método para la inducción de la hipnosis

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MÉTODO PARA LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS. Se comienza explicando a la persona en qué consiste la hipnosis, eliminando conceptos erróneos como la creencia en la pérdida de la conciencia y de la voluntad, o en la posibilidad de quedar hipnotizado para siempre o de que aparezcan psicopatías latentes. Así mismo se le pide colaboración, ya que sin ella sería imposible realizar los ejercicios. Se le indica al paciente que no debe esforzarse por cumplir las sugestiones o indicaciones ya que esto automáticamente las bloquea, tampoco debe preocuparse por ruidos o distractores, debe dejarlos pasar, dejándose llevar tranquilamente. APLICACIÓN DEL TEST DE HULL PARA PROBAR SUCEPTIBILIDAD A LA HIPNÓSIS. Se le pide al paciente que permanezca de pie con los pies juntos y los brazos pegados al cuerpo, se le indica que se relaje y que cierre los ojos. Se le indica que cuando el terapeuta toque su hombro notará cómo se balacea. Se le toca el hombro diciendo con voz firme, no autoritaria y repetitiva: “Te balanceas, nota cómo te balanceas, eso es muy bien” . Después se repite el ejercicio pero se le indica caída hacia atrás: “Nota como caes, caes…” Si la persona se balancea y cae, pero coloca una pierna para evitar la caída, se le indica que es susceptible pero que no confía en el terapeuta. Se explica el segundo ejercicio. La persona tiene que levantar el globo ocular todo lo que pueda y manteniéndolo en esa posición bajar los párpados. En ese momento se le pide que abra los ojos. Si no puede hemos comprobado que sigue nuestras instrucciones y las entiende correctamente. Si los abre podremos asegurarnos de que no colabora o no entiende lo que se le pide. Ya que es imposible que los ojos puedan abrirse en esa posición. De no haber dificultades se pasa al ejercicio siguiente. Pidiéndole al paciente que entrelace las manos, juntando las palmas y aplicando un poco de presión. El psicólogo coloca sus manos encima de las del paciente presionándolas sin hacerle daño, le indica que las apriete y mientras le mira fijamente a los ojos, se le dice. “Cuando quite mis manos,

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Page 1: Método Para La Inducción de La Hipnosis

MÉTODO PARA LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS.

Se comienza explicando a la persona en qué consiste la hipnosis, eliminando conceptos erróneos como la creencia en la pérdida de la conciencia y de la voluntad, o en la posibilidad de quedar hipnotizado para siempre o de que aparezcan psicopatías latentes. Así mismo se le pide colaboración, ya que sin ella sería imposible realizar los ejercicios.

Se le indica al paciente que no debe esforzarse por cumplir las sugestiones o indicaciones ya que esto automáticamente las bloquea, tampoco debe preocuparse por ruidos o distractores, debe dejarlos pasar, dejándose llevar tranquilamente.

APLICACIÓN DEL TEST DE HULL PARA PROBAR SUCEPTIBILIDAD A LA HIPNÓSIS.

Se le pide al paciente que permanezca de pie con los pies juntos y los brazos pegados al cuerpo, se le indica que se relaje y que cierre los ojos.

Se le indica que cuando el terapeuta toque su hombro notará cómo se balacea. Se le toca el hombro diciendo con voz firme, no autoritaria y repetitiva: “Te balanceas, nota cómo te balanceas, eso es muy bien”. Después se repite el ejercicio pero se le indica caída hacia atrás: “Nota como caes, caes…” Si la persona se balancea y cae, pero coloca una pierna para evitar la caída, se le indica que es susceptible pero que no confía en el terapeuta.

Se explica el segundo ejercicio. La persona tiene que levantar el globo ocular todo lo que pueda y manteniéndolo en esa posición bajar los párpados. En ese momento se le pide que abra los ojos. Si no puede hemos comprobado que sigue nuestras instrucciones y las entiende correctamente. Si los abre podremos asegurarnos de que no colabora o no entiende lo que se le pide. Ya que es imposible que los ojos puedan abrirse en esa posición. De no haber dificultades se pasa al ejercicio siguiente.

Pidiéndole al paciente que entrelace las manos, juntando las palmas y aplicando un poco de presión. El psicólogo coloca sus manos encima de las del paciente presionándolas sin hacerle daño, le indica que las apriete y mientras le mira fijamente a los ojos, se le dice. “Cuando quite mis manos, intentarás separar las tuyas y observarás que no podrás. Cuanto más intentes separarlas, más se pegarán, más apretadas estarán.” Si se cumple la sugestión, a los pocos segundos se le indica que ya puede separarlas, diciéndole que su reacción es potente y que puede hipnotizarse con facilidad.

Si se tiene éxito, se coloca, se acomoda a la persona en un sillón confortable y se le pide que mire a un punto que le haga elevar la mirada por encima de una línea imaginaria horizontal que divida el campo visual por la mitad sin levantar la cabeza. Se le indica que se concentre y atienda la voz del terapeuta y para que siga mirando fijamente el punto elegido y se le dice lo siguiente: “Notarás cómo los parpados cada vez pesan más y más, pesan y pesan, se cansan… notarás cómo te dan ganas de cerrarlos, porque pesan, se vuelven pesados… (Si comienza a cerrar los ojos)… cuando estén tan pesados que desees con fuerza cerrarlos, te concentrarás en mi voz y te relajarás profundamente. (Una vez cerrados)… Te relajas más y más, relaja tus piernas… (Se nombran todos los miembros, tronco y cabeza de forma ordenada). Tu cuerpo se hace cada vez más pesado, agradablemente pesado, más y más pesado… Notarás como te invade una

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sensación de flotación, como si flotaras en el agua o estuvieras suspendido en el aire”. Continúa…

Ahora trata de imaginar que vas cayendo y cayendo, como si bajaras por una escalera muy grande o por un tobogán muy, muy largo, mira como las cosas suben mientras tu bajas más y más y cada vez estás más relajado, profundamente relajado y pesado, relajado y pesado. Tu respiración es lenta, tranquila.

En este punto se pueden intentar varios ejercicios ideomotores, por ejemplo:

Ejercicio 1.

Ahora escúchame con atención. Comenzarás a notar como el brazo que tú desees se vuelve más liviano, ligero como una pluma y comienza a levantarse, como si algo lo presionara hacia arriba (un potente chorro de agua, o un globo que se llena de aire). Muy bien, eso es, observa cómo se levanta poco a poco… cuando se eleve unos 10 cm se le dice: “Ahora cuando cuente de 4 a 0, el brazo caerá y volverá a ser muy pesado… 4-3-2-1-0, muy pesado.

Ejercicio 2.

Ahora vamos a profundizar en la hipnosis, haciendo otro ejercicio. Voy a contar de 1 a 5, cuando llegue al 5 observarás que estás tan pesado que no podrás levantarte y permanecer erguido aunque quisieras (se repite la instrucción) 1, pesado; 2, como si fueras de plomo; 3, ya te costaría mucho esfuerzo levantarte; 4, como si estuvieras pegado, aplastado contra el sillón; 5, completamente pegado… ( Con tono de voz seguro y natural) intenta levantarte y mira como no puedes, cuanto más lo intentes menos podrás y más pesado estarás… (Si se cumple) Ahora contaré de 4 a 0 y cuando llegue a 0 estarás profundamente hipnotizado y relajado. Si el ejercicio falla se explica que es normal y se continúa con el estado de relajación.

Finalmente se aplican otras sugestiones tales como: “Cuando abras tus ojos te sentirás muy tranquilo, relajado, mucho mejor que antes” “Te sentirás muy motivado y dispuesto” “Sentirás que cualquier cosa que desees realizar se llevará a cabo”. Se deja que la persona disfrute de la relajación unos instantes antes de terminar (pueden ser 3 a 5 min).

INSTRUCCIONES PARA FINALIZAR.

Se le dice a la persona que ahora va a salir de la hipnosis, se le pide que imagine que camina, cada vez más de prisa, y se le sugiere que está cada vez más activado, pero relajado y despejado y que al contar de 1 a 5 tocaremos su frente podrá abrir los ojos y salir de la hipnosis sintiéndose muy bien.