manuel ezequiel bruzual

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Ya puede la lira entonar las alabanzas del héroe, sin que el poeta sea escarnecido. Ya es dado á los que admiran el valor y cantan himnos á la virtud, escribir el nombre del vencedor en el Guasdual, sin temer que las pasiones mezclen sus gritos destemplados á los acordes del laúd. La sangre del héroe ha corrido en aras de la Lei y su último suspiro ha sido de amor á la República. El acero que alumbró tantos combates con sus resplandores, ha caído de la mano invencible que lo esgrimía, como una exhalación brillante que se desprende del cielo y deja á su paso un reguero de luz. Salve! muerto ilustre! Ese sueño profundo en que hallas el descanso de tantas fatigas, es el sueño de la inmortalidad: si tu sepulcro fuere olvidado por una generación ingrata, de él brotarán espontáneamente laureles frondosos para darle sombra: y si el poeta no tuviese un canto para tus hazañas, el ángel de la gloria lo entonaría. El odio, la ingratitud y la fatalidad, se aliaron para acibarar tus últimos días, y á cada paso que dabas te salía al encuentro la desgracia; pero ¿qué importa?Tu corona de espinas es la corona de los mártires: las gotas de tu sangre, regadas- en la calle de la amargura, se convierten en rosas y siemprevivas que esmaltan tu calvario. Ayer triunfaste para siempre de tus enemigos. Todos los pechos generosos se oprimieron de dolor á la nueva de tu muerte. Si á través de la losa de tu sepulcro pudieses ver cuántos rostros bañados de lágrimas revelan el dolor profundo de las almas, entonces comprenderías que no duermes en un lecho de tierra en estraño país, porque tu verdadero sepulcro está en el corazón de tus conciudadanos. El odio mismo que se ensañó contra ti en medio de la borrasca política, no ha osado insultar tu cadáver. La muerte te ha santicado aun á los ojos de los perseguidores,y en todos los recintos de esta ciudad que te amó un día, resuenan fúnebres lamentos y se alzan al cielo los aromas de la plegaria. Ya no dirán los que negaron tu heroísmo y blasfemaron de tus glorias, que no sabias morir al pié de tu bandera. La sangre que brotó de tus nobles heridas ha salpicado el rostro de tus calumniadores. La muerte se ha encargado de tu venganza; y al caer sobre tus restos la piedra funeraria, tus enemigos se han detenido con asombro á saludarla. iqué ha sido tu vida, guerrero infatigable, muerto en la mañana de la juventud? Una jornada épica en que á toda prisa has recogido los laureles de Marte, las palmas del triunfo y los abrojos de la desgracia. Tan rápida fue tu carrera por el campo de la gloria como la del corcel que apenas marca su huella sobre la arena; y sin embargo desciendes á la tumba cubierto de cicatrices y abrumado con el peso de tus coronas. Ese valor que dio al León de Buchivacoa fama de invencible entre los valientes, ha luchado solo contra una revolución pujante y un destino adverso. Al n ha sucumbido en esa lucha titánica, pero la revolución y el destino admiran los prodigios que obró el valor de su jigantesco adversario. Morir así es elevarse á la altura de los dioses de la fábula, y realizar en la historia los grandes caracteres trazados por el genio de Hornero. Bruzual es el Héctor de la presente Ilíada, salvo que le ha vencido y muerto un Aquiles invulnerable que se llama el Destino. Hagamos justicia á los que fueron, que en ello no cabe el rubor de la adulación ni la bajeza del cortesano. Bruzual era uno de los hijos más ilustres de Venezuela. En la cruzada federal fue llamado el Soldado sin miedo por aquel arrojo impetuoso que era nuncio de victoria y prenda de seguridad y de conanza para el ejército. Sus proezas son argumentos para la epopeya nacional, y jamas podrán oscurecerse las páginas de gloria que ha legado á los fastos militares de la República. Si como hombre público ha errado, en sus mismos errores hai grandeza de alma. En los breves y azarosos dias en que ejerció la suprema magistratura del pais, se mostró liberal de principios, accesible á toda idea generosa, justo y tolerante para con todos los partidos. Bajo su autoridad se practicó la verdadera república. Si no cedió al torrente de la época, si ha muerto asido de su bandera, y si prerió la tumba á los honores y ventajas que le hubiera proporcionado una transacción con sus enemigos, no culpemos al hombre sino al sentimiento del deber arraigado en una alma enérgica y perseverante. En tanto que llegue la concordia, que las pasiones calmen, y se acerque el día de las grandes justicias y de las grandes reparaciones, duerme en paz, pobre mártir de la constancia, y recibe estas lágrimas en que mojo la pluma para trazar mis tristes pensamientos. Tu memoria vivirá mucho tiempo como una or incorruptible, exhalando aromas y recojiendo en su cáliz el rocío de las almas generosas, las dulces lágrimas del sentimiento. 16 DE AGOSTO DE 1868-2013 CONMEMORACIÓN DEL 145 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL Presidente de la República de Venezuela Manuel Ezequiel Bruzual,”El Soldado Sin Miedo” 1868. Rafael Hernández Gutiérrez.

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145 años de la muerte del procer de la federación,"El Soldado Sin Miedo" Manuel Ezequiel Bruzual

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Page 1: Manuel Ezequiel Bruzual

Ya puede la lira entonar las alabanzas del héroe, sin que el poeta sea escarnecido. Ya es dado á los que admiran el valor y cantan himnos á la virtud, escribir el nombre del vencedor en el Guasdual, sin temer que las pasiones mezclen sus gritos destemplados á los acordes del laúd. La sangre del héroe ha corrido en aras de la Lei y su último suspiro ha sido de amor á la República. El acero que alumbró tantos combates con sus resplandores, ha caído de la mano invencible que lo esgrimía, como una exhalación brillante que se desprende del cielo y deja á su paso un reguero de luz. Salve! muerto ilustre! Ese sueño profundo en que hallas el descanso de tantas fatigas, es el sueño de la inmortalidad: si tu sepulcro fuere olvidado por una generación ingrata, de él brotarán espontáneamente laureles frondosos para darle sombra: y si el poeta no tuviese un canto para tus hazañas, el ángel de la gloria lo entonaría. El odio, la ingratitud y la fatalidad, se aliaron para acibarar tus últimos días, y á cada paso que dabas te salía al encuentro la desgracia; pero ¿qué importa?Tu corona de espinas es la corona de los mártires: las gotas de tu sangre, regadas- en la calle de la amargura, se convierten en rosas y siemprevivas que esmaltan tu calvario. Ayer triunfaste para siempre de tus enemigos. Todos los pechos generosos se oprimieron de dolor á la nueva de tu muerte. Si á través de la losa de tu sepulcro pudieses ver cuántos rostros bañados de lágrimas revelan el dolor profundo de las almas, entonces comprenderías que no duermes en un lecho de tierra en estraño país, porque tu verdadero sepulcro está en el corazón de tus conciudadanos. El odio mismo que se ensañó contra ti en medio de la borrasca política, no ha osado insultar tu cadáver. La muerte te ha santicado aun á los ojos de los perseguidores,y en todos los recintos de esta ciudad que te amó un día, resuenan fúnebres lamentos y se alzan al cielo los aromas de la plegaria. Ya no dirán los que negaron tu heroísmo y blasfemaron de tus glorias, que no sabias morir al pié de tu bandera. La sangre que brotó de tus nobles heridas ha salpicado el rostro de tus calumniadores. La muerte se ha encargado de tu venganza; y al caer sobre tus restos la piedra funeraria, tus enemigos se han detenido con asombro á saludarla. iqué ha sido tu vida, guerrero infatigable, muerto en la mañana de la juventud? Una jornada épica en que á toda prisa has recogido los laureles de Marte, las palmas del triunfo y los abrojos de la desgracia. Tan rápida fue tu carrera por el campo de la gloria como la del corcel que apenas marca su huella sobre la arena; y sin embargo desciendes á la tumba cubierto de cicatrices y abrumado con el peso de tus coronas. Ese valor que dio al León de Buchivacoa fama de invencible entre los valientes, ha luchado solo contra una revolución pujante y un destino adverso. Al n ha sucumbido en esa lucha titánica, pero la revolución y el destino admiran los prodigios que obró el valor de su jigantesco adversario. Morir así es elevarse á la altura de los dioses de la fábula, y realizar en la historia los grandes caracteres trazados por el genio de Hornero. Bruzual es el Héctor de la presente Ilíada, salvo que le ha vencido y muerto un Aquiles invulnerable que se llama el Destino. Hagamos justicia á los que fueron, que en ello no cabe el rubor de la adulación ni la bajeza del cortesano. Bruzual era uno de los hijos más ilustres de Venezuela. En la cruzada federal fue llamado el Soldado sin miedo por aquel arrojo impetuoso que era nuncio de victoria y prenda de seguridad y de conanza para el ejército. Sus proezas son argumentos para la epopeya nacional, y jamas podrán oscurecerse las páginas de gloria que ha legado á los fastos militares de la República. Si como hombre público ha errado, en sus mismos errores hai grandeza de alma. En los breves y azarosos dias en que ejerció la suprema magistratura del pais, se mostró liberal de principios, accesible á toda idea generosa, justo y tolerante para con todos los partidos. Bajo su autoridad se practicó la verdadera república. Si no cedió al torrente de la época, si ha muerto asido de su bandera, y si prerió la tumba á los honores y ventajas que le hubiera proporcionado una transacción con sus enemigos, no culpemos al hombre sino al sentimiento del deber arraigado en una alma enérgica y perseverante. En tanto que llegue la concordia, que las pasiones calmen, y se acerque el día de las grandes justicias y de las grandes reparaciones, duerme en paz, pobre mártir de la constancia, y recibe estas lágrimas en que mojo la pluma para trazar mis tristes pensamientos. Tu memoria vivirá mucho tiempo como una or incorruptible, exhalando aromas y recojiendo en su cáliz el rocío de las almas generosas, las dulces lágrimas del sentimiento.

16 DE AGOSTO DE 1868-2013 CONMEMORACIÓN DEL 145 ANIVERSARIO

DE LA MUERTE DEL Presidente de la República de Venezuela Manuel Ezequiel Bruzual,”El Soldado Sin Miedo”

1868. Rafael Hernández Gutiérrez.