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MANUAL DE GIMP PARA PRINCIPIANTES

Iván Lasso ClementeVersión 0.1

http://www.proyectoautodidacta.com

INTRODUCCIÓNDentro del mundo del software libre, uno de los programas de uso más extendido es el editor de imágenes The GIMP. GIMP ofrece una amplísima variedad de opciones y herramientas para realizar desde retoques sencillos a una imagen hasta cambiarla por completo. De hecho, no tiene nada que envidiar a editores famosos como el Photoshop.

Este pequeño manual cubre una serie de procedimientos muy básicos para manipular imágenes de una manera sencilla, rápida y efectiva. La idea es abarcar los procedimientos más habituales que un usuario de nivel básico, un principiante, puede necesitar hacer con sus propias imágenes. Se dan algunos apuntes para ir más allá, pero esa no es la intención final. El objetivo es que tras leerlo, puedas mejorar tus imágenes para ponerlas por Internet, imprimirlas o sencillamente mostrarlas en el monitor.

CONVENCIONES USADAS EN ESTE MANUALEn este manual te puedes encontrar algunas expresiones como estas: Archivo > Guardar. Esto significa que tienes que hacer clic donde diga “Archivo” (que generalmente será un menú) y después en “Guardar” (que será una opción dentro de un menú). Básicamente, cuando encuentres una expresión con varias palabras separadas por el signo “>”, significa que debes hacer clic en los lugares donde aparece esa palabra y en el orden indicado. Esa palabra puede aparecer dentro de un menú, de un cuadro de diálogo, de una sección de un cuadro, de una ventana, de un botón...

Cuando se escribe dos teclas separadas por un signo más (por ejemplo, CTRL+C), significa que debes aplastar ambas teclas al mismo tiempo. Bueno, no exactamente así... Primero, pulsas y mantienes aplastada la primera, pulsas la segunda, y sueltas la primera.

CTRL equivale a la tecla Control y SHIFT a Mayúsculas (no confundir con Bloquear mayúsculas).

ACERCA DE LAS IMÁGENESEs posible que algunas imágenes aparezcan ligeramente borrosas o con baja definición. Están así para que no salga una monstruosidad de archivo (vamos, muy grande). Su función es meramente orientadora.

CONTENIDO

Índice de contenido

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CÓMO ES EL GIMPLOS FORMATOS EN GIMPCÓMO GUARDARCONSEJOS GENERALESUSA DESHACER Y REHACERSOLUCIONAR PROBLEMAS CON FOTOGRAFÍAS

Fotografías subexpuestasFotografías sobrexpuestas

ARREGLAR UNA FOTOGRAFÍA ANTIGUAARREGLAR UNA FOTO DAÑADACONVERTIR UNA IMAGEN EN UNA FOTO ANTIGUAIMPRIMIR UNA IMAGEN O PREPARARLA PARA IMPRESIÓNQUITAR OJOS ROJOSELIMINAR ALGO (O ALGUIEN) DE UNA FOTOREALIZAR UN PAPEL TAPIZ CON TROZOS DE IMÁGENESRECORTAR UNA IMAGEN

Otra información de interésComo clonarUsar quickmask para seleccionar

CÓMO ES EL GIMPEn Windows, estamos habituados a que, al abrir un programa, todas las opciones, barras y cuadros de diálogo se abran y se encuentren dentro de una ventana principal. En el caso del GIMP no es así. No hay una ventana principal sobre la que hacer clic y que aparezcan todas las opciones. Cada una de las barras de herramientas son flotantes y están colocadas en una ventana diferente. El aspecto del GIMP al abrir una imagen puede ser este:

Esta es la ventana que contiene la barra de herramientas. Se llama “Ventana principal de herramientas” (Main tool window). En la parte de abajo aparecen todas las opciones de estas herramientas:


Cuando abramos alguna de los muchos comandos que tiene el GIMP, las opciones aparecerá en una ventana separada:

Como cualquier ventana, éstas las podemos mover y colocar donde queramos para poder ver el resultado en la imagen (si la herramienta lo permite).

Hay otras ventanas que son los “diálogos”, que nos muestran algunas opciones muy útiles. Estos diálogos aparecen en otros programas, como Photoshop, directamente en pantalla. En GIMP aparecen a medida que los abrimos. Para abrirlos hay que ir, en la ventana de herramientas a Archivo > Diálogos. Aquí tenemos una imagen con varios diálogos abiertos.

La ventana de la imagen contiene también su propia barra de menús:


Esta barra de menús aparece cuando hacemos clic con el botón derecho del ratón en cualquier parte de la imagen.

Veamos que nos dice el manual del GIMP:


Esta captura de pantalla muestra la configuración básica de las ventanas de GIMP de manera que el programa pueda ser usado de manera efectiva. Las tres ventanas que se muestran son: 1: La caja de herramientas principal: Este es el corazón del GIMP. Contiene los menús de más alto nivel, además de una serie de iconos que pueden usarse para seleccionar herramientas y mucho más. 2: Opciones de herramienta: Enganchado bajo la caja de herramientas, es un diálogo de opciones de herramienta, mostrando opciones para la herramienta seleccionada en ese momento (en este caso, la herramienta de selección rectangular). 3: Una ventana de imagen: Cada imagen abierta en el GIMP se muestra en una ventana separada. Se pueden abrir muchas imagines al mismo tiempo: el límite solo está en la cantidad de recursos con que cuente el sistema. Es posible ejecutar el GIMP sin tener ninguna imagen abierta, pero no hay muchas cosas útiles que hacer con él. 4: Diálogo de capas: Esta ventana de diálogo muestra la estructura de capas de la imagen activa en ese momento, y permite ser manipulada en una variedad de formas. Es posible hacer unas pocas cosas básicas sin usar el diálogo de capas, pero hasta los usuarios de GIMP moderadamente sofisticados encuentran indispensable tener el diálogo de capas siempre a mano. 5: Brochas/Patrones/Degradados: Este diálogo enganchado bajo el diálogo de capas muestra los diálogos para administrar las brochas (o pinceles), los patrones y los degradados. Esta es una configuración minima. Hay más de una docena de otros tipos de diálogos usados por GIMP para varios propósitos, pero los usuarios normalmente los abren cuando los necesitan y los cierran cuando no. Los usuarios entendidos generalmente mantienen la caja de herramientas (con las opciones de herramientas) y el diálogo de capas abiertos en todo momento. La caja de herramientas es esencial para muchas


operaciones del GIMP; de hecho, si la cierras, cerrarás GIMP (se te preguntará sobre si eso es lo que quieres hacer, de todas maneras). Las opciones de herramientas son actualmente un diálogo separado que se muestra enganchado a la caja de herramientas en la imagen. Casi todos los usuarios lo tienen dispuesto de esta manera: es muy difícil usar herramientas de manera efectiva sin ser capaz de ver como están configuradas sus opciones. El diálogo de capas entra en juego cada vez que trabajas con una imagen que tiene multiples capas: una vez que has avanzado más allá de los niveles más básicos, esto significa casi siempre. Y finalmente, por supuesto, la necesidad de mostrar imagines para trabajar con ellas sea quizás más que obvia.

Ayuda de GIMP 2.2.0 – The Gimp documentation team. Traducción del autor.

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LOS FORMATOS EN GIMPGIMP tiene la capacidad de convertir casi cualquier tipo de imagen de mapa de bits. La imagen que creemos podemos guardarla en cualquiera de los formatos más usados (JPGE, GIF, PNG, BMP) o podemos guardarla en el formato propio del GIMP: XCF.

Guardar en el formato nativo del GIMP tiene sus ventajas. La más evidente es que, al no haber compresión, no perdemos ni un ápice de calidad de la imagen. La segunda es que permite conservar las capas, de manera que podemos volver a manipular la imagen desde el mismo punto en el que la dejamos en un momento dado.

Por lo tanto, si hemos realizado una manipulación de imagen que incluye capas y creemos que nos puede ser útil en un futuro para retomarla, deberemos guardar la imagen en formato XCF.

Ahora bien, para distribuir la imagen (por Internet, para llevarla a imprimir en alguna parte, lo que sea) será mejor que empleemos otro formato. No es asunto de este manual entrar en los formatos de imagen, pero el más usado es el JPGE, que tiene capacidad de compresión con perdida (se reduce el peso del archivo a costa de la calidad de la imagen) y permite guardar las imagenes empleando menos tamaño que otros tipos.

Lo mejor que podemos hacer siempre que creemos una imagen original (realizando un montaje, aplicando diferentes efectos, etc.) es, como hemos dicho, guardarla en XCF y, después, realizar una copia en otro formato como JPGE para distribuirla.


CÓMO GUARDAR

En la ventana de la imagen, vamos a Archivo > Guardar. Nos aparecerá una ventana como esta. Lo primero que hacemos es escribir en la casilla “Nombre:” el nombre que le queremos poner a la imagen.


Para elegir donde la vamos a guardar, hacemos clic en la lista desplegable “Guardar en una carpeta”. Sin embargo, las opciones que se nos dan ahí son bastante limitadas. Lo mejor que podemos hacer es clic en la flecha que dice “Buscar otras carpetas” y dentro del cuadro que aparece, desplazarnos hasta el lugar donde deseamos guardar.

Podemos elegir el formato del archivo dándole a la lista desplegable “Todos los archivos”, pero la manera en que aparecen todos los formatos es un poco entorpecedora, así que mejor...


... podemos quitar este cuadro haciendo clic de nuevo en la flecha y, de esta manera, podremos hacer clic en la flecha “Seleccione el tipo de archivo (Por extensión)” para desplegar las diferentes formatos de archivo en los que podemos guardar la imagen. Utiliza la barra de desplazamiento vertical para verlos todos. Entonces, hacemos clic sobre el formato que deseamos y le damos al botón “Guardar”.

Si estamos guardando en JPGE, nos aparecerá una ventana como esta. En ella, podemos definir el nivel de compresión de la imagen. Recuerda que cuanta más compresión, menos pesará la imagen pero peor se verá. Si tienes dudas, quédate con la compresión que ya viene definida por defecto.

Si has decidido guardar la imagen en formato XCF, pero quieres convertirla a JPGE (u otro formato), todo lo que tienes que hacer es ir a Archivo > Guardar una copia y aparecerá el mismo cuadro de “Guardar”. Tan sólo selecciona el formato en el que quieres guardar y después, clic en “Guardar”.


Si tu imagen tiene capas y estás guardando en un formato como el JPGE, te aparecerá un mensaje como este. Te avisa de que las capas se van a aplanar. La imagen final no se ve modificada, pero cuando la abras ya no tendrás las capas pues todas se habrán fusionado en una sola. Si ya has guardado en formato XCF (o no te importa perder la división en capas), no te preocupes y dale a “Exportar” sin más reparos.


CONSEJOS GENERALESNunca trabajes directamente con la fotografía original.

Modificar directamente la fotografía original podría hacer que, al cometer un error (como guardar), la elimines y luego no puedas recobrarla para hacerle otros cambios o simplemente para olvidarte de los experimentos que has hecho y que han salido mal. Puedes hacer varias cosas para evitar esto.

• Apenas abras la fotografía, guárdala con otro nombre y utiliza ese archivo para manipularlo.

• Haz una copia. Nada más abrir la foto, ve a Archivo > Guardar una copia. Te pedirá que le pongas un nombre nuevo al archivo y lo guardará. Lo interesante de esto es que sigues trabajando en el archivo que abriste, pero ya has guardado otro que contiene las características originales. Vamos, que hiciste una copia del archivo que luego te puede ser de utilidad.

• Copia toda la foto en un archivo nuevo. Primero, ve a Seleccionar > Todos. Luego, ve a Editar > Pegar como nuevo. La fotografía aparecerá en un archivo nuevo que tendrás que guardar cuando desees.

USA DESHACER Y REHACERRecuerda que cuando te equivocas, puedes deshacer los últimos cambios que le has hecho a la imagen como si nunca hubiesen ocurrido por medio de Editar > Deshacer, o más rápido con CTRL+Z. No tengas miedo de experimentar para ver como te ha quedado, aunque es muy útil apuntar los valores de los cambios en alguna parte para que luego puedas repetir los efectos que vayas consiguiendo.

Puedes emplear la combinación entre Deshacer y Rehacer para observar claramente los cambios realizados a una imagen. Sencillamente, cuando hagas un cambio a una imagen, aplasta CTRL+Z (o Editar > Deshacer) para ver como estaba antes del último cambio y, después, aplasta CTRL+SHIFT+Z (o Editar > Rehacer) para volver a ver la imagen con los cambios realizados. Puedes repetir estas acciones tantas veces como quieras.



SOLUCIONAR PROBLEMAS CON FOTOGRAFÍAS

Fotografías subexpuestasLas fotografías subexpuestas son aquellas que están muy oscuras, que tienen poca iluminación. Vamos a ver algunas maneras de mejorarlas.

Imagen original

Imagen con niveles automáticos: Capa > Colores >Niveles > Auto / Herramientas > Herramientas de color > Niveles > Auto

Imagen manipulada únicamente con brillo y contraste: Capa > Colores >Brillo y contraste / Herramientas > Herramientas de color > Brillo y contraste.


Podemos mejorarla más combinando el uso de niveles con el ajuste del brillo y contraste. En esta foto, primero ajustamos los niveles con auto (Capa > Colores >Niveles > Auto) y luego ajustamos el brillo y el contraste a nuestro gusto (Capa > Colores >Brillo y contraste)

Por último, si queremos podemos darle algo más de vivacidad a los colores. Para ello, jugamos un poco con el tono y la saturación: Capa > Colores > Tono-saturación. Hay que tener mucho cuidado y modificar los tres valores (tono, luminosidad y saturación) muy poco.


Fotografías sobrexpuestasLas fotografías sobrexpuestas son lo contrario de las anteriores, las subexpuestas: están demasiado claras. Pero la solución es muy similar: niveles, brillo y contraste.

Aquí tenemos la imagen original.


Ahora, le aplicamos la opción “auto” de los niveles (Capa > Colores >Niveles > Auto)...

... Y terminamos ajustando el brillo y el contraste (Capa > Colores >Brillo y contraste) hasta el punto que mejor nos parezca.



ARREGLAR UNA FOTOGRAFÍA ANTIGUA

Aquí tenemos la imagen original.

Primero vamos a recortarla para quitarle el borde blanco del fondo del escaneado y, al mismo tiempo, el marco que tiene la foto de por sí. Para ello, primero seleccionamos el área que deseamos conservar con la herramienta rectangular (M).


Después vamos a Imagen > Recortar imagen y la imagen quedará recortada.

Ahora usaremos los niveles automáticos para preparar la imagen. Nos vamos a Capa > Colores >Niveles > Auto / Herramientas > Herramientas de color > Niveles > Auto


Luego, nos vamos a Capa > Colores > Desaturar

A continuación, vamos a Capa > Colores > Niveles y manipulamos los niveles de entrada hasta que consigamos una mejor imagen. Empleamos para ello las tres flechas que hay debajo del gráfico.


Así quedaría la imagen tras la manipulación de niveles. Tienes que elegir los que tú veas más adecuados.

Como ves, aún quedan algunas imperfecciones de la foto (marcadas en rojo) que serán necesario arreglar.


Hay varios métodos para solucionar esto. En este caso, como el fondo es blanco, seleccionaremos la herramienta blanquear/ennegrecer. No cambiamos ninguna de las propiedades, excepto el Modo, que le ponemos en “Puntos de luz”.

Con cuidado y paciencia, vamos eliminando todas las imperfecciones hasta que la imagen quede como deseemos.


ARREGLAR UNA FOTO DAÑADA

Hay ocasiones en las que una imagen puede estar sumamente dañada, como en este caso.


Como clonarEsta imagen necesita bastante trabajo, por lo que solo vamos a mejorar una parte. Para ello, usamos la herramienta Clonar.

Primero nos aproximamos a la imagen con la herramienta lupa. Después, seleccionamos la herramienta Clonar.

Lo que hace la herramienta Clonar es eso, “clonar”, copiar una parte de una imagen sobre otra. Para eso, en lugar de copiar y pegar, empleamos un pincel que permite pintar con el contenido de un área sobre otra cualquiera. En las características de la herramienta, seleccionamos el pincel o brocha que queremos emplear. Cuando se trata de pequeñas imperfecciones como las de la foto, es mejor elegir una brocha de tamaño pequeño.

Nos colocamos sobre una parte de la imagen que no esté dañada y que esté cerca de la que sí está dañada. Entonces, manteniendo aplastada la tecla CTRL (lo que hará que el puntero se transforme en una cruz), hacemos clic sobre esa parte. A continuación, nos desplazamos hasta el área dañada y hacemos clic. Veremos entonces como se copia la zona que seleccionamos antes con la tecla CTRL. Si mantenemos aplastado el botón del ratón, veremos que aparece una pequeña cruz que indica que zona estamos copiando (o clonando) sobre la que estamos aplastando. Si movemos el puntero con el botón aplastado, observaremos que esa cruz se mueve paralelamente al puntero, con lo que también varía la zona que estamos clonando.


Aquí está el resultado de cerca.

Y aquí tenemos el resultado total con algunas “reparaciones más”. Como ves, no es difícil, aunque quizás resulte un poco trabajoso.


CONVERTIR UNA IMAGEN EN UNA FOTO ANTIGUA

Vamos a envejecer esta foto. Para hacerlo, hay muchas maneras y la que vamos a emplear aquí no es la única.


Primero, vamos a Capa > Colores > Tono-Saturación. Allí, le aplicamos a la foto los siguientes valores:

tono: -180

luminosidad: 0

saturación: -100

Después, vamos a Capa > Colores > Colorear. Aquí modificamos los valores hasta que la foto adopte una tonalidad de color sepia. Para ello, modificamos “Tono” (a un valor más pequeño) y “Saturación” (a un valor más grande). Luego, cambiamos “Luminosidad” al gusto. Para esta fotografía se han empleado los siguientes valores:

Tono: 25

Saturación: 54

Luminosidad: 29

Este pequeño retoque te lo puedes saltar si deseas. Vamos a Filtros > Artísticos > Softglow. Allí podemos modificar los valores hasta que quede como te guste. Para esta foto, se han empleado los siguientes:

Radio del fluido: 8.74

Brillo: 0.47

Agudeza: 0.60


Ahora vamos a empalidecerla un poco más. Nos vamos a Capa > Colores > Curvas y allí manipulamos el extremo izquierdo de la línea que cruza en diagonal subiéndola hasta que la foto empalidezca al punto en que te guste. Cuando mueves el extremo de la línea, aparecen las coordenadas en la que colocas ese extremo. Para esta foto, los valores han sido:

x: 0, y: 20.

Por último, vamos a “mancharla” un poco. Al ponerle un poco de “grano” por encima, le vamos a dar un aspecto más envejecido. Esto (com el softglow) es opcional.

Vamos a Filtros > Ruido >Esparcir por RGB. Allí, quitamos la casilla “RGB independiente” y modificamos los valores al gusto (aunque en realidad sólo hay que modificar uno solo ya que los demás se cambian al mismo tiempo). Para esta foto se ha empleado un valor de 0.16.


IMPRIMIR UNA IMAGEN O PREPARARLA PARA IMPRESIÓNEl GIMP ofrece una manera muy sencilla de preparar una imagen para la impresión. Dado que no es lo mismo lo que vemos en la pantalla que lo que luego sale en el papel, podemos utilizar una herramienta muy útil para saber de que tamaño y con que calidad va a salir la imagen: Tamaño de la impresión (Imagen > Tamaño de la impresión). Veamos que nos dice el manual de ayuda del GIMP acerca de esto:

Este diálogo se usa para cambiar las dimensiones de una imagen impresa y su resolución. No cambia el número de píxeles en la imagen; no la remuestrea (si quieres cambiar el tamaño de una imagen remuestreándola, debes usar la función Escalar la imagen, en el menú imagen).

La resolución determina el número de píxeles que se usarán en cada pulgada (o cualquier otra unidad de medida, dependiendo de tu preferencia) de la imagen impresa. No se debe confundir la resolución de salida con la resolución de la impresora, la cual se expresa en dpi (dots per inch/puntos por pulgada): son


necesarios varios puntos para imprimir un píxel.

Puedes determinar la dimensión que deseas que tenga la imagen al imprimirse en los campos Anchura y Altura, o la resolución en los campos X/Y. Puedes usar diferentes unidades tanto para las dimensiones de la impresión como para la resolución en las lista desplegables que hay junto a las casillas. Si no encuentras ahí la unidad que necesites, haz clic en “Más...” para ver otras. La dimensión horizontal y la vertical (y las resoluciones) se mantienen en una proporción constante por defecto, pero puedes separarlas haciendo clic en el icono de la cadena.

La resolución propuesta por GIMP es la resolución de la imagen original. Si incrementas la resolución de salida, la imagen impresa será más pequeña ya que se utilizan más píxeles por cada pulgada. Inversamente y por la misma razón, cambiar el tamaño modifica la resolución.

Incrementar la resolución da como resultado un incremento en el enfoque de la imagen impresa. Esto es bastante diferente de reducir simplemente el tamaño de la imagen escalandola, debido a que ningún píxel (ninguna información de la imagen) es borrada.

Ayuda de GIMP 2.2.0 – The Gimp documentation team. Traducción del autor.

Por lo tanto, tenemos que tener en cuenta la resolución que tenga una imagen para saber como se va a ver cuando se imprima, y no el tamaño ni la calidad con el que la veamos en el monitor.

Un monitor tiene una resolución de 72 ppp, la cual resulta muy pequeña para una impresión correcta. Si imprimimos una imagen con esa resolución obtendremos una imagen muy pequeña o con baja calidad.

Ahora bien, ¿qué debemos hacer para imprimir una fotografía adecuadamente? Para empezar, tomarla bien, a una resolución lo más grande posible. Hay que tener en cuenta que las imágenes de mapa de bits no tienen más píxeles que los que tienen: lo único que pueden hacer es perderlos. Si agrandas una imagen, se va a ver peor. Si la reduces y la agrandas, mucho peor.

A la hora de tomar una foto (con celular, con cámara de fotos, con cámara de vídeo) tenemos que tener en cuenta a qué la vamos a destinar. Veamos que nos dicen en otro sitio:

A modo de orientación, las resoluciones idóneas según el destino final de la imagen serían: Monitor (72-90), Impresora de tinta (100-120), Impresora foto/láser (120-150) y Reproducción profesional (200-300), siempre contando con que la imagen se imprime a su tamaño original, si hemos de aumentar la escala, también debemos aumentar en la misma proporción la resolución de la captura.

“Introducción a Linux, cap. 8, Otras tareas elementales”, Ministerio de educación y ciencia de España, Secretaría general de educación y formación profesional.

Entonces, según esto, podemos elegir mejor la resolución de una imagen apelando a una tabla como esta:

Si la vas a ver o imprimir en... Debe tener una resolución

monitor 72 ppp

Impresora de inyección a tinta 120 ppp


Impresora laser 150 ppp

Imprenta 300 ppp

O a la inversa.

Si tiene Sirve para No sirve para

De 72 ppp a 90 ppp Monitor Cualquier impresora o imprenta

De 100 ppp a 120 ppp Monitor, impresora de tinta Impresora laser, imprenta

De 120 ppp a 150 ppp Monitor, impresora de tinta, impresora laser

Imprenta

De 200 ppp a 300 ppp (o más) Todo

Lo mejor que podemos hacer es tomar siempre las fotos a la mayor resolución posible. El problema con esto es que cuanta más resolución tiene una imagen, más pesa. Y es posible que en nuestro dispositivo no tengamos mucha memoria. ¡Ups! En este aspecto, tienes que manejarte entre elegir tomar menos fotos pero de mayor calidad, o más fotos pero de menor calidad. Teniendo en cuenta que a mayor resolución más peso, podrás tomar la decisión de como vas a tomar las fotos.

La herramienta Tamaño de impresión nos servirá para decidir el balance entre resolución y tamaño. Lo mejor es que no toques la resolución a menos que sea para aumentarla (cosa que reducirá el tamaño de la impresión). Si decides aumentar el tamaño de impresión, siempre ten en cuenta que la calidad disminuirá.

Estos datos también te pueden servir a la hora de escanear una imagen. Utiliza las tablas que hemos visto antes para seleccionar la resolución más adecuada a la que escanear una imagen en base al destino final que le vayas a dar a la imagen.

Por ejemplo, este es el cuadro de diálogo que aparece con un escaner Canon:


Donde está el menú extendido,

puedes indicar la resolución a la que quieres escanear la imagen. Emplea las tablas que vimos anteriormente y elige la que te sea más útil.


QUITAR OJOS ROJOSSeguro que en muchas de tus fotografías te has encontrado con que las personas que aparecen en ellas tienen los ojos rojos. No, no es un efecto paranormal, no has captado nada del “otro mundo”. El efecto “ojos rojos” se da cuando tomamos fotos con flash. Suele ocurrir cuando el flash está incorporado a la cámara o demasiado cerca de la lente. Entonces, la luz del flash rebota en el ojo y se da ese desagradable efecto capaz de arruinar la foto más preciosa.

A pesar de que muchas aplicaciones (y algunas de ellas gratuitas) vienen con herramientas para quitar ese efecto casi automáticamente, aquí vamos a hacerlo a mano. Esto, entre otras cosas, nos dará más control sobre el resultado final.

Aquí tenemos esta foto: un escaneo de una imagen que sufre del efecto de ojos rojos.


Con la lupa, colócate lo más cerca de la imagen que puedas. Como vemos, la resolución de esta foto es baja y al acercarnos se pixela mucho.

Usar Quickmask para seleccionarA continuación, vamos a seleccionar las dos pupulas. Hay muchas maneras de hacerlo, pero aquí vamos a utilizar una de ellas: la quickmask. La quickmask crea una capa de color sobre la imagen y, al pintar en ella con el color blanco, se van borrando áreas. Al quitar la quickmask, esas áreas que parecían borradas en realidad se quedan seleccionadas. Para activar quickmask, aplastamos la tecla Q o hacemos clic en el rectángulo punteado que hay a la izquierda de la barra de desplazamiento horizontal de la imagen.


Al activar la quickmask, toda la imagen nos aparece roja. Esto a lo mejor nos puede obstaculizar un poco la tarea, pero hay como cambiar el color de la quickmask. Para ello, haz clic con el botón derecho del ratón sobre el rectángulo que dijimos antes y elige “Configurar el color y la opacidad”. Ve buscando las combinaciones entre colores y opacidad (que tan transparente es la capa de color) hasta que des con la más adecuada para ti. Aquí, vamos a continuar con la capa de color rojo.

A continuación, selecciona la herramienta “Aerógrafo” y elige el color blanco como color de la brocha. Para elegir un color de brocha o de fondo (los dos cuadrados superpuestos: el de arriba es la brocha, el de abajo es el fondo) sólo haz clic sobre uno de ellos y elige el color en el cuadro de diálogo que te aparece. Si ya tienes los colores negro y blanco, pero con el negro como color de brocha, puedes invertir el orden haciendo clic en las flechas bidireccionales que hay junto a ellos.

Cambia el tamaño de la brocha del aerógrafo a uno que te permita pintar con cuidado. En este caso hemos seleccionado la brocha de círculo con tamaño 3.


Pinta con el aerógrafo sobre las pupilas que hay en la imagen. Tendrás que hacer varios clic o mantener aplastado el botón del ratón hasta que vaya desapareciendo el color rojo de la máscara (ojo, el de la máscara, porque el de los ojos aún no desaparece: sólo estamos seleccionado). Si se te va el aerógrafo, recuerda que puedes utilizar CTRL+Z o Editar > Deshacer para deshacer las últimas acciones.

Quita la quickmask haciendo clic en el rectángulo punteado y verás que ahora están seleccionadas las áreas que pintaste sobre la máscara roja. Si no estás conforme con el resultado, puedes volver a activar quickmask y pintar más para ampliar la selección.


A continuación, ve a Capa > Colores > Tono-Saturación. Allí, selecciona primero el color rojo y cambia los valores de luminosidad y saturación. Generalmente, estos valores tendrán que ser bajos. Juega con ellos hasta encontrar el que más te gusta. Como guía, piensa que rara vez los ojos van a aparecer de un color completamente negro. Además, debes conservar ese pequeño punto de luz que es el brillo natural del ojo. En este caso, los valores elegidos han sido:

Tono: 0

Luminosidad: -71

Saturación: -100


Y aquí tienes el resultado. Para quitar la selección, puedes ir a Seleccionar > Ninguno. Si lo único que deseas es dejar de ver la fila de hormigas que señala la selección (para ver como queda), Ve a Ver > Mostrar la selección (al aplastarla, se quita el “visto” que hay junto a la opción). De esta manera, la selección sigue estando ahí pero no la ves.

Si no estás satisfecho con el resultado, puedes continuar experimentando con los diferentes menús que aparecen en Capa > Colores hasta que des con el resultado más indicado. No te olvides de apuntar el proceso que has seguido para repetirlo la próxima vez que tengas que hacerlo.


ELIMINAR ALGO (O ALGUIEN) DE UNA FOTOLas manipulaciones de imágenes nos permiten que se vean cosas que no existen... o que no se vean otras que sí. Ahora vamos a ver como eliminar un elemento de una foto empleando la herramienta Clonar que ya vimos anteriormente.


¿Ves esa construcción de metal que hay sobre el reloj del edificio? Pues bien, la vamos a quitar.

Para ello, vamos a emplear la herramienta Clonar. Ya sabes, se trata de copiar los píxeles más cercanos sobre el área que deseamos quitar. Como hicimos anteriormente, seleccionamos primero la herramienta Clonar.

Nos vamos a la imagen y seguimos los mismos pasos que anteriormente:

Nos colocamos en una zona cercana al área que deseamos borrar.

Mientras aplastamos la tecla CTRL, hacemos clic en esa zona.

Soltamos la tecla CTRL y, haciendo clic, vamos duplicando la zona cercana sobre el área que debe desaparecer.

Recuerda que para hacerlo mejor debes acercarte a una distancia en la que veas bien lo que estás haciendo. Para ello, emplea la herramienta Lupa (Z).


Continúa clonando las zonas adyacentes hasta que desaparezca por completo la estructura.

Ahora hay que quitar la parte cercana al reloj. Mucho cuidado en partes como ésta: hay que ir muy despacio y variando las diferentes zonas que vamos clonando. Esto no es una cosa inmediata, lleva su tiempo.

Ten cuidado además de que no queden restos (en esta caso, como un borde) que evidencien que ahí había algo. No hay nada peor que una manipulación tosca de una imagen. Para eso, no haces nada.


Pues ya esta. Con trabajo y paciencia se puede eliminar casi cualquier cosa sin que quede ningún rastro. Si crees que quedan evidencias, pasa por encima la herramienta Desenfocar (la gotita) con diferentes valores hasta que quede a tu gusto.


REALIZAR UN PAPEL TAPIZ CON TROZOS DE IMÁGENESEmpleando las diferentes herramientas para seleccionar, podemos crear un atractivo papel tapiz para nuestra computadora en unos pocos pasos. Para crear este ejemplo, emplearemos estas tres fotografías:

Lo primero que tenes que hacer es colocar el fondo del papel tapiz. Para ello, nos vamos a Archivo > Nuevo.


En el cuadro de diálogo que se nos abre, tenemos que elegir las dimensiones de la imagen. Como va a ser un papel tapiz, las dimensiones seguramente ya aparecen en la lista plantilla. Pero, ¿cómo averiguar las que dimensiones de nuestro escritorio? Muy sencillo.

Minimizamos todas los programas que tengamos abiertos y, en el escritorio, hacemos clic con el botón derecho del ratón sobre cualquier parte vacía. Allí, seleccionamos propiedades. En el cuadro que se nos abre, nos vamos a la pestaña Configuración. Debajo del dibujo, pone “Resolución de pantalla”. Las dimensiones que pone debajo del botón deslizante son las que debe tener la imagen. En este caso son 1024x768, y esas son las que vamos a utilizar. Sin embargo, es muy posible que la resolución de tu pantalla sea de 800 por 600 píxeles, por lo que esas serían las dimensiones de tu imagen.


Aparece un rectángulo blanco, pero eso es bastante soso, ¿no?. Bueno, pues pongámosle un color.

Vete a la Ventana de herramientas y elige la herramienta “Relleno de cubeta”. En la parte de abajo, tienes las diferentes opciones de la herramienta. Si seleccionas una de las opciones que dicen “Relleno con color de frente” o “Relleno con color de fondo”, deberás irte a los cuadrados de arriba que vimos anteriormente y, haciendo clic en el que hayas seleccionado (de frente es el de arriba, de fondo es el de abajo) elegir un color.

Sin embargo, nosotros vamos a hacer ahora algo más atractivo. Vamos a rellenarlo con un patrón. Para ello, hacemos clic sobre la opción que dice “Relleno con patrón” y después hacemos clic sobre el cuadro que está debajo y que contiene una imagen.


Al aplastar sobre ese cuadro, nos aparecerán las imágenes que podemos seleccionar. Si tilizas la barra de desplazamiento vertical, podrás ver todas las opciones que hay. Elige la que más te guste y haz clic sobre ella. Para este ejemplo, hemos elegido la que dice “Marble #1”, que está más arriba de lo que puedes ver en la imagen de ejemplo.

Tras eso, tan sólo hacemos clic sobre la imagen y automáticamente se nos rellenará toda con el patrón empleado. Se llama “patrón” porque se trata de una imagen pequeña que se repite hasta cubrir todo el área seleccionada. La imagen está realizada de manera que, al estar repetida, no se note que es la misma.

Ahora nos vamos a la primera imagen de la que vamos a seleccionar una parte. Allí, elegimos la herramienta de selección que deseemos. En este caso, emplearemos el círculo (la selección elíptica, SHIFT+M).


Pero antes de seleccionar la zona que deseamos, nos dirigimos a la parte de abajo de la ventana de herramientas, a las propiedades de la herramienta de selección elíptica. Allí, marcaremos la casilla “Difuminar los bordes” y elegiremos un radio de difuminación. Eso hará que los bordes de lo que seleccionemos se desvanezcan ligeramente y así no quede muy brusco el montaje, sino más integrado con el fondo. En este ejemplo, hemos utilizado un radio de 20.

Ahora sí, nos vamos a la imagen y seleccionamos la parte que queramos. Si no estás satisfecho con la selección, ve a Seleccionar > Ninguno para quitarla y selecciona otra parte.

Con la selección efectuada, aplastamos copiar (Editar > Copiar o CTRL+C).


Volvemos a la imagen donde vamos a hacer el papel tapiz y... ¡Un momento! ¡No, no le des a “Pegar”! Antes tienes que hacer otra cosa.

Primero, dirígete a la ventana de herramientas y haz clic en Archivo > Diálogos > Capas. Te aparecerá esta ventanita que ves en la imagen. Muévela a un lado pues es conveniente que la tengas a la vista.

Ve a Capa > Capa nueva y, en el cuadro de diálogo, asegúrate de que la casilla “Transparencia” está marcada. Entonces, le das a aceptar.

Ahora sí, le damos a pegar (Editar > Pegar o CTRL+V). Pero...


... si nos fijamos en la ventana “Capas”, veremos que ha aparecido una nueva con el nombre de “Selección flotante (capa pegada)”. Pues bien, ahora lo que tenemos que hacer es clic sobre la hojita en blanco con una esquina doblada situada en la parte de abajo a la izquierda de la ventana (ese ícono es el de “Capa nueva”). Fíjate en que esa “Selección flotante” tiene que estar seleccionada anteriormente (con el fondo gris).

La ventana capas se mostrará ahora así. Lo que antes era “Selección flotante (capa pegada)” ahora es “Capa pegada”.


Repite los últimos pasos para seleccionar en las otras imágenes y pegarlas en la que va a ser el papel tapiz. No te olvides de seguirlos tal y como hemos dicho:

- Seleccionamos lo que queremos copiar

- Edición > Copiar (o CTRL+C)

- Vamos a la imagen donde vamos a pegar

- Edición > Pegar (o CTRL+V)

- Vamos a la ventana “Capas”

- Clic en el icono “Capa nueva” (la hojita en blanco con la esquina doblada).

Al final te ha de quedar algo así

Y la ventana capas se ha de ver así:

Ahora sí, llegó el momento de explicar qué es lo que hemos hecho.

Es sencillo. Primero, hay que entender que son las capas.

Cada vez que abrimos una imagen en GIMP, esa imagen que vemos está situada en una capa.


Una capa es como... como una hoja de papel. Así de simple. La imagen esta impresa en una hoja, ¿no? Pues lo que vemos en el GIMP es esa hoja, pero virtual. Generalmente, esa capa se llama “Fondo”.

Ahora, imagínate que estás trabajando directamente sobre una hoja de papel que tiene una imagen. Si tu dibujas un círculo sobre la hoja, ese círculo no se puede mover, ni borrar ni hacer nada con él si que afectes a la imagen sobre la que has dibujado. Eso es lo que pasa cuando dibujamos en el GIMP sin tener en cuenta las capas. Como la imagen está en esa capa del fondo, todo lo que hagamos le afectará.

Ahora bien. ¿Y si nosotros dibujamos ese círculo en otra hoja vacía y la ponemos sobre la hoja que tiene la imagen? La imagen del fondo no se ve afectada y podemos colocar el círculo (y hacer lo que queramos con él, como borrarlo) donde deseemos.

Eso es lo que hacemos cuando colocamos capas en el GIMP. Estamos poniendo una hoja sobre otra, con la ventaja de que cada hoja puede ser completamente transparente y podemos dibujar lo que queramos en ella viendo como queda sobre la hoja que hay debajo.

Lo que hemos hecho con las fotos, al pegarlas y después darle al icono de “Capa nueva” ha sido convertir lo que acabamos de pegar en una capa, de manera que podamos manipularla como deseemos sin que eso afecte al resto de hojas... digo, capas.

Ahora llego el momento de colocar las imágenes que hemos pegado donde queramos. Además, también podemos cambiarlas de tamaño, superponerlas, etc. Si quieres ver como facilita el trabajo esto de las capas, trata de pegar las imagenes como normalmente lo haces, sin recurrir a las capas. ¡Se te va a hacer muy difícil!


Haz clic sobre cada imagen pegada para seleccionarla (o sea, que seleccionas la capa) y arrástrala hasta el lugar donde desees colocarla. Si no puedes hacer clic sobre una de las capas porque otra la tapa, ve a la ventana “Capas” y selecciónala. Puedes moverla ahora empleando los cursores del teclado hasta que se vea un poco y ahí puedas arrastrarla con el ratón.

Podemos cambiar el orden de las capas para que una de ellas, que está de otra, se superponga a esta. Para eso, nos vamos a la ventana capas y arrastramos la capa que queremos superponer hasta ponerla antes que la otra capa.


Y nos queda así (si la movemos).

Pero volvamos a colocar la capa que acabamos de superponer de nuevo por debajo y en su sitio (puedes deshacer con CTRL+Z, dos veces) para ver mejor como podemos cambiar el tamaño de una capa. Esa imagen enorme que está en el centro, aunque se ve bien ahí, vamos a reducirla.

Primero, selecciones la capa con la que vamos a trabajar haciendo clic sobre ella en la ventana “Capas”. En este caso, se trata de la capa llamada “Capa pegada#1”


En la ventana de herramientas, selecciona la herramienta “Redimensionar”

En las opciones de la herramienta, en la sección “Afectar”, haz clic sobre el primer cuadro (que es “Transformar capa”).

En las mismas opciones (hay varias, así que puedes desplazarte por ellas con las barras de desplazamiento que aparecen o agrandando la ventana de herramientas para que aparezcan todas), asegúrate de que las opciones aparecen como en la imagen de muestra:

- Dirección de la transformación: Directa (tradicional)

- Restricciones: Mantener proporción

Todas las demás casillas no debes marcarlas.


Ahora ponte sobre la capa con el ratón, aplasta el botón y arrastra hacia donde quieras. Verás como se cambia el tamaño a medida que arrastras.

Verás que también aparece un cuadro de diálogo donde se muestran las dimensiones de la capa. Puedes utilizarlo si deseas para modificar el aspecto de la capa, pero mejor hazlo con el ratón.

Una vez la capa tenga el tamaño que deseas, pulsa la tecla “Enter” o haz clic dentro del cuadro de diálogo en el botón “Escala”.


Ahora sí, vuelve a la ventana de herramientas, selecciona la herramienta “Mover” (el icono de las flechitas) y coloca las imágenes como desees que se vean. Pues ya está. Guardas el archivo y sólo tienes que colocarlo como papel tapiz. Para poder poner la imagen como papel tapiz, tienes que guardarla en formato JPGE o BMP (mejor JPGE, que no pesa tanto), pero primero guárdala como XCF para no perder las capas.


RECORTAR UNA IMAGEN

¿Qué hay que hacer si queremos recortar una imagen con más detalle? Por ejemplo, si lo que queremos coger esa botella de vino para colocarla en otra imagen. Pues es muy sencillo, aunque es bastante trabajoso según que imágenes.

Esto podríamos hacerlo empleando el método de la quickmask, como vimos anteriormente. Si deseas, puedes hacerlo de esa manera. Pero ahora vamos a ver otra herramienta: tijeras.


Lo que hace la herramienta Tijeras es permitirnos recortar la imagen de la forma que a nosotros nos venga en gana. En las opciones de la herramienta, hemos de marcar la opción de difuminar los bordes, como hicimos en el ejemplo anterior. De esta manera, el recorte no será tan brusco. Dependiendo del efecto que busques causar, auméntalo o disminúyelo. En este ejemplo vamos a usar un radio de 5.

Nos acercamos entonces a la imagen y allí, elegimos la herramienta Tijeras. Así, hacemos clic en un punto del perfil de la imagen que deseamos recortar. En este caso, la botella.

Aparecerá un punto grueso marcando el lugar donde hemos hecho clic. Al hacer clic en otro lugar cercano, aparecerá otro punto unido al anterior por medio de una línea. A partir de ahí, vamos haciendo clic perfilando toda la imagen. Fíjate que los puntos están más o menos unos cerca de otros. Esto es debido a que la línea que trazan entre ellos es más o menos recta, con lo que debes seguir el contorno de un objeto curvo haciendo clic siempre cerca del punto anterior.


Cuando hayas rodeado todo el objeto haz clic en el primer punto que hiciste y la selección quedará cerrada.

Después, haz clic en el interior de la selección y aparecerá la característica “fila de hormigas” que indica una selección.


Ahora sólo tenemos que copiar y pegar en otro lugar (no te olvides de lo de las capas del ejemplo anterior). Aquí lo hemos hecho sobre un fondo negro para que veas como queda una imagen recortada con un difuminado de radio 5 y así puedas hacerte una idea de qué difuminado emplear.


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