Mamá Cigüeña, una historia para contar.

EDITA: C.E.I.P. MARIBÁÑEZ – A.M.P.A. “TRIGALES” DEL C.E.I.P. MARIBÁÑEZ. COLABORA: EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA. C.E.P. DE LEBRIJA. E.O.E. DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA. MECENAZGO. AUTOR DE TEXTOS E ILUSTRACIONES: COMUNIDAD EDUCATIVA DEL C.E.I.P. MARIBÁÑEZ. DEPÓSITO LEGAL: SE 1171 – 2014

Dedicatoria

A todos y todas aquellas personas que han hecho posible el nacimiento de este

anhelado libro; y sobre todo a nuestros alumnos y alumnas que han sabido

siempre de la importancia de las cigüeñas en nuestro pueblo, porque sin ellas nada hubiese sido igual en la vida cotidiana de

Maribáñez.

Mª Montserrat Martínez García Directora del C.E.I.P. Maribáñez.

ÍNDICE

Prólogo……………………………………………………………………………... Capítulo 1: Mamá y papá cigüeña………………………… Capítulo 2: Eligiendo un lugar……………………..……….. Capítulo 3: La torre del pueblo………………………………. Capítulo 4: Hacemos el nido…………………………………….. Capítulo 5: El nacimiento de Cigüeñino……………… Capítulo 6: Una fiesta especial………………………………… Capítulo 7: El primer vuelo……………………………………… Capítulo 8: La familia unida…………………………………… Capítulo 9: Llega el verano……………………………………… Capítulo 10: Viaje al parque……………………………………. Capítulo 11: Vuelos sobre el cole……………………………. Capítulo 12: Vientos de otoño…………………………………. Capítulo 13: Una lluvia muy fuerte…………………….. Capítulo 14: La torre está rota………………………………… Capítulo 15: ¡Adiós a todos!.................................... Capítulo 16: Días de espera……………………………………… Glosario…………………………………………………………………………. Han trabajado en el libro…………………………………....... Nuestros mecenas………………………………………………….......

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Prólogo

Leer es como abrir las alas al viento y planear

los cielos oteando la inmensa planicie con la imaginación. Escribir es como bordear imaginariamente las corrientes de aire en busca de alimento, dejando una estela de sensaciones a quien pueda descifrar el mensaje.

Alguna insondable sensación de angustia y pena había hecho que la dama de aquel alminar del templo de Nuestra Señora de las Marismas dejase de leer y escribir en sus cielos.

Ese campanario no era el mismo sin su estampa. Pero el imaginario colectivo, los deseos y el ímpetu de los niños y niñas de Maribáñez, que habían buscado las sombras de sus alas y sus figuras descansadas sobre una pata en aquella torre, ha removido las conciencias en la escuela. Y guiados por sus maestros y maestras, comenzaron a leer, escribir, hablar y conversar, a crear imaginando para que les llegase el eco de su mensaje a las cigüeñas y restaurar la normalidad perdida en el sello distintivo de su pueblo. Porque las torres sin cigüeñas languidecen al igual que los libros que nadie lee se cuartean de pena y humedad. Tanta ha sido la voluntad, que una extraña llamada ha empujado a la

guardiana de la torre a volver a su antigua azotea con su familia. Han sido tan fuertes las ganas de que regresase, tantos los escritos, los dibujos que los engalanan, que han vuelto a sentirse protagonistas. Ya están de nuevo en su casa, crotorando con ese aire majestuoso, misterioso, casi sagrado.

Están contentas, hasta parecen esbozar una sonrisa con sus picos, con esa pose de prestancia y presumida de quien se siente importante. Y volverán a recomponer su nido cada año por San Blas, si los niños y niñas no dejáis de escribirles, de contarles y de leerles libros sobre aventuras y rincones remotos, de más allá de las marismas, a los que a ellas les cuesta llegar volando.

D. Juan Carlos Rico Leonor Inspector de Educación.

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CAPÍTULO 1

MAMÁ Y PAPÁ CIGÜEÑAMAMÁ Y PAPÁ CIGÜEÑAMAMÁ Y PAPÁ CIGÜEÑAMAMÁ Y PAPÁ CIGÜEÑA ABÍA una vez, hace ya algunos años, una pareja de cigüeñas que quería formar una familia.

Mamá Cigüeña era blanca como la leche y su puntiagudo pico era rojo como los tomates palaciegos.

Papá Cigüeña era algo más grande que Mamá. Sus plumas eran negras como el carbón y sus zancudaszancudaszancudaszancudas patas, rojas como el rubírubírubírubí.

A Mamá Cigüeña le gustaba vestirse con un pequeño gorrito rojo con lunares azul cielo, atado a su largo y estilizadoestilizadoestilizadoestilizado cuello. Papá Cigüeña presumía de su elegante pajarita que llevaba atada al cuello. Solía caminar por los campos con un ritmo lento y constante con el cuello muy estirado para que los gorriones y otras aves pudiesen admirar su estimado atuendoatuendoatuendoatuendo.

Las dos cigüeñas acababan de llegar de tierras

muy, muy lejanas, concretamente de Kenia (África), para pasar en España la primavera y el verano.

En su travesía habían cruzado tierras fértiles y

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áridas y hasta el mismísimo Estrecho de Gibraltar. Antes de cruzarlo se habían detenido a descansar y compartir experiencias con otras amigas.

Esperando a que llegasen las corrientes de aire que les ayudaran a cruzar más fácilmente el mar, se habían encontrado con buitres leonados, pelícanos, grullas y otras especies de aves que, como ellas, se habían detenido para recuperar fuerzas, acicalarseacicalarseacicalarseacicalarse y entablar nuevas amistades.

Nuestras dos jóvenes amigas siempre estaban crotorcrotorcrotorcrotoranananandodododo y contándoles a las demás aves que querían quedarse a formar una familia en algún tranquilo y fértil campo sevillano, pues ya les habían hablado muy bien de esas tierras.

Así que, una bonita y fresca mañana del mes de febrero alzaron el vuelo y planeando entre mullidas nubes que parecían de algodón llegaron a Andalucía, la tierra soñada.

A los lugareños ya se les oía cantar a menudo:

Por San Blas la cigüeña verás. Si no la vieres año de nieves.

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Mamá y Papá Cigüeña llegan a Andalucía, desde tierras Mamá y Papá Cigüeña llegan a Andalucía, desde tierras Mamá y Papá Cigüeña llegan a Andalucía, desde tierras Mamá y Papá Cigüeña llegan a Andalucía, desde tierras llllejanas para quedarse a vivir y formar una familia.ejanas para quedarse a vivir y formar una familia.ejanas para quedarse a vivir y formar una familia.ejanas para quedarse a vivir y formar una familia. Mum and Dad Stork arrive to Andalusia from far away to start a new life.

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CAPÍTULO 2

ELIGIENDO UN LUGARELIGIENDO UN LUGARELIGIENDO UN LUGARELIGIENDO UN LUGAR

así fue como nuestras dos simpáticas y peregrinas amigas llegaron a Maribáñez. Desde que entraron al apacibleapacibleapacibleapacible pueblo supieron

que les gustaba, por lo menos, a simple vista. Pasaron sobrevolándolo para echarle una

primera ojeada. Lo que primero vieron fue el parque, casi del mismo tamaño que el pueblo en el que se encontraban. Era una extensa arboleda lo que cubría el parque, a excepción de varios caminos y algún que otro claro.

Después, en un sereno planear recorrieron

muchas de sus calles. La mayoría, bastante anchas en las que se encontraban las casas que es como llaman las personas a sus “nidos”. Y se dieron cuenta que eran casi todas blancas con tejados rojos.

Más adelante vieron el depósito del agua y

pensaron que quizás podrían hacer el nido en la torre que allí se ubicaba, pero decidieron que no porque

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estaba demasiado alejado y que preferían un sitio en el centro del pueblo, cerca de las personas, ya que su presencia les brindababrindababrindababrindaba protección.

Tras realizar un vuelo panorámico de todo el pueblo, se dirigieron a la plaza, ya que vislumbraronvislumbraronvislumbraronvislumbraron una iglesia y pensaron que seguro que habría una torre cerca. Efectivamente, la torre se encontraba junto a ella. Era el edificio más alto del poblado, que se llamaba Maribáñez: una bella y delgada torre situada en el centro del pueblo. Justo en su capirote se veía una diminuta cruz, y debajo el campanario. Ése sería un lugar genial en el que podrían resguardarse del frío o de la lluvia.

Las dos “patilargas” se posaron sobre la querida torre y debatierondebatierondebatierondebatieron si se quedaban o no.

–Yo creo que sí deberíamos quedarnos –sugirió Papá Cigüeña– aquí podremos formar y criar a nuestra familia.

–No sé yo, –dijo Mamá Cigüeña– está un poco apartado y no se ven más cigüeñas como nosotros.

–Pero es bonito –explicó el padre– y, ¡muy tranquilo!

–Es verdad; tienes razón –afirmó la madre–. Además el campanario se ve seguro y confconfconfconfortableortableortableortable y

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así no me aburriré cuando me dejes sola y te des tus garbeosgarbeosgarbeosgarbeos matutinosmatutinosmatutinosmatutinos. Creo que los humanos tienen costumbre de venir todos a la iglesia cuando oyen el tañetañetañetañerrrr de las campanas, o eso me dijo en cierta ocasión una golondrina.

–Bueno, vaaa... Nos quedamos –afirmó en último lugar Mamá Cigüeña.

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La pareja de cigüeñas llega a Maribáñez, observa el lugar y La pareja de cigüeñas llega a Maribáñez, observa el lugar y La pareja de cigüeñas llega a Maribáñez, observa el lugar y La pareja de cigüeñas llega a Maribáñez, observa el lugar y decide quedarse en la torre de la iglesia.decide quedarse en la torre de la iglesia.decide quedarse en la torre de la iglesia.decide quedarse en la torre de la iglesia. The pair of storks arrives to Maribáñez; they observe the area and decide to stay in the church´s tower.

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CAPÍTULO 3

LA TORRE DEL PUEBLOLA TORRE DEL PUEBLOLA TORRE DEL PUEBLOLA TORRE DEL PUEBLO ASARON varias horas y ya estaban orgullosísimos de haber elegido esta torre, la

única, la más alta, la más hermosa de este pequeño poblado. Esta torre les recordaba a los alminaresalminaresalminaresalminares africanos, pero sin piedra esculpida con mensajes árabes y sin pequeños arcos de medio punto.

Papá Cigüeña manifestó: – ¡Es perfecta para nuestro nido! ¡Podremos

tener crías que serán tan lindas como tú! A lo que Mamá Cigüeña contestó:

– ¡Se parece a nuestra antigua casa! Estaremos muy a gusto. ¡Vamos, “a gustísimo”!

–A ver, a ver.... ¿dónde quedaría mejor el nido?... Porque según mis cálculos, aproximadamente esta torre puede medir unos treinta metros. Es alta, su color amarillo suave es bonito, brillante. Da sensación de tranquilidad, calor y limpieza –dijo Papá Cigüeña y prosiguió dialogando con su señora– Tiene cuatro paredes que forman un prisma cuadrangular, veintisiete saeteras, cuatro vanos,

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muchas piezas de metal y un gran capirote muy puntiagudo terminado en una especie de pararrayos muy fino. Es elegante, agradable para la vista pero, ¿por qué brillará tanto el capirote? ¿Será que le da el sol? o, ¿será por el tipo de piedra que contiene?

Entonces, Mamá Cigüeña bromeó con gracia: – ¡Qué vocabulario tiene usted, señorito! No me

lo esperaba. Aaaah, parece que has estudiado en la Universidad de El Cairo y que eres un gran profesor de Matemáticas e Ingeniería.

Tras este larguísimo diálogo, decidieron realizar un vuelo de reconocimiento alrededor de la torre. Fueron disminuyendo la velocidad para observar mejor su nuevo entorno. Lo hicieron juntos, ella detrás de él. Estaban emocionados. Después de un mes de larga búsqueda, ese pequeño vuelo resultó fantástico, emocionante, espectacular. En fin, no tuvieron palabras para definir lo que estaban sintiendo.

–Prepárate, señora mía, aterrizaremos en cinco

segundos aproximadamente. Prepara tus patas, estira tu bello cuello, extiende tus hermosas alas que el aterrizaje lo realizaremos con salero y finura.

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Sssssssssss… lentamente alargaron sus articuladasarticuladasarticuladasarticuladas patas y recogieron sus grandes alas.

Una vez logrado aterrizar en el lugar elegido, se pusieron picos a la obra. Agacharon sus cabezas. Colocaron sus picos en oblicuo; observando y observando divisaron varios nidos de unas nuevas aves llamadas golondrinas. Vivían debajo de su nuevo hogar. Sus casas daban la impresión de ser extrañas y gigantescas medias cáscaras de nueces con un agujero por donde entrar y salir. Pero tenían otros vecinos, se decían llamar “los gorris”, aunque su nombre científico es Passer Domesticus. Los niños del pueblo los llaman gorriones.

Mientras hablaban, la algarabíaalgarabíaalgarabíaalgarabía de personas en la plaza hacía su aparición. A lo lejos se veían niños de corta edad jugando al fútbol, otros al pilla–pilla, otros tantos al escondite y al elástico. También se veían personas mayores tomando un cafelito, jugando al dominó y a las cartas en los soportalessoportalessoportalessoportales de la Plaza Mayor.

Mientras jugaban a los juegos tradicionales de

aquel pueblo, un grupo de niños de unos diez o doce

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años se dio cuenta de que dos preciosas y elegantes cigüeñas estaban observando el campanario, revoloteando sin cesar. Se quedaron con la boca abierta por su tamaño y por el sonido que emitían.

Un niño dijo a otro: – ¡Mira qué pájaros! A lo que el otro contestó: –Esos pájaros son cigüeñas… porque lo he leído

en un libro de Jordi Sierra i Fabra. Llamaron a sus amigos para acercarse a la

torre y descubrir qué nuevas aves llegaban a su poblado. Lo hicieron sigilosamentesigilosamentesigilosamentesigilosamente, con precaución para no asustarlas. Se dividieron en pequeños grupos de tres. Cada uno se acercó por un lateral de la torre. No había palabras para describir lo que estaban divisando.

Se dieron cuenta de algo raro, extraño. Las cigüeñas parecía que hablaban entre sí.

Entonces, todos se quedaron pasmadospasmadospasmadospasmados, petrificadospetrificadospetrificadospetrificados. ¿De dónde vendrían? ¿Se quedarían a vivir en nuestra torre? ¿Tendrían crías?... Todos tenían ganas de llegar a sus casas para informar a sus seres queridos de lo que habían visto y vivido.

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Tras el vuelo de reconocimiento, Tras el vuelo de reconocimiento, Tras el vuelo de reconocimiento, Tras el vuelo de reconocimiento, la torre del pueblo se la torre del pueblo se la torre del pueblo se la torre del pueblo se convierte en su nuevo hogar, ante la sorpresa de niños y convierte en su nuevo hogar, ante la sorpresa de niños y convierte en su nuevo hogar, ante la sorpresa de niños y convierte en su nuevo hogar, ante la sorpresa de niños y mayores.mayores.mayores.mayores.

After the first flight, they choose the village´s tower as their new home, to the surprise of the children and the elders.

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CAPÍTULO 4

HACEMOS EL NIDOHACEMOS EL NIDOHACEMOS EL NIDOHACEMOS EL NIDO ICOS a la obra! Empezaron a hacer su residencia de verano. Papá Cigüeña esbozóesbozóesbozóesbozó: – ¡Buscaremos los materiales necesarios para

construirla! Lo haremos de forma tradicional como lo hicieron nuestros antepasadosantepasadosantepasadosantepasados. Nos dividiremos para realizar el trabajo más rápidamente. Yo buscaré las suficientes ramas para construir nuestro nido y tú las entrelazarás mientras tanto. ¿Estarás de acuerdo, no?

De esta forma, se organizaron. Papá Cigüeña se dirigió a los campos de cultivo de los alrededores que estaban cerca y así no tendría que volar tanto.

El elegante animal llegó al campo con ganas de

trabajar. ¡Estaba muy animado! Se posó en un árbol, estiró su cuello hacia atrás, crotoró y... empezó a recoger ramas, cerró su pico anaranjado como el sol al atardecer, y se fue hacia el oeste, en dirección a la torre.

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–Cariño, aquí tienes, las mejores ramas de pino piñonero que he podido encontrar –dijo Papá Cigüeña.

–Muchas gracias, “mi arma”, ¡uy, se me ha pegado el acento andaluz! Como sigamos así, nuestro hijo será un andaluz de pura cepa –dijo Mamá Cigüeña.

–Nuestro nido será grande, cómodo y espacioso. Por si acaso, como dice el dicho, la cigüeña nos trae algún que otro cigoñinocigoñinocigoñinocigoñino de París –dijo el futuro papá.

Las cigüeñas alternaban la búsqueda de comida

con la construcción del nido. De vez en cuando, paraban e iban a reponer fuerzas. Pequeños ratoncillos, gusanos, insectos… les servían de alimento.

– ¡No comas tantas lombrices que puede darte un cólico! –dijo Mamá Cigüeña.

Los días se iban sucediendo y poco a poco el nido iba tomando forma. Y el ir y venir de las cigüeñas se repetía sin cesar.

Por fin llegó el momento tan deseado y Mamá

Cigüeña exclamó: – ¡Gracias a Dios que hemos terminado! El

nuestro es el mejor nido de todo Maribáñez.

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Tendremos todas las comodidades en este precioso pueblo: buena comida, buen ambiente, un pedazo de clima y muchas personas agradables. Viviremos una época de mucha felicidad.

En ese mismo momento, cuando las cigüeñas descansaban, los niños pequeños, desde la plaza, comenzaron a cantarles una cancioncilla de bienvenida:

Cigüeñas, cigüeñitas, ¿Por qué sois tan bonitas?

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Las cigüeñas comienzan a recoger ramas y otros materiales Las cigüeñas comienzan a recoger ramas y otros materiales Las cigüeñas comienzan a recoger ramas y otros materiales Las cigüeñas comienzan a recoger ramas y otros materiales para construir su nido.para construir su nido.para construir su nido.para construir su nido.

The storks begin to pick up branches and other materials to build up their nest.

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CAPÍTULO 5

EL NACIMIENTO DE EL NACIMIENTO DE EL NACIMIENTO DE EL NACIMIENTO DE CIGÜEÑINOCIGÜEÑINOCIGÜEÑINOCIGÜEÑINO

N precioso día de primavera cuando el sol brillaba, Mamá y Papá Cigüeña se encontraban,

como de costumbre, en el campanario de la torre. De pronto, Mamá Cigüeña notó algo raro en su cuerpo que le hizo reposar sobre las mullidasmullidasmullidasmullidas ramas del nido. Papá Cigüeña se asustó un poco porque no sabía lo que le estaba sucediendo.

Al rato, se sintieron reconfortados y cuál fue la

sorpresa que se llevaron los dos cuando descubrieron que sobre el nido, Mamá Cigüeña había puesto un hermoso huevo blanco como la nieve. Se asombraron porque nunca antes les había ocurrido eso. Era la primera vez que Mamá Cigüeña ponía un huevo. Entonces, se quedaron esperando a ver lo que sucedía.

Papá Cigüeña dijo: – ¡No me lo puedo creer!, ¡qué huevo tan bonito!

Cariño, ¡se parece al huevo de una gallina, pero es un poco más grande!

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– ¡Sí, es verdad! –Le respondió Mamá Cigüeña–. Aunque sólo hayamos puesto uno, lo cuidaremos como oro en pañooro en pañooro en pañooro en paño.

Las cigüeñas estaban muy contentas, pero a la vez algo nerviosas porque estaban viviendo nuevas experiencias.

Durante el tiempo que duró la incubaciónincubaciónincubaciónincubación de aquel único huevo, Mamá y Papá Cigüeña se turnaban para cuidarlo y nunca dejaron el nido solo a la hora de ir a buscar alimentos.

Un luminoso día, mientras cuidaban el nido, sintieron como el huevo se movía. Rápidamente se pusieron a observarlo. De repente, el cascarón del huevo empezó a romperse lentamente, gracias al esfuerzo que se hacía desde el interior.

¡El bebé cigüeña salió por fin! Papá y Mamá Cigüeña se alegraron muchísimo al descubrir que era un macho precioso.

Cuando nació era como un polluelo. Sus alas no

eran blancas sino un poco grises como la ceniza. Sus padres tenían el pico y las patas rojos, en cambio los suyos eran todavía de un color parduzcparduzcparduzcparduzcoooo.

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Sus padres estaban contentísimos y muy emocionados, lo arropabanarropabanarropabanarropaban con mucho cariño y Mamá Cigüeña se puso a llorar de alegría, diciendo:

– ¡Es maravilloso! ¡Al fin somos padres! Espero que aprenda a volar pronto para poder dar muchos paseos con él.

Papá Cigüeña le preguntó a Mamá: – ¿No crees que tendrá hambre? Mamá Cigüeña le respondió: –Creo que sí porque abre el pico

desesperadamente. Entonces Papá Cigüeña se ofreció a ir a por

alimentos para su bebé.

Pasados unos días, los niños que estaban jugando en el parque de la plaza, se dieron cuenta de que había nacido una nueva cigüeña que se dejaba ver tímidamente en el borde del nido. De repente todos, emocionados, empezaron a gritar señalando hacia lo alto de la torre:

– ¡Mirad, mirad hacia arriba, en el campanario!

Nerviosos, se llamaban unos a otros para contemplar al polluelo. Al momento, la plaza se llenó de gente que miraba hacia el nido de la torre para

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observar al nuevo miembro de la familia de cigüeñas, y hablaban, susurrando entre ellos, sobre ese nuevo nacimiento.

El pequeño comía todo lo que le traían sus

padres: insectos, gusanos, lombrices... y la gente seguía mirando hacia lo alto ilusionada y muy contenta de poder contemplar aquel regalo de la naturaleza.

De pronto, unos niños gritaron en voz alta: – ¡Cigüeñino, Cigüeñino, Cigüeñinooooo!

Y así fue como desde aquel día, todos en el

pueblo lo llamaron por este nombre.

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Llega uno de los momentos más deseados: tras la incubación Llega uno de los momentos más deseados: tras la incubación Llega uno de los momentos más deseados: tras la incubación Llega uno de los momentos más deseados: tras la incubación del huevo nace nuestro querido Cigüeñino.del huevo nace nuestro querido Cigüeñino.del huevo nace nuestro querido Cigüeñino.del huevo nace nuestro querido Cigüeñino.

Finally, one of the most expected moments arrives: their dear son, Cigüeñino is born.

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CAPÍTULO 6

UNA FIESTA MUY ESPECIALUNA FIESTA MUY ESPECIALUNA FIESTA MUY ESPECIALUNA FIESTA MUY ESPECIAL mediados del mes de mayo, ya bien iniciada la primavera, el olor a azahar de la plaza del

pueblo invadía la torre y sus proximidades. Los niños empezaban a tener sus alergias, les picaban los ojos y la nariz. Alguno que otro decía que se ahogaba. Pero ellos seguían jugando y jugando.

Cigüeñino estaba deseando bajar de la torre y montarse en los columpios. Pero ¡qué bien se lo pasaban! Él quería tener amigos como aquellos niños y niñas que no cesaban de gritar de alegría. Alguna que otra vez llegó a llorar pues no lograba entender por qué él tenía otro aspecto. ¿Por qué tenía cuello largo, plumas y una boca tan rara?

Pero aquella mañana del 18 de mayo, el olor a azahar se mezcló con otras fragancias. Esencias a romero y a incienso se mezclaron con los sonidos ya conocidos del repicar de las campanas, el relinchar de caballos y el que producen las herraduras de estos animales cuando van caminando. Asimismo, el

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tamboril y la flauta rociera hicieron su gran aparición animando el ambiente.

El día anterior, Mamá y Papá Cigüeña ya se percataronpercataronpercataronpercataron de que algo raro se estaba produciendo. Caballos de aquí para allá, señoritas con trajes de faralaesfaralaesfaralaesfaralaes en los brazos, señoras con rulos puestos en sus cabezas, el sacerdote abriendo y cerrando la iglesia, ruidos de tractores recorriendo la calle Pares...

–Pero ¿qué está ocurriendo? –dijo Mamá Cigüeña.

–No te preocupes que ya lo adivinaremos –dijo Papá Cigüeña–. Todo esto me suena a alguna celebración. Cariño, recuerda que estos días de incertidumbreincertidumbreincertidumbreincertidumbre ya los hemos vivido en otras tierras.

Cigüeñino, calladito, observaba y observaba. Ese día le hubiera encantado bajar al tejado del pequeño kiosco gris de la plaza, pero recordó que aún no sabía volar. Le asustaba el sonido de los cascos de las jacas y los ladridos de los perros que las acompañaban, todo esto hacía que las pupilaspupilaspupilaspupilas de sus ojos se dilatasendilatasendilatasendilatasen tanto que se le iban a salir de sus órbitasórbitasórbitasórbitas.

Llegó el día siguiente y al parecer los maribañeros ya lo tenían todo preparado para ir a la romería. Cohetes, carretas, caballos, cantes, bailes, el patrón San Isidro y niñas jóvenes preciosamente

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arregladas se reunieron junto al hogar de las cigüeñas. Unos animales muy extraños para Cigüeñino hicieron por primera vez su aparición.

En ese momento Mamá Cigüeña apurada, reflexionóreflexionóreflexionóreflexionó:

–Pero…. papá, no puedo creer lo que veo ¡Son dos bueyes, como los que habitan en el Bajo Egipto! Pero… en esta ocasión no están arando sino... a ver, a ver que vea bien…. es una carreta con una pequeña figura de un hombre dentro. ¿Qué significará?

Como siempre, el pequeño cigüeñatocigüeñatocigüeñatocigüeñato, aprovechó

para preguntar de qué animal estaban hablando. Él era la primera vez que los veía.

Y así, Papá Cigüeña, volvió a comenzar su gran clase magistral:

–Los bueyes son toros castradoscastradoscastradoscastrados, animales que ayudan a los hombres a realizar sus tareas en el campo –relató con soltura.

Una golondrina fue a visitarlos comentándoles

que estas fiestas eran una tradición en el pueblo realizándose desde que los colonoscolonoscolonoscolonos llegaron al mismo.

Su destino era un sendero de tierra que los llevaba al “calcalcalcal----litá”litá”litá”litá” formado por un conjunto de árboles cuyo nombre real eran eucaliptos. Allí, los

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mansos, los cabestros, los caballos, los ponis... descansarían hasta bien entrada la tarde. Durante ese tiempo, los habitantes del pueblo comían, cantaban y bailaban sin cesar.

La curiosidad de Mamá Cigüeña hizo que se apuntase a la fiesta de la romería.

En su trayecto tuvo que esquivar algún que

otro cohetazo, pues no sabía con exactitud la dirección que llevaban.

La comitivacomitivacomitivacomitiva se detuvo en el camino y Mamá Cigüeña se preguntó qué sucedía. A su lado apareció un “espulgabueyes” que le dijo, acercándose suavemente en el aire:

–Los hombres del pueblo están realizando la bendición de los campos en honor a su patrón San Isidro para rogarlerogarlerogarlerogarle que las cosechas sean fructíferasfructíferasfructíferasfructíferas.

Y volando, volando, atravesando campos y acequias Mamá Cigüeña llegó a aquel lugar. Allí se posó en un eucalipto para seguir admirando la belleza de las fiestas andaluzas. Al atardecer decidió volver a casa. No eran horas para estar en el campo, la noche estaba a punto de caer y el cansancio estaba llegando a sus alas.

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A mediados del mes de mayo, los “maribañeros” celebran la A mediados del mes de mayo, los “maribañeros” celebran la A mediados del mes de mayo, los “maribañeros” celebran la A mediados del mes de mayo, los “maribañeros” celebran la romería romería romería romería en honor a su patrón “San Isidro Labrador”.en honor a su patrón “San Isidro Labrador”.en honor a su patrón “San Isidro Labrador”.en honor a su patrón “San Isidro Labrador”.

In the middle of May, the “maribañeros” celebrate a local religious festival in honour of “San Isidro”.

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CAPÍTULO 7

EL PRIMER VUELOEL PRIMER VUELOEL PRIMER VUELOEL PRIMER VUELO ABÍAN transcurrido casi tres meses desde el nacimiento de Cigüeñino, cuando la familia de

cigüeñas, que se encontraba sobre el nido, decidió que esa mañana era la ideal para iniciar el primer vuelo de su hijo, alrededor del campanario de la torre.

Entonces, muy entusiasmados, los padres empezaron a decirle animosamenteanimosamenteanimosamenteanimosamente a su cría:

–Cigüeñino, ¡hoy va a ser un día muy especial para ti porque vas a realizar tu primer vuelo!

El pequeño estaba un poco asustado y tembloroso porque no sabía si le iba a salir bien o si podría hacerse daño. También lo paralizaba un poco la altura a la que se encontraba, y el hecho de si sería capaz de recordar o no los consejos que sus padres, en días anteriores, le habían ido dando sobre cómo volar.

– ¿Estás preparado hijo? –le preguntó su mamá.

A la pequeña cigüeña no le salían las palabras. Pasados unos segundos, Cigüeñino cabizbajocabizbajocabizbajocabizbajo,

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respondió: – ¡No estoy muy seguro! Sus padres intentaron animarlo: – ¡Es normal que te pongas un poco nervioso!

Todas las cigüeñas tuvimos ese momento de miedo alguna vez, ¡pero no te preocupes! ¡Estaremos a tu lado en todo momento! Y te iremos recordando lo que tienes que ir haciendo a cada instante. Ten siempre presente que debes abrir muy bien tus alas, para poder planear y que la corriente del viento te lleve y eleve.

– ¡Seguro que lo consigues! –dijo Mamá Cigüeña.

– ¡Vale, mamá! ¡Lo intentaré! ¡Ya estoy preparado! –respondió el pequeñín colocándose en el filo del nido, diciendo:

– ¡Allá voooyyyyyy! En ese mismo instante, Cigüeñino se lanzó al

cielo casi con los ojos cerrados, pero rápidamente los abrió, aleteó un poco sus alas y a continuación, las desplegódesplegódesplegódesplegó lo más que pudo. Aunque su vuelo no era tan constante ni raso como el de sus padres, porque se iba para todos los lados, daba más vueltas que una noria.

A Cigüeñino le costaba mantenerse en equilibrio sobre el aire. Se sentía un poco mareado,

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parecía que todo giraba a su alrededor, como si estuviese dentro de una lavadora. Todo le daba vueltas y vueltas.

Pero poco después, escuchó la voz de sus padres diciéndole:

–Cigüeñino escucha lo que te vamos a decir, presta atención ¡abre las alas y planea! Mira cómo lo hacemos nosotros, porque si no te darás un coscorrón que no olvidarás jamás.

En ese momento, Cigüeñino extendió sus alas y comenzó a volar con un poco de torpeza. A él le parecía que lo estaba consiguiendo, se sentía contentísimo de estar flotando en el aire. Era una sensación indescriptible sentir el cosquilleo del aire entre sus plumas.

– ¡Vamos allá Cigüeñino! Lo estás haciendo muy bien, campeón –dijo su mamá.

– ¿De verdad lo crees, mamá? –preguntó Cigüeñino.

–Pues claro hijo, ¡lo haces fenomenal! –le respondió su padre.

–Me gusta volar y estoy contento –dijo el pequeño Cigüeñino.

La gente que se encontraba por las calles del poblado, comenzaron a observar que en el cielo ya no

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volaban dos cigüeñas... sino tres, porque ahora los papás iban acompañados del pequeño.

Al instante, comenzaron a salir de las casas más y más personas, casi todo el pueblo estaba observando el primer vuelo de Cigüeñino. Los que más se sorprendían eran los pequeños del poblado.

– ¡Mamá, abuelaaa...!, mirad como Cigüeñino vuela soliiitoooo –dijo un niño gordito.

–Es verdad –le respondieron otros amigos que también lo estaban viendo.

Y los zagaleszagaleszagaleszagales que se encontraban por la plaza correteaban con los brazos abiertos detrás de Cigüeñino. Intentaban perseguirlo y parecía que toda la plazoleta estaba llena de aviones, porque los más pequeños se lo estaban pasando genial imitando el vuelo de las cigüeñas.

Ahora tocaba el momento de regresar a casa. Primero aterrizó en el nido Papá Cigüeña, luego Mamá; mientras, Cigüeñino los observaba desde el aire diciéndoles en voz alta:

– ¡Ya estoy preparado, lo voy a intentar! Se dirigió hacia el nido, pero iba tan rápido que

se lo dejó atrás. Lo volvió a intentar, pero casi topa con una farola. Y al cabo de muchos intentos, tras esquivar un árbol, los cables del tendido eléctrico… por

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fin consiguió aterrizar sobre el nido. Sus padres le aplaudieron y gritaron de

alegría: – ¡Muy bien! lo conseguiste, ¡lo has hecho

verdaderamente bien! Las personas que se encontraban viendo aquel

primer vuelo aplaudieron muy entusiasmados y llenos de alegría cuando Cigüeñino consiguió aterrizar.

Entre ellos, se encontraba un abuelo con sus dos nietecitas. Éste, pausadamentepausadamentepausadamentepausadamente les contó lo bonito y especial que es para el pueblo tener cigüeñas en la torre de su campanario, por la belleza que estos animales dan al paisaje. Las niñas lo escuchaban con mucha atención. Además, el abuelo les dijo que las cigüeñas son una especie protegida y que los hombres las cuidan con mucho interés. Desde siempre hubo poetas que se acordaron de ellas… y susurrándoles al oído, casi besándolas, les recitó:

Que no me digan a mí que el canto de la cigüeña no es bueno para dormir.

Si la cigüeña canta arriba en el campanario,

que no me digan a mí que no es del cielo su canto.

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Transcurridos tres meses, Cigüeñino realiza su primer vuelo Transcurridos tres meses, Cigüeñino realiza su primer vuelo Transcurridos tres meses, Cigüeñino realiza su primer vuelo Transcurridos tres meses, Cigüeñino realiza su primer vuelo ante la mirada atenta de sus padres.ante la mirada atenta de sus padres.ante la mirada atenta de sus padres.ante la mirada atenta de sus padres.

After three months, Cigüeñino makes his first flight under his parents´ supervision.

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CAPÍTULO 8

LA FAMILIA UNIDALA FAMILIA UNIDALA FAMILIA UNIDALA FAMILIA UNIDA N una tranquila y fresca mañana de finales de primavera, Cigüeñino se despertó con el canto de

sus vecinos, los gorriones y golondrinas.

Su madre lo miró con cariño y le preguntó: – ¿Quieres dar un paseo con papá y conmigo,

ahora que ya sabes volar? Te mostraremos los lugares más conocidos y populares de Maribáñez y así podrás ir aprendiendo sus nombres y al mismo tiempo te servirá para que sepas orientarte en vuelo.

–Sí, sí, me gustaría mucho. –Respondió Cigüeñino.

Las tres cigüeñas comenzaron volando alrededor de la torre, dibujando amplios círculos. Allí mismo en la Plaza Mayor, Cigüeñino se comenzó a fijar en las personas y como era muy curioso preguntó:

–Mamá, ¿por qué esas personas están sentadas moviendo esas fichas blancas y negras? ¿Son bichos que se pueden comer?

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Papá Cigüeña, riéndose, respondió: –Ja, ja, ja. ¡Nooo! Son algunos abuelos del

pueblo que pasan las mañanas jugando al dominó. Es un juego en el que se utilizan unas fichas blancas con puntos negros. Es verdad que desde esta altura parecen insectos.

–Ah, bueno – respondió Cigüeñino– ¿Y por qué hay aquí tantos niños? –siguió preguntando.

Ahora fue su mamá la que respondió: –Aquí es donde los traen todos los días sus

mamás para que jueguen y se diviertan. Y como hoy es sábado... ¡Mirad y escuchad bien! Esa mujer está cantando y habla de nosotras.

Si no quiés paecerte a las cigüeñas

o te alargas las faldas o te cortas las piernas.

–Pero, sigamos. Tenemos que enseñarte aún otros muchos lugares –dijo Mamá.

Y las tres cigüeñas batieronbatieronbatieronbatieron las alas y planearon por todo Maribáñez. Cruzaron la calle Pares y sobrevolaron el “Parque”.

Cigüeñino volvió a preguntar:

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– ¿Por qué hay aquí tantos árboles y plantas y en la plaza no?

Papá Cigüeña respondió: –Pues porque éste es el gran parque, el “pulmón

de Maribáñez”. Las familias vienen aquí a pasear, comer, jugar y a pasar las tardes calurosas de verano al frescor de sus palmeras y pinos.

Continuaron su elegante y espectacular vuelo y

divisarondivisarondivisarondivisaron el colegio. –Mira, Cigüeñino, éste es el colegio. Aquí es

donde los niños vienen a aprender, a jugar, a divertirse… y a hacerse personas trabajadoras y responsables –dijo su mamá.

–En definitiva, donde empiezan a prepararse para su futuro –dijo Papá Cigüeña– Por cierto, ¿tú has pensado en él?

– ¿En qué papá? –dijo Cigüeñino. –No te hagas el distraído, que sabes muy bien

de que estoy hablando –comentó Papá Cigüeña. –Bueno, continuemos con nuestro paseo

ilustrado que no es el momento, Papá – intervino Mamá Cigüeña. Ya hablaremos más adelante de su futuro.

A regañadientes, Papá Cigüeña se calló y fue entonces cuando Cigüeñino remontó un impetuoso

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vuelo y se alejó algo de su familia.

Mamá y Papá Cigüeña lo siguieron de cerca sin perderle un minuto de vista, hasta que de nuevo se colocaron cada uno a un lado.

–Lo has hecho muy bien, aunque para que te sea menos fatigoso debes volar con el cuello estirado hacia adelante y ligeramente hacia abajo –dijo Papá Cigüeña.

–Gracias, papi. –No me des las gracias. Sencillamente es parte

de tu educación. Dentro de poco abandonarás el nido y debes estar preparado.

–Ah... ¿Qué es esa otra torre? –dijo Cigüeñino. –Es el depósito del agua –explicó el padre. –La nuestra es más bonita. –Se enorgulleció

Cigüeñino–. Y también más divertida. Aquí no pasa apenas nada.

El cielo azul ejercía un magnífico contraste con el plumaje blanco y negro de la familia unida.

Mamá Cigüeña decidió bajar a tierra firme, a los campos de cultivo próximos al poblado. Papá e hijo la siguieron.

Caminando por el suelo con paso lento y deliberadodeliberadodeliberadodeliberado, incluso se podría decir que con

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majestuosidad, Mamá Cigüeña miró de reojo a Papá y ambos decidieron que era el momento, Mamá Cigüeña dijo:

–Cigüeñino, es el momento en el que queremos que nos hables de tus planes de futuro. ¿Cuándo piensas migrar a África?

–Pues, mirad. No creáis que no le he estado dando vueltas al pico. Creo que pasaré el verano con vosotros, seguiré preparándome y antes de que se acerquen los fríos del invierno, marcharé. La otra mañana mientras estabais buscándome comida se me acercó el vencejo que duerme en la vieja palmera y me comentó que un buen lugar para emprender una nueva vida en solitario es el “Valle del Nilo”. Me dijo que es un lugar con mucha cultura y que de los ancestrosancestrosancestrosancestros que duermen allá, entre los faraones de piedra, podré aprender mucho.

–Pues tienes razón, hijo. A ti que te gusta tanto la historia de los pueblos, creo que estás pensando en una muy buena elección –dijo Papá Cigüeña.

Y así fue como los tres terminaron su fructífero paseo matutino. Llegaron de nuevo a la torre del campanario bañada ya por el sol de mediodía, giraron algunas veces sobre el punto de aterrizaje y se asentaron cómodamente en su confortable nido.

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¡¡¡¡Cigüeñino ya sabe volar! Junto a su familia recorre los Cigüeñino ya sabe volar! Junto a su familia recorre los Cigüeñino ya sabe volar! Junto a su familia recorre los Cigüeñino ya sabe volar! Junto a su familia recorre los lugares más importantes del pueblo.lugares más importantes del pueblo.lugares más importantes del pueblo.lugares más importantes del pueblo.

Cigüeñino can fly already! He then visits the most important places in the village with his family.

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CAPÍTULO 9

LLEGA EL VELLEGA EL VELLEGA EL VELLEGA EL VERANORANORANORANO L calor intenso del verano cayó sobre nuestra familia aladaaladaaladaalada de golpe como un rayo en una

violenta tormenta. La calle estaba desierta, ya que era la hora más

calurosa del día. El asfalto estaba tan caliente que parecía que se derretía. El cielo, totalmente despejado. Sólo ese sol abrasadorabrasadorabrasadorabrasador, tan amarillo y espléndido, parecía el dueño y señor del pueblo.

Las cigüeñas, en su nido, pasaban lánguidamentelánguidamentelánguidamentelánguidamente estas ardientes horas. Mamá y Cigüeñino dormían. De pronto, un ruido extraño despertó a Cigüeñino.

Era su padre crotorando, como hacía todos los veranos cuando llegaba el buen tiempo. La madre de Cigüeñino le exclamó a su marido:

– ¡Cómo has podido empezar a crotorar sin mí! –Lo siento –dijo el padre. Venga, empecemos los

dos a la vez: ¡Una, dos y... tres! –Tac, tac, tac, tac... –hacían los dos mientras

castañeaban el pico.

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Cigüeñino, con cara de sorpresa les preguntó a sus padres:

– ¿Qué estáis haciendo? – ¡Qué divertido! ¡Yo también quiero! –exclamó

Cigüeñino. –Plam, plam, plam... –intentó imitar el

extraño sonido que emitíanemitíanemitíanemitían sus mayores, pero no lo consiguió–. ¡No es justo! ¡Quiero hacer ese ruido! –se enfadó.

Su madre le contestó: –Venga… no te enfades, Cigüeñino... Que yo te

enseño. Primero, tienes que abrir bien el pico. Lo vamos a hacer despacito y luego un poco más rápido. Después, retira la lengua hacia atrás para que no te estorbe. A continuación, cierra y abre el pico muy rápido.

– ¡Tac! –hizo Cigüeñino. –Muy bien, pero no tan fuerte... –le explicó su

padre–. Ahora hazlo más veces seguidas y flojito o te harás daño. ¡Venga!

–Tac... Tac... Tac... –siguió las explicaciones de su padre.

– ¡Muy bien! ¡Lo has conseguido! ¡Enhorabuena! –Le felicitó su madre.

– ¡Hora de comer! –Dijo su padre– Tu madre y yo nos vamos a por la comida; tú espera aquí, hijo.

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– ¡Vale, papi! –dijo Cigüeñino. –También tenemos que ir a por ramas para reparar el nido, pues estos días pasados le he visto un pequeño agujero. –Le advirtió Mamá Cigüeña a su marido.

–De acuerdo –dijo Papá Cigüeña– ¡vámonos, qué tengo un hambre...!

Al rato, las dos adoradas cigüeñas volvieron al nido.

– ¡Hola, mami! ¡Hola papi! –Les saludó Cigüeñino– ¡cuánto habéis tardado!

–Hemos ido muy lejos –explicó la madre– hasta los arrozales, para coger estos cangrejos.

– ¿Y por qué? –preguntó el pequeño. –Porque tu queridísimo padre se ha empeñado

en comer hoy cangrejos –dijo su madre con tono sarcásticosarcásticosarcásticosarcástico y burlónburlónburlónburlón– ¿a qué sí, querido?

–Sííí... –respondió el padre–. Y una vez hayamos terminado de comer, arreglaremos el nido.

–Sí. Pero cada cosa a su tiempo –dijo la madre–. O... ¿no eras tú el que tenía tantísima hambre?

Se hizo el silencio (solía ocurrir cuando hablaba Mamá Cigüeña) y la familia comenzó a comer. Cuando terminaron, los padres empezaron a arreglar el pequeño agujerito con ramitas y algún que otro papelillo que encontraron por ahí.

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Cigüeñino, mientras tanto, miraba. – ¡Pon eso ahí! ¡No, ahí no, o se desmoronarádesmoronarádesmoronarádesmoronará

todo el nido! ¡Lo haces todo mal! ¡Deja que te enseñe! –le dijo la madre a su marido.

–Que sí, que sí mujer; no me atosigues. –Prosiguió el padre.

–Umm... ¡Lo sabía! ¡Si es que no sabes! – Dijo la madre– ¿Cierto?

–Llevas razón –contestó el padre– no sé. – ¡Ay... hijo mío! Cuando seas mayor, espero

que no seas tan inútil como lo es tu padre –dijo Mamá bromeando.

– ¡Ja, ja! –Se rió Cigüeñino– ¡papi, te ha llamado inútil! ja, ja...

–Eh... –se quejó el padre sin saber qué decir. –Trae, que ya lo hago yo –dijo la madre. En un momento el nido se arregló. Al día siguiente, la familia se refugió del tórridotórridotórridotórrido

sol en el campanario, ya que había entradas, corría algo de aire y estaba techado, con lo que en aquel momento daba la sombra. Era el lugar idóneo para pasar las tediosastediosastediosastediosas y calurosas tardes de verano.

– ¡Aquí ya no hace tanto calor! –Exclamó el pequeño– ¿por qué será?

–Porque estamos a la sombra –explicó el padre.

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El aburrimiento les invadió y los tres quedaron profundamente dormidos hasta que cayó la noche. Fue entonces cuando su madre semidormida regresó al nido y continuó con su placenteroplacenteroplacenteroplacentero sueño. Papá Cigüeña y Cigüeñino volaron hasta la cruz de la torre y comenzaron a hablar.

–Papi, –dijo Cigüeñino– ¿Qué es eso redondo y blanco que parece un queso?

–Eso es la Luna, Cigüeñino... –Y los puntitos brillantes, ¿qué son? –Estrellas. –Le aclaró su padre. – ¡La Luna y las estrellas...! –Dijo Cigüeñino. –

¿Y por qué están ahí arriba? –Pues... porque sí. –Dijo su padre que no

estando muy seguro de por qué. –Aaah... ¿Y por qué sí? –volvió a preguntar

Cigüeñino. – ¡Pues porque sí y punto! No sé cómo decírtelo

–respondió su padre– sólo están ahí arriba, flotando. – ¿Y por qué están todas juntas? – ¡Y yo que sé! ¡Estarán en una fiesta! ¿Qué

quieres que te diga? –Exclamó su padre–. Venga, ahora a dormir, cielo, ¡no ves que la luna nos manda al nido con su tenuetenuetenuetenue luz! ¡Hasta mañana, pequeño!

–Buenas noches, papi. –dijo Cigüeñino– Muaaaak.

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Llegado el verano Papá y Mamá Cigüeña enseñan a Cigüeñino Llegado el verano Papá y Mamá Cigüeña enseñan a Cigüeñino Llegado el verano Papá y Mamá Cigüeña enseñan a Cigüeñino Llegado el verano Papá y Mamá Cigüeña enseñan a Cigüeñino a crotorar.a crotorar.a crotorar.a crotorar.

When summer time arrives, Mum and Dad stork teach Cigüeñino how to sing.

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CAPÍTULO 10

VIAJE AL PARQUEVIAJE AL PARQUEVIAJE AL PARQUEVIAJE AL PARQUE MANECIÓ como de costumbre. Un sol como un pandero iluminaba hasta el último resquicioresquicioresquicioresquicio del

campanario. La familia cigüeña se acicalaba las plumas mientras acordaba dar un paseo por el maravilloso parque del poblado de Maribáñez, aprovechando que Cigüeñino ya sabía volar muy bien.

En el parque forestal, uno de los lugares donde el color verde predominapredominapredominapredomina por doquierdoquierdoquierdoquier, existía una amplia y variada flora y fauna. Al llegar a la arboleda pudieron observar infinidadinfinidadinfinidadinfinidad de ejemplares con troncos robustosrobustosrobustosrobustos y de copa frondosafrondosafrondosafrondosa, como abetos, pinos piñoneros, robles, palmeras, encinas, alcornoques, eucaliptos, moreras... También pequeños arbustos de tamaño reducido que daban aroma al lugar: romero, retama, tomillo, rosales... Además de todo lo anterior, se podían contemplar muchas flores que aportaban su color salpicando de margaritas, claveles, amapolas, tulipanes, hortensias, geranios… la

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fina hierba que de vez en cuando cortaba el jardinero del lugar.

Una vez vista desde el aire toda la vegetación,

se pararon a mirar de forma más detenida algunos animales que se dejaban ver tímidamente entre la retama.

Desde el cielo, Cigüeñino muy extrañado, preguntó a su madre:

–Oye Mami, ¿por qué hay tantas rayas en el suelo del parque?

–Esas rayas del suelo se llaman caminos, y sirven para que la gente pueda pasear por estos entornos sin pisar ni estropear las plantas que viven aquí.

– ¿Y por qué hay ahí una casita pequeña? ¿También viven personas? –dijo Cigüeñino.

–No, –contestó su padre– eso es un quiosco y ahí no viven las personas.

– ¿Y qué es un "quimosco"? –volvió a preguntar Cigüeñino.

–Se llama quiii–ooos–co y es un lugar donde van las personas a comprar todo tipo de chucherías, refrescos, agua… –contestó nuevamente Papá.

– ¡Ahhh…! –Dijo Cigüeñino– ya lo entiendo,

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entonces ¿puedo ir? – ¡Nooo! –respondieron a la vez Mamá y Papá

Cigüeña. Papá y Mamá Cigüeña le advirtieron a

Cigüeñino que no se acercara mucho a los humanos y Cigüeñino preguntó:

–Pero, ¿por qué no nos podemos acercar a los humanos?

–Porque nunca sabemos lo que nos pueden llegar a hacer –respondió su madre.

– ¿Nos podrían hacer daño? –volvió a preguntar Cigüeñino.

–No estamos seguros, pero por si acaso no te acerques y no correrás peligro. Me han contado que hay otras aves que viven en jaulas junto a ellos y nosotros no queremos vivir así, porque nos gusta estar libres, volando de un lugar a otro.

Papá Cigüeña que había escuchado con detenimiento la conversación entre ambos, dijo:

– ¿Oís el sonido de la campana señalando el mediodía? A estas horas a mí ya me entra un poco de hambre. ¿Qué os parece, si buscamos algo de comida? Recuerda, hijo, que las cigüeñas nos alimentamos caprichosamente de pequeños insectos como gusanos, lombrices, grillos, y también de pequeños roedores

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como ratones... ¿a ti qué te gustaría comer? –No sé… algo que sea fácil de coger… –Entonces vamos a pararnos en esta zona

apartada donde podremos conseguir algo más de comida, porque aquí junto a los pinos suele haber algo que llevarse al pico –dijo Papá.

Una vez que habían aterrizado sobre el suelo, comenzaron a buscar y Cigüeñino inclinó su hermoso cuello hacia abajo porque había visto un gusanito y con su pico anaranjado lo cogió para comérselo. Sus padres se pusieron muy contentos y lo felicitaron porque había sido muy habilhabilhabilhabilidosoidosoidosoidoso.

Desde aquel mismo instante, el pequeñín demostró que tenía una gran periciapericiapericiapericia para cazar.

Cada día que pasaba se sentía más preparado porque, sin duda alguna, se estaba haciendo mayor.

SaciadosSaciadosSaciadosSaciados sus estómagos, decidieron sobrevolar pausadamente el parque para seguir contemplándolo como verdaderos exploradores. Ágilmente, sorteaban pinos y palmeras que se erguíanerguíanerguíanerguían hacía el cielo creando una sombra que les invitaba a descansar.

Se lo estaban pasando muy bien, pero ya estaban algo cansados y el día estaba llegando a su fin. Decidieron volver al nido antes de que el ocasoocasoocasoocaso

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hiciese que el sol se escondiera por el horizonte para dar paso a una hermosa luna nueva.

Durante el vuelo de vuelta, ya casi en penumbrapenumbrapenumbrapenumbra, se divisaban brillantes los enormes ojos de las lechuzas, que posadas en las ramas de los árboles, inquietaron a Cigüeñino.

–Tranquilo, pequeño, tranquilo, ya estamos llegando a casa –dijo Mamá Cigüeña.

Ya en lo alto del nido, extenuadosextenuadosextenuadosextenuados por el cansancio, conversaron un rato sobre lo vivido en el parque, como solían hacer.

Agotados, Cigüeñino fue el primero en irse a dormir, dándoles un picotazo fortísimo a su madre y a su padre; deseándoles las buenas noches, como tenía costumbre antes de descansar en el nido.

La calma de la noche se adueñó del

campanario. El pueblo enmudeció y sólo las luces de algunas farolas dejaban ver las vacías calles.

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Tras un día en el parque, Cigüeñino demuestra a sus padres Tras un día en el parque, Cigüeñino demuestra a sus padres Tras un día en el parque, Cigüeñino demuestra a sus padres Tras un día en el parque, Cigüeñino demuestra a sus padres sus habilidades a la hora de cazar.sus habilidades a la hora de cazar.sus habilidades a la hora de cazar.sus habilidades a la hora de cazar.

After a day in the park, Cigüeñino shows his parents his abilities to hunt.

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CAPÍTULO 11

VUELOS SOBRE EL COLEVUELOS SOBRE EL COLEVUELOS SOBRE EL COLEVUELOS SOBRE EL COLE IENDO lunes, penúltimo día de cole, Cigüeñino pudo disfrutar del maravilloso amanecer de un

día de junio. Abrió sus ojos que como espejos de azabacheazabacheazabacheazabache cual dos amatistasamatistasamatistasamatistas negras, iluminaban su rostro. En un instante, asustado por el resplandor del mayor astro, el sol, volvió a cerrarlos y una pequeña lágrima le recorrió su puntiagudo pico.

– ¡Qué maravilla, mamá! ¿Cómo puede existir este espectacularespectacularespectacularespectacular amanecer en estas marismas?

Diciendo esto el pequeño cigoñino, fuertes sonidos procedentes de las calles llegaron a sus oídos.

– ¿Dónde van los niños con maletasmaletasmaletasmaletas? preguntó con intrigaintrigaintrigaintriga el pequeño.

–Los niños van a estudiar a una casa llamada escuela. En este pueblo se llama CEIP Maribáñez –contestó Mamá Cigüeña. Entonces, Cigüeñino, dirigiéndose a su padre, le dijo:

–Papá, ¿cómo lo sabéis? Si apenas lleváis cuatro meses en esta aldea.

–Hijo mío, aprendí mucho en mis largas

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estancias en África. Conocí muchos idiomas, entre ellos, el español; puesto que desde pequeño he viajado a España. Un día, en el que tú todavía no existías, me dediqué a pasear observando el nombre de las calles del poblado. Me llamó la atención una casa blanca con grandes dimensiones y muchas ventanas. Despacito, despacito me fui acercando a la enorme reja de la entrada. Me paré y pude observar una placa en la que se podía leer: CEIP MARIBÁÑEZ. ¡Qué casa tan rara! En ella, había muchos niños reunidos en habitaciones, que ellos llaman clases, con muchas mesas, sillas, ordenadores, lápices... Les he escuchado decir que les gusta mucho aprender. Yo quisiera que a ti te ocurriera lo mismo. Y siguió hablando Papá Cigüeña:

–Nosotros aprendemos unos de otros. Nuestros padres nos enseñan casi todo lo que necesitamos para vivir. A mí, mi padre, me enseñó a comer, a volar, a beber, a detectar los peligros... y sobre todo, a cazar. Es fundamental para nuestras vidas. Otro tanto lo hacemos nosotros: experimentamos, hacemos travesuras y aprendemos de nuestros propios errores.

Cigüeñino se quedó paralizadoparalizadoparalizadoparalizado, con las patas encogidas, temblorosas al ver todo lo que tendría que aprender para ser como sus queridos padres.

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Las horas iban pasando y la temperatura del lugar aumentaba. Cigüeñino comenzó a peinar su plumaje. Estaba húmedo. Él había aprendido a peinarse observando a su madre. El sudor le ayudó a aplanar sus plumas, parecía que se había puesto un gel fijadorgel fijadorgel fijadorgel fijador. Pero:

– ¡Qué calor hace! ¿Me llevarías a alguna charca para refrescarme?–dijo el cigüeñato.

– ¿Te conformas con un breve paseo a las cunetas de los campos? o ¿deseas ir a una fontanafontanafontanafontana o como la llaman aquí, una fuente? –dijo Papá Cigüeña.

La mamá interrumpió la conversación con un “crotoreo” insistente:

–Iremos donde yo diga. Te llevaremos al parque. Allí hay tres fontanas. Una de ellas está deterioradeterioradeterioradeterioradadadada, es la que se encuentra ubicada frente a la ruleta mareanteruleta mareanteruleta mareanteruleta mareante de los niños. Nos acercaremos sigilosamentesigilosamentesigilosamentesigilosamente a una de ellas para refrescarnos.

Sin rechistarrechistarrechistarrechistar, Papá y Cigüeñino obedecieron a la señora cigüeña.

Volaron y volaron hasta llegar a la extensa arboleda. Allí disfrutaron como nunca lo habían hecho. En familia, todos juntos. Se mojaron el plumaje de sus cabezas, el de la cola redondeada, el del cuello

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alargado, y como no, el de sus esbeltos cuerpos. Sus patas rojas quedaron chorreando.

– ¡Qué experiencia tan espectacular! –dijo Cigüeñino.

Después de una gran sacudida, comenzaron lentamente a abrir sus alas blancas como la leche. Decidieron enseñar a su cigoñino otra fuente cercana a su nido. Como era lunes, día 23 de junio, todavía había clases en el colegio. Papá Cigüeña encabezó el vuelo. Detrás lo seguían Mamá Cigüeña y Cigüeñino. Aterrizaron en la luminarialuminarialuminarialuminaria, el tejado más alto del cole. No había nadie en el patio así que aprovecharon para descender hasta el suelo cementado.

CautelosamenteCautelosamenteCautelosamenteCautelosamente fueron dando pequeñas pisadas hasta llegar a la fuente de los niños chicos. La fuente medía un palmo más que Cigüeñino. La rodearon, la observaron, la picotearon, pero el agua no brotababrotababrotababrotaba. No dejaron de mirarla. Después de todo era algo diferente y desconocido.

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Papá y MPapá y MPapá y MPapá y Mamá Cigüeña enseñan a Cigüeñino una hermosa casa amá Cigüeña enseñan a Cigüeñino una hermosa casa amá Cigüeña enseñan a Cigüeñino una hermosa casa amá Cigüeña enseñan a Cigüeñino una hermosa casa blanca, la escuela.blanca, la escuela.blanca, la escuela.blanca, la escuela.

Dad and Mum stork show Cigüeñino a beautiful white house, the school.

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CAPÍTULO 12

VIENTOS DE OTOÑOVIENTOS DE OTOÑOVIENTOS DE OTOÑOVIENTOS DE OTOÑO ASARON los días, las semanas y los meses, y como por arte de magia, llegó una nueva

estación. Amaneció un día de otoño, en el que las nubes teñían el cielo de gris y hacían que el sol no brillara.

El viento soplaba muy fuerte y se oía un ruido ensordecedor que hacía vibrarvibrarvibrarvibrar los cristales de las ventanas. Los árboles se quedaban sin hojas y las ramas se encontraban casi desnudas.

La hierba de la plaza estaba fría y mojada del rocío que había caído durante la larga noche. Las hojas corrían sin cesar de un lado para otro de la calle, empujadas por el fuerte viento.

El color verde de las hojas de los árboles se había tornadotornadotornadotornado desde el amarillo al marrón pasando por el ocreocreocreocre; colores propios del otoño.

Desde el nido, la pequeña cigüeña veía cómo la campana se movía sin sonar y se preguntó qué pasaba.

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–Mamá, mamá, ¿quién mueve la campana si no hay nadie cerca? –Es el viento, hijo mío –respondió Mamá Cigüeña, acurrucándoseacurrucándoseacurrucándoseacurrucándose en el nido. – ¿El viento? Su madre lo miró fijamente y le dijo: –Sal del nido y con cuidado ve hacia el otro lado del campanario; verás cómo tus plumas se erizanerizanerizanerizan sin que nadie las toque… eso, hijo, es el viento…

De regreso al nido, Cigüeñino exclamó: – ¡Brrrrrr, es verdad! ¡Qué frío! –y se refugió de nuevo junto a su madre.

Mientras Mamá Cigüeña lo protegía de la ventoleraventoleraventoleraventolera en su gran nido, situado en lo más alto de la torre, empezó a canturrearle una cancioncilla que les había escuchado a los niños cuando jugaban en la plaza:

El otoño llegó, abrígate bien.

Ponte la bufanda y el gorro también.

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En el cielo se podía observar como Papá Cigüeña iba y venía de las bonitas marismas del Guadalquivir, cargado de comida para su familia.

Al mirar al horizonte se podía contemplar

cómo los pájaros se agrupaban en bandadasbandadasbandadasbandadas dispuestos a migrar a un lugar más cálido; al igual que un poco más tarde, lo harían nuestras queridas cigüeñas. Ésas que revolotean en nuestro cielo, dando vida a esa torre parroquial y a este precioso pueblo blanco que, en pocos días, se quedará huérfano de ellas hasta la próxima primavera.

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Cigüeñino experimenta en sus propias plumas el efectCigüeñino experimenta en sus propias plumas el efectCigüeñino experimenta en sus propias plumas el efectCigüeñino experimenta en sus propias plumas el efecto del o del o del o del viento en un día típico de otoño.viento en un día típico de otoño.viento en un día típico de otoño.viento en un día típico de otoño.

Cigüeñino can feel the autumn wind run through his feathers.

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CAPÍTULO 13

UNA LLUVIA MUY FUERTEUNA LLUVIA MUY FUERTEUNA LLUVIA MUY FUERTEUNA LLUVIA MUY FUERTE E despertó el día con unas nubes grises de otoño y una fuerte lluvia acompañada de

centelleantescentelleantescentelleantescentelleantes truenos y rayos. Hacía mucho frío y a lo lejos se escuchaba el castañeocastañeocastañeocastañeo incesante producido por el pico de las tiritonastiritonastiritonastiritonas cigüeñas. Allí estaban acurrucadas en su nido, en el campanario de la alta torre. Estaba toda la familia de cigüeñas reunida a causa del miedo que les producía la ruidosa tormenta, por lo que decidieron quedarse en el nido del campanario y estar más seguras. De no ser así, podría llevarse el fuerte viento del otoño a Cigüeñino que aún no conocía los peligros de las lluviaslluviaslluviaslluvias torrencialestorrencialestorrencialestorrenciales de esta estación.

Sus padres tenían que explicarle al pequeño que salir un día de lluvia y de tormenta era demasiado peligroso para las cigüeñas y que, en esos casos, era preferible quedarse inmóviles en su nido.

Ante la situación, Papá Cigüeña advirtió al benjamín:

–Hijo, en un día como el de hoy no se debe salir

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a volar porque los rayos son demasiado peligrosos. Y Mamá Cigüeña aseveróaseveróaseveróaseveró al mismo tiempo:

–Sí hijo, escucha lo que te dice tu padre. Los rayos pueden quemarte y hacerte tanto daño que nunca volverías a volar. La lluvia mojaría tus alas y no podrías alzar el vuelo porque tus plumas “pipandopipandopipandopipando” te pesarían como el plomopesarían como el plomopesarían como el plomopesarían como el plomo.

El cigüeñato, atento a los consejos familiares, respondió nervioso y apresuradoapresuradoapresuradoapresurado:

– ¡Sí mami, en el nido estoy más seguro junto a vosotros!

Pero al instante, movido por una curiosidad propia de la edad, Cigüeñino cambió de idea y, en un descuido de sus padres, se situó al borde del nido con intención de desplegar sus alas. De pronto, sonó un fortísimo trueno cayendo un rayo luminoso muy cerca de donde ellos estaban. El hijo, muy asustado, retrocedió y se abrazó a sus padres diciendo:

– ¡Tengo mucho miedoooooooo! –Cariño, ¿no ves cómo te estábamos explicando

que el día estaba lluvioso y era demasiado peligroso salir a volar? –le aclaró su madre.

Los tres decidieron quedarse juntitos en el nido hasta que pasara la tormenta y llegara la calma con un día despejado y tranquilo en el que el sol volviese a lucir esplendorosoesplendorosoesplendorosoesplendoroso.

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Cigüeñino aprende que en un día de lluvia no es aconsejable Cigüeñino aprende que en un día de lluvia no es aconsejable Cigüeñino aprende que en un día de lluvia no es aconsejable Cigüeñino aprende que en un día de lluvia no es aconsejable volar.volar.volar.volar.

Cigüeñino learns that on a rainy day it isn´t advisable to fly.

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CAPÍTULO 14

LA TORRE ESTÁ ROTALA TORRE ESTÁ ROTALA TORRE ESTÁ ROTALA TORRE ESTÁ ROTA L término de esa virulentavirulentavirulentavirulenta y espectacularespectacularespectacularespectacular tormenta, nuestro conocido trío de cigüeñas

salió de su refugio en el campanario. Cuál fue su sorpresa cuando, al intentar regresar a su nido, justo encima de él, vieron una profunda grieta que resquebrajabaresquebrajabaresquebrajabaresquebrajaba todo el pináculopináculopináculopináculo de la torre.

– ¡Hala! ¡Pero qué “peazo” grietagrietagrietagrieta! –exclamó Cigüeñino, con acento andaluz.

En ese momento, vieron caer un enorme trozo de la piedra que formaba la cima de la torre.

– ¡Aaaah! –gritaron los tres al unísonounísonounísonounísono. – ¡Casi nos cae encima! –dijo la madre. – ¡Pero qué barbaridad!, –argumentó el padre–

¡Nos podía haber matado! – ¡Mamá...! –La llamó Cigüeñino dándole toques

en el ala– ¿No vas a reñir a la tormenta? A mí me riñes cuando rompo algo.

–No, no le voy a regañar –replicó la madre. – ¿Y por qué no?

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–Porque ya se ha ido y porque a una tormenta no se le puede reñir.

–Vale, vale... –susurró a regañadientesregañadientesregañadientesregañadientes Cigüeñino.

Al amanecer y ante el gran asombro de los vecinos el pináculo de la torre se encontraba en el suelo totalmente resquebrajado. Eso creaba un peligro para la gente de Maribáñez que temían que se terminara de caer. El capirote de la torre llevaba con los vecinos desde el año 1969 y era muy apreciadoapreciadoapreciadoapreciado por todos, al igual que el resto de la iglesia.

De pronto, las cigüeñas se despertaron por el ruido que había en la plaza y se asustaron al ver tanta gente allí reunida. Hombres, mujeres y niños se agrupaban junto a la parroquia y comentaban lo sucedido.

Pasados unos días y aprovechando que las cigüeñas habían salido de su nido, algunos vecinos subieron al campanario para comprobar la gravedad de la situación y decidieron colocar una malla protectora para evitar los destrozos y daños que pudiera ocasionar el derrumbederrumbederrumbederrumbe del resto del pirulí.

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Al regreso de su paseo las cigüeñas se encontraron con que la torre estaba rodeada por un andamio y por la malla, impidiéndoles el acceso a su hogar.

– ¡Mamá, mamá, están atacando nuestro nido! –gritó Cigüeñino.

–Hijo no, no lo están atacando; sólo intentan arreglar la torre. –Lo tranquilizó Mamá Cigüeña.

–Me temo que no podremos volver a nuestro confortable nido –comentó Papá Cigüeña.

–Pero no podemos dejarlo. Es nuestra casa. –Respondió apenado Cigüeñino.

–Pues me temo que tendremos que buscar otro hogar. –Dijo el padre con amargura. –Sí... –afirmó la madre con tristeza–. Podríamos irnos a El Trobal.

– ¡Ja! –Exclamó Cigüeñino– ¡os iréis vosotros porque yo no me pienso ir! ¡Yo me quedo aquí! ¡Os lo aseguro! ¡No me voy!

–Pero bueno, –replicó el padre– ¿cómo qué no? ¿Y con quién piensas quedarte si puede saberse? Porque tú solo no puedes. Acuérdate el miedo que te da la noche.

–Me quedaré con mi amiga, la golondrina de abajo.

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– ¡Si tú ni siquiera cabes en su nido! –Pues bueno... –Cigüeñino se quedó sin ideas–

ya lo agrandará.

Al final, abandonaron con triste pesar la discusión porque la situación los estaba desconcertandodesconcertandodesconcertandodesconcertando, encaminándose a sobrevolar el cielo sin rumbo fijo.

En la distancia, se oía cantar a los niños de Maribáñez una cancioncilla que decía así:

Cigüeña, cigüeña, eres nuestra amiga.

Todos tus movimientos seguiremos desde la esquina.

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A consecuencia de la gran tormenta la torre se rompe y A consecuencia de la gran tormenta la torre se rompe y A consecuencia de la gran tormenta la torre se rompe y A consecuencia de la gran tormenta la torre se rompe y nuestras amigas las cigüeñas se ven obligadas a abandonar nuestras amigas las cigüeñas se ven obligadas a abandonar nuestras amigas las cigüeñas se ven obligadas a abandonar nuestras amigas las cigüeñas se ven obligadas a abandonar su nsu nsu nsu nido.ido.ido.ido.

As a result of a big storm the tower breaks down and our stork friends have to leave their nest.

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CAPÍTULO 15

ADIÓS A TODOSADIÓS A TODOSADIÓS A TODOSADIÓS A TODOS A torre del pueblo quedó enteramente rodeada de andamios, hierros y mallas protectoras por

su parte superior. El nido de nuestras queridas cigüeñas permanecía en su sitio, pero no así sus inquilinasinquilinasinquilinasinquilinas que con gran pesar y sentimiento tuvieron que abandonarlo y despedirse del lugar donde habían pasado tanto tiempo y donde habían conseguido crear una familia.

El nido fue respetado por los albañiles que restaurabanrestaurabanrestaurabanrestauraban la torre y por la consideraciónconsideraciónconsideraciónconsideración de los vecinos y de cuantas personas se acercaban a la plaza. Las cigüeñas son una especie protegida por la ley desde hace años y por lo tanto no se les puede causar mal alguno ni a ellas ni a sus nidos. Aunque por encima de estas cuestiones estaba el sentimiento de los vecinos de Maribáñez que anhelabananhelabananhelabananhelaban el regreso de tan queridas convecinasconvecinasconvecinasconvecinas.

Todos comentaban con tristeza la marcha de

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las cigüeñas. A un hombre se le escuchó comentar: –La torre estaba más bonita con las cigüeñas. – ¡Llevan aquí tanto tiempo...! –dijo una señora

mayor– ¡desde que tengo memoria! – ¡Pero si tú has olvidado incluso lo que has

comido hoy! –exclamó su hijo. – ¡Pues a las cigüeñas no las olvido! –gritó la

abuela. – ¡Qué pena...! –Dijo un niño pequeño– ¡con lo

que a mí me gustaban! Un anciano murmuró: –Ahora Maribáñez será un pueblo incompleto.

No va a ser tan feliz como antes. ¿Recordáis cuando las vimos por primera vez? La ilusión que nos produjo y como fueron construyendo su nido poco a poco. ¡La de vueltas que dieron hasta que se decidieron por instalarse en la torre de la iglesia!

Otro anciano añadió: – ¿Os acordáis lo bien que nos vino su

presencia en los campos? La de bichejos que se comían y las buenas cosechas que producíamos sin tantos herbicidas ni tantos productos tóxicos.

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Algún vecino recitó con melancolíamelancolíamelancolíamelancolía:

De cigüeñas la tímida bandada, recogiendo las alas blandamente, pasó sobre la torre abandonada, a la luz del crepúsculocrepúsculocrepúsculocrepúsculo muriente.

Todos se quedaron ensimismadosensimismadosensimismadosensimismados mirando

hacia el cielo, añorando tiempos mejores. –Tal vez algún día vuelvan... – dejó caer el

más anciano del lugar.

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Los vecinos de Maribáñez se quedan desolados ante la ausencia Los vecinos de Maribáñez se quedan desolados ante la ausencia Los vecinos de Maribáñez se quedan desolados ante la ausencia Los vecinos de Maribáñez se quedan desolados ante la ausencia de las cigüeñas.de las cigüeñas.de las cigüeñas.de las cigüeñas.

The neighbours of Maribáñez feel really sad in the absence of the stork family.

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CAPÍTULO 16

DÍAS DE ESPERADÍAS DE ESPERADÍAS DE ESPERADÍAS DE ESPERA ADA vez se hacían más largos los días otoñales para todos los maribañeros. No

tenían a sus cigüeñas en la torre, a sus queridas vecinas. AñorabanAñorabanAñorabanAñoraban sus “crotoreos”, sus vuelos acrobáticos, sus aterrizajes, sus bellos plumajes, sus picos anaranjados, la hermosura que transmiten al doblar sus cuellos... En fin, les daba pena que se hubieran marchado antes de lo previsto debido a la rotura del remate de la torre.

Los ancianos del lugar siempre contaban a los pequeños, en la plazuela, las más emocionantes historias que les habían dejado estas aves a su paso por Maribáñez.

Recordaban que al principio, cuando los primeros vecinos llegaron al poblado, la torre mostraba toda su esbeltezesbeltezesbeltezesbeltez sobre los tejados de las pequeñas casas blancas que la rodeaban.

Su campanario estaba inmaculadoinmaculadoinmaculadoinmaculado y sólo le

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faltaba que un nido de cigüeñas lo coronasecoronasecoronasecoronase para dar vida al lugar. Durante años, su estancia había llenado de felicidad a los lugareños, que no aceptaban haber perdido precipitadamenteprecipitadamenteprecipitadamenteprecipitadamente su presencia.

La duda llenó todos los pensamientos; la incertidumbre les hacía preguntarse dónde se podrían encontrar las cigüeñas y si el cigüeñato continuaría volando junto a sus padres…

La hojarasca seguía cayendo y llenando las calles. Poco a poco llegó el invierno. Con el paso de los días, los andamios dejaban entrever cómo el pináculo de la torre iba volviendo a su estado inicial.

Cierto día cuando el canto de un gallo

anunciaba el alba, una enorme grúa comenzó a despojardespojardespojardespojar de hierros, maderas y redes el campanario, dejándolo visible por sus cuatro costados.

Todo habría vuelto a la normalidad si nuestras amigas las cigüeñas hubiesen estado con nosotros, pero su nido mermadomermadomermadomermado y deterioradodeterioradodeterioradodeteriorado por el paso del tiempo aún continuaba vacío como testimoniotestimoniotestimoniotestimonio de su ausenciaausenciaausenciaausencia.

A kilómetros de distancia, la familia de cigüeñas permanecía unida preparándose para el

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inicio de su viaje de vuelta. Cigüeñino ya había crecido. Su plumaje se

asemejaba al de sus padres y su pico se había hecho fuerte y puntiagudo convirtiéndose en un habilidosohabilidosohabilidosohabilidoso cazador; pero su curiosidad seguía siendo la misma de siempre: –Papá, mamá ¿podremos volver al primer nido?

Papá Cigüeña, pensativo, respondió: –Siempre hemos podido volver a los lugares donde hemos vivido porque se nos queda grabado en nuestro instinto; sólo mirando al sol podemos guiarnos dejándonos llevar por el cielo.

Entretanto, Mamá Cigüeña terminó de desplegar sus hermosas alas indicando a su familia el inicio de un largo viaje…

Sólo la esperanza de aquellos que confían en la magia de la vida, los niños, hará posible que se cumpla el sueño de poder verlas de nuevo.

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Una vez restaurada la torre, los vecinos anhelan el regreso de Una vez restaurada la torre, los vecinos anhelan el regreso de Una vez restaurada la torre, los vecinos anhelan el regreso de Una vez restaurada la torre, los vecinos anhelan el regreso de las aves. A kilómetros de distancia, nuestra falas aves. A kilómetros de distancia, nuestra falas aves. A kilómetros de distancia, nuestra falas aves. A kilómetros de distancia, nuestra familia de milia de milia de milia de cigüeñas se dispone a volver.cigüeñas se dispone a volver.cigüeñas se dispone a volver.cigüeñas se dispone a volver.

Once the tower is repaired, the neighbours wait anxiously for the birds to come back. Meanwhile, in the distance, the family of storks is preparing their return.

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GLOSARIOGLOSARIOGLOSARIOGLOSARIO AAAA ABRASADOR: ABRASADOR: ABRASADOR: ABRASADOR: Que abrasa. Que calienta demasiado. ACICALAR: ACICALAR: ACICALAR: ACICALAR: Limpiar, alisar. ACURRUCÁNDOSE: ACURRUCÁNDOSE: ACURRUCÁNDOSE: ACURRUCÁNDOSE: Acurrucarse, encogerse para resguardarse del frío o de otro objeto. ALADA: ALADA: ALADA: ALADA: Que tiene alas. ALGARABÍA: ALGARABÍA: ALGARABÍA: ALGARABÍA: Gritería confusa de varias personas que hablan a un tiempo. ALMINARES: ALMINARES: ALMINARES: ALMINARES: Alminar. Torre de las mezquitas, por lo común elevada y poco gruesa, desde cuya altura convoca el almuédano a los mahometanos en las horas de oración. AMATISTA: AMATISTA: AMATISTA: AMATISTA: Cuarzo transparente, teñido por el óxido de manganeso, de color violeta más o menos subido. Se usa como piedra fina. ANCESTROS: ANCESTROS: ANCESTROS: ANCESTROS: Ascendientes más o menos remotos de una persona o de un grupo de personas. ANHELABAN: ANHELABAN: ANHELABAN: ANHELABAN: Anhelar. Tener ansia o deseo vehemente de conseguir algo. ANIMOSAMENTE: ANIMOSAMENTE: ANIMOSAMENTE: ANIMOSAMENTE: Con ánimo, valor, esfuerzo. ANTEPASADO: ANTEPASADO: ANTEPASADO: ANTEPASADO: Ascendiente más o menos remoto de una persona o de un grupo de personas. AÑORABAN: AÑORABAN: AÑORABAN: AÑORABAN: Recordaban con pena la ausencia, privación o pérdida de alguien o algo muy querido. APACIBLE: APACIBLE: APACIBLE: APACIBLE: De buen temple, tranquilo, agradable. APRECIADO: APRECIADO: APRECIADO: APRECIADO: Sentir afecto o estima hacia alguien o algo. APRESURADO: APRESURADO: APRESURADO: APRESURADO: Acelerado. ARROPABAN: ARROPABAN: ARROPABAN: ARROPABAN: Cubrían, abrigaban.

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ARTICULADAS: ARTICULADAS: ARTICULADAS: ARTICULADAS: Que tienen articulaciones. Unión entre dos piezas rígidas que permite el movimiento relativo entre ellas. ASEVERÓ: ASEVERÓ: ASEVERÓ: ASEVERÓ: Aseverar. Afirmar o asegurar lo que se dice. ATUENDO: ATUENDO: ATUENDO: ATUENDO: Vestido. AUSENCIA: AUSENCIA: AUSENCIA: AUSENCIA: Tiempo en que alguien está ausente. AZABACHE:AZABACHE:AZABACHE:AZABACHE: Variedad de lignito, dura, compacta, de color negro y susceptible de pulimento, que se emplea como adorno en collares, pendientes, etc. BBBB BANDADAS: BANDADAS: BANDADAS: BANDADAS: Número crecido de aves que vuelan juntas. BATIERON: BATIERON: BATIERON: BATIERON: Mover con ímpetu y fuerza algo. BRINDABA: BRINDABA: BRINDABA: BRINDABA: Brindar. Ofrecerse voluntariamente a ejecutar o hacer algo. BROTABA: BROTABA: BROTABA: BROTABA: Dicho del agua, manar, salir de los manantiales. BURLÓN: BURLÓN: BURLÓN: BURLÓN: Inclinado a decir burlas o a hacerlas. CCCC CABIZBAJO: CABIZBAJO: CABIZBAJO: CABIZBAJO: Dicho de una persona que tiene la cabeza inclinada hacia abajo por abatimiento, tristeza o cuidados graves. “CAL“CAL“CAL“CAL----LITÁ”: LITÁ”: LITÁ”: LITÁ”: Término con el que se designa en la zona un bosque de eucaliptos. CASTAÑEO: CASTAÑEO: CASTAÑEO: CASTAÑEO: Castañetear. Dicho de los dientes: sonarle a alguien, dando los de una mandíbula contra los de la otra. CASTRADO: CASTRADO: CASTRADO: CASTRADO: Que se le han extirpado o inutilizado los órganos genitales. CAUTELOSAMENTE: CAUTELOSAMENTE: CAUTELOSAMENTE: CAUTELOSAMENTE: Con precaución. CENTELLEANTE: CENTELLEANTE: CENTELLEANTE: CENTELLEANTE: Que despide destellos vivos y rápidos de

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manera intermitente. CIGOÑINO: CIGOÑINO: CIGOÑINO: CIGOÑINO: Pollo de la cigüeña. CIGÜEÑATO: CIGÜEÑATO: CIGÜEÑATO: CIGÜEÑATO: Cigoñino. COLONOS: COLONOS: COLONOS: COLONOS: Conjunto de personas procedentes de un territorio que van a otro para establecerse en él. COMITIVA: COMITIVA: COMITIVA: COMITIVA: Gente que va acompañando a alguien. CONFORTABLE: CONFORTABLE: CONFORTABLE: CONFORTABLE: Que produce comodidad. CONSIDERACIÓN: CONSIDERACIÓN: CONSIDERACIÓN: CONSIDERACIÓN: Urbanidad, respeto. CONVECINAS: CONVECINAS: CONVECINAS: CONVECINAS: Que tiene vecindad con otro en un mismo pueblo. CORONASE: CORONASE: CORONASE: CORONASE: Se pusiese en la parte superior de un edificio. CREPÚSCULO: CREPÚSCULO: CREPÚSCULO: CREPÚSCULO: Claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el Sol, y desde que este se pone hasta que es de noche. CROTORAR: CROTORAR: CROTORAR: CROTORAR: Dicho de una cigüeña: Producir el ruido peculiar de su pico. DDDD DEBATIERON: DEBATIERON: DEBATIERON: DEBATIERON: Debatir. Discutir, disputar sobre algo. DELIBERADO: DELIBERADO: DELIBERADO: DELIBERADO: Voluntario, intencionado, hecho a propósito. DERRUMBE: DERRUMBE: DERRUMBE: DERRUMBE: Derribar, demoler una construcción o parte de ella. DESCONCERTANDO: DESCONCERTANDO: DESCONCERTANDO: DESCONCERTANDO: Pervertir, turbar, deshacer el orden, concierto y composición de algo. DESMORONARÁ: DESMORONARÁ: DESMORONARÁ: DESMORONARÁ: Desmoronar. Deshacer y arruinar poco a poco los edificios. DESPLEGÓ: DESPLEGÓ: DESPLEGÓ: DESPLEGÓ: Desplegar. Desdoblar, extender lo que está plegado. DESPOJAR: DESPOJAR: DESPOJAR: DESPOJAR: Quitar a algo lo que lo acompaña, cubre o completa. DETERIORADA: DETERIORADA: DETERIORADA: DETERIORADA: Estropeada DILATASEN: DILATASEN: DILATASEN: DILATASEN: Dilatar. Extender, alargar y hacer mayor algo, o que ocupe más lugar o tiempo.

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DIVISARON: DIVISARON: DIVISARON: DIVISARON: Ver, percibir, aunque confusamente, un objeto. DOQUIER: DOQUIER: DOQUIER: DOQUIER: En cualquier parte. EEEE EMITÍAN: EMITÍAN: EMITÍAN: EMITÍAN: Emitir. Lanzar sonidos para hacer oír señales, noticias, música, etc. ENSIMISMADOS: ENSIMISMADOS: ENSIMISMADOS: ENSIMISMADOS: Sumidos o recogidos en la propia intimidad. ERGUÍAN: ERGUÍAN: ERGUÍAN: ERGUÍAN: Erguir. Levantarse o ponerse derecho. ERIZAN: ERIZAN: ERIZAN: ERIZAN: Erizar, levantar, poner rígido algo, especialmente el pelo, como las púas de un erizo. ESBELTEZ: ESBELTEZ: ESBELTEZ: ESBELTEZ: Esbelto. Alto, delgado y de figura proporcionada. ESBOZÓESBOZÓESBOZÓESBOZÓ: Esbozar. Bosquejar. Indicar con alguna vaguedad un concepto o plan. ESPECTACULAR: ESPECTACULAR: ESPECTACULAR: ESPECTACULAR: Maravilloso. ESPLENDOROSO: ESPLENDOROSO: ESPLENDOROSO: ESPLENDOROSO: Muy brillante, resplandeciente. ESTILIZADO: ESTILIZADO: ESTILIZADO: ESTILIZADO: Persona u objeto de rasgos delicados y finos. EXTENUEADOS: EXTENUEADOS: EXTENUEADOS: EXTENUEADOS: Debilitados, agotados. FFFF FARALAES: FARALAES: FARALAES: FARALAES: Faralá. Volante, adorno compuesto de una tira de tafetán o de otra tela, que rodea los vestidos y enaguas femeninos, especialmente en algunos trajes regionales. FONTANA: FONTANA: FONTANA: FONTANA: Construcción por la que sale o se hace salir agua. FRONDOSA: FRONDOSA: FRONDOSA: FRONDOSA: Abundante en hojas y ramas. FRUCTÍFERAS: FRUCTÍFERAS: FRUCTÍFERAS: FRUCTÍFERAS: Que producen fruto. GGGG GARBEOS: GARBEOS: GARBEOS: GARBEOS: Paseos.

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GRIETA: GRIETA: GRIETA: GRIETA: Hendidura alargada que se hace en la tierra o en cualquier cuerpo sólido. HHHH HABILIDOSO: HABILIDOSO: HABILIDOSO: HABILIDOSO: Que es apto para realizar algo. IIII INMACULADO: INMACULADO: INMACULADO: INMACULADO: Que no tiene mancha. INCERTIDUMBRE: INCERTIDUMBRE: INCERTIDUMBRE: INCERTIDUMBRE: Falta de conocimiento seguro y claro de algo. INCUBACIÓN: INCUBACIÓN: INCUBACIÓN: INCUBACIÓN: Incubar. Dicho de un ave: Calentar los huevos, generalmente con su cuerpo, para sacar pollos. INFINIDAD: INFINIDAD: INFINIDAD: INFINIDAD: Gran número y muchedumbre de cosas o personas. INQUILINAS: INQUILINAS: INQUILINAS: INQUILINAS: Persona que ha tomado una casa o parte de ella en alquiler para habitarla. INTRIGA: INTRIGA: INTRIGA: INTRIGA: Curiosidad. Enredo, embrollo. LLLL LÁNGUIDAMENTLÁNGUIDAMENTLÁNGUIDAMENTLÁNGUIDAMENTE: E: E: E: Con languidez, con flojedad. LLUVIAS TORRENCIALES: LLUVIAS TORRENCIALES: LLUVIAS TORRENCIALES: LLUVIAS TORRENCIALES: Lluvias que provocan corrientes o avenidas impetuosas de aguas. MMMM MATUTINO: MATUTINO: MATUTINO: MATUTINO: Que ocurre o se hace por la mañana. MELANCOLÍA: MELANCOLÍA: MELANCOLÍA: MELANCOLÍA: Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada. MERMADO: MERMADO: MERMADO: MERMADO: Mermar. Hacer que algo disminuya MULLIDAS: MULLIDAS: MULLIDAS: MULLIDAS: Mullir. Esponjar algo para que esté blando y suave.

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OOOO OCASO: OCASO: OCASO: OCASO: Puesta del Sol, o de otro astro, al transponer el horizonte. OCREOCREOCREOCRE: : : : Cualquier mineral terroso que tenga color amarillo. ÓRBITA: ÓRBITA: ÓRBITA: ÓRBITA: Cuenca del ojo. ORO EN PAÑO: ORO EN PAÑO: ORO EN PAÑO: ORO EN PAÑO: Guardar y cuidar algo o a alguien con todo cuidado y escrupulosidad. PPPP PARDUZCO: PARDUZCO: PARDUZCO: PARDUZCO: Pardusco. Del color que tira a pardo. Del intermedio entre blanco y negro, con tinte rojo amarillento, y más oscuro que el gris. PARALIZADO: PARALIZADO: PARALIZADO: PARALIZADO: Paralizar, detener, entorpecer, impedir la acción y movimiento de algo. PASMADO: PASMADO: PASMADO: PASMADO: Dicho de una persona alelada, absorta o distraída. PAUSADAMENTE: PAUSADAMENTE: PAUSADAMENTE: PAUSADAMENTE: Con lentitud, tardanza o pausa. PENUMBRA: PENUMBRA: PENUMBRA: PENUMBRA: Sombra débil entre la luz y la oscuridad, que no deja percibir dónde empieza la una o acaba la otra. PERICIA: PERICIA: PERICIA: PERICIA: Sabiduría, práctica, experiencia y habilidad en una ciencia o arte. PERCATARON: PERCATARON: PERCATARON: PERCATARON: Percatar. Darse cuenta clara de algo, tomar conciencia de ello. “PESARÍA C“PESARÍA C“PESARÍA C“PESARÍA COMO EL PLOMO”: OMO EL PLOMO”: OMO EL PLOMO”: OMO EL PLOMO”: Pesar como el plomo. Pesar mucho. PETRIFICADO: PETRIFICADO: PETRIFICADO: PETRIFICADO: Petrificar. Dejar a alguien inmóvil de asombro o de terror. PINÁCULO: PINÁCULO: PINÁCULO: PINÁCULO: Parte superior y más alta de un edificio o templo. “PIPANDO”: “PIPANDO”: “PIPANDO”: “PIPANDO”: Chorreando. PLACENTERO: PLACENTERO: PLACENTERO: PLACENTERO: Agradable, apacible, alegre. PRECIPITPRECIPITPRECIPITPRECIPITADAMENTE: ADAMENTE: ADAMENTE: ADAMENTE: Atropelladamente, con mucha prisa.

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PREDOMINA: PREDOMINA: PREDOMINA: PREDOMINA: Dicho de una cosa que es más abundante en cantidad, en número o en intensidad que otra u otras. PUPILA:PUPILA:PUPILA:PUPILA: Abertura circular o en forma de rendija de color negro, que el iris del ojo tiene en su parte media y que da paso a la luz. RRRR RECHISTAR: RECHISTAR: RECHISTAR: RECHISTAR: Emitir algún sonido con intención de hablar. REFLEXIONÓ: REFLEXIONÓ: REFLEXIONÓ: REFLEXIONÓ: Reflexionar. Considerar nueva o detenidamente algo. REGAÑADIENTES: REGAÑADIENTES: REGAÑADIENTES: REGAÑADIENTES: Con disgusto o repugnancia de hacer algo. RESQUEBRAJABA: RESQUEBRAJABA: RESQUEBRAJABA: RESQUEBRAJABA: Hendía algunos cuerpos duros. RRRRESQUICIO: ESQUICIO: ESQUICIO: ESQUICIO: Hendidura pequeña. RESTAURABAN: RESTAURABAN: RESTAURABAN: RESTAURABAN: Restaurar. Reparar una pintura, escultura, edificio, del deterioro que ha sufrido. ROBUSTOS: ROBUSTOS: ROBUSTOS: ROBUSTOS: Fuertes, vigorosos, firmes. ROGARLE: ROGARLE: ROGARLE: ROGARLE: Rogar. Pedir por gracia algo. RUBÍ: RUBÍ: RUBÍ: RUBÍ: Mineral cristalizado, de color rojo y brillo intenso. Es una de las piedras preciosas de más estima. “RULETA MAREANTE”: “RULETA MAREANTE”: “RULETA MAREANTE”: “RULETA MAREANTE”: Juego giratorio del Parque de Maribáñez. SSSS SACIADOS: SACIADOS: SACIADOS: SACIADOS: Hartos y satisfechos de bebida o de comida. SARCÁSTICO: SARCÁSTICO: SARCÁSTICO: SARCÁSTICO: Sarcasmo. Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo. SIGILOSAMENTE: SIGILOSAMENTE: SIGILOSAMENTE: SIGILOSAMENTE: Con sigilo. Silencio cauteloso. SOPORTALES: SOPORTALES: SOPORTALES: SOPORTALES: Soportal. Pórtico, a manera de claustro, que tienen algunos edificios o manzanas de casas en sus fachadas y delante de las puertas y tiendas que hay en ellas.

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TTTT TAÑER: TAÑER: TAÑER: TAÑER: Tocar un instrumento musical de percusión o de cuerda, en especial una campana. TEDIOSAS: TEDIOSAS: TEDIOSAS: TEDIOSAS: Aburridas. TENUE: TENUE: TENUE: TENUE: Delicado, delgado y débil. TESTIMONIO: TESTIMONIO: TESTIMONIO: TESTIMONIO: Prueba, justificación y comprobación de la certeza o verdad de algo. TIRITONAS: TIRITONAS: TIRITONAS: TIRITONAS: Temblores. TORNADO: TORNADO: TORNADO: TORNADO: Tornar, Cambiar la naturaleza o el estado de alguien o algo. TÓRRIDO: TÓRRIDO: TÓRRIDO: TÓRRIDO: Muy ardiente o quemado. TRADICIONAL: TRADICIONAL: TRADICIONAL: TRADICIONAL: Que sigue las ideas, normas o costumbres del pasado. UUUU UNÍSONO: UNÍSONO: UNÍSONO: UNÍSONO: Sin discrepancia, con unanimidad. VVVV VENTOLERA: VENTOLERA: VENTOLERA: VENTOLERA: Golpe de viento recio y poco durable. VIBRAR: VIBRAR: VIBRAR: VIBRAR: Oscilar en torno a su posición de equilibrio. VIRULENTA: VIRULENTA: VIRULENTA: VIRULENTA: Maligna. VISLUMBRARON: VISLUMBRARON: VISLUMBRARON: VISLUMBRARON: Vislumbrar. Ver un objeto tenue o confusamente por la distancia o falta de luz. ZZZZ ZAGALES: ZAGALES: ZAGALES: ZAGALES: Muchacho que ha llegado a la adolescencia. ZANCUDAS: ZANCUDAS: ZANCUDAS: ZANCUDAS: Se dice de las aves que tienen las patas muy largas y desprovistas de plumas; p. ej., la cigüeña y la grulla.

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Han trabajado en el libro…Han trabajado en el libro…Han trabajado en el libro…Han trabajado en el libro… Alumnado:Alumnado:Alumnado:Alumnado: Educación Infantil 3 añosEducación Infantil 3 añosEducación Infantil 3 añosEducación Infantil 3 años Beato Tapia, Francisco Javier Campillo Pavón, Ainhoa Cazalilla Santos, Claudia Collado Corona, Ángela García Romero, Rocío Gavira Salas, Gonzalo López Iniesta, José Ramón Ojuez Barreto, Samuel Palacios Bonilla, Darío Picossi Iniesta, M.I. Concepción Ramírez Ortega, Carlos Rincón Palacios, Manuel Sierra Ojuez, Curro

Educación Infantil 4 añosEducación Infantil 4 añosEducación Infantil 4 añosEducación Infantil 4 años Begines Ferreras, Jesús García Millán, Mercedes Garrido Rodríguez, Cristian Gavira Salas, Salvador Gil Jiménez, David Gil Jiménez, Manuel González Maqueda, María Liñán Morán, Rafael Ojuez Tejero, Alejandro Rodríguez García, Natalia Román Méndez, Yael Romero Arenilla, Daniel Ruíz Vázquez, Regina Carmen Sierra García, Sandra Vargas Sierra, Rafael Villarreal Poley, Jorge

Educación Infantil 5 añosEducación Infantil 5 añosEducación Infantil 5 añosEducación Infantil 5 años Ayala Ojuez, Carmen Carretero Jiménez, Aihnoa Collado Corona, Julia Crespo Ortega, Adrián Delgado Díaz, Daniel Doblado Cejudo, José Miguel Guerrero López, M. Dolores

Gutiérrez García, David Hervás Romera, Juan Ramón Maestre Montoya, Adrián Martín Sierra, Claudia Perza Hervás, Ana Rincón Sierra, Marina Isabel Vicente Castaño, Manuel

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1º Educación Primaria1º Educación Primaria1º Educación Primaria1º Educación Primaria Caballero Laínez, Manuel Jesús Cabo Salas, Luis Campillo Pavón, Samuel Fernández Gavira, Adrián García Begines, José María González Benítez, Daniel González Maqueda, Esther Iniesta Alonso, Isabel López Marín, Marta Maestre Montoya, Álvaro Martín Sierra, Julia Merlo Plata, Celia Ojuez Barreto, Isaac Pino Fernández, Francisco Ramírez Estévez, Fabián Rincón Sierra, Fernando Román Méndez, Izan Torres Sánchez, Alejandro Torres Sánchez, Álvaro Valdivia Rincón, Diego Vargas Romera, Ángela

2º Educación Primaria2º Educación Primaria2º Educación Primaria2º Educación Primaria Aguilera Aguayo, Juan Carretero Jiménez, Erika Cordón Ruíz, Paula De los Santos Sierra, Lola Díaz Cortines, Adela Díaz Cortines, Daniela González Benítez, Celia Guerrero Romera, Manuel Ojuez Barreto, Esther de Jesús Ruíz Carrasco, Raúl 3º Educación Primaria3º Educación Primaria3º Educación Primaria3º Educación Primaria Beato Tapia, Alejandro Beato Tapia, Daniel Begines Ferrera, José Manuel Busto Pérez, Diego López Marín, Ana Peña Ruíz, Adriana Ramírez García, Eduardo Rincón Palacios, Verónica Romero Sierra, Luis Antonio Ruíz Ruíz, Carlos Enrique Sierra Ojuez, Elena Sierra Romero, Ángela Vargas Sierra, Raúl

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4º Educación Primaria4º Educación Primaria4º Educación Primaria4º Educación Primaria Álvarez Bornes, Nerea Ayala Ojuez, María Castillo Orellana, Alejandra Castillo Poley, José Luis Jiménez Peinado, José María Jiménez Ruiz, Luna María Monge Parreira, Ángel Ojeda Palomino, Lucía Palacios Bonilla, Marina Poley Sierra, Valle del Carmen Ramírez Estévez, Máximo Ruiz Ramírez, Celia Sierra Guisado, Ana Tapia Ruiz, Juan Manuel Torres Sánchez, José Antonio 5º Educación Primaria5º Educación Primaria5º Educación Primaria5º Educación Primaria Carretero Ayora, Daniel Cristian , Adelina-Mihaela Guerrero Romera, Yolanda Hervás Romero, Álvaro Iniesta Alonso, Juan Antonio Ramírez Delgado, Antonio Rodríguez Bohórquez, Antonio Manuel Toledo Ramírez, Pablo Valdivia Rincón, Rocío Vicente Castaño, Miguel Ángel

6º Educación Primaria6º Educación Primaria6º Educación Primaria6º Educación Primaria Aguilera Aguayo, Diego Ayala Ruíz, Francisco Caballero Laínez, Carolina Cazalilla Santos, Javier Dorado Méndez, Carlos Hugo González Luna, Jerónimo Herrera Pérez, Geraldine Hervás León, Fernando Jiménez Merlo, Ana Isabel León Carrasco, Sofía Lorca Núñez, Alberto Márquez Durán, Daniel Martín Jarana, Triana Montoya Gómez, Francisco Poley Montoya, Francisco Alejandro Ramírez Estévez, Ainhoa Reinaldo Chinchilla, Iván

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Profesorado:Profesorado:Profesorado:Profesorado: Durán Álvarez, María Carmen García de Dionisio Aranda, María del Carmen González Pascual, Rocío Jiménez Fernández, Antonio Lázaro Pascual, Víctor Manuel León Cabeza, Gerardo Lorenzo Cabello, Rosa María Maqueda Pérez, María Esther Martínez García, María Montserrat Morán Lobato, Rocío Moreno Vélez, María del Carmen Muñoz Díaz, Sara Pérez Mejías, Ana Vanesa Ropero Rodríguez, Juan

Monitora Monitora Monitora Monitora de Educación Especial:de Educación Especial:de Educación Especial:de Educación Especial: Melero Rosado, Rosario del Pilar

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Nuestros mecenas

KAPPA vigilancia y seguridad. AGROINIESTA (Maribáñez). BAR RESTAURANTE “LA VENTA” HERMANOS HERVÁS (Los Palacios y Villafranca). GUERRERO Y HERVÁS. Servicios Agrícolas (Maribáñez). ISABEL DE VARGAS . Moda flamenca (Maribáñez). SERVINCOR S.L. Servicios de limpieza (Maribáñez). VOLQUESUR. Ctra. Nacional IV Los Palacios y Villafranca. INSTALACIONES, MANTENIMIENTO Y SERVICIOS SIERRA (Maribáñez). Tienda “20 DUROS” (Maribáñez). Autoservicio “EL COLORAO” (Maribáñez). CHIRINGUITO PARQUE MARIBÁÑEZ (Maribáñez). CLÍNICA DENTAL CORONA (Los Palacios y Villafranca). FOTOGRAFÍAS EZEQUIEL LUCAS (Los Palacios y Villafranca). TIENDA DEL MUEBLE (Maribáñez). TIENDA DE MARÍA Y JUANJO (Maribáñez). TRANSPORTES Y DERRIBOS JOSELÓN (Los Palacios y Villafranca).

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