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MEDITACION DEL ROSARIO CON LAS RELIQ!)IAS

DE SANTA BERNARDITA

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Meditación del Rosario con las reliquias de santa Bemardita

Bemardita Soubirous vivió treinta y cinco años: veintidós años en Lourdes (1844-1866), trece en el convento de Nevers (1866-1879). En 1858, en la Gruta de Massabielle de Lourdes, la Virgen María se apareció durante dieciocho veces a Bemardita, lo que le cambió por completo su vida.

Sor Marie Bemarde, nombre que Bemardita tomó como religiosa, se convierte en modelo para las Damas de la Caridad al servicio de los que sufren. Toda vía hoy, el cuerpo de Bernardita Soubirous permanece incorrupto y está expuesto en la capilla

de la iglesia de Saint-Gildard en Nevers.

La Iglesia nos la propone como testigo y nos invita a venir a encontrarla.

Hubo tres reconocimientos del cuerpo en 1909, en 1919 y en 1925 para el proceso de beatificación

y canonización

Cada vez, se descubre su cuerpo incorrupto.

Después de la beatificación de la santa, fue realizada una tercera exhumación el12 de junio de 1925. El objetivo era retirar "reliquias" de su cuerpo. La canonización sería ocho años más tarde, en 1933. "Como la Madre Superiora, al igual que el obispo, expresó el deseo que el corazón no fuese retirado, cambié de idea de abrir el lado izquierdo del tórax y apenas retiré dos costillas del lado derecho, que estaban más accesibles". (Notas del informe del Dr. Compte el12 de junio de 1925)

Misterios Gozosos

La Anunciación. He aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu palabra, responde María al ángel del Señor. Pidamos los unos por los otros la gracia de saber discernir las llamadas del Señor y el coraje de responder generosamente.

La Visitación de Nuestra Señora. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, canta la Virgen María. Por la intercesión de la Santísima Virgen María, te rogamos, Señor, por todos los misioneros que dedican sus vidas a los que sufren enfermedades o pobreza.

El Nacimiento de Jesús. El ángel del Señor anunció la buena nueva: les anuncio una gran alegría: ¡Hoy os nació el Salvador que es Cristo, el Señor! Que el Espíritu Santo nos enseñe a recibir mejor a Cristo, que se ha empobrecido para enriquecernos con su pobreza.

La Presentación de Jesús en el Templo. El anciano Simeón tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar ir a tu siervo irse en paz( ... ) porque mis ojos han visto tu Salvador,( ... ) luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Oh María, oremos por los que están en la oscuridad de la duda y la ignorancia.

El Niño Jesús perdido en el Templo. El joven Jesús dijo a María y a José: «¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que debía estar en casa de mi padre?» Con María, madre de Jesús, confiemos a Dios Padre todas nuestras familias, especialmente aquellas que están pasando por las pruebas de inseguridades y división.

Misterios luminosos

El Bautismo del Señor. En el bautismo de Jesús, se escucha la voz del Padre: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco. Oremos por todos los fieles de Cristo, especialmente por aquellos que han abandonado la práctica de los sacramentos.

Las Bodas de Caná. En las bodas de Caná, la Virgen María observa maternalmente a los invitados y percibe lo que les falta: el vino, en otras palabras, el amor de Dios. Con María, consoladora de los afligidos, pidámosle la gracia para que sepamos acercarnos a aquellos que sufren en su cuerpo y espíritu, en una auténtica fraternidad evangélica.

El anuncio del Reino de Dios. Jesús comienza su vida pública con estas palabras: Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de los cielos. Con María, madre del buen consejo, pidamos la gracia de buscar el único tesoro que perdura, el Reino de los Cielos.

La Transfiguración del Señor. Jesús se llevó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro se volvió resplandeciente como el sol y sus vestidos blancos como la luz. Oh María, te pedimos por aquellos que no hacen la experiencia de la oración.

La Institución de la Eucaristía. Quien come mi carne y bebe mi sangre, permanecerá en mí y yo en él, y yo lo resucitaré el último día. Por la intercesión de María Inmaculada, oremos por todos los ministros de Dios, obispos, sacerdotes y diáconos. Que encuentren en la Eucaristía, la gracia de entregarse totalmente.

Misterios dolorosos

La oración en el Huerto. En el Huerto de los Olivos, Jesús se vuelve hacia Pedro, Santiago y Juan y les dice: "¿Por qué dormís? Levantaos y rezad, para no entrar en tentación." Señor Jesús, enséñanos a saber discernir las tentaciones que nos amenazan. Danos la fuerza que necesitamos para rechazarlas.

La flagelación del Señor. Pilato ordenó que apresaran a Jesús y lo flagelaran. Con María, socorro de los cristianos, oremos por todos aquellos cuya vida espiritual ha sido agobiada por las preocupaciones del mundo y las seducciones de la riqueza (Mt 13, 22).

La coronación de espinas Entonces Jesús salió, llevando la corona de espinas y un manto púrpura. Y Pilato les dijo: "He aquí el hombre." Oremos por todos los responsables en asuntos públicos: que sus decisiones contribuyan a la justicia y la paz del mundo.

La cruz a cuestas. Mientras lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene, que regresaba de los campos, y lo cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Con María, Virgen fiel, oremos por todos aquellos que se dedican al servicio de los enfermos y discapacitados.

La crucifixión y la muerte de Jesús. Jesús, al ver a su madre, y cerca de ella al discípulo a quien amaba, le dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego le dijo al discípulo: "Ahí está tu madre". Y desde ese momento, el discípulo la acogió en su casa. A través de la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, oremos por todas las personas que pasan por este santuario.

Misterios Gloriosos

La Resurrección del Señor. María Magdalena se va para anunciar a los discípulos: "¡He visto al Señor!", y ella, les contó lo que él le había dicho. Oremos por nuestras parroquias y diócesis: que, por la intercesión de Nuestra Señora, cada miembro de la Iglesia se fortalezca en la fe y en el amor al prójimo.

La Ascensión del Señor Jesús le dice: "No me retengas, porque aún no he ascendido al Padre. Ve y encuentra a mis hermanos para decirles que estoy ascendiendo al Padre, vuestro Padre, a Dios, vuestro Dios." Oh María, contigo, rezamos por todos aquellos seres queridos que no podemos amar.

Pentecostés "Y Y o, te enviaré lo que mi Padre ha prometido. En cuanto a ti, espera en la ciudad hasta que estés revestido del poder que desciende desde lo alto." Con María, virgen poderosa, oremos por todos los que se preparan para recibir el bautismo.

La Asunción de la Virgen María María, la Virgen Inmaculada, es elevada a la gloria del cielo, en la unidad de su alma y cuerpo. Con gran confianza, oremos por todos los difuntos de nuestras familias y comunidades, especialmente por aquellos que más necesitan la misericordia divina.

La Coronación de la Virgen María Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, que tiene el sol como manto, la luna bajo sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Por la intercesión de María, Reina elevada al cielo, pidámosle al Señor que nos de la fuerza y la luz que necesitamos en nuestras batallas espirituales.