mip- celos
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Un aporte a un marco teórico sobre los celosTRANSCRIPT
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CELOSHay dos explicaciones del diccionario Ingles de Oxford (Citado en Valencia, 1991)
sobre los celos
1) Celos: es amor o afecto, especialmente en amor sexual: temeroso de ser
desplazado del amor o la buena voluntad de alguien; desconfiado de la
fidelidad de la esposa, el esposo o el amante.
2) Celos: son el estado mental derivado de la sospecha, aprensión o
conocimiento de rivalidad en el amor. Temor de ser suplantado en el afecto, o
desconfianza de fidelidad de la persona amada, especialmente hacia una
esposa, esposo o un amante
Si nos acercamos a definiciones más psicológicas, Castilla del Pino señala: “Los celos
aparecen cuando, a la desconfianza sobre la posesión o propiedad del objeto, se
añade la hipótesis –la sospecha- de que el objeto puede pasar a ser propiedad de
otro; de que el objeto, por tanto, podría serle sustraído por alguien que lo ha
enamorado. Los celos no aparecen por el hecho de que el objeto haya dejado de amar
al que hasta entonces amaba, sino porque, además, pueda amar a un tercero” (1993).
Mientras que Echeburúa y Fernández-Montalvo definen así: “Los celos constituyen un
sentimiento de malestar causado por la certeza, la sospecha o el temor de que la
persona querida, a quién se desea en exclusiva, prefiera y vuelque su afecto en una
tercera persona” (2001). En definitiva, y para no extenderme, resumiría todo lo dicho
hasta ahora sobre los celos en la siguiente expresión: “sentimiento que se expresa
como temor (inquietud, sospecha, desconfianza, ...) ante la pérdida del amado/a frente
a un tercero imaginario o real”.
Mirando el fenómeno desde la Psicología Evolutiva, podría decirse que los celos
tienen una función particular y universal en la historia de la especie humana dado que
permiten la construcción de relaciones monogámicas y fieles. Así, los celos son
emociones que funcionan como un mecanismo de defensa por medio del cual las
personas garantizan la permanencia de su pareja y protegen la relación de actuales o
potenciales intromisiones.
Para Neu (1980) los celos parten de la noción de posesión, inseguridad y temor a la
pérdida, por lo que siempre existe un rival, real o imaginario. En concordancia, es
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necesario indicar que el papel de los celos en la vida humana es mantener la
exclusividad de las relaciones emocionales y para ello se requiere de cierto grado de
celos para evitar actitudes de total indiferencia entre las personas (Ben-Zeev, 2000).
Freud estaba convencido de que los celos tienen sus raíces en experiencias infantiles
que todos vivimos.
Aunque se podrían llamar normales, estos celos de ninguna manera son
completamente racionales, es decir, derivados de la situación real, proporcionándoles
a las circunstancias reales y bajo el completo control del ego consciente; como están
arraigados muy hondo, en el inconsciente, es una continuación de los mas tempranos
comienzos de la vida afectiva del niño, y se originan en el “Complejo de Edipo” (Freud,
1922).
Freud (1922) Dice que en los celos hay 3 etapas
1) Competitiva o normal
2) Proyectada
3) Celos engañosos
Los celos normales son a los que Freud (1922) llamo la Primera capa o etapa de los
celos. Cuando Freud dice "normales" no se refiere a que sean aceptables o positivos,
sino que son los celos que se presentan más frecuentemente.
La segunda etapa Dice Freud que estos celos proyectados "provienen así en el
hombre como en la mujer de la propia infidelidad practicada de hecho o de impulsos a
la infidelidad que han sido controlados (reprimidos)."
La tercera etapa de los celos de acuerdo con Freud (1922) el tipo engañoso también
tiene su origen en impulsos reprimidos hacia la infidelidad. El objeto, sin embargo. Es
estos casos es del mismo sexo que el sujeto.
En casos extremos de celos, el paciente no sólo se enfrenta a las hipotéticas
situaciones en que el amor de su ser querido esté en riesgo de desaparecer o
derivarse hacia otra persona, sino que incluso es presa de etapas en las que puede
visualizar a su pareja en el acto mismo de la infidelidad. A veces, el delirio es de tal
magnitud, que el paciente celoso lo experimenta creyendo estar viviendo en carne
propia la infidelidad de su ser querido, como si pudiera meter su mente en el cuerpo de
su pareja, lo que le permite "comprobar" el acto desleal.
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Desde un enfoque clínico (Enrique Echeburúa y Javier Fernández-Montalvo) podemos
decir que nos encontramos con celos “Normales” y “patológicos”
Los celos normales son justificados porque nos invade un malestar al sentir que
nuestra pareja expresa una atracción exagerada por otra persona que no somos
nosotros. Los celos son un temor real de perder a la pareja, son nuestra respuesta al
percibir un peligro en nuestra relación. Nuestra vida en pareja nos brinda innumerables
satisfacciones y es natural sentir que nos domina la rabia ante la idea de perder esa
valiosa relación.
Los celos son patológicos cuando por el contrario, la amenaza es sólo imaginaria y se
inventa a ese tercer factor. El problema se da cuando la furia y la intensidad de los
celos sobrepasan lo normal, porque esos ataques de rabia y dolor desgastan la
relación, la transforman en un infierno y crean una sombra en el amor. Por causa de
los celos se puede llegar a la violencia familiar y a crímenes pasionales. El problema
está en que la persona celosa patológica siente la total pertenencia de su pareja y la
ve como una posesión, cree que su cuerpo y sus sentimientos le pertenecen.
De acuerdo con Francisco Santolaya Ochando, presidente del Colegio Oficial de
Psicología de Valencia, quien tiene celos patológicos piensa que la otra persona la
está engañando constantemente, y ese pensamiento se vuelve el centro de su vida.
Al respecto Klein (1953) dice que los celos comienzan en la cuna, antes de que el
padre sea considerado rival sexual (por los varones) u objeto de deseo sexual (por las
niñas). La semilla de los celos precede al conflicto edipico
El padre es visto tanto por niños, como por niñas, rival capaz de llevarse el pecho
amado y quedarse con el. Para Klein, antes de que la sexualidad surja como
ingrediente en los celos, el infante siente resentimientos hacia el padre porque esta
absorbiendo la atención de la persona que retiene todo el poderío en el mundo del
infante
En una relación amorosa, la ilusión de ser único y extraordinario en el mundo se
esfuma cuando entra en escena “un tercero”. Los celos en la pareja no siempre son
consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o desea a la
otra persona.
James Parr, filósofo existencialista expone en su libro “Nuevas maneras de amar:
cómo la autenticidad transforma las relaciones” que en una relación amorosa surgen
los celos debido a tres factores:
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• Comparación
• Competencia.
• Temor a ser reemplazado.
El filósofo recomienda la autonomía y la creatividad para contrarrestar los celos, ya
que la relación entre estos tres factores se torna menos significativa. Cuando uno se
ama a sí mismo la comparación con los demás disminuye y cuando la competencia no
existe, se es menos vulnerable a sentir celos.
Un estudio realizado en conjunto por las universidades de Groningen, de Holanda, la
de Valencia, de España, y la de Palermo, de Argentina, demuestra que no todas las
personas se ponen celosas frente a los mismos rivales. Que si bien los celos
pueden considerarse un sentimiento universal, las cosas que los provocan varían de
acuerdo a las particularidades de cada cultura y cada persona.
Diversos autores (Bohm 1967; Reik,1957; Corzine, 1974) coinciden en señalar que los
hombres niegan sentir mas celos que las mujeres. Los hombres los expresan por
medio del enojo y la violencia ante la actividad sexual externa a la pareja, mientras que
las mujeres sienten celos por la posible involucracion emocional de la pareja con un
tercero. Los hombres tienden a pensar que la culpa de la situación es externa a ellos,
las mujeres se culpan así mismas. La reacción del hombre es competir contra el
intruso, la mujer reacciona mostrándose más posesiva de su pareja.
Estudios han puesto en evidencia que aunque la naturaleza de los celos es la misma
para ambos sexos, es posible distinguir ciertos elementos. Los hombres suelen verse
mas afectados ante la idea de que su pareja tenga relaciones sexuales con otro
("infidelidad sexual"), mientras que las mujeres sufren mas cuando se trata de
cuestiones que tocan lo que podría denominarse "infidelidad emocional". Lo anterior
hace referencia a una situacion en la cual la persona dedica tiempo, atencion y
recursos a otra que no es su pareja sin que necesariamente exista una relacion sexual
de por medio.
Una investigación de la Pennsylvania State University, indica que la mayoría de los
hombres se vuelven mucho más celosos con la idea de una infidelidad sexual que una
emocional, a lo que las mujeres reaccionan inversamente.
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Kenneth Levy y Kristen Kelly, psicólogos autores del estudio, encontraron que
mientras un 53.5% de los hombres se sentía más angustiado ante una traición
sexual que por una sentimental, 75.7% de las mujeres se mostró más preocupada por
la segunda situación.
Otro estudio de David M. Buss, psicólogo evolucionista de la Universidad de Texas,
también señala que para los ellos, lo peor es que su pareja se tenga relaciones
sexuales con otros, mientras que a ellas les aterra la idea de que su compañero
se enamore de alguien más.
Buss explica esta diferencia con la hipótesis de que los celos son una estrategia que
previene la pérdida de "relaciones importantes". Y los riesgos son distintos para
cada sexo.