosa luna llena.

Las ventanas resplandecen con las luces de la cena pascual. El

vocerío alegre de los peregrinos que la celebran al aire libre,

junto al fuego, inunda el ambiente. Jesús y los suyos salen del

Cenáculo, bajan al torrente Cedrón, al este de Jerusalén,

cruzan la zona de tumbas mal cuidadas, suben la pendiente del

Monte de los Olivos y penetran en el huerto de Getsemaní

("Prensa de aceite"), donde todo el ser de Jesús va a ser

"prensado" por el Amor divino y el desamor humano.

La escena, dramática y desconcertante, que aquí acontece es

narrada por los tres sinópticos. Es éste el tiempo anunciado por

Page 221: Misterios de Cristo y de María

221

Lucas, después de las tres tentaciones: "El diablo se alejó de El

hasta el momento oportuno" (Lc 4, 13). Juan alude sólo a la

entrada de Jesús y los suyos en el Huerto y al cáliz que el Padre

le ha preparado (18, 1. 11); y sustituye antes esta escena por la

de los gentiles deseosos de ver a Jesús, que en más de un rasgo

evoca la de Getsemaní (12,27s). Tomo a Mateo como base del

comentario, completándolo con un detalle exclusivo de

Lucas.

+ Llegada al Huerto

- Compañía y lugar: Del Cenáculo, y "como de costumbre"

(Lc 22, 39; cf. 21, 37), Jesús va con los Once al Monte de

los Olivos, lugar conocido por Judas (Jn 18, 2). Ha llegado

"su hora", y quiere derramar su Corazón afligido en el

acatamiento de su Padre, antes de dejarse apresar por sus

enemigos.

- Advertencia e invitación a sus discípulos: El escándalo

de la cruz los acecha y nos acecha. Sólo la oración con Jesús

puede librarnos de sucumbir.

- Elección de los tres predilectos: Sólo los tres más íntimos,

testigos de la resurrección de la hija de Jairo y de su propia

transfiguración gloriosa (Mc 5,37; 9,2), serán los testigos de

su transfiguración dolorosa.

+ Angustia mortal

-La Pasión del Corazón: Los sinópticos nos hablan de tres

sentimientos dolorosos de Jesús en el Huerto: "tristeza"

(lypeíthai: Mt), "terror" {ekthambeísthai: Mc) y "tedio"

{ademoneín: Mc-Mt). Honda tristeza mortal, que ora se

exalta hasta el terror, ora se aplana hasta el tedio. (El miedo

no es necesariamente cobardía).

- Causas de su aflicción: Para mi contemplación personal,

Page 222: Misterios de Cristo y de María

222

puedo atribuir especialmente la "tristeza" a su visión actual

de nuestros pecados, cuya satisfacción vicaria ha asumido;

el "terror", a la previsión cierta de su Pasión terrible,

inminente e inevitable; el "tedio" o hastío, al conocimiento

de la ingratitud de muchos de sus redimidos... Jesús, yo

también experimento estos sentimientos, tan

profundamente humanos, y debo purificarlos y santificarlos

sumergiéndolos en tu Corazón afligido.

+ Oración de Jesús

- Invitación a los tres: A una oración vigilante, para

prevenir el escándalo; y a una presencia de amistad, para su

compasión afectiva y su testimonio efectivo.

- Entrada en oración: Quiere estar solo, con la soledad del

Siervo sufriente y del Hijo amado; y cerca de los suyos, con

la cercanía del Redentor y del Amigo.

- Oración: Tres espacios, de una hora aproximadamente

cada uno, en los que Jesús reza, condensado, su

Padrenuestro, manifestando a "su Abbá" (Me), junto a su

repugnancia natural a beber el cáliz de la ira divina contra el

pecado, su plena conformidad con Su voluntad salvífica

(Mc-Mt; Hb 2, 10. 17-18; 5, 7-10). Tres horas, agónicas,

"repitiendo las mismas palabras" (Mt)... ¿Me atreveré a

justificar el abandono o recorte de mi oración, alegando que

no se me ocurre nada, que no siento nada?

- Reproches a los discípulos: Los encuentra dormidos; y,

con ironía triste y tierna, los apremia, especialmente a Pedro

(Mc 14,37), a la vigilancia orante: "¿ Conque no habéis

podido estar en vela conmigo ni siquiera una hora? Velad

y orad...". Escribe PASCAL: "Jesús estará en agonía hasta

el fin del mundo: no hay que dormirse durante ese tiempo".

Jesús, tengo todo el tiempo del mundo para mis caprichos,

pero me falta una hora para ti.

Page 223: Misterios de Cristo y de María

223

+ Agonía (Lc 22, 44)

- "Un ángel del cielo lo estuvo confortando": No dice

"consolando". Hay gracias de consuelo, que suavizan y aun

suprimen la cruz; y gracias de pura fuerza en fe, gracias de

madurez y heroísmo, que no mitigan la cruz, pero dan

fuerzas para llevarla.

- La agonía sangrienta: Su lucha interior desgarradora, el

verse convertido por Dios en "pecado" (2Co 5, 21; 2P 2, 22.

24), es decir, en expiación de todos los pecados del mundo,

le provoca un sudor copioso, viscoso, sanguinolento

(hematidrosis).

- Oración más intensa: A los discípulos la tristeza los

adormece y les impide orar; a Jesús le hace orar "más

intensamente" (Lc), "repitiendo las mismas palabras"

(Mt)... Jesús, nada puede impedirme orar, abrirme a Dios y

hacer mía Tu voluntad, compartir tu sufrimiento. La que ora

no es la inteligencia ni la sensibilidad, sino la voluntad,

asistida por tu gracia.

+ Fin de la oración en el Huerto

- Reproche: Dolorido y compasivo.

- "Ha llegado la hora " (Mc-Mt): La hora señalada para ser

"entregado" por el amor del Padre, por la traición de Judas

y por el odio de sus enemigos, instrumentos de Satanás

(Mc-Mt).

"¡Vamos!" (Mc-Mt): Contraste entre las angustias

temblorosas de su oración y la firme calma que ahora y

después muestra el Salvador... Jesús, éste ha de ser el criterio

seguro del valor de mi oración: no sus consuelos, sino sus

frutos de adhesión a la voluntad de Dios.

Page 224: Misterios de Cristo y de María

224

80. Arresto de Jesús. Proceso ante Anas y Caifas.

Negaciones de Pedro (Mt 26, 47-75pp)

En los anuncios de la Pasión se habla insistentemente de la

"entrega" de Jesús en manos de los jefes del pueblo (Mt 1, 22s;

20, 18s). Su Pasión es una cadena de sucesivas "entregas" (Mt

26, 15. 21; 27, 2. 26). El arresto de Jesús es el primer eslabón

de esa cadena. Queda bien claro que Jesús acepta

voluntariamente su destino de muerte, y que éste responde al

designio de Dios manifestado en las Escrituras (Mt 26, 54. 56).

Todo tiene el sello de lo conocido y anunciado. Jesús exhorta a

sus discípulos a no recurrir a la violencia. Su camino es el del

amor y la misericordia.

+ Arresto de Jesús, tras un conato de defensa

- Se acerca el ejército del miedo, dirigido por "Judas, uno

de los Doce, el traidor". Un fuerte beso (señal de

discipulado y amistad) es la contraseña identificadora que

utiliza el traidor. Jesús le descubre y se queja, dolorido, de

su falsedad: "Compañero [etaire], /[un beso] para lo que

vienes [a hacer]/ " (Mt). El "Yo-soy" poderoso, que

pronuncia Jesús (Jn) y que derriba en tierra a sus enemigos,

sugiere su dignidad divina. Cuando Pedro intenta defender

a Jesús hiriendo al criado del Sumo Sacerdote, Jesús rechaza

la violencia bienintencionada de su discípulo y restituye al

criado su oreja amputada. "¿Es que no debo beber esta copa

de amargura que el Padre me ha preparado?" (Jn). A Jesús

nadie lo sorprende ni fuerza; sino que, habiendo llegado la

hora señalada por el Padre, Él se entrega al "poder de las

tinieblas" (Lc)... ¿Atribuiré mis males a la mala voluntad de

los demás, para justificar mi rechazo de ciertas cruces? ¡En

Page 225: Misterios de Cristo y de María

225

último término, es siempre permisión amorosa del Padre

bueno!

+ Comparecencia ante Anas

- La comparecencia nocturna de Jesús ante Anas (Jn) no es

propiamente un proceso, sino un careo personal, totalmente

ilegal e injusto: por falta de autoridad, por nocturnidad, por

los falsos testigos, por constantes presiones y violencias

contra Jesús. En medio de tanta infamia, ¡cómo destaca la

dignidad, humildad y amor de Jesús!

- Juan escribe: "Entonces Anas lo envió, atado, a Caifas,

el sumo sacerdote" (Jn 18, 24). Y omite el proceso contra

Jesús, porque en realidad ha ocupado todo su evangelio (Jn

1, 19; 5, 31; 10, 25; 11, 49-53; 12, 31; 16, 8).

+ Primera negación de Pedro

- Tras haber huido como todos, Pedro se recobra de su

desconcierto y, en compañía de otro discípulo, sigue a Jesús

hasta el patio del Sumo Sacerdote. Éstas son las variantes de

su negación: "No sé ni entiendo de qué hablas" (Me), "No

sé de qué hablas" (Mt), "No lo conozco, mujer" (Le), "No,

no lo soy" ["uno de los discípulos de ese hombre"] (Jn).

+ Segunda y tercera negaciones de Pedro, y sus lágrimas

- Sólo reseñaré la cobardía reincidente del presuntuoso

Pedro, el cumplimiento de la predicción de Jesús en la Cena

y de sus advertencias en el Huerto, las imprecaciones y

perjurios de Pedro (Mc-Mt), la mirada dolorida y acogedora

de Jesús (Le), las lágrimas amargas y confiadas de Pedro

(Mc-Mt-Lc). Frente a los tres "Yo-soy" de Jesús, los tres "no

soy" de Pedro. Cuando el hombre reniega de Dios, en

realidad se niega a sí mismo. Jesús, que no abandone la

vigilancia y la oración, que no presuma de mis fuerzas. Y,

Page 226: Misterios de Cristo y de María

226

si te niego, detente junto a mí y mírame con amor compa-

sivo y transformante.

+ Ultrajes

- Los evangelistas hablan de: bofetada (Jn), bofetadas,

puñetazos, escupitajos (Mc-Mt), burlas, malos tratos,

insultos (Lc). Los que lo tienen preso se divierten a costa de

Jesús-Profeta, con un juego de adivinanza (Lc).

Probablemente, después, lo descuelgan a uno de aquellos

pozos profundos y oscuros, viejas cisternas convertidas en

mazmorras, similares a las descubiertas recientemente entre

los restos del palacio del Sumo Sacerdote, y donde hoy día

los peregrinos rezan el salmo 69: "¡Sálvame, oh Dios, que

estoy con el agua al cuello! Estoy hundido en un cenagal

sin fondo...". Y ellos, Jesús, son instrumentos inmediatos -

más o menos responsables- de mis pecados.

81. Primera parte del proceso ante Pilato y

comparecencia ante Herodes

(Jn 18, 28-40pp; Lc 23, 8-12; Hch 4, 27)

Ofrezco, en síntesis, la orientación de cada una de las

cuatro narraciones evangélicas, para que cada uno lea y

contemple la que entonces más le ayude. El proceso ante

Herodes es exclusivo de Lucas.

I PRIMERA PARTE DEL PROCESO ANTE PILATO (Jn 18,28-

19,16pp)

+ Narración de Marcos (15. 1-20)

- Es la más simple, detallada y verosímil. En el relato se

Page 227: Misterios de Cristo y de María

227

aprecian dos fases, separadas por un intermedio. La primera

fase trae un encuentro entre Pilato y los jefes judíos (v. 2-

5). En el intermedio, la turba viene a pedir gracia para un

preso, por la Pascua (v. 6s). En una segunda fase, se

continúa el proceso en audiencia pública, a la cual asiste la

turba, para terminar con la sentencia condenatoria. (Después

expondré la flagelación y los ultrajes: v. 15-20)

- Desde el comienzo, se subraya el carácter político del

debate (sólo aparentemente, por parte de los judíos) y de la

condena. Silencio de Jesús ante las acusaciones de los

judíos y la pregunta insistente de Pilato. Pilato ve en la

amnistía pascual una excelente ocasión para no condenar a

Jesús. Pero la gente, incitada y excitada por los sanedritas,

pide vociferante la amnistía para un terrorista asesino.

Pilato se rinde y, en lugar de soltar a Jesús, el inocente, deja

libre a Barrabás, el asesino.

- ¡Cuánto prejuicio, odio e injusticia en los sumos

sacerdotes y sanedritas! ¡Cuánto gregarismo e ingratitud en

la turba vociferante! ¡Cuánta artimaña, inconsecuencia y

cobardía en Pilato! Y ¿en mí..?

+ Narración de Mateo (27, 1-31)

- Mateo añade a la narración de Marcos estos detalles: el

suicidio de Judas (v. 3-10), la intervención de la mujer de

Pilato (v. 19), el gesto de lavarse Pilato las manos (v. 24s),

la culpabilidad especial de las autoridades judías.

+ Narración de Lucas (23, 1-25)

- De los tres motivos de acusación que aducen las

autoridades judías (alborotador del pueblo, enemigo del

tributo imperial y pretensión real: v. 2), los dos primeros

son totalmente falsos; y, en el tercero, el sentido de "Rey"

Page 228: Misterios de Cristo y de María

228

está deformado. Con la triple declaración de inocencia por

parte de Pilato, Lucas –lo mismo que Juan- quiere

convencer a los romanos de que nada tienen que temer del

cristianismo. ¡Qué fácil es, Jesús, deformar ciertos detalles

de la verdad, hasta convertirla en una calumnia! ¿No he

procedido alguna vez así?

+ Narración de Juan

- El juego escénico entre fuera del Pretorio y dentro del

Pretorio preside todo el diálogo: hasta siete salidas y

entradas, perfectamente dispuestas. Juan explica por qué

Jesús fue crucificado y no lapidado. Con el segundo diálogo

de Pilato y Jesús (v. 33-38), Juan explica el sentido legítimo

del título "Rey de los judíos". Después introduce en el

proceso el auténtico motivo de la condena para los judíos, que

es de carácter religioso (v. 6-11). Pilato cede sólo por la

intimidación de los judíos.

IGNACIO DE LA POTTERIE defiende como más probable esta

lectura: "y sentó [a Jesús] pro tribunali", es decir, en actitud de

juez (ironía joánica).

En "la hora sexta" comenzaban los preparativos de la Pascua,

con el sacrificio del cordero pascual.

II. COMPARECENCIA ANTE HERODES (Lc 23,6-12; Hch 4,27)

- Pilato lo envía a Herodes, bajo cuya jurisdicción Jesús

vive e inició su predicación (3, 1; 23, 5). Se trata de un gesto

de cortesía y, quizás, de búsqueda de un consejo o de un

gesto que le permita salvar a Jesús. Sabemos que Herodes,

por simple curiosidad, quería ver a aquel profeta, hacedor

de grandes prodigios (9, 8s). Sin embargo, las múltiples

preguntas del cruel y adúltero asesino de Juan Bautista,

encuentran como respuesta el silencio de Jesús (Is 53, 7).

Page 229: Misterios de Cristo y de María

229

Herodes, mortificado en su orgullo, se burla de Él haciendo

una parodia con un vestido llamativo, como si invistiera a

Jesús de ornamentos reales que evocan su acusación (23, 2).

La enemistad que existía entre Herodes y Pilato, y que

confirman los historiadores de la época como Flavio Josefo,

desaparece a partir de aquel momento... Jesús, tu silencio

ante nuestras súplicas ¿no se deberá, con frecuencia, a los

desórdenes de nuestro corazón, sordo a Dios y a los

hermanos?

Al igual que Jesús comparece sucesivamente ante el

Sanedrín, ante Pilato y ante Herodes, también Pablo

comparecerá ante el Sanedrín, ante Festo y ante Agripa (cf. Mc

13, 9).

82. Segunda parte del proceso ante Pilato

(Jn 19, l-16pp; Hch 4, 27)

I. "ECCE HOMO"

- La escena del "Ecce Homo", narrada por Juan en medio

del proceso (19, 1-5), parece ser la misma que Mc-Mt nos

ofrecen al final. Ya que la flagelación era el preludio

inmediato de la crucifixión, parece ser que Mc-Mt tienen

razón al colocarla después de la sentencia, inmediatamente

antes de la salida hacia el Calvario. Por el contrario, la

escena de los ultrajes, en torno a la coronación de espinas,

cuadra bien en medio del proceso. En Mc-Mt, los ultrajes a

Jesús Rey siguen a la comparecencia de Jesús ante Pilato,

como los ultrajes a Jesús-Profeta seguían al proceso de

Page 230: Misterios de Cristo y de María

230

Jesús ante el Sanedrín. En Juan, esta escena es la parte

central de la comparecencia de Jesús ante Pilato. Lucas ha

separado sus elementos, asignando unos a la escena ante

Herodes y otros a la de la Cruz...

II. FLAGELACIÓN Y CORONACIÓN DE ESPINAS

- Los evangelistas se limitan a enunciar la flagelación de

Jesús; mientras que dan algún detalle al narrar su coronación

con ramas de fuertes y largas espinas. Todos conocían el

terrible y humillante tormento de la. flagelación, infligido con

instrumentos crueles. El látigo estaba hecho de cuerdas

entrelazadas con huesecillos o bolas de metal (flagrum) o de

finas tiras de cuero o con nervios (flagellum): el primero

machacaba, el segundo rasgaba. El suplicio romano se

aplicaba sólo a los esclavos y a los no ciudadanos romanos,

después de la condena a muerte. Jesús sale mortalmente

herido de la flagelación, como se deduce de que no pudiera

llevar el palo transversal de su cruz, y de que muriera en la

cruz en unas tres horas, con asombro de Pilato. La muerte del

crucificado acaecía no por hemorragia, sino por asfixia...

- Jesús, mucho es lo que tenías reparar con tu cuerpo y alma

virginales, triturados y desgarrados por los pecados con que

los hombres se degradan al profanarse a sí mismos y a los

demás, imágenes y templos de Dios...

83. Silencio de Jesús en la Pasión (Mc 15, 4s; Jn 19, 9)

Los tres sinópticos subrayan el silencio sorprendente de Jesús

en su Pasión (Mc 14, 60s; 15,4-5pp; Jn 19, 9). Me fijaré,

principalmente, en el silencio de Jesús frente a Pilato: "Pero

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231

Jesús no respondió nada más, de modo que Pilato se quedó

extrañado" (Mc15,4s; cf. Jn 19,9).

+ Mirada a Jesucristo

- Durante su vida, Jesucristo confundió siempre a sus

enemigos, cuando lo acusaban o argüían (Mt 21-22). En el

tribunal religioso y civil, es llamado ahora blasfemo,

embaucador, alborotador, enemigo de Roma. Sus enemigos

buscan acusadores y testigos falsos: lo acusan con

vehemencia (Me 15, 3; Lc 23, 10), gritan desaforadamente

pidiendo su muerte (Lc23,18. 21. 23pp).

- Y Jesús calla. Es el Rey de Israel, y lo niegan; la Verdad,

y lo calumnian; la Bondad infinita, y le ofenden. Y Jesús calla.

Calla, aun poniendo en peligro su autoridad, su honra y su

influencia con el pueblo. Calla, aun sabiendo las

consecuencias de su silencio. Sus enemigos temen que hable:

lee en sus corazones, nadie puede probarle pecado alguno,

nadie puede convencerle de error, nadie puede hacerle perder

el autocontrol. Y Jesús calla.

- ¿Qué pensarían sus amigos? ¡Señor, habla! El mismo

Pilato lo incita: "¿No respondes nada? Mira de cuántas

cosas te acusan" (Mc 15,4). "¿Te niegas a contestarme?

¿Es que no sabes que yo tengo autoridad tanto para dejarte

en libertad como para ordenar que te crucifiquen?" (Jn

19,10).

- Pero Jesús no se defiende. Calla. Calla sin despecho, sin

altivez; modestamente, humildemente. Calla. Calla el que

siempre habló "con autoridad" (Mt 7, 29), "como nadie ha

hablado jamás" (Jn 7, 46). Una palabra le hubiera bastado,

y calla. Es verdad: nadie habló nunca como Él, pero nadie

calló jamás como Él. "Acosado a calumnias, respondió con

un silencio triunfal" (SAN AMBROSIO). "¡Oh Cristo, que

callas para hablarnos!" (M. DE UNAMUNO). SU silencio

Page 232: Misterios de Cristo y de María

232

elocuente se hace total con su muerte...

+ Mirada a mí mismo

- Jesús, callas por mí: para expiar mis palabras de queja

amarga, de excusa innecesaria; para curar mi sensibilidad

orgullosa, mi amor propio herido, mi corazón alborotado.

Callas, para enseñarme a callar: ante palabras

descompuestas, ofensivas, injustas; ante palabras que me

contradicen, me hieren, me desprecian; ante la ingratitud, el

desdén, las órdenes secas y tajantes, los juicios

apasionados. Callas, para que aprenda a recibir con

humildad los avisos y correcciones; las reprensiones

infundadas. ¡Señor, no calles! Hazme oír tu voz. ¡Habla,

Señor, que tu siervo escucha! Habíame al corazón, y

enséñame esta doctrina que tanto me cuesta. Cuando yo, por

soberbia, me defiendo, tú callas; cuando yo, por tu amor,

callo, tú hablas por mí. Que tu silencio me enseñe, que tu

silencio me defienda. ¡Señor, enséñame a callar: a no

quejarme de nada, ni de nadie, ni de mí mismo, ni por fuera

ni por dentro! "La verdad padece, pero no perece" (SANTA

TERESA).

84. Crucifixión y muerte de Jesús (Jn 19, 16b-24pp)

En un acto supremo de obediencia y confianza, Jesús

entrega libremente su vida en las manos del Padre, revelando

así su amor "hasta el fin" a su Padre y a sus hermanos, los

hombres. El Padre entrega a su Hijo a la muerte, como rescate

generoso y expiación reparadora de los pecados del mundo. El

sacrificio santo del Hijo es el rescate, "el precio", que el Padre

paga y la expiación santificadora que el Padre nos regala y que

Page 233: Misterios de Cristo y de María

233

"nos vuelve gratos" en su presencia. Así se glorifican

mutuamente el Padre y el Hijo, en la salvación de los hombres.

El Gólgota (Calvario o Calavera) era una región de huertos y

tumbas, fuera de las murallas de la ciudad, al noroeste de

Jerusalén. Incluía una pequeña elevación ! de unos cinco

metros. Este es el lugar de la crucifixión y muerte de Cristo. Se

encuentra dentro de la Basílica del Santo Sepulcro; y sobre su

autenticidad no cabe duda razonable.

+ Crucifixión

- Pilato sucumbe a las presiones de los judíos y les "entregó

a Jesús para que fuera crucificado" (Mc-Mt-Jn), "para que

hicieran con Él lo que quisieran" (Lc).

- Según el Evangelio, y contra la costumbre romana, "le

vistieron con sus ropas y le sacaron para crucificarle" (Mc-

Mt). Los romanos requisan a Simón de Cirene (cf. Gn 22,

6. 9), obligándole a llevar el travesaño de la cruz "detrás de

Jesús" (Lc 23, 26; 14, 27), exhausto después de tanto

tormento. Lucas resalta la compasión de las multitudes y de

las mujeres. La respuesta de Jesús a las mujeres es una

censura, llena de misericordia, sobre los verdaderos

culpables.

- Resuenen, Jesús, en mi corazón tus palabras y las de san

Pablo: "El que quiera venir en pos de Mí, que renuncie a sí

mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga" (Lc

9, 23; cf. 14, 27). "Vivo creyendo en el Hijo de Dios, que

me amó y se entregó por mí" (Ga 2,20;cf.Ef5,2.25).

- La crucifixión era un suplicio infamante y cruel,

reservado a los esclavos y a los que no eran ciudadanos

romanos. Jesús rehusa aquella bebida enervante que le

ofrecen para mitigar sus dolores (Mc-Mt). Los evangelistas

no describen la crucifixión. Se limitan a referir toda una

Page 234: Misterios de Cristo y de María

234

serie de detalles significativos por sus reminiscencias

veterotestamentarias: reparto de los vestidos (Sal 22, 19),

colocación entre dos ladrones (Is 53, 12); vino mezclado

con hiél (Sal 69, 21), sorteo de los vestidos (Sal 22, 19),

escena de las burlas (Is 53, 12; Sal 22, 7-9).

+ Fenómenos que acompañan a la muerte de Jesús, el

gran Día de Yahvé

- Las tinieblas: Evocan, quizás, las de Egipto (Ex 10,22);

para insinuar que, con la muerte de Jesús, se inicia el Éxodo

hacia la nueva tierra y los nuevos cielos.

- El velo rasgado del Templo: Probablemente se trata del

velo que sirve de separación "entre el lugar santo y el lugar

santísimo" (Ex 26, 33). Rasgar este velo era suprimir el

secreto y la exclusividad del culto judío. Por la muerte de

Cristo quedó abolido el culto judío; la religión se hace

universal; y Jesús, penetrando en el santuario de los cielos,

abre los accesos de la salvación a todos los hombres.

+ Las burlas de los transeúntes y sanedritas

- Son un eco de las tentaciones de Jesús en el desierto (Mt

4, 1-11) y de los cargos contra Él en el proceso; pero se

centran en el "¡Sálvate a ti mismo, bajando de la cruz!" Él

se salvará y nos salvará, no bajando de la cruz, sino con su

obediencia al Padre hasta la muerte en cruz y con su

resurrección.

+ Confesión del centurión y resurrección de algunos

muertos

- La confesión del centurión es la aurora del acceso de los

paganos a la salvación cristiana. Y la resurrección de

algunos muertos (Mt 27, 51b-53) puede ser la dramatización

del dogma del descenso de Jesús a los infiernos, con la

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235

resurrección final anticipada.

+ La transfixión del costado de Cristo (Jn 19, 31-37)

- Le dedicaré una contemplación especial...

+ Reflectir sobre mí mismo

- Señor, tu amor no fue una broma. Que, lejos de renovar

tu crucifixión y las burlas contra ti con mis pecados

reiterados (Hb 6, 6), crucifique mi yo egoísta y pecador en

tu cruz redentora (Ga 5,5; Rm 6,6). Que pueda decir, con

san Pablo: "Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo,

sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20). "En cuanto

a mí, jamás presumo de algo que no sea la cruz de nuestro

Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para

mí y yo para el mundo" (Ga 6, 14). Jesús, que, a semejanza

tuya, espere y abrace mi muerte como la consumación de

mi condición filial, sabiendo que ella sólo es el comienzo

de mi eterno nacer, para vivir siempre en Dios contigo.

85. Traspasamiento del costado de Cristo

(Jn 19, 31-37; cf. 7, 37-39)

+ Las figuras y profecías mesiánicas sobre el agua, en el

AT

- El agua milagrosa que, en Refidim, Moisés hace brotar

de la roca, golpeada por su cayado (Ex 17,1-7; Nm 20, 7-

13), es figura de los bienes de la salvación que brotarán del

costado de Cristo en la cruz (ICo 10,4). Las profecías que

utilizan el agua como símbolo de los bienes mesiánicas, son

muy abundantes (Is 41, 17-19; 44, 1-4...; Ez 11, 19s; 36, 25-

28...; Za 13, 1; 14, 8...).

Page 236: Misterios de Cristo y de María

236

+ La promesa de Jesús

- Cristo, que había prometido a la samaritana un agua

saciativa, que se convertiría en el interior del creyente "en un

manantial del que surge la vida eterna " (Jn 4,14), en la

fiesta de las Tiendas, "el último día, el más importante de la

fiesta, Jesús puesto en pie ante la muchedumbre, afirmó

solemnemente: 'Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba

el que cree en Mí. Como dice la Escritura: 'De su seno [de

lo más profundo de su ser] brotarán ríos de agua viva'" (Jn

7, 37s).

- Esta agua abundante no es otra que el agua mesiánica,

figurada y profetizada en el Antiguo Testamento, como

explica a continuación el evangelista. "Decía esto

refiriéndose al Espíritu que recibirían los que creyeran en

Él. Y es que aún no había [sido comunicado el] Espíritu,

porque Jesús no había sido glorificado [por su muerte-

resurrección]" (Jn 7, 39).

+ El cumplimiento (Jn 19, 33-37)

* "Cuando se acercaron a Jesús, se dieron cuenta de que ya

había muerto; por eso no le rompieron las piernas. Pero

uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y, al

punto, brotó de su costado sangre y agua. El que vio estas

cosas da testimonio de ellas, y su testimonio es verdadero.

Él sabe que dice la verdad, para que también vosotros

creáis. Esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: 'No

le quebrarán [al cordero pascual] ningún hueso' [Ex 12,

46]. La Escritura dice también en otro pasaje: 'Mirarán al

[primogénito] que traspasaron' [Za 12, 10]" (Jn 17, 33-37).

- ¿Qué es lo que hemos de creer? Que Cristo es "el

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237

Cordero que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29) e

inaugura la nueva Pascua; el Primogénito "a quien

traspasaron " sus hermanos y "a quien llorarán " contritos;

la fuente de todos los bienes mesiánicos, simbolizados en

esa sangre y esa agua que brotan de su Corazón traspasado.

El Corazón de Cristo (es decir, Cristo en su centro más

profundo y condensador de toda su persona) es la fuente de

todos los bienes mesiánicos: del Espíritu Santo, Don

supremo; de la Iglesia que, como esposa de Cristo, nace del

costado del nuevo Adán dormido en la cruz, y que es

congregada y vivificada por el Espíritu; del Bautismo y de

la Eucaristía, que, simbolizados por el agua y la sangre,

hace la Iglesia y hacen a la Iglesia; de María, que, redimida

por Cristo con redención preventiva, colabora con Él y bajo

Él en la misma obra de la redención; de todos los dones de

la salvación...

Ese Corazón, es decir, Cristo en su centro más profundo,

es:

1) sólo Amor al Padre y a los hombres (amor

simbolizado naturalmente en su corazón físico), que

reclama el amor consagrado de sus redimidos;

2) Amor ofendido, que exige amor reparador;

3) Amor universal, que pide a sus amigos un amor

apostólico que lo proclame e irradie a todos los hombres.

Éstos son los tres elementos esenciales del culto al Corazón

de Jesús: consagración, reparación y apostolado.

Page 238: Misterios de Cristo y de María

238

86. Contemplación de Cristo crucificado

Esta contemplación es un resumen de toda la Pasión, y

se inspira en estas palabras de un sermón de SAN BERNARDO:

"Vide pendentem, audi clamantem, considera morientem:

Mira al que cuelga, escucha al que clama, contempla al que

muere". Esta división se ajusta perfectamente al esquema de

la contemplación ignaciana: ver, oír, mirar. Ofrece materia

para muchos ratos de contemplación amorosa.

+ Mira al que cuelga de la cruz

- Examina, con mucha calma y amor, ese retablo de

dolores. Contempla su cuerpo destrozado, recorriendo sus

miembros y recordando dónde y cuándo le hicieron esas

heridas. No hay en Él parte sana. - Penetra en su Corazón,

desgarrado por todas las penas: traición de Judas,

negaciones de Pedro, abandono de sus discípulos, odio de

las autoridades religiosas, agonía ultrajada, dolor de su

Madre y de sus amigos, ingratitudes y ofensas pasadas y

futuras...

- Parece que Dios se ha eclipsado: "Ésta es vuestra hora:

la hora del poder de las tinieblas" (Lc 22, 53b).

Desamparado (entregado por su Padre a una Pasión sin

calmantes), condenado por la autoridad religiosa y civil,

colgado entre ladrones, fracasado en su obra, no puede

salvarse, no baja de la cruz.

- Y todo, Jesús, por mí y para mí: a causa de mis pecados

y para mi salvación. Señor, dame luz para conocer

internamente el misterio de la Cruz en ti, en mí y en mis

hermanos...

Page 239: Misterios de Cristo y de María

239

+ Escucha al que clama

Estas siete palabras son el testamento de Jesús moribundo.

En él nos lo deja todo: su perdón, su cielo, su Madre, su

compañía, su alivio, su obra, su Espíritu. Quiero escuchar cada

una de estas palabras, refiriéndolas a Jesús, a María y a mí

mismo...

1.a "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,

34)

- Tú, Jesús, perdonas y disculpas a tus enemigos; y, en

ellos, a nosotros, pobres ignorantes de Dios y de nosotros

mismos... - Y, contigo, María... - Yo, Señor, quiero

perdonar y pedir perdón, disculpar y pedir disculpas. En el

día de mi juicio, mídeme con medida de misericordia...

2a. 'Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23,

43)

- Tú, Jesús, respondes con una promesa de generosidad

inaudita a la confesión admirable del malhechor

convertido... - Y María envuelve, con mirada maternal, al

hijo recobrado... - Yo, Señor, reconozco mis injusticias,

confieso tu santidad, confío en tu misericordia y espero

escuchar de tus labios esas mismas palabras en la hora de

mi muerte...

3a. "Mujer, ahí tienes a tu hijo"... "Ahí tienes a tu Madre"

(Jn 19, 26s)

- Tú, Jesús, nos confías a los cuidados maternales de

María; y nos invitas a acogerla filialmente entre nuestras

pertenencias esenciales de discípulos tuyos... - María acepta

y vive, con callado amor, tan sagrada encomienda... - Yo,

Señor, quiero vivir profundamente mis relaciones filiales

Page 240: Misterios de Cristo y de María

240

con María, persuadido de que, "si queremos ser cristianos,

debemos ser marianos" (PABLO VI); convencido de que, en

la vida y en la muerte, María me cuidará como a hijo suyo

predilecto...

4a. "Dios mío. Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt

27, 46; Mc15, 34; Sal 22, 2. 23-32)

- Tú, Jesús, sufres, sin consuelo, tu pasión y muerte, para

rescatarnos de nuestros alejamientos de Dios y restituirnos

a la casa del Padre... - María, refugio de pecadores, comparte

tu abandono y tu tarea de convertirnos a Dios... - Yo, Señor,

quiero llorar contigo mis abandonos de Dios, confiar en su

bondad de Padre, acudir filialmente a María, acompañar en

sus soledades a los solitarios de la vida y en su vuelta penosa

a los alejados de Dios...

5a. "Tengo sed" (Jn 19, 28)

- Tú, Jesús, sufres una sed fisiológica crudelísima, figura

de tu sed insaciable de la voluntad salvífica del Padre... -

María participa de esa sed espiritual... - Yo, Señor, te pido

sed de Dios y de la salvación plena de mis hermanos. Sé tú

mi fuente saciadora, y hazme regato en el que mis hermanos

sedientos puedan, con tu agua, saciar su sed de Infinito...

6a. "Todo está cumplido" (Jn 19, 30)

- Tú, Jesús, ves al fin saciada tu hambre de hacer la

voluntad del Padre, llevando a cabo su obra de salvación...

- María, la fiel esclava del Señor, ratifica, al pie de la cruz,

su "sí" inicial... - Yo, Señor, quiero cumplir y acatar siempre

tu voluntad amorosa, a la espera de pronunciar, en la hora

de mi muerte, el "sí" eterno y feliz...

7a. "Padre, a tus manos confío mi espíritu" (Lc 23,46)

Page 241: Misterios de Cristo y de María

241

- Tú, Jesús, mueres con un grito de esperanza suprema, que

penetra victorioso en el corazón del Padre...

- María vive confiada en las manos de Dios; y, cuando le

llega la hora de su muerte, repite tu gesto de confiada

entrega: "Hijo, a tus manos confío mi espíritu"...

- Yo, Señor, desde ahora, acepto mi muerte imprevisible; y

la uno, con la de María, a la tuya, en la segura confianza de

ser acogido en tu Corazón. Amén...

+ Contempla al que muere

* "E inclinando la cabeza, entregó el espíritu" (Jn 19, 30b). "Yo

doy mi vida por las ovejas... Yo soy quien la doy por mi propia

voluntad. Yo tengo poder para darla y para recuperarla de

nuevo" (Jn 10, 15. 18).

- Tú, Jesús, mi Dios y mi hermano, mueres por mi amor y

por mis pecados. En mi nombre y en nombre de todos mis

hermanos, me apropio las palabras de san Pablo: "Nos

apremia el amor de Cristo, al pensar que, si uno ha muerto

por todos, todos por consiguiente han muerto. Y Cristo ha

muerto por todos, para que los que viven no vivan para ellos,

sino para el que ha muerto y resucitado por ellos" (ICo 5,

14s).

87. Sepultura de Jesús y custodia del sepulcro. Soledad

de María (Mt 27, 57-66pp)

+ Descendimiento

- José de Arimatea, discípulo vergonzante de Jesús,

pertenece, sin duda, a la categoría de los grandes pro-

pietarios que forman parte del Sanedrín. Gracias a su

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242

intervención providencial ante Pilato, el cadáver de Jesús

no va a parar a la fosa común.

+ Unción y sepultura

- Nicodemo, "miembro de la secta de los fariseos y

principal entre los judíos " y simpatizante oculto de Jesús

(Jn 3, l s), llega "con unos treinta kilos de una mezcla de

mirra y áloe" (Jn 19, 39).

El cadáver de Jesús es desclavado de la cruz, ungido

precipitadamente, envuelto en una sábana nueva y,

seguramente, depositado en brazos de su Madre. María besa

sus llagas y su frente yerta. ¡Cuánto dolor, María, al

contemplar aquel retablo de sufrimientos; al ver apagada la

luz de aquellos ojos que encendieron el sol y las estrellas,

que deslumbraron tu corazón y que iluminaron los caminos

de todos los hombres!

- Nicodemo y José de Arimatea intervienen en la sepultura

de Jesús. Ninguno de los Doce aparece en ella. Algunas de

las mujeres observan. Nadie, fuera de María, espera la

Resurrección. ¡Cuánto dolor, Señora, al ver desaparecer el

cadáver de tu Hijo, en la oscuridad de la cueva sepulcral; al

escuchar el chirrido y el golpe siniestro de la piedra redonda

que la cierra! En compañía de aquel pequeño grupo de

discípulos, te arrancas de aquel sagrado relicario; y vuelves

a la ciudad, para cumplir el descanso sabático, a la espera -

sólo tú- de la Resurrección.

+ El sepulcro custodiado

- Este episodio, exclusivo de Mateo, refleja una polémica,

que se deja adivinar en el relato siguiente de la resurrección.

El evangelista trata de refutar la calumnia de los judíos, que

aseguraban que los discípulos de Jesús habían robado y

Page 243: Misterios de Cristo y de María

243

ocultado el cuerpo de Jesús.

+ Soledad de María

- Después de escuchar los desahogos de todos y de

consolar a todos, sin que nadie pueda consolarte a ti, Madre,

te retiras a tu sola Soledad. Todos, menos tú, han perdido su

fe en la mesianidad de Jesús. Sólo tú crees en su divinidad.

Toda la fe y toda la esperanza cristianas de la humanidad se

concentran, en estos tres días, en tu Corazón. Esta seguridad

en el cumplimiento de las promesas de Jesús, en nada

suaviza tu Soledad; pero la sostiene, confortándola con la

presencia vivificante del Espíritu de Jesús. Quiero

acompañarte, María, en tu Soledad de corredentora; y

aprender de ti a ser fiel a Dios en mis pruebas, con una fe

inconmovible, con una esperanza inquebrantable y con una

caridad indeficiente.

Page 244: Misterios de Cristo y de María

244

Page 245: Misterios de Cristo y de María

245

V. APARICIONES. ASCENSIÓN. PENTECOSTÉS

La contemplación de las manifestaciones de Cristo

resucitado a sus discípulos y testigos elegidos se orienta

hacia una participación amorosa en el gozo de Cristo

resucitado, por la realización de su proyecto salvífico sobre

la historia. Estas contemplaciones disponen para recibir el

consuelo pascual de Jesucristo, en un aumento palpable de

la fe, esperanza y caridad; y orientan hacia la Iglesia,

tipificada en María, Madre del Cristo total, donde el

cristiano, como miembro suyo, ha de recibir y vivir con

plenitud el don de Dios. La identificación amorosa con

Jesucristo se extiende a la solidaridad con las criaturas, a

las que alcanza la resurrección de Jesucristo, en las que El

vive y a través de las cuales debe ser encontrado.

Jesucristo -que siempre fue plenamente el Hijo de Dios-

es "constituido, por su resurrección de los muertos, Hijo

poderoso de Dios según el Espíritu santificador" (Rm 1, 4).

Por la resurrección, realizada por el Espíritu (Rm 8, 11), el

Dios que resucita a los muertos recibe a Jesús en su regazo

creador de Padre, haciéndole "renacer" como Señor de la

vida y Salvador glorioso de todos los hombres.

El hombre es un ser programado, en Cristo, para la

resurrección plena (Rm 8, 29). La resurrección universal es

la culminación del amor paternal de Dios en Cristo (I Co

15,13; 2Co 5,15; GS 8b). También la creación "será

liberada de la servidumbre de la corrupción y participará

así en la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Rm 8, 20-

22; LG 48; GS 39).

Page 246: Misterios de Cristo y de María

246

88. Aparición a su Madre

Los Evangelios sólo recogen las apariciones de Jesús a los

discípulos, que necesitaban confirmar su fe imperfecta en Él

y comenzar a creer en su resurrección, para ser después los

testigos inmediatos y fidedignos de Jesucristo muerto y

resucitado. La aparición a María es para hacerla crecer en la

fe, esperanza y caridad pascuales. María es dichosa porque

cree en su Hijo, Mesías-Dios, antes de haberlo visto

Resucitado (Jn 21, 29).

Aunque la Escritura silencia la aparición a María, la está

exigiendo. Cuando, en Cana, Jesús le dice que "mi hora aún

no ha llegado" (Jn 2, 4), la está emplazando para la hora de

su plena glorificación por su muerte (Jn 19, 25-27),

resurrección y envío del Espíritu Santo (Hch 1, 14; 2, l ss).

Si María es la santa y virginal Madre de Jesucristo y, en el

orden de la gracia, la Madre de la Iglesia por su fiel

cooperación en la obra de la redención, tiene que ser

también la primera beneficiaria de la gracia pascual y, como

tal, su primera y universal testigo y prototipo, la puerta

general para entrar en las alegrías pascuales. Ella es el

ejemplo más excelente y cercano de lo que significa

contemplar y aplicar los sentidos a Cristo resucitado e

irradiarlo en la vida. Que ella interceda ante su Hijo para

que Él, por su Espíritu, me conceda "gracia para me alegrar

y gozar intensamente de tanta gloria y gozo de Cristo

nuestro Señor" [221] y reflejarlo en todo mi ser y actividad.

"Díjome [el Señor] que, en resucitando, había visto a nuestra

Señora, porque estaba ya con gran necesidad; que la pena la

tenía tan absorta y traspasada, que aun no tornaba luego en sí

para gozar de aquel gozo;... y que había estado mucho con ella,

Page 247: Misterios de Cristo y de María

247

porque había sido menester, hasta consolarla" (SANTA TERESA,

Cuenta de conciencia 13.a, abril 1571).

- La aparición a María es primordial, original y

transformante. Jesús se muestra "a su bendita Madre" [117],

la abraza, la consuela [224] y le comunica a raudales la

gracia pascual. Ella ve y mira a su Hijo resucitado, lo oye y

escucha, lo huele y aspira, lo toca y palpa: con los sentidos

exteriores e interiores, con la fe más pura y la experiencia

más honda, con el amor gozoso más entrañable y

desinteresado, con la confianza más firme e inquebrantable.

Con la presencia y el contacto con Jesús, se le disipan todas

las tristezas, le brota abundosamente una alegría nueva y

jubilosa, se le esclarecen aún más los hechos y palabras de

Jesús, se le acrecientan todas las virtudes, se le otorgan

gracias muy especiales que la desbordan. Experimenta que

su Corazón de Madre se le ensancha hasta abarcar el mundo

entero y quedar convertido en el seno virginal de la nueva

humanidad.

- Deja que te mire, María, para, con tus ojos y tu corazón,

ver y sentir gozosamente a Jesús resucitado...

89. Aparición a María Magdalena y a otras mujeres

(Jn 20, 1-18; Mc 28, l-10pp)

+ Tumba vacía y mensaje del ángel

Los cuatro evangelistas hablan de la visita de las mujeres al

sepulcro para completar, tras el reposo sabático, el apresurado

embalsamamiento del viernes anterior.

- Al llegar junto al sepulcro, estas tres mujeres, fieles y

Page 248: Misterios de Cristo y de María

248

madrugadoras, oyen resonar, con asombro, el mensaje

angélico de la Resurrección de Jesús: "¡Ha resucitado; no

está aquí!". Se afirma la Resurrección antes de cualquier

alusión a la ausencia del cadáver. La tumba vacía no es la

explicación, sino un efecto constatable y necesario de la

Resurrección. Las mujeres reciben el encargo de anunciar

la Resurrección de Jesús a los discípulos, para que se reúnan

con Él en Galilea.

- Si del discípulo amado se dice que, al contemplar la

disposición de los lienzos [ozoníoi] (o sábana) y del

sudario, "vio y creyó" (Jn 20, 6-9), es sólo para significar

que los discípulos ideales son aquellos que "creen sin haber

visto " (Jn 20, 29). El lienzo y el sudario, bajo la iluminación

del Espíritu, no le hacen creer, sino tan sólo recordar las

palabras de la Escritura y de Jesús sobre su próxima

resurrección; y sólo por ellas comienza a creer.

La carrera de Pedro y del discípulo amado y el com-

portamiento de ambos al llegar al sepulcro responden quizás a

la problemática de la comunidades joánicas, que defendían la

igualdad de su maestro Juan respecto a Pedro e incluso la

supremacía en ciertos aspectos, como su clarividencia

espiritual. El amor, personificado en el discípulo amado, es el

primero en llegar y comenzar a creer; pero el ministerio

petrino, representado en Simón, tiene preeminencia a la hora

de entrar, constatar y confirmar. Los dos carismas se

complementan; aunque es el segundo el que está al servicio

del primero.

+ Aparición de Jesús a María Magdalena

Este episodio, tan ampliamente narrado por Juan, es exclusivo

de él. Marcos lo sintetiza en dos versículos, y los otros dos

sinópticos no aluden a él.

Page 249: Misterios de Cristo y de María

249

- María Magdalena, la mujer de amor ardiente y solícito,

se preocupa y llora amargamente porque ha desaparecido lo

único que, junto con el recuerdo amoroso, le quedaba: el

cadáver de Jesús. Pero sólo la fe puede encontrar al

Resucitado. Antes de darse a conocer mediante un signo,

Jesús la prepara: dos ángeles la interrogan sobre el motivo

de sus lágrimas, Él se le acerca en forma irreconocible y le

pregunta: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?"...

Déjate preguntar por Jesús. "¿Cuál es, habitualmente, el

motivo de tus lágrimas, el objeto de tus deseos, la meta de

tu búsqueda?"...

- Cuando Jesús pronuncia eficazmente el nombre de

"María", -éste es el signo-, ella lo reconoce y, seguramente,

se abraza a sus pies (Mt 28, 9). El v. 17 puede traducirse:

"No me retengas más" o "Deja ya de tocarme". La

explicación que da Jesús es: "Porque todavía no he subido

[para vuestra comprensión actual] a mi Padre". Comienza

un nuevo tipo de relación con Jesús resucitado: "Yo, en

vosotros; y vosotros, en Mí" (Jn 15, 4ss; 17,2 1-23). Y esto,

mediante el Espíritu, que vivifica a la Iglesia. Jesús,

llámame eficazmente con ese nombre mío, que sólo tú

conoces y que expresa mi vocación personal; y haz que yo

permanezca siempre en ti por el amor, presto a escuchar,

acoger y secundar tu llamada.

- El encargo dado a la Magdalena consiste en que

comunique a sus hermanos que sube, glorioso, al Padre y al

Dios común. Jesús es el mismo, pero no lo mismo: cambia

de estado. Él vendrá siempre en ese estado nuevo,

glorificado, espiritualizado, para introducir a los discípulos,

por medio de su Espíritu, en una relación nueva con el Padre

(Jn 1, 12). Todo encuentro profundo con Jesús termina en

identificación personal con Jesús y en misión con Él y como

Él.

Page 250: Misterios de Cristo y de María

250

+ Aparición a las mujeres

La mayoría de los exegetas están acordes en ver, en el relato

anterior y en éste, dos presentaciones de una misma aparición

a las mujeres; sin que sea necesario recurrir a una forzada

armonización. Se trata de un caso de personalización (cf. Jn

20, 2: "no sabemos"), como en Lc 24,12. 24.

- Cuando las mujeres van de camino para cumplir el

encargo del ángel, el mismo Jesús les sale al encuentro para

confirmar las palabras y el encargo del ángel. El gesto de

echarse y abrazarse a los pies de Jesús (Mt 28, 9) justifica

las palabras a María Magdalena: "No me retengas más".

90. Aparición a solo Pedro (Lc 24, 34; ICo 15, 5)

-. Después de negar a Jesús y de ser mirado por Él en el

palacio del Sumo Sacerdote, Pedro llora amargamente,

vuelve a María y al grupo de los discípulos, y les confiesa,

compungido, su triple negación. Ellos tratan de consolarlo.

Durante aquellos tres días incompletos, no deja de pensar

en el Rabí amado, en las atenciones de Jesús para con él y

en su cobardía. Ante el anuncio de las mujeres sobre la

tumba vacía, "se levantó y fue corriendo al sepulcro. Al

asomarse, sólo vio los lienzos, y regresó a casa admirado

de lo sucedido" (Lc 24, 12).

-. Los discípulos reunidos testifican a los de Emaús: "Es

verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón".

Y san Pablo afirma: "... se apareció a Pedro, y luego a los

Doce". Aparición de carácter singular y privado. No

sabemos cuándo ni dónde ni cómo. Pero podemos suponer

Page 251: Misterios de Cristo y de María

251

cómo se desarrolló este encuentro, conociendo a Jesús y a

Pedro. Al ver a Jesús resucitado, Pedro, como después de la

primera pesca milagrosa, caería a sus pies y le diría, confun-

dido y afligido: "Apártate de mí, Señor, que soy un

pecador" (Lc 5, 8). La actitud de Jesús la podemos deducir

de su Bondad incondicional e ilimitada y de su

comportamiento con Pedro después de la última pesca

milagrosa (Jn 21). Jesús mira con cariño al discípulo débil

que le ha negado, pero no abandonado ni dejado de amar; y

al que le asegura su perdón y confirma sus promesas.

- Pedro sale de esta aparición confortado y alegre, con un

amor más humilde, confiado y entregado. La presunción,

que lo llevó a las negaciones, desaparece para siempre de

su vida; y se convierte en el testigo más convincente de la

bondad misericordiosa de Jesús, en su seguidor fiel hasta la

muerte en cruz... ¿Es así cómo salgo de mis reencuentros

con Jesús perdonados en el sacramento de la

reconciliación?

91. Aparición a dos discípulos, camino de Emaús

(Lc 24, 13-35p)

Emaús, la aldea de la que habla Lucas, estaba a 60 estadios

(11 kilómetros) de Jerusalén. Es la misma distancia que hay en

relación a la actual Qubeibeh, situada al noroeste de Jerusalén y

que, con más garantía que ningún otro lugar, reclama el honor

de la visita de Jesús resucitado.

La "situación vital" (o contexto ambiental), en el que surge

la predicación que dará lugar más tarde al correspondiente

relato evangélico, pudo ser la siguiente. Muchos de los fieles

Page 252: Misterios de Cristo y de María

252

de esas comunidades no han conocido a Jesús, pero saben de

su promesa de estar siempre presente en medio de su Iglesia.

Sin embargo, ya han surgido graves escándalos, herejías,

divisiones internas y persecuciones externas. Y ellos,

desconcertados, preguntan al discípulo que preside la

celebración eucarística: "¿Dónde está Jesús? ¿Por qué no

actúa?". Él recuerda y dice: "A vosotros os sucede algo

parecido a lo que sucedió a dos discípulos que se dirigían a

Emaús..". Y, después de narrarles todo el acontecimiento,

concluye con lo que expondré al final de este comentario. Este

relato resume y describe el camino catequético-litúrgico de la

comunidad lucana (Hch 8, 26-40).

- Lucas presenta a dos discípulos que han perdido la fe en

Jesús-Mesías por el escándalo de la cruz; y que, al atardecer

del primer día de la semana, vuelven defraudados y tristes a

su casa de Emaús. Ellos están enterados de la tumba vacía

y de la aparición de los ángeles a las mujeres y del anuncio

de éstas sobre que Jesús "está vivo". "Pero a Él nadie lo ha

visto". Si hubieran esperado un poco más, habrían

escuchado a María Magdalena proclamar que ella sí lo

había visto y que era la portadora de un mensaje de Jesús

resucitado para sus discípulos... ¡Cuántas veces, Jesús, me

canso de esperarte y abandono, cuando tú estabas ya a mi

puerta con tus gracias pascuales!

- Jesús se les hace el encontradizo en su camino de

decepción y miedo; y ellos no lo reconocen, porque "sus

ojos estaban ofuscados". Él les pregunta por el tema de su

conversación; les pide que le cuenten lo que ha pasado esos

días en Jerusalén. Ellos reconocen que Jesús "fue un profeta

poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el

pueblo". Pero ellos esperaban un Mesías también político,

libertador. Jesús les echa en cara su torpeza para

comprender y su cerrazón para creer; y les explica lo que

Page 253: Misterios de Cristo y de María

253

las Escrituras enseñan sobre el Mesías paciente y glorioso:

"¿No era preciso que el Mesías sufriera todo esto para en-

trar en la gloria?".

- "Al llegar a la aldea adonde iban, Jesús hizo ademán de

seguir adelante". Ellos le insisten para que se quede aquella

noche con ellos. ¿Qué habría pasado si, con palabras

corteses y falsas, se hubieran desentendido egoístamente de

aquel extraño caminante? Cuantas veces rehuyo o rechazo

al prójimo, lo hago contigo, Cristo, y me pierdo tus gracias.

Al verlo partir el pan, -éste es el signo, que evoca la

Eucaristía (Hch 2, 42. 46; 20, 7. 11)- "se les abrieron los

ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado".

Entonces caen en la cuenta de que su corazón les ardía,

mientras le escuchaban por el camino explicar las Escritu-

ras... ¡Cuántas veces, Jesús, me ocurre algo parecido

cuando, en medio de una opresiva tiniebla, acepto tu

invitación a orar, me abrazo a la cruz o te sirvo en el

prójimo!

- "En aquel mismo instante se pusieron en camino y

regresaron a Jerusalén, donde encontraron a los Once

reunidos y a todos los demás". Éstos les comunican que el

Señor ha resucitado y que se ha aparecido a Simón; y los dos

les cuentan "lo que les había ocurrido cuando iban de

camino y cómo lo había reconocido al partir el pan".

- He de creer en ti, mi Mesías-Dios, que, por el

sufrimiento, abriste para ti y para nosotros el camino de la

Gloria (Lc 24, 26). Quiero seguir tus huellas y reconocerte,

en todos los caminos limpios de la vida, en los gestos de

servicio a los más necesitados, en la lectura eclesial de las

Escrituras y en la Eucaristía.

Con la Iglesia (PE V), oramos así:

Page 254: Misterios de Cristo y de María

254

* "Te glorificamos, Padre santo, porque está siempre con

nosotros en el camino de la vida, sobre todo cuando Cristo,

tu Hijo, nos congrega para el banquete pascual de su Amor.

Como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, Él

nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan ".

92. Aparición a los discípulos, estando ausente Tomás

(Jn 20, 19-23pp)

En el relato-resumen de Lucas (24, 36-49), los discípulos

-que ya habían recibido el testimonio de Pedro y creían en

el Señor (24, 34)- entran en la plenitud del mensaje pascual

gracias al encuentro con el Resucitado. Jesús les descubre

el sentido profundo de la Escritura, y, bajo la asistencia del

Espíritu Santo, los envía como testigos suyos ante todos los

hombres: a anunciar al Señor que murió y vive resucitado,

a predicar la conversión y el perdón de los pecados. Una

expriencia personal análoga, vinculada al testimonio de los

Apóstoles, es el fundamento de la fe y de la misión de los

creyentes de todos los tiempos.

El relato de Juan, materia de esta contemplación (20,19-

23), está pensado desde el cumplimiento de las promesas de

Jesús: presencia de Jesús en medio de los suyos (14, 18 y

20, 19), visión de Jesús resucitado (16, 16ss y 20, 20), envío

del Espíritu Santo y donación de la paz pascual (14, 26; 15,

26; 16, 7ss. 33 y 20, 21ss), vuelta al Padre (14, 12 y 20, 17).

Los discípulos, lejos de estar predispuestos para aceptar esta

resurrección de Jesús, como judíos de su tiempo sólo creían

en la resurrección del último día (cf. Jn 11, 24; 20,2.13.15; Lc

24,22s;Mcl6, 11. 13).

Page 255: Misterios de Cristo y de María

255

La resurrección gloriosa de Jesús es un acontecimiento real,

con huellas inequívocas en la historia; pero suprahistórico. No

pueden ser aducidas pruebas racionales de esta resurrección,

que lleven a una evidencia natural. Sólo es aceptable desde la

revelación sobrenatural; sólo puede ser creída con fe

sobrenatural.

Hazte presente a la escena y déjate visitar, sanar y

transformar por Cristo Resucitado: oye, mira, palpa, cree,

confía, ama...

- En esta escena y en la siguiente, se habla de "las puertas

cerradas" (Jn 20, 19. 26), "por miedo a los judíos" (v. 19).

Jesús "viene" (v.19, 24; cf. Ap 22, 20) y se pone "en medio

de ellos" (v. 19. 26). Se introduce en el mundo de sus

temores y dudas, como antes en la tristeza de Magdalena y

en la decepción de los discípulos de Emaús. Se sitúa como

centro vital y unificante de los que están reunidos en su

nombre (Mt 18, 20). Su presencia es real, perceptible y

vivificante.

- Los saluda con el saludo ordinario de "la paz". "Y les

mostró las manos y el costado", para borrar toda duda sobre

la realidad de su aparición y para subrayar la identidad del

Resucitado con el Crucificado en el Calvario. El don del

Espíritu Santo (v. 22) y la fe en Jesucristo (v. 20. 27-28)

aparecen aquí asociados a la revelación del "costado" o

Corazón de Cristo, como Juan lo había ya indicado al

interpretar su traspasamiento en la Cruz (19, 34-37). El

Corazón traspasado de Cristo, su Amor obediente e

inmolado, es la fuente de todos los bienes mesiánicos y la

meta de la respuesta amorosa y reparadora del hombre.

- "Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor":

al verlo vivo y creer que vive resucitado y que es el Señor

vencedor de la muerte, presente en medio de ellos. La paz

Page 256: Misterios de Cristo y de María

256

y la alegría espiritual son características de la existencia

cristiana postpascual: dones del Resucitado, prometidos por

Jesús en el sermón de la Cena (Jn 14, 27s; 15, 11; 16, 20-

24. 33; 17, 13).

- A estos hombres, deshechos por el temor y rehechos por

la fe, pacificados y alegres, es a los que Jesús transmite su

misma misión (17,18; 20, 21) y les comunica el Espíritu

Santo para realizarla (20, 22; cf. Hch 2, 1-4). Al exhalar

sobre ellos su espíritu o aliento vital, reproduce el gesto

creador primordial (Gn 2, 7; Sb 15, 11) y les concede el

Espíritu Santo, en orden al perdón sacramental de los

pecados.

93. Aparición a los discípulos, estando presente Tomás

(Jn 20, 24-29)

Según esta narración de Juan, el testimonio de los

ángeles, las apariciones de Jesús y los encuentros con El y, en

especial, las exigencias de comprobación por parte de Tomás,

aceptadas por Jesús, muestran que el Resucitado y el

Crucificado son el mismo; aunque su forma de vida no sea la

misma. A diferencia de las resurrecciones realizadas por Jesús,

la suya no es una simple reviviscencia, la vuelta de un cadáver

a la vida; sino la plena participación de la vida divina por un ser

humano. El evangelista pone de relieve la confesión auténtica

de la fe cristiana, al citar las palabras de Tomás, que forman

una inclusión con las del prólogo (1, 14 y 20, 28). Tomás es

presentado como la representación de los que no quieren creer

sin antes haber visto. Desahoga tu corazón con el Resucitado,

con este Jesús de manos, pies (Lc 24, 39) y costado abiertos,

tan divino y tan humano. Pídele una fe, esperanza y caridad

Page 257: Misterios de Cristo y de María

257

hacia Él más vivas, y un mayor amor a la Iglesia, su esposa y

Madre nuestra. Fomenta, en ti y en los demás, el culto

verdadero al Corazón de Jesús...

- Cuando los demás discípulos comunican a Tomás:

"Hemos visto al Señor", se refieren a una visión no sólo

material, sino sobre todo espiritual por la fe. Pero él se

resiste a creer por el testimonio de sus compañeros, y exige

ver y tocar materialmente, poniendo condiciones a Dios.

- Jesús se compadece de Tomás y de nosotros, creyentes

de poca fe, y, "ocho días después", se vuelve a aparecer al

grupo, estando presente Tomás. Y, tras el saludo de paz, se

dirige a Tomás, le obliga a tocar con los dedos las cicatrices

de sus manos y a meter la mano en la abertura de su Costado;

y lo anima a no ser incrédulo, sino creyente. Tomás,

iluminado por la luz que brota de aquel Corazón, se rinde a

tanta condescendencia y confiesa su fe en el Resucitado:

"¡Señor mío y Dios mío".

Jesús le responde: "¿Crees porque me has visto? Dichosos

los que creen sin haber visto". Esta respuesta de Jesús no es

sólo una censura a Tomás. Es, sobre todo, una instrucción

y una bienaventuranza para los futuros discípulos, que, sin

haber visto a Jesús, creerán en Él y lo amarán (I P 1, 8s),

por la palabra de los Apóstoles (Jn 17, 20; 20, 31). La fe

pascual es "comunión " en la fe de los Apóstoles, en el seno

de la comunidad eclesial (1 Jn 1, 3s). Jesús, que nunca te

ponga condiciones para creer, que no te exija más pruebas

que las que ya me has dado en abundancia.

Page 258: Misterios de Cristo y de María

258

94. Aparición a siete discípulos, junto al lago [I] (Jn 21,

1-14)

El último capítulo de Juan consta de dos partes. En la

primera parte (21, 1-14), con lenguaje simbólico nos

describe la misión evangelizadora de toda la Iglesia,

realizada con la presencia viva y vivificante del Resucitado,

bajo el pastoreo universal de Pedro y teniendo como centro

de convergencia e irradiación la Eucaristía. En la segunda

parte (21, 15-23), Pedro, en reparación de su triple

negación, es invitado a confesar tres veces su amor al Señor;

y recibe el cuidado supremo de todo el rebaño (Mt 16, 17-

19; Lc 22, 32), que debe realizar en nombre y a imitación

de Jesús (Jn 10, 10-18) y con la cooperación de todas las

comunidades cristianas, dotadas de sus especiales carismas.

El objetivo de este capítulo, como el del anterior (Jn 20, 1-

10), sería, según algunos, ratificar el primado de Pedro y de

sus sucesores, frente a la pretensión de algunos discípulos de

Juan, que, como a único superviviente de los Doce y

apoyándose en las palabras de Jesús a Pedro sobre Juan (Jn

21, 20-23), lo consideraban el legítimo sucesor de Pedro.

El escenario de esta aparición es la ribera del lago de

Tiberíades, probablemente al oeste de Cafarnaún. "Ésta fue la

tercera vez que Jesús se apareció a su discípulos [al grupo],

después de haber resucitado" (Jn 21, 14).

+ Aparición de Jesús y pesca milagrosa (v. 1-8)

- La circunstancia de que sea Pedro quien toma la

iniciativa y dirige el grupo es la primera indicación de su

primacía real, reconocida por sus compañeros. A pesar de

ser siete expertos pescadores y de haber elegido la hora y

Page 259: Misterios de Cristo y de María

259

los lugares más favorables, "aquella noche no pescaron

nada". Una experiencia, frecuente y desagradable, en el

oficio de la pesca y también en el del apostolado.

- "Al clarear el día, se presentó Jesús en la orilla del lago,

pero los discípulos no lo reconocieron". A su pregunta sobre

si tienen pescado que comer, ellos responden con un escueto

y malhumorado "No". Jesús los invita a echar la red al lado

derecho de la barca, y les asegura que encontrarán pesca.

Ellos no saben resistir la invitación, sorprendente y gravosa,

de aquel desconocido; y son tantos los peces que recogen

que, a duras penas, pueden arrastrar la red repleta. Éste es

el signo.

-.Esta sobreabundancia es una característica de los bienes

que nos ofrece Jesús (Jn 2, 6; 3, 34; 4, 14; 6, lis; 10, 10).

Aquí parece significar el crecido número de discípulos que

la predicación apostólica conquistará entre todos los

pueblos. Sin ti, Jesús, nada; contigo, todo (Jn 15, 5. 16). Que

no encoja mi corazón ni mis deseos, para recibir tus dones

copiosos. La pesca milagrosa, realizada por orden de Jesús,

simboliza la misión apostólica, dirigida por Pedro (Mc 1,

16-20pp).

- Una vez más, es el discípulo amado el que primero

entiende el signo y tiene la intuición de fe: "¡Es el Señor!".

Y se lo comunica a Pedro, que, tras ponerse y ceñirse el

vestido exterior o sayal (Is 20,2), se lanza al agua para ganar

a nado la orilla, que está a unos doscientos metros. Gesto de

respeto y de amor confiado, y nueva indicación de primacía

real. Los demás discípulos continúan en la barca,

arrastrando la red hacia la orilla.

+ Comida en la ribera del lago (v. 9-14)

- Al bajar a tierra, ven unas brasas, con peces colocados

Page 260: Misterios de Cristo y de María

260

sobre ellas y pan. Jesús les manda traer algunos peces de los

que han pescado... Tú, Jesús, siempre nos pides lo que antes

nos has dado; y lo haces para darnos más... Pedro sube a la

barca y saca a tierra la red con su abundante captura: "ciento

cincuenta y tres peces grandes".

- Mientras que, en la pesca milagrosa de Lucas (5, 6), "las

redes se rompían", Juan subraya aquí que, "a pesar de ser

tantos, la red no se rompió". Puede verse aquí la imagen de

la unidad de la Iglesia (lo mismo que lo era la túnica sin

costuras de Jn 19, 23); y servirá de introducción a la misión

jerárquica unificadora que se confiará a Pedro.

Jesús, como una madre, los invita a comer. "Ninguno de los

discípulos se atrevió a preguntarle: '¿Quién era?', porque

sabían muy bien que era el Señor"; aunque lo ven distinto.

En vista de que nadie se decide a alargar el brazo, "Jesús se

acercó, tomó el pan en sus manos y se lo repartió; y lo mismo

hizo con los peces". Esta frugal comida festiva, presidida por

Cristo e iluminada por la fe y el amor, es figura de la Iglesia

en torno a su Señor, y representa la Eucaristía.

95. Aparición a siete discípulos, junto al lago [II]

(Jn 21, 15-23)

+ Rehabilitación pública de Pedro (v. 15-17)

- Jesús, en su triple pregunta a Pedro, lo va acorralando

cariñosamente, recordándole veladamente su primer

encuentro, sus protestas de fidelidad y sus negaciones.

- En sus dos primeras respuestas, Pedro, seguro de lo que

afirma, apela a la ciencia sobrenatural de Cristo. Por lo

demás, Pedro no habla del mismo amor que Cristo. Éste le

Page 261: Misterios de Cristo y de María

261

pregunta, por dos veces: "¿Me amas?" (se entiende con

amor religioso o ágape). Mas Pedro le responde que siente

hacía El cariño o apego (filia). El cariño se encuentra

ciertamente en el amor; pero la caridad es participación del

mismo amor divino y supone la fidelidad en el servicio

exclusivo al Señor resucitado y la entrega total a Dios.

-. En su tercera pregunta: "¿Me quieres?", Jesús le

interroga sobre ese mismo "cariño". Este cambio repentino

desconcierta y entristece a Pedro, que, en su tercera

respuesta, duda y se remite de forma general al

conocimiento universal de Jesús: "Señor, tú lo sabes todo.

Tú debes saber que yo te amo".Apariciones. Ascensión.

Pentecostés

- A la triple confesión de adhesión afectuosa, Jesús

contesta con una triple investidura, en la que le confía el

pastoreo, por amor a Él, de todo su rebaño: el gobierno y

cuidado de todos sus fieles. Basándose en estos versículos

y en la Tradición viva de la Iglesia, el CONCILIO VATICANO

I definió la potestad plena y suprema de jurisdicción, de

Pedro y de sus sucesores, sobre la Iglesia universal (FIC

686, 689, 695), instituyendo en Pedro "para siempre el

principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de

la fe y de la comunión" (LG 18b)... Gracias, Jesús, por el

don del Primado de Pedro y de sus sucesores; y aumenta

nuestro amor, reverencia y obediencia fiel al Romano

Pontífice.

+ Anuncio del martirio de Pedro y porvenir del discípulo

amado (v. 18-23)

- Pedro participará en la misión del Buen Pastor,

compartiendo también su sacrificio. Pedro morirá con la

muerte violenta del martirio, "siguiendo" a Jesús hasta ese

Page 262: Misterios de Cristo y de María

262

extremo de amor. La gloria de Pedro consistirá, mas que en

la preeminencia de su dignidad, en "correr la misma suerte"

que Jesús. Así es como Pedro, representante del Buen

Pastor, y la Iglesia, Esposa crucificada del Crucificado,

glorificarán a Dios.

- Pedro quiere conocer la suerte futura del discípulo

amado, su compañero de apostolado. Jesús no accede a esta

curiosidad. El discípulo amado tendrá su papel propio en la

Iglesia y su manera peculiar de "seguir" a Jesús. Pero eso

pertenece al secreto del Señor. El discípulo amado vivirá,

de hecho, hasta una edad avanzada. Esta longevidad y la

declaración de Jesús llevaron a algunos a creer que no

moriría y que podría presenciar el Retorno último de Cristo.

El discípulo amado debía escapar a una muerte próxima,

mas no para relevar a Pedro. Él estará presente en aquella

Venida del Señor que comenzó después de la Resurrección

y de la caída de Jerusalén. Así cancela el Evangelio la

controversia entre joanistas y petristas.

- La vocación de cada cristiano es un misterio irrepetible.

Debo, pues, Jesús, respetar los caminos singulares que tú

nos señalas, sin adelantarme ni retrasarme a tu acción, y sin

imponer a los demás mis preferencias personales.

-. El cuarto evangelio termina con una alusión a la espera

de la Venida del Señor, que, si comenzó con su Venida

humilde a este mundo y con su Resurrección gloriosa, se

consumará al final de los tiempos con su Venida de Esposo

para llevarse a la Esposa consigo a su Casa celeste. La

Iglesia vive en la espera, confiada y amorosa, de esta Venida

(Ap 22, 17. 20).

Page 263: Misterios de Cristo y de María

263

96. Otras apariciones (Hch 1, 3-8; I Co 15, 6-9)

+ "Después de su Pasión, Jesús se les presentó con muchas

y evidentes pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles

durante cuarenta días y habiéndoles del Reino de Dios. Un

día, mientras comían juntos, les ordenó: 'No salgáis de

Jerusalén; aguardad, más bien, la promesa que os hice de

parte del Padre; porque Juan bautizó con agua, pero

vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de

pocos días... Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo,

que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén,

en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra"'

(Hch 1,3-8).

- Dios, que tiene en cuenta nuestra temporalidad, aplica a

los suyos una pedagogía de progresividad y

condescendencia, para facilitarles la asimilación de su

estado nuevo y de sus enseñanzas plenas. Por eso, las

apariciones e instrucciones del Resucitado se prolongan

simbólicamente durante cuarenta días. También yo, Jesús, he

de ejercitar esa paciencia exponiéndome sin prisas a tu

acción por medio de tu Espíritu, aceptando en fe tus

aparentes silencios, inactividades y dilaciones.

- Lucas resume estas instrucciones en el anuncio de la

venida del Espíritu Santo, que, como les había dicho Jesús,

estará siempre con ellos, les recordará y explicará todo lo

que Él les ha enseñado, dará testimonio de Él como Espíritu

de la Verdad, pondrá de manifiesto el error del Mundo, los

iluminará para que puedan entender la verdad completa (Jn

14, 15-17. 25-26; 15, 26-27; 16,4b-15).

- El mismo Espíritu Santo ensanchará la estrecha

perspectiva de los Apóstoles: el reino de Israel; y les abrirá

un nuevo horizonte para la misión: los confines de la tierra,

Page 264: Misterios de Cristo y de María

264

representados, en los Hechos, por la ciudad de Roma.

+ "Luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez,

de los que la mayor parte viven todavía, si bien algunos han

muerto. Luego se apareció a Santiago, y más tarde a todos los

apóstoles. Y, después de todos, se me apareció a mí, como si de

un hijo nacido a destiempo se tratara. Yo, que soy el menor de

los apóstoles, indigno de llamarme apóstol por haber

perseguido a la Iglesia de Dios. Pero, por la gracia de Dios,

soy lo que soy, y la gracia de Dios no ha sido estéril en

mí..." (I Co 15, 6-10a).

- De las primeras apariciones no tenemos más que esta

alusión de Pablo. Sólo de la última tenemos información,

concreta y amplia, de parte del mismo Apóstol. En sus

Cartas y en los Hechos, PABLO reitera con detalle esta

aparición, tan decisiva para su vida y la de la Iglesia (Ga 1,

12-17; I Co 9, 1; 15, 8; Hch 9, 3-30; 22, 5-21; 26, 9-23); y

con la que tiene notables coincidencias la conversión de

ÍÑIGO en Loyola (Autobiografía, 1-12). En ambos casos, el

origen de la conversión es la experiencia extraordinaria de

Cristo; aunque la de Saulo fue del todo singular, como insi-

núa el mismo Apóstol.

- Se impone una lectura contemplativa de las distintas y

complementarias versiones de la aparición a Saulo, el

perseguidor de Cristo en los cristianos. En ella destaca el

desmerecimiento e impreparación de Saulo, la iniciativa

gratuita y benevolente de Jesús, la iluminación liberadora y

transformante de Saulo, su entrega total e incondicional, la

mediación eclesial, el anuncio por Cristo de su misión y

sufrimientos, su largo retiro en el desierto de Arabia, su

profundo conocimiento del misterio de Cristo, sus primeras

y asombrosas predicaciones en Damasco, las primeras

persecuciones, su visita a los Apóstoles en Jerusalén...

Page 265: Misterios de Cristo y de María

265

97. Ascensión de Jesús (Lc 24,50-53; Hch 1,9-11)

Para algunos, la Ascensión esencial e invisible es más una

dimensión de la misma Resurrección, que un

acontecimiento diferente. Consistió en el retorno corporal

de Cristo al mundo celestial de donde había venido (Jn 3, 13;

6, 62; Ef 4, 9s; Flp 2, 6-11); y en su exaltación y sesión

gloriosa a la derecha del Padre, como Señor de la Iglesia y

del universo, Cabeza de la Iglesia y Recapitulador de todas

las cosas. Esta elevación y glorificación de Jesús fue

invisible; y sólo por revelación del mismo Jesús la

conocieron los discípulos.

La Ascensión visible es un acontecimiento de la historia de

la salud, ligado al tiempo y al espacio, que originalmente

sólo menciona Lucas (Lc 24, 50s; Hch 1, 2-3. 9-12), ya que

el relato del evangelio de Marcos es en esto dependiente del

de Lucas. Esta Ascensión visible es sólo la manifestación

sensible y teofánica de aquella otra Ascensión, esencial e

invisible, del día de Pascua; y la clausura solemne del

período de las apariciones (Lc 25, 50s; Mc 16, 19; Hch 1,

3).

Para otros, se trata de dos acontecimientos distintos y

complementarios: la Resurrección y la Ascensión. La

secuencia completa sería ésta:

1.° en el mismo momento de la Muerte, tiene lugar el

triunfo celeste del alma de Cristo, su plena glorificación

divina;

2.° en la Resurrección, al tercer día de su Muerte, esa

vida divina glorificadora irrumpe también en el cuerpo de

Cristo;

Page 266: Misterios de Cristo y de María

266

3.° en la Ascensión, a los cuarenta días de la Resurrec-

ción, Cristo entra en posesión del poder divino para co-

municar, por medio de su Espíritu, esa vida espiritual y

divina, que inunda su alma y su cuerpo.

San Lucas nos ofrece dos relatos complementarios (Lc-

Hch) de un acontecimiento con que finaliza la presencia

visible de Cristo con los suyos; y con que comienza su

presencia invisible en la Iglesia por medio de su Espíritu y

el tiempo de la Iglesia como sacramento universal de

salvación por el Resucitado y en el Espíritu.

+ Los dos relatos

* "Después los llevó fuera de la ciudad hasta un lugar

cercano a Betania, y, alzando las manos, los bendijo. Y,

mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al

cielo. Ellos, después de postrarse ante Él, se volvieron a

Jerusalén rebosantes de alegría. Y estaban continuamente

en el Templo bendiciendo a Dios " (Lc 24, 50-53).

- Durante aquellos cuarenta días y, de un modo especial,

antes de subir a los cielos, Jesús habla con María de su

Iglesia, de su misión en ella y de su destino final. Si te

ayudan, puedes hacer tuya esta verosímil despedida de

Jesús, y completarla con la respuesta de María:

* "Madre, no me voy. Siempre permaneceré contigo y con

ellos. Cuídamelos. Son mis hermanos y tus hijos. ¡Cuánto

los hemos amado y cuánto nos han costado! Ilumínalos,

anímalos, confórtalos con esos 'recuerdos' que guardas en

tu Corazón. Que se quieran y vivan unidos con nosotros y

entre ellos. Que sean fieles. Que no descuiden la labor que

les he confiado. Que vivan vigilantes, descubriéndome en

todos los acontecimientos y esperando siempre mi Vuelta.

Page 267: Misterios de Cristo y de María

267

Y, cuando termines, en la tierra, tu quehacer de Madre con

esta Iglesia niña, volveré para llevarte conmigo; y subirás,

como yo retorno ahora, a nuestro Hogar celeste, para que sigas

conmigo esa misma tarea con mis hermanos. Madre, te amo; y

gracias por todo".

- El gozo, el gran signo mesiánico y escatológico que llena

en Lucas todo el Evangelio de la Infancia, alcanza a los

Apóstoles que, lejos de sentirse tristes por la "des-aparición

" visible de Jesús, se sienten rebosantes de alegría y se

reúnen, por algún tiempo, en el Templo para bendecir a

Dios y orar a la espera del envío del Espíritu, que impulsará

la misión de la Iglesia. Lo que empieza en el Templo (Lc 1,

8-10) termina en él. Con su Ascensión, los discípulos no

sienten a Jesús ausente o distante, sino más presente y

cercano que nunca. Porque Jesús no se ha ido, sino que

permanece con los suyos en el Espíritu Santo.

* "Después de decir esto, lo vieron elevarse, hasta que una nube

lo ocultó de su vista. Mientras estaban mirando atentamente al

cielo viendo cómo se marchaba, se acercaron dos hombres con

vestidos blancos [dos ángeles] y les dijeron: 'Galileos, ¿por

qué seguís mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir de

vuestro lado al cielo, vendrá como lo habéis visto marcharse'"

(Hch 1, 9-11).

- Es el comienzo del tiempo de la Iglesia, que tiene su

espacio entre la partida de Jesús y su regreso al final de los

tiempos. Mientras tanto, los discípulos no pueden quedarse

inactivos contemplando la victoria de Jesús, sino que han

de ser testigos de su Resurrección en medio del mundo (Hch

1, 8). La espera de su Vuelta, la esperanza en los nuevos

cielos y en la tierra nueva (Is 65, 17; 2 P 3, 13), lejos de

adormecerlos y alienarlos, los ha de estimular a cumplir la

misión recibida, con fidelidad entusiasta: con las manos en

Page 268: Misterios de Cristo y de María

268

la masa, los pies en la tierra y el corazón en el cielo.

+ Espiritualidad de la Ascensión

- Ya desde ahora, resucitados y hasta sentados con Cristo

en los cielos (Ef 2, 6; 2Tm 2,1 1-12), los cristianos debemos

buscar "las cosas de arriba"; pues nuestra verdadera "vida

está escondida con Cristo en Dios" (Col 3, Iss; cf. Flp 3,

20s; 2Co 5, I ss), lejos de todo estancamiento terrestre y de

todo vano espiritualismo (GS 38a).

- El contacto sacramental con el Señor glorificado, sobre

todo en la Eucaristía, es una prenda de esta esperanza y una

ayuda para este camino y transformación (GS 38b), que nos

capacita para ser testigos fidedignos de su triunfo y de su

reino universal (GS 45).

98. Pentecostés (Hch 1, 12-14; 2, 1-6. 14. 33. 38)

El Pentecostés judío:

1) era inicialmente la fiesta de la cosecha, con su ofrenda

de primicias (Ex 23, 16), en reconocimiento a Dios por la tierra

prometida y concedida (Dt 26, 1-11); y fijada en el tercer mes,

en recuerdo de la llegada del pueblo al Sinaí en ese mes (Ex

19, 1-4), en el día cincuenta después de Pascua (Dt 16,9-12;

Lv 23,15-22);

2) los autores judíos y los monjes de Qumrán se apoyaron

en esta coincidencia para hacer de Pentecostés la fiesta de la

Ley y de la asamblea del Sinaí, institucionalizando así el

acontecimiento pascual;

Page 269: Misterios de Cristo y de María

269

3) en el lenguaje de Palestina se la llamaba "fiesta de

las semanas" (Tb 2, 1) o "fiesta de la clausura" del tiempo

pascual, y era una de las tres grandes fiestas, en las que

estaba prescrita la visita al Templo (Ex 23,16s; Hch 20, 16).

El Pentecostés cristiano es:

1) la efusión escatoló-gica del Espíritu, prometida en el

Antiguo Testamento y por Cristo (Ez 36, 27; Jl 2, 28-32;

Mc 1, 8; Jn 7, 37-39; 14,16-17; 16, 7-15; Lc 24,49; Hch 1,4-

5. 8);

2) el coronamiento de la Pascua de Cristo, que acaba su

obra redentora derramando el Espíritu sobre la comunidad

apostólica;

3) la inauguración de la Nueva , Alianza y la

promulgación de la Nueva Ley, grabada en los corazones

por el Espíritu Santo (Ez 11, 19; 36, 26);

4) la reunión de la comunidad mesiánica, formada

inicialmente por judíos y prosélitos, dócil a las enseñanzas

de los Apóstoles, unida en el amor fraterno por la

Eucaristía;

5) la apertura de la comunidad eclesial a todos los

pueblos de la tierra (Hch 1, 8; 2, 5-11; 10, 44ss), en una

clara antítesis de la división operada en Babel (Gn 11, 1-9).

+ A la espera del Espíritu (Hch 1, 12-14)

* "Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte

llamado de los Olivos... Cuando llegaron, subieron al piso

superior donde se alojaban. Eran Pedro y Juan, Santiago y

Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el

hijo de Alfeo, Simón el Zelota y Judas el hijo de Santiago.

Todos perseveraban unánimes en la oración con algunas

Page 270: Misterios de Cristo y de María

270

mujeres, con María la Madre de Jesús y con los hermanos

[parientes] de éste".

- Los allí reunidos son: los Once, algunas mujeres, María

la Madre de Jesús y algunos parientes de éste. Todos, en

torno a los Apóstoles y con María, en comunión con Cristo

y con los hermanos, unánimes (una misma alma) y

perseverantes en una misma oración (cf. Hch 2, 42-47), a la

espera del Espíritu prometido por Jesús. Aquí está ya,

germinalmente, la comunidad eclesial. Sólo falta que

descienda el Espíritu sobre ella, para que la sane, la vivifique

y la lance en misión... Así debo prepararme, Jesús, para

recibir el Espíritu Santo: en comunión amorosa y orante con

María, con la Iglesia y con todos los hermanos.

+ La venida del Espíritu (Hch 2, 1-6. 14. 33. 38)

* "Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en

el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido,

semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde

se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de

fuego, que se repartían y posaban sobre cada uno de ellos.

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a

hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo los

movía a expresarse. Se hallaban por entonces en Jerusalén

judíos piadosos venidos de todas las naciones de la tierra.

Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron estupefactos,

porque cada uno los oía hablar en su propia lengua...

Entonces Pedro, en pie con los Once, levantó la voz y

declaró solemnemente: '...A este Jesús Dios lo ha

resucitado, y de ello somos testigos todos nosotros. El

poder de Dios lo ha exaltado; y El, habiendo recibido del

Padre el Espíritu Santo prometido, lo ha derramado, como

estáis viendo y oyendo... Arrepentíos y bautizaos cada uno

de vosotros en el nombre de Jesucristo, para que queden

Page 271: Misterios de Cristo y de María

271

perdonados vuestros pecados. Entonces recibiréis el don

del Espíritu Santo'...".

- "Todos juntos en un mismo lugar". Y en medio de ellos,

como lo había prometido, Jesús (Mt 18,20). Ese ruido y ese

fuego, que evoca la teofanía del Sinaí, significa la presencia

de Dios. "Las lenguas como de fuego se repartían y posaban

sobre cada uno de ellos... Todos quedaron llenos del

Espíritu Santo...". Son dones personales sanantes,

cristificantes, unificantes, al servicio de la comunidad

eclesial. El Espíritu los hace hablar en lenguas extrañas,

nuevas, que entienden como propias cada uno de los

oyentes. Pedro comienza a ejercer el primado que Jesús le

otorgó, anunciando, en nombre de todos, a Jesús muerto y

resucitado; invitando a cada uno a la conversión y al

Bautismo; y prometiendo el don del Espíritu de Jesús.

- Pentecostés inaugura el tiempo de la Iglesia, que, en su

peregrinación al encuentro del Señor, recibe

constantemente de Él el Espíritu que la reúne en la fe y en la

caridad, la santifica y la envía en misión. Los Hechos, "el

Evangelio del Espíritu Santo", manifiestan la actualidad

permanente de este Don por excelencia, que se nos infunde

en el Bautismo y en la Confirmación, y que nos guía en todo

momento (Rm 8,14), alienta nuestra esperanza (Rm 5, 5; 8,

22-27), nos comunica todos los carismas (I Co 12, 3-13),

nos envía en misión y nos acompaña y sostiene en ella.

Ven, Espíritu divino, \ manda tu luz desde el cielo. \ Padre

amoroso del pobre; \ don, en tus dones espléndido; | luz que

penetra las almas, \ fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce Huésped del alma, \ descanso de nuestro

esfuerzo, \ tregua en el duro trabajo, \ brisa en las horas de

fuego, \ gozo que enjuga las lágrimas \ y reconforta en los

duelos.

Page 272: Misterios de Cristo y de María

272

Entra hasta el fondo del alma, | divina luz, y enriquécenos.

| Mira el vacío del hombre \ si tú le faltas por dentro; | mira

el poder del pecado \ cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, | sana el corazón enfermo, | lava

las manchas, infunde \ calor de vida en el hielo, | doma el

espíritu indómito, \ guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones \ según la fe de tus siervos. \ Por

tu bondad y tu gracia \ dale al esfuerzo su mérito; | salva al

que busca salvarse \ y danos tu gozo eterno. Amén.

Page 273: Misterios de Cristo y de María

273

VI. MUERTE, ASUNCIÓN Y CORONACIÓN DE

MARÍA REINA

Aunque PÍO XII no definiera dogmáticamente que María

murió previamente a su Asunción, la muerte de María está

claramente atestiguada por la Tradición de muchos siglos.

Por su Asunción, María, en su plenitud existencial de

espíritu encarnado, se encuentra anticipadamente en la

situación propia de los justos gloriosamente resucitados,

"hecha semejante a su Hijo, que resucitó de los muertos"

(PABLO VI, Prof. de fe, n.15). Todos los privilegios de María

reclaman como remate el de su Asunción "en cuerpo y alma

a la gloria celeste" (l.c). En su Bula definitoria, Pío XII

presentó un argumento mixto de Escritura y Tradición, en el

que expone las relaciones entre los diversos privilegios

marianos.

Como Madre de Cristo Rey y Madre de la Iglesia "en el

orden de la gracia", María, en dependencia esencial de

Cristo y en unión con El, intercede eficazmente en favor de

todos sus hijos. Ésta es su cooperación celeste de "Madre-

Reina" para el reinado de Dios por su Hijo.

99. Muerte y Asunción de María

+ Muerte de María

-Por lo que explicaré después, a María no podía afectarle

ni la muerte-castigo del pecado, ni la muerte-penalidad,

subsiguiente a la redención del pecado por parte de Cristo.

Para María, la muerte no pudo ser efecto, sino remedio del

Page 274: Misterios de Cristo y de María

274

pecado; no pudo ser caída, sino principio de elevación.

Como la de Cristo, bajo El y con Él, su muerte fue

participación en la del Redentor y último paso terrestre hacia

su plena glorificación celeste.

- Ni la gloria de Dios Padre, que había elegido y

preparado a María, su "hija predilecta" (LG 53), para que

fuese la Madre, santa y libre, de su Hijo Jesús; ni la honra

de Dios Hijo, "nacido de mujer... para hacer que

recibiéramos la condición de hijos de Dios " (Ga 4, 4); ni el

honor del Espíritu Santo, que de forma tan maravillosa había

santificado a este su "sagrario" vivo (LG 53), podían

permitir que el cuerpo de "la siempre y toda agraciada", de

la Madre santa y virginal del Hijo de Dios, de la asociada a

la misma obra de la redención, se convirtiera en pasto de

gusanos y en polvo (ni siquiera "enamorado", como cantara

QUEVEDO), O permaneciera incorrupto en el sepulcro hasta

el final de los tiempos (cf. Pío XII, Munificentissimus Deus,

1-11-1950; Prefacio de la Asunción).

- No tenemos ningún testimonio inmediato de la muerte

de María. Pero podemos deducir que fue una muerte

singularmente santa y hermosa. Muerte de amor, en ansias

de ver siempre y cara a cara al Hijo, que la acompaña y

sostiene en su tránsito -con san José-, y en cuyas manos

pone ella su espíritu y su cuerpo. La vida eterna -con la que

fue plenificada desde el primer instante de su ser y que se

acrecentó siempre a lo largo de su vida- al morir se

despliega en una glorificación inmediata de su alma...

¡Como quisiera, Jesús, escuchar las palabras de despedida

de María a los que la rodeaban; y, sobre todo, sus palabras

a ti, su Hijo, que la asistes en aquel trance!

+ Asunción de María

- A los pocos días de su muerte, -quizás también al tercer

Page 275: Misterios de Cristo y de María

275

día-, Jesús resucita a su Madre, espiritualizando su cuerpo,

glorificándolo con una gloria que es participación singular

de la suya. El traslado del Arca de la Alianza a Jerusalén,

rodeado de gloria y gozo, evoca en la Liturgia la Asunción

de María a la Jerusalén celeste, donde la contempla,

gloriosa, el vidente de Patmos: "Se abrió entonces en el

cielo el Templo de Dios y dentro apareció el Arca de su

Alianza..." (Ap 11, 19).

- La Asunción es: exaltación de la humildad (Lc. 1,38. 48.

52), glorificación del cuerpo humano (Rm 12,1; Flp 3,21; I

Co 15, 44. 49), comienzo de la liberación del cosmos en su

más representativa y pura criatura (Rm 8, 19-22; 2P 3, 13;

Ap 21, 1; LG 48c; GS 39a), signo de que el fin último de la

historia y del mundo están más allá de la historia y del

mundo.

- Levanta tus ojos para contemplar a María, el Arca de la

Nueva Alianza (Lc 1, 35. A2-A3), resplandeciente de belleza

incorruptible, revestida del oro de sus perfecciones

admirables, rodeada de los bienaventurados, reflejando la

luz que irradia su Hijo glorioso. Y no olvides que el que vive

en Cristo, vive ya resucitado en Él y sentado junto a Él en

los cielos (Ef 2,4-6; Col 2, 12; 3, 1-4); que, para el amigo de

Jesús, la muerte temporal no es sino tránsito a la vida eterna

plena: primero, del alma y, al final de los tiempos, también

del cuerpo (Jn 11, 25; Rm 6, 3-11; 8, 11. 17-18).

+ "Nada manchado entrará en la Jerusalén del cielo" (Ap21,27)

- Al contemplar a Cristo y a María, siempre llenos de

gracia y gloriosamente resucitados, no podemos obviar un

tema del que hoy apenas se habla y que es de transcendencia

suma para cada cristiano y para la Iglesia: la purificación

del pecado y de sus secuelas o herrumbre, en esta vida o en

Page 276: Misterios de Cristo y de María

276

la otra.

- Existe una absoluta incompatibilidad entre la Santidad de

Dios y la mancha moral del hombre. Esta incompatibilidad

impide la plena comunión con Dios, del hombre moralmente

manchado. La Iglesia enseña que, recibida la gracia de la

justificación, puede perdurar lo que se llama reato de pena

temporal, del que hay que liberarse por actos de penitencia

(interior y exterior) en esta vida, o del que hay que

purificarse en una situación posterior a la muerte. La

primera se llama satisfacción, y es meritoria (aumento de

gracia y de cielo); la segunda recibe el nombre de

satispasión, y sólo es purificatoria.

- La herrumbre del pecado es todo residuo de pecado o de

desorden moral. No sólo el consciente, sino también el

inconsciente, que, agazapado en lo más lo profundo del ser,

existe incluso en almas muy allegadas a Dios, y que el

Espíritu Santo en persona ha de purificar con sus

purificaciones pasivas del sentido y del espíritu.

* "Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero

imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna

salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de

obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo"

(CIgC 1030).

- El tormento esencial del Purgatorio, o "pena de daño", es

la privación temporal o retraso de la visión inmediata de

Dios. Mientras que la "pena de sentido" es la dislocación

dolorosa entre el alma herrumbrosa y la creación, espejo e

instrumento de la gloria de Dios, cuya clara ordenación a

Dios el pecador en parte torció, y cuya diáfana tersura

empañó; desviación y suciedad, que la Santidad y Justicia

de Dios tiene que rectificar y limpiar.

- Por lo general, estas dos penas -y, sobre todo, la privación

Page 277: Misterios de Cristo y de María

277

temporal de la visión del Amor Infinito- son más terribles

que cualquier sufrimiento de esta vida, incluidas las

purgaciones místicas.

- Lo más nuclear del Purgatorio es el amor definitivo,

aunque en purificación, y como tal reconocido por el alma.

Por el contrario, lo más central del Infierno es el odio total y

definitivo: el rechazo absoluto de Dios y de su misericordia,

la ruptura con todos los hombres y con toda la creación, el

hundimiento en la soledad y negación integral. Estas

situaciones antagónicas no admiten planteamientos

teológicos análogos. Así pues, el afirmar que el Purgatorio

es un Infierno temporal, es no sólo una gravísima

incorrección teológica, sino un agravamiento innecesario de

las dificultades ya existentes en el diálogo con los cristianos

orientales.

* "La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final

[postmortal] de los elegidos, que es completamente distinta del

castigo de los condenados..." (CIgC 1031).

- El Purgatorio no es el castigo postmortal de un Dios

justiciero, sino la purificación postmortal del amor humano

por el fuego del Amor divino. Esta purificación espiritual es

voluntariamente deseada y amada por el alma. JUAN PABLO

II hace suya la explicación de SAN JUAN DE LA CRUZ -que, a

su vez, se inspira en el Tratado sobre el Purgatorio, de SANTA

CATALINA DE GENOVA- sobre la analogía entre las

purificaciones pasivas (del sentido y del espíritu) de los

místicos en esta vida, y las del Purgatorio. La pena del

Purgatorio consiste en el contraste desgarrador entre la

certeza gozosa de su plena y próxima posesión de Dios y la

conciencia de su dilación, culpable y dolorosa, a causa de la

purificación necesaria. Así pues, en las almas del Purgatorio

se da una mezcla, misteriosa y admirable, de dolor y de

Page 278: Misterios de Cristo y de María

278

gozo, de amor definitivo y de amor en purificación creciente,

de negación de sí y de afirmación de sólo Dios, de certeza

pacífica de su eterna salvación y de ansia abrasadora de

visión de Dios. El Purgatorio, más que un castigo, es "una

maravillosa invención del Amor divino" (ARINTERO).

- Que la contemplación de Jesús, de María y de los

bienaventurados nos estimulen en esta vida a amar más y

mejor a Dios, a nosotros mismos y a todos los hombres; a

buscar en todo el mayor agrado de Dios; a purificarnos a

fondo de todo pecado y egoísmo bajo la acción del Espíritu

Santo, que nos quiere cristificar plenamente, hasta que

podamos decir con san Pablo: "No vivo yo, sino que es

Cristo quien vive en mí. Y la vida terrena de ahora, la vivo

en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí"

(Ga 2, 20).

100. Coronación de María Reina

-. María es Reina, bajo Cristo Rey y unida a Él. Y loes

tanto en un sentido amplio, como en un sentido más propio.

En un sentido amplio, es Reina del universo, porque

sobresale sobre todas las demás puras criaturas en toda

clase de perfecciones, naturales y sobrenaturales (Pío XII,

Ad coeli Reginam, 11-10-1954; LG 59). Y, en un sentido

más propio, es Reina de la Iglesia, porque es la Madre de

Cristo Rey, "la Madre de mi Señor" (Lc 1,43), asociada a su

Hijo en su tarea de implantar en todos los corazones el

Reino de Dios (Mt 4, 17), cuyo comienzo en la tierra es el

Reino de Cristo (Jn 18, 36-37).

- Contenido bíblico de este último título mariano: En la

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279

corte de David aparece, por primera vez, el título de "Reina-

Madre" {Gebirá = la Gran Dama), con categoría

institucional, a diferencia del título de "Reina-Esposa", que

no goza de este rango oficial (IR 1,16-17.31; 2,19-20).

María, la Madre de Jesucristo Rey, es la Gebirá mesiánica,

cuya misión, a la derecha de su Hijo, no es gobernar, sino

interceder eficazmente, "en Jesús", por la Iglesia. Casi diez

años después que PABLO VI declarara a María "Madre de la

Iglesia" (21-11-1964), en el número 6 de su exhortación

apostólica Marialis cultus (2-2-1974), nos presenta a María,

que, "sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como

Reina e intercede como Madre".

- María, Reina y Madre de misericordia, con tu intercesión

maternal, ayúdame a conquistar, para Jesucristo Rey, mi

propio reino interior y el de todos los hombres: a

consagrarle mi mundo y el mundo entero. María, profetisa

inspirada de la bondad compasiva de Dios, tú eres reflejo -

pálido, pero el más hermoso y atractivo- de la ternura

infinita de Jesús, encarnación personal de la del Padre

celeste.

- Al instituir Pío XII la fiesta de María Reina, dispuso que,

en "dicho día, se renueve la consagración del género

humano al Corazón Inmaculado de la bienaventurada

Virgen María". Esta consagración puede revestir el carácter

de esclavitud filial, como la han vivido tantas generaciones

cristianas, sobre todo en España. Si servir a Dios es reinar,

servir filialmente a María, que nos invita y ayuda a obedecer

a su Hijo, es reinar con Cristo y como ella. En esta vida,

marchando en pos de Cristo, que reinó desde la cruz; en la

otra, gozando del triunfo de Cristo, que está sentado a la

derecha del Padre, acompañado de María, la Reina-Madre

de la Iglesia y Reina del universo.

Page 280: Misterios de Cristo y de María

280

Todo tuyo soy, María,

y mis cosas tuyas son:

tú mi Madre, tú mi Reina,

Ideal de perfección.

Todo tuyo soy, María:

por amor a ti me doy,

para ser esclavo tuyo

y, por ti, serlo de Dios.

Page 281: Misterios de Cristo y de María

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Page 283: Misterios de Cristo y de María

283

INTRODUCCIÓN 3

I. INFANCIA Y VIDA OCULTA 9

1. El anuncio a María

2. La Encarnación del Verbo

3. El anuncio a José

4. Encuentro de María con Isabel

5. Nacimiento de Jesús

6. Anuncio a los pastores

7. Circuncisión e imposición del nombre de

Jesús

8. Purificación de María y Presentación del Niño

en el Templo

9. Adoración de los Magos

10. Huida a Egipto, muerte de inocentes y

regreso de Egipto a Nazaret

11. Vida oculta en Nazaret

12. Jesús encontrado en el Templo

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II. MINISTERIO PÚBLICO DE JESÚS 43

13. Bautismo de Jesús

14. Tentaciones en el desierto

15. Primeras vocaciones junto al Jordán

16. La boda en Cana

17. Vocación definitiva de los primeros

discípulos

18. Jesús y Nicodemo

19. Jesús y la samaritana

20. Curaciones: del hijo del funcionario real,

en Cana; y del paralítico, en Jerusalén

21. El paralítico perdonado y curado

22. Vocación de Leví o Mateo

23. Elección de los Doce

24. Bienaventuranzas y malaventuranzas

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25. Sal de la tierra y luz del mundo Jesús y la

Ley antigua

26. Piedad sencilla y sincera

27. El Padrenuestro

28. Una decisión necesaria

29. Buscar lo esencial: confianza en la

Providencia

30. Amor discreto al prójimo

31. Confianza y perseverancia en la oración.

Regla de oro

32. Dos clases de caminos, profetas,

discípulos y casas

33. Curaciones: leproso, criado del

centurión, suegra de Pedro y otros

34. Curación: mujer. Resurrección de la hija

de Jairo: Hijo viuda en

35. Jesús comienza su ministerio en Nazaret

36. Simeón el fariseo y la mujer perdonada

37. Sermón de las parábolas [I]

38. Sermón de las parábolas [II]

39. Señor de los vientos y de las olas

40. Envío de los discípulos. El Reino

anunciado

41. El Reino revelado a los pequeños. Venid

a Mí"

42. La familia de Jesús

43. Jesús, el Pan de Vida

44. La mujer cananea o pagana

45. Confesión mesiánica y primado de

Pedro, en Cesárea de Filipo

46. Tres anuncios de la Pasión

47. Transfiguración de Jesús

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48. Instrucciones sobre la vida de la

comunidad cristiana

49. La oveja extraviada y la moneda perdida

50. La tercera parábola de la Misericordia: el

hijo pródigo

51. El buen samaritano

52. Marta y María

53. La mujer adúltera

54. Curación del ciego de nacimiento

55. Jesús, la Puerta del redil

56. Jesús, el Buen Pastor

57. Matrimonio y divorcio. Virginidad

cristiana

58. El hombre importante y el

desprendimiento de las riquezas

59. El leproso agradecido

60. El fariseo y el publicano

61. Jesús y Zaqueo

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III. PRELUDIOS DE LA PASIÓN 173

62. Resurrección de Lázaro

63. La unción en Betania

64. Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

65. Primera Pascua y purificación del

Templo

66. Cristo anuncia su glorificación por su

muerte

67. El primer mandamiento

68. La venida del Hijo del hombre: llamada a

la vigilancia

69. El Juicio definitivo

70. Visión panorámica del ministerio

público de Jesús [I]

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71. Visión panorámica del ministerio

público de Jesús [II]

197

IV. ÚLTIMA CENA. PASIÓN Y MUERTE

DE JESÚS

199

72. Traición y muerte de Judas

73. Jesús lava los pies a sus discípulos

74. La Cena pascual y la institución de la

Eucaristía

75. Discurso de despedida

76. Instrucciones: la Vid y los sarmientos

77. Instrucciones: persecuciones, tristeza y

gozo

78. Oración-síntesis de Jesús al Padre

79. Oración agónica en Getsemaní

80. Arresto de Jesús. Proceso ante Anas y

Caifas. Negaciones de Pedro

81. Primera parte proceso ante Pilato y ante

Herodes

82. Segunda parte del proceso ante Pilato

83. Silencio de Jesús en la Pasión

84. Crucifixión y muerte de Jesús

85. Traspasamiento del costado de Cristo

86. Contemplación de Cristo crucificado

87. Sepultura de Jesús y custodia del

sepulcro. Soledad de María

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V. APARICIONES. ASCENSIÓN.

PENTECOSTÉS

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88. Aparición a su Madre

89. Aparición a María Magdalena y a otras

mujeres

90. Aparición a solo Pedro

91. Aparición a dos discípulos, camino de

Emaús

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92. Aparición a los discípulos, estando

ausente Tomás

93. Aparición a los discípulos, estando

presente Tomás

94. Aparición a siete discípulos, junto al lago

[I]

95. Aparición a siete discípulos, junto al lago

[II]

96. Otras apariciones

97. Ascensión de Jesús

98. Pentecostés

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VI. MUERTE, ASCENSIÓN Y

CORONACIÓN DE MARÍA REINA

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99. Muerte y Asunción de María

100. Coronación de María Reina

273

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