mi crónica tit@ (2)

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¿Quién me metió en esto? Luz Dary Moreira Ibarra Esa es la pregunta que me hago ahora que me siento estresada con las actividades académicas de finalización de año escolar y las del programa Tit@. La respuesta es simple: yo misma. Yo quise estar en este programa. Desde que me enteré que algunas de la instituciones del Distrito de Aguablanca habían sido incluidas en una de las fases del programa Tit@, le pedí a la coordinadora que me tuviera en cuenta para participar en él. Sentía que por fin se daba la inclusión que tanto mencionan, pero que para las escuelas de estas comunas no se daba. Se escuchaba cómo algunas de las instituciones públicas de prestigio estaban ya terminando este programa, que ya habían recibido los computadores (hasta ese momento no sabía que eran tabletas) y que ya se les había incluido en otras fases como Tit@ Bilingüe. Por fin, pensé, nuestros estudiantes y nosotros recibiremos el Programa Tit@ en nuestra institución. Por lo tanto las expectativas eran grandes, así como el compromiso y el deseo de aprender, porque hablar de una educación en la que se implemente en las aulas el uso de la tecnología, no sólo para el área de Informática, sino también para las otras áreas era poder acceder a todo ese mundo cibernético y digital para trabajar con unos estudiantes que, como nativos digitales, lo demandan y lo necesitan para desarrollar las competencias que este nuevo siglo les exige para ser los profesionales, los ciudadanos y el futuro de un país como el nuestro, en vía de desarrollo. Al iniciar el programa en el curso 111 tuve problemas porque no me encontraba en las listas, habían combinado mi nombre con los apellidos de un compañero, así que fue necesario hablar y enviar un correo para aclarar el error. Ya la siguiente semana estaba en la lista, ya era oficialmente una Maestra Estudiante del Programa Tit@. Inicialmente lo que llama la atención es entrar en esa aula del edificio Cree de la Universidad del Valle, con una dotación increíble de computadores de pantalla grande y tres grandes pantallas al frente, con acceso a internet de buena velocidad. Cuando el Maestro Formador, Luis Enrique Vera, nos presenta el programa, podía uno comprender que era un programa muy bien pensado y diseñado; parecía distante esa fecha de culminación a finales de noviembre. El primer momento de Contextualización, fue un acercamiento a nuestro yo interior, a tomarse el tiempo para reflexionar en lo que ha sido nuestra vida, esos momentos de la niñez que marcaron nuestras decisiones, nuestras relaciones con padres antes y ahora que son lo que nos ha ido construyendo lo que somos

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Page 1: Mi Crónica Tit@ (2)

¿Quién me metió en esto?

Luz Dary Moreira Ibarra

Esa es la pregunta que me hago ahora que me siento estresada con las

actividades académicas de finalización de año escolar y las del programa Tit@.

La respuesta es simple: yo misma. Yo quise estar en este programa. Desde que

me enteré que algunas de la instituciones del Distrito de Aguablanca habían sido

incluidas en una de las fases del programa Tit@, le pedí a la coordinadora que me

tuviera en cuenta para participar en él. Sentía que por fin se daba la inclusión que

tanto mencionan, pero que para las escuelas de estas comunas no se daba. Se

escuchaba cómo algunas de las instituciones públicas de prestigio estaban ya

terminando este programa, que ya habían recibido los computadores (hasta ese

momento no sabía que eran tabletas) y que ya se les había incluido en otras fases

como Tit@ Bilingüe. Por fin, pensé, nuestros estudiantes y nosotros recibiremos

el Programa Tit@ en nuestra institución.

Por lo tanto las expectativas eran grandes, así como el compromiso y el deseo de

aprender, porque hablar de una educación en la que se implemente en las aulas el

uso de la tecnología, no sólo para el área de Informática, sino también para las

otras áreas era poder acceder a todo ese mundo cibernético y digital para trabajar

con unos estudiantes que, como nativos digitales, lo demandan y lo necesitan para

desarrollar las competencias que este nuevo siglo les exige para ser los

profesionales, los ciudadanos y el futuro de un país como el nuestro, en vía de

desarrollo.

Al iniciar el programa en el curso 111 tuve problemas porque no me encontraba en

las listas, habían combinado mi nombre con los apellidos de un compañero, así

que fue necesario hablar y enviar un correo para aclarar el error. Ya la siguiente

semana estaba en la lista, ya era oficialmente una Maestra Estudiante del

Programa Tit@.

Inicialmente lo que llama la atención es entrar en esa aula del edificio Cree de la

Universidad del Valle, con una dotación increíble de computadores de pantalla

grande y tres grandes pantallas al frente, con acceso a internet de buena

velocidad. Cuando el Maestro Formador, Luis Enrique Vera, nos presenta el

programa, podía uno comprender que era un programa muy bien pensado y

diseñado; parecía distante esa fecha de culminación a finales de noviembre.

El primer momento de Contextualización, fue un acercamiento a nuestro yo

interior, a tomarse el tiempo para reflexionar en lo que ha sido nuestra vida, esos

momentos de la niñez que marcaron nuestras decisiones, nuestras relaciones con

padres antes y ahora que son lo que nos ha ido construyendo lo que somos

Page 2: Mi Crónica Tit@ (2)

actualmente, con todo lo bueno y lo malo que hay en nuestras vidas o, para ser

más optimista, con todo lo que hay por continuar y mejorar. La mandala, la rueda

de la vida, el pentágono de competencias…todos fueron reflexiones personales y

momentos para pensar en uno mismo, reconocer quién soy en estos momentos e,

incluso, hasta por qué estaba ahí.

Asistir a los cursos de Tit@ es un esfuerzo que ha representado sacrificios que he

hecho para continuar en él. Primero, es lo que implica dejar en las tardes a mis

dos hijos que son aún pequeños y quienes necesitan el acompañamiento de su

madre para hacer sus tareas en la tarde, pero estaba dispuesta a hacerlo.

Igualmente, y en segundo lugar, había dificultad para llegar desde la escuela hasta

la Universidad del Valle a las 2:00 pm, porque terminábamos a las 12:30 y salir a

buscar un “pirata” que nos llevara hasta allá con mi compañera Gema no era fácil,

o esperar que algunos de nuestros compañeros nos acercaran un poco (lo malo

es que a veces había espacio para una de nosotras, pero no para ambas); y

tercero, pero no por último, buscar dónde almorzar porque no había tiempo de ir a

la casa;. En fin, esas hazañas podrían ser contadas en otro momento.

El Maestro Formador, Luis Enrique Vera, nos regaló en una clase una frase que

decía: “Quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender” de John Cotton

Dana; frase que se aplica y se demuestra con esta experiencia. Porque son

muchos los aportes que este programa nos ha hecho a nuestra labor como

docentes, con un material de consulta muy bueno y con contenidos que hacen

parte de la actualización pedagógica que todos los maestros debemos estar

constantemente buscando. Igualmente nos permitió desarrollar algunas de

nuestras habilidades tecnológicas al tener que trabajar en nuestro blog, en el PID,

a desarrollar habilidades de autoaprendizaje y aprendizaje colaborativo porque

fueron muchas las veces que buscaba a mi compañera de tecnología, Gema Díaz,

para que me explicara como se hacía algo y cuando no podía preguntarle,

buscaba en internet tutoriales para completar la actividad.

Sé que los momentos que más disfrutamos como Maestros Estudiantes fueron

cuando tuvimos la oportunidad de conocer y manipular las tabletas y el proyector

interactivo y de cacharrear algunas de las aplicaciones, porque aún tenemos ese

algo de niños que nos permite asombramos ante lo nuevo, y como ellos nos gusta

aprender haciendo.

Recuerdo que el maestro formador incluía videos y reflexiones cortas para

dinamizar el trabajo y es un recurso válido y que nos hace reflexionar sobre

nuestro quehacer pedagógico, e igualmente recuerdo otras de las sesiones

Page 3: Mi Crónica Tit@ (2)

donde se proponía trabajo colaborativo entre nosotros como cuando se

establecieron algunas definiciones de términos como próxemica, etología y

perspectiva ambiental de la educación, y cuando se escribieron en papelitos

amarillos algunos de los problemas que afectan a nuestro entorno escolar para

poder establecer sobre cuál problema desarrollaríamos nuestro ambiente de

aprendizaje; fueron actividades prácticas y requirieron de un trabajo en equipo,

aunque fueron menos de las que esperaba.

Pero no todo fue bueno, como Maestra Estudiante tengo derecho a expresar mis

opiniones y hacer algunas observaciones que le hago al Programa de Formación

Tit@ como aportes de para su continuo mejoramiento. La primera, es que

considero se deben programar actividades más prácticas aprovechando los

recursos disponibles en las aulas de la Universidad, que podamos trabajar con

algunas de las aplicaciones que trabajaremos con nuestros estudiantes en los

Ambientes de Aprendizaje, que se aplique con nosotros el Modelo TPACK, la

porque durante el programa fue más la teoría que la práctica, y creo que se

pudieron establecer mecanismos de trabajo y discusión más dinámicos, hacer más

activas las discusiones y el aprendizaje más significativo.

La segunda observación al Programa y con la que no estoy de acuerdo aún ya

casi finalizando, es que nos hayan impuesto un grupo de trabajo y que no tuvimos

la oportunidad de trabajar con nuestros compañeros de la misma Institución, como

lo hicieron los docentes de las otras fases, y creo que los argumentos para no

permitirlo no tenían suficiente peso porque esa misma interacción virtual se podría

haber dado con los mismos compañeros de la Institución creando los mecanismos

para ello. Sé que hubiese sido mucho más productivo el trabajo si cada Ambiente

de Aprendizaje estuviera realmente centrado en las características y necesidades

particulares y propias de cada institución. En la actualidad, lo que hay son

planificadores fraccionados. Cuando los docentes que formamos parte de la fase

5 de la Institución presentemos el Programa Tit@ en la semana de desarrollo

institucional, no llevaremos una propuesta unificada para la institución sino

fracciones de planificadores.

A pesar de lo anterior y del cansancio que siento porque coincidieron las

actividades de finalización de año escolar con las del Programa de Formación

Docente Tit@, exalto los aportes del programa, aunque sé que es sólo el

comienzo de un proceso transformador, que aún son muchas las inquietudes, lo

que falta por explorar y aprender, que el camino por recorrer es aún largo y no

necesariamente lleno de satisfacciones, en conclusión pienso: ¡Qué bien que me

metí en esto!