m. jesucristo - sanpablochile.clsanpablochile.cl/lit/archivos/domingo/20180530062442.pdf · ser un...

2
Lu 4: 2Ped 1, 2-7; Sal 90, 1-2. 14-16; Mc 12, 1-12. (Stas. Clotilde y Frida) Ma 5: 2Ped 3, 11-15. 17-18; Sal 89, 2-4. 10. 14. 16; Mc 12, 13-17. O bien (LS): Hech 26, 1. 19-23; Sal 116, 1-2; Jn 10, 11-16. San Bonifacio, o y mr. (MO) Mi 6: 2Tim 1, 1-3. 6-12; Sal 122, 1-2; Mc 12, 18-27. San Norberto, o. (ML) Ju 7: 2Tim 2, 8-15; Sal 24, 4-5. 8-10. 14; Mc 12, 28-34. (S. Claudio) Vi 8: Os 11, 1. 3-4. 8-9; [Sal] Is 12, 2-3. 4-6; Ef 3, 8-12. 14-19; Jn 19, 31-37. SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (S) (S. Armando/ S. Merardo) 9: 2Tim 4, 1-8; Sal 70, 8-9. 14-17. 22; Mc 12, 38-44. O bien (LS): Is 61, 9-11; [Sal] 1Sam 2, 1. 4-8; Lc 2, 41-51 El Corazón Inmaculado de la Virgen María (MO) (S. Efrén) Do 10: 10º durante el año Gn 3, 9-15; Sal 129, 1-8; 2Cor 4, 13—5, 1; Mc 3, 20-35. (Sta. Paulina) DIOS NOS HABLA CADA DÍA y un borracho, amigo de publicanos y pecadores (Mt 11, 19). Entre las muchas comidas del Señor Jesús, hay algunas que atraen particularmente nuestra atención: come con pecadores y gente de mala fama. Así, la mesa del Señor Jesús está abierta para todos los que son “indignos”; para ellos se abre esta mesa que es signo del Banquete del Reino. También, la víspera de su muerte, el Señor Jesús se sienta a la mesa con sus discípulos y establece el memorial perpetuo de su vida entregada por la muchedumbre. Y también el Señor Jesús resucitado come con sus discípulos manifestando la novedad de Dios en el triunfo del Siervo; él es quien permanece para siempre sentándose a la mesa con sus discípulos y renovando su entrega de amor. Ser un Buen Pan El Señor Jesús se sienta a la mesa com- partiendo el pan y su palabra. Sentado a la mesa establece el signo sacramental de su vida entregada como Siervo y de su presencia permanente como Resucitado. Cada vez que celebramos la Eucaristía, Jesús resucitado continúa sentándose a la mesa con los que no son dignos, renueva en el signo del pan y del vino la entrega definitiva de su persona entera –su Cuerpo y su Sangre–, consumada en el sacrificio de la Cruz, y nos invita a participar de su propia vida, entregada como el camino del triunfo del Siervo. En la Eucaristía, el Buen Pastor se hace un Buen Pan para alimentar a los suyos, y no les da migajas, sino que les da su propia vida: es el Pan de Vida. La Comunión eucarística con el Señor Jesús es la invitación a dejarnos hacer como un buen pan, participando de su vida entregada por la muchedumbre: el que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él (Jn 6, 56). COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA En la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes conocida como Corpus Christi, celebramos la vida entregada de Jesucristo y su presencia permanente entre nosotros. ¡Es el Señor Jesús, vivo y presente, quien nos invita a sentarnos a su mesa! Tener vida El que no se sienta a la mesa y no se alimenta, no tiene vida; languidece, se va apagando y... muere… Alimentarse es tener vida, para sí mismo y para otros. Por eso, sentarse a la mesa es más, mucho más, que satisfacer nuestra necesidad corporal de proteínas, calorías y nutrientes; es un acto íntimo en que se comparten los alimentos y la palabra, y en ellos, se comparte la vida. En los evangelios son numerosas las ocasiones en que el Señor Jesús aparece sentado a la mesa, sea con sus discípulos, sea en casas que visita o a las que es invitado. Muchas e importantes enseñanzas del Señor Jesús acontecen mientras está sentado a la mesa y comparte generosamente su palabra. Esto es tan común en él y allí parece encontrarse tan a gusto, que sus adversarios encontraron un motivo para criticarlo: Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tienen un comilón “El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: Graficandes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal. EL DOMINGO MAYO - JUNIO 2018 00200727 4.- Tú, Señor Jesús, que entregas tu vida por todos, acoge la oración de quienes buscan en ti auxilio y tu amor. Oremos. R. 5.- Por nuestra Comunidad de N., para que nuestra Eucaristía sea un signo de tu mesa que abres a todos los que no somos dignos. Oremos. R. (Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad) M. Escucha, Padre, nuestras oraciones y, por la intercesión de Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro, concédenos ser fieles a la Nueva Alianza establecida en su Sangre. Por el mismo Cristo, nuestro Señor. R. Amén. ALABANZA Y PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN Para las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos. M. Padre, tú enviaste al mundo a tu Hijo y, en su Sangre derramada en la Cruz estableciste con nosotros la Alianza nueva y eterna. Te bendecimos de corazón: 1.- Bendito seas, Señor Jesús, que te das como alimento para nuestra vida frágil y nos comunicas tu amor. R. Bendito seas, Padre, que nos has bendecido en Jesucristo. 2.- Bendito seas, Señor Jesús, que nos llamas a participar de tu mesa y nos haces tus amigos. R. 3.- Bendito seas, Señor Jesús, que nos llamas a ser un buen pan en el servicio a todas las personas. R. M. Señor Jesús, tú vienes a nuestro encuentro y nos haces tus amigos, discípulos y hermanos, sentándonos en tu mesa del amor entregado. Contigo nos dirigimos al Padre, tal como tú nos enseñaste: Padre nuestro… Sugerencias de cantos Hacia ti, morada santa/ Cinco Panes/ El Señor nos ha amado/ Cantemos al amor de los amores/ Madre del Salvador. Año XLIII, Nº 2.268 SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (S). 3 de junio de 2018 Sentados a la mesa de JESUCRISTO

Upload: lekhue

Post on 22-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Lu 4: 2Ped 1, 2-7; Sal 90, 1-2. 14-16; Mc 12, 1-12. (Stas. Clotilde y Frida)

Ma 5: 2Ped 3, 11-15. 17-18; Sal 89, 2-4. 10. 14. 16; Mc 12, 13-17. O bien (LS): Hech 26, 1. 19-23; Sal 116, 1-2; Jn 10, 11-16. San Bonifacio, o y mr. (MO)

Mi 6: 2Tim 1, 1-3. 6-12; Sal 122, 1-2; Mc 12, 18-27. San Norberto, o. (ML)

Ju 7: 2Tim 2, 8-15; Sal 24, 4-5. 8-10. 14; Mc 12, 28-34. (S. Claudio)

Vi 8: Os 11, 1. 3-4. 8-9; [Sal] Is 12, 2-3. 4-6; Ef 3, 8-12. 14-19; Jn 19, 31-37. SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (S) (S. Armando/ S. Merardo)

Sá 9: 2Tim 4, 1-8; Sal 70, 8-9. 14-17. 22; Mc 12, 38-44. O bien (LS): Is 61, 9-11; [Sal] 1Sam 2, 1. 4-8; Lc 2, 41-51 El Corazón Inmaculado de la Virgen María (MO) (S. Efrén)

Do 10: 10º durante el año Gn 3, 9-15; Sal 129, 1-8; 2Cor 4, 13—5, 1; Mc 3, 20-35. (Sta. Paulina)

DIOS NOS HABLA CADA DÍA

y un borracho, amigo de publicanos y pecadores (Mt 11, 19).

Entre las muchas comidas del Señor Jesús, hay algunas que atraen particularmente nuestra atención: come con pecadores y gente de mala fama. Así, la mesa del Señor Jesús está abierta para todos los que son “indignos”; para ellos se abre esta mesa que es signo del Banquete del Reino. También, la víspera de su muerte, el Señor Jesús se sienta a la mesa con sus discípulos y establece el memorial perpetuo de su vida entregada por la muchedumbre. Y también el Señor Jesús resucitado come con sus discípulos manifestando la novedad de Dios en el triunfo del Siervo; él es quien permanece para siempre sentándose a la mesa con sus discípulos y renovando su entrega de amor.

Ser un Buen PanEl Señor Jesús se sienta a la mesa com-

partiendo el pan y su palabra. Sentado a la mesa establece el signo sacramental de su vida entregada como Siervo y de su presencia permanente como Resucitado.

Cada vez que celebramos la Eucaristía, Jesús resucitado continúa sentándose a la mesa con los que no son dignos, renueva en el signo del pan y del vino la entrega de� nitiva de su persona entera –su Cuerpo y su Sangre–, consumada en el sacri� cio de la Cruz, y nos invita a participar de su propia vida, entregada como el camino del triunfo del Siervo. En la Eucaristía, el Buen Pastor se hace un Buen Pan para alimentar a los suyos, y no les da migajas, sino que les da su propia vida: es el Pan de Vida.

La Comunión eucarística con el Señor Jesús es la invitación a dejarnos hacer como un buen pan, participando de su vida entregada por la muchedumbre: el que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él (Jn 6, 56).

COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA

En la � esta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes conocida como Corpus Christi, celebramos la vida entregada de Jesucristo y su presencia permanente entre nosotros. ¡Es el Señor Jesús, vivo y presente, quien nos invita a sentarnos a su mesa!

Tener vidaEl que no se sienta a la mesa y no se alimenta,

no tiene vida; languidece, se va apagando y... muere… Alimentarse es tener vida, para sí mismo y para otros. Por eso, sentarse a la mesa es más, mucho más, que satisfacer nuestra necesidad corporal de proteínas, calorías y nutrientes; es un acto íntimo en que se comparten los alimentos y la palabra, y en ellos, se comparte la vida.

En los evangelios son numerosas las ocasiones en que el Señor Jesús aparece sentado a la mesa, sea con sus discípulos, sea en casas que visita o a las que es invitado. Muchas e importantes enseñanzas del Señor Jesús acontecen mientras está sentado a la mesa y comparte generosamente su palabra. Esto es tan común en él y allí parece encontrarse tan a gusto, que sus adversarios encontraron un motivo para criticarlo: Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tienen un comilón

“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: Grafi candes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal.

EL DOMINGO MAYO - JUNIO 2018

00200727

4.- Tú, Señor Jesús, que entregas tu vida por todos, acoge la oración de quienes buscan en ti auxilio y tu amor. Oremos. R.

5.- Por nuestra Comunidad de N., para que nuestra Eucaristía sea un signo de tu mesa que abres a todos los que no somos dignos. Oremos. R.

(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)

M. Escucha, Padre, nuestras oraciones y, por la intercesión de Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro, concédenos ser � eles a la Nueva Alianza establecida en su Sangre. Por el mismo Cristo, nuestro Señor. R. Amén.

ALABANZA Y PREPARACIÓN A LA COMUNIÓNPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.

M. Padre, tú enviaste al mundo a tu Hijo y, en su Sangre derramada en la Cruz estableciste con nosotros la Alianza nueva y eterna. Te bendecimos de corazón:

1.- Bendito seas, Señor Jesús, que te das como alimento para nuestra vida frágil y nos comunicas tu amor.

R. Bendito seas, Padre, que nos has bendecido en Jesucristo.

2.- Bendito seas, Señor Jesús, que nos llamas a participar de tu mesa y nos haces tus amigos. R.

3.- Bendito seas, Señor Jesús, que nos llamas a ser un buen pan en el servicio a todas las personas. R.

M. Señor Jesús, tú vienes a nuestro encuentro y nos haces tus amigos, discípulos y hermanos, sentándonos en tu mesa del amor entregado. Contigo nos dirigimos al Padre, tal como tú nos enseñaste: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosHacia ti, morada santa/ Cinco Panes/ El Señor nos ha amado/ Cantemos al amor de los amores/ Madre del Salvador.

Año XLIII, Nº 2.268 SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (S). 3 de junio de 2018

Sentados a la mesa de

JESUCRISTO

SECUENCIAEsta secuencia es optativa. Si se la canta o recita, puede decirse íntegra o en forma breve desde: “Este es el pan de los ángeles” (*).

Glori� ca, Sión, a tu Salvador, aclama con himnos y cantos a tu Jefe y tu Pastor. Glorifícalo cuanto puedas, porque Él está sobre todo elogio y nunca lo glori� carás bastante. El motivo de alabanza que hoy se nos propone es el pan que da la vida. El mismo pan que en la Cena Cristo entregó a los Doce, congregados como hermanos. Alabemos ese pan con entusiasmo, alabémoslo con alegría, que resuene nuestro júbilo ferviente. Porque hoy celebramos el día en que se renueva la institución de este sagrado banquete. En esta mesa del nuevo Rey, la Pascua de la nueva alianza pone � n a la Pascua antigua. El nuevo rito sustituye al viejo, las sombras se disipan ante la verdad, la luz ahuyenta las tinieblas. Lo que Cristo hizo en la Cena, mandó que se repitiera en memoria de su amor. Instruidos con su enseñanza, consagramos el pan y el vino para el sacri� cio de la salvación. Es verdad de fe para los cristianos que el pan se convierte en la carne, y el vino, en la sangre de Cristo. Lo que no comprendes y no ves es atestiguado por la fe, por encima del orden natural. Bajo la forma del pan y del vino, que son signos solamente, se ocultan preciosas realidades. Su carne es comida, y su sangre, bebida, pero bajo cada uno de estos signos, está Cristo todo entero. Se lo recibe íntegramente, sin que nadie pueda dividirlo ni quebrarlo ni partirlo. Lo recibe uno, lo reciben mil, tanto éstos como aquél, sin que nadie pueda consumirlo. Es vida para unos y muerte para otros. Buenos y malos, todos lo reciben, pero con diverso resultado. Es muerte para los pecadores y vida para los justos; mira cómo un mismo alimento tiene efectos tan contrarios. Cuando se parte la hostia, no vaciles: recuerda que en cada fragmento está Cristo todo entero. La realidad permanece intacta, sólo se parten los signos, y Cristo no queda disminuido, ni en su ser ni en su medida. *Éste es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos: es el verdadero pan de los hijos, que no debe tirarse a los pe-rros. Varios signos lo anunciaron: el sacri� cio de Isaac, la inmolación del Cordero pascual y el maná que comieron nuestros padres. Jesús, Buen Pastor, pan verdadero, ten piedad de nosotros: apaciéntanos y cuídanos; permítenos contemplar los bienes eternos en la tierra de los vivientes. Tú, que lo sabes y lo puedes todo, Tú, que nos alimentas en este mundo, conviértenos en tus comensales del cielo, en tus coherederos y amigos, junto con todos los santos.

Aclamación al Evangelio Aleluia. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”, dice el Señor. Aleluia.

5. Evangelio Mc 14, 12-16. 22-26

De pie, aclamemos la lectura del evangelio y escu-chemos el relato de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Esta es la cena que se renueva en nuestra Eucaristía.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos. El primer día de la � esta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús:

“¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”. Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?». Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario”. Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, esto es mi Cuerpo”. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Ésta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Refl exión¿Vivo la Eucaristía no solo como Comunión, sino también como Acción de Gracias, Ala-banza, Convite, Sacri� cio, Nueva Alianza?

6. Oración UniversalM. A cada invocación respondemos:

R. Tú eres, Señor, el Pan de Vida.

1.- Tú, Señor Jesús, que reúnes a la Iglesia en torno a tu mesa, aliméntanos con el gozo de tu presencia. Oremos. R.

2.- Tú, Señor Jesús, que encomendaste a tus ministros reunir a tu Comunidad y renovar este misterio, hazlos siempre servidores dignos de tu mesa. Oremos. R.

3.- Tú, Señor Jesús, que en tu Cuerpo y Sangre estás siempre presente con nosotros, renueva nuestra fe en este misterio. Oremos. R.

3. Salmo Sal 115, 12-13. 15-18

R. Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor.¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor. R.

¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacri� cio de alabanza, e invocaré el Nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo. R.

4. Segunda Lectura Heb 9, 11-15

La carta a los Hebreos presenta el único sacri� cio de Cristo, que se ofreció a sí mismo en la cruz, en una entrega que vale más que cualquier otro sacri� cio.

Lectura de la carta a los Hebreos. Hermanos: Cristo, a diferencia de los sacerdotes del culto antiguo, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. Él, a través de

una Morada más excelente y perfecta que la antigua –no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado–, entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna. Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santi� ca, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, puri� cará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a � n de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Ciclo B - Color Blanco1. Ambientación

Este domingo celebramos la � esta de la Eucaristía, tradicionalmente conocida como Corpus Christi. Celebramos la vida entregada de Jesucristo y su presencia permanente entre nosotros. La Eucaristía es la presencia sacramental del Señor Jesús. Cuerpo y Sangre signi� can toda la persona, viva y presente. Es el Señor Jesús, vivo y presente que nos invita a sentarnos a su mesa. ¡Celebremos con gozo este gran misterio de nuestra fe!

2. Primera Lectura Éx 24, 3-8

El libro del Éxodo nos trae la memoria de la Alianza que Dios ha hecho con el pueblo de Israel, una Alianza sellada con sangre, para siempre.

Lectura del libro del Éxodo. En aquellos días, Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió

a una sola voz: “Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor”. Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacri� cio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho. Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.