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les empresas. Alrededor de- esos sectores y de esos núcleos urbanos se reorganiza una economía dual donde el atraso y la marginación amenazan con no ser transitorios, sino claramente estructurales, de modo que para que existan esos (minoritarios) polos avanzados se precisa de una mayoría de sectores sociales y de zonas territoriales que esperen vanamente el efecto difusor de una dinámica que, sin embargo, les excluye de la distribución de ese crecimiento. Cuando se alude a un rápido crecimiento económico con tasas medias del 10% anual en la industria, de rentas que se elevan, de salarios dinámicos, etcétera, no puede dejar de preguntarse para qué parte de la población es ese cre- cimiento y esas rentas. Extensión del nepotismo También el tema de la corrupción admite algunas aclaraciones. Existe una extensa y variada gama de prácticas nepóticas, irregulares o simplemente ilegales en el seno del aparato del partido y de la Adminis- tración. Ellos son los corrompidos, pero ¿quiénes son los corruptores?, ¿quiénes con simples contactos son los que consiguen la concesión de autorizaciones para importaciones o exportaciones, para la instalación de nuevas empresas, para la insta- lación de servicios u operaciones financieras o para la realización de actividades comerciales? Pues pa- rece claro que son los comerciantes internos y externos, los financieros recién aterrizados, el capital de empresas mixtas o nacinales y otros vencedores en el apoyo de la reforma. La rebelión está arremetiendo contra un poder omnímodo y despó- tico, pero está menos claro que la reforma económica china se deba valorar sólo por sus resultados posi- tivos y que los negativos se atribu- yan a los obstáculos de la burocra- cia y del viejo orden. Ese orden está condenado a desaparecer, pero la reforma económica se encuentra en un momento delicado y requiere de cambios sin los cuales el orden emergente significará la renuncia histórica al contenido social defen- dido por la revolución china desde sus comienzos hace 50 años. Marx no estuvo nunca allí El país más poblado, entre dos agua Los disturbios estudiantiles -¿por qué en mayo?- ponen sobre el tapete la delicada tesitura del comunismo chino: cómo cambiar el sistema sin mover sus dirigentes. Para comprender tal encaje de boli- llos político es preciso referirse a una mentalidad que se remonta más allá de nuestra era. Cualquiera que haya leído a los clásicos chinos se habrá percatado de que la ambigüedad, la sutileza y LUIS RACIONERO las medias tintas son consustancia- les a su mentalidad. También habrán notado que la intención de la filosofía china es su aplicación directa a la vida. La ambigüedad taoísta -donde la noche empieza a mediodía- ha llegado a la econo- mía en lo que Deng Xiaoping llama "socialismo con características chi- nas". Si esto es un nuevo sistema económico o un eufemismo para cubrir el paso al capitalismo, el tiempo lo dirá; de momento la retó- rica nada entre dos aguas con frases como esta: "La línea ideológica for- mulada en el 110. Comité Central es integrar el marxismo a las condicio- nes chinas, llegar a la verdad a tra- vés de los hechos, ligar teoría con praxis y proceder a partir la reali- dad". Esto quiere decir introducir el mecanismo de precios y el mercado en vista de que la planificación ha fracasado. Y añade en el colmo del chinismo: "En otras palabras, la línea es adherirse a la esencia del pensamiento del camarada Mao Zedong", que si levantara la cabeza vería el Kentuky Fried Chiken justo delante de su mausoleo. Deng afirma que, según el marxismo, una sociedad comunista es una socie- dad en la cual existe considerable 13

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Page 1: Marx no estuvo nunca allí - COnnecting REpositoriescapitalismo y la democracia. Hace 15 años escribí en Triunfo un artículo titulado Del Tao a Mao, donde afirmaba, en vida de Mao

les empresas. Alrededor de- esossectores y de esos núcleos urbanosse reorganiza una economía dualdonde el atraso y la marginaciónamenazan con no ser transitorios,sino claramente estructurales, demodo que para que existan esos(minoritarios) polos avanzados seprecisa de una mayoría de sectoressociales y de zonas territoriales queesperen vanamente el efecto difusorde una dinámica que, sin embargo,les excluye de la distribución de esecrecimiento. Cuando se alude a unrápido crecimiento económico contasas medias del 10% anual en laindustria, de rentas que se elevan,de salarios dinámicos, etcétera, nopuede dejar de preguntarse paraqué parte de la población es ese cre-cimiento y esas rentas.

Extensión del nepotismo

También el tema de la corrupciónadmite algunas aclaraciones. Existeuna extensa y variada gama deprácticas nepóticas, irregulares osimplemente ilegales en el seno delaparato del partido y de la Adminis-tración. Ellos son los corrompidos,pero ¿quiénes son los corruptores?,¿quiénes con simples contactos sonlos que consiguen la concesión deautorizaciones para importacioneso exportaciones, para la instalaciónde nuevas empresas, para la insta-lación de servicios u operacionesfinancieras o para la realización deactividades comerciales? Pues pa-rece claro que son los comerciantesinternos y externos, los financierosrecién aterrizados, el capital deempresas mixtas o nacinales y otrosvencedores en el apoyo de lareforma.

La rebelión está arremetiendocontra un poder omnímodo y despó-tico, pero está menos claro que lareforma económica china se debavalorar sólo por sus resultados posi-tivos y que los negativos se atribu-yan a los obstáculos de la burocra-cia y del viejo orden. Ese orden estácondenado a desaparecer, pero lareforma económica se encuentra enun momento delicado y requiere decambios sin los cuales el ordenemergente significará la renunciahistórica al contenido social defen-dido por la revolución china desdesus comienzos hace 50 años.

Marx no estuvonunca allíEl país más poblado, entre dos agua

Los disturbios estudiantiles -¿porqué en mayo?- ponen sobre eltapete la delicada tesitura delcomunismo chino: cómo cambiar elsistema sin mover sus dirigentes.Para comprender tal encaje de boli-llos político es preciso referirse auna mentalidad que se remontamás allá de nuestra era.

Cualquiera que haya leído a losclásicos chinos se habrá percatadode que la ambigüedad, la sutileza y

LUIS RACIONERO

las medias tintas son consustancia-les a su mentalidad. Tambiénhabrán notado que la intención dela filosofía china es su aplicacióndirecta a la vida. La ambigüedadtaoísta -donde la noche empieza amediodía- ha llegado a la econo-mía en lo que Deng Xiaoping llama"socialismo con características chi-nas". Si esto es un nuevo sistemaeconómico o un eufemismo paracubrir el paso al capitalismo, eltiempo lo dirá; de momento la retó-rica nada entre dos aguas con frasescomo esta: "La línea ideológica for-mulada en el 110. Comité Central esintegrar el marxismo a las condicio-nes chinas, llegar a la verdad a tra-vés de los hechos, ligar teoría conpraxis y proceder a partir la reali-dad". Esto quiere decir introducir elmecanismo de precios y el mercadoen vista de que la planificación hafracasado. Y añade en el colmo delchinismo: "En otras palabras, lalínea es adherirse a la esencia delpensamiento del camarada MaoZedong", que si levantara la cabezavería el Kentuky Fried Chiken justodelante de su mausoleo. Dengafirma que, según el marxismo, unasociedad comunista es una socie-dad en la cual existe considerable

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Page 2: Marx no estuvo nunca allí - COnnecting REpositoriescapitalismo y la democracia. Hace 15 años escribí en Triunfo un artículo titulado Del Tao a Mao, donde afirmaba, en vida de Mao

ACTUALIDAD----------~(

opulencia. Sólo desarrollando lasfuerzas productivas hacia la opu-lencia se puede llegar al comu-nismo; y esa etapa productiva es elsocialismo. Como la primera priori-dad es producir y los métodos ensa-yados hasta ahora no lo consiguie-ron, Deng ha decidido aplicar elmétodo capitalista del mercado a laproducción. Pero, y aquí comienzanlas ambigüedades, no a la distribu-ción, porque si abandonaran la dis-tribución de la renta al mecanismodel mercado, sólo un 10% de lapoblación se beneficiaría del pro-greso y se producirían desigualda-des. El socialismo con característi-cas chinas consiste, pues, en sercapitalistas en la producción ycomunistas en la distribución.

Miltqn Friedman, que estuvo enseptiembre en Pekín, les ha recor-dado que si se vulnera el sistema deprecios en la distribución, no exis-ten incentivos para la innovación,para el ahorro, ni para que el ahorropase a capital. La solución deFriedman es privatizar para que elmecanismo de precios asigne efi-cazmente los recursos. Después detodo, afirma, el 10%de privilegiadosque teme Deng con el sistema capi-talista ya existe en el actual sistema,son los burócratas que se oponen ala privatización, como antaño lo fue-ron los mandarines. Es evidente quela economía de mercado reducirá elpoder de los burócratas y que no hayotro camino que pechar con eseprecio político contra las ventajaseconómicas.

El astrofísico Fang Lizhi, dis-idente oficial de China, dice que elpartido se enfrenta con un gravedilema: con la reforma verá dismi-nuir su poder, pero sin reforma per-derá el poder aún más deprisa; yDeng Xiaoping afirma: "Sin reforma,China no tiene salida, se convertiríaen un país subdesarrollado y final-mente vulnerable desde el punto devista de seguridad".

Dos sistemas

Así como para conseguir indepen-dencia política y fuerza militar-para acabar con la intervenciónextranjera-, China necesitó el co-munismo, tras intentar sin éxito elliberalismo con Sun Yatsen; ahora,para conseguir desarrollo econó-

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mico y nivel de vida, necesita elcapitalismo, tras intentar la planifi-cación con Mao. ¡Admirable eclec-ticismo éste de China!, no le pre-ocupa usar un sistema para serindependiente, y otro, ideológica-mente opuesto, para ser rico. Des-pués de todo, los sistemas sonmedios y el fin es China, su poder ysu progreso. ¿Cabe actitud mássabia? Y si no lo creen ustedes,puedo citar otro ejemplo de estamentalidad, el discurso de DengXiaoping a la delegación de HongKong en junio de 1984, titulado Unpaís, dos sistemas, lo cual significa:"Dentro de la República PopularChina, el continente con sus 1.000millones de habitantes mantendráel sistema socialista, mientras queHong Kong y Taiwan continuaránbajo el sistema capitalista".

Es evidente que esas dos regionespueden desempeñar en el desarrolloeconómico de China el mismo papelque tuvieron en España Euskadi yCataluña, y que Deng está dis-puesto a pasar por alto el pequeñodetalle de sus sistemas capitalistascon tal de beneficiarse de los efec-tos de ambos como focos de difu-sión de innovaciones que irradiaránconocimientos, tecnolog'ía yempre-sarios hacia el continente chino,necesitado de ellos.

Todo esto puede sonar absurdo auna mentalidad europea, educadaen el dualismo cartesiano y la lógicaaristotélica, pero para juzgar lasposibilidades de esta vía china hayque hacerlo desde la mentalidadchina, no desde la nuestra. Y esamentalidad es precisamente noaristotélica y dialéctica: Hegel tomóla idea de tesis y antítesis en eltaoísmo chino, donde ying se trans-forma en yang -la noche en día, lonegro en blanco, la tesis en antíte-sis, el comunismo en capitalismo, yviceversa-o El pensamiento chinoes dialéctico desde el siglo VI antesde Cristo y quizá antes, cuando seelaboró el famoso I Chingo Libro delos Cambios, con su avanzada com-binatoria binaria que fascinara aLeibnitz. Heráclito fue el últimopensador occidental que coincidiócon ese pensamiento fluido quesería abolido por Parménides y Pla-tón. Para los chinos los conceptosopuestos no son mutuamente ex-cluyentes. Yasí, las cuatro modemi-

zaciones -o desarrollo económicoa la capitalista- y los cuatro prin-cipios -o conservación del mono-polio del poder político por elPartido- se armonizan en unafusión de opuestos en la más puravena taoísta. Quedan descartadasinvoluciones izquierdistas, tipo re-volución cultural y planificación ala soviética, y derechistas hacia elcapitalismo y la democracia.

Hace 15 años escribí en Triunfoun artículo titulado Del Tao a Mao,donde afirmaba, en vida de Mao yen plena revolución cultural, que loschinos eran taoístas antes quemaoístas -el propio Mao consul-taba el 1 Ching- y que 5.000 añosde mentalidad no aristotélica no seborran en 30 de marxismo reciénaprendido. No me importa tanto elcumplimiento de mi prediccióncomo recordar el fanatismo y labobera con que nuestros incorregi-bles dinosaurios progreselogiaron aMao -como antes habían idolizadoa Lenin y el comunismo ruso-, y ellatazo que tuvimos que soportar enla universidad. Molesta pensar quea una sórdida lucha por el poder,como fue la revolución cultural, laaceptaran como un glorioso expe-rimento para llegar a la sociedadideal, que confundieran un dictadorfanático envejecido con un refor-mador desinteresado y a la ineluc-table oligarquía de burócratas conuna sociedad sin clases.

Como europeos aristotélicos pe-diríamos que si China reconoce elfracaso del comunismo para elevarel nivel de vida -como lo reconoceya hasta la misma URSS-, lo quedebería hacer el partido comunistaes decirlo, dimitir y que venganotros. Pero no puede ser. Para empe-zar, no hay otros. Además, el pro-blema característico de China esordenar la convivencia de unaenorme masa demográfica, yeso esmuy delicado. No pueden desmon-tar el sistema de golpe, deben pro-ceder gradualmente, apoyándoseen las estructuras existentes. Yparaeso están perfectamente entrena-dos por su mentalidad taoísta; meremito a la deliciosa frase de HuYaobang, uno de los artífices de lareforma: "Marx nunca vio una bom-billa', Engels nunca vio un avión, yninguno de los dos estuvo nunca enChina".