meditaciones semana 23 después de pentecostés

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Meditaciones diarias de los misterios de nuestra Santa Fe y de la vida de Cristo Nuestro Se˜ nor y de los Santos Padre Alonso de Andrade, S.J Semana 23 despu´ es de Pentecost´ es — 1/7 de Noviembre de 2015 Meditaci´on: Fiesta de todos los Santos Punto I. Levanta los ojos de la consideraci´ on, y mira aquella multitud de santos que vio San Juan en el cielo, vestidos de gloria con palmas en las manos y coro- nas en las cabezas, en los tronos de la bienaventuranza, entre los coros de los ´ angeles. Contempla su dicha y el gozo incomprensible de su gloria, y la eternidad del que nunca se ha de acabar, y g´ ozate de su dicha; dales el parabi´ en de su felicidad, enci´ endete con su ejemplo en vivos deseos de al- canzar su corona, y p´ ıdeles ´ a todos que te sean intercesores delante de Dios, y te den la mano para subir a su reino y merecer estar en su compa˜ ıa. Punto II. Considera el camino que llevaron los santos, y los medios por donde consigu- ieron la gloria que poseen, que c´ omo dijo el ´ angel a San Juan (Apoc. 7.): todos vinieron de grande tribulaci´ on, y labraron sus vestiduras y las blan- quearon en la sangre del Cordero. No vinieron de regalos, ni delicias, ni fies- tas, ni opulencia de honras o riquezas; sino de tribulaciones, trabajos, morti- ficaci´ on, cruz y penitencia sufrida por amor de Dios: este camino llev´ o Cristo, y este llevaron los santos; por este lle- garon a la corona, y por este has de ir u, si la quieres alcanzar y ser su con- sorte en la gloria. Ofr´ ecete al Se˜ nor, y ıdele su favor por los m´ eritos de sus santos, para seguir sus pisadas y llegar a su felicidad. Punto III. Considera las virtudes que Cristo re- fiere en su evangelio, de pobreza de esp´ ıritu, mansedumbre, contrici´ on, agrimas y sufrimiento en las persecu- ciones y trabajos, por las cuales se va a la bienaventuranza. Pondera estos pa- sos, por los cuales como por escalones subieron los santos, caminando de vir- tud en virtud hasta la cumbre de la perfecci´ on y llegar al cielo; y resu´ elvete a seguirlos, copiando estas virtudes en tu alma con la gracia del Se˜ nor. 1

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Meditaciones diarias de los misterios de nuestra Santa Fe y de la vida de Cristo Nuestro Señor y de los Santos. Por el padre Alonso de Andrade, SJ. 1857Semana 23 después de Pentecostés

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Page 1: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones diarias de los misterios de nuestra

Santa Fe y de la vida de Cristo Nuestro Senor y

de los Santos

Padre Alonso de Andrade, S.J

Semana 23 despues de Pentecostes — 1/7 de Noviembre de 2015

Meditacion: Fiesta detodos los Santos

Punto I.

Levanta los ojos de la consideracion,y mira aquella multitud de santos quevio San Juan en el cielo, vestidos degloria con palmas en las manos y coro-nas en las cabezas, en los tronos dela bienaventuranza, entre los coros delos angeles. Contempla su dicha y elgozo incomprensible de su gloria, yla eternidad del que nunca se ha deacabar, y gozate de su dicha; dalesel parabien de su felicidad, enciendetecon su ejemplo en vivos deseos de al-canzar su corona, y pıdeles a todos quete sean intercesores delante de Dios, yte den la mano para subir a su reino ymerecer estar en su companıa.

Punto II.

Considera el camino que llevaron lossantos, y los medios por donde consigu-ieron la gloria que poseen, que comodijo el angel a San Juan (Apoc. 7.):todos vinieron de grande tribulacion,y labraron sus vestiduras y las blan-quearon en la sangre del Cordero. No

vinieron de regalos, ni delicias, ni fies-tas, ni opulencia de honras o riquezas;sino de tribulaciones, trabajos, morti-ficacion, cruz y penitencia sufrida poramor de Dios: este camino llevo Cristo,y este llevaron los santos; por este lle-garon a la corona, y por este has de irtu, si la quieres alcanzar y ser su con-sorte en la gloria. Ofrecete al Senor, ypıdele su favor por los meritos de sussantos, para seguir sus pisadas y llegara su felicidad.

Punto III.

Considera las virtudes que Cristo re-fiere en su evangelio, de pobrezade espıritu, mansedumbre, contricion,lagrimas y sufrimiento en las persecu-ciones y trabajos, por las cuales se va ala bienaventuranza. Pondera estos pa-sos, por los cuales como por escalonessubieron los santos, caminando de vir-tud en virtud hasta la cumbre de laperfeccion y llegar al cielo; y resuelvetea seguirlos, copiando estas virtudes entu alma con la gracia del Senor.

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Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

Punto IV.

Considera la diferencia de santos quetiene Dios en su gloria, y los diversoscaminos por donde los llevo; y ponderacomo en todos los estados pueden serlos hombres santos; vuelve los ojos a timismo, y considera en el que Dios te hapuesto, como le sirves y como cumplescon tus obligaciones: pon la mira enlos santos que han vivido en el, y pıdelea Dios gracia para imitarlos y cumplircon tus obligaciones, poniendolos porintercesores delante de su Divina Ma-jestad.

Meditacion: losmilagros de la hija del

arquisinagogo y lahemorroısa

Meditacion del domingo 23 despues dePentecostes

En el evangelio se refieren dos mi-lagros de Cristo Nuestro Senor: el unode la hija del arquisinagogo, a quienestando muerta tomo de la mano y ledio la vida: el otro de una mujer quepadecıa flujo de sangre doce anos, ytocando la orla de su Vestidura cobrosalud.

Punto I.

Considera lo que dice san Mateo, queestando Cristo predicando, vino a bus-carle un prıncipe de la sinagoga apedirle vida y salud para su hija. Pon-dera con San Anselmo la dificultad conque los prıncipes y poderosos vienena Dios, traıdos y como de los cabel-los, a fuerza de enfermedades y tra-bajos, y constrenidos de la necesi-dad; y no esperes tu a que te la en-

vie Dios para venir a su servicio, sinoofrecete a el voluntariamente, no ven-gas forzado, sino libre de tu propia vol-untad; ofrecete desde luego a la suyapara servirle eternamente.

Punto II.

Considera el respeto y adoracionconque llego este prıncipe al Salvador;pues dice el evangelista que le adoro(estarıa pecho a tierra) con sumahumildad delante de toda la gente,pidiendole la vida de su hija; y saca deaquı dos cosas: la primera, el respetoy reverencia con que has de reveren-ciar a Cristo y a los sacerdotes y min-istros que estan en su lugar, a ejem-plo de este prıncipe; la segunda, comosabe Dios humillar a los poderosos delmundo, y con la facilidad que los rindea sus pies; y humıllate en su presenciay no temas el poder de los prıncipes,pues que es tan flaco, que en un puntolos humilla Dios y los pone tan rendi-dos como a este; valete de su Majestady pıdele que te ampare, y no temeras alos poderosos del mundo.

Punto III.

Considera en esta hija del prıncipe lacondicion de los hombres, y la flaquezae inconstancia de la naturaleza hu-mana; contemplala joven, rica, noble,agraciada, estimada y servida, en la?or de su juventud y difunta: tal es lacondicion de los hombres y la flquezanuestra; mira que poco hay que fiar enanos, ni en fuerzas, ni en riquezas, ni ennobleza, y como todo es una ?or que alamanecer nace y a la tarde se marchita;y saca de esta meditacion desenganospara tu vida, desprecio de todo lo ca-duco de la tierra y aprecio de lo eternoy celestial.

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Page 3: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

Punto IV.

Considera como en oyendo la peticionel Redentor del mundo, luego al puntosin mas dilacion se levanto y dejandola predicacion, se puso en camino, ysiguio al prıncipe. Y fue a resuci-tar a su hija. En esto tienes muchoque aprender: lo primero, la piedad ymisericordia del Senor, que con tantapresteza se inclino a los ruegos del quele pedıa, y le concedio su peticion; deque debes cobrar mucha confianza enla divina bondad, de que oira tus rue-gos y se inclinara a tus peticiones, yte concedera lo que pidieres; gozate detener un Dios tan piadoso y exorable;pide y ruegale con toda con?anza quede vida espiritual a tu alma, y que tehaga toda merced a ti y a todos lostuyos; aprende tambien a ser exorabley facil en conceder lo que te pidieren, y especialmente en las materias demisericordia y piedad, y no dilates elhacer bien a tus projimos, como no di-lato Cristo hacerle a este padre y a suhija, porque Dios no dilate el despa-cho de tus peticiones, pagandote en lamisma moneda.

Meditacion: de lamuerte y resurreccion

del alma

Meditacion para el lunes 23 despues dePentecostes

Punto I.

Considera en esta hija de este prıncipedifunta a tu alma, hija del prıncipe delos cielos, difunta con la muerte delpecado, y pondera el sentimiento quetuvo este padre de la muerte de su hija,

y las diligencias que hizo por ella, y elpoco que tienes tu de la muerte de tualma, y como no haces diligencias porresucitarla; mira despacio como pordarte gustos y pasatiempos has per-dido la vida de la gracia, y tu almaesta muerta, y todos la lloran, menostu que debieras llorarla mas que todos,y la dejas en poder de la muerte a quese llene de gusanos y podredumbre devicios, por no acudir a Dios y pedirleque la restituya a la vida, como a lahija de este prıncipe; abre los ojos yreconoce tu dano; llora tu perdida ybusca al Senor; arrojate a sus pies ypıdele con lagrimas la vida de tu almacon toda confianza que te la dara, comose la dio a esta difunta.

Punto II.

Considera como este prıncipe pospusotodos los pundonores del siglo a la vidade su hija, viniendo el mismo en per-sona a buscar a Cristo, y arrojandosea sus pies delante de todo el pueblo,adorandole y pidiendole el que era ado-rado, buscado y pedido de todos; yaprende a posponer todos los pun-donores y estimacion del mundo a lasalud de tu alma y al aprovechamientode tu espıritu; pisando el que diran, ylos juicios y dichos de los hombres porel servicio de Dios, como lo hizo Davidcuando fue danzando delante del Arcadel Testamento, no haciendo caso delos desprecios del pueblo y de la mur-muracion de su mujer Michol: atiendea lo que Dios y sus santos, que juzganlas cosas rectamente, y no hagas cau-dal de los dichos de hombres, que todosson vanos y mentirosos.

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Page 4: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

Punto lll.

Considera como llego Cristo a la casadel prıncipe, y echo la turba que llev-aba y la gente que lamentaba al di-funto, para darla la vida; en que nosenseno que es necesario apartar el bul-licio de la gente, y dar de mano losnegocios seglares, retirarse con Dios asolas para recobrar la vida del alma.Pondera lo que pierdes en los negociosexteriores, y cuantas caıdas te han oca-sionado los negocios del siglo, y las tur-bas y concursos de la gente, y apartatede lo que te aparta Dios, despide estasocupaciones, y retırate con Cristo a lasoledad de la oracion y del silencio, siquieres recuperar la vida de tu alma.

Punto IV.

Considera como Cristo tomo a la di-funta de la mano, y como quien la de-spierta del sueno, la restituyo a la vida;en que nos enseno el medio con que elalma ha de resucitar de la muerte delpecado a la vida de la gracia, que esdandonos Dios su mano. Por sus auxil-ios y gracias, y dandosela nosotros connuestras obras, cooperando con ellasy correspondiendo a sus favores. ¡Ohalma mıa! medita y considera cuantasveces ha extendido Dios su mano pararesucitarte, dandote sus auxilios y gra-cias, llamandote a su servicio, y tu nohas extendido la tuya, sino antes re-tirandola de su Divina majestad a losvicios; llora tu ingratitud, vuelve so-bre ti y ten piedad de ti, aplacando aDios: extiende tus manos, levantalas aDios, clamando a su Majestad, y jun-tamente obrando en su servicio; pıdeleque te mire y que te visite como a estadifunta, que se apiade de ti, y extiendasu mano y te tenga de la suya, paraque cobres la vida que perdiste, y re-

sucites a nuevas costumbres, y perse-veres siempre en su servicio.

Meditacion: delcuidado de las almas delos projimos a ejemplo

de Cristo

Meditacion para el martes 23 despuesde Pentecostes

Punto I.

Considera la presteza con que Cristo separtio luego en pos de este prıncipe adar vida a su hija, sin detenerle la pred-icacion en que estaba ni otra cosa al-guna; y aprende si eres prelado, a bus-car y procurar con toda diligencia elbien espiritual de tus subditos, acudi-endo luego a su remedio, sin detenerteen cosa alguna, por util que parezca,pondera cuan util y necesaria era lapredicacion de Cristo‘; y no obstanteesto, la dejo y vino a dar la vida aesta doncella, por medio de este mi-lagro la noticia de su deidad y su fea toda aquella region; y aprende quetal vez conviene dejar ocasiones tanutiles y santas, por acudir al bien delos projimos y mirar por su vida, comoCristo miro por la de esta difunta; ypide al Senor que te de su gracia paraimitarle y prudencia para acertar aseguirle y cumplir las obligaciones detu o?cio.

Punto II.

Considera cuantos muertos hay en elalma, porque tu no diligencias su vida,y que si la procuraras, resucitarıan dela muerte del pecado a la vida de lagracia; y tiembla de la cuenta que has

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Page 5: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

de dar de ellos a Cristo el dıa del juicio.Pıdele que te de fuerzas y resolucionpara levantarte de la ?ojedad que tedetiene, y los grillos de las ocupacionesen que estas preso, y para desechar elamor propio por el de tus projimos queperecen, y diligenciar con todo cuidadosu vida.

Punto III.

Considera el modo con que Cristodio la vida a esta difunta, quefue diciendole que se levantase ytomandola de la mano, y luego se lev-anto y anduvo, como lo re?ere sanLucas. Estos medios has de usartu para sacar a tus projimos de lamuerte del pecado a la vida de la gra-cia, despertandolos con las palabras ymoviendolos con las obras: mira nosea que no convengan tus obras contus palabras, y que deshagas con lasmanos lo que dices con la boca, y poreso se queden en pecado. Obras y pal-abras son menester, como uso Cristo enesta resurreccion, de las palabras de suboca, mandandole que se levantase, yde su poderosa mano tomando la suyay levantandola. ¡Oh Senor! tomad lamıa, y dadme una voz, y despertadmede la muerte del pecado; dadme vues-tra mano y la e?cacia de vuestra vir-tud, para que yo tambien despierte amis hermanos, y mediante vuestra gra-cia haga tales obras, que vuelvan a lavida, y se empleen eternamente en vue-stro servicio.

Punto IV.

Contempla el gozo de los padres deesta nina, que segun dice San Lucasera de doce anos, cuando la vieron lev-antar de muerta a viva. La alegrıade sus almas, las gracias que darıan a

Cristo, el alborozo de toda su familia,el aplauso y admiracion de toda la ciu-dad, y como volo luego la fama portoda la comarca; y como era personatan ilustre, vendrıan de todas partesa verla y darla el parabien, ası a ellacomo a sus padres, y todos estarıan go-zosısimos, y no cesarıan de publicar milloores y alabanzas de Cristo: gozate desu gozo, y de verle honrado y aplau-dido, y no perdones a tu lengua, sinoengrandece su virtud y alaba su poten-cia, piedad y misericordia para con to-dos: procura darle a conocer a todo elmundo, y pondera tambien que si estegozo y alegrıa ocasiona la resurreccionde un cuerpo, que luego ha de volvera morir, cual sera el que tendra Diosy sus angeles en el cielo por la resur-reccion de un alma, que es eterna, ypara gozar de Dios eternamente. ¡OhSenor! que todo lo de aca es pintado re-specto de vuestra gloria: levantad nue-stros corazones a lo alto, y dadnos gra-cia para que nos empleemos en vues-tras alabanzas, y en diligenciar la vidaespiritual de nuestros projimos, y darcon su resurreccion gloria a vos, y gozoy alegrıa a vuestros angeles en el cielo.

Meditacion: De lamujer que padecio elflujo de sangre y sanotocando la orla de lavestidura de Cristo

Meditacion para el miercoles 23 de-spues de Pentecostes

Punto I.

Considera lo que dice san Lucas, queesta mujer habıa gastado su hacienda

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Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

en medicos y medicinas, y padecidomucho por espacio de doce anos, y nole habıan dado salud, y con solo tocarla orla de Cristo la cobro; en que hasde aprender lo poco que valen todoslos medios del mundo para darnos asıla salud del cuerpo como la del alma, siDios no pone su mano, y que la sena desu voluntad puede y vale mas que todolo criado; saca de aquı acudir a Dios yno al mundo en tus necesidades, y quemuchas veces ordena que los mediosordinarios no tengan fuerza, ni surtanefecto, porque la misma necesidad nostraiga a sus pies y a buscarle para nue-stro remedio. ¡Oh buen Dios! ¡Oh in-finita caridad! ¡Oh amor inefable! quenos le teneis tan crecido, que no nece-sitais venir a nuestra casa para hacer-nos bien; y cuando todo el mundo nosfalta, vos no nos faltais, sino que nosayudais y nos haceis mayor merced.Bendito seais para siempre: ninguno;Senor, tiene mayor necesidad que yo, aque me presente a vuestros pies; tenedmisericordia de mı, dadme salud en elalma, como la disteis a esta mujer enel cuerpo.

Punto II.

Considera que el principio de su bienestuvo en el conocimiento que tuvo desu enfermedad esta mujer, y el sen-timiento de lo que padecıa y el tuyoesta en el conocimiento de tu pecado,y en el sentimiento y dolor que tu-vieses de el. ¡Oh pecador, si cono-cieses los muchos pecados que agra-van tu conciencia! ¡Oh cuan grave males perder a Dios; y si te dolieses dehaberle ofendido de todo tu corazon, ycomo buscarıas el remedio de tu alma,y te vinieras desalado a Dios! Abrelos ojos de la consideracion , y miracuan malo y amargo es haber ofendido

a tal Senor, y trocado su amistad porla de Satanas, y dejado al Criador porla criatura, la vida por la muerte, yel cielo por el in?erno, y el gozar parasiempre por penar eternamente: cargael peso de la consideracion en esta ver-dad; desmenuza esta pıldora hasta quete amargue el pecado y conozcas tunecesidad, y ella misma te traiga a lospies de tu Redentor, que es el medicode tu alma.

Punto III.

Considera el linaje de enfermedad quepadecıa esta en el cuerpo, y la que tupadeces en el alma, que es un ?ujocontinuo de pecados, anadiendo cadadıa culpas a culpas sin cesar; discurrepor todos los sentidos y mira los peca-dos que cometes con ellos cada dıa,y luego los de pensamiento y volun-tad: considera tambien cuanto con el-los irritas la ira de Dios, y pıdele conlagrimas perdon de tus culpas, con do-lor de haberle ofendido, y gracia parano pecar mas.

Punto IV.

Considera lo que dice de esta mujer sanLucas, que hizo para alcanzar salud.Lo primero hablo consigo, diciendo: sitocare a sola su Vestidura sanare. Losegundo, que llego con fe. Lo tercero,que le toco y luego quedo sana; en quenos ensena que nuestra salud espiri-tual consiste en tres cosas, que son lapalabra, la fe y las obras; la palabra,oyendola de Dios y obedeciendola; lafe, creyendo sus verdades y teniendocon?anza en el; y las obras, cumpliendosus mandamientos; contempla la en-fermedad de tu alma, y el remedio ymedicina que le has de aplicar para co-brar salud, y resuelvete a procurarlas,

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Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

y usando de estos medios y suplicandoa Dios que sea servido de sanarla.

Meditacion: de lamedicina saludable delSantısimo Sacramento

del altar

Meditacion para el jueves 23 despuesde Pentecostes

Punto I.

Considera lo que dice san Lucas, queen resucitando Cristo a la hija delarchisinagogo. le mando dar de comer,ası para la confirmacion de su resur-reccion, como para sustentar la vidaque le habıa dado: en que nos enseno,como el manjar divino que nos sazonosu mano en el Santısimo Sacramentodel altar, restituye la vida de la gra-cia, y la conserva y aumenta como ver-dadero manjar. Considera su virtud yla necesidad que tienes de el, y veneralecomo debes y procura recibirlo, dandoa Dios muchas gracias por la que tehizo incomparable en dejarte este pande vida para conservar la de tu alma.

Punto II.

Considera la fe tan viva con que aque-lla mujer enferma vino y llego a Cristo,a la cual el mismo Senor atribuyo lasalud que recibio: contempla la fe quedebes llevar para recibir a Cristo; avivala consideracion de lo que te dan eneste manjar, y la grandeza del Senorque recibes en el. Y mira cuantopierdes por tu poca fe; pıdele a Diosque te de su conocimiento, y una feviva para recibirle y crecer alcanzar por

su medio la salud que comunica a losque dignamente le reciben.

Punto III.

Considera que esta mujer no toco elcuerpo de Cristo inmediatamente, sinola orla de su vestidura y por ella al-canzo salud: ası el que recibe este di-vino Sacramento toca los accidentes,que son como su orla, y por este con-tacto sale, virtud de su divino cuerpo,que le da salud. ¡Oh divino bo-cado! ¡Oh manjar celestial, cuya orlatiene tanta virtud; si la tenıa la de laVestidura del Salvador, cuanto mayorvirtud tendra su santısimo cuerpo quese nos da en este manjar celestial! Pon-dera esto y pıdele a Dios gracia paracomerle y recibirle dignamente, y conel la salud que comunica.

Punto IV.

Carga el peso de la consideracion en loque dice san Lucas, que oprimiendo alSalvador las gentes por todas partes,llego como pudo esta mujer, y en to-cando la orla del vestido, sintio Cristoque salio virtud de el, y la sano. Pon-dera cuanto va de tocar a tocar, ycuantos enfermos le tocaron y no sa-naron, porque no llevaron la fe que estamujer llevo; y cuantos reciben y tocanal Salvador, que no reciben la salud nilas gracias que comunica, porque no ll-evan la debida disposicion ni la fe quedeben llevar. Mira si la llevas tu, y sipierdes estas gracias por falta de ella,acusa tu negligencia, y pide a Dios quete disponga y que te de la viva fe yla bonanza que tuvo esta santa mujer,para que tocandole como ella, merez-cas alcanzar la salud de tu alma queella alcanzo en el cuerpo.

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Page 8: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

Meditacion:Bienaventurados losque tienen hambre y

sed de justicia, porqueellos seran hartos

Meditacion para el viernes 23 despuesde Pentecostes

Punto I.

Considera que, como dice sanGeronimo, no se contenta Dios conque tengamos deseos de servirle, sinotambien nos pide hambre y sed de lavirtud; esto es, un apetito encendidode la santidad, unas vivas ansias deconseguirla, al modo que la hambrey la sed afligen a los que la tienen ,hasta alcanzar lo que apetecen. Pon-dera aquı lo que dice san Bernardo:que el hambre y la sed no dan treguasni plazos para en adelante, sino sonunos acreedores que ejecutan sin di-lacion por cuanto el estomago y elfuego que padecen no pueden esperar.Este fuego y esta ansia quiere Diosque padezcamos de la virtud, y a losque la tienen escribe con el catalogo delos bienaventurados. Examina pues tucorazon, y mira si padeces esta ham-bre y sed de la virtud y santidad, ysi te duele la dilacion de alcanzarla, yque diligencias haces para ello: acusatu tibieza y flojedad, y pıdele a Diosque te la de, y que encienda este fuegosagrado en tu alma, para que merezcasentrar en el numero de-los bienaventu-rados.

Punto II.

Considera que los deseos son las flo-res que brotan del corazon, y que de

ellos proceden las obras, como los Fru-tos de las flores; por lo cual siemprepreceden los deseos a las obras, y elque no los tiene no las tendra tampoco,y a quien Dios quiere hacer mercedes,primero le da los deseos de ellas; paraque las pida, espere y diligencie portodos caminos, como le dio vivos de-seos al santo Simeon de ver al Mesıas,y antes de morir se los cumplio; de locual has de sacar: lo primero, avivartus deseos por la oracion y meditacion,para merecer por ellos las misericor-dias de Dios. Lo segundo, estimar loque Dios te diere; y procurar con todastus fuerzas verlos cumplidos, porqueel Senor ha prometido de satisfacer elhambre y sed de los que desean la vir-tud hasta que se vean hartos; esto es,satisfechos con el cumplimiento de susdeseos.

Punto III.

Considera con san Jeronimo, que llamaCristo bienaventurados a los que tienenhambre y sed de las virtudes; esto es,los que nunca se ven hartos de ellas,sino que siempre aspiran a mas y de-sean mas y mas. Esto quiere Dios de ti,que no te contentes con lo adquirido,sino que siempre desees mas virtudy aspires a mas perfeccion caminandoadelante, y adelantandote siempre sinvolver atras, Mira, pues, si merecesentrar en el catalogo de los escogi-dos”, y si vas siempre adelante en lamordicacion, humildad, desprecio de timismo y aprecio del cielo, y en el amorde Dios y caridad del projimo, en la pa-ciencia, mansedumbre y piedad, y en elresto de las otras virtudes: consideracomo estabas al principio de tu con-version, y en que grado te hayas ahora,y clama al cielo, pide a Dios perdon detu negligencia y fervor para empezar a

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Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

subir al monte alto de la santidad hastallegar sin detenerte a la cumbre de laperfeccion.

Punto IV.

Considera que no solo son bienaven-turados los que tienen hambre y sedde la santidad propia, sino tambien losque la tienen de la ajena, la cual pro-cede de la verdadera caridad y amor deDios, como el calor y sed de la lenguanace del fuego interior del hıgado; poresto como dijo san Crisostomo: llamoCristo sol a la, santidad, porque da sed.¡Oh alma mıa! mira si la tienes de lasalvacion de tus projimos, y si te du-ele su perdida, si duermes y comes consabor viendo tantos como se condenanpor vivir mal; y si el celo de la gloriade Dios y del bien espiritual de las al-mas esta continuamente solicitando tucorazon y royendo tus entranas. sin de-jarte reposar, y si con esta sed y estahambre clamas a Dios por su bien y temartirizas por sus pecados, pidiendoleque ponga termino en ellos y les de luzpara servir y gracia para salvarse; siesto haces, y estas ansias te quitan elsueno y te traen crucificado, entiendeque te va bien; y si no cuidas de tusprojimos ni te duele su perdicion, notienes sed de sus almas ni mereces en-trar en el numero de los bienaventura-dos, a quien Dios promete hartura ysatisfaccion de sus deseos. Levanta elvuelo y considera el hambre y sed quepadecio Cristo de la salvacion de las al-mas y cuanto hizo por ellas. Aprende atener sed de las almas de tus projimosy hacer cuanto pudieres por ellas.

Meditacion: delpremio que ofrece Diosa los que tienen hambre

y sed de justicia, queseran hartos

Punto I.

Considera que promete Cristo harturaa los que desean la virtud y padecensed de la santidad; porque como dicesan Juan Crisostomo, en Dios solo hayhartura, y solo el satisface el corazon;y las riquezas y deleites de este mundopor mucho que crezcan, siempre le de-jan hambriento y nunca le satisfacen.Por lo cual dijo David que los ricos¡padecieron hambre y penuria! peroa los que buscan a Dios no les fal-tara nada, antes cumpliran todos susapetitos y deseos, porque Dios es elcumplimiento de ellos; a quien amany apetecen, y a quien desean agradar.Medita despacio la Cruz que llevan losde este siglo, crucificados siempre ensus deseos: sin hallar hartura jamas; yla paz y satisfaccion que gozan los sier-vos de Dios, quietos y satisfechos conhacer su voluntad, sin apetecer cosa deeste mundo, sus corazones fijos en elcielo, y contentos con su esperanza ygozosos con su gracia, y con poseerle enesta vida y esperar gozarle en la otra:mira a cual gremio quieres pertenecer,y cuanto te importara ser de los jus-tos y no de los pecadores, y pıdele aDios gracia para seguir a aquellos y noa estos, para despreciar el mundo y nodesear sino su gloria y su honra, y lasantidad que se adquiere en su servicio.

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Page 10: Meditaciones Semana 23 después de Pentecostés

Meditaciones Diarias — Padre Alonso de Andrade, S.J

Punto II.

Considera que promete Cristo har-tura en esta vida, segun el sentir desan Agustın: porque aquı les dara elcumplimiento de sus deseos y aquellaagua de la fuente de vida eterna, de lacual los que beben no tienen ya massed, como lo ofrecio el Salvador; lasaguas de este mundo son salobres, yen lugar de apagar la sed, la aumen-tan; pero las espirituales y del cielo laapagan de manera que nunca tienenmas sed los que beben de ellas; porlo cual dice san Geronimo que los quegustan los manjares espirituales nuncamas apetecen los carnales. Pide puesa Dios con la mujer samaritana, que tede esta agua de la devocion y santidad,para perder la sed de los bienes de latierra y de las delicias del mundo, y noapetecer mas que las celestiales, con lasatisfaccion y hartura que ellas dan.

Punto III.

Considera que como afirma sanCrisostomo, cumplira Dios con har-tura la hambre y sed de los buenosen esta vida, porque les dara sin me-dida la gracia y los bienes espiritualesque apetecieron, y juntamente con el-los los temporales que no desearon,sin dejar cosa vacıa en su corazon.¡Oh buen remunerador! ¡Oh Prıncipesoberano! y cuan colmadamente galar-donais a vuestros criados, pues vencenvuestros premios a sus deseos, y sincomparacion mayores galardones quetodo lo que apetecieron. Bienaven-turados los que desean a vos, y los

que apetecen vuestra gloria y vuestroservicio, pues tan cumplidamente sat-isfaceis sus deseos. Suplıcoos, Senor,que deis gracia para que no desee, niapetezca, ni admita cosa alguna sinoa vos y por vos, y lo que fuere gloriavuestra y de vuestro santo servicio y lasalud de mi alma; ni tenga otra volun-tad sino la vuestra, ni otro gusto sinoel vuestro, ni otro interes sino vuestrosanto servicio eternamente.

Punto IV.

Ultimamente considera que la har-tura cumplida sera en la gloria, dela cual dice David: hartareme cuandoapeteciere tu gloria; porque allı esla verdadera hartura y la satisfaccioncumplida de todos los deseos, apeti-tos y sentidos, de todas las potenciasdel alma; allı es la bienaventuranzaverdadera, a donde no hay mas quedesear, ni mas consuelo que esperar,ni hambre ni sed de cosa grande nipequena, porque Dios es la satisfaccionde todos, y llena todos sus deseos, sindejarles lugar vacıo, ni cosa que no secumpla ni puedan apetecer Esta har-tura da el Senor en premio del ham-bre y sed que los suyos tienen en estavida de su servicio, y de alcanzar lasantidad. ¡Oh bienaventurados deseosque tal premio merecen! ¡Oh alma mıa!aprende a desear y levantar los ojos ala bienaventuranza que te espera: con-templa su hartura, y el cumplimientocolmado de todos los deseos que allıhay, y no desees otra cosa que unirteallı con Dios; que sera la hartura eternade todos, sin dejarles mas que desear.

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