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MAESTRÍA EN DESARROLLO SOSTENIBLE Y MEDIO AMBIENTE
UNIVERSIDAD DE MANIZALES
Módulo: Ecología
Tutor: Gildardo Ríos Duque
Trabajo presentado por: Juliana Madrid Agudelo
1. En una página la relación coherente de las cinco unidades básicas de la ecología:
Nicho ecológico, hábitat, ecosistema, biodiversidad y biosfera.
Los organismos interactúan con su ambiente dentro del contexto del ecosistema. La parte eco
de la palabra se refiere al ambiente. La palabra sistema implica que el ecosistema es un
sistema. Un sistema es un conjunto de partes interrelacionadas que funcionan como un todo.
De este modo, el ecosistema contiene partes que interactúan formando una unidad. En
general, el ecosistema consiste en dos componentes básicos interrelacionados, la parte viva
o biótica, y la parte física o abiótica (p. 4).
Cada organismo no reacciona tan sólo frente al ambiente físico sino que también lo modifica,
convirtiéndose así en el remodelador del ambiente, siendo una parte del mismo (p. 4).
Todas las poblaciones de un ecosistema se relacionan con las demás, y en su conjunto
constituyen una comunidad (p. 5).
La comunidad y el ambiente físico constituyen el ecosistema (p. 5).
Combinados, los ecosistemas de la Tierra forman el ecosistema planetario o biósfera. Los
organismos de la biósfera no sólo se adaptan al ambiente sino que, además, interactúan con
él modificando y controlando las propiedades físicas y químicas de la biósfera. Esta visión
de una atmósfera autosuficiente, donde cada organismo está vinculado a otros, se conoce
como la hipótesis Gaia (p. 5).
Los organismos reaccionan ante una variedad de factores ambientales, y sólo pueden ocupar
un cierto hábitat cuando los valores de esos factores caen dentro del rango de tolerancia de
la especie. El lugar real en que vive un organismo es lo que se conoce como su hábitat.
Debido a que el hábitat describe una localización, podemos definirlo a distintos niveles o
escalas (p. 18).
Las ideas de hábitat y nicho están estrechamente relacionadas. La palabra “nicho”, en
lenguaje coloquial, se refiere a un hueco o concavidad en una pared donde se coloca de forma
ajustada algún objeto (p. 18).
Ahora el nicho, incluye todas las variables físicas y biológicas que afectan el buen
funcionamiento de un organismo (p. 19). El nicho se define por el modo en que éste utiliza
su hábitat e incluye todas las variables físicas, químicas y biológicas a las que responde el
organismo. Los seres vivos que ocupan nichos amplios se llaman generalistas; aquellos que
ocupan nichos estrechos se denominan especialistas (p. 21).
El término “nicho ecológico” es algo confuso, ya que tiene una connotación especial,
mientras que el nicho ecológico no es el espacio ocupado por un organismo, sino más bien
el papel que desempeña ese organismo. La analogía más simple es que el nicho es la profesión
de un organismo, a diferencia de su hábitat, que es su domicilio (Curtis & Barnes, 2000)
En la actualidad se define a la biodiversidad como toda variación de la base hereditaria en
todos los niveles de organización, desde los genes en una población local o especie, hasta las
especies que componen toda o una parte de una comunidad local, y finalmente en las mismas
comunidades que componen la parte viviente de los múltiples ecosistemas del mundo
(Wilson, 1997). Abarca, por tanto, todos los tipos y niveles de variación biológica (Nuñez et
al. 2006)
Referencias:
Curtis, H. & Barnes, N. S.. (2000). Biología. Madrid, España: Editorial Médica
Panamericana.
Nuñez, I., González – Gaudiano, E. & Barahona, A.. (2003). La biodiversidad: historia y
contexto de un concepto. 23 de mayo de 2016, de Scielo Sitio web:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442003000700006
Smith, R. L. & Smith, T. M.. (2006). Ecología. Madrid, España: Pearson Educación, S.A.
2. Realice un cuadro sinóptico clasificando las relaciones ecológicas intraespecíficas e
interespecíficas ubicando definiciones y ejemplos.
Relaciones intraespecíficas: ocurren entre organismos de igual especie. Pueden ser de
competencia como: alimento, refugio, hábitat, pareja. Cooperación: pueden ser coloniales
como los corales, familiares (monogamia y poligamia que se clasifican en: poliándricas,
poligínicas, poliginándricas), gregarias (como los cardumen de peces), jerárquicas que
pueden ser patriarcales, matriarcales o estatales.
Relaciones interespecíficas: ocurren entre organismos de diferente especie. Se clasifican
en paraistismo (hiperparasitismo, endoparasitismo, ectoparasitismo), simbiosis,
depredación, competencia, comensalismo (inquilinismo, foresis), herbivoría, mutualismo
(facultativo, obligado).
3. Argumento sobre la siguiente pregunta. ¿Por qué los ciclos de los elementos
químicos son fundamentales para comprenderlas problemáticas ambientales?
Describa los ciclos biogeoquímicos.
El mundo vivo depende de del flujo de energía y de la circulación de los materiales a través
del ecosistema. Ambos influyen en la abundancia de organismos, su tasa metabólica y la
complejidad del ecosistema en forma de materia orgánica; una no puede estar separada de la
otra. La continua recirculación de materiales sostenida por un flujo unidireccional de la
energía, mantiene a los ecosistemas en funcionamiento (p. 388).
Todos los nutrientes fluyen desde los componentes no vivos hasta los vivos, y luego vulven
a los componentes no vivos del ecosistema siguiendo una vía más o menos cíclica conocida
como ciclo biogeoquímico ( bio de vivo, geo de rocas y suelo, y químico de los procesos
implicados) (p. 388).
Los elementos más importantes en todos los ciclos de los nutrientes son las plantas verdes,
que organizan a los nutrientes en componentes biológicamente útiles; los descomponedores,
que los devuelven a su estado simple inicial; y el aire y el agua, que transportan nutrientes
entre los componentes abióticos y los componentes vivos del ecosistema. Sin estos factores
no existiría el flujo cíclico de (p. 388).
Hay dos tipos básicos de ciclos biogeoquímicos: el ciclo gaseoso (representado por el
oxígeno, el carbono y el nitrógeno) y el ciclo sedimentario (representado por el fósforo). El
ciclo del azufre es una combinación de los dos. El ciclo gaseoso involucra a dos grandes
reservorios, la atmósfera, los océanos y los continentes, y tiene un marcado carácter global.
El ciclo sedimentario incluye dos fases, la de solución salina y la de las rocas. Los minerales
quedan disponibles a través del desgaste de la corteza terrestre, entran en el ciclo del agua
como soluciones salinas, toman diversos caminos a través del ecosistema y regresan al mar
y finalmente a la corteza terrestre a través de la sedimentación (p. 406).
Los nutrientes se mueven a través del ecosistema por medio de intercambios, llamados flujos,
entre los componentes principales o reservorios. En los ecosistemas terrestres, estos flujos
trasladan os nutrientes desde la atmósfera y el suelo a los productores primarios, después a
los consumidores y después a la materia orgánica muerta. Los descomponedores que se
alimentan de materia orgánica muerta transforman los nutrientes de la forma orgánica a la
forma mineral, transfiriéndolos al reservorio suelo, desde donde estos fluyen de vuelta a los
productores primarios. El movimiento de nutrientes a través del ecosistema constituye una
circulación interna. La tasa de recirculación está influida por la tasa de toma de nutrientes
por los productores primarios y la tasa de liberación de nutrientes por parte de los
descomponedores (p. 406 – 407).
El ciclo del carbono: es inseparable del flujo de energía. El carbono es asimilado a partir del
dióxido de carbono por las plantas, consumido en forma de planta y tejido animal por los
heterótrofos, liberado a través de la respiración, mineralizado por los descomponedores,
acumulado como biomasa, y retirado en reservas de larga permanencia. La tasa a la cual
circula el carbono a través del ecosistema depende de las tasas de productividad primaria y
descomposición. Ambos procesos son más rápidos en ecosistemas cálidos y húmedos. En
pantanos y marismas, la materia orgánica almacenada como humus o turba circula
lentamente, formando petróleo, carbón y gas natural. Un ciclo similar al terrestre ocurre en
ambientes de agua dulce y marinos (p. 407).
La circulación del carbono exhibe fluctuaciones diarias y estacionarias. El dióxido de
carbono aumenta por la noche, cuando aumenta la respiración. Durante el día, las plantas
retiran dióxido de carbono del aire y su concentración cae en picado. Durante la estación de
crecimiento la concentración atmosférica de dióxido de carbono también se reduce (p. 407).
El ciclo del oxígeno: Es complejo. Las principales fuentes de oxígeno son la fotodisociación
del vapor de agua y la fotosíntesis. El oxígeno también circula libremente como integrante
de la molécula de dióxido de carbono. Químicamente activo, se combina con un amplio
espectro de compuestos químicos inorgánicos, sustancias orgánicas y compuestos reducidos,
y está implicado en la oxidación de carbohidratos, liberando energía, dióxido de carbono y
agua (p. 407).
El ozono (O3), relacionado con el ciclo del oxígeno, se produce a reacciones fotoquímicas en
la alta atmósfera. En la estratósfera, es ozono es esencial para reducir el flujo hacia la tierra
de la dañina radiación ultravioleta. Sin embargo, los clorofluorocarbonos de origen humano
y otros contaminantes llegan a la estratósfera y destruyen este ozono. En la tropósfera el
ozono es creado a partir de las reacciones fotoquímicas de los óxidos de nitrógeno con el
oxígeno del aire, formando, junto con otros contaminantes una neblina tóxica para la
vegetación (p. 407).
El ciclo del nitrógeno: el nitrógeno atmosférico es fijado por procesos físicos en la atmósfera
y por bacterias fijadoras del nitrógeno tanto de vida libre como las que se hallan en simbiosis
con las plantas, principalmente con las leguminosas, y por cianobacterias. El ciclo del
nitrógeno incluye la amonificación, la nitrificación y la desnitrificación (p. 407).
Los humanos vierten los óxidos de nitrógeno a la atmósfera y utilizan nitratos en la
agricultura que, en parte, se lixivian a los ecosistemas acuáticos. La principal fuente de óxidos
de nitrógeno son los automóviles y la combustión de los combustibles fósiles. Grandes
cantidades de nitratos vana a parar a los sistemas acuáticos debido a los fertilizantes, los
desechos animales y los efluentes de aguas residuales. El aumento de la deposición de
nitrógeno en bosques de coníferas situados a gran altura sobreestimula el crecimiento y
produce desequilibrios nutricionales (p. 407)
El ciclo del fósforo: es completamente sedimentario. Los principales reservorios de fósforo
son las rocas y los depósitos naturales de fosfatos. El ciclo terrestre del fósforo sigue las
típicas rutas biogeoquímicas. Sin embargo, en ecosistemas marinos y de agua dulce, el ciclo
del fósforo se mueve a través de tres estados: fósforo orgánico particulado, fosfatos orgánicos
disueltos y fosfatos inorgánicos. En su circulación están implicados el fitoplancton, el
zooplancton, las bacterias y los organismos herbívoros del plancton. Los humanos
sobrecargan el ciclo del fósforo por aplicación de fertilizantes fosfatados y a través de la
retirada de los desechos urbanos e industriales. En ecosistemas acuáticos, este exceso
contribuye a un abundante crecimiento algal y contaminación de las aguas hasta que
lentamente va quedando inmovilizado en los sedimentos profundos (p. 407).
El ciclo del azufre: el azufre tiene fases gaseosas y sedimentarias. El azufre disuelto proviene
del desgaste de las rocas, de la erosión por escorrentía y de la descomposición de la materia
orgánica. Las fuentes de azufre gaseoso son la descomposición de la materia orgánica (S2H),
la emisión de DMS por las algas de los océanos y las erupciones volcánicas. Una porción
significativa del azufre liberado a la atmósfera es un subproducto de la combustión de
combustibles fósiles. El azufre que penetra en la atmósfera rápidamente se oxida a dióxido
de azufre, SO2, y finalmente a SO3 que reacciona con la humedad de la atmósfera para
formar ácido sulfúrico, el cual es llevado a la tierra a través de las precipitaciones. Las plantas
incorporan azufre en algunos aminoácidos. El consumo, la excreción y la muerte devuelven
el azufre al suelo y a los sedimentos acuáticos, donde las bacterias lo liberan nuevamente en
forma inorgánica. El azufre es un nutriente esencial, pero el dióxido de azufre es un
importante contaminante atmosférico, que daña y mata plantas, produce afeccione
respiratorias y se suma a los procesos de la lluvia ácida (p. 407).
Lluvia ácida: La lluvia ácida se desarrolla cuando el dióxido de azufre y los óxidos de
nitrógeno se combinan con el agua en la atmósfera para producir ácido sulfúrico y nítrico.
Estos ácidos alcanzan la tierra como deposición húmeda en forma de lluvia ácida, nieve y
niebla, y como deposición seca en forma de material particulado y gases. La acidificación de
lagos y cursos de agua mata a los peces, crustáceos e insectos. La precipitación ácida
contribuye al proceso de declive de los bosques debido a que produce un aumento de la acidez
de suelos pobremente taponados, el agotamiento de nutrientes y la toxicidad debida a un
aumento de la concentración de aluminio en el suelo, y por la inhibición de la actividad de
los hongos y bacterias del suelo. La lluvia ácida también puede actuar debilitando a los
árboles los cuales acaban sucumbiendo frente a otros factores de estrés. La contaminación
ácida también causa pérdidas de cultivos y deterioros en carreteras, puentes, edificios y
monumentos (pp. 407 – 408).
Circulación de metales pesados: los metales pesados, tóxicos para la vida, siguen sus propios
ciclos biogeoquímicos. Algunos ciclos son locales: otros, como el plomo, pueden ser
regionales o pueden llegar a ser incluso globales. El plomo es uno de los metales pesados
más extendidos. La extracción, fundición, las industrias consumidoras de plomo, la
combustión de carbón, la utilización de combustibles con plomo, y el deterioro y
descomposición de superficies pintadas con compuestos de plomo liberan pequeñas
partículas de plomo a la atmósfera. Estas partículas se depositan en el suelo y la vegetación
y pasan a través de la cadena alimenticia. El plomo puede permanecer en los niveles
superiores del suelo durante milenios (p. 408).
Hidrocarburos clorados: de serias consecuencias globales resulta el uso de insecticidas
basados en hidrocarburos clorados. Siguiendo los ciclos biogeoquímicos, estos pesticidas han
contaminado ecosistemas globales. Debido a que por ser liposolubles, se concentran en los
niveles tróficos superiores, los hidrocarburos clorados, afectan sobre todo a los animales
depredadores, interfiriendo sobre todo en su reproducción. Estos insecticidas matan
indiscriminadamente, con lo cual reducen la diversidad de especies y ponen en peligro la
salud humana (p. 408).
Referencias:
Smith, R. L. & Smith, T. M.. (2006). Ecología. Madrid, España: Pearson Educación, S.A.
4. En una página escriba su propia construcción sobre “LOS ECOSISTEMAS O
BIOMAS COMO ZONAS DE VIDA” Clasificarlos y describirlos.
La superficie de la Tierra se puede dividir en áreas geográficas diferenciadas por su
vegetación característica. Estas categorías de vida vegetal característica se llaman biomas
(Curtis & Barnes, 2000).
Cada bioma está constituido por una combinación característica de plantas y animales en una
comunidad del clímax con desarrollo máximo, y cada uno de ellos se diferencia de los demás
por poseer un determinado tipo de vegetación uniforme, tales como hierbas o coníferas. Un
bioma particular también incluye diferentes fases del desarrollo de un ecosistema, las cuales
pueden estar dominadas por otras formas de vida. Pero como las especies dominantes de las
fases seriales están más ampliamente distribuidas que las de la comunidad clímax, resultan
de poca utilidad para definir los límites del bioma (Smith & Smith, 2006)
Praderas: son áreas de transición entre los bosques templados y los desiertos, habitualmente
se encuentran en las áreas interiores de los continentes. Todas las praderas tienen en común
un clima característico por precipitaciones entre 250 y 800 mm (demasiado reducidas como
para mantener un bosque denso y demasiado altas como para dar como resultado un terreno
desértico), una elevada tasa de evaporación y sequías periódicas extremas. Otra característica
es que se presenta en terrenos llanos y ondulados. Los animales dominantes son especies
ramoneadoras y excavadoras de madrigueras. La mayoría de las praderas requieren incendios
periódicos para mantenerse, renovarse y eliminar el crecimiento leñoso.
Tipos de praderas: prados domésticos, praderas norteamericanas, estepas euroasiáticas,
pampas sudamericanas, el veld sudafricano y praderas australianas.
Sabanas tropicales: las sabanas a pesar de sus diferencias en cuanto a la vegetanción,
muestran una serie de características comunes. Las sabanas se distribuyen en terrenos con
poco relieve, frecuentemente sobre antiguas llanuras aluviales. Los suelos son pobres en
nutrientes, en parte a causa de la baja fertilidad del material madre, y también a causa de un
largo tiempo de meteorización. Las regiones de sabana de asocian a un clima continental
cálido con precipitaciones entre 500 y 2.000 mm: la precipitación exhibe fluctuaciones
estacionales extremas. Las sabanas están sujetas a incendios repetidos, por lo que la
vegetación dominante está adaptada a ello. La cubierta con gramíneas, ya sea con o sin
vegetación leñosa, siempre está presente.
Desiertos: los geógrafos definen los desiertos como aquellas tierras en la que la evaporación
excede la precipitación. Ninguna cantidad concreta de precipitación sirve como criterio; los
desiertos van desde unas regiones extremadamente áridas hasta otras con una humedad
suficiente como para poder sustentar una variedad de formas de vida. Han sido clasificados
según sus precipitaciones en semidesiertos, con precipitaciones entre 150 y 300 ó 400 mm al
año; desiertos verdaderos, que reciben una cantidad de lluvia inferior a los 150 mm por año;
y desiertos extremos, áreas con una cantidad de lluvia inferior a 70 mm por año.
Tundra: alrededor del extremo septentrional del hemisferio norte, encontramos una llanura
helada, recubierta de juncos, brezos y sauces. Se denomina tundra, y su nombre proviene del
finés tunturi, que significa “una llanura sin árboles”. En latitudes más bajas, encontramos
terrenos similares, la tundra alpina, que aparece en las zonas de alta montaña de todo el
mundo. Ya sea ártica o alpina, la tundra se caracteriza por presentar unas temperaturas bajas,
una corta estación de crecimiento y una precipitación reducida (el aire frío transporta poco
vapor).
Taiga ó boque boreal: es la formación vegetal más extensa de la Tierra. Este cinturón de
bosques de coníferas, que se extiende por las latitudes altas del hemisferio norte, cubre
alrededor de un 11 por ciento de la superficie terrestre. La taiga está constituida por cuatro
zonas de vegetación principales: el ecotono bosque – tundra, con áreas abiertas de piceas
raquíticas, líquenes y musgos; el bosque abierto boreal con áreas de líquenes y picea negra;
el bosque boreal principal, con áreas continuas de piceas y pinos, y con álamos y abedules
en las zonas alteradas; y el ecotono entre el bosque mixto y el boreal, donde el bosque boreal
se transforma gradualmente en el bosque mixto del sur de Canadá y el norte de Estados
Unidos. Ocupando, en su mayor parte, terrenos que han sufrido glaciaciones, la taiga es
también una región de lagos, turberas y ríos de aguas frías.
Bosques templados: no presentan un medio templado. Ocupan posiciones topográficas que
van desde las tierras bajas hasta las cimas montañosas, y la condiciones ambientales varían
desde un medio cálido y semiárido hasta un ambiente frío y húmedo. Se enfrenta a amplias
fluctuaciones de temperatura, tanto diarias como estacionales, las cuales ejercen un estrés
fisiológico sobre plantas y animales. A pesar de la rigurosidad del ambiente, los ecosistemas
del bosque templado mantienen una productividad elevada.
Los bosques templados abarcan asociaciones de coníferas, de caducifolios o agrupaciones
mixtas.
Tipos de bosque templado: Bosques de coníferas: bosques montanos, pinares, bosques
lluviosos templados. Boques planifolios: bosques caducifolios, bosques abiertos templados,
bosques perennifolios templados.
Bosques tropicales: la temperatura media diaria es la misma durante todo el año y la duración
del día varía en menos de una hora. El término “bosque tropical” nos suele evocar imágenes
de las verdes junglas exuberantes del Amazonas. Sin embargo, los bosques tropicales
engloban otros tipos de ecosistemas, aparte del bosque lluvioso. Cerca del 40 por ciento de
la masa de tierra tropical está cubierta de bosque abierto o denso; pero de estos bosques, tan
sólo un 25 por ciento está constituido por bosque tropical lluviosos, el 32 por ciento es
estacional húmedo y el 43 por ciento es seco.
El matorral mediterráneo: las regiones con inviernos suaves y prolongados, con veranos
largos y secos, como la costa meridional de California y España, África del Sur y parte de la
costa de Australia, están dominadas por arbolitos, o más frecuentemente, por arbustos
espinosos de hojas anchas, gruesas y persistentes. Esta vegetación, conocida formalmente
como el matorral mediterráneo, ha recibido una variedad de nombres locales (chaparral,
maquis, garriga). Aunque las plantas de estas diversas áreas no están relacionadas
filogenéticamente, se asemejan unas a otras en su forma de crecimiento y en su aspecto
característico.
Referencias:
Curtis, H. & Barnes, N. S.. (2000). Biología. Madrid, España: Editorial Médica
Panamericana.
Smith, R. L. & Smith, T. M.. (2006). Ecología. Madrid, España: Pearson Educación, S.A.
5. Consulte sobre las leyes o principios rectores de la ecología, sintetizados por Barry
Commoner, en libro “EL CIRCULO QUE SE CIERRA” 1973, realice una
interpretación sobre cada una de ellas.
Barry Commoner, mucho antes de que se hablara de desarrollo sostenible, fue uno de los
primeros grandes críticos del desarrollo tecnológico de este siglo, pero también un gran
conceptualizador de la integración entre la ecología -que en aquel entonces estudiaba
principalmente los ambientes naturales- y los problemas ambientales generados en los
ambientes construidos por el hombre. Commoner esribió las cuatro "leyes" o principios de la
ecología, pensados sobre todo en relación con lo que la gente, en aquel tiempo, parecía no
entender. Lo grave es que, según mi experiencia, esta falta de entendimiento sigue
ocurriendo, sobre todo en el caso de la inmensa mayoría de las personas que tienen una
responsabilidad institucional. A continuación comento a mi manera estos cuatro principios,
incluyendo información y conceptos que se han generado en los 26 años transcurridos desde
entonces y que refuerzan la importancia de estos principios:
a. Todo está relacionado con todo lo demás: la dinámica de la naturaleza se da por un
sin número de interrelaciones entre los seres vivos y no vivos y de estos con su
ambiente. Ningún elemento que haga parte de un ecosistema, es capaz de sobrevivir
sin los demás. Queriéndolo o no cada acto que ejecutemos termina irremediablemente
por modificar el ambiente, nuestro ambiente, y termina por construirlo o destruirlo.
Cada acción que el ser humano efectúe conlleva un cambio, que muchas veces puede
ser imperceptible. Cualquier ser viviente, por pequeño que sea, en su interacción con
la naturaleza, la modifica y se modifica así mismo, construye y modifica su propio
ambiente para habitarlo.
b. Todo va a dar a algún lado: los ecosistemas tienen una capacidad limitada para
depurar o absorber nuestros desperdicios y autodepurarse, es por eso que cualquier
emisión (sólida, líquida o gaseosa) que hagamos a la naturaleza, siempre de alguna
forma afectará tanto a otros seres vivos como a otras personas o a la naturaleza
misma, afectando sus ciclos.
c. Nada es gratis: toda acción que el ser humano haga sobre el patrimonio natural tiene
un costo, que a largo plazo va a ser alto, por la forma como hemos malgastado los
bienes y servicios que nos ofrecen los ecosistemas. La relación hombre - naturaleza,
que en un principio era de admiración y veneración, se ha ido transformando hasta lo
que hemos llegado hoy: dominación sobre la naturaleza, mandar sobre ella.
d. La naturaleza es más sabia: La naturaleza con todos sus ciclos es perfecta, a través
del tiempo, seres vivientes han evolucionado para adaptarse y habitar diversidad de
ecosistemas y para adaptarse a convivir unos con otros. Si la especie humana llegare
a desaparecer, la naturaleza en su constante evolución optimizará sus procesos para
que unas formas de vida surjan y otras se mantengan.
Referencia:
http://salvatumundo1.blogspot.com.co/2009/04/los-4-principios-ambientales-de-barry.html
Consulte y realice un resumen máximo de 10 renglones sobre las diferentes escuelas del
pensamiento ecológico contextualizadas en el primer chat académico.
6. Consulte y realice un resumen máximo de 10 renglones sobre las diferentes escuelas
del pensamiento ecológico contextualizadas en el primer chat académico.
La ecología humana es el estudio científico de las relaciones, en tiempo y espacio, entre la
especie humana (Homo sapiens) y otros componentes y procesos de los ecosistemas de los
cuales forma parte. Su objetivo es conocer la forma en que las sociedades humanas conciben,
usan y afectan el ambiente, incluyendo sus respuesta biológicas, sociales y culturales a
cambios en tal ambiente.
Los estudios de ecología humana son fundamentales para la sociedad porque permiten:
- Conocer la historia y el estado actual de la relación sociedad-ambiente y de las poblaciones
humanas.
- Identificar, diseñar y probar alternativas para mejorar las condiciones de vida de las
poblaciones humanas.
(http://www.lopezbarbosa.net/cursos/ecolog%C3%ADa-humana/)
La ecología profunda es una filosofía contemporánea ecológica que reconoce el valor
inherente de otros seres, aparte de su utilidad. La filosofía hace hincapié en la
interdependencia de los organismos dentro de los ecosistemas y de los ecosistemas con los
demás dentro de la biosfera. Proporciona una base para la ecología del medio ambiente, y los
movimientos verdes y ha propiciado un nuevo sistema de la ética ambiental
(http://www.ecologiahoy.com/ecologia-profunda).
La ecología política, campo interdisciplinario en constante construcción, es una herramienta
teórico-analítica de relevancia, sobre todo ante la intensificación desigual del consumo de
energía y materiales, de los efectos no deseados de ciertas tecnologías, así como de la
generación de desechos cuyos impactos se reflejan cada vez más en conflictos
socioambientales de diversa índole y escala (http://nuso.org/articulo/por-que-es-importante-
la-ecologia-politica/).
La ecología urbana es un subcampo de la ecología que se ocupa de la interacción entre los
organismos en una comunidad urbana. Los ecologistas urbanos estudian los árboles, los ríos,
la fauna y los espacios abiertos en las ciudades para comprender el alcance de esos recursos
y la forma en que se ven afectados por la contaminación. Hay un énfasis en la planificación
de las comunidades en un diseño ecológico, mediante el uso de materiales alternativos y
métodos de construcción con el fin de promover un ecosistema urbano saludable y con
mayorbiodiversidad (http://www.ecologiahoy.com/ecologia-urbana).
Ecología cultural, rama de la antropología que estudia los procesos por medio de los cuales
los sistemas sociales se adaptan a su entorno. La ecología cultural determina y analiza las
adaptaciones al medio ambiente teniendo en cuenta otros procesos de cambio
(http://docente.ucol.mx/al028694/public_html/cinco.htm).
La ecología del paisaje es una disciplina que, a pesar de no ser muy conocida por la
generalidad, ha cobrado mucho peso en los últimos años. Simplificando su definición,
podríamos decir que se trata del estudio de las variaciones de los paisajes en unas
determinadas escalas, no sólo espaciales, sino también temporales. Para ello, combina desde
la biología a la geografía, incluso las ciencias sociales dado el impacto que tiene la acción
del hombre en el hábitat, habiéndose convertido en un elemento clave a la hora de definir una
estrategia de conservación del patrimonio natural y cultural (http://twenergy.com/a/que-es-
la-ecologia-del-paisaje-400)
7. ¿Qué son los BIOINDICADORES AMBIENTALES, criterios para aplicarlos y
algunos ejemplos. ¿Qué importancia tienen en la planeación y gestión ambiental?
Los organismos y las comunidades son indicadores de las condiciones de los ecosistemas, ya
que los habitan y están expuestos a los disturbios.
Indicador: característica medible, que provee información útil sobre el estado o calidad o
cambios de un ecosistema y los factores que lo afectan. Categorías: indicadores de presión
(de estrés), indicadores de estado, indicadores de respuesta.
Los estudios que incluyen múltiples indicadores reflejan integridad, tanto biológica como
ambiental y permiten mejor acercamiento al estado del ecosistema.
Un bioindicador es una variación antropogénicamente inducida en componentes o funciones
bioquímicas o fisiológicas (por ejemplo biomarcadores), que causan efectos en niveles de
organización superiores como organismos, poblaciones, comunidades y ecosistemas.
Las características de los bioindicadores son: indican efecto o respuesta, respuesta individual
a comunitaria, baja sensibilidad y especificidad al factor estrés, respuesta con variabilidad
baja, relación causa – efecto difusa, escala temporal larga, alta relevancia ecológica.
Criterios para seleccionar bioindicadores:
Relevancia ecológica: advertencia temprana de efecto, cambio en respuesta al factor de
estrés, cambio medible y atribuible a una causa, relación de intensidad entre cambio factor
de estrés, indicación de efectos en niveles tróficos más altos, centinela para efectos humanos.
Relevancia metodológica: fácil de usar en el campo, datos fáciles de analizar e interpretar,
útil para contestar respuestas de manejo y testear hipótesis, realizado en un período de tiempo
razonable, poco costoso, simple y repetible.
Relevancia social: de interés público y para entes regulatorios y legislativos, fácilmente
entendible para el público, relacionado con el ambiente, la integridad ecológica y la salud
humana, poco costoso.
Organismos utilizados como bioindicadores: indican una condición o respuesta a estrés que
puede ser extendida a otros grupos. Son utilizados para reflejar el estado biótico o abiótico
del ambiente, revelar evidencia de impactos de algún cambio ambiental o para indicar la
diversidad de otras especies, grupos o comunidades en un área.
Ejemplos:
Análisis de calidad del aire y del agua:
Macroinvertebrados acuáticos como bioindicadores: ácaros, crustáceos, moluscos,
coleópteros, gusanos planos, larvas de insectos. Ya que se encuentran en todos los sistemas
acuáticos, son sedentarios, poseen ciclos de vida cortos, muestreos cuantitativos y análisis de
las muestras simples y baratos, la taxonomía de muchos grupos está bien estudiada, existen
numerosos métodos para el análisis de datos, incluyendo índices bióticos y de diversidad.
Líquenes como bioindicadores: son ubicuos, no poseen cutícula protectora y absorben
nutrientes y contaminantes, si cualquiera de los simbiontes se ve afectado por algo, ambos
organismos mueren, son relativamente longevos, son perennes, tienen requerimientos
ecológicos restringidos o rangos de dispersión limitados.
Cuándo pueden ser utilizados como bioindicadores los líquenes? Contaminantes medio-
ambientales: lluvia ácida, hidrocarburos clorinados, contaminación por metales pesados,
contaminación aérea por dióxido de azufre, fluoruros, óxidos de nitrógeno. Cambios
climáticos: radiación UV.
Anfibios como bioindicadores: tienen ciclos de vida complejos, en ambientes terrestres y
acuáticos, requieren microhábitats específicos, tiene áreas de acción relativamente limitadas,
presentan poblaciones estables en ecosistemas sin disturbios, poseen períodos de vida largos
y estadios larvales prolongados, aportan una biomasa importante en las comunidades, son
depredadores y presa en las cadenas trófica, son sencillos de muestrear, capturar y manipular.
Referencia:
http://www.fev.org.ar/uploads/2/0/8/5/20850604/indicadores_biologicos_de_calidad_ambie
ntal__jornada_serrana_nov2009.pdf
8. Elaboro una página sobre la HUELLA ECOLOGICA.
La huella ecológica mide la cantidad de agua y tierra biológicamente productiva necesaria
para producir los recursos requeridos por un individuo o población para su consumo y para
absorber sus residuos, utilizando la tecnología existente y prácticas de gestión de recursos
(Ewing et al. 2008). Permite visualizar el alcance y el tipo de demanda que la humanidad está
imponiendo en dichos sistemas.
Concebida en los noventa por Mathis Wackernagel y William Rees de la Universidad de
British Columbia, la huella ecológica es utilizada ampliamente por investigadores,
empresarios, gobiernos, agencias, individuos e instituciones para monitorear el uso de los
recursos y el avance del desarrollo.
Asume como punto de partida que tanto el consumo de recursos como la generación de
residuos pueden ser convertidos en la superficie productiva necesaria para mantener estos
niveles de consumo y que el balance final, puede ser tanto positivo como negativo (Carballo
et al, 2008b).
Incluye sólo la superficie ecológicamente productiva para usos humanos, excluyendo, por
ejemplo, desiertos y polos. Considera la superficie terrestre y marina que soporta la actividad
fotosintética y la biomasa empleada por los humanos. No incluye áreas no productivas, áreas
marginales con vegetación no distribuida homogéneamente, ni biomasa que no es usada por
los humanos (Carballo et al, 2008b).
La huella ecológica considera distintas subhuellas, empleándose comúnmente estas seis
(Carballo et al, 2008b):
• Cultivos: aquella superficie en la que los humanos desarrollan actividades agrícolas,
suministrando productos como alimentos, fibra, aceites, entre otros.
• Pastos: área dedicada a pastos, de donde se obtienen determinados productos animales como
carne, leche, cueros y lana.
• Bosques: la superficie ocupada por los bosques, de donde, principalmente se obtienen
productos derivados de la madera, empleados en la producción de bienes, o también
combustibles como leña.
• Mar: la superficie marítima biológicamente productiva aprovechada por los humanos para
obtener pescado y mariscos.
• Superficie construida: área ocupada por edificios, embalses y otro tipo de infraestructura,
por lo que no es biológicamente productiva.
• Energía: al área de bosque necesaria para absorber las emisiones de CO2 procedentes de la
quema de combustibles fósiles.
Se distinguen distintas categorías de consumo, de modo que, para cada una de ellas, se
establecen las distintas necesidades de superficie: alimentación, hogar, transporte, bienes de
consumo, servicios, que a su vez pueden ser divididas en las subcategorías que se consideren
oportunas.
La huella de una determinada población puede ser, tanto comparada con el área disponible a
nivel local como global, refiriéndose en el primer caso a países o regiones. Los países tienen
capacidad para abastecerse de bienes y servicios fuera de sus fronteras, por lo que su consumo
puede superar su capacidad de producción. (Carballo et al, 2008a).
En el segundo caso, cuando el consumo humano supera la capacidad regenerativa de la
biosfera, consumiendo el capital natural más rápido de lo que éste se regenera, con una
reducción del stock existente, se produce el sobrepasamiento, del inglés, overshooting, que
no puede ser mantenido indefinidamente, pues en el largo plazo se consumiría el capital
natural (Wackernagel y Silverstein, 2000, en Carballo et al., 2008a). El sobrepasamiento es
un fenómeno que puede ocurrir a nivel de países o regiones y llegar a ser global. Cuando se
presenta la situación inversa, en la cual huella ecológica es menor que la biocapacidad, es
más difícil de interpretar las causas, puesto que no hay todavía formas de asegurar los límites
asociados y algunas áreas quedan excluidas (Haberl et al., 2001).
Referencia:
http://ingenieros.es/files/proyectos/La%20huella%20del%20carbono%20en%20la%20prod
ucci%C3%B3n,%20distribuci%C3%B3n%20y%20consumo.pdf