migración centroamericana en su paso por la zona metropolitana de

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1 DIAGNÓSTICO “MIGRACIÓN CENTROAMERICANA EN SU PASO POR LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA” Jorge E. Rocha Paola Escalona Fernando Gutiérrez

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DIAGNÓSTICO“MIGRACIÓN CENTROAMERICANA EN SU

PASO POR LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA”

Jorge E. Rocha Paola Escalona

Fernando Gutiérrez

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FM4 “Paso Libre”ITESO-Programa Institucional de

Derechos Humanos y PazFoto Portada: Juan Carlos Ortega Diseño Editorial: María De la Llave

Septiembre 2011

3

PARTE I. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

1. Justificación y relevancia del problema

2. Estado de la cuestión

3. Migración y Derechos Humanos

4. Preguntas de investigación

5. Objetivos

6. Metodología del diagnóstico

PARTE II. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

1. Perfil sociodemográfico de los migrantes

2. Condiciones de vida en las comunidades de origen

3. Recorrido de los migrantes en su trayecto por México

4. Violación a los Derechos Humanos en su recorrido por México

5. Estancia en Guadalajara

6. Violaciones a los Derechos Humanos en la Zona Metropolitana de Guadalajara

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

CONTENIDO

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El tema migratorio ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Naciones enteras fueron construyéndose a partir de la mi-gración, con un proceso social que, a lo largo del tiempo, ha tomado dimensiones y matices distintos; sin embargo, en el presente aparece como uno de los retos más importantes para las sociedades contem-poráneas.

Por esta razón, la comprensión y análisis de las nuevas lógicas que el capitalismo global y las modificaciones socioculturales le han impreso a la migración, requieren de estudios que reconozcan las particularidades del fenómeno migratorio, sobre todo, para México, que se ha convertido en un país atravesado por diversas formas de migración. Hoy, uno de estos tipos de migración ha resultado de gran relevancia: el paso de los migrantes centroamericanos por México con el afán de internarse en Estados Unidos. Frente a esta migración se han documentado un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos, que han interpelado la acción de gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, académicos y empresarios, ya que cada vez se vislumbra con mayor nitidez que en este problema se conjugan los peores efectos de la crisis multidimen-sional que viven las sociedades contemporáneas. Este trabajo tiene el propósito de aportar información local y particular al respecto de esta agenda urgente a nivel global.

Agradecemos la valiosa colaboración de Carlos Arias, Rodolfo Bañue-los, Mariana Barba, Harim de la Torre, Tzitzi Gutiérrez, Kyra Lucero, Ahtziri Valdivia y Erika Velázquez, alumnos del ITESO, sin lo cuales no se hubiera podido realizar este diagnóstico.

INTRODUCCIÓN

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PARTE I. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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1. Justificación y relevancia del problema.

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La migración en México tiene, por lo menos, cuatro rostros diferentes: el primero, y el más conocido, es la migración de mexicanos a Es-tados Unidos, fenómeno que, con sus carac-terísticas actuales, comenzó en los años 50, pero que se ha ido acrecentando luego de las sucesivas crisis económicas que ha sufrido el país. Se estima que, en la actualidad, hay 11 millones de mexicanos en aquella nación, de los cuales, casi la mitad tiene su estancia en condiciones de irregularidad.

Un segundo tipo de migración, que aparece a partir del nacimiento y expansión del agro-business, es la migración interna o circular. Las necesidades de siembra y cosecha de hortalizas y frutas en fresco que demandan los mercados internacionales, implicaron la movilización de cientos de contingentes de migrantes del Sur del país hacia los campos de producción en el Bajío, Occidente y Noreste de México. La gran mayoría de estas perso-nas, a los que también se les llama jornale-ros, son indígenas, procedentes, sobre todo, de los estados de Veracruz, Oaxaca y Guer-rero. Habitualmente, los jornaleros indígenas migrantes viajan a los campos de cultivo en el segundo semestre del año, mientras que durante los primeros seis meses permanecen en su lugar de origen.

La tercera forma de este fenómeno es la migración de paso, que consiste en la mo-vilización de personas que, procedentes de países de Centroamérica y Sudamérica, atra-viesan el territorio nacional en búsqueda del llamado “sueño americano”. Este fenómeno no es reciente, sin embargo, en el momento actual se ha convertido en un problema de dimensiones mayúsculas, ya que los migran-

tes centroamericanos son víctimas tanto de autoridades mexicanas como de la delin-cuencia organizada a nivel internacional, al igual que de innumerables maltratos y viola-ciones a sus derechos. Aunado al problema de flagrantes violaciones a los derechos hu-manos, aparecen otras actividades delictivas que los afectan, como la trata de personas y el secuestro de migrantes.

El cuarto tipo, que es poco visible, es la de-nominada migración indígena en las grandes metrópolis del país. Ya sea por razones de pobreza, la crisis del mundo rural o desastres naturales, grupos y comunidades indígenas se han desplazado a las ciudades que cuen-tan con mayor dinamismo económico, para buscar una vida mejor. En la mayoría de los casos se van asentando en colonias popu-lares o terrenos irregulares y allí van repro-duciendo la vida de su comunidad. En estos nuevos sitios, las condiciones de pobreza de sus lugares de origen se mantienen, pero, además, sufren de extorsión de autoridades; discriminación y racismo; incomprensión de sus usos y costumbres, y, con frecuencia, son presa del corporativismo político. Resulta paradójico que, aun cuando hay comunidades que tienen 10 años de haber cambiado de lu-gar de residencia, se les sigue llamando mi-grantes, como si por esta condición se expli-cara su situación de marginación y exclusión social.

Por el tipo de problemas sociales que se es-tán propiciando alrededor de la migración, y ante la ausencia de un cuerpo de investiga-ciones suficientes al respecto de la migración

PARTE I

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centroamericana, la pertinencia sobre el es-tudio de este fenómeno social genera que este asunto sea un tema de agenda de pri-mera importancia, no sólo para las entidades públicas y las organizaciones civiles que tra-bajan en el tema, sino para las comunidades de origen y de recepción de migrantes.

Este proyecto de investigación surgió en el marco de un proceso de fortalecimiento insti-tucional que el Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz (PIDHP) del ITE-SO llevaba a cabo con la organización civil FM4 “Paso Libre”. Este esfuerzo es un trabajo coordinado del PIDHP, el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (DSOJ) y FM4 “Paso Libre”.

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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2. Estado de la cuestión

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En la última década, el fenómeno de la migración centroamericana que atraviesa el territorio nacio-nal en busca de llegar a Estados Unidos se ha convertido en un tema de notable relevancia. Aunque no hay cifras exactas, de acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacional de Mi-gración (INM), se calcula que cada año pasan 400 mil personas por nuestro país. En el 2007 hubo 50 mil 598 aseguramientos de extranjeros (que bajaron por las inundaciones en el estado de Ta-basco). De ellos, 45.4% eran hondureños; 29.9%, guatemaltecos; 11.5%, salvadoreños y 1.7%, nica-raragüenses. El resto eran estadounidenses, cu-banos y de otras nacionalidades (Gutiérrez, 2008).

De acuerdo con Eduardo González6 , México se ha conformado como una frontera vertical que pone dificultades a cada paso de los llamados transmigrantes. La “no postura” del Gobierno Mexicano en el tema ha generado una situación de alta vulnerabilidad de los migrantes y, de a-cuerdo con este historiador, las instancias de Go-bierno adoptan las políticas migratorias de Esta-dos Unidos, con lo que México se convierte en la primera frontera (de 2 mil kilómetros) por la que tienen que pasar los migrantes centroamerica-nos. Según datos proporcionados por González, la hostilidad en los distintos territorios del país es diferente. En los estados sureños como Chiapas y Tabasco, los obstáculos que encuentran los mi-grantes para desarrollar su camino son muchos y muy difíciles; sin embargo, de los que logran sortear esta región, sólo el 25% no logra llegar a la Unión Americana.

Los migrantes no pueden utilizar las vías fomales de transporte en el país, por el riesgo de ser ase-gurados y deportados; por lo tanto, usan dos for-mas de cruzar:

la primera es pagando el servicio a los llamados “polleros”; la segunda es pagarle a grupos de

1 Entrevista realizada el 8 de Abril del 2010.

delincuencia organizada, como “Los Zetas”, que, por cantidades que van desde 5 mil a 7 mil dólares, los ayudan a atravesar el territorio nacional sin contratiempos. Los que no tienen el dinero sufici-ente, que son la mayoría, utilizan las redes ferro-viarias para desplazarse, corriendo altos riesgos, que van desde la extorsión y acoso por parte de distintas autoridades, hasta accidentes en las vías del tren, que han dejado decenas de mutila-dos. Los corredores que se han configurado para la travesía de los migrantes están asociados con las redes ferroviarias; a continuación se pone un mapa de éstos. (Ver mapa 1)

La violación a los derechos humanos de los mi-grantes es una constante en el trayecto. Durante su recorrido, son objeto de abusos por parte de las autoridades de todos los niveles, son extor-sionados, otros más son víctimas de tratos cru-eles y degradantes, y, en general, hay una ten-dencia a la criminalización, es decir, por el simple hecho de migrar, a estas personas se les con-sidera como delincuentes y, en algunos casos, como posibles portadores de enfermedades. Los ejemplos al respecto son múltiples.

El Centro de Derechos Humanos de Tabasco (CODEHUTAB) realizó un estudio a profundidad, que dio a conocer en agosto del 2005, donde documenta una infinidad de violaciones a dere-chos humanos de los migrantes en su paso por ese estado, donde, además de las situaciones ya mencionadas, hay acciones de xenofobia y abuso sexual.

Como ya se dijo arriba, las políticas estadoun-idenses contra el terrorismo y el narcotráfico es-tán influyendo de manera directa en las políticas migratorias mexicanas, que provocan un endure-cimiento en las acciones de persecución y mili-tarización de las fronteras (por ejemplo, el Gobi-erno de Estados Unidos envió 6 mil efectivos a la frontera con México). Un efecto directo de estas

PARTE I

13

acciones es la criminalización de la migración.

Durante mucho tiempo, las personas que migra-ban eran consideradas como indocumentadas (sin papeles); luego, como ilegales (fuera de la ley), y, ahora, como delincuentes (que violan la ley). Esta política es fuente de una infinidad de violaciones a los derechos humanos, donde los centroamericanos que cruzan nuestro país, en busca del “sueño americano”, resultan los más más afectados. Enseguida se expone un mapa sobre los territorios donde hay más casos de violaciones a los derechos humanos de los mi-grantes. (Ver mapa 2)

Como se muestra en el mapa elaborado por Casillas (2007), la mayor parte de las violaciones

a los derechos humanos que fueron documen-tadas se concentran en el sureste del país, la región del Golfo de México y los estados de Coa-huila y San Luis Potosí. El corredor Occidente, al que pertenecen Jalisco y, por ende, la Zona Me-tropolitana de Guadalajara (ZMG), se podría con-siderar la ruta más segura, aunque la más larga, de acuerdo con este mapa.

Mapa 1. Corredores de la migración

Fuente: Rodolfo Casillas (2007)

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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PARTE I

En un informe presentado en abril del 2008 por la Pastoral de la Movilidad Humana de la Comi-sión del Episcopado Mexicano a la Secretaría de Gobernación, se plantea que los agentes de pastoral dedicados a la atención de este proble-ma documentaron, en el 2007, más de 200 casos de violaciones a los derechos humanos de mi-grantes que fueron detenidos arbitrariamente y que fueron víctimas de agresiones físicas y ver-bales, además de ser robados y extorsionados por miembros de Policías municipales de 10 mu-nicipios a lo largo de todo el país.

Una dolorosa realidad que presentó este valioso informe es el secuestro de migrantes por parte de bandas delictivas y del crimen organizado. A

lo largo del 2007, la Pastoral de la Movilidad Humana documentó más de 300 casos de mi-grantes secuestrados en tierras mexicanas y a cuyos familiares se les pidió dinero para que pu-dieran rescatarlos.

Luego de ver la gravedad de este problema, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer, a mediados del 2009, un primer informe que comprendió de septiembre del 2008 a febrero del 2009. En él, documentó el secuestro de 9 mil 758 personas en 198 eventos y, de acuerdo con sus proyecciones, se podría hablar de 18 mil centroamericanos secuestrados, cada año, en su paso por México. El monto del rescate fluctuó entre mil 500 y 5 mil dólares; el promedio era de 2 mil 500 dólares. Con esto se

Mapa 2. Violación a los derechos humanos

Fuente: Rodolfo Casillas (2007)

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calculó que sólo en este periodo la delincuencia organizada obtuvo 25 millones de dólares por la actividad ilícita (CNDH, 2009).

Flor María Rigonni6, misionero scalabriniano y fundador de varias casas del migrante en México,ha comentado sobre varios problemas que ex-perimentan los migrantes centroamericanos y las personas que les otorgan ayuda humanitaria. Por lo menos tres llaman la atención. El primero es que los migrantes son presa de la delincuencia organizada, ya sea porque son secuestrados en el camino y se les pide a sus familiares dinero para dejarlos en libertad, o, en el caso de las mu-jeres, son víctimas de la trata y vendidas a países como Japón. Por su estatus legal, muchas veces los migrantes no pueden denunciar estos atro-pellos, por el temor a ser deportados. Todo esto, en su conjunto, genera una situación de vulnera-bilidad muy alta.

Un segundo problema es la situación de alto riesgo que enfrentan las mujeres migrantes. De acuerdo con los datos internacionales, se con-templa que poco más de la mitad de la población migrante es femenina, pero, de acuerdo con los datos que los albergues scalabrinianos manejan, al llegar a Tapachula, Chiapas, la cantidad de mu-jeres representa 24% del total de los migrantes; al llegar a Tijuana, Baja California, este porcentaje baja hasta 7. De acuerdo con las interpretaciones del sacerdote, esta disminución tiene como ori-gen que algunas mujeres se quedan trabajando en servicios domésticos, otras se contratan como meseras en bares y centros de diversión, y otras más son vendidas, como ya se mencionó antes.

El tercer problema se refiere a la criminalización de la ayuda humanitaria. El hecho de ayudar a estas personas y “oler a migrantes e indocumen-tados” se ha convertido en una actividad de alto riesgo. Las distintas coorporaciones políticas no

6 Conferencia dictada en el ITESO en Marzo del 2009

sólo se han dedicado a persecución de los mi-grantes, también han estado generando políti-cas de presión y criminalización de personas y colectivos que brindan ayuda humanitaria a los migrantes. Baste citar el trabajo del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez” (PRODH) en la defensa jurídica de personas que han sido acusadas penalmente por esta razón, como Concepción Arteaga, quien, por dar de comer a seis hondureños, fue condenada a seis años de prisión, de los cuales purgó dos antes de que el PRODH comprobara su inocencia.

En el 2010, Amnistía Internacional (AI) presentó en la Ciudad de México el informe “Víctimas invis-ibles, migrantes en movimiento en México”. Para la realización del documento, entre el 2008 y el 2009, delegaciones de AI visitaron el país para entrevistar a los migrantes, organizaciones que abordan el tema, miembros de la Comisión Na-cional de los Derechos Humanos y autoridades federales y estatales en el Distrito Federal, Chia-pas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz. Fueron entre-vistados 110 migrantes, quienes dieron su testi-monio a esta organización internacional.

En este valioso texto se detallan los peligros a los que se enfrentan los migrantes en su trayec-to hacia Estados Unidos. Destaca el secuestro de migrantes por parte de bandas delictivas, a lo que se suma que, aparentemente, en algunos casos autoridades mexicanas colaboran en estos delitos y, en otros, permiten la impunidad, al no investigar ni proporcionar la ayuda debida a los migrantes que sufren alguna de estas agresiones.

Otro de los problemas que se toca en el informe es la violencia contra las mujeres migrantes. Se calcula que 20 por ciento de los migrantes cen-troamericanos que atraviesan el país son mu-jeres, de las cuáles, seis de cada 10 sufren vio-lencia sexual, de acuerdo con lo investigado y documentado por AI.

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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La desaparición y muerte de los migrantes cen-troamericanos es otro de los graves problemas que se presentan en nuestro país. No existe in-formación confiable al respecto, sin embargo, en febrero del año pasado el Comité de Familiares y Migrantes Desaparecidos, que representa a más de 700 familias de origen salvadoreño, visitó el sur de México para exigir al Gobierno que inves-tigara los casos de 293 salvadoreños que habían sido asesinados o que desaparecieron en nues-tro territorio durante el 2007 y el 2008.

El citado informe analiza los abusos en los con-troles de migración. En esta parte resaltan dos tendencias, la primera de ellas se refiere a que, con mucha frecuencia, los aseguramientos que realizan las autoridades mexicanas se hacen con lujo de violencia y violando los derechos humanos de los migrantes. Se muestran casos de uso ex-cesivo de la fuerza, golpes, tratos crueles y de-gradantes, y extorsión. La segunda tendencia que aparece en el documento es la amenaza, tanto a las personas que brindan ayuda humanitaria a los migrantes, como para quienes protestan por este tipo de acciones. La forma de hacerlo es intentar acusarlos del delito de tráfico de perso-nas. Parecería que una de las prácticas que se empiezan a instalar entre autoridades mexicanas es intimidar a defensores de derechos humanos y organizaciones no gubernamentales para que no denuncien sus atropellos, por medio de acu-sarlos de este delito.

En agosto del 2010, el tema de la violación a los derechos humanos se colocó en la opinión públi-ca nacional e internacional, por la masacre de 72 migrantes de diversos países en el Rancho San Fernando, en el estado de Tamaulipas. Estas per-sonas fueron secuestradas, presuntamente, por miembros de la organización delictiva “Los Ze-tas”, quienes, al no recibir rescate, asesinaron a los migrantes. Esto provocó la condena interna-cional, y nacional y propició que el Gobierno Me-

xicano no tuviera más remedio que aceptar la magnitud y gravedad del problema.

Dada esta situación, en mayo del 2011 se promul-gó la nueva Ley de Migración, que suplió a la Ley General de Población como el ordenamiento que regula este tema y que, entre las novedades que plantea se encuentran la descriminalización de la migración, el otorgamiento de un marco normati-vo al INM y reconocer ciertos derechos humanos a los migrantes que estén en condiciones irregu-lares en el país. La ley se ha valorado positiva-mente; sin embargo, aún no se ha elaborado el reglamento que la haga operativa, y el diálogo en torno a esta normativa ha sido motivo de conflic-to entre organizaciones de la sociedad civil y la Secretaría de Gobernación.6

La ZMG ya se está convirtiendo en una zona de paso de migrantes centroamericanos. De acuer-do con los últimos datos proporcionados por la organización civil FM4 “Paso Libre”, se calcula que pasan alrededor de 4 mil personas por año. Las vías del tren que atraviesan nuestra ciudad son escenarios donde frecuentemente se puede ver a las y los migrantes provenientes de Cen-troamérica, quienes luego de haber recorrido la mitad del país (en un período de 15 a 20 días), se enfilan hacia Estados Unidos. La capital tapatía se encuentra en el llamado corredor de Occidente, que, a decir de los propios migrantes, es el cami-no más largo, pero el más seguro.

De acuerdo con un primer diagnóstico de la or-ganización FM4 “Paso Libre”, cruzan por las vías entre 15 y 20 migrantes por día, 89% son hombres y 11% mujeres. Más de la mitad son de origen hondureño y un tercio son salvadoreños. Al igual que en otras rutas, cuando llegan a la ciudad

6 El 30 de Agosto del 2011 una serie de OSC hicieron un pro-nunciamiento conjunto en contra de la SEGOB por obstaculizar el diálogo para la construcción del reglamento de la Ley de Migración.

PARTE I

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muchos de ellos ya fueron presa de la extorsión, el maltrato, el robo y otras violaciones a los dere-chos humanos; también vienen muy cansados, con hambre y, en muchas ocasiones, sin dinero. (FM4 “Paso Libre”, 2007).

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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3. Migración y Derechos Humanos

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La migración ha sido estudiada desde múltiples tópicos y perspectivas disciplinares, como la economía, la sociología, la antropología, la cien-cia política, entre otras. Este trabajo tiene por ob-jetivo mirar la migración centroamericana y mexi-cana desde la óptica del respeto de los derechos humanos.

Vladimiro Valdés, SJ, del Servicio Jesuita a Mi-grantes, sostiene que las causas de la migración están vinculadas de un modo especial, aunque no único, “a determinados tipos de violaciones de los derechos humanos… es común encontrar una ausencia crítica de los derechos económicos, políticos, sociales y culturales en sus países de origen.” (Valdés, 2005). La perspectiva que anali-za la migración desde el respeto de los derechos humanos incluye cuatro elementos fundamenta-les, en primer lugar, la violación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en los sitios de origen de acuerdo con lo estipu-lado en el derecho internacional de los dere-chos humanos, siendo el documento central de referencia el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Orga-nización de Naciones Unidas (ONU), también lla-mado Protocolo de San José. En este documento se estipulan una serie de derechos que, en su conjunto, proporcionan el acceso y la posibilidad de una vida digna para las personas. Algunos de los derechos que sobresalen en este Pacto son a la educación, la salud, el trabajo y la cultura.

El segundo enfoque se refiere al análisis de las violaciones a los derechos humanos en el trayec-to de los migrantes, sobre todo, aquellos estipula-dos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, la Convención Americana de los Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Declaración Uni-versal de los Derechos Humanos de la ONU. Es-tos derechos garantizan, entre otros, el derecho a la integridad física, a la seguridad, al libre trán-

sito y a la libertad.

El tercer ámbito es el que se refiere a las condi-ciones laborales de los migrantes y el respeto de los derechos humanos en el lugar de destino. Algunos de los convenios más importantes en esta materia son la Convención Internacional so-bre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, de la ONU, y los Convenios 97, 111 y 143 de la Orga-nización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las condiciones de los trabajadores migrantes y la no discriminación laboral por este motivo.

La cuarta perspectiva tiene que ver con aquellos que prestan ayuda humanitaria a los migrantes en tránsito y los que defienden sus derechos. Para esto existe la Declaración sobre el Derecho y el Deber de los Individuos, los Grupos y las Ins- tituciones de Promover y Proteger los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales Univer-salmente Reconocidos de la ONU, que defiende el derecho a defender los derechos humanos y que esta causa no sea motivo de represión o criminalización por parte de los Estados.

Una de las tesis más importantes en esta línea de pensamiento es que la violación sistemáti-ca de los derechos humanos de los migrantes genera una serie de condiciones estructurales de vulnerabilidad, que, a su vez, provocan que los migrantes acepten cualquier tipo de trabajo y condiciones del mismo, aumentando con ello las tasas de ganancia en las empresas que los con-tratan en los lugares de destino. En este sentido, Vladimiro Valdés, SJ, afirma6 que este fenóme-no social está generando una nueva forma de esclavitud. Hay un doble despojo: por un lado, los migrantes son privados de sus derechos lab-orales, ya que su situación de irregularidad nos se les permite el disfrute pleno de sus derechos y, por otro lado, el pago por su trabajo es infimo,

6 Conferencia dictada en el ITESO en Mayo del 2008

PARTE I

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ya que sólo se les retribuye un tercio de lo de-bido, es decir, los empresarios se ahorran dos tercios de salario y no pagan prestaciones. Sin embargo, las situaciones de miseria que viven los migrantes en sus lugares de origen hacen que estas personas tengan que migrar a pesar de es-tas condiciones. Una explicación de este efecto es lo que, para De Grammont (1999), es el llama-do salario de oportunidad, que desarrolló a partir de sus estudios con migración interna en Méxi-co, donde afirma que los jornaleros migrantes no miden su remuneración en función de su trabajo o las penurias del trayecto, sino en comparación con el ingreso que tendrían en sus lugares de origen, que, sin duda, sería menor y que, por lo tanto, se convierte en una eficaz estrategia de contención salarial en los lugares de destino.

Ahora bien, para caracterizar lo que podemos de-nominar una violación a los derechos humanos, existen tres formas de determinar la autoría o no del Estado en una violación a derechos humanos:

a) Cuando el acto de violencia es realizado directamente por un agente del Estado

b) Cuando el acto de violencia es realizado por particulares apoyados por agentes del Esta-do o con la tolerancia, aquiescencia o anuencia de éstos.

c) Cuando el acto de violencia se produce en razón del desconocimiento, por parte del Estado, de los deberes de garantía y protección que tiene respecto de sus ciudadanos.

Se puede afirmar, entonces, que existe violación a los derechos humanos cuando los agentes del Estado conocían de antemano el alto riesgo que sufrían las víctimas y no hicieron nada, cuando existe una cadena de víctimas con características

similares, cuando el Estado no toma las medi-das efectivas para proteger a estos ciudadanos y cuando se perfila y mantienen en la impunidad a los perpetradores de los hechos de violencia. (CINEP, 2008).

Tomando como referencia esta forma de deter-minar una violación a los derechos humanos, en el caso de los migrantes podemos decir que exis-te un hecho de esta naturaleza cuando las auto-ridades están implicadas en estos actos, cuan-do permiten que particulares realicen actividades delictivas en contra de estas personas o cuando, sabiendo el riesgo que corren los migrantes, no se realiza ninguna acción preventiva o de seguri-dad al respecto.

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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1. ¿Qué situaciones viven y en qué condi-ciones están los migrantes centroamericanos y mexicanos en su paso por la ZMG?

2. Durante su estancia en la ZMG, ¿qué dere-chos humanos se violan a los migrantes cen-troamericanos y mexicanos? ¿Qué derechos hu-manos fueron violados en su trayecto hasta aquí?

3. ¿Cuáles son algunas de las condiciones sociales y económicas de los lugares de origen de los migrantes centroamericanos y mexicanos que pasan por la ZMG?

PARTE I

4.Preguntas de Investigación

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5. Objetivos

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

a) Describir los principales elementos que configuran la estancia y paso de los migrantes centroamericanos y mexicanos por la ZMG.

b) Descubrir y reconocer las violaciones a los derechos humanos que sufren las y los mi-grantes centroamericanos y mexicanos en la ZMG y en el corredor Occidente de la migración, hasta su llegada a Guadalajara.

c) Reconocer las condiciones sociales y económicas de las comunidades de origen de los migrantes centroamericanos y mexicanos para conocer si existen violaciones a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

24

PARTE I

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6. Metodología del DIagnóstico

PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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La realización de un diagnóstico con población en movimiento y en constante cambio supone muchas dificultades, ya que la configuración de la muestra y la propia obtención de la información requiere de una estrategia metodológica sencilla, válida y que, efectivamente, permita dar respues-ta a las preguntas de investigación.

Para la realización de este diagnóstico se optó por la aplicación de entrevistas, que incorporan preguntas de corte cuantitativo y cualitativo, y que recogen percepciones, situaciones y hechos sobre el trayecto de estas personas y las condi-ciones de sus lugares de origen. Sin pretender confeccionar una muestra representativa, se en-trevistó a un total de 64 personas migrantes: 54 de origen centroamericano y 10 mexicanos. Las entrevistas se realizaron a lo largo de una sema-na compuesta en un mes, es decir, ocho entrevis-tados en días lunes, ocho en martes y así, suce-sivamente. Se eligió este criterio con el afán de tener una muestra distribuida. El periodo elegido fue noviembre del 2009; sin embargo, para com-pletar la cantidad predeterminada de entrevistas, se tuvieron que hacer algunas en Diciembre y Enero del 2010.

Los apartados del instrumento, que abarcaron más de 100 preguntas, son:

• Datos personales de las y los migrantes.

• Situación socioeconómica de la comuni-dad de origen.

• Descripción del recorrido y de las redes sociales de los migrantes.

• Violación a los derechos humanos en el trayecto y en la ZMG.

Se elaboró una base de datos con las respuestas proporcionadas por los migrantes, que luego se

sistematizó, se realizó análisis de la información, la elaboración de conclusiones y la redacción del documento final.

La realización de este trabajo requirió el trabajo de 10 personas (siete colaboradores y tres coau-tores).

PARTE I

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PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

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29

PARTE II. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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1..Perfil Sociodemográfico de los Migrantes.

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La edad promedio de los entrevistados se sitúa en 29.73 años. De ellos, 58 (91%) son hombres; 6 son mujeres, una de ellas es mexicana. De los centroamericanos, la mayoría son hondureños (33), seguidos por los salvadoreños (11), guate-maltecos (7) y nicaragüenses (3).

Gráfica 1.0. Nacionalidad de los migrantes

Por género, la distribución de los migrantes es la siguiente:

Gráfica 1.1. Género de los migrantes

En lo referente a los lugares de procedencia, no existe tendencia visible de sitios expulsores. La distribución es muy amplia, ya que los migrantes son originarios de 37 localidades distintas. Sólo resalta la ciudad de Tegucigalpa, de donde pro-vienen 10 personas.

Sobre el estado civil de los migrantes, destaca que la mayoría son solteros (33 de ellos), lo que

representa 51%. Los casados y quienes viven en unión libre suman 33% de la muestra analizada.6

Gráfica 1.2. Estado civil de los migrantes

A pesar de que la mayoría de los migrantes son solteros, 80% de ellos afirmó tener personas a su cargo; el promedio es de 3.25 (en un rango de cero a 11). El promedio de edad de las personas a quienes atienden es de 26.13 años. Por otra parte, cinco de las seis mujeres entrevistadas afirmaron tener personas a su cargo, destaca que una de ellas es responsable de 10 personas.

En lo que toca a la escolaridad, sale a relucir que 46% de los migrantes cuenta con estudios con-cluidos de primaria. Ninguno tiene estudios uni-versitarios terminados. Otro dato que destaca es que 9% no cuenta con estudios terminados. De acuerdo con estos datos, 83% de los migrantes que atraviesan la ZMG sólo han cursado edu-cación media básica y básica.

Llama la atención que 20 de los 32 hondureños entrevistados tienen estudios de primaria o no estudiaron, mientras que 5 de los 11 salvadore-ños tienen la preparatoria concluida.

6 Cuando se dice “No aplica” es que el migrante no respondió la pregunta.

PARTE II

33

Gráfica 1.4. Escolaridad de los migrantes

En cuanto a la actividad económica u ocupación de los migrantes entrevistados, sobresale que 20 de los 64 se dedicaban a algún oficio, 14 son campesinos, uno es estudiante y sólo cinco son desempleados, con lo que parece que ésta no es una causa de su migración. Más bien, tendría que ver con la calidad de su trabajo y los ingresos percibidos.

Gráfica1.5. Ocupación de los migrantes

En el caso de los migrantes mexicanos, la ten-dencia en la ocupación es distinta.

Gráfica1.6. Ocupación de migrantes mexicanos

De los connacionales, son los campesinos y des-empleados los que más migran, de acuerdo con los entrevistados.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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PARTE II

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2. Condiciones de vida en las comunidades de origen

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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PARTE II

En esta investigación se buscó conocer más acerca de las condiciones socioeconómicas de los lugares de origen de los migrantes, intentando verificar si, efectivamente, las condiciones de po-breza y la falta de acceso a derechos económi-cos, sociales y culturales eran una constante que se presentaba en estas personas. A continuación se exponen los resultados.

2.1. Servicios públicos

De los 64 migrantes entrevistados, 44 (69%) re-portaron que cuentan con acceso al agua po-table. Por otro lado, 10% manifestó que nunca o casi nunca tiene acceso a este líquido vital. 17% (11 de ellos) reportó que sólo a veces tiene acce-so y, finalmente, 4% afirmó que casi siempre tiene acceso al agua.

En cuanto a la recolección de basura, poco más de la mitad afirmaron que siempre o casi siempre cuentan con el servicio, lo que contrasta con 38% que nunca o casi nunca cuenta con este servicio. De acuerdo con los consultados, el país que tiene este problema más acentuado es Honduras.

62% de los migrantes afirmó contar y hacer uso de un sistema de drenaje y alcantarillado en su comunidad de origen, el restante 38% manifestó que no cuenta con él.

Sobre el servicio de alumbrado público en las comunidades de origen, 57 (89%) cuenta con él, mientras que 11% (7 de ellos) no tiene este ser-vicio.

Las calles de las diversas comunidades de los países de Honduras, El Salvador, México, Nica-ragua y Guatemala son construidas con diversos materiales, de acuerdo con los migrantes. Ellos refirieron que 40% de las calles son de tierra, 37% están pavimentadas, 19% son empedradas y 4% fueron hechas con otro tipo de material.

2.2. Servicios de salud

En cuanto a la cobertura del sistema de salud, 81% de los migrantes (52) dijo que no hay hospital en su comunidad. Cabe resaltar que ninguno de los guatemaltecos ni de los nicaragüenses afirmó que había hospital en su comunidad de origen.

Destaca que la mayor parte de los migrantes, 42 (66%), siempre tiene la disponibilidad de un médi-co, mientras que 6% dijo que nunca cuenta con este servicio.

Continuando con lo referente al derecho a la sa-lud, se planteó la pregunta acerca de la suficien-cia de medicinas y material de curación en los centros de atención médica; 33% de los migrantes (21) contestó que siempre cuenta con el apoyo de medicinas; 28% (18) afirmó que sólo a veces cuenta con suficiente fármaco para su atención. Llama la atención que 22% compartió que nunca o casi nunca cuenta con ello.

En la misma línea, se abordó a los migrantes para conocer su percepción del servicio médico. 39% lo calificó como regular; 31%, como bueno. A 13% le parece bueno; a 5%, malo y, a 6%, muy malo.

2.3. Educación

Se aplicaron preguntas que pudieran reflejar el cumplimiento del derecho a la educación de los migrantes en sus comunidades de origen. La pri-mera de ellas refiere a la presencia de centros educativos en sus localidades. Salvo el caso de la relación preescolar-primaria, podemos ob-servar una reducción paulatina de estos centros conforme se suceden las etapas educativas.

84% (54) de los migrantes contestó que sí hay instalaciones de preescolar. En el caso de pri-maria, 97% (62) dijo que sí hay planteles educati-vos. 58 Encuestados (91%) respondieron que cu-

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entan con planteles de secundaria en sus loca-lidades, mientras que 40 de ellos (62%) refirieron que hay preparatorias.

Finalmente, en lo que toca a la presencia de cen-tros universitarios, 29 personas (45%) afirmaron que sí hay en sus lugares de origen.

Sobre la asistencia de profesores a las aulas, 55% dijo que siempre acuden; 26%, que a veces; 12%, que casi siempre; 5 por ciento, que casi nun-ca, y 2% no contestó.

Sobre la formación de los docentes, 55% con-sideró que siempre o casi siempre están bien preparados, 34% afirmó que sólo a veces sucede esto y 8 % dijo que nunca o casi nunca están preparados para desempeñar esa función.

Para 34 entrevistados (53%) los estudiantes de sus comunidades de origen siempre tienen ac-ceso a los centros educativos. 17% mencionó que casi siempre, 19% consideró que a veces, 8% opinó que casi nunca y 1% dijo que nunca.

Las instalaciones educativas fueron evaluadas entre regular y buenas. Únicamente 8% (5 mi-grantes) consideró que son excelentes. Para 34% son buenas, 44 % señaló que son regulares; 8%, que son malas, y 3%, que son muy malas.

En general, los migrantes calificaron el servicio educativo con un promedio de 3.56, en una esca-la del 1 al 5. Destaca que únicamente 3% consi-deró excelente. Para 53% (34 migrantes) es bue-no; 36% opinó que es regular. Ninguno lo conside-ró malo y 3% lo consideró muy malo.

2.4. Seguridad y violencia

En cuanto a la seguridad, 34% de los migrantes afirmó que siempre se sentía seguro dentro de su comunidad de origen; 13% casi seguros, 17% a

a veces; 14% casi nunca y 22% nunca. Con estos datos, podemos decir que más de un tercio de las migrantes (36%) no siente seguridad en sus lugares de origen. Destaca el caso de los salva-doreños, ya que la mayoría se siente inseguro en sus comunidades.

41% de los entrevistados manifestó haber sufri-do algún tipo de violencia en la comunidad de origen. De los 11 salvadoreños consultados, 8 su-frieron robos en su lugar de procedencia.

Preguntamos a los migrantes si operan pandillas en sus comunidades. 61% manifestó que sí. Nue-vamente resalta que 10 de los 11 salvadoreños afirmaron que hay pandillas en su localidad.

A continuación exponemos las respuestas sobre la valoración del trabajo de la Policía en las co-munidades de los migrantes. 6% (4 personas) dijo que es excelente; 8%, que es bueno; 25%, que es regular; 30%, que es malo; 31%, que es muy malo. La calificación negativa sobre las Policías en los lugares de origen concentra 61% de las opiniones. En el caso de los migrantes salvado-reños, 10 de los 11 consideraron que el trabajo de las corporaciones en su comunidad es malo y muy malo.

2.5. Alimentación y vivienda

En lo referente a la vivienda, 55% (35) contestó que cuenta con casa o terreno propio. Un dato que resulta relevante es que, de todas las nacio-nalidades, es mayor el número de personas que tiene casa propia que el de los que no cuentan con este patrimonio, a excepción del caso de los mexicanos, pues 8 de los 10 entrevistados dijeron no tener casa propia.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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En lo que concierne a los bienes y servicios a los que tenían acceso en sus viviendas, destaca que ningún caso está cubierto en su totalidad. El agua, la luz y la televisión son los de mayor cobertura, pero no es universal; el acceso a internet es sólo de 9%. Por segmento, tendríamos que 80% de los consultados cuenta con energía eléctrica, agua y televisión; 50%, con estufa, gas, drenaje y regade-ra; 20%, con lavadora y computadora.

En otra pregunta se indagó sobre la calidad de la alimentación de la familia de los migrantes. 66% consideró que es regular; 20%, que es buena; 8%, que es excelente; 3%, que es mala, y 3%, que es muy mala. Llama la atención que sólo 28% de los entrevistados consideró que están bien alimenta-dos en sus hogares.

2.6. Empleo

Del total de entrevistados, 47 personas (73%) consideraron que sí hay escasez de empleos formales en su comunidad. 50 (78%) migrantes opinaron que esos empleos formales son de bajo ingreso. Además, 22 (34%) señalaron que las jor-nadas de trabajo son largas.

Interrogamos a los migrantes acerca del ingreso mensual que tenían en su país de origen. El pro-medio, en dólares, fue de 194.3; en pesos mexi-canos sería de 2,394.27. La paridad de las mone-das se tomó con fecha del 15 de noviembre del 2010. Un dólar equivale a 18.89 lempiras hondu-reñas, 21.74 córdobas nicaragüenses, 7.99 quet-zales guatemaltecos y 12.32 pesos mexicanos. La economía de El Salvador está dolarizada .6

2.7. Gobiernos locales

6 La paridad se tomó de : http://indicadoreseconomicos.bccr.si.cr/indicadoreseconomicos/cuadros/frmvercatcuadro.aspx?codcuadro=435&idioma=1&fecinicial=2010/11/13&fecfi-nal=2010/11/15&filtro=0

De los entrevistados, 36% consideró que el de-sempeño de la Administración Pública en su co-munidad es regular; 26%, que es malo; 23%, que es muy malo; 11%, que es bueno, y 2%, que es excelente. Para la gran mayoría de los migrantes, sus gobiernos locales no cumplen con su labor.

Sobre la corrupción en la Administración Pública, para 39% de los migrantes es muy alta; para 27%, es alta. 25% respondió que es regular, nadie con-sideró que sea baja y 6% opinó que es muy baja. La peor apreciación proviene de los hondureños.

2.8. Recursos naturales

Interrogamos a los migrantes por la situación de los bosques en su comunidad de origen. 17% considera que están en muy malas condiciones; 5%, en malas condiciones; 34%, en condiciones regulares; 28%, en buenas condiciones, y 14%, en excelentes condiciones.

En otra pregunta tratamos de conocer la per-cepción de los migrantes acerca del estado de los ríos y lagos en su comunidad de origen. 11% opinó que está muy mal; 17%, que está mal; 22%, que en condiciones regulares; 37%, que en bue-nas condiciones, y 8%, que es excelente.

Sobre las condiciones del suelo para siembra, 3% las considera muy malas: 8%, malas; 37%, regu-lares; 25%, buenas, y 27% dijo que son excelentes.

Tratamos de indagar cuántos migrantes han sido afectados por algún desastre natural en su co-munidad de origen. 19 (30%) respondieron afirma-tivamente, nueve de ellos son hondureños; seis, salvadoreños; dos, mexicanos, uno es guate-malteco y otro, nicaragüense.

PARTE II

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3. Recorrido de los migrantes en su trayecto por México

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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Una parte del diagnóstico contempló caracterizar las formas en que se hace el recorrido de los migrantes hasta llegar a la ZMG.

De los 54 migrantes centroamericanos entrevis-tados, 42% (23 personas) respondió que el punto de cruce en la frontera sur fue por alguna localidad de Guatemala. De aquellos migrantes que especificaron alguna localidad, la más recurrente fue Tecún Umán, (8), seguida de El Naranjo (7). También fueron mencionados Malacatán, San Marcos (1) y el Petén (2).

El segundo punto de cruce en la frontera sur, que fue mencionado por 30% de los entrevistados, fue el estado de Chiapas, México (16). Las locali-dades más señaladas fueron Ciudad Hidalgo (5) y Tapachula (5); también Cacahoatán (1), La Mesilla (1), Los Pocitos (1) y Santa Rosa (1).

22% de los migrantes dijo que ingresó por Tabas-co. En este estado, la localidad especificada con mayor recurrencia fue El Ceibo (5), seguida de Tenosique (3) y Estacas (1).

3.1. Forma de cruzar la frontera sur

Caminando, o a pie, fue la forma más utilizada por los migrantes para cruzar la frontera sur de México, pues 35% (19 migrantes) lo hicieron de esa forma; 17% (9), en balsa; 15% (8), en lancha; 9% (5), nadando; 8%, en camión. Otras opciones fueron camioneta (3), coche (3), en cámara de llanta (1) y por la selva (1). No existe diferencia notable por nacionalidad o género.

Gráfica 1.7. Forma de cruzar la frontera

3.2. Lugares recorridos

Lechería, Estado de México, es el lugar por el que más migrantes han pasado.

Gráfica 1.8. Lugares por los que han pasado

3.3. Transporte en México

De los entrevistados, 62 afirmaron que el medio de transpote usado para moverse dentro de Mé-xico ha sido el tren, seguido de 30 que han reco-rrido tramos a pie, 22 lo han hecho en camión y siete, en camioneta. Es decir, prácticamente todos utilizan el tren, incluyendo los mexicanos. Al igual que en la variable anterior, un mismo migrante pudo haber dado dos respuestas.No existe dife-rencia significativa entre nacionalidades o géne-ro.

PARTE II

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Gráfica 1.9. Medios de transporte utilizados

3.4. Lugar de descanso

Antes de llegar a la ZMG, la mayor parte de los migrantes (12) –sin diferencia significativa por na-cionalidad o género-, tuvo como último punto de descanso a Lechería, Estado de México, seguido de Irapuato, Guanajuato (9). Dentro del apartado de “otros” se encuentran lugares como: Celaya, Chontalpa, Córdoba, Guchita, Hermosillo, La Pie-dad, Magdalena, Mazatlán, Ocotlán, Querétaro, Salamanca, San Luis Potosí, Sayula, Sufragio, Te-comán, Tecún Umán y Tequilistlán (cada uno de estos lugares los mencionó un migrante). Cinco migrantes dijeron no haber parado desde que sa-lieron de su lugar de origen.

Gráfica 2.0. Último lugar de descanso

Para complementar lo anterior, se les preguntó cuándo fue su último descanso –antes de la en-trevista-. 59% (39) de los entrevistados contestó

que había sido de 0 a 5 días atrás. Cabe mencio-nar que el promedio de esta respuesta fue de 5.44 días, siendo el más bajo menos de un día (0.25) y, el mayor, 35 días.

Gráfica 2.1. Días sin descanso

Aunado a lo anterior, es importante mencionar que 47% (30) dijo que su descanso tuvo una du-ración de 1 a 3 días, 31% (20) respondió que duró sólo horas, seguido de 4 personas quienes dije-ron que no han parado y otras 4 cuyo descanso duró de 4 a 6 días. El promedio es de 2.93 días; el mínimo fue 0.16 días y, el máximo, 33.33.

Gráfica 2.2. Duración del descanso

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

42

PARTE II

3.5. Información con la que contaban

Resulta interesante notar que solamente 33% de los migrantes respondió que contaba con infor-mación sobre el trayecto desde antes de em-prender su viaje. 46% de ellos dijo que obtuvo los datos por testimonios de amigos, familiares y otros migrantes que ya habían pasado por la ruta; 37% se basó en la experiencia propia y 14%, en mapas. Con esto se confirma que, en la mayorparte de los casos, la información con la que cuentan los migrantes es fruto de la experiencia de otros migrantes.

Gráfica 2.3. Tipo de información

3.6. Días viajando

En lo que respecta al tiempo que llevaban viajan-do hasta el punto en que fueron entrevistados en Guadalajara, 37% (23 entrevistados) respondió que llevaba entre 15 y 21 días, y 25% (16), de 22 a 30 días. En este caso tampoco existe diferencia significativa por nacionalidad o género. El prome-dio de días de viaje fue de 26 días, el mínimo fue de 3 días y, el máximo, de 180. El más recurrente fue de 20 días. Con este resultado se confirma la tendencia que ya había demostrado el primer diagnóstico de FM 4 “Paso Libre”.

Gráfica 2.4. Cantidad de días viajados

3.7. Dinero que lleva al momento de llegar a la ZMG

Al preguntarles cuánto dinero llevaban consigo, 53% (34) respondió que ya no cargaba dinero; 29% (18), que muy poco; 13% (8), que poco; 3% (2), que más o menos, y 2% (1), que suficiente. Entre las cosas que portaban, mencionaron: ca-misas, pantalones, cobijas, tenis, pasta de dien-tes, cepillo de dientes, jabón, calcetines, mochila, chamarra, gorro y guantes, y algunas medicinas para dolor de cabeza y ojos.

Gráfica 2.5. Cantidad de dinero que llevaban

3.8. Salud de los migrantes en el recorrido

78% de los entrevistados (50) contestó que había tenido algún problema de salud durante el trayec-to. Lo más común fue gripa, seguido de dolor de cabeza, cuerpo y lesiones.

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Gráfica 2.6. Problemas de salud durante el viaje

Otras de las enfermedades que afirmaron haber tenido durante este viaje fueron dengue, hongos, garrapatas e influenza temporal; uno se electro-cutó con un cable arriba del tren y otro sufrió dolor de muelas. De las 50 personas a las que les sucedió algo, 60% (28) recibió algún tipo de atención. Respondieron haberse atendido con un servicio entre bueno y muy bueno, en un hospital, la Cruz Roja, la Cruz Verde y algún albergue o casa del migrante.

Por otro lado, se les preguntó cuándo había sido su última comida. La respuesta promedio –así como la más común- fue de 24 horas. El lapso más corto fue una hora; el más largo, 13 días.

Gráfica 2.7. Forma en que consiguieron alimento

3.9. Cruce de la frontera norte

En lo que respecta a la ciudad mexicana por la que pensaban cruzar la frontera norte, la mayoría de los entrevistados, 36% (23), planeaba cruzar por Nogales, Sonora. 15% (10), por otros puntos de Sonora: Altar, Cananea, Sonorita. Otros no es-

pecificaron por qué parte de Sonora. 23% (15) dijo que por Baja California, la mayoría por Mexicali y, otros, por Tijuana. Por otro lado, 20% (13 mi-grantes) no sabía por dónde cruzar y 6% (4) no cruzarían –tres mexicanos y un guatemalteco).

Gráfica 2.8. Punto por el que cruzarán la frontera norte

44% (28) dijo que cruzaría solo; 25% (16), con ayu-da de un coyote; 17% (11), en grupo, y 5% (3) to-davía no sabía cómo cruzar.

Grafica 2.9. Cómo cruzarán la frontera norte

El lugar de destino en Estados Unidos más men-cionado, por 10 migrantes, fue Los Ángeles, Cali-fornia; en segundo lugar quedó Phoenix, Arizona (5); luego, Houston, Texas, y el estado de A-rizona (4); San Francisco, California (3), seguido del estado de California; Kansas; Miami, Florida; Virginia; Arkansas; Tucson, Arizona; (2 respec-tivamente). Además, fueron mencionados por una persona cada uno de los siguientes lugares: Alaska, Caborca, Colima, la frontera con Nogales,.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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Kentucky, Las Vegas, Salt Lake City, San Diego, Santa Mónica, Seattle, Tepic, Tijuana, Denver, A-tlanta, Phoenix, Texas, San Mateo, Maryland, Long Beach, Nayarit y Mazatlán.

3.10. Conocidos en el extranjero

Preguntamos a los migrantes cuántos de sus conocidos viven en el extranjero, intentando con-ocer el estado de la migración en la comunidad de origen y la relación que mantienen con el en-trevistado. Para mayor facilidad en la compren-sión, anexamos la siguiente tabla con los totalesy un promedio

Tabla 1. Conocidos en el extranjero

3.11. Recepción en Estados Unidos

52% del total de migrantes entrevistados, es decir 33 de ellos, contestó que nadie los recibirá en el lugar de destino. Resulta importante destacar que en esta situación llegarán a Estados Unidos la mayoría de los mexicanos (7 de 10), 71% de los guatemaltecos (5 de 7), y 55% de los salvadoreños (6 de 11).

Gráfica 3.0. Recibimiento en su lugar de destino

En ambos casos, un migrante decidió no dar respuesta a la pre-gunta, por lo que se eliminó del conteo.

De los entrevistados que respondieron que sí los recibirá alguien, a la mayoría (13) los espera su hermano(a); 5 migrantes respondieron que los re-cibirá su primo, y otros 5 llegarán con sus amigos.

3.12. Garantía de trabajo

46 de los entrevistados (72%) llegarán a buscar trabajo en Estados Unidos; frente a un 28% que ya tiene algún empleo apalabrado.

3.13. Cuánto tiempo planean quedarse

44% de los migrantes entrevistados, 28 de ellosrespondió que planea quedarse tres años, o menos, en Estados Unidos; 20% pensaba ampliar su estancia más de 4 años.

PARTE II

45

Gráfica 3.1. Tiempo que planean quedarse

3.14. Regreso a sus comunidades de origen

88% de los entrevistados (56) tenían planeado re-gresar a su comunidad de origen.

Gráfica 3.2. Regreso a sus comunidades de origen

3.15. Veces que han emprendido el viaje

Por otro lado, 70% (45) de los entrevistados afirmó que ha emprendido el viaje rumbo a Esta-dos Unidos entre 1 a 3 veces. La moda fue de 2; el mínimo, de 1, y, el máximo 20. El promedio fue de 2.32 veces.

Gráfica 3.3. Veces que han emprendido el viaje a Es-tados Unidos

3.16. Anteriores puntos de cruce

Al preguntarles por dónde cruzaron anterior-mente la frontera norte de México, la respues-tamás común fue Nogales, Sonora. Resulta importante notar que la mayoría (45) de los entrevista-dos no contestó a esta pregunta. Es importante notar que en algunas respuestas se ponen dos Estados diferentes o dos ciudades, esto es, porque las personas han cruzado más de una vez por sitios distintos.

Gráfica 3.4. Punto por el que cruzaron anteriormente la frontera norte

82% de los entrevistados respondió que alguno de sus familiares o conocidos ha sido deportado. 40% dijo que esto sucedió tanto en México como Estados Unidos.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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PARTE II

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4. Violación a los Derechos Humanos en su recorrido por México

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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Como ya se ha mencionado antes, prácticamente todos los informes de organizaciones de la so-ciedad civil y del sistema público de derechos hu-manos muestran que uno de los problemas más serios que sufren los migrantes centroamerica-nos en su paso por el territorio nacional es la violación a sus derechos humanos. Ésta es en-tendida no sólo por los actos perpetrados por autoridades al ir en contra de un ordenamiento de este tipo, sino por la imposibilidad de evitar que otros agentes generen actos criminales en contra de este grupo social.

De los 64 entrevistados (salvadoreños, guate-maltecos, hondureños, nicaragüenses y mexi-canos), 70% (45) testificó haber sido víctima de alguna violación a sus derechos humanos o de un acto delictivo (robo, extorsión, golpes, hosti-gamiento, secuestro, persecución, privación de la libertad, tortura y maltrato verbal). De ellos, 91% (44) fueron hombres. Sin embargo, en proporción, no hay mayor diferencia: 71% de los hombres y 67% de las mujeres confirmaron haber sufrido al-gún tipo de abuso, lo cual nos indica que ambos géneros son igualmente vulnerables ante esta realidad.

En conjunto, cometieron contra ellos 137 abu-sos. En promedio, cada migrante experimenta 2.2 abusos en su trayecto por México. Sin embar-go, como sólo 45 migrantes dijeron que fueron agredidos, el promedio de abusos es de 3 por persona.

Como se puede observar en la tabla inferior, los hondureños fueron los más afectados.

Gráfica 3.5. Cantidad de abusos a migrantes, por na-cionalidad

4.1. Respeto a la legalidad por autoridades mex-icanas

A su paso por México casi una tercera parte de los migrantes (17) no había tenido contacto con autoridades mexicanas. Sin embargo, la percep-ción de quienes sí lo han hecho es negativa, ya que 62% (39) respondió que las autoridades mex-icanas “casi nunca”, “nunca” o “a veces” res-petan la legalidad, sin existir diferencia significa-tiva con respecto a cada nacionalidad, ni género.

Gráfica 3.6. Respeto de la legalidad por parte de las autoridades mexicanas

4.2. Frecuencia en el tipo de violación a los Dere-chos Humanos

La violación a derechos humanos más referi-da fue la persecución, con un total de 27 casos (20%). Un hombre salvadoreño respondió haber

PARTE II

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sido víctima de tortura perpetrada por grupos criminales, identificados por él como “Los Zetas”, en Medias Aguas, Veracruz.

Gráfica 3.7. Frecuencia de los tipos de violaciones

4.3. Violación a los Derechos por nacionalidad

82% de los salvadoreños respondió haber sido víctima de algún abuso, al igual que 73% de los hondureños, 70% de los mexicanos, 29% de los guatemaltecos y 100% de los nicaragüenses (es-tos últimos representan 4.7% de los entrevista-dos).

La violación que con mayor frecuencia se pre-sentó (seis casos) fue el maltrato verbal, luego de la persecución y el robo por parte de civiles, cada una con 17%. En conjunto, los tres abusos representan 51% del total de violaciones cometi-das a salvadoreños. En seguida, la extorsión, que representa el 14% de los sucesos. Cabe remar-car que el único caso de tortura que se confirmó durante el proceso de recopilación de datos fue justamente el de un salvadoreño.

Los hondureños fueron los segundos más afec-tados, quienes representan el 51% de nuestra muestra, de los cuales 21 casos fueron de perse-cución. La siguiente violación más reportada por ellos fue la extorsión (20%). Tan solo estos dos

tipos de abuso conforman 51% de los abusos contra esta nacionalidad. La tercera violación más frecuente fue el robo cometido por civiles, con ocho casos (12%), seguido del secuestro, sie-te casos (10%). Cabe señalar que el secuestro a hondureños representa 78% del total de casos entre los entrevistados; uno fue en contra de una mujer.

70% de los mexicanos entrevistados contestaron haber sido víctimas de algún abuso en el trayec-to. 43% indicó que el mayor abuso cometido con-tra ellos fue el robo por civiles, seguido por robo cometido por autoridades (25%). Los siguientes son maltrato verbal y golpes, 13%, cada uno. El último abuso señalado fue un caso de hostiga-miento. Cabe destacar que es la nacionalidad que menos “variedad” de violaciones presenta. Es decir, los mexicanos contestaron que nunca habían sido extorsionados, secuestrados, perse-guidos, privados de su libertad ni violado sexual-mente. Sólo un migrante dijo que fue torturado.

Por otro lado, dos guatemaltecos y tres nica-ragüenses reportaron haber sido víctimas de algún abuso durante este trayecto hacia Esta-dos Unidos. Un guatemalteco afirmó haber sido perseguido y golpeado por civiles mexicanos en Tapachula, Chiapas, y el otro declaró haber sido extorsionado por los guardias del tren, también en Tapachula.

En lo que se refiere a los nicaragüenses, los tres que fueron entrevistados reportaron un total de 13 tipos de violación. Los golpes y la persecución fueron reportados por los tres; el maltrato verbal, por dos de ellos. El resto de abusos (excepto vio- lación sexual y tortura), sólo por uno. Al primer nicaragüense, en La Capilla –rumbo carretera a Chapala- le robaron, extorsionaron, hostigaron, golpearon y maltrataron verbalmente los guar-dias del tren; además, sus compañeros de viaje también le robaron. Al segundo, lo persiguieron,

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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privaron de su libertad, golpearon y maltrataron verbalmente oficiales de la Policía Federal Pre-ventiva en Sonorita, Sonora; además, fue perse-guido por pandillas en Tenosique, Tabasco, y en Puerto Peñasco, Sonora. El tercer nicaragüense fue golpeado en Puerto Peñasco, Sonora, por la Policía municipal.

4.4. Violaciones de Derechos Humanos por género

De acuerdo con la siguiente gráfica, para los hombres migrantes, los tres abusos más recu-rrentes son la persecución, el robo por civiles y la extorsión. Para las mujeres, son la privación de la libertad, el maltrato verbal, la extorsión y la persecución.

Gráfica 3.8. Frecuencia de violaciones por género

4.5. Perpetradores de las violaciones a los derechos humanos y actos delictivos

Resalta que las pandillas y/o grupos criminales son los que cometen más abusos, 25%, de a-cuerdo con los entrevistados, seguidos por los civiles mexicanos, con 19%. Es interesante remar-car que solamente estos dos actores –que no son autoridades- representan 44% de los abusos cometidos contra los migrantes.

De acuerdo con lo señalado por los migrantes,

32% de los abusos fueron cometidos por autori-dades mexicanas: las Policías municipales, 13% las Policías estatales, 8% y, agentes del Instituto Nacional de Migración, 11%. Los guardias del tren, que no son autoridad, comenten 11% de estos abusos.

Grafica 3.9. Frecuencia de abusos cometidos por per-petrador

PARTE II

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5. Estancia en Guadalajara

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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5.1. Duración de la estancia

Al momento de la entrevista, la mayoría de los migrantes consultados dijo que su estancia en Guadalajara era de entre 7 y 24 horas. Es decir, la mayoría se queda, por lo general, menos de un día. El promedio es de 43.14 horas; el más común fue de 24.

Gráfica 4.0. Horas de estancia en Guadalajara

5.2. Apoyos recibidos

73% de los migrantes contestó que no había re-cibido ayuda durante su estancia en Guadalaja-ra. Incluso, dos contestaron que intentaron pedir apoyo, pero que les dijeron que sólo ayudaban a indígenas y ancianos.

En otro enfoque, 39% (25) respondió haber es-cuchado de algún lugar donde ayudaran a los migrantes en Guadalajara. De ellos, 37% (12) ex-presaron que habían escuchado que se brinda asistencia en albergues; 28% (9), en casas cerca-nas a las vías; 22% (7), en iglesias, y 13% (4), en otros lugares (el DIF; FM4 “Paso Libre”, Alcohóli-cos Anónimos y un banco de alimentos). Es im-portante aclarar que algunas de estas respues-

tas son compuestas, es decir, una misma per-sona pudo dar varias referencias. De estos 25 migrantes, la mitad contestó que sí había asistido a alguno de los lugares antes mencionados –sin existir preferencia por algún lugar, ni nacionali-dad o género-.

5.3. Lugar donde recibieron la asistencia

Gráfica 4.1. Lugar donde recibieron asistencia

De los 12 migrantes que respondieron sí haber ido a algún lugar para recibir asistencia, 11 dijeron que se les brindó agua y comida, cuatro que se les proporcionó un lugar para dormir, a dos se les dio ropa, les ofrecieron un lugar para des-cansar y atención médica. A uno le permitieron asearse. El tiempo promedio de estancia en di-cho lugar fue de 31.5 horas; el mínimo, 2 horas, y el máximo, de 96 horas; dos contestaron que la visita fue de paso. El apoyo brindado fue califica-do, en promedio, entre bueno y regular. También se les preguntó si usarían el servicio, en caso de que hubiera en Guadalajara, de un lugar donde pudieran descansar. 86%, es decir 55 migrantes, respondieron que sí.

5.4. Tipo de asistencia recibida

PARTE II

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Gráfica 4.2. Asistencia recibida

5.5. Acompañamiento durante el viaje

La mitad de los migrantes contestó que viaja-ba en solitario. De la otra mitad, el promedio de acompañantes fue de 3; el mínimo fue uno, y, el máximo, 19 personas.

40% (26 migrantes) emprendieron solos este via-je. Para quienes lo empezaron acompañados, la moda fue de un acompañante, pero las respues-tas van de 1 a 10, siendo el promedio 1.8. Cabe destacar que 17 de las 35 personas que respon-dieron haber emprendido el viaje con alguien más ya iban solos al momento de su entrevista en Guadalajara; es decir, 49% de los acompañantes se quedaron en algún punto del trayecto. Sola-mente siete de los entrevistados (20%) siguen con los mismos acompañantes. Complementando lo anterior, el promedio de personas con las que los entrevistados llegaron en tren a Guadalajara fue de 8.33, siendo el mínimo uno y, el máximo, 50.

5.6. Primera vez del migrante en Guadalajara

59% de los entrevistados (38) contestaron que este viaje era su primera vez en Guadalajara. Del otro 41% (26), la mayoría (19) dijo haber estado aquí dos veces anteriores a este viaje.

47% (34) de las personas indicaron que habían dormido en las vías del tren. 18% (13) respondió no haber dormido aún –no había pasado el sufi-ciente tiempo.

Gráfica 4.3. Dónde durmieron los migrantes en Gua-dalajara

5.7. Trato de la gente de Guadalajara

De 63 entrevistados (una respuesta fue anulada), 55% (35) opinó que el trato que recibió por parte de civiles tapatíos fue bueno. 24% (15) dijo que fue excelente; para 8% (5) fue regular; 6% (4) no tuvo contacto con algún tapatío, 5% (3) lo consideró malo y 2% (un entrevistado) señaló que el trato fue muy malo. Entonces, se puede asumir que, en general, el trato que reciben los centroamerica-nos por parte de los civiles tapatíos, sin que exis-ta distinción significativa entre nacionalidades, es positivo. 94% afirmó haber tenido contacto con civiles tapatíos, del cual, 74% expresó que el tra-to fue positivo (es importante mencionar que los resultados pueden estar influidos por el hecho de que los entrevistados estaban en tierras tapa-tías, además de que se les proporcionó alimento y bebida durante la entrevista).

De las seis mujeres entrevistadas, tres respon-dieron “excelente”; dos, “bueno”, y una, “malo”. De manera, que al igual que las respuestas arro-jadas sobre los abusos sufridos en Guadalajara, las del género femenino son en sentido positivo.

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PARTE II

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6.Violaciones a los Derechos Humanos en la Zona Metropolitana de Guadalajara

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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De los 64 entrevistados, 73% (47 migrantes) res-pondió no haber sido víctima de algún abuso en su paso por Guadalajara, frente al 27% (17) que aseguró sí haber sido molestado.De los 17 que respondieron que sí fueron vícti-mas de algún abuso, 41%, (7) sufrieron robos en la ZMG, seis por parte de guardias del tren y uno cometido por un civil mexicano.

Gráfica 4.4. Tipos de abusos sufridos por los migrantes

Por otro lado, los perpetradores más menciona-dos fueron los guardias del tren, seguidos por los civiles mexicanos en Guadalajara.

Gráfica 4.5. Perpetradores de los abusos

Como ya se ha mencionado en líneas anteriores, los guardias del tren son considerados como el mayor infractor de abusos en la ZMG; el abuso más cometido seguido del hostigamiento; la ex-torsión, los golpes, l maltrato psicológico y ver-

bal y la persecución. Cabe mencionar que es posible que a un mismo migrante le hayan com-etido más de un abuso.

Las violaciones más cometidas por los civi-les mexicanos fueron golpes, robo y extorsión. Según arrojan los datos, la Policía estatal comete extorsión y hostigamiento. Por su parte, la Policía municipal hostiga y maltrata verbal y psicológica-mente. Los agentes del INM solamente incurren en los golpes. En este caso, también pudieron haber cometido uno o más abusos en contra de un migrante.

Gráfica 4.6. Frecuencia de abusos por perpetrador en ZMG

Cabe destacar que ninguna de las seis mujeres entrevistadas respondió haber sido víctima de al-gún abuso en su paso por Guadalajara.

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CONCLUSIONES

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Este primer apartado de conclusiones recoge los hallazgos más importantes del diagnóstico. Que-da pendiente un trabajo más profundo para cru-zar información y hacer nuevas preguntas a par-tir de los resultados obtenidos. Sin embargo, este esfuerzo presenta una fotografía suficientemente nítida que da cuenta de la situación que viven los migrantes mexicanos y centroamericanos que viajan por el corredor Occidente de la migración.

Los migrantes

En cuanto a las características de los migrantes que pasan por el corredor Occidente y llegan hasta la ZMG, podemos afirmar que su edad os-cila en los 30 años y que predominan los hon-dureños y salvadoreños. Al menos en este tra-mo del recorrido, sólo 9% eran mujeres, lo que confirma la tendencia del primer diagnóstico que hizo FM4 “Paso Libre”, que contabilizaba 11% de mujeres.

Otros diagnósticos relatan que, del total de mi-grantes que ingresan al territorio nacional, entre 20 y 25% son mujeres; si, cuando llegan a este punto, el porcentaje ya se redujo a la mitad, es-taríamos hablando que aproximadamente 10% de las mujeres migrantes se quedan en el camino, un elemento más para confirmar las hipótesis de Flor María Rigonni, quien plantea que este grupo de mujeres terminan en el servicio doméstico, en bares del sureste del país o son víctimas de la trata de personas.

80% de los migrantes está a cargo de otras per-sonas; un poco más de la mitad son solteros. En cuanto a la escolaridad, 83% no cuenta con estudios terminados mayores a la preparatoria, con lo que podemos afirmar que se configuran como una mano de obra poco especializada. En cuanto a las ocupaciones, resulta muy revelador que sólo 8% estaba desempleado en sus comu-nidades de origen, con lo que podemos señalar

que las personas que están migrando lo hacen porque la calidad de los empleos es precaria. La tendencia en la ocupación entre los mexicanos es diferente, ya que 30% son desempleados y 30% son campesinos, con lo que se muestra una evidencia más que en México tenemos un serio problema de falta de empleos y de crisis en el mundo rural.

En lo que se refiere a las condiciones de vida, sobresale que 81% no tiene acceso a hospitalesen su comunidad de origen y el derecho a la sa-lud no se encuentra cubierto en su totalidad; aun-que no se descubre una situación alarmante, las encuestas dan cuenta de un deficiente servicio en esta materia. Sobre la seguridad pública, 36% afirmó que se siente muy inseguro en su locali-dad, 41% ha sufrido de violencia o robos a su persona o casa, 61% de los migrantes expresaron que hay pandillas en sus colonias o comunidades y 61% tiene una valoración mala o muy mala de las Policías de su localidad. Podemos afirmar que la seguridad pública en los lugares de origen es un derecho poco vigente.

En cuanto a las condiciones de los hogares, 45% de los migrantes no cuenta con casa propia; en lo concerniente a los servicios, ninguno de los en-trevistados tiene todos los servicios disponibles.

73% de los migrantes afirmó que en sus comu-nidades de origen hay escasez de empleos for-males y 78% dijo que estos empleos son de bajos ingresos.

Al respecto de los gobiernos locales, los entre-vistados tienen una muy mala impresión de sus gobernantes, ya que 49% mencionó que el de-sempeño de la administración pública es malo o muy malo. Además, 66% afirmó que la corrupción de sus autoridades es alta o muy alta.

Con la información procesada hasta ahora, po-

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demos afirmar que, efectivamente, las condi-ciones socioeconómicas en las que viven los mi-grantes que atraviesan el corredor occidente son muy precarias y la valoración del trabajo de sus gobiernos es muy mala, con lo que hay evidencia empírica para afirmar que no se cumplen con los derechos económicos, sociales y culturales en las zonas de expulsión.

El Recorrido

62 de los 64 entrevistados han utilizado el tren como medio de transporte en el territorio nacio-nal. Poco menos de la mitad se ha desplazado a pie.

La información previa con la que cuentan es mayoritariamente la que les proporcionan otros migrantes con su testimonio (46%) y, luego, la propia experiencia que van adquiriendo en su camino. Al llegar a la ZMG, 37% de los migrantes lleva en el país entre 15 y 21 días de trayecto. Las formas de pasar la frontera son fundamental-mente dos: caminando (36%) y en balsa o lancha (32%).

Al llegar a la ZMG, más de la mitad de los mi-grantes ya no portaba dinero para lo que resta del camino y otro 28% afirmó que ya traía poco. Además, 78% mencionó que tuvo algún problema de salud a lo largo del camino; sólo 60% recibió algún tipo de atención médica. De acuerdo con lo anterior, las condiciones de vulnerabilidad en la segunda parte del trayecto aumentan y, en esta perspectiva, la ayuda humanitaria se vuelve in-dispensable.

52% de los migrantes expresó que no tenía quién lo reciba en Estados Unidos. 44% planeaba que-darse entre uno y tres años en aquel país y casi 9 de cada 10 migrantes contemplan regresar a sus lugares de origen. En esta parte resalta que la

gran mayoría no tienen pensado cambiar defini-tivamente de residencia, más bien “se van, para quedarse”, es decir, van a conseguir trabajo para que el resto de la familia pueda mantenerse en los lugares de origen.

Con los datos arrojados hasta ahora, se puede afirmar que las condiciones de vulnerabilidad de los migrantes en el viaje, a través del corredor Occidente, son altas.

Violación a los Derechos Humanos en el Trayecto

70% de los entrevistados respondió que duran-te el trayecto hasta la ZMG fue víctima de actos delictivos o de violaciones a sus derechos hu-manos. Este grupo sufrió, en total, 137 abusos, con lo cual da un promedio de tres incidentes por migrante hasta llegar a la ciudad.

Los abusos más frecuentes fueron las perse-cuciones, el robo perpetrado por civiles mexica-nos (delincuencia común) y la extorsión por parte de las autoridades. Destaca que no se reportó algún caso de abuso sexual.

La nacionalidad que proporcionalmente ha sido más victimizada en su trayecto hasta la ZMG es la salvadoreña. Las pandillas y los grupos crimi-nales son los mayores perpetradores de los abu-sos, con 25%; luego, los civiles mexicanos, tam-bién con 25%. Las autoridades mexicanas, en su conjunto, perpetraron 43% de las violaciones a los derechos humanos.

Con los hallazgos podemos afirmar que no tiene bases empíricas la afirmación de que el corre-dor de Occidente es el más seguro para los mi-grantes centroamericanos y mexicanos. En todo caso, y en comparación con otros corredores, podría ser un poco menos violento y es posible que esta percepción pudiera provenir de la falta

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de documentación de casos en este corredor.

Estancia en la ZMG

El promedio de estancia de un migrante en la ZMG es de un día, casi 60% de los entrevistados estaba por primera vez en la ciudad y, hasta el momento de la aplicación del cuestionario, 73% no había recibido algún tipo de ayuda. Casi 90% de los migrantes consideró que el trato que la población en general les brindó fue entre bueno y excelente. Resalta que 47% de los consultados había dormido en los alrededores de las vías del tren y 13%, en la calle.

39% de los entrevistados mencionó que tenía conocimiento de lugares en la ciudad donde se daba asistencia a personas en su condición. 27% de los migrantes reportó haber sido víctima de algún tipo de abuso en la capital de Jalisco. El evento más recurrente fue el robo (41%), seguido por golpes y el hostigamiento (35%).

Los mayores perpetradores de estos abusos fueron los guardias del tren, que son responsa-bles de casi la mitad de los incidentes; los civiles tapatíos fueron señalados en el 26% de los even-tos. Cabe señalar que, hasta el momento de ser entrevistadas, ninguna mujer había sido víctima de algún tipo de delito o violación a sus derechos humanos.

Consideraciones finales

Luego de realizar el “Diagnóstico de la migración centroamericana en su paso por la Zona Metro-politana de Guadalajara”, podemos afirmar que, efectivamente, este grupo social está en condi-ciones de alta vulnerabilidad durante el trayecto que va desde sus lugares de origen hasta la ZMG. Además, nos percatamos de que son víctimas de una doble violación a los derechos humanos, por un lado, los abusos perpetrados por las propias

autoridades y, por otro, la omisión de las autori-dades al permitir que sean objeto de actos crimi-nales por parte de grupos delincuenciales. Otra constatación es que los mexicanos que migran a Estados Unidos empiezan a tomar las mismas rutas que los centroamericanos y también son vulnerables a sufrir vejaciones en el camino.

Los hallazgos hasta ahora encontrados confir-man que las acciones emprendidas por organi-zaciones de la sociedad civil como FM4 “Paso Libre” resultan altamente pertinentes, ya que las condiciones de vulnerabilidad que tienen los mi-grantes justifican plenamente la ayuda humani-taria y la observación y vigilancia del respeto de sus derechos humanos.

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BIBLIOGRAFÍA

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DIAGNÓSTICO“MIGRACIÓN CENTROAMERICANA EN SU

PASO POR LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA”