mestizaje nacional una historia “negra” por contar

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Mem.soc / Bogotá (Colombia), 14 (29): 91-105 / julio-diciembre 2010 / 91 Mestizaje nacional: una historia “negra” por contar National miscegenation: a “negro” history yet to be told Mestiçagem nacional: una história “negra” a ser contada Diana Catalina Zapata-Cortés Historiadora de la Universidad de los Andes, Bogotá. Correo electrónico: [email protected] Este artículo se desprende de la monografía de grado presentada para optar por el título de historiadora en la Universidad de los Andes, titulada: “Entre danzas, tambores y rezos: somos colombianos. Representaciones del negro en la obra folclórica de Delia y Manuel Zapata Olivella (1950-1970)”, la cual fue realizada bajo la dirección de Eduardo Restrepo Durán. Resumen Este trabajo analiza la representación del “negro” en las iniciativas y los espacios de difusión folclórica que proliferaron entre las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo xx, como producto de un contexto social y político caracterizado por la necesidad de redefinir las identidades nacionales latinoamericanas. En Colombia, este proceso fue iniciado en los años treinta a través de la política educativa de la República Liberal, y articulado a partir de la noción de “nación mestiza”. Específicamente, el presente documento revisa con atención la obra y la gestión cultural desarrolladas por Delia y Manuel Zapata Olivella, dos figuras del ámbito cultural e intelectual del país, que se dieron a conocer a mediados del siglo pasado gracias a sus aportes en la comprensión del folclor y la inclusión del “negro” dentro de la memoria nacional. Palabras clave Representaciones, “negro”, mestizaje, folclor, Delia y Manuel Zapata Olivella. Palabras clave descriptor Representaciones, Negro-Meztizos, Colombia Keywords Plus Representation, “negro”, mestizaje, Colombia Abstract This work analyzes the “negro” representation in the projects of folklore diffusion that spread in the decade 1950-1960 as a product of a socio-political context characterized for its need to redefine national Latin-American identities. In Colombia, this process started in 1930 through the Liberal Republic educational policy, and was designed from the idea of a “mixed race country”. The following document carefully explores the work and cultural management exerted by Delia and Manuel Zapata Olivella, two important milestones in the intellectual and cultural fields of the country. They became known for their contribution to the understanding of folklore and the inclusion of “negros” within national memory. Keywords Representation, “Negro”, Mestization, Folklore, Delia and Manuel Zapata Olivella. Resumo Este trabalho analisa a representação do negro nas iniciativas e nos espaços de difusão folclórica que proliferaram durante as décadas de cinqüenta e sessenta do século xx, como produto de um contexto social e político caracterizado pela necessidade de redefinir as identidades nacionais latino- americanas. Na Colômbia, este processo foi iniciado nos anos trinta através da política educativa da República Liberal, e articulado a partir da noção de “nação mestiça”. O presente documento analisa especificamente e revisa com atenção a obra e a gestão cultural desenvolvidas por Delia e Manuel Zapata Olivella, duas figuras do âmbito cultural e intelectual do país, que começaram a ser conhecidos na metade do século passado graças as suas contribuições para a compreensão do folclore e a inclusão do negro dentro da memória nacional. Palavras chave Representações, “negro”, mestiçagem, folclore, Delia e Manuel Zapata Olivella.

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Mestizaje y nación

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  • Mem.soc / Bogot (Colombia), 14 (29): 91-105 / julio-diciembre 2010 / 91

    Mestizaje nacional: una historia negra por contarNational miscegenation: a negro history yet to be told

    Mestiagem nacional: una histria negra a ser contada

    Diana Catalina Zapata-CortsHistoriadora de la Universidad de los Andes, Bogot. Correo electrnico: [email protected]

    Este artculo se desprende de la monografa de grado presentada para optar por el ttulo de historiadora en la Universidad de los Andes, titulada: Entre danzas, tambores y rezos: somos colombianos. Representaciones del negro en la obra folclrica de Delia y Manuel Zapata Olivella (1950-1970), la cual fue realizada bajo la direccin de Eduardo Restrepo Durn.

    ResumenEste trabajo analiza la representacin del negro en las iniciativas y los espacios de difusin folclrica que proliferaron entre las dcadas de los cincuenta y los sesenta del siglo xx, como producto de un contexto social y poltico caracterizado por la necesidad de redefinir las identidades nacionales latinoamericanas. En Colombia, este proceso fue iniciado en los aos treinta a travs de la poltica educativa de la Repblica Liberal, y articulado a partir de la nocin de nacin mestiza. Especficamente, el presente documento revisa con atencin la obra y la gestin cultural desarrolladas por Delia y Manuel Zapata Olivella, dos figuras del mbito cultural e intelectual del pas, que se dieron a conocer a mediados del siglo pasado gracias a sus aportes en la comprensin del folclor y la inclusin del negro dentro de la memoria nacional.

    Palabras claveRepresentaciones, negro, mestizaje, folclor, Delia y Manuel Zapata Olivella.

    Palabras clave descriptorRepresentaciones, Negro-Meztizos, Colombia

    Keywords PlusRepresentation, negro, mestizaje, Colombia

    AbstractThis work analyzes the negro representation in the projects of folklore diffusion that spread in the decade 1950-1960 as a product of a socio-political context characterized for its need to redefine national Latin-American identities. In Colombia, this process started in 1930 through the Liberal Republic educational policy, and was designed from the idea of a mixed race country. The following document carefully explores the work and cultural management exerted by Delia and Manuel Zapata Olivella, two important milestones in the intellectual and cultural fields of the country. They became known for their contribution to the understanding of folklore and the inclusion of negros within national memory.

    KeywordsRepresentation, Negro, Mestization, Folklore, Delia and Manuel Zapata Olivella.

    ResumoEste trabalho analisa a representao do negro nas iniciativas e nos espaos de difuso folclrica que proliferaram durante as dcadas de cinqenta e sessenta do sculo xx, como produto de um contexto social e poltico caracterizado pela necessidade de redefinir as identidades nacionais latino-americanas. Na Colmbia, este processo foi iniciado nos anos trinta atravs da poltica educativa da Repblica Liberal, e articulado a partir da noo de nao mestia. O presente documento analisa especificamente e revisa com ateno a obra e a gesto cultural desenvolvidas por Delia e Manuel Zapata Olivella, duas figuras do mbito cultural e intelectual do pas, que comearam a ser conhecidos na metade do sculo passado graas as suas contribuies para a compreenso do folclore e a incluso do negro dentro da memria nacional.

    Palavras chaveRepresentaes, negro, mestiagem, folclore, Delia e Manuel Zapata Olivella.

  • 92 / Vol. 14 / N 29 / julio - diciembre de 2010 Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 93

    Introduccin

    Este artculo rene los resultados de la investiga-cin sobre las representaciones del negro en las iniciativas y los espacios de difusin folclrica que proliferaron entre las dcadas de los cin-cuenta y los sesenta del siglo pasado. Puntual-mente, se aborda la perspectiva de dos figuras de la intelectualidad negra, Delia y Manuel Za-pata Olivella, quienes se comprometieron con la divulgacin e investigacin del folclor como resultado de un fuerte activismo poltico y so-cial, iniciado en una etapa temprana de sus vi-das. El cuerpo documental analizado deriva de un periodo de intenso y cercano trabajo realizado por los dos hermanos, que comenz a principios de los aos cincuenta con el objeto de estudiar y recopilar las expresiones culturales de aquellos sectores tradicionalmente menospreciados como creadores de nuestra historia nacional1. Desde entonces, los hermanos se empezaron a destacar en la tarea de mostrar a la sociedad el reflejo de una realidad con la cual no se sentan plenamen-te identificados aun cuando la conocan2. La tra-yectoria consolidada en esta labor les otorga hoy en da un importante reconocimiento como lde-res sociales y como pioneros de los movimientos afrocolombianos del presente.

    Junto con la institucionalizacin de la antropologa, la promocin de diferentes actividades cultura-les y las investigaciones de carcter folclrico se hicieron visibles en los aos cincuenta, incluso una dcada antes. Dichas iniciativas ayudaron a articular en los mbitos institucional, cultural y social la contradictoria pero poderosa idea de la nacin mestiza colombiana, convirtindose en el fundamento de una identidad compartida de ndole popular3. Esta caracterstica del con-texto sociocultural en el cual emergi el traba-jo de los hermanos Zapata Olivella, convirti la

    1 Manuel Zapata Olivella, Delia Zapata Olivella precursora de la in-

    vestigacin de nuestra identidad, documento indito consultado

    en la Fundacin Instituto Folclrico Colombiano Delia Zapata

    Olivella.

    2 Manuel Zapata Olivella. El abridor de caminos, dirigida y producida

    por Mara Adelaida Lpez (2007).

    3 Mara Paola Chaves Olarte. Lo popular imaginado: para una ge-

    nealoga del discurso folclrico en Colombia, 1850-1950 (Tesis

    de pregrado, Universidad de los Andes, 2002).

    indagacin sobre la representacin del negro en una exploracin sobre las posibilidades y li-mitaciones que tuvo dicha idea para integrar y revalorar la posicin de aqul dentro de nuestra memoria histrica y social. La comprensin y anlisis permitieron evidenciar la potencialidad que tuvo en su momento para reposiciones lo negro y lo afro, sin que ello hubiese implicado desconocer las ambivalencias y contradicciones denunciadas inicialmente por destacados auto-res como Peter Wade4, Nina Friedemann5, Jaime Arocha6 y Kiran Asher7.

    El proceso de reconfiguracin nacional, encarnado a mediados del siglo pasado en la proclamacin de la nacin mestiza, es concebido como una [re] construccin simblica de una comunidad, en el que la ritualizacin de un conjunto de ca-ractersticas compartidas permite definir parti-cularidades y diferencias hacia otros colectivos de individuos8. Sin embargo, los procesos de cons-truccin simblica de un nosotros implican un intrincado y complejo poder cultural, amparado en la posibilidad de construir las diferencias, sig-nificarlas y usarlas para legitimar un orden so-cial9, en este caso materializado por el Estado nacional, el cual se acomoda histricamente de acuerdo a las dinmicas y las relaciones sociales especficas que le dan lugar.

    El anlisis del mestizaje tiene una relevancia vital para las sociedades latinoamericanas, ya que los diversos procesos de consolidacin nacional han sido estructurados a partir de rdenes sociales

    4 Peter Wade, Gente negra, nacin mestiza: dinmica de la iden-

    tidades raciales en Colombia (Bogota: Universidad de Antioquia,

    1997).

    5 Nina S. de Friedemann, Estudios de negros en la antropologa

    colombiana, en Un siglo de investigacin social antropolgica

    en Colombia, ed. Jaime Arocha y Nina S. de Friedemann (Bogot:

    Etno, 1984), 507-572. Nina S. de Friedemann, Negros en Colombia

    e invisibilidad, Amrica Negra, no. 3 (1992): 25-35.

    6 Jaime Arocha, La inclusin de los afrocolombianos meta inal-

    canzable?, en Afrocolombianos. Geografa humana, comp. Adria-

    na Maya (Bogot: Instituto Colombiano de Cultura Hispnica,

    1998), 341-349.

    7 Kiran Asher, Black and Green. Afro-Colombians, Development,

    and Nature in the Pacific Lowlands (Duke: Duke University Press,

    2009).

    8 Peter Burke, Historia y teora social (Mxico: Instituto Mora, 1997),

    70-73.

    9 Stuart Hall, The Work of Representation, en Representation:

    Cultural Representation and Signifying Practice, ed. Stuart Hall

    (London: Open University - Sage Publication, 1997), 13-74.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 93

    altamente racializados, de origen colonial10. Las contradicciones implcitas en el mestizaje, como una herramienta ideolgica en manos de las li-tes latinoamericanas, han sido centro de amplios debates dentro de la academia. Sin embargo, diferentes autores tambin se han ocupado de revisar las mltiples perspectivas y posibilidades que rene esta categora, para estructurar discur-sos contrahegemnicos y estrategias de inclusin por parte de diferentes grupos sociales. Algunos aportes a esta perspectiva han sido hechos por Peter Wade11, en una segunda revisin al pro-blema del mestizaje, pero esta vez mirado desde abajo; Jorge Klor de Alva12, quien habla sobre la importancia que tiene la apropiacin de las categoras etnoraciales por parte de los grupos subalternos, dentro de la revisin conceptual de colonialidad y postcolonialidad latinoame-ricanas, y Marisol de la Cadena13, que hace su aporte en la regin andina a partir del desarrollo terico e histrico como categora hbrida del mestizaje. Otros acercamientos similares han sido realizados por Florence Mallon14, Charles Hale15 y Jeffrey Gould16.

    A partir de la misma perspectiva posestructuralis-ta, el negro es abordado como una categora de alteridad significante basada en demarcadores raciales, cuya percepcin est sujeta a una conti-nua transformacin de acuerdo con los contextos espaciales, temporales e institucionales, y con el uso particular dentro una circularidad de poder

    10 Peter Wade, Poblacin negra y la cuestin identitaria en Amrica

    Latina, Universitas Humanstica, no. 65 (2008): 117-137.

    11 Peter Wade, Repensando el mestizaje, Revista Colombiana de

    Antropologa, no. 39 (2003): 273-296.

    12 Jorge Klor de Alva, The Postcolonization of the (Latin) American

    Experience: a Reconsideration of Colonialism, Postcolonialism

    and Mestizajes, en After Colonialism, Imperial Histories and

    Postcolonial Displacements, ed. Gyan Prakash (Princeton: Prince-

    ton University Press, 1995).

    13 Marisol de la Cadena, Son los mestizos hbridos? Las polticas

    conceptuales de las identidades andinas, Universitas Humansti-

    ca, no. 61 (2006): 51-84.

    14 Florencia E. Mallon, Constructing mestizaje in Latin America: Au-

    thenticity, Marginality and Gender in the Claiming of Ethnic Iden-

    tities, Journal of Latin American Anthropology 2, no. 1 (1996):

    170-181.

    15 Charles Hale, Mestizaje, Hybridity, and the Cultural Politics of Dif-

    ference in Post-Revolutionary Central America, Journal of Latin

    American Anthropology 2, no. 1 (1996): 34-61.

    16 Jeffrey Gould, Gender, Politics, and the Triumph of Mestizaje in

    Early 20th Century Nicaragua, Journal of Latin American Anthro-

    pology 2, no. 1 (1996): 4-33.

    cultural que construye y modela nuestras percep-ciones de realidad17. En nuestro pas, la cons-truccin, representacin y percepcin del negro han constituido un punto permanente de tensin, convirtindolo en un campo de significados que expresa relaciones de poder asimtricas, as como sus cambios y transformaciones. En particular, el mito de la democracia racial colombiana ha ten-dido a desconocer las formas de discriminacin y violencia implcitas en la vigencia de divisiones raciales y culturales como bases estructuradoras de las jerarquas sociales.

    Nacin mestiza y cultura popular

    La creacin artstica e investigacin cultural deDe-lia y Manuel Zapata Olivella nacieron de un trasfondo histrico, poltico e institucional carac-terizado por un acelerado proceso de moderni-zacin18. Las transformaciones percibidas desde el comienzo de los aos treinta, obligaron pro-gresivamente a replantear las relaciones entre las clases dominantes y el heterogneo sector popu-lar, el cual se consolidaba como un actorpoltica-mente activo y determinante dentro del estrecho sistema bipartidista colombiano19. LaRepblica Liberal interpret con habilidad las nuevas de-mandas y tensiones sociales a travs de un pro-yecto poltico con dos objetivos centrales: lograr una modernizacin social dirigida a catalizar las nuevas fuentes y formas de conflicto, a travs de un paquete de reformas sociales e instituciona-les. Sin embargo, la efectividad de estas reformas tambin demandaba de un poderoso esfuerzo de refundacin nacional que obligara a replan-tear los referentes de una identidad colectiva. En consecuencia, modernizar la sociedad colombia-na signific desplegar un conjunto de iniciativas enfocadas a construir una nacin popular, para que la heterogeneidad de los grupos populares pudiera ser integrada de forma positiva dentro de los derroteros de progreso que signaron esta

    17 Hall, The Spectacle of the Other, en Representation: Cultural

    Representation, 223-290.

    18 David Bushnell, Colombia, una nacin a pesar de s misma (Bogot:

    Planeta, 2003), 249-274.

    19 Renn Silva, Repblica Liberal y cultura popular en Colombia

    1930-1946 (Cali: Universidad del Valle, 2002).

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    poca. Adems, deba funcionar como un me-canismo de cooptacin poltica de dicha fuerza social20.

    La poltica educativa, especialmente el vasto pro-yecto cultural desarrollado por los gobiernos de la Repblica Liberal, se convirtieron en la herra-mienta fundamental para re-conocer la variedad de grupos de mestizos, mulatos, negros e indgenas a travs de sus caractersticas sociales y culturales, pues esta particularidad racial y cul-tural segua considerndose el mayor obstculo para el progreso en las sociedades latinoamerica-nas21. Los prejuicios persistentes se haban arrai-gado en la conciencia de los grupos dominantes gracias a los discursos positivistas sobre la raza22, que eran legitimados y colectivizados a travs del aparato educativo monopolizado por la Iglesia catlica, el cual se fundament en la lengua, la re-ligin y la historia republicana, en detrimento de los rasgos alusivos a lo indgena y a lo negro.

    En contraste, la oficina de cultura popular, de la extensin cultural anexa al Ministerio de Edu-cacin23, jug un papel determinante con ini-ciativas y proyectos que buscaron recuperar y promocionar el folclor, convirtindolo en una alternativa de afianzamiento nacional a partir de la constitucin de un cuerpo de tradiciones compartidas. Segn De la Cadena, el hermana-miento conceptual entre raza y cultura, produjo bio-polticas con vocacin culturalista que no se orientaban a una modificacin biolgica de los cuerpos, sino al mejoramiento de las almas ra-cialmente concebidas24. Este proceso implic una imagen ambigua y a veces contradictoria del

    20 En el primer captulo de la investigacin de la que se desprende

    este artculo, se hace una detallada construccin histrica y te-

    rica de estas dos categoras, las cuales fueron escogidas arbitra-

    riamente con el fin de sintetizar el espritu general del contexto

    que dio lugar a la institucionalizacin de los estudios folclricos

    durante la Repblica Liberal.

    21 Javier Senz O., De lo biolgico a lo social: saber pedaggico y

    educacin pblica en Colombia. 1903-1946, Etnias, educacin

    y archivos en la historia de Colombia. Archivo General Nacional

    (1995): 214-219.

    22 Se adopta la perspectiva analtica sobre el discurso de Foucault,

    ver: Hall, The Work of Representation, 50-65.

    23 Francisco Yez M., Algunos antecedentes sobre los estudios

    folclricos en Colombia, Revista Colombiana de Folklore, segun-

    da poca, no. 8 (1963): 153-183.

    24 De la Cadena, Son los mestizos hbridos?, 64.

    pueblo nacional, encarnado en el mestizo25; un aspecto modernizador que permiti revalorizar a los sectores subalternos, idealizando en estos una actitud y disposicin para el progreso. Indios, negros, mulatos y mestizos se convirtieron en actores necesarios y activos del cambio, eso s, previa condicin de su educacin y la promo-cin de una vocacin cultural. En contraste, la concepcin nacionalista utiliz la representacin tradicional del folclor para refundar los referen-tes nacionales a travs del mestizaje como proce-so modelador del ser colombiano. En sntesis, crear una cultura nacional y modernizar la so-ciedad signific darle vida al mestizo moderno y dejar morir las dems mezclas raciales y cultura-les caractersticas de nuestro pas26.

    Una perspectiva histrica de la nacin mestiza

    El optimismo puesto en la mezcla racial y cultu-ral como herramienta efectiva para integrar a la sociedad colombiana y propiciar su desarro-llo, aparece expresado de mltiples maneras en los trabajos hechos por Delia y Manuel Zapata Olivella. No es extrao encontrar frases como: Amrica, el continente donde no solo se alter-nan los rigorismos de sus climas, sino tambin todas las razas humanas27, o el coctel america-no con tres ingredientes mezclados en distintas proporciones que forman la sntesis de la unidad nacional28, entre otras referencias igualmente significativas. Como consecuencia de la dia-lctica de poder producida por la redefinicin de identidades nacionales latinoamericanas29,

    25 Renn Silva, Reflexiones sobre la cultura popular. A propsito de

    la Encuesta Folclrica Nacional, http://sociohistoria.univalle.edu.

    co/reflexiones.pdf (consultado el 15 de septiembre de 2009).

    26 De la Cadena, Son los mestizos hbridos?, 63-73.

    27 Manuel Zapata Olivella, La epopeya americana de los negros,

    Sbado. Diario al servicio de la cultura y democracia en Amrica

    [Bogot], 30 de octubre de 1948, 7.

    28 Velorio del boga adolescente. Fundacin Instituto Folclrico Co-

    lombiano Delia Zapata Olivella.

    29 Este fue un proceso comn en casi toda Latinoamrica, ligado al

    fracaso de los modelos polticos oligrquicos, el final del boom

    de las economas agroexportadoras y la emergencia de gobier-

    nos apoyados en el respaldo poltico de las nuevas formaciones

    populares. Vase: George Reid Andrews, Empardecimiento y

    ennegrecimiento, en Afro-Latinoamrica. 1800-2000 (Madrid:

    Iberoamericana, 2007), 250-307.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 95

    dichas exaltaciones sobre la nacin mestiza son susceptibles de caer en la naturaleza conflictiva de esta categora. De acuerdo con Peter Wade30, los nacionalismos amparados en la mezcla racial involucran elementos altamente disonantes; su-ponen un orden hegemnico que produce dife-rentes formas de discriminacin, camufladas en una retrica de unidad, que jerarquiza ciertas ca-ractersticas como ideales del presente, mientras el negro y el indgena son valorados slo como un pasado fundacional. Sin embargo, la dinmica de interaccin e intercambio de elementos ofi-ciales y contrahegemnicos en la diversidad de formas que puede adoptar el mestizaje31, facilit que Delia y Manuel Zapata Olivella hicieran im-portantes contribuciones en la comprensin del mestizaje dentro de la formulacin de unaiden-tidad nacional colombiana, a partir de una aguda reevaluacin de las imgenes tradicionales de lo negro y de lo indgena32.

    En una primera revisin, la perspectiva expresada por los dos hermanos pareciera caer en los mis-mos problemas que denunciaban, privilegiando la universalidad nacional en un lenguaje demo-crtico y popular, tendiente a diluir las diferen-cias en un todos somos mestizos: hay que hacer mucha claridad para que el mestizo reco-nozca su nuevo estado cultural. En el cual ya no le es dado identificarse con el indio, con el negro, ni con el hispano como tal, sino con la suma to-tal de los tres33. No obstante, la exaltacin del mestizaje deja de parecer una referencia inocente sobre una posible homogeneidad si se tienen en cuenta sus vivencias en la Costa Atlntica, epi-centro de permanentes intercambios culturales, as como su activo compromiso con la voz de aquellos que no han tenido en sus manos los ins-trumentos para lograr obtener un espacio en las agendas culturales y polticas de la nacin34.

    30 Wade, Poblacin negra, 119-122.

    31 Mallon, Constructing mestizaje, 170-172.

    32 Khamla Leah Dhouti, Reconfiguring Mestizaje: Black Identity in the

    Works of Piri Thomas, Manuel Zapata Olivella, Nicols Guilln and

    Nancy Morejon (Tesis Doctoral, The University of Texas, 2002), 89.

    33 Manuel Zapata Olivella, Psicoantropologa y conducta del colom-

    biano, Revista de la Polica Nacional, no. 130 (1968): 67.

    34 Luca Ortiz, Chambac, Corral de Negros de Manuel Zapata Olive-

    lla. Un captulo en la lucha por la libertad, en Chambac, la historia

    la escribes t. Ensayos sobre la cultura afrocolombiana, ed. Luca

    Ortiz (Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 2007), 159.

    Lo homogneo se entiende como una historia com-partida de constantes mezclas e intercambios culturales tritnicos: en Colombia el equilibrio cultural no siempre corresponde a las mezclas de las razas. Lo ms importante es la constante integracin debido a las crecientes migraciones dentro del pas35. Por lo tanto, el optimismo ca-racterstico de las primeras impresiones se tradu-ce en la posibilidad de refundar la nacin a partir de una memoria histrica compartida, que per-mea todo el territorio nacional, pero que tambin permite explicar satisfactoriamente las diferen-cias regionales, culturales y raciales.

    Delia y Manuel Zapata Olivella dividen el territorio en cuatro unidades histrico-culturales diferen-tes, de acuerdo a la manera como interactuaron en el coctel americano [] los ancestros trit-nicos [] de la sntesis nacional36, estableciendo una clasificacin comn a todo el cuerpo docu-mental. La Costa Atlntica representa el mes-tizaje por la influencia del indio, el hispano y el negro en su conformacin histrica37; all la tr-gica historia de la trata negrera, explica la lnea acentuada del aporte negro38. En contraste, en la zona andina: el indio ha dejado su huella. El tinte mestizo cubre todas las formas de vida39, no obstante las huellas negras no son difciles de encontrar ya que son ampliamente conocidas sus races40. Por su parte, los valles no escapan de las tres races determinantes de toda nuestra msi-ca [] pero su dinmica, su integracin, sus ex-presiones tienen all una forma muy original de aglutinarse41, particularmente, el negro como boga [] dio la oportunidad para que mucho antes de la conquista y expansin de la cultura, imprimiera un canto y un acento que ya no pudo

    35 Manuel Zapata Olivella, Aportes materiales y psicoafectivos del

    negro en el folklore colombiano, en Boletn Cultural y Bibliogrfi-

    co de la Luis ngel Arango, no. 124 (1967): 1.385.

    36 Velorio del boga adolescente. Fundacin Instituto Folclrico Co-

    lombiano Delia Zapata Olivella.

    37 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica. Funda-

    cin Instituto Folclrico Colombiano Delia Zapata Olivella.

    38 Manuel Zapata Olivella, Razones del mestizaje folclrico colom-

    biano, Boletn Cultural y Bibliogrfico de la Luis ngel Arango, no.

    3 (1960): 164.

    39 1 Festival Folclrico Didctico. Fundacin Instituto Folclrico Co-

    lombiano Delia Zapata Olivella. Alcalda Mayor de Bogot d.e.

    40 Zapata O., Razones del mestizaje, 164.

    41 Manuel Zapata Olivella, La msica de los valles, Boletn Cultural y

    Bibliogrfico de la Luis ngel Arango, no. 7 (1961): 663.

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    olvidar42. Finalmente, en el litoral Pacfico: la presencia indgena, que an sobrevive en la ru-dimentaria vida; la nutrida poblacin negra que constituye la mayora, y la extraviada descenden-cia del conquistador, atrada por las leyendas del oro, ms que los ros aurferos, constituyeron una firme argamasa para la malatera y el mestizaje folclrico43.

    El anlisis del mestizaje como una experiencia histrico-cultural permanente y de larga dura-cin, demuestra que el problema no necesaria-mente radica en la falta de categoras para hablar de las alteridades caractersticas de la sociedad colombiana, es decir, que no desemboca necesa-riamente en la invisibilidad del negro a favor de la universalidad de una comunidad nacional44. Por el contrario, esta comprensin histrica po-tencializa un universo significante para posicio-nar al negro como una realidad sociocultural susceptible de ser definida e identificada en sus diferentes proporciones. Varias citas confirman lo anterior: acentuado aporte negro45; la par-ticipacin negra en la amalgama cultural de los litorales es particularmente evidente46; el influ-jo negroide47; en el altiplano, el bambuco recla-ma la mencin del negro48, o el negro imprimi al canto en los valles un acento que no pudo abandonar49.

    En definitiva, el negro se convierte en la herra-mienta explicativa central para resolver la ten-sin generada entre la sntesis nacional y las diferencias regionales o culturales. Mientras esidentificado en todo el territorio, las variacio-nes se explican a travs de su grado de participa-cin en un proceso comn de transculturacin,

    42 Zapata O., La msica, 663-664.

    43 Manuel Zapata Olivella, El tamborito y la mejorana, Boletn Cultu-

    ral y Bibliogrfico de la Luis ngel Arango, no. 7 (1961): 764.

    44 Esta aproximacin deriva de una interpretacin y apropiacin del

    argumento expuesto por Elizabeth Cunin en: Formas de cons-

    truccin y gestin de la alteridad, reflexiones sobre Raza y Et-

    nicidad, Estudios afrocolombianos. Aportes para un estado del

    arte: memorias del Primer Coloquio Nacional de Estudios Afroco-

    lombianos, comp. Axel Rojas (Popayn: Universidad del Cauca,

    2001), 59-73.

    45 Zapata O., Razones del mestizaje, 164.

    46 Zapata O., Aportes materiales, 1.388.

    47 Delia Zapata Olivella, El bullerengue, Colombia Ilustrada. La Re-

    vista de Coltejer al servicio de la cultura colombiana, no. 2 (1970).

    48 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica.

    49 Zapata O., La msica, 164.

    demostrando el carcter mestizo del negro co-lombiano, el cual no se expresa nicamente en los dos litorales. En La cumbia. Sntesis musical de la nacin colombiana50, Delia resume de forma ilustrativa este fenmeno: de origen mestizo [] ha debido pasar por sucesivas etapas de evo-lucin, desde su lejana inspiracin africana, es el negro, quien como bajero o minero, llev hasta la montaa toda su rica variedad de ritmos, motivo por el cual las tierras de la cumbia for-man, probablemente, el ms dilatado y variado latifundio del pas. En conclusin, y siguien-do el argumento de Tillis51, este proceso podra identificarse como el empardecimiento de la historia mestiza de la nacin.

    Historia negra / historia oculta del mestizaje

    Hasta el momento, he querido evidenciar que el mestizaje no slo funcion como una ideologa hegemnica til para sostener un orden socio-racializado de origen colonial, en medio de los cambios y las transformaciones que experimen-taba la sociedad colombiana a mitad del siglo xx, sino que tambin permiti abrir un amplio campo de significados, claramente contradicto-rio, para remitirse al negro e integrarlo de for-ma positiva a lo nacional. No obstante, un justo balance sobre los alcances y las limitaciones en el trabajo de los hermanos Zapata Olivella ameri-ta desentramar detenidamente la manera como fueron usadas las experiencias del negro para reconstruir la historia del mestizaje nacional.

    La idealizacin de la mezcla como nuestra reali-dad fundadora, no impidi que Delia y Manuel Zapata Olivella se preocuparan por demostrar el carcter violento y opresivo que signific para el negro el origen de la sociedad colom-biana. Las particularidades de los devenires his-tricos de la trata negrera en Colombia son un punto de inflexin permanente dentro del cuerpo

    50 Delia Zapata Olivella, La cumbia, sntesis musical de la nacin co-

    lombiana, Revista Colombiana de Folklore, segunda poca, no. 7

    (1962): 189-194.

    51 Antonio D. Tillis, Manuel Zapata Olivella and the Darkening of

    Latin American Literature (Columbia: University of Missouri Press,

    2005), 70-86, 126-133.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 97

    documental, donde invocaciones alusivas a la lle-gada del negro, como la siguiente, se encuen-tran con facilidad: Adems, las condiciones de esclavitud, encadenados y vigilados de cerca para que no huyeran, tampoco les daban oportunidad para reunirse en ceremonias religiosas, fuerte-mente reprimidas por la iglesia catlica. Todo esto contribuy a que el negro en Colombia, aun cuando se evadiera a la selva, no estuviera en condiciones de reconstruir formas materiales de su cultura52.

    Calificada con expresiones como la trgica trata negrera53, se pone en evidencia el inters de los autores por recuperar la conciencia histrica del negro en un proceso caracterizado por la perma-nente violencia fsica y simblica de parte de una cultura hegemnica, simbolizada por el opresor blanco y la religin catlica54. Sin embargo, este tipo de explicaciones sobre el origen del negro en una historia compartida, pone nuevamente en tensin la ambigedad del discurso mestizo. La idea de la ruptura con las culturas de origen africano revive la peligrosa imagen del negro como un ser desnudo de cultura, concepcin que ha fundamentado parte del conocimiento racializado caracterstico de la modernidad oc-cidental55. Esta perspectiva por s sola dificulta ver el mestizaje como un proceso multipolar con tres actores histricos, prestndose para una in-terpretacin tradicional como proceso de asimi-lacin negro. Las ambivalencias que suscitan las particularidades de la trata esclavista para el negro colombiano llegan a tal punto que a ve-ces permiten reproducir uno de los imaginarios ms conservadores como proceso civilizatorio: El espaol encuentra arcilla dctil para su labor civilizadora, toma del indio su aporte esquivo y del negro la entrega sin resistencia, perfilando el mestizaje con sustento bsico en su lengua, sus vestidos, sus instrumentos56.

    52 Zapata O., Aportes materiales, 1.385-1.386.

    53 Cabildo Chango. Fundacin Instituto Folclrico Colombiano Delia

    Zapata Olivella.

    54 Marvin A. Lewis, Violencia y resistencia, una perspectiva literaria

    afrocolombiana, Revista de Estudios Colombianos, no. 6 (2005):

    18-20.

    55 Hall, The Spectacle, 234-340.

    56 Zapata O., Razones del mestizaje, 164.

    No obstante, la construccin histrica del mesti-zaje a partir de la desestructuracin violenta del negro respecto a sus culturas de origen, tiene funciones especficas dentro del contexto de los autores. Por una parte, convierte la llegada del negro en el acontecimiento fundacional de la sociedad de Colombia y, por otra, tambin cues-tiona punzantemente la peligrosa idea sobre la democracia racial que dominaba entonces. Esta nocin, que idealiz la integracin nacional como un proceso de mestizaje-blanqueamiento armnico y sin conflicto, presupone la conviven-cia de la raza negra en un ambiente de relativa igualdad57. En contraste, la reconstruccin trit-nica hecha por los hermanos Zapata Olivella es un gran esfuerzo por demostrar el carcter opre-sivo sobre el cual se edific la nacin colombiana, que no se limit a una integracin simblica del negro. Al desarrollar una confrontacin cultu-ral y una lucha social, que combin lcidamen-te estrategias de marginalidad y estrategias de autenticidad58, evidenciaron la continuidad histrica de la violencia ejercida sobre el pue-blo colombiano, heredero de negros, indios, mulatos y mestizos59, los cuales seguan siendo marginalizados por el poder que tiene la clasi-ficacin etnoracial en la activacin de prcticas e ideologas racistas60: [] La estirpe mestiza, mulata, y zamba forjada en las canteras de los ros, selvas y ciudades Americanas tiene algo propio que decir, que se le apelotona en la garganta con sangres diversas y no puede expresarlo con otro idioma distinto al que ha logrado la inconmen-surable ecuacin de la sntesis racial61.

    La fuerza vista en el mestizaje como herramienta integradora de la sociedad colombiana radic en el desenmascaramiento de la democracia racial del pas, haciendo evidente su efecto sobre una

    57 Mara Viveros, Manuel Zapata Olivella (1920-2004), en pensa-

    miento colombiano del siglo xx, ed. Santiago Castro-Gmez et al.

    (Bogot: Pontificia Universidad Javeriana, en prensa), 4.

    58 Sobre el funcionamiento de estas categoras en la construccin

    de discursos contrahegemnicos, ver: Mallon, Constructing

    mestizaje, 170-181.

    59 Ciro Alonso Quintero, Filosofa antropolgica y cultural en el pen-

    samiento de Manuel Zapata Olivella (Quito: Ediciones Abya-Yala,

    1998), 43-38.

    60 Tillis, Manuel Zapata Olivella, 65-69.

    61 Manuel Zapata Olivella, La copla de los negros y su raigambre

    espaola, Revista de la Polica Nacional, no. 66 (1967): 62.

  • 98 / Vol. 14 / N 29 / julio - diciembre de 2010 Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 99

    sociedad con amplias desigualdades. Los perso-najes ocultados o estereotipados en las narrativas oficiales fueron relievados como los verdaderos forjadores de la cultura nacional, reconstruida a la luz de las permanentes luchas por su liberacin y convirtiendo al negro en el sujeto histrico por excelencia para su representacin.

    El negro apropia, pero no recibe

    La polarizacin implcita en el mestizaje al denun-ciarlo como proceso de dominacin o imposi-cin, empieza a desdibujarse cuando se pasa de la denuncia histrica sobre la explotacin del negro, a su reivindicacin como permanente modelador de la cultura nacional. El mismo ar-gumento sobre las diversas races culturales del negro colombiano es usado para universalizar-lo como sujeto cultural y, por lo tanto, creador constante de la misma, como se manifiesta en la reconstruccin histrica del bullerengue: el pueblo estaba conformado por negros que perte-necan a diferentes tribus, lo que trajo como con-secuencia que inventaran un dialecto compuesto de palabras africanas y castellanas [] Crearon adems nuevas danzas segn sus necesidades, unas de gran influjo negroide y otras de rasgos de la cultura espaola62.

    El potencial cultural idealizado en el negro, que trata de reconstruir lo propio, de hacerse a sus sentimientos religiosos, culturales y afectivos [] pues siempre habr y hubo una respuesta negra a lo recibido63, permite convertirlo en permanente modelador de la sociedad colombiana, caracte-rizada, segn Manuel Zapata Olivella, por una mentalidad mitad mgica y mitad cientfica64. La comprensin y valoracin de dicha condicin es la manera acertada de desencadenar el pro-greso del pas, al desalinearnos de prejuicios y falsas valoraciones de herencia colonial65, ale-jndose nuevamente de las narrativas oficiales, en las cuales la abolicin de los primitivismos

    62 Delia Zapata Olivella, El bullerengue, Colombia Ilustrada. La Revis-

    ta de Coltejer al servicio de la cultura colombiana, no. 2 (1970): 25.

    63 Zapata O., Aportes materiales, 1.388.

    64 Manuel Zapata Olivella, Psicoantropologa y conducta del colom-

    biano, Revista de la Polica Nacional, no. 130 (1968): 66-67.

    65 Zapata O., Psicoantropologa y conducta, 8.

    negro e indio condiciona el desarrollo social, y evidencindose el sello de postcolonialidad lati-noamericana que reclama Klor del Alva66.

    La distorsin de la jerarquizacin implcita en la categora mestiza es aun ms aguda cuando se va ms all de una simple respuesta como adap-tacin espontnea. El siguiente paso es resaltar la fortaleza y el espritu de lucha del negro frente a la violencia ejercida sobre l. Ms que ser un resultado espontneo ante las adversidades, se convierte en un arma de conquista consciente para afrontar las posiciones desventajosas que le ha tocado asumir en la sociedad mestiza: [] el negro fue conquistando una mejor posicin a travs del sexo. Para ellos muchas veces fue un arma poderosa, ya que muchas veces el blanco olvidaba su pretendida superioridad. En estos pases el mestizaje se propal muy pronto, y el mulato y el zambo fueron obteniendo privilegios en la sociedad67.

    Aunque la expresin anterior conserva la mira-da racializada y fetichizada sobre la sexualidad negra, la comprensin del mestizaje desde este ngulo lo vuelve mucho ms contundente. Nue-vamente aparece el carcter prematuro de post-colonial, al ubicar al blanco dominador como un personaje ingenuo y vulnerable frente a un ne-gro estratega. Es decir, subvierte el papel de los protagonistas histricos y desplaza el centro tra-dicional del relato68. Por otro lado, la influencia marxista en la formacin poltica de ambos per-sonajes se evidencia en la percepcin del proceso como conflicto bidireccional entre dominador y dominado, aun ms complejizado por la pre-valencia de las divisiones etnoraciales69. En con-clusin, la supuesta aculturacin negra empieza a percibirse a partir de las diferentes respuestas generadas por el negro, es decir, como contacto, pacto, dominacin, lucha, adaptacin, apropiacin, alienndose de la polaridad unidireccional y la jerarquizacin aducidas al mestizaje inicialmen-te: No se crea que por su parte estuvo pasivo repitiendo como papagayo todo lo que le en-searon [] [el negro] se dio a la creacin de

    66 Klor de Alva, The Postcolonization of, 248-258.

    67 Zapata O., La epopeya americana, 7.

    68 Tillis, Manuel Zapata Olivella, 70-85.

    69 Ortiz, Chambac, Corral de Negros,159-161.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 99

    nuevos verbos a partir de sustantivos y cre en su aislamiento un castellano vivaz, multicolor, musical, rtmico, acorde con el alma receptora y expresiva70.

    Historia patria/hazaas negras

    La refundacin nacional desde su origen popular y la dialctica establecida entre dos polos temti-cos opresin/liberacin, violencia/resistencia71, convierten al negro en el personaje central de la historia nacional a travs de dos atributos funda-mentales: la eterna bsqueda de su libertad y su implacable carcter rebelde. Las murallas de Car-tagena aparecen para representar la subyugacin y la crueldad que soport el negro en el pro-ceso de conformacin nacional. A travs de las murallas, el negro es mitificado como el mrtir por excelencia para representar el traumtico ori-gen de la sociedad mestiza del presente. En voz deDelia Zapata, las murallas son el testimonio de la vil esclavitud, donde los negros destilaron gotas de sangre para construirlas72. Sin embargo, no slo dan fe de la sangre esclava73 derramada, tambin son usadas para hablar de la rebelda y de las ansias de libertad heredadas por el negro en una experiencia compartida de transcultura-cin: los negros cautivos, carnede muralla, te-nan una sola obsesin: la fuga [...] Las murallas envejecieron, pasaron a ser mudos e imponentes testimonios de un ilustre y heroico pasado74.

    Un posicionamiento similar ocurre con la historia de San Basilio de Palenque. Este smbolo apare-ce como el acontecimiento central para mitificar las luchas por la libertad del negro, mientras que tambin es convertido en antecedente de las gestas libertarias en las Amricas, un genuino ncleo africano en la tierra de Amrica, donde por primera vez en el continente se agruparon hombres rebeldes para proclamar y defender su

    70 Zapata O., La copla, 62.

    71 Marvin A. Lewis, Treading the Ebony Path: Ideology and Vio-

    lence in Contemporary Afro-Colombian Prose Fiction (Columbia:

    University of Missouri Press, 1989).

    72 Zapata O., La cumbia, 192.

    73 Manuel Zapata Olivella, Gentes y arrabales de Cartagena, Sba-

    do. Diario al servicio de la cultura y democracia en Amrica [Bo-

    got], 11 de noviembre de 1948, 8.

    74 Zapata O., La cumbia, 193.

    independencia75. El Palenque no slo encabeza la representacin de la rebelda del negro, ade-ms es convertido en un paradigma de la historia nacional al hallarse una relacin directa con la in-dependencia. Dado que se trata del primer caso en el que hombres rebeldes se reunieron para de-fender su libertad, se posiciona como anteceden-te de las independencias americanas, en las cuales la entrega y la valenta negras para alcanzar la libertad se convierten en un rasgo evidente:

    El negro en Amrica tomo [sic] muchas veces las armas para defender su independencia, pero era so-metido por las armas espaolas, el caso ms tpico se dio en Cartagena de Indias, Benkos Bioh se levant contra la opresin en 1600, secundado por un ejrcito de esclavos sublevados [...] En los ejrcitos de Bolvar y San Martn los negros rindieron su tributo de san-gre por la independencia nacional76.

    La idealizacin del negro como un ser libertario, re-belde y rudo a veces resulta problemtica. Expre-siones como la libertad del sentimiento africano, que aport el negro al experimento biolgico, tienden a esencializar dicha vida abierta, al rela-cionarla directamente con un vestigio africano, deshistorizando la percepcin y valoracin de las diferencias. En cambio, otras veces se le da un carcter histrico, al presentarla como una vida abierta que conquist el esclavo, o un amor por la libertad. Al margen de esta discusin, lo inte-resante de este proceso es que a travs de dichas expresiones, el negro es heroizado dentro de una memoria compartida en dos direcciones. Mien-tras las hazaas de resistencia negra son vindi-cadas como mitos fundacionales del pas, se ligan directamente con smbolos tradicionales de la his-toria nacional: las murallas de Cartagena o la In-dependencia. Finalmente, Benkos Bioh, adems de ser el smbolo de la resistencia negra, empieza a integrar el panten de los hroes patrios.

    Folclor y mestizaje popular

    En esta parte del ensayo me propongo revisar la re-lacin entre folclor y mestizaje que establecen las fuentes, con el propsito de mostrar las posibilida-des que tiene para el negro su reposicionamiento

    75 Zapata O., La cumbia, 192.

    76 Zapata O., La epopeya americana, 7.

  • 100 / Vol. 14 / N 29 / julio - diciembre de 2010 Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 101

    a travs de estas categoras analticas. El folclor es considerado como la sntesis de un pasado histrico configurado a travs de una experien-cia comn, articulada en torno al mestizaje, el folclor recoge la expresin ms pura de nuestro pueblo, est ntimamente ligado al pasado hist-rico y obedece a nuestras pautas culturales que se adaptan al temperamento colombiano77, con-siderando que las ramas de un tronco comn no lo aminoran sino que lo robustecen78.

    Las experiencias de infancia en uno de los epicen-tros ms importantes de intercambio cultural, desembocaron en una temprana admiracin ha-cia la colorida riqueza cultural vivida en los ba-rrios populares cartageneros, tal como lo evoca Delia79. Este hecho les facilit concebir al folclor como el escenario privilegiado de inventiva y re-sistencia popular, el gran pueblo, que obligado a vivir en condiciones pauprrimas a que fue so-metido desde el primer da de conquista, se aferra inconscientemente a sus expresiones folclricas como nica forma de afirmacin80. En conse-cuencia, la historia del mestizaje folclrico es la historia donde los pueblos indio, negro, mes-tizo y mulato se convierten en los hroes an-nimos de la nacin, tal como lo entiende Manuel en el concepto de teatro annimo identificador. Eternos luchadores por su libertad, el folclor es el permanente refugio para soportar la exclusin y el desprecio fundados en los prejuicios racia-les que dieron lugar a una sociedad racializada, como se expresa en la siguiente afirmacin: los herederos criollos del poder colonial, que perpe-tuaban la actitud peyorativa de negros e indios81.

    La representacin folclrica del pueblo, presente en la obra de Manuel y Delia Zapata Olivella, puede caer fcilmente en las problemticas es-tructurales derivadas de la construccin de la cultura popular desde esta perspectiva si no se analiza en detalle82. Como nicho de las races de

    77 Manuel Zapata Olivella, Nuestro folclor, nuestra artesana, nues-

    tro arte Estn en peligro?, Revista de la Polica Nacional, no. 126

    (1967): 52.

    78 Zapata O., La copla, 61.

    79 Zapata O., Crnica de, 86-90.

    80 Zapata O., El folclor.

    81 Zapata O., El folclor, 68-69.

    82 El folclor se analiza como una forma de representar la cultura

    popular. La clasificacin de lo popular y de la cultura de lite es un

    una nacionalidad refundida, el folclor reproduce la imagen de un pueblo que se resiste al cam-bio. Esto quiere decir que se idealiza un cierto purismo que convierte lo popular en un agente libre de las contaminaciones externas, desem-bocando en una veneracin conservadora y ro-mntica, como expresin de un pasado ancestral y fundacional83. Esta poderosa idea facilita que lo popular sea sujeto de mltiples significados y usos ideolgicos, mientras que tambin ayuda a reforzar la inferiorizacin del negro, implcita en su inclusin como un pasado primitivo na-cional ya superado, as como cierto ahistoricismo relacionado con el negro.

    En contraste, la relacin establecida entre riqueza folclrica y una experiencia histrica de encuen-tros y conflictos tritnicos arroja una necesaria reevaluacin de dicho purismo. La historia del mestizaje es reconstruida como un pasado din-mico de constantes intercambios. La exaltacin de la riqueza folclrica nacional implica tam-bin la exaltacin de un pueblo en permanente transformacin, ms que un agente atemporal y conservador. El pueblo asimila y apropia como una estrategia autnoma de resistencia/enfren-tamiento; ms que como un receptor pasivo, es relievado como un actor con voluntad, que per-manentemente busca su liberacin. En sntesis, el folclor es en el presente la expresin de la per-manente beligerancia popular, particularmente idealizada en el negro.

    El estrecho vnculo que construyen Delia y Manuel Zapata Olivella entre riqueza folclrica y en-frentamiento popular, les permiti privilegiar las manifestaciones culturales de los litorales como las regiones donde la riqueza y colorido de las tradiciones folclricas atestiguan los alcances del mestizaje: La cumbia, el mapal, el bullerengue, el currulao, la danza, la contradanza, la jota y

    proceso continuo; el repertorio cambia constantemente, as como

    la posicin que ocupa en la vida de los grupos sociales llamados

    populares. Este proceso es independiente de la existencia de un

    acervo de prcticas culturales; su percepcin como lo popular

    es una invencin intelectual de quienes tienen el poder para sig-

    nificarlo. En Stuart Hall, Notas sobre la deconstruccin de lo po-

    pular, en Historia popular y teora socialista, ed. Samuel Raphael

    (Barcelona: Crtica - Grupo Editorial Grijalbo, 1984), 93.

    83 Peter Burke, El descubrimiento de la cultura popular, en Histo-

    ria popular y teora socialista, 78-91.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 101

    los romances, tan populares en ambos litorales; bailes, cantos y expresiones demuestran, por sus solos nombres, que all ms que en el mismo alti-plano, las culturas indgenas, hispnicas y negras encontraron un marco racial de expresin84.

    El lugar que tienen en la obra de los Zapata Olive-lla la Costa Pacfica y la Atlntica prueba la cen-tralidad que adquiere el negro en la historia del mestizaje nacional. Como observa Willian Mina sobre el trabajo de Manuel apreciacin que ex-tiendo a Delia dada la cercana que tuvieron estos dos hermanos en su compromiso con las tradicio-nes populares, los protagonistas son, en trminos marxistas, los oprimidos, los desposedos produc-to de la colonia, llamados ciudadanos de segunda clase (mestizos, zambos, mulatos), pero sobre todo los descendientes africanos85. Hay que aclarar que a lo largo de las fuentes analizadas se reconocen las diferencias y las particularidades de los dos gran-des epicentros de mestizaje negro. En el Pacfi-co, la sobrevivencia material africana representa al negro rebelde, donde logr imprimir su carcter propio a la cultura regional en el aislamiento de la selva, las minas y los ros; fue all donde se apropi y volvi suyos los nombres y estructuras coreo-grficas de origen europeo86. En contraste, en el perfecto equilibrio de las tres culturas madres en los bailes y msicas del litoral atlntico87, la rtmica en las danzas negras y mestizas de la regin com-prenden al hombre estratega, quien se integr a una transculturacin irreversible en la necesidad de darse y crear nuevas pautas culturales, y quien no se dej abatir a pesar de las restricciones im-puestas88. En todo caso, ambas regiones son re-conocidas como los nichos de mayor influencia negra en el mestizaje folclrico nacional.

    A grito rudo de tambor y entre el jolgorio

    del carnaval somos colombianos

    La integracin de la realidad sociocultural negra en la nacin mestiza a travs del folclor, se desarrolla

    84 Zapata O., Razones del mestizaje, 165.

    85 Willian Mina, Manuel Zapata Olivella: escritor y humanista,

    Afro-Hispanic Review, no. 1 (2006): 27-28.

    86 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica.

    87 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica.

    88 Zapata O., Aportes materiales, 1.387-1.388.

    a partir de tres elementos sustanciales: la rica va-riedad de danzas y bailes de ambos litorales; los tambores y la habilidad rtmica de la poblacin negra, y cierta mentalidad mgico-religiosa li-gada a este tipo de prcticas sociales. Estos tres elementos se convierten en depositarios de viejos esencialismos e imaginarios que se han opues-to histricamente a la racionalizacin del senti-miento, las pasiones y el intelecto, configurando el juego de oposiciones que ha inferiorizado el desarrollo cultural del continente africano, bajo un supuesto primitivismo, elementalidad o fal-ta de cultura89. La fuerza de estas connotaciones se ha apoyado en la representacin racializada de las diferencias para justificar estructuras y me-canismos de dominacin. Dentro del universo significante de los hermanos Zapata Olivella, di-chos talentos y atributos no conllevan necesaria-mente a su subvaloracin como primitivismos culturales. Por el contario, son exaltados como la expresin del optimismo, creatividad, combativi-dad y rudeza, configurando con ello el repertorio de fortalezas idealizadas en la construccin his-trica del negro colombiano.

    Las danzas son relacionadas con la expresin abier-ta y la emotividad del negro, percibidas a travs del espritu festivo y carnavalesco, con asocia-ciones tales como: expresin viva de esclavos africanos90; se mezclan ritmos espontneos de esclavos africanos91, y vida abierta que con-quistaron los esclavos92, entre otras referencias. El ambiente festivo relacionado con la expresin abierta del negro, exalta la fortaleza anmica para enfrentar o resistir la adversidad, pero tam-bin ensalza la destreza para burlar y satirizar las condiciones adversas a las cuales fue sometido, tal como lo refleja la siguiente copla: Danzan-do y danzando viene la muerte buscando a quien enlazar, pues la gente se divierte bailando hasta rematar, entre la vida y la muerte, solo hay un paso que dar, ella esta [sic] pendientes [sic] vien-do a quien llevar, dejando as presente que solo ellas [sic] es inmortal93.

    89 Hall, The Spectacle, 134-240.

    90 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica.

    91 Primer Festival de Danzas Folclricas.

    92 Zapata O., Razones del mestizaje, 164.

    93 Zona Andina, Zona Llanera, Zona Pacfica, Zona Atlntica.

  • 102 / Vol. 14 / N 29 / julio - diciembre de 2010 Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 103

    Por su parte, los tambores y la rtmica negra repro-ducen las imgenes racializadas sobre la rudeza y la fortaleza fsica. La permanencia de tales es-tereotipos aparece con frecuencia en expresiones como los negros con sus potentes tambores, la rtmica euforia del negro94; ya andan por all re-clamando a golpe de tambor95, o el vigor rtmico impulsa y exalta a los danzarines96. Aun cuando estas imgenes dejan de representarse necesaria-mente a travs de las diferencias fsicas, son re-producidas en el nuevo escenario de la cultura de masas facilitando su fijacin y su repeticin, sien-do peligrosamente vulnerables de ser utilizadas como sustento de un complejo cuadro de relacio-nes de dominacin socio-racializado. No obstan-te, dentro del complejo cuadro de poder y saber que le da lugar a esta obra, la fortaleza, la euforia rtmica y la rudeza negra dejan de ser valoradas a travs del binarismo civilizacin/barbarie o cul-tura/naturaleza. Despus de superar el obstculo para concebir al negro como un agente cultural, dichas habilidades se convierten en motivo de admiracin como testimonios de la heroica resis-tencia y la rebelin negra, teniendo en cuenta que la preocupacin del momento radic en la lucha contra la marginalidad de una vasta po-blacin negra, a travs de su inclusin positiva como forjadora de la cultura mestiza nacional: El negro en Colombia se esfuerza por reclamar su origen en la cultura contempornea [] anda por ah bullicioso reclamando a golpes de tambor esta denominacin para complicar ms o acla-rar los mltiples apelativos de Latinoamrica, Indoamrica, Hispanoamrica, que se dan a los que solo deberan llamarse colombianos97.

    Finalmente, la religiosidad del negro es convertida en el otro argumento a partir del cual el negro se hace partcipe de la historia de la transcultura-cin colombiana. El carcter religioso y ritual de las danzas negras es ensalzado como la expre-sin de cierto xito en la resistencia histrica del negro frente a la violencia simblica de la que

    94 Zapata O., La cumbia, 200.

    95 Zapata O., La copla, 62.

    96 Guillermo Abada y Delia Zapata Olivella (coregrafa), El curru-

    lao, Colombia Ilustrada. La Revista de Coltejer al servicio de la

    cultura colombiana, no. 8 (1970).

    97 Zapata O., La copla, 62.

    fueron presos desde el comienzo. Los cabildos de Cartagena tienen un papel preponderante en el compromiso cultural y los montajes coreogrfi-cos de Delia Zapata Olivella98. En la reconstruc-cin histrica de Cabildo Chango y del Cabildo Carnaval, esta tradicin cultural de las clases populares cartageneras es exaltada como una de las posibilidades de resistencia y de conquista negras, determinante en el desarrollo cultural del Caribe: ante la insistencia en la ejecucin de sus rituales, se oblig a las autoridades a solicitar ante las leyes de Indias para que les fueran asig-nados un da para su diversin y este da fue el dos de febrero99; en este da se orden que nin-gn negro, negra se junten los domingos o fiesta a cantar y bailar [] si no fuera en la parte que el cabildo sealare100. As, estas celebraciones se convierten en los refugios culturales donde los negros han logrado reconstruir parte de las he-rencias culturales africanas a travs de su espritu festivo y el profundo apego religioso, pues bien estos cabildos son rasgos de los antiguos rituales de origen negroide, en los cuales el principal mo-tivo es que los Orishas monten a sus seguidores a travs de un ritmo propio101.

    Peter Wade seala las formas en que las prcticas sociales de origen negro son integradas dentro de la cultura mestiza. La ambigedad resulta de la integracin encubierta que se hace en el mundo no negro de las particularidades religiosas per-tenecientes a contextos simblicos especficos, los cuales son exotizados al entenderse como poderes o habilidades para ser usadas en propsitos fue-ra de sus escenarios de origen102. Sin embargo, en las fuentes analizadas el juego de contradicciones opera de una manera distinta. La preocupacin por recuperar la justicia e igualdad genera un cuadro de incongruencias derivadas de la exaltacin de las creencias, la superchera y las prcticas mgico religiosas de las tradiciones negras, de la forma como Marvin Lewis propone103. La idealizacin

    98 Zapata O., Crnica de, 86-90.

    99 Cabildo Chango.

    100 Cabildo Carnaval. Fundacin Instituto Folclrico Colombiano De-

    lia Zapata Olivella.

    101 Cabildo Chango.

    102 Wade, Gente negra, 15-45.

    103 Lewis, Violencia y resistencia, 17-20.

  • Mestizaje nacional: una historia negra por contar / Diana Catalina Zapata Corts / 103

    de ciertos primitivismos, que no encajan o con-tradicen los valores y las cualidades que la socie-dad impone y considera valorables, son vindicados como los escenarios simblicos de resistencia del negro y, por ende, convertidos en atributos de-seables del presente, de manera que la resistencia y afirmacin cultural [se convierten] en factores cruciales de una visin del mundo afro cntrica104 y, particularmente, del mestizaje nacional.

    Reflexiones finales

    Este trabajo quiso socavar la mirada folclrica sobre el negro dentro del contexto que la populariz en el imaginario social como fundamento de la nacin, teniendo en cuenta, de acuerdo con Renn Silva105, la permanencia hoy en da de la nocin folclrica gestada por la Repblica Libe-ral y consolidada hacia la mitad del siglo xx. La revisin del lugar del negro en el folclor, desde la perspectiva de dos figuras negras, pretendi rescatar miradas invisibilizadas precisamente a costa de la denuncia acadmica sobre su invisibi-lidad. Dicho objetivo conllev analizar el mesti-zaje y el folclor no slo como expresiones de la dominacin cultural de ciertos grupos o esferas sociales en la sociedad colombiana, sino tambin como los campos discursivos que construyen el sentido de realidad que configura e influencia lo que hacemos, sin que ello implique desconocer su origen en el poder y la hegemona cultural.

    Desde esta perspectiva, Delia y Manuel Zapa-ta Olivella modelaron una imagen del negro articulada a travs del lenguaje y los conceptos caractersticos de la mitad del siglo xx, pero sig-nificados a partir de su posicin como activistas sociales, gestores culturales y, ante todo, grandes admiradores de las tradiciones culturales del pueblo colombiano. El mestizaje, como rasgo aglutinante de la nacin, fue percibido como una memoria histrica comn, reconstruida a travs de las luchas populares y la fortaleza del pueblo colombiano frente a la constante opresin, dis-minucin y agresin sobre las cuales se gest la sociedad colombiana, con la transculturacin

    104 Lewis, Violencia y resistencia,19.

    105 Silva, Repblica Liberal.

    como fenmeno estructural. La retrica demo-crtica y popular que abogaba por una universali-dad nacional, no fue celebrada por los hermanos Zapata Olivella como un futuro prometido de homogeneidad cultural y racial.

    Esta interpretacin histrica se convirti en la po-sibilidad de refundar la sociedad colombiana a travs de las hazaas del negro por su libertad, como una permanencia estructural de larga du-racin, develando de esta manera la violencia estructural enmascarada por las narrativas ofi-ciales de la historia nacional. El negro apropia, no yuxtapone como prueba de rebelda; enfrenta, confronta y lucha por su libertad, pues no se con-forma. Es el negro beligerante, revolucionario y creativo el hroe idealizado de una historia reconstruida en torno a su explotacin/enfren-tamiento. Finalmente, la potente voz del negro es escuchada por estos dos autores a travs de las danzas, tambores y rezos negros, llegando a nuestros das para denunciar y recordar la san-gre esclava derramada por los ancestros negros de la nacin, sobre la cual se irgui la frondosa cultura nacional. Colorido y riqueza cultural que contrastan con la permanencia de una asimtri-ca estatura social, donde la marginalidad de un vasto sector popular revela la permanencia de los hondos prejuicios raciales que la sustentan.

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    n Fecha de recepcin: 20 de mayo de 2010

    n Fecha de evaluacin: 8 de junio de 2010

    n Fecha de aprobacin: 20 de julio de 2010

    Cmo citar este artculo

    Zapata-Corts, Diana Catalina. Mestizaje na-cional: una historia 'negra' por contar. Me-moria y Sociedad 14, no. 29 (2010): 91-105.