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DR. RUPERTO SÁNCHEZ ARCAS

CREENCIAS, SUPERSTICIONES Y MITOSQUE FUERON CONSIDERADOSINHIBIDORES Y FACILITADORESDE LA PARTURICIÓN

PUBLICACIÓN MEDICA BIOHORM - J. UR1ACH y CÍA., S. A. • BRUCH, 49. BARCELONA-9. - EDITORIAL ROCAS. - DIRECTOR: DR. MANUEL CARRERAS ROCA.COLABORAN: DR. AGUSTÍN ALBARRACIN - DR. DELFÍN ABELLA r PROF. P. LAIN ENTRALGO - PROF. J. LÓPEZ IBOR - DR. A. MARTIN DE PRADOS - DR. CHRIS-TIAN DE NOGALES - DR. ESTEBAN PADROS - DR. SILVERIO PALAFOX - PROF. J. ROF CARBALLO - PROF. RAMÓN SARRO - PROF. MANUEL USANDIZAGA - PROF.LUIS S. GRANJEL - PROF. JOSÉ M.« LÓPEZ PINERO - DR. JUAN RIERA - PROF. DIEGO FERRER - DR. FELIPE CID - DIRECCIÓN GRÁFICA: PLA-NARBONA

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<y x- . -/>>v-De esta edición se han separado cien ejemplares

numerados y firmados por el autor.

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DR. RUPERTO SÁNCHEZ ARCAS

DE LA PARTURICIÓN

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1." Recursos inhibidores de la parturición

En todos los tiempos, desde los más remotos, se ha creído que mediante conjuros, creencias, supersticiones ymitos se podía impedir la parturición.«Para poder dificultar este proceso —por ejemplo— a una cucaracha se le hacía malintencionadamente un gan-cho con sus diminutas patas» (LAMBERT). Se refiere también de tiempos más antiguos que JUNO impidió durantesiete días el parto de ALCMENA, mujer de ANFITRIÓN, enviando a las MOIRAS (igual a las PARCAS latinas) y aEiLEiTHYA a que se cruzaran los brazos delante de ella «Digitis plenitatum ínter se emplexis» (PUNIÓ, XXVIII,6, 17). Pero GAUNCIA, gran amiga de ALCMENA, utilizó en contra de éste un ardid : anunció que ALCMENA aca-baba de parir un niño. Asombradas las MOIRAS descruzaron los brazos y entonces se verificó el parto (ANTONINUS

LIBERALIS Tr. 29 ; OVIDIO «Metamorfosis» IX, 284 y siguientes).Por venganza —según PLUTARCO— fue impedido el parto de RHEA quien, secretamente relacionada con CRONOS,

había huido con él. HEMOS —«que ve y oye todo»— la maldice e impide que pueda parir ni en un mes ni enun año.Una curiosa creencia en tiempos posteriores la ha constituido el impedir la parturición cesando en cualquier mo-vimiento súbitamente, pues también se creía que podía interrumpirse súbitamente la actividad contráctil y dolo-rosa en el parto. Este encantamiento —a modo de ejemplo— ha sido empleado por las mujeres malásicas, al ba-jar por una escalera y quedarse de pronto quietas.

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1. El nacimiento mítico de Adonis. La madrede Adonis, metamorfoseada en un árbol de mi-

J$J rra, pare a su hijo de pie conforme a la vertí-<|apy calidad arbórea. (Pintura de la Academia de^ \ 8 f%* Medicina de Nueva York.)

. . . . . _ . - _ | n. i |

2.° Recursos facilitadores del parto

Muchos recursos se han buscado y realizado con miras a facilitar el acto de la parturición. Entre otros, tenemostoda clase de exorcismos y conjuros verbales o escritos, de los cuales existen —por ejemplo— los procedentes delos babilonios y egipcios (SUDHOFF, en EBER R. L. I. pág. 190 y siguientes §§ 3 y 4).Entre los indios primitivos era usual el susurrar ensalmos al comenzar el acto de la parturición (JOLLY).

Los griegos —refiere PUTÓN (THEAETETUS I, 189)— hacían conjuros, con los que las comadronas buscaban fa-cilitar el parto (1). Las afroditas anodiémonas (es decir, nacidas del seno de las olas y de la espuma), se desa-taban la cabellera a fin de liberar su cuerpo de todos los lazos que las apretaban y evitar así la existencia nefastade algún nudo que pudiese comprometer el parto (2). Por consiguiente, sus estatuas divinizaban un gesto má-gico de protección a las parturientas.En este orden de ideas, no cabe duda de que el esposo prestaba buena ayuda a su mujer cuando iba a parir, abrien-do todas las cajas y desatando los nudos de sus ropas. Esto lo han hecho los Sajones de Transilvania, los lapo-nes y los indios. Entre los Tomubuluhs, del norte de Célebes, el marido de una embarazada no podía hacer nu-dos ni cruzar las piernas. Se creía que todo nudo en una cuerda correspondía a otro semejante en el cuerpo de lamujer.En LA EDDA (3), se mencionan ritos. Así, por ejemplo, SIGRDRIFUMAL decía :

«Aprende la RUNA de protección (4), si en tus mujeres preñadas quieres liberar al fruto del vientre.Por unión de manos y miembrosY solicitas la ayuda de las DISEN.»

También es interesante en este aspecto la ayuda prestada por ODDRINAGT (ODDRUM), como aluden estos versos,también de LA EDDA. ODDRUM cantaba :

«Eficaz manera, poderosa manerade prestar ayuda a la parturienta BORGNY.»

La Mitología nos proporciona datos curiosos respecto de la protección que los dioses proporcionaron a la inces-tuosa MIRRA (Princesa de Tesalia), sacándola de apuros, pues había engañado a su padre, transformándola enárbol —di que después se ha llamado como la princesa— y a los 9 meses entreabrióse para dar a luz un niño deextraordinaria belleza : ADONIS (fig. 1). (Esta es la versión abreviada del poeta griego PANYASIS, siglo v antes deJesucristo).

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2 ~ ~ Í5

En el Congo, las embarazadas ponen en acción el mito de MIRRA, vistiéndose de corteza del árbol sagrado, demodo que para los espíritus maléficos alumbra, no una mujer, sino un árbol. Las suecas, atribuyeron tambiéna los árboles influencia bienhechora sobre el parto, y se abrazaban a ellos en tal trance como si quisieran iden-tificarse.Las grandes multíparas han servido de escudo y como protectoras de las multíparas. Así, por ejemplo, HÁRITI

(Madona búdica) y Santa NOTBURGA (cristiana), tuvieron 500, y 9 hijos, respectivamente, y por su fecundidadllegaron a ser protectoras de las mujeres prolíficas.Las estatuas han dispensado protección a las parturientas, y para impedir que desertasen, les ataban las pier-nas con cuerdas (5). Esas ligaduras se creía que bastaban para desmentir la espontaneidad en el origen de laprotección que dispensaban las estatuas ; se las retenía en las casas o templos para obligarlas a defender con supétreo cuerpo a las que se amparaban detrás. Las estatuas que servían de blanco a los espíritus maléficos no tar-daron en ser aupadas por las devociones al rango de divinidades : en Micenas, las denominaron HERA ; en Ar-gos, ILITIA ; en Creta, una misma divinidad —LECHO— acudía en ayuda de la parturienta y mitigaba su trabajo.Una costumbre muy difundida en muchas regiones del mundo, desde los tiempos más remotos hasta nuestrosdías, ha sido el friccionar el vientre, utilizando toda clase de ungüentos encantados : ungüentos de grasa demarmota, de Mankei (HOFLER) (6), grasa de serpiente (7), grasa de castor (8) y otras muchas (9).Entre los babilonios, indudablemente, el masaje ventral se practicaba de arriba abajo con un rollo de unadeterminada madera (eru) (10).Los filipinos activaban el parto o el alumbramiento dando masajes en el vientre, valiéndose de un ladrillo enforma de pez (fig. 2). Uno de estos ejemplares se encuentra expuesto en el museo de Etnografía de París. Enel siglo xvi, para facilitar el parto que se presentaba laborioso, se utilizaron las fumigaciones con dispositivoscomo los recomendados por AMBROSIO PARÉ (figs. 3 y 4). Se emplearon para tal finalidad diferentes plantas,tales como artemisa, sabina, díctamo, mirra, ajedrea, etc. También las fumigaciones de la vagina con veigel ama-rilla (?), ceriante, manzanilla, tomillo, cebolla y otras plantas, que fueron ya utilizadas en la antigua Grecia yla India, en las que se empleaba para esto, especialmente, la piel negra de serpiente y la planta Pidnita (J. Jou/v).En el Nilo Blanco, en Karrie, existía la costumbre, muy difundida, consistente en cavar en el suelo un hoyo,en el cual se encendía fuego; encima, en un caldero, se ponían a hervir hierbas ; la mujer se ponía en cucli-llas (fig. 5), de tal manera que el vapor desprendido humedecía y ablandaba los genitales externos. Se creía quecon este método el trabajo del parto se facilitaba.La fumigación de los genitales entre los Schulis se practicaba en posición genupectoral sobre un hoyo del queemanaba humo procedente de una lumbre (fig. 6).

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2. Ladrillo en forma de 3-4. Aparato de Ambro- 5. Fumigación de la vul- 6. Fumigación de I o s 7. Escena de p a r t u r l -

pez utilizado en Fiilpi- sio Paré para la fumi- va durante e! parto en genitales para facilitar ción e n t r e los indios

ñas para dar masajes gación. Karrie (Nilo Blanco). el parto utilizada por las Pawnees. La comadronaen el vientre y facili- Especulum vaginal para Schulis. sopla humo por debajotar el parto o el alum- facilitar la fumigación de las ropas de la par-bramlento. de ia vagina, ideado por turienta con ia preten-

Ambrosio Paré. sión de ablandar las par-tes pudendas y facilitarel parto.

Entre los rumanos residentes en Hungría, a la mujer de parto de curso difícil, la mantenían con las piernas se-paradas sobre un puchero muy caliente lleno de capas de celloba (GRACIUNESCO) (12). Para semejante finalidadquizá sirvieran también los «pucheros calientes», conocidos en las colonizaciones de la postrimería de los tiem-pos neolíticos y de los principios de la Edad del Bronce, pucheros que quizá llegaran a ser conocidos por los hún-garos, por los habitantes de la baja Austria y de los checoslovacos (WILKE) (13).Entre los indios Pawnnees (fig. 7), la matrona, arrodillada ante la parturienta, tenía cogida con la mano iz-quierda una calabaza vacía con la que hacía ruido golpeando en el suelo ; y en la otra mano tenía una pipa cuyohumo lo soplaba por debajo de los vestidos de la mujer. Esta fumigación se consideró muy eficaz para ablandar laspartes blandas de los genitales y facilitar el parto.Como más adelante veremos, en Galicia (España), se utilizaron los «afumamentos» haciendo quemar laurelverde.En Egipto se esperaba obtener eficacia con tapones vaginales empapados con mejunje de miel al que se añadíaNilatazia pulverizada, escila y dátil. Entre los recursos internos estimuladores del parto en la Antigüedad eranmuy estimados especialmente la infusión de raíces de verbena, raíz de fresno, raíz de Peucedanum, etc. ; y, es-pecialmente, el comer caracoles o lombrices en vino de pasas (PUNIÓ) ; o polvo de cuerno, pelos, orina y amniosde cabra, considerados estimuladores de la parturición. Muchos de estos remedios se han utilizado hasta muchotiempo después de la Edad Media.En Francia, en el siglo xvn, se empleó «La pondré de la Royne», tanto para garantizar la continuación de los do-lores, inhibidos por la violencia del trabajo de parto, como para que se consiguiera una parturición tranquila ymenos dolorosa. Este «polvo de la Royne» estaba compuesto de raíz de sínfito, huesos de pescado, nuez mosca-da, ámbar amarillo y gris ; todos ellos ingredientes bien inocuos.«Entre los chibchas —dice USANDIZAGA— las embarazadas hacían una peregrinación hasta el lugar de Isa, don-de el héroe SUGUNDOMOXE, al desaparecer, había dejado la huella de su pie en una roca, huella de la que lasembarazadas rascaban algo de polvo y se lo bebían mezclado con agua. Según DiEPGEN, todo esto recuerda viva-mente otros análogos de los pueblos germánicos y celtas.»Entre las hebreas del Cáucaso, y especialmente en la India, en Malasia, en Palestina y en ciertas regiones delCongo, cuando se retrasaba el parto se hacía beber a las parturientas agua mezclada con tierra (Geofagia). Es-pecialmente eficaz se consideró la tierra del atrio de una iglesia. Las judías caucásicas, en los partos difíciles, echa-ban en un vaso con agua la tierra de la tumba de una persona que hubiera muerto en los últimos 40 días, y le da-ban a beber a la parturienta. Si esto no servía, se sacaba tierra más profunda de la tumba y se procedía como

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' 8. La «Piedra del Águila, o -Piedra A9tlt».

/ ; ' .^ "'* ^M*^^^P^^J8mMn?'*^™ 9' La "Piedra cle Sangre» engastada en un cer-y/.'- ^ ^ jjS&JUSíy':S.WT:'i'Q!t!fy&£xͧsmí c o d e Platfli en forma de corazón, pertenecien-

^jY / ' • M B R ^ ^ É Á i i W i g S ^ l F x w - ^ ^ ^ te a un médico rural de St. Zeno (Relchenhall)

KerrtKo n Kretio ru ^ ^ L ^ ^ ^ F ^(Samíg.Schlagt£e¡pzig) ^ P ^ H/A

antes. Pero esto ocurría sin saberlo los rabinos, que no aprobaban ningún método semejante de ayuda (citadopor STAHL) (14).

En Damasco las embarazadas comen polvo de una tierra olorosa, llamada Tubaret Homra.En la India meridional y en Ceilán, se creen que la tierra cogida de debajo de los conos donde se abrigan lasserpientes sirve para favorecer los trabajos de expulsión del feto. ¿ De dónde podía venirle a la tierra esta acciónoxitócica? «Desde luego •—dice CASAS— una acción en tal sentido no ha podido sugerir dicha creencia por unexperimento casual. Lo que ha podido notarse de resultas de la ingestión inmoderada, es el abombamiento con-siderable del vientre, tal que podría confundírsele con un embarazo avanzado. Dicho el gran interés que la pri-mitiva tenía en embarazarse, se comprenderá tomase el gusto a una comida que en sí no lo tenía. Esta prácticabrindó al raciocinio un argumento reincarcionista, y hay quien vuelve del revés la tortilla y pone la teoríaantes que la prácticas (15). Lo que es probable es, que en la Europa prehistórica, aunque no con seguridad, lageofagia constituyó una costumbre muy difundida.Muy utilizada y apreciada como ayuda en el parto era la aplicación de toda clase de amuletos. Una gran partede los amuletos atados a los muslos de las mujeres egipcias, así como las cadenas colocadas alrededor del cuello,nos demuestran hoy la fuerza milagrosa que se les confería. (En España —como veremos en otro lugar— seataba al muslo de la mujer de parto un pañuelo de color rojo.) La piedra preciosa que llevaban sujeta al mus-lo, tenía que prestar ayuda en un parto difícil ; y el amuleto de rana, o la rana modelada en piedra o arcilla quela mujer se ponía, tenía que conducir a la anhelada fertilidad.Entre otros amuletos muy citados, tenemos la piedra del águila o piedra Aátit (fig. 8). Según prescripcionesmédicas primitivas rusas, esta piedra —que se encontraba en los nidos de las águilas—* tenía que colocarla laparturienta atada a su mano izquierda o al pie izquierdo. Una prescripción semejante la dio DIOSCÓRIDES,

quien, evidentemente —de fuentes de origen mesopotámicas—, aconsejaban que la parturienta la fijara en unacadera. Otras piedras favorecedoras de la parturición eran : la piedra de sangre (Lapis hematites) (fig. 9), aúnutilizada en muchos pueblos ; el jaspe (utilizado por los sumerios) ; la belemita; el erizo de mar o «piedrasapo» (fig. 9), etc. ; y algunos erizos de mar petrificados, y hallados en tumbas de mujeres especialmente, pue-den haber servido para la misma finalidad.Bastante difundida, también con miras a facilitar el parto, ha sido la costumbre de aprovechar ciertas emana-ciones desprendidas por animales, y la utilización de ciertos productos relacionados con la boca, y de ahí el in-gerir la revitalizadora Orenda. Entre los árabes, en el distrito de Moru, donde los estimulantes fueron muy esti-mados en la parturición, ponían un cacharro de barro, con un tubo aspirador, en el que ponían un líquido

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10. Postura adoptada por una parturienta negra 11. Cordero de piel negra entrando en la al-aspirando un líquido fermentado para conseguir coba de la Delfina para ser desollado vivo (Wi-un estado de embriaguez en el momento de la towskl).expulsión fetal. Distrito de Moru. (Wltowski).

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fermentado, especie de cerveza hecho con semillas de mijo que la mujer «saboreaba» poco a poco, hasta conseguiren el momento de la expulsión fetal un verdadero estado de hilaridad o de embriaguez (fig. 10),En Erzgebirge (Montes metálicos de la Alta Austria, en Suiza, y en otras partes), las parturientas se apli-caban sobre el vientre una piel de ofidio, remedio ya conocido por PUNIÓ (XXX), quien, entre sus datos, indicóque también facilitaría la parturición una estaca con la que se hubiera matado una serpiente que hubiera ren-dido a una rana.En Kolkau (Rochlitz), una familia poseyó durante más de ioo años una mítica piel de cabra, sobre la cual pa-rían todas las mujeres del lugar (referido, según WILKE, por el médico titular del lugar de referencia) ; igualmétodo se utilizó también en muchos pueblecillos de Erzgebirge, según relato de ZÜRNER, maestro forestal dellugar. En otros lugares se utilizó con la misma finalidad una piel de ciervo o de liebre (16), porque este roedortambién desempeñó un gran papel por creerlo facilitador de la fertilidad, por poseer unas estrechas relacionescon esta y con la distribución vital que se le atribuía a la luna (17). Ya APOLONIO DE TIRANA (el supermédicoy filósofo que vivió un siglo después de J.C.), aconsejó —como hizo cuando fue a asistir un parto— llevar con-sigo una liebre a la que hacía dar vueltas y saltos en el aposento del parto, con miras a facilitar la parturición ; ytambién lo refiere PUNIÓ (PUNIUS 77> XXVIII) (magnus et leporis usus mulieribus), quien hizo resaltar elpreferible empleo de la liebre por parte de las mujeres.La famosa comadrona francesa LUISA BOURGEOIS describió la recomendación que hizo el tocólogo inglés EDMUND

CHAPMAN (?i68o-i756), de colocar una piel de cordero de color negro, en el bajo-vientre de la parida. El uso dela piel negra, de cordero recién degollado vivo en la misma alcoba de la parturiente o parida, espolvoreada pordentro con polvo de rosas y de mirtilos, fue minuciosamente relatada en el «Traite des hermaphrodites», deJACQÜES DUVAL. Según dicha descripción, la piel se aplicaba sobre el bajo-vientre y región lumbar de la parida,y en la extremidad de la susodicha piel se aplicaba otra de una liebre, también desollada viva, previa friccióndel vientre con las sangres de los respectivos animales, aún calientes, pues se creía que poseían «une grandevertu de conforter la matrice et parties adjacentes...» A este propósito, PiERRE DIONIS relató un incidente cu-rioso que tuvo lugar en el parto de la Delfina ANA MARÍA VICTORIA DE BAVIERA. En su primer parto en 1682,su médico, JuUEN CLEMENT, le aplicó la piel negra, de un cordero desollado en su misma alcoba (fig. 11). Elanimal, vivo aún y no desprendido del todo de su piel, tiraba de ella, y el cirujano, JUUEN CLEMENT, que habíaasistido a la princesa, horrorizado del espectáculo, no volvió a usar este proceder (18).En algunas regiones de Galicia (España), para facilitar el parto se ha colocado sobre los senos de la mujeruna liebre viva.

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12 r—12. La comadrona kiowa proyecta un polvo emé-tico a la boca de la parturienta en el períodoexpu.sivo (Wltowski).

.«•sdSSSi» í ^ í v ^ \ 13 ' ^n """tesi3 del Norte las parteras ayudanSriSStf Y$&y^¡¡ a 'a Parturienta montándose en su vientre. (Co-

i s i S I n % V'^ l e o c ¡°n E' Boi2ot)

__ y r % £ 0 v Á x —-——— — ——

Ilustraciones de liebres que, por lo menos algunas, pueden haber servido para tal finalidad por parte de lasmujeres, existen en gran número de los tiempos prehistóricos, y se remontan, como el grabado, en un huesoprocedente de la cueva lindertal en Gera, incluso al paleolítico (WILKE).

En lugar de emplear la piel de un animal para colocarla debajo de la parturienta, a veces también se ha em-pleado un trozo de vestido, especialmente de los pantalones del esposo, en la región de Rechlitzer y también enAlbania.JACQUES DTJVAI,, contra los entuertos, recomendó aplicar en el bajo vientre estiércol de vaca o huevos batidosen aceite de nuez ; los huevos, así preparados, podían ser tomados también por la boca, a elección de la paciente.En tiempos de MAURICEAU, se aplicaba sobre el ombligo de una parida un emplasto de gálbano y algalia, puesel olor, «Réjoussant la matrice se relevait d'elle méme en approcher». Por eso, también con la misma finalidadde actuar sobre el sentido olfatorio de la matrizj después de los partos laboriosos, se quemaban cerca de la vul-va perfumes diversos, mientras se le aproximaban a la nariz asafétida, «zapatos viejos quemados».Entre los indios del Este, si el trabajo del parto era muy laborioso, la comadrona kiowa proyectaba en la boca dela parturienta una preparación especial para hacerla vomitar (fig. 12). Los «Grandes vientres» aplicaban a lanariz de la parturienta un polvo especial para hacerla vomitar ; si el efecto no se producía, se suministraba unvomitivo.Ciertas tribus indias, en los casos en que el parto no progresaba, provocaban el vómito con los dedos, para quela presión abdominal aumentara, y de este modo expeler indirectamente el feto ; lo cual, de un modo distintopero directo mediante masaje, lo practicaban —:según ENGELMANN— los Penimonees, y años más tarde, científi-camente, KRISTEIXER, lo que dio motivo para que, desde entonces, se denominaran a este método de expresión,maniobra de KsiSTEiXER.Entre los rutenos (Kuzela), para facilitar el parto existe la costumbre de que la parturienta no pise los panta-lones del esposo, sino que pase tres veces por encima de ellos.Con iguales perspectivas relacionadas con el marido, existió también la costumbre, de pisar o pasar por encimadel esposo. En Gurlarenliden sudeslávica existía la creencia de que si la parturienta no pasaba por encima,podía penetrar el dragón encantado en su vientre y el fruto, conservado dentro, lo pariría en un nuevo año.Entre los Estén (19), el esposo se sube encima del vientre de la parturienta cuando el parto no progresa ; tam-bién en Rhodesia del Norte las parteras se montan encima del. vientre de la parturiente (fig. 13), o —comoocurre en Loanda— subiéndose sobre la que pare en decúbito prono (fig. 14). En la medio Franconia existía locontrario, o sea, la prohibición absoluta de montarse sobre la mujer parturienta, pues entonces el parto seríadifícil y el niño nacería «canijo». Se consideraba que, de haber pasado o montado por encima del vientre, setenía que retroceder y alejarse (LAMMEKT, pág. 167).

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14. El parto de decúbito prono entre los indi- 15. «La femme au renne», Langerie Basse. Esta

ganas de Loanda (Angola). figura representa el acto de parturición de unamujer tumbada agarrada a una cuerda, por enci-ma de la cual pasa un reno (Wilke).

En Servia, en los casos de atonía uterina, la mujer se arrastraba entrando entre las piernas de su esposo, mien-tras éste, simultáneamente, la golpeaba con su traje de boda en la región lumbar. Con la costumbre anterior quizáse relacionase también la costumbre dominante en el sur de Eslavia y entre los rutenos, de beber en las botasdel esposo, pues éstas constituyen en cierto modo un reservorio de las emanaciones de los pies del marido.La creencia en la fuerza vigorosa de grandes animales, de cuya acción terapéutica existen datos de los griegosantiguos, también fue empleada con fines obstétricos. Así, por ejemplo, entre los armenios, en los partos difíci-les, se colocaban sacos de cebada sobre las mamas de la parturienta, y se dejaba que un vigoroso caballo comieraencima de los pechos.Y entre los estén —de los que ya hemos tratado en otro lugar— una usanza muy difundida consistía en que, alllegar el prometido al lugar del casamiento, tenía que desatar inmediatamente la cincha del aparejo de su caballo,para así procurar un futuro parto de su esposa con toda facilidad.Ilustraciones que representan escenas parecidas las podemos ver representadas de los tiempos prehistóricos enel relieve, tallado en un hueso de rengífero, denominado «femme au renne», según E. PiETTE, que constituyeun típico ejemplo. La escena representa el vientre de una embarazada, que se encuentra tumbada en el sueloboca arriba en el acto de parir (fig. 15). Por encima de la mujer se ve pasar un reno macho, desproporcionada-mente más grande que la mujer, y que, por eso, simboliza el ser portador de una especial y gran fuerza parafavorecer y facilitar el parto. Por lo demás, toda la representación es extraordinariamente real, y no da lugara dudas de que el artista que esculpió la susodicha escena quiso representar todo un determinado rito obstétrico.La representación en cuestión también ha sido interpretada de igual manera por R. MERINGER (20), si bien esteautor ve en la acción de pasar por encima el simbolismo de hacer desaparecer de la parturienta, estando echa-da, al demonio obstaculizador del parto ; por consiguiente, el mismo proceso simbólico que representa el arras-trarse o el pasar por entre las ramas de un árbol en forma de horca, entre raíces o agujeros en árboles, o a través delos peldaños de una escalera de mano, o por un tubo cilindrico. Aunque semejante interpretación apenas es ade-cuada, por cuanto en los pueblos primitivos —como dice HÓFLER (21), impugnándola interpretación de MERIN-

GER—, el impedimento del parto siempre se buscaba sólo en el feto sentado dentro (nalgas) e incluso en una dis-posición endemoniada (22)- Especialmente ocurría esto en numerosas práctivas curativas, en las que se pretendíaobtener una inmediata transmisión de fuerza mediante el pie (23). En este sentido se interpreta la represen-tación de la «femme au renne», la cual tenía solamente una significación talismánica, y para tal finalidad eranlas fuerzas emanadas e incorporadas al parto.En algunos pueblos primitivos, en los partos laboriosos, se creía que ello era obra de los espíritus maléficos yenvidiosos de las mujeres muertas de parto. En la India, estaban los churely es decir, los espíritus maléficosde las mujeres muertas de parto. En Bengala, a las mujeres muertas en el parto les cortaban los pies o ge los

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1716. Baño de vapor para reanimar a una ruouyay mantenerla envuelta dentro de una nube ocul-tadora (América Pintoresca, Barcelona. 1884). .? s > -

17. Talismán musulmán para facilitar la partu- « jJt¿J \&*y¿ÍL-l Zi V 'J/^-E-^-*^ <-¿^yriclón: Los musulmanes son Iconoclastas. No *~ . — ~ y ^'admiten el grabado, la pintura ni la fotografía. J*S Q A c"** * O ' " s ** ^LÜ/V 3 ' ' *^ »*"' T í ? "Por esto la representación humana en un es- .^JjL^-^^C^íAA*-»* O - Ü O tJSJry^J*CXjS"' j J ^ - K - rcrito musulmán es una rareza. Este representa \s \J •k U>una negra encinta con todos los atributos de su Hf i r * \ , A «Cestado, senos largos y caídos, vientre abulta- ~ VL.,. , , , .,, .—-^°—*°* * g * ° * * * ' " " ^do, etc. (Tomado de Enrique Casas: «La Covada £**"""' ' "™ —'"" J#"*™"" j/.\y el origen del totemismo». 1924). ^ * \ . Q

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torcían, para que no pudieran ejercer sus maleficios acercándose a las parturientas. En el antiguo Méjico los bru-jos, los llamados Temacpalitolique, se valían de la mano de una mujer muerta de parto.Entre los kalmuckos, para impedir que los malos espíritus se arrimasen a la mujer cuando estaba pariendo,mientras los magos rezaban oraciones a la puerta de la morada, el marido atizaba garrotazos al aire, circunva-lando la tienda. De Roma, ha contado VARRON, que en el techo de la puerta de una casa donde había una mujerde parto, se pasaba en vela un hombre toda la noche pegando hachazos (CASAS).

Para huir de los espíritus maléficos, la esquimal prepara dos fosas en la nieve. En una se instala para parir ;la caldea con una hoguera ; la alfombra de pieles y hierbas. En cuanto pare salta del hoyo y penosamente, cho-rreando sangre, va a otro situado cincuenta pasos más allá. Respira como quien se aleja del lugar donde hacometido un crimen.Una manera de esquivar a los espíritus maléficos acostumbran a practicar los rucuyos de la Guayana. Acos-tumbraban a colocar debajo de la hamaca, en que se tumbaban para dar a luz, una piedra enrojecida al fuego,sobre la cual vertía el esposo agua. Envuelta en vapores, quedaba invisible a los espíritus maléficos y paríadentro de una nube ocultadora (fig. 16).Más singular es el procedimiento que usaron los kirguises de montar la parturienta a caballo, y que galopara ;se figuraban que así no las atraparía la muerte (CASAS).

También se ha utilizado toda clase de talismanes para facilitar el parto, incluso entre los musulmanes, que —comosabemos— la representación humana en un escrito musulmán es una rareza (fig. 17).Las judías de Rusia usaron un talismán de papel en que había escritos 121 salmos y fórmulas cabalísticas (24);pegaban estos papeles a la cama, a las puertas y ventanas y a todas las rendijas.Las preñadas de todas las partes del mundo, desde la más remota antigüedad, han invocado protección en elparto y que fuera feliz, a Dioses, ídolos, Santos y reliquias de todas clases. De los Dioses de la Antigüedadhemos tratado ya en mi obra «El parto a través de los tiempos». De otros ídolos y dioses venerados más moderna-mente en pueblos primitivos, trataremos de dos : del ídolo encontrado en Onitcha (Bajo Níger) y de la DiosaTsE-SoUEN-NlAUG.El primero, el de Onitcha, cuya representación figura en el Museo del Trocadero de París, ofrece, entre otrasfiguras alegóricas, una mujer pariendo de rodillas y agarrada al pedestal sobre el cual están colocadas otras figu-ras grotescas ; la postura de la que pare, parece indicar que en el Bajo Níger las mujeres paren de rodillas(parte de abajo en el lado derecho, fig. 18).En cuanto a la Diosa TSE-SOUEN-NIAUG (China) (fig. 19) ha sido venerada hasta el siglo pasado, por lo menos,

por las mujeres que se encontraban en trance de parir. Ante ella se arrodillaban a sus pies a depositar un pequeñomuñeco de cartón, representando a un recién nacido, del sexo masculino o femenino, según se deseara varóno una hembra. A la derecha de la diosa, se observa en el grabado un sirviente, encorvado por el peso de los

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18 19

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18. ídolo encontrado en Ouitcha. Figura en el 19. La diosa Tse-souen-niang-niang, según Fell-Museo del Trocadero de París. (Wltowskl.) mann.

muñecos de cartón. Una vez que ellas habían otorgado sus votos, en la pagoda se dedicaban a rendir sus sacri-ficios rituales a la diosa, sin olvidar, naturalmente, las limosnas a los bonzos. Durante la preñez, la mujer china sepreocupaba, además, de asegurar la protección procedente de los «antepasados» ; y así, por ejemplo, prodigabala invocación siguiente: «¡Hacedme parir en seguida! ¡Vengo a rendir cuentas! ¡Oh, nobles espíritus, os ro-gamos ayuda y que nos otorguéis una feliz parturición !» Para que, a pesar de la buena voluntad de los espíri-tus de los antepasados no naciera mudo, ella se abstenía de comer tórtola o pato; y si se abstenía de comerconejo, nacería un niño con labio leporino.En Occidente, las devotas cristianas han invocado —como protectoras de los partos— a SANTA MARGARITA, aNUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, a NUESTRA SEÑORA DE CHARTRES ; al ÁNGEL DE ORO DE LA REINA DE IN-

GLATERRA ; a la VIRGEN DE LORETO ; a SANTA LIBRADA ; a SANTA ANA ; a SANTA CASILDA ; a SANTA DEMETRIA ;

a SANTA LUTGARDA (maravillosamente pintada por Goya), etc.En cuanto a santos, se ha implorado protección en los partos a SAN BERNARDO, SANTO DOMINGO DE SILOS, SAN

RAMÓN NONATO, SAN BARTOLOMÉ, SAN PEDRO CLAVER, SAN CRISTÓBAL, y a otros muchos santos, menos popu-lares en este aspecto, que han sido aludidos por distintos investigadores ; entre tales santos están : SAN JUAN

BAUTISTA, SAN GABRIEL ARCÁNGEL, SAN VICENTE FERRER, SAN LUIS DE GONZAGA, SAN FÉLIX DE CANTALICIO,

SAN ALBERTO SICILIANO, SAN FRANCISCO DE PADUA, SAN FRANCISCO DE SALES, SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, SAN

IGNACIO DE LOYOLA, SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, SAN ANDRÉS, SAN CARLOS DE BORROMEO, etc.

También las devotas cristianas han recurrido con el mismo fin a utilizar el cordón de SANTA MARGARITA, el deSAN AYAN (con las mismas virtudes que el cinturón de SANTA MARGARITA), el cordón de SAN JOSÉ, el cordónde SAN FRANCISCO, etc.

En cuanto a las reliquias, con la finalidad de que tratamos, se han utilizado muchas : la de MARÍA OIGNIES (25),el AGNUS DEI (medallón de cera blanca que bastaba ponerlo debajo de la oreja de la parturienta ; la de la San-ta Camisa que llevaba MARÍA cuando trajo al mundo a NUESTRO SEÑOR (26) ; el anillo de la VIRGEN (conser-vado en la abadía de Auchin, cerca de Douai, que desempeñó un gran papel en las mujeres de parto de aquellaregión) ; el cinturón de NUESTRA SEÑORA DE PUI (se conserva en Augou), y en la iglesia de Quintín (pequeña al-dea de Bretaña) ; el prepucio de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (que se mostraba a las mujeres engastado en un reli-cario de plata), etc.En Escocia se ponía en el lecho del parto una «Biblia», y en Lieja un librito titulado «Le Trepas de la Vierge».Por lo demás, se han rezado toda clase de oraciones a la VIRGEN, a muchos santos, al ESPÍRITU SANTO, etc.Junto con estas acciones enraizadas a la Obstetricia —predominantes en el antiguo pensar mágico y con las sim-ples y rudas prácticas obstétricas citadas— las grandes y racionales maniobras obstétricas tenían que desem-peñar un papel secundario, aunque no del todo.La punción de las membranas ovulareg para provocar el aborto artificial, fue un hecho indiscutible. Y la extrac-

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20. Expresión del feto median- 21. Manera de practicar con la cabeza !a ex- TI. Alumbramiento de las indias de la Unitehte un garrote para facilitar el presión del feto en Kabylia (Witowski) - Vailey (Witowskl).alumbramiento, en Ounyoro (Wl-towski).

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ción fetal en el parto difícil en la antigua India, se refiere en el Bahvapratasá, procedente del siglo xvi despuésde Jesucristo, que, minuciosamente, toma en consideración los escritos primitivos de la India. Lo escrito estáconcebido en los siguientes términos : «Si el feto vive, pero se extravía de su camino (mudka), ella (la coma-drona), debe extraerlo con el esfuerzo de su mano, untada de manteca fundida, introducida en la vagina» (27).La versión externa del feto antes del parto en las anormalidades de la situación fetal no se conoce por referen-cias procedentes de los escritos más primitivos, aunque se practicó mediante maniobras externas, en las situacio-nes transversales, en algunos pueblos primitivos, como en Batak de Borneo (28). También en la Europa primi-tiva fue a veces reconocida la necesidad de practicar la versión fetal, como parece deducirse de los encanta-mientos empleados análogamente. Así domina aún actualmente, como también primitivamente en Vogtlande rusay en Eunstale (Alta Silesia), la costumbre prehistórica, cuando el parto es difícil de invertir, y que se revuel-que un caballo sobre el techo y luego volverlo hacia atrás y meterlo dentro de la vivienda (29). Esto significa,evidentemente, que de igual manera que se invierte el caballo en el techo, debe hacerse la versión del feto den-tro del vientre materno.Una práctica para acelerar y facilitar la parturición y la expulsión de la placenta, desde los tiempos remotos has-ta nuestros días, han sido las maniobras de estrujamiento fetal y de la placenta dentro del útero. Aunque, mo-dernamente, estas maniobras se emplean científicamente, desde que fueron aconsejadas por SAMUEL KRISTELLER

y CREDE, a finales del siglo pasado, el favorecer la intensificación de las fuerzas expulsivas y con ello hacer pro-gresar el parto por la vis a tergo, se ha practicado instintivamente en todos los tiempos. En la antigüedad laaconsejaron HIPÓCRATES, CELSUS, ALBUCASIS, SORANUS, RUEEP y otros muchos.Como para la expulsión fetal se requiere, en muchos casos, una cierta fuerza, los hombres han actuado en estapráctica más que las mujeres ; no obstante, las parteras y las mismas parturientas, valiéndose de múltiplesartificios, la han practicado también, como vemos representada en las figs. 20, 21, 22, 23 y 24, y en otras mu-chas figuras que ya hemos presentado en otra publicación (30).Actualmente, la maniobra de estrujamiento fetal (maniobra de KRISTELLER), es considerada eficaz y se utilizaen las parturiciones normales, en los partos de nalgas y para favorecer la expulsión cuando se practica el fór-ceps o la ventosa.

En España, respecto a la protección implorada por las mujeres para que el parto se verifique con facilidad, yespecialmente cuando es difícil, hemos tomado de las interesantes publicaciones de los doctores L. VEGA-FERNÁN-

D.EZ CRESPO y CÉSAR FERNÁNDEZ RÜIZ (31 y 32), los siguientes datos y párrafos :

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23. Expresión fetal empleada por los Dayaks, 24, La expresión fetal durante ia primera ml-según M* VIscher, tad del siglo pasado en Monterrey, California

(Según Witowskí).

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«En algunas aldeas gallegas, fueron muy estimadas para alivio y facilitación del parto, las "BENDICIONES DE

SAN FRANCISCO". Eran tres bendiciones muy piadosas y de gran atractivo místico, que envueltas en un saquitode tela se colgaban del cuello durante el parto ; para que tuvieran virtud y surtieran efecto analgésico, atenuandolos dolores contráctiles, era necesario que la parturienta las tomase disueltas en su propia orina.»

Muy generalizado en casi toda España estuvo el uso de velas especiales de cera virgen, en las que, a distintaaltura, se ataba un lazo de diferentes colores ; y al llegar la llama al punto del lazo, la criatura debía habernacido.

En algunos lugares de España se practicaba el coito al iniciarse el parto por creer que así éste «resultabamás fácil». Afortunadamente esta bárbara costumbre ha desaparecido.Colgarse del cuello un diente de cerdo, o de la «gran bestia» (jabalí), colocar debajo de la almohada de la partu-rienta la llave de la puerta de la casa, o la «rosa de Jericó» (creencia arraigada en Asturias), son fantasías po-pulares que han sido estimadas como favorecedoras del parto.

También se han empleado múltiples cocimientos de yerbas : ruda, malvavisco y hasta cornezuelo de centeno(provocador de contracciones hipertónicas nocivas para el feto).Los «afumamentos», quemando sobre todo laurel verde, que arde con mucho humo, se utilizaron mucho enGalicia.Otro medio facilitador del parto se ha creído que era el hacer oler a la mujer en tal trance, sustancias capacesde provocar el estornudo, tales como pimienta, castóreo, eléboro, etc.

Remedios considerados «útilísimos» en la mujer de parto —-a los cuales nos hemos referido más atrás— eranel atar un pañuelo de color rojo al muslo de la mujer, o colocarle sobre su seno una liebre viva.Se han empleado como facilitadores del parto : «las sucusiones hipocráticas», el colgar del techo de la habitaciónde la paciente (Canarias), unos cánticos, como «el andero cuadrado» (jLérida), la música (como se ha hecho, conéxito, al parecer evidente, en el John Hopkins Hospital, de Baltimore).Por lo demás, en España se adoptaron —como en muchos pueblos del Universo— toda clase de posturas y sa-cudidas de la parturienta.

Finalmente, referiremos —tomados también de la publicación del Dr. VEGA FERNÁNDEZ CRESPO— la costumbrede ponerse el sombrero del marido (33), el soplar con toda la fuerza posible en el interior de una botella cuandose retrasaba la expulsión placentaria, así como el atar el cordón umbilical a uno de los muslos, ante la creenciade que la placenta o «libras» pudiera subirse a la garganta y ahogar a la parida.

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B I B L I O G R A F Í A

(1) HASSER : «Geschichte der Medizin», I, pág. 67.(2) RENE DUSSAUD : «L'aphrodite chypriote», Revue de l'histoire des Religions, LXXIII, pág. 245.(3) LA EDDA : Narración poética o libro de ODDI (también nombre de 2 diferentes obras de la escritura primitiva islándica).(4) RUNA : Antigua escritura y signo de culto de todas las estirpes primitivas germanas.(5) Dr. MILOGE M. YASSITCH : «Le dieu enchainé», Revue Archeologique, I, pág. 174 (1917).(6) P. NOUERY : «Les divinités de l'enfantement» (Cronique Medícale), mayo 1919.(7) HOFLER : «Organotherapie», Seite 108.(8) WINKLER, L. : «Animalia ais Arzneimittel einst und jetzt», pág. 69, 1908.(9) EDDA : (1. c , pág. 21).(10) HOVORKA und KRONFELD, II, Seite 567.(11) SUDHOFF, en EBERT R. L., IV, I, pág. 191, § 4.(12) GRACIUNESCO : «Original beitráge zur Volkmedizin der Rumánen in Südungarn».(13) WILKE : en EBER R. L., II, pág. 364.(14) STAHL : «Die Geophagie», Zeitschr. f. Ethn., pág. 338 (1931).(15) LASCH, R. : «Uber Geophagie», Mitteilunger der Wiener Anthropologische Gesellschaft, XXVIII, págs. 214 y si-guientes ; y en el Band XXX, págs. 181 y siguientes.(16) HOVORKA y KRONFELD, II, Seite 567.(17) WILKE : «Relig. d. Indogerrn.», Seite 154-167.(18) MOUSSON LANADZE : «Curiosités therapeuthiques Obstetricales», Paris, 25 de agosto 1924.(19) Estén : Habitantes pertenecientes a la raza nórdica del Este del Báltico.(20) MERINGER, R. : WORTER und SACHEN, V. 165 (WILKE).(21) HOFLER : «Arch. f. Gesch. d. Medizin», VII, Seite 292.(22) Cuando a veces se trataba de una parturienta que paría forzadamente, se trataba sólo de una acción de encantamiento,cuyo sentido no era comprendido entre las gentes del pueblo (Zeitschr. d. Ver. f. Volksk. 12), Seite 112 (WILKE).(23) WILKE : Mannus VII, 1915, Seite 1 y siguientes.(24) OREVIN : «Amulettes pour femmes enceiutes et ex-voto» (Bulletin de la Socienté d'Anthropologie, 1902).(25) MARÍA OIGNIES no figura como Santa; pero es venerada a 4 leguas de Namur.(26) Se encuentra en Aix-la-Chapelle y en Chartres, adonde •van las embarazadas a venerar este tejido ubicuitario. So pre-texto de evitar a las gestantes un viaje incómodo y fatigoso, la iglesia de Notre-Dame de Chartres ha imaginado el hacerfabricar, como facsímil de la santa reliquia, unas camisetas para que las lleven puestas las preñadas y parturientas, yque poseen las mismas virtudes que la original.(27) Ed. Jib. Vidy 2, 4, 189 (WILKE).(28) RÓMER, R. : «Die Heilkunder der Batak de Sumatra», Janus 1907 (WILKS).(29) HoyoRKA - KRONFELD : 1. c , Seite 567.(30) SÁNCHEZ ARCAS, R. : «La expresión del feto a favor de maniobras externas a travé? de los tiempos» (La maniobra deKRISTELLER), tMedicamenta», núm. 446-XI-1967 (Madrid).(31) VEGA FERNÁNDEZ-CRESPO : «Folk, Medicina», Semana Médica de iMedicamenta», tomo II, núin. 82, 23 julio 1966.(32) FERNÁNDEZ RÜIZ, CÉSAR : «Santos Curadores, Protectores de partos y lactancias», septiembre-octubre, 1960, año II, n.° 10.(33) Lo de ponerse el sombrero viejo del marido, e incluso la camisa y el pantalón, ya lo señaló MUJJSSON L,ANAUZE (1. c ,página 181).(34) G.-J. WITKOSKL : «Histoire des ACCOÜCHEMENTS chez tous les Peuples», París, 1887.

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