miguel méndez - los criaderos humanos

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Los criaderos humanos (Épica de los desamparados) Miguel Méndez Dedico esta obra a El Claro, Sonora, México, pueblecito ejidal donde pasé mis primeros quince años; a Bisbee, Arizona, pueblo minero que fue mi cuna; también a mis compañeros de labor en los campos agrícolas y en la industria de la construcción. Al lado de ellos supe de alegrías y aprendí del dolor. Los criaderos humanos (Épica de los desamparados) ¿Cómo he llegado hasta aquí? No sé. Quizá la perennidad me envolvió en las rotaciones de este globo 5 que gasta su materia vana siempre rodando contra un espacio sin ayer ni mañana.... 10 Por muchos años he caminado viendo buscando mis raíces mi rumbo 15

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Miguel Mendez es uno de los exponentes de la literatura chicana

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Los criaderos humanos(Épica de los desamparados)

Miguel Méndez

Dedico esta obra a El Claro, Sonora, México, pueblecito ejidal donde pasé mis primeros quince años; a Bisbee, Arizona, pueblo minero que fue mi cuna; también a mis

compañeros de labor en los campos agrícolas y en la industria de la construcción. Al lado de ellos supe de alegrías y aprendí del dolor.

Los criaderos humanos

(Épica de los desamparados)

¿Cómo he llegado hasta aquí?No sé.Quizá la perennidadme envolvió en las rotacionesde este globo  5que gasta su materia vanasiempre rodandocontra un espaciosin ayerni mañana....  10

Por muchos añoshe caminadoviendobuscando mis raícesmi rumbo  15mi esencia.

Sólo séque he llegadoa donde la tristeza es reinay soberana la miseria.  20

¡Dios mío!

¿Qué mundo es ésteque oprime y lacera el alma?

Letanías de cigarras secaschillan estridencias que se apagan.  25Vana crucifixiónsin sangresin agua.Riveras y milpasansían el torrente  30cual hembras olvidadas.

Tejen la atmósferasollozos secreteadosruido de arroyosramajes rezando  35desde parajes perdidosen las entrañas de antaño.

Siluetas de ataúdesandan el filo del alba.Cubren los sombreros  40los rebozos guardandolor petrificadollanto de estatuas.Allá va la procesión.Pisa campos cadavéricos  45al son de cánticoshumillados.La tierrase traga a la tierra.

¿Qué mundo es éste  50que entierra a sus niños en la alborada?¿No hay pájaros aquí?¿Nadie canta?

Voces superficialesde arena  55me golpean con la fiebrenegrade palabrashundidas en la tierra.Solamente los búhos  60con su lenguaje nocturno

sondean la madrugadasin el cristal del ríoni ecos de la lunaflorecidos en campanadas.  65

¡Qué tierra tan lúgubreLos ojos de sus seres son luciérnagas disecadassin fosforescencia verde de ilusiones.

Continuación de la tierra los jacales empolvados.Polvo los dientes que no ríen  70polvo la huella de los pasos...Lengua de sol muriancianoáurea agonía de otoñoremolineo cascabelero de risas pretéritas.El viento de la tarde  75arrastra trinoscorazones de alamedas.Alas secasflotanruedan.  80¿Qué pueblo es éste?Me hace llorarsólo con ver sus calles solitarias.Tal escenario trágicopoblado de actores sin alma  85sin obrani drama literarios.

¡Señor caminante!¡Este es un criadero humano!

Yo  90hace años trato de huir de sus murallas de cristal.¡Mírame!No puedoestoy aferrado.

¡Dios!  95¿Quién es este serque responde a mi llamado?

Tenía los pies hundidos en el suelo.Inútil jaloneo.Sus dedos eran garfios enraizados.  100

Un tono verde le coloreaba el pelo.Rezumaban savia los labios.Flores marchitas erande sedientos geranios.

¡Deténgase señor!  105Vuelva sus pasos.Aquísolamente la resurrección de la clorofilaes esperanza de vida.

Dolor de humanidad  110es reconocer la propia culpay aceptar la acusación de la conciencia.

Quise penetrar al pueblo rarocaminar por sus callejaspara sentir muy dentro  115si la conmiseración puede brotar de la vergüenza.Me estremeció un lloro horrible y aullidos desaforados.

¡Detén tu brazo injustohombre sin misericordia!

Volteó soltando el látigo  120sabedor en su propia carneque abusar de la fuerzaes propio de cobardes.

Señor,martirizamos a nuestras mujeres  125azotamos a los pequeñuelosy torturamos a estas bestezuelas.

Son frágiles.No pueden defenderse.No podemos maltratar a otros hombres  130porque somos nosotroslos más débiles.

Cayó el hombretal el árbol derribado.Sus cabellos  135

ramas de sauces dolidoscaían flotando en reverencia al llanto.El perro torturado lamió las manos del amo.

Hay que comprender,señor,  140para perdonar.Yo amo y he perdonado.¡Veme!Yo como ustedestambién fui fiera.  145Ya soy manso.

Se alejó humillado.Caminaba replegando la cabeza a los cuadrilestorcido el lomocomo arco.  150Tenía la tristeza y la inocenciade los que han pagado grandes culpas con dolormoneda de los redimidosel mirar húmedoprofundo  155como han mirado los santos.

Yo seguía caminando.Algo me lastimaba yaaún sin confrontarlo.Escudriñé las distancias  160hasta diluir la visiónen las paredes de la nada.Contemplé mi derredor.Millones de mariposillascristalinas  165flotaban en la atmósferaaleteando.Habían perdido sus colores.Revoloteabanbuscando  170desesperadas.Fugaces sombras de murciélagoscruzábanse en penaañorantes de tinieblas.

Yo proseguía mi caminata  175sorteando lagunas luminosasque el hada de los espejismos

dibujaba con su magia.De trecho en trechocubría mis ojos  180cegado por resplandecientes espejoslos talestendían su lunaa lo argo y a lo anchotal alfombra que cubriera suelos.  185

El sol arribatenía potestad en los desiertos.Como un dios arbitrario y asesinoarrojaba a mansalvaagudos reflejos de cuchillos.  190

¿Qué veo?¿Son verdad estos seres?Fieros y rabiosos aparentanambos.

Quise averiguar todo  195lo de aquel pueblo hambrientopor eso me acerqué a ellosatrevido pero temblando.¡Dios mío!¿Me matarán?  200El padre nuestro seguiré rezando....

Por favorquisiera saber la viday la historia de estos campos.

Habló con voz de niño desnutrido:  205

Dicen que todo esto era un gran pueblohabitado por seres de clorofila.Los Rapiña les hicieron la guerradesde los remotos tiempos de la piedra.Derribaban a muchos  210pero los brotes tenían tiempo de crecer.

Un díaaparecieron los Rapiñacon guillotinas eléctricas.

Decapitaron los árboles  215con máquinas trompudas.Arrancaban de raíz sus cuerpos.Arrasaron con todo.Donde hubo arboledasquedaron oquedades y lamentos.  220No restó sombrani alimento.

Alborear de los yermos agua inexistente.Reptaba la fauna.Se tendía a morir  225perezosamente.Llanto de pájaroshuérfanos de atalayascaía sobre el polvoen lluvia inerte.  230Verdes lodazalesse iban destiñendo.La tierra desmayabasin vidapálida.  235

¡Crueles!Asesinos de pájarosde fuentes y venados.

¡Los Rapiña!Cebados en su saña  240inventaron aparatos voladoresque tenían forma de cruces.Herían la atmósfera arrancándole bramidos de monstruo enrabiado.

De güeveras diabólicas arrojaban óvulos repletos de odio.Hacían tremar a la madre tierra.  245Tan horribles las explosionesque sangraban con el estruendo las orejas.Arroyos y ríos fueron como tripas rotas.Debajo de los cadáveresde añosos árboles  250niñosmujeresancianosy animales inocentesvíctimas de los viles  255se pudrían en la muerte.

De la cumbre orgullosa de las montañasbrotaban chorreras de pus.Aullaban de dolor las cavernas.Ya no rió el viento entre la hojarasca  260ni halló a las plantas para jugar con ellas.Bajaba llorandopegado a las heridas del suelobuscando a la vidapara darle aliento.  265

¡Nunca!, Señor,reinaron tanto la maldad y la indolencia.

Pasados los añosllegamos muchos seres de sangreenamorados de la tierra.  270La amábamosatendíamos su preñez.Ella nos premiaba con el fruto de su natural pródigo.Pero nos descubrieron los Rapiñalos hombres de las jeringas succionadoras de sangre.  275Imagínese, señor,la convierten en oro.Somos un pueblo anémico.Veneros bermejos de metal líquidorecorren nuestras vetas.  280La voz era de terneritopero su cuerpo era de toro.A pesar de sus enormes corpachones y de sus cuernos de cimitarrasno eran temibles.

El otro ser permaneció inclinado soñoliento  285Se notaban cansadosmansos.

Me dominó la curiosidad.

¿Qué clase de toros son ustedes?Bajaron la cabeza sonriendo con mucha timidez.  290Se uncieron a la yuntaempezaron a tirar del aradovoltearon denotando pena y humillaciónsin brillo en los ojos.Me dijeron con la mirada:  295

perdónenos por favoreste sufrir tan grande.Ya ye.Lo aceptamos.Nosotros,  300señor,somos los Humillados.

El arado egipcio removía la tierra secacomo entraña de mujerparidora de escuálidos enanos  305sin la voluntad y energíaque dan los mantos de los fresnoslos álamosy el don gracioso de los verdores enérgicos.Epopeyas grandiosas  310techos estrelladosbrisas de ternurapasión que es fuegoyunquehierro  315aletargados en servidumbre.Aberración de güevos pisoteadostronar de cáscaras frágileszapatos de lujo calzados por ateosbotas aplanadoras de soldados.  320

Yo había caminado por parajes desnudos.Sólo la huella de las sombraspude entrever de la antigua florestaque no era ya másque no volvería a ser.  325Mal podía importarme mi destinosi buscaba mi origen perdido...

Asípor azartropecé un día  330con uno de los infames criaderos.

Raro... un hombre de aspecto repulsivoque parecía cucarachame hacía señaspara que me acercara al árbol  335a cuyo copo estaba encaramado.Sentí miedo y algo eléctrico en el espinazo.

Acércate túle sugerí.

Contestó que no  340oscilando la cabezarepetidamentelo mismo que hacen las serpientes.Pensé:¿Será de la especie de los changos?  345

Caminaba discerniendoa qué tipo de humanospertenecían los Humillados.

Una voz me volvió de mi letargo.¡Ay señor!  350Son bueyes mansos.Son de la misma especie de los oledores de pan.Así permanecen por añosmillones de éstosrecluidos en los aledaños de la muerte  355sin más alimento que el olfato.

El gobierno manda peritos a descifrarlos.Por mucho tiempo quedan arrumbadosconfundidos con hierroscarbón  360petróleo.

Un científico aseguraba que eran hongospues se mecían ligeramente con el viento.Los zopilotes descubrieron el misterio.Ya muertos los Humillados  365hedía la carroñaigual que la de cristianos.Eran de sangreposeídos de pavorosa epidemia.

¡Hambre!  370

Los sirvientes de los Rapiñatemerosos del contagio

acusaron a los Humilladosde asaltantes y revolucionarios.El gobierno es perdonó la vida.  375A cambioserían esclavos.A los tercos que pugnaban por justiciase les sellaba como malhechorespara así eliminarlos.  380La sangresiempre ha rebozado la huella de los redentores.

Los más grandes explotadores de criaderos humanosson los Hombres de Cristal.

¿Qué cosa me está contando?  385¿Hay hombres de cristal acaso?

Sí, los hay.Tienen ojostal lagos azules muy hermosos.

Le suplico que me siga platicando.  390

Con mucho gusto señor...

Los Hombres de Cristalya habían sojuzgado a los tintos de azabacheque son de carbón y de chapopote.Los Rapiña de mucho pueblos  395son tributarios de los de Cristal.Estostienen la regia prestanciamajestad y belleza de las águilastremenda fuerza  400agudas y filosas garras.Vuelan tan altotan altoque tienen nidos en la lunay rayos del sol prisioneros.  405A los pueblos que les niegan sus tributoscubren los cielos de puñalesy arrasan a fuego.¡Ay de aquéllos que disputen sus posesioneso toquen sus imperios!  410

¿Usted quién es buen anciano?

Un veteranotan viejo soyque me confunden con sabio.He visto al terror ofuscado  415correr con piedras en las manostambién manos peludascuando empuñaban armas de fierro templado.Cuando jovenfui mecido por la risa de los niños  420los seres felicesy los enamorados.He visto a la muertemontada en piafantes corcelesen tierra  425en maquinaria funesta.En los cielosnavegando la vicomo una estrella.Conozco desde la cuna  430la tragedia del ingenio humano.

El viejo¿Milenario?estaba desnudo.Tenía un cuerpo extraño  435cubierto de cicatrices.

Me dijodesde la gruta de su laringe:

¡Mire!Estas son huellas de pedradas.  440Estoun colazo de iguanodonte.Me han herido con cuchillo de piedra.Tengo ademásseñales de serrucho eléctrico.  445

Su voz gruesafue adelgazandohasta terminar en hebraluego en flotante pelusaque fue yéndose dispersa.  450

De pronto ya no habló.Emitía el mismo chiflido del vientocuando es prisionero de botellas abandonadas.Me fijé que tenía los genitales petrificados.El rostro se perfiló en relieve cascaroso.  455Era el culo como ventana de barco.Quise despertarlopalmeándole la espalda.Se me rebosó la mano con puñados de escamas.

Deduje:  460seguramente es un pez antediluviano.

No le haga caso, señor.

¡Dios Santo!Esto parece un fantasma.

La vieja llegó por la retaguardia.  465Tan largo tenía el peloque le arrastraba.Le cubría el cuerpo todotambién la cara.

Habló con voz hueca y acampanada:  470

Este viejo hablantín es un árbol milenarioembustero y fantasioso.Cierto que desvaría con el saber de los siglos.

Cayó cuando la gran batida de los clorofilarios.Porque ha de saber usted  475que todo esto era un bosque frondoso.A los Rapiña no les basta la sangre.Aquí derramaron la clorofilatalaron todochicuelos y renuevos  480sin dejar semilla.Los pocos que usted vequedaron de milagrotestigos del pasado.¿Nota usted el vientre arrugado de la madre tierra?  485

A este pobre lo dejaron muy mal heridocon hachazos en todo el cuerpo.Le quedó una raíz.Renaceplatica una vez al año  490llora en otoño de verse enjuto y calvoañora el amor de las abejas y sus labios.Ya no tiene semillani flores ni polensólo recuerdos  495y un tronco que se secapleno de ilusos resabios.Los segundos enfilados van tejiendo su mortaja¡Mirelo!Está hueco.  500En la noche se llena de pájaros.No lo han hecho leñaporque yo lo cubro con mi greñero.Luegotodo fue gorjeos y trinos  505de volátilesque llegaban en parvadassumiéndose en el vientre sin entrañas.

La señora Enredaderacesó su parloteo  510a tiempo que cubría a su abuelo.El reacomodo de pajarillossonó como triperío pedigüeñode estómagos exigentes e indiscretos.

¡Otra vez el hombre extraño! Me dio miedo.  515Caminaba tan agachadoque semejaban sus pies a las mismas manos.

Tenía mirada torvaboca pronunciada.Lo nimbaba una extraña aureola de hilillos iluminados.  520Desde las chozas de ocotillo y barrome llegó una advertencia:

¡Cuídese!no se acerque a ésees de la especie venenosa de los intrigantes.  525Comercia con la traición.El engaño es su arte

vende a sus hermanossin omitir a la madre.

Caía la tarde.  530El sol en el ocaso aún hacia daño.Huía el malditocual rufián sádicoque va dejando a su pasoun mundo de cadáveres.  535Llegué a donde las chozas.Me asombró la rara artesanía con que hacían a los niños.

¿Son piñatas de cuero,señora?

Tenían vientres como vejigas  540brazos y piernas de cañajotesnalguitas del tamaño de aguacatescaritas arrugadas de viejos nonagenarios.Me rodearon riendo.Pelaban los dientitos como topos ahogados.  545

Señor,éstos casi no son de sangre.¿Sabia usted que este puebloes criadero de los hombres Rapiña?Estos ancianos en realidad son niños  550hijos de madres muertas de hambre.A nosotras antes de parirlosse nos seca y se nos pega el ombligocomo no le pasa nada...Los Rapiña...  555vienen cada semanaa sacarnos la sangrecon sus pavorosas jeringas.

Ya ve que la usan para fabricar oro.Ellos tienen mucho.  560A nosotrosya sólo nos escurre clarita de huevo.

¿Son ustedes de pura albúmina?

¡Ay, señor de mi alma!

Anhelamos tanto ser de savia de clorofila.  565¡Si pudiéramos ser plantas!

De prontovi que se introducía la mano en el vientreque era como el de los canguros.De entre una docena de hijuelos  570sacaba unoretorciéndose encogidoextraña aparienciaentre raíz y entre niño.¡Fíjese!  575exclamó emocionadaa tiempo que lo sacudía.

Percibí que la cacalos mocos y la salivaeran de un verde babosiento.  580Lo abrazaba llorosavehemente.

¡Las venas de la tierraestán henchidas de savia!

Queremos huir.  585Ya no queremos ser de sangre.En los trópicostrepando montañassobre lomeríosa lo largo de los ríos  590coronando las lagunasdoquiera el rameríopregona la vida.Con el hierro y por el oronos explotan y asesinan.  595¡Queremos que nuestros hijos se vuelvan vegetales!Devuélvase, señor.Los Rapiña no tardan.

Huya de aquíno vuelva nunca.  600¡Sálvese!Los Aguijón torturan y matan.

Una anciana que daba la espalda al cielo

y a la tierra la carahabló con tenue vocecilla  605amarga y dulce sonrisa desdentada.

Afigúrese que aquí ni cae agüita, señor.Ni tan sólo los pajaritos cantan.Este río está sordo.Ni el cielo siquiera  610se acuerda de nosotros.Aquí la humedad,señor, solamente de las lágrimas.

Un niño rompió a llorarasustado.  615Se le puso que yo escondía una jeringa.

¡Mamá!Ese homble es un Lapiña.

La madre espantada me preguntó.¿Usted quién es, señor?  620

Soy maestro.A la juventud doy consejo y amo.Soy un poetaun hermano.

Examinaron mi traje viejo  625polvoso y harapiento.Además iba descalzo.Tiene dulzura y tristezadonde otros guardan la furia.

¡Vengan es un poeta!  630

Alegres propagaban la noticia:Es un maestro del campo.

De las bolsas de los vientres de los jacalesy no sé de dóndeempezaron a surgir muchísimos chamacos.  635Me rodearon disputándose mi proximidad.

Se paraban en sus patitas traserasmostrándome los dientes triangulares.¡Empezaron a roer la tela podrida de mis pantalones!Estuve a punto de correr asustado.  640¿Serán pirañas?¡Los terribles caribes!Sentí que replegaban a mis piernaslas caritas huesudas.Sus cuerpecillos manaban inocencia  645tibia ternurareclamos de amparo.Me besaban la manode cuyos dedos escurría saliva.Sentí angustia.  650Me invadió una tristeza profunda.Cerré los ojos.Quería ignorarlo todo:los mares de hielel miedo  655los sollozosel hambre de los seres desdichadosla amenaza continua.Quería borrartodo aquel mundo sombrío  660que animaba mis retinas.Sentí que mis sieneseran débiles paredesque la fiebre golpeabacon sus puños de fuego.  665

Desde la lejaníapresentí las bestiasresonar sus patascontra la tierra.Crecía un murmullo  670de ríos mal heridosmontañas moribundasárboles degolladovientos enloquecidos.Ya no eran susurros.  675Eran voces altaslas que llegabanen viaje de siglos.

¡Aaaay aay ay!

Un grito filoso rasgó la atmósfera  680

tal la piel de un ser humano.El pánico rojoprendió terror primitivo en ojos desorbitados.

¡Los Rapiña!¡Ya vienen los Rapiña!  685

La desesperación y el miedo arrancaban alaridos.

¡A morir peleando!gritó un esquelético.

Algunos harapientos le siguieron.Un dedo de acero señaló a los renuentes.  690

¡Aaay aay ayaayayay!

Las puntas de las cañas amargasy las crueles granizadas con su traqueteo.Pechos de mancebosoradados  695boquetes exangües de jóvenes bellas:Vil muerte impune que dan los déspotas.

Corrí aterrorizado a replegarme al Milenariotras la vieja Enredadera.Los hombres Rapiña en realidad eran muy pocos  700pero venían flanqueados por legionesque marchaban en cuadrosvestidos con trajes de un verde oscuro.

Eran los insensibles hombres Aguijón.

Esporádicamente  705se rebelaban los del criadero.Entonceslos Aguijón perpetraban matazonespara que los hambreados tomaran escarmiento.

Eran los hombres Aguijón  710a ratos humanos

en sus misiones perversascual si hubieran sido hipnotizados.

Se volvían fieras carnicerascon la consigna de no dejar vida a su paso  715ni cosa que se moviera.Con garrasdientes puñales y riflesdesollaban la carne de los rebeldesque osaban levantar los puños cerrados.  720

Los Aguijóneran también esclavos de los Rapiña.Ya estaba en acción la misión sanguinaria.

Vi a un Aguijón que succionaba la sangre de un anciano.Reía luciendo la jeringa  725a medias vacía la mitad con sangre.Como leña secatornábase el viejo en su agonía.

Con la sangre de los jóvenesrebozaban las jeringas  730y por jóvenes les restaba aúnla gracia de un hálito de vida.

Tampoco perdonaban a los niñospues de la sangre inocente de los infantesfabricábanse joyas  735las más graciosas y brillantes.

Con la sangre extraída de los criaderosse ornaban las aristocracias.Pulserasanillos  740collaresbrillaban adornando a caballeros y damas.Eran los tales ornamentoslágrimas y sangre de los seres de los criaderos.Con el mismo oro hecho de la misma sangre  745lucían rutilantes los templos religiosos.Los seres que se cubrían del metal malditopregonaban con brillola complacencia en el genocidio.Vi que los Aguijón  750

húmedos de rojodescargaban sus jeringas en grandes depósitos.El aire se teñía de espumarajos.

Al ver los Rapiña regocijadosel éxito del comercio sangriento  755acariciaban a los hombres Aguijóny los premiaban con el mismo metalque rendía el asesinato.

Reían los hombres Rapiña con malicioso alardea tiempo que los serviles Aguijón  760cantaban himnos al deber cumplidoy a la disciplina criminal y cobarde.Lloraban los indefensos seres de los criaderoscon el son monocorde de la música de sus ancestros.Con lágrimas añoraban al mar  765dolor de la vidanostalgia del nacimiento.

En un tiempo pasado había sucedido algo extraordinario:un criadero se había rebelado.Tras un lucha cruenta  770los hambrientos derrotaron a los Rapiña.Los ejecutaron.Tras la venganzapareció haber llegado la justicia.Entonces  775se operó una metamorfosis rarísima:los caudillos del movimiento revolucionariose transformaron a su vez en Rapiñasolvidando su origen.Desde mi refugio podía identificarlos:  780chapeados de orosañososeran los más crueleslos más ostentososmás avorazados.  785Torturabanenvilecían a las mujeresque antes fueron sus hermanassoldaderasy causa de sus nacencias.  790A los niños sin signos en las manosde risas asesinadaslos mecían en brazos.Las huellas de la barbarie en la anemia de sus caras

desangrados  795como muñecos de hilacho.

Los Rapiña ensayaban su oratoria cotidiana:los niños son el porvenir de la patria.

¡Oh las madres hambrientas!Cabelleras de pasto marchito  800fuga de vida por los ombligosfuentes de lechesenos de canastos vacíosprados de flores silvestresrosarios de lágrimas.  805¡Pobrecillas! Poesías amargas.Vida que se moldea en sus vientres de barroindustria dolorosasin sueñoni descanso  810instintiva ternura desde los tiempos primarioscelo de recién paridasdefensivo empeño de bestezuelas.¡Pobres madres hambrientas!Hechas de mar y de tierra.  815

Un viejo enclenquehambriento y enfermose acercó hasta un Rapiñade alegre dentadura.Abriendo los brazos imploró:  820

No es de ley,señor,ni es de justicia.Este crimen no puede estar en la letrade las leyes humanas y divinas.  825

Mira, viejo,las verdaderas razones son las únicas que pesan.No te fíes de la ley escritala que se impone la trae la hembra desde la matrizy se pasea en el semen del macho  830antes de que los seres se forjende la carne que se unifica.

Sobre colinas y sierras

sobre toda praderasin que abarcara la vista  835contempló el viejo las matasreverdecidas y erectas.

Vio prados de maíz creciendosi bien inermes en su prematuracrecidos espigando bayonetas.  840

Los Aguijón seguían su horrenda tareasordos a los gritos de clemencia.Sus ojos enrojecidos soles eransanguinolenta lluvia las manoslos corazones cuchillos de piedra.  845¡Cuánto placer a los Rapiña!¡Cómo crecía la riqueza!Piedra filosofal que no falla:ambiciónbarbarie  850vileza.

¡Este es un criadero humano!Aquí la vergüenza del géneroaberración del universo.Aquí brota el dolor como esencia  855gesta al arteen sus formas groseras.De los veneros de la amargurase nutre el genio del espírituque labra en bruto la materia.  860Aquí el rencor y el odio crecen como el coral.Aquí la tara biológica arma a los cruelesque aun siendo victimas y explotadosfustigan a niños y mujeressin más motivo que estar frustrados  865y el ser más fuertes.Aquí el hambre que fustigaque barrena las tripasque desespera en rugircasi en bramar de bestias.  870Aquí el dolor desesperadoaquí la degollina.

¡Este es un criadero humano!

Ayes hirienteslenguas hambrientas  875lamían la tierra sin verdoresplateando la erosión con la baba trágica.Era el chillar desgarrantede mujeres sin consueloy lapsos pétreos de los hombres  880sin palabras ni lamentos,cenizas y llamarada.

El hambre les atrofiaba el don del pensamientoaún punzando la mente.Eran como trozos de tierra  885que se están pudriendo fétidos.Hedía la carne de los vivoscomo la carroña de los muertos.Los lamentos y el llorocomo el viento y el polvo  890se untaban ondulantes en la tierrahundiéndose en sus grietasen un coro que oradaba las piedras.

Yo contemplaba mimetizado entre mis hermanos de savia.Un tremor sacudía al árbol viejo  895hasta donde los siglos habían hundido las raícesque los mismos siglos secaban.Murmuraba ahogado y reticentetal el habla de quien se embriagao como quien solloza inundando las palabras.  900

El Milenario trataba de decir algo:

Malditos los que fingen ternuralos huérfanos de humanidad malditos.Mil veces malditos quienes instigan las guerras.Malditos los que pronuncian en falso  905el nombre del Benditoque expiró en la madera de mis brazos.

El viejo Milenariocon voz estropajeadamaldijo a sabiendas  910que sus voces acusativasse repetían por siglosigual que hojarascas vencidas.

Sentí que mi amiga Enredadera se cimbraba.Un goterío perlado  915cual brisa del abismo oceánicoinundaba mi caraescurría mis manos.Mojaba mis labios apenasel sabor amargo  920y un espeso salado.

¡De pronto!¿Qué veo en el fondo de tan terrible cuadro?Entre bárbaros y masacradosmis abuelos y biznietos  925en uno y en otro bando.Yo mismo me mirabaagonizando desangrado.Pero al instantepuñal en mano  930hería a mis propios hijos.¡Dios mío!Por un momentosentí pena de haber nacido.Pensé en otro mundo distante.  935¿Marte?Poblado de volcanes y cráteres.¿La luna?Inútil misterio del espacio.Venus en hervor continuo.  940¿A dónde ir?Si todos los mundos están vacíos sin seres vivosni siquiera vegetales.¿Qué son los mundos en el tiempo cósmico?Efímera trayectoria que arde.  945¿Y la vida del hombre qué?Sólo un fugaz instante.

Salí de mi esconditecontemplé el rojo del crimeny el agónico amarillento de las anemias múltiples.  950En los oídos se me clavaban los ayesalfileres, aleznas y puñales.Invocaciones de la esencia dolorosaque arranca de la entraña del sufrir humano.Sentí pena  955por mi parte tributariaa la culpa universal

de tan enorme infamia.Lloré minutos fugaces de arrepentimientorenegué de la impotencia  960de no anular dentro de mí mismola maligna condición que nos conviertetal como son las bestias.

Cruzaba entre las víctimas.Me llamó la atención algo:  965mocetones con plantas exóticassemi cubiertas de tierra.Me acerqué con curiosidad de botánico.¡Eran niños!Casi plantas.  970¡Empezaban a brotarles espinas en las manos!Huí.Miraba las cabelleras de los muertostendidas.Trigales marchitos  975parecíanentre los dedos del viento.Se alejaban los verdugoshartos de crueldad.

Lejos  980se iba licuando el crepúsculollorando sobre la mar.Ya el fondo de los ríosse plagaba de estrellas.Viaje de plata y de murmullos.  985Búhoscampesinospabomasgrillosy nostálgicos aullidos  990coreaban las notas fosforescentesde un nocturno de lágrimas.

Triunfo sempiterno de los poderosos.Con sangre construían lujos:abrigos de pieles  995automóvilescuantiosos caudales en los bancosy la soberbia de sus palacios.

Volvían los Rapiña a sus hogares

bien custodiados.  1000Los hombres Aguijóncumplían su deberguardias tenebrososinconscientes y bárbaros.

Los verdugos se marchaban cantando:  1005somos los libertadoresla emancipación de los pobres.

Había dolor en el eco de sus voces.Parecía que el mecanismo de sus mentesno vencía el olvido  1010que sepulta lo no deseable.Tal un presente perenneque guarda épocas y episodiospese a tiempos ya pasados.

Emergían insistentes los recuerdos:  1015Un niño que lleva a cuestasel doloroso heroísmo de los haraposun joven bravíopleno de arrestos redentoresy hondos ideales humanitarios  1020yacían recluidosal fondo de sus almas aceradas.Lloraban a solasañorantes.Pisoteaban con egoísmo fatalizado  1025un pasado vuelto marañade la felicidadentretejida en selva laberínticade lianas de oro y plata.Les dolía la entraña  1030dolor de hombre que acuchilla su niñezestrangula su juventudembarca su senilidad ciega de idealesen las cañadas turbulentasque bajan a los abismos oscuros  1035de la subconciencia.Cataratas de agujas y alacranesroedores hambrientos¡Insensatos!Corruptores de su propia historia.  1040¡Cuántas veces acercaron la nocheal balcón de sus mansiones áureas!¡Cuántas veces lloraban remembranzas

ancestros inoportunosfantasmas tercos  1045genealogía tesoneraque hinca sus garras en el alma!

¡El abuelo albañil!encorvado y reumáticoel mismo  1050que con millones de ladrillosse construía una prisión a diario.

¡La abuela!Pobrecita viejaatada al fuego de una hornilla  1055lavando ropa ajenaa cose y cose en horas de sueñocondenada a la miseriapor cada día que amaneciera.

Aquel adorado viejo  1060campesinoel que antes de morir ya era tierra.¡Hermoso antepasado!Humilladocaminaba mirando el ras del suelo  1065de donde brotan las plantas.

¡El padre!De manos y rostro siempre sucios.Limpia la miradabondadoso  1070rectojusticiero.El que murió ajeno a los trapecios de la aristocraciaconsumido como topo ciegoen las entrañas de la tierra.  1075En las cavernas minerasarañaba el metal con que se hacen monedas.

¡Y ellos!Enriquecidos y poderososignoraban el dolor de su especie  1080¡Qué vergüenza!

Pero una ráfaga de viento

doblaba la página añorante.La meditaciónla nostalgia  1085pasaban como las ánimas.Entretenían a sus hijoscontándoles heroicas hazañasfabulosos episodios revolucionariosjustificaciones falsas.  1090

Estosavezados y listosfingían creer.Empezaba a crecer el cinismolodo que cubre y arrasa....  1095

Me fui alejandoen pos de un abril con primavera.

Ya estaba el sol ausenteconcedía una tregua.Brillaba la luna indiferente  1100fingiéndose soberana de las estrellas.Inexplicable dualidad de los humanoscon la misma ilusión que animan la esperanzaalimentan al buitre que los devora.A un lado de la vereda  1105donde iba sembrando mis huellascomo a semilla estérilvi el esqueleto de un árbol gigantescoque hermoso en su mocedadlucia aún airosa muerte.  1110Me alegró la idea de su fronda.Iba a tenderme a su amparo.Ensueños de ramas verdestejíanseme en la frente.

De pronto  1115me detuvo un presagio.Arribacoronando de infamia el árbolestaba el hombre extraño.Tenía el labio inferior caído.  1120Pensé:Es taciturno.¿Búho?Torció medio labio alargándolo.

No.  1125Es rencoroso vengativo.¡Está acechando!¿Felino?Sonrió fingiéndose dormido.Lo denunció la lengua y su resuello zumbante.  1130

¡Sentí cascabeles en los oídos!¿Será víbora el desgraciado?Desde aquí estoy a salvo,grité,maldito intrigante.  1135¡Un chispazo!Me aterrorizó ver que se lanzaba al vacíodirecto al espacioque violaba con mi cuerpo.Bajaba balanceándose  1140acróbata maligno.En un trapecio brillantehacía de su baba un hilo.¡Arácnido!

Huí lleno de pánico.  1145Curiosotejían los arácnidosa la luz de todo el mundocon tan fina y abundante babaque a sabiendas de la perfidia  1150que los embargabano escaseaban los crédulos.Estos se enredaban estúpidamenteen sus trágicas redesy aún los había que sucumbían  1155víctimascreyendo redentoresa quienes siendo falsariosson criminalesladrones  1160bribones armados de labiacruelesmentirosos.

Quise conciliarme de las visiones horrendas.Contemplé en los campos  1165la sal y la ceniza.Gestos de niños inocentes:las piedras y la arena sonreían

la brisala plata  1170la lunael mary los rosarios de nácar.

Me interné sin rumbo en los parajes semidesérticosburlando la caricia de los cactos.  1175Meditaba:¡qué paradójicolos seres de los criaderos!Son en realidad los que semejan buitrestan flacos y agudos los rostros  1180casi pura osamenta.En cambio los Rapiñason rechonchosgordinflonesmuy pulcros  1185siempre rasuradoscon algo maternal en el aspecto.Parecen pollos recién peladoslistos para hornearse.

Oí risas por todos lados.  1190Sin darme cuentahabía ido monologando en voz alta.Se carcajeaban de contento los cactoscomunicándose a risa y risael motivo de hilaridad tan sonora.  1195Yo caminaba riendo.

Un sahuaroal que se le miraban las costillasme dijo resoplando.

¿Conque pollos pelones rostizados?  1200No, señor,Yo dije que pollos peloneslistos para el horno.Volvieron a reír todoscon júbilo escandaloso  1205porque el sahuaro se había equivocado.Las nopaleras torteaban las pencas colmadas de alegría.Una biznaga chistosaobvia su preñezse inflaba y se inflaba de la risa.  1210

Se festejaron hasta las calabacillas silvestres.Tanto se sacudíanque remedaban arroyosen rastra de campanillas.Me senté cabizbajo ensimismado.  1215

¿Estás enfermo hijo?Susurró una cholla.No madrecitaestoy muy cansado...Duérmete junto a nosotros.  1220Te cuidaremos de los bichos malos.Yo te guardaré de las fierasagregó un sahuaro.

Con los cactos me ligabaparticularmente  1225una amistad entrañabledesde la infancia.

Agradecido les contesté:seres de clorofila¡Cuánto los amo!  1230Me despertaron en la madrugadapara no mojarmea la hora en que beben agua los cactos.Un cielo tiernecitonacía brando serenamente.  1235Sentí muchas ansias de volver a mi casa.Me fui llorandocomo un niño extraviadocon la pesadumbreque la soledad y la ausencia  1240nos hace sonar alguna vez.que llegamos a casallamando con desesperaciónsin quién nos contesteni nadie en el mundo  1245que abra aquella puerta...

No podía acordarmede dónde había partido.Quería esclarecer el presentey el rumbo que seguía  1250en busca de un destinoque el misterio parecía

ocultar para siempre.Preguntaba a todos por mi hogar.Quién sabe...  1255Me contestaban como única respuesta.¿Vendré del mar?¿De los desiertos habré emergido?

Quizá de las montañaso de alguna nave  1260que antaño descendiera de lo ignorado.Caminaba llorandoabstraído.

Cuando salió el solme di cuenta  1265que eran mis pasos sobre las aguas de un río.¡Contra la corriente!La tierra de mi nacencia.¡Dios mío!Me espera al fin de mi camino.  1270No quieroque mi tumba sea dentellada del infiernoni sea mi sepulturazaguán de la inexistencia.Quiero que bajo la tierra  1275mi cuerpo sin almase conviertade la podredumbre nauseabundade fosa alfombrada de gusanoscon su terrible parto a la inversa  1280en la semilla de un árbol hermosoque crezca con algarabía de hojas risueñasy armonioso cántico del viento.Un susurro suavemelodioso  1285brote de su follajey consuele a los seres que se duelencon la eterna canción que inspira Dios:amoruniverso.  1290Quisiera ser un hermano de savia y de clorofilaque alegre y amigoofrende su sombraen los cementerios.¡Oh ciudad encantada!  1295Eres túla ruta de mi destino....

Sahuaros

Pósase el firmamento sobre el suelo.

De lejosparece agua lo que solamente es azul.

El páramo luce clarocomo una cripta transparente.  5

Los desiertos calvosarrugadossemejancadáveres de viejos derruidos por los años.

Brillo del agua ausente  10sed milenaria de los arenalesbaba de caballos afiebrados.

Trasciende un sol llameante desde cristales subterráneos.

Lejostrotando por los caminos del instinto  15una procesión de camellos fantasmalesa beber va de ciegos oasisinundados con sed de mortales.

Bramar remoto de anfibios.

Verde  20marlujuriadolorsangre.

Ciénegas verdirrojas  25se retuercen y paren.Rocas resquebrajadasremolidaspolvoreadas.

Quietud pálida.  30Eco sin humedad.

Huesos.Vitrina del oriente.Irradiantes marfiles de nívea albura.Rebelión de la tierra estéril  35furia en las tolvanerasterregalesfuegoviento.Van furiosas contra el sol  40las muy densas polvaredas.Odio van remolineandocubriéndolo de alas negras.Beatitud frustrada:rabia en las miradas verticales de los reptiles heroicos.  45Viento horizontal:baberío de norias interestelares.Redes de arácnidos platerosbrillosas agujas de obsidianainstantes de flamas negras.  50

¡Crepúsculo!

Humillación de los instintosungidos por áurea melancolía.Granada encendidatroca su vida por la negación tenebrosa de los colores.  55Los gallos perforan los techos de tinieblascuelgan hileras de universoentretejiendo destellos:

trenzas de luz y fuego.

Las miradas saltan  60se trapecian por los cielos enjoyados.El alma es la placenta del ánima.Cielo de parras simulael candil de las estrellas.¡Qué lindos se ven los astros!  65Prendidos a fuer de perlas.Dios intuyendo estrellas y pupilascrea universo y vida.Finitud presa en la redondez del tiempo.

La luna  70golpea a las piedras con su llanto.Riñe con espejos a cuchilladas.En los estanques de hielobesa ranasmoscas  75culebras.Magia de lucerosdiamantes y esmeraldas.

Las sábanas del albase crispan de rosas  80espuma y púrpura.Llora la madrugadaperlas efímeras.Aroma de azaharnimba a las margaritas.  85Hunden púas los cardos.La flor del geranio se ilumina.Trinos y sonrisas.Alados pianos y arpas.

Amanecer:  90piel de vírgenes ruborizadas.¡Enrojeced!Faz de la tierrahembra fogosa.¡Loor a Tonatiuh!  95Garañón que cubre a la naturaleza.En el inmenso lecho azuldos amantes se recrean.Entre bramidos y truenosllueve semen.  100

Tonatiuhpreña a la tierra.Ella se retuercegotea leucocitosululante de ombligos verdes.  105Génesis de la savia y de la sangre.Orgasmos cósmicos.Potestad del rey supremo.

Se yerguen de la tierra los gigantes erectos.... Nacen los sahuaros  110hijos de Tonatiuh.Tonatiuh: padre de los aztecas.Aztlán:caballeros verdeshermanos del Anáhuac  115guardan tus linderos.

¡Los espíritus de Huitzilopochtli te contemplan!Aztlánvergel triunfantecontra el afán voraz del desierto.  120¡Ay! el fuego que tuestalame los campos y los seres.Quiere teñir los pálidos arenalescon el verde de las plantasy el rojo de la sangre.  125De tarde en tarderíos y arroyos enchocolatadoszumban poseídosde voces arrollantes.Amenazan con su instante de muerte  130a los que confían en el largo silencio de sus cauces.

Tucson:azul con horizontes de leyendaposta de golondrinas alegressaludo cordial en español y en inglés,  135¡Buenos días, mi amigo!Good morning, my friend!

Mira, extranjero:sígueme a los caminos del ensueño,no temas a la risa trágica de los cascabeles  140mientras tus pies no horaden sus nidos moradoshinchados de rabia y de ponzoña.

¿Ves ese cerro de barbas amarillentas?Viejo cavernarioduerme  145petrificadotembloroso de pájaroslagartijas y liebresal reventar la alboraday cuando la tarde muere  150coronada de grilloscoyotesbúhosy aves que graznan.Si lo contemplas cuando es de día  155chispea de microsolesque hunden espolones en los ojosy tornan oscura la vista.

Brilla en la atmósferael canto de las cigarras  160como un tejido de cuerdasque con el fuego vibrara.Las chicharras hincan sus manecitas.Se abrazan a las ramasllore y llore  165sin lágrimaslos designios de un destino sin agua.

Bajando desde las cimasfincándose sobre los planosviven los seres hermosos.  170

¡Sahuaros!

Cuadro ocre pintado de bastos.Místicos verdespericos extasiadosmeditando.  175En las tardes ensangrentadascaramelos fosforescentes.En las nochesmonarcas indios encantados.Nobles caballeros  180naturales de estos lares.Antigua estirpe sobreviviente

que no desalojaron de su espacioni la ambiciónla indolencia  185ni la infamia.

¡Míralos!

¡Qué dignos!Rectos y valientes.¿Te gustaría platicar con ellos?  190Hablan el lenguaje universal.Son esculturas de pensamientoso pensamientos cincelados.La elocuencia de los siglosellos la cuentan callando.  195

Sígueme,turista hermano.Entremos al país de los sahuaros.

Visten surcados de espinas.Tócalos con Carrión.  200Así, con cuidado.Son de savia generosay de corazones blandos.Adivínalos a la hora en que los oídos y las vocesse topan en las encrucijadas  205de los caminos muertos.¡Qué majestad de seres tan callados!Lunasombrassiluetas.  210

¿Oyes el silencio sacro?Selene prendió en las piedrasla luz que brilla en los astros.Mientras que las piedras duermen...¡Dios mío!  215Se oye el sueño de los pájaros...Rezan los sahuarostal feligreses devotosenlutados.Espejos con luz de arenas.  220La montaña iglesiael cielo altar

tremando de cirios universalesque brillan y se apagan como promesas.

Hermano:  225¿No te sientes montado sobre la fluidez del tiempo?No es otra cosa que el lomo de la muerte.Sus pasos suenan latiendo dentrocomo si volvieran de muy lejos...

Los sahuaros prendidos a la vida  230se aferran a lo profundocontra la sequía que los cerca.Beben historia para crecer soberbiosdesafiando enardecidosla negación de la existencia.  235¡Qué sabio arquitectoquien diseño a estos seres orgullosos!¡Qué artista prodigioso!¡Tal maravilla de cuadro!¡Cuán soberbios y elegantes!  240¡Cuánta hermosura de los sahuaros!

Mira, extranjero.Observa la ternura de ese amante enamoradoflaco angulosoporta lanza  245ciñe espada.Desfacedor de agravios.Se oprime el corazón amante.Mientras le escurren los sesos como requesónlos ojos se le tornan de espaldas al paisaje.  250Loco hecho de ira y de filosofía.Saco de huesoscual espadas braverasrompen su mismo cuero.Gritos agudos de rabia apostólica.  255¡Conmigo sois en batallamalandrines y fulleros!¡Aquí!

Mira éste.Señala el horizonte  260tal vigíaque se apresta a descubrir un continentehendiendo el grito de¡Tierra! ¡América India y España!

Que rodara por los siglos rotantes  265que el espacio se traga.

¡Dios santo!Un crucificado.Esencia de color para teñir el arte trágico.Cruz hecha de siglos infames.  270Mercado del dolor.Verónicas industriales.Clavosmartillosclavos.  275Ternura del cordero agonizante.Afrenta de los ríos de labiosa perjuraasquerosa baba de los hipócritasmancha la pureza de la sangre martirizada.¡Ahorcan palomas!  280Incendian pueblosasesinan nonatos.No saben lo que hacen, padre...perdonadlos.

¡Fíjate!  285Aquel sahuaromira por las cuencas.Le sacaron los ojoslos pájaros que visten de prisioneros escapados.¡Diablo de pareja!  290¡Que no vean las niñas!Están llamando a la cigüeña.Quieren poblar a los campospara que la tierra no perezca.

¡Vea!  295Dos sahuaros de la manotal enemigos reconciliados.Perdieron la sangre en un albur de puñales y plomopara hermanarse en la clorofila.

Aquel ciego juglar  300contémplaloal lado de noble lazarillo.Tiende humilde los hilos de los años que se muereny de los que no han nacido.Contó historias de cuando el mundo era niño.  305Ahora calla y escucha al viento

que es el telégrafo de los muertos.

Caminemos hacia allá.Aquel descarnadoluce a medias su esqueleto.  310Seguirá, señor, de piedespués de muertocual un Cid victoriososin calor y sin alientos.¿Dónde la pulpa que modeló su figura?  315¿La savia que lo vivificó, dónde?¿Qué de la clorofila verde vida?¿De las espinas que lo ornaban, qué?Sólo los proyectiles vanos de la lluviay el viento que le arranca sollozos añorantes.  320

Algún búho anacrónicodesde su cúspideaugura a la media nocheirónicoel exterminio de los indios...  325

Te sonríses, forastero...¿Algo descubres?¡Que se volteen las damas!¡Vaya!Ese pícaro sin rubor  330vive clamando su virilidadapuntando a los arenalescon el símbolo erecto.Clamando corajudo contra el desierto impíosin mengua de ser obsceno.  335

¿Divisas aculláa la distancia?Son aquellos platónicos amantesestirando los brazos para unirse,pero la muralla del espacio transparente  340convierte sus horas paralelasen lago dibujadocomo anhelos sin cristalo lágrimas sin llanto.

¡Contemplad a los sahuaros!  345

Verde ejército encantado;Simulan procesión de hombres de paloestáticos y contemplativos.Quieren que los paisajes trasciendan almapara saber de una tierra amada.  350Lloran con guitarras que afina el abandono.Rezan con palabras de abuelos sepultos.Un Díaz de Vivar les demanda hazañas.Un Cuauhtémoc irredento los constriñe y los estrujamientras el embrión de Huitzilopochtli  355gesta sueños de venganza en sus entrañas.

¡Ey, tu!Joaquín Murrieta.No, no es él.Es un sahuaro que remeda hombre a caballo  360un puño cerradoen la otra mano un látigo,¿No adivinas por venturaal mentado Gerónimo?Arroyos broncos bramando  365espumarajostierra remotay el eco de un rayo.

¡Mira allá!Aquel que parece cruzar...  370El santo Eusebio tan esforzado y manso.Halo de palomas lucientes de cantos amorosos.Jinete sembrador de rosarios.Constelación de palabras alumbrando.¿Vas a San Xavier del Bac?  375Dulce padrecito blanco.¿Qué hacen estos seres enclavados?¿Son acaso jeroglíficos vivos?¿La historia de los humanosse cifrará en estos signos?  380¿No sientes ante la majestad de estos cactosalgo del ayer antiguomiradas y pensamientosotras voces y otros cantos?¿Un paisaje  385que recorrió los luengos caminos de la genealogíapara entrar a tus ojoscon las retinas de ignotos progenitores?Misterio universalel contemplar lo remoto y reconocerlo  390sin haberlo vivido.

¡Sahuaros!hermanos míoshemos nacido en el mismo lugarhace siglos  395bajo el mismo signo.Sois vosotros de Tucson,del padre Tonatiuh hijos.Lo soy también yo lo mismo.Esta tierra  400este paisajetodo es Aztláncon el alma universal del indio.

¿Decías?Sí,  405tienes razón.También parecen soldados que han vuelto de la guerrahastiados de la barbarie y de las vilezassin saber qué es triunfoqué es derrota  410ni cuál la justicia verdadera.

Los sahuaros se van secandocavan los días y los años vencidos.Se extinguen.En los anales de mañana se leerá:  415fueron.No pueden preservar la vidacontra el designio que llevan en la entraña.Los vence y los domina.¡Temporalidad!  420Doblega y matafabricando recuerdos a cada instante de su marcha.

Sahuaros.¡Os amo tanto!¡Sois los seres más dignos!  425¡Qué hermosos y cuán derechos!¿Quiénes más honrados?¿Cuáles más hidalgos?

Monologa con los sahuaros, visitante.¡Un museo en vivo!  430¡Qué multiplicidad de figuras

ideas, sentimientos y sugerencias!Cada quien que los admireencarnará fantasmas en su conciencia.

Dime, caminante,  435¿Dónde has visto tantas estatuasesculpidas por otro maestrode tal maestría y tanta gracia?Aquí, en Tucson, viajero.Lindo pueblo  440con la gracia de la vidaque brota como venerodel mero fondo del desierto....