marsé a través de sus personajes especiales elmundo

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Acceso usuarios Entrevista Crudo y sincero Barcelona El Cervantes LOS PERSONAJES DE MARSÉ «Creíbles, cercanos y veraces» por VIRGINIA HERNÁNDEZ «No me considero un intelectual, solamente un narrador [...]. Bastante trabajo me da mantener en pie a los personajes, hacerlos creíbles, cercanos y veraces». Los lectores de Juan Marsé, los que conocen a Montse, al Pijoaparte o a la criada Maruja como compañeros de muchos momentos de silencios, seguro que creen que lo logra. Que los perdedores, los soñadores o los cínicos creados por el autor de 'El embrujo de Shanghai', el libro del que se cumplen ahora 20 años y que fue Premio Nacional de la Crítica, son «creíbles, cercanos y veraces». Aquellas palabras, pronunciadas en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares en 2009 cuando recibió el Premio Cervantes, iban incluidas en un discurso [ver en pdf] en el que pudimos conocer con mayor profundidad a uno de los escritores con más éxito de nuestro país. Un hombre al que, creíamos, podíamos adivinar sólo con el análisis de sus criaturas. Una quimera. «Con respecto al trabajo mantengo algunos principios, pocos, que bien podrían resumirse en dos: procura tener una buena historia que contar, y procura contarla bien, es decir, esmerándote en el lenguaje; porque será el buen uso de la lengua, no solamente la singularidad, la bondad o la oportunidad deltema, lo que va a preservar la obra del moho del tiempo». Imaginación o memoria, quién sabe qué rellena las tripas de estos personajes. Unos, además, que van de la posguerra a la Transición y que vuelven a los años difíciles, no importa la década en la que se escriban: «Fue el vuelo solitario de la imaginación en los primeros tanteos de la escritura, cuando todavía el aprendiz de escritor no se propone reflejar la vida, porque la realidad no le interesa ni la entiende,y lo que hace es imitar y copiar a los autores que lee». Aunque Marsé prefiere comenzar con 'Últimas tardes con Teresa' (1966), donde vive aquel personaje llamado Pijoaparte que todos convirtieron en su álter ego, su primera novela fue 'Encerrados con un solo juguete' (1960), la obra en la que aparecen tres chavales de posguerra: Andrés, Climent y Martín, todos sin padre, cada uno por una causa, que se asemeja mucho a sus vivencias. La contienda, la que hace callar a sus mayores, es para los niños un fantasma que les hace vivir un presente de tambaleos y un futuro bastante incierto. Pero él cuenta lo que experimenta, sin críticas armadas entre líneas. «Confieso que no me habría disgustado satisfacer aquellas expectativas [se refiere a las de sus compañeros burgueses de la editorial Seix Barral, de convertirse en el paradigma del escritor obrero], entregar la gran novela sobre la clase obrera de Barcelona de la postguerra. Pero lo que yo entonces deseaba de verdad, era abandonar el trabajo «Con respecto al trabajo mantengo algunos principios, pocos, que bien podrían resumirse en dos: procura tener una buena historia que contar, y procura contarla bien, es decir, esmerándote en el lenguaje». Juan Marsé, en su discurso del Cervantes (23.04.2009) «Porque yo soy ante todo un escritor de ãcciones, un amante incondicional de la fabulación. [...] Imaginación y memoria, para el escritor, son dos palabras que van siempre entrelazadas». Juan Marsé, en su discurso del Cervantes (23.04.2009) Día de Sant Jordi de 2011, en la ãrma de 'Caligrafía de los sueños', su última novela. | Foto: Joan Manuel Baliellas Personajes

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Page 1: Marsé a través de sus personajes   especiales   elmundo

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Entrevista Crudo y sincero Barcelona El Cervantes

LOS PERSONAJES DE MARSÉ

«Creíbles, cercanos y veraces»por VIRGINIA HERNÁNDEZ

«No me considero un intelectual, solamente un narrador [...]. Bastante trabajo me damantener en pie a los personajes, hacerlos creíbles, cercanos y veraces». Loslectores de Juan Marsé, los que conocen a Montse, al Pijoaparte o a la criada Marujacomo compañeros de muchos momentos de silencios, seguro que creen que lologra. Que los perdedores, los soñadores o los cínicos creados por el autor de 'Elembrujo de Shanghai', el libro del que se cumplen ahora 20 años y que fue PremioNacional de la Crítica, son «creíbles, cercanos y veraces».

Aquellas palabras, pronunciadas en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá deHenares en 2009 cuando recibió el Premio Cervantes, iban incluidas en un discurso[ver en pdf] en el que pudimos conocer con mayor profundidad a uno de losescritores con más éxito de nuestro país. Un hombre al que, creíamos, podíamosadivinar sólo con el análisis de sus criaturas. Una quimera. «Con respecto al trabajomantengo algunos principios, pocos, que bien podrían resumirse en dos: procuratener una buena historia que contar, y procura contarla bien, es decir,esmerándote en el lenguaje; porque será el buen uso de la lengua, no solamente lasingularidad, la bondad o la oportunidad del tema, lo que va a preservar la obra delmoho del tiempo».

Imaginación o memoria, quién sabe qué rellena las tripas de estos personajes. Unos,además, que van de la posguerra a la Transición y que vuelven a los años difíciles,no importa la década en la que se escriban: «Fue el vuelo solitario de la imaginaciónen los primeros tanteos de la escritura, cuando todavía el aprendiz de escritor no sepropone reflejar la vida, porque la realidad no le interesa ni la entiende, y lo quehace es imitar y copiar a los autores que lee». Aunque Marsé prefiere comenzarcon 'Últimas tardes con Teresa' (1966), donde vive aquel personaje llamadoPijoaparte que todos convirtieron en su álter ego, su primera novela fue 'Encerradoscon un solo juguete' (1960), la obra en la que aparecen tres chavales de posguerra:Andrés, Climent y Martín, todos sin padre, cada uno por una causa, que seasemeja mucho a sus vivencias.

La contienda, la que hace callar a sus mayores, es para los niños un fantasma queles hace vivir un presente de tambaleos y un futuro bastante incierto. Pero él cuentalo que experimenta, sin críticas armadas entre líneas. «Confieso que no me habríadisgustado satisfacer aquellas expectativas [se refiere a las de sus compañerosburgueses de la editorial Seix Barral, de convertirse en el paradigma del escritorobrero], entregar la gran novela sobre la clase obrera de Barcelona de lapostguerra. Pero lo que yo entonces deseaba de verdad, era abandonar el trabajo

«Con respecto al trabajo mantengo algunosprincipios, pocos, que bien podríanresumirse en dos: procura tener una buenahistoria que contar, y procura contarla bien,es decir, esmerándote en el lenguaje».

Juan Marsé, en su discurso del Cervantes(23.04.2009)

«Porque yo soy ante todo un escritor decciones, un amante incondicional de la

fabulación. [...] Imaginación y memoria,para el escritor, son dos palabras que vansiempre entrelazadas».

Juan Marsé, en su discurso del Cervantes(23.04.2009)

Día de Sant Jordi de 2011, en la rma de'Caligrafía de los sueños', su última novela. | Foto:

Joan Manuel Baliellas

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manual y disponer de más tiempo libre para leer y escribir», confesaba en aquelbello discurso pronunciado en 2009.

La calle se sustituye por ambientes más enrarecidos en 'Esta cara de la luna' (1962),que retrata al mordaz y tramposo periodista Miguel Dot. Un libro repudiado por suautor. Llega a las hogares con más posibles en la historia de Montse Claramunt, laniña bien que se enamora del preso proletario en 'La oscura historia de la primaMontse' (1970). Vuelve a la infancia, más sucia y dañina, con 'Si te dicen que caí'(1973), título que sale del 'Cara al sol', el himno de la Falange. Una prostituta,Carmen Broto, está inspirada en una mujer cuyo asesinato, a manossupuestamente de elementos de la alta sociedad, conmocionó a Barcelona en 1949.

'La muchacha de las bragas de oro' (1978), su Premio Planeta, perfiló lostejemanejes de muchos de sus contemporáneos. Los que trataron de limpiar suhistorial franquista con la lejía de la Transición. Gracias a su pluma, el viejo escritorfalangista Luys Forest cambia de historial a su antojo. Por la misma época, algunossalen de la cárcel. Como el Jan Julivert Mon de 'Un día volveré' (1982), el atracadorde bancos y guerrillero que deja la prisión con menos ansias de venganza de lasque sospechan sus vecinos.

Con 'Ronda del Guinardó' (1984), Marsé regresa a su barrio y al día en que seanuncia el fin de la Segunda Guerra Mundial. El inspector de policía va a buscar aRosita, una niña que vive en un hospicio, para que identifique el cadáver de unmendigo que, sospechan, fue quien violó a la cría. Muchos perdedores. Más lapobre Rosita. «Porque yo soy ante todo un escritor de ficciones, un amanteincondicional de la fabulación», continuó en sus palabras del Cervantes. ¿Seguro?«Fue entonces, todavía en años de aprendizaje de quien les habla, cuando laimaginación echó una mirada sobre aquel expolio de la memoria, y le tendió la mano.[...] Imaginación y memoria, para el escritor, son dos palabras que van siempreentrelazadas».

Juan Marés protagoniza 'El amante bilingüe' (1990). Un hombre que trata derecuperar a su mujer, que le ha abandonado. Se traviste en Faneca (el apellido realde Marsé), un charnego que cree que picará las ansias rompedoras de su esposaburguesa. En 'El embrujo de Shanghai' (1993), Daniel, Susana, el capitán Blay oForcat regresan a los últimos 40 y los primeros años 50. Shanghai es el lugaridealizado, el sitio exótico que salva las horas muertas de la pequeña 'lolita',seductora, enferma y aburrida. Misma época para 'Rabos de lagartija' (2000), PremioNacional de Narrativa y de la Crítica. Estafas y engaños para el inspector Galván,Rosa Bartra o el adolescente David. Tiene voz hasta el perro Chispa y un feto quehabla desde el útero, y relata la trama con voz adulta. Su última obra, 'Caligrafía delos sueños' (2011), pasa por la historia de amor de Vicky Mir y el señor Alonso. Ahítoca la adopción. Hay Marsé en primera persona.

«No hay literatura sin memoria. Incluso la memoria trapacera puede hacer buenaliteratura. [...] Hay que acotar nuevas parcelas de la memoria, hacer más denso ellaberinto, cuidando, pues, de dejar una traza de hilo, como hizo Teseo aquella vez,para poder volver al exterior, y contarlo. Sobre todo, en lo que a mí respecta por lomenos, persistir en la búsqueda de algo, que nunca he sabido definir, pero quetiene que ver, por encima de cualquier otra finalidad, con alguna forma de belleza».La belleza que se absorbe en esos ratos entre escritor y lector.

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El escritor, de espaldas. | Foto: Santi Cogolludo

Junto a su familia, los Reyes y Zapatero, en laentrega del Cervantes. | Foto: Begoña Rivas

Con Fernando Trueba, en el rodaje de 'El embrujode Shanghai'. | Foto: Misha Lluch