ministerio

Queremos ser agradecidos con Dios por su bondad hacia nosotros, demostrada de tantas maneras. Y también contigo por apoyarnos económicamente para que podamos cubrir las necesidades fa-miliares y así realizar la misión que Dios nos ha encomendado. Sabemos que Dios nos sostiene a través de la generosidad de tus manos. Recibir tu donativo nos hace servir a los propósitos del Reino de Dios con un sentido de responsabilidad. Valoramos mucho tu confianza.

No queremos contar nuestra vida por años transcurridos, sino por momentos vividos, pero es que en estos 10 años hemos experimentado tantos momentos transformadores, que podemos afirmar que somos personas diferentes. No po-demos entender quiénes somos ahora sin la intervención de Dios moldeando nuestro carácter a través del otro. Por eso, queremos celebrar nuestros prime-ros 10 años casados, porque nos han transformado. ¡Y estamos felices!

Nuestra hija ha cumplido un año de vida y esta preciosa. Ya camina, intenta decir sus primeras palabras, tiene ocho dien-tes blancos como la leche y se ríe muchí-simo… Y también es un poco llorona y le cuesta concentrarse para comer. Pero si el amor que sentimos por nuestra hija Alaia es un pálido reflejo imperfecto del amor del Padre por nosotros, entonces Dios nos ama con una intensidad abru-madora. Ser tan amado es liberador, rompe todas las cadenas del miedo y nos hace vivir con valentía. Queremos apren-der a abandonarnos en sus brazos como Alaia se abandona en los nuestros.

Hemos viajado a múltiples países de América y Europa para predicar el Evan-gelio en eventos, campamentos y con-gresos, a más lugares de los que habría-mos imaginado hace unos años atrás. Aunque nuestro énfasis principal sigue siendo servir a la Iglesia de España. En todos esos escenarios hemos contempla-do el poder del Evangelio salvando, libe-rando y restaurando la vida de las perso-nas, especialmente jóvenes.

Hemos comenzado un nuevo proyecto y semana tras semana nos reunimos con personas que están conociendo a Jesús como salvador y aprendiendo las impli-caciones de hacerle el Señor de sus vi-das.

Hemos confrontado algunas de las men-tiras disfrazadas de verdad que operan en la mente de nuestra generación, libe-rar a la iglesia de las cadenas de la por-nografía y despertar pasión por Jesús en el corazón de los creyentes.

Estamos volviendo a organizar el proyec-to de discipulado interactivo a través del territorio de Israel, convocando a perso-nas de todo el mundo hispano, dirigién-dolos durante 7 días por lugares donde Jesús anduvo, enseñó e hizo milagros. Todo esto con el fin de que los peregri-nos puedan descubrir lo que significa ser discípulo de Jesús en el mundo de hoy.

“Encendiendo el corazón de esta generación de Pasión por Jesús”

Itiel y Dámaris Madrid, 1 de juniode 2019

… para que el Espíritu Santo nos dé sabiduría y poder, para así cumplir sus planes en cada uno de los próximos eventos que tenemos agendados.

...por protección física, emocional y espiritual para nuestra familia, que sus ángeles nos protejan de peligros.

...para que podamos ser padres de Alaia conforme al corazón de Dios.

En este año 2019, para continuar con nuestra Misión, necesitamos ayuda. Queremos pedirte que nos ayudes a ampliar nuestro equipo de apoyo, para que seáis vosotros quienes nos sostengáis en medio del desierto mientras seguimos proclamando VIDA y juntos podamos ver el milagro en nuestro país. Además, incluiremos a los nuevos donantes en nuestro boletín de noticias para manteneros

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por primera vez a Kenia, Luis se preguntaba cómo él y sus compañeros de misión, todos ellos españoles universita-rios, podrían ayudar en ese lugar polvoriento y caluroso de África. Se subieron al avión sin saber muy bien cuál sería su cometido al llegar a Nairobi. Daba igual si se trataba de excavar un pozo, plantar árboles o construir un edificio, tenían exactamente la misma experiencia para ello: ninguna. Sin embargo, Luis estaba seguro de que Dios le había en-viado a aquel lugar por alguna razón.

su destino fue servir durante una semana en un asilo de niños moribundos dirigido por las monjas de la caridad de la Madre Teresa de Calcuta. Cuando entró por la puerta, se encontró con una escena que le encogió el corazón. Estaba en una casucha poco iluminada, repleta de camillas y goteros de suero, con niños enfermos, muchos de ellos tan débiles que apenas tenían fuerza para llorar su dolor.

en medio de la sala, literalmente bloqueado, mientras obser-vaba aquella imagen que le resultaba deses-peranzadora. ¿Qué podría hacer él para ali-

viar tanto dolor? El no encontrar una res-puesta dentro de sí le dejó paralizado. Estáti-co. Se sentía inútil.

de la caridad le agarró la cara con sus dos manos ásperas de tanto trabajar y, mirándole a los ojos con autoridad, le preguntó: “¿Has venido a mirar o a ayudar?” Aquella pregunta, mientras su mirada se cruzaba con los ojos iluminados de

la hermana, fue suficiente para desbloquear-lo. La mujer le pidió que cogiera en brazos a un niño de dos años que no paraba de llorar y le dijo: y dale todo el amor que seas capaz de dar”. Luis no sabía muy bien a qué se refería con eso, pero quería ser obediente a la petición de la monja, por lo que levantó al niño de la camilla y lo sostuvo entre sus brazos. El niño estaba tan delgado que podía notar sus huesos mientras lo abra-zaba. Literalmente, podía ver el movimiento del latido del corazón sobre su pecho desnu-do.

cómo hacer aquello que la monja le había pedido, pero recordó la ma-nera en la que su hermana arrullaba a su bebé y le pareció que podría funcionar. Co-menzó a cantar al pequeño, a acariciarle el pelo, a sonreírle y a darle besos. Como si fuese su propio hijo. Fue todo lo que se le ocurrió, pero lo hizo con todo su corazón.

dejó de gimotear y le sonrió de vuelta. Una sonrisa preciosa, en una cara huesuda y sucia de mocos. Pocos minutos después, se durmió. Sin embargo, en un momento notó que el pecho del niño había dejado de moverse y, asustado, le llevó corriendo a la hermana de la caridad que, poniendo su mano sobre el pequeño, confir-mó el fallecimiento.

desde el principio que el niño se estaba muriendo. Miró nueva-mente a Luis, con unos ojos llenos de luz que contrastaban con la oscuridad de aquella habitación, y le dijo: “Este niño ha muerto en tus brazos y tú te has adelantado unos minu-tos, con tu cariño, al amor que Dios le va a dar por toda la eternidad".

inerte del pequeño entre sus brazos, Luis comenzó a llorar y a dar gracias a Dios. En ese momento, com-prendió cual era la razón por la que Jesús le había enviado allí: poder brindar por adelan-tado el amor que Dios desea dar a las perso-nas por toda la eternidad.

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Acabo de escuchar la predicación ‘Dios te llevará al desierto’ y quiero darte las gracias. Cuando relatas la anécdota en la que tu suegro está podando su limonero y parece que lo va a destrozar mientras te dice “este es el árbol que más amo, es mi árbol favorito, por esa razón lo podo, por-que me da mucho fruto y quiero que me dé más”. Es la viva imagen de como el Padre nos ama, siendo nosotros ese limo-nero. Quería contarte que esa rama que tanto he amado fue podada, pero ha sido la manera de dar mucho más fruto, con toda sinceridad te digo que hoy como de ese fruto, sabroso, agradable y lleno de vida.

Empecé a escuchar tus predicaciones gracias a un amigo mío. Fue en un tiempo en el que realmente lo estaba pasando mal y él me envío una de tus predicaciones y pude sentir como Dios me estaba hablando. Te quiero contar que tengo años en que he sido consumidor de la pornografía y me llamó mucho la atención las charlas en las que hablas sobre ella. Desde hace tiempo me sentí desafiado a hacer un cambio en mi y en mi iglesia para tratar este tema de la pornografía y poder combatirla. Quizá el Señor me está queriendo decir que ya es hora de luchar por la pureza, se que tengo que dar los primeros pasos para empezar un plan contra la pornografía.