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La gobernanza de la ciencia y la tecnología y los desafíos del progreso, la vulnerabilidad y el desarrollo sostenible
Andreas Metzner-Szigeth
Resumen
Este trabajo presentará una serie de cuatro breves tesis de gran importancia para aumentar el debate sobre la
mejor gobernanza de la ciencia mediante la cooperación de expertos inter y transdisciplinarios y la participación
de los ciudadanos. Se abordará la esencia del progreso, el concepto de vulnerabilidad y el modelo de desarrollo
sostenible al tiempo que se introducirá posteriormente un inspirador concepto marco de la evaluación de la
tecnología.
1. Introducción
Este trabajo se ha escrito con el propósito de presentar algunas consideraciones conceptuales
y programáticas. La extensión del título completo es, por lo tanto, nada menos que una
expresión de la idea para atender a las amplias conexiones paradigmáticas y de la civilización
de largo alcance en vez de centrarse en una sola área de especialización profesional.
De esta manera, y de acuerdo con el principio KISS (“Keep It Simple and Straightforward”,
en inglés), un conocido principio de gran diseño que dice “mantenlo simple y directo”, se
introducirán y abordarán cuatro grupos de contenidos:
1.) “Progreso”, porque su configuración es el objeto central de la gobernanza de la ciencia y
la tecnología en general y de la evaluación de la tecnología (ET) en particular.
2.) “Vulnerabilidad”, porque ese es el verdadero desafío de nuestros tiempos.
3.) “Desarrollo sostenible”, porque eso realmente responde a la pregunta de cómo ganar el
futuro.
4.) “Gobernanza de la ciencia y la tecnología”, porque evidentemente, hay algunas
discrepancias entre una creciente necesidad de buena gobernanza de estos temas y faltan
estrategias y conceptos satisfactorios sobre cómo hacerlo. Por lo tanto, y debido a que la
evaluación de la tecnología es de vital importancia para cualquier aproximación ambiciosa
a la gobernanza, me gustaría introducir un concepto marco que denomino “Evaluación de
la Tecnología Integradora” (ETI).
Además, y para desarrollar mi argumento de una forma clara y comprensible, se elaborarán
cuatro tesis generales en la línea de los cuatro puntos, para “progreso”, “vulnerabilidad” y
“desarrollo sostenible” más una para la tesis general de conclusión.
preprint version, published in: Innerarity,
Daniel; Solana, Javier (eds.): La humanidad
amenazada: gobernar los riesgos globales.
Barcelona (Ediciones Paidós) 2011, pp. 193-235
nota 1: Ver también »Key Issues of Integrative Technology Assessment« [in: Banse, Gerhard; Nelson, Gordon; Parodi, Oliver (Eds.): Sustainable Development - The Cultural Perspective, Berlin (Edition Sigma) 2011, in print] para una versión Inglesa de este ensayo. nota 2: Este ensayo lo acabé en 2010/11 durante mi tiempo como Fellow (así como miembro del grupo de investigación internacional sobre Communicating Disaster) del Centro de Investigación Interdisciplinaria (ZIF) de la Universidad de Bielefeld.
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2. Progreso
2.1 Progreso e Ilustración
La modernización europea ha estado determinada, y de hecho lo sigue estando, por el
pensamiento de la “Ilustración” pero también por la idea del “progreso”. Mientras que uno
pretende fomentar las facultades humanas para el razonamiento en el sentido de
independencia y auto-responsabilidad, el otro intenta examinar y domar las fuerzas de la
naturaleza con los instrumentos y los medios de la ciencia y desarrollarlas y utilizarlas en
forma de tecnología. Las promesas de esta iniciativa de la civilización son “libertad”,
“riqueza” y “seguridad”1.
2.2 Progreso y (in-)seguridad
“Nadie debería impedir el progreso”, apunta un dicho popular. Así se expresa una
comprensión de disculpa del progreso de una dimensión, que de hecho choca de manera más
vehemente con el entendimiento de disculpa del progreso, también de una dimensión, que
comprende el progreso (con señales previas cambiadas) como un imparable “Juggernaut” que
lo envuelve todo. Pero el modelo determinista y unilineal del progreso rompe de manera
mucho más sistemática con una opinión que entiende el progreso no esencialistamente sino de
una forma orientada al proceso como el aumento del diseño o las posibilidades de
configuración y las opciones de desarrollo.
En línea con la última opinión, el progreso fue, es y será una práctica, un proceso impulsado
por actores humanos y formado por ellos en modo y manera2. Por lo tanto, e
independientemente de su pasado, presente o futuro, el progreso es un proceso que se puede
configurar socialmente, que se caracteriza en la medida en que no sólo reduce las
contingencias, determinando así la dirección y las futuras posibilidades de desarrollo de forma
acumulativa, sino que multiplica las contingencias al tiempo que está permanentemente
abriendo nuevas opciones.
Por lo tanto el progreso, una mezcla de “oportunidades” y “riesgos”, debe ser ambivalente por
su propia naturaleza: el progreso crea seguridades, en la medida en que contribuye a la
solución de los problemas que existen en la sociedad, actuando así como algo que “mantiene
las cosas en orden” y estabilizando unas mejores condiciones de vida, y también actúa como
“generador de inseguridad”, al tiempo que multiplica las opciones a las que hay que
enfrentarse como las decisiones en la incertidumbre, que cuestionan permanentemente el
1 Véase entre otros, Berting 2006, pp. 39 y siguientes, para la compleja interacción de las razones culturales
de esta transformación que están especialmente vinculadas al par de secularización y racionalización. 2 Véase, entre otros, MacKenzie/Wajcman 1985 y Bijker/Hughes/Pinch 1987.
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“status quo”.
2.3 Progreso, reflexividad y dominación
Naturalmente surgen preguntas y dudas en los círculos del progreso científico-tecnológico:
¿son suficientes las fuerzas de las ciencias para enfrentarse a o compensar las consecuencias
resultantes y los problemas de configuración de la modernización? O ¿son los potenciales
generadores de problemas de la ciencia y la tecnología superiores a su capacidad para resolver
problemas? ¿Por eso sigue adelante? ¿O estamos atrapados en una espiral?3
Al intentar responder a estas preguntas Ulrich Beck, en su libro sobre la “Sociedad del riesgo”
ha introducido los términos de cientifización simple y reflexiva4: la etapa de la “cientifización
simple” se caracteriza por la aplicación de la ciencia al mundo de la naturaleza, al ser humano
y a la sociedad “original” (“virginal”). Por otro lado, en la “etapa reflexiva”, las ciencias
tratan con un mundo modificado, que ya ha sido alterado por la ciencia y la tecnología, y al
hacerlo se enfrentan a los productos, las desventajas, las consecuencias y los problemas
trasladados de su propio “éxito”.
Con la creciente necesidad de superar o compensar los efectos secundarios, aparecen
problemas y riesgos en la relación de la sociedad humana y el entorno ecológico, el patrón
característico del conocimiento científico cambia: anteriormente, se tenía el concepto de
ciencia como productora de instrumentos y remedios para un creciente “control de la
naturaleza”, (supuestamente) junto con un “desarrollo de la sociedad (cada vez más)
planificado racionalmente”. Hoy en día, esa ciencia debe dedicarse al problema de la exitosa
apropiación de la naturaleza (así como de la exitosa ignición de la modernización de la
sociedad), se ha convertido en una “ciencia reflexiva”. Esta se enfrenta cada vez más, así lo
dice mi siguiente tesis, a la tarea de “controlar la dominación de la naturaleza”, por ejemplo,
en la siempre creciente necesidad de controlar las consecuencias de la intervención y de los
efectos secundarios involuntarios.
La evolución de la ciencia y la tecnología se ha convertido en sí misma en una contradicción,
porque, de acuerdo con Beck, es simultáneamente una causa complementaria, un remedio
definitorio y una fuente de soluciones para los problemas. Las aproximaciones inter y
transdisciplinarias, que se han llevado a cabo durante mucho tiempo en el análisis de sistemas
y evaluación de tecnologías, se están convirtiendo cada año en algo cada vez más necesario
para configurar el progreso científico-tecnológico. Pero su “negocio” también se hace cada
vez más difícil.
3 En una espiral con cada vez más problemas que resolver, que proceden de los primeros intentos de hacer
exactamente eso, a saber, solucionar problemas. 4 Véase Beck 1992 y posteriormente Beck 1999; para ideas y discusiones similares véase también Giddens
1990, Beck/Giddens/Lash 1994 y Lash/Szerszinsky/Wynne 1996.
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2.4 Progreso y ciclos de innovación industrial
Para lograr su contribución, la investigación social científica del riesgo, las ciencias, la
tecnología y el medioambiente debe, no solo reflejar la realidad cultural (comunicativa,
simbólica) de las sociedades industriales desarrolladas, sino hacerlo en el contexto y en la
conexión interna con su realidad material (sustancial, infraestructural)5.
Ahora se demostrará cómo se podría hacer en el contexto de los “ciclos de innovación
industrial”6. Las principales ideas de la Ilustración presentadas en la figura 1 son: cada
innovación básica o tecnología clave7 (p.ej. el motor de vapor) desata una serie de
innovaciones de procesos (en el ejemplo la energía y las maquinaria de trabajo) y finalmente
se condensa en un ciclo de innovación tecno-industrial. Los dos ciclos “clásicos” de
innovación I y II se denominan aquí “carbón y acero” e “ingeniería eléctrica y química
sintética”. Vienen seguidos de dos ciclos “neoclásicos”: … un tercero, que aún está en pleno
desarrollo, y un cuarto que empieza a indicarse parcialmente por señales anteriores. Su
dirección de movimiento es: desde la “electrónica” pasando por las “tecnologías de la
información y la comunicación (TIC)” hasta las innovaciones básicas de la “biotecnología y la
tecnología de la genética (BGT)” y las “tecnologías de microsistemas y nano-tecnologías
(MNT)”.
5 Véase Metzner 2002, donde se ha elaborado este trabajo y ha demostrado ser global. 6 Utilizo este término inspirado en las ideas económicas de Nikolai Kondratieff y los trabajos de Alvin
Toffler por su capacidad didáctica estructural para analizar los patrones del desarrollo; véase también
Barnett 1998 y Freeman/Louçã 2001. 7 Los términos “innovación básica” y “tecnología clave” se emplean más o menos como sinónimos en este
trabajo debido a algunas similitudes funcionales fundamentales, a pesar de otras diferencias también
importantes. Véase en ese contexto Godin 2006, que presenta la fuerza y las debilidades del modelo lineal
de innovación en el contexto de su análisis del desarrollo científico-histórico. También se hace hincapié en
las “tecnologías genéricas”, que prometen nuevos métodos y soluciones innovadoras, y las “tecnologías
generales” (GPT), que dominan áreas enteras del progreso y el crecimiento técnico, como el motor de
vapor, el motor eléctrico y los semiconductores por su capacidad de extenderse y el potencial inherente
para las mejoras (véase Bresnahana/Trajtenberg 1995.
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Figura 1: Ciclos de innovación industrial y sus consecuencias
Además, sin ser capaz aún de aclarar su posición sistemática en el contexto de los ciclos de
innovación industrial que se acaba de presentar, hay que mencionar el concepto de
“tecnologías convergentes” (indicado por la nube en la imagen 1) que propone un tipo de
convergencia dinámica entre la tecnología de la información TIC, la biotecnología (BGT), la
nano-tecnología (MNT) y otras áreas muy dinámicas como la investigación del cerebro y la
psicofarmacología que no solo se hallan ocasionalmente vinculadas a las visiones de la
“mejora humana”8. El concepto de las tecnologías convergentes, también conocido como
NBIC, un acrónimo de nano-tecnología, biotecnología, tecnología de la información y ciencia
cognitiva, hasta ahora ha sido más pragmático que descriptivo, pero su relevancia como visión
que ya está en camino para guiar o dirigir algunas ramas de futuros avances tecno-científicos
es de la mayor importancia (especialmente a la hora de trascender un punto de vista interesado
exclusivamente en las ventajas competitivas)9.
Cada uno de estos ciclos de innovación provoca “transformaciones”10 de gran alcance, que
8 Véase Roco/Bainbridge 2004. 9 Véase, entre otros, Nordmann 2004, ETAG 2006 y Grunwald 2007. 10 Se refiere a algo que es comparable en ámbito y alcance a la “gran transformación” descrita por Karl
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conforman la “Gestalt”, es decir la configuración y la dinámica de la sociedad industrial (y de
paso post-industrial). Las consecuencias emergentes de estas transformaciones se materializan
posteriormente y juntas forman una zona de capa que se mueve hacia delante en el tiempo.
Esto ocurre:
1.) en el perfil del metabolismo con la naturaleza, incluida la calidad y la cantidad de flujos
de energía y materiales11, la forma y el grado de utilización y la carga de bienes y
servicios medioambientales, y la extensión y la intensidad de las intervenciones
manipuladoras en el mundo físico-orgánico;
2.) en referencia a la estructura de la base económica relacionada con la configuración de
las fuerzas productivas, la asignación de recursos, la distribución de riqueza, los
patrones de consumo, la organización del trabajo, o finalmente la forma y duración de
los ciclos de vida de los productos y las cadenas de creación de valor;
3.) en lo que concierne a los patrones socio-culturales de la construcción de la sociedad, de
la coexistencia y la individualización (es decir, de vivir juntos en familias y
comunidades que están alterando en alcance, función y significado cultural), así como
en referencia a los patrones de urbanidad, movilidad, información y comunicación con
los medios u organización de la educación y la sanidad pública;
4.) en relación con las formas organizativas de creación de voluntad pública y los
procedimientos políticos de toma de decisión que se someten a mediación
especialmente por aquellas tecnologías y medios que reorganizan la movilidad y la
comunicación12, y que también incluyen la preparación administrativa y la
implementación de los programas y acciones.
Estas transformaciones, que ya han sido presentadas aquí por separado de acuerdo con las
cuatro dimensiones del desarrollo sostenible, es obvio que se influyen mutuamente13. No se
desarrollan por separado unas de otras, y están (además de su distinción analítica)
predeterminadas al ser descifradas por algún enfoque “sistémico”14 debido a sus complejas
interdependencias. En lo que se refiere a la ecología, por ejemplo, el ciclo “clásico” de
innovación de la sociedad industrial I y II que se relaciona con los sectores clave de la
industria del carbón y el acero así como con las ramas de la industria eléctrica, la producción
Polyani; véase Polyani 1944 y la revisión de Mayhew 2000. Véase también la siguiente referencia sobre
“transformaciones socio-ecológicas”. 11 Véase Haberl/et al. 2004, Suh 2005 y Schiller 2009. 12 Véase Castells 1996 y Banse/Metzner-Szigeth 2011. 13 El término “transformaciones socio-ecológicas” (véase Becker/et al. 2000) cobra un poder analítico
considerablemente mayor cuando se expande y diferencia como en el esquema cuádruple que se presenta
aquí. 14 Véase Metzner 1998, Spangenberg/et al. 2002 y Hjorth/Bagheri 2006.
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automovilística y la química sintética, corresponde a los “grupos de problemas” (señalados en
el dibujo con círculos rojos), que se caracterizan, por un lado, por la carga de medios
medioambientales (agua, tierra y aire) con contaminantes masivos (por ejemplo fosfatos,
metales pesados y dióxido de carbono) y, por otro lado, por la escasez y la inminente falta de
bienes medioambientales o recursos naturales (sobre todo las fuentes de energía no renovables
como las fósiles).
Las “aproximaciones reguladoras” (señaladas en la imagen con triángulos azules) específicas,
sometidas a la mediación de estos grupos de problemas, corresponden a los ciclos de
innovación y las transformaciones desencadenadas por ellos. En el ejemplo de las
consecuencias relacionadas con el medioambiente del ciclo I y II, estas son las estrategias de
la “protección” medioambiental administrativa y técnica así como el “reciclaje” de recursos
valiosos.
Los siguientes ciclos de innovación III y IV nos conducen a transformaciones que no solo
interactúan entre ellas, sino también con los estados construidos antes de las transformaciones
previas. Un ejemplo de dicha transformación, en este caso en relación con la dimensión
económica, es la reconfiguración de los factores de producción, las cadenas de creación de
valor y los sectores económicos mediante las tecnologías de la información y la
comunicación15.
Además, la figura 1 indica que en la transición hacia los dos ciclos de innovación
“neoclásica”, no solo se crearán grupos de problemas alterados, sino también una sobrecarga
de las aproximaciones reguladoras desarrolladas hasta entonces. Ejemplos de ello son los
derechos de apropiación y utilización de los “recursos genéticos”16, que están en intenso
conflicto, así como los “derechos digitales”17, que se encuentran en luchas no menos
vehementes.
2.5 Primera tesis general y su explicación
La primera tesis general deriva de todas las consideraciones presentadas hasta ahora.
Establece que «cuanto más avanza el progreso científico-tecnológico, más depende del
conocimiento y la ciencia la tarea de su configuración constructiva».
En otras palabras, y para expresarlo más políticamente, lo mismo se podría decir de la
siguiente manera: cuanto más avanzan la ciencia y la tecnología, más depende la gobernanza
de la ciencia y la tecnología de la contribución de los expertos científicos y profesionales. La
gobernanza de la ciencia y la tecnología se convierte, por lo tanto, en un tema cada vez menos
15 Véase Stehr 1994, Castells 1996 y Hodgson 2000. 16 Véase Cassier 2002. 17 Véase David 2001.
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puramente político que podrían abordar con éxito solo los políticos. Los políticos (en
funciones) y sus administradores (no solo ejecutivos) así como los ciudadanos (gobernados)
deben estar bien informados para tomar buenas decisiones mediante procedimientos de toma
de decisión transparentes y efectivos. Y, en el caso de la gobernanza de la ciencia y la
tecnología, el hecho de estar bien informado no se puede lograr sin la ayuda (conocimiento,
competencias y evaluaciones) de aquellos expertos científicos y profesionales cuyos
resultados de trabajo componen el objeto en cuestión.
Los puntos esenciales de la primera tesis se pueden explicar de la siguiente manera: junto con
la creciente y continua cientifización de los procedimientos tecno-industriales para producir
productos cada vez más complejos, también crece la dependencia del conocimiento y la
ciencia de las posibilidades para identificar y regular las consecuencias de su producción,
aplicación y eliminación. Un ejemplo es el debate general sobre los “pros” y “contras” de los
cultivos modificados18 y la particular discusión sobre “controlar” la posible liberación y
difusión de los elementos genéticamente modificados de las plantas19, p.ej. la colza, por sus
potenciales efectos negativos especialmente para la biodiversidad. Además, es necesario
mencionar que este control requiere la aplicación de métodos de diagnóstico moleculares-
biológicos cuya fiabilidad aún no está muy clara debido a que comparten el mismo origen que
las controvertidas y recién desarrolladas técnicas. El mismo ejemplo ilustra que junto con el
aumento de la dependencia del conocimiento también se extienden las dudas sobre el
conocimiento prospectivo, que es crucial para tomar decisiones informadas20. Además, hay
que reconocer el estímulo de la complejidad debido a las consecuencias solapadas de las
transformaciones desencadenadas por los sucesivos ciclos de innovación. El conocimiento
regulador de las distintas consecuencias también debe producirse más rápido para mantener la
velocidad de la innovación.
Hasta ahora, en el capítulo 2, hemos examinado el problema de configuración del progreso
científico-tecnológico partiendo de las fuerzas y consecuencias que han sido puestas en
marcha por el propio progreso. Ahora nos dirigimos hacia otra perspectiva, para examinar en
el capítulo 3, la “vulnerabilidad”, el problema de configuración desde otro punto de vista,
partiendo de la “debilidad” de la sociedad moderna y la necesidad de creatividad científico-
tecnológica.
18 Véase Rissler/Mellon 1996. 19 Véase, p.ej., Barton/Dracup 2000. 20 Véase Wehling 2006 y Metzner-Szigeth 2009, especialmente en lo que respecta a las incertidumbres de la
prognosis climática y los escenarios del cambio medioambiental global.
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3. Vulnerabilidad
3.1 Vulnerabilidad: niveles, componentes y definición
La “vulnerabilidad” tiene un componente externo y otro interno. En general son, en el micro-
nivel, el ser humano individual, o la comunidad única (o medio de vida) en la que él o ella
vive, y, en el meso-nivel, la ciudad o región o el sistema funcional diferenciado particular, o
finalmente, en el macro-nivel, las sociedades completas expuestas a los peligros existenciales
(“exposición”), y que en cierto grado son capaces de enfrentarse al hecho de “estar expuesto”
con su propia fuerza o con la ayuda de otros o terceros (“enfrentarse”)21.
Para poner un ejemplo que pueda ilustrar el argumento dado podríamos contrastar dos casos
coincidentes22: en 2010, Haití (el 12 de enero) y Chile (el 27 de febrero) sufrieron grandes
terremotos, de 7,0 (Haití) y 8,8 (Chile) puntos en la Escala de Magnitud de Momento (MMS,
en inglés). A pesar de que la cantidad absoluta de la energía potencialmente destructiva
liberada fue considerablemente mayor en el caso de Chile, se puede observar que el terremoto
de Haití fue mucho más destructivo en lo que respecta a sus consecuencias (el número de
personas fallecidas y daños acumulados). Una explicación de este dato es que la exposición al
terremoto fue distinta en ambos casos debido a una configuración diferente de factores
decisivos (físicos y sociales). Además, en el caso de Haití las facultades de acción que son
decisivas para la capacidad autónoma de enfrentarse a ello de esta sociedad ya estaban a un
nivel bajo (por varias razones) cuando sucedió la catástrofe. La combinación de ambas
inevitablemente condujo al consiguiente desastre humanitario y también podría explicar por
qué la atención del público global hacia el caso de Haití fue considerablemente mayor.
De todas formas, deberíamos intentar entender la naturaleza de la vulnerabilidad a parte de los
casos únicos y sucesos aislados. Siguiendo la idea de “glocalización”23 (que combina las dos
21 Con esta diferenciación adaptada sigo la definición de Robert Chambers 1989, p. 1: “La vulnerabilidad (...)
no es lo mismo que la pobreza. No significa falta o necesidad, sino indefensión, inseguridad y exposición
al riesgo, impactos y el estrés. (…) La vulnerabilidad aquí se refiere a la exposición a las contingencias y al
estrés, y la dificultad de enfrentarse a ellas. Así, la vulnerabilidad tiene dos caras: una cara externa de
riesgos, impactos y estrés a la que está sometido un individuo o una casa; y una cara interna que es la
indefensión, refiriéndose a una falta de medios para enfrentarse a ello sin pérdidas perjudiciales. La pérdida
puede adoptar muchas formas, haciéndose o siendo físicamente más débil, económicamente empobrecido,
socialmente dependiente, humillado o perjudicado psicológicamente.” Véase también Watts/Bohle 1993. 22 The Learning Network del New York Times ofrece una excelente fuente de información adicional que
introduce simultáneamente los métodos de cómo organizar tal comparación (véase
<http://learning.blogs.nytimes.com/2010/03/02/two-earthquakes-in-two-months-comparing-the-quakes-in-
haiti-and-chile/>). 23 Véase Robertson 1995.
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tendencias aparentemente contradictorias de globalización y localización en una expresión
artificial) podemos afirmar que tenemos un “patrón híbrido” de vulnerabilidades locales,
regionales y globales que se interrelacionan. Por lo tanto una aproximación a la gobernanza
cuyo objetivo es hacer frente a los “riesgos globales” resultaría engañosa si no reconociese el
carácter localizado de estas vulnerabilidades. Olvidar esa característica en favor de la atención
principal a escala global nos obligaría a permanecer en la superficie en vez de analizar la
estructura más profunda y que por lo tanto nos llevaría a (por supuesto involuntariamente) la
consecuencia de no reconocer las particulares sinergias causadas por las interacciones
dinámicas de los componentes de tales sistemas localizados.
3.2 Vulnerabilidad: perspectiva sobre la configuración de las interdependencias
La vulnerabilidad es una especie de “concepto difuso”, no obstante es muy instructivo debido
a su riqueza de asociación así como su convincente idea central24. Se puede demostrar mejor
su gran valor analizando todo el complejo de peligros y la vulnerabilidad en su interconexión
con el conjunto de mecanismos, sistemas e infraestructuras tecno-industriales (cuya dinámica
está impulsada por las competencias y el conocimiento científico-tecnológico) y en lo que se
refiere al riesgo y las ideas de prevención y resistencia que proporcionan algunas herramientas
mentales que sirven, simultáneamente, como ideas reguladoras y conceptos de intervención
que podemos usar en nuestros intentos de enfrentarnos a los desafíos derivados de este
complejo (véase fig. 2).
24 Incluso el significado positivo de vulnerabilidad analizado por Bijker 2006 en los contextos de la cultura
tecnológica y la dinámica de la innovación puede demostrar esto.
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Figura 2: La vulnerabilidad y sus implicaciones
La fig. 2 muestra a la derecha una barra con el término “peligros”25. Estos se clasificarán en
distintos subconjuntos:
1.) Epidemias, por ejemplo el SIDA, EEB26, gripe aviar o (la pandemia declarada
oficialmente de) H1N1 (que afortunadamente se mantuvo lejos);
2.) Desastres “naturales”, incluidos aquellos que tienen algún nexo causal con los cambios
climáticos y medioambientales globales, y que por lo tanto apenas son ya fenómenos
naturales, y también los de origen antropogénico, como p.ej. las tormentas, corrimientos
de tierra y avalanchas, inundaciones, sequías y terremotos27;
3.) Los accidentes tecno-industriales, es decir incidentes esencialmente producidos por el
hombre como el de “Seveso” (1976), “Bophal” (1984), “Chernobil” (1986), “Exxon
Valdez” (1989) o (más recientemente) el de “Deepwater Horizon” (2010), pero también
25 Se puede encontrar una aclaración adicional sobre la definición y la diferenciación de los conceptos
interrelacionados de peligro, accidente y otros en Fisher 1994. 26 Encefalitis Espongiforme Bovina, más conocida como el “síndrome de las vacas locas”. 27 Véase Abramovitz/Starke 2001.
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los de alcance “más corto”28;
4.) Combates militares o guerras civiles, a causa de las cuales, por ejemplo, se queman los
campos de petróleo o se devastan regiones que anteriormente eran fértiles (como Irak o
Darfur);
5.) Ataques terroristas y actos de sabotaje, sobre todo en la medida en que pueden provocar
pérdidas masivas de vidas humanas y/o el derrumbamiento de las infraestructuras sociales
y los sistemas de funcionamiento (como la comunicación por Internet o el mercado de
valores electrónico mundial o el suministro de energía trans-regional). Ejemplos de esto
son el ataque al “World Trade Center” (11-9) o el reciente ataque a una planta
hidroeléctrica en la ciudad rusa de Baksansk (en julio de 2010) pero también, aunque
menos espectaculares son los “virus informáticos” que aparecen de vez en cuando y los
“gusanos de software” o el “ciberataque”29 de Estonia de 2007, totalmente desconocido
por el público.
A la izquierda vemos una barra con el término “Vulnerabilidad”. Se le podría asignar una
línea completa de factores que se pueden dividir al menos en dos categorías:
1.) Factores de naturaleza general como la creciente densidad de las interacciones, el
aumento del grado de conectividad, la creciente población, las interdependencias que
aumentan entre sistemas cada vez más especializados y diferenciados, con servicios y
unidades productivas que están necesariamente unidas a una corriente en curso
permanente de transacciones entre ellas que conduce a una creciente sensibilidad hacia las
interrupciones y las alteraciones y especialmente, junto con la “globalización”, la
“delimitación” de las cadenas de causa efecto a gran escala y que traspasan regiones30; y
2.) Los factores de naturaleza particular que constituyen los “puntos débiles” que podrían
desestabilizar sistemas enteros si se expone a “sucesos críticos” como
− p.ej. – relacionados con el entorno ecológico, la carga o degradación de los
ecosistemas de agua dulce o los paisajes de montaña;
− p.ej. – relacionados con la economía, la dependencia de recursos clave únicos, el
índice de fuentes de ingresos, o la cuota de endeudamiento;
− p.ej. – relacionados con la dimensión socio-cultural, el conocimiento y las facultades
de las personas en relación con el acceso que tienen a la educación y otras reservas
de conocimiento (reclamo: “división digital”), y finalmente
− p.ej. – relacionados con la dimensión político-institucional, las posibilidades de
participar (activamente) en procesos de toma de decisiones y recibir la información
28 Véase Pidgeon/O’Leary 2000. 29 Véase Barletta 2008. 30 Véase Beck 1999a, Beck 1999b, Held 2000, Lubbers/Koorevaar 2000 y Young/et al. 2006.
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necesaria para hacerlo.
En resumen: la cantidad y calidad de las facultades de gobernanza y las competencias de
gestión son los elementos decisivos de toda la capacidad de auto-organización que equivale al
grado del que es capaz una sociedad de regularse a si misma (si se refiere simultáneamente a
las alteraciones internas y los cambios estructurales así como a las turbulencias externas y las
cambiantes condiciones medioambientales) y de realizar las reformas causadas
intencionadamente que modifican los parámetros centrales o el patrón completo de su auto-
procesamiento operativo y reproducción sistémica.
Además, existen factores que tienen sentido en lo referente a los mecanismos, sistemas e
infraestructuras tecno-industriales como los factores de “elevada complejidad” y “denso
acoplamiento”, señalados por el investigador de riesgos Charles Perrow, que son sobre todo
problemáticos, si suceden a la vez31; y, como destacaba John Casti, investigador de la
complejidad, la “adaptabilidad” de los sistemas técnicos a entornos variables o incluso
turbulentos y a sucesos críticos32; el grado de “tolerancia del error” o la “fiabilidad” de los
procesos; la “solidez” de las instalaciones; la “singularidad” de las estructuras del entorno
construido, en lo que se refiere a los puentes, túneles, diques de tierra para suministros que
atraviesan el territorio; o (en contraste con la arquitectura descentralizada de la elevadamente
compleja pero sólida Internet33) la “centralidad” de las redes infraestructurales (si por ejemplo
todas las líneas de metro pasan por una “estación principal”)34.
Como norma, el conocimiento científico-tecnológico tiene el propósito de servir a fines
“constructivos”35. Sabemos que esto no siempre pasa, y que los intereses conferidos intentan
31 Véase Perrow 1984. 32 Véase Casti 1994. 33 Véase Willinger/Doyle 2002. 34 Véase también el enfoque de los “grandes sistemas técnicos” (p.ej. Joerges 1996). 35 En este punto podría tener sentido añadir una referencia más larga en lo que respecta a la utilización del
conocimiento científico y tecnológico a efectos “destructivos” como por ejemplo las armas. Un argumento
contra la objeción aproximada de que, por lo tanto, sería mejor no utilizar ese término, podría servir para
diferenciar entre la producción y aplicación legítima e ilegal de estos mecanismos. Otro argumento es
mencionar la ambivalencia del término “constructivo”, especialmente en conexión con otro uso de dicho
término en ingeniería (cognitivo) y humanidades (normativo), y aprovechar dicha ambivalencia. El verbo,
para los primeros, significa la actividad de construir un artefacto y para los segundos una actividad que se
lleva a cabo para resolver problemas. Contrariamente al contexto de las dos partes de esta distinción
aumenta la opción de afirmar que la intención de mi introducción del término “constructivo”
(especialmente utilizado en las proposiciones de las cuatro tesis generales) figurativamente “vive” de este
doble significado porque la noción no solo destaca simultáneamente la tensión productiva entre esos dos
polos sino que expresa que la solución y configuración de esa tensión es esencialmente lo que necesita
14
influir en la ciencia y la tecnología, o simplemente utilizarlas de forma errónea. Sin embargo,
presumiblemente todas las personas que actúan en “ciencia, investigación y desarrollo” tratan
la cuestión de cómo se podría conseguir mejor (… para servir a fines constructivos), al menos
en el contexto de las tareas específicas y los temas disciplinares en los que trabajan como
resultado de la división del trabajo en toda la sociedad y dentro de las ciencias. Con todo, la
ocupación general en cuanto a la cuestión de cómo se podría lograr esto mejor es el área
original y adecuada de la Gobernanza Ciencia/Tecnología y la ET36, también prestando
atención a los distintos objetivos vinculados a las cuatro dimensiones del desarrollo
sostenible.
La barra superior con el término “riesgo” no se sitúa por casualidad entre la vulnerabilidad a
la izquierda y los peligros a la derecha. Esto debería manifestar que la medida de exposición a
los peligros, en relación con la escala de daños por un lado y la probabilidad de que sucedan
por otro, debe verse en correlación con ambas, ya sea con los peligros (potenciales) o con la
vulnerabilidad (latente).
Algo similar es válido para (las interdependencias de) la barra del final con los términos
“prevención y resistencia”37. En el caso de la prevención el objetivo es limitar los daños y
reducir la probabilidad de que sucedan, antes de que los riesgos se manifiesten como sucesos.
En el caso de la resistencia el objetivo es, por el contrario, proporcionar ayudas y ser capaz de
lograr compensaciones, después de que los riesgos en cuestión se hayan convertido en
sucesos. En ambos casos solo se puede juzgar si se ha hecho lo suficiente (también en lo que
respecta a las estrategias alternativas pero interrelacionadas de la adaptación al cambio
climático, ACC, y la reducción de riesgo de desastres, RRD) en lo que se refiere a los
potenciales peligros y la vulnerabilidad latente38.
lograr la gobernanza de la ciencia y la tecnología. 36 Véase, entre otros, Grunwald 2004 que destaca la “necesidad de reflexión y aprendizaje en la interfaz entre
la ciencia y la sociedad”. 37 Para el contexto original de resistencia véase Holling 1973 y 1994. En contraste con Morone/Woodhouse
1986 prefiero tomar la prevención y la resistencia como estrategias complementarias en vez de alternativas
opuestas. 38 Para un concepto más elaborado y demostrado véase el modelo BBC (de Janos Bogardi, Jörn Birkmann y
Omar Cardona) descrito en Birkmann/Wisner 2006, especialmente p. 22 y fig. 8. Ese modelo también
enlaza la vulnerabilidad de forma explícita a las tres esferas de la sostenibilidad, en vez de cuatro, como en
mi trabajo, el cual ha llegado a datos coincidentes a pesar del desarrollo independiente. El modelo BBC se
basa en consideraciones teóricas, es decir cómo las dimensiones social, económica y medioambiental de la
seguridad humana se pueden integrar con los conceptos existentes de peligro y riesgo. Sigue el cambio de
paradigma desde una investigación orientada al peligro a una perspectiva de reducción de riesgo
integradora tal y como abordan Bogardi/Birkmann 2004. Para un resumen véase Birkmann 2006.
15
3.3 Segunda tesis general y su explicación
Ahora llegamos a la segunda tesis general. Afirma que: «Cuanto menos se consigue
configurar el progreso científico-tecnológico constructivamente, más vulnerable se hace la
modernidad.» Y eso significa, hablando políticamente que: la modernidad se hace más
vulnerable, cuanto menos éxito tiene a la hora de realizar una gobernanza excelente de la
ciencia y la tecnología.
Con este engaño ya no tiene sentido afirmar que la modernidad casi automáticamente se
convierte en algo cada vez más expuesto a los “riesgos globales” que esencialmente están
“fuera de control”39, ni promover la idea de que bastaría con culpar40 a determinados actores
sociales (como la industria) o actividades sociales especiales (como la tecnología). En vez de
eso, esta perspectiva recomienda reconocer los problemas aparentes como consecuencias que
surgen de las cualidades inherentes a las sociedades modernas y que están profundamente
arraigadas en su génesis, dispersas por todo el sistema de la sociedad y adoptando su material
y su infraestructura mental41. El hecho de evocar una imagen donde la modernidad se
transforma inevitablemente en una especie de catástrofe terminal no sólo es una
legitimización dudosa de la sensación extendida de que se vive en un “Estado del Miedo”42
sino que retira la atención, las energías y los recursos de las oportunidades que aún existen
para mejorar la situación, para resolver la crisis y redirigir el desarrollo. Al contrario, esa
imagen favorece involuntariamente algunos tipos de fatalismo del sentido común.
La segunda tesis general se puede explicar de la siguiente manera: cuanto más elevada sea (el
grado de) la sostenibilidad de cuatro dimensiones, más baja será (el grado de) vulnerabilidad,
y simultáneamente más elevada será su capacidad de prevención y resistencia, para limitar los
daños o deterioros que sucedan en su escala, para reducir la probabilidad de que ocurran o
“aparezcan de nuevo”, para superar las enormes consecuencias y recuperarse de sucesos
graves. Por el contrario esto significa que: cuanto mayor sea la “no sostenibilidad”, más
vulnerable es, menos capacidad de prevención y menos resistencia tiene una sociedad,
comparativamente. En consecuencia, todo lo que hacemos, en particular con los instrumentos
de evaluación de la tecnología y las acciones de gobernanza más generales, para utilizar
39 Véase Winner 1977, para el antiguo tema de “técnicas fuera de control” que parece ser un pensamiento
político clásico. 40 Véase Douglas/Wildavsky 1988. 41 Una de las características más importantes de esa infraestructura mental aquí son los horizontes abiertos de
las incertidumbres que, para bien o para mal, acompañan al amplio espacio para la auto-realización
individuas, los trabajos experimentales, las exploraciones creativas y la libre empresa que se ha abierto en
las sociedades modernas; véase Giddens 1990. 42 Crichton 2004.
16
“constructivamente” el conocimiento tecno-científico, a fin de diseñar sistemas tecno-
industriales favorablemente en lo que se refiere a sus consecuencias para la sostenibilidad de
las cuatro dimensiones, es una contribución a la reducción de la vulnerabilidad de una
sociedad e incrementar simultáneamente sus facultades de prevención y resistencia. Lo
contrario también es válido, desgraciadamente, cuanto más vulnerable se hace la modernidad,
menos éxito tiene para hacer exactamente eso.
A fin de ilustrar estas tesis se emplea la afirmación de que un sistema descentralizado para el
suministro de energía eléctrica con energías regeneradoras es más favorable en lo que respecta
a algunas dimensiones de la sostenibilidad que unas pocas plantas de megapotencia con líneas
de transmisión transfronterizas. Además, el sistema descentralizado es más resistente, porque
después de las catástrofes podría repararse más rápidamente y con medios más sencillos,
mientras que al contrario, las plantas de megapotencia (sobre todo naturalmente las de tipo
nuclear) podrían representar un objetivo más global para las acciones de terrorismo, que por
ejemplo, un parque de energía eólica43.
Tras haber examinado el problema de configuración (del progreso científico-tecnológico) por
así decirlo “desde dentro” (capítulo 2) y “desde fuera” (capítulo 3), debería abordarse (en el
capítulo 4) en relación con el modelo guía de la “sostenibilidad”.
4. Desarrollo sostenible
4.1 Modelo convencional de riqueza y puntos básicos del DS
El Desarrollo Sostenible (DS) no es una visión “utópica”, es un concepto “pragmático”. El DS
no ofende a nadie, se puede decir en todas partes, sin embargo establece un arco de tensión
que es lo bastante distinto como para ser capaz de redirigir la práctica actual.
A partir de los resultados publicados en 1987 de la “Comisión Mundial para el
Medioambiente y el Desarrollo” (también conocido como el “Informe Brundtland”) podemos
observar en la política, la economía, la ciencia y el público que existe una visión que se
extiende de que el modelo convencional de crecimiento y prosperidad del “hemisferio
occidental”44 no podría prolongarse temporalmente para siempre, ni siquiera durante algunos
43 Véase también las recomendaciones de Charles Perrow, que señaló que “en vez de centrarnos en prevenir
los desastres y enfrentarnos a sus consecuencias, lo cual debemos seguir haciendo, deberíamos reducir el
tamaño de los objetivos vulnerables” (Perrow 2007, p. 1, énfasis en el original). 44 Este modelo ha sido durante mucho tiempo el paradigma para los esfuerzos de los países umbral y en
desarrollo porque da lugar a la sugestiva idea de que podría bastar con copiar sus instrucciones para llevar
a cabo la misma estrategia de éxito de crear riqueza común mediante la industrialización forzosa en un
escenario de una modernización de sus economías y administraciones que sea del tipo de ponerse al día.
17
siglos, ni podría extenderse espacialmente a todos, es decir, a todo el planeta. Perjudica a la
introducción o producción de limitaciones en forma de recorte de recursos (que cada vez son
más caros) y las capacidades de carga finitas o exhaustas de los sistemas ecológicos45.
El “Desarrollo Sostenible”, el nuevo paradigma sugerido por la comisión, tiene como
objetivo, en consecuencia, garantizar para siempre la capacidad de desarrollo económico (por
lo menos virtualmente), emparejándolo con el momento de preservación del entorno
ecológico y el hecho de poder usarlo46. No obstante, la cuestión de “cómo” se pueden
combinar ambos momentos para lograr exactamente esto en la práctica, no responde al
modelo guía.
4.2 Tercera tesis general y su explicación
En este punto nos movemos hacia la tercera tesis general que afirma que: «La redirección de
un sistema que se desarrolla de manera no sostenible necesita una configuración constructiva
del progreso científico-tecnológico» Y políticamente hablando eso significa que: la
gobernanza de la ciencia y la tecnología es de vital importancia para entrar en un camino de
desarrollo de la sociedad (o incluso de la civilización) duradero y adaptado al futuro.
45 WCED 1987. 46 No obstante, existen algunas interpretaciones divergentes de esta misma idea que se suelen diferenciar
como sostenibilidad “fuerte” o “débil”. véase, p.ej., Neumayer 2003.
18
Figura 3: Desarrollo sostenible y los problemas de la gobernanza
Esencialmente, la tercera tesis general se puede explicar de la siguiente manera: el modelo
guía del “desarrollo sostenible” se refiere a promover un “desarrollo” “adaptado al futuro”,
pero no con una interpretación “solo” relacionada con el medioambiente (al objeto de su
“protección”), tan limitada como una interpretación que sólo esté relacionada con los asuntos
sociales (interesada en cuestiones de la “distribución de la riqueza”47), sino con un
entendimiento 1. multidimensional, 2. integrador y 3. sistémico48, utilizando un concepto que:
1.) se toma en serio por igual las peticiones y grupos de problemas medioambientales,
económicos, socio-culturales y político-institucionales;
2.) no comprende la optimización del bienestar común como una especie de juego de suma
cero de (más o menos) distribuciones justificadas de la prosperidad producida, sino como
un tipo de juego de suma positiva, en el que las contribuciones variables se debe acumular
dinámicamente, sin ignorar u olvidar un objetivo de optimización a favor de otro;
3.) debe ser adecuado para el fin, no solo para registrar las interacciones y fijar como
objetivo los conflictos entre las dimensiones, sino para analizarlos con vistas a posibles
47 Para una revisión del concepto de sostenibilidad social véase Littig/Grießler 2005. 48 Véase, p.ej., Kopfmüller/et al. 2001, Grunwald/et al. 2001 y Grunwald 2005.
19
constelaciones win/win (todos ganan), sinergias positivas y caminos de desarrollo que se
estabilizan dinámicamente.
Tal concepto se torna más necesario ya que es un hecho que “si todo sigue como siempre”, la
deliciosa “tarta” de la riqueza no seguirá igual de buena sino que se perderá. Es así porque
nuestra sociedad representa un sistema cuyo estado permanente es el de los procesos de
desarrollo “no sostenibles” acelerados49. No obstante es posible “redirigir” este sistema, sobre
todo utilizando los medios para configurar el progreso científico-tecnológico (por ejemplo con
la ayuda de estrategias combinadas de eficiencia, suficiencia y consistencia50), pero en modo
alguno permitirá solo “detenerlo”.
El desarrollo sostenible, en cuanto a su dependencia del conocimiento y la comunicación,
implica muchos requisitos, porque es considerablemente más exigente que cualquier otro
camino de progreso no sostenible. Las razones de esto son entre otras:
1.) la optimización sistemática del uso de la sociedad, es decir la inclusión de los “costes”
sociales y ecológicos del presupuesto en los cálculos y los procesos de toma de decisión
de las unidades económicas especiales y los actores sociales en vez de maximizarlos
selectivamente, requiere un conocimiento científico y técnico mayor, pero, sobre todo,
también un conocimiento contextual considerablemente más grande e información más
intensiva y extensiva, procesos de comunicación y negociación entre un creciente número
de unidades y actores que participan o están afectados.
2.) Encontrar soluciones para los problemas sociales que hagan justicia al conjunto total de
las distintas normas de desarrollo sostenible (tal y como se representa p.ej. en “Integrative
Approach” de la “Comunidad Hermann von Helmholtz de los Centros Alemanes de
Investigación”51) y considerar todas las dimensiones de sostenibilidad en términos de sus
peculiaridades y características individuales, es un proceso elevadamente coordinado, que,
por su parte, requiere en cada caso el conocimiento de todos que debería considerarse,
comunicarse y someterse a las pruebas más diversas en la misma medida que el de otros
actores sociales.
3.) La profundidad de la intervención y la efectividad de las consecuencias de las actividades
industriales en la estructura y los procesos de la naturaleza derivadas del desarrollo
industrial-tecnológico solo es la otra cara de la moneda; el cambio en forma de
consecuencias ecológicas encuentra su equivalente en las consecuencias sociales; para
estas, también son características la expansión temporal y espacial, la transformación y el
49 De acuerdo con la evaluación de muchos expertos, en realidad no estamos haciendo nada más que
desacelerar y estamos lejos de ir más lento o de alcanzar el punto de inflexión donde los procesos de
desarrollo sostenible estarían generalmente respaldados por el impulso de todo el sistema. 50 Véase Huber 2000 y Walz/Kuhlmann 2005. 51 Véase Kopfmüller/et al. 2001, donde se formula este enfoque integrador.
20
cambio a la hora de destacar las consecuencias de las decisiones, así como la dispersión
confusa e incierta de las probabilidades y los riesgos; cumplir este avance, evaluarlo e
incluso ser capaz de regularlo, requiere una intensificación y aceleración correspondientes
de la adquisición del conocimiento y su distribución y divulgación comunicativa.
4.) Los ciclos de innovación, por ejemplo el de carbón y acero, el de los motores eléctricos,
los procesos petroquímicos, etc. o el de ICT, BGT y MNT (introducidos en el capítulo
2.4) causaron y causan a modificaciones más profundas del metabolismo con la naturaleza
y causaron y causan revoluciones en las estructuras de producción económica de las
sociedades industriales. Estos procesos de transformación socio-ecológicos se caracterizan
por modelos modificados de presión sobre los bienes y servicios medioambientales así
como conjuntos alterados de competencias de uso y conflictos de distribución cambiantes
sobre ellos. Debido al aumento de la dependencia de la ciencia y el conocimiento que
tienen las innovaciones tecnológico-industriales, también las condiciones para la
posibilidad de identificar y regular sus resultados sociales y ecológicos se convierten en
algo que depende cada vez más del conocimiento.
Habiendo considerado la cuestión del “cómo” de la configuración del progreso científico-
tecnológico en tres aspectos distintos, (en el capítulo 2) partiendo de las opciones y las
consecuencias que el progreso produce, (en el capítulo 3) mediante los requisitos producidos
por la compleja vulnerabilidad de la sociedad moderna, y (en el capítulo 4 recién acabado) en
lo que respecta a su idoneidad para implementar el curso alternativo del desarrollo sostenible,
llegamos (en el capítulo 5) finalmente a hablar de los “instrumentos” que nos deberían ayudar
a abordar el problema de “cómo” se puede configurar lo mejor posible la ciencia y la
tecnología, a saber el enfoque más general de la gobernanza en relación con un concepto más
particular de la evaluación de la tecnología.
5. Mejorar la gobernanza mediante la evaluación de la tecnología integradora
La tarea de gobernar52 y llevar a cabo la gobernanza de los riesgos globales es en gran parte
lo mismo que gobernar u organizar la gobernanza de la ciencia y la tecnología53. Este
argumento resulta razonable, porque lo segundo constituye el factor más importante para
influir en todo el proceso de configuración de la sociedad del progreso tecno-industrial,
52 La diferencia más significativa entre ambas es que la gobernanza incluye la participación de los ciudadanos
también en los procesos de toma de decisión mientras que gobernar, es decir la actividad de las autoridades
políticas, depende de la participación ciudadana únicamente en la forma representativa; véase también la
diferencia común entre política y políticas. En Türke 2008 se debaten más características. 53 Véase, entre otros, Petschow/Rosenau/von Weizsäcker 2005, Voss/Bauknecht/Kemp 2006, Renn 2008 y
Renn/Walker 2008.
21
incluidas las consecuencias, las incertidumbres y los riesgos que la acompañan y siguen este
desarrollo, de una manera activa e intencionada de acuerdo con principios como el del
desarrollo sostenible.
En lo que concierne a los elementos que configuran los resultados de la ciencia y la tecnología
existen, en general, dos tipos indispensables de acción: 1. predicción de los avances, y 2.
evaluación de las opciones. Ambos son de importancia crucial para mejorar los
procedimientos de toma de decisiones, y esto es, por su parte, una condición previa para
configurar de manera efectiva el progreso científico-tecnológico54. Para hacerlo, debemos
pedir a.) la experiencia de los académicos y profesionales (top down, enfoque descendente)
por la considerable (y creciente) dependencia del conocimiento, así como b.) la participación
de los ciudadanos (bottom up, enfoque ascendente) debido a la diversidad de orientaciones de
valor55.
La importancia de la evaluación de la tecnología como requisito para una gobernanza
satisfactoria de la ciencia y la tecnología es más que evidente, especialmente cuando se tiene
en cuenta la velocidad de aceleración del desarrollo tecno-científico. En consecuencia el
trabajo continuado de la evaluación de la tecnología necesita tener aproximaciones, conceptos
y modelos que deberían hacerse más fuertes junto con las tareas en expansión a las que se
enfrenta la ET56. Por lo tanto, me gustaría introducir finalmente algún concepto marco que
intente tener en cuenta todos los factores abordados hasta ahora.
5.1 Directrices para una ET integrada
Por “Evaluación de la tecnología integrada” (ETI) entiendo básicamente que las dimensiones
de las condiciones y consecuencias medioambientales, económicas, socio-culturales y
político-instituciones de las tecnologías se abordan sistemáticamente y en relación con un
concepto de cuatro dimensiones, integrador y sistémico de desarrollo sostenible, que, como
“modelo guía de la civilización” enriquecido analíticamente, proporciona un marco excelente
para una evaluación diferenciadora y equilibradora y, por lo tanto, bien justificada de las
“opciones para el progreso” (al menos en tanto que cuentan con la mediación de la ciencia y
la tecnología)57.
54 Véase Funtowicz/Ravetz 1992 y Rosa 1988. 55 A consecuencia de los procesos solapados de globalización e individualización también nos enfrentamos a
una creciente multiplicidad en las orientaciones culturales, juicios de valor y preferencias éticas; véase las
implicaciones del “individualismo en red” según lo describe Manuel Castells 2001. Véase también
Bora/Hausendorf 2006 y Ladikas 2009. 56 Véase Grunwald 2010. 57 En este sentido, entender la complejidad de los distintos sistemas así como analizar las interacciones entre
22
La ET integrada presentada aquí sólo es un concepto marco que intenta ofrecer heurística
integradora, no un modelo operativo que aporte instrucciones metodológicas precisas sobre
cómo llevar a cabo los procedimientos e investigaciones de la ET58. A partir de su diseño está
predestinado a estudiar la capacidad de incluir distintos modelos de ET, que por su parte
indican distintos modos de realizar el trabajo que hay que hacer de forma metodológica,
correcta y efectiva. El objetivo de su propuesta es, por lo tanto, nada más, pero tampoco nada
menos, que contribuir al discurso en expansión de los fundamentos conceptuales de la ET.
Para evitar malos entendidos: si la sostenibilidad constituye un concepto de ET integradora,
entonces requiere abordar las cuatro dimensiones del desarrollo sostenible con la misma
atención… en el concepto marco (!), pero no en cada proyecto. Si, por lo tanto, en algún
proyecto, por ejemplo, el objetivo es la investigación de la “gobernanza electrónica”,
entonces, obviamente, los temas político-institucionales estarán en el primer plano. La ventaja
de tal concepto marco es estar preparados para reaccionar de una forma flexible pero
competente a los llamamientos especiales para la financiación de proyectos y las necesidades
que surjan de investigar los temas que están en la agenda pública siempre cambiante, sin tener
que evitar procesar los resultados de distintos proyectos incluso sintéticamente, para construir
las capacidades teóricas, metodológicas y profesionales propias para la adquisición y la
elaboración de proyectos adicionales “paso a paso”.
La ET integradora, un concepto “holístico”, requiere más que una extensión de una multitud
de áreas de investigación únicas. La ETI no puede prosperar haciendo estudios científicos o
investigando las innovaciones (es decir analizando las probables o deseables innovaciones con
la intención de allanar el camino para obtener beneficios económicos con su promoción). Para
completar su tarea trans-sectorial, la ET debe, por razones de complejidad59, trascender un
entendimiento de su objeto que “solo” esté orientado a la economía y las ciencias sociales.
Además la ET no puede lograr sus fines simplemente “co-eligiendo” las competencias de la
ingeniería y los científicos naturales. En vez de ello, el punto decisivo es, desde un
entendimiento inter y transdisciplinar60, la posibilidad de partir de distintos contextos
disciplinares y competencias profesionales desarrolladas de manera similar para analizar y
evaluar las condiciones, consecuencias y opciones heterogéneas de la tecnología y mejorar
mutuamente estas perspectivas de trabajo (o estrategias para la elaboración del conocimiento
y la creación de capacidades) en un marco común para la investigación de problemas. Por lo
ellos (véase, p.ej., Holling 2001) es una condición previa para obtener las capacidades necesarias para
navegar con éxito hacia el desarrollo sostenible (véase, p.ej., Hjorth/Bagheri 2006). 58 Para un trabajo similar véase Liebert/Schmidt 2010. Una idea bien pensada sobre cómo dirigir nuestra
atención de Decker/Fleischer 2010. Véase también Schot/Rip 1997. 59 Véase Bechmann/et al. 2007. 60 Véase Gallopín/et al. 2001 y esp. Decker/Grunwald 2001.
23
tanto, la ET integradora depende extraordinariamente del trabajo en equipo.
En el ámbito de la ETI la tarea central es: 1.) combinar competencias, a saber sobre todo las
de distintas ciencias, de los profesionales de distintos campos de la práctica y de los
ciudadanos o los denominados legos; 2.) procesar los problemas partiendo de las perspectivas
cambiantes de la ciencia, la economía, la política y el público; y 3.) dar soluciones, estudios y
criterios para aconsejar a los actores de la sociedad (tanto en política como en las políticas).
No obstante, también entra en juego una función importante en lo relativo a las propias
ciencias: a saber lograr una contribución para su consolidación. Esto es igualmente en
cualquier institución de ET, ya sea una academia de ciencias, universidad, un centro (público)
de investigación o empresa (privada), debe tener un interés vital en su propia consolidación
exteriormente, frente al público, la economía y la política, e interiormente, en la relación de
sus disciplinas científicas y sus institutos específicos o unidades de trabajo.
Para la ETI el campo de investigación de las “nuevas” “tecnologías clave” es de la máxima
importancia, porque están particularmente alineadas con o generalmente asociadas a unas
considerables expectativas de crecimiento y progreso. Su importancia desde el punto de vista
del desarrollo sostenible de la economía y la sociedad no se considerará menor que un
síntoma previo del curso convencional de modernización61.
Un elemento importante de la ET integradora es identificar y localizar posibles conflictos
objetivo que deberían resolverse o decidirse, y probables constelaciones win/win (todos
ganan) que deberían fomentarse porque prometen un “valor añadido” concreto. Un ejemplo de
esto, que a la vez nos hacer reconocer el frecuente carácter conflictivo de las peticiones a las
que la ET se enfrenta cada vez más en el campo de las “nuevas” tecnologías clave, es la
oportunidad de sustituir los procesos de la síntesis química de sustancias por procedimientos
biotecnológicos62. Siguiendo el principio económico de la “destrucción creativa” una rama
industrial “más vieja”, incluidos sus trabajos, se encuentra bajo presión en beneficio de una
“más nueva” que promete una mayor prosperidad63. Considerándolo en términos ecológicos,
estos procedimientos ofrecen oportunidades ambivalentes. Por un lado, tienen potencial para
mejorar la carga del medioambiente, ya sea en lo que respecta a la aportación (el grado de
utilización de los recursos energéticos y materiales), y también en lo que respecta a los
resultados (la posible reducción de la liberación de químicos medioambientales y
contaminantes masivos). Sin embargo, por otro lado hay que registrar los riesgos y las
incertidumbres de la emisión de sustancias bioactivas y organismos transgénicos. La
evaluación de la tecnología integradora no es la panacea. Sin embargo puede procesar grupos
de problemas elevadamente complejos, cuya resolución, como se ha demostrado,
61 Véase, entre otros, Fleischer/et al. 2001. 62 Véase Willke/Vorlop 2004. 63 Véase Reinert/Reinert 2006.
24
normalmente causa complicaciones de una manera organizada y diferenciadora, es decir
refinada de acuerdo con los distintos propósitos de la toma de decisiones64.
5.2 Cuarta tesis general, y su explicación
Así llegamos a la cuarta tesis general y última. Esta dice que «para controlar los cambios, (la
configuración de) la ciencia y la tecnología están enfrentadas debido los problemas actuales,
es esencial aprovechar un concepto marco como la ET integradora»
Y traducido a un lenguaje más político, la gobernanza de la ciencia y la tecnología podría no
llevarse a cabo lo suficientemente bien si no hay estudios que aporten perspectiva y
orientación. La tarea de regular y optimizar el desarrollo tecno-científico y (post-)industrial,
que en la actualidad da la opción de conformar y configurar nuestro futuro social y
medioambiental, no puede lograrse con éxito si sólo se emplea esa especie de estrategia de “ir
tirando”65. Debido a la necesidad de crear estrategias aplicables para restaurar y mantener un
patrón de desarrollo que se adapte al futuro existe una gran necesidad de estudios integrados y
amplios conceptos marco.
La cuarta tesis general se puede explicar de la siguiente manera: La “ET integradora” es una
aproximación instructiva que debe usarse para hacer accesibles los problemas de la creciente
dependencia del conocimiento y la ciencia (I.) de la compleja vulnerabilidad de las sociedades
modernas (II.) y de la posible consecución práctica del desarrollo sostenible (III.) para
estructurar de la manera más optima posible, la preparación, realización y reelaboración de los
proyectos y procedimientos de ET cuyo objetivo es informar no solo a los organismos del
gobierno y los partidos afiliados sino a todo tipo de actor social (incluidas las ONG) que
participan en actividades de gobernanza.
64 Otro requisito para adoptar los procedimientos “sostenibles” de toma de decisiones es reforzar la previsión
y los escenarios especialmente en lo que se refiere al problema citado de las crecientes incertidumbres;
véase, entre otros, Newman 2006, Stirling 2006 y Guimaraes Pereira/et al. 2007. 65 En lo que respecta a las otras implicaciones de la estrategia de “ir tirando” debería decirse que el
“incrementalismo”, como idea política principal subyacente en la que se basa esta estrategia, está poniendo
en peligro la consecución de objetivos a largo plazo por su predominancia a la hora de prestar atención a
los objetivos a corto plazo.
25
Figura 4: Evaluación de la tecnología integradora y sus retos
Un poco más detallados, estos tres puntos indican las siguientes reivindicaciones: I.) La ETI
proporciona una separación analítica de las condiciones de configuración y las consecuencias
de la implementación del progreso científico-tecnológico (en referencia a las
interdependencias económicas, ecológicas, socio-culturales y político-institucionales), así
como la síntesis de los resultados de las investigaciones (en lo que respecta a las tecnologías
clave, los ciclos de innovación y las transformaciones de la sociedad industrial). II.) La ETI
hace accesibles las preguntas sobre la configuración del progreso científico-tecnológico en la
interrelación de los peligros, vulnerabilidad, riesgos, prevención y resistencia, sensibilidad a
los problemas y orientados a soluciones: … en el micro-nivel de seres humanos únicos o
familias que podrían verse afectados, en el meso-nivel de comunidades únicas, sociedades,
sistemas sociales y en el macro-nivel de sociedades completas. III.) La ETI proporciona
procesos de innovación de (re)dirección para la resolución o decisión de los conflictos
objetivo, para la utilización de constelaciones win/win y para andar sobre caminos estables de
desarrollo sostenible.
26
6. Perspectiva general
Con el nuevo milenio nos enfrentamos a enormes desafíos. Las acciones limitadas como la
gobernanza de la ciencia y la tecnología en general, y la evaluación de la tecnología en
particular, son apenas suficientes para controlarlos, sin embargo es necesario contribuir con
todo lo que podamos hacer, para facilitar una configuración constructiva del progreso
científico-tecnológico. Por lo tanto me gustaría acabar con una cita de Antoine de St.
Exupéry: “Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer”
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