mi amigo el demonio - carolyn jess-cooke

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  • SINOPSIS

    Soy Alex. En ocasiones veo

    demonios. Mi favorito se llamaRuen. Mide metro y medio y lo quems le gusta es Mozart, el tenis demesa y el pudin de pan ymantequilla. Conoc a Ruen y a susamigos hace cinco aos, cincomeses y seis das. Fue la maana

  • que mam me dijo que pap sehaba ido.

    Alex tiene diez aos, vive enBelfast con su madre, juega con superro, inventa chistes y le encantanlas tostadas con cebolla. Tambintiene un nico amigo, del que esincapaz de separarse, incluso a supesar: Ruen, un demonio de 9.000aos de edad, que toma diversasformas y en el que Alex se refugiacada vez que su madre afronta unode sus frecuentes ataques de llanto.

  • Su psiquiatra Anya empieza a dudarde que Ruen sea slo una criaturaimaginaria...

    Carolyn Jess-Cooke nospresenta Mi amigo el demonio, susegunda obra tras Diario de unngel, una fbula en la quereflexiona sobre el libre albedro atravs de los ojos de un ngel...que es tambin una adolescente.Con el mismo estilo, Jess-Cookenos lleva ahora al otro lado, al delos demonios que atormentan, o tal

  • vez sera mejor decirexperimentan, con el joven lex.

  • Carolyn Jess-Cooke

    Mi amigo el demonio

  • Para Phoenix, mi adorado

    hijo

  • Losdemonios ya noexisten desde queexisten losdioses, por lo queslo son productode la actividadpsquica delhombre.

  • SIGMUNDFREUD

    La mayortreta del demonioes convencernosde que no existe.

    CHARLESBAUDELAIRE

  • CANCIN DE AMORPARA ANYA

  • 1

    RUEN

    Alex

    La gente me mira extraadacuando les digo que tengo undemonio.

    No querrs decir que tienesdemonios? me preguntan.Como un problema con las drogas oel impulso de apualar a tu padre.

  • Yo les digo que no. Midemonio se llama Ruen, midealrededor de un metro sesentacentmetros de altura y lo que msle gusta es Mozart, el tenis de mesay el pudin de pan y mantequilla.

    Conoc a Ruen y a sus amigoshace cinco aos, cinco meses y seisdas. Fue la maana que mam medijo que pap se haba ido. Yoestaba en la escuela. En un rincnde la clase, junto a los dibujos delTitanic que habamos hecho,apareci un grupo de criaturas muy

  • extraas. Varias de ellas parecanpersonas, aunque yo saba que noeran profesores ni los padres denadie, porque algunas tenan elaspecto de un lobo, pero con brazosy piernas humanos. Una de lashembras tena brazos, piernas yorejas distintas, como sipertenecieran a diferentes personas,y estaban cosidas, como elmonstruo de Frankenstein. Uno delos brazos era peludo y musculoso,pero el otro era delgado, como elde una nia. Me asustaron y me

  • puse a gritar, porque slo tenacinco aos.

    La seorita Holland se acerca mi mesa y me pregunt qu meocurra. Le habl de los monstruosque haba en el rincn. Ella se quitlas gafas muy despacio, se lasencaj en el pelo y me pregunt sime encontraba bien.

    Mir de nuevo a losmonstruos. No poda dejar de mirara uno que en vez de cara tena unenorme cuerno rojo en la frente,como el de un rinoceronte. Tena

  • cuerpo de hombre pero estabacubierto de pelo; llevaba unospantalones negros sujetos por unostirantes hechos con alambre de paschorreantes de sangre. Sostena unpalo muy largo coronado por unabola de metal de la que salanpinchos parecidos a los de un erizo.Acerc un dedo a donde deberande estar sus labios, si es que lostena y, acto seguido, escuch unavoz en mi cabeza. Era una voz muysuave, pero al mismo tiempo ronca,como la de mi padre:

  • Yo soy tu amigo, Alex.Entonces todos mis miedos se

    esfumaron, porque lo que msdeseaba en este mundo era tener unamigo.

    Ms adelante descubr queRuen poda aparecerse bajo variasformas y que sa era la que yollamo Cabeza Cornuda, que damucho miedo, sobre todo cuando laves por primera vez.Afortunadamente, no se aparece asmuy a menudo.

    La seorita Holland me

  • pregunt qu estaba mirando,porque an segua con los ojos fijosen los monstruos, preguntndome siseran fantasmas, porque algunos deellos parecan sombras. Esa ideame hizo abrir la boca; de ellaempez a brotar un sonido, peroantes de que fuera demasiado fuertevolv a escuchar la voz de mi padredentro de mi cabeza:

    Tranquilo, Alex. No somosmonstruos. Somos tus amigos. Noquieres que seamos tus amigos?.

    Mir a la seorita Holland y le

  • dije que estaba bien; ella me sonri,me dijo Perfecto y regres a sumesa, aunque sigui observndomecon cara de preocupacin.

    Un segundo despus, sin cruzarla clase, el monstruo que me habahablado apareci a mi lado y medijo que se llamaba Ruen. Me dijoque sera mejor que me sentara o laseorita Holland me mandara ahablar con alguien llamado UnPsiquiatra. Y eso, me asegur Ruen,no sera nada divertido, nada quever con hacer teatro, contar chistes

  • o dibujar esqueletos.Ruen conoca todos mis

    pasatiempos favoritos, por lo quesupe que algo raro estabaocurriendo. La seorita Hollandsigui mirndome como si estuvieramuy preocupada mientras seguaexplicando cmo introducir unaaguja a travs de un globocongelado y por qu eso era unexperimento cientfico muyimportante. Volv a sentarme y nodije nada acerca de los monstruos.Nunca le he hablado de ellos a

  • nadie. Hasta ahora.Ruen me ha contado muchas

    cosas sobre quin es y sobre lo quehace, pero nunca sobre por qu yopuedo verlo y el resto de la genteno. Creo que somos amigos. Slopens que no era mi amigo cuandome pidi que hiciera algo. Quiereque haga una cosa muy mala.

    Quiere que mate a alguien.

  • 2

    UN SUEO CON LOSOJOS ABIERTOS

    Alex

    Querido diario:

    Un nio de diez aos entra enuna pescadera y pide un muslo desalmn. El sensato pescadero

  • enarca las cejas y le dice: Lossalmones no tienen muslos!. Elnio vuelve a casa, le cuenta a supadre lo que le ha dicho elpescadero, y su padre se echa arer.

    Vale dice el padre delnio. Ve a la droguera y comprapintura escocesa.

    As pues, el nio se dirige a ladroguera. Cuando vuelve a casa, sesiente muy humillado.

    Vale, vale, lo siento dicesu padre, aunque se re tan fuerte

  • que casi se mea encima. Aqutienes cinco libras. Ve a buscardeditos de pescado y con el cambiote compras unas patatas fritas.

    El nio le tira el billete decinco libras a la cara.

    Eh! Qu te pasa? gritasu padre.

    A m no me engaas! leespeta el nio. Los pescados notienen deditos!

    Este diario es nuevo; me loregal mi madre por mi ltimo

  • aniversario, cuando cumpl diezaos. Quera empezar cada da conun chiste nuevo, para no salirme delpersonaje. Eso significa recordar loque se siente al ser la persona queestoy interpretando, un muchachollamado Horacio. Mi profesora deteatro, Jojo, dijo que habareescrito una obra muy famosatitulada Hamlet, convirtindola enuna Versin contempornea delBelfast del siglo XXI, con rap,bandas callejeras y monjaskamikaze; aparentemente, a

  • Shakespeare le parece bien. Mamdice que mi ingreso en la compaateatral es algo estupendo, pero queno debo contrselo a cualquiera queme cruce por la calle si no quieroque me den una paliza.

    Representaremos la obra en laGrand Opera House de Belfast, yeso es genial, porque est a diezminutos andando desde mi casa, porlo que puedo ir a ensayar todos losjueves y viernes al salir de clase.Jojo me dijo que incluso podainventar mis propios chistes. Creo

  • que ste es ms gracioso que elltimo, el de la anciana y elorangutn. Se lo he contado amam, pero no se ha redo. Vuelvea estar triste. De un tiempo a estaparte le pregunto por qu se ponetriste, pero cada vez me respondealgo distinto. Ayer estaba tristeporque el cartero lleg tarde yestaba esperando una Carta MuyImportante de servicios sociales.Hoy ha sido porque nos hemosquedado sin huevos.

    Soy incapaz de imaginarme

  • una razn ms estpida paraponerse triste. Me pregunto si meestar mintiendo o si cree realmenteque est bien echarse a llorar cadacinco segundos. Creo que le harms preguntas sobre por qu esttriste. Es por pap?, querapreguntarle esta maana, pero luegohe tenido un Sueo con los OjosAbiertos, como lo llama elpsiclogo de la escuela, el calvo, yrecord aquella vez que mi padrehizo llorar a mi madre.Normalmente se pona contentsima

  • cuando l vena a verla, lo cual nosuceda muy a menudo; se pintabalos labios de rojo, se peinaba elpelo como si tuviera una bola dehelado sobre la cabeza y enocasiones se pona el vestido verdeoscuro. Pero una de las veces quevino pap lo nico que hizo fueecharse a llorar. Recuerdo que yoestaba sentado tan cerca de l quepoda ver el tatuaje de su brazoizquierdo, un hombre, deca pap,que se haba dejado morir dehambre a propsito. No me hagas

  • sentir mal, le deca a mam,inclinado sobre el fregadero paraechar la ceniza del cigarrillo.Siempre tres golpecitos: tac, tac,tac.

    No ests diciendo siempreque quieres una casa mejor? Esta estu oportunidad, cario.

    Y justo cuando me inclin paratocar sus vaqueros, cuya rodilladerecha estaba casi rada por todaslas veces que se haba agachadopara anudarme los cordones de loszapatos, el Sueo con los Ojos

  • Abiertos se esfum y sloestbamos yo, mam y el sonido desu llanto.

    Mam no habla de pap desdehace un milln de aos, de modoque pienso que est triste por laabuela, porque la abuela siempre hacuidado de nosotros y ha sido duracon los entrometidos de losasistentes sociales; cuando mam sepona triste, ella daba un manotazoen la mesa de la cocina y deca algocomo: Si no le plantas cara, lavida te derriba, y entonces a mam

  • pareca que se le levantaba elnimo. Sin embargo, la abuela ya nodice esas cosas, y mam est cadavez peor.

    As pues, yo hago lo quesiempre suelo hacer, es decir,ignoro a mam mientras deambulapor toda la casa con el rostroempapado de lgrimas y busco algoque comer en la nevera y losarmarios de la cocina hasta queencuentro lo que quiero: unacebolla y un poco de pancongelado. Por desgracia, no hay

  • huevos, y es una pena, porquepuede que eso hubiera conseguidoque mam dejara de llorar.

    Me subo a un taburete y cortola cebolla en el fregadero, bajo elagua corriente, tal como me ensela abuela, as el jugo no me hacellorar, y luego la fro con un pocode aceite. Despus lo meto todoentre dos rebanadas de pan.Creedme: es la cosa ms rica delmundo.

    La segunda mejor cosa delmundo es mi habitacin. Iba a decir

  • que era dibujar esqueletos obalancearme en las patas traserasde una silla, pero creo que sasestn en tercera posicin, porque mihabitacin est tan arriba, en laparte ms alta de la casa, que desdeaqu no oigo llorar a mam, yporque es adonde voy cuandoquiero pensar y dibujar, y tambindonde escribo los chistes para elpapel de Horacio. Aqu arriba haceun fro glacial. Podran conservarsecadveres. El cristal de la ventanaest roto, no hay alfombra y lo

  • nico que hace el radiador esproyectar un crculo amarillento enel suelo desnudo. Cuando medespierto, casi siempre me pongoun jersey de ms, calcetines de lanay guantes, aunque a los guantes leshe cortado las puntas de los dedospara poder coger los lpices. Hacetanto fro que pap nunca semolest en arrancar el viejo papelpintado de las paredes, del quedeca que estaba ah desde que sanPatricio haba echado a todas lasserpientes de Irlanda. Es plateado,

  • con un montn de hojas blancas portodas partes, aunque en mi opininparecen plumas de ngel. La ltimapersona que vivi en esta casa dejaqu todas sus cosas, como unacama con slo tres patas, unarmario ropero y una cmoda muyalta llena de ropa. Puede que esapersona slo fuera perezosa, peromejor que haya sido as, porquemam nunca tiene dinero paracomprarme ropa nueva.

    Pero eso es tan solo lo mejorde mi habitacin. Sabis qu es el

  • lo ms mejor de mi habitacin?Cuando aparece Ruen, porque

    puedo hablar con l muchsimotiempo. Y nadie puede orme.

    As pues, cuando descubr queRuen era un demonio, no me asust,porque no saba que un demoniofuera una cosa. Crea que era tanslo el nombre de una tienda demotos que hay cerca de la escuela.

    Entonces qu es undemonio? le pregunt a Ruen.

    En aquel momento era el Nio

  • Fantasma. Ruen tiene cuatroapariencias distintas: CabezaCornuda, Monstruo, Nio Fantasmay Anciano. La de Nio Fantasma esla que se parece a m, aunque de unmodo extrao: su pelo castao esidntico al mo y es tan alto comoyo, e incluso tiene los mismosdedos nudosos, la nariz grande y lasorejas de soplillo, pero sus ojosson totalmente negros y a vecestodo su cuerpo es transparente,como un globo. Su ropa tambin esdistinta a la ma. Lleva unos

  • pantalones anchos ceidos a lasrodillas y una camisa blanca sincuello; va descalzo y sus pies estnsucios.

    Cuando le pregunt qu era undemonio, Ruen empez a saltar y aboxear con un oponente imaginariodelante del espejo que hay detrs dela puerta de mi habitacin.

    Los demonios son como lossuperhroes explic, entre golpey golpe. Los hombres son comogusanos.

    Yo an segua sentado en el

  • suelo. Haba perdido la partida deajedrez que habamos jugado. Ruenhaba dejado que le arrebataratodos sus peones y alfiles y luegome dio jaque mate con tan slo elrey y la reina.

    Por qu los hombres soncomo gusanos? pregunt.

    l dej de boxear y se volvihacia m. Poda ver el espejo atravs de l, de modo que mantuvela mirada fija en su superficie msque en su cara, porque sus ojosnegros me provocaban una

  • sensacin extraa en el estmago.No es culpa tuya que tu

    madre te diera a luz dijo.Empez a saltar estirando los

    brazos y las piernas. Como es unaespecie de fantasma, sus saltosparecen garabatos hechos en el aire.

    Pero por qu los hombresson como gusanos? insist.

    A diferencia de los humanos,los gusanos parecen uas que reptany viven en el fondo de loscontenedores de basura.

    Porque son estpidos

  • repuso l, sin dejar de saltar.En qu sentido son

    estpidos? pregunt, ponindomeen pie.

    l dej de saltar y me mir.Tena el semblante irritado.

    Mira dijo, extendiendo lamano hacia m. Pon la tuya sobrela ma.

    Lo hice. El suelo ya no sevea.

    T tienes un cuerpo dijo, pero seguramente lo echars aperder por culpa de todo lo que

  • puedes hacer con l. Es lo mismoque regalarle un Lamborghini a unnio.

    Entonces ests celoso? le pregunt, porque un Lamborghinies un coche muy chulo que todo elmundo quisiera tener.

    Permitir que un nioconduzca un coche deportivo es unamala idea, verdad? Alguien tieneque intervenir, impedir que el croprovoque ms desastres de losnecesarios.

    Entonces los demonios

  • cuidan de los nios?Ruen pareca indignado.No seas ridculo.Pues dime, qu hacen?Entonces me dedic su mirada

    de Alex es estpido. Es la decuando sonre con slo la mitad dela boca y sus ojos se vuelvenpequeos y duros, negando con lacabeza como si yo lo hubiesedecepcionado. Es esa mirada la queme provoca un nudo en el estmagoy hace latir ms deprisa mi corazn,porque en el fondo s que soy

  • estpido.Os ayudamos a ver ms all

    de la mentira.Parpade.Qu mentira?Os creis muy importantes,

    muy especiales. Y eso es unafalacia, Alex. No sois nada.

    Ahora tengo diez aos, soymucho mayor, o sea que s algo msacerca de los demonios, pero Ruenno es as. Creo que todo el mundoest equivocado con respecto a los

  • demonios, al igual que con losrottweilers. La gente dice que losrottweilers se comen a los nios,pero la abuela tena uno que sellamaba Milo y siempre me lama lacara y me dejaba montarlo como sifuera un poni.

    Mam nunca ve a Ruen, y yonunca le he hablado de l ni deninguno de los demonios que vienena nuestra casa. Algunos de ellos sonun poco extraos, pero yosimplemente los ignoro. Es comotener a un montn de parientes

  • gruones merodeando por la casaque creen que puedenmangonearme. Sin embargo, Ruenno da la vara. Ignora a mam y legusta curiosear. Le encanta el viejopiano del abuelo que hay en elvestbulo. Se queda de pie a su ladodurante horas y horas, inclinndosepara examinar ms de cerca lamadera, como si en las vetashubiera un pueblo en miniatura.Luego se arrima para apoyar laoreja sobre la mitad inferior, comosi dentro hubiese alguien que

  • quisiera hablar con l. Me dice queen otros tiempos sa era unaexcelente marca de piano, peroest muy enfadado por la forma enque mam lo ha apoyado contra unradiador y porque no hace que loafinen. Suena como un perroviejo, dice, golpendolo con losnudillos como si fuera una puerta.Yo me encojo de hombros y digo:Y a m qu?. Entonces se enfadatanto que desaparece.

    A veces, cuando se enfada,Ruen se convierte en el Anciano. Si

  • cuando me haga viejo me parezco al, me suicidar, lo digo en serio.Cuando tiene la apariencia delAnciano est tan flaco y marchitoque parece un cactus con ojos yorejas. Su rostro es alargado comouna azada y est lleno de arrugastan marcadas que parece abollado,como el papel de aluminio cuandolo vuelves a utilizar. Tiene unanariz larga y aguilea y su boca merecuerda a la de una piraa. Sucabeza es lustrosa como el pomo deuna puerta y est cubierta de finos

  • mechones de pelo blanco. Su rostroes gris como un lpiz, pero lasbolsas que tiene debajo de los ojosson de un color rosa brillante, comosi alguien le hubiese arrancado lapiel. Es feo de verdad.

    Sin embargo, an es ms feocuando se aparece como elMonstruo. El Monstruo es como uncadver que ha estado sumergido enel agua durante semanas y al que lapolica iza hasta un bote; todo elmundo vomita porque tiene la pieldel color de la berenjena y la

  • cabeza es tres veces mayor que lade una persona normal. Y eso no estodo: cuando es el Monstruo, lacara de Ruen no es una cara. Laboca parece un agujero hecho conuna pistola y los ojos son tanpequeos como los de una lagartija.

    Y an hay ms: l dice quetiene nueve mil aos humanos. S,claro, respond la primera vez queme lo dijo, pero l slo levant labarbilla y se pas la hora siguientecontndome que habla ms de seismil idiomas, incluso los que ya no

  • habla nadie. No paraba de decirmeque los humanos ni siquiera sabenhablar su propia lengua y que notienen palabras adecuadas parareferirse a cosas importantes comola culpa y el mal, y que era absurdoque en un pas en el que llueve deformas tan distintas slo tuvieranuna palabra para definirlas, y bla,bla, bla, bla, hasta que yo bostecdurante cinco minutos seguidos y lcapt la indirecta y se larg. Sinembargo, al da siguiente llovi, yyo pens que, despus de todo,

  • puede que Ruen no fuera tan tonto.Puede que tuviera razn. Hay lluviaque tiene el aspecto de un pescadopequeo, otra que parece hecha deescupitajos y otra que se asemeja alos cojinetes. As pues, empec atomar prestados libros de labiblioteca para aprender algunaspalabras en un montn de lenguasabsurdas como el turco, el islandsy el maor.

    Merhaba, Ruen, le dije unda, pero l slo suspir y repuso:La h es muda, idiota. Luego le

  • dije: Ga kvldi, y l meespet: Estamos an a mediamaana. Y cuando le dije: He roate w kua kitea, me contest que eratan obtuso como un u.

    Qu idioma es se? lepregunt.

    Ingls.Y, tras lanzar un suspiro,

    desapareci.Entonces empec a leer el

    diccionario para aprender laspalabras raras que emplea a todashoras, como barahnda. Intent

  • utilizar esa palabra con mamhablando de los disturbios delpasado mes de julio, pero ellapens que le estaba tomando elpelo.

    Ruen tambin me cont unmontn de cosas sobre gente de laque nunca haba odo hablar. Medijo que, durante aos, uno de susmejores amigos fue alguien llamadoNern, pero que Nern prefera quelo llamaran Csar y que a los veinteaos an mojaba la cama.

    Luego tambin me cont que,

  • en la crcel, haba sido compaerode celda de un tipo llamado SocraTes cuando este fue condenado amuerte. Ruen le dijo a Socra Tesque debera huir. Incluso habaconvencido a algunos amigos deSocra Tes para ayudarlo a escapar,pero l no quiso hacerlo y muri.

    Hay que estar chiflado! exclam.

    En efecto repuso Ruen.Al parecer, Ruen tena un

    motn de amigos, y eso me ponatriste, porque yo no tengo ninguno

  • salvo l.Quin era tu mejor amigo?

    le pregunt, esperando que mecontestara que era yo.

    Me dijo que era Wolfgang.Por qu Wolfgang? le

    pregunt, y lo que quera decir erapor qu Wolfgang era su mejoramigo y no yo, pero todo lo queRuen me dijo fue que le gustaba lamsica de Wolfgang y luego guardsilencio.

    S lo que estis pensando: que

  • estoy loco y que Ruen est en mimente, y no slo su voz. Que hevisto demasiadas pelculas deterror. Que Ruen es un amigoimaginario que me he inventadoporque me siento solo. Pues bueno,si pensis todo eso, estisterriblemente equivocados. Aunques es cierto que a veces me sientosolo.

    Cuando cumpl ocho aos,mam me compr un perro al quellam Guau. Guau me recuerda a unviejo malhumorado, porque siempre

  • est ladrando y enseando losdientes y tiene el pelo blanco ehirsuto como el de un anciano.Mam lo llama taburete ladrador.Guau sola dormir junto a mi camay bajaba las escaleras corriendopara ladrar a la gente cuandoentraba en casa, no fuera quetuvieran intencin de matarme, perocuando Ruen empez a aparecersems a menudo, Guau se asust.Ahora slo le grue al vaco,incluso cuando Ruen no est aqu.

    A propsito: hoy Ruen me ha

  • dicho algo que me pareci lobastante interesante como paraescribirlo. Ha dicho que no es sloun demonio. En realidad, suautntico ttulo es el derastrillador.

    Cuando me lo dijo, tena laapariencia del Anciano, Sonricomo un gato y todas sus arrugas setensaron como los cables deltelgrafo. Lo dijo del mismo modoque ta Bev dice que es mdica.Creo que el hecho de ser mdicasignifica mucho para ta Bev,

  • porque en nuestra familia no haynadie que haya ido a la universidad,que conduzca un mercedes o que,como ella, tenga una casa enpropiedad.

    Creo que Ruen se sienteorgulloso de ser un rastrillador,porque eso quiere decir que esalguien muy importante en elinfierno. Cuando le pregunt quera un rastrillador, me dijo quepensara en el significado de lapalabra. Busqu en el diccionariola palabra rastrillo, pero la

  • defina como una herramientaagrcola, lo cual no tiene ningnsentido. Cuando volv apreguntrselo, Ruen me pregunt sisaba qu era un soldado. Claroque s, le contest, y l dijo:Bueno, si un demonio normal es unsoldado, yo soy el equivalente a ungeneral o un mariscal de campo. Yyo le dije: Entonces, losdemonios combaten en guerras?.No repuso l, aunque siempreestn luchando contra el Enemigo.Le dije que eso sonaba a paranoia,

  • y l frunci el ceo y dijo: Losdemonios siempre estn vigilantes,no paranoicos. An no me hadicho qu es exactamente unrastrillador, por lo que he decididoinventarme una definicin: unrastrillador es un pobre viejo tontoque quiere ensear sus medallas deguerra y lamenta que slo yo puedaverlo.

    Un momento. Creo que oigo amam abajo. S, est llorando otravez. Quizs debera fingir que no laestoy oyendo. Tengo ensayo de

  • Hamlet dentro de setenta y dosminutos y medio. Puede que sloquiera llamar la atencin. Pero mihabitacin ha empezado a llenarsede demonios: son alrededor deveinte, estn sentados en mi cama yacurrucados en los rincones,cuchicheando y rindose comotontos. Hablan todos muy excitados,como si fuera Navidad o algoparecido, y uno de ellos acaba depronunciar el nombre de mi madre.Noto una sensacin muy extraa enel estmago.

  • Algo est ocurriendo abajo.Qu pasa? le pregunto a

    Ruen. Por qu estn hablando demi madre?

    Me mira y levanta una ceja,que parece una oruga.

    Mi querido muchacho, laMuerte acaba de llamar a vuestrapuerta.

  • 3

    LA SENSACIN

    Anya

    La llamada se produjo estamaana, a las siete y media.

    Ursula Hepworth, jefa de laUnidad de Salud Mental parapacientes hospitalizados del HogarMacNeice para Nios yAdolescentes, me llam al mvil y

  • me habl de un muchacho de diezaos que corre el peligro dehacerse dao a s mismo o a losdems. Me dijo que se llama AlexBroccoli. Ayer, la madre de Alexintent suicidarse y desde entoncesest en observacin. Mientras tanto,el nio ha sido trasladado a launidad de pediatra del CityHospital. Alex estaba en su casa, enBelfast oeste, y se qued solo conella durante una hora, tratando deconseguir ayuda. Al final intervinouna mujer que pas a recoger a

  • Alex para ir a un ensayo de teatro ylos llev a ambos al hospital. Comoes fcil de comprender, el nioestaba muy alterado. Ursula me dijoque un asistente social, MichaelJones, ya se haba puesto encontacto con el chico y mostr supreocupacin acerca de su saludmental. A lo largo de los ltimoscinco aos, la madre de Alex haintentado suicidarse al menos encuatro ocasiones. Cuando ven a unprogenitor tratando deautolesionarse, ocho de cada diez

  • nios acaban imitndolo en unfuturo.

    Normalmente, yo misma meocupara del caso de ese nio explic Ursula, con su acentogriego salpicado de tonosnorirlandeses. Pero como t eresnuestra nueva psiquiatra para niosy adolescentes, te lo paso a ti. Qume dices?

    Me incorpor en la cama parasentarme, rodeada por el montn decajas esparcidas por el suelo de minuevo apartamento. Tiene cuatro

  • habitaciones y est situado a lasafueras de la ciudad, tan cerca delmar que me despierto con losgraznidos de las gaviotas y unligero olor a sal. Las paredes estnrevestidas hasta el techo debaldosas de color rojo tomate queal amanecer arden como un horno,porque el apartamento estorientado al oeste y an no hetenido tiempo de comprar unascortinas. Tampoco he tenido tiempode amueblarlo debido a lasexigencias de mi nuevo trabajo,

  • desde que llegu de Edimburgohace dos semanas.

    Ech una ojeada a mi reloj depulsera.

    Cundo quieres que estah?

    Dentro de una hora?A lo largo de los ltimos tres

    aos, he marcado el 6 de mayocomo da libre con un crculo en miagenda, y el permiso me fueconcedido cuando firm el contratode trabajo. Y siempre ser un dalibre durante el resto de mi vida

  • profesional. Este da, los que yoconsidero mis mejores amigos sepresentarn ofreciendo consuelo,tartas de queso, tiernos abrazos,lbumes de fotos de mi hija y de men tiempos ms felices, cuando ellaestaba viva y se encontrabarelativamente bien. Algunos de esosamigos no me vern en muchosaos, pero incluso cuando peinencanas y hayan terminado otrasrelaciones, aparecern ante mipuerta para ayudarme a superar eseda del calendario. Y siempre ser

  • as.Lo siento dije, y empec

    a hablar de mi contrato, de quehaba pedido ese da libre, y lepregunt a Ursula si ella podahablar hoy con el chico y yo ya mepondra al da maana repasandosus notas.

    Hubo una larga pausa.Esto es muy importante

    repuso Ursula con gravedad.Hay mucha gente que se siente

    intimidada por Ursula. A miscuarenta y tres aos, me gusta

  • pensar que ya he superado cosascomo el complejo de inferioridad y,adems, la desconcertante realidaddel cuarto aniversario de Poppy yame haba casi arrancado laslgrimas de los ojos. Respirprofundamente y, con el tono de vozms profesional de que fui capaz,inform a Ursula de que estaraencantada de reunirme con el restodel equipo del servicio de saludmental para la infancia y laadolescencia al da siguiente por lamaana.

  • Y en ese momento experimentalgo que an no soy capaz deexplicar, algo que hasta entoncesslo me haba ocurrido en muypocas ocasiones y que es tandistinto a cualquier otra sensacinque lo he llamado, simplemente, laSensacin. No puede describirsecon palabras, pero si intentoverbalizarlo, sera algo as:primero, en el fondo del plexosolar, noto un calor, y acto seguidoun fuego aunque no es quemaznni dolor que me recorre el cuello

  • y la mandbula hasta el cuerocabelludo y me eriza el pelo, y almismo tiempo lo noto en lasrodillas, los tobillos, incluso en elsacro, hasta que soy tan conscientede cada parte de mi cuerpo quetengo la sensacin de estar a puntode despegar. Es como si mi almaquisiera decirme algo, un mensajeurgente que es como un cosquilleoque invade mis capilares y misclulas, que me amenazan conreventar si no lo escucho.

    Ests bien? pregunt

  • Ursula.Le dije que esperara un

    segundo. Dej el telfono sobre eltocador y me limpi la cara.Despus de diez aos estudiando,no he encontrado ni un solo prrafocapaz de explicarme por qu meocurre esto de vez en cuando ni porqu suele pasar en los momentosms importantes. Slo s que deboescuchar. La ltima vez que no lohice, mi hija decidi acabar con suvida y yo no fui capaz deimpedrselo.

  • De acuerdo le dije. Ireste maana.

    Te lo agradezco, Anya. Sque estars fantstica con ese nio.

    Me dijo que se pondra encontacto con el asistente social delnio, Michael Jones, para decirleque se reuniera conmigo en elHogar MacNeice dentro de doshoras. Colgu el telfono y me miral espejo. Uno de los efectos de lamuerte de Poppy es que medespierto a menudo en plena noche,lo que me provoca unas manchas

  • amarillentas debajo de los ojos queningn maquillaje es capaz deocultar. Me examin la cicatrizblanca de forma irregular que tengoen la cara: la superficie de lamejilla ha sido aspirada haciaadentro a causa de las estras deltejido muerto. Normalmente, todaslas maanas suelo dedicar un buenrato a arreglar mi largo pelo negropara disimular la fealdad. Sinembargo, hoy he tenido queconformarme con recogrmelo enun moo que he sujetado con un

  • bolgrafo y vestirme con la nicaropa que he sacado de las cajas: untraje-pantaln negro y una blusablanca arrugada. Por ltimo, eso s,me he colocado alrededor delcuello mi talismn de plata. Luegohe dejado una nota para los amigosque vendrn y que, sorprendidos yestupefactos, descubrirn que hedecidido cruzar el umbral de mipuerta el da del aniversario de lamuerte de Poppy.

    En un intento por no pensar en

  • Poppy, he tomado la carretera de lacosta en vez de la autopista. Puedeque se deba a que me estoyacercando a la mediana edad, perolos recuerdos que ahora tengo deella no son visuales sino sonoros:su risa, ligera y contagiosa, lasmelodas que sola inventarsesentada ante mi viejo Steinwaytocando con un solo dedo en nuestroapartamento de Morningside, enEdimburgo, las frases que empleabapara referirse a su estado... Escomo... como un abismo, mam. No,

  • como si yo fuera un abismo. Unabismo. Como si yo me tragara laoscuridad.

    El Hogar MacNeice es unavieja mansin victoriana que seerige en un terreno de mediahectrea que, desde lo alto de unascolinas, domina los puentes deBelfast bautizados con nombres dereyes britnicos. Recientementereformado, el edificio ofrecetratamiento para pacientes externose internos, nios y adolescentes, deedades comprendidas entre los

  • cuatro y los quince aos, aquejadosde las enfermedades mentales queaparecen en los manuales mdicos:problemas de ansiedad, depresin,comportamiento compulsivo,trastornos psicticos... Dispone dediez habitaciones, un espacio conordenadores, un estudio de arte, unasala para entrevistas o terapia, unsaln de juegos, un comedor, unapiscina, un pequeo apartamentopara los padres que tengan quequedarse ocasionalmente a dormir yuna sala de aislamiento, a la que los

  • pacientes se refieren,rigurosamente, como sala delsilencio. Los enfermos necesitanformacin, por lo que la institucincuenta con una escuela conprofesores especializados. Despusde completar mis estudios en laUniversidad de Edimburgo, trabajen un centro similar durante dosaos, pero la reputacin del HogarMacNeice me indujo a volver aIrlanda del Norte, una decisin quean considero provisional.

    En el aparcamiento,

  • estacionado junto al relucienteLexus negro de Ursula, vi un cochenuevo, un Volvo de color verdebotella con matrcula de 1990. Mepregunt si el asistente social deAlex, Michael Jones, ya habrallegado. Mientras cruzaba elaparcamiento, usando el maletnpara protegerme de la lluviatorrencial, un hombre alto vestidocon un traje azul marino aparecientre los pilares de piedra y sedirigi hacia m mientras abra unparaguas.

  • Bienvenida grit.Me met debajo del paraguas y

    l me protegi de la lluvia hastaque entramos en el edificio dondeUrsula me estaba esperando enrecepcin. Es una mujer alta y tieneun aire majestuoso con su vestidorojo, su espesa melena negra conalgunas canas a lo Diana Ross y sugenerosa estructura sea de diosagriega, que parece ms la de unamujer de negocios que la de unapsicloga clnica. Formaba parte dela junta que me entrevist para este

  • trabajo y era por ella por lo queestaba segura de no conseguir elpuesto.

    Usted se prepar para sermdico de familia. Por qudecidi pasarse a la psiquiatrainfantil?.

    Durante la entrevista, deslicla mano derecha debajo del muslo yobserv los rostros de losmiembros de la junta: tres hombres,psiquiatras, y Ursula,internacionalmente reconocidostanto por sus innovaciones en el

  • campo de la psicologa infantilcomo por su grosera.

    En principio, mi inters secentr en la psiquiatra repuse.Mi madre libr una larga batallacontra la enfermedad mental, y yodeseaba encontrar respuestas a losenigmas planteados por esaenfermedad. Si haba alguien queconociera la devastacin queprovocan las enfermedadesmentales los tabs sociales y lahumillacin que comportan, suancestral y aterradora relacin con

  • la vergenza por los abismos en losque la mente humana se puedesumergir, sa era yo.

    Ursula me examinabaminuciosamente desde su mesa.Crea que el pecado capital decualquier psiquiatra era laconviccin de que podan hallarsetodas las respuestas, dijo confrivolidad, una broma con pullaincluida. El presidente de la juntaJohn Kind, jefe del departamentode Psiquiatra de la Universidad deQueens mir con incomodidad a

  • Ursula y luego a m y trat deformular una pregunta a partir delchiste apenas disimulado de Ursula.

    Cree haber encontrado todaslas respuestas, Anya? O es eso loque pretende si consigue estepuesto?

    Mi corazn deca que s. Peroen ese momento sonre y les di larespuesta que esperaban.

    Lo que pretendo es mejorarlas cosas.

    En recepcin, Ursula mededic una sonrisa excesiva. Luego

  • me tendi la mano y estrech la macon firmeza por primera vez desdeel da de la entrevista. Losconflictos entre psiquiatras ypsiclogos son bastante frecuentes,dada la disparidad de criterios,aunque, por su llamada telefnica,deduje que cualquier problema quepudiera haber tenido conmigodurante la entrevista ya estabaresuelto. Luego se volvi haciaMichael, que estaba sacudiendo elparaguas para introducirlo en elparagero.

  • Anya, ste es Michael, elasistente social de Alex. Trabajapara el ayuntamiento.

    Michael se volvi y esbozuna media sonrisa.

    S dijo. Alguien debehacerlo.

    Ursula lo mir a travs de suspesados prpados antes de volversehacia m.

    Michael te explicar losdetalles. Luego me reunir contigopara comentar el enfoque del caso.

    Ursula salud a Michael con

  • un rpido gesto de la cabeza antesde alejarse por el pasillo. Michaelme tendi la mano para que se laestrechara.

    Gracias por venir en tu dalibre dijo.

    Quera decirle que era muchoms que un da libre era elaniversario de la muerte de mi hija, pero, sin querer, se me hizo unnudo en la garganta. Me entretuvefirmando en el libro de registro.

    Sabes? En realidad ya nosconocemos dijo, arrebatndome

  • el bolgrafo de la mano.De veras?Firm con una rbrica

    ilegible.En el Congreso de

    Psiquiatra Infantil de Dubln, en2001.

    Ese congreso se habacelebrado seis aos atrs. No lorecordaba en absoluto. Vi que eraflaco y ancho de espaldas, y que susojos verdes de mirada dura seposaban en m unos segundos msde lo estrictamente necesario,

  • incomodndome. Supuse quetendra treinta y muchos aos, casicuarenta, y ese cansancio que hepercibido tantas veces en losasistentes sociales, un cinismodetectable en su lenguaje corporal yla levedad de su sonrisa. Tena esavoz spera de quienes fumandemasiado y por el corte de su trajey el lustre de sus zapatos sospechque no tena hijos. Su pelo, rubio,estaba despeinado y le llegabahasta el cuello, aunque un perfumede gel me dio a entender que se

  • trataba de algo deliberado.Y qu haca un asistente

    social en un congreso de psiquiatrainfantil? pregunt, dirigindomehacia el pasillo que conduca hastami despacho.

    En principio, mi campo erala psiquiatra, despus de unperiodo en el seminario.

    El seminario?Una tradicin familiar. Me

    gust tu ponencia, por cierto.Sobre la necesidad de laintervencin contra la psicosis en

  • Irlanda del Norte, se era el ttulo,verdad? Me impresion tu pasinpor querer cambiar las cosas poraqu.

    Cambiar las cosas meparece un poco ambicioso repuse. Pero me gustara saber cmotratar la psicosis entre los pacientesms jvenes.

    Y eso?Me aclar la garganta al sentir

    que apareca de nuevo la necesidadde ponerme a la defensiva.

    Creo que pasamos por alto

  • demasiados sntomas de psicosis eincluso de la esquizofrenia precoz,dejando que esos nios se echen aperder e incluso se autolesionencuando con un tratamientopodramos ayudarlos fcilmente allevar una vida normal.

    La voz empez a temblarme.En mi cabeza oa los esfuerzos dePoppy al piano, mientrascanturreaba en voz baja la melodaque trataba de sacar con las teclas.Cuando me volv de nuevo haciaMichael me di cuenta de que estaba

  • observando la cicatriz de mi cara.Debera haberme dejado el pelosuelto, pens.

    Llegamos ante la puerta de midespacho. Trat de recordar micdigo de acceso, que me habadado haca una semana Josh, elsecretario de Ursula. Al cabo deunos segundos, tecle el ansiadonmero en la cerradura. Me volv yvi a Michael mirando con airecircunspecto el pasillo, a derecha eizquierda.

    No habas estado antes

  • aqu? le pregunt.S. Demasiadas veces, me

    temo.No te gusta?No apruebo las instituciones

    psiquitricas. No para los nios.Abr la puerta.Esto no es una institucin

    psiquitrica, es una unidad dehospitalizacin...

    l sonri.Llmalo hache...Una vez dentro, Michael se

    qued de pie hasta que le seal

  • dos cmodas butacas junto a unamesita y le ofrec algo de beber,aunque l no quiso tomar nada. Meserv una infusin y me sent en labutaca ms pequea. Michaelsegua de pie, mientras mirabaenfrascado un pster que haba enla pared, junto a la estantera.

    La sospecha, a menudo,crea lo que se sospecha dijo,leyendo el pster.

    Por como lo dijo, era unapregunta.

    C. S. Lewis. Las cartas de

  • Escrutopo. Has ledo el...?... S, conozco el libro

    contest, crispando el rostro al vermi infusin. Me pregunto por quharas enmarcar esa cita.

    Creo que era algo que en untiempo tena sentido.

    Michael tom asiento.Tengo una camiseta con esa

    frase.Hizo una pausa mientras

    sacaba una carpeta de su maletn.En la parte superior estaba escritoun nombre: ALEX BROCCOLI.

  • Alex tiene diez aos medijo Michael, bajando la voz.Vive en una de las zonas mspobres de Belfast con Cindy, unamadre soltera de unos veinticincoaos. Cindy tambin ha tenido unavida muy dura, aunque eso quizsdeberamos hablarlo en otromomento. Como ya sabrs, hacepoco ha intentado suicidarse.

    Asent con la cabeza.Y el padre de Alex, dnde

    est?No lo sabemos. En la

  • partida de nacimiento de Alex nofigura ningn nombre. Cindy nuncase cas y se niega a hablar de l.No parece que tenga un papeldemasiado importante en la vida deAlex. Lo que s sabemos es queAlex est muy preocupado por lasalud de su madre. Se comportacomo un padre con ella, y muestratodas las caractersticas de losnios que padecen profundamenteel trauma del intento de suicidio deun progenitor.

    Michael le dio la vuelta a un

  • documento que haba encima de lamesa para que yo pudiese leerlo:era una compilacin de notas sobrelas visitas de Alex a variospsiquiatras infantiles.

    Las entrevistas con sumadre y con algunos profesores hanrevelado mltiples episodiospsicticos, incluida violenciacontra un docente.

    Violencia?Michael lanz un suspiro,

    reacio a dar detalles.En clase, durante un

  • arrebato, la emprendi a golpes.Dijo que otro nio lo habaprovocado y la profesora no quisodarle importancia, pero aun asdejamos constancia de esos actos.

    Un rpido vistazo a las notasme dej claro que Alex poseatodos los sntomas clsicos de unleve trastorno del espectro autistade alto funcionamiento cognitivo:concrecin del pensamiento,tendencia a los malentendidos,arrebatos violentos, lenguajeligeramente muy complejo para su

  • edad, falta de amistades yexcentricidad. Me fij en algoespecial: su insistencia en que veademonios. Luego vi que nunca se lehaba prescrito ninguna medicacinni tratamiento y por un momento nosupe qu decir. Algunos colegasescoceses me haban advertidorepetidamente que en Irlanda delNorte, las cosas son distintas, y aldecir cosas se referan a laprctica de la intervencinpsiquitrica. Esas palabrasresonaban en mis odos mientras

  • repasaba el informe.Al cabo de unos instantes me

    di cuenta de que Michael me estabaobservando.

    Dime, qu te trajo a Irlandadel Norte? me pregunt cuandome cruc con su mirada.

    Me recost en la butaca yapret las manos.

    La respuesta corta es eltrabajo.

    Y la larga?Dud.Un comentario casual de una

  • candidata al doctorado que estabade prcticas en la unidad deEdimburgo donde trabajaba.Mencion que incluso los nios deIrlanda del Norte que nunca habanvivido el conflicto irlands, quenunca haban sido rescatados de unapiscina y envueltos en papel deestao durante una alarmaterrorista, que nunca haban medidola distancia a partir del ruido deuna bomba y que nunca haban vistoun arma tambin sufran los efectospsicolgicos a causa de todo lo que

  • haban padecido las generacionesque los precedan.

    Michael lade la cabeza.Impacto secundario. As es

    como lo llaman, no?Asent con la cabeza. Por un

    instante, mi memoria evoc el ruidosordo de una bomba. Desde laventana de mi habitacin en Bangorun suburbio costero, en laperiferia de Belfast poda or lasexplosiones: escalofriantes,apagadas. Es un recuerdo del quenunca he conseguido librarme.

  • Aqu, el predominio de laspatologas psicolgicas entre lapoblacin adulta es mayor que encualquier otro lugar del ReinoUnido.

    Bueno, entonces, esoexplica muchas cosas sobre mitrabajo. Michael se frot losojos, repentinamente sumido en suspensamientos. Y t, has sidorescatada alguna vez de una piscinadurante una amenaza de bomba?

    Dos veces.Entonces, admites que todos

  • los pobres desgraciados que hanvivido esas situaciones tienen msposibilidades de padecer unaenfermedad mental.

    Negu con la cabeza.Nadie es capaz de

    determinar el impacto de unavivencia en la salud mental de unindividuo. Hay demasiados factoresque...

    l frunci el ceo.Alex nunca ha vivido

    ninguna experiencia como sa.No?

  • Hemos hablado con l y conCindy sobre cosas como sas. S,de acuerdo, vive en un barrioconflictivo, pero Cindy ha dejadomuy claro que fueron los abusosque sufri en su casa cuando erania los que han tenido en ella unefecto tan devastador.

    Otra forma de impactosecundario, me dije.

    Cunto tiempo llevasocupndote del caso de Alex?

    Me ocupo espordicamentede l desde que tena siete aos. Su

  • situacin familiar es muy delicada,y sus condiciones de vida tampocoson precisamente ideales. La ltimavez que Cindy intent suicidarse,las autoridades amenazaron condarlo en adopcin.

    Pens que sa no era una ideatan mala como, evidentemente,crea Michael, aunque de momentodecid concederle el beneficio de laduda. Tamborile con los dedos lasnotas que tena ante m mientraspensaba.

    Qu necesitamos?

  • pregunt tranquilamente, conscientede que Michael haba levantado lavoz al mencionar la adopcin. Suplido rostro se ruboriz en torno ala mandbula.

    Para empezar, un certificadoen el que se declare que el nionecesita atencin especializada. Hizo una pausa. Cuando meenter de que en la ciudad haba unnuevo psiquiatra infantil..., en fin,puedes imaginarte lo aliviado queme sent.

    Sonri y, de pronto, tuve

  • miedo de defraudarlo.S ms concreto, Michael.

    Por favor.Se inclin hacia delante,

    apoyando los codos en las rodillas,los ojos fijos en mis piernas.Despus de toser, levant la miradapara encontrarse con la ma.

    El hecho es, doctoraMolokova, que yo soy un defensorde Signs of Safety.

    Me qued mirndolofijamente.

    S lo que es Signs of Safety

  • repuse con rotundidad.A m tambin me interesaba.

    Signs of Safety es un modelo deproteccin infantil basado en eltrabajo codo con codo con lasfamilias para construir un sistemade seguridad y, en ltima instancia,una terapia articulada en torno a lafamilia. La mayora de susdefensores rechazan firmemente laclase de intervencin en la que sebasa mi trabajo.

    Escucha, necesito que meprometas que no vas a separar a esa

  • familia. Hazme caso: se necesitanmutuamente, y no un procedimientoburocrtico predeterminado quearroje a ese nio en manos de...

    Mi nico objetivo esaveriguar qu tratamiento necesitaese nio.

    Lo dije tranquilamente y concalma, esperando que eso lotranquilizara. Si bamos a trabajarjuntos en este caso, tenamos quejugar en el mismo equipo.

    Me mir con ciertonerviosismo, casi suplicndome.

  • Ese nio significaba mucho para l.Y no slo profesionalmente:comprend que Michael se habaimplicado personalmente en aquelcaso. Percib en l un ciertocomplejo de hroe: su aireavejentado y fatigado eraconsecuencia de sus frustraciones.Tras una pausa muy larga, esbozuna sonrisa antes de servirse unataza de mi infusin de ortiga ytragrsela con un prolongadoescalofro de disgusto.

    Al darme cuenta de que

  • faltaban veinte minutos para nuestracharla con Alex, me levant.Michael recogi sus notas y lasmeti con cuidado en su maletn.

    Pareces cansada dijo,sonriendo para demostrar que elcomentario era fruto de la empata yno de un deseo de criticarme.Vamos en mi coche?

  • 4

    QUIN TE HAHECHO ESACICATRIZ?

    Anya

    As pues, subimos al Volvo deMichael, cuyo interior, por raro queparezca, despeda un fuerte olor afertilizante, y nos pusimos en

  • camino hacia la unidad de pediatradel Belfast City Hospital.

    Era importante que mi enfoquefuera delicado para proporcionar aAlex un amplio espacio y confianza.Antes de salir del Hogar MacNeicele dije a Michael que hablara conAlex sobre en qu lugar le gustarareunirse conmigo y para confirmarque la hora de la visita fueraadecuada, a fin de que mi llegadano provocara ansiedad. Alex nopareca estar preocupado porninguna de las dos cosas;

  • simplemente quera saber cmo seencontraba su madre y cundopodra ir a verla al hospital. Lehaban prometido que, trassometerse al tratamiento mdico,ira a visitarla.

    Michael fue el primero enentrar en la sala, tras habergolpeado la puerta con los nudillos.En las unidades psiquitricas, lassalas para reunirse con los niossiempre son iguales: en un rincn,un montn de juguetes sensoriales e,inevitablemente, una casa de

  • muecas. En este caso, en lahabitacin slo haba una casa demuecas, una pizarra blanca paranios, un sof azul muy gastado yuna mesa con dos sillas. Por encimadel hombro de Michael pude ver aAlex detrs de la mesa,balancendose sobre las patastraseras de una silla.

    Hola, Alex dijo Michaelalegremente.

    Al verlo, el nio coloc lasilla sobre sus cuatro patas y grit:Lo siento!

  • Michael hizo un gesto con lamano para darle a entender que nopasaba nada. Luego me seal conlas dos manos, como si presentarael premio de un concurso detelevisin.

    sta es la doctoraMolokova le dijo a Alex, que mededic una sonrisa, asintiendo conla cabeza.

    Puedes llamarme Anya ledije al nio. Encantada deconocerte.

    A-ny-a repiti, y luego

  • sonri.Advert en l un aire de

    golfillo callejero: un pelo de colorcastao oscuro que necesitaba uncorte y un buen lavado; piel clara,norirlandesa; ojos grandes, de colorazul oscuro, y una nariz insolente ychata, parecida a un champinsalpicado de pecas. Ms chocanteera su gusto en el vestir: una camisademasiado grande con rayasmarrones, mal abrochada; unospantalones de tweed, tambinmarrones, con un dobladillo muy

  • alto; una corbata de cuadrosescoceses y unos zapatos negros decolegial cuidadosamente pulidos.Sobre el sof vi un chaleco y unblazer. No me habra sorprendidodescubrir tambin un bastn y unapipa. Estaba claro que Alex eraindependiente desde haca muchotiempo y que trataba de parecermucho mayor de lo que era.Supongo que para ayudar a sumadre. Estaba ansiosa pordescubrir si todo aquello era lamanifestacin de otra personalidad

  • o si simplemente era un excntrico.La habitacin ola a cebolla.

    Michael cogi una silla y sesent junto a la puerta, tratando deno interferir en mi reunin conAlex. Me acerqu a la mesa.

    Se est bien aqu, verdad?Alex me mir, esbozando una

    sonrisa amable.Mi madre, se encuentra

    bien? pregunt.Me volv hacia Michael, que

    asinti con la cabeza.Creo que est sana y salva

  • repuse, escogiendocuidadosamente mis palabras.

    Mi firme propsito es decirsiempre la verdad a mis pacientes,pero cuando se trata de nios, eltacto es muy importante. Alex sedio cuenta de que haba dudado yde que haba mirado a Michael, y lasonrisa que me devolvi estabapreada de preocupacin. Eso noresultaba nada sorprendente,teniendo en cuenta lo que habavivido. Rara vez trabajo con niosque hayan tenido una infancia

  • agradable, y, aun as, a pesar delcatlogo de traumticas existenciascon las que te tenido que lidiarhasta ahora, todava me resulta muyduro convertirme en parte de otrahistoria que ha sido arruinada portanto dolor a tan temprana edad.Con demasiada frecuencia s deantemano cul ser su final, y nuncaconsigo borrar de mi memoria losrostros de esos nios. Mientrasduermo, muchas veces acabopensando en sus experienciasvitales.

  • Sin embargo, Alex no parecaser lo que en el campo de lapsiquiatra llamamos plano.Tena unos ojos vivos, inquisitivosy angustiados.

    Una consulta psiquitrica es unpoco como una entrevista con unacelebridad: se mueve en espiral,rodeando el asunto crucial a travsde una serie de temas relacionados.Slo que una consulta psiquitricadebe conseguir eso dejando que seael entrevistado quien dirija laconversacin. Busqu algo que me

  • ayudara. En la pizarra blanca quehaba junto a la casa de muecas,con rotulador azul, haban acabadode dibujar una casa con certerodetalle. La seal con el dedo.

    Un dibujo muy bonito. Estu casa?

    Alex neg categricamente conla cabeza.

    Es una casa que has vistoalguna vez?

    Alex se levant de la silla y sedirigi sigilosamente hacia lapizarra.

  • Es la casa que le compraraa mi madre si tuviera dinero explic, borrando una raya en tornoal preciso arco de la puertaprincipal. El tejado es amarillo;en el jardn delantero hay flores ytiene un montn de habitaciones.

    Al ver que relajaba loshombros, me decid a seguir porah.

    Cuntas habitaciones? pregunt.

    No estoy seguro.Alex cogi el rotulador azul y

  • sigui aadiendo detalles a la casacon sorprendente habilidadartstica: una veleta en forma degallo, dos laureles pequeos junto ala puerta principal, un perrocorreteando por el caminito deljardn. Me qued observando sindecir nada, tomando notasmentalmente.

    A continuacin dibuj unpequeo crculo en el jardndelantero de la casa y lo llen depuntos; dijo que era un campo defresas, porque su abuela sola

  • cultivarlas para hacer mermelada.El ltimo detalle que aadi fue unpar de alas enormes en la partesuperior del dibujo, en el cielo.

    Qu es eso? pregunt.Un ngel dijo. Para

    protegernos de las cosas malas.Aunque jams he visto ninguno.

    En cuanto hubo pronunciadoesas palabras, pareci encerrarseen s mismo, evitando el contactovisual y levantado una mano hastala boca, como si temiera que se lehubiese escapado algo.

  • Le pregunt a Alex si lepareca bien que abriera la ventana.He descubierto que, a menudo, unaventana abierta tranquiliza a lospacientes, les hace comprender queno estn atrapados, que existe unasalida real si la necesitan, aunquepara salir por esa ventana haranfalta varias escaleras o la agilidadde Spiderman. Alex asinti con lacabeza y respir profundamente. Yaempezaba a relajarse. Primer paso.

    Me sent en el suelo debaldosas blandas multicolores con

  • las piernas cruzadas y saqu uncuaderno y un bolgrafo de micartera. Alex se movi ligeramente,mirando a Michael, que estabasentado en la silla que haba en elotro extremo de la sala. Al final,Alex se sent frente a m.

    Te importa que tomealgunas notas durante nuestraconversacin, Alex?

    Se puso cmodo, cruzando laspiernas y apoyndose en lostobillos. Asinti con la cabeza.

    Yo tambin escribo.

  • Escribes? le pregunt.Historias? Poemas? Un diario?

    Al tercer intento, sus ojos seiluminaron.

    Yo tambin. Creo quecuando escribes las cosas, las vesms claras dije, mostrndole elcuaderno, aunque l segua mirandohacia un rincn, inmerso en suspensamientos.

    Cmo te hiciste eso? mepregunt al descubrir la cicatriz quetengo en la cara.

    No es nada dije,

  • toquetendome con el dedo el surcodentado de la mejilla, mientras merecordaba que deba controlar misemociones. Te has cado algunavez de la bici?

    Una vez me hice un corte enla rodilla. Hizo una larga pausapara reflexionar sobre lo que habadicho. Luego aadi: Por qullevas en el cuello un tapn debotella?

    Estaba observando el talismnplateado que llevo colgado. Se lomostr.

  • No es un tapn de botella.Se llama talismn de socorro. Espara que la gente sepa qutratamiento necesito en el caso deque sufra algo llamado shockanafilctico.

    Alex repiti las palabrasshock anafilctico.

    Qu es eso?Soy alrgica a los frutos

    secos.Alex me mir con los ojos muy

    abiertos.A los cacahuetes tambin?

  • S.Pens sobre ello un momento y

    luego dijo:Y a la mantequilla de

    cacahuete?Tambin.Alex lade la cabeza.Por qu?A mi cuerpo no le gustan.Ahora me sostena la mirada

    con ms firmeza, examinndomecomo si yo fuera a explotar encualquier momento o como sipudiera crecerme una segunda

  • cabeza.Entonces, qu te pasara si

    comieras unos Snickers o algo as?Seguramente dejara de

    respirar, pens, pero en vez de esodije: Me quedara dormida alinstante.

    Alex volvi a abrir los ojospor completo.

    Roncas?Me ech a rer a carcajadas.Michael me ha dicho que te

    sabes algunos chistes muy buenos.Me encantan los chistes. Me

  • contaras tu favorito?Se qued mirndome y, tras un

    momento de contemplacin, neglentamente con la cabeza.

    No puedo dijo, muy serio. Hay muchos que son misfavoritos.

    Le conced un minuto para quepensara y luego dije:

    Me dejas que te cuente unode mis favoritos?

    No, tengo uno dijo,aclarndose la garganta.Estadsticamente, seis de casa siete

  • enanos no son felices.Tard unos segundos en

    pillarlo, pero cuando lo hice, me retan a gusto que el rostro de Alex seilumin como una linterna china.

    ste no es mo dijo, atoda velocidad.

    Escribes tus propioschistes?

    S, para una obra en la queacto. Interpreto a alguien llamadoHoracio.

    Actas en Hamlet?Me cont que la obra era una

  • versin moderna del original deShakespeare y que se estrenara enla Grand Opera House dentro deunas semanas. Me pregunt si megustara ir.

    Me encantara dije, yhablaba en serio. Apuesto a quetu madre se siente muy orgullosa deti. Le has contado alguno de tuschistes?

    Alex asinti con la cabeza y sepuso inmensamente triste.

    Hace mucho, muchsimotiempo que no se re.

  • A veces la gente no se repor fuera le dije, aunque s lohace por dentro.

    Consider lo que acababa dedecirle, pero me di cuenta de que sumano derecha se escurra hasta elcuello de la camisa y que tiraba del como si de repente le resultarademasiado estrecho. Dej que elsilencio superara el lmite de loembarazoso.

    Te refieres a que la gentese re internamente? dijo Alex alfin. Cmo una carcajada interna

  • en vez de una hemorragia interna?La asociacin me dej un poco

    desconcertada. Dej queprosiguiera.

    Creo que ya s a qu terefieres dijo, muy despacio.Yo tambin me rea por dentrocuando mi padre an viva.

    Segu con delicadeza esa pista.Podras explicarme qu

    quieres decir?Alex me mir con cautela. Su

    mano segua agarrada al cuello dela camisa.

  • Ms o menos. Digamos quecuando yo haca cosas que megustaban y l estaba all, las hacaen silencio. Como escribir odibujar. Eso me haca sentir felizaqu aadi, presionndose elpecho con el puo, por muchoque mi abuela dijera que mi padredebera ir al infierno por lo quehizo.

    Se tap la boca con la mano,como si hubiese revelado algosobre s mismo que no queracontar.

  • No pasa nada lotranquilic. Puedes decir lo quequieras; no estoy aqu paracastigarte.

    Hizo un gesto afirmativo conla cabeza mientras se movanerviosamente en la silla.

    Yo salgo a correr dije,para mitigar la tensin. Correrme sienta bien.

    Me ech a rer, pero el rostrode Alex se ensombreci.

    No quiero dijo, tenso.Lade la cabeza.

  • Qu?Mir hacia el rincn, como si

    hubiera alguien all. Luego lanz unprofundo suspiro.

    Vale dijo, resueltamente.Esper a que continuara. Al

    final, con una sonrisa recelosa,aadi: Ruen quiere que te digahola.

    Lo mir fijamente.Ruin?Ruen es mi amigo dijo

    Alex un poco confuso, como si yotuviera que conocerlo. Mi mejor

  • amigo.Ruin repet. Bueno,

    gracias. Dile que yo tambin losaludo. Puedes decirme quin esRuin?

    Alex se mordi el labio y bajlos ojos.

    Ruin es un nombre pococomn dije. Luego, tras una largapausa, continu: Dime, Ruin esun animal?

    Neg con la cabeza, mirando atravs de m.

    Algunos son animales, pero

  • Ruen no. l es... Slo somosamigos.

    Algunos? pregunt.l asinti con la cabeza, pero

    no dijo nada ms. Amigosimaginarios, pens.

    Podras hablarme un pocode l?

    Alex mir hacia arriba,reflexionando.

    Le gusta el piano de miabuelo. Y le encanta Mozart.

    Mozart?Alex asinti con la cabeza.

  • Pero Ruen no sabe tocar elpiano. Una pausa. Sinembargo, dice que t s sabestocarlo.

    As es repuse, mientrasmi sonrisa se marchitaba.Empec a tocarlo cuando era unania, aunque Mozart no es micompositor favorito. Mi favorito esRa...

    Ravel dijo Alex,completando mi frase con todanaturalidad. Ruen dice que Ravelera como un relojero suizo.

  • Un relojero suizo?Su precisin me impresion.

    Ravel era mi compositor favoritodesde haca dcadas. Solt elbolgrafo y cruc los brazos. Aquelnio era una caja de sorpresas.

    Alex se inclin hacia un lado,como si estuviera escuchando algo,y luego se incorpor y me mirfijamente.

    Lo que quiere decir es queRavel compona msica como siestuviera fabricando un reloj muycaro. Levant las manos para

  • girar unas manecillas imaginarias. Con todos los engranajesajustados.

    Aunque no era imposible queconociera a Ravel, el hechoresultaba sorprendente. Estabaintrigada.

    Dime, cmo es que Ruinsabe todo eso?

    Alex ni siquiera parpade.Ruen tiene ms de nueve mil

    aos. Sabe un montn de cosas,aunque la mayora son muyaburridas.

  • Tambin cuenta chistes?Alex enarc las cejas y se

    ech a rer, inclinando la cabezahacia atrs. Despus del ataque derisa, dijo: Qu va! Ruen piensaque mis chistes son estpidos. Esms serio que Terminator.

    Deb mostrar una expresinperpleja, porque Alex examin mirostro y dijo: Has visto lapelcula? La de Arnie? Hizo unaimitacin sorprendentemente fiel dela voz de Arnold Schwarzenegger: Est en vuestra naturaleza

  • destruiros mutuamente.Me re con ganas, aunque me

    pareci inslito su inters porpelculas que son ms viejas que l.

    Ruin se parece a Arnie?No, l... Sus ojos

    escudriaron la habitacin. Diceque eres exquisita.

    Alex tena un deje de sorpresaen la voz, y pronunci la palabraexquisita en un tono ms bajo y conun leve acento ingls.

    Sabes qu significa esapalabra, Alex?

  • Repas mentalmente.No dijo. La E me la he

    saltado casi toda. Empez ajuguetear de nuevo con el cuello.Podramos hablar de otra cosa, porfavor?

    Asent con la cabeza, perocuando levant los ojos me dicuenta de que no me lo preguntaba am. Segua dirigindose al rincnvaco.

    Podemos hablar de lo que teapetezca dije, pero Alex empeza negar furiosamente con la cabeza.

  • Para ya! grit.Not la presencia de Michael,

    que estaba de pie detrs de m, perolevant la mano para impedir queinterviniera.

    Tranquilo, Alex dije, concalma. Estaba plido y sus ojoseran los de un loco. Dime, Ruinte est molestando?

    Alex se balanceaba,frotndose las manos como siquisiera encender un fuego con lafriccin. Pos delicadamente unamano sobre su brazo, pero de

  • repente empez a calmarse.A veces lo hace dijo

    cuando se hubo tranquilizado.Dice que es un superhroe, pero enrealidad slo es un pelmazo.

    Un superhroe?Alex asinti con la cabeza.As es como se define.Y en realidad qu es?Alex dud.Un demonio dijo,

    inocentemente. Mi demonio.Volv a pensar en las notas que

    Michael me haba mostrado en el

  • despacho. Hablaban de demonios,aunque estaba segura de que esasnotas haban sido tomadas tres aosatrs, cuando Alex tena siete. Alver que no haba miedo en su voz,hice una pausa. Normalmente,cuando se habla de demonios,suele darse un comportamientoagresivo o rabioso, pero Alex lodijo muy tranquilo, como algonatural.

    Ruin es un personaje, comoel que interpretas en Hamlet?

    Alex neg con la cabeza y

  • luego hizo una pausa. Le di tiempopara reflexionar, pero l se mantuvofirme.

    Ruen es real. Es undemonio.

    Viendo que eres unexcelente artista dije, sealandocon la cabeza la casa que haba enla pizarra, podras hacerme undibujo de Ruin?

    Un retrato de cmo esahora? pregunt Alex.

    Asent con la cabeza.Respir varias veces seguidas,

  • considerando lo que le habapedido. Luego se levant y, aregaadientes, borr el dibujo de lacasa. Cuando en la pizarra no quednada, empez a dibujar una cara.Mientras lo haca, tom algunasnotas sobre el ambiente y otra pararecordarme que investigara sobrealgn superhroe llamado Ruin.

    Ya est dijo unosmomentos despus.

    Mir la imagen de la pizarra yfrunc el ceo. Era un autorretratode Alex, con muchas gafas de sol.

  • Ese es Ruin? pregunt.Alex asinti con la cabeza.Pero se parece mucho a ti

    dije.No, es muy distinto. se es

    el Alex malo, y yo soy el bueno.Aquello me dio seriamente que

    pensar. Estaba casi por preguntarle:Y qu es lo que hace que el Alexmalo sea malo?, pero me reprim,consciente de que haba llegado almeollo del problema de Alex, a laraz de esa ruina. Tena queactuar con cautela para comprender

  • el modo en que el muchacho se veaa s mismo como bueno ymalo.

    Ruin te ha hecho daoalguna vez, Alex?

    Neg con la cabeza.Ruen es mi amigo.Ah repuse.Busqu mentalmente la forma

    de descubrir por qu Alex habaescogido a un demonio paraproyectar sus emociones, si Ruinera la figura imaginaria responsablede que su madre se autolesionara y

  • si Ruin tena planes para que Alexse hiciera dao a s mismo. Elconcepto de malo que tena Alexpoda implicar perfectamente laautolesin.

    En aquel momento, Alex seacerc a m y seal la cicatriz quetengo en la mandbula.

    Quin te ha hecho esacicatriz? pregunt.

    Abr la boca, pero no dijenada.

    Alex parpade.Ruen dice que te lo hizo una

  • nia porque estaba enfadada.Cmo diablos puede

    saberlo?, pens.Lanc una ojeada a Michael,

    pero estaba mirando a travs de laventana a un par de mdicos quehaba en el pasillo, demasiadodistrado para darse cuenta de loque acababa de ocurrir. Mir denuevo a Alex, con el corazndesbocado.

    Ruen dice que hiciste daoa esa nia continu Alex en tonointerrogativo, perplejo.

  • Hice un esfuerzo por no perderla concentracin.

    Te ha dicho Ruin cmo lehice dao?

    Alex mir hacia su derecha.Ruen dijo, en tono

    molesto. Eso no est bien. Luego se volvi de nuevo hacia m. No le hagas caso.

    Qu ha dicho?Alex suspir.En realidad, tonteras. Dice

    que la nia estaba atrapada en unagujero negro y muy profundo y que

  • haba una escalera, pero que t laizaste y ella se qued all dentro.

    Es as como te sientes,Alex? le pregunt.

    Mi voz se haba convertido enun susurro lejano, como si yo mehubiera dividido en dos: la quehaca las preguntas que le habanenseado a hacer y una madreafligida cuyos brazos, de repente,deseaban volver a estrechar a supequea.

    Pero era demasiado tarde.Alex se haba encerrado en s

  • mismo, haba bajado la persiana.Lo segu con la mirada mientras sediriga hacia la pizarra para dibujarpor segunda vez la casa de sussueos.

    Maana volver a verte dije ponindome en pie, con lasmanos temblorosas.

    Sin embargo, l estabaenfrascado en su dibujo, retocandolas alas que haba sobre la casa.

    Cmo ha ido? preguntMichael en el pasillo, mientras nos

  • dirigamos hacia la salida.Iba tres pasos por delante de

    l, para que no pudiera ver miturbacin. Senta vibrar el mvil enel bolso con mensajes de texto demis amigos, que seguramenteestaran muy preocupados. Tratabade ordenar mis pensamientos en unaserie de nmeros, contando haciaatrs desde diez, pero ya haballegado a cero, el corazncontinuaba martilleando mi pecho yestaban a punto de saltrseme laslgrimas. Sent las heridas de

  • Poppy despertndose en susoscuros rincones. Estaba a punto devenirme abajo.

    Esta tarde ordenar misnotas y maana por la maana mereunir contigo y con los dems le dije a Michael a toda velocidad.

    Habamos llegado al vestbulodel hospital. Michael me detuvomientras me diriga hacia la salida.

    Doctora Molokova dijocon voz seca.

    Levant los ojos de repente,desconcertada por su tono. Se pein

  • su largo pelo rubio con la mano,visiblemente perplejo.

    Oye, dime slo que no vas aseparar a esa familia. Tengo a unade las mejores terapeutas del pasocupndose de la madre...

    Eso es estupendo repuse. Pero...

    Pero qu?Creo que Alex puede

    representar un peligro para smismo. Preferira que ingresara enel Hogar MacNeice, para tenerlo enobservacin.

  • El rostro de Michael seensombreci.

    Beverly, la ta de Alex, hasalido de Cork y est de caminohacia aqu: Alex podr estar enobservacin en su propia casa, conlos suyos...

    De pronto, me sent exhausta yme arrepent de haber renunciado alpropsito de quedarme en casa.

    En mi opinin, Alex podrahacerse mucho dao a s mismo sino lo vigilamos de cerca.Francamente, me asombra que hasta

  • ahora no haya recibido tratamientoadecuado.

    Por primera vez en muchassemanas, pas fugazmente ante misojos una imagen de Poppy. Estabaen la mesa de un restaurante ysostena un cuchillo; a nuestroalrededor, la gente empezaba avolverse. La tenue luz de una araadanzaba en el filo. Hice un ademnde irme. Sin embargo, Michael meagarr por el brazo.

    Quiero lo mejor para esenio.

  • Me qued mirando fijamentesu mano; la sangre me herva en lasvenas. Finalmente me solt.

    Entonces, djame hacer mitrabajo dije con calma.

    Pas junto a l, sal a la calle yme dirig hacia la parada de taxis.

    Muchos padres que conozco araz de mi trabajo me confiesan, conlgrimas en los ojos, su temor deque su hijo est posedo. Es unaposibilidad real y espeluznante a laque hacer frente: puede que nunca

  • se haya considerado la idea de Dioso Satn, pero, de pronto, losextraos, aterradores yocasionalmente violentos actos detu hijo o tu hija te empujan a hacertepreguntas que nunca habraspensado que podran cruzarse por tumente. Son preguntas que meatormentaron todos los das durantela mayor parte de la vida de Poppy,y para ser sincera, creo que nuncalogr dar con las autnticasrespuestas. Tras muchos aosviendo cmo degeneraba su

  • comportamiento, me hart de or aespecialistas dicindome que miguapa, inteligente y sensible hijaslo tena una gran imaginacin,una etiqueta que con el paso de losaos se fue convirtiendo en unespectro de apticos e infundadosdiagnsticos de enfermedadesmentales infantiles: sndrome dedficit de atencin, trastorno deidentidad disociativo, trastornobipolar, sndrome de Asperger.Todos diagnsticos equivocados y,a raz de ellos, medicaciones y

  • tratamientos equivocados. As pues,despus de los estudios demedicina, me especialic enpsiquiatra infantil, a lo que aadun doctorado basado en unacorazonada sobre el estado dePoppy: esquizofrenia infantil.

    Al igual que Michael, yo habaquerido que permaneciramosjuntas, como una familia. Sinembargo, eso le cost la vida a mihija.

    Mientras recorra lasconcurridas calles de Belfast en

  • taxi, o su voz. Te quiero, mami.Te quiero. Y entonces la vi en miimaginacin, con toda claridad. Susojos de color caf, achinados por larisa, y su tupida melena negracayendo sobre sus hombros. Sevolva hacia m, el brillo blanco deuna cortina rozando su rostro. Elagujero ya no est, dijo,sonriendo.

    Slo tena doce aos.

  • 5

    DILE QUIN SOY

    Alex

    Querido diario:

    Hoy, en el hospital, heconocido a una doctora que me hizoun montn de preguntas sobre Ruen.Cuando me pregunt por l, mesent muy confundido. Casi nunca he

  • hablado de l con nadie, porque esofue lo que acordamos. Peroentonces me pidi que se lapresentara y eso me confundi,porque normalmente me pega unbufido de gato para que me calle yfinja que no existe, a lo que yo ledigo: Pero, Ruen, eres un toencantador, seguro que quieres quele hable a todo el mundo de ti,verdad?. Sin embargo, lentrecierra sus horribles ojos ydice: El sarcasmo slo consiguesubrayar la impotencia de uno.

  • Entonces le hago una pedorreta y selarga, enfadado.

    Cuando Ruen vino paraquedarse, me dijo que slo estabaaqu para ser mi amigo, porque lepareci que me senta solo. Luego,un da, tuvimos una discusin y yole ped que se fuera, pero l me dijoque no poda. Dijo que lo habanenviado para estudiarme, porque ly todos sus amigos nunca habanconocido a ningn ser humano que,como yo, fuera capaz de verdemonios. Me dijo que yo era muy

  • especial. Me cont que lo ms quela mayora haba visto de undemonio era un destello, y esagente, normalmente, crea teneralucinaciones. Recuerdo que leentusiasmaba que yo pudiera verloy dijo que era muy importante queme estudiara, como si fuera una ratade laboratorio o algo as. Le dijeque yo no quera que me estudiaran,que eso sonaba como si meocurriera algo malo, y la gentellevaba toda la vida diciendo queme ocurra algo malo. Lo odio,

  • porque yo estoy perfectamente yquiero que me dejen en paz. Sinembargo, Ruen me prometi algo siyo dejaba que me estudiara. Pero novoy a decir qu es. Es nuestrosecreto.

    La doctora tena una enormecicatriz, como la de Harry Potter,pero en la mandbula, no en lafrente. Era guapa y risuea; sus ojoseran pequeos, de color castaooscuro, y su pelo, largo y oscuro,pareca salsa de chocolatederramada de una botella. Tena un

  • diente roto y a veces le vea elsujetador a travs de la blusa. Medijo que era la doctora Molokova,pero yo la llamo Anya. Si comecacahuetes, se queda dormida.Cuando se fue, me com unoscuantos para comprobar si tambinme quedaba dormido, pero no fueas.

    Cuando Anya me pregunt porRuen, creo que se ruboriz y sepuso nerviosa. l me pidi que lopresentara. Yo estaba muyconfundido. La doctora me pregunt

  • qu ocurra. Ruen insisti: Dilequin soy. Y eso hice. Estaba muyinteresada en saber cosas sobreRuen, y, evidentemente, Ruen debade conocerla, porque me contcosas acerca de ella: que tocaba elpiano bastante bien y que su padreera chino, aunque ella nunca loconoci, y que su madre tenamuchos problemas.

    Cuando se fue, Ruen tena unamirada extraa, la misma mirada deGuau cuando ve a Ruen. Depreocupacin. De miedo, casi. Le

  • pregunt qu le ocurra y l me dijoque nada, y entonces empez ahacerme un montn de preguntassobre Anya y sobre el amor. Enaquel momento yo estaba ya muyharto de tantas preguntas, y mepareci un poco extrao que fuerayo quien debiera quedarme en elhospital cuando era mam la que noestaba bien, no yo, y que nadiehubiera venido a buscarme an. Aspues, contest a las preguntas deRuen, aunque algunas eran muyraras.

  • Me pregunt:Cmo es el amor?Y yo le contest:Tendrs que preguntrselo a

    una chica.Pero entonces pens en mam

    y en lo mucho que la quiero, y dije:Haras cualquier cosa por lapersona que amas.

    Entonces me qued mirndolofijamente un buen rato y locomprend todo.

    T quieres a Anya dije.Decididamente no repuso

  • l.Claro que s dije

    rindome. Te gusta.Me lo estaba pasando en

    grande tomndome la revanchadespus de que l se burlaradespiadadamente de m porque megustaba Katie McInerny, sloporque haba dejado quecompartiera mi taquilla.

    Ruen se enfad muchsimo ydesapareci tan deprisa queprovoc un chisporroteo. Me retanto que me qued dormido.

  • Cuando me despert, fueraestaba muy oscuro. Todos lostejados de las casas parecan elzigzag de la espina dorsal de undinosaurio recortada contra elcielo. Comprend que Ruen estabaen la habitacin, porque estaba msfra que una salchicha congelada, apesar de que estbamos en mayo, ya veces l hace eso. Tena todos lospelos del brazo de punta. Dije: Y ahora qu, pelmazo?

    Surgi de las sombras quehaba junto a la ventana y dijo:

  • Quiero que le cuentes aAnya todo sobre m.

    Me sent en la cama, Guau dioun brinco, porque estaba durmiendosobre mi regazo.

    Tena razn, verdad? A tite gusta esa seora, Ruen.

    Por alguna razn, en aquelmomento pens en pap. Vi su caraen mi imaginacin, borrosa, susojos azules idnticos a los mos,como dice mam. Y luego vi alpolica volviendo lentamente surostro hacia m, enojado y asustado

  • al mismo tiempo.Ruen me mir con el ceo

    fruncido. Sal de miensimismamiento y lo mir,poniendo los ojos en blanco.

    Muy bien, Ruen. Le hablarde ti, de acuerdo? Eso te hacefeliz?

    Me dedic un leveasentimiento de cabeza, como sihacer ese gesto tambin lemolestara, luego desapareci y yopens: Est chiflado!.

    Pas la noche en el hospital.

  • Por la maana vino Anya y me dijoque poda ver a mam. Hoy estabams sonriente, aunque tena unamirada triste y llevaba unas gafasoscuras cuadradas. No le cont loque me haba dicho Ruen, porquetena muchas ganas de ver a mam.

    Cmo te encuentras hoy,Alex? me pregunt mientrascruzbamos el hospital.

    Se me ha ocurrido otrochiste dije, y se lo cont:Cmo consigues poner de pie a unperrito caliente?

  • Ella se encogi de hombros.Pues robndole la silla.Se ech a rer, aunque me dio

    la impresin de que no le habaparecido divertido.

    Apuesto a que ests ansiosopor ver a tu madre dijo, y yoasent con la cabeza. Puede quetenga un aspecto distinto, no teimporta, verdad?

    Para m, eso slo poda seralgo bueno, de modo que le dediquuna sonrisa de oreja a oreja y Anyame dijo que la siguiera. Recorrimos

  • un montn de pasillos del hospital,tantos que cre que se me doblabanlas rodillas, pero al final llegamosa una habitacin muy pequea y allestaba mam, en una cama blanca.

    De momento, cuando entr,ella no levant los ojos. Estabatumbada, con unas vendas blancasen torno a las muecas y un tubo enel brazo. Pareca que alguienhubiera borrado todo su rostro conuna goma. Entonces lade la cabezay me sonri; fue como si alguien lehubiera devuelto el color a su cara.

  • Su pelo volva a ser de coloramarillo, con las races negras; elcolor de sus ojos haba cambiadodel gris al azul celeste e incluso lostatuajes que tiene en los brazosparecan ms brillantes. Alguien lehaba quitado el piercing de lanariz, pero haba hecho bien,porque en mi opinin le da elaspecto de un toro. Querapreguntarle si tambin le habanquitado el de la lengua, pero no lohice.

    Hola, cario dijo cuando

  • entr.Tena la voz ronca. Yo estaba

    un poco nervioso, porque tenamiedo de que apareciera Ruen.

    Ven aqu, Alex dijo.Me acerqu y ella me abraz

    con fuerza. Tena los brazos fros ydelgados.

    Cmo te encuentras? lepregunt.

    He estado mejor dijo,despus de una largusima pausa.Sonri, pero tena los ojospequeos y llorosos. Y t, cmo

  • ests?Aqu no hay televisin.Qu mal, no? Ya vers la

    televisin cuando ests en casa.S, pero me estoy perdiendo

    un montn de cosas.Empec a enumerar todos los

    programas que me haba perdido,contndolos con los dedos. Mamslo me miraba.

    Cmo est tabureteladrador?

    Guau est bien dije.Pero quin le da de comer, mam?

  • No estar hambriento?Mam mostr un rostro

    preocupado. Luego Anya se acercy toc la mano de mam con losdedos.

    Soy Anya Molokova dijo,y, de repente, su voz son amable ytranquilizadora. Soy mdico en elHogar MacNeice. Estoy aqu paraocuparme de Alex.

    Quera decir que eso eramentira, porque Anya no mepreparaba pizza, ni bocadillos decebolla ni nada parecido. Mam

  • asinti con la cabeza. Acerqu unasilla a la cama y ella extendi elbrazo para despeinarme el pelo.

    Cindy, tengo entendido quela tendrn aqu otras dos semanas.

    Ah, s? contest mam,con una voz que me hizopreguntarme si Anya no estarahaciendo algo malo.

    Me gustara que Alex sequedara en mi unidad durante untiempo. Slo para mantenerlo enobservacin.

    El rostro de mam se tens.

  • Mantenerlo en observacinpara qu?

    Anya me mir.Quizs podramos hablar de

    ello en privado...No dijo mam

    enrgicamente. Se trata de l, demodo que debera quedarse.

    Anya se sent en el otro ladode la cama, se quit las gafasoscuras cuadradas y las limpi consu blusa.

    Teniendo en cuenta losucedido, creo que Alex podra

  • tener una enfermedad que requiereobservacin y monitorizacin. Porsu bien, debera quedarse en elHogar MacNeice.

    se no es un lugar parachalados? pregunt mam.

    La sonrisa de Anya setransform en una sonrisa deverdad.

    En absoluto. All es dondellevamos a cabo parte del trabajoms importante para las familias dela zona.

    Mam frunci el ceo.

  • La ltima vez, una mujervestida con un traje de chaquetatrat de llevarse a Alex.

    Mam y yo miramos fijamentea Anya. Me di cuenta de quetambin llevaba un traje dechaqueta. Ella trag saliva.

    Si furamos a hacer eso,necesitara su autorizacin...

    Bueno, pues no la tiene leespet mam. Le tembl la vozhasta que yo le apret la mano; ellame mir y sonri. Pronto saldrde aqu, te lo prometo dijo.

  • Bev, su hermana, est aqudijo Anya, en voz baja. Havenido de Cork para cuidar deAlex. Es parte del trato: si Alextuviera que quedarse en el HogarMacNeice, Bev se encargara de llos fines de semana...

    Mam abri unos ojos comoplatos.

    Bev est aqu?Anya asinti con la cabeza.

    Mam se llev una mano a la cara yse ech a llorar.

    No quiero que ella me vea

  • as dijo, y luego, con los dedos,empez a peinarse el pelo, que sehaba quedado pegado a su cabeza,como si la hubiesen electrocutado.

    Ella slo la ver cuandousted est preparada. Todo elmundo es consciente de quenecesita tiempo. Esta tarde llevara Alex a casa, pero si no est deacuerdo con que se quede en elHogar MacNeice, necesitar supermiso para que pueda visitarlotodos los das de la prximasemana para charlar un poco.

  • Por la forma en que Anya dijocharlar un poco, sonaba como sise tratara de algo mucho ms serio.Mam tambin pareca opinar lomismo. Se qued mirndolafijamente, taladrndola con losojos.

    Se refiere a hablar de m?pregunt mam.

    Anya me mir.Y tambin de otras cosas.Entonces se levant y dijo que

    hablara con una enfermera paraque me dejaran ver la televisin.

  • Sali de la habitacin pero no mira mam, porque justo en aquelmomento apareci Ruen y di unsalto de un metro.

    Y ahora qu pasa, Alex?pregunt mam.

    Pero yo la ignor. Estabanervioso, porque vi que Ruen era elMonstruo. Sin embargo, no meestaba mirando. Miraba algo quehaba junto a la puerta. Trat de verde qu se trataba, pero no habanadie. Ruen estaba tan enfadado quese puso a gruir. Tres segundos

  • despus, se esfum.Cuando Anya volvi, me dijo

    que me dejaran ver la televisin.Entonces vio que mam estabaalterada y que yo estaba acurrucadoen el suelo.

    Qu ha pasado? lepregunt a mam, pero ella sloneg con la cabeza y murmur algo.

    Puedo ver la tele ahora? pregunt.

    Vi que Ruen se haba ido y mepuse en pie. Anya sonri. Pareca apunto de decir algo, pero al final

  • slo dijo: Ven conmigo.As pues, sal de la habitacin

    y me sent en una sala malolientecon la televisin ms pequea quehaba visto jams, con rayasamarillas en todos los canales.Cinco minutos despus apareciAnya, muy sonriente, y me dijo quepoda ver de nuevo a mam, peroslo un ratito, porque estaba muycansada.

    Me sent junto a mam y entruna seora con una bandeja decomida que mam no quera.

  • Te apetece a ti, Alex? me pregunt.

    Asent con la cabeza y ataqulas patatas y las judas.

    Saba que Alex estensayando una obra de teatro? oque mam le preguntaba a Anya.

    S, Hamlet. Debe desentirse muy orgullosa de l.

    Me di cuenta de que mam memiraba.

    Cuando yo tena su edad,apenas saba leer. Es el primero enclase de ingls. Puedo asegurarle

  • que eso no lo ha heredado de m. Esmuy inteligente.

    Entonces hubo una larga pausa,que yo aprovech para mojar laltima tostada en la salsa de lasjudas.

    A veces pienso que soy unlastre para l o decir a mamcon voz quebrada.

    Por qu piensa que es unlastre para l? le pregunt Anya.

    Mam estaba perdiendo denuevo el color de la cara.

    Cree que alguien que ha

  • vivido una infancia como la suya ycomo la ma tiene algunaoportunidad en la vida? O cree quehabra sido mejor que yo nuncahubiera nacido?

    Anya me mir a m y luego amam. Entonces se inclin haciadelante y toc la mano de mam.

    Creo que a algunos denosotros la vida nos pone grandesretos. Pero pienso que todo puedesuperarse.

    Mam se inclin paraacariciarme la mejilla y, aunque me

  • estaba sonriendo, su mirada meprovoc tal nudo en el estmagoque no pude comerme la tostada. Via Ruen junto a la puerta, pero no lomir.

    Ta Bev es la hermana demam, aunque no se parece nada aella, ni siquiera un poco. De hecho,nadie dira que son hermanas. Esonce aos, diez meses y dos dasmayor que mam, pero parece msjoven que ella; todo lo encuentradivertido y no tiene tatuajes, salvo

  • un garabato negro en el tobilloderecho que, segn ella, se hizo enCorf, cuando estaba colocada.Suele decir cosas absurdas como:Por poco me meto una hebilla enel ojo. Lleva el pelo corto y esblanco como el de Guau; su trabajoconsiste en iluminar con unalinterna las orejas y la boca de lagente. Aunque ya no es catlica,lleva una crucecita de oro colgadadel cuello, y delante de ella nopuedo pronunciar el nombre deLawrence, porque es el del

  • marido que se qued con todo sudinero. Lo primero que hizo cuandose mud a mi casa fue colocar unabarra de ducha en la puerta delsaln. Me qued all unos minutos,preguntndome si durante la nochesu cerebro no se le habra salidopor las orejas.

    Sirve para esto dijo, alcomprender por qu yo estaba tanperplejo.

    Cogi la barra y empez asubir la cabeza por encima de ellaayudndose con los brazos. Lo hizo

  • tres veces antes de que me dieracuenta de que sus pies no tocaban elsuelo.

    Oh! exclam, aunquesegua sin tener ni idea de por quhaca eso.

    Entonces se ech a rer, dio unsalto y lo siguiente que vi fue que sehaba sujetado a la barra con lospies y colgaba de ella como unmurcilago.

    As es: en mi familia, todo elmundo est bsicamentedesequilibrado.

  • Esta maana vino a mihabitacin y golpe la puerta; unavez hube comprobado que nojadeaba, le dije: Por qu norespiras como un perro viejo?

    Ella me mir con extraeza yme pregunt qu quera decir, y yole contest que mam siempre hacaese ruido (exclam aj, aj, aj,con la lengua fuera) cuando subalos tres pisos de nuestra casa.Entonces las arrugasdesaparecieron de la frente de taBev, solt una risita tonta y flexion

  • los msculos de los brazos, cosaque me pareci extraa siendo unamujer, aunque eran tan abultadosque me hicieron pensar en cebollasmetidas dentro de un calcetn.

    Esto es lo que consiguesescalando un muro tres veces porsemana dijo, golpendose elbrazo con la mano.

    Escalas un muro? lepregunt. Podras llevarme aescalar un muro contigo?

    Por supuesto repuso, conexpresin de desconcierto.

  • Deberamos encontrar algn sitioque estuviera cerca de aqu. Hacetanto tiempo que viv en esta casaque soy incapaz de recordar dndehay un gimnasio que tenga un murode escalada.

    Ah fuera hay un muro,delante de casa le dije.

    Ta Bev puso los ojos enblanco.

    No me refera a esa clase demuro, Alex. Entonces me mir dearriba abajo durante un buen rato,con unos ojos que parecan dos

  • caramelos. Jess, Mara y Jos!Pero qu es eso que llevas puesto,Alex?

    Ech un vistazo a mi ropa. Mehaba olvidado de levantar el bordede los pantalones.

    Un traje?Ta Bev se ech a rer a

    carcajadas; se rea tan fuerte quepareca una lechuza.

    Madre ma! Tenemos que irde compras, no crees?

    Antes de que pudieraresponderle, me arrastr escaleras

  • abajo para comer algo, pero nodej que troceara las cebollas porsi me cortaba.

    Pero la abuela me expliccmo hacerlo! le dije.

    De repente, la sonrisa se borrde sus labios y mir por la ventana.Estaba empezando a llover.

    Mam se encontraba mejorcuando estaba la abuela? mepregunt, con voz muy tranquila.

    Me encog de hombros.Creo que s. Pero a la

    abuela no le gustaba pap, y eso

  • pona triste a mam.Al pensar en la abuela, not

    que todo mi cuerpo se pona rgido,aunque no saba si era por el fro.

    Echo mucho de menos a laabuela.

    Yo tambin la echo demenos, Alex.

    Cuando la mir, ta Bev tenatoda la cara llorosa. Nuestro alientose qued flotando en el aire fro,como el humo.

  • 6

    EL PEAJESILENCIOSO

    Anya

    Hoy me levanto tarde y mesalto la carrera matutina. Sientotanto dolor en los msculos de laspiernas, la espalda y el cuello quees como si hubiera estado en un

  • potro de tortura toda la noche.Cuando miro afuera, veo que estlloviendo. Tengo que hacer unesfuerzo para ordenar las notas deayer y responder a los correoselectrnicos. No devuelvo ningunade las llamadas de mis angustiadosamigos, ni siquiera la de Fi, mimejor amiga desde la escuela; ayer,el da del aniversario de Poppy,llam diecinueve veces y me dejcuatro mensajes ordenndome quela llamara. En lugar de devolver lasllamadas, me escondo tras la

  • annima formalidad de un correoelectrnico, cortando y pegando elmismo mensaje para todos losamigos que conocieron a Poppy:Hola, estoy bien. Lo siento, te heechado de menos. Ms adelante yapedir disculpas y darexplicaciones. Lo primero es elestado de Alex. Me doy una ducharpida y salgo para el trabajo. Lascajas tendrn que esperar.

    Cuando me traslad aEdimburgo para estudiar medicina,la gente siempre me preguntaba:

  • Cmo es crecer en Irlanda delNorte?, a veces con un ciertoasombro, como si yo fuera laprimera persona que lo hubierahecho. Slo cuando me fui me dicuenta de lo peligrosa que lespareca a los dems mi tierra natal,dulce pero desgastada, voltil,como una amiga preciosa cuyosmodales se arruinan ante los ojosde los extraos.

    Desde el punto de vistaprofesional, las cicatrices socialesde Irlanda del Norte son muy

  • profundas, y no lo digo slo por lapsique de quienes hanexperimentado la violencia en suspropias carnes. Aunque lospolticos estn celebrando lo queellos llaman la paz, los quetrabajamos entre bastidoresencontramos cualquier cosa menoseso. La historia de la violencia enesta tierra suele medirsenormalmente con un recuento devctimas, aunque existe otro peaje,silencioso pero ms alarmante: unode cada cinco nios norirlandeses

  • padecer algn trastorno mentalgrave antes de cumplir losdieciocho aos, y los estudiosdemuestran que la autolesin es unareaccin frente al conflicto y lavergenza de pertenecer a unafamilia implicada en la violencia.Comparto el deseo de Michael demantener la unidad familiar de Alexy Cindy, pero no he regresado a mitierra para perpetuar un sistemaerrneo. Estoy aqu para reconstruirvidas.

  • Entro en el aparcamiento delHogar MacNeice a las 8.59 de lamaana. Por algn motivo, casiespero encontrar el abollado Volvode Michael aparcado en la plazareservada para m, mirn