manual de techos - tejas, detalles constructivos

Línea TEJAS TEJAS

RAC.02.17– Rev.1Tema DETALLES CONSTRUCTIVOS

Fecha de emisión Confección Revisión Aprobación Ficha Técnica Rev. Página

29 08 11Asistencia técnica Comunicación Procesos

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Canaleta

Bajo este título se engloba uno de los aspectos constructivos más importantes o, al menos, aquel que puede traer un sinnúmero de sinsabores a los habitantes de la vivienda.

De hecho, la “zinguería” constituye en la práctica un oficio aparte del “techista”, y su concurso debe ser previsto y controlado con suma atención.

Al mencionar “zinguería”, de alguna manera se ha sugerido cuál es la materia prima de esta especialidad: la chapa de cinc lisa, soldada con estaño, ha rendido muy buenos resultados en función de su versatilidad de doblado, corte y adaptación a situaciones particulares, sumado a un peso específico bajo. El PVC ha surgido como una alternativa de mercado aún más liviana, de bajo costo y buena presencia estética, pero la imposibilidad de efectuar cortes y adaptaciones en obra circunscribe su radio de acción a los aleros inferiores y bajadas.

No es usual efectuar cálculos de las dimensiones de las canaletas, pero siempre ha de tenerse en cuenta que conviene ser generoso en las medidas; la incidencia económica de este rubro es insignificante, pero los trastornos que pueden ocurrir por insuficiencia en la sección o vicios constructivos, son enormes.

Comencemos por referirnos a la canaleta de borde inferior, es decir, aquella que recolecta el agua de todo el faldón en su plano más bajo. La sección de la canaleta, cualquiera que fuere el material componente, es habitualmente semicircular, sin descartar la sección rectangular. Las medidas standard alcanzan un radio mínimo de 5 cm, y la colocación responde a las modalidades que se aprecian en la Fig. 1. Fig.1

La situación b) es la más deseable, pero la a) es la más práctica. En todo caso, siempre es prudente que el ala que “sube” por el faldón alcance una altura vertical de 10 cm.

Asimismo, hay que garantizar una buena caída del líquido en el sentido longitudinal de la canaleta. Un 0,5% de pendiente puede ser suficiente para los casos más comunes (en zonas de lluvias muy intensas habrá que reforzar la seguridad), pero lo más importante es que el conjunto no muestre quiebres en esa caída, con el riesgo de dejar tramos en contra pendiente donde pueda acumularse el agua. También resulta clave que la canaleta se encuentre bien sujetada, mediante abrazaderas, a la estructura de la cubierta o a la mampostería.

El mantenimiento de estos conductos es de suma relevancia, puesto que allí van a depositarse todo tipo de hojas secas, polvo, excremento de aves, etc. Por lo tanto, es imprescindible que periódicamente se efectúe una revisión y limpieza general; trabajos de extrema delicadeza suelen contar con mallas de alambre tejido cubriendo la sección descubierta de las canaletas, pero esto no elimina la necesidad de la limpieza regular.

Conductos de bajada

Las canaletas de borde conducen el líquido a embudos, frecuentemente ubicados en los extremos, por lo que se volcará el líquido hacia abajo. Es usual acompañar esa “caída” del agua, disponiendo tubos circulares del mismo material que la canaleta. Habitualmente el diámetro es de 10 cm, medida que resulta harto suficiente para evacuar una buena cantidad de líquido, siempre que no haya obstrucciones que dificulten su pasaje. Los conductos se colocan tomados a la mampostería o a columnas de la cubierta, y el mercado ofrece también accesorios del tipo de “curvas” para colocar como remate inferior.

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Canaletas laterales

Nos hemos referido a la importancia de resolver los laterales de los faldones por medio de canaletas laterales, y no embutiendo la teja en la carga. Esto último podría conducir a futuras filtraciones, ya que las diferentes condiciones de dilatación de la teja cerámica, la mampostería y el revoque, generarán fisuras. A través de esos espacios, el agua en su caída por el plano inclinado se insertará en el interior de la carga; el problema se agudiza una vez que esa humedad no encuentra forma de salir ni de ser ventilada, con la posibilidad latente de volcar hacia el interior de la vivienda.

Si el caso es más grave, puede suceder que los movimientos dilatorios del manto de tejas terminen por fisurar la totalidad de la carga, apareciendo una fisura en la cara exterior de la carga, a la altura de la cubierta.

Por lo tanto, se recomienda la disposición de una canaleta como se muestra en la Figura 2. Un ala se inserta en la pared de la carga, mientras que la otra apoya sobre las clavaderas, “penetrando” debajo de las tejas. En cuanto a las dimensiones de la sección, es claro que la profundidad dependerá de la ubicación del entablonado, ya que el fondo de la canaleta apoyara sobre él. El ancho es muy variable, pero se estila dar unos 5 cm como mínimo, creciendo este valor según el largo del faldón. Fig. 2

Aunque resulte obvio, siempre es prudente recordar que el montaje de las canaletas laterales se realiza desde abajo hacia arriba, superponiendo los tramos al menos 10 cm, y soldando las uniones con estaño.

Otro detalle constructivo refiere a la precaución de asegurar una buena salida del chorro de agua en la boca inferior de la pieza, evitando que derrame sobre la estructura (cabios, entablonado o cenefa).

La canaleta se sujeta a las piezas de madera mediante clavado, mientras que en pared va embutido.

Cenefas

Con el nombre genérico de cenefas se designas a las piezas que completan la estética de la cubierta, operando a manera de cierre de frente o lateral.

Una alternativa de cierre lateral, respecto a la ya vista que consistía en disponer cargas de mampostería, está dada por la posibilidad de prolongar el faldón, creando un alero lateral que “vuele” por fuera del plano de mampostería. En ese caso, será necesario dar una terminación apropiada al conjunto, no sólo por los previsibles argumentos estéticos, sino también para operar como un soporte adicional del tejado, y para evitar la existencia de huecos por los que puedan acceder aves o alimañas al interior del techo. La recomendación apunta a disponer una tabla de madera, cortada en su canto superior de manera de acompañar las formas del tejado.

Otra variante intermedia de las ya vistas consiste en terminar el faldón justamente sobre el plano exterior de la mampostería, cerrando los costados del techo con el mismo material constitutivo del revoque. Esta práctica suele ser sumamente riesgosa, porque los inconvenientes ya apuntados respecto a los diferentes comportamientos de la teja y el revoque, pueden comprometer la estanqueidad del conjunto.

Fig. 3




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Similares observaciones corresponden a la situación del borde inferior del faldón, con la diferencia que en este caso basta con una tabla recta; siempre es bueno recordar que la madera no debe estar en contacto con la aislación hidrófuga, puesto que el agua que derrame por ella encontrará una barrera de paso, con la posibilidad de degradación.

Borde superior

Embutir las tejas en la carga superior de un faldón, es una práctica con iguales riesgos a los descriptos para los casos de las cargas laterales. No obstante, como la teja embutida tiene la pendiente del faldón, es improbable que el agua penetre por la fisura, remonte la pendiente de la teja y vuelque en el interior de la pared. Por lo tanto, esta costumbre sigue teniendo adeptos que soslayan la imposibilidad de dar un buen acabado al revoque de la carga.

Sin embargo, lo apropiado es disponer una babeta de chapa, inserta en la pared y que cubra parte de la línea superior de tejas, hasta alejar el agua precipitada de la zona de conflicto.

Fig.4

Chimeneas y conductos

Un punto singular en el tejado lo constituyen las chimeneas, conductos, antenas, etc., es decir, aquellas discontinuidades en el manto cerámico que obligan a brindar soluciones de carácter especial. Toda alteración en el sistema de caída del agua por la superficie de las tejas, implica un punto conflictivo, por lo que se deben extremar las precauciones para evitar el acceso del agua al interior de la vivienda.

En el caso de grandes volúmenes sobresalientes del tejado, una posibilidad la constituye un “collar” de canaleta metálica, con desagües hacia el borde inferior, como se ve en la Figura 5. Hay que ser extremadamente cauteloso, en esta situación, con la cara posterior de la chimenea o, más precisamente, con la canaleta allí apostada, ya que ese dispositivo estará recibiendo, durante la precipitación, toda el agua del sector de faldón ubicado por encima. Con el agravante que el líquido llegará con la velocidad que le otorgue la pendiente, por lo que el efecto sobre la cara expuesta de la chimenea podrá ser altamente riesgoso. Sin pretender adentrarnos en cálculos inconducentes, vale advertir que será inevitable dotar a la canaleta de una sección generosa, y elevar suficientemente el ala a embutir en la chimenea. Fig. 5

Puede suceder que la discontinuidad en el faldón sea producida por una antena o una chimenea pequeña, resolviéndose el inconveniente con una babeta metálica que rodee al elemento saliente, y derrame el agua hacia las hiladas inferiores de tejas.

Limahoyas

El encuentro entre faldones que conforme una limahoya, será resuelto con la presencia ineludible de una canaleta, como puede verse en la Figura 6.

Las tejas serán cortadas en línea, según los requerimientos de la línea de encuentro. Las alas de la canaleta se clavarán sobre los bolines, metiéndose debajo de la teja no menos de 25 cm.




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Cabe recordar que la pendiente de la limahoya es siempre menor que la pendiente de los faldones que la conforman, por lo que la velocidad de escurrimiento del líquido es relativamente baja; ello debe obligar a dimensionar la sección del escurrimiento de manera de no sufrir inconvenientes, mucho más aún si se considera que la limahoya es un punto al que habitualmente convergen elementos que pueden llegar a obstruir el pasaje de agua. Fig. 6

Cumbrera

Por encima del encuentro de dos faldones, se coloca una línea de caballetes, pieza fabricada especialmente para estos casos. Los caballetes se encastran entre sí, resultando prudente que el montaje se efectúe comenzando por el frente menos expuesto a los vientos dominantes. Esto es a los fines de conferir mayor estanqueidad a los encastres.

Los caballetes se fijan a las tejas con mortero de cal pobre; es un error suponer que la presencia de cemento en la mezcla colabora con su capacidad de funcionamiento. Si bien el cemento confiere rápida capacidad ligante, durante la vida útil de la cubierta su presencia conducirá a la ocurrencia de fisuras que provocarán que los caballetes se despeguen de su asiento. Las mezclas pobres, por el contrario, acompañan mejor los movimientos de las piezas cerámicas.

Limatesas

La limatesa obliga también a efectuar cortes en la teja, siempre en función de la geometría del encuentro. En este caso, la línea se cubre con una línea de caballetes, de la misma forma que se indicara para la cumbrera. Como remate de la línea de caballetes de la limatesa, se puede colocar un caballete terminal.




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