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    NUEVOS ESCENARIOS Y DESAFOS PARA LA DIVULGACIN DE LA CIENCIA

    Manuel Calvo Hernando

    Presidente de Honor de la Asociacin Espaola de Periodismo Cientfico

    Coprnico, en su prefacio dedicado al Papa Pablo III Farnesio, deca: "Las matemticas

    slo se escriben para los matemticos". Por el contrario, el siglo XIX, un matemtico, Gorgonne,afirmaba: "Nadie puede enorgullecerse de haber dicho la ltima palabra sobre una teora, en

    tanto no la pueda explicar en trminos sencillos a cualquiera que encuentre en la calle". Comodice Le Lionnais, al comparar estas dos afirmaciones, la verdad debe hallarse entre estas dos po-

    siciones extremas.

    INTRODUCCIN

    Entre tanto como nos falta por conseguir en este siglo XXI, y despus de lo hemos avanzado eslas ltimas centurias, las sociedades del Tercer Mileno se enfrentan con un objetivo importante, porque desu incumplimiento se puede derivar grandes daos. Se trata de la necesidad de hacer partcipe a la socie-dad del conocimiento cientfico, de sus beneficios y de sus riesgos y de promover un dilogo razonableentre quienes tienen a su cargo la actividad cientfica, y el resto de los ciudadanos.

    En las actas del coloquio internacional Quand la science se fait culture (Montreal, 1994), se sub-raya un hecho inquietante: No hay en Europa polticas de difusin de la ciencia, aunque en el ltimo de-cenio, esta cuestin se ha convertido en una preocupacin explcita en la mayor parte de los pases y de laComisin Europea.

    Al mismo tiempo, la reunin de Montreal tomaba conciencia de que el porvenir econmico e in-dustrial depende de una explotacin eficaz de la ciencia y la tecnologa. Por esta razn urge desarrollar

    programas y polticas de comprensin pblica del conocimiento.

    A todo ello debe aadirse una actitud positiva de la gran prensa europea, que consagra espacios,generalmente semanales, a la ciencia y la tecnologa. Y probablemente lo hacen no slo por prestigio y

    por servicio al pblico, sino tambin porque, como ha mostrado el profesor Pierre Fayard, de la Universi-dad de Poitiers, la ciencia "vende" en Europa si se presenta de un modo periodstico. Para llegar a estaconclusin, Fayard hizo un estudio de 18 diarios procedentes de nueve pases europeos (1993).

    Anlisis recientes sobre la ciencia y los cientficos, actualizan la paradoja, ya advertida por CarlSagan, de que en una sociedad cada vez ms influida por la ciencia y la tecnologa, el ciudadano de a piesepa tan poco sobre estas cuestiones, a pesar de que actan directamente sobre su vida individual y colec-tiva.

    Es curioso que ni siquiera en las democracias se suele tener en cuenta esta necesidad de promoverla comprensin pblica de la ciencia, justamente para mejorar y enriquecer la democracia. "La cienciaalimenta a la poltica" (Reuniones Filosficas de la UNESCO, 14-17 marzo 1995). El ingeniero peruanoToms Unger, destacado divulgador cientfico, encarece la necesidad de tener en cuenta que el sistemademocrtico se basa en la cantidad y no en la calidad del voto, y que la nica manera de hacerlo funcionar

    mejor es elevar esta calidad.

    La ciencia y la tecnologa influyen en las estrategias industriales y las transforman, modifican laseconomas nacionales, prolongan la duracin de la vida media de las personas, actan sobre la demografa

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    de los pases, superar las diferencias fronterizas utilizando las comunicaciones por satlite y facilitando losviajes y el turismo. En una palabra, todas las actividades humanas han sido y son transformadas por la ac-tividad cientfica y tecnolgica, y casi siempre en beneficio del individuo y de la sociedad.

    A pesar de todo ello, el gran pblico, esa mayora silenciosa que en los pases democrticos influ-ye en el poder poltico y en sus cambios, vive relativamente pasivo a esta fuerza y a estas posibilidades de

    la ciencia y de la tcnica.

    La ignorancia cientfica de los ciudadanos se pone de manifiesto con frecuencia, aunque trasciendems la de los periodistas, por el carcter pblico de sus escritos e intervenciones. El director de un pro-grama deportivo radiofnico deca esta perla, en una entrevista publicada en Diario 16(Madrid, 20 enero1995): Nunca he credo en las estrellas; son cuerpos opacos que brillan cuando las ilumina el sol".

    DESAFOS DEL SIGLO XXI

    Para afrontar estos problemas que se plantean en el principio de siglo, vamos a examinar aqualgunos desafos y problemas que se plantean al iniciarse este siglo XXI.

    Antes, parece necesaria una visin de conjunto basada en un anlisis de la UNESCO donde seanalizan las rupturas, los riesgos y los desafos que oscurecen el horizonte del siglo XXI. Las rupturas sedeben a la historia contempornea del planeta: evolucin de la economa y de la sociedad mundiales, confuertes tendencias que nadie controla y sin ningn sistema que permita regular, como la presin demogr-fica; la interdependencia planetaria de las acciones pblicas y privadas y los mltiples aspectos del

    progreso cientfico y tecnolgico.

    En cuanto a riesgos, se sealan la prdida de rumbo de los pases pobres, la marginacin de los ex-cluidos del progreso, la fragmentacin de las naciones-estado, el peligro de destruccin del planeta. Losdesafos consisten en la necesidad de poner la ciencia y la tecnologa al servicio de la humanidad y del de-sarrollo y de construir la civilizacin del tiempo libre; asumir la globalizacin respetando la diversidad, yhacer posibles las condiciones polticas de un dominio nacional e internacional los problemas y aspectosde evolucin compleja.

    En el campo de la educacin, tan relacionada con el Periodismo Cientfico, el estudio de laUNESCO llama la atencin sobre cinco necesidades urgentes para afrontar algunos de los problemas ac-tuales:

    - Desarrollar las posibilidades de aprender, para lo cual son necesarias las nuevas tecnologas.- Conseguir una enseanza de calidad adaptada a las necesidades de la sociedad.

    - Bsqueda de la igualdad.- Nuevas perspectivas y dimensiones internacionales. La nocin de "poltica internacional de laeducacin, que podra utilizarse en los sectores econmico, comercial e incluso cientfico, noexiste todava.

    - Problemas de costos.

    RETOS DESDE EL PERIODISMO CIENTFICO

    Uno de los problemas permanentes en el Periodismo Cientfico son las relaciones entre cientficosy periodistas. Hay analogas y objetivos comunes en el trabajo de unos y de otros. Por ejemplo:

    1. La difusin de la tarea cientfica.2. Unos y otros sirven a las dos grandes fuerzas del mundo actual: la comunicacin y el conoci-miento.

    3. El servicio a la comunidad.

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    4. El intercambio de servicios mutuos: ciencia para comunicadores y comunicacin para cientfi-cos.

    Otra semejanza entre cientficos y periodistas consiste en que su objetivo final es observar y des-cribir los detalles de cuanto sucede. Cuando ms fina sea la observacin y ms detallada la descripcin,mejor ser el trabajo de ambos. Prigogine ha dicho que la medicin es un modo de comunicacin.

    Tambin ambos colectivos se asemejan por el carcter ldico de su trabajo. Yo me he divertidotrabajando en periodismo a lo largo de mi vida y hay testimonios de que grupos de investigacin en elmundo han acometido trabajos desde esta perspectiva ilusionada. "Lo que nos vamos a divertir", decan el

    Nobel Jean Dausset y los integrantes del grupo de investigacin al iniciar un trabajo relacionado con elgenoma humano, y aadan: "Nos divertimos y seguimos divirtindonos" (Cohen).

    Hay asimismo diferencias entre cientficos y comunicadores, sobre todo en lo que se refiere alconcepto de noticia y al tiempo que transcurre, o debe transcurrir, entre la realizacin del trabajo (cientfi-co o periodstico) y su entrega al pblico.

    EL DESCUBRIMIENTO CIENTFICO

    Aparte de los desafos derivados de circunstancias especficas del siglo XXI, existen otros retosque, por decirlo as, venan ya acompaando a la divulgacin de la ciencia desde que, a mediados del si-glo XX, tom carta de naturaleza en el mundo, despus de los primero pasos en los siglos XVII, XVIII yXIX. El descubrimiento cientfico, por ejemplo, es raras veces espectacular; lento y por lo general inclusodifcil de situar en el tiempo y an en el espacio (ms de una vez dos cientficos que no se han visto nuncacoinciden en llegar simultneamente a las mismas conclusiones, que pueden llevarles hasta un importantedescubrimiento). El hallazgo suele ir precedido de un largo trabajo en el que los fracasos son tan impor-tantes como los xitos.

    Otros problemas son la oscuridad y la complejidad de lo expuesto. En general, las teoras cien-tficas modernas son cada vez ms impenetrables para el profano; en cuanto se quiere hacer algo msque describir algunos resultados concretos, hay que suponer por parte del lector o del pblico en gene-ral unos conocimientos y una paciencia de lo que, en realidad, slo disfruta una minora.

    No puede olvidarse la tarea de divulgacin que realizan las asociaciones de aficionados con un ob-jetivo bien definido y las que especialistas apoyan: astrofsica, micologa, entomologa, etc. Y tambin lalabor divulgadora y de promocin de la ciencia de museos, exposiciones y cualquier tipo de manifestacin

    pblica con participacin de personas y con ayuda de las autoridades, lo que hoy suele llamarse comuni-cacin cientfica pblica.

    Oros desafos del periodismo cientfico para los aos prximos se derivan de la agudeza del pro-blema del conocimiento, al que se vinculan la mayor parte de los conflictos contemporneos: la superpo-blacin, la contaminacin ambiental, el agotamiento de los recursos naturales, los medios de destruccintotal, el aumento de desigualdades entre seres humanos en materia de riqueza y de educacin.

    Los periodistas del rea cientfica y tecnolgica debemos estar en vanguardia en el uso de tecnolo-gas de informacin y comunicaciones electrnicas. Es el periodista cientfico el que debe abrir caminos yexplorar nuevos recursos para su trabajo de divulgacin informativa. Hace casi medio siglo, el venezolanoArstides Bastidas escribi que el periodismo cientfico sirve para abrirnos los ojos. La brasilea MaraIns Migliaccio piensa que es un nuevo modo de ver el mundo. Hoy, la complejidad de los temas que se

    tratan, el rigor de los cientficos, las crecientes demandas del pblico de informacin sintetizada y actuali-zada, las exigencias de la vida diaria en un mundo que nos sorprende -y nos confunde- da a da, la labordel periodista cientfico y tecnolgico requiere cada vez un mayor compromiso profesional. Adems delos ojos, hay que abrir la mente.

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    AVENTURA EN EL LABORATORIO

    A estos desafos se aaden otros que son consecuencia de cambios en la investigacin cientfica.Walter Sullivan, que fue editor cientfico del New York Times, subray que la "aventura" se desarrolla

    principalmente en el laboratorio y, por tanto, suele ser ms difcil describirla al pblico. Este es uno de los

    desafos actuales del escritor cientfico. Pero ello no significa que no sea posible transmitir emociones alrelatar los descubrimientos en la fsica, la qumica o la biologa. Tengo en la memoria del corazn la auto-biografa del premio Nobel Franois Jacob (La estatua interior), cuando describe sus jornadas en el labo-ratorio y la inquietud de cada comprobacin para ver si los datos indicaban algo importante para la solu-cin del problema que trataban de resolver. Esto era para l "tan emocionante como escuchar la radio entiempos de crisis o ver el final de una pelcula policaca".

    Otro desafo no es de ahora, pero se sigue planteado: en los principios del siglo XX, el fsico Ro-bert Oppenheimer, que tuvo das de gloria y das de dolor, analizaba las dificultades que entonces encon-traba la divulgacin de la ciencia: la gran distancia que exista, y que ahora se ha multiplicado, entre lasenseanzas que se reciben en la escuela y los progresos de la ciencia durante la vida de un ser humano.

    Hoy, la ley de la aceleracin de la historia interviene tambin en la ciencia y nadie podr, apoyndose enlos programas escolares de hace varios aos, comprender, por ejemplo, los ltimos trabajos sobre las par-tculas fundamentales de la materia o, simplemente, lo que ocurre en los cristales semiconductores o en laclonacin.

    Por otra parte, el hecho de que la masa absoluta de conocimientos disponibles se hayan multipli-cado considerablemente, determina que un solo hombre no es ya capaz de abarcar siquiera una parte deellos. Hoy no es posible que un espritu genial sea al mismo tiempo filsofo, artista, gemetra y mdico.

    El estudio de UNESCODimensin cultural del desarrollo: hacia un enfoque prctico (1995) es-tablece nuevos conceptos sobre la dimensin cultural del desarrollo. De hecho, hay una presencia de lacultura en toda accin de desarrollo y los economistas y planificadores empiezan a plantearse el uso deindicadores culturales del desarrollo. Por ejemplo, ha de ser posible determinar la compatibilidad de un

    proyecto con la cultura local. Hoy, hablar de desarrollo es hablar tambin de subdesarrollo, de pobreza,de violencia, de los numerosos conflictos que jalonan el mundo. Nuevas realidades y nuevos desafos.

    LA COMPLEJIDAD COMO PROBLEMA

    En el libro de Edgar Morin La mente bien ordenada se detecta una falta de adecuacin cada vezms profunda y grave entre nuestros saberes discordes, troceados, encasillados en disciplinas, y por otra

    parte unas realidades o problemas cada vez ms multidisciplinarios, multidimensionales, transnacionales,

    globales y planetarios. Los problemas esenciales nunca son parcelables y los de carcter global son cadavez ms importantes. Adems, los problemas particulares slo pueden ser planteados y pensadoscorrectamente dentro de su contexto, y, siempre que sea posible, dentro del contexto planetario.

    T. S. Eliot deca: "Dnde est el conocimiento que perdemos con la informacin?". Elconocimiento no es conocimiento si no es organizacin, puesta en relacin y en contexto con lasinformaciones. Estas constituyen parcelas dispersas del saber. Un especialista de la disciplina msestrecha no llega ni siquiera a tomar conocimiento de las informaciones consagradas a su dominio. Cadavez ms la gigantesca proliferacin de conocimientos escapa del control humano.

    La cultura humanista es una cultura genrica que, por medio de la filosofa, el ensayo, la novela y

    los medios informativos, alimenta la inteligencia general, se enfrenta con los grandes interroganteshumanos, estimula la reflexin sobre el saber y favorece la integracin personal de los conocimientos. Lacultura cientfica, de naturaleza totalmente distinta, separa los campos del conocimiento; suscita

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    admirables descubrimientos, teoras geniales, pero no una reflexin sobre el destino humano y sobre elcuerpo de la ciencia misma.

    Cuanto ms compleja es una idea, porque se ha producido en un universo autnomo, ms difcilresulta su difusin generalizada. Paulos recuerda que aunque hayamos tratado de leer con la mxima aten-cin, a veces seguir confundindonos lo que leemos, y ello por la irremediable razn de que el mundo es

    confuso y complejo. Lo admitamos o no, parece que todos tendemos a elevar nuestro nivel de incertidum-bre. Dominamos los eslabones sencillos, que nos permiten un nuevo conocimiento, pero tendemos a insis-tir hasta que tropezamos con fenmenos sociales y fsicos demasiado complejos para entenderlos o pre-verlos con detalle. Inmersos en esta palpitante red de informacin, vemos con frecuencia que las respues-tas que nos interesaban siguen estando ms all de nuestro horizonte de complejidad (Paulos, 1996).

    PERIODISMO CIENTFICO: EXPLICAR EL UNIVERSO

    En ltima instancia, los problemas del periodismo cientfico se derivan de la obtencin de datos(fuentes) y de la capacidad de expresin y de transcodificar el mensaje cientfico para que lo entienda las

    personas no especializadas. Estamos en la Era de la Ciencia y, por tanto, el reflejo de la actualidad cient-

    fica y tecnolgica en los medios informativos es, o debera ser, la Gran Noticia, la explicacin diaria delUniverso, el instrumento de participacin de la gente en esta singular aventura de la especie humana quees el conocimiento cientfico y sus aplicaciones tcnicas.

    Debemos tener en cuenta que gracias a los avances del conocimiento, muchos millones de perso-nas disfrutan de unos niveles de salud y bienestar que hace slo un siglo o menos an, solamente podanser alcanzados por los poderosos de la Tierra. Pero ni los conocimientos, ni la cultura, ni el bienestar, ni lariqueza, ni la informacin, estn distribuidos equitativamente. La mitad de la poblacin mundial vive to-dava sometida a las antiguas y penosas servidumbres de la inseguridad, la pobreza y la ignorancia.

    UN INSTRUMENTO PARA LA DEMOCRACIA

    En el paradjico y fascinante contexto de nuestro tiempo, surgen unos profesionales de la infor-macin cuya misin, cercana a la utopa, es explicar el universo, que es al menos en algunos de sus as-

    pectos- inexplicable. Cada da adquiere ms fuerza la conviccin de que los divulgadores juegan un papelesencial en la comunicacin al pblico de los avances de la ciencia. La democracia requiere que todo ciu-dadano ilustrado pueda conocer el estado de los conocimientos y de los desconocimientos, y tambin susaspectos ticos. Y la divulgacin cientfica tiene como uno de sus objetivos hacer partcipe a la mayorade los descubrimientos de la minora, en un ejercicio plenamente democrtico. Ello nos impone a los di-vulgadores, seamos periodistas o no, una serie de obligaciones, la primera de las cuales es tratar de crearuna conciencia pblica sobre el valor de la ciencia en nuestro tiempo.

    El Periodismo Cientfico tambin un instrumento para la democracia, porque facilita a todos elconocimiento para poder opinar sobre los avances de la ciencia, y compartir con los polticos y loscientficos la capacidad de tomar decisiones en las graves cuestiones que el desarrollo cientfico y tec-nolgico nos plantea: el uso racional de los recursos naturales, el aprovechamiento no comercial de losresultados de la investigacin privada, los problemas ticos y jurdicos que plantean el conocimientodel genoma humano, Internet y tantas otras conquistas cientficas y tecnolgicas de nuestro tiempo. Enresumen, se trata de poner lo ms noble del espritu humano, el conocimiento, al servicio del individuoy de la sociedad, para evitar que se repita la historia y que el progreso beneficie exclusivamente a lasminoras.

    LA ACTITUD DEL COMUNICADOR

    Es misin del comunicador de la ciencia ayudar a la gente a combatir sus miedos, originados enla violencia, el urbanismo salvaje, la erosin del paisaje y del orden precario y vulnerable que la ciu-

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    "Quisiera que fuera obligatorio un curso de literatura y composicin inglesas para los estu-

    diantes de primer ao de ciencias, y creo que de todas las licenciaturas. Me parece deplorable verque tantos cientficos hagan que sus escritos resulten ridculos para el mundo en general, o in-

    comprensibles para quienes trabajan en la misma materia, por causa de su ignorancia y despre-cio de los elementos de la composicin inglesa" [Clark, Ronald W.: "Semblanza de Sir JulinHuxley"."Revista de Occidente", N 3 (tercera poca), Madrid, Enero 1976].

    Quienes disfrutan cada da con la tarea de hacer ciencia, que son los ms, consideran que ello tieneun gran encanto y que por esto, existe una cierta obligacin de transmitir este placer. Por qu insistir enque parezca que es algo casi mgico, producto de inspiraciones divinas o sobrenaturales, o algo que cual-quiera puede hacer en cualquier parte? Penetrar en el corazn de las cosas -incluso en el de las ms pe-queas, en el de una brizna de hierba, como dijera Walt Whitman- produce un tipo de excitacin y de ale-gra que parece muy posible que, de todos los seres que pueblan este planeta, slo puedan experimentarlalos seres humanos. Somos una especie inteligente, y un uso adecuado de nuestra inteligencia nos produce

    placer... Comprender es un cierto tipo de xtasis (Sagan, 1981).

    La divulgadora cientfica norteamericana Natalie Angier habla del agridulce privilegio de escribir

    sobre ciencia para el consumo general y, refirindose a un conocido escritor cientfico, John Horgan, deScientific American, subraya que su gran valor es conseguir que "sientas" que entiendes desde la teora delas supercuerdas hasta la topologa matemtica, o cmo distinguir el caos de la complejidad. Te hace "sen-tir que lo entiendes", aunque no lo entiendas ("The Job Is Finished", en The New York Times book review,30 junio 1996). Para un cientfico, la descripcin en el lenguaje llano es una medida del grado de com-

    prensin alcanzado (Heisenberg, 1901).

    A las semejanzas entre el trabajo de los cientficos y el de los periodistas, podra aadirse la nece-sidad de estar preparados para sorprenderse. Haldane deca que el universo no slo es ms raro de lo quesuponemos, sino de lo que podemos suponer. Cuando se discute la construccin de nuevos telescopios oaceleradores, nadie presuma de ser lo suficientemente listo como para imaginar por adelantado las cosasque el nuevo instrumento va a descubrir (Dyson). Por esta razn, algn cientfico se ha llamado a s mis-mo "especialista de lo impredecible". Pero esta es tambin la especialidad del periodista, su gloria y suservidumbre.

    POPULARIZACIN DE LA CIENCIA Y GNEROS LITERARIOS

    El profesor Baudoin Jurdant, de la Universidad Louis Pasteur, de Estrasburgo, cree que la cienciamoderna no podr sobrevivir si se restringe a s misma en cuanto a su legibilidad. Las divulgacin de laciencia est ms preocupada por la construccin de un mito para el profano que por explicar al pblico elmundo que le rodea o por transmitir de forma adecuada el conocimiento cientfico, lo que podra desafiar

    al monopolio de los expertos sobre la comprensin de la realidad.Para Jurdant, la divulgacin de la ciencia lleva no slo mucha informacin al profano, sino tam-

    bin informacin que es nueva para l. Por esta razn, le parece extrao el uso constante de nmeros ytrminos cientficos que "parece obedecer ms a un requisito estilstico que a una norma didctica". Losnmeros suelen aparecer en los textos sin ninguna indicacin de la validez de su alcance. No se dan pistasal lector sobre cmo se han encontrado, medido o calculado. Su relevancia est habitualmente atrapada

    por una oposicin semntica, como cuando se dice que est entre "el mayor" y "el ms pequeo".

    A la gente se le puede decir cualquier cosa, siempre que los trminos nuevos hayan sido inventa-dos para definir una novedad. Los trminos cientficos son herramientas tiles para dar un contenido de

    veracidad a las narraciones de hechos cientficos. Lo importante de su uso es su precisin literal. El trmi-no cientfico est all para garantizar el origen del texto y su credibilidad, como una consecuencia de la ac-tividad cientfica.

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    LOS COMBATES DEL PC

    Parecen evidentes, en todo el mundo, las dificultades de hacer un periodismo cientfico riguroso,exigente y responsable, y obligado a competir, en la actualidad diaria, con guerras, desastres naturales,crmenes, escndalos de diversos tipos, crisis polticas, econmicas o sociales, idas y venidas de estrellasdel espectculo y del deporte y hasta con las pseudociencias, perturbadoras para el individuo y para la so-

    ciedad, pero que gozan del atractivo de lo misterioso y de lo irracional.

    Desvelar los misterios del universo, enriquecer el conocimiento, mejorar la calidad de vida, heaqu algunos objetivos del investigador cientfico. Estos, y todos los dems, habrn de ser proyectados porel periodista especializado en ciencia y tcnica para facilitar la comprensin del pblico, acercarle a la ta-rea cientfica y hacerle participar de alguna manera en lo que constituye la ms fantstica aventura intelec-tual de nuestro tiempo.

    Y todo esto hemos de hacerlo con los mejores recursos de nuestro oficio y tratando de ofrecer elmximo atractivo. Ni en la divulgacin en general, ni en el periodismo cientfico en particular, podemos

    pasar por alto sus dimensiones artsticas, ldicas, divertidas, es decir, debemos presentar el conocimiento

    al pblico como un goce del ser humano y de la alegra del saber.

    LAS PSEUDOCIENCIAS

    Las falsas ciencias son un lado oscuro de la humanidad. Desgraciadamente, la era de la penicilina,de la exploracin del espacio, de los microprocesadores y de la biotecnologa, es tambin la era del augede la astrologa, la cartomancia, la quiromancia, los videntes (sean de bolas de cristal o de otro tipo), los

    brujos, los curanderos y el espiritismo.

    La actitud ante las falsas ciencias no podr ser sistemtica y arbitrariamente hostil, ya que loinexplicado no debe confundirse con lo inexplicable. Ciertos fenmenos que hoy nos parecen misterio-sos podran tener una explicacin racional si se les somete a observacin y control.

    Las falsas ciencias gozan de una popularidad que no podemos desconocer. Se aprovechan delprestigio de las oficiales o acadmicas, disponen de medios eficaces de persuasin, explotan el vocabula-rio especializado y encuentran un excelente campo de cultivo en la ignorancia, el esnobismo y, en unapoca secularizada, en el deseo de creer en algo maravilloso e incomprensible. Se aproximan, en susnombres y en su contenido, a las consagradas por la comunidad cientfica. As, la numerologa se paran-gona con las matemticas; la astrologa se resiste a perder su antigua identificacin con la astronoma; laradiestesia trata de triunfar donde fracasan sistemas racionales; el faquirismo y el hipnotismo teatral, lahechicera, el espiritismo, la adivinacin del futuro o del pasado y otras prcticas semejantes pretenden ad-

    judicarse bases fisiolgicas o psicolgicas.LA FORMACIN

    Una de las conclusiones fundamentales de la Primera Conferencia Mundial de PeriodistasCientficos (Tokio, noviembre 1992) fue la urgencia, en todo el mundo pero sobre todo en las socieda-des menos desarrolladas, de trabajar para conseguir una mejor formacin de los periodistas cientficos.

    En la mayor parte de los pases de Amrica Latina, la penuria de periodistas especializados enciencia y tecnologa es notoria y preocupa a las instancias ms sensibilizadas hacia la educacin popular yel desarrollo integral.

    En la Conferencia de Tokio, el socilogo Kenji Makino afirm que el antiguo periodismo ya noresulta til ante el cambio tecnolgico en el mundo y que es imprescindible que los medios informati-

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    vos difundan adecuadamente esta dimensin de las sociedades actuales, en una labor que ha de tenerun componente educativo.

    La Universidad de S. Paulo cre en 1991 el Ncleo Jos Reis de Divulgaao Cientfica, con la fi-nalidad de promover investigaciones, cursos, seminarios y otras actividades de naturaleza acadmica quecontribuyan al estudio y al desarrollo de las teoras, tcnicas y formas de divulgacin de la ciencia y la

    tecnologa, para la popularizacin del conocimiento.

    Ha habido, en este campo, intentos meritorios, aunque aislados y sin continuidad, a cargo de di-versas instituciones, entre ellas la OEA, la UNESCO y el Convenio Andrs Bello. Este ltimo organiz enMedelln (Colombia), en 1987, un seminario para profesores de periodismo cientfico, con la cooperacinde la Fundacin Konrad Adenauer, seminarios de formacin de periodistas en ciencia y tecnologa, enBogot (1987) y Antofagasta, Chile (1988) y en otras ciudades

    Ante esta situacin, parece imponerse tanto el planteamiento como el desarrollo de un programamovilizador comn que permita a las sociedades latinoamericanas beneficiarse del trabajo de unos divul-gadores cientficos profesionales que puedan acercar el conocimiento al pblico y familiarizarle con las

    grandes cuestiones de la ciencia y la tecnologa en nuestro tiempo.

    En Brasil debe agradecerse el esfuerzo los doctores Julio Abramzyck y Jos Marques de Melo,junto con el eminente divulgador Jos Reis, recientemente desaparecido; el profesor Wilson da CostaBueno, el asesor Especial de la UNESCO, Clio da Cunha, y, por supuesto, el Ncleo Jos Reis de Di-vulgacin Cientfica.

    En Chile, el libro Teora y Prctica del Periodismo Cientfico, del profesor y periodista SergioPrenafeta Jenkin, presidente de la Asociacin Chilena de Periodistas Cientficos, propone fortalecer lasacciones de los divulgadores de la ciencia; crear ctedras que impartan esta especialidad y a buscaralianzas estratgicas con cientficos, tecnlogos, profesores, dirigentes de la clase poltica, los Estadosy otras fuerzas de los pases de Amrica Latina para llevar a cabo acciones comunes que puedan lograrun compromiso de la sociedad con la ciencia y la tecnologa como agentes innovadores en el desarrollode cada pas y siempre en beneficio del ser humano.

    ES POSIBLE DIVULGAR LA CIENCIA?

    Y finalmente, una interrogacin inquietante. Es posible la divulgacin?. Es esta una pregunta quetanto cientficos como periodistas nos hemos formulando ms de una vez, desde su primera exposicin enel Coloquio del Centro Internacional de Enseanza Superior de Periodismo de Estrasburgo, sobre el papelde los medios informativos en la divulgacin de la ciencia .

    En la reunin se examinaron los temas siguientes:

    - No supone la divulgacin una simplificacin y, por lo tanto, una deformacin de la realidadcientfica?

    - Es preferible confiar esta tarea a periodistas profesionales con formacin cientfica o, por elcontrario, a cientficos que posean un lenguaje periodstico?

    - Son los mismos los sistemas y mtodos de divulgacin en los diferentes pases?- Estn adaptados a los niveles de cultura de diversos pblicos?

    En todo caso, hay algunas respuestas, no muchas, a la pregunta de si es posible divulgar la ciencia.

    Aqu voy a apoyarme en alguien con la doble autoridad de bilogo y escritor, el profesor francs HenriAtlan y tambin en las afirmaciones, siempre ponderadas y razonadas, del que fue cientfico y escritorCarl Sagan. Son varias las ideas bsicas que Atlan expone en distintos captulos de su libro Questions devie. Entre le savoir et l`opinin, y Sagan enEl mundo y sus demonios.

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    1. El investigador no puede prescindir de la divulgacin. Si quiere que su trabajo sea

    comprendido tiene que transmitir el modelo, si es posible (si no es demasiado tcnico), o unmodelo simplificado. Si pretendemos que la ciencia no sea aburrida y, sobre todo, que no exijademasiado esfuerzo, entonces no es posible divulgar. La ciencia no es obligatoriamenteaburrida cuando se hace un esfuerzo..., pero sin esfuerzo no puede transmitirse!

    2. Por otra parte, la ciencia es una cuestin social. No se debe hacer una excesiva separacinentre los cientficos por una parte y los ciudadanos por otra. La comunicacin esindispensable. Las aplicaciones de la ciencia inciden en nuestra vida diaria. Y la necesidad decomprenderla es legtima.

    3. El discurso del cientfico frente a su interlocutor tendra que ser del tipo "Todo ocurre como si,sobre todo no crea que en realidad es as". O bien: "Las cosas pueden presentarse as", "Es unaforma de representacin que nosotros utilizamos", "Es lo que observamos".

    4. Atlan duda de que la divulgacin sea posible en todos los casos. A un investigador no se le

    puede exigir que, adems de su trabajo, explique a los dems lo que hace. Sera lo ideal, perono se requieren necesariamente las mismas cualidades para trabajar, reflexionar sobre la propiadisciplina y explicar de manera comprensible lo que uno hace. No puede pedirse que todasestas cualidades tan diferentes estn reunidas en una sola persona.

    5. Naturalmente, hay problemas, aunque la mayora puedan afrontarse: trampas del vocabulario,desviaciones del significado de vocablos y expresiones, etc

    Para Atlan, si los cientficos practicaran una comunicacin a contracorriente, sin tener encuenta el afn del pblico por lo maravilloso (reforzado por ellos mismos y por los medios decomunicacin), quiz entonces, alertados por las dificultades de la utilizacin del lenguaje, nocaeran tanto en la trampa.

    En realidad, como dice el bilogo, habra que contar, s, bellas historias y aadir: no creanque las cosas ocurrieron as.

    6. Otro de los problemas consiste en la utilizacin de imgenes que el lector poco avisado puedeconfundir con la realidad. Hay que advertir al pblico -y a veces a los propios cientficos quetrabajan en otras disciplinas- de que las teoras cambian cada cinco aos por trmino medio yde que la verdad en ciencia es provisional, hasta que sea desplazada por otra mejor.

    7. Hay que insistir en el riesgo de la divulgacin simplificadora. Es unos de los problemas de esteesfuerzo por mostrar al pblico la ciencia de un modo tan simple que podamos entenderlo.Pero el conocimiento, y la misma vida son asuntos complejos, y con frecuencia todavadesconocidos, en parte o en todo.

    8. Por qu tiene que ser tan difcil para los cientficos transmitir la ciencia? Sagan recordaba quealgunos buenos cientficos le decan que les encantara hacer divulgacin, pero que carecan detalento para ello. Aadan que saber y explicar no son lo mismo.

    Para Sagan, el problema es slo uno: no hablar al pblico en general como lo hara con suscolegas cientficos, y utilizar el lenguaje ms sencillo posible. El cientfico debe recordar lo

    que pensaba antes de entender l mismo lo que est explicando, y sealar los malentendidos enlos que l mismo estuvo a punto de caer.

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    9. Sagan cita algunos escollos potenciales: el exceso de simplificacin, la necesidad de ahorrarcalificaciones (y cuantificaciones), dar un mrito inadecuado a los muchos cientficosimplicados y trazar distinciones insuficientes entre analoga til y realidad. Deben buscarsesoluciones de compromiso. El gran divulgador desaparecido afirmaba que hay una seleccinnatural de metforas, imgenes, analogas y ancdotas. Con el tiempo, uno se encuentra conque puede llegar casi a cualquier parte si camina por un sendero bien pavimentado que el

    pblico pueda recorrer.

    Todo lo que hemos dicho podra condensarse en una frase. La divulgacin es un mandato de la so-ciedad, de la justicia y de la tica, para que todos quienes estamos afrontando esta serie de desafos a losque hemos dedicado nuestra intervencin, es decir, comunicadores, cientficos, docentes, ingenieros yotros diversos tipos de profesionales comprometidos en la responsabilidad que todo esto implica, seamoscapaces de PONER LA CIENCIA Y LA TECNOLOGA AL SERVICIO DE TODOS.

    El Periodismo Cientfico tiene la obligacin social de hacer todo lo posible por que la ciencia yla tecnologa no sirvan slo para el enriquecimiento cultural y el beneficio prctico de algunas nacio-nes o de ciertas sociedades privilegiadas, sino para todo el gnero humano.

    Uno de los servicios que la divulgacin cientfica puede prestar es contribuir a la construccinde una sociedad cientfica, que sea consciente de lo que est ocurriendo en su propio seno, o al menosque se aproxime lo ms posible a este conocimiento; que pueda tener una idea de hacia dnde vamos ycul podra ser su grado y tipo de participacin en su desarrollo. Cada uno de nosotros tiende a saberms sobre menos cosas, como consecuencia de la super-especializacin. Pero parece necesario resta-

    blecer el equilibrio, porque una especializacin llevada a sus ltimas consecuencias podra llevar anuestra especie al riesgo de extincin, segn parecen ensearnos la biologa y la antropologa. Y elequilibrio slo podrn restablecerlo los generalistas, con la herramienta de las humanidades, y espe-cialmente los educadores y los periodistas que acerquen los saberes de la minora al conocimiento desectores ms amplios de la sociedad.

    No se trata, por supuesto, de que quienes hemos asumido el riesgo de trabajar en esta especialidadcreamos estar en condiciones de dar respuestas definitivas, pero s de razonar algunas de ellas, de tantear,de dar algn paso hacia adelante, de tener presente que nuestra tarea es procurar que el pblico compartael conocimiento y no la ignorancia y acelerar nuestras reflexiones y comportamientos para evitar que secumpla la inquietante profeca del mexicano Roger Bartra: "Habr que esperar decenios, y quiz siglos,

    para que la divulgacin sea un hecho".

    Las nuevas tecnologas remiten a una relacin cada vez ms incestuosa entre informacin ymarketing. Por otra parte, el periodismo cientfico necesita reaccionar frente a la pseudociencia, so pe-

    na de asistir al florecimiento de una actitud contraria a la ciencia, y a la bsqueda de explicaciones fan-tsticas en vez de hacerlo a travs de la inteligencia y la razn. Cada idea nueva ha de ser examinadacrticamente. El periodismo cientfico no puede incorporarse, bajo ninguna hiptesis, a esta nueva yantigua moda, que podra inspirar, por ejemplo, una nueva ola de pureza gentica, como en los tiemposdel holocausto. Es necesario separa la ciencia de la ficcin.

    En definitiva, los desafos de la divulgacin cientfica en el siglo XXI son graves, porque sevinculan a ellos poderosos intereses, situados en los campos de la ciencia y en la industria y de la co-municacin (Wilson da Costa Bueno, Os novos desafios do jornalismo cientfico).

    EPLOGO PERSONAL

    Al concluir de redactar este trabajo, veo que sus perspectivas son tan complejas y parecen taninacabables que tengo la impresin de que no se ha hecho ms que empezar. Utilizando la vieja, perotil, metfora del edificio, me parece haber entreabierto hoy aqu alguna ventana, quiz alguna puerta,

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    pero en una casa con centenares de puertas y ventanas. Falta casi todo por hacer. Lo mucho que se haavanzado hasta ahora en el tema de la comunicacin de la ciencia al pblico, no es apenas nada si seconsidera todo lo que falta, esa inmensidad de cuestiones que afectan a las relaciones entre ciencia ycomunicacin, pero no slo a ellas, sino a las interacciones con la educacin, la cultura, la economa,la poltica, la convivencia y, en general, a cualquier actividad humana que pueda significar relacin en-tre personas con un objetivo de enriquecer su conocimiento.

    Libros comoDes miroirs equivoques, de Louis Quer (1982) y de L invention de la communi-cation, de Armand Mattelart (1994) muestran hasta qu punto queda tarea pendiente.

    BIBLIOGRAFA

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