me todo narrativo e identidad en mc 6,30 -44

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UNIVERS FA MET IDENT Ne Gu SIDAD RAFAEL LANDIVAR ACULTAD DE TEOLOGIA TODO NARRATIVO E TIDAD EN Mc 6,30-44 elson Alejandro García 20779-01 uatemala, Noviembre 2011 Campus Central Tesis

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVARFACULTAD DE TEOLOGI

METODO NARRATIVO E

IDENTIDAD EN Mc 6,30

Nelson Alejandro García

Guatemala,

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE TEOLOGI A

TODO NARRATIVO E

IDENTIDAD EN Mc 6,30-44

Nelson Alejandro García

20779-01

Guatemala, Noviembre 2011

Campus Central

Tesis

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVARFACULTAD DE TEOLOGI

METODO NARRATIVO E

IDENTIDAD EN Mc 6,30

Nelson Alejandro García

Guatemala, Noviembre 2011

PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE TEOLOGI A

TODO NARRATIVO E

IDENTIDAD EN Mc 6,30-44

Nelson Alejandro García

Carné 20779-01

Guatemala, Noviembre 2011

Campus Central

Tesis PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA

POR:

Previo a optar al título de CIENCIAS RELIGIOSAS

En el grado académico de: LICENCIADO

PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA

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AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

P. Rolando Enrique Alvarado López; S.J. Rector Dra. Lucrecia Méndez de Penedo Vicerrector Académico P. Eduardo Valdés Barría; S.J. Vicerrector de Integración

Universitaria P. Carlos Rafael Cabarrús Pellecer; S.J. Vicerrector de Investigación

proyección Lic. Ariel Rivera Irías Vicerrector Administrativo Licda. Fabiola de la Luz Padilla Beltranena Secretario General:

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA

Lic. Rodolfo Marín Decano Lic. Guillermo Enrique Téllez Ibarra Secretario Lic. Francisco Romero González Director del Diplomado en Teología Lic. Agustín Maté Mancilla Director del Profesorado en Enseñanza Media en Filosofía Licda. María de la Luz Ortiz Martínez Director de la Licenciatura en Teología Lic. Leonardo Chaverri Fernández Coordinador Académico del área de Ética José Antonio Revuelta Celestino, fsc Director del Instituto Centroamericano en Ciencias Religiosas

Lic. Francisco Romero González Asesor de Tesis

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco en primer lugar a Dios Padre, por haberme permitido llegar a este momento

fundamental para mi vida, por el conocimiento profundo del misterio de su Hijo Jesucristo y, el

don del Espíritu Santo que me ha concedido la gracia de comprender, y profundizar, su Palabra

testimoniada en las Sagradas Escrituras. A mis padres y hermanos, por su apoyo, cariño, y

acompañamiento en todas las etapas de mi proceso de crecimiento humano e intelectual.

No puedo dejar de agradecer la preciosa gracia de ser padre de ese maravilloso niño, Felipe de

Jesús García, que ocupa un lugar primordial en mi vida. Él ha sido el motivo de inspiración en mi

carrera, la razón que me ha llenado de energía para saber avanzar, en medio de tanta

contrariedad. Agradezco de manera especial a la persona que supo alentarme en los momentos

de desánimo, que me ha amado incondicionalmente y aceptado con mis cualidades, defectos, y

que es hoy y seguirá siendo mi amiga, compañera, consejera y esposa. A ella dedico este triunfo

profesional.

Al Centro De Formación Cristiana “El Sagrario”, a todos los maestros, maestras y personal

administrativo. De manera particular agradezco al Licenciado Mario Guadrón por haberme

animado a inscribirme en esta carrera. Al Licenciado (en ética ambiental y ahora en teología) y

amigo Julio Alejandro Orellana, por haberme dado la oportunidad de dar clases en dicho centro y

ser el compañero de reflexión e investigación teológica en estos últimos trece años.

Con profunda gratitud valoro y reconozco la excelente labor docente de todos mis catedráticos.

Destaco especialmente la del Licenciado Francisco Romero, que con sus sabias enseñanzas

bíblicas despertó en mí, el interés de profundizar las diferentes metodologías exegéticas de

interpretación bíblica. Su agudeza intelectual, experiencia y espíritu crítico, fueron un desafío que

me llevó a realizar esta tesis de manera seria y profesional. De igual manera quiero agradecer al

Licenciado Rodolfo Marín, por su apoyo e interés como revisor y examinador.

Por último, pero con igual cariño, agradezco a las personas que apadrinaron este proyecto investigativo con sus recursos, y que por modestia y humildad no han querido que sus nombres aparezcan, mil gracias.

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INDICE

RESUMEN

I. INTRODUCCION

CAPITULO I: EL METODO NARRATIVO Y SU APLICACION EN EL ESTUDIO D E 1 LOS EVANGELIOS

1. Los métodos exegéticos y su desarrollo: del método histórico -crítico al análisis narrativo

2

1.1. Período moderno: hacia una lectura histórico -crítica de la Biblia 2 1.2. Métodos diacrónicos 6 1.3. Período posmoderno 8 1.4. Nuevos métodos de análisis literario 9 1.5. Definición de método sincrónico 10 1.6. Análisis r etórico 11 1.7. Análisis semiótico

14

CAPITULO II: ANALISIS NARRATIVO Y SU A PLICACION AL EVANGELIO DE MARCOS

16

2. Presupuestos teórico -literarios del análisis narrativo 18 2.1. El análisis narrativo y su especificidad 22 2.2. Relación con el método histórico -crítico 22 2.3. Relación con el análisis retórico y semiótico

24

CAPITULO III: ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL ME TODO NARRATIVO

28

3. El mundo del relato en Marcos 28 3.1. Narrador 31 3.2. El punto de vista del narrador en Marcos 38 3.2.1. Un punto de vista privilegiado y pos -pascual 40 3.2.2. Punto de vista y focalización 43 3.3. Los personajes en Marcos 47 3.3.1. Caracterización de los personajes en el mundo narra tivo de Marcos 49 3.4. La Trama narrativa en Marcos 54 3.4.1. El autor implícito guía al lector por medio del nar rador en la trama de

Marcos 61

3.5. Escenarios 63 3.6. Tiempo narrativo 67 3.7. Papel del lector en el Evangelio de Marcos 73 3.8. Evangelio de Marcos e identidad cristiana 73 3.9. Marcos como obra literaria 74 3.10. Distinción y relación entre lector real e implícito 76

CAPITULO IV: PROPUESTA METODOLOGICA

80

4. Propuesta metodológica para aplicar algunos elementos del análisis narrativo a Marcos 6,30-44

80

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4.1. Opción por una hermenéutica del texto 80 4.2. La necesidad de una hermenéutica de la fe 81 4.3. Opción por un comentario pastoral, al servicio de l a identidad cristiana 82 4.4. Opción de traducci ón 82 4.5. Pasos metodológicos a seguir 82 4.5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el t exto? 83 4.5.2. Momento exegético -hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en diálogo

profundo con el texto? 83

4.5.3. Moment o hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el texto? 85

CAPITULO V: MODELO PARA APLICAR LA PROPUESTA METODOLO GICA

86

5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto? 86 5.2. Momento exegético -hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en diálogo

profundo con el texto? 87

5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el texto?

103

II. CONCLUSIONES

104

III. RECOMENDACIONES

107

IV. BIBLIOGRAFÍA ANEXOS

A. CUADRO: Cronograma de actividades

B. ESQUEMA: Proceso del análisis narrativo

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RESUMEN

El estudio sobre el método narrativo se ubica en el contexto evolutivo de las diversas

metodologías exegéticas de interpretación bíblica, que surgieron en los períodos, moderno y

posmoderno. Define los conceptos fundamentales de los diferentes métodos, tanto diacrónicos

como sincrónicos, y describe sus principales pasos operativos, teniendo como base el Documento

“La Interpretación de la Biblia en la Iglesia”, promulgado por la Pontificia Comisión Bíblica en

1993. Observa asimismo, como las circunstancias históricas marcan la labor exegética en capa

época, imprimiéndole un sentido dialogal, y reorientándola a las necesidades e interrogantes más

apremiantes de los seres humanos.

Esta investigación compara, las similitudes y diferencias existentes entre tres métodos sincrónicos: retórico, semiótico y narrativo, para determinar de modo crítico, la especificidad de éste último; tanto los principios teórico-literarios en los que se fundamenta, como los elementos que intervienen en el proceso de aplicación del mismo a la los Evangelios, específicamente al de Marcos. Analiza también el presupuesto hermenéutico que sustenta los procedimientos exegéticos de los métodos, en la ardua tarea de la búsqueda del sentido, que contienen para el lector actual; unas veces para cerrarlo, y otras para señalar su insondable riqueza. La opción hermenéutica que recorre como hilo rojo, toda la investigación sobre el método narrativo es la “del texto”, ya que permite al lector acercarse al Evangelio de Marcos como obra autónoma, y captar la riqueza de sentido que contiene, el cual, dista mucho de la intención del autor, o los autores originarios. Los métodos exegéticos modernos, han olvidado frecuentemente al lector como sujeto hermeneuta, cuya sed de sentido e identidad busca ser saciada en la fuente límpida y abundante de la Palabra de Dios, testimoniada y contenida en los textos bíblicos. El estudio constituye un novedoso enfoque sobre los Evangelios, los cuales son vistos como obras que caracterizan de manera narrativa a Jesús y a los diferentes personajes; escritos creados, para fortalecer la identidad discipular de las comunidades en las que se fraguaron, y de toda comunidad lectora actual. La propuesta del estudio, se orienta a facilitar al lector, la aplicación de los diferentes elementos del método narrativo a Mc 6,30-44, de manera pastoral, creativa y dialogal. Pretende de este modo, unir exégesis y reflexión teológica, fortalecer la identidad del lector dialogando con Dios en el proceso de lectura, mediante tres interrogantes íntimamente ligados entre sí: ¿Cómo entrar en el texto? ¿Cómo permanecer en diálogo profundo con el texto? Y ¿Cómo continuar dialogando con el texto?

X

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I. INTRODUCCIÓN

San Efrén1 en su comentario al Evangelio concordante o Diatéssaron decía: “¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la Palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su Palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le guste. Escondió en su Palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión. La Palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados,

como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos sus lados una bebida espiritual.

Comieron – dice el Apóstol – el mismo manjar espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.

Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta Palabra no crea que en ella se

halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en

ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido

llegar a ser entendida por él, tenga esta Palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que,

considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo

que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar. El sediento se alegra

cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente. La fuente ha de vencer tu sed,

pero tu sed no ha de vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada sin que se agote la fuente,

cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella; en cambio, si al saciarse tu sed se

secara también la fuente, tu victoria sería en perjuicio tuyo.

Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia sobrante. Lo que has

recibido y conseguido es tu parte, lo que ha quedado es tu herencia. Lo que, por tu debilidad, no

puedes recibir en un determinado momento lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te

esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni te

desmotives por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.”

Estas palabras de San Efrén tan llenas de imágenes y metáforas muestran claramente lo que hoy

en algunos ámbitos exegéticos y teológicos se denomina “Teología narrativa.” Efrén es el ejemplo

más elocuente de una manera no helenizada de reflexión teológica que gustaba usar de lo

poético, lo narrativo como vehículo fundamental para comunicar las experiencias y los principios

1Guillermo Pons. 1994. Textos marianos de los primeros siglos. Madrid, España. Ed. Ciudad Nueva. p. 53: “La voz de Efrén es la más

representativa y autorizada de la Iglesia siríaca antigua, en la que se conserva muy viva la tradición judeocristiana, que había arraigado en los territorios de la cultura aramea que quedaron al margen del Imperio bizantino. San Efrén, cuyo nombre equivale a Efraín, nació hacia el 306 de familia cristiana en la ciudad de Nísibe que confinaba con el Imperio persa.”

La Escritura fuente inagotable de vida

XI

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vitales de la fe cristiana, en clara continuidad con las teologías neotestamentarias2. Los diferentes

métodos de interpretación bíblica que se han desarrollado desde la época moderna, no siempre

han tenido en cuenta la fuente inagotable de sentido expresado en formas poéticas, narrativas,

apocalípticas, hímnicas que posee la Sagrada Escritura, en orden a formar de manera permanente

y eficaz la identidad cristiana. El estudio sistemático sobre el método narrativo aplicado a los

Evangelios, que emplea hoy la exégesis bíblica tiene la enorme ventaja de involucrar a todo lector

en la tarea de actualizar esta inagotable riqueza de sentido e identidad religiosa, que poseen los

textos bíblicos para cada momento de la historia. La nueva crítica literaria, en clara oposición a la

metodología histórico-crítica, que ha dominado el quehacer exegético en los últimos siglos, ha

puesto en evidencia los límites de centrar la atención en la búsqueda del sentido de los textos

relacionado únicamente, con la intención del autor. Los nuevos enfoques teórico-literarios

apoyados a su vez en principios hermenéuticos centrados en el texto, proponen nuevos métodos

que evidencien la polisemia y reserva de sentido que poseen los textos, en cuanto testimonio

escrito, de la Revelación de Dios en Cristo.

Estas y otras razones justifican el presente proyecto investigativo en torno al análisis crítico-

narrativo. La investigación reciente sobre el carácter oral de las primitivas tradiciones pre-

evangélicas de los cristianismos originarios, revela la existencia de narradores especializados cuyo

papel fundamental consistía en guardar la memoria de Jesús y actualizarla, según las necesidades

vitales de las distintas comunidades cristianas, que en medio de serios conflictos buscaban crear y

fortalecer su identidad como discípulos de Jesús. Dichos resultados justifican el enorme interés de

los especialistas por el método narrativo, porque consideran que es uno de los análisis que mejor

responde y respeta la naturaleza literaria y teológica de los escritos evangélicos; ya que se

considera fundamental para profundizar en aspectos de los textos, que por lo general han sido

descuidados por la exégesis tradicional histórico-crítica, tales como el narrador y la manera de

contar la historia de Jesús, su punto de vista privilegiado, la intriga, escenarios – tiempos –

lugares, personajes, las estrategias focalizadoras así como los efectos que provoca en el lector3.

Puede contribuir a facilitar el paso muchas veces difícil de hacer actual la Palabra de Dios

contenida en la Escritura para el lector de hoy.

Siendo la historia el lugar privilegiado para el acontecer revelador de Dios en Cristo, es fácil

comprender que haya sido la narración una de las principales formas que encontraron las

primeras comunidades cristianas para testimoniarla y actualizarla. No es casual pues, que los

evangelistas en clara continuidad con el estilo oral de sus respectivos grupos, hayan escogido la

narración para tejer la identidad de Jesús y la de los discípulos. Dicho interés por mostrar de

2Quizá por esto los escritos catequéticos, homiléticos y teológicos de la patrística sigan teniendo un enorme impacto en la

conciencia cristiana de ayer y hoy. 3Existen muchos otros elementos del análisis narrativo que no se han mencionado, y que son fundamentales para la tarea

exegética. Estos serán expuestos y profundizados en el capítulo III.

XII

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manera narrativa quién es Jesús y qué significa ser discípulo era netamente pastoral. Las

diferentes comunidades cristianas no recordaron lo mismo y no narraron sus recuerdos del

mismo modo, ya que lo que estuvo presente en todo el proceso de formación de las diferentes

tradiciones evangélicas siempre fue que los miembros de las comunidades se vieran reflejados en

aquello que se narraba y en la forma que se narraba. Todo esto plantea serios retos para el

quehacer del discurso cristológico, acostumbrado más a la argumentación conceptual que a

narrar los aspectos fundamentales que caracterizan la fe en Cristo, como vía legítima de reflexión

teológica. La preocupación la mayoría de las veces, consiste en ofrecer a los creyentes una

identidad de tipo doctrinal (asentir intelectualmente a doctrinas y dogmas), dejando de lado la

experiencia vital que llevó a formular dicha doctrina. Es decir, y hablando en términos

existenciales, la experiencia se narra siempre primero, y luego, se conceptualiza. La narración

kerigmática antecede siempre a la formulación dogmática.

Se vive hoy día en una sociedad, en una Iglesia que ha perdido el arte de narrar y el gusto por leer

relatos. Quizá en el fondo late una pérdida de confianza en la capacidad que tiene la narración en

orden a generar identidad cristiana. Mercedes Navarro ha señalado al respecto un déficit

profundo al decir que:

“En la actualidad, los narradores oficiales de la biblia no son tenidos por buenos narradores, que es como decir

que no saben narrar sin crear ideología ni confían en el poder real de los relatos… En el fondo se desprecian

los relatos en su condición narrativa por lo mucho que se les teme, porque nunca se pueden manipular del

todo, porque conservan su autonomía y su fuerza interna, porque se pueden recrear y se pueden reproducir

con variaciones, porque son muchos y plurales, diversos y a veces contradictorios unos con otros4.”

Los Evangelios pues, más que descripciones exactas y pormenorizadas de lo que Jesús hizo y dijo,

son escritos orientados a la creación y fortalecimiento de la identidad comunitaria de los

diferentes grupos cristianos. Así lo reconocen hoy en día algunos especialistas que han

aprovechado todo el bagaje teórico que ofrece la psicología social, para el estudio de las

tradiciones neotestamentarias. Esther Miquel comenta al respecto:

“Las investigaciones sociológicas sobre la memoria colectiva están brindando a los exégetas la oportunidad de

estudiar los escritos del Nuevo Testamento desde una perspectiva interesante y novedosa; una perspectiva

que no pregunta tanto por la verdad o la autenticidad de sus contenidos, cuanto por su contribución al

surgimiento del cristianismo. La relación de la memoria colectiva con la identidad social y la autoafirmación de

los grupos permite considerar los escritos neotestamentarios como testimonios de la memoria colectiva del

cristianismo en formación: Son los recuerdos seleccionados de los acontecimientos, personajes y acciones con

los que se identificaban los diferentes grupos o comunidades de seguidores pospascuales de Jesús. Vistos de

esta manera, incluso las modificaciones, elaboraciones, omisiones y embellecimientos que podamos detectar

en su transmisión adquieren un significado histórico relevante, pues indican las direcciones en las que iban

4Mercedes Navarro P. 2003. Cuando la Biblia cuenta. Cruce 13. Madrid, España. p. 10

XIII

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encaminados los esfuerzos conscientes del cristianismo en formación por constituirse como grupo valioso y

afirmarse ante el mundo5.”

Las palabras de E. Miquel son elocuentes al respecto y constituyen un auténtico reto para la

manera tradicional (eclesial) y moderna (académica) de leer y estudiar exegéticamente los

Evangelios en los últimos siglos. Si la teología apologética desde el siglo XVI, los utilizó como

arsenal, para sacar pruebas que confirmaran tesis dogmáticas negadas o puestas en duda por el

protestantismo, cayendo en el dogmatismo; la exegesis histórico-crítica se sirvió de los mismos

como ventanas que le permitirían asomarse a las épocas históricas testimoniadas en ellos para

verificar su grado de historicidad, dando lugar al historicismo bíblico. A nivel pastoral las

consecuencias de estos excesos han sido lamentables ya que generan en la mayoría de los casos

lecturas a-históricas, ideológicas por un lado e historicistas por el otro, dejando prácticamente

marginado al lector común de los Evangelios que constituye la gran mayoría; los cuales entre

otros numerosos vacíos siguen practicando a nivel intra-eclesial una lectura individual,

apologética, fragmentaria (uso abundante de citas bíblicas descontextualizadas), de corte

intimista y sin métodos apropiados. El divorcio entre exégesis y pastoral es evidente. Si los

Evangelios fueron redactados como sostiene E. Miquel, en orden a configurar y fortalecer la

identidad cristiana, hay que facilitar una manera de leerlos que ayude a crear dicha identidad, que

no vea los textos como ventanas sino más bien como espejos en los cuales se vea reflejado el

lector en todo momento; una lectura, que no reduzca toda la interpretación a la búsqueda del

sentido, sino que ayude a percibir la riqueza simbólica y reserva de sentido que poseen los textos

inspirados, en su dimensión cualitativa como Palabra de Dios encarnada en lenguaje humano.

Lo anterior pone en evidencia una grave problemática, y máxime de cara a la propuesta pastoral

expresada recientemente por el Episcopado Latinoamericano en el Documento de Aparecida que

versa sobre la animación bíblica de toda la pastoral:

“Se hace, pues, necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre para el encuentro con

Jesucristo vivo… Esta propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se presenta la Palabra revelada,

contenida en la Escritura, como fuente de evangelización. Los discípulos de Jesús anhelan nutrirse con el Pan

de la Palabra: quieren acceder a la interpretación adecuada de los textos bíblicos, a emplearlos como

mediación de diálogo con Jesucristo, y a que sean alma de la propia evangelización y del anuncio de Jesús a

todos. Por esto, la importancia de una “pastoral bíblica”, entendida como animación bíblica de la pastoral, que

sea escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra…” (D.A n. 248)6.

El contexto en el que se encuentran las palabras citadas, corresponde al itinerario formativo de

los discípulos misioneros (n. 240-346) y tiene como finalidad primordial dar a conocer los lugares

de encuentro con Jesucristo y las dimensiones formativas que configuran la identidad del

5Esther Miquel Pericás. 2011. El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales. Verbo Divino. Navarra, España. pp. 261-262.

6Las palabras que considero fundamentales las he puesto en negrillas y cursiva.

XIV

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cristiano en cuanto discípulo y misionero. Uno de esos lugares privilegiados, configurador

inagotable de identidad discipular, son los textos bíblicos, en general y en particular los

Evangelios. Es aquí precisamente en donde cobran sentido las palabras de Esther Miquel que se

han citado anteriormente. Si los Evangelios fueron escritos que jugaron un papel decisivo en la

configuración de la identidad comunitaria de los discípulos de Jesús, deben leerse con los

métodos más adecuados que ayuden a conseguir dicho fin.

Esto no afecta solo al lector común miembro de la Iglesia, sino también involucra a la misma tarea

exegética. Todo método exegético (sea histórico-crítico, narrativo, semiótico o retórico) debe

estar orientado pastoralmente, a facilitar una lectura razonable y creyente de la Escritura que

fortalezca la identidad cristiana del lector. Urge por lo tanto la utilización de métodos exegéticos,

que mediante teorías hermenéuticas apropiadas, favorezca el encuentro, y el diálogo con Jesús,

en el acto interpretativo de lectura. Teniendo en cuenta esta problemática exegética,

hermenéutica y pastoral, el presente proyecto de investigación pretende responder a una doble

interrogante; de orden metodológico-exegético por un lado y hermenéutico por otro:

La finalidad del estudio analítico consiste en dar respuesta a estas interrogantes, que se articula

en torno a los siguientes objetivos:

Objetivo General: Promover la aplicación del análisis narrativo al Evangelio de Marcos, mediante

la elaboración de técnicas que faciliten el diálogo de narrador y lector en la producción del

sentido.

Objetivos Específicos

1. Determinar la importancia del proceso histórico evolutivo del surgimiento de los diferentes

métodos exegéticos, tanto en la época moderna y posmoderna, para ubicar el método

narrativo.

2. Destacar la importancia que los métodos exegéticos tienen en algunos documentos oficiales

del Magisterio de la Iglesia, entre ellos la Constitución Dogmática “Dei Verbum” del Concilio

Vaticano II (1965), el Documento sobre la “Interpretación de la Biblia en la Iglesia” de la

¿Cuál es el método exegético que contribuye más eficazmente a

fortalecer la identidad cristiana del lector? ¿Cómo lograr a nivel

hermenéutico que el lector contribuya activamente en el proceso

interpretativo de un Evangelio dialogando con el mismo?

XV

Page 15: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

Pontificia Comisión Bíblica (1993) y la Exhortación Apostólica Post-sinodal “Verbum Domini”

de Benedicto XVI (2010).

3. Definir la especificidad del método narrativo, en relación con el método histórico-crítico,

semiótico y retórico, para apreciar sus enormes aportes y percibir sus límites.

4. Diseñar pasos metodológicos, guía de análisis y técnicas específicas para aplicar el método

narrativo al Evangelio de Marcos 6,30-44.

XVI

Page 16: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

1

CAPITULO I: EL METODO NARRATIVO Y SU APLICACION EN EL

ESTUDIO DE LOS EVANGELIOS

La interpretación de la Sagrada Escritura, es una tarea apasionante que tiene como

finalidad principal discernir la Revelación de Dios contenida en ella. Sin embargo, dicha

tarea exegética es una labor nunca concluida del todo. Así lo declara el documento de

la Pontificia Comisión Bíblica en su prefacio:

“El estudio de la Biblia es, de algún modo, el alma de la teología, dice el Concilio Vaticano

II (Dei Verbum, 24), en conexión con una frase de León XIII. Tal estudio no está nunca

completamente concluido: cada época tendrá que buscar nuevamente, a su modo, la

comprensión de los libros sagrados7.”

Desde la promulgación de la Constitución Dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano

II, la Iglesia Católica se ha comprometido de una manera oficial a utilizar los

instrumentos metodológicos proporcionados por la exégesis científica (Cfr. Dei

Verbum n. 12)8, con la finalidad de actualizar la “Verdad que por nuestra salud, quiso

Dios que quedara consignada en las letras sagradas” (DV n. 11).

Interpretar correctamente la Palabra de Dios contenida en la Biblia, ha sido una misión

evangelizadora continua en la Iglesia a lo largo de los siglos. Y en cada época han

destacado exegetas de notable calidad, que con los recursos exegéticos a su alcance,

han prestado un servicio encomiable a la comprensión y transmisión de la Palabra de

Dios contenida en los textos bíblicos.

La conciencia eclesial de que los libros sagrados, son una fuente inagotable de vida, le

ha llevado a la convicción que ningún método en sí mismo, puede dar cuenta de toda

la riqueza contenida en ellos (Cfr. PCB I, Ba). El método histórico-crítico que ha

predominado prácticamente en la exégesis bíblica, desde sus inicios (siglo XVII) hasta el

presente siglo, se ve hoy en día seriamente cuestionado. Así lo reconoce el documento

de la Pontificia Comisión Bíblica al afirmar que dicho método deja en la penumbra

muchos aspectos de los textos bíblicos que estudia (PCB I, Ba), y por ello justifica la

necesidad de ampliar la perspectiva integrando los nuevos métodos de análisis

literario, como el retórico, semiótico y narrativo; así como, otros acercamientos.

Para dar cuenta de la evolución de las diferentes metodologías que la ciencia exegética

propone hoy en día, entre ellas el uso de la narratología aplicada a los textos bíblicos,

se necesita un enfoque histórico. Eso es lo que se desarrolla a continuación centrando

7Pontificia Comisión Bíblica. 1993. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Guatemala, Ediciones San Pablo. En

adelante cada vez que se cite se utilizarán las siglas PCB. 8En adelante se utilizarán las siglas DV y su respectivo numeral.

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2

el interés en el tema principal de esta investigación: método narrativo e identidad en

Marcos 6,30-44.

1. Los métodos exegéticos y su desarrollo: del método histórico

crítico, al análisis narrativo

La variedad de metodologías y acercamientos exegéticos, que enriquecen la

investigación bíblica actual, responde a un proceso evolutivo. Hans De Wit9realiza un

interesante recorrido histórico que abarca desde la exégesis bíblica en el Antiguo

Testamento hasta la postmodernidad. Aunque éste no será el único autor al cual se

hará referencia, de todo el análisis que realiza De Wit, interesa sobre todo para ésta

investigación dos periodos, que serán descritos brevemente: moderno y

postmoderno10.Es en este último periodo, donde se ubica el método narrativo, objeto

principal del presente estudio. Al delimitar de esta manera el interés de la

investigación, comprenderá el lector, la razón por la que, temas tan interesantes e

importantes como: la exégesis judía del Antiguo Testamento y la del Nuevo, queden

prácticamente al margen.

1.1. Período moderno: hacia una lectura histórico-crítica de la Biblia

El redescubrimiento del sentido literal de los textos bíblicos hecho por la exégesis

escolástica, y su enriquecimiento realizado por el Renacimiento, el Humanismo y la

Reforma protestante, establecen según De Wit, los cimientos de una nueva

interpretación de la Biblia11 que se dará a conocer como exégesis histórico-crítica. Ha

empezado, la época moderna. Aunque para muchos estudiosos, es difícil dar una

definición simple de modernidad, ésta, se puede definir como:

“proceso de cambio social por el cual las llamadas sociedades tradicionales pasan a ser sociedades

modernas. Estas se caracterizan por una determinada estructura social, política y económica… pero

también por una cultura propia, que suele llamarse modernidad, cuyos rasgos principales son:

secularización, mentalidad científico-técnica, fe en el progreso, conciencia igualitaria, tolerancia y

mentalidad capitalista-burguesa12.”

9 Hans De Wit. En la dispersión el texto es patria. Universidad Bíblica Latinoamericana. San José Costa Rica. 2002. En

esta obra el autor presenta detalladamente la evolución que ha tenido la exégesis desde los tiempos bíblicos hasta la posmodernidad. 10

Lo más interesante del análisis de éste autor, consiste en que cada etapa o periodo de evolución exegética que presenta, lo enfoca como una respuesta a las demandas, interrogantes y anhelos de cada momento histórico. En otras palabras, la exégesis no se ha elaborado como un fin en sí misma, sino que se ha encarnado en cada periodo histórico, para actualizar la Palabra de Dios contenida en las Escrituras. 11 Hans De Wit. 2002. En la dispersión el texto… pp. 91 12

Casiano Floristán/Juan José Tamayo. 1999. Diccionario abreviado de pastoral. Verbo Divino. Navarra. pp. 299-300

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3

Como muy bien ha señalado Joao Batista Libanio, moderno no se opone tanto a

antiguo, sino a tradicional13. El mismo autor señala algunas causas que hicieron posible

el nacimiento de la modernidad:

a) Surge como consecuencia del impacto que afectó la organización económico-

social de finales de la Edad Media.

b) El descubrimiento de América

c) La invención de la imprenta

d) Los descubrimientos de Galileo Galilei

e) La Reforma luterana, el Concilio de Trento14.

Estos y otros acontecimientos tuvieron, lógicamente, consecuencias para la

interpretación de la Biblia. Surge un serio conflicto entre la cosmovisión bíblica y la

moderna, entre fe y las ciencias que se irán diversificando y especializando cada vez

más. La Biblia será sometida a la crítica de la razón científica.

En esta nueva etapa de interpretación bíblica, un nombre sobresale para De Wit: Baruj

de Espinoza (1632-1677), y su “Tratado Teológico-Político (1670).”Varias son las

innovaciones que en materia de exégesis sobresalen en la parte teológica de su

tratado. Afirma De Wit que para Espinoza, la Biblia debe ser interpretada como obra

literaria, y que ha pasado seguramente por un proceso de crecimiento cuyo contexto

es la historia. Preguntas como: ¿quién fue el autor del texto?, ¿por qué ocurrió?, ¿en

qué tiempo ocurrió? y ¿en qué idioma fue escrito? Son las que en adelante guiarán el

análisis exegético de la Biblia15.

El estudio de la Sagrada Escritura deja de ser propiedad únicamente de la Iglesia, y

pasa de este modo a los grandes intelectuales de la época. Surge un nuevo ámbito de

lectura: además de la lectura de la Biblia de carácter popular, acrítica, realizada tanto

por católicos y protestantes, hay otra más racional, intelectual y crítica practicada en

ambientes especializados y académicos16. Todo esto trajo como consecuencia, la

separación, entre exégesis científica y predicación. Mientras que en el ámbito eclesial-

litúrgico, los sermones son: moralizantes, apologéticos y dogmáticos; en los círculos

académicos se va fraguando lentamente, a lo largo de los siglos XVII-XX una

metodología histórico-crítica para acercarse a la Escritura, que se va perfeccionando

cada vez más17, y por supuesto, desligada de toda labor pastoral.

13

Joao Batista Libanio. 2002. Teología de la revelación a partir de la modernidad. Ed. Dabar. México, D.F. pp. 121-149 14

Ibíd. 15 Hans De Wit. En la dispersión… pp. 93 16

Luis Mosconi. 1995. Hacia una lectura fiel de la Biblia. Dabar. México D.F. pp. 64-74 17 De la crítica literaria entendida como crítica de las fuentes, el método evolucionará, con la aparición de la crítica histórica, de las tradiciones, de las formas, de la redacción y la crítica textual.

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4

Personajes clave como: Richard Simon (1638-1712), y su obra, “Historia crítica del

Antiguo Testamento”; Jean Astruc y sus “Conjeturas sobre el Génesis”18; Martin

Dibelius (1833-1947) y Rudolf Bultmann (1884-1976), entre otros, serán figuras

destacadas de este tiempo.

Es interesante la descripción que realiza Mosconi, de los principios tomados del

racionalismo y el positivismo que guiaron la interpretación de la Biblia en estos siglos:

a) “Sólo puede aceptarse de la Biblia lo que es racional, lo que puede ser demostrado por la razón.

Lo que va en contra de la razón es mito, invención.

b) Solamente pudo acontecer en la vida de Jesús lo que también hoy puede acontecer; no puede

haber diferencias. Así pues, si hoy la gente no puede caminar sobre las aguas, tampoco Jesús lo

hizo; esta fue una invención mentirosa de los primeros cristianos.

c) Nada sucede por casualidad. Todo tiene causa y efecto. Por ejemplo, ¿por qué fue proclamada

la resurrección de Jesús? ¿Cuáles fueron las causas? ¿Cuáles las intenciones?19”

Luego de haber realizado la descripción anterior (que no pretende en absoluto, ser

exhaustiva), sobre el contexto histórico del surgimiento de los métodos histórico-

críticos, así como, de algunos principios ideológicos que acompañaron su estadio

inicial, es conveniente analizar brevemente, algunas consecuencias positivas, que la

aplicación de dicha metodología, ha tenido para la comprensión de la Sagrada

Escritura; y la valoración que la Iglesia católica ha tenido, y tiene hoy, de los métodos

histórico-críticos. Las principales consecuencias para la interpretación bíblica, son las

siguientes:

a) Todo texto, incluso el bíblico, tiene historia. No ha caído del cielo ni ha surgido

de la nada. Es necesario analizar los textos bíblicos, dentro del amplio contexto

de la Economía de la Revelación salvífica de Dios.

b) Las tradiciones orales de los acontecimientos, son anteriores a su codificación

escrita. Esto permite, distinguir, el contexto de los acontecimientos y el de la

transmisión oral, del contexto de redacción.

c) La crítica literaria en el análisis de los Evangelios por ejemplo, ha revelado que

existió un proceso de tradición viva, manifestado en una serie de relecturas,

que desembocaron en los diferentes testimonios evangélicos.

d) Es necesario superar la visión a-crítica sobre temas como, la inspiración

considerada como dictado divino, revelación e inerrancia, manifestadas en una

lectura ingenua, literalista de la Biblia, aceptando la interdisciplinariedad como

principio hermenéutico, para dar cuenta de la múltiple riqueza de sentido

contenido en los textos bíblicos.

18

De las intuiciones de Astruc, nacerá en el ámbito académico, la hipótesis de las cuatro fuentes literarias del Pentateuco: Yavista, Elohísta, Deuteronomista y Sacerdotal. 19

Ibíd.

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5

Ahora bien, en cuanto a la valoración que la Iglesia Católica ha tenido y tiene

actualmente de este método, se puede constatar lo siguiente:

a) Que, desde la Providentissimus Deus de León XIII; a la Constitución Dogmática

Dei Verbum, se ha valorizado cada vez más (aún a pesar de las serias reservas),

la importancia del método histórico-crítico para la interpretación de los textos

sagrados.

b) Se ha superado la lectura ingenua de los Evangelios comprendidos como

biografías modernas, al aceptar por primera vez a nivel del Magisterio Oficial de

la Iglesia Católica20, las tres etapas de formación de los Evangelios.

c) La Iglesia actualmente, en el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica “La

Interpretación de la Biblia en la Iglesia”, ha puesto de relieve lo positivo y los

límites del método histórico-crítico, desde una perspectiva madura y

equilibrada, que muestra, sobre todo su validez (PCB I, A, 1-4)21.

d) Recientemente, el Papa Benedicto XVI en la Verbum Domini, ha vuelto a

confirmar la validez, del método histórico-crítico, siempre y cuando no esté

separado de los principios hermenéuticos de la Iglesia Católica (Cfr.

Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini n. 32-36)22.

Se puede concluir esta sección, afirmando con De Wit que:

“… el desarrollo de los métodos históricos ha significado una enorme riqueza. Pero también ha

habido pérdida. Como parte de esa pérdida consideramos el hecho de que, a causa de la

predominancia de los métodos históricos, se llegó a considerar la manera histórica de leer textos

como la única. En general no se le enseña a la o el estudiante de métodos de exégesis que el

método histórico es solo una manera de percibir y leer textos. Fácilmente se olvida que antes de

los métodos históricos y modernos, existían otros métodos de dialogar con los textos bíblicos. En

el judaísmo, en la Iglesia cristiana y sus bases, en el pueblo, se ha estado practicando durante

siglos otras maneras de conversar pre-modernas, pero no por eso menos creativas, ricas,

legítimas23

.”

La modernidad, como periodo histórico, ha aportado lo suyo, dando lugar frente a la

síntesis medieval de los cuatro sentidos de la Escritura, al surgimiento del enfoque

diacrónico de análisis bíblico, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.

20

El documento al que hacemos referencia, es la Instrucción “Santa Madre Iglesia” que la Pontificia Comisión Bíblica promulgó el 21 de abril de 1964 (Cfr. n. 6-9); y que sirvió de fuente, para la redacción de la Dei Verbum n. 19. 21En este capítulo del documento, que recomiendo leer, se habla de la historia del método, sus principios, se describe su proceso operativo y al final se evalúa críticamente. 22 Para citar en adelante esta exhortación, se utilizará las siglas VD y su respectivo numeral. 23

Hans De Wit. 2002. En la dispersión… pp. 150

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6

1.2. Métodos diacrónicos

En el análisis de un texto, existen dos alternativas para el intérprete. Puede analizar el

texto en su estadio final, o bien preguntarse: desde que aconteció lo descrito en el

Evangelio Marcos, por ejemplo, el llamado de los primeros discípulos (Mc 1,16-20),

hasta su inclusión en el mismo, ¿cuál ha sido el proceso histórico? ¿Hubo tradición

oral? ¿Correcciones de otros escritores? ¿Habría añadidos, reformas etc.? Plantearse

estas preguntas es moverse en el análisis diacrónico de los textos bíblicos. Es entrar en

su prehistoria24.

Según lo anterior, puede describirse el análisis diacrónico de la siguiente manera:

“La aproximación o el estudio diacrónico de los textos consiste en ver si remiten a tradiciones

orales, si son el resultado de varias redacciones sucesivas en el tiempo, si algunos pasajes son

anteriores y otros posteriores (lo que puede ir desde varios decenios, para el Nuevo Testamento,

a varios siglos, para el Antiguo Testamento)25.”

El método histórico-crítico, está compuesto en su procedimiento de los siguientes

métodos diacrónicos:26

a) Crítica textual: La crítica textual apunta a establecer un texto tal como salió de

la pluma de su autor. Para hacer esto hay que reunir varios manuscritos de un

mismo texto, cotejando las variantes, determinando el grado de parentesco

entre algunos manuscritos, intentar reconstruir sus familias y establecer, si es

posible, el árbol genealógico de los manuscritos y sus familias.

b) Crítica histórica: Un gran número de libros bíblicos narran historia. La crítica

histórica trata de encontrar la verdad histórica de estos relatos. Tan excesivo es

negar a todos estos textos bíblicos cualquier valor histórico como afirmarlo a

cualquier precio.

c) Crítica literaria: es aquella que trata el texto bíblico como obra literaria. Exige

investigación seria, científica y bien articulada, con normas precisas27. La crítica

literaria discierne el comienzo y el final de cada unidad textual; verificando su

coherencia interna (PCB I, A, 3b).

d) Crítica de la redacción: Llamada también historia de la redacción de un libro, da

cuenta de su unidad interna y de su coherencia, mostrando cuál era la finalidad

del autor, sus tesis principales y a quién se dirigía28.

24

Antonio M. Artola/José Manuel Sánchez Caro. 1995. Biblia y Palabra de Dios. Introducción al estudio de la biblia 2. Verbo Divino. España. pp. 383 25

Jean-Noël Aletti, Maurice Gilbert, Jean-Louis Ska, Silvie de Vulpillieres. 2007. Vocabulario razonado de la exégesis bíblica. Instrumentos para el estudio de la biblia XV. Verbo Divino. España. pp. 45 26

Ibídem. pp. 33-37. De este vocabulario extraeremos algunas de las definiciones. 27 Luis Mosconi. Hacia una lectura fiel… pp. 124-134 28

Vocabulario razonado… p. 37

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7

e) Crítica de las formas: llamada también crítica de los géneros literarios, es la que

procura determinar las diferentes formas literarias, así como su ambiente de

origen o contexto vital, rasgos y evolución (PCB I, A, 3b).

Esta manera diacrónica de analizar los textos sagrados, ha significado un gran avance.

La predicación y la catequesis, se han visto enormemente beneficiadas. Pero no por

eso está exento de una mirada crítica. Varios son los límites que se pueden resaltar:

a) En la práctica exegética, el método, se ha orientado a buscar la intención del

autor, como su objeto principal. Tal pretensión desemboca en la oposición

entre objetividad y subjetividad29. Al absolutizar la intención del autor como

único principio hermenéutico (hermenéutica del autor), se limita el carácter

polisémico de los textos inspirados buscando un solo sentido.

b) El texto es tratado como un objeto, del cual hay que distanciarse, cerrando

toda posibilidad de diálogo30. De esta manera se crea una brecha entre

exégesis científica y vida pastoral. El ejercicio exegético se convierte, según

Schökel, en una actividad aséptica, clínica, que interesa pero no importa nada

para la vida31.

c) La objetivación del sentido en el texto lo vuelve un objeto del pasado

inalcanzable para el cristiano común, al que sólo puede acceder el especialista,

el exegeta de profesión. La puerta de acceso a la intención del autor se cierra.

Ésta quizá, es la crítica que como justa protesta, se ha escuchado en ámbitos

exegéticos latinoamericanos.

d) Toda la praxis exegética histórico-crítica se ha venido desarrollando dentro de

un paradigma literario; el cual hoy día es seriamente cuestionado, por el

surgimiento del paradigma oral, que invita a replantearse nuevamente una

serie de hipótesis, que subyacen como ejes teóricos en el estudio crítico, tanto

del Antiguo como del Nuevo Testamento.

Todas las limitantes, señaladas anteriormente, ponen en guardia ante la pretensión de

absolutizar los métodos diacrónicos de interpretación bíblica. Si bien es cierto que el

método histórico-crítico seguirá siendo la base científica, indispensable y sólida, sobre

la cual se deberá apoyar necesariamente cualquier otro método exegético. También es

cierto que descuida, no concluye la tarea que constituye su fin primordial: hacer

relevante, para la comunidad creyente de hoy, la Palabra de Dios contenida en los

textos, la cual sea dicho de paso, nunca será plenamente objetivable ni codificable, y

29

Luis Alonso Schökel, J. M. Bravo. 1997. Apuntes de Hermenéutica. Trotta. Madrid. pp. 30-31. El autor muestra de manera convincente, que la pretensión de objetividad, crea una distancia entre el lector y el texto que analiza, dejándolo fuera prácticamente en cuanto sujeto. 30 La Dei Verbum, subraya el carácter dialogal de la Revelación de Dios, al decir que, en los textos sagrados el Padre movido por su gran amor, sale al encuentro de sus hijos, para dialogar con ellos. La Escritura no es un objeto arqueológico, no es un monumento del pasado, sino Palabra Viva y actual. 31

Ibíd. Apuntes de Hermenéutica… pp. 31

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8

siempre trascenderá los textos escritos, porque esa Palabra, la única que recorre toda

la Escritura es: Jesucristo (Jn. 1,1.14). En conclusión, se puede decir, que, dado, el

carácter polisémico de los textos bíblicos, se exigen hoy en día nuevos métodos y

acercamientos exegéticos que sean capaces de complementar la tarea que los

métodos diacrónicos dejan inconclusa. De eso se hablará en los apartados siguientes.

1.3. Período posmoderno

Es necesario reconocer con De Wit que el “fenómeno de la posmodernidad no es fácil

de comprender32.” En efecto, reconoce el autor que algunas veces el término ha

tomado un tinte negativo calificándolo como libertinaje33. Sin embargo, a pesar del uso

negativo del término, De Wit, afirma que “el concepto posmodernidad tiene sentido y

representa todo un movimiento que tiene sus ramas y representantes en la

arquitectura, el arte, la filosofía y también la hermenéutica34.”

Ahora bien, dado que la hermenéutica y los métodos exegéticos aplicados a la Sagrada

Escritura no se realizan al margen de la historia, sino al interior de la misma, es lógico

pensar que si el modernismo dejó huella profunda en la lectura y comprensión de la

Biblia, la posmodernidad también. Es lícito por lo tanto, hablar de: métodos de

exégesis posmodernos. Es interesante la definición que propone el autor al que se ha

hecho referencia líneas arriba:

“Por métodos de exégesis posmodernos queremos entender aquellos métodos cuyo primer

interés no se dirige a la exploración de la referencia histórica o la génesis del texto, sino a otros

aspectos del texto: el texto como obra literaria; el texto como relato; el texto literario como obra

de arte; el papel del lector o la lectora en el proceso de comprensión; el proceso de lectura; el

peso del contexto actual, etc35

.”

En resumen, se puede decir que, si la hermenéutica y exégesis modernas, se

caracterizaron por buscar la objetivación del sentido pretendido por el autor en el

texto, la hermenéutica y exégesis posmodernas defienden a su modo que en los textos

bíblicos siempre hay una reserva de sentido, que no se podrá objetivar del todo, ya

que dichos textos son fundamentalmente polisémicos. Se ha pasado, usando las

palabras de Alonso Schökel, de una hermenéutica de autor, a una hermenéutica del

texto36.

Mientras que el modernismo realizaba preguntas al texto bíblico, tales como: ¿Quién

es el autor?, ¿en qué época se escribió?, entre otras muchas, pero todas ellas de

carácter histórico. Las preguntas al texto que surgen de la exégesis posmoderna toman

32

Hans De Wit. En la dispersión el texto… pp. 311 33 Ibídem. 34

Ibídem. 35 Ibídem. p. 313 36

Luis Alonso Schökel, José María Bravo. Apuntes de Hermenéutica. pp. 27-36.

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9

en cuenta aspectos descuidados por los métodos histórico-críticos: “¿Cuáles son los

efectos que ejercen los textos en su auditorio? ¿Cuáles son las políticas y estrategias

de lectura adecuadas? ¿Cuál es realmente el potencial transformador de un texto?37”

En otras palabras, si en la modernidad los textos bíblicos son tratados como objetos de

estudio, en la posmodernidad, serán tratados como sujetos con los cuales se puede

dialogar e interactuar38. El método histórico-crítico, será completado en su proceso

metodológico (esencialmente diacrónico) denominado: crítica literaria; por el

surgimiento de los llamados “nuevos métodos de análisis literario” (PCB I, B), todos

ellos, sincrónicos.

1.4. Nuevos métodos de análisis literario

Para comprender adecuadamente el aporte de los nuevos métodos de análisis

literario, es necesario distinguirlos de la crítica literaria. De Wit reconoce que existe

cierta confusión entre ambos términos y que es preciso no confundirlos:

“Es importante señalar que el término literario, tal y como se usa dentro de la ciencia de

literatura, se opone al método de la crítica histórica. Las y los críticos literarios consideran que la

crítica histórica es demasiado atomizante e historicista. La crítica histórica, por más que se llame

crítica histórico-literaria, no hace justicia al texto literario, así opina la ciencia de la literatura. Un

texto literario – entre ellos los textos bíblicos – debe considerarse en primer lugar como una obra

de arte única e integral; una obra de arte única y holística (entera, comprehensiva)39

.”

De acuerdo con la distinción que hace De Wit, se puede matizar aún más la diferencia

entre crítica literaria y análisis literario:

a) La crítica literaria es un método diacrónico que se preocupa más de las etapas

de formación de los textos que de su estadio final. Estudia la coherencia e

incoherencias de los textos para determinar cuáles fueron las fuentes que el

autor utilizó, trata de definir también las diferentes formas literarias así como

su contexto vital, para luego concluir con la crítica de la redacción. Sin

embargo, en ésta última fase, la crítica histórico-literaria solamente parece

precisar, de manera detallista, lo que se puede considerar tradicional y lo que

es redaccional. Es decir, aún en esta sección, que es sincrónica, no le presta

atención al texto como tal, sino solamente a su prehistoria. La teoría

hermenéutica que subyace en el fondo de todo el trabajo exegético es la del

autor (se considera que para interpretar adecuadamente los textos, hay que

buscar cuál fue la intención del autor).

37

En la dispersión el texto…. p. 316 38 El Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Dei Verbum, ha subrayado que en la lectura de los textos bíblicos, sucede un diálogo salvador entre Dios y el ser humano. “En los Libros sagrados, el Padre, que está en el

cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos.” (DV 21). 39

De Wit. En la dispersión el texto… pp. 319-320

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10

b) Los métodos de análisis literario, son fundamentalmente sincrónicos, no se

preocupan de etapas anteriores orales, ni de redacciones parciales, sino de los

textos tal y como quedaron en su estadio final. Esto con la finalidad de analizar

aspectos de los textos que la crítica histórico-literaria descuida, tales como: su

estructura, la trama, intriga, narrador, escenarios, tiempo, entramados

verbales, personajes, el efecto retórico sobre el lector, entre otros. La teoría

hermenéutica que subyace en el trabajo exegético, es la del texto (la cual

afirma que los textos una vez que son escritos, adquieren independencia y

autonomía respecto de su autor histórico).

Estos métodos sincrónicos, surgidos en la posmodernidad, son el resultado de la

llamada “Nueva crítica”, que desde los años 1930 a 1960, fue la corriente

norteamericana de mayor relieve, en la ciencia literaria40.

1.5. Definición de método sincrónico

Una vez, señalada la diferencia entre crítica literaria y análisis literario; es necesario

definir lo que se entiende por método sincrónico. Para autores como Wim Weren,

hablar de sincronía es hablar de contemporaneidad, de algo que coincide con el

tiempo41. El término sincronía fue introducido por F. de Saussure (1857-1913), como

término técnico en lingüística42.

Es interesante la manera en que concibe Weren la tarea del análisis sincrónico en la

teoría literaria, y por eso se reproduce a continuación a la letra:

“En este campo literario, el término (investigación “sincrónica”) se utiliza cuando se esclarecen

las relaciones entre los elementos constitutivos de un texto. Para ello, tenemos que

concentrarnos en un libro o pasaje particular, tal como lo tenemos ante nosotros, sin

preocuparnos por la cuestión de su historia, dejando de lado la posible existencia de estratos

anteriores o posteriores. En los que de algún modo aparecen sus temas. A través de una lectura

sincrónica intentamos desvelar los modelos de organización de un texto, haciendo visibles sus

líneas de significado. En ese fondo, resulta iluminador el hecho de que el término latino textus

(texto) está vinculado con “tejido” o tela (como muestran otros términos emparentados como

“textil” o “textura”). En una aproximación sincrónica, un texto aparece como un todo coloreado

en el que se van entretejiendo en forma unitaria diversos hilos. Por eso es importante la función

activa de los lectores, una de cuyas tareas fundamentales es la de relacionar entre sí los diversos

componentes de un texto. A partir de esos componentes obtenemos una visión de conjunto del

tipo de texto que estudiamos, entendido como un todo; por su parte, el todo del texto arroja su

luz sobre los diversos componentes43

.”

40

De Wit… pp. 324-325 41Wim Weren. 2003. Métodos de exégesis de los Evangelios. Instrumentos para el estudio de la Biblia. Verbo Divino. Navarra, España. pp. 15-17 42 Ibídem. 43

Ibídem.

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11

De toda la tarea exegético-literaria que describe el autor, la más interesante es la que

trata sobre el papel activo de los lectores en la búsqueda del sentido de los textos.

Mientras que en el análisis diacrónico se le pide al lector, al exégeta, que se distancie

de los textos para tratarlos científicamente, con precisión y objetividad. En el análisis

sincrónico se le pide al exégeta lector, como requisito fundamental, que se relacione e

interactúe con los textos. En el análisis sincrónico, el lector, el intérprete, no queda al

margen, ni en la imposible y pretendida neutralidad, sino que se relaciona con los

textos bíblicos desde la subjetividad que marca su humanidad y con todo lo que ello

implica44.

Aunque los métodos de análisis diacrónico precedieron en el tiempo a los sincrónicos,

sin embargo, en la práctica exegética, se recomienda empezar con el análisis

sincrónico. Es necesario partir del texto, para luego investigar cuál fue la historia del

mismo. A nivel pastoral, la sincronía tiene la ventaja de poner al creyente en contacto

directo con los textos bíblicos, y solamente después con las informaciones

extrabíblicas proporcionadas por los análisis diacrónicos. El gusto, el amor, por la

lectura atenta de los textos, será seguramente el resultado en las comunidades

cristianas. No se trata de poner al creyente a optar, sino en la tarea de complementar

ambas formas de análisis bíblico.

Una vez, distinguido, definido, descrito y valorado, el proceso exegético de lectura

sincrónica de los textos bíblicos, propio de los nuevos métodos de análisis literario; se

puede pasar ahora, al estudio concreto de tres métodos sincrónicos: el retórico, el

semiótico y narrativo (tema central de ésta investigación)45.

1.6. Análisis Retórico

El documento de la Pontificia Comisión Bíblica, sobre la Interpretación de la Biblia en la

Iglesia, define y describe el análisis retórico, en el marco del inciso dedicado a la

presentación de los nuevos métodos de análisis literario (PCB I, B, 1). Empieza el

documento, definiendo lo que se entiende por retórica, así como la justificación de su

uso, en la exégesis bíblica:

“La retórica es el arte de componer un discurso persuasivo. Puesto que todos los textos bíblicos

son en algún grado textos persuasivos, un cierto conocimiento de la retórica forma parte del

instrumentario normal del exegeta.” (PCB I. B. 1b).

44

Al orientarse por una hermenéutica del texto (según se ha definido en esta investigación), el exegeta, y cualquier lector (predicador, catequista), que se acerque sincrónicamente a los textos bíblicos, descubrirá sentidos que van más allá de los pretendidos por el autor humano. 45 Para lo que sigue tomaré entre otros, los conceptos fundamentales, que sobre estos métodos proporciona el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica “La Interpretación en la Iglesia.” I, B, 1-3.

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12

La retórica no es algo nuevo en sí, porque como afirma De Wit, era, una práctica

común en la antigüedad, ya que desde el año 400 a.C. era algo conocido en Atenas46. A

esto se refiere seguramente la Comisión Bíblica, cuando dice que el análisis retórico no

es algo nuevo en sí mismo, aunque sí, su uso sistemático para la interpretación de los

textos bíblicos (PCB I, B, 1a). Se pueden distinguir tres formas de acercamiento a los

textos desde el punto de vista retórico:

a) El primero se fundamenta en la retórica clásica greco-latina. El exegeta que la

utiliza, está convencido de la enorme influencia que la retórica helenística

tenía, en el tiempo en que se redactaba el Nuevo Testamento; y por ello cree

que puede ser un instrumento útil, para analizar mejor ciertos aspectos de

estos escritos.

b) La segunda manera de acercarse a los textos bíblicos, desde una perspectiva

retórica, hace énfasis en los procedimientos semíticos de composición. En

efecto, tales procedimientos como: la composición simétrica, los paralelismos,

permiten captar en profundidad la estructura de los textos bíblicos

permitiendo, una mejor comprensión de los mismos.

c) Si el primer acercamiento se basa en la retórica clásica, y el segundo en la

semítica; el tercero se fundamenta en la llamada nueva retórica; la cual más

que detenerse y reducir su estudio a los aspectos estilísticos del texto, quiere

sobre todo discernir el porqué de la eficacia del lenguaje bíblico, para

comunicar ciertas convicciones de fe. Para llevar a cabo este objetivo, se sirve

de varias disciplinas como: la lingüística, la semiótica, la antropología y la

sociología, las cuales le proporcionan un marcado talante dialogal, e

interdisciplinar (PCB I, B, 1e-g).

El aporte sobre todo del tercer acercamiento, es enorme. La Comisión Bíblica

refiriéndose a esto concluye que:

“La “nueva retórica” tiene razón de llamar la atención sobre la capacidad persuasiva y

convincente del lenguaje. La Biblia no es simplemente un enunciado de verdades. Es un mensaje

dotado de una función de comunicación en un cierto contexto, un mensaje que comporta un

dinamismo de argumentación y una estrategia retórica.” (PCB I, B, 1j).

Dada la tendencia de la Comisión a no absolutizar ningún método de exégesis bíblica,

era de esperar que junto a los aportes del análisis retórico, se pusieran en evidencia

sus límites. De los cuatro interrogantes que plantea (PCB I, B, 1k), llama la atención

sobre todo el cuarto, que previene sobre el peligro de atribuir a los textos bíblicos una

estructura retórica demasiado elaborada. Como una posible respuesta a tal

planteamiento, se podría decir que, según la teoría hermenéutica de la autonomía del

texto, no debe extrañar si el exegeta percibe en los textos relaciones de sentido que

46

En la dispersión el texto es patria… pp. 363

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13

posiblemente van más allá de los pretendidos por el autor. Tales interrogantes,

concluye el documento, no deben de llevar a la no utilización del método, sino a

utilizarlo con discernimiento.

El análisis retórico está aún aplicándose a los Evangelios, mientras que en otros

escritos neotestamentarios, como las cartas de Pablo, existen buenos ensayos. En lo

que respecta a los Evangelios, merece la pena mencionar un estudio de Gerd

Theissen47, en el que, desde una perspectiva socio-retórica, sostiene que los Evangelios

son el resultado de la interacción entre los evangelistas y las comunidades en las

cuales estaban inmersos como dirigentes48.Es interesante el lugar que concede

Theissen al análisis socio-retórico de los Evangelios. Para él constituye “una síntesis de

la crítica de las formas y la historia de la tradición, por un lado, y de la crítica de la

redacción y literaria, por otro49.” En otras palabras, los evangelios, no son escritos

neutrales, aislados y sin capacidad persuasiva; son por el contrario, escritos

persuasivos, que quieren provocar determinados efectos en las comunidades de

origen, y en todo lector, que esté dispuesto a dejarse interpelar existencialmente por

su mensaje.

Dos cosas están en discusión actualmente sobre el análisis retórico: por un lado si se le

puede dar el estatus de método exegético, y por otro, cuáles son, sus tareas

específicas, que marquen su diferencia y especificidad, respecto de otros análisis

literarios. El análisis retórico, en efecto, comparte con los métodos histórico-críticos, el

principio hermenéutico de que la intención del autor es fundamental para la

determinación del sentido de los textos bíblicos; es decir, se trata de señalar cuál era la

intención retórica del autor. Pero se distancia a la vez de dichos métodos porque

involucra aspectos como: la intuición, el sentimiento y la imaginación, considerados

por los histórico-críticos como marginales. Comparte así mismo con la crítica de las

formas la búsqueda del contexto vital (Sitz im Leben) de los textos, pero a la vez se

distancia de ella, porque no busca dicho contexto solamente como información

histórica, sino como contexto retórico, para imaginar el efecto y la manera como sería

oído dicho texto.

Intención retórica, la disposición de los elementos del texto y el contexto retórico son

fundamentales en el análisis retórico, pero no existe un consenso en los pasos del

procedimiento.

47 G. Theissen. 2002. La redacción de los evangelios y la política eclesial. Un enfoque socio-retórico. Verbo Divino. Estella (navarra). 48 Ibíd., p. 11 49

Ibíd.

Page 29: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

14

1.7. Análisis Semiótico

Fue el lingüista suizo, Ferdinand de Saussure, como señala el Documento de la

Pontificia Comisión Bíblica quien, a inicios del siglo XX, diseñó la teoría de que toda

lengua es un sistema de relaciones que está sujeto a determinadas reglas (PCB I, B, 3a).

A partir de los estudios de Saussure, y los de muchos otros lingüistas y literatos, entre

ellos J. Greimas (y la escuela de París de la cual es fundador), ha ido desarrollándose y

perfilándose lo que se llama actualmente análisis semiótico o estructuralista.

¿Qué se entiende por análisis semiótico o estructuralismo? Se puede proponer para

iniciar la definición recogida por De Wit:

“Por estructuralismo entendemos una aproximación al texto literario que se interesa en primer

lugar en la configuración interna de los elementos del texto50.”

La definición anterior habla sobre el interés del análisis estructural: la configuración

interna de los elementos del texto, es decir, su estructura. El término “estructura”,

(explica más adelante el autor), procede del mundo de la construcción y de la

arquitectura51. Esto es importante y, aplicado a los textos, sugiere que hay en ellos un

sistema de relaciones controlable y fijo52. Esta definición de De Wit orienta sobre el

objetivo fundamental del método, así como también el procedimiento que sigue, al

estudiar los textos bíblicos.

Para lograr dicho objetivo (analizar detalladamente la estructura interna de los textos),

el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica (que en lo que sigue utiliza el método

propuesto por J. Greimas), habla de tres principios o presupuestos fundamentales: 1)

Principio de inmanencia 2) Principio de estructura de sentido y 3) Principio de la

gramática del texto. También habla el Documento de tres niveles para acceder al

contenido global de un texto: El nivel narrativo, discursivo y lógico semántico (PCB I, B,

3b-g).

Como se podrá dar cuenta el lector, el análisis semiótico no se interesa en la

prehistoria del texto, no pregunta por las fuentes ni por el proceso de evolución de sus

perícopas, ni por lo que en la redacción se puede considerar tradicional y propio del

autor (todo esto es lo que analiza el método histórico-crítico); tampoco, profundiza en

la intención retórica del autor, ni inquiere en los posibles efectos que pudo provocar

en el auditorio original (todo ello competencia del análisis retórico) y actual.

Solamente le interesa el texto y nada más que el texto en su estadio final.

Una de las ventajas que conlleva la aplicación del método semiótico a la Biblia, es que,

se puede aplicar a la mayor parte de textos, sean éstos narrativos o pertenezcan a

50

Hans De Wit. En la dispersión el texto… p. 335 51 Ibíd., p.333 52

Ibíd., p.334

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15

otros géneros literarios. Quizá por esta razón, entre otras por supuesto, el Documento

de la Comisión Bíblica diga que:

“Si el análisis semiótico no se pierde en los arcanos de un lenguaje complicado, sino que es

enseñado en términos simples y en sus elementos principales, puede dar a los cristianos el gusto

de estudiar el texto bíblico y de descubrir algunas de sus dimensiones de sentido, sin poseer

todos los conocimientos históricos que se refieren a la producción del texto y a su mundo socio-

cultural. Puede también demostrarse útil en la pastoral misma, por medio de una cierta

apropiación de la escritura en medios no especializados.” (PCB I, B, 3k).

Ahora bien, lo que se considera ventaja en ámbitos pastorales, puede traer consigo la

tentación (dada la filosofía estructuralista, en la cual se inspira el método), de negar

toda referencia extratextual, lo que llevaría a hablar no tanto de autonomía del texto,

sino de la absolutización del mismo. Pero lo más grave aún no se ha dicho, ya que

según la Comisión Bíblica: “Existe el grave riesgo, entre quienes utilizan el análisis

semiótico, de quedarse en un estudio formal del contenido, y no de explicitar el

mensaje de los textos.” (PCB I, B, 3j). La finalidad teológica, eclesiológica de todo el

ejercicio exegético, quedaría de este modo gravemente mutilada.

Por lo tanto, conseguir el justo equilibrio en la interpretación de la Biblia, mediante

una metodología exegética inspirada en principios hermenéuticos correctos, que no

olvide los textos por interesarse demasiado en su prehistoria (diacronía); ni tampoco

olvide la historia, por centrarse en los textos (sincronía), y que además, no margine al

lector actual, sino que lo tome en cuenta como coproductor de sentido, en fin, que no

separe trabajo exegético y reflexión teológica, constituye uno de los mayores desafíos

para la exégesis actual. ¿Será el análisis narrativo, la opción metodológico-exegética,

que logre dicho equilibrio? Responder esta pregunta es el propósito del siguiente

capítulo.

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16

CAPITULO II: ANALISIS NARRATIVO Y SU APLICACION AL EVANGELIO DE

MARCOS

¿Qué se entiende por análisis narrativo? En líneas generales, se puede definir, el

análisis narrativo, no en sí mismo, sino aplicado a los textos bíblicos, como: el análisis

exegético que utiliza los principios de la teoría narrativa, para interpretar la Sagrada

Escritura en cuanto testimonio de Salvación en forma de relato. Aunque ciertamente,

no toda la escritura es narrativa, ya que coexisten en su interior una diversidad de

formas literarias; es necesario reconocer como lo hace Gloria Heras Oliver, que:

“la estructura final de la Biblia sí es narrativa, y su forma final es la de una historia narrada con un

comienzo – el Génesis – y un final – el Apocalipsis53

.”

La Pontificia Comisión Bíblica reconoce el gran beneficio que presenta la utilización del

análisis narrativo para la exégesis bíblica, dada la naturaleza narrativa de un gran

número de textos que la componen (PCB I, B, 2h). Ahora, en el caso concreto de los

Evangelios que bien pueden definirse como confesiones de fe sobre Jesús en forma de

relato54, la aplicación de la ciencia narratológica ha constituido una nueva manera de

profundizarlos e interpretarlos en los últimos treinta años. Es una nueva forma de

acercarse a los Evangelios, porque, efectivamente, como reconoce Marguerat, el

estudio científico de la narratividad es algo reciente. Si los narratólogos, tanto

europeos como americanos, hicieron sus publicaciones alrededor de los años sesenta y

setenta del siglo pasado, su aplicación a las narraciones bíblicas no se produjo, sino

diez años más tarde55.

En el campo bíblico, la aplicación de la narratología, tiene para Marguerat un nombre:

Robert Alter56, quien en 1981 publicaba su libro (El arte de la narrativa bíblica). El

impacto de la obra de Alter fue notorio, ya que las preguntas planteadas a los textos

de la Biblia Hebrea, que es en donde aplica sus estudios, no eran habituales en la

exégesis bíblica57. Otros autores como Shimon Bar-Efrat, que también analiza el arte

narrativo bíblico, afirman que las primeras percepciones del arte narrativo de la Biblia

se remontan hasta el mismo Hermann Gunkel (1832-1932):

53

Gloria Heras Oliver. 2001. Jesús Según San Mateo. Análisis Narrativo del primer Evangelio. Eunsa. Pamplona. España. p. 40 54

Digo esto, porque estamos acostumbrados a leer, en diversas obras exegéticas y comentarios sobre los evangelios, que pertenecen éstos al género “biografía antigua”, sin embargo para otros autores como tendremos ocasión de ver más adelante, los evangelios deben ser considerados como verdaderas confesiones de fe, en forma narrativa. 55

Daniel Marguerat, Yvan Bourquin.2000. Cómo leer los Relatos bíblicos. Presencia Teológica 106. Sal Terrae. Santander. p. 12 56

Ibíd., p. 19 57Ibíd. Los interrogantes aplicados a los textos bíblicos del Antiguo Testamento, son según estos autores las siguientes: ¿Cómo compone el narrador las escenas? ¿Cuál es la función del diálogo en el relato? ¿Para qué sirven las repeticiones en una historia? ¿Qué saber se comunica al lector y qué se le oculta? ¿Cómo hace intervenir el narrador a los personajes y cómo los hace evolucionar?

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17

“Al examinar los relatos del Génesis, Gunkel aseguraba que quien no prestara atención a su

forma artística, no sólo se privaría de un considerable placer estético, sino que además no podría

penetrar en su significado… En la tercera parte de su introducción al Génesis, Gunkel trató

aspectos tales como la simplicidad de estilo, estructura interna, número de personajes y su

caracterización, relación entre trama, diálogo y descripción, aspectos de la trama y ausencia de

evaluación explícita58

.”

Efrat reconoce que a Gunkel se le conoció, más por el aporte de la crítica de las formas

literarias, que por su apreciación personal, de la belleza narrativa del Génesis, aspecto

éste, que prácticamente quedó al margen, pasando desapercibido por los estudiosos.

Si bien es cierto que hay que reconocer las intuiciones de Gunkel, también lo es, que

él, por mucho que se hubiera fijado en los detalles narrativos de la Biblia, no poseía las

herramientas metodológicas que le permitieran sistematizar sus intuiciones.

Los estudiosos, a los cuales se ha hecho referencia anteriormente, centraron el

resultado de sus intuiciones e investigaciones narratológicas en los escritos

veterotestamentarios. Pero ¿cuándo empezó a ser aplicado el análisis narratológico al

Nuevo Testamento y, más concretamente, al Evangelio de Marcos? Para Daniel

Marguerat los pioneros en aplicar el análisis narrativo al Evangelio de Marcos, fueron:

David Rhoads y Donald Michie, en su libro: “Marcos, una historia”, que tenía como

principal característica, entre otras, ser el primer estudio que explicaba narrativamente

un libro bíblico en su conjunto59. Es decir, ya no se trataba solamente de seleccionar

algunos textos y aplicarles este análisis, sino que ahora se aplicaba por primera vez a

una obra bíblica en su totalidad.

Es significativo a su vez que haya sido Marcos el Evangelio elegido para la aplicación de

lo que definió Rhoads como: análisis narrativo60; esto no hacía más que coronar el

proceso de recuperación de este Evangelio, que había iniciado la exégesis histórico-

crítica en el modernismo61.Desde esta época, la exégesis tradicional histórico-crítica ha

venido aplicando al Evangelio de Marcos, de manera diacrónica, las conclusiones de la

investigación crítico-textual, de la crítica literaria (búsqueda de fuentes, géneros

literarios, contexto vital de las tradiciones), crítica redaccional e histórica; por otra

parte, expertos como Juan Mateos en colaboración con Fernando Camacho, han

realizado a finales del siglo pasado, grandes y originales comentarios sincrónicos,

mediante análisis lingüísticos al Evangelio de Marcos, que han puesto de manifiesto

sus grandes riquezas de sentido; sin embargo, aspectos de este Evangelio, tales como:

58

Shimon Bar-Efrat. 2003. El arte de la narrativa en la Biblia. Ed. Cristiandad. Madrid. p. 11 59Marguerat…, p. 19-20. Es sumamente interesante, la historia que se cuenta aquí, ya que todo surge de la invitación que Rhoads, hace al profesor de literatura inglesa y colega D. Michie, a su curso bíblico, para que enseñe a los estudiantes a leer el Evangelio de Marcos como se leería una novela. Es precisamente, de este encuentro interdisciplinario, entre exégesis y literatura, que nace el proyecto de escribir dicho libro. 60

Rhoads, fue el primero en hablar de “análisis narrativo”. Cfr. Marguerat. o. c., p. 20 61 En efecto, es de sobra conocido, que desde la época patrística, hasta la escolástica, el Evangelio de Marcos fue el menos comentado, ya que se tendía a considerarlo, desde Agustín, como un resumen de Mateo.

Page 33: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

18

la voz narrativa que conduce al lector, la intriga, la caracterización de los personajes, el

mundo del relato, los escenarios, la focalización, la trama narrativa, entre otros, que ya

se han aplicado en los últimos treinta años, y se siguen profundizando, revelan un

detalle que no puede pasarse por alto en el análisis literario crítico formal (diacrónico),

y teológico redaccional (sincrónico): la calidad de los narradores que transmitieron los

recuerdos sobre Jesús, en la comunidad de Marcos, y su capacidad de involucrar no

solamente al auditorio original, sino a todo posible lector, en el mundo del relato,

mediante estrategias de alto nivel, que se perciben en la composición narrativa, del

Evangelio en su versión escrita y canónica62.

Por último, y pese a todos los frutos fecundos que ha dado el análisis narrativo, es

necesario decir que la investigación sobre la narratividad de los Evangelios no es

creación de los biblistas, sino que parte de presupuestos teórico-literarios que se

fueron elaborando por especialistas franceses, alemanes y estadounidenses, y que

luego fueron aplicados a la investigación exegética63. Algunos de estos presupuestos

teóricos, serán expuestos a continuación.

2. Presupuestos teórico-literarios del análisis narrativo

El primer presupuesto teórico que hay que aclarar es el concepto literario narración, y

sus elementos constitutivos. Desde una perspectiva antropológica, es fácil comprender

el papel que juega la narración en la vida. En efecto como afirma G. Oliver: “toda

persona relata infinidad de narraciones a lo largo de su vida para comunicarse con los

demás64.” Sin embargo, cuando dicha experiencia se trata de conceptualizar desde una

perspectiva científica mediante la pregunta ¿qué es la narración?, surgen dificultades,

ya que son conceptos lingüísticos, que difícilmente se pueden encerrar en un

enunciado preciso y conciso65. Esta dificultad, no obstante, ha llevado a elaborar

estudios teórico-literarios profundos, que han ido gestando una verdadera ciencia

narratológica.

Las raíces históricas de la actual narratología66 se hunden en la poética de Aristóteles;

obra ésta, que ha sido siempre el punto obligado de referencia para las diversas

62

Esta conclusión es fruto de mi lectura crítica de diferentes obras (cuyos autores nombraré en su momento), que versan sobre la cultura oral de los primeros cristianos desde la perspectiva de la psicología social, y que tendré ocasión de explicar más detalladamente cuando compare la diferencia y relación entre la crítica literaria y el análisis narrativo, así como cuando profundice el tema de la oralidad en el cristianismo de los orígenes. 63

Marguerat. o. c., p. 20 64Gloria H. Oliver o. c., p. 17 65

Ibíd. 66Ibíd., p.18. el autor dice, en la primer nota de pie de página, que éste término, fue empleado en ámbitos franceses para referirse al estudio de la estructura narrativa.

Page 34: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

19

corrientes teórico-narrativas de la actualidad cuando tratan de dar un concepto

científico de narración67.

G. Oliver ofrece un concepto de narración interesante para el propósito de esta

investigación, porque constituye una valiosa síntesis que recoge el pensamiento no

sólo de Aristóteles, sino de tres representantes de la moderna teoría literaria: Scholes

y Kellog, Aguiar e Silva y G. Genette68.

Una primera aproximación provisional al concepto narración la da el autor, tras haber

revisado los rasgos distintivos y los elementos constitutivos de la misma, tal y como se

desprenden de la poética de Aristóteles:

“Después de esta somera descripción de la Poética aristotélica…, a modo de síntesis, podemos

esbozar el resultado de nuestra primera aproximación al concepto de narración como sigue: “el

relato constituye la imitación de una acción, organizada o estructurada en una trama, que le

confiere su unidad de significado69

.”

En esta primera aproximación crítica, se pueden apreciar los elementos fundamentales

que constituyen e identifican toda narración: una acción, un referente histórico, que

luego es imitado, representado, pero no de cualquier manera, sino tejiendo una trama

narrativa que le da coherencia, unidad y sentido. Como se tendrá ocasión de analizar

más adelante, dichos elementos, están presentes en el Evangelio de Marcos: hay una

acción (= La vida de Jesús); una imitación: es decir, una representación oral y luego

escrita (= el Evangelio), organizada en una trama que le confiere sentido.

Esta definición provisional (pero no por eso menos fundamental), es a continuación

ampliada por el autor, al acercarse a tres grandes teóricos literarios, y presentar su

concepto de narración.

1) R. SCHOLES-R. KELLOG (The Nature of Narrative, 1963)

Para G. H. Oliver, lo más interesante del concepto narrativo de estos autores es el

papel principal que para ellos juega la tradición en el relato. De hecho, todo pueblo, en

la configuración de su identidad, cuenta y vuelve a contar las historias tal y como han

quedado en su memoria colectiva y no como mera información fáctica70.Este dato es

importante, porque, como se tendrá ocasión de ver, la narrativa evangélica se interesa

por el pasado, sí, pero no en sí mismo, sino en cuanto que tiene relevancia para el

presente comunitario en la búsqueda de definir su identidad como grupo. Tener en

67

Ibíd. pp. 18-22. El autor ofrece una breve descripción de lo que Aristóteles entiende por narración. A ella remito al lector interesado ya que mi propósito no es profundizarla, dado el espacio reducido de esta tesina, solo ofrezco la síntesis hecha por Oliver. 68

Procedo de esta manera, porque no he podido acceder directamente a las obras de estos autores, y por lo tanto los analizaré desde la perspectiva del autor al que he hecho referencia, añadiendo comentarios personales claro está. 69 Ibíd. p. 22 70

Ibíd. pp. 22-23

Page 35: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

20

cuenta este dato es fundamental para viejo debate sobre la verdad histórica de los

Evangelios.

La perspectiva desde la cual dichos autores presentan su concepto de narración es el

de la Historia de la Literatura y, según G. H. Oliver, “ponen de manifiesto que desde sus

orígenes la narración está vinculada a un objeto (la historia) y a un sujeto que la

transmite (el narrador) desde el interior de un marco de transmisión (la tradición)71.”Es

decir, el lugar propio de la narración es la tradición, y su finalidad, la configuración de

la propia identidad del pueblo que cuenta sus historias.

2) V.M. AGUIAR E SILVA (Teoria da Literatura, 1992)

La fuente principal de la que bebe Aguiar e Silva, según G. Oliver, es la idea de

narración que desarrolla P. Ricoeur, en su obra Tiempo y Narración 198672. Esto

marcará el concepto de narración que Aguiar e Silva irá elaborando en su obra, la cual

se concibe en estrecha relación de interdependencia con la temporalidad.

Por temporalidad hay que entender el tiempo desde el que se cuenta. Esto le confiere

al lenguaje inmerso en el tiempo su carácter narrativo. Pero no es solamente eso lo

que hay que comprender por temporalidad, ya que “no es posible desarrollar un relato

sin que transcurra el tiempo73.” En otras palabras, existe no solamente un tiempo

desde el que se cuenta, sino también un tiempo para contar. El ser humano narra

inserto en el tiempo, pero al narrar también transcurre el tiempo. Aplicándolo a las

narraciones evangélicas, se podría decir que los narradores de las comunidades

cristianas narran insertos en el tiempo y el espacio, pero en el momento en que narran

el tiempo se puede medir, y de hecho hay estudios que lo han medido. Todo esto se

expondrá en su lugar.

¿Cuál es la novedad, el aporte de Aguiar e Silva, para el concepto de narración? En

palabras de G.H. Oliver: “…, la presentación de Aguiar e Silva aporta un nuevo dato a

nuestra descripción de la realidad narrativa, de modo que a los dos conceptos de

historia y narrador, se añade ahora el de temporalidad representada, como un tercer

rasgo esencial de la narración74.”

3) GERARD GENETTE (Figuras III, 1972)

En su análisis sobre el concepto de narración de Genette, G. Oliver, descubre, un triple

sentido: 71

Ibíd. p. 23. Para mí, la síntesis que realiza Oliver de estos autores es importante, ya que ubica al narrador en la gran corriente de la tradición, de la cual él es el representante, como portador de la memoria colectiva de su comunidad. 72Ibíd. pp. 23-25 73

Ibíd. 74

Ibíd.

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21

a) Narración: “es el relato, la historia transformada en expresión lingüística75.”

Este puede ser oral o escrito.

b) Por narración debe entenderse también la historia, es decir: “el conjunto de

acciones y situaciones que se suceden en el relato, consideradas en sí mismas,

haciendo abstracción del medio por el cual están vehiculadas…, se trata en

definitiva del uso corriente de la noción de historia, como sucesión de

acontecimientos que pueden resumirse en un argumento76.

c) Narración por último también es: “la acción de narrar sin la cual no existe el

enunciado narrativo o relato77.”

Según G. Oliver para Genette (que es heredero del estructuralismo), estos serían los

tres elementos que caracterizan los textos narrativos. Destaca de ellos el relato, ya que

es el que da a conocer tanto la historia contada, como la instancia narrativa que lo

transmite. En efecto, cuando un narratólogo se acerca a un relato escrito, es éste el

único medio que le proporciona el acceso a la historia, y a la instancia narrativa, a esa

voz que cuenta, es decir al narrador. En el caso de los Evangelios, es cada relato el que

abre la puerta al lector para entrar en la historia contada, y relacionarse con la

instancia narrativa, con la voz que le conduce en la trama.

Sin embargo, hay que decir, como reflexión crítica, que el papel del relato no es

absoluto, como pretende la filosofía estructuralista, ya que desde la perspectiva

cristiana, es la vida histórica de Jesús y el acontecimiento pascual, lo que genera la

narración oral y escrita, o sea, el relato. Desde la lógica del acontecer histórico, es la

historia la que tiene la primacía, desde la perspectiva del lector es lógicamente el

relato lo primero, sí, pero inserto, encarnado, en la historia. Mantener el justo

equilibrio entre historia y relato se hace de este modo algo imprescindible e

irrenunciable.

El análisis narrativo, tal y como lo entiende Genette, tiene por objetivo:

75Ibíd. pp. 26-28 76

Ibíd. 77

Ibíd.

Analizar las relaciones

que se dan entre:

Relato historia

Relato narración

Historia narración

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22

Este breve recorrido de la evolución teórica, del concepto literario lingüístico narración

(que se ha realizado de la mano de G. H. Oliver), en sus principales exponentes, ha

mostrado la complejidad del término, pero a la vez la importancia, ya que proporciona

al análisis narrativo aplicado a la Biblia los presupuestos teóricos principales. En lo que

sigue, serán el punto de referencia obligado, y a la vez, se tendrá la ocasión de

profundizarlos con detalle78.

2.1. El análisis narrativo y su especificidad

Luego de haber establecido el significado teórico-literario del concepto “narración”, es

necesario resaltar lo específico del análisis narrativo, dentro del conjunto de los

nuevos métodos de análisis literario que se aplican al estudio exegético de la Biblia

actualmente; con la finalidad de valorar sus aportes y límites, en la tarea pastoral de

profundizar la riqueza de sentido contenida en el texto sagrado, y actualizarlo para el

hombre y la mujer de hoy. Para destacar lo propio del análisis narrativo, se procederá a

compararlo con tres métodos: El histórico-crítico, retórico y semiótico, señalando

tanto sus puntos de relación, así, como su diferencia metodológica y de enfoque79.

2.2. Relación con el método histórico-crítico

No es el propósito de este apartado volver a describir los componentes y

procedimientos de dicho método80, sino solamente establecer relaciones y diferencias

respecto del análisis narrativo. El documento de la Pontificia Comisión Bíblica,

refiriéndose a este punto dice:

“Mientras el método histórico-crítico considera más bien el texto como una “ventana”, que

permite entregarse a observaciones sobre tal o cual época (no solamente sobre los hechos

narrados, sino también sobre la situación de la comunidad para la cual han sido narrados), el

análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el sentido de

presentar una cierta imagen de mundo (el mundo del relato), que ejerce su influjo sobre los

modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien que otros.” (PCB I, B, 2f).

Subraya el documento que la manera de ver, de acercarse al texto, que tienen ambos

métodos es diferente. No es lo mismo considerar los textos bíblicos como “ventanas”

que permiten observar a través de ellas; que considerarlos más bien “espejos”, en los

que se ve reflejado el lector. El siguiente ejemplo, puede ilustrar mejor lo dicho.

78

Por lo pronto me doy por satisfecho, si he logrado mostrar al lector de esta tesina, que los diferentes elementos constitutivos del concepto narración, se pueden aplicar a las narraciones evangélicas, sin dificultad. 79

Los ejemplos que pondré para comparar dichos métodos, serán tomados del Evangelio de San Marcos solamente, ya que es el objetivo, que me he propuesto en este trabajo de investigación. 80

Cosa, que ya hemos realizado anteriormente, en el apartado (2.1.2 – 2.1.3), al cual remito.

Page 38: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

23

En el que caso de que el texto de estudio sea Mc 2,13-17 ¿Qué es lo que interesa al

lector instruido, que emplea el método histórico-crítico? Lo primero será delimitarlo,

de lo anterior y posterior al texto, luego analizar detalladamente tanto las

congruencias como las incongruencias. Es acá, precisamente, que comienza a tratar el

texto como una ventana, porque si descubre el lector incongruencias, hará uso de la

crítica de las tradiciones y la redacción a su vez, para explicarlas de manera diacrónica.

Su interés por lo tanto es la búsqueda de fuentes, que le permita determinar el

proceso evolutivo de formación del texto que estudia, para determinar el sentido

original o literal81.

Si por otro lado, se acerca a éste mismo texto un lector instruido en el análisis

narrativo, al contrario de lo que ha hecho el lector anterior, no lo delimitará, sino más

bien utilizará ciertas estrategias, que le permitan realizar una lectura completa de todo

el Evangelio de Marcos82. Para explicar las incongruencias presentes en el texto, no

buscará fuentes, sino que las verá como una posible estrategia narrativa del autor

implícito83 que reclamará su participación activa, para buscar en el proceso de lectura

total del Evangelio de Marcos su posible significado. Su interés principal consistirá en

determinar lo más exactamente posible las estrategias que ha utilizado el narrador

para involucrarlo a él, como lector, en el mundo del relato y hacerle comulgar con su

punto de vista, con la finalidad de que se vea reflejado en el texto (el lector y su propio

mundo), al interactuar con los diferentes personajes, asumiendo sus valores. Con

palabras de Marguerat, se ha pasado del qué al cómo:

“El texto no se lee como un documento que remita a un mundo histórico fuera de él mismo; no

es recibido como un documento, sino como un monumento que tiene valor en sí, como una

obra autónoma, que despliega un mundo narrativo cuya coherencia se trata de descubrir. El

texto se lee en su forma acabada, y la comprensión de su funcionamiento no se deja guiar por su

genealogía. La pregunta pasa del por qué al cómo: ¿cómo tiene sentido la narración?, ¿cómo y

mediante qué etapas se construye?84

Como se logró comprobar, los enfoques, los intereses, los procedimientos de uno y

otro método son distintos. Pero dicha distinción no debe llevar a excluirse el uno al

otro, sino, por el contrario, a considerarse complementarios. El método histórico-

crítico contribuye a considerar la Palabra de Dios testimoniada en los textos bíblicos

como acontecimiento histórico, e indaga por el sentido que dicha Palabra tuvo para

sus destinatarios originales; el narrativo no se desentiende de esto, pero favorece el

81

El procedimiento lógicamente no acaba aquí, y es mucho más complejo, pero lo que me interesa, es aclarar, por qué dice la Comisión Bíblica que el método histórico-crítico se acerca al texto bíblico, como ventana. 82

Me refiero a estrategias, como: quitar títulos y subtítulos, e incluso versículos, con la finalidad de leer el texto íntegramente. De esto hablaremos más tarde, cuando apliquemos el análisis narrativo, a algunas secciones escogidas del Evangelio de Marcos. 83El término es complejo, por lo que remito al lector, al apartado que trata de ello. 84

Marguerat. o. c., p.21

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24

paso del sentido de los textos en sus propios contextos, al sentido de los textos para el

lector de hoy, es decir, actualiza esa Palabra de Dios presente en los textos de forma

narrativa.

En conclusión. Todo lo analizado anteriormente deja entrever que, en el núcleo de las

diferencias de ambos métodos, está la manera de concebir el sentido de la Escritura.

Para el lector, que emplea el método histórico-crítico, el sentido es algo que se

encuentra de algún modo objetivado en el texto y ligado a la intención del autor85.

Mientras que para el lector que utiliza las herramientas del análisis narrativo, el

sentido no lo considera como algo ya dado anteriormente, sino más bien, como algo

que se va construyendo en la relación interactiva de narrador y lector. Mientras que el

método histórico crítico deja fuera prácticamente el horizonte del lector y su

identidad, el narrativo facilita la fusión de horizontes (mundo narrado y el mundo del

lector), ya que lo que se le propone es un estilo de vida narrado, un ideal de mundo e

identidad discipular, que puede ser asumido por el lector en su dialogo con el texto.

2.3. Relación con el análisis retórico y semiótico

Mientras que la diferencia entre el método histórico-crítico y el análisis narrativo se ha

percibido con mayor facilidad, no sucede lo mismo cuando se le compara con otros

métodos de análisis sincrónico-literarios, como el retórico y semiótico. En efecto, estos

tres métodos de análisis literario tienen en común el hecho de que se interesan por el

texto en su estadio final. Sin embargo, a pesar de dicho interés, se podría decir que

cada uno de ellos se acerca al texto en su forma final buscando y haciendo énfasis en

diferentes aspectos. La breve comparación, que se presenta a continuación, no

pretenden ser exhaustiva, sino concreta.

a) Relación y diferencia entre el análisis retórico y narrativo

Relación. Tanto el análisis retórico como el narrativo consideran los textos

bíblicos como persuasivos, capaces de provocar determinados efectos en las

personas que los oyen o leen.

85

Ralf Huning. 2007. Aprendiendo de Carlos Mesters: Hacia una teoría de lectura bíblica. Navarra, España. Verbo Divino. p. 100. El autor presenta un interesante análisis sobre el sentido del autor y del texto en la Pontificia Comisión Bíblica: “Es importante advertir que en el IBI, en este contexto, siempre se habla sólo del sentido del texto que fue expresado por los autores humanos y no se menciona todavía explícitamente el tema de la intención del autor; el concepto de intención del autor se emplea sólo en vistas a Dios, el “autor principal”. Pero en las explicaciones sobre el sentido del texto se advierte la lecha dentro de la Comisión por el significado de la noción de intención del autor: Por un lado tiene que mantener el método histórico-crítico y las declaraciones previas del Magisterio sobre la normatividad del sensus auctoris; por otro lado, se esfuerza por acoger los conocimientos de la discusión hermenéutica y metodológica más reciente. Pero la integración no ha resultado completa, tal como se advierte con claridad en la interpretación de este apartado hecha por los mismos miembros de la Comisión. Mientras J. Fitzmyer opina que en el IBI no se identifica el sentido literal del texto con el sentido procurado por el autor, L. Ruppert juzga exactamente todo lo contrario.”

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25

Diferencia. Pero la diferencia queda resaltada en la búsqueda de los

destinatarios de tales efectos de persuasión. Mientras que el primero se

preocupa por el contexto retórico, es decir, por la situación de comunicación

entre autor y oyentes originales, el narrativo, por el contrario, se pregunta por

medio de qué estrategia el narrador influye sobre el lector actual provocando

determinados efectos para que comparta su punto de vista. Otra diferencia es

que el análisis retórico se puede aplicar a cualquier otro texto que no sea

narrativo, el segundo solamente se circunscribe a narraciones.

b) Relación y diferencia entre el análisis semiótico y narrativo

Relación. Ambos métodos están diseñados para analizar material narrativo en

la Sagrada Escritura. De hecho, analizan personajes, transformaciones de los

mismos, etc. Los une asimismo el trabajar con el texto en su estadio final.

Diferencia. El análisis semiótico, por estar inspirado en filosofías

estructuralistas, parte del principio de inmanencia, al cual se adhiere

radicalmente, no buscando ningún tipo de referencia extratextual para captar

el sentido de los textos. Su pregunta fundamental es: ¿Cómo hace el texto para

producir sentido por sí mismo? Por el contrario, el narrativo considera que hay

un referente extratextual indispensable para el proceso de captación del

sentido de los textos: el lector actual. Frente a la pregunta del análisis

semiótico; la que se plantea el narrativo es: ¿Cómo comunica el autor

(implícito), su mensaje al lector? Otra diferencia es que, en el análisis de las

oposiciones y transformaciones narrativas, el semiótico deja fuera al narrador,

mientras que el narrativo lo incluye como algo fundamental. El análisis

semiótico, al igual que el retórico, puede aplicarse a cualquier texto bíblico, no

necesariamente sólo a narraciones.

Hasta este momento, se ha hablado sobre algunos de los presupuestos teórico-

literarios, en los cuales se inspira el análisis narrativo, su especificidad respecto a otros

métodos sincrónicos, pero aún falta mencionar algo, sobre su aporte en el campo

exegético-teológico.

En cuanto al aporte fundamental del análisis narrativo, es de suma importancia

destacar los que menciona el documento de la Pontificia Comisión Bíblica:

Aporte en el ámbito exegético-teológico: Es significativo, que para referirse al método

narrativo como propuesta exegética, el documento (PCB I, B, 2a) haga referencia a la

Historia de Salvación consignada tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento.

Dicho marco, estrictamente teológico, le confiere a la narración que testimonia, esta

Historia salvífica, la cualidad de: “relato eficaz”. Éste relato eficaz, afirma el

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26

documento, es la base que se encuentra tanto en, la profesión de fe, la liturgia y la

catequesis judía; así como también en, el kerigma cristiano, cuyo desarrollo paulatino,

ha desembocado en los cuatro Evangelios.

La toma de conciencia por parte de algunos biblistas y teólogos, de que la narración es

en la Sagrada Escritura, la principal mediación, para testimoniar la acción reveladora

de Dios en la historia, ha llevado a que se hable recientemente, en ámbitos

académicos de “Teología narrativa86.” Este dato es importante tenerlo en cuenta, ya

que antes, de que las teorías narrativas, ejercieran su impacto en el ámbito exegético,

ya habían repercutido en el ámbito teológico. La Comisión Bíblica, hablando de estos

ámbitos, señala que es preciso distinguirlos:

“A propósito del acercamiento narrativo, conviene distinguir método de análisis y reflexión

teológica.” (PCB I, B, 2b).

Ahora bien, el que se pueda distinguir la Teología narrativa, de la exégesis narrativa, no

debe llevar a separarlos indebidamente. Los teólogos que han encontrado en la

narrativa, una forma nueva de argumentar, en los diferentes tratados, ya sea

cristológicos, eclesiológicos etc., han criticado (y con razón), el hecho de que en la

teología tradicional y conservadora, se han utilizado mal los textos, reduciéndolos a

una serie de tesis, de pruebas para apoyar afirmaciones teológicas ajenas al lenguaje

teológico-bíblico. Piden por eso mismo, a los exégetas, afirma la Comisión Bíblica, que

mediante el análisis narrativo se rehabilite, los modos de comunicación y significación

propios del relato bíblico (PCB I, B, 2g). En estas últimas líneas, está condensado, el

aporte fundamental del análisis exegético-narrativo, en materia teológica ¿por qué?

Pues simple y sencillamente porque, como dice G. H. Oliver:

“conviene hacer notar que la teología de un relato bíblico es indisociable de la manera como está

formulada… Por tanto, el análisis narrativo, al tener como una de sus principales funciones el

examen de la configuración del relato, aportará datos para la comprensión de la originalidad

teológica de cada libro… constituye un modo privilegiado de manifestar cuál es la intencionalidad

teológica del autor87

.”

En otras palabras, desde una perspectiva exegético-narrativa, no se debería separar,

como ha hecho, la exégesis tradicional histórico-crítica, forma literaria y fondo o,

trabajo exegético y contenido teológico, relegando éste último ya sea a las

conclusiones o introducciones de los grandes comentarios exegéticos88; porque los

86

Según G. H. Oliver, la teología narrativa aparece por primera vez en 1973, fecha en la que publica la revista Concilium un artículo de Weinrich. Éste artículo se ha visto como el que propició el surgimiento de este nuevo modelo de especulación teológica. Cfr. o. c., pp. 42-45 87Jesús según San Mateo… o. c., pp. 41-42 88

Cuando uno lee algunos comentarios al Evangelio de Marcos, se encuentra ya sea en la introducción o conclusión de los estudios, la teología del evangelista. Esto trae como consecuencia, para uno como lector, que se acerque a la lectura, ya condicionado y de allí que sea muy difícil, que el relato impacte o intrigue al lector. Ahora bien, si la

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27

aspectos teológicos, como por ejemplo: la cristología de un Evangelio como el de

Marcos, su teología discipular89

se va construyendo en el transcurso de la trama

narrativa, con todo el análisis que ello implica. Cuando se quiere captar a fondo la

identidad de Jesús, hay que analizar la manera en que lo va caracterizando el narrador,

por medio de estrategias estrictamente narrativas como: la focalización, el punto de

vista del narrador, lo que Jesús en cuanto personaje literario hace, dice, siente y piensa;

así como lo que los demás personajes del mundo del relato, piensan y dicen sobre él. En

conclusión se puede decir que, la identidad mesiánico-filial de Jesús, es en los

Evangelios, una identidad fundamentalmente narrativa. El aporte, que la exégesis

narrativa aplicada a los Evangelios, proporciona a la Cristología es en verdad

incalculable. La Cristología de un Evangelio, es en más en definitiva un proceso, que se

va deduciendo en el proceso de lectura, que algo que se puede apartar del ejercicio

exegético. Teología y narración están de este modo, íntimamente unidas. Así lo

reconoce Mercedes Navarro en su introducción al comentario narrativo del Evangelio

de Marcos:

“Del mismo modo que no nos ha sido posible separar el estilo narrativo del estudio del narrador y

su lector, tampoco podemos separar de todo ello su teología. No es ésta un momento posterior,

añadido o distinto, al análisis sino que se encuentra ya en ese mismo análisis. Forma y fondo,

organización y mensaje, escenarios y significados forman parte de un todo con sentido que si

precisa de distinciones en ciertos momentos, no son separables… En esta guía de lectura la

teología se encuentra en el mismo análisis narrativo, de forma que quienes pretendan utilizarla

han de aceptar esta premisa so pena de no entender el proceso y las experiencias mismas de

lectura90.”

Estas palabras no necesitan comentario, hablan por sí mismas y sintetizan cuanto se ha

venido afirmando arriba. En el punto 2.1.8 se había planteado la necesidad de una

metodología exegética, que mantuviera entre otras cosas, el justo equilibrio, entre

exégesis y teología, y se había abierto un interrogante sobre si sería, el análisis

narrativo la alternativa; el lector, comprobará con lo que ya se ha dicho anteriormente,

y lo que sigue, si se puede dar una respuesta afirmativa o negativa.

Una vez que dentro del proceso del surgimiento y diversificación metodológico-

exegética, se ha ubicado el análisis narrativo (como método posmoderno),

reconociendo sus aportes junto a otros métodos, así como sus límites; se le presenta, a

continuación al lector, en el siguiente capítulo con mayor profundidad y detalle, los

componentes fundamentales del método, que lo caracterizan como tal.

teología del evangelista, se encuentra al final, el riesgo consiste en que uno se pierda en los pormenores y detalles del análisis exegético del autor, sin encontrar en dónde está el mensaje de Salvación. 89

La Teología discipular es decir, la esencia de la identidad del discípulo en relación al proyecto de Dios realizado en Jesús se va construyendo en la caracterización de los personajes como se tendrá ocasión de ver en su momento. A la pregunta ¿Qué es ser discípulo? No ofrecen los evangelistas respuestas puntuales, sino por el contrario, tejen una trama y los caracterizan poco a poco mediante estrategias determinadas. 90

Mercedes Navarro puerto. 2006. Guías de lectura del Nuevo Testamento 1. Verbo Divino. Estella. pp. 36-37

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28

CAPITULO III. ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL METODO

NARRATIVO

La exégesis narrativa como método, tomando como base los presupuestos de las

diferentes corrientes teórico-literarias, de la narratología actual, ha sistematizado los

elementos fundamentales que se requieren para realizar un análisis narrativo bíblico.

Algunos autores como G. H. Oliver91, han seguido la propuesta de G. Genette, y en

base a las categorías: Tiempo, Modo y Voz, han realizado estudios narrativos

interesantes aplicados a algún Evangelio, como el de Mateo y Lucas. En lo que respecta

al Evangelio de Marcos, autores como David Rhoads, Joanna Dewey y Donald Michie,

se han acercado narrativamente, a éste Evangelio, destacando cinco aspectos clave

como: narrador, escenario, trama, personaje y retórica92.

No se pretende en lo que sigue presentar ordenadamente los elementos del método93,

sino solamente definirlos, describirlos y mostrar su importancia en el análisis narrativo

del Evangelio de Marcos.

3. El mundo del relato en Marcos

El documento de la Pontificia Comisión Bíblica refiriéndose al objetivo general del

análisis narrativo afirma que: “… el análisis narrativo estudia el modo cómo se cuenta

una historia para implicar al lector en el “mundo del relato” y en su sistema de

valores.” (PCB I, B, 2c). O sea, lo que precisa conocer dicho análisis es el cómo se

cuenta la historia, qué estrategias narrativas ha utilizado cada autor inspirado para

lograr que todo posible oyente o lector se vea involucrado en aquello, que la ciencia

narratológica ha denominado: “mundo narrado” o “mundo del relato.”

En el proceso científico de elaborar una teoría literaria que explique lo más

satisfactoriamente posible el poder transformador que contiene toda narración, la

narratología ha solido recurrir a una metáfora prestada del mundo estético: el texto

narrativo funciona como un “espejo94.” Un espejo opaco quizá al principio, pero que se

irá limpiando en el proceso de lectura, a medida que el lector (conducido de la mano

del narrador), vaya compartiendo (a veces sin darse cuenta de ello), el punto de vista

91

Gloria Heras Oliver, o. c., p. 51 92

David Rhoads, y otros. 2002. Marcos como Relato. BEB 104. Salamanca, España. Ed. Sígueme. p. 21 93

En la parte dedicada a la aplicación del análisis narrativo, a una sección escogida de Marcos, realizaré un intento de ordenar metódicamente estos elementos. 94

La metáfora del espejo aplicada a un texto, no significa que el lector y su mundo se vea inmediatamente reflejado en él, sino más bien (y sin negar lo que se acaba de decir), en primer lugar, lo que se trata de afirmar es que el texto en cuanto espejo reflejará en un primer momento, el mundo creado por el narrador (el cual a su vez es un reflejo de su propio mundo), con sus personajes, escenarios etc., y sólo en un segundo momento, reflejará al lector y su propio mundo mediante un proceso de apropiación.

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29

del narrador, su visión del mundo proyectada en el mundo que construye al narrar y su

sistema de valores. La Comisión Bíblica refiriéndose a esto dice:

“… el análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el sentido

de presentar una cierta imagen de mundo (el “mundo del relato”), que ejerce su influjo sobre los

modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien que otros.” (PCB I, B, 2f).

Según Marguerat el autor que mejor profundiza todo este proceso de lectura

transformadora es P. Ricoeur. El cual, para explicar la relación entre lo que cuenta el

relato y la experiencia de vida del lector, recurre de una manera creativa a un

concepto tomado de la poética aristotélica: la “mímesis”, que esquematiza a su vez

en tres etapas: Mímesis I (antes del relato), mímesis II (relato), mímesis III (después

del relato)95. La primera etapa corresponde a la prefiguración, es decir a la

experiencia de mundo que posee tanto el autor como todo posible lector, y que

será el presupuesto básico para la apropiación o recontextualización. En la segunda

se configura en forma de relato escrito la visión de mundo que posee el autor, es el

“mundo del relato.” La tercera epata es el momento en el que el lector aplica o se

apropia el mundo prefigurado y configurado en el relato, para incorporarlo a su

propio mundo96.

Todo lo que se ha dicho sirve para introducir el tema que aquí interesa: el mundo del

relato que se refleja en el Evangelio de Marcos.

Cuando un lector se acerca a una obra narrativa como el Evangelio de Marcos y la lee,

es transportado inmediatamente y de manera inconsciente a otro mundo. En palabras

de Kingsbury: “… uno abandona temporalmente el entorno del siglo XX, entra con la

imaginación en el mundo del siglo I y permanece por un tiempo en él97.” Sucede como

en las películas. Alguien entra en una sala de cine y se sumerge en un tiempo y lugar

diferentes, y sin preguntar por la fiabilidad histórica de lo que ve u oye, a pesar de que

lo siente extraño va compartiendo sin embargo, la manera de pensar y sentir de los

personajes se involucra en el mundo representado. Sale cambiado98. En cuanto a la

afirmación de Kingsbury es preciso hacer una breve aclaración. Si bien es cierto que

mediante la lectura del Evangelio de Marcos el lector se transporta al mundo del siglo

I, hay que subrayar de manera enfática, que ese mundo del siglo I no es directamente

el del Jesús histórico (años 30-33), sino más bien, la experiencia que de dicho mundo

tiene el evangelista en su propio mundo histórico-comunitario (años 60-65), y que

configura en el relato escrito99. Este es el mundo al que tendrá acceso todo lector del

95

Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., p.230 96

Ibíd, pp. 231-233 97 Jack Dean Kingsbury. 1991. Conflicto en Marcos. Jesús, autoridades, discípulos. Ed. El Almendro. Córdoba. p. 15 98

Marcos como relato… o. c., p. 18 99Considero que esta aclaración permite a nivel pastoral salir de la lectura fundamentalista de los evangelios, que considera lo narrado por los evangelistas un reportaje fiel de lo sucedido en tiempos de Jesús.

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30

Evangelio de Marcos, y que se podrá apropiar en el proceso de lectura, para

recontextualizarlo en su propio mundo.

Ahora bien ¿Qué característica posee el mundo narrativo reflejado en el Evangelio de

Marcos que ha posibilitado tantas apropiaciones a lo largo de la historia? La posible

respuesta es que en el mundo narrado del Evangelio de Marcos pareciera no existir

barreras entre el ámbito sobrenatural y el ordinario100. El lector penetra en un mundo

donde el ámbito divino irrumpe en el humano. Se rasga el cielo, oye la voz de Dios, es

testigo de la asechanza de Satanás y contempla a los ángeles sirviendo a Jesús101. Es un

mundo abierto al Reinado de Dios y a su presencia transformadora que se evidencia en

los signos que realiza Jesús. Esto definitivamente impacta a todo aquél que oye o lee

por primera vez este Evangelio102 sacudiendo las fibras más íntimas de su ser. Pero

también es un mundo conflictivo, en el que Satanás se manifiesta en todos aquellos,

que no tienen los pensamientos de Dios, sino los de los hombres103, y que serán los

responsables de la crucifixión de Jesús. Sin embargo y a pesar de todo lo afirmado

sobre la ruptura de barreras entre el ámbito humano y divino, llama fuertemente la

atención que este último no se describa nunca con detalle, permaneciendo de esta

manera la posibilidad de diferenciarlos. Tan es así, que el mismo lector que oye con

asombro, la voz divina que resuena desde el cielo, y quisiera volverla a oír en la escena

de la crucifixión, siente la angustia ante el silencio de Dios, que pareciera no

pronunciarse ante la interrogante de su Hijo clavado en la cruz. Es en definitiva, un

mundo abierto a la trascendencia divina pero conflictivo y real a la vez, en el que todo

lector puede ver reflejada su propia realidad de esperanza y fracaso. Un mundo que se

puede apropiar y recontextualizar en la propia vida. Un mundo que según Kingsbury se

distancia del mundo reflejado en los escritos apocalípticos de la época:

“El mundo del relato de Marcos es muy distinto del que aparece en la mayor parte de la

literatura apocalíptica de la época. En ella, lo que ocupa con frecuencia el centro de interés son

viajes extramundanos al cielo, al sheol, o a los confines de la tierra, o visiones celestes en las que

se repasa y se revela el curso de la historia. En cambio, los límites que circunscriben el mundo de

Marcos son más estrechos y están espacial y temporalmente en la naturaleza104

.”

Ahora, si bien es cierto que el mundo del relato marquiano difiere del apocalíptico,

también lo es, que sea diferente al mundo del lector. En efecto, al leer el Evangelio el

lector se siente impactado, pero tal impacto también conlleva una cierta dosis de

extrañeza ya que entra a habitar en el acto de lectura en un mundo extraño al suyo

tanto a nivel político, como económico, cultural, religioso y social. Sin embargo aunque

100

Conflicto en Marcos… Ibíd. 101

Ibíd. p. 16 102

Esto lo afirmo debido a mi propia experiencia como oyente y predicador. Vivimos inmersos en sociedades violentas pesimistas que generan crisis existenciales a todo nivel. Escuchar que Dios ha intervenido en la historia que hay posibilidad de reorientarla, es algo definitivamente consolador y que suscita definitivamente esperanza. 103Marcos como Relato, Ibíd. 104

Conflicto en Marcos. Ibíd.

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31

tal extrañeza y distancia sea al principio una notable desventaja, es en realidad la

condición necesaria para realizar una auténtica búsqueda de significación105.

Este mundo narrado refleja pues, una visión del mundo (el mundo en el que vive el

autor), una manera de ver impregnada por la fe que experimenta la comunidad en

Jesús Hijo de Dios que se proyecta en la manera de contar su historia, por la manera en

que va caracterizándolo a lo largo del relato. Refleja en definitiva un sistema de

valores. Todo esto trae consecuencias definitivamente para la interpretación bíblica.

Interpretar el Evangelio de Marcos consistirá en discernir la propuesta de mundo que

contiene, al habitarlo en la lectura para hacerlo luego propio en la vida.

La somera descripción que se acaba de realizar (dada la estrechez de espacio

disponible en la presente investigación), de lo que caracteriza el mundo narrado del

Evangelio de Marcos y la manera en que el lector interactúa con él, solamente ha

tenido la finalidad de introducir al análisis de aquella instancia que con su manera de

relatar, cual si fuere un hábil tejedor va dándole forma a todos aquellos hilos que

conforman dicho mundo: el narrador.

3.1. Narrador

Hablar del narrador es preguntarse por aquella instancia que cuenta la historia (¿Quién

cuenta la historia?). Pero antes de entrar de lleno en el tema, se requiere para evitar

posibles equívocos, aclarar el término que se acaba de utilizar: “historia.”Para

Marguerat el uso literario de este término, no debe confundirse con el uso que del

mismo, hace la ciencia histórica:

“… la noción de historia contada se sitúa en el plano literario, y no en el plano histórico. La lengua

inglesa lo expresa de manera concisa: la story no tiene nada que ver con la history. Dicho de otro

modo, la historia contada, tal como se puede reconstruir a partir del producto terminado (el

relato), no se debe confundir con los “hechos brutos”, es decir, los acontecimientos tal como

sucedieron realmente. El concepto literario de historia contada permanece en el mundo

narrativo… sin juzgar de antemano su confrontación con una reconstrucción de tipo histórico106.”

Una vez hecha la aclaración terminológica que se utilizará de aquí en adelante, cada

vez que se hable de historia, se puede empezar el tema definiendo lo que se entiende

por narrador.

En la ciencia literaria se suele designar a éste, como aquél que cuenta la historia. Pero

esta breve definición como podrá comprobar el lector es limitada, ya que es incapaz de

abarcar la complejidad de matices que caracteriza a dicha instancia narrativa. En

efecto toda persona sabe por experiencia que una misma historia, puede contarse de

diferentes modos, desde puntos de vista no solo diversos sino incluso opuestos y con

105Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., pp. 233-234 106

Ibíd, p. 37

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32

estilos y objetivos plurales107. Conocer esto, es de vital importancia si se quiere

comprender adecuadamente las particularidades de cualquier relato108. En el caso que

nos ocupa aquí: el relato de Marcos.

No basta definir al narrador sino también delinear su peculiar identidad dentro de una

composición narrativa. ¿Quién es el narrador, cuál es su identidad? En primer lugar y

para sorpresa del lector, el narrador no se debe confundir con el autor de carne y

hueso. Los narratólogos ven en el primero más una función que un personaje, un

recurso retórico más que una realidad autónoma, que el autor utiliza para contar la

historia de tal manera que tenga determinados efectos en el lector109.En otras

palabras, el narrador es una creación literaria del autor (entiéndase autor implícito),

una estrategia para la enunciación(contar de una determinada manera, más bien que

de otra), de la historia, de manera que ésta responda a los objetivos que se ha

planteado el autor de antemano.

Los relatos tienen narradores distintos, ya que es distinto su papel y la manera de

relacionarse con la historia contada110. Shimon Bar-Efrat111 realiza una interesante

descripción de los diferentes tipos de narradores que aparecen en el Antiguo

Testamento clasificándolos en cinco categorías. En lo que respecta al Nuevo

Testamento específicamente al Evangelio de Mateo, G. H. Oliver analiza a profundidad

las características de su narrador utilizando categorías genettianas112. Por otra parte

autores como David Rhoads, Joanna Dewey y Donald Michie, han realizado un estudio

importantísimo, sencillo y de notable calidad a la vez, acerca del papel que juega el

narrador dentro del Evangelio de Marcos. A estos últimos autores (a pesar que no

serán los únicos), se remite al lector en los ejemplos que siguen113.

a) El narrador de Marcos guía al lector desde fuera de la historia contada

Cualquier lector que se acerque al Evangelio de Marcos descubrirá una instancia que le

va dando cuenta de lo que ocurre en el relato. Por ejemplo, en la escena del Bautismo

de Jesús Mc 1,9-11:

107

Marcos como Relato, o. c., p. 59 108

Ibíd. 109

Ibíd. 110

En narratología se utilizan términos teóricos complejos, tales como: narrador extradiegético, intradiegético, heterodiegético y homodiegético. Para el lector interesado en obtener una mayor información y profundización respecto de éstos: cfr. Cómo leer los relatos bíblicos, o. c., pp. 46-49. En nuestra investigación se hablará de las diferentes formas de contar que adopta el narrador de Marcos, utilizando categorías más asequibles al lector no iniciado. 111

Cfr. o, c., pp. 16-57. En estas páginas el autor realiza una minuciosa descripción de cada tipo de narrador, con interesantes ejemplos tomados del Antiguo Testamento. 112Jesús según San Mateo, o. c., pp. 93-240. Aquí se encuentran desarrollados en dos extensos capítulos los presupuestos teórico-literarios de G. Genette (Modo y Voz), aplicados al estudio del narrador en el Evangelio mateano. 113

Marcos como Relato, o. c., pp. 59-68

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33

Un lector atento percibirá inmediatamente, una voz que le presenta los diferentes

acontecimientos que suceden dentro del mundo narrado y que se ha puesto en cursiva

y subrayado. Esto es evidente y cualquiera puede ser en su lectura consciente de ello

sin ningún problema. Ahora bien, lo evidente se vuelve problemático especialmente

cuando el lector se hace la siguiente pregunta: ¿Cómo puede el evangelista decir que

Jesús vio rasgarse el cielo? ¿Cómo puede contar algo de lo que solamente Jesús fue

testigo? La posible respuesta subraya J. L. Ska es afirmar que Jesús lo contó a sus

discípulos114. Sin la pretensión de entrar en discusiones de crítica histórica, lo que se

pretende resaltar con las interrogantes arriba expresadas, es una cuestión de estilo: el

que cuenta la escena del bautismo de Jesús es un narrador en tercera persona115, por

eso puede referir al lector muchas cosas que no podría decir si la narración estuviera

contada en primera persona116.Esta es una estrategia fundamental del autor ya que

ubica al narrador en una posición externa a los hechos, y por eso puede referir al

lector, lo que los personajes hacen, piensan o sienten, manifestando de esta manera

una tremenda autoridad, en relación con el relato que está contando. Además de

hacer posible que el lector se sienta inmerso en el relato, cuando en realidad está

fuera de él117. Es decir, le hace testigo. Los cuatro Evangelios tienen como estrategia

narrativo-hermenéutica, narradores en tercera persona, que no se implican en la

historia contada.

Que los Evangelios tengan narradores en tercera persona, más que una innovación

literaria es una expresión de comunión y continuidad con la tradición oral que les

antecede. En efecto, los recientes estudios realizados sobre la cultura oral como matriz

en donde se gestaron las diversas tradiciones evangélicas, han revelado la existencia

de narradores especializados en el seno de las diferentes comunidades cristianas que

tenían la función de guardar y transmitir representando oralmente los recuerdos sobre

114

Jean-Louis Ska. 2003. Los enigmas del pasado. Historia de Israel y relato bíblico. Verbo Divino. Navarra. España. pp. 16-17 115

Ibíd. En efecto como argumenta Ska la escena no está narrada en primera persona ya que no dice: “yo vi que el cielo se rasgó y que el Espíritu vino sobre Jesús”, tampoco es Jesús el que cuenta a sus discípulos: “yo vi que el Espíritu venía sobre mí.” 116Si por ejemplo contaran la escena del bautismo de Jesús utilizando un narrador en primera persona, podría éste decir solamente lo que ve u oye externamente, pero jamás lo que pasa en el interior de ninguno de los personajes que habitan el mundo narrativo de Marcos. 117

Marcos como Relato, o. c., p. 61

“9Y sucedió que en aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea y

fue bautizado por Juan en el Jordán 10

y en seguida cuando subía del

agua, vio rasgados los cielos y el Espíritu como paloma que descendía

a él. 11

Y surgió una voz del cielo: Tú eres mi hijo, el amado, en ti me

complazco.”

Page 49: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

34

lo que Jesús hizo y dijo. Estos recuerdos como bien observa Santiago Guijarro Oporto

se transmitieron compaginando fidelidad y flexibilidad:

“…, la comunicación oral se caracteriza por compaginar fidelidad y flexibilidad. La fidelidad afecta,

sobre todo, a los elementos básicos sin los cuales una tradición concreta dejaría de ser tal,

mientras que la flexibilidad se da en los elementos secundarios que adornan un episodio o un

dicho. La tradición oral es más flexible que la tradición escrita ya desde sus mismos comienzos,

pues es de suponer que si Jesús pronunció algunas de sus parábolas y enseñanzas en diversos

momentos y en diversas circunstancias, no siempre lo haría utilizando exactamente las mismas

palabras. Sin embargo, quienes lo escuchaban tenían la certeza de que se trataba de la misma

parábola o del mismo dicho. Más tarde, cuando los que le habían escuchado y habían visto sus

signos comenzaron a transmitir sus palabras y acciones, tampoco lo hicieron exactamente con las

mismas palabras118.”

La fidelidad a la tradición en contra de lo que piensan muchos, no consistía en una

repetición mecánica de tipo informativo, sino en la actualización de las palabras y

hechos de Jesús realizada de modo creativo119. Según James D.G. Dunn120 esta

combinación de fidelidad y creatividad en la continuidad actualizante de la tradición

sobre Jesús, no debe verse como arbitrariedad, ya que como subraya éste autor, en las

culturas orales suele conservarse con gran cuidado el núcleo de lo que se narra a pesar

de que los detalles tanto del inicio como del final, puedan variar por la atención que

tenían los narradores a la situación vital de las comunidades en las que estaban

insertos.

Es momento de regresar nuevamente al tema. Todo lo anterior ha servido para

explicar que la posibilidad de que existiese una costumbre de transmitir los recuerdos

sobre Jesús de manera oral narrando en tercera persona, no es algo sin fundamento

sino viable. La posibilidad más aún la necesidad de actualizar constantemente las

tradiciones sobre Jesús en función de las necesidades comunitarias, exigían este tipo

de narradores, los cuales con su manera de contar introducían a los oyentes en el

mundo narrativo. La necesidad primera o fundamental dado el contexto polémico con

el sistema religioso judío por un lado, y con las autoridades civiles locales por el otro,

era la creación y fortalecimiento de su identidad en cuanto seguidor de Jesús.

118

Santiago Guijarro Oporto. 2010. Los cuatro Evangelios. Ed. Sígueme. BEB 124. Salamanca. p. 109 119

Gloria H. Oliver citando las palabras de autores como J.M Casciaro y J.M. Monforte, dice respecto de la fidelidad en un discurso narrativo lo siguiente: “los distintos procedimientos discursivos de transmisión de una historia y su carácter más o menos mimético no implican, de suyo, una mayor o menor fidelidad al original sino que constituyen, simplemente, diversos modos de representación. En este sentido, Casciaro y Monforte afirman que “un narrador puede “contar” con palabras propias lo que otro ha dicho, manteniendo una gran fidelidad al contenido, incluso presentando ese discurso original con ciertos “retoques”, que lo hacen más inteligible al lector u oyente, que si accediera a una reproducción absolutamente material. Por lo mismo, un relato que reprodujera de modo absolutamente literal el discurso original, podría ser menos fiel, porque el escrito, al menos los escritos antiguos, no tenían medios para expresar todas las modalidades de la voz, de los gestos del parlante, etc., circunstancias que pueden modificar el sentido y alcance de un texto.” En definitiva, la fidelidad en la transmisión de palabras no se reduce simplemente a la literalidad de las mismas.” Cfr. Jesús según San Matero, o. c., p. 100 120

James D. G. Dunn. 2006. Redescubrir a Jesús de Nazaret. Ed. Sígueme. BEB minor 10. Salamanca. pp. 70-72

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35

Desde una perspectiva pastoral el hecho de que el Evangelio de Marcos tenga como

estrategia fundamental (en conexión con la tradición oral anterior como se ha

subrayado arriba) un narrador en tercera persona o externo a la historia que cuenta, es

algo que deberá tener en cuenta el lector actual del Evangelio de Marcos (tanto

cuando lee para sí, como para otros, máxime si es: predicador, catequista o lector en la

liturgia), ya que da lugar a que éste, en el acto de leer le preste su voz al narrador,

convirtiéndose, él mismo en narrador también en la liturgia ante la comunidad,

creando de este modo una interesante comunión entre narrador y lector. Prestarle la

voz al narrador conlleva no obstante, una tremenda responsabilidad ya que lo recrea, y

necesita por lo tanto conocer bien su punto de vista, su manera de narrar, caracterizar

a los personajes, describir escenarios, su ritmo y estilo. El único medio para que la

comunidad cristiana perciba la voz del narrador es la voz del lector, el cual no debería

leer de cualquier manera, ya que desde el inicio nunca se narró de cualquier manera.

Todo esto como se tendrá ocasión de analizar más adelante, tiene consecuencias

hermenéuticas interesantes121.

b) El narrador en Marcos se mueve con libertad temporal y espacial

Los narradores en tercera persona por ser precisamente externos a los hechos que

cuentan, poseen no solo autoridad sino también una tremenda libertad temporal y

espacial. En otras palabras, estos narradores suelen ser omnipresentes ya que pueden

estar en un solo lugar y tiempo, o dar la impresión de estar en muchos a la vez, no

solo dentro del relato sino fuera del mismo.

Por ejemplo: alguien lee Mc 6,45-50:

El lector si es atento se percatará de que en los versículos 46-48 el narrador esta con

Jesús. Sin embargo en el v, 49-50a éste se encuentra en la barca con los discípulos, y

luego inmediatamente en el v, 50b otra vez se encuentra al lado de Jesús. El efecto es

121

Hablo de consecuencias hermenéuticas por el aporte que pretendo exponer más adelante. Este aporte consiste en denominar al narrador: “estrategia hermenéutica del autor implícito que le permite comunicar al lector su punto de vista sobre Jesús, punto de vista netamente pos-pascual”.

“45Y en seguida mandó a sus discípulos subir a la barca y que se le adelantaran

a la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. 46Y después

de despedirlos se fue al monte a orar. 47Ya anochecía, la barca estaba en

medio del mar y él solo en tierra. 48Viéndolos esforzándose en remar, pues el

viento les era contrario, hacia la cuarta vigilia de la noche fue a ellos andando

sobre el mar, hizo ademán de pasar de largo de ellos, 49pero ellos al verlo

andando sobre el mar le tomaron por un fantasma y se pusieron a gritar. 50Efectivamente todos le vieron y estaban transtornados, pero él, en seguida,

les dirigió la palabra y les decía: ¡Animaos!, soy yo, no temáis.”

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36

sorprendente, ya que sin darse cuenta el lector es llevado por el narrador a tomar

distancia de los discípulos, quedándose con Jesús en el monte. La mayoría de las veces

pasan desapercibidos estos detalles, que no son solamente cuestiones de estilo sino de

contenido teológico profundo.

En cuanto al tiempo tampoco existen limitaciones para el narrador de Marcos. En

efecto “puede en cualquier momento relatar algo que ha ocurrido antes en la historia

(como la muerte de Juan) o contar lo que ocurrirá después (como la entrega de Jesús

por parte de Judas)122.” El narrador se mueve con libertad no solamente dentro del

tiempo de la historia que cuenta, sino también fuera de la misma123, ya que puede

trasladarse al pasado profético Mc 1,2-3 como al futuro misionero Mc 14,9. Todo esto

produce efectos en el lector ya que:

“El narrador cuenta la historia con una inmediatez temporal y espacial propia del que está

presente sin ser visto, para contar lo que está ocurriendo en cada episodio consecutivo del relato

con una sensación de “aquí y ahora.” Puesto que el lector conoce la historia cuando el narrador

se la cuenta, tiene también la sensación de estar presente sin ser visto para ser testigo de estos

acontecimientos del mundo narrativo124.”

Gracias a la libertad temporal y espacial del narrador marcano, el lector obtiene una

vista panorámica de las diferentes escenas, lo cual le permite evaluar de una mejor

manera los acontecimientos que suceden dentro del mundo narrado relacionándolos y

elaborando sus propias conclusiones125. En cuanto a los saltos que se dan al tiempo

exterior al relato son importantes, ya que permiten ver a Jesús desde la luz que

proyectan sobre él, los Escritos veterotestamentarios. Todo esto hace crecer y

madurar al lector del Evangelio ya que percibirá la intima relación entre el Antiguo

Testamento y el Nuevo, dentro del marco del único plan de salvación.

c) El narrador de Marcos es omnisciente

La omnipresencia del narrador de Marcos es consecuencia de algo que le antecede: su

omnisciencia. Efectivamente, éste conoce no solamente lo que hacen y dicen los

personajes a nivel externo, sino también lo que piensan, desean y sienten a nivel

interno. Su conocimiento es tan ilimitado hasta el punto de que llega a penetrar en lo

íntimo de Dios y de Jesús, en sus entrañas. Estos datos proporcionados por el narrador

122

Ibíd., p. 61 123

En narratología a estos saltos temporales hacia adelante y atrás de la historia contada, tanto internos como externos se les denomina “anacronías” o analepsis y prolepsis. En el tema dedicado al tiempo narrativo se profundizaran estos términos. 124

Ibíd., p. 62 125

En muchos casos sucede en las narraciones escritas, lo que ocurre en una producción cinematográfica, ya que hay momentos en los que los personajes tienen recuerdos sobre cosas que han ocurrido al inicio de la película, que obligan al espectador a recordarlas también y a relacionarlas. En el Evangelio de Marcos se sugieren algunas veces estas miradas retrospectivas. En el tema que estudia el tiempo narrativo, se pondrán algunos ejemplos de analepsis en Marcos.

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37

marcano son importantes para el lector ya que le proporcionan un conocimiento

privilegiado del que carecen incluso los personajes del mundo narrativo del Evangelio.

Todo esto tiene como propósito crear suspense en el lector que al saber desde el inicio

quién en Jesús, por la información que el narrador le ha proporcionado en el prólogo

(Mc 1,1-13) y luego al darse cuenta de la incomprensión de los discípulos, se hará

inevitablemente la siguiente pregunta: ¿Entenderán los discípulos alguna vez quién es

Jesús?126.

El siguiente ejemplo es interesante ya que evidencia la total omnisciencia del narrador:

Refiriéndose a la mujer que padecía flujo de sangre dice el narrador en Mc 5,27-30:

El ejemplo anterior ilustra perfectamente en qué consiste la omnisciencia del narrador

en Marcos. De hecho, da cuenta de todo a su lector ya que: sabe lo que dice la mujer a

pesar del alboroto y el murmullo de la gente, se mete en el cuerpo de la misma para

decir cómo se siente curada y por si fuera poco sabe lo que pasa en el interior de Jesús

antes de que éste, diga palabra alguna127. Este último dato es de vital importancia,

porque como subraya Bar-Efrat:

“El narrador no suele darnos información sobre los sentimientos internos de Dios. En

consecuencia, podemos asumir que cuando nos da dicha información, el asunto es de capital

importancia128.”

Este autor se refiere a escenas del Antiguo Testamento, pero estas palabras no son por

ello carentes de sentido para el tema que nos ocupa, ya que el narrador cuenta la

historia de Jesús desde una perspectiva pos-pascual, es decir desde la fe en él, que en

cuanto Mesías e Hijo de Dios, de alguna manera está relacionado con el ámbito divino.

Al ser capaz de penetrar en su interior, afirma de manera implícita que posee la

autoridad requerida para contar su historia. Este ilimitado conocimiento del narrador

126

Marcos como Relato., o. c., p. 64 127El efecto narrativo es impresionante, ya que en éste caso concreto el narrador le proporciona a su lector un saber que supera al del mismo Jesús que aunque sabe que de él ha salido una fuerza, ignora algo que el lector ya sabe: que fue la mujer con flujo de sangre la que le ha tocado el manto. 128

El arte de la narrativa.., o. c., p. 23

“27escuchando sobre Jesús, acercándose por detrás de entre la gente tocó su

manto 28porque decía: si tocara tan sólo su manto quedaré salvada. 29En seguida

se le secó la fuente de su sangre y conoció en su cuerpo que estaba curada de su

tormento. 30Y en seguida Jesús al conocer en sí mismo que había salido una fuerza

de él, volviéndose entre la gente decía: ¿Quién me ha tocado el manto?”

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38

omnisciente lleva al lector a tener confianza en él como un guía fiable en el mundo del

relato129.

3.2. El punto de vista del narrador en Marcos

Que el narrador de Marcos sea externo al relato, omnipresente y omnisciente no lo

convierte en alguien neutral ante lo que cuenta. Antes de entrar de lleno en este punto

de capital importancia, hay que dejar clara la distinción que existe entre autor real y

autor implícito y la que existe entre este último respecto del narrador.

a) Autor real: hablar de autor real es hablar de la persona de carne y hueso a

quien se le atribuye la paternidad de una determinada obra literaria. A la hora

de identificar al autor real de Marcos, se ha pensado en aquel personaje que la

tradición ha identificado con Juan Marcos, que en los Hechos de los Apóstoles

aparece como hijo de María (Hch 12,12) discípulo de Pablo y Bernabé (Hch

12,25) y en la primera de Pedro como compañero e intérprete de éste, en

Roma (1 Pe 5,13)130. El análisis narrativo no se interesa por buscar al lector real

de un Evangelio, dejando al análisis histórico-crítico la tarea bastante incierta

de reconstruir el perfil histórico de los evangelistas131.

b) Autor implícito: mientras que el autor real es el personaje de carne y hueso

responsable de escribir determinado Evangelio, el autor implícito es la imagen

que de sí mismo ha dejado en el texto el autor real, y que además puede

reconstruirse en el proceso de lectura global de su obra. Según los narratólogos

un autor real puede dejar al escribir veinte obras, una imagen distinta de sí en

cada una de ellas. De acuerdo a lo que se acaba de decir, se comprenderá con

facilidad, que el autor implícito no sea una copia del autor de carne y hueso,

sino solamente su reflejo. ¿Qué es buscar al autor implícito en una obra

literaria? Para Marguerat “ponerse a buscar al autor implícito es determinar

qué estrategia narrativa pone en práctica, qué opción de estilo toma, cómo

hace intervenir a sus personajes, qué sistema de valores inculca en el relato. La

imagen del autor implícito resulta de la suma de las opciones de escritura

identificadas en el texto132.” Desde esta perspectiva, cuanto se ha dicho sobre

el perfil del narrador de Marcos (omnisciente, omnipresente etc.), además de

lo que aquí se dirá, recae en definitiva, sobre el autor implícito que le ha

creado.

129

Marcos como Relato., o. c., p. 63 130

Massimo Grilli- Detlev Dormeyer. 2004. Palabra de Dios en lenguaje humano. Verbo Divino. Evangelio y Cultura 2. Navarra, España. p. 30. Evidentemente lo afirmado sobre el autor real de Marcos no tiene como finalidad dirimir las discusiones sobre el tema, simplemente se ha puesto un ejemplo. 131Cómo leer los relatos bíblicos., o. c., p. 27 132

Ibíd.

Page 54: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

39

c) Distinción entre autor implícito y narrador: Es necesario tener siempre en

mente, que cuando en narratología se dice “autor”, hace referencia al autor

implícito. Si se ha comprendido bien la relación y distinción entre autor real e

implícito, no se necesitará muchas explicaciones para distinguir a éste último

del narrador. No se pretende exhaustividad al abordar el tema, solamente se

pretende aclarar que el narrador no es una realidad autónoma, es decir no

tiene existencia propia, sino sólo es, una estrategia literaria de la que se ha

servido el autor implícito para guiar y contar la historia. Por ejemplo: volviendo

a la escena del bautismo de Jesús, el lector atento se da cuenta de que se le

permite acceder a los cielos rasgados y al descenso del Espíritu no de una

forma exterior, sino desde el interior de Jesús, a través de sus ojos. Si dicho

lector a continuación observara: “se nota de que el autor de esta escena, ha

preferido mostrar la manifestación de Dios en el bautismo de Jesús, no de

cualquier manera sino desde el interior de Jesús, desde su perspectiva”, esta

observación recaería no en el autor de carne y hueso sino en el autor implícito.

Y si a continuación se planteara el mismo lector la interrogante “¿Qué

estrategia ha utilizado este autor para meternos en el interior de Jesús?” Y se

respondiera: “¡ah ya! ¡ha utilizado un narrador en tercera persona!”, estaría

distinguiendo a la perfección entre “autor implícito” y la estrategia narrativa

que éste ha utilizado: “un narrador en tercera persona.”

Una vez hechas las aclaraciones terminológicas anteriores se puede ahora volver al

tema. Cuanto se analice a continuación sobre el punto de vista del narrador en el

Evangelio de Marcos, recaerá en última instancia sobre el autor implícito. Sin

embargo, para evitar demasiadas complicaciones terminológicas se seguirá hablando

del narrador y autor implícito de manera indistinta.

El tema del punto de vista del narrador en Marcos es fundamental e imprescindible

para una correcta comprensión del alcance teológico del Evangelio, como meta

irrenunciable de la exégesis narrativa. Para hablar con precisión científica y

metodológica sobre el punto de vista del narrador, conviene distinguirlo de la

focalización narrativa. Las preguntas que pertenecen al punto de vista y las que

pertenecen al campo de la focalización son distintas. Cuando se quiere analizar el

punto de vista en un relato se deben plantear las siguientes preguntas: ¿En función de

qué valores despliega el narrador sus estrategias narrativas? ¿Cuál es la visión de Dios,

del Reino, de Jesús que refleja su manera de contar? ¿Qué personajes del mundo

narrativo reflejan los valores del narrador y quiénes encarnan los valores opuestos?

Por otro lado, cuando se quiere acceder a la focalización en un relato deben plantearse

las siguientes interrogantes: ¿Qué personaje ha elegido el narrador para que el lector

vea la escena a través de sus ojos? ¿Qué es lo que ve el personaje? ¿Cómo lo ve? ¿Para

qué lo ve?

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40

Como podrá darse cuenta el lector, el punto de vista del narrador de Marcos es

importante, ya que es el único medio para acceder al sistema de valores que el autor

implícito quiere transmitir en su manera de contar la historia de Jesús. Varias cosas se

pueden decir como resultado o conclusión del análisis de éste, en Marcos:

3.2.1. Un punto de vista privilegiado pos-pascual

El autor implícito deja ver en su manera de narrar la historia de Jesús, un conocimiento

privilegiado de la identidad profunda y última de éste (Mc 1,1-15), que comparte con

cualquier lector desde el inicio de su obra133. Le revela su calidad mesiánica y filiación

con el objetivo de que el lector juzgue desde este conocimiento privilegiado, cuanto

los personajes dicen sobre Jesús, y para evaluar críticamente si tales afirmaciones se

ajustan o no al misterio de su identidad. Es decir, le prepara para entrar la trama.

Además, de este conocimiento del que goza el lector, posee al mismo tiempo una

estrategia de discernimiento: las órdenes que da Jesús en repetidas ocasiones y a

distintos personajes de callar sobre la revelación de su mesianidad y filiación, es decir

el secreto mesiánico. El lector posee las herramientas necesarias para comprender

bien, quién en Jesús. Sin embargo se da aquí una paradoja, ya que por un lado se le

revela la identidad de Jesús mientras que por otro lado observa que Jesús manda callar

a distintos personajes, entre los cuales para su sorpresa están los discípulos con los

que seguramente se habrá identificado. Se le revela una identidad que por

contrapartida no debe anunciar, sino callar ¿Qué hay en el fondo de esta paradoja?

Lógicamente y como era de esperar la estrategia de revelarle desde al inicio al lector

de Marcos la identidad profunda de Jesús y la orden de callarla a la vez, provoca

determinados efectos en el que lee. Éste debe tomar en serio la orden de callar, no

debe sentirse superior a los discípulos por el conocimiento del que goza y debe hacer

una pausa en su confesión de fe, durante la primera lectura del Evangelio, hasta que

no haya tenido experiencia de la muerte de Jesús y de su Resurrección134. Se necesitan

por lo tanto lecturas sucesivas para que el lector comparta el punto de vista post-

pascual, del autor implícito expresado por medio del narrador de Marcos. Josep Oriol

Tuñí lo dice claramente: “Por otra parte también es verdad que, para captar el mensaje

133

En narratología, el prólogo es fundamental, ya que todo lo que allí se dice acerca de la identidad del personaje principal no afecta al mundo de la historia, es decir, los personajes que interactúan con el protagonista a lo largo de la trama narrativa desconocen cuanto en el prólogo se ha dicho. El autor implícito suele compartir en el inicio de su obra narrativa, el punto de vista privilegiado que posee a todo lector que tome la decisión de leerla. 134

Digo que la orden de callar tiene sentido para el lector, porque en las distintas experiencias que he tenido al enseñar este Evangelio, he podido comprobar cómo la gente suele ver a los discípulos como figuras positivas y creen que ellos saben quién es Jesús. Pero para sorpresa de muchos, solo cuando han leído pacientemente y le han seguido la pista a los discípulos, se sorprenden de que su endurecimiento dura hasta el final del Evangelio. No cabe duda de que la comprensión privilegiada de la que goza el lector en complicidad con el narrador, no significa de que todo el enigma está resuelto desde el principio. El lector debe crecer también en la escuela de los discípulos, no es alguien superior ni aparte. Por todo esto digo que la orden de callar que da Jesús, se dirige también al lector y debe mantenerla en toda su primera lectura. En la sección dedicada a la aplicación del análisis narrativo a una parte del Evangelio de Marcos profundizaremos más sobre este punto tan interesante.

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41

de Mc en toda su plenitud, es necesario tomar en serio la orden del joven vestido de

blanco y volver a Galilea (16,8). Hay que volver al comienzo del evangelio (1,1), para

poder captar en una segunda lectura lo que en una primera lectura no acaba de dejar

en claro. El final de Mc remite al comienzo: es necesario volver a comenzar el

seguimiento con el empuje que da el anuncio de la resurrección… para una correcta

comprensión del mensaje evangélico es necesario leer la obra dos veces135.”

La lectura inicial de Marcos, acompañada de sucesivas relecturas parece ser una

estrategia conscientemente utilizada por el autor implícito marcano, todo un programa

de lectura insertado en él y creado para que el lector por medio del mandato del joven

vuelva una y otra vez a Galilea, y con una mayor comprensión cada vez. Dichas

relecturas, lejos de ser del todo circulares, son por el contrario, como muy bien ha

observado Mercedes Navarro espirales136, o sea abiertas a posibilidades ilimitadas de

sentido cada vez mayor.

a) Un punto de vista que refleja determinados valores

Toda narración carece de neutralidad y siempre hay un sistema de creencias implícito,

que todo buen lector sabrá descubrir. Existen claves para acceder a estas creencias y

valores presentes en el relato: “apartes, forma de describir personajes y sucesos,

elección de palabras, orden de los episodios, técnicas literarias, citas de las escrituras,

así como a partir de las palabras y acciones de aquellos personajes que el narrador ha

definido como fidedignos o de poco fiar137.” En el caso concreto de Marcos algunos

autores han descubierto el sistema de valores que atraviesa todo el Evangelio y que se

encuentra en Mc 8,31-33:

En base a este texto se ha elaborado la escala de valores transversales del Evangelio de

la siguiente manera:138

135Josep Oriol Tuñí. 2010. El Evangelio es Jesús. Verbo Divino. EB 39. Navarra, España. p. 126-127 136

Mercedes Navarro. 2011. Morir de Vida. Verbo Divino, EB 41. Navarra, España. p. 180 137Marcos como Relato, o. c., p. 67 138

Ibíd. pp. 67-68

31Y comenzó a enseñarles que era preciso que el Hijo del Humano

sufriera mucho y fuera repudiado por los ancianos, los sumos sacerdotes

y los escribas, y entregado a la muerte y después de tres días fuera

resucitado. 32Y hablaba de esto con franqueza. Entonces Pedro

tomándolo consigo comenzó a regañarle, 33pero él, volviendo la cabeza

y a la vista de sus discípulos, regaño a Pedro y le dice: ¡Vete de ir detrás

de mí, Satanás! Porque no piensas como Dios sino como los humanos.”

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42

Términos de Dios Términos humanos

a) Fe b) Valor c) Perder la propia vida por la buena

noticia d) Ser el más pequeño entre los

hombres. e) Servir a la gente f) Salvar (restablecer) a los demás g) Lealtad a Dios para el mundo h) Amar al prójimo i) Renunciar a las posesiones j) Vida de renuncia por los demás.

a) Falta de fe b) Miedo c) Salvar la propia vida d) Ser grande para los hombres e) Tratar a los demás con

superioridad f) Hacer daño al prójimo g) Lealtad a sí mismo o al grupo h) Protegerse a sí mismo o al

grupo i) Apoderarse del mundo j) Vida de ganancias para sí

mismo o el grupo.

Este sistema de valores atraviesa todo el Evangelio y son una clara expresión de

actitudes ante el Reinado de Dios. “El narrador adopta el punto de vista de Dios y

cuenta una historia en la que el protagonista Jesús y la mayor parte de los personajes

secundarios también representan los “principios de Dios”, los adversarios de Jesús

ilustran los “principios humanos” y los discípulos vacilan entre los dos puntos de vista.

El narrador guía al lector para que acepte los principios de Dios y rechace los humanos.

Si el relato tiene éxito, el lector adoptará el punto de vista del narrador y juzgará a los

personajes como lo hace el narrador139.” Sin embargo, para lograr la comunión entre el

punto de vista ético del narrador y lector, se necesita reiteradas lecturas globales de

Marcos.

Para concluir, es necesario decir que el tema del punto de vista del narrador y el

sistema de valores que refleja, es fundamental, ya que constituye según la Pontificia

Comisión Bíblica el objetivo que busca el análisis narrativo: “Particularmente atento a

los elementos del texto que conciernen a la intriga, a los personajes y al punto de vista

tomado por el narrador, el análisis narrativo estudia el modo cómo se cuenta una

historia, para implicar al lector en el “mundo del relato” y en su sistema de valores… el

análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el

sentido de presentar una cierta imagen de mundo (el mundo del relato), que ejerce su

influjo sobre los modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien

que otros.”(PCB I, B, 2f).

139

Ibíd.

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43

3.2.2. Punto de vista y focalización

Los teóricos de la ciencia narratológica distinguen el punto de vista de la focalización.

El primero según Marguerat “… corresponde a la concepción del mundo del autor

implícito, en virtud del cual éste da forma a su relato. La focalización designa la

elección de una perspectiva desde la cual se percibe la acción; es de algún modo el

canal escogido por el narrador para transmitir la información140.”

Si el punto de vista del autor implícito que se manifiesta en la voz narrativa, permite

discernir el sistema de valores que implícita o explícitamente recorre el Evangelio de

Marcos (que se ha tenido ocasión de presentar en el cuadro anteriormente expuesto),

la focalización le permite al lector tener una puerta de acceso a lo que los personajes

dentro del mundo de la historia sienten piensan y desean, es decir permite conocer sus

diferentes puntos de vista141. La pregunta que se formula a continuación permitirá

discernir la cuestión fundamental en el tema de la focalización: “¿a través de la mirada

de quién ha decidido el narrador hacernos ver el acontecimiento?142” Para Marguerat

existen tres clases de focalización:

“El narrador puede adoptar tres tipos de focalizaciones, cada una de ellas correspondiente a una

selección de la información narrativa: la focalización interna corresponde al plano próximo (da

acceso a la interioridad de un personaje); la focalización externa corresponde al plano fijo

(coincidente con lo que vería un observador); la focalización cero corresponde al plano amplio

(supera el marco temporal y espacial de la escena)143

.

Algunos ejemplos pueden ayudar al lector a distinguir los tres tipos de focalización.

1. Mc 1,39: “Y marchó predicando en las sinagogas por toda Galilea y

expulsando demonios.”La focalización en este caso es “cero”, ya que el

narrador ofrece una información sobre una actividad (la de Jesús), que supera

el marco temporal de la escena.

140

Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., p. 112 141

Dentro de un relato existe en primer lugar el punto de vista del autor implícito que como hemos venido repitiendo se expresa por medio del narrador, pero no es el único, ya que existen las maneras de ver, es decir los puntos de vista de los diferentes personajes, que pueden coincidir o no con el punto de vista del autor implícito. Estos puntos de vista de los distintos personajes que pueblan el mundo del relato, no funcionan autónomamente, ya que son dirigidos y controlados por el narrador en todo momento. Si en algún momento nos parece que los personajes tienen su propio punto de vista y actúan de manera independiente, más que una realidad esto se debe a la calidad narrativa del autor implícito. 142

Ibíd. p. 119 143Ibíd. p. 120. Además de los tres tipos de focalización expone el autor la diferencia entre un relato monofocalizado y otro plurifocalizado. El primero corresponde al relato en el que predomina una focalización que se limita a un solo personaje, y el segundo corresponde a un relato en el que son varios los personajes que perciben lo que ocurre en la escena.

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44

2. Mc 3,5: “Y echándoles una mirada de ira y entristecido por la dureza de sus

corazones…”En este caso la focalización como podrá darse cuenta el lector es

interna, ya que se informa acerca de lo que Jesús internamente siente y la

manera como ve.

3. Mc 3,1: “Y entró de nuevo en la sinagoga. Y había allí un hombre que tenía

una mano seca.”La focalización aquí es “externa”, ya que el narrador

contempla algo que toda persona dentro del mundo narrativo podría observar.

Los juegos de la focalización son interesantes y fundamentales a la vez, ya que permite

sobre todo si es interna, acceder al punto de vista de los diferentes personajes. En el

segundo ejemplo arriba expuesto, se puede conocer el punto de vista de Jesús, ya que

el lector puede conocer la pasión que lleva dentro y que luego queda confirmada en su

Palabra. Pero también en esta misma escena (Mc 3, 2) se puede conocer el punto de

vista de los fariseos que espían con la intención de tener alguna prueba para acusar a

Jesús. El relato por lo tanto es plurifocalizado, porque hay dos puntos de vista

contrarios. Se le presentan al lector por lo tanto dos maneras de ver la curación del

hombre de la mano seca, para que en base a lo ya leído anteriormente en el Evangelio

pueda optar de manera libre y crítica sobre cuál será es el punto de vista que adoptará

en su mundo real.

Pero lo más importante y decisivo del tema, aún no se ha dicho. La estrategia narrativa

de la focalización sobre todo la interna (¿a través de los ojos de quién se nos presenta

la escena?), permite ver las diferentes escenas, no desde cualquier perspectiva elegida

arbitrariamente por el lector, sino sólo desde el ángulo elegido de antemano por el

narrador. Todo esto es fundamental ya que “un mismo acontecimiento, referido a

través de dos focalizadores distintos, puede variar sustancialmente144.” Una técnica

sencilla pero no por eso menos profunda, que puede realizar todo lector, consiste en

reescribir nuevamente la escena escogida de Marcos, cambiando deliberadamente la

focalización interna de los personajes para percibir luego más claramente la propuesta

por el Evangelio.

El siguiente ejemplo muestra la importancia de utilizar esta técnica:

144

Jesús según San Mateo, o, c., p. 96-97

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45

¿Ha cambiado algo en el relato anterior? Aparentemente no, pero si se profundiza un

poco más, en realidad ha cambiado algo esencial: la iniciativa divina. En la escena de

Marcos existe coherencia narrativa, ya que es Jesús el que ve primero, y él, que vio

rasgarse los cielos y el descenso del Espíritu, ahora ve a aquellos pescadores y los

llama. Todo parte de la iniciativa gratuita de Dios manifestada en Jesús su Hijo. Por el

contrario en la escena cambiada, Jesús pasa y son ellos los que le ven primero. En la

lógica narrativa, no se puede decir del todo que haya sido Jesús el que toma la

iniciativa, ya que lo que sigue en la escena, parece más una reacción de Jesús a la

mirada de Simón y Andrés que una decisión que éste tomara de antemano. Si se

conoce bien la teología de la elección gratuita que como savia recorre las venas del

Antiguo Testamento, se percibirá con mayor profundidad la diferencia. Por lo tanto, las

consecuencias teológicas que conlleva la estrategia focalizadora utilizada en Marcos,

son evidentes145.

La focalización de Jesús, su punto de vista, es de capital importancia para valorar

adecuadamente los rasgos de su autoconciencia, que tantos debates y tinta ha hecho

correr en los últimos tres siglos. Desde hace tiempo la crítica histórica se ha fijado

tantas veces en las palabras auténticas de Jesús, los hechos que se pueden considerar

históricos y últimamente se ha tenido en cuenta sus intenciones. Todo esto es valioso y

válido, pero suele descuidar un elemento fundamental: la forma de caracterizar

145

Por si lo que he dicho pudiera parecerle al lector una exageración, le propongo otro ejemplo. En el caso de la historia de Zaqueo referida por Lucas, se dice algo interesante para el tema de la focalización. El narrador informa al lector de que es Zaqueo quien quiere ver a Jesús, y en efecto se sube al sicomoro. Pero en ningún momento se dice que Zaqueo lo viera, sino al contrario, es Jesús quien alza la vista y le habla. Alguien podría decir que desde el momento en que Zaqueo se subió al sicomoro ya lo había visto. Pero el narrador no lo registra, y es a la luz de estos detalles y estrategias de focalización en donde deducimos que lo que está en juego es la Teología de la Elección gratuita de Dios manifestada en Jesús. Considero personalmente pero no sin fundamento, que los narradores ya desde la etapa oral, cuidaban con toda probabilidad estos detalles, ya que lo que estaba en juego, no era una cuestión de estilo simplemente, sino el tema de la iniciativa de Dios en la Salvación del ser humano. Se ha dicho tantas veces a nivel exegético que la teología de Lucas es similar (a pesar de las diferencias), a la de Pablo, y es, precisamente este último quien más defendió la cuestión de que es la fe y no las obras de la ley las que justifican al cristiano. Afirmar esto, es decir de otra manera que el que toma la iniciativa no es el hombre sino Dios. En este punto la teología de Pablo y la de Lucas coinciden perfectamente.

16Y pasando junto al mar de Galilea

vio a Simón y Andrés, el hermano de

Simón que estaban echando la red

en el mar, porque eran pescadores. 17Y les dice Jesús: Venid detrás de mí

y haré de vosotros pescadores de

hombres. 18Y en seguida dejando las

redes le siguieron. (Mc 1,16-18).

16Y pasaba junto al mar de Galilea.

Simón y Andrés, el hermano de

Simón que estaban echando la red

en el mar (porque eran pescadores),

lo vieron. 17Y les dice Jesús: Venid

detrás de mí y haré de vosotros

pescadores de hombres. 18Y en

seguida dejando las redes le

siguieron.

Page 61: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

46

narrativamente a Jesús y las estrategias que el autor implícito ha utilizado para mostrar

al lector por medio de la focalización, rasgos de su punto de vista interno. Mercedes

Navarro, tras un largo análisis narrativo aplicado a Mc 14,3-9 en el que entre otras

cosas trata de comprender si el derramamiento de nardo sobre la cabeza de Jesús,

puede interpretarse como real (unción real o regia) y en consecuencia, como una

confirmación del título Cristo aplicado a su persona concluye:

“En contra de la argumentación sobre la posibilidad de que la unción de la mujer en la cabeza de

Jesús tuviera carácter real indicamos lo siguiente. 1) No encontramos ningún indicio que permita

al lector interpretar la unción como unción real. 2) En el nivel de la historia, hechos e

interpretación, es preciso seguir la focalización de Jesús, único y autorizado intérprete. Él no se

hace eco de la unción como mesiánica o real… En esta misma línea puede aducirse que la única

unción (si la podemos llamar así) que Jesús recibe como identidad es la del bautismo, y es Dios el

que la lleva a cabo con su palabra y la reitera en la escena de la transfiguración (9,2-13),

justamente después de que Pedro, equívocamente, lo proclame Mesías. De nuevo es preciso

seguir al focalización de Dios: Jesús es el Hijo amado, y añade, escuchadle146.”

El discurso cristológico posee en el análisis narrativo un instrumento válido y valioso

para una mejor comprensión de la identidad narrada de Jesús. Como se puede

observar en las conclusiones de Navarro, el análisis de los títulos cristológicos en los

Evangelios (por ejemplo el de Cristo), cuando se estudian desde una perspectiva

narrativa, resulta enormemente beneficiado, ya que no se conforma sólo con decir por

ejemplo, que para Marcos Jesús es Mesías = Cristo, porque lo dice el prólogo u

obertura de este Evangelio, sino que lo va construyendo y redefiniendo a medida que

éste evoluciona a lo largo de la trama narrativa y de los nuevos contextos en que

aparece. La cristología tradicional se ha contentado con el qué, es decir con el tema,

pero ha descuidado el cómo en el desarrollo de la trama narrativa147.

La focalización por lo tanto, como estrategia narrativa del autor implícito, es el único

camino de acceso para comprender el punto de vista de los diferentes personajes que

habitan el mundo narrativo de Marcos, pero especialmente y sobre todo para

comprender los puntos de vista más importantes: el de Dios y Jesús. El lector al

terminar su lectura, e interactuar con este Evangelio deberá convertirse y asumir tales

puntos de vista (como de hecho lo hace el mismo narrador), y hacerlos Vida en su

146

Mercedes Navarro Puerto. 1999. Ungido para la Vida. Verbo Divino. Institución San Jerónimo. ABE 36. España. p. 155. La autora en la página 156 y nota 301 afirma algo muy importante: “Toda Cristología del Nuevo Testamento basada en los Evangelios deberá tener en cuenta la focalización de Jesús para decidir los rasgos de su autoconciencia, según cada evangelista lo muestra en su narración… Así, el análisis narrativo es, ciertamente, un verdadero e interesante reto para la Cristología.” 147

Lo que quiero afirmar con esto, es que más que hacer un recuento del título que más se aplica a Jesús en un Evangelio, para luego deducir la importancia que tiene para un evangelista determinado, hay que darse cuenta, si a lo largo de la trama narrativa dicho título es confirmado, rechazado o en última instancia neutralizado o dejado en la ambigüedad. No basta por lo tanto que en el evangelio de Marcos se diga que Jesús es Cristo al inicio, hay que ver todos los matices y reconfiguraciones que va adquiriendo a medida que evolucionan los hechos del mundo de la historia.

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47

propia vida148. Es decir, debe permitir que su identidad cristiana sea redefinida al

asumir el sistema de valores que le propone el narrador mediante estrategias

focalizadoras.

3.3. Los personajes en Marcos

Un medio privilegiado que usa el narrador para transmitir su punto de vista al lector y

redefinir su identidad en cuanto discípulo, son los personajes que pueblan el mundo

del relato. Los personajes son los que animan la historia y le imprimen a la vez, una

dosis enorme de realismo y verosimilitud. Ellos son los que encarnan y representan

valores y anti valores presentes en el relato, constituyendo de esta manera modelos

para el lector de acción, identificación o distanciamiento ya que:

“Generalmente provocan una empatía emocional en el lector: sentimos lo que sienten, nos

alegramos de su alegría, lamentamos su pena y participamos de su destino y experiencias. En

ocasiones un personaje nos resulta simpático; otras, antipático, pero nunca nos dejan

indiferentes. Queremos conocerlos, ver cómo actúan dentro de su ambiente y entender sus

motivos y aspiraciones. Seguirnos su lucha por conseguir sus deseos y nos fijamos especialmente

en lo que dicen, pues cuando hablan con otro personaje se están dirigiendo también a

nosotros149

.”

Sin embargo, el hecho de que los personajes constituyan modelos de identificación o

distanciamiento para el lector, es algo que no se da en régimen de total libertad, ya

que como subraya Marguerat, todos los personajes están conducidos bajo la mano del

narrador150, es él quien los crea y los lectores sólo tienen acceso a ellos a través del

narrador quien les da existencia literaria.

Ahora bien, lo dicho necesita ser aclarado convenientemente ya que puede llevar al

lector a conclusiones erróneas. El narrador en una representación ya sea oral o escrita

siempre crea literariamente a los personajes, es decir, les da vida al narrarlos ¿Quiere

decir eso que los personajes bíblicos son inventados? ¡No! Porque la creación de la que

aquí se habla es literaria, no histórica. Desde una perspectiva narrativa, interesan los

personajes, pero solamente tal y como están representados por el narrador, sin ningún

interés histórico propiamente. Esto obviamente no quiere decir, que los personajes

bíblicos no hayan existido (de su existencia histórica se ocupa el método histórico-

crítico), sino solo se quiere expresar, que el interés de la narratología es de carácter

estrictamente literario. Las palabras de Shimon Bar-Éfrat son clarificadoras al respecto:

“Cuando se trata de individuos que se piensa que han existido en el pasado, como los de la

narrativa bíblica, se debe recalcar que sólo los conocemos tal y como nos son presentados en la

148

Si el narrador nos hace partícipes de algún sentimiento interno de Jesús es, para que podamos meternos en su piel y ver a Dios al mundo y a los demás como él los ve y valorarlos desde una perspectiva nueva, desde la perspectiva del Reinado de Dios, y la revolución de valores que trae éste. 149El arte de la narrativa en la… o, c., p. 59 150

Cómo leer los relatos… o, c., p. 111

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48

narración. No tenemos más puntos de referencia. No sabemos absolutamente nada de la

verdadera naturaleza de los personajes bíblicos, por lo que carecemos de medios para juzgar con

cuánta exactitud se nos han representado en la narrativa bíblica151

.”

Quiere decir entonces, que dentro del análisis narrativo, la pregunta sobre la exactitud

entre representación literaria y el personaje histórico no tiene sentido, lo que no

significa que sea irrelevante dadas las condiciones culturales y sus exigencias de

historicidad. Cuando un lector se encuentra con la pluralidad de personajes que

habitan el mundo narrado de un Evangelio, se enfrenta con personajes que son

verdaderos, sin embargo esta verdad no es la del reportaje televisivo, sino la que se

fundamenta en el principio narrativo del realismo y verosimilitud. La relación entre

acontecimiento histórico y relato siempre creara cierta tensión, sino se la entiende

adecuadamente. Sobre este punto subraya acertadamente Mercedes Navarro:

“Los evangelios son históricos en sentido empírico, porque se refieren a algunos personajes que

han existido históricamente y a unos acontecimientos nucleares de los que hay constancia

histórica. Pero los evangelios son también ficción, no solo por sus diferencias, las diferencias en el

mismo material, sus diferentes perspectivas y organización narrativa del material común. Son

ficción en un sentido de verdad más honda, pues pretenden formar, y no solo informar.

Pretenden suscitar discípulos y discípulas, crear actitudes de fe en sus lectoras y lectores, igual

que el libro del Éxodo pretende crear y recrear la identidad judía en aquellas personas que lo leen

o lo escuchan152

.”

Lo que se acaba de tratar acá con cierto detalle, es definitivamente algo necesario y

puede ayudar en lo que sigue, a prevenir al lector creyente de los Evangelios del riesgo

de una lectura fundamentalista de los mismos. La Pontificia Comisión Bíblica se refiere

al tema con claridad:

“En lo que concierne a los evangelios, el fundamentalismo no tiene en cuenta el crecimiento de la

tradición evangélica, sino que confunde ingenuamente el estadio final de esta tradición (lo que

los evangelistas han escrito) con el estadio inicial (las acciones y las palabras de Jesús en la

historia). Descuida por eso mismo un dato importante: el modo como las primeras comunidades

cristianas han comprendido el impacto producido por Jesús de Nazaret y su mensaje. Ahora bien,

éste es un testimonio de origen apostólico de la fe cristiana y su expresión directa. El

fundamentalismo desnaturaliza así la llamada lanzada por el evangelio mismo.” (PCB I, F)153.

Esperando haber despejado ciertas dudas en el lector y dejando para otro tema la

cuestión de la historicidad de los personajes bíblicos, lo que se trata de afirmar en este

trabajo investigativo es que la posibilidad de identificación o rechazo que el lector

experimenta en el transcurso de su lectura, por ciertos personajes que actúan dentro

del mundo narrativo, se debe a estrategias que de antemano se ha propuesto realizar

151

El arte de la narrativa… o, c., p. 59-60 152Mercedes Navarro Puerto. 2003. Cuando la Biblia cuenta. PPC. CRUCE 13. Madrid. España. p. 116 153

Sorprende y es del todo novedoso el término fundamentalismo referido a los evangelios, y constituye un gran paso de cara al reto de una lectura creyente de los mismos. Considero personalmente que el análisis narrativo ayuda en demasía a liberarnos de una lectura ingenua y literalista de los mismos.

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49

el narrador. Todo lo que dicen o no dicen, hacen o dejan de hacer, piensan y sienten,

en una palabra, todo lo que se denomina caracterización de los personajes, es

controlado por la voz que cuenta la historia para lograr determinados efectos retóricos

en el lector. Una vez hecha esta introducción con sus respectivas aclaraciones, a

continuación se tratará de analizar narratológicamente los diferentes personajes que

pueblan la historia contada de Marcos y su caracterización literaria154.

3.3.1. Caracterización de los personajes en el mundo narrativo de

Marcos

Para David Rhoads “la caracterización se refiere a la manera en que un narrador da

vida a los personajes en el relato155.” Cuando un narrador caracteriza a los diferentes

personajes suele servirse de ciertas estrategias narrativas, que todo lector debe

conocer si quiere interactuar con ellos e involucrarse en la trama del Evangelio de

Marcos.

a) La estrategia del “decir” y “mostrar” en la caracterización de los personajes

en Marcos.

En la caracterización de los personajes un narrador puede describirlos

directamente, es decir puede contar aspectos físicos, modos de ser, la forma en

que van vestidos, sus sentimientos y emociones, entre otras cosas. O puede,

por el contrario mostrarlos al lector interactuando con otros personajes de la

historia contada, por medio del diálogo y la acción156. En el primer caso, el

narrador deja poco espacio para el juicio crítico del lector, mientras que en el

segundo, éste es invitado a sacar sus propias conclusiones. Usando las palabras

de Marguerat: “El narrador puede presentar un personaje diciendo lo que es

(telling) o mostrando lo que hace (showing)157.”

Esta estrategia es perceptible en Marcos. En el caso ya citado, de la escena del

llamado de los primeros discípulos Mc 1,16-18 el narrador “dice” lo que son:

pescadores. Mientras que después de escuchar el llamado de Jesús “muestra”

lo que hacen: dejan todo y le siguen. El lector no necesita mayor esfuerzo al

inicio, para darse cuenta de que son pescadores, pero en el final de la escena se

le muestran las acciones de Simón y Andrés sin ninguna información que

154

No se hará una presentación exhaustiva de cada uno de los personajes de Marcos, solamente se ofrecerán algunos elementos críticos que permitan, analizar la forma en que han sido caracterizados y las estrategias que ha utilizado el autor implícito para facilitarle al lector su identificación o distanciamiento respecto de ellos. Para una mayor amplitud en el tema de la caracterización de los distintos personajes del mundo narrativo de Marcos, Cfr. Marcos como Relato, o. c., pp. 137-187 155

Marcos como Relato, o. c., p. 138 156Ibíd. 157

Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 113

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50

justifique las mismas. La capacidad de discernimiento y desciframiento del por

qué de tan inmediata respuesta, es algo que incumbe al lector, obligándole a

rastrear la evolución de estos personajes a lo largo de la trama. Otro caso

interesante es el que se encuentra en Mc 1,35-37: “35Y muy de mañana, muy

oscuro todavía, levantándose salió y marchó a un lugar desértico y allí oraba; 36

fue en su busca Simón y los que estaban con él; 37

y lo encontraron y le dicen:

Todos te buscan. 38

Les dice: Vamos a otra parte, a las aldeas vecinas para que

predique también allí, pues para eso salí.” Nuevamente el narrador muestra al

lector acciones y palabras de Simón. Éste busca a Jesús y luego habla con él.

Nada se dice sobre sus intenciones y por lo tanto al igual que en el caso

anteriormente citado, el lector deberá recurrir a lo que antecede así como a lo

que sigue, para encontrar respuestas coherentes sobre las intenciones de

Simón.

Desde una perspectiva pastoral, lo que se ha analizado debe llevar a sacar la

siguiente conclusión. La identificación del lector con los personajes de Marcos,

no debe hacerse a la ligera sin indagar primero detenidamente sobre aquello,

que mediante la estrategia del “mostrar” lo que hacen los personajes, no

aparece explicitado claramente por el narrador158. Puesto que Marcos suele

mostrar a los personajes mediante el diálogo y la acción, requiere por esto

mismo de lectores que sepan interactuar con ellos y rellenar el vacío de

información acerca de sus sentimientos, intenciones y pensamientos, dentro

del mundo narrativo del Evangelio, no de cualquier manera sino de forma

crítica y creativa a la vez.

b) Marcos caracteriza personajes libres, capaces de cambiar o no cambiar.

Los personajes tal y como eran caracterizados en la antigua literatura

grecorromana, no solían cambiar siendo de este modo previsibles159. En el caso

concreto del autor implícito de Marcos, parece distanciarse de ésta manera de

caracterización estática de los diferentes personajes, influenciado quizá por la

narrativa hebrea, en donde los personajes se encuentran por lo general más

abiertos al cambio160. En narratología los personajes suelen dividirse en

redondos o planos. Son planos los que presentan pocos rasgos a lo largo del

relato, mientras que a los que presentan varios rasgos se les denomina

personajes redondos161.

158

Cuantas veces he escuchado decir que lo que hicieron los primeros discípulos es, un ejemplo de auténtico discipulado, de disponibilidad para el Reino. Me pregunto si tales predicadores o catequistas han tenido la paciencia para seguir la pista de estos personajes a lo largo del Evangelio de Marcos. Es evidente la necesidad pastoral, de realizar lecturas reiteradas del Evangelio, para poder sacar conclusiones un poco más acertadas sobre las motivaciones de estos discípulos. 159

Marcos como Relato, o. c., p. 140 160Ibíd, p. 141 161

Ibíd, p. 143

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51

En Marcos los personajes son la mayoría de las veces redondos, es decir no se

les puede estereotipar fácilmente. Este modo que tiene Marcos de caracterizar

a los distintos personajes de su mundo narrativo, es del todo coherente con su

visión de la llegada del Reinado de Dios proclamado por Jesús como algo

inminente, que con su oferta de conversión y fe, es capaz de hacer reaccionar

para bien o para mal a los seres humanos. Tanto Jesús, los discípulos, las

autoridades religiosas, la multitud así como los personajes secundarios son

redondos162, Quizá sea por todo esto, que los Evangelios continúen

constituyendo un atractivo para la vida de los cristianos de ayer y de hoy, por la

capacidad transformadora y el estimulo de cambio que genera su lectura. Sin

embargo es necesario subrayar que si bien es cierto, los personajes son

redondos en la trama de Marcos, no por ello dejan de ser consistentes a lo

largo del relato163, manifestando rasgos que los identificaran de una

determinada manera. Se puede por lo tanto establecer un perfil de los

personajes que aparecen a lo largo de toda la narración (por ejemplo de los

discípulos).

c) En marcos aparece una clasificación de los personajes poco clara y

desconcertante a la vez.

Según Marguerat164, existen tres tipos de clasificación en lo que respecta a los

personajes dentro de un relato. Están en primer lugar los protagonistas, que

tienen un papel activo en la trama situándose por ello en el primer plano. Por

otro lado se encuentran los figurantes, que se limitan a servir de telón de

fondo. Y por último están los personajes secundarios, a los que en narratología

suele denominárseles cordel. Aunque la función de estos últimos puede ser

muy limitada, pueden sin embargo estar caracterizados de una manera

simbólica, difícil de discernir en la mayoría de los casos165, debido entre otras

cosas a la falta de nombre propio166. Esta clasificación no es con todo, plena, ya

que dentro de una trama narrativa no pueden faltar los antagonistas, máxime

si es una trama marcada por el conflicto como la de Marcos.

162

Jack Dean Kingsbury. 1991. Conflicto en Marcos. Jesús, autoridades, discípulos. Ed. El Almendro. Córdoba, España. pp. 19-48. En estas páginas puede encontrar el lector una buena introducción a los distintos personajes del Evangelio de Marcos. Una buena técnica para percibir cuánto cambian los personajes, es hacer una ficha de los mismos para evaluar su progreso al final de la lectura. 163

Marcos como…, o. c., p. 139 164

Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 98-99 165

Existe un excelente estudio de Juan Mateos acerca de personajes que aparecen en los evangelios, que tiene un significado simbólico profundo. Cfr. Juan Mateos – Fernando Camacho. 1999. Evangelio, Figuras y Símbolos. Ed. El Almendro. Córdoba, España. pp. 93-127 166

El hecho de no tener nombre puede explicarse por la cultura colectivista en la que fueron escritos. El individuo no interesa como tal, sino solamente como representante de un bloque. Sobre este punto, Cfr. Marcos como…, o. c., p. 140.

Page 67: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

52

Otros autores dividen a los personajes de Marcos en cuatro grupos: en primer

lugar Jesús como gran protagonista. En segundo lugar están los antagonistas,

representados por las autoridades. En tercer lugar los discípulos. Y en cuarto

lugar aparecen los personajes secundarios167

. Llama la atención el hecho de que

en esta clasificación, no se les dé un nombre a los discípulos que clarifique y

oriente al lector, sobre el papel que desempeñan a lo largo de la trama. Los

discípulos: ¿Son protagonistas? ¿Secundarios o antagonistas? ¿Cómo

clasificarlos?

De lo dicho anteriormente se desprende una primera conclusión. Establecer una

jerarquía fija de personajes en la historia contada de Marcos, no es difícil si se toma en

primer lugar a Jesús, el cual a todas luces es el único y gran protagonista del relato.

Tampoco es complicado discernir a los antagonistas, que están representados

principalmente por los fariseos, herodianos, escribas, las autoridades y por supuesto

Satanás que se encarna en estos grupos. Pero la clasificación de los demás personajes

se vuelve problemática, ya que puede variar su papel de un relato a otro, como Pedro

por ejemplo, cuando es llamado aparece con un papel protagónico, cuya misión es,

llegar a ser pescador de hombres; mientras que en el camino de Jesús a Jerusalén, en

un instante se vuelve antagonista e instrumento de Satanás. Sumado a esto, y para

complicar un poco más, hay personajes que solamente aparecen una vez y sin

embargo ocupan con toda propiedad un papel protagónico en determinadas escenas.

Mercedes Navarro ha realizado una excelente observación al respecto:

“Los personajes menores, tomados como paradigma, tienen la función de cumplir en el nivel de

la historia lo que se esperaba que realizaran los discípulos en ese mismo nivel: la fe, los actos de

servicio, la entrega de la vida, la cercanía en su pasión y muerte, el anuncio y la curación. No se

olvide que la fe aparece en todo el evangelio como conducta observable, de forma que se

advierte en el mismo decurso de la historia narrada. En particular, en los episodios finales: le

unge una mujer, Simón de Cirene le ayuda con la cruz, el centurión confiesa se fe, José de

Arimatea le pide el cuerpo a Pilatos y las mujeres están presentes en su muerte y van luego al

sepulcro con la intención de ungir su cuerpo. En la primera parte del evangelio se enfatiza la fe;

en los capítulos en que tiene lugar el viaje a Jerusalén los personajes menores subrayan

narrativamente los rasgos de la pérdida de la vida, el último puesto y el servir168

.”

Esta autora se ha referido a personajes menores que aparecen en la segunda parte de

Marcos, pero ¿Aparecen también en la primera parte? Hay un excelente estudio de

Elisa Estevéz López, en el que analiza detenidamente el verbo “pregonar”, que aparece

en la escena de la curación del leproso Mc 1,40-45, llegando a la conclusión de que

este verbo dice relación a la misión de proclamar la llegada del Reino en clara

167Ibíd., pp. 137-138 168

Morir de vida, o. c., p. 87, nota 75

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53

continuidad con la misión de Jesús169. Este dato es fundamental, ya que se puede decir

con propiedad, que el primer predicador del Reino y sus signos (claro después de

Jesús), es este leproso. Los ejemplos se podrían multiplicar, pero lo único que se

pretende al citarlos es, llamar la atención del lector sobre la dificultad de clasificar

rígidamente a los personajes de Marcos y también la problemática de saber cuáles son

los criterios para hacer dicha clasificación. La interrogante que late en todo esto es

¿Cuáles son los modelos de discipulado, con los que se identifica el lector? Parece ser

que el único criterio que debería tomarse para establecer una jerarquía de personajes,

es el de su mayor o menor presencia en cada escena. Pero aún este principio no deja

de ser problemático. Marguerat refiriéndose a esta dificultad concluye: “El anterior

tipo de clasificación, vinculado al grado de presencia de un personaje, sigue siendo

difícil de manejar (la intensidad de la presencia, ¿es un criterio cuantitativo o

cualitativo?)170.”

Pretender clasificar siempre y de manera rígida a los personajes que se encuentran

entre los protagonistas (Dios, Jesús) y los antagonistas del mundo narrativo de Marcos

es algo inviable, y solamente la experiencia de lectura paciente, atenta, reflexiva y

reiterada, puede dar criterios más certeros para distinguirlos, en orden a saber con

cuáles hay que identificarse por su condición de auténticos discípulos171. Conocer esto,

es determinante para la identidad discipular del cristiano. La cuestión sigue abierta y

constituye un permanente desafío para todo lector de Marcos, máxime en estos

tiempos, en los que la crítica literaria ha valorado el uso de la ironía (ya sea verbal o

169

Carmen Bernabé y Carlos Gil (eds.). 2008. Reimaginando los orígenes del cristianismo. Verbo Divino. Estella, España. p. 229-231 170

Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 99. Para este autor la manera más adecuada de clasificar a los personajes, es distinguir los planos de los redondos. 171

Tal vez hay alguien que insista en decir de manera simplista que los discípulos, es decir los doce son los modelos de identificación para el lector creyente del Evangelio. La siguiente observación que realiza Mercedes Navarro en este punto es importantísima, y debe ser tenida en cuenta: “En la primera parte del evangelio el lector es invitado a identificarse con el grupo de los primeros llamados. Entra en su punto de vista y ve con ellos lo que dice y lo que hace Jesús. La distancia entre ellos y el lector es muy pequeña. En los primeros capítulos se advierte una identificación entre los discípulos y los doce. Estos adquieren una gran importancia. No conocen a Jesús, le han seguido por el magnetismo de su llamada y la autoridad de su personalidad, y el lector simpatiza con ellos. A partir del cap. 6, sin embargo, esta posición del lector respecto a los discípulos va a cambiar paulatinamente. Su posición respecto al conocimiento de Jesús será superior porque va teniendo mayor información y, por otro lado, advierte que, a medida que los mismos discípulos tienen mayor información, se acrecienta la separación entre la mentalidad de Jesús y la de ellos. No le entienden. A partir de la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo, el lector se aleja de su punto de vista y se acerca más a Jesús sin necesidad de pasar por (el punto de vista de) ellos. Al final, en el umbral de la pasión y en la misma pasión, la distancia es máxima, de forma que se produce un paralelismo entre la distancia que se crea en el nivel de la historia y la del nivel del discurso: a medida que crece la distancia entre Jesús y sus discípulos (nivel de la historia), crece la distancia entre el lector y los discípulos (nivel del discurso). El fracaso de los discípulos en el camino hacia la Pascua supone que le venden en Judas (14,10-11), le niegan en Pedro (14,66-72) y le abandonan y huyen en grupo (14,50).” Cfr. Morir de vida, o. c., p. 87-88, nota 76. Después de leer esto da la impresión de que los discípulos son más bien, modelos de lo que no es un discípulo, que de lo que en realidad es, o tendría que ser.

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54

dramática), en los Evangelios como algo que debe ser tomado en cuenta por la

exégesis tradicional, como criterio serio de interpretación172.

Por último, es necesario tener en cuenta que entre las estrategias utilizadas por el

autor implícito de Marcos, para caracterizar a los personajes se encuentra lo ya

analizado anteriormente acerca del punto de vista del narrador, el sistema de valores

en el que éste se fundamenta así como también el juego de las focalizaciones. El lector

debe ser consciente, de que la posibilidad de rechazar o identificarse con los diferentes

personajes que pueblan el mundo de la historia marcana, es algo controlado

totalmente por el autor implícito. A continuación se analiza un elemento fundamental

para la crítica narratológica aplicada a Marcos, la trama narrativa.

3.4. La Trama narrativa en Marcos

Si los personajes son el alma de un relato, la trama narrativa es el cuerpo173. Estudiar la

trama de Marcos es indispensable, si se quiere superar la lectura fragmentada a la que

se está acostumbrado y tener una visión de la totalidad de este Evangelio. Lo

específico de un relato, y que lo diferencia como tales la relación causa-efecto que se

construye mediante el discurso174.

Generalmente se puede definir la trama como “esa estructura unificadora que enlaza

las diversas peripecias del relato y las organiza en una historia continua175.” Como se

puede observar, en la definición propuesta prevalece la lógica causal que encadena y

le da sentido de continuidad a los diferentes acontecimientos que se van sucediendo,

uno a uno en el marco de la historia contada. La trama narrativa le confiere orden a las

múltiples escenas, permite visualizar al lector el desarrollo de los personajes, sentir

cómo el tiempo transcurre e inmiscuirse en la intriga del relato mediante la

identificación de los hilos narrativos que le permiten mantenerse a la expectativa de lo

que puede suceder.

En el contexto metodológico exegético de estudio del Evangelio de Marcos, el

reconocimiento de la existencia de una trama narrativa ha significado un notable

avance a nivel sincrónico, que completa lo intuido por el método histórico-crítico en la

crítica redaccional. Efectivamente, la escuela de la crítica redaccional hizo justicia a la

172

Sobre el uso de la ironía en Marcos apunta Marguerat: “El evangelista Marcos es igualmente un orfebre de la ironía de situación. Entre las innumerables posibilidades que ofrece, vamos a limitarnos a observar una escena de la Pasión: la negación de Pedro (Mc 14,66-72). El efecto de ironía deja su huella en varios planos. En el momento en que Jesús comparece ante la más alta instancia religiosa del país. Pedro está metido también en un proceso… ante una sirvienta y los que la rodean. Luego llega a negar a Jesús, porque no tomó en serio la advertencia de 14,27, ni el consejo del Maestro, dirigido a cada discípulo, de negarse a sí mismo (8,34). La ironía alcanza su punto culminante en el versículo 71: “Pero él se puso a echar imprecaciones y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis! La mentira proferida bajo juramento por el discípulo esconde una profunda verdad: de hecho, Pedro no conoce verdaderamente a Jesús.” 173

El arte de la narrativa…, o. c., p. 117 174Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 67 175

Ibíd., p. 68

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55

contribución hecha por cada evangelista en la composición última del material

heredado de la Tradición de su comunidad, dándoles el calificativo de verdaderos

autores. De esta manera quedaba superada la visión reduccionista que introdujo la

escuela de la historia de las formas, que los había considerado hasta mediados del

siglo XX, como meros compiladores de tradiciones orales176. Sin embargo, no bastaba

con reconocer la huella redaccional que cada evangelista, en la composición de su obra

había dejado, permitiendo de este modo reconocer a nivel crítico lo que se

consideraba tradicional y redaccional. Se necesitaba profundizar muchos elementos

que la crítica redaccional pasaba desapercibidos, y que la crítica narratológica ha

puesto de relieve en las tres últimas décadas177.

Para un correcto análisis de la trama de Marcos se necesita tener en cuenta algunas

nociones fundamentales, acuñadas por la ciencia narratológica.

1. Trama unificadora y trama episódica

Los narratólogos distinguen dos tipos de trama, unificada y episódica. La primera

puede definirse como “aquella en la que todo tiene que ver con todo, de forma que si

un lector o lectora se saltara algo, se encontraría perdido en la lectura178.” La trama

episódica es aquella en la “que cada episodio tiene una buena dosis de independencia,

de manera que si alguien se saltara alguno de los episodios, no se encontraría

necesariamente perdido en la lectura179.”

En el caso concreto del Evangelio de Marcos, aunque se puede reconocer una trama

unificada que le confiere sentido a cada episodio, sin embargo, cada uno de estos

últimos, puede leerse por separado ya que contienen sentido en sí mismos

independientemente de lo que le antecede y sucede. La mejor prueba de lo que se

acaba de afirmar, es la praxis litúrgica en la que a cada episodio puede ser comentado

a nivel homilético con toda libertad sin recurrir la mayoría de las veces al contexto

literario del que ha sido tomado. Ahora bien, lo que ha sido una práctica aceptada

pastoralmente en numerosas ocasiones, se ha visto seriamente cuestionado por la

ciencia narratológica aplicada a los evangelios. Así lo reconocen por ejemplo, exegetas

de la talla de Josep Oriol Tuñí: “Sólo la totalidad puede dar la dimensión de cada

aspecto o escena particular180.” Hoy más que en otros tiempos, se necesita tomar en

176

Santiago Guijarro Oporto. 2010. Los cuatro Evangelios. BEB 124. Sígueme. Salamanca, España. pp. 145-146 177

Es decir, que el lector acostumbrado a la crítica de la redacción sabía reconocer el objetivo, que dadas las circunstancias vitales de cada comunidad, se había propuesto de antemano cada evangelista. Pero curiosamente, en su detallado análisis, este mismo lector no se involucraba en el mundo narrativo, ni se dejaba intrigar por lo relatado. Buscaba el mensaje del texto para los lectores originales, olvidando al lector actual. 178

Cuando la Biblia cuenta, o. c., p. 63 179Ibíd. p. 63-64 180

El Evangelio es Jesús, o. c., p. 124

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56

serio éste principio de cara a las interpretaciones reduccionistas e ideológicas que

descontextualizan los diferentes episodios evangélicos181.

Una manera sencilla pero no por eso superficial, de apreciar la totalidad del Evangelio

de Marcos, y su trama, es el sistema quinario182. Incluye los siguientes elementos:

1. Situación inicial: corresponde al inicio del relato, en donde se introducen las

circunstancias de la acción. Generalmente existe equilibrio y termina cuando

empieza la primera dificultad o complicación.

2. Nudo: es un elemento que rompe el equilibrio del inicio e introduce conflictos,

que generan intriga en el lector, que desea saber cómo se resolverán.

3. Acción transformadora: por lo general, es el momento en el que tiene lugar la

acción que busca la solución al conflicto, y que tiene como punto culminante el

clímax.

4. Desenlace: corresponde al momento posterior al clímax narrativo. Los conflictos

se resuelven mientras que la intriga baja en el lector.

5. Situación final: presenta el nuevo punto de equilibrio al cual se ha llegado tras la

resolución del conflicto.

La siguiente ejemplificación ilustra gráficamente cómo se utiliza dicho sistema, en una

escena de Marcos (4,35-41).

Situación inicial

35Y les dice al llegar aquella tarde: Vamos a cruzar a la otra orilla 36y después de dejar a la gente se lo llevaron tal como estaba en la barca; y había con él otras barcas.

Nudo

37Y sobrevino una fuerte tempestad de viento y las olas se echaban sobre la barca de modo que ya inundaban la barca. 38Y él estaba en la popa durmiendo sobre el cabezal, y lo despiertan y le dicen: Maestro ¿no te importa que muramos?

Acción transformadora

Clímax

39Y levantándose increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla! ¡Enmudece! Y cesó el viento y sobrevino una gran calma.

Desenlace 40Y les dice: ¿Por qué sois cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?

Situación final

41Y se asustaron con un susto enorme y se decían unos a otros ¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

181

Muchos predicadores de movimientos laicos, apoyándose en los Evangelios hablan hoy en día de prosperidad económica, y han confundido la predicación con un mensaje de tipo motivacional. 182

Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 72.

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57

El sistema quinario puede aplicarse tanto a la trama unificada de Marcos, como a cada

episodio, contribuyendo de este modo a la lectura total de este Evangelio. Pero, como

se tendrá ocasión de ver en el próximo subtema, el sistema quinario si bien es cierto,

se puede aplicar a las tramas episódicas del Evangelio, no sucede lo mismo, cuando se

trata de aplicar con precisión a la trama de Marcos considerada en su totalidad.

La investigación exegética reciente ha puesto de relieve cada vez con mayor convicción

la naturaleza biográfica que caracteriza a los Evangelios y la conveniencia de leerlos de

principio a fin, con la finalidad de valorar interpretar cada palabra y hecho de Jesús

dentro del marco total de la trama su vida. Santiago Guijarro subraya que:

“La elección del modelo biográfico no fue sólo una opción literaria, sino una decisión de carácter

hermenéutico, que tiene importantes repercusiones teológicas. La primera de ellas, como ya he

dicho, consistió en dar primacía a la persona de Jesús sobre sus acciones o enseñanzas; lo más

importante no era lo que había dicho o había hecho, sino él mismo; ésta era la clave para

comprender sus palabras y acciones. Para sus discípulos, Jesús no fue sólo un maestro, al estilo

de los maestros rabínicos, sino el Mesías, el Hijo de Dios. Si hubiera sido sólo un maestro o un

taumaturgo, se habrían recordado sus enseñanzas o acciones, como ocurrió con los maestros y

hombres santos de su entorno, pero no se habría compuesto una biografía sobre él, como

tampoco se compusieron sobre ellos. Por otro lado, a situar los recuerdos sobre Jesús en el

marco de su biografía, los autores de los cuatro evangelios consideraron que su vida era el marco

en el que debían recordarse sus enseñanzas y acciones. De hecho, la transmisión de los dichos de

Jesús fuera de este contexto dio lugar a interpretaciones cada vez más marginales y

desconectadas de su vida183.”

Lo que Guijarro dice utilizando términos tomados de la crítica de los géneros literarios,

y de la psicología social, es lo mismo que afirma la narratología. Sólo dentro de la gran

trama unificada de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, tienen sentido los

diferentes episodios (o tramas episódicas) que nos hablan de lo que dijo e hizo. Marcos

entendido como autor implícito del Evangelio, es el que mejor ha subrayado esto, ya

que mediante la estrategia del llamado “secreto mesiánico”, no permite que el

misterio de su identidad se agote en ningún episodio aislado de la gran trama unificada

que desemboca en la cruz, como lugar de la confesión auténtica de su mesianismo y

filiación divina, la cual, queda confirmada a su vez en la resurrección. Frente a la

lectura fragmentada y descontextualizada de Marcos urge, pues, una lectura total de

este Evangelio, ya que el sentido de cada episodio se va produciendo solamente

dentro de la totalidad de la trama narrativa marcana, de tal manera que a medida que

el lector avanza en su lectura, se ve obligado a volver a la escena que trata de

comprender una y otra vez, en un proceso de constante relectura.

183

Los Cuatro Evangelios, o. c., p. 536

Page 73: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

58

2. Trama de resolución y trama de revelación

Otra distinción fundamental, introducida por los narratólogos para discernir de una

mejor manera lo que un relato puede ofrecer al lector, es la que se establece entre

trama de resolución y revelación. La primera pertenece al orden del hacer, y presenta

al lector la manera en que, tras la o las transformaciones narrativas que se operan en

el relato, terminan los hechos. Mientras que la primera se circunscribe al orden del

hacer, la segunda al del saber, de manera que el lector en la medida que se introduce

en cada episodio de la trama unificada, va adquiriendo un mayor conocimiento acerca

de la identidad narrativa de los personajes, de sus deseos e intenciones más

profundas. En otras palabras, mientras que la trama de resolución informa cosas al

lector, la trama de revelación forma a éste184.

En Marcos aparecen por lo general estos dos tipos de tramas, prevaleciendo sin

embargo(a nivel de macro-relato), mediante estrategias narrativas propias185 del

evangelista, la trama de revelación. Esto es así, porque los Evangelios son en su

naturaleza más profunda, narraciones al servicio de la identidad de Jesús, en donde lo

que dice y hace se encuentra totalmente subordinado a lo que él es, en cuanto Mesías

e Hijo de Dios. Ahora bien el hecho de que la trama de revelación prevalezca en el

Evangelio de Marcos, no significa que la trama de resolución carezca de sentido. Esto

se percibe mejor desde el análisis del final abierto del mismo. Así lo subraya Mercedes

Navarro:

“En Marcos, tomando la trama como argumento de personaje, el final de su historia termina con

la muerte del protagonista. Jesús, y su sepultura. Si el argumento de personaje lo entendemos,

en el nivel del discurso, desde la estricta perspectiva de la revelación (quién es) de su

protagonista, que conecta principio y fin (Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios), la

trama termina con la frase del centurión: en verdad este era un hijo de Dios, y ata un cabo suelto

relativo no solo a la identidad del personaje, sino al reconocimiento de la misma… Si, en cambio,

tomamos la trama de acción, es decir, el conflicto ente Jesús con su grupo y sus contendientes, el

argumento se resuelve negativamente para el protagonista, su grupo y su proyecto, al terminar

con la muerte y la sepultura de Jesús. Sin embargo, el relato, más allá de la resolución o

desenlace de su trama, finaliza de otra manera. El argumento es cerrado, pero el relato es

abierto. ¿Qué significa esto?186”

Existe por lo tanto una tensión entre ambas tramas. La de revelación parece terminar

con la confesión del centurión, pero en la escena de la Resurrección, para sorpresa del

lector, las mujeres no anuncian la identidad última de Jesús sino que guardan silencio. 184

Para ejemplos más concretos Cfr. Cómo leer los Relatos…, o. c., pp. 91-92 185

Una de estas estrategias es la del segundo final. Por ejemplo, en el caso de la curación del leproso Mc 1, 40-45 la escena bien podría haber terminado en el v, 42. Sin embargo para sorpresa del lector aparece un segundo final que comprende los v, 43-45 en donde se muestra al curado como predicador que difunde ampliamente la identidad de Jesús. En este episodio se aprecia con claridad, cómo la trama de resolución (curación), se subordina a la de revelación, mediante la proclamación de la identidad de Jesús por parte del curado. Para más detalles Cfr. Mercedes Navarro. Cuando la Biblia cuenta, o. c., p. 62-63 186

Morir de Vida., o. c., pp. 105-106

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59

Todo esto abre nuevamente la tensión narrativa generando intriga en el lector, el cual

ha esperado tanto que la identidad última de Jesús se dé a conocer, y de pronto se

encuentra con el silencio del cierre (Mc 16,1-8). El final brusco de Marcos deja abierta

la trama de revelación (la cual depende de que el silencio de las mujeres se entienda

como definitivo o momentáneo), e inconclusa la de resolución. Parece como si todo

estuviera planificado, de manera que los únicos testigos de anunciar la Resurrección

sean tanto el narrador como su cómplice: “el lector.”

3. Hilos narrativos y su importancia en la trama de Marcos

Una vez que se ha diferenciado la trama de resolución (o acción) de la trama de

revelación (o personaje), y se ha subrayado la tensión que existe entre ambas, se hace

necesario un breve análisis acerca del papel que desempeñan los hilos narrativos

dentro de la trama de Marcos.

Un buen narrador como es el caso de Marcos, sabe tejer hábilmente la trama

mediante diversos hilos, que atraviesan el relato de principio a fin. Si una narración ha

generado intriga en el lector, éste necesitará tener claros cuáles son los hilos

conductores que unen los diferentes episodios en el marco de la trama unificada. Estos

hilos se pueden, una vez identificados, hacer explícitos convirtiéndolos en preguntas

que el lector deberá tener siempre en mente, para orientar su acto de lectura.

Según Mercedes Navarro existen dos grandes hilos conductores que orientan al lector

en la trama de Marcos. 1) El hilo del conflicto y 2) El hilo de la revelación de la

identidad de Jesús187. Si se lee el relato de Marcos como trama de acción el hilo

narrativo es el del conflicto. Ahora, si se lee este Evangelio como trama de revelación,

su hilo conductor, es el de la manifestación de su identidad, a los diferentes personajes

que pueblan su mundo narrativo. Estos hilos deberán necesariamente convertirse en

interrogantes que mantendrán expectante al lector y profundamente intrigado. Tales

preguntas, pueden formularse del siguiente modo: 1. ¿Cómo acabará el conflicto que

ha generado Jesús? 2. ¿Habrá alguien que llegue a conocer la profunda identidad de

Jesús?.

Como puede darse cuenta el lector, estas interrogantes son semejantes a un timón

que impide al barco (el lector), naufragar en las inmensas aguas de la historia contada

(Evangelio de Marcos). Desde una perspectiva pastoral, la utilidad de tener claros los

hilos narrativos en el momento de la preparación de la homilía o predicación y

catequesis, es evidente y máxime si se hacen explícitos en el momento del discurso, ya

que provocarán con toda seguridad, efectos positivos en la comunidad de oyentes de

la Palabra Evangélica.

187

Ungido para la Vida., o. c., p. 17

Page 75: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

60

4. El narrador una instancia hermenéutica para la comprensión de la trama en

Marcos

En este momento se trata un aspecto fundamental para el lector de Marcos, que

completa cuanto se ha dicho acerca del narrador y su punto de vista. ¿Por qué se habla

del narrador como instancia hermenéutica? Cada Evangelio en su naturaleza profunda

puede considerarse como un proceso de relectura hecha por diversas comunidades

cristianas, que desde una perspectiva pos-pascual, han interpretado el sentido de la

vida, dichos, hechos, pasión, muerte y resurrección de Jesús. Dicho proceso de

relectura es del todo coherente por la cultura oral en la cual se fraguaron las diversas

tradiciones sobre Jesús que fueron quedando unificadas en una trama de tipo

biográfico, contada a su vez, por la estrategia literaria de un narrador en tercera

persona. Todo esto ha sido puesto en evidencia por la investigación exegética reciente,

que ha tomado elementos metodológicos prestados de la psicología social.

“Aquí nos interesa el tema de la memoria colectiva en cuanto puede iluminar el proceso de las

sucesivas relecturas de una misma tradición. Un grupo hace memoria de su pasado en

determinadas circunstancias que, normalmente, tienen que ver con momentos de seria dificultad

en su presente, bien porque su identidad está en juego y su continuidad como tal grupo peligra, o

bien porque el grupo está en un momento de encrucijada donde el camino que hay que seguir no

está claro… Memoria y relectura están estrechamente relacionadas. La relectura implica el hacer

memoria, es decir, rememorar el pasado, hacerlo un todo coherente en el presente. Desde la

urgencia existencial el grupo mira al pasado reflejado en las tradiciones escritas y se fija en

significados no vistos, en alcances no intuidos y desarrollos no realizados en los acontecimientos

recordados, o bien rectifica desarrollos hechos en lecturas anteriores. Estas relecturas pueden

dar lugar a simples interpretaciones orales, que aplican la tradición recodada a la nueva

situación, a inserciones en el mismo texto, o incluso a textos nuevos. “La práctica de la relectura

señala a la vez la necesidad de la memoria y su perpetua renovación188

.”

Todo lo que ha señalado Carmen Bernabé Ubieta puede explicar perfectamente lo que

en este apartado se quiere analizar, acerca de la función hermenéutica del narrador en

el Evangelio de Marcos. El autor implícito, en cuanto representante de la memoria

comunitaria acuñada en el proceso de relecturas de las tradiciones hechas en el seno

de la misma, ha utilizado (como ya se ha dicho tantas veces en este trabajo

investigativo), como instancia hermenéutica extradiegética189 un narrador en tercera

persona, con la finalidad de que pueda guiar al lector del Evangelio en una

determinada dirección190, mediante estrategias que a continuación se presentan de

forma breve.

188

Rafael Aguirre (ed.). 2010. Así empezó el cristianismo. Verbo Divino. Navarra. España, p. 297 189

Es decir, que el narrador se encuentra fuera de la historia contada de Marcos, pero nunca desligada de ella. 190

Todo esto, con la única finalidad a mi parecer, de que los lectores históricos del Evangelio así como todo posible lector, no se desvíen de toda está corriente viva expresada en las distintas tradiciones presentes en Marcos, sino que por el contrario comulguen con ella. En el tema dedicado al lector implícito, profundizaremos la manera en que éste, funciona en el Evangelio como un elemento de control, para evitar posibles lecturas distorsionadas, que se alejen de la corriente de las tradiciones sobre Jesús conservadas por la comunidad de Marcos.

Page 76: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

61

3.4.1. El autor implícito guía al lector por medio del narrador en la

trama de Marcos

Algunos exegetas suelen distinguir en el análisis narrativo, entre el nivel del discurso y

el nivel de la historia191. Para saber diferenciarlos el lector debe hacerse la siguiente

pregunta: Lo que el narrador está diciendo ¿Afecta a los personajes, al

desenvolvimiento de la trama? O ¿Es una información que se le proporciona al lector?

Por ejemplo, cuando alguien lee las escenas Mc 1,1-14 se da cuenta de que la mayor

parte de la información que aquí ofrece el narrador, va dirigida al lector. En realidad

toda la trama narrativa de Marcos puede leerse en estos dos niveles, sin embargo hay

momentos en los que el narrador guía directamente al lector mediante:

1. Apartes192

Mc 3,21; 5,8; 7,3-4.19; 9,6; 13,14. En estas escenas se percibe nítidamente la

intervención del narrador, que interrumpe el flujo de los hechos y se dirige al lector

para que tome en cuenta sus palabras, a la hora de interpretar los hechos. Para

apreciar en su justa medida estos apartes narrativos, el lector puede reescribir la

escena omitiendo el comentario del narrador y evaluar los efectos al leer nuevamente

la escena que incluye el comentario. Durante mucho tiempo se ha considerado a nivel

del método histórico-crítico, que estos apartes tenían la función de proporcionar datos

sobre la época y destinatarios originales del Evangelio. Pero los nuevos métodos de

análisis literario, han puesto en evidencia la importancia hermenéutica de los mismos,

ya que a través de dichos apartes el autor implícito hace transparente al lector su

punto de vista privilegiado (pos-pascual), controlando de este modo su juicio sobre lo

que lee. Pareciera que al obrar así el narrador no deja libertad al lector para

interpretar los hechos de otra manera, que no sea la propuesta de antemano por el

autor implícito.

2. Escenas engastadas, progresiones en dos etapas.

Para Marguerat las escenas engastadas que también se les denomina “sándwich” es

“el instrumento de una estrategia narrativa cuyo blanco es el lector; la integración de

un episodio en el interior de una historia más vasta pretende permitir el paso de

información de la historia englobada a la historia englobante. En este caso, es la

historia que recibe el engaste la que requiere, para ser comprendida, la implantación

de este injerto narrativo193.” Ejemplos de sándwich son la reanimación de la hija de

191

Mercedes Navarro. Cuando la Biblia…, o. c., p. 13. “El mundo de la historia es el escenario en el que se desarrolla el argumento, que se nos relata, allí donde aparecen y desaparecen los personajes, donde actúan, se relacionan y llevan a cabo sus objetivos. El mundo o nivel del discurso, en cambio, es aquel en donde el narrador que conduce la historia se comunica con la lectora o el lector que la recibe.” 192Marcos como Relato, o. c., p. 63 193

Cómo leer los Relatos… o, c., p. 88

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62

Jairo (5,21-24.35-43), que tiene como engaste la curación de la mujer con flujo de

sangre (5,25-34); las escenas de la maldición de la higuera (11,12-14.20-26), que tienen

como engaste la escena de la expulsión de los mercaderes del templo (11,15-19) y las

escenas que narran la intención de matar a Jesús por parte de los escribas y sumos

sacerdotes y la traición de Judas (14,1-2.10-11), que tienen como engaste la escena de

la mujer que unge a Jesús con nardo en casa de Simón (14,3-9). El autor implícito le

pide al lector que relacione las escenas y saque conclusiones acerca del sentido

teológico de las mismas194.

La progresión en dos etapas, es una de las estrategias que desde una perspectiva

hermenéutica, puede considerarse de las más importantes. Algunos autores han

descubierto que éste procedimiento es uno de los modelos de repetición que

predomina en el evangelio de Marcos195. Desde el inicio del Evangelio 1,1 se puede

observar dos títulos que corresponden a dos etapas dentro de la trama narrativa. En

efecto a la mitad precisamente del Evangelio se encuentra la confesión de Pedro (8,29)

sobre la mesianidad de Jesús que confirma el primero, mientras que al final se

encuentra la profesión de fe del centurión (15,39) que corresponde al título de filiación

divina. El mismo final del Evangelio (16,8), se puede considerar como el final de la

primera etapa de lectura y el encargo dado a las mujeres de ir a Galilea, el cual sea

dicho de paso no lo cumplen, bien puede considerarse como la apertura para una

segunda etapa de relectura del Evangelio. El punto de vista privilegiado del autor

implícito una vez más sale a relucir en esta estrategia. Existe en el Evangelio una

lectura superficial del mismo que se manifiesta en la incomprensión acerca de la

identidad auténtica y profunda de Jesús, y una invitación a ir avanzando mediante

sucesivas relecturas, en la comprensión cada vez más profunda de esa desconcertante

y sorprendente identidad mesiánico-filial. “Las numerosas progresiones de dos pasos

mencionadas antes preparan a los lectores para sentirse atraídos más fácilmente a

captar este segundo amplio paso que estructura el conjunto de la narración y a aceptar

esta visión más clara y más comprensiva de Jesús196.” A igual conclusión llega

Mercedes Navarro acerca de esta estrategia:

“Desde la perspectiva narrativa, en el nivel del discurso, el silencio de las mujeres como final de

una historia que no se explica sin la ruptura del mismo es una estrategia propia del narrador, que,

supuestamente, el lector ya debe de haber aprendido. Es la estrategia del avance en dos etapas,

de las cuales la segunda es la clave para entender la primera. El narrador propone el silencio de

las mujeres como el primer momento y la entera narración del evangelio como el segundo. El

efecto narrativo es impresionante: el relato evangélico interpreta el silencio de las mujeres. Por

194

Desde una perspectiva metodológica histórico-crítica, escenas engastadas como la narración de la reanimación de la hija de Jairo y la curación de la hemorroisa, se han interpretado como tradiciones independientes que en el momento de la redacción se han unido. Esta apreciación ha descuidado la intención literaria y teológica de dicho procedimiento. 195Ibíd., pp. 73-75 196

Marcos como… o. c., p.75

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63

tanto, a la pregunta ¿Por qué ellas no dijeron nada (en un primer momento)? da respuesta el

evangelio entero… El silencio de las mujeres es el primer paso del avance en dos etapas. Su

apertura invita al lector a inferir el segundo paso, esto es, dónde, cuándo y cómo narran lo que

les ha sucedido y dónde, cómo y cuándo cumplen la misión encomendada por el mensajero

divino197

.

El relato de Marcos es de esta manera un enigma que pide ser descifrado por lectores

competentes, que fusionen su horizonte pos-pascual con el del autor implícito.

Si el narrador puede realizar todas estas estrategias narrativas, no es por sí mismo ya

que carece de autonomía, de manera que todo el peso de la autoría recae sobre el

autor implícito. Es evidente que éste se ubica hermenéuticamente, en un plano

superior y posee una pre-comprensión profunda de Jesús, que es fruto de la

experiencia de fe compartida en su comunidad. Dicha pre-comprensión que se

despliega en el modo de contar la historia de Jesús, busca ser compartida por lectores

que desde su experiencia de fe se identifiquen con los modelos de discipulado que se

les propone y los recreen en su propia realidad eclesial y social.

El análisis acerca de la función hermenéutica del narrador, como guía autorizado para

conducir al lector en la trama en Marcos, realizado por la exégesis narrativa, señala, el

reduccionismo dualista de una lectura del Evangelio que busque separar historia e

interpretación teológica. La crítica narratológica se muestra a todas luces como un

método sincrónico, que impide tales reduccionismos y favorece la tan anhelada unión

exegético-hermenéutica entre: fe y exégesis, entre una hermenéutica de fe y una

hermenéutica racional. Este punto ha sido puesto de relieve por el Magisterio reciente

(VD, n.35d).

3.5. Escenarios

Los escenarios son fundamentales en el mundo del relato, puesto que es en ellos en

donde se desarrollan los diferentes acontecimientos de la trama narrativa. En el

análisis narrativo los escenarios juegan un papel importantísimo ya que:

“… sirven para muchas funciones: generan el ambiente, proporcionan la ocasión para un

conflicto, revelan rasgos de los personajes cuando interactúan con ellos y evocan asociaciones

presentes en la cultura de la audiencia. Los escenarios pueden transmitir importantes temas e

incluso proporcionar la estructura global de un relato. Juntos, los escenarios otorgan las

condiciones –las posibilidades y las limitaciones- en que los personajes tranzan sus destinos.198”

En el Evangelio de Marcos los escenarios son variados y proporcionan al lector claves

para la comprensión de la trama. Algunos autores como David Rhoads, Joanna Dewey

197Morir de Vida, o. c., p. 116 198

Marcos como Relato, o. c., p. 91

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64

y Donald Michie199 proponen una interesante división de los escenarios en Marcos, de

los cuales se escogen algunos.

a. Escenarios cósmicos

Este es el escenario más amplio en el que se desenvuelve la trama narrativa de

Marcos. La creación de Dios en el Evangelio, es el lugar en el cual conviven los

diferentes personajes que pueblan el mundo del relato: Dios, Jesús, Satanás, los

ángeles, las fieras, los discípulos, las autoridades religioso- políticas y los demás

personajes menores. El gran escenario de la creación de Dios, se encuentra sin

embargo amenazado. En efecto, muchos están poseídos por demonios, son presas de

diferentes enfermedades, la mayoría se encuentra oprimida por los ejércitos romanos.

El mundo pareciera ser en Marcos el antagonista de Dios y su reinado. No obstante es

en este enorme escenario, en donde Jesús proclama la llegada del Reinado de Dios,

que puede transformarlo según sus propósitos. Los enfermos pueden ser curados, los

hambrientos saciados y los endemoniados liberados. En este espacio Jesús actuará

movido por la fuerza del Espíritu que ha descendido a él desde los cielos rasgados e

inaugurará el tiempo oportuno de la salvación. Es por último, en este escenario

cósmico, en donde Jesús muere pero es resucitado por Dios su Padre.

b. Escenarios político-culturales

El orden político-social que se dibuja en el mundo narrado de Marcos es el de las

sociedades rurales antiguas. Los grupos político-religiosos de control y poder

constituyen una pequeña elite, mientras que el resto de la población está conformada

por gente muy sencilla, que subsiste diariamente de lo que producen. Entre estos

últimos se encuentran los desposeídos, que viven mendigando para sobrevivir. Es

altamente significativo, el hecho de que el Jesús narrado de Marcos nunca tenga como

escenarios de su actividad las ciudades famosas del imperio. Mientras que son

numerosos aquéllos que dicen relación a los márgenes y lugares paganos.

Desde una perspectiva estrictamente cultural, es interesante el hecho de que en

Marcos abunden sobre todo en la primera parte (1,1-8,30) escenarios que tienen que

ver con el tema del mar y sus orillas200. Estos escenarios fronterizos quedan

caracterizados narrativamente como lugares de vocación al seguimiento de Jesús, de

su enseñanza y curación201. Sus acciones en dichos escenarios son provocadoras, ya

que como muy bien señala Carmen Bernabé Ubieta:

“La frontera es donde aparecen claramente los criterios de pertenencia que incluyen o excluyen

de un colectivo y ordenan la vida de los “propios” frente a los “extraños”. Por todo ello, parece

evidente que la orilla del mar como “frontera” entre lo extranjero y lo propio, entre lo impuro y

199

Ibíd, pp. 92-102 200Rafael Aguirre (ed.), 2002. Los milagros de Jesús. ABE 39. Verbo Divino. Navarra. España. p. 94. 201

Mc 1,16-20; 2,13; 3,7-12; 4,1-41; 5,21; 6,32.45.

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65

lo puro –según el sistema de pureza oficial-, adquiere un significado muy profundo y corrobora la

intuición primera acerca de que las curaciones, exorcismos y enseñanzas que Jesús realiza en su

entorno están en relación con su crítica al sistema de pureza oficial que establece un orden socio-

religioso que, entre otras cosas, determina los grados de proximidad a Dios… La actuación y la

enseñanza de Jesús en la orilla, o en una u otra de ellas, están relacionadas con ese orden que él

critica y con el nuevo que proclama como el propio del reino de Dios. La orilla, la frontera, se

convierte así en lugar de la posibilidad más que de peligro202

.”

Lo que se acaba de decir sobre estos últimos escenarios, hace percibir entre otras

cosas los límites del análisis narrativo, el cual no se puede cerrar a otros métodos y

acercamientos que complementen su análisis de los escenarios y la capacidad

evocadora y provocadora de los mismos. Es muy difícil que sin las informaciones

sociales, políticas y culturales de la época de Jesús y de la redacción de los relatos, el

lector pueda comprender a profundidad lo que el autor implícito le quiere transmitir al

presentarle los diversos escenarios del mundo narrativo.

La manera en que el método histórico y el narrativo analizan los escenarios políticos y

socio-culturales es diferente. El primero debido a su enfoque estrictamente histórico,

considera que dichos escenarios tienen vistos de historicidad, y pueden proporcionar

importantes informaciones coyunturales sobre la época del Jesús histórico. Por su

parte el análisis narrativo, que carece de interés por la historia que subyace detrás de

los textos evangélicos, los ve como elementos cargados de simbolismo y fuerza

evocadora, que exigen ser descifrados desde una perspectiva intertextual y macro-

textual.

c. Escenarios que tienen que ver con el pasado de Israel

Hay en la trama de Marcos cierto tipo de escenarios, que recuerdan acontecimientos

liberadores del pasado de Israel en cuanto pueblo de Dios. Entre ellos destacan:

d. El desierto y río Jordán

Dentro de la trama narrativa de Marcos el hecho de que el Bautista aparezca

predicando en el desierto y bautizando el Jordán, tuvo una repercusión enorme y un

impacto profundo que afectó a la gente como personaje colectivo Mc 1,4-5. La

respuesta masiva se explica solamente en el contexto de la memoria colectiva,

respecto a la Historia Salvífica de liberación y prueba que aparece condensada en tan

simbólicos escenarios. La fuerza evocadora de estos escenarios la resume muy bien

Mercedes Navarro:

“Desierto y río, desierto y agua, son elementos aparentemente irreconciliables, aunque

presentes en las tradiciones del Éxodo y en el libro de Josué. Juan vive en el desierto y bautiza

en el río Jordán. El lector que conoce los libros sagrados al escuchar desierto y río Jordán en

seguida evoca historias, personajes, acontecimientos de comienzos, novedad y cambio del

202

Ibíd., p. 95

Page 81: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

66

propio pueblo. Pero también evoca los poemas y sueños proféticos en donde se habla de las

aguas y los caminos que surgirán en el desierto con motivo de la presencia de Dios en el pueblo,

como signo de la llegada del Mesías…203

Como se puede observar, el método narrativo interpreta los escenarios desde una

perspectiva intertextual. Dicha perspectiva es la que permite discernir la manera en

que los escenarios caracterizan a los personajes y éstos últimos a los escenarios. Es

decir que tanto escenarios como personajes se afectan mutuamente. Tomar en cuenta

esto, es importante para saber interpretarlos adecuadamente a lo largo de la trama.

e. El mar

Es muy significativo, que Marcos le otorgue el calificativo de “mar”, al lago de Galilea.

Mientras que el historiador puede percibir una contradicción a nivel histórico, el

narratólogo descubre una intención profunda, simbólica. El autor implícito mediante el

narrador, al usar el término “mar” proporciona al lector una clave de tipo

hermenéutico para evaluar las escenas que allí suceden. La observación que realiza J.

Mateos al respecto es sumamente rica y profunda.

“Es curioso que tres evangelistas, Mateo, Marcos y Juan se refieran constantemente al lago de

Galilea con el término “mar”… Este modo de hablar de los tres evangelistas no es un descuido;

tiene una razón teológica. Efectivamente, la denominación “el mar”, hace alusión al primer

éxodo, caracterizado por el cruce del Mar Rojo; sirve, por tanto, para presentar la labor de

Jesús como un éxodo, es decir, como la salida de una tierra de esclavitud o de opresión… Este

empleo del término “mar”, propio de Marcos, Mateo y Juan, muestra la importancia que tiene

conocer los usos figurados que utilizan los evangelistas para penetrar el mensaje que quieren

transmitir204

.”

Si el lector desconoce la caracterización teológica de un determinado escenario,

interpretará literalmente las escenas (por ejemplo, el paso de una orilla a la otra del

mar como un simple viaje misionero), y no captará el punto de vista pos-pascual e

intertextual que se le propone. Es decir no captará la verdad salvífica que de manera

narrativa, se le ofrece.

f. Monte

Otro escenario que tiene que ver a nivel intertextual con la Historia salvífica de Israel,

es el monte. En efecto éstos aparecen en momentos decisivos de la constitución del

pueblo liberado como Pueblo de Dios205. En el mundo narrado de Marcos aparecen

referencias al monte en varias ocasiones (3,13-19; 6,45-52; 9,2-13). Desde el punto de

203

Marcos, o. c., pp. 47-48 204Evangelio, Figuras…, o. c., pp. 45.47 205

Desde una perspectiva cultural, tanto los judíos como los demás pueblos consideraban ciertos montes como lugares en donde habitaba o se comunicaba la divinidad. Son lugares sagrados en donde ocurren las teofanías o manifestaciones de Dios. Cfr. Evangelio, Figuras.., p.60

Page 82: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

67

vista privilegiado post-pascual en el que se ubica el autor implícito (el cual a su vez, lo

comunica al lector mediante el narrador), el monte al igual que el mar y el desierto

son, más que lugares geográficos, lugares simbólicos con un gran contenido teológico

que es necesario precisar en cada contexto específico de la trama de Marcos en que

aparece. El hecho de que el monte aparezca siempre vinculado a Jesús, presupone

desde el punto de vista hermenéutico del autor implícito, una gran riqueza cristológica,

que el lector debe aprender a descifrar.

Al terminar el breve análisis de algunos de los escenarios marcanos206, se ha podido

concluir que éstos, no son simplemente rellenos de tipo estético en el mundo narrativo

de Marcos, sino más bien símbolos que debido a la intertextualidad los conecta de

manera implícita, con la Historia de Salvación. Los escenarios en relación con los

personajes, tienen la función de revelar aspectos de su manera de ser. Del mismo

modo lo que hacen los personajes en un determinado escenario lo caracteriza de

manera coherente a lo largo de la historia contada207. Todo esto requiere ser valorado

y explicitado por parte del lector en un proceso de lectura atenta e interactiva.

3.6. Tiempo narrativo

La Teoría Narrativa ha elaborado diversos modelos de análisis del tiempo en un

relato208. Dentro de toda la gama de análisis del tiempo narrativo, la propuesta

genettiana se considera la más completa209.

Una distinción importante en la Teoría de Genette es la que establece entre el tiempo

que abarca la historia y el tiempo que se emplea en el discurso210. El primero es el que

se mide en años, meses, días y horas. El segundo se mide en capítulos, párrafos y

versículos211. De acuerdo a lo que se ha dicho anteriormente se puede establecer cuál

es el objeto del análisis del tiempo en una obra narrativa como la de Marcos. Dicho

objeto lo plantea G. H. Oliver de la siguiente manera:

206

Como podrá advertir el lector el análisis que aquí se ha realizado no tiene una pretensión de exhaustividad, ya que han quedado muchos escenarios fuera. Entre ellos, la sinagoga, la aldea, la casa, el templo etc. 207

Esto se puede ver con claridad en la escena de Mc 1,35-39. Cuando el lector se entera de que Jesús se retira a un lugar solitario, inmediatamente (al relacionarlo con la escena de la estancia de Jesús en el desierto durante cuarenta días), espera que suceda una tentación. ¿Por qué sucede esto en el lector? Por la razón de que lo primero que sucedió allí fue una tentación y cada vez que el lector se encuentre con dicho escenario, sabrá de manera analéptica que sucederá algo semejante. Si lo primero que ha pasado en el desierto lo caracteriza, éste a su vez, revela aspectos del modo de ser de Simón que lo caracterizan también de una manera determinada. La coherencia en este punto es sorprendente a lo largo de toda la trama. Lo primero que sucede en un determinado escenario, es importante y muestra la unión existente entre éstos y los personajes. 208

Jesús según San Mateo, o. c., p. 51 209

Ibíd. 210Ibíd. 211

Armando Noguez. 2007. Manual para leer el Evangelio de Mateo. Ed. Dabar. México, D.F. p. 19

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68

“En este sentido, el objeto del análisis del Tiempo consiste en el examen de la disposición del

material en la historia –dominada por el ajuste con la vida real-, y en el discurso que –por

diferentes razones que habrá que determinar- tiende a ser manipulado. Este estudio puede

apoyarse en tres determinaciones esenciales: las relaciones entre el “orden” temporal en el que

se desarrollan los acontecimientos de la historia y su disposición en el relato; las relaciones entre

la “duración” de los acontecimientos y su longitud en el texto; y, por último, las relaciones de

“frecuencia” o de repetición de los eventos de la historia en el relato. En síntesis, el análisis del

Tiempo incluye el estudio de las relaciones de orden, duración y frecuencia entre la historia y el

discurso212

.”

A continuación se definirán estas determinaciones y su relación con el Evangelio de

Marcos.

1. El orden de los acontecimientos en Marcos

Estudiar el orden en un relato como Marcos tiene que ver no tanto con la enunciación

(la manera de contar), sino con la historia contada213. Las notas temporales son

indispensables para un primer acercamiento al orden temporal que refleja Marcos. El

resumen realizado por Marguerat sobre un aspecto del orden temporal de Marcos es

interesante.

“El narrador muestra predilección por los “días”; enuncia los datos cronológicos en días, más que

en semanas, meses o años. Mc 1,13: “permaneció en el desierto cuarenta días”; 2,1: “algunos

días después, entró de nuevo en Cafarnaún”; véanse 8,2.31; 9,2; 14,1.58; 15,29… Estas

indicaciones cronológicas expresadas en días acentúan la sensación de inminencia que hizo nacer

la declaración inicial: “El tiempo se ha cumplido” (1,15)214

.”

Pero no es ésta, la única manera de percibir el orden temporal en que se van

sucediendo los acontecimientos en el Evangelio (que además es muy escasa). Existen

también otras indicaciones a lo largo de la primera parte del Evangelio (Mc 1-8,30),

como por ejemplo: 1,32: “al atardecer, a la puesta del sol”; 1,35: “De madrugada,

cuando todavía estaba muy oscuro”; 4,35: “Este día al atardecer”; 6,35: “Era ya una

hora muy avanzada”; 6,47: “Al atardecer, estaba la barca en medio del mar.”Estas

breves y dispersas indicaciones temporales, si bien es cierto, por un lado, crean la

sensación en el lector de que está transcurriendo el tiempo (lógicamente después del

atardecer se indica que otro día estaba por comenzar), por otro lado habría que

preguntarse si tal indicación temporal contiene más bien un sentido simbólico que es

preciso descubrir a lo largo de la trama. Juan Mateos comentando Mc 1,32a confirma

el sentido simbólico de esta indicación temporal:

“Con una doble precisión se indica el momento en que acude gente a Jesús llevándole

enfermos y endemoniados. En Mc, la expresión “caída la tarde”, que marca la escasez o falta de

212

Jesús según San…, o. c., p. 52 213Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 130 214

Ibíd., pp. 130-131

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69

luz, tiene siempre un matiz desfavorable: indica figuradamente que en la escena así encabezada

va a reflejarse una incomprensión de la persona y misión de Jesús215

.”

Lo afirmado por Mateos es fundamental, y confirma cuanto en este estudio se ha

dicho acerca de los escenarios en Marcos y su Íntima relación con los personajes que

interactúan en ellos y con ellos216. Si lo primero que sucede al “atardecer” es una

incomprensión de la persona de Jesús y su mensaje, cada vez que el lector se

encuentra con dicha indicación a lo largo de la trama, esperará de manera analéptica

que suceda otra incomprensión. Como se ha indicado arriba, las marcas temporales en

este Evangelio son muy escasas y desde el punto de vista del análisis del orden de los

acontecimientos en Marcos, parece que no son relevantes del todo “En estos casos se

trata de referencias temporales totalmente indeterminadas, que no aportan un dato

cronológico concreto acerca del evento narrado. Sin duda, pueden equipararse a giros

compositivos cuya única función consiste en enlazar diversos pasajes del relato o

introducir una fase nueva de la narración217.”

a) Rupturas del orden

En el Evangelio de Marcos se encuentran fundamentalmente dos tipos de rupturas del

orden de los eventos: las analepsis (mirada retrospectiva) y las prolepsis (mirada

prospectiva)218. Tanto las primeras como las segundas pueden subdividirse a la vez en

externas e internas. Dichas rupturas (anacronías) del orden temporal tienen la función

narrativa de resaltar la importancia que dichos eventos (retrospectivos o prospectivos)

tienen para el autor implícito.

Las analepsis externas son aquellas en las que se hace referencia a eventos que

sucedieron antes de lo acontecido en la historia contada. Como ejemplos de este tipo

de anacronía se puede citar: 1,2; 4,12. Existen también en el interior del Evangelio

analepsis internas, es decir aquellas que hacen referencia a eventos que han ocurrido

antes, pero siempre dentro del contexto del mundo narrado de Marcos. Como

muestra se puede citar: 6,17-29; 8,14-21.

Si las analepsis hacen referencia a eventos que han sucedido antes, ya sea fuera o

dentro del mundo narrado de Marcos, las prolepsis por el contrario, se refieren a

eventos que sucederán. Al igual que las analepsis, las prolepsis pueden ser también

externas, si hacen referencia a eventos que tendrán lugar fuera del mundo narrativo, o

internas si anticipan algo que sucederá al interior de la trama. Prolepsis externas

215

J. Mateos – F. Camacho. 1993. El Evangelio de Marcos. Análisis lingüístico y comentario exegético (Vol. I). Ed. El Almendro. Córdoba. España, p. 163 216

Es decir en el análisis de la indicación temporal “el atardecer” desde una perspectiva narrativa, hay que estar atentos como lectores a lo que sucede la primera vez que aparece en la historia contada, ya que permite prever lo que sucederá cada vez que vuelva a aparecer. Como lo he dicho en el análisis de los escenarios, la coherencia en este punto a lo largo de la trama del Evangelio es sorprendente. 217

Jesús según San Mateo, o. c., p. 54 218 Para un estudio más exhaustivo de estas anacronías temporales Cfr. Ibíd., pp. 60-74. Aunque este autor analiza el Evangelio de Mateo, puede servir para aplicarlo a Marcos.

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70

pueden encontrarse en: 13,5-27; 14,9. Ejemplos de prolepsis internas son: 1,7-8; 3,19;

8,31; 9,30-32.

Las analepsis y prolepsis son fundamentales en el análisis narrativo, ya que sugieren al

lector conectar episodios de la vida de Jesús con las tradiciones israelitas

veterotestamentarias; sentirse implicado en lo que se anuncia para el futuro

extratextual (que puede ser muy bien el del lector), enlazar dos episodios que tienen

lugar dentro de la trama. Todo esto genera intriga en el lector y le proporciona

criterios de interpretación que deben ser ejercitados en su proceso de lectura.

2. La duración y velocidad del relato

Otra manera de analizar el tiempo en un relato es plantearse la siguiente pregunta: el

narrador, ¿Cuenta poco acerca de un largo período histórico o se detiene sobre un

instante?219 Las respuestas que se obtengan introducen al lector de Marcos en el tema

de la duración y velocidad del relato. G. H. Oliver define la duración en relación a un

relato de la siguiente manera:

“Este término hace referencia a la relación que existe entre la extensión temporal de los

acontecimientos de la historia, es decir, su duración real, y el tiempo que lleva la lectura de su

narración. De este modo, el análisis de esta categoría comprende la observación de los

procedimientos que el autor emplea para acelerar o ralentizar la velocidad del relato… En

nuestro caso, se tratará de observar la relación existente entre la duración de la historia – medida

en minutos, horas, días, años – y la longitud del texto… - medida en líneas y paginas –, con el

objeto de determinar cuál es la velocidad del relato, es decir, su tiempo, e interpretar los cambios

de ritmo que presente220.”

No se pretende exhaustividad en lo que sigue, solamente se pretende llamar la

atención del lector, en un aspecto tantas veces descuidado en los estudios críticos del

Evangelio. El estudio de la duración y velocidad en Marcos puede mostrar aspectos

interesantes en el plano teológico. La razón es que en el análisis se puede medir y

determinar, si existe equivalencia, entre el tiempo incluido en lo que se cuenta (por

ejemplo, cuánto tiempo ha pasado dentro de la historia contada en la primera parte

del Evangelio o en una secuencia narrativa), la cantidad de versículos que se ha

empleado para narrarlo, así como el tiempo que se puede llevar el lector en su acto de

lectura (media hora, una hora etc.), si bien esto último puede ser demasiado subjetivo,

ya que el ritmo de lectura personal puede variar entre un lector y otro.

Un ejemplo de lo que puede realizar el lector en el campo de la duración, lo tenemos

en el llamado “relato del Bautismo de Jesús.” (Mc 1,9-11) Si se plantea las preguntas:

¿Cuánto tiempo pasa en el bautismo de Jesús dentro de la historia contada? ¿Cuánto

219Cómo leer los Relatos.., o. c., p. 143 220

Jesús según San Mateo, o. c., p.74

Page 86: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

71

tiempo medido en versículos, emplea el narrador en contar el Bautismo y lo que

sucede después del mismo? Se dará cuenta de que el interés del narrador, no reside en

el Bautismo que casi ni se narra; sino en la teofanía e investidura mesiánica de Jesús, la

cual describe detalladamente. El tema cristológico de la identidad de Jesús

manifestada por la voz proveniente de los cielos rasgados domina la escena y centra la

atención del lector en lo que se muestra y dice acerca del protagonista.

Mercedes Navarro221 ha realizado un interesante resumen sobre el ritmo y la velocidad

que se percibe en el relato de Marcos tanto en la primera como en la segunda parte.

Para esta autora existen tres diferentes ritmos:

Como podrá darse cuenta el lector, en toda la primera parte del Evangelio predomina

un ritmo urgente y el lector ve cómo los sucesos avanzan uno tras otro casi sin

parar222. Este efecto de urgencia es el resultado del predominio del adverbio temporal

“Inmediatamente” y la recurrencia de “y223.” Juan Mateos constata que este adverbio

aparece en unas 39 ó 42 ocasiones224, y la mayoría de las veces denota una inmediatez

de tipo cronológico225. Todo esto tiene una clara intención teológica y no sólo

cronológica ni estilística. El Reinado de Dios proclamado por Jesús como algo cercano,

empapa todo el tiempo de la historia marcana, caracterizándolo como un tiempo

oportuno y salvífico. En cuanto al ritmo y velocidad en el relato de la pasión, crucifixión

y muerte de Jesús, confirma de modo narrativo lo que muchos expertos han sostenido

y concluido usando otras metodologías: que los Evangelios son relatos de la pasión con

una larga introducción. El efecto de ralentización llama la atención del lector acerca de

la importancia teológica de los últimos acontecimientos en la vida de Jesús. No es

casual, sino algo muy premeditado, el hecho de que sea precisamente el momento de

221

Marcos, o. c., p. 15 222

En efecto, los sumarios las pausas descriptivas y las elipsis son muy escasos. Para una mayor información acerca de estos términos y su influencia en acelerar o ralentizar el ritmo de la narración ver: Marguerat, Cómo leer los…, o. c., pp. 144-148 223Marcos como Relato, o. c., p. 69 224

A. Urban – J. Mateos – M. Alepuz. 1977. Estudios del Nuevo Testamento II. Cuestiones de Gramática y Léxico. Cristiandad. Madrid, España p. 110 225

Ibíd, p. 127

- Ritmo rápido y urgente… (de 1,1 al cap.

13)

- Ritmo más lento (relato de la pasión,

marcando día a día, 14,1.12

- Ritmo muy lento (crucifixión y muerte,

cronología por horas, 15,1.25.33.34.42)

El ritmo en

Marcos

Page 87: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

72

la crucifixión y muerte de Jesús, el momento también de la ruptura del silencio y la

confesión de la auténtica identidad mesiánica de éste. Cuanto se ha dicho acerca del

ritmo y velocidad en Marcos, es necesario analizarlo en términos de duración226 para

luego extraer las conclusiones teológicas pertinentes.

3. La frecuencia

Por último y desde la perspectiva de lo que Genette ha denominado “anacronías” se

encuentra el tema de la frecuencia. Este análisis permite conocer otra manera que

emplea el narrador para jugar por así decirlo con el tiempo, manipulándolo al interior

de la historia contada. Las posibilidades del narrador en este campo son las siguientes:

a) El relato singulativo

Es aquel en el que un narrador cuenta una vez lo que sucedió una sola vez. Un ejemplo

de este tipo de relato se encuentra para Marguerat en el triple anuncio de la pasión227.

En una primera lectura pareciera que debe clasificarse como repetitivo, pero a medida

que se lee atentamente, se descubre que es singulativo, ya que cada anuncio (Mc 8,31;

9,31 y 10,33-34) posee matices diversos debido al diferente contexto en el que se

encuentran ubicados literariamente.

b) El relato repetitivo

Se denomina así, al que cuenta varias veces lo que sucedió una sola vez en el interior

de la historia contada. Este modo de contar se encuentra poco en el Evangelio de

Marcos.

c) El relato iterativo

Se considera relato iterativo, aquel en el que se narra una vez lo que ocurrió varias

veces. Un buen ejemplo de esta modalidad de relato se encuentra en los sumarios

narrativos. Por ejemplo Mc 1,39 y 4,33-34 entre otros.

El análisis del Tiempo en el Evangelio de Marcos pese a la brevedad con que se ha

abordado aquí, permite comprender y vislumbrar aspectos importantes de la historia

contada como: el orden la duración – velocidad y la frecuencia. Esto contribuye a

comprender de una manera lógica la disposición interna de los acontecimientos en el

relato. Las referencias temporales a pesar de ser escazas, contienen una intención de

carácter más teológico que cronológico. La temporalidad en Marcos no es un fin en sí

misma, por el contrario se encuentra determinada y caracterizada por la venida

inminente del Reinado de Dios que le da una clara connotación soteriológica. Permite

226Se recomienda que el lector determine cuántos días transcurren en el relato de la pasión por ejemplo, y luego cuente cuántos versículos se emplean para narrarlo. Luego puede sacar sus propias conclusiones teológicas, acerca de lo que se relata y su importancia. 227

Cómo leer los relatos…, o. c., p. 160

Page 88: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

73

por último contemplar toda la vida de Jesús desde la única historia de salvación,

mediante estrategias analépticas y prolépticas respectivamente.

Dentro de los elementos fundamentales que configuran la especificidad del método

narrativo se ubica el tema del lector. El tema tiene su importancia dada la orientación

hermenéutica que se ha elegido para el presente trabajo investigativo. Dos aspectos se

imponen necesariamente para la comprensión adecuada del tema que se desarrollará

a continuación. En primer lugar, la necesidad de visualizar el Evangelio de Marcos

como obra literaria y en segundo lugar, aclarar la relación que existe entre el lector

real e implícito así como su diferencia.

3.7. Papel del lector en el Evangelio de Marcos

Uno de los aspectos más relevantes de este trabajo investigativo, y que como eje

transversal ha estado presente a lo largo de él, es la relación que debe existir entre la

identidad cristiana del lector y la identidad narrativa que se le propone en un relato. La

convicción fundamental que subyace en el fondo de cada elemento del método

narrativo que se ha analizado anteriormente, es que los relatos poseen una fuerza

generadora y renovadora de vida cristiana. Esta convicción introduce con claridad lo

que analiza a continuación.

3.8. Evangelio de Marcos e identidad cristiana

Ha llegado el momento de aclarar un término esencial de esta investigación ¿Cómo

definir la identidad cristiana? La identidad cristiana se puede definir esencialmente

como un ser en Cristo. Así lo comprenden algunos autores como Saturnino Gamarra

Mayor en el tema Identidad cristiana al afirmar que:

“Estamos ante el punto radical de la identidad cristiana, desde donde se explica el gran cambio

de la condición humana… La misma vida en Cristo, que es característica de la identidad cristiana,

parte de su ser en Cristo… En este contexto se enmarca lo que es seguir a Cristo, tema que resulta

fundamental en la vida cristiana. Apuntamos solamente esta nota: ha sido frecuente identificar el

seguimiento con el proyecto personal de compartir la vida con Cristo, de imitarle, de seguir sus

huellas para hacerse como él, dependiendo todo de uno mismo. Y la realidad es muy distinta:

Cristo comparte su vida con nosotros y de su participación somos en Cristo. Y el seguimiento, que

debe vivirse, es consecuencia del ser en Cristo. Quien es en Cristo, le sigue. Nuestro seguimiento

es de hijos y de hermanos en él.228”

La anterior definición afecta a los diferentes narradores que cuentan la historia de

Jesús en los Evangelios. De hecho, si la experiencia pascual y la fe que de allí mana son

228

Pedrosa, Vicente Ma y otros. 1999. Diccionario de Catequética. San Pablo. Madrid. pp. 1169-1170

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74

parte constitutiva de dicha identidad, esto quiere decir que el narrador de Marcos

relata desde una experiencia profunda discipular. Es desde la realidad y experiencia de

seguimiento de Jesús, que se narra, se construye un mundo, se teje una trama, se

describen escenarios, se delimitan los tiempos y se caracterizan personajes. Lo que se

narra no es un hecho desnudo y bruto, sino la experiencia de su ser en Cristo que viven

las comunidades y narradores. Por lo tanto, lo que se narra es la experiencia de una

identidad compartida a nivel comunitario.

En definitiva, esto compromete al lector de Marcos y le marca un camino en su lectura.

No debe acercarse solamente como estudioso, sino también como discípulo, como

alguien que vive en afinidad y sintonía con lo narrado. Tanto narrador como lector

comparten fundamentalmente la misma experiencia de ser en Cristo. La interpretación

exegética desde esta perspectiva es enriquecida enormemente a nivel hermenéutico.

3.9. Marcos como obra literaria

Antes de analizar el tema conviene tener en cuenta que el Evangelio de Marcos, desde

la perspectiva de los nuevos métodos de análisis literario, es fundamentalmente una

obra literaria. Esto tiene definitivamente consecuencias a la hora de considerar todo lo

que implica el ejercicio de lectura.

Para tener clara la perspectiva desde la que se analizará el papel del lector del

Evangelio de Marcos, es preciso definir lo que se entiende por obra literaria. Ésta,

puede entenderse como: “un acto peculiar de comunicación lingüística, con una serie

de rasgos característicos… Es el resultado de un acto creador de su autor, que

intencionalmente, la ha destinado a perdurar229.”

La definición anterior muestra dos rasgos que caracterizan la obra literaria como tal.

En primer lugar es un acto creacional y creativo de su autor. Y en segundo lugar, es

algo que al concretarse lingüísticamente puede perdurar. La unión de estos rasgos da

como resultado lo que ha solido llamarse en ámbitos crítico – literarios, “autonomía de

la obra literaria230.” En efecto, la obra literaria una vez que se escribe adquiere vida

propia y tiene en sí misma, un sentido que va más allá del pretendido por su autor

histórico. L. Alonso Schökel haciendo alusión al tema de la autonomía de la obra

literaria, comenta al respecto de manera magistral:

“En el acto de escribir o desarrollar una obra van naciendo relaciones que no estaban pensadas

por el autor. Una situación, un personaje, van sacando a la luz nuevas relaciones. Mucho más si

pensamos en aquello que en la obra es simbólico o puede serlo; símbolo que el autor puede no

229

José Pedro Tosaus Abadía. 1996. La Biblia como Literatura. Col. El mundo de la Biblia 12. Verbo Divino. Navarra, España, p. 132 230

L. Alonso Schökel. Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 53

Page 90: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

75

haber comprendido en toda su potencialidad. La obra va más allá del autor. Desde la óptica de la

obra una hermenéutica de autor no basta. La obra no puede quedar encerrada en un momento

histórico, la obra camina más lejos que el autor231

.”

La autonomía de la obra literaria es posible percibirla solamente si el lector logra

comprender que la misma, no se identifica con el texto escrito en cuanto tal, pues

cuando alguien escribe una obra literaria no la encierra en el acto de escribir, ya que

ésta, puede subsistir perfectamente en la memoria colectiva de un pueblo (como el

pueblo de Israel por ejemplo), y nunca del mismo modo pues la narración oral es

múltiple232, y nunca del todo repetitiva.

El análisis narrativo como método exegético destaca a su modo, de manera especial la

autonomía del texto, al utilizar la categoría de “autor implícito.” Tal y como ya se ha

explicado en su momento, dicha categoría no hace referencia al autor histórico, sino a

la imagen de autor que ha quedado impresa en su obra, y que puede reconstruirse

dentro del proceso de lectura de la obra literaria en su totalidad e integralidad. Con

este presupuesto teórico, la narratología logra hablar de la obra como objeto

autónomo sin renunciar a hablar por ello de su autor, solamente que desde otro nivel

(claro está). La ventaja que conlleva esta manera de considerar la autonomía de la

obra, es enorme, ya que previene de la absolutización ideológica del texto,

permitiendo de este modo subrayar su carácter dialogal. Por lo tanto, dialogar con el

texto es algo siempre posible, ya que cuando un lector se acerca a la obra literaria así

considerada, no se acerca a un objeto muerto e inerte, sino por el contrario, se acerca

a una obra que tiene vida, y en cuyo interior reside de manera permanente un autor

implícito que por medio de la estrategia de un narrador en tercera persona, desea

ardientemente comunicarle algo, contarle una historia, involucrarle en una trama en

un tejido de sentido, proponerle personajes con los que se puede identificar, con la

finalidad de transformarle mediante ese maravilloso encuentro dialogante que se

denomina lectura. La comprensión por lo tanto de una obra literaria, en su dimensión

autónoma (en este caso el Evangelio de Marcos), no se ubica desde este punto de

vista, en lo que está detrás de la obra, llámese contexto histórico, autor real, lectores

originarios o históricos233; ni sólo en el texto y sus códigos estructurales de sentido234,

sino que se ubica, en lo que está delante del texto, es decir en el polo del lector actual.

Esta manera de considerar la lectura de una obra literaria es definitivamente

importante y cautivadora a la vez. Pero no se crea que todo está dicho, ya que los

narratólogos al analizar los componentes de la obra literaria narrativa, no solamente

231

Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 34 232

Ibíd, p. 114 233Los exegetas, que utilizan el método histórico-crítico, se interesan sobre todo por lo que se ubica detrás del texto, su historia redaccional, sus fuentes, los acontecimientos históricos testimoniados en el texto así como su grado de historicidad etc. 234

Esto es lo que afirman los exegetas que aplican el análisis semiótico o estructural a los textos bíblicos.

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76

hablan de autor implícito y narrador como instancias extradiegéticas (es decir fuera de

la historia contada), imprescindibles para la comprensión del texto en cuanto obra

autónoma, sino que introducen una tercera categoría novedosa: “el lector implícito.”

De él se habla a continuación.

3.10. Distinción y relación entre lector real e implícito

El texto bíblico es ciertamente una obra autónoma, en cuanto que por su misma

naturaleza trascendental no puede ser objetivada literariamente del todo. Esto es

cierto, pero siempre y cuando dicha autonomía (tal y como se ha dicho en el tema

anterior) no se confunda con la absolutización ideológica del texto escrito. Dicha

absolutización queda superada desde la concepción de autonomía del texto, tal y

como la profesa la teoría narratológica actual, al introducir los conceptos de autor

implícito y lector implícito. Un texto escrito puede quedar libre e independiente de sus

autores y lectores originales, pero nunca del autor y lector implícitos.

Según Hans De Wit el término lector implícito o implicado fue acuñado por W. Iser235, y

puede definirse de la siguiente manera:

“El lector implicado es la expectativa de actualización que el autor tiene cuando escribe su texto…

El autor espera que su texto se convierta en obra. La instancia que podría ejecutar este cambio

de texto en la obra lo llamamos lector implicado. El lector implicado es, entonces, el conjunto de

estrategias o propuestas de lectura presentes en el texto236.”

De las definiciones anteriores la última es la más interesante para el lector, ya que

debe tener en cuenta que al acercarse a un texto, éste contiene en su interior, una

estrategia de lectura, presupone un lector modelo, un lector ideado competente y

capaz de comprender plenamente la obra escrita. Lo anterior lleva a establecer y

realizar una distinción fundamental, entre lector real y lector implícito237. Cuando una

235

En la dispersión el texto es..., o. c., p. 390 236

Ibíd. 237

El lector real es todo lector de carne y hueso, incluyendo también a los lectores u oyentes originales del Evangelio. Mientras que el lector implícito es ese sujeto virtual y capaz de comprender la obra escrita que de manera inconsciente proyecta el lector en su acto de escribir. Un ejemplo quizá pueda aclarar. Cuando un sastre elabora un traje lógicamente piensa en un sujeto que le talle, que llene los requisitos de altura y complexión física que requiere ese diseño de traje. El carpintero cuando elabora un ambón o atril para un orador conlleva de manera implícita e indirecta a una persona que lea desde el mismo. Si el atril mide 1, 50 mts, eso quiere decir que alguien que mida exactamente lo que mide el atril, no es apto para usarlo; esta hecho, ideado para personas que llenen los requisitos implícitos de altura apropiada. Lo que pasa en el ámbito de la moda y la carpintería sucede también en la literatura. Todo poeta quiere que su obra sea plenamente comprendida, por un lector competente que llene los requisitos de conocimiento literario para gustar las imágenes y demás géneros literarios utilizados. Aunque parezca discriminación, hay que decirlo con fuerza: los textos no pueden ser comprendidos por cualquier persona así nada mas, necesitan lectores competentes. Esa imagen inconsciente de lector que proyecta cada autor literario, es lo que denominamos autor implícito. El lector debe dar la talla al leer, debe estar a la altura del lector que tenía en mente un autor a la hora de registrar por escrito su obra, si lo quiere comprender e interactuar adecuadamente con él. Espero haberlo explicado bien querido lector.

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77

persona lee una obra literaria como el Evangelio de Marcos, debe saber que necesita

llenar ciertos requisitos, si quiere comprender adecuadamente su riqueza singular e

inagotable de sentido. Esto es así, ya que hablando en términos de sana lógica, cuando

la comunidad de Marcos fue elaborando literariamente cada parte del Evangelio en

ese proceso hermenéutico – pneumático de relectura constante y actualizante, en

realidad el autor implícito y lectores reales (los miembros de la comunidad marcana),

coincidían en lo elemental238. Pero una vez que los lectores u oyentes originales del

Evangelio desaparecen, la obra se independiza ciertamente de los mismos, pero el

lector original queda plasmado, asumido de manera virtual y definitiva en los textos

convirtiéndose de esa manera en algo implícito e implicado en ellos. El lector original

desaparece mientras que el implícito permanece vinculado al texto. Dicho en palabras

más técnicas, si, los lectores reales (ya sean los originales o los actuales) son realidades

extradiegéticas (fuera del texto); el lector implícito es una realidad intradiegética

(dentro del texto).

Si por razones pedagógicas y conceptuales se ha distinguido entre lector real e

implícito, a nivel metodológico-exegético deben aspirar los lectores reales del

Evangelio de Marcos, a identificarse en el proceso de lectura con éste. Hablar por lo

tanto de lector implícito es hacer referencia a una de las muchas estrategias de lectura

inherentes al relato. Si existen estrategias de lectura en cada relato evangélico, se

comprenderá que éstos, no pueden leerse de cualquier manera.

Más de algún lector que ha leído seguramente las líneas anteriores se preguntará

¿Cómo identificar al lector implícito en el Evangelio de Marcos? ¿Qué tipo de lector

ideal presupone el relato? Si bien pueden existir diferentes respuestas a estas

interrogantes, la que se presenta a continuación puede orientar al respecto:

“Podríamos hacer un detallado análisis de un lector ideal deduciendo de cada línea de la

narración cómo se espera que reaccione un lector. En todas las líneas se le sugieren

determinadas reacciones a los lectores: llenar huecos, identificarse con los personajes,

238

En Marcos como Relato, p. 198 los autores dicen al respecto: “Por supuesto, cuando el autor de Marcos escribió, tenía en mente como su audiencia a la gente real del siglo I. Pero no sabemos por el relato en sí quién podría ser esa gente. Podemos quizás deducir que eran judíos que seguían a Jesús, que eran campesinos en zonas predominantemente rurales y que se enfrentaban a la persecución. Esta gente habría tenido un previo conocimiento de Jesús, del destino de los doce discípulos y del comienzo del movimiento de Jesús. Pertenecían a una determinada posición social. Y vendrían con una perspectiva particular y probablemente con una disposición de deleitarse con el relato y responder positivamente a él… Marcos puede haber tenido múltiples audiencias en mente, particularmente si esperaba que el relato fuese contado de sitio en sitio en reuniones en las sinagogas y en los mercados. Podemos imaginar cómo podrían haber respondido al relato los diferentes grupos – gente con enfermedades, viudas, mujeres en general, la clase alta judía, los fariseos o los soldados romanos –. Cada uno probablemente habría reaccionado de forma muy diferente. Seguramente el relato fue contado a lagunas personas que ya eran seguidores de Jesús y ya conocían a Jesús y a sus discípulos. Otros oyentes puede que nunca hubiesen oído nada sobre Jesús. Puede que algunos rechazaran el relato rotundamente. Otros puede que estuvieran de acuerdo con algunas partes pero se resistieran a otras. Un oyente receptivo, sin embargo, respondería al relato de forma muy parecida a la del lector ideal y tendría respuestas adicionales a la luz de la situación histórica de la época. La retórica de Marcos busca hacer posible que los lectores reales se conviertan en lectores y seguidores ideales.”

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78

mantenerse en suspense, anticipar partes posteriores del relato, recordar partes anteriores,

involucrarse en los apartes y en la ironía del narrador, sentir emociones, alentar y revisar

expectativas, experimentar determinación…239

Es decir, que si se quiere descubrir al lector implícito basta con preguntarse

constantemente cómo reaccionaría dicho lector ante las diferentes escenas del

Evangelio. De manera general se podría decir que “El evangelio de Marcos hay que

leerlo despacio y muchas veces…, requiere una lectura ordenada y secuencial, y pide

un lector o lectora de mente ágil y de implicación afectiva en la historia narrada240.” En

la parte dedicada a la aplicación del método narrativo a una escena escogida de

Marcos, se tendrá oportunidad de mostrar con cierto detalle la manera de proceder en

este punto. Basta por ahora con tener conciencia de la existencia y presencia de este

lector virtual y potencial en el Evangelio, y saber diferenciarlo del lector real, ya que

cuando se leen ciertos comentarios narrativos, se encuentran expresiones como estas:

“el lector tendrá que…, el lector ya posee en esta escena los conocimientos respecto

de…, etc.” Todas estas expresiones se refieren no tanto al lector real sino al ideal o

implícito. El exegeta en su comentario narrativo trata de mostrarle al lector real, lo que

el narrador en un determinado relato le pide al lector ideal241.

No existe consenso entre los narratólogos sobre la situación de hecho del lector

implícito. Tres planteamientos se han propuesto: el reconstructivo, pragmático e

interactivo242. En el primero, como su nombre lo indica se trata de leer la obra

tratando de reconstruir el perfil del autor implícito sin plantearse la verosimilitud o no,

en relación con los lectores reales del siglo I. El segundo planteamiento sostiene que

en el conjunto del texto hay una cantidad de instrucciones colocadas en la superficie

del texto, las cuales funcionan como una especie de programación de lectura. De su

identificación y realización se va aclarando que tipo de lector espera el texto. Por

último el interactivo afirma que no existe un autor implícito fuera o al margen del acto

de lectura. Todo lector al abrir y disponerse a leer el texto, asume el rol de lector

modelo capaz de descifrar el sentido de lo leído. Los tres planteamientos son

interesantes, y en el ejercicio propuesto en la segunda parte se privilegiará los dos

primeros planteamientos.

Naturalmente al abordar el tema del lector implícito, su definición, así como la manera

de discernir su presencia en el Evangelio de Marcos, y su relación y diferencia del

239

Ibíd, pp. 190-191 240

Mercedes Navarro, Marcos, o. c., p. 29 241

Jean Louis Ska subraya: “Es importante distinguir bien entre “lector implícito” y “lector real.” Es raro que un relato se dirija expresamente al lector real; por eso, cuando el análisis habla de “lector”, tiene de ordinario en la mente al auditorio de los relatos y no directamente al lector de hoy.” Cfr. Jean Louis Ska. Sincronía. El análisis narrativo. En: Horacio Simian-Yofre. Metodología del Antiguo Testamento. 2001. Salamanca, España. BEB 106. Ed. Sígueme. p. 170. 242

Como leer los Relatos…, o. c., p. 203-204

Page 94: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

79

lector real, no se deben olvidar los límites de esta teoría. Algunos autores señalan

ciertos límites, sobre todo en el campo hermenéutico:

“El análisis narrativo pone mucho énfasis en el lector implícito, que va siendo guiado, de una

forma modélica, por las perspectivas del narrador o del autor implícito. Yo quisiera destacar que

el lector implícito es una construcción hermenéutica. Los exegetas deben ser cuidadosos y no

emplear ese término como si fuera simplemente un sustitutivo para ellos mismos; de esa

manera, apelando al lector implícito, algunos investigadores se refugian detrás de la valla del

texto, sin prestar atención a los lectores que realmente existen (en su entorno social), con sus

propias preguntas y sus perspectivas.243

La advertencia anterior dirigida a los exegetas sobre el riesgo de proyectarse así

mismos detrás del autor implícito, es algo que definitivamente se debe tener en

cuenta, pero no por eso se puede desechar injustificadamente, ya que constituye una

valiosa herramienta para lograr una interacción profunda entre el lector real y

narrador no sólo a nivel exegético, sino también y sobre todo hermenéutico. Se

presenta en definitiva, como una posibilidad de que el lector real pase, de ser un lector

estudioso frente a un objeto (el texto bíblico) de estudio, a sujeto hermeneuta capaz

de dialogar con el texto (considerándolo como sujeto), y construir de la mano del

narrador el sentido del texto al apropiárselo y recontextualizarlo en su propia realidad.

243

Win Weren. 2003. Métodos de exégesis de los Evangelios. Verbo Divino. Navarra. España. p. 106

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80

CAPITULO IV: PROPUESTA METODOLOGICA

4. Propuesta metodológica para aplicar algunos elementos del

análisis narrativo a Marcos 6,30-44

Una vez que se ha realizado el análisis de los elementos fundamentales que delinean la

especificidad del método narrativo, en cuanto acercamiento sincrónico a los textos

bíblicos, se pretende ahora desarrollar de manera metódica, la propuesta de algunas

técnicas que permitan la aplicación del mismo a Mc 6,30-44. Esta escena que

comúnmente se suele llamar “Primera multiplicación de los panes”, se encuentra

ubicada en el contexto de una secuencia narrativa que inicia en 6,30 y se extiende

hasta 8,26. A continuación se presentan algunas opciones que guiarán la aplicación del

análisis narrativo a esta escena escogida de Marcos.

4.1. Opción por una hermenéutica del texto

El Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Dei Verbum (Cfr. DV n. 12a),

presenta dos perspectivas hermenéuticas: la del autor y la del texto. Luis Alonso

Schökel al comentar acerca de los principios hermenéuticos propuestos por la

Constitución, sostiene que el Concilio por un lado confirma la opción hermenéutica (es

decir la hermenéutica de autor,) que ha venido rigiendo la interpretación bíblica

moderna hasta hoy. Pero a la vez argumenta, que el Vaticano II abre otra puerta de

interpretación. Schökel la descubre en estas palabras “… el intérprete de la Escritura,

para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los

autores querían decir y Dios quería dar a conocer con dichas palabras.” Dios no

solamente se comunica mediante la intención del autor sagrado, sino también se

revela, se da a conocer en “las palabras del autor”, es decir en el texto244. Optar por

una hermenéutica del texto, es reconocer el Evangelio de Marcos como una obra

literaria autónoma245. Esto permite al lector mediante la aplicación del método

narrativo, apropiarse la obra al entrar en el mundo de la historia contada, captando su

riqueza de sentido y luego recontextualizarla actualizándola en su propio mundo.

244

Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 35 245Esto quiere decir que dejaremos a un lado preguntas que tengan que ver con el método histórico-crítico tales como: ¿En qué época se escribió? ¿Para quién? ¿Cuál era la situación vital de las comunidades? Etc.

Page 96: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

81

4.2. La necesidad de una Hermenéutica de la fe

El Papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini (VD n.

34-35) insiste, en la necesidad de seguir las indicaciones hermenéuticas dadas en la Dei

Verbum, si se quiere evitar el dualismo interpretativo que tendría como consecuencia

lamentable, la separación entre exégesis y teología. Los principios hermenéuticos

integrales recogidos por la Constitución conciliar (La unidad de toda la Escritura, la

Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe), constituyen el fundamento de

una interpretación de la Escritura llevada a cabo, con el mismo Espíritu con que fue

escrita (DV n.12c). Ahora bien, estos principios hermenéuticos aunque algunos autores

los han considerado independientes unos de los otros, son en realidad uno solo. Es

decir que, cuando la Dei Verbum habla de la interpretación bíblica hecha con el mismo

Espíritu con que fue escrita, no se refiere a otros principios que hay que tomar en

cuenta además de los criterios exegéticos racionales; sino mas bien indica el horizonte,

el lugar desde donde todo hermeneuta debe realizar la interpretación, es decir en la

Iglesia246.Por lo tanto “Toda interpretación supone un intérprete. No cualquier hombre

es capaz de captar en la Escritura el sentido del Espíritu, sino aquél en quien vive el

Espíritu. Hermenéuticamente esta exigencia de una vida espiritual y eclesial resulta

ahora obvia247

.”Si el Evangelio de Marcos se escribió en el ámbito privilegiado de la

vida en el Espíritu, es decir en medio de una comunidad de fe; solamente captará su

riqueza de sentido, aquél que viva esa misma experiencia espiritual, ya que “Ciertos

presupuestos particulares, como la fe vivida en la comunidad eclesial y la luz del

Espíritu dirigen su interpretación. Con el crecimiento de la vida en el Espíritu, aumenta

en el lector la comprensión de las realidades de las cuales habla el texto bíblico.” (PCB

II, A, 2f). Por lo tanto el lector mediante el análisis narrativo, se acerca a los textos no

desde cualquier lugar, sino como miembro de la Iglesia, con una identidad conferida

en los Sacramentos, que busca crecer y perfeccionarse mediante la vida narrada de

Jesús contenida en los Evangelios.

246

Mario A. Molina Palma, O.A.R. 1987. La Interpretación de la Escritura en el Espíritu. Ed. Aldecoa, Burgos. p. 215-218. Es importante lo que aquí se explica y clarifica sobre la interpretación adecuada del término, ya que muchas veces se cree que cuando un exégeta o lector profundo de la Escritura (en nuestro caso del Evangelio de Marcos), aplica un método exegético a su estudio del texto, está procediendo de manera racional solamente y no se encuentra guiado por criterios de fe, los cuales entre otras cosas ha abandonado para no contaminar la interpretación a causa de sus condicionamientos en cuanto creyente y miembro de la Iglesia Católica. En verdad sucede todo lo contrario. Ya que aún y cuando el lector profundo y metódico de la Escritura se encuentre en plena labor exegética, siempre, por su condición de creyente en el seno de la Iglesia y en cuanto que posee la experiencia sacramental de vida en el Espíritu, estará interpretando la Escritura “con el mismo Espíritu con que fue escrita.” 247

Ibíd, p. 106

Page 97: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

82

4.3. Opción por un comentario pastoral, al servicio de la identidad

cristiana

Esta perspectiva pastoral se mantendrá en todo momento, de manera que serán pocas

las referencias a comentarios de otros autores. La guía que se propone en los pasos

metodológicos permitirá al lector realizar el análisis por sí mismo, recurriendo

únicamente al marco teórico de éste proyecto investigativo, para resolver sus dudas.

Por eso el comentario a Mc 6,30-44 se ha realizado solamente con estos recursos

teóricos.

El objetivo que se ha tenido en mente durante el comentario, es que el lector se vea

constantemente reflejado en la escena, mediante una labor hermenéutica de diálogo

profundo con el texto. Y así al identificarse con los modelos propuestos se fortalezca su

identidad como creyente y discípulo de Jesucristo.

4.4. Opción de traducción

En cuanto a la selección del texto a comentar en el presente trabajo investigativo, se

ha optado por la traducción que ofrece la exegeta Mercedes Navarro Puerto en su

comentario a Marcos248. La opción está motivada por dos razones principales: 1) La

primera razón, consiste en la imposibilidad de realizar una traducción propia y directa

del griego que emplea Marcos. 2) La segunda razón se funda en un rasgo que tiene que

ver con el análisis estilístico de este Evangelio. Es decir el uso de la “parataxis249.”

Mercedes Navarro ha respetado en su traducción esta característica marcana, la cual

se considera fundamental, para el análisis narrativo de la escena elegida.

4.5. Pasos metodológicos a seguir

Para realizar el comentario narrativo aplicado a Mc 6,30-44de manera ordenada, se

tomarán en cuenta pasos metodológicos precisos. Cada uno de ellos responde a tres

momentos fundamentales:

248 Marcos, o. c., p. 241 249

Vicent Taylor. 1980. Evangelio Según San Marcos. Ed. Cristiandad. Madrid. España. p. 71. “La parataxis, o simple

coordinación de las oraciones con και, en vez de emplear participios u oraciones subordinadas, es una de las características más notables del estilo de Marcos.”

Page 98: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

83

4.5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto?

1. Disposición para el diálogo

Es necesario que el lector que va a tener contacto con un Evangelio tan rico en sentido

como el de Marcos, sepa que no se acerca a un objeto que puede ser estudiado

detalladamente, sino que se aproxima a un sujeto, a una historia en la que hay alguien

dispuesto a contársela (el narrador); alguien que quiere dialogar y compartirle su

manera de ver a Jesús, a los discípulos, las autoridades etc. Se recomienda no tener

prisa para poder tener un dialogo reposado, tranquilo, rodeado de confianza y respeto.

2. Selección de la versión y del texto

El paso tiene como objetivo la selección crítica de la versión a utilizar para ejercer

luego el análisis narrativo. Esto quiere decir que por lo menos se tendrán tres

versiones distintas para compararlas y escoger una. Si se realiza en grupo es

recomendable que todos los participantes tengan una misma versión. La versión que

aquí se utiliza es la de Mercedes Navarro en su comentario narrativo a Marcos.

Una vez que se ha elegido la versión a utilizar se elige una escena. Se recomienda que

la misma, sea adecuada al método, sobre todo cuando se empieza a practicar el

análisis narrativo. Puede ser una parábola, un relato de curación, de exorcismo, o

cualquier otra en donde los personajes actúen, se relacionen y queden transformados.

Esto quiere decir que, no deberían seleccionarse discursos (por ejemplo: los grandes

discursos de Jesús en San Juan). No se trata de poner límites al método narrativo, sino

sencillamente de saber escoger la escena a comentar. La mayoría de las veces los

subtítulos que poseen los Evangelios, son indicadores que favorecen la delimitación de

los diferentes episodios. Pero si en un determinado momento no satisfacen, es

recomendable realizar un ejercicio mínimo de “Delimitación.250”

4.5.2. Momento exegético-hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en

diálogo profundo con el texto?

Luego de haber seleccionado la versión a utilizar, se debe tener una pregunta

orientadora que guíe todo el proceso exegético. La que aquí se propone es la

siguiente: ¿Qué estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se

involucre en el mundo del relato y adopte su punto de vista? Se trata en este

momento de analizar el texto de manera dialogal. La pregunta es fundamental y hay

que tenerla en mente durante todo el proceso. El inciso a y b constituyen aún

250

Delimitar significa saber dónde empieza el texto y dónde termina. Algunos criterios que se pueden seguir son: Entrada y salida de personajes, cambio de escenario o tema. Los episodios que aparecen en el Evangelio de Marcos no son en la mayoría de los casos difíciles de poderlos delimitar, tanto su inicio como su final.

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84

elementos previos al análisis, pero no por eso menos importantes. El primero es de

corte contextual y el otro estructurante.

a. Contexto narrativo

Puesto que el método narrativo es por naturaleza sincrónico, aún y cuando se haya

seleccionado un texto, no significa que éste se encuentre desligado de todo lo que

antecede. Se le llama contexto narrativo, porque se pregunta por el lugar que ocupa la

escena elegida en la trama general o macro-relato.

b. Composición narrativa

Se trata de conocer el desarrollo de la trama episódica elegida. El sistema quinario es

fundamental, aunque no el único modo de analizar la composición narrativa. Al

aplicarlo se debe siempre acomodar al texto, no acomodar el texto al sistema. Es

necesario respetar en todo momento la singularidad y originalidad de las narraciones

bíblicas. No importa que sólo tenga el texto, por ejemplo, la situación inicial, el nudo, y

carezca de acción transformadora, clímax y situación final. Si así fuere el caso, quiere

decir que hay que continuar leyendo hacia adelante para encontrar los otros

elementos. Y si en un dado caso definitivamente no hay, entonces esto significa que la

escena posee un final abierto e intrigante. Sobra decir, que este sistema, no se puede

aplicar a material discursivo, en donde no aparezcan personajes puestos en escena, o

movimiento.

c. Análisis narrativo

Para aplicar el método narrativo se precisa de unos interrogantes que orienten todo el

proceso. El subtítulo de esta sección no indica que hasta aquí empieza el análisis, ya

que el contexto narrativo y la composición de la trama constituyen una parte

fundamental y condición necesaria sin la cual, no se tendrían las disposiciones

necesarias para éste momento. Siete elementos se proponen para el análisis, cada uno

de ellos tiene sus propias interrogantes.

Guía de preguntas para el análisis narrativo de la escena desde una perspectiva

pastoral

1. Tener en mente la pregunta general orientadora: ¿Qué estrategias narrativas usa

el autor, para hacer que el lector se involucre en el mundo del relato y adopte su

punto de vista?

2. Leer el texto detenidamente: ¿Qué dice el narrador? ¿Qué dice Jesús? ¿Qué dicen

los otros personajes? Se trata solamente de precisar cuántas veces intervienen los

personajes por medio de su palabra. Las acciones no se toman en cuenta.

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3. Análisis de la estrategia focalizadora del narrador: ¿Desde dónde nos ofrece su

descripción?, ¿Qué percibe?, ¿Dónde se sitúa el centro de percepción?

4. Análisis de los personajes y su papel en la trama episódica: ¿Por medio de qué

estrategias narrativas construye el autor a los personajes? ¿Qué dice de ellos?,

¿Qué muestra?, ¿Cuál es el orden y la relación que existe entre ellos?, ¿Qué

criterios se ha utilizado para ordenarlos? ¿Se les puede considerar redondos o

planos?

5. Análisis narrativo del tiempo y los escenarios: ¿Qué indicadores da el narrador

para saber de qué manera transcurre el tiempo? ¿Existen indicaciones

temporales? ¿Es la primera vez que aparece esta indicación temporal? ¿Cuánto

tiempo medido en versículos ha utilizado para contar algo importante en esta

escena?¿Cuántos escenarios aparecen?¿Es la primera vez que se mencionan?

¿Qué es lo primero que ha sucedido en ellos?

6. Ecos analépticos en el lector implícito: ¿Qué palabras, escenarios, personajes,

tiempos, objetos hacen recordar escenas anteriores dentro y fuera del relato?

¿Cuáles y por qué?

7. Blancos del texto e ironía del narrador: ¿Qué constituye lo no dicho en la escena?

¿Existe algún efecto de ironía por parte del narrador?

d. Comentario general

En esta parte se procederá a la recopilación de todo el análisis, tomando en cuenta

lógicamente tanto el inciso a como el b. Se retoma de nuevo la pregunta orientadora

general, para responderla mediante el comentario.

4.5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el

texto?

Por último y en base a los resultados obtenidos en el comentario narrativo general

anterior, se trata ahora de plantearse retos o desafíos para futuras lecturas o

profundizaciones. Se debe tener conciencia de que por la riqueza de sentido que

poseen los textos bíblicos, nuevas dimensiones quedan aún por explorar. Este puede

ser el momento para actualizar también el mensaje teológico del texto a la vida

personal o comunitaria. Esto por ser algo del todo personal y subjetivo no necesita

ejemplos de cómo hacerlo.

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86

CAPITULO V: MODELO PARA APLICAR LA PROPUETA METODOLOGICA

5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto?

1. Disposición para el diálogo

ANÁLISIS NARRATIVO APLICADO A Mc 6,30-44

2. Selección de la versión y del texto

TEXTO

30 Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo

cuanto hicieron y enseñaron. 31 Y les dijo: Venid vosotros solos a un

lugar solitario a descansar un poco. Porque eran muchos los que

venían e iban y no había tiempo oportuno ni para comer. 32 Y

partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33 pero los

vieron irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades

corrieron allí y llegaron antes que ellos. 34 Y al salir vio una gran

multitud y se le removieron las entrañas, pues estaban como ovejas

que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus

discípulos a él y le dijeron: El lugar es desierto y la hora es

avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas del

entorno y se compren algo para comer. 37 Pero él respondiendo les

dijo: Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar

panes por doscientos denarios y darles de comer? 38 Pero él les dijo:

¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y cuando lo supieron dijeron:

Cinco, y dos peces. 39 Y les ordenó que se reclinaran todos por

grupos de comensales sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por

grupos de cien y de cincuenta 41 y tomando los cinco panes y los dos

peces, levantando los ojos al cielo pronunció la bendición, partió los

panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyeran, y los dos

peces los repartió para todos. 42 Y comieron todos y se saciaron 43 y

recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas

llenas. 44 Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.

Page 102: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

87

5.2. Momento exegético-hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en

diálogo profundo con el texto?

Pregunta orientadora fundamental: ¿Qué estrategias narrativas usa el

autor, para hacer que el lector se involucre en el mundo del relato y

adopte su punto de vista?

Al empezar el análisis narrativo del micro-relato seleccionado, el lector (real) necesita

saber dos cosas: 1) ¿En qué parte de la trama a nivel del (macro-relato) se encuentra

situado? 2) ¿Qué información privilegiada le ha transmitido el narrador251 a su

lector252, para que éste pueda interpretar adecuadamente la escena? Estas preguntas

se encuentran relacionadas con el contexto narrativo253.

a)

¿Cuál es la situación del lector que oye o lee la sección de los panes? ¿Qué

conocimiento tiene?

El narrador omnisciente desde el inicio Mc 1,1 hasta 6,29 le ha ido proporcionando al

lector a nivel del discurso, una serie de datos que contribuyen a que éste, no vea de

manera superficial ni arbitraria la escena de los panes, sino desde el punto de vista

privilegiado y pos-pascual del narrador. En efecto, desde el comienzo 1,1 le ha

proporcionado el conocimiento del contenido de la historia, es decir de qué va a tratar.

De este modo el lector ya sabe el nombre del protagonista y los títulos que definen su

identidad: Es Cristo, Hijo de Dios254. Sin embargo aun y cuando ya conozca el lector el

qué de la historia, desconoce el cómo, es decir la manera en que el protagonista por

medio de sus palabras y hechos mostrará dicha mesianidad y filiación. El qué debe

llevar al cómo y en el cómo se encuentra el sentido del qué255. La intriga nace en el

lector y le prepara para confiar en el narrador y abrirse a la posibilidad de dejarse guiar

por él en lo que sigue.

251

Los términos autor implícito y narrador son intercambiables en este comentario narrativo. 252

Aquí nos referiremos siempre al lector implícito, y cuando hablemos del lector real se harán las aclaraciones necesarias. Este dato es importante, para no confundir el nivel de interpretación en el que nos encontramos. 253

Mientras que el método histórico-crítico recurre al contexto literario para comprender el texto, resulta insuficiente a la larga, ya que no toma en cuenta el contexto amplio que prácticamente abarca desde el inicio hasta el texto que se analiza. El análisis narrativo al considerar que cada parte está relacionada con el todo que le antecede, posee de este modo una mira mucho más amplia y enriquecedora para comprender el sentido que se ha venido acumulando y que de alguna manera afecta el texto seleccionado. 254De igual manera el sustantivo “Evangelio” obliga a pasar al lector del qué al cómo. Genera en él intriga. 255

Marcos, o. c., p. 41

Contexto narrativo

Page 103: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

88

La trama aún no empieza, de manera que todo lo que presentará el narrador en 1,2-14

está dirigido exclusivamente a su lector256. Y tiene la función narrativa de ofrecerle

información privilegiada y prepararlo para que coopere activamente al momento de

involucrarse en la trama e interactuar con los personajes del mundo narrativo que se

desplegará ante sus ojos. Esta información de primera mano, convierte al lector en

testigo de lo que ninguno de los personajes ha presenciado y que por eso mismo

desconocen: sabe que en los orígenes del protagonista hay una palabra profética 1,2-3,

lo cual presupone que está familiarizado con las tradiciones y escritos israelitas. A

dicha familiaridad tendrá que recurrir constantemente ya que el narrador parece

exigírselo desde el prólogo. La analepsis externa es una de las estrategias narrativas,

que usa el narrador para hacer que el lector vaya compartiendo a profundidad su

punto de vista acerca del protagonista Jesús; ya que no solamente la cita profética,

sino también el río Jordán, la vestidura del Bautista, la correa de las sandalias, el

Espíritu en forma de paloma, los cielos rasgados, el desierto, Satanás y los ángeles

remiten a las Escrituras Judías. La identidad narrada de Jesús sólo se comprende desde

el trasfondo analéptico veterotestamentario. Lo que se acaba de afirmar, se ve

confirmado a lo largo de los primeros 5 capítulos del Evangelio en donde el trasfondo

escriturístico es frecuente257. Cuando el lector llegue al episodio de los panes, se le

pedirá una vez más el ejercicio analéptico. La escena narrativa de los panes supone por

lo tanto un lector competente y capaz de descifrar su sentido profundo a la luz de las

Escrituras. A este nivel de competencia debe llegar el lector real que quiera

comprender la escena de los panes.

Al empezar la trama 1,16-45 varias escenas son puestas ante los ojos del lector. El

conflicto no ha empezado todavía. Mediante las estrategias del “decir” y “mostrar” va

entretejiendo el narrador la identidad de Jesús, así como la de los diferentes

personajes que van interviniendo. El lector se va familiarizando con ellos y trata de

discernir la jerarquía de los mismos. Cuando el narrador dice algo sobre uno de los

personajes le pide al lector estar atento a su juicio evaluativo deduciendo si este es

negativo o positivo. Y cuando muestra al lector las acciones y palabras directas de los

personajes, le sugiere con sutileza un discernimiento más profundo, ya que puede con

facilidad caer en el engaño mediante conclusiones equivocadas o apresuradas. Se

requiere en este punto un lector crítico. Los escenarios así como las indicaciones

temporales son importantes, y el narrador debe recordar muy bien (ejercicio

analéptico interno) lo primero que sucede en ellos, ya que lo que dicen y hacen los

256

Cuando lo que el narrador dice no afecta directamente a los personajes del mundo de la historia contada, entonces va dirigido al lector. A esto se le llama nivel del discurso. 257

Por ejemplo: la orilla del mar tiene como trasfondo analéptico externo el tema del éxodo (Ex 14), la escena del llamado de Jesús hecho a dos parejas de hermanos, hace alusión al llamado que hace el profeta Elías a Eliseo (1 de Reyes 19,19-21). La escena que habla del novio Mc 2,18-20, remite a las profecías veterotestamentarias isaianas de los días de la boda de Dios con su pueblo. Del mismo modo, la escena cuyo tema es la creación de los doce en el monte remite a temas teológicos relacionados con la Alianza de YHWH con su Pueblo, y las doce tribus de Israel.

Page 104: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

89

personajes caracterizan dichos espacios y tiempos; y estos a su vez caracterizan a los

que en ellos actúan.

Los hilos narrativos han aparecido también en el relato. El hilo que corresponde a la

identidad de Jesús (trama de revelación), ha iniciado en 1,24-25 con los gritos y el

conocimiento de Jesús que dice poseer el hombre con espíritu impuro, y la orden de

callar dada por Jesús hace que el lector se pregunte sobre la verdad de dicho

conocimiento y el por qué se prohíbe su difusión. Al llegar a la sección de los panes

llevará esta interrogante ¿Quién es en realidad Jesús? Esto requiere y exige un lector

que revise constantemente lo que pretende saber del protagonista mediante las claves

que le ha ido proporcionando el narrador. La situación inicial termina a nivel del

macro-relato, y empieza la complicación o nudo a partir de 2,6. El narrador va

introduciendo a diferentes personajes que tienen la función narrativa de intensificar el

conflicto. Los fariseos y escribas 2,23-24; 3,22 los discípulos (mediante su

incomprensión), la familia 3,20-21.31-35 e incluso las fuerzas de la naturaleza 4,35-37.

Los temas conflictivos son diversos: el perdón de los pecados, la comida con pecadores

e impuros, hacer el bien aunque sea sábado, la no comprensión de sus parábolas, el

abandono de su familia y la creación del grupo de los doce, entre otros. Cuando el

lector asiste a todos los conflictos se da cuenta de que en la raíz de los mismos se

encuentra el desconocimiento de su identidad profunda. Todo esto hace surgir otras

interrogantes que tiene que ver con el hilo narrativo correspondiente a la trama de

acción ¿Cómo acabará el conflicto? ¿Habrá alguien que llegue a conocer su identidad

auténtica en cuanto Cristo e Hijo de Dios? El lector está intrigado y con esta sensación

llegará al episodio de los panes.

Otra estrategia que ha ido utilizando el narrador para transmitir su punto de vista

privilegiado es la focalización. El lector no ha sido solamente testigo de las palabras y

acciones del protagonista, sino también de lo que ha sucedido su interior. Ha ido

teniendo acceso a la manera de ver que tiene Jesús y a sus sentimientos. Pero sabe

asimismo del modo de ver y sentir de los demás personajes. En la escena de los panes

no se sorprenderá demasiado del modo de ver y sentir que tienen los personajes, ya

que de alguna manera se encuentra familiarizado. La situación por lo tanto del lector

que llega a la escena de los panes, no es la de alguien incapaz de comprender, ya que

el narrador le ha brindado las claves suficientes para que logre captar su punto de vista

privilegiado acerca de la identidad de Jesús y el sentido profundo de lo que ha venido

sucediendo y sucederá, relacionándolo con todo lo anterior. Como se puede constatar,

el narrador ha ido utilizando diferentes estrategias orientadas a crear un lector crítico

y perspicaz, que sepa con qué personajes se ha de identificar y con quienes debe

guardar distancia. Una vez que se ha definido la situación del lector en el contexto

Page 105: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

90

narrativo, el siguiente paso metodológico será analizar la composición narrativa del

episodio de los panes.

b)

Utilizando el sistema quinario se puede determinar cuál es la composición narrativa de

la escena. Determinar esto, es fundamental para realizar el análisis narrativo del

episodio de los panes.

Sistema quinario

Texto bíblico

Situación inicial

(v, 30-33)

Nudo (34-36)

Acción transforma-

dora (37-40)

Y

Clímax (41)

Desenlace

(42)

S. final (43-44)

Mc 6,30-44

30 Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo cuanto hicieron y enseñaron. 31 Y les dijo: Venid vosotros solos a un lugar solitario a descansar un poco. Porque eran muchos los que venían e iban y no había tiempo oportuno ni para comer. 32 Y partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33 pero los vieron irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades corrieron allí y llegaron antes que ellos. 34 Y al salir vio una gran multitud y se le removieron las entrañas, pues estaban como ovejas que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus discípulos a él y le dijeron: El lugar es desierto y la hora es avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas del entorno y se compren algo para comer. 37 Pero él respondiendo les dijo: Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar panes por doscientos denarios y darles de comer? 38 Pero él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y cuando lo supieron dijeron: Cinco, y dos peces. 39 Y les ordenó que se reclinaran todos por grupos de comensales sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta 41 y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo pronunció la bendición, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyeran, y los dos peces los repartió para todos. 42

Y comieron todos y se saciaron 43 y recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas llenas. 44 Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.

Composición narrativa

Page 106: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

91

c)

El análisis narrativo aplicado al Evangelio de Marcos, necesita una serie de preguntas

básicas (además de la gran pregunta general orientadora), que sirvan de guía al lector

que desea iniciarse en este novedoso método exegético. Dichas preguntas son

importantes, pero no constituyen un molde frío e inmutable que no pueda variar258.

No siempre entrarán en el análisis las mismas preguntas e incluso el lector

experimentado podrá formular preguntas propias, siempre y cuando se ubiquen en

alguno de los elementos del análisis expuesto en la primera parte. Se requiere a su vez

de técnicas que le faciliten la tarea interpretativa. Esto es lo que se expone a

continuación.

Guía de preguntas para el análisis narrativo de la escena desde una

perspectiva pastoral

1. El lector debe tener siempre en cuenta la pregunta general orientadora: ¿Qué

estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se involucre en el

mundo del relato y adopte su punto de vista?

Los datos que se han obtenido del contexto narrativo de la escena son importantes ya

que le permitirán al lector entrar al texto, no desde cero, sino como alguien situado,

competente y con una disposición emocional adecuada259 (por ejemplo: intrigado y no

indiferente) al momento del desarrollo de la trama en que se ubica el relato. Debe

adquirir el rol de lector implícito.

2. Leer el texto detenidamente

Se trata de leer y releer el texto de estudio. Una vez que se ha leído lo suficiente se

aplica la técnica del subrayado en colores distintos260 para determinar lo que dice el

narrador, Jesús o algún otro personaje (discípulos, personajes menores etc.). Una vez

que se ha realizado, se elabora un breve comentario sobre los resultados adquiridos.

258

Es necesario recordar, que siempre debe ser el método quien se acomode al texto analizado y no el texto al método. Los textos bíblicos por su misma naturaleza literaria, nunca serán aprisionados por ningún método exegético. 259

La disposición emocional debe estar acorde a lo leído y al momento de la trama en que me sitúo como lector. Por ejemplo, cuando alguien entra a la mitad de una producción cinematográfica, no estará emocionalmente a la altura que la película requiere, no provocará en él los efectos retóricos ideados por el cineasta. No es que la película falle, sino que el espectador no está en sintonía con lo que ve y oye. Lo mismo sucede con el que lee de golpe sin ninguna preparación contextual una escena cualquiera de Marcos. Esto definitivamente constituye un reto a nivel pastoral, tanto en ámbitos litúrgicos o catequéticos 260En este caso concreto, se ha utilizado el rojo para el narrador, el azul para Jesús y el morado para las veces que hablen los discípulos.

Análisis narrativo

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92

30Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo cuanto hicieron y

enseñaron. 31Y les dijo: Venid vosotros solos a un lugar solitario a descansar un poco.

Porque eran muchos los que venían e iban y no había tiempo oportuno ni para

comer. 32Y partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33pero los vieron

irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades corrieron allí y llegaron

antes que ellos. 34Y al salir vio una gran multitud y se le removieron las entrañas,

pues estaban como ovejas que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas

cosas.

35Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus discípulos a él y le dijeron:

El lugar es desierto y la hora es avanzada.36Despídelos para que vayan a los campos y

aldeas del entorno y se compren algo para comer.37Pero él respondiendo les dijo:

Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar panes por doscientos

denarios y darles de comer? 38Pero él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y

cuando lo supieron dijeron: Cinco, y dos peces. 39Y les ordenó que se reclinaran todos

por grupos de comensales sobre la hierba verde. 40Y se recostaron por grupos de cien

y de cincuenta 41y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al

cielo pronunció la bendición, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los

distribuyeran, y los dos peces los repartió para todos. 42Y comieron todos y se

saciaron 43y recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas llenas. 44Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.

Comentario: Al aplicar dicha técnica, a la escena de los panes se ha logrado determinar

lo siguiente:

La presencia más significativa a lo largo de toda la escena corresponde al narrador. En

efecto, es él quien domina todo, describe las circunstancias, hace intervenir a los

personajes, da cuenta de sus palabras, actitudes, acciones y evalúa los resultados. En

esta escena el narrador ha cedido la palabra a Jesús en dos oportunidades, del mismo

modo los discípulos intervienen solamente en tres ocasiones. Por lo tanto, se puede

afirmar de manera preliminar que, el lector accede a un episodio, en el que el narrador

posee el control de lo narrado, a un texto relatado no desde cualquier punto de vista,

sino desde el suyo.

3. Análisis de la estrategia focalizadora del narrador

Para analizar adecuadamente el punto de vista del narrador, es necesario en primer

lugar dar cuenta de la estrategia de focalización que utiliza. Las preguntas son: ¿Desde

dónde nos ofrece su descripción?, ¿Qué percibe?, ¿Dónde se sitúa el centro de

percepción?261

261

Mercedes Navarro. Barro y aliento. 1993. Biblioteca de Teología 32. Ed. Paulinas. Madrid. p. 50

Page 108: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

93

En los versículos 30-32 se puede constatar que la focalización es externa. El lector es

testigo de la vuelta de los apóstoles, su reunión con Jesús para dar cuenta de la misión,

así como la intención de Jesús de retirarse con ellos para descansar en un lugar

desierto; y conoce gracias a la interpretación que ofrece el narrador sobre el por qué

él, quiere retirarse a solas con los apóstoles. Se trata según el narrador, de un retirarse

de la multitud para comer juntos. La sugerencia de Jesús se cumple y el lector ve desde

un punto de vista externo, como se marchan en la barca.

Hay un cambio interesante en los versículos 33-34 ya que, de una focalización externa

pasa el narrador a la interna. El autor que ha dado su propia interpretación al lector de

la retirada de Jesús con sus apóstoles, le ofrece ahora la interpretación de la partida de

los mismos desde los ojos de la multitud. Para ellos la partida de éstos es vista no de

forma positiva, y por eso les buscan apresuradamente, se les adelantan. Pero eso no es

todo, ya que enseguida le muestra al lector desde los ojos de Jesús a la misma

multitud, le comparte su conmoción interna al verla, así como su interpretación y

acción respecto de ella. Se trata de una multitud necesitada, semejantes a ovejas que

no tienen pastor, a las cuales hay que enseñarles muchas cosas.

De esta manera, el autor ha preparado a su lector mediante la estrategia de la

focalización externa, pero sobre todo mediante la interna, para evaluar

adecuadamente y con conocimiento, los puntos de vista contrarios que aparecen en

los versículos 35-38. Es interesante notar que, el narrador muestra el punto de vista

que tienen los discípulos no mediante la focalización interna, sino solamente desde la

externa. Su manera de ver se manifiesta sólo de manera fraseológica (es decir por sus

propias palabras), han interpretado la necesidad de la multitud probablemente desde

la suya (la multitud ¿ha pedido de comer?). Finalmente en los v, 39-44 el narrador lo

domina todo, ya no hace intervenir directamente a los personajes y le hace ver al

lector como el punto de vista de la multitud y el de Jesús coinciden; mientras que el de

los discípulos no es tomado en cuenta.

Por lo tanto, la escena muestra cómo el narrador mediante la estrategia de la

focalización interna ha hecho coincidir el punto de vista de Jesús y el de la multitud con

el suyo. El lector es invitado a conformar su punto de vista con el de éstos, para

interpretar adecuadamente.

4. Análisis de los personajes y su papel en la trama episódica

Las interrogantes que pueden guiar en este punto son: ¿Por medio de qué estrategias

narrativas construye el autor a los personajes? ¿Qué dice de ellos?, ¿Qué muestra?

¿Cuál es el orden y la relación que existe entre ellos?, ¿Qué criterio se ha utilizado para

ordenarlos? ¿Se les puede considerar redondos o planos?

Page 109: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

94

El narrador ha utilizado más la estrategia del mostrar que del decir, para caracterizar a

los personajes. En efecto, muestra constantemente lo que los diferentes personajes

hacen y solamente en una oportunidad dice de la multitud que estaban “como ovejas

que no tienen pastor.” Los personajes son definitivamente redondos, ya que tienen

varios rasgos que los van caracterizando. Son personajes que evolucionan a lo largo de

la escena, empiezan de una manera y terminan de otra.

Jesús: es un personaje rico redondo que posee muchos rasgos y evoluciona a lo largo

de esta trama episódica. Su decisión inicial de retirarse con los apóstoles a un lugar

solitario, de pronto cambia al ver a la multitud, se le mueven las entrañas, y su actuar

da un giro sorpresivo al ponerse a enseñarles muchas cosas. Se muestra firme con los

discípulos, les manda dar de comer a la multitud. No se rinde ante las dificultades y

obstáculos que le ponen, y al final termina ordenando a la multitud en grupos,

bendiciendo la comida como anfitrión y sirviendo para que la multitud quede saciada.

Los apóstoles-discípulos: son personajes que muestran varios rasgos. Inician dando

cuenta a Jesús de cuanto han hecho y enseñado, luego interrumpen a Jesús y le dan

órdenes para que despida a la multitud. Ante la orden de Jesús para que den de comer

a la multitud se muestran negativos, pero a pesar de todo obedecen averiguan la

cantidad de alimento disponible y terminan repartiéndolo entre la multitud. No se dice

explícitamente que hayan comido y tampoco se registran reacciones al final. Al inicio el

narrador los llama apóstoles, y luego en todo lo que sigue, les da el calificativo de

discípulos.

La multitud: es un personaje colectivo, queda caracterizada mediante lo que el

narrador muestra al lector. Al principio aparece atenta al desplazamiento de Jesús con

sus discípulos, para correr, adelantarse y llegar antes que ellos. No tienen palabra y

son descritos como ovejas que carecen de pastor. Son los destinatarios de la

enseñanza prolongada de Jesús, así como del alimento que ha bendecido para su

saciedad. Al final terminan ordenados por grupos, recostados en la hierba verde,

saciados, pero no se registra reacción alguna de su parte.

En cuanto al papel que desempeñan se puede afirmar como resultado de una primera

lectura lo siguiente: los protagonistas serían Jesús y sus discípulos, mientras que la

multitud juega un papel secundario. Esta manera de clasificar a los personajes no

significa que el lector deba proceder a identificarse con ellos según su jerarquía, ya que

no siempre son los protagonistas (en este caso los discípulos) los modelos de

identificación que propone el narrador a su lector. La importancia que tiene para el

autor la multitud es evidente ya que tanto Jesús y los discípulos aparecen como

personajes orientados totalmente a su servicio.

Page 110: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

95

El análisis de los personajes ha permitido concluir que, si la estrategia que más utiliza

el narrador para caracterizar a los personajes es la del mostrar, significa que requiere

de un lector crítico, capaz de hacer explícito lo que se encuentra implícito en su

manera de hablar y actuar. Un lector que sea capaz de sacar conclusiones acerca de los

modelos que se le proponen para identificarse con ellos. Sin embargo no sucede lo

mismo con el personaje colectivo “multitud”, ya que sobre ella ha realizado un juicio

evaluativo de su situación mediante la focalización interna de Jesús; la ha

caracterizado como “ovejas que no tienen pastor.” De este modo, ha controlado

cualquier juicio negativo que pudiera hacer su lector, respecto de ella. Este dato es

fundamental para la interpretación.

5. Análisis narrativo del tiempo y los escenarios

En el análisis del tiempo hay que hacer una distinción entre el tiempo contado y el

tiempo de contar tal y como aparecen en la parte teórica dedicada a este tema. Las

preguntas son: ¿Qué indicaciones da el narrador para saber de qué manera transcurre

el tiempo? ¿Existen indicaciones temporales? ¿Es la primera vez que aparece esta

indicación temporal? ¿Cuánto tiempo medido en versículos ha utilizado para contar

algo importante en esta escena? Para el análisis de los escenarios es necesario tener

en cuenta quién describe los escenarios así como los personajes que en ellos actúan o

han actuado antes. Las preguntas son: ¿Cuántos escenarios aparecen? ¿Es la primera

vez que se mencionan? ¿Qué es lo primero que ha sucedido en ellos?

Las indicaciones temporales explícitas del relato se reducen a una, y es la mención del

atardecer u hora muy avanzada del v, 35. En cuanto al paso del tiempo, la única

indicación que permite saber que el tiempo ha transcurrido es la que ofrece el

narrador en el v, 34 al decir: “y comenzó a enseñarles muchas cosas.” No es la primera

vez que aparece la indicación temporal del atardecer. Es la tercera ocasión que se

menciona (1,32; 4,35). La primera vez que se menciona, aparece vinculada con el tema

de la opresión, curación e incomprensión. En la segunda se encuentra relacionada con

el tema de la incomprensión de sus discípulos respecto a la identidad de Jesús.

El único escenario mencionado de forma explícita es el desierto o lugar solitario. Es la

cuarta ocasión que aparece teniendo en cuenta el contexto narrativo (1,12-13.35.45).

Por lo que ha sucedido antes en él, se puede caracterizar como lugar de asechanza, de

tentación pero también de servicio. Es de destacar que siempre ha sido el narrador el

que describe dicho escenario, exceptuando la única vez que lo hacen los discípulos.

Desde el punto de vista del narrador es un lugar desierto; desde la manera de ver de

los discípulos es el lugar que se encuentra desierto. Las percepciones son diferentes, ya

que la primera deja posibilidad de encontrar hierba verde, como de hecho ocurre

después, mientras que la segunda deja cerrada toda posibilidad de encontrarla.

Page 111: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

96

Cuando el narrador presenta los escenarios, las indicaciones temporales y las acciones

de los personajes que en ellos han actuado, los caracteriza de tal manera que los

tiempos y escenarios reflejan rasgos de los personajes (ya sea positivos o negativos), y

estos últimos definen (ya sea negativa o positivamente) características de dichos

tiempos y escenarios. Por medio de esta interrelación el autor desde su punto de vista

privilegiado, les confiere una carga simbólica de sentido que es preciso descifrar en

cada caso.

6. Ecos analépticos en el lector implícito

Uno de los elementos fundamentales para comprender la manera en que el narrador

involucra a su lector en el mundo del relato, es el efecto analéptico de lo escuchado o

leído y el eco que provoca en él, de escenas anteriores internas (analepsis interna) e

incluso externas al relato (analepsis externa). Las preguntas fundamentales para este

nivel de análisis pueden ser: ¿Qué palabras, escenarios, personajes, tiempos, objetos

hacen recordar escenas anteriores dentro y fuera del relato? ¿Cuáles y por qué?

El lector ha llegado a la escena de los panes con la memoria entrenada para percibir

ecos de escenas anteriores tanto internas como externas al relato, gracias al narrador

que le ha ido llevando de la mano a lo largo de la trama. Muchos son los ecos que

resuenan en el interior del lector desde el inicio hasta el final de la escena. El

calificativo Apóstoles dado por el narrador (v, 30), le hace recordar el episodio del

envío de dos en dos, la autoridad que les había conferido 6,7-13 y su llamado en el

monte 3,13-19. La mención del descanso (v, 31) es sorpresiva y novedosa ya que no se

ha hablado de esto con anterioridad. No sucede lo mismo con el escenario, ya que

evoca inmediatamente lo ocurrido en este lugar dentro del relato. Pero la evocación es

también externa al relato ya que conecta dicho escenario con las tradiciones del

desierto Ex 16.

Cuando el narrador a nivel del discurso le explica la razón del retiro “no había tiempo

oportuno ni para comer”, se siente invitado a relacionar esta explicación con lo

ocurrido en 3,20. Se da cuenta también el lector de que no es la primera vez que

aparece la barca en la trama (v, 32), y sabe que lo ocurrido anteriormente en ella

siempre ha estado relacionado con la misión y la enseñanza, nunca con el descanso. De

este modo se siente invitado a contrastar relacionando dichas escenas. En los

versículos 33-36 se encuentran muchos elementos que siguen provocando efectos

analépticos en el lector. La multitud aparece una vez más ante sus ojos, la mirada de

Jesús evoca externamente tradiciones relacionadas con el tema del pastor Salmo 23 y

provoca expectativas en él, ya que sabe lo que ha ocurrido antes cada vez que se ha

mencionado dicha mirada en la trama. Por último los discípulos. El narrador le muestra

lo que hacen y dicen. Todo esto le lleva a recordar nuevamente lo que ya había pasado

Page 112: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

97

en 1,35-39 y al relacionarlo descubre el sentido de lo que sucede, no le sorprende del

todo la actitud de los discípulos, ni el hecho de que Jesús no responda una vez más a

su intención.

Los versículos 37-40 introducen un elemento clave para el lector que le obliga

nuevamente a ejercitar la analepsis. Se trata del pan. La orden que Jesús les da “dadles

vosotros de comer” es incomprensible para el lector atento ya que al retroceder en su

lectura a 6,8 se da cuenta de que él, les había prohibido llevar pan. Las interrogantes

surgen en su interior acerca de la identidad de este pan ¿De qué pan se trata? Por otro

lado y siempre en relación con la identidad del pan, el lector se da cuenta que ¡Tienen

pan! Ya que ante el requerimiento de Jesús de que vayan a ver cuántos panes tienen,

regresan diciendo “Cinco, y dos peces.” El lector se cuestiona de nuevo ¿será que los

discípulos desobedecieron la orden de no llevar pan? O ¿Será que se trata de otro tipo

de pan? ¿Qué hay que hacer con la cantidad de comida? ¿Habrá que sumarla? Un

último elemento aparece, con ricas resonancias analépticas externas. Al recostarse la

multitud, nuevamente se presenta a la memoria del lector el tema del pastor, esta vez

con mayor fuerza (Salmo 23), y los episodios anteriores relacionados con el comer

reclinados a la mesa con Jesús 2,15. Solamente que en este caso la cantidad de los

reclinados es grande, en comparación con los comensales de la comida que ofrece Leví

a Jesús en casa. Los gestos de levantar sus ojos al cielo bendecir, partir el pan y

repartirlo junto con los dos pescados, son novedosos y sin antecedentes para el lector

(en las escenas anteriores al relato de los panes).Esto le dispone para avanzar en la

trama y buscar respuestas, esta vez a nivel proléptico262. Por último, al comprobar

cómo esos muchos que corren al inicio y se les han adelantado, pasan ahora a ser

comensales ordenados en grupos de cien y cincuenta, piensa el lector con toda

probabilidad en tradiciones proféticas relacionadas con Elías 1 Reyes 18,13-13; 2

Reyes 2,3-7 en donde los números cien y cincuenta son recurrentes, así como a otras

tradiciones veterotestamentarias.

En conclusión se puede comprobar que la escena está cargada de contenido analéptico

tanto externo como interno263. Las posibilidades hermenéuticas para el lector real que

interpreta son enormes y desvelan la riqueza de sentido de los textos al relacionarlos

con episodios anteriores.

262

He preferido no analizar los ecos prolépticos de esta escena, ya que rebasan en mucho los objetivos y el espacio limitado disponible para realizar tal extensión. Solamente se ofrecerán en el comentario general alunas pautas orientadoras. 263

Las analepsis internas son más fáciles de discernir, mientras que las externas son problemáticas, ya que sólo se puede proceder por medio de probabilidades y nunca con certeza total; ya que se corre el riesgo de limitar la intertextualidad que propone el narrador a su lector, a la percepción del lector real. Dicha problemática, no debe considerarse un obstáculo, sino más bien un reto hermenéutico para el lector actual del Evangelio de Marcos a este nivel de análisis.

Page 113: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

98

7. Blancos en el texto e ironía del narrador: ¿Qué constituye lo no dicho en el texto?

¿Existe algún efecto de ironía por parte del narrador?

En el texto se encuentran algunos blancos o cosas no dichas. En primer lugar, no se

dice nada acerca del contenido de la enseñanza de los apóstoles. La enseñanza de

Jesús tampoco la muestra el narrador y obliga a buscar en el contexto narrativo

anterior algún contenido que se pueda relacionar. Por otro lado, parece que Jesús ha

estado solo todo el tiempo que duró su enseñanza ¿Dónde estaban los discípulos? El

versículo 41 dice explícitamente que Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, pero

no consta que al averiguar los discípulos sobre la cantidad de alimento disponible (v,

38) lo hayan puesto en las manos de Jesús ¿En qué momento lo obtuvo? ¿De qué

manera?

Es significativo que la explicación que ofrece el narrador en el v, 31 no la hayan dicho

ninguno de los personajes, ni Jesús ni los apóstoles. Además, el lector ya sabe que

siempre que Jesús se ha retirado a lugares desiertos y siempre que ha subido a una

barca con sus discípulos, no es precisamente para tomar descanso. Parece que hay

ironía en la explicación que da el narrador a su lector. ¿A qué comida se refiere? ¿Al

alimento físico? Parece que ese pan tiene un significado más profundo que el

ordinario.

d)

Una vez realizado el análisis de los diferentes elementos exegético-narrativos que se

han podido aplicar a esta escena particular, se procederá a recopilar los resultados en

un comentario general, que muestre la riqueza de sentido de la trama episódica de los

panes en el contexto de la trama general o macro-relato, en la cual se encuentra

insertada.

¿Qué estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se involucre en el

mundo del relato y adopte su punto de vista?

El episodio de los panes Mc 6,30-44 se encuentra en un momento avanzado de la

trama general, concretamente en el nudo o complicación que pertenece a un

momento fuerte de la intriga del Evangelio. El narrador omnisciente, le ha ido

proporcionando una serie de conocimientos a su lector ideal en las escenas anteriores

que le permiten captar su punto de vista y aceptar la interpretación propuesta de los

episodios que se van desarrollando de manera ordenada y coherente. Cuando el lector

lee la escena de los panes llega en una situación de competencia y como alguien apto

Comentario general

Page 114: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

99

para descifrar la riqueza de sentido acumulado que posee el texto. Es en definitiva un

sujeto avisado sobre la polisemia de lo que lee, y atento a los malos entendidos en que

le puede hacer caer el narrador, mediante estrategias desestabilizadoras y efectos de

ironía.

La presencia del narrador abarca todo desde el inicio al final. Desde una posición

privilegiada y un ángulo post-pascual, quiere mediante diferentes estrategias que el

lector perciba desde su mirada profunda los hechos. El primer comentario que realiza

el narrador (v, 31a) sobre la razón de retirarse Jesús y sus apóstoles a un lugar solitario

está cargado de ironía para el lector, el cual sabe por el contexto narrativo que

siempre que Jesús se ha retirado a lugares solitarios es por razones de conflicto y no

precisamente de comida. La razón de retirarse para comer no es la de Jesús, y el lector

se pregunta si ese comer puede tener otro sentido más profundo. A continuación el

narrador le hace cómplice de la búsqueda desesperada de la multitud, algo que no

conocen los personajes dentro de la historia contada. Esto aumenta el dramatismo de

la escena generando intriga. Desea que el lector mediante la focalización interna,

perciba lo que siente la multitud ante la ausencia de Jesús y sus apóstoles y corra junto

con ellos. El lector por su parte siente empatía con la multitud y está preparado de

este modo para lo que sigue, preguntándose acerca de cuál será la reacción de Jesús y

los que están con él.

Salen todos de la barca, pero el narrador mediante la focalización interna involucra

nuevamente a su lector. Esta vez le mete en la piel de Jesús, percibe el temblor de sus

entrañas en las cuales ya sabe que anida el Espíritu (1, 9-11), y familiarizado ya el que

lee, con la mirada de Jesús, espera que algo bueno suceda. Los ecos analépticos

(externos) del pastoreo de Yahvé en las Escrituras resuenan en la memoria del lector.

La enseñanza prolongada de Jesús no se la muestra el narrador, apelando de esta

manera a la capacidad del que lee para relacionarla, con las anteriores. Al relacionarla

va descubriendo el lector una riqueza de sentido que puede aprovechar y sacar

conclusiones.

Una vez que el narrador ha preparado a su lector para que vea las cosas desde el foco

adecuado, ahora le muestra la reacción de los discípulos, los cuales parecen haber

estado todo ese tiempo ausentes, a distancia. El orden narrativo es importante, ya que

de primero se menciona la indicación temporal y luego las acciones y palabras de los

discípulos. La temporalidad le es familiar al lector, sabe que está relacionada con la

incomprensión de los discípulos y no se sorprende ante la actitud negativa de estos. La

expresión que pone el narrador en boca de los discípulos es fuerte “despídelos” y hace

recordar lo ocurrido en 2,18-22 ya que es un término relacionado con el repudio de la

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100

esposa264. Al relacionar ambas escenas el lector descubre algo sorprendente: los que

habían sido llamados por Jesús (el novio) “amigos del novio” ahora quieren separar al

novio de la multitud. Todo esto provoca una nueva manera de ver y comprender la

identidad narrada del protagonista. No es solamente Mesías – Pastor, sino también

Mesías – Novio265.

En los versículos 35-37 aparece tres veces el verbo “comer” y la atención del lector

vuelve a centrarse sobre el tema de la comida provocando una regresión en su lectura

(al v, 31 e incluso a 6,8). La tensión narrativa es fuerte, y el que lee participa de ella

preguntándose ¿De qué manera los discípulos se han enterado que la multitud tiene

hambre? ¿Cómo es posible que Jesús les diga que den de comer a la multitud, cuando

antes les había prohibido llevar pan? El lector competente con el que dialoga el

narrador, sabe a nivel de analepsis externa que la comida puede tener un doble

sentido (Ex 16; Dt 8,2-3). Ya se le ha informado (v, 34) de que Jesús tras la conmoción

que experimentó en sus entrañas le había dado de comer a la multitud mediante el

pan de su enseñanza, ahora comprende el lector el sentido del comer, ya que una de

las principales tareas del pastor es apacentar a las ovejas. El imperativo de Jesús en el

v, 37 se encuentra en otro nivel que rebasa en mucho pero sin excluir el sentido básico

del comer. Parece que el narrador juega de manera polisémica con el comer y el lector

apto capta el sentido que le propone.

Si el pan es la enseñanza, la pregunta que el narrador pone en boca de Jesús (v, 38) no

es ilógica, ya que se está refiriendo al pan que les había dado en 3,13-14 y que ya

habían repartido en 6,12. La forma imperativa “id a ver” implica percepción, abrir los

ojos y darse cuenta que tienen un pan que ofrecer. La visión de Jesús (que comparte el

narrador) y la de los discípulos acerca del pan son opuestas y se encuentran en niveles

distintos. Cuando el lector se entera de la respuesta “cinco y dos peces” sabe, gracias

al narrador que le ha guiado y comunicado su punto de vista (sobre el pan) que la

suma de cinco más dos implica plenitud y totalidad. Posee una información acerca del

pan de la cual carecen los discípulos y es fácil darse cuenta que ese alimento muy bien

puede ser una figura, un símbolo velado del Reinado de Dios que ha venido

proclamando Jesús266. Esto solamente se puede discernir si se ha logrado comprender

el efecto del mal entendido y la carga de ironía que poseen los relatos bíblicos.

Lo anterior parece confirmarse esta vez a nivel proléptico, gracias a la escena en la que

una mujer sirofenicia pide que Jesús expulse el demonio de su hija 7,24-30. Es

264

Vicent Taylor, o.c., p. 377. “El verbo απολυω significa aquí “despedir”… como en 6,45; 8,3.9. En 10,2.4.11s significa separarse o divorciarse de la mujer.” 265

La cristología del Evangelio es rica en matices, y permite hablar de una cristología nupcial. 266Esto es lo más importante que he descubierto en el análisis narrativo que estoy aplicando. La razón que me ha llevado a relacionar el Pan con el Reinado de Dios, es que este último se menciona siete veces en todo el Evangelio 1, 1.14.15; 8,35; 10,29; 13,10; 14,9. Por lo tanto no es descabellado concluir que el Reinado de Dios se pueda comparar con el pan.

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101

significativo que Jesús según el narrador interprete dicha súplica como una petición de

Pan (7, 27), lo cual da paso a concluir que todos los beneficios del Reinado de Dios

(curación, exorcismos, predicación etc.), se encuentran condensados en el término

Pan.

Este Pan como figura del Reino es lo que ofrecerá Jesús a continuación para seguir

saciando el hambre de la multitud (v, 39-42). Según el narrador dicho Pan produce

reposo, hombres libres y esto lo muestra en el reclinarse de la multitud sobre la hierba

verde. Las ovejas tienen pastor, el cual los ha conducido a verdes pastos (Sal 23). Esa

multitud del inicio ahora se encuentra ordenada, gracias al Pan. Ecos de las

comunidades proféticas veterotestamentarias de tiempos de Elías y Eliseo surgen en el

lector que es invitado a relacionarlas 1 Reyes 18,13-13; 2 Reyes 2,3-7. Jesús toma el

Pan levanta sus ojos al cielo, un cielo que en el bautismo se había rasgado, y lo parte

dándoselo a los discípulos para que estos lo distribuyan entre la multitud. Con estos

gestos que pertenecen al clímax de la escena, el narrador hace comprender a su lector

que el Pan, el Reinado de Dios, es un don que por su plenitud (representada en los

cinco panes y dos peces = 7) debe alcanzar para todos, debe saciar el hambre de todos

y no debe por el contrario guardarse egoístamente para sí. Al contemplar la multitud

saciada, la tensión narrativa del lector decrece, y asiste a un desenlace feliz, por el

momento.

El lector es testigo cualificado de la escena, y ha asistido al momento culmen, al clímax,

al centro del relato, se identifica sin dificultad con Jesús, se ha distanciado un tanto de

los discípulos y se siente involucrado en el servicio a la multitud y reparte los panes

junto con los peces también. Tiene claro el modelo de identificación que le ha

propuesto el narrador, y conoce ahora la razón por la que, los que al inicio fueron

llamados apóstoles luego son llamados discípulos. La identidad narrada de éstos posee

muchos rasgos y los títulos que se les da pueden variar según la actitud positiva o

negativa que muestran. Cuando han repartido el pan del Reino se les llama apóstoles,

pero cuando se niegan a darlo, se les priva del título.

Por último en los v, 43-44 que pertenecen a la situación final le permiten evaluar las

proporciones de la abundancia del Pan. Es un Pan que por más que se consuma no se

agota y está disponible para cualquiera que se acerque, incluso para el lector actual del

Evangelio de Marcos. La abundancia no sorprende al lector del todo, que ya ha

escuchado la parábola del sembrador 4, 3-9 y sabe que la Palabra del Reino es una

semilla tan buena que puede romper, al encontrar tierra apta, todos los cálculos de la

lógica humana y producir fruto abundante267. El número de los saciados es enorme y

exagerado, cinco mil hombres y sin embargo doce son las canastas llenas de lo

267Aunque la parábola no lo dice explícitamente, pero si cabe suponer que la abundancia del fruto se refiere al trigo, entonces de nuevo aparecería vinculado al tema del Reinado de Dios la abundancia del alimento.

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102

sobrante. No es difícil para el que lee relacionar de modo analéptico este número con

el pueblo de Dios, con las tribus de Israel de la Antigua Alianza cuyo pan era el maná.

Este Pan si bien se ubica en continuidad con aquél es cualitativamente superior. Es un

Pan que poseen ya no solamente los doce, sino también toda la multitud saciada, es la

expresión de una Alianza Nueva que ha empezado con la cercanía del Reinado de Dios

predicado por Jesús.

El Pan está disponible en canastas, y de alguna manera deja inconcluso un relato que

parecía estarlo. De nuevo la intriga aparece en el lector que se plantea una vez más

interrogantes: ¿Qué harán con la abundancia sobrante? ¿Este alimento es sólo para los

saciados o también para alguien más? La intriga que le acompaño al entrar en esta

escena del mundo narrado de Marcos, la mantiene al salir de la misma para continuar

su lectura.

La trama que en una primera lectura parecía estar orientada a la acción (trama de

acción), ha resultado ser de Revelación. Los discípulos que pensaban no tener pan, que

desconocían la plenitud que les había sido dada (cinco y dos peces = 7) al llamarlos

Jesús en el monte y encargarles la misión de predicar el Reino, descubren que lo que

tienen es algo capaz de saciar a la multitud, sin agotarse del todo. Pero no solamente

ellos también el lector, ha conseguido saber el sentido profundo de ese Pan. Ese

conocimiento privilegiado orientará su lectura y le da criterio para evaluar críticamente

los episodios que siguen.

¿Ha logrado el narrador llevar al lector virtual de esta escena a compartir su punto de

vista? Sí, ya que mediante las estrategias que ha utilizado, logra transmitir su manera

de ver el Pan, permitiendo que su lector vea y evalúe las cosas a través de los ojos de

Jesús solamente. Al compartir el punto de vista de Jesús, se distancia el lector de los

discípulos, su sistema de valores es cuestionado y permite asumir otros, que son los

del Reinado de Dios. Si el Reino es Pan que se comparte, que alimenta, que genera

libertad y sacia la sed, debe posibilitar una sociedad nueva y recrearla. La mirada del

lector queda transformada y accede al sentido profundo del Pan. Por último cuando el

lector real y actual del Evangelio entra por su lectura en este relato, debe aspirar a

adquirir el rol del lector implícito y transformarse en lector competente, en sujeto

hermenéutico capaz de descifrar la profundidad y riqueza de sentido que se le ofrece

en este episodio, para traducirlo luego mediante una praxis nueva sustentada por un

sistema de valores que cuestiona los del entorno dejando al desnudo su falsedad.

Page 118: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

103

5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el

texto?

Desafío hermenéutico para el lector actual

No crea el lector de este trabajo investigativo que la riqueza de sentido que posee la

escena de los panes ha quedado clausurada. La opción exegética de emplear algunos

elementos del análisis narrativo, así como la hermenéutica del texto que ha guiado en

todo momento dicho análisis, no lo permiten. Si la analepsis tanto interna como

externa se ha mostrado útil para profundizar y dialogar con el texto, queda pendiente

para posteriores estudios toda la gama de relaciones prolépticas (por ejemplo: ¿Qué

relación tiene este Pan con la cena Eucarística de Mc 14,22-25?) que existen entre el

texto comentado con escenas posteriores a nivel del macro-relato.

Por otro lado es necesario volver a leer una y otra vez el texto bíblico, no sólo de

manera circular, sino sobre todo espiral. A veces da la impresión que el comentarista

una vez ha comentado un versículo ya no vuelve a él en su análisis, como si el proceso

de lectura no le pidiera profundizar más lo que en su momento escribió. Se necesita

una forma de proceder, que permita la relectura en el mismo trabajo exegético, y dejar

constancia de los resultados obtenidos en la misma. El sentido del texto analizado

narrativamente permanece como un manantial abierto, ¿Será el lector del presente

trabajo investigativo capaz de continuar bebiendo de él? Y más aún ¿Será capaz de

vivirlo mediante una praxis renovada en su propio mundo?

Page 119: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

104

II. CONCLUSIONES

Al finalizar el análisis y estudio sistemático del método narrativo e identidad cristiana

se logró llegar a las conclusiones siguientes:

1. El análisis narrativo es fundamental porque constituye un valioso instrumento

metodológico para la interpretación de la Sagrada Escritura, al profundizar

aspectos descuidados por los métodos tradicionales histórico-críticos. La

posmodernidad constituyó un giro hermenéutico-exegético, al plantear

preguntas a los textos que no eran usuales en la investigación exegética. Las

nuevas teorías crítico-literarias provocaron un paso del qué al cómo

favoreciendo de este modo un cambio profundo en los estudios bíblicos. Los

textos sagrados que durante toda la modernidad habían sido considerados

como ventanas que permitían entregarse a observaciones históricas del

pasado, se consideraron más bien como espejos, porque reflejan una visión de

mundo, un mundo posible que reclama ser actualizado mediante procesos de

identificación, apropiación y actualización por parte de un lector competente.

Para la tarea exegética practicada desde los años 70 en América Latina, el

análisis narrativo constituye una renovación a nivel metodológico268, ya que es

un recurso pastoral de valor inestimable para los sectores marginados, que

tratan de recrear en su propio mundo el mundo narrado de los Evangelios

como escenario privilegiado de la acción profético-escatológica de Jesús al

servicio del Reinado de Dios269.

2. La exégesis narrativa es trascendental para configurar la identidad cristiana del

lector del Evangelio de Marcos, porque al determinar la manera en que el

narrador ha caracterizado a sus personajes posibilita, tanto la identificación con

unos, así como el distanciamiento de otros. Jesús constituye el modelo

fundamental de identidad para el lector, al igual que los personajes menores

que pueblan el mundo narrativo. Los doce son personajes que muestran más el

lado negativo del discipulado que el positivo, no logran comprender a Jesús ni

su proyecto.

268

Así lo afirmaba el gran biblista chileno Pablo Richard en un dialogo que sostuve con él, en el cual le di a conocer mi intención de hacer una tesis sobre el método narrativo aplicado al Evangelio de Marcos. Sus palabras fueron muy alentadoras para mí y constituyeron un reto no solo para hacer mi trabajo investigativo, sino también para seguir enseñando a personas de todo nivel (tanto empresarios como gente de asentamientos y aldeas) el arte narrativo que contienen los Evangelios y los pasos metodológicos para interpretarlos de manera creativa. 269Hay algunos exegetas como Armando Noguez que ven en el método narrativo un instrumento pastoral que puede ser aprendido por comunidades cristianas de todo nivel, ya que es un método en el que se combina sencillez y cientificidad. Según este autor, es un procedimiento exegético que goza de amplia aceptación entre los agentes de pastoral en México y otros lugares de América Latina.

Page 120: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

105

3. Existe continuidad entre la narración oral de la historia de Jesús realizada en el

seno de las comunidades marcanas y el Evangelio escrito. La cuidada

composición narrativa que posee el Evangelio de Marcos, no es fruto

solamente de los redactores últimos, sino también de todos los narradores

intermedios, porque con su manera de contar y actualizar la memoria de Jesús,

contribuyeron a que la obra final tenga una trama organizada minuciosamente

y con hilos conductores claros y precisos. Dentro de todo este proceso de

tradición narrativa, el factor hermenéutico nunca estuvo ausente. Puesto que

cada representación oral llevada a cabo por los narradores de las comunidades

marcanas, ya sea de una parábola o de un signo realizado por Jesús, desde el

momento en que tomaba en cuenta la situación de los destinatarios en la

manera de contar, era fundamentalmente una labor hermenéutica que

implicaba necesariamente la subjetividad de estos (narradores y oyentes) y de

todos aquellos, que contribuyeron a la redacción final del Evangelio de Marcos

tal y como lo tenemos hoy. Se puede por tanto decir con toda seguridad que el

proceso de tradición y redacción de un escrito hecho en el seno de las

comunidades, es un proceso hermenéutico.

4. El narrador como instancia hermenéutica extradiegética, es primordial para la

comprensión total de la trama narrativa de Marcos por parte del lector. Goza

de omnisciencia, es portavoz del punto de vista cristológico de la comunidad,

creyente profundo, conocedor de la memoria cultural de Israel codificada en

los escritos veterotestamentarios. Su función es de carácter mistagógico puesto

que introduce al lector en el insondable misterio de la identidad filial y

mesiánica de Jesús.

5. Desde una perspectiva estrictamente pastoral, la aplicación del método

narrativo concede al ejercicio exegético un carácter dialogal profundo,

respondiendo de esta manera al requerimiento de no separación entre

exégesis y teología propuesta por el Papa Benedicto XVI en la Verbum Domini.

No separa por lo tanto exégesis científica y hermenéutica de la fe, en la

interpretación del Evangelio de Marcos. El lector más que un estudioso es un

hermeneuta con identidad sacramental y eclesial, que contribuye en

cooperación con el narrador a construir el sentido teológico de los textos en su

proceso de lectura.

6. El sentido de los textos no es algo obvio y fácil de percibir en una primera

lectura. Se encuentra solamente dentro del contexto total del Evangelio de

Marcos, ya que el Evangelio es fruto de un proceso constante de relectura. Una

estrategia determinante que ha utilizado Marcos es la del final abierto. Esto

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106

obliga al lector a no realizar una lectura lineal sino espiral. El comienzo remite

de este modo al final y el final remite al comienzo, en una implicación

permanente y nunca agotada de sentido.

7. La aplicación de la propuesta metodológica a Mc 6,30-44 ha permitido

determinar que existe un lector competente, ideado por el narrador, capaz de

comprender en su integralidad el Evangelio de Marcos, esto constituye un reto

permanente para el lector actual del mismo. Se logró constatar también que el

Pan en Mc 6,30-44 posee una dimensión simbólica relacionada con el tema

del Reinado de Dios. Esta es la perspectiva desde la que el narrador lo ve. Las

estrategias analépticas y de focalización interna han posibilitado tal relación.

8. El contexto narrativo difiere sustancialmente del contexto literario utilizado por

la exégesis histórico-crítica, puesto que mientras este último recopila datos,

dejando intacto al lector en sus emociones, el narrativo tiene la finalidad de

situar al lector, de predisponerlo para responder afectivamente involucrándolo

en la trama.

9. Para la Cristología el método narrativo es fundamental, porque ayuda a

discernir cuestiones relacionadas con la conciencia filial de Jesús. La estrategia

de focalización interna que usa el narrador de Marcos, permite acceder de

manera válida a su punto (el de Jesús) de vista, logrando determinar de este

modo rasgos de su autoconciencia y misión.

10. El método narrativo no es un fin en sí mismo, sino un medio para acceder a la

verdad cristológica narrada en los Evangelios. Posee por lo tanto límites y

necesita de otros métodos como el histórico-crítico y el semiótico para ampliar

sus miras y contribuir al dialogo permanente entre Dios y su Pueblo. La

complementariedad metodológica propuesta por la Pontificia Comisión Bíblica

en el Documento sobre la Interpretación de la Biblia en la Iglesia, constituye

una empresa irrenunciable, donde la descalificación de un método y la

absolutización de otro no son posibles.

Page 122: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

107

III. RECOMENDACIONES

De acuerdo a lo concluido anteriormente, se proponen las recomendaciones

siguientes:

1. Promover el análisis narrativo dentro del conjunto de metodologías básicas a

nivel exegético-hermenéutico, para el estudio profundo de los Evangelios por

parte de maestros dedicados a la enseñanza de algunas áreas teológicas como

la Cristología, Mariología, Antropología teológica, ética cristiana, catequética,

Evangelios sinópticos y Juan. Con el propósito de fundamentar adecuadamente

el discurso teológico bíblico que se encuentra en la base de estos tratados,

evitando acercamientos a los Evangelios marcados por el utilitarismo, el

fundamentalismo, puntualismo, moralismo y actualismo bíblicos.

2. Integrar algunos elementos del método narrativo como la focalización,

contexto narrativo, caracterización de los personajes, efectos irónicos y

retóricos (crítica de la respuesta del lector), en el ejercicio de lectura orante,

dialogal (Lectio Divina) de los Evangelios, para fortalecer la preparación de

guiones destinados a la predicación, por parte de homiletas, predicadores,

celebradores de la Palabra y catequistas.

3. Impulsar la visión Católica de la Biblia tal y como lo exige la Verbum Domini del

Papa Benedicto XVI (VD n. 32), mediante la creación de manuales exegético-

pastorales, que inicien al análisis narrativo, destinado a grupos, apostolados,

ministerios, agentes de las diferentes pastorales que se encuentren dentro del

ámbito Arquidiocesano de la ciudad de Guatemala. Con la finalidad de

sensibilizarlos sobre la necesidad de superar la lectura ingenua de los

Evangelios y la conveniencia de leerlos de manera metódica, de acuerdo a los

requerimientos del Documento “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” de

la Pontificia Comisión Bíblica (PCB I, A-B).

4. Que la Universidad Rafael Landívar, o empresarios cristianos, propicien la

creación de un Instituto bíblico que promueva carreras académicas (diplomado,

técnico y licenciatura) que partiendo del método semiótico y narrativo como

ejes fundamentales, articulen e integren en una visión global y coherente las

diferentes metodologías exegéticas y ramas teológicas, orientándolas a generar

especialistas en enseñanza bíblico-teológica, predicación, catequética,

animación de círculos de reflexión y actualización de la Sagrada Escritura, a

nivel pastoral y social, teniendo en cuenta el reto pastoral expresado en el

Documento de Aparecida, sobre la animación bíblica de toda la pastoral,

entendida como escuela de interpretación y conocimiento de la Palabra Divina.

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108

IV. BIBLIOGRAFIA

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A. CUADRO: CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

Año 2011

1ºBimestre 2ºBimestre 3ºBimestre 4ºBimestre

Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre

1 Proyecto de protocolo de tesis

Revisión de tesis de la Facultad de Teología

Fuente secundaria: Revisión y Selección de

información bibliográfica actualizada

Marco Contextual o General

1. Planteamiento del problema 2. Objetivos 3. Alcances y limites 4. Aportes

Metodología

1. Sujetos 2. Instrumentos de observación 3. Procedimientos

Fuente Primaria: Aplicación del método inductivo,

Técnica de Observación directa en los diversos

movimientos parroquial y ministerios laicales.

Redacción del Marco Teórico

Propuesta metodológica para aplicar algunos

elementos del análisis narrativo a Marcos 6,30-44

mediante técnicas específicas.

Redacción de conclusiones y recomendaciones.

Revisión preliminar

Asesoría especifica: Asesor de tesis

Revisión de redacción y estilo

Revisión de tesis por parte de la terna

examinadora propuesta

Defensa de Tesis.

Redacción final

ACTIVIDAD

DES

FECHA

Diseñado por: Nelson García 2011,

Page 127: ME TODO NARRATIVO E IDENTIDAD EN Mc 6,30 -44

112

B. ESQUEMA: Proceso del análisis narrativo

Autor Real

Lector Real

Lector Implícito

Autor Implícito Narratario Narrador

Focaliza

ción

Historia contada

Trama

Voz

Narrativa

Tiempos

Narrativos

Escenarios

Personajes

Hilos

Narrativos

Relato

Comentarios implícitos

Comentarios explícitos

Diseñado por: Nelson García 2011, Elaborado por Juan Alberto Casas Ramírez 2010