máximas capitales, epicuro

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Máximas Capitales, Epicuro Álvaro Moreno Vallori 2 de Abril de 2010 Para Epicuro, la felicidad es la ausencia de dolor físico y la liberación con respecto de las pasiones, esto es, la imperturbabilidad o ataraxia. Es decir, la felicidad se concibe como un estado de estabilidad. Con respecto a los dioses, en las Máximas Capitales nos dice: “¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen, ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.” Con esto, se diferencia del pensamiento de sus coetáneos, en que encuentra a los dioses (si los hay) completamente alejados del ser humano, pues pensaba que las personas les atribuyen características que ven en ellos mismos, y sin embargo, que no serían propias de los dioses. Asimismo, se presenta en cierto sentido como un agnóstico, puesto que no tiene medios para averiguar si hay o no hay dioses. Epicuro es un representante del hedonismo, pero en su vertiente “ racional”, es decir, la feli- cidad se alcanza viviendo en continuo placer, pero sin entender el placer como se hace usualmente, esto es, como placer sensual. En cambio, concebía el placer como la ausencia de dolor, como hemos comentado anteriormente. También realizó una interesante división de los deseos, en deseos naturales y necesarios (co- mida, bebida, abrigo, seguridad), deseos naturales e innecesarios (conversación, sexo, arte) y deseos innaturales e innecesarios (fama, poder, prestigio). En cuanto a esta división, explicó que los pri- meros deben satisfacerse de una forma económica, que los deseos naturales e innecesarios se pueden perseguir, de una manera moderada, siempre que no se arriesguen los anteriores, y que deben evitarse los deseos innaturales e innecesarios. Así, aparece un concepto fundamental, que es la prudencia, esto es, el discernimiento de los diferentes placeres y la capacidad de saber a cuales dar prioridad, lo cual nos acerca con más facilidad a una vida feliz. Otro concepto importante es el de la autarquía, es decir, la propia autosuficiencia para ser feliz, independizándose todo lo posible de necesidades y placeres externos. En concreto, podemos apreciar esto en los siguientes fragmentos, de nuevo de las Máximas Capitales: “El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.” “El hombre es rico desde que se ha familiarizado con la escasez.” “¿Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.”

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Page 1: Máximas Capitales, Epicuro

Máximas Capitales, Epicuro

Álvaro Moreno Vallori

2 de Abril de 2010

Para Epicuro, la felicidad es la ausencia de dolor físico y la liberación con respecto de laspasiones, esto es, la imperturbabilidad o ataraxia. Es decir, la felicidad se concibe como un estadode estabilidad. Con respecto a los dioses, en las Máximas Capitales nos dice:

“¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo.

Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen, ni se ocupan ni se preocupan

de nosotros.”

Con esto, se diferencia del pensamiento de sus coetáneos, en que encuentra a los dioses (si los hay)completamente alejados del ser humano, pues pensaba que las personas les atribuyen característicasque ven en ellos mismos, y sin embargo, que no serían propias de los dioses. Asimismo, se presentaen cierto sentido como un agnóstico, puesto que no tiene medios para averiguar si hay o no hay dioses.

Epicuro es un representante del hedonismo, pero en su vertiente “racional”, es decir, la feli-cidad se alcanza viviendo en continuo placer, pero sin entender el placer como se hace usualmente,esto es, como placer sensual. En cambio, concebía el placer como la ausencia de dolor, como hemoscomentado anteriormente.

También realizó una interesante división de los deseos, en deseos naturales y necesarios (co-mida, bebida, abrigo, seguridad), deseos naturales e innecesarios (conversación, sexo, arte) y deseosinnaturales e innecesarios (fama, poder, prestigio). En cuanto a esta división, explicó que los pri-meros deben satisfacerse de una forma económica, que los deseos naturales e innecesarios se puedenperseguir, de una manera moderada, siempre que no se arriesguen los anteriores, y que deben evitarselos deseos innaturales e innecesarios. Así, aparece un concepto fundamental, que es la prudencia,esto es, el discernimiento de los diferentes placeres y la capacidad de saber a cuales dar prioridad,lo cual nos acerca con más facilidad a una vida feliz.

Otro concepto importante es el de la autarquía, es decir, la propia autosuficiencia para ser feliz,independizándose todo lo posible de necesidades y placeres externos. En concreto, podemos apreciaresto en los siguientes fragmentos, de nuevo de las Máximas Capitales:

“El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueñodel mundo.”

“El hombre es rico desde que se ha familiarizado con la escasez.”

“¿Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.”

Page 2: Máximas Capitales, Epicuro

Efectivamente, el deseo, y en particular el deseo económico, depende de muchas variables lascuales no podemos decidir (sobre todo si siempre deseamos “lo mejor”), de manera que es complicadollegar a tener siempre lo que se quiere. Sin embargo, se pueden modificar los intereses de uno mismo(esta capacidad no es en absoluto común a todos los individuos, o no en el mismo grado al menos),de manera que no se busque lo económico, independizándose a si de la fortuna externa.