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© 2014 ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA 21: 5–22. ISSN 1989–4104. http://www.laiesken.net/arqueologia/. ARQUEOLOGÍA ARGENTINA Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved. Licencia/License CC BY 3.0. Recibido: 18-9-2013. Modificado: 4-11-2013. Aceptado: 18-11-2013. Publicado: 24-1-2014. MICRORRESTOS VEGETALES EN CAMPOS DE CULTIVO DEL PRIMER MILENIO DE LA ERA EN EL VALLE DE TAFÍ (PROV. DE TUCUMÁN, REPÚBLICA ARGENTINA) Plant Micro-remains in Crops of the First Millennium AD in the Tafi Valley, Tucuman Province, Argentina Valeria Franco Salvi, * María Laura López ** y Rocío María Molar *** * CONICET, UNC, Argentina; ** CONICET, Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Argentina; *** UNC, Argentina de diferentes problemáticas, sobre todo en lo referi- do a la dilucidación de las escalas de trabajo, los as- pectos económicos y las transformaciones sociales a través del tiempo (Kirchner 2009; Van der Veen 2010; Twiss 2012). El foco sobre la agricultura deri- vó hacia la investigación de áreas poco exploradas como los campos de cultivo. Para su abordaje, en el Noroeste argentino, se han efectuado numerosos aportes metodológicos desde la arqueobotánica y el análisis químico de suelos (Sampietro Vattuone 2002; Babot 2004 y 2006; Oliszewski 2004; Roldán et al. 2005; Quesada 2006; Korstanje y Cuenya 2008; Lema 2010; López et al. 2012; Maloberti 2012; Zucol et al. 2012). Los estudios arqueobotánicos efectuados en valles y quebradas de la región vienen sosteniendo que, du- rante el primer milenio de la Era, estos grupos aldea- nos manejaron una gran diversidad de vegetales tanto silvestres como domésticos. La presencia de maíz (Zea mays) habría sido predominante, seguido por el poroto o frijol (Phaseolus sp.), zapallo (Cucurbita maxima), maní (Arachis hypogaea), seudocereales como la quinoa (Chenopodium quinoa) y amaranto (Amaranthus sp.) y tubérculos microtérmicos como la papa (Solanum tuberosum) y la oca (Oxalis tube- rosa). La presencia de recursos de recolección es notable, reconociéndose la existencia de frutos de al- garrobo (Prosopis sp.), visco (Acacia visco), chañar (Geoffroea decorticans), etc. (Oliszewski 2004). Es- tas plantas fueron identificadas en recintos habita- cionales y basurales, esto es, en contextos de uso (procesamiento/cocción, molienda, consumo, alma- cenaje) y descarte (desechos de consumo alimenti- RESUMEN. El presente artículo tiene como objeti- vo principal contribuir a la discusión acerca de la producción de alimentos durante el primer milenio de la Era en el valle de Tafí a través de la identifica- ción de microrrestos presentes en sedimentos aso- ciados a campos de cultivo. Los resultados obtenidos se integran con las características arquitectónicas y de emplazamiento de las estructuras agrícolas. La combinación de múltiples líneas de evidencia per- mitió reconocer la funcionalidad de las instalacio- nes y los recursos vegetales cultivados. PALABRAS CLAVE: campos de cultivo, microrres- tos, primer milenio de la Era, valle de Tafí. ABSTRACT. This paper focuses on the study of plant resource use during the first millennium AD in the northern sector of the Tafi Valley through the identi- fication of micro-remains in the archaeological sediments. The results are integrated with the archi- tectural features and location of agricultural struc- tures. The combination of multiple lines of evidence allows for the recognition of the function of these structures and cultivated plant resources. KEYWORDS: Crops, Micro-remains, First Millen- nium AD, Tafi Valley. INTRODUCCIÓN E N LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS, LA ARQUEOLOGÍA HA incrementado su interés por el estudio del pai- saje agrario a fin de profundizar en el análisis

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© 2014 ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA 21: 5–22. ISSN 1989–4104. http://www.laiesken.net/arqueologia/.

ARQUEOLOGÍA ARGENTINA

Editor/Publisher: Pascual Izquierdo-Egea. Todos los derechos reservados. All rights reserved. Licencia/License CC BY 3.0.

Recibido: 18-9-2013. Modificado: 4-11-2013. Aceptado: 18-11-2013. Publicado: 24-1-2014.

MICRORRESTOS VEGETALES EN CAMPOS DE CUL TIVODEL PRIMER MILENIO DE LA ERA EN EL VALLE DE TAFÍ

(PROV. DE TUCUMÁN, REPÚBLICA ARGENTINA)Plant Micro-remains in Crops of the First Millennium AD

in the Tafi Valley, Tucuman Province, Argentina

Valeria Franco Salvi,* María Laura López** y Rocío María Molar**** CONICET, UNC, Argentina; ** CONICET, Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Argentina; *** UNC, Argentina

de diferentes problemáticas, sobre todo en lo referi-do a la dilucidación de las escalas de trabajo, los as-pectos económicos y las transformaciones sociales através del tiempo (Kirchner 2009; Van der Veen2010; Twiss 2012). El foco sobre la agricultura deri-vó hacia la investigación de áreas poco exploradascomo los campos de cultivo. Para su abordaje, en elNoroeste argentino, se han efectuado numerososaportes metodológicos desde la arqueobotánica y elanálisis químico de suelos (Sampietro Vattuone 2002;Babot 2004 y 2006; Oliszewski 2004; Roldán et al.2005; Quesada 2006; Korstanje y Cuenya 2008; Lema2010; López et al. 2012; Maloberti 2012; Zucol etal. 2012).

Los estudios arqueobotánicos efectuados en vallesy quebradas de la región vienen sosteniendo que, du-rante el primer milenio de la Era, estos grupos aldea-nos manejaron una gran diversidad de vegetales tantosilvestres como domésticos. La presencia de maíz(Zea mays) habría sido predominante, seguido por elporoto o frijol (Phaseolus sp.), zapallo (Cucurbitamaxima), maní (Arachis hypogaea), seudocerealescomo la quinoa (Chenopodium quinoa) y amaranto(Amaranthus sp.) y tubérculos microtérmicos comola papa (Solanum tuberosum) y la oca (Oxalis tube-rosa). La presencia de recursos de recolección esnotable, reconociéndose la existencia de frutos de al-garrobo (Prosopis sp.), visco (Acacia visco), chañar(Geoffroea decorticans), etc. (Oliszewski 2004). Es-tas plantas fueron identificadas en recintos habita-cionales y basurales, esto es, en contextos de uso(procesamiento/cocción, molienda, consumo, alma-cenaje) y descarte (desechos de consumo alimenti-

RESUMEN. El presente artículo tiene como objeti-vo principal contribuir a la discusión acerca de laproducción de alimentos durante el primer mileniode la Era en el valle de Tafí a través de la identifica-ción de microrrestos presentes en sedimentos aso-ciados a campos de cultivo. Los resultados obtenidosse integran con las características arquitectónicas yde emplazamiento de las estructuras agrícolas. Lacombinación de múltiples líneas de evidencia per-mitió reconocer la funcionalidad de las instalacio-nes y los recursos vegetales cultivados.

PALABRAS CLAVE: campos de cultivo, microrres-tos, primer milenio de la Era, valle de Tafí.

ABSTRACT. This paper focuses on the study of plantresource use during the first millennium AD in thenorthern sector of the Tafi Valley through the identi-fication of micro-remains in the archaeologicalsediments. The results are integrated with the archi-tectural features and location of agricultural struc-tures. The combination of multiple lines of evidenceallows for the recognition of the function of thesestructures and cultivated plant resources.

KEYWORDS: Crops, Micro-remains, First Millen-nium AD, Tafi Valley.

INTRODUCCIÓN

EN LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS, LA ARQUEOLOGÍA HA

incrementado su interés por el estudio del pai-saje agrario a fin de profundizar en el análisis

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Figura 1. Ubicación geográfica del valle de Tafí, provincia de Tucumán, República Argentina.

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Figura 2. Sitio arqueológico La Bolsa 1: 1) unidad 14, 2) LCU14, 3) LCU10, 4) MC1, 5) estructura tipo 10, 6) unidad 10, 7)cuadro de cultivo.

cio, combustible) siendo menor la cantidad de estu-dios realizados en sectores de producción agrícola(Wurschmidt y Korstanje 1998-99; Maloberti 2012;Zucol et al. 2012).

En el valle de Tafí se analizaron macrovestigioshallados en las excavaciones de un montículo y dosunidades habitacionales del sitio Casas Viejas-ElMollar, identificándose los siguientes taxa: maíz (Zeamays), poroto común o frijol (Phaseolus vulgaris),chañar (Geoffroea decorticans), algarrobo blanco(Prosopis alba), algarrobo negro (Prosopis nigra) yleguminosas Mimosoideae (Carrizo et al. 1999). Asi-mismo, estudios experimentales plantearon que enlas zonas más altas (norte) se habría cultivado papa yquinoa mientras que, en el área meridional, el maízhabría sido el recurso predominante (Berberián yNielsen 1988).

Tomando como base estos antecedentes, este tra-bajo se dirige a profundizar el conocimiento sobrelos recursos vegetales utilizados durante el primermilenio de la Era en el sector norte del valle de Tafí(26º 45’ y 26º 58’ de latitud sur, 65º 39’ y 65º 48’ delongitud oeste) (fig. 1) a través de la identificaciónde microrrestos presentes en sedimentos arqueológi-cos. Los estudios arqueobotánicos se realizan espe-

cíficamente en el sitio La Bolsa 1. Los resultados ob-tenidos se integran con las características arquitectó-nicas y de emplazamiento de las estructuras agríco-las.

Se plantea como hipótesis de trabajo que en el áreaseptentrional también se cultivó maíz y otros recur-sos como poroto y zapallo, aunque circunscritos apequeñas parcelas con dispositivos de riego y super-ficies no pedregosas de poca pendiente emplazadasa pocos metros de las unidades residenciales. Loscampos de cultivo ubicados en sectores escabrosos,con desnivel y sin aporte hídrico artificial habríanproducido vegetales más resistentes y menos delica-dos como tubérculos y/o seudocereales.

SITIO ARQUEOLÓGICO LA BOLSA 1(LB1)

El asentamiento se encuentra emplazado en el sec-tor norte del valle de Tafí, entre los 2500 y 2600 msobre el nivel del mar. Este piso se caracteriza porpresentar mayores temperaturas que los niveles alti-tudinales superiores, oscilaciones térmicas diurnas-nocturnas atenuadas, menores heladas y promedios

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de pluviosidad mayores. Esas circunstancias y la exis-tencia de grandes extensiones de terrenos, abanicosaluviales y conoides de piedemonte, permiten el de-sarrollo de la agricultura intensiva, especialmente elcultivo del maíz (Zea mays), y de otras especies comotubérculos, seudocereales y leguminosas (Salazar2010).

El sitio está constituido por 21 viviendas de piedraformadas por varias habitaciones y patio, 39 estruc-turas de contención del suelo, 8 sistemas de andene-ría, 16 montículos de despedrado, 10 áreas de mo-lienda en áreas no residenciales, 2 estructuras deproducción ganadera —corrales—, 3 cuadros de cul-tivo y 2 estructuras para el manejo del agua (fig. 2).Las fechas obtenidas hasta el presente ubican su ocu-pación principal entre unos siglos antes de la Era y elfinal del primer milenio d. C. (Salazar y Franco Sal-vi 2009). Durante este periodo, el valle habría sidoocupado por numerosos grupos de familias extensasque se dedicaban a la agricultura y el pastoreo. Estaspoblaciones construyeron a lo largo de un mileniocientos de viviendas circulares de piedra de grandesdimensiones, superiores en algunos casos a 300 m2,en sectores próximos a las zonas de explotación agrí-cola y pastoril. Desarrollaron un complejo sistemade estructuras, entre las cuales destacan andenes, ate-rrazamientos, montículos de despedrado, líneas decontención, cuadros de cultivo y áreas de moliendaextramuros (Salazar y Franco Salvi 2009; Franco Sal-vi y Berberián 2011).

Para el análisis químico y de microrrestos vegeta-les, se extrajeron muestras de suelo de perfiles co-rrespondientes a diferentes «tipos» (Salazar 2010;Franco Salvi 2012) de estructuras agrícolas encon-tradas de forma recurrente en el sector norte del va-lle: 1 unidad compuesta de planta subcircular y cua-drangular (tipo 10), 1 cuadro de cultivo (tipo 6) y 3muros de contención.

METODOLOGÍA DE EXCAVACIÓN YMATERIALES Y MÉTODOS PARA ELANÁLISIS DE MICRORREST OS

Trabajo de campo

En base al estudio de los planos de planta y lascaracterísticas del paisaje agrícola, se seleccionaronlos espacios para excavar teniendo presente el esta-do de conservación, la asociación a otras construc-ciones, el emplazamiento y su representatividad. Lasintervenciones efectuadas siguieron los estratos na-

turales junto a un detallado registro tridimensionalde rocas de derrumbes, rasgos, materiales arqueoló-gicos y evidencias de alteraciones posdepositacio-nales que fue cargado en un archivo AutoCAD geo-referenciado. Esta información ha resultado sustancialpara poder determinar numerosos eventos construc-tivos, áreas de actividad y prácticas de mantenimien-to, abandono y reocupación. La totalidad de estratos,rasgos e interfacies fueron considerados como uni-dades estratigráficas (UE) e incluidos en una repre-sentación en forma de diagrama (Harris 1991; Ca-randini 1997). Las estructuras agrícolas presentan dostempos de formación del registro, eventos puntualesque dejan huellas materiales específicas y eventosrepetidos que generan un registro «promediado». Parael análisis de esas dos caras se toma la metodologíapropuesta por Harris (1991), que consiste en la re-presentación gráfica de la sucesión de los estratos enforma de matriz (Harris matrix), la cual ha sido apli-cada por Carandini (1997) a la interpretación crono-lógica de estructuras arquitectónicas. Durante las ex-cavaciones no se recuperaron macrorrestos, siendoesperable esta ausencia debido a los niveles de pHregistrados (i. e. 4 y 5) y la alta concentración de ma-teria orgánica en el sedimento. Dentro de la eviden-cia de microvestigios vegetales, los silicofitolitosocuparon un lugar importante por su capacidad deconservación en sitios a cielo abierto (Korstanje2005).

Se realizaron sondeos de 1 x 1 m en cinco parcelasde cultivo del sitio La Bolsa 1. Las mismas fueronseleccionadas por su asociación a estructuras exca-vadas previamente que ya presentaban una asigna-ción cronológica. Durante sucesivos trabajos de cam-po se extrajeron 18 muestras de suelo a nivel vertical,de abajo arriba y en zigzag, teniéndose en cuenta losrecaudos necesarios para evitar su contaminación (i.e. agua destilada, bolsas de polipropileno, guantes,etc.). Asimismo, se obtuvieron muestras inalteradascomo «muestra testigo» para efectuar la comparacióncon el sedimento arqueológico. De esta manera pudoser observada la alteración de la vegetación en elpasado.

Laboratorio

Se efectuó un análisis microscópico del sedimen-to proveniente de campos de cultivo arqueológicos.La separación de microrrestos comenzó con la pre-paración del material, que consistió en apartar unaalícuota a procesar de 10 gramos por muestra de untotal de 7 muestras de sedimento. El tratamiento pre-

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liminar se basó en la desagregación del sedimentopara poder observar las partículas aisladas. Con estafinalidad, se utilizó detergente de laboratorio no ió-nico al 5 %, dejándolo actuar 24 horas. Se retiró elsobrenadante y se enjuagó con agua destilada.

La separación granulométrica se realizó con tamizn.º 270 (apertura de malla de 53 micras). Una vezfiltrado el material, se procedió a tomar la tempera-tura del líquido y, en función de ella, se determinó eltiempo de decantación para partículas menores de 7micras, según la ley de Stokes. De esta manera, seeliminó el líquido sobrenadante hasta lograr su lim-pidez. De esta forma, se obtuvieron dos fracciones:200-54 µm y 53-7 µm. La fracción fina se colocó entubos Eppendorf y se centrifugó a 1200 r. p. m. encentrífuga Jouan tipo RC10-09 por 12 horas a 45 ºC,logrando un rápido secado. La fracción gruesa se dis-puso sobre papel secante en cajas Petri para su seca-do sin contaminación. Las muestras fueron monta-das en portaobjetos con aceite de inmersión y fueronobservados bajo microscopio óptico Kyowa Opticalmodelo LSCB-VC-2B-L (LVV) a 400 x. Finalmen-

te, para la identificación taxonómica de los cuerpossilíceos, se procedió a su comparación con la colec-ción de referencia, junto a material fotográfico y bi-bliográfico.

SITIO LA BOLSA 1: CAMPOS DECULTIVO

Muros de contención

En el valle de Tafí son numerosos los muros decontención registrados en la superficie de los sitios.Estas líneas atraviesan la pendiente logrando parce-las con pendientes reducidas y óptimas para el culti-vo. En algunos casos, conforman sistemas de ate-rrazamiento y, en otros, se localizan de maneraindividual. Es frecuente encontrar estas instalacio-nes en los sectores que separan a las unidades resi-denciales y también en áreas aisladas. En la totalidadde los casos, fueron construidas con rocas locales (i.e. metamórficas e ígneas) y sus dimensiones en po-

Figura 3. Plano de planta correspondiente a un montículo de despedrado y los muros de contención asociados. La cuadrícula serealizó en el muro número 1.

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cas oportunidades superaron el metro de altura. Parael análisis se extrajeron muestras de suelo de tres sec-tores asociados a muros de contención. El primerofue denominado muro de contención 1 (MC1). Seencuentra emplazado en un área vinculada directa-mente a estructuras de cultivo, mientras que los otrosdos muros —i. e. LCU14 y LCU10 (n.º 1)— se en-cuentran muy próximos a unidades residenciales.

Muro de contención 1 (MC1)

Se efectuó una cuadrícula de 2.60 x 2 m en un murode contención asociado a un despedrado en el sitioLa Bolsa 1. La excavación fue orientada de este aoeste a fin de visualizar el muro desde los dos flan-cos. La línea seleccionada medía 10 metros de largoy fue denominada «muro de contención 1» (MC1)(fig 3).

Durante la excavación de MC1 se reconocieroncinco unidades estratigráficas identificándose a los65 cm de profundidad un suelo arcilloso y estéril. Eneste depósito se habría realizado una cavidad paraincrustar los bloques de piedras y levantar el murode contención que midió entre 50 y 70 cm de alto. Seobtuvieron muestras de suelo verticales y horizonta-les de tres estratos diferenciados (UE 910, 911 y 912).Los materiales arqueológicos fueron muy escasos, tra-tándose principalmente de cerámica ordinaria de at-mósfera oxidante y muy fragmentada, a la cual prác-ticamente no se le pudieron reconocer elementosdiagnósticos. Se diferenciaron algunos fragmentos deasas macizas conocidas como «manija de puerta» yun asa en arco en posición vertical, de sección circu-lar, adherida y remachada al cuerpo. El hallazgo deese tipo de asas es muy frecuente en los contextosasociados al primer milenio de la Era en el valle deTafí.

El muro estaba constituido por bloques de piedraalineados de importantes dimensiones y se emplazaen un sector de pendiente que, en este caso, no supe-ró el 12 %. La estructura habría sido irrigada artifi-cialmente mediante un canal (EMA1) ubicado aescasos metros, a través del cual circulaba agua demanera transversal a la pendiente en las cotas supe-riores. Los sedimentos del MC1 muestran estructu-ras celulares silíceas o espodogramas de más de 7

Figura 4. Microrrestos observados en los perfiles de la parcelaasociada al muro de contención: 1) Cucurbita sp. (zapallo), 2)Lupinis mutabilis Sweet (tarwi) y 3) Zea mays (maíz). Micro-rrestos observados en malla superior a 53 micras correspondien-tes a la estructura tipo 10: 4) Zea mays (maíz).

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Tabla 1. Granos de almidón identificados en el perfil sur de MC1.

células unidas sugiriendo un aporte hídrico artificial(Mithen et al. 2008; Rosen y Weiner 1994). En lamuestra analizada se registró la presencia predomi-nante de fitolitos (articulados y no articulados) y, enmenor proporción, de granos de almidón. Se identi-ficaron algunas diatomeas pero todas del tipo am-biental sin relación con prácticas de riego.

Las muestras obtenidas de uno de los perfiles (ladosur) permitieron reconocer fitolitos con morfologíasposibles de confrontar con las presentes en Cucurbi-ta sp. (zapallo) (esferas y subesferas con facetas). Laspartes anatómicas observadas corresponden al exo-carpio, lo que implica pensar que no solamente pudohaber sido cultivado allí sino que también podríahaber entrado como fertilizante, ya sea intencional ocomo presencia de maleza. En general, no resulta es-perable encontrar los frutos en estos espacios, debi-do a que son trasladados a las viviendas después dela cosecha. A pesar de ello, se han visualizado encampos agrícolas de altura frutos de Cucurbita norecolectados por encontrarse dañados, dejando susrestos como abono. Asimismo, es importante teneren cuenta que los silicofitolitos de sus hojas son muy

frágiles y, por lo tanto, de baja preservación en lossuelos; esto conlleva no comprobar su presencia efec-tiva como cultivo o maleza. Asimismo, se observóun fitolito afín al fruto de Zea mays (maíz). Final-mente, se registraron granos de almidón de semillasafines a Lupinis mutabilis Sweet (tarwi) (fig. 4). Estaleguminosa habría proporcionado nitrógeno al sue-lo, restituyendo la fertilidad de la tierra (Jacobsen yMujica 2006); y tal vez su cultivo fue combinadocon otras especies que requerían más nutrientes comoel maíz y los tubérculos. Estos vestigios fueron de-tectados en las unidades estratigráficas 910 (0-19 cmde profundidad) y 911 (20 y 42.5 cm de profundi-dad), mientras que en el último estrato (UE 912) solose registró la presencia de morfotipos correspondien-tes a gramíneas silvestres.

De acuerdo con nuestras interpretaciones, las ex-pectativas de encontrar cultígenos estaban puestasprincipalmente en la UE 911. Sin embargo, tambiénsomos conscientes de que los niveles de depósito defitolitos son palimpsestos sujetos a meteorizaciónextra, debido al continuo laboreo de la tierra sumadoa que los campos agrícolas son siempre sitios a cielo

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Tabla 2. Silicofitolitos observados en los perfiles este y sur de MC1 (malla inferior a 53 micras).

abierto que, además, han sido roturados y trabajadosen diferentes momentos (tablas 1 y 2) (Korstanje2005). La materia orgánica disminuye notablementea medida que descendemos en la estratigrafía, al igualque el fósforo y el carbono orgánico (tabla 3). Estareducción de los valores podría ser un indicador másde que fue un suelo usado para el cultivo (Korstanjey Cuenya 2008). El nivel de pH se mantiene y eslevemente ácido, por lo que se considera que no ha-bría afectado en la conservación de fitolitos aunquesí en la preservación de granos de almidón. Esta ten-dencia a la neutralidad habría hecho que los suelosproporcionaran el máximo de los nutrientes bajandoal mínimo los niveles de toxicidad (Roldán et al.2008).

Muro LCU14

Se identificó un muro de contención (LCU14) aso-ciado a una vivienda (unidad 14) previamente exca-vada (180 m2), de grandes dimensiones, la cual pre-sentaba una larga trayectoria de ocupación (100-800d. C.) (Salazar y Franco Salvi 2009) (fig. 2).

La estructura se encontraba asociada a un recintomenor de la vivienda, muy próxima a un bloque conmorteros. Se trataba de una hilera de piedras de 40 mde largo. En ella se planteó una cuadrícula con unadimensión de 2 x 1.5 m, llegando a una profundidadde 70 cm, con tres unidades estratigráficas diferen-ciadas, tanto por el grado de compactación como porsu coloración y textura. El muro correspondiente a launidad estratigráfica UE 403 habría sido construidosobre el suelo arcilloso estéril ubicado a 70 cm de

profundidad de la superficie actual con una altura de40 cm. Su construcción fue informal en compara-ción con las paredes de las viviendas; se trataría debloques de piedra de importantes dimensiones, ali-neados y con rocas más pequeñas de relleno.

En todos los estratos de la excavación se identifi-caron fitolitos con morfotipos atribuibles a las fami-lias de gramíneas silvestres de la región (v. g. Pani-coideas, Festucoideas, Chloroideas), no observán-dose morfotipos correspondientes a alguna especiede cultivo americano. Los estudios químicos de sue-lo no revelan suelos agotados y pobres como es es-perable en sedimentos que han sido utilizados parael cultivo. Por el contrario, a medida que se descien-de por la estratigrafía, se observa un enriquecimien-to de materia orgánica, carbono orgánico y fósforo.Esto nos conduce a pensar que tal vez este muro fuediseñado para nivelar el terreno que circunscribe a launidad residencial, a fin de mantener el área transita-ble, evitando la erosión y derrumbe de las estructu-ras.

Muro LCU10 (n.º 1)

A pocos metros de una unidad doméstica (U10),se construyeron tres muros de contención ubicadosde manera escalonada, cortando transversalmente eldesnivel (fig. 5). La vivienda asociada fue datada en1293 ± 46 años antes del presente en AA85757, ex-hibiendo características arquitectónicas similares aotras unidades residenciales del valle, con evidenciade almacenamiento, procesamiento, cocción y con-sumo de alimentos. Se seleccionó uno de los muros

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Tabla 3. Resultados de los análisis químicos efectuados en los sedimentos de MC1.

y se planteó una cuadrícula de 1.5 x 1.5 m prosiguién-dose una excavación mediante estratos naturales (Sa-lazar et al. 2007).

Se efectuó una cuadrícula de 1.5 x 1.5 m en unalínea de piedras (número 1) transversal a la pendien-te, la cual medía 80 m de largo. Desde la primeraunidad estratigráfica (UE 500), se empezó a descu-brir el derrumbe del muro con un sedimento caracte-rístico de la superficie, con abundantes raíces, desa-rrollándose hasta los 20 cm de profundidad. La UE501 era más oscura y vaporosa. En la UE 502 fueronabundantes las piedras del derrumbe (UE 505) y elsedimento fue más claro y arenoso, mezclado con elsuelo arcilloso y estéril comúnmente encontrado enlos niveles inferiores. La excavación finalizó a los65 cm de profundidad por la esterilidad del suelo(Loess). En este nivel (G) se habría levantado el murode contención (UE 503). Se realizó una cavidad (UE504) en la superficie estéril y se incrustaron las rocasusadas como base de la pared.

Se obtuvo una muestra de suelo de cada estrato yfueron analizadas en el laboratorio. Se identificaron

fitolitos y granos de almidón. Sin embargo, todos secorrespondieron con los morfotipos atribuibles a fa-milias de gramíneas silvestres de la región (i. e. Pa-nicoideas, Festucoideas, Chloroideas), sin presen-tarse indicios de plantas cultivadas. Esto lleva apensar que su construcción fue parte de la secuenciade nivelación del terreno para la instalación de launidad doméstica (U10), y no para el acondiciona-miento de parcelas para el cultivo al igual que laLCU14. Para profundizar esta idea, será necesariorealizar análisis químicos de suelo y más excavacio-nes.

Estructura tipo 10 (LB1)

Se encuentra emplazada en el sector 2 de La Bolsa1 (fig. 6). Se trata de una unidad compuesta de plantasubcircular dispuesta en forma de recintos adosados.La misma presenta tres estructuras de planta subcir-cular con diámetros que oscilan entre los 10 y 20 m,que dejan superficies planas en forma de platafor-mas escalonadas. Las paredes son simples e infor-

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Tabla 4. Resultados de los análisis químicos efectuados en los sedimentos de LCU14.

males en comparación con las unidades residencia-les y poseen adosados recintos circulares de diáme-tros pequeños (4 y 6 m). Se trata de un tipo deestructura que se repite en todo el valle y que, por surecurrencia, consideramos interesante tomar para elestudio de microrrestos. En el sitio La Bolsa 1 se rea-lizaron sondeos estratigráficos de 1 m2 en los recin-tos «e» y «f» a fin de reconocer la presencia demicrorrestos y analizar la composición química delos sedimentos de las parcelas. En el recinto «e» seefectuó un sondeo de 1 x 1 m, detectándose en losniveles más profundos (m4: 65 cm de profundidad)fitolitos con morfologías posibles de confrontar conlas presentes en Cucurbita sp. (¿fertilizante?) (tabla5). Al igual que otros microvestigios hallados en elsitio, se observó solo la parte anatómica del fruto. Lafracción gruesa presentó un fitolito afín a maíz (mar-lo). El resto de las muestras analizadas no presentóplantas domésticas, reconociéndose morfotipos atri-buibles a las familias de gramíneas silvestres de laregión (Panicoideas, Festucoideas, Chloroideas). Enesta estructura, el nivel de materia orgánica, carbono

orgánico y fósforo va descendiendo con la profundi-dad, siendo estos resultados los esperables para cam-pos de cultivo. El suelo se presenta como levementeácido, lo que habría dificultado la conservación degranos de almidón y esferulitas.

Recinto «c»

El recinto fue denominado «recinto agrícola». Pre-senta un diámetro de 2.50 m, con muros construidoscon rocas locales (i. e. esquistos micáceos y graníti-cos) que no superan el metro de altura. Las excava-ciones efectuadas permitieron constatar que el recin-to formó parte de una estructura mayor (fig. 6). Losmuros eran informales, al punto que se utilizó unaporción del despedrado para construir un sector delrecinto. Es notable la diferencia entre estas paredes,construidas mediante el amontonamiento de rocasobtenidas del mismo sitio, y las observadas en lasunidades residenciales.

En la excavación se detectaron seis unidades es-tratigráficas. En la UE 803, registrada a los 36 cm de

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Figura 5. Sitio La Bolsa 1. Plano de planta del área donde se emplaza la unidad 10 y los muros de contención aledaños (la cua-drícula se planteó en el muro n.º 1).

casez de restos arqueológicos y de rasgos internos enel recinto, junto a su emplazamiento (asociado a par-celas de cultivo), llevó a plantear la posibilidad deque se tratara de una estructura de almacenamiento.Esto fue constatado por la presencia de un micro-rresto de maíz, aunque aún es necesario seguir refor-zando los análisis arqueobotánicos. La acidez de lossedimentos podría haber afectado a la conservaciónde los granos de almidón, ya que los niveles son ba-jos (Coil et al. 2003).

Estructura tipo 6: cuadro de cultivo

En el sector septentrional del sitio, se plantearondos cuadrículas en un recinto cuadrangular de im-portantes dimensiones (fig. 7) construido con rocasmicacitas y graníticas. Los muros transversales a lapendiente contenían en la base pequeños espacios quehabrían permitido el filtraje y distribución del aguadurante la temporada lluviosa. Se excavaron 6 m2 yse obtuvieron en estratigrafía escasos materiales encomparación con la densidad hallada en las unida-

profundidad, se obtuvieron 20 fragmentos de cerá-mica del grupo ordinario (promedio de 14 g/tiesto).Entre ellos destaca una gran asa maciza, como lasque se han registrado en contextos análogos del va-lle para el primer milenio de la Era. El resto de losfragmentos parece corresponder a vasijas de grandesdimensiones y paredes gruesas. Por encima de estedepósito se habrían levantado las paredes del recinto(UE 806). A los 55 cm de profundidad apareció unsedimento compacto más arcilloso. Se trataría del se-dimento estéril (G) que se encuentra frecuentementeen las excavaciones de estructuras agrícolas.

Los primeros estudios de microrrestos revelaronla existencia, en todas las unidades estratigráficas,de fitolitos con morfotipos atribuibles a las familiasde gramíneas silvestres de la región (i. e. Panicoi-deas, Festucoideas, Chloroideas). No obstante, seobservó en la unidad estratigráfica 801 la presenciade un grano de almidón afín a Zea mays (maíz). Estoresulta esperable debido a que una de las estructurasde cultivo asociadas (i. e. MC1) también poseía ensu sedimento microrrestos de maíz (fitolitos). La es-

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Figura 6. Estructura tipo 10.

tras de suelo. Los estudios de microrrestos muestranla presencia de silicofitolitos sin registrarse granosde almidón, crisofíceas, esferulitas, etc. Tal vez sedeba a que los niveles de pH (levemente ácidos) nohabrían afectado a la conservación de fitolitos perosí de otros microvestigios. En todas las unidades es-tratigráficas se identificaron fitolitos de morfotiposatribuibles a las familias de gramíneas silvestres dela región (i. e. Panicoideas, Festucoideas, Chloroi-deas y no identificadas), no observándose morfoti-pos de alguna especie de cultivo americano. Los aná-lisis químicos de los sedimentos denotan bajos nivelesde materia orgánica, carbono orgánico y fósforo, sien-do coherentes con los valores esperables para cam-

des domésticas, asimilándose en su totalidad con losregistrados en las ocupaciones del primer milenio.

Se registró, al igual que en otros contextos agríco-las, cerámica predominantemente del grupo ordina-rio. Sin embargo, dentro de este conjunto, se dife-renció un tiesto con decoraciones modeladas aplica-das al pastillaje, similares a la descrita por Cremonte(1995) y Berberián y Argüello (1988) relacionada conlos tipos frecuentemente correspondientes al primermilenio d. C.

Las excavaciones realizadas en esta estructura fue-ron planteadas en los sectores de muro. Asimismo,se efectuó un sondeo estratigráfico de 1 x 1 m en laporción central de la parcela a fin de obtener mues-

Tabla 5. Silicofitolitos observados (malla inferior a 53 micras) en los recintos «e» y «c».

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Tabla 6. Resultados de los análisis químicos efectuados en los sedimentos del recinto «e».

pos de cultivo. Hasta el momento, teniendo en cuen-ta las características arquitectónicas, los análisis desuelo y la similitud tipológica con otras construccio-nes agrícolas registradas en sitios arqueológicos delárea (Korstanje 2005; Figueroa 2008), se consideraque se habría tratado de un «cuadro de cultivo».

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

La inclinación de la arqueología hacia la indaga-ción de los espacios residenciales y funerarios con-llevó a que, durante muchos años, otros sectores (i.e. áreas agrícolas, pastoriles, etc.) no estuviesen pre-sentes en la interpretación de los sitios arqueológi-cos; quedando confinados a unas pocas líneas en losartículos científicos y constituyendo un accesoriosecundario en el entendimiento de muchos aspectosimportantes de las poblaciones prehispánicas.

Durante décadas se ha sostenido que el pastoreofue la actividad central para los grupos aldeanos quehabitaron el sector norte del valle (Berberián y Nielsen1988; Berberián y Giani 2001; Sampietro Vattuone2002). Suele suceder que la teoría impide ver al in-vestigador lo evidente, como pudo ocurrir en este

caso. Los investigadores aplicaron sus teorías ecoló-gicas con fuerte acento en las condiciones ambienta-les, para estudiar el comportamiento de las poblacio-nes humanas sin recurrir a las observaciones empíri-cas o al cuestionamiento acerca del alcance de estasperspectivas para el análisis del pasado. En conse-cuencia, no se reconoció la agricultura como una ac-tividad central para la reproducción de las socie-dades a través del primer milenio.

Durante los procesos de prospección arqueológi-ca en el área, se pudieron diferenciar distintos tiposde estructuras agrícolas. El examen de sus formas,dimensiones y emplazamiento fueron el puntapié parainiciar un análisis más exhaustivo a través de la inte-gración de múltiples líneas de evidencia. En este sen-tido se presentaron las primeras inferencias e inter-pretaciones de los estudios realizados sobre instala-ciones agrícolas particulares, que fueron elegidas porrepresentar tipos recurrentes en el área.

El muro MC1 habría sido parte de un conjunto ar-quitectónico mayor constituido por un montículo dedespedrado y dos líneas de contención contiguas. Estetipo de instalación —«despedrado asociado a murosde contención»— es muy recurrente en la zona y ennumerosos sitios del primer milenio de la Era. La

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Tabla 7. Granos de almidón observados en la sección superior a 53 micras.

estructura fue irrigada artificialmente por un canal(EMA1), el cual fue datado en 2110 ± 66 años AP.Los primeros avances en los análisis de microrrestospermiten plantear que en estas parcelas se habría cul-tivado maíz (Zea mays) y probablemente tarwi (Lu-pinus mutabilis Sweet). Los sedimentos de MC1, aligual que los de las estructuras tipo 10 y 6, presenta-ron niveles de fósforo total muy bajos en compara-ción con los registrados en unidades residenciales (Sa-lazar 2010) y con otras áreas estudiadas previamente(Roldán et al. 2009). Las continuas cosechas habríanextraído de manera gradual el fósforo de los hori-zontes edáficos (Hardin 1970), lo que lleva a supo-ner un agotamiento parcial del suelo.

La estructura tipo 10 habría estado constituida porrecintos para el cultivo de maíz y uno de menor di-mensión para el almacenaje de los cereales. Se en-cuentra emplazada muy cerca de MC1, presentandocaracterísticas arquitectónicas y restos arqueológicos(cerámica) similares. Los muros LCU10 y LCU14habrían formado parte de los procesos de nivelaciónde los terrenos para la construcción de las viviendas.

Los análisis químicos muestran que los valores defósforo y materia orgánica no descienden y los estu-dios de microrrestos solo registran fitolitos de gra-míneas silvestres, descartándose por el momento fun-ciones vinculadas a la producción agrícola.

La estructura tipo 6 se encuentra emplazada en unsector pedregoso y sin aporte hídrico artificial, noapto para el cultivo de plantas como el maíz y el po-roto. Sus características arquitectónicas/emplaza-miento, junto a la información obtenida de las exca-vaciones y análisis químico de suelos, permiten sos-tener su uso para el cultivo. Posiblemente sembrarontubérculos, los cuales no se observan en el registroarqueológico debido a problemas de conservación (i.e. niveles de pH ácidos).

CONCLUSIONES

En el sector norte del valle, una vasta extensión deterreno fue utilizada para el cultivo, alcanzando sumáxima expansión alrededor del siglo VIII d. C. Para

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Figura 7. Plano de planta del cuadro de cultivo y vista frontal oeste del muro descubierto en la excavación.

entonces estos paisajes agrícolas contaban con 140ha de parcelas asociadas a muros de contención, cua-dros de cultivo, aterrazamientos, represas, canales,etc. Los trabajos arqueobotánicos realizados en el sitioLa Bolsa 1 permiten sostener que la producción demaíz habría sido preponderante, seguida probable-mente por leguminosas como el poroto y cucurbitá-

ceas como el zapallo. El maíz se presenta en sectoresde producción, uso, procesamiento y consumo (Sa-lazar 2010; Franco Salvi et al. 2012). Este cereal fuediferenciado no solo en las parcelas sino también enmanos y morteros de piedra, en sedimentos corres-pondientes a recintos utilizados para la cocción dealimentos (Franco Salvi et al. 2012), en ollas, estruc-

Tabla 8. Resultados de los análisis químicos efectuados en los sedimentos de la estructura tipo 6 (cuadro de cultivo).

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turas de almacenaje (Salazar 2010) y hasta en con-textos rituales (Franco Salvi y Salazar 2012).

Transcurrido un siglo de investigaciones arqueo-lógicas en la región, se puede reconocer la importan-cia del estudio de la producción agrícola para lograruna comprensión más acabada de los procesos so-ciales. Se ha demostrado que los paisajes no mues-tran formas de espacialidad propias de un momentoo estadio de evolución particular. Contrariamente, al-gunos elementos considerados de «alta complejidad»fueron registrados desde principios de la Era, comoel cultivo en terrazas, el riego artificial, rituales ela-borados, variedad de cultígenos (i. e. maíz, poroto,zapallo, etc.) y técnicas agrícolas sofisticadas (i. econtrol de la erosión, roturación del suelo, fertiliza-ción artificial, combinación de regímenes de cultivo,etc.) (Franco Salvi y Berberián 2011). Paulatinamen-te, la literatura arqueológica empieza a cambiar sunarrativa acerca de los procesos históricos, involu-crando nuevos agentes y enfocándose en la hetero-geneidad y en las contingencias locales.

Agradecimientos

Nuestro agradecimiento a quienes colaboraron enlos trabajos de campo: Julián Salazar, Gonzalo Mo-yano, Verónica Gazi, Guillermo Heider, Julio GaloDíaz, Stefania Chiavassa-Arias, Diego Rivero, JuanMontegú, Martín Agüero y Julio Galo Díaz. A losmiembros del Centro de Estudios Históricos «Prof.Segreti» (UA CONICET). Se agradece también a Be-nito Cruz y familia, al Laboratorio NSF-ArizonaAMS por la realización de las dataciones radiocar-bónicas. Las investigaciones aquí presentadas hansido financiadas por CONICET, SECyT-UNC yMINCyT (Provincia de Córdoba).

Sobre los autores

VALERIA FRANCO SALVI es Doctora en Historia de laFacultad de Filosofía y Humanidades de la Univer-sidad Nacional de Córdoba, República Argentina,Profesora Asistente de la Cátedra de Prehistoria yArqueología de la Universidad Nacional de Córdo-ba y becaria posdoctoral del Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas de la Repú-blica Argentina (2013-15). Ha sido distinguida conel Premio Universidad, con «Mención de Honor»,por alcanzar el mejor promedio de la Licenciaturaen Historia, FFyH, UNC, de la promoción 2006. Pre-

mio al mejor egresado en Historia otorgado por laAcademia Nacional de la Historia, República Argen-tina (2006), actualmente se encuentra desarrollan-do una investigación sobre los Paisajes agrariostempranos en valles intermontanos del Noroeste ar-gentino. Ha publicado numerosos trabajos de inves-tigación, individuales o en colaboración, en libros yrevistas especializadas nacionales e internaciona-les, entre los que pueden mencionarse Paisajes per-sistentes, temporalidades múltiples y dispersiónaldeana en el valle de Tafí (provincia de Tucumán,Argentina) (2014), Prácticas agrícolas de sociedadescampesinas en el valle de Tafí (100 a. C.-900 d. C.)(2011), Reflexión teórica acerca del Formativo y susimplicancias para el estudio del valle de Tafí duranteel primer milenio d. C. (2009). Correo electrónico:[email protected].

MARÍA LAURA LÓPEZ es Doctora en Historia de laFacultad de Filosofía y Humanidades de la Univer-sidad Nacional de Córdoba, República Argentina.Becaria posdoctoral del Consejo Nacional de Inves-tigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de laRepública Argentina (2012-14), actualmente se en-cuentra desarrollando una investigación sobre Cam-bios y continuidades en la producción agrícola y lospatrones de consumo de recursos vegetales en la cuen-ca del Río Grande de San Juan (Argentina-Bolivia)durante los períodos de Desarrollos Regionales (c.900-1450 A. D.) e Inca (c. 1450-1550 A. D.). Hapublicado numerosos trabajos de investigación in-dividuales y ha colaborado en libros y revistas espe-cializadas nacionales e internacionales, entre los quepueden mencionarse El género Chenopodium: me-todología aplicada a la identificación taxonómica enejemplares arqueológicos. Presentación de casos deestudio de la región sur-andina (2012), Considera-ciones sobre la agricultura prehispánica en el sectorcentral de las sierras de Córdoba (Argentina) (2011),Traditional post-harvest processing to make quinoagrains (Chenopodium quinoa var. quinoa) apt forconsumption in Northern Lipez (Potosí, Bolivia):Ethnoarchaeological and archaeobotanical analyses(2011), Agricultura y recolección en el Tardío pre-hispánico de las sierras de Córdoba (Argentina): elregistro arqueobotánico de C.Pun.39 (2009).

ROCÍO MARÍA MOLAR es Profesora de Historia de laFacultad de Filosofía y Humanidades, UniversidadNacional de Córdoba, República Argentina. Es in-tegrante por concurso de la Cátedra de Prehistoriay Arqueología dentro del mismo centro, desde 2011hasta la actualidad. También participa en el proyec-to de investigación, dirigido por el Dr. Berberián,

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Producción y reproducción social en el Valle de Tafí,Tucumán, Argentina, subsidiado por MINCyT de laProvincia de Córdoba (2010-13), y en el proyectobianual dirigido por el Dr. Julián Salazar, subsidia-do por SECyT-UNC, La construcción de lo públicoen sociedades aldeanas de los valles intermontanosdel Noroeste argentino (NOA) durante el primer mi-lenio d. C. (2012-14).

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