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“METIS: LA DIOSA OCULTA DE LA TRADICIÓN MITOLÓGICA GRIEGA”.

(UNA DISERTACIÓN COSMOGÓNICA ENTRE HESIODO, APOLODORO Y EL ORFISMO).

Por: Ricardo Manuel Pilón Alonso (FFyL-UNAM)

Para los hombres de la antigüedad fue irresistible bajar del cielo la “idea” de algún

“dios” y materializarla en imágenes o figuras plasmadas en un plato, en una copa, en

una vasija… y en grado extremo, en una escultura de mármol, bronce o hierro; todo esto

con la única pretensión de traer ante sí la presencia de los “inmortales”. Los ejemplos

que constatan este hecho se pueden observar en la artesanía y el arte griego… Escenas y

figuras muestran a los “dioses” interactuando entre sí o simplemente representando

algún gesto característico de los cuales, nuestra “memoria”, vagamente conoce algunos

nombres: Zeus, Apolo, Atenea, Demetér, Afrodita… Si bien todos estos nombres

gloriosos de un pueblo, de suerte, los conocemos por el recuerdo de la palabra, no

siempre es afortunado que uno de esos nombres oculte su significado y sea para el

futuro una oscuridad. Para los “Dioses del Olimpo” es afortunado que su recuerdo

permanezca “presente” en nuestros días… siendo “antiguos”, no escapa a la vista que

son o fueron “dioses nuevos”… dioses procedentes de dioses “más antiguos”.

La palabra (µυθο) solo nos ha dejado algunos de esos “nombres” demasiado antiguos y

en muchos casos solo eso: un “nombre”…

Mucho tiempo ha pasado y el nombre de Metis (Μητις) es para la gran mayoría

“desconocido” y en muchos casos sin importancia. Hablar de ella es ampliar la palabra

de lo que en sí es palabra; pero tal palabra resulta demasiado comprometedora, en el

sentido de que todo aquello que creíamos conocer se desmoronaría y se quebrantaría,

poniendo en duda la base del cual se sostiene y al mismo tiempo revindicando lo que

yacía “oculto”. Hablamos pues de una muy profunda crítica a la tradición clásica de la

mitología griega y de lo que ello deviene, en general, del pensamiento griego. Lo que en

última consecuencia implica el “desgajamiento” histórico del mundo occidental.

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En un relieve en piedra tallada, datada del siglo III a.C., situado en Modena1, está

representada la imagen “antropomórfica” de una mujer – u hombre- en cuerpo desnudo

mirando de frente con suma omnipotencia; en la parte trasera de su espalda se puede

observa que le nacen unas alas que es símbolo propio de la “divinidad”; en su brazo

derecho sostiene una especie de cetro y en su brazo izquierdo sosteniendo con autoridad

un muy alargado báculo; pero de las peculiaridades del cual uno nota asombrado es,

primeramente, la cabeza de león que le “nace” entre su pecho y abdomen; luego,

segundamente, situado por arriba de su cabeza y por debajo de sus pies algo que semeja

a un cascarón de huevo partido en dos, como si naciera de ello la criatura, del cual mana

algo que semeja al vapor; pero sin duda lo que más llama la atención es la serpiente que

se enrolla ascendentemente por todo su cuerpo, cuya cabeza reposa sobre el cascarón

superior. En torno ha ésta figura circundan las doce casas del zodiaco, que no es otra

cosa que la representación del “cosmos” mismo, y en sus cuatro extremos, no

cardinales, cuatro cabezas que la observan: dos de ellas, las de su lado izquierdo, son de

hombre –por la barba que llevan- y las dos de su lado derecho pueden ser de mujer u

hombre joven… Esta obra escultórica no es otra cosa que la representación de Fanes

(Φάνης) que, en la cosmogonía órfica, tiene varios nombres: Protógono (Πρωτόγονον),

Eriquepeo o Ericepeo (Ήρικεπαιος), Eros (Έρως)… y Metis (Μητις). La serpiente que

la circunda enroscada no es sino otra de las divinidades “originarias” y sin duda la más

antigua del cual se tiene noticia en el mundo griego: Ananke (Άνάγκη), que en nuestra

lengua se traduce como la “Necesidad”.

¿Quién es ésta Diosa o Dios que, en esta representación escultórica, tiene gran peso

sobre la cosmovisión clásica griega? Solo, para los entendidos en lo griego, se tiene

noticia de esta divinidad previamente en Hesíodo (Teogonía) y Apolodoro (Biblioteca);

1 Galería Esténse, Módena, al Norte de Italia en la llanura padana.

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pasajes cuyo papel “cósmico” tuvo suma importancia en la “transformación”

cosmogónica que va de lo antiguo a lo nuevo, es decir, del “origen” de los tiempos hasta

la conformación “simétrica” del Olimpo… He aquí la gran interrogante del cual manan

nuestras dudas, pues lo que creíamos que era la visión griega del mundo resulta en sus

“antecedentes mutilados” algo del cual “sospechar”. En este sentido, mostraremos,

propiamente de las fuentes, cómo una divinidad arcaica olvidada tiene implicaciones

“críticas” en el supuestamente establecido “pensamiento occidental”, y más

específicamente en uno de sus conceptos propia e históricamente occidental: la

“medida” (Μέτρον)…

I. Del nacimiento y descendencia de Metis.

Solo tres fuentes existen sobre a lo que esta divinidad se refiere, dos de ellas son obras

clásicas de la mitología griega: la “Teogonía” de Hesíodo y la “Biblioteca mitológica”

de Apolodoro; y la tercera es un conjunto de diversas fuentes en su mayoría

fragmentarias y que denominaremos fuentes “órficas”. De las dos primeras con la

tercera hay una clara diferencia en lo que a sus contenidos aluden de esta divinidad:

1). Sobre el “nacimiento” de Metis en Hesíodo y Apolodoro solo se hace mención de

ser una de las tres mil “oceánidas” (Ώκεανίδες) hijas de Océano (Ώκεανω) y Tetis

(Τηθυς)2; mientras en los “testimonios órficos” se describe con lujo de detalle -y en la

que se exponen varias imágenes “simbólico-místicas”- su nacimiento3: aquí, su

procedencia, le viene de las “potencias originarias” –Caos (Χάος), Noche o Nicte (Νύξ),

Erebo (Έρεβος), Éter (Αιθήρ)-, engendrada en un huevo de plata, por la Noche y el

2 Ver (Teogonía, 358-363 y Biblioteca, II, a). 3 Varias de las fuentes “órficas” son discutibles en lo que respecta a algunos detalles, pero, independientemente de los detalles, se constata: a) ser hija de la Noche (Nicte); b) que nació de un “huevo”; c) que es una criatura “antropomórfica” con alas y de doble sexo; y d) que es la “contraposición” de la Noche que representa a la “luz”, de ahí su nombre “Fanes”. Ver sobre el nacimiento de Metis o Fanes “La sabiduría griega” de Giorgio Collli, Testimonios Órficos, A 24, B 28, B 43, B 47, B 68, B 72, B 73 y B 75.

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Caos, nace de entre la “oscuridad” como la “Luz primigenia”, Fanes o “el que

manifiesta la luz”4…

2). En cuanto a su descendencia, Hesíodo5 y Apolodoro6 mencionan que es madre de

Atenea, cuyo padre es Zeus, y que por razones de un oráculo fue tragada al estar

preñada de esta diosa. En los testimonios órficos, según Proclo, tuvo a una hija a la cual

“corto la flor virginal”7 –probablemente Atenea8- y de Equidna (Έχιδνα), según

Atenágoras9. Pero según en otra fuente, muy posterior a la época de los mitos, Platón

hace mención de un hijo de Metis: Poros (Πόρος)10, que junto con Penia engendraron a

Eros. Si bien este dato es un tanto tardío, no deja de llamar la atención su contacto con

la cosmogonía órfica; Poros es el hijo, que según el oráculo, derrocaría a Zeus, pero en

toda la mitología griega este dios pareciera no tener relación alguna con el “panteón

olímpico”, en el sentido de que no existe, salvo en otra fuente muy antigua perteneciente

a un poeta lírico: Alcmán, y en el que ese dios probablemente tiene una procedencia

Espartana: “Todos se sometieron a Aisa y Poros, los más antiguos dioses”11.

Esto permite suponer, en especial de los “testimonios órficos”, que Metis tiene un

importante papel dentro de la cosmogonía griega arcaica; pues ella es la “primogénita”

de las “potencias originarias” del cosmos, como aluden Hesíodo y Homero en sus

cosmogonías: pues refieren como principio de todo a la Noche y al Caos. Este lazo no

4 Sobre el significado de “Fanes”: Diccionario Espasa Mitología Universal. Edt. Espasa-Calpe, Madrid, 2000, p.328. 5 Hesíodo. “Teogonía”. 885. y Hesíodo. “Fragmentos”. Frg. 343. 6 Apolodoro. “Biblioteca”. III, 6. 7 Colli, G. “La sabiduría griega”: Testimonios órficos, B 48. 8 Ver Esquilo. Euménides. 734: “Esta es mi función: juzgar la última. Yo añadiré mi voto a los que defienden a Orestes; no tengo madre que me haya dado a luz, y en todo, salvo en concertar nupcias, me decido por el varón con toda el alma: sin duda estoy al lado del padre. Así no me preocuparé del destino de una mujer que ha muerto al marido, guardián de la casa”. En este pasaje Atenea declara su “masculinidad”, mientras en Eurípides, Ion 269, confirma su intacta “virginidad”. Esto da entender aquello de que su “flor virginal” fue cortada por Metis. 9 Op. Cit., B 34 (Equidna = Víbora) 10 Platón. “Banquete”. 203 b 11 Ferraté, Juan. “Líricos griegos arcaicos”. Alcmán. 1, estr. 2. (Tanto en Platón como en Alcmán, Poros significa “Recurso”).

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puede dejarse pasar por alto, ¿cómo explicar el hecho de que en la mitología clásica

griega, la omisión de Metis, terminara por ocultar su “importancia” en el

desenvolvimiento “cósmico”? No podemos afirmar, simplemente, una arbitrariedad por

parte de los griegos en los fundamentos del cual mana su mitología; pero, por ejemplo,

resulta sospechoso que Hesíodo y Apolodoro traten de situarla dentro de la

descendencia de Océano como una de tantas hijas, pero luego le asignan uno de los más

grandes atributos del cosmos: la suprema “sabiduría”. ¿Cómo borrar la huella del

pasado sin romper al mismo tiempo con él? Los dioses antiguos son una gran carga para

aquellos que quieren inaugurar una “identidad” propia, una identidad “nueva”. Para la

mitología clásica lo “nuevo” y lo “antiguo” quedó resuelto en la batalla, es decir, en una

guerra cósmica. Ello explica la razón de muchos aspectos clave en la mitología griega:

la mutilación fálica de Urano (Ουρανός) por Crono (Κρόνος) y la guerra de los Titanes

(Τιτανες), fue, en cierto sentido, el modo de “purgar” la parte “ajena” y “no-griega” de

lo llamado “griego”, pero sin romper los “lazos”. La excesiva “lujuria” de Urano, la

“locura” de Crono, la “brutalidad” de los Titanes y que decir de las “fuerzas” originarias

(Noche y Caos), es en el pensamiento griego algo al cual contraponerse y del cual

lograría resolver con su contrario: la “luz”12. Hesíodo y Apolodoro destruyen algunos

dioses, a otros encadena y encierra, a otros mutila y en casos muy particulares jubilan a

los “viejos” dioses… Pero ¿y Metis? Ella lleva consigo “la semilla” primigenia de las

“fuerzas originarias”… bien dice aquel antiguo proverbio: “¡Insensato el que, tras matar

al padre, deja vivos a los hijos!”13. ¿Cómo dejar intacto el “fundamento” y al mismo

tiempo deslindarse de él?...

II. El destino de una diosa y la alegoría de los dioses griegos…

12 “Luz” que en griego sería φάος y que ese deriva de φανή o φανός que significa “antorcha”. 13 Ciprias. 25 [en Clemente de Alejandría. Stromateis. VI 2, 19, 1]

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Relatan Hesíodo y Apolodoro que Metis fue tragada por Zeus, tras enterarse éste de que

un hijo de ella lo derrocaría14… ¿Extraña coincidencia? El oráculo viene de la

“multinutricia” Tierra, madre y esposa de Urano, así como también madre de los

“Titanes”… ¿No es acaso también abuela de los olímpicos? Por ella se mutilo a Urano;

por ella Crono fue atado y arrojado al Tártaro; por ella fue la causa de que por un

instante, Zeus, fuera derrocado por Tifón… Entonces ¿no es el oráculo una maldición

para toda una cadena de descendientes? La Tierra es el deseo de todo Dios griego, en

ella desenvuelven su actividad “divina”, porque buscan poseerla y dominarla. Este es un

punto importante: tras la derrota de lo antiguo y primigenio, la guerra fue un constante

categórico para los dioses nuevos. El “mundo olímpico” solo buscaba la “diferencia”

que se resolvía en lo “único”… Lo “uno” del cual derivan los ideales griegos de la

“perfección”, la “justicia”, la “ley”, lo “bello”…el “bien”. Para que todo esto se

produjera era indispensable que Zeus echara mano de la “medida”, es decir de aquello

que la produce. Relata Apolodoro que “Zeus se une a Metis, que había tomado

múltiples formas para eludir la unión…”15 De las muchas diosas que había, tras

derrotar a Crono y los Titanes, la primera que eligió, sin vacilar, para matrimoniarse fue

a Metis, “la diosa que más sabía entre dioses y hombres”. Porque solo ella podía

afectar al cosmos, porque solo ella podía derrotar a Crono sin la necesidad de la

“fuerza”, es decir, con la “astucia” y el “engaño”… El dominio sobre el cosmos estaba

resuelto: Zeus tenía que “apoderarse” de ese “poder” y ello ocurre tras tragarse a

Metis… Bien dicen aquellos de que los hijos son la viva imagen de los padres, para

Zeus, que haría lo mismo que su padre con sus hermanos, era la acción propia de un

“crónida”: hacer violencia sobre lo que se quiere poseer… Ahora comprendemos

porque el pensamiento griego en todo su esplendor –siglo V y VI a.C.- se miraba así

14 Hesíodo. “Teogonía”. 886-896. y Apolodoro. “Biblioteca”. I, 3, 6. 15 Apolodoro. “Biblioteca”. I, 3, 6.

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mismo, cual Narciso, ante el espejo su obra, como el pueblo que todo lo puede medir,

incluso a sus dioses… El papel “originario” de Metis era la de “custodiar” el cosmos,

era el demiurgo que muchos filósofos de la naturaleza “intuían”, pero que habían

olvidado su nombre tiempo a tras. El hombre griego que buscaba la unidad, con el

tiempo, se empezaría a fragmentar… El mundo olímpico era una “unidad” el cual estaba

contenido de democracia, aristocracia y oligarquía al mismo tiempo; su simetría

perfectamente limitada en cielo, mar e infra-mundo, permitía a los dioses convivir

“armoniosamente” de acuerdo a los límites establecidos… Cuenta Homero en la Ilíada

que los dioses del Olimpo habían tratado una vez de derrocarlo16 y que no habiendo

logrado tal objetivo Zeus acento su autoridad imponiéndose como el “único” gobernante

y castigando a los rebeldes. La “unidad” se había vuelto un estigma para el hombre que

nunca fue, en lo griego, algo “claro” en su origen… Solo entonces se había venido

afirmando que el hombre, pese a su finitud, era hijo de los dioses; y en ese supuesto lazo

divino, siempre mirando al cielo, el griego buscaba la manera de alcanzar la sima de la

“inmortalidad” y el “reconocimiento” individual… “ser uno con todo”17 escribirá con

certeza Hölderlin… ¿pero cómo se lograría tal privilegio si desde un principio el

hombre estaba maldito por el “engaño” de Zeus y la “estupidez” de Pandora? Para el

griego solo había dos caminos: ser un héroe o ser un sabio… Zeus nunca se imagino

tener una hija nacida de su cabeza quien, se supone e insinúa Apolodoro, debía

desaparecer al ser tragada junto a su madre Metis. Atenea nació armada y en un grito

que estremeció al cosmos surgía otra era… Nadie nunca se imagino que el papel de

Atenea tenía que ver con la “sabiduría”, pero no era esa “sabiduría” originaria que

consistía en la “contemplación” del cosmos, sino en esa “sabiduría” de “poseer” el

cosmos: la sofisticación… Solo entonces unos cuantos hombres griegos, los sabios y los

16 Homero. Ilíada. I, 395 17 Hölderlin. “Hiperión”. I, 1, p. 25

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filósofos, apelaban al “origen”; mientras la parte pública y política a lo otro… La fusión

de Zeus y Metis siempre fue una amalgama extraña, pues el dios que todo lo quería

contener en el “uno” nunca le fue posible ocultar la parte del “origen”… “Metieta Zeus”

era el epíteto mas característico de este dios y así se lee en Homero, Hesíodo,

Apolodoro, Órficos… En la cúspide del pensamiento griego ya nadie veía el “origen” y

más bien se “inventaron” un sin numero de “orígenes” al cual llamaron “principio”…

agua, aire, apeirón, fuego, nous, átomo… El mito había perdido fuerza y se distorsiono

al nacimiento de la filosofía, solo entonces se la consideraba como un agregado en la

poesía… Pero en la filosofía también habría una fractura y cuando se separó ese trozo,

que en la lengua griega no tiene palabra asignada, mas tarde se la llamaría “ciencia”…

La “medida”, herencia griega a los pueblos de occidente, siempre se la entendió en un

solo sentido: la imposición del “limite” en las partes del todo… Pero originariamente la

medida fue: la comprensión del “limite” del todo y sus partes… Es decir, Metis.

BIBLIOGRAFÍA. FUENTES:

- HESÍODO. “Teogonía”. Edit. BSGRM-UNAM, México, 1978. Texto griego-español.

- APOLODORO. “Biblioteca”. Edit. Akal, Madrid, 1987.

- APOLLODORUS. “The Library”. Edit. The Loeb Classical Library, Cambridge-Massachusetts-London,

1967. Texto griego-inglés.

- COLLI, GIORGIO. “La sabiduría griega” [“Testimonios órficos”]. Edit. Trotta, Madrid, 1995. Texto

griego-español.

- HOMERO. “Ilíada”. Edit. BSGRM-UNAM, México, 2005. Texto griego-español.