Álvaro y joaquín, por el tiempo que les he quitado. · a mi mujer, virginia, y a mis hijos,...

A mi mujer, Virginia, y a mis hijos, Borja,Álvaro y Joaquín, por el tiempo que les he quitado.

Y a mis padres, Mariano y María Luisa,por el que me han dado.

Sin valores no hay victoriaLos buenos libros nos acompañan en nuestras maletas de viaje o sequedan para siempre en la mesita de noche. Los mejores, además de loanterior, generan nuestra recomendación vehemente a quienes amamoso apreciamos y son objeto de regalo espontáneo. Es así como una obralogra gran difusión y éxito. Porque el regalo o la prescripción sonsiempre signos inequívocos de satisfacción, adhesión y entusiasmo. Yeste libro, sin duda, copará las primeras posiciones de las listas de librosmás vendidos en España por estos motivos.

Pero hay una categoría aún superior: la de los libros que sonexcepcionales, porque aparte de todo lo anterior sentimos la profundanecesidad de leerlos y comentarlos con nuestros hijos porque sabemosque haciéndolo quizás conseguiremos que sean mejores personas,mejores profesionales y mejores ciudadanos. Este libro que tiene en lasmanos, amigo lector, es de los terceros. Lo tiene todo.

Es un libro necesario, bueno y bello porque su autor, JoaquínMaroto, lo ha escrito desde la voluntad de generar consciencia y belleza,valor y sentido, y para ello necesariamente se inspira en una buena ybella persona, y excepcional profesional, don Vicente del Bosque aquien seguramente incomodan los elogios y para quien paradójicamentefaltarían alabanzas para definir la calidad humana que encarna su hacer,su trabajo, sus resultados y su «método», como diría Joaquín. La lucidezy buen criterio del escritor permiten mostrar sin aspavientos nivanidades la potencia transformadora que nace cuando hay una firmevoluntad por el buen trabajo y la excelencia personal.

«Por sus actos los conoceréis», no hay verdad mayor. Y ello quedareflejado en estas páginas y hace que esta obra sea apasionante yadictiva, porque pone palabras al porqué del éxito, de la superación antela adversidad, de la dinámica positiva y ganadora que todo ser humanopuede generar para la consecución de la victoria colectiva que vaacompañada de elegancia espiritual.

A los amantes del fútbol y del deporte en general este libro lesentusiasmará en su forma y fondo, por su buena estructura y vocación

amena y pedagógica, porque cada capítulo está bien estructurado en undiscurso que lleva amablemente al lector a integrar los valoresesenciales del «método» de Vicente del Bosque. Pero también atraparásin duda a todos aquellos que quieran comprender de dónde nace lagrandeza humana, la verdadera nobleza, la calidad en las actitudes yvalores que generan calidad en los hábitos, procesos y resultados.

Toda victoria exterior no es más que el síntoma de una victoriaespiritual, íntima, interior. Los principios que nos ayudan a transformarla existencia en sus diferentes dimensiones son de aplicación universal.Valores como la humildad, el compromiso, la equidad o la diligenciasiempre son buenos compañeros, sea para cultivar una buena y sanarelación con nuestros afectos, sea para la búsqueda de la excelenciaprofesional en la gestión de nuestro trabajo y equipos, e incluso para lagestión de las adversidades y las crisis. Y en las páginas que siguen serealiza un fino y ameno viaje por conceptos tan poderosos como lahumildad, la discreción, la determinación, la prudencia, el optimismo, elpragmatismo, la atención, la disciplina, los buenos hábitos, laintegridad, la confianza, la equidad, la benignidad, la firmeza, la justicia,la diligencia o la voluntad de excelencia. Sin ellos no hay verdaderacalidad, no hay victoria posible.

Fútbol y sabiduría esencial convergen en estas páginas, sea a travésde la anécdota, de la reflexión o del buen tino con el que se cierra cadacapítulo gracias al fino criterio y consejo del conde Lucanor. Porqueeste libro es mucho más que un tratado sobre cómo conseguir el mejorfútbol, incluso es más que una extensa y rigurosa reflexión sobre losgrandes valores que subyacen en un deporte que levanta pasionesmultitudinarias. Es una obra sobre el buen trabajo y la buena gente,sobre la importancia de las virtudes para conseguir grandes victorias,sobre algo tan obvio pero tan obviado como que sin calidad humana nopuede haber calidad en los resultados materiales.

Decía Antoine de Saint-Exupéry que si queremos un mundo de paz yde justicia debemos poner la inteligencia al servicio del amor. Eso es loque han hecho siempre los grandes líderes, las grandes almas. Y eso eslo que uno constata al leer estas páginas. Sin duda sólo un gran corazón

y una alma humilde como la de don Vicente del Bosque es capaz deafirmar ante una derrota «Todo lo que sucede conviene», y de añadircon el trofeo mundial en la mano del capitán de su selección y enriguroso directo televisivo: «El mérito es de los jugadores; yo sólopasaba por allí» y apostillar «Este grupo destila humildad, solidaridad,compañerismo y respeto. Por eso son un ejemplo para la juventud detodo el país».

Libros como éste son los que necesitamos en una España sumida enuna crisis económica que no es más que el síntoma de una profundacrisis de decencia, de valores y de consciencia. Nuestra sociedad puedeencontrar respuestas necesarias y válidas a cómo salir de esta situación através de su deporte rey si sabe mirar con ojos críticos y con la lucidez ypotencia de análisis que nos brinda Joaquín en estas páginas. Si hemosganado un Mundial, si somos una potencia en un deporte donde hayselecciones extraordinarias, podemos ser también una potencia enmuchas otras dimensiones que impliquen talento y talante, perodebemos actuar en consecuencia trabajando con denuedo y dando lomejor de nosotros mismos en cada instante.

Por todo ello muchas gracias, Joaquín, por tu excelente trabajo ycriterio, por el esfuerzo que has hecho para hacernos ver que laexcelencia no es gratuita y que la victoria en el terreno nace antes de lavictoria en la propia alma, y mil gracias, don Vicente del Bosque, por suejemplo, porque a usted no le hacen falta palabras para demostrar nada,porque su obra es un mensaje que muestra por sí mismo los resultadosde la nobleza que nace de la humildad, la integridad, el rigor, lavoluntad de excelencia y la entrega.

Y a usted, amigo lector, le deseo que disfrute de las siguientes páginascomo si del mejor partido que contemplará en su vida se tratara.

Con sincero afecto,

ÁLEX ROVIRA CELMA

IntroducciónDurante los últimos diez años he tenido la ocasión de mantener uncontacto permanente con Vicente del Bosque. Coincidimos en el RealMadrid entre los años 2000 y 2004; él como entrenador del primerequipo y yo como director de Comunicación del club. Fue una etapa deencuentros diarios, de intercambio de opiniones y aquella cercaníadiaria nos permitió conocernos en profundidad. Aquello derivó por unaparte en una buena amistad, que se ha prolongado hasta el día de hoy, ypor otra en una profunda admiración personal hacia su figura, centradano sólo en sus valores profesionales, que ahora son ponderados en todoel mundo, sino en sus virtudes como ser humano. De todo ello hablo eneste libro.

El método Del Bosque recoge las pautas de actuación y los modelosde comportamiento del seleccionador. Su fórmula de trabajo y de vidaaplicada al manejo de los grupos, de los vestuarios y de esa especie tansingular que son los futbolistas.

El método Del Bosque no es sólo un libro de historias de fútbol, quelas tiene, sino un compendio de los valores y principios en que se apoyael trabajo de Vicente del Bosque. El que en este libro figuren además losapuntes personales del seleccionador recogidos de su puño y letra trasmuchos años de experiencia le da un valor añadido que también tengoque agradecerle.

Del mismo modo le doy las gracias a la gente que lo ha hechoposible: desde sus más estrechos colaboradores, entre los que estáAlberto García Collado, hasta sus mejores amigos, como José AntonioCamacho, o sus propios jugadores, como Xavi Hernández —laprolongación de Del Bosque sobre el campo y posiblemente un futurocandidato para El método Xavi— o Fernando Llorente, uno de losúltimos en llegar a la selección, uno de los futbolistas, junto con losPiqué, Busquets, Javi Martínez, Mata o Pedro, entre otros, con los queDel Bosque ha ido potenciando a la selección campeona de Europahasta convertirla en Campeona del Mundo. También Fernando Hierro,que le escogió para el puesto, tiene hueco en la obra. Y por supuesto

Trini, la esposa de Del Bosque. Ella me abrió las puertas de su casa ypuso en este trabajo tanta emoción como yo. En la solapa de este libroposo en una foto con la Copa del Mundo con el mismo orgullo con elque millones de españoles salieron a celebrarla el pasado 12 de julio. Mellena de satisfacción además el haberle regalado a Del Bosque en laNavidad de 2010, seis meses antes del Mundial, una réplica en miniaturade esa misma Copa del Mundo como prueba de mi fe en él y en sumétodo, que guarda con cariño en la vitrina de su piso madrileño.

Aquí van a encontrar la esencia de Del Bosque, que es en torno a loque gira el texto, combinado con el libro de cabecera del seleccionador,los cuentos de El conde Lucanor, con paralelismos evidentes entre lasfábulas de don Juan Manuel y el fútbol profesional. Por casualidad oporque así tenía que ser El método Del Bosque se empezó a escribir enToledo, provincia de nacimiento de don Juan Manuel de Villena yBorgoña-Saboya y acabó de redactarse en Salamanca, cuna de DelBosque. Es un libro que responde a los que aún tenían dudas: DelBosque no sólo tiene librillo. Tiene método.

CAPÍTULO 1

Inteligencia y frialdad para ganar un MundialDe la prudencia, la humildad y el conocimiento de las propias

limitaciones«El primer pensamiento que me vino a la cabeza cuando Iniesta marcóel gol de la final del Mundial ante Holanda fue la imagen de SlavenBilic, seleccionador de Croacia en la Eurocopa 2008, cuando su equipómarcó en el minuto 119 de la prórroga. Bilic se puso a correr como unposeso, a celebrar ese gol por todo el campo… y en la jugada final delpartido, un instante después, Turquía empató y luego les eliminó en lospenaltis. Me acordé justo de eso. Luego miré al juez de línea, que sehabía quedado parado tras el gol de Andrés, y contuve la respiraciónpensando que podía pitar fuera de juego. Fueron segundos eternos.Inmediatamente les pedí a los chicos concentración plena, inteligencia yfrialdad para llevar esa victoria aún parcial hasta la victoria final.Minutos después se había conseguido el objetivo». Así recuerda DelBosque los momentos previos a la mayor alegría colectiva de España delos últimos, muchos, años. Esto resume gran parte de su filosofía delfútbol y de la vida: el respeto por el rival, la prudencia, la humildad y elrechazo del orgullo que desemboca en soberbia y conduce finalmente alerror y a la derrota. Estos rasgos dominan su personalidad y su carácter.

EXPERTOS EN LA GUERRA DE NERVIOS

En la noche del 16 de junio el desánimo cundía entre los miembros de ladelegación española en Durban. La selección había perdido contra todopronóstico el primer partido del Mundial frente a la, en teoría, débilescuadra suiza. En ese momento algo similar sucedía en las mentes detodos los aficionados en España, en las que de nuevo comenzaban aasomar los fantasmas del fracaso.

Por su parte los adversarios, algunos con mayor intensidad, notardaron en dejarse escuchar. En Argentina algún experto en la guerrade los nervios había apodado a la Roja «el Parabrís» (el limpiaparabrisas) por su tendencia a mover el balón en horizontal de un ladoal otro del campo «para limpiar las gotas, pero sin evitar el chaparrón».Diego Armando Maradona, especialmente dotado en los últimostiempos para la crítica, se apresuró a decir: «Si los partidos se jugaran alo ancho, España ganaría todos por diez a cero».

TODO LO QUE SUCEDE CONVIENE

Vicente del Bosque tragaba saliva, contaba reiteradamente hasta diezantes de permitirse contestar. Era consciente de que entrar en guerra conun mito del fútbol en el primer asalto del Mundial no conducía a nada, ycallaba. En realidad en su fuero interno sabía que tampoco tendríasentido hacerlo ni siquiera antes de la final.

A la mañana siguiente, paseando junto a dos de las voces de suconciencia —Toni Grande (seleccionador ayudante) y AntonioFernández (ángel guardián de Jesús Navas y ojeador de la selección)—por los campos de rugby de Potchefstroom, Del Bosque pronunció depronto una frase, una de esas «perlas» que nos ayudan a comprender suéxito: «Todo lo que sucede conviene… La derrota contra Suiza trastocanuestros planes, pero si hemos hecho una racha de 23 partidos sinperder ahora será fácil convencer a los jugadores de que pueden hacerotra de seis, que son los que necesitamos para ganar el Mundial».Cuando escuché este razonamiento (yo estuve aquella mañana soleada yfría un rato de paseo con ellos) se me pusieron los vellos comoescarpias. Durante los años en los que asistí a Del Bosque como directorde Comunicación del Real Madrid jamás le había escuchado comentarnada que se excediera más del siguiente partido. Por vez primera sehabía atrevido a ir más allá. Y es algo raro en él. Realmente raro.

NO SE PUEDE GANAR SIEMPRE

Cada temporada, cuando el Madrid lograba sumar los cuarenta y tantospuntos que garantizan la permanencia en la primera división, DelBosque solía decirme siempre: «Mira, Joaquín, no te asustes, que no lovoy a hacer, pero me dan ganas de salir a la sala de prensa y decir quepor lo menos a segunda división este año ya no bajamos… Es que veoque la gente de los despachos se ha venido arriba y que piensan quevamos a ganar todo y a todos. Y los que estamos dentro de estevestuario sabemos que no se puede ganar siempre». Esto lo decía unhombre que batió todos los récords con el Real Madrid, que ganó dosCopas de Europa, dos ligas, la Copa Intercontinental, la Supercopa deEuropa y la de España. Pero también un entrenador que se vio con lasoga al cuello porque, en mitad de esa explosión de títulos, perdió lafinal de la Copa del Rey ante el Deportivo de La Coruña en el SantiagoBernabéu y en el año del centenario blanco. Un técnico al que se lecomunicó el fin de su contrato con el club en el que había estado desdelos 17 hasta los 53 años en un pasillo (según cuenta Luis Gómez en «DelBosque o la línea recta» en El País), pasadas las diez de la noche y undía después de conquistar un campeonato. Su esposa Trini que pensabaque había ido sólo a recoger unos papeles esperaba en la calle PadreDamián dentro del coche familiar en el que ese día también meencontraba yo… Sin embargo no fue simplemente este cúmulo dedesatinos lo que más molestó a Del Bosque, sino que el club a los pocosdías justificara la decisión de prescindir de él con un argumento que leofendió sobremanera por cuestionar su librillo, su método.

LA DISCRECIÓN, UNA HERRAMIENTA ENTRE OTRAS

Como se verá a continuación si algo le sobra a Del Bosque es «librillo»,entendido éste como el método para gobernar plantillas de trabajadoresde élite (o deberíamos decir, de artistas), como son los jugadores defútbol. Un gremio que —al menos en los grandes clubes de Europacomo el Real Madrid y también en la selección de España— se definepor tres parámetros: pocos años, formación justa (aunque esto hacambiado para bien en los últimos años) y mucho dinero.

Si siempre es difícil mandar, mucho más debe de ser hacerlo sobregente que gana más que su jefe, como ocurre con los futbolistas y losentrenadores. Pues bien, Del Bosque lo consiguió. Tanto es así que unaestrella mundial como Ronaldo, que llegó al Madrid tras salir tarifandocon su entrenador en el Inter de Milán, Héctor Cúper, le dedicó un golal salmantino al día siguiente en que Del Bosque había enterrado a sumadre. Ronaldo marcó, se fue a la banda, abrazó a Del Bosque y le dijo:«Por su madre, míster». Del Bosque confesó después que el gesto deRonaldo, en su opinión «un hombre bueno», le había emocionado, perotambién que hubiera preferido «un homenaje algo más privado antemenos de cien mil personas…».

Esta anécdota que sucedió ante los noventa mil testigos queabarrotaban aquel día el Bernabéu define otro de los rasgos de lapersonalidad de Del Bosque: la discreción. Una virtud que aprendió enel Madrid a la sombra de sus modelos y guías Luis Molowny y MiguelMalbo —ambos ya fallecidos y a los que Del Bosque siempre llamaseñor Molowny y señor Malbo—. También aprendió a valorarla deotros compañeros a los que admira, como José Luis Asenjo, JesúsGarcía Palacios y Alberto García Collado, los tres ya jubilados.

«YO PASABA POR ALLÍ»

Alberto García —que disfruta de su retiro después de sus 49 años deservicio al Madrid en su domicilio de Santa Pola, que se ubicaprecisamente en la avenida Santiago Bernabéu— se acercó al busto dellegendario ex presidente situado en el paseo marítimo de la localidadalicantina y en voz baja le susurró a la efigie: «La que ha liado Vicente,don Santiago…». Esto sucedió a las diez de la mañana del 12 de julio,horas después de que España levantara la copa de campeona del mundoen Johannesburgo tras ganar la final a Holanda.

Pero Del Bosque sabe que la continuidad de un entrenador pasa porreconocer el mérito de los jugadores, y es consciente de que la clave desu éxito se basa en no estar nunca por encima de ellos ni en fama ni enimportancia, en no ser más noticia ni por supuesto en tratar de ganar

más dinero que los futbolistas. Por estas razones huye de todoprotagonismo, tanto que a veces se pasa: «Yo sólo pasaba por allí»,respondió con humildad a los que le felicitaron tras ganar el Mundial.

No se atrevió a responder lo mismo al Rey Don Juan Carlos cuandoel monarca, exultante, le golpeó en el pecho el día que le visitó con lacopa en el Palacio de la Zarzuela, pero seguro que lo pensó…

Entre los recuerdos de la Copa del Mundo y la emoción del regreso aEspaña con los deberes hechos el seleccionador guarda buenosmomentos, pero lo que más le sorprendió del recibimiento fue ver lagran cantidad de inmigrantes que había entre los millones de personasque festejaron el éxito en las calles de Madrid al paso del autobús de laRoja: «La gente que tiene que dejar su país para buscarse la vida es quelo ha pasado realmente mal, y si celebran con nosotros el éxito es queles hemos tratado bien. Y eso me llena de orgullo y me hace feliz.También supongo que entre tanta gente los habría de derechas y deizquierdas, y que la bandera es de todos, porque todos llevaban una».En cada acto, en cada palabra de Del Bosque, se adivina un estiloprogresista que marca su condición interna: «Me han preguntado milveces qué iba a hacer si ganábamos el Mundial y yo siempre dije quetodo menos afeitarme el bigote. La habían tomado con mi bigote, y mibigote es mío… Esto lo aprendí de José María Gutiérrez, Guti, exjugador del Real Madrid, al que un día le sugerí que se cortara el pelo.Guti me respondió que sí, que lo haría el día que yo me afeitara elbigote. Lo pensé y dije: «Caramba, tienes razón: lleva el pelo como te déla gana».

Área técnica

APUNTES DE DEL BOSQUE: Reflexiones en torno a la profesión deentrenador que nos descubren las formas del pensamientopositivo, asertivo y fundamentado en la realidad, aplicables acualquier profesión.

1. ANTES DEL MUNDIAL

Esto no es una cortesía, es una convicción«Quiero defender que este Mundial se celebre en Sudáfrica. Séque la cuestión genera dudas, pero también una gran esperanza.Va a ser un orgullo para todos los sudafricanos y vaticino queva a ser un gran Mundial».• Flashback: «Todos los mundiales, dieciocho, han sido un

éxito y éste también lo será. Los sudafricanos no se estrenancon él, han organizado campeonatos del mundo de rugby y decríquet, incluso estuvieron a punto de ser los anfitriones delMundial de fútbol que se celebró en 2006 en Alemania. LaCopa de Confederaciones la organizaron en el verano de 2009y fue un éxito».

• Proyección a futuro: «El torneo debe dejar una herenciafantástica para Sudáfrica y para todo el continente en loeconómico, en infraestructuras, pero sobre todo en laautoestima de la gente».

• La pelota al suelo: «No podemos olvidar que este país celebrósus primeras elecciones en 1994 y que con ellas dio fin a unrégimen de apartheid. Que un personaje de leyenda comoNelson Mandela encarnó todos los valores de la paz y lademocracia, lo que le ha convertido en uno de los grandespersonajes de la humanidad».

• Dar lo que uno tiene: «El fútbol nos une, nos integra, nosdivierte y ofrece esa gran oportunidad. Hay que universalizarsus valores, democratizarlos; por eso estamos obligados aapoyarles incondicionalmente desde fuera y a obviar suscarencias. Ha llegado el momento de África. Esto no es unacortesía, es una convicción».

LO QUE ENSEÑA EL MÉTODO DEL BOSQUE

«Cuando sea necesario plantearse las propias limitaciones es preferibleser modesto antes que indulgente con uno mismo».

«La prudencia, la humildad y una equilibrada valoración deladversario son condiciones imprescindibles para conocer los límites denuestra actuación frente a él».

«La determinación y la discreción son condiciones necesarias paraejecutar una decisión con repercusión pública, sin que genere máspolémica de la imprescindible».

LO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR

El origen de toda sabiduría es conocersea uno mismoPor tanto la peor mentira es la que nos contamos a nosotros mismos. Nodebemos engañarnos nunca, ni sobre nuestras virtudes ni nuestrosdefectos; aunque es preferible ser modestos que indulgentes. Vivimos yactuamos en sociedad, de esta manera, es imprescindible tener unconocimiento equilibrado de nuestro entorno: personas y circunstancias.Así podremos actuar de forma equilibrada y nuestros actos tendránrespuestas apropiadas.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXXVIII)

Pudo más la avariciaUn buen día el conde le confesó a Patronio que tenía muchas ganas deestar en cierto lugar pues allí le darían una partida de dinero con el quepensaba hacer grandes cosas en su provecho, pero al mismo tiemposentía temor de que si se detenía allí podría sobrevenirle un granpeligro. Y le pidió consejo sobre qué hacer. Patronio le contó la historiade un hombre que se ahogó en el río mientras transportaba una pesada

carga de piedras preciosas pese a haber sido advertido del peligro quecorría y de saber que si renunciaba a su carga podría salvar la vida.Pudo más la avaricia.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:

A quien por codicia su vida aventura, sabed que sus bienes muy poco le duran.

CAPÍTULO 2

Aunque Alfredo Di Stéfano cante boleros…Escuchar, pensar, decidir y no dar demasiadas explicaciones

Un rasgo característico de Del Bosque es su independencia en elmomento de tomar decisiones. Escucha a todos y no imparte doctrina.Incluso cuando le planteé la posibilidad de escribir un libro con lasclaves de su método fue tajante: «Bueno, pero que conste que lo quevale para un grupo a veces no vale para otro, incluso lo que vale parauna persona no vale para otra. Y voy más lejos: Lo que es bueno parauno de tus hijos puede no serlo para otro. Cada cual es un mundo». Estepensamiento surge de una mente abierta que huye de los extremos y quese guía por la prudencia, la intuición y un sentido de la justicia a vecesexcesivo.

Pero él está obligado a tomar decisiones, una detrás de otra, cada día.Además, son decisiones que todos analizamos, que todos criticamos:«Cada aficionado lleva un entrenador dentro, y muchas veces tienenrazón los que ven las cosas de otra manera. Pero el que decide al finalsoy yo».

«DOS EN UN BURRO»: LA FÁBULA CONTRA LA INDECISIÓN

Y este principio de responsabilidad que, como se verá en estas páginas,se corresponde con muchas de las enseñanzas y moralejas que seextraen al leer El conde Lucanor lo ha aplicado en múltiples ocasiones,siempre con éxito. Una de las más divertidas sucedió en el Real Madriden la última etapa dorada ya con todos los «galácticos» a plenorendimiento. Lo cierto es que a Del Bosque siempre le criticaban por loscambios en los partidos. Si ponía a Morientes, por ponerle; si lo quitaba,por quitarle. Le pasaba con los jugadores que eran conocidos no sinciertas muestras de desprecio por parte de un sector del club y de la

afición, el equivalente a «la clase media», pero también con losRonaldo, Zidane o Figo, los de «la clase alta». Cierto día solucionó elproblema con arte, retranca y habilidad. «Me gustaría contar la fábula“Dos en un burro”», dijo. El caso es que Del Bosque explicó de estamanera lo difícil que resulta tomar una decisión, dictaminar un cambioy que todos en su mayoría lo acepten. «Por eso lo que hay que hacer esestudiar el problema, consultar con la gente que te ayuda, decidir consentido común y prudencia, y prepararte para los que no estén deacuerdo, que los habrá». Este episodio se ha repetido varias veces en suetapa como entrenador, primero en el Real Madrid y luego en laselección. En el Mundial también le pasó y echó mano del cuento delburro y el anciano labrador. La última vez que tuvo que hacerlo fue conmotivo de la reciente convocatoria para un amistoso en México elpasado mes de agosto, que molestó al Barcelona por la convocatoriamasiva de sus jugadores. «Y habrá más, porque nunca puedes pretendercontentar a todos. Ahora bien, tan importante es saberlo como tratar deaproximarte lo más posible al contento generalizado».

EL CRITERIO NO SE SOMETE A VOTACIÓN

Otra de las características de Del Bosque es no dar excesivasexplicaciones una vez que se ha decidido por un jugador u otro, por unsistema u otro, por una solución o la contraria. De un presidente delReal Madrid aprendió un principio que aplica siempre: «Si das muchasexplicaciones la gente piensa que lo haces porque te has equivocado. Demodo que dar las explicaciones justas es lo mejor, y ante la duda, esbueno quedarse corto». Este principio lo ha aplicado en sus relacionescon la prensa, con sus jefes y también con los jugadores, pero siemprebajo una premisa: «ser justo en la decisión. Si eres justo, todo es másfácil, también ante el error. No es lo mismo equivocarse con razón quesin ella».

En cierta ocasión arreciaron sobre él las críticas porque habíadecidido alinear a uno de esos jugadores de «clase media» en lugar deun galáctico. Aunque Del Bosque estaba cargado de razón, el Madrid

perdió aquel partido ante el Racing, jugado en Santander una tarde-noche de lluvia y frío. En el embarque de regreso Di Stéfano, presidentede honor del club, estaba sentado en uno de los primeros asientos delavión e iba recibiendo a los jugadores canturreando con sarcasmo: «Estatarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú…». Nadie dijo nadaporque don Alfredo es una institución. Pero es cierto que, por su estatusprivilegiado y también por sus muchos años, a veces dice en voz alta loque otros no se atreven ni siquiera a susurrar. Del Bosque no comentónada entonces, pero en el siguiente partido repitió alineación y ganó. DiStéfano, un hombre con chispa, un genio aunque de carácter un puntitocruel, no se dejó ver.

LA NOTICIA, PARA QUIEN LA TRABAJA

En las relaciones con la prensa Del Bosque se guía por los mismosprincipios que se deducen de los episodios anteriores: la prudencia, laindependencia, el consenso y la libertad. Y a todos ellos añade uno más,muy importante en el gremio: la igualdad. No le gusta, y se cuida muchode ello, que haya filtraciones, aunque es el primero que atiende a unapremisa básica en la profesión: «La noticia es como la tierra, debe serpara el que la trabaja». En este exagerado sentido de la justicia a vecesson los más próximos los que salen peor parados. Más que nada porqueal conocer el modus operandi del personaje (que no es nadacomplicado si se atiende al sentido común) en ocasiones juega aldespiste para sacarte del camino de la verdad y sembrar la duda.

Pero Del Bosque, que cursó cuarto y reválida e hizo sus pinitos enMagisterio, además de un profesor lleva un periodista dentro. De hecho,en las etapas en las que no entrenó, en especial en el tramo de tres añosque abarca desde su salida del fútbol turco hasta su desembarco en laselección, ejerció como tal. Fue colaborador de La Razón y de ElMundo, y nunca, ni siquiera cuando estuvo lejos de España, abandonósu pasión por la radio. Del Bosque es un oyente de radio empedernido(fumar no fuma, salvo algún Montecristo muy de vez en cuando) y enmás de una ocasión, a altas horas de la madrugada y desde Estambul,

donde residía, llamaba a los conductores de los programas nocturnospara comentar algún pasaje. «Oye, que te he escuchado por Internet…buen programa. Nos hemos reído mucho aquí en casa con eso de…».De esto o de lo otro, da igual. El caso es que Del Bosque escucha laradio todas las noches. No un programa, sino todos. Va haciendozapping, escogiendo los temas que más le interesan. Y si no tienetiempo espera a la mañana para repasar por Internet lo que se dijo por lanoche.

EL PLACER DE COMPARTIR Y APRENDER

Con la misma pasión con la que escucha radio lee los periódicos. Cadamañana durante más de 20 años acostumbraba a citar a suscolaboradores en el Real Madrid —los mismos que mantiene en laselección—, en una modesta cafetería, La Fuentona, junto a la antiguaCiudad Deportiva. Allí se empapaban el diario As y el Marca y despuésse ponían a hacer el crucigrama de El País. Si Del Bosque admira aalguien es a gente como Pedro Ocón de Oro, «Peko», a quien consideramalabarista de las palabras. «Porque me gusta el lenguaje, las palabras,el diccionario y usar correctamente el castellano. Es algo de lo que mehe preocupado siempre, que me ha tenido entretenido, que me gusta»,cuenta el seleccionador campeón del Mundo, el mismo que un día quisoser maestro de escuela.

Área técnica


2. LA SELECCIÓN ESPAÑOLA EN EL MUNDIAL

Deberíamos recordar, porque fue hace nada, cuando teníamosdificultades para clasificarnos«Nuestra participación en el Mundial ha sido posible a través deuna clasificación impecable. Puede que seamos favoritos, perono más que otros, y los comentarios del tipo: “lo normal es queganemos el Mundial”, no me gustan».• Flashback: «Deberíamos recordar, porque fue hace nada,

cuando teníamos verdaderas dificultades para clasificarnos».• Proyección a futuro: «Ganar el Mundial es nuestra obligación,

eso sí es real. Y debemos prepararnos para competir en lasmejores condiciones, encarando los partidos como unaprolongación del calendario competitivo y no como un puntoy aparte. Queremos que sea un punto y seguido».

• La pelota al suelo: «En el equipo tenemos mecanismos defuncionamiento muy consolidados, pero debemos seguiralimentando su construcción, la mejora de los automatismos,de mejores recursos, tanto a nivel defensivo como ofensivo.En todos los mundiales hubo sorpresas y en este momento deigualdad del fútbol mundial las sorpresas son menores».

• Dar lo que uno tiene: «Somos personas de buen corazón, peroen este momento el corazón debe estar en la cabeza. Tenemostoda la confianza en Casillas y en Reina y no podemos generardesconfianza en ningún puesto. No encuentro argumentosfutbolísticos para cambiar a nadie».


«Antes de tomar una decisión hay que escuchar a todos, respetar a todosy evaluar sus consecuencias».

«Las decisiones, una vez tomadas, hay que llevarlas a efecto conindependencia y sin tomar en consideración opiniones ajenas ointeresadas».

«En el caso de que una decisión haya sido equivocada o pocoefectiva, hay que reconocerlo, corregirla y realizar autocrítica».


Un criterio honesto hemos de respetarlo siempreLa única forma de crecer emocional e intelectualmente es tomandodecisiones y haciéndose responsable de ellas. De los aciertos y de lasequivocaciones.

Si los aciertos refuerzan la autoestima y otorgan seguridad, loserrores, al ser admitidos y evaluados, alimentan nuestra base de datos yevitan volver a cometerlos, con lo que aumenta nuestra posibilidad deacertar. En cualquier caso, acertemos o no, si nuestro criterio al tomaruna decisión ha sido honesto, debemos respetarlo siempre.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO II)

No se puede hacer cosa a gusto de todosEl conde plantea a Patronio el problema de cómo actuar si, hagas lo quehagas, siempre alguien te lo va a reprochar, a lo que el sabio Patronio leresponde con la historia de un labrador que iba al mercado con su hijoy, con ellos, un burro. Primero ambos iban caminando y fueroncriticados, después el hijo montó en el burro y de nuevo fueroncriticados porque caminaba el padre. Al escuchar esta crítica montó elpadre y les reprocharon que caminara el hijo. Por último ambosmontaron a lomos del asno y entonces alguien les censuró la conductapor sobrecargar al pobre animal. Al final del cuento, el padre confesó asu hijo que todo había sido una argucia para enseñarle que no se puedehacer cosa a gusto de todos y que en la vida, si no es causa de mal paranadie, se ha de hacer lo que más convenga a uno.

Y cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia, la mandó

poner en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:Por críticas de gentes, mientras que no hagáis mal, buscad vuestro provecho y no os dejéis llevar.

CAPÍTULO 3

En casa del apóstol deberíamos conformarnos conempatar

Conságrate a lo razonable y rechaza lo deleznableA medida que vamos desentrañando el método de Del Bosque surgenalgunas paradojas. En general, del seleccionador nacional se tiende apensar que es una persona seria, inclinada a vivir hacia dentro y pocodada a las bromas. Un personaje adusto, en definitiva. Sin embargo,sabemos que no es así. Conocemos su cordialidad, su natural afable ysu instintivo y fino sentido del humor que se adorna de retranca cuandola ocasión lo requiere: «Si fuera un tío aburrido o apático no seríaentrenador», dice para defenderse de las acusaciones de tibieza, de serpersona triste o demasiado seria. Y es importante que se haya rebeladode esa manera contra quienes pretendieron atacarle por ese flanco.

EN ALGO HAY QUE CREER, Y NO HACE DAÑO

La ironía en Vicente del Bosque es leyenda. Muchos episodios de suvida profesional podrían demostrarlo, pero uno de los más divertidossucedió en el transcurso de la visita que la Real Federación Española deFútbol (en realidad su presidente, Ángel María Villar) realizó a lacatedral de Santiago de Compostela con motivo del Jacobeo de 2010.Villar, un hombre de exagerada religiosidad ha recorrido el Camino deSantiago en tres ocasiones —una, de la que hablamos, como presidentede FEF y otras dos de forma anónima, según él mismo cuenta—. Enesta ocasión, hablamos del 25 de febrero de 2010, decidió llevar ante elaltar de Santiago los mejores trofeos conseguidos por la selección ensus distintas categorías y presentar al apóstol el cuerpo técnico de laFederación al completo con Vicente del Bosque a la cabeza.

El seleccionador tiene sus creencias, no tan externas ni convencidas

como las de Villar, pero las suyas: «En algo hay que creer, y daño nohace», dice de vez en cuando… Bueno, el caso es que fue hastaSantiago, escuchó misa en la catedral y luego, como mandan loscánones, subió a dar el abrazo al apóstol. Por la estrecha escalinata quelleva hasta la estatua de éste le precedía Fernando Hierro y le seguía yo,que también estaba allí. Y fue cuando salió la retranca. Surgió el DelBosque de verdad, el hombre irónico, prudente y con su puntito degenialidad. Hierro le dijo: «Bien, Vicente, hasta aquí hemos venido paraganar el jubileo…», a lo que Del Bosque contestó: «Bueno, en casa delapóstol deberíamos conformarnos con empatar…».

QUE RECE EL CONTRARIO…

En realidad este respeto reverencial por los santos y el poder de laFuerza Superior le viene de su etapa de jugador en el Real Madrid, unclub en el que casi todos solían desconfiar de la ayuda divina. DiStéfano, un día que estaba simpático y locuaz (lo que no es frecuente),nos lo explicó a unos cuántos durante un vuelo hacia el otro lado delAtlántico: «Lo de rezar al Madrid no le conviene. Nunca le haconvenido. Porque si antes de un partido le reza el Madrid al mismotiempo que también lo hace el rival, Dios, que es justo, dirá: “Puesempate a cero y todos contentos”. Y al Madrid sólo le conviene lavictoria, nunca el empate y menos a cero. De modo que es mejor norezar, que rece el contrario…».

No es que Del Bosque crea que todo lo que dice Di Stéfano es palabrade Dios, ni mucho menos, pero en este asunto de la ayuda divina síparecen coincidir los dos ex entrenadores del club. Uno que lo fue todocomo jugador, pero que perdió cinco finales como entrenador, y el otroque como jugador no fue un «galáctico», pero como entrenador ganótodas las finales que disputó, salvo, ay, la Copa del Rey el día delcentenario, cuando el Deportivo tumbó las expectativas del Madrid desaludar a España con la Copa en alto en presencia del Rey, lo que no seprodujo entonces y hasta hoy sigue sin producirse.

ENTRE «MOHÍNOS» Y «FENÓMENOS» SE QUEDA CON LOS SEGUNDOS

Lo que más aprecia Del Bosque a su alrededor es el optimismo. Sobretodo en los jugadores. No entiende que gente joven, rica y famosa,como son todos los futbolistas del nivel que él dirige, le ponga pegas ala vida. Tiene una palabra muy suya, «mohíno», para definir a losjugadores tristes, sosos y apáticos, que alguno ha tenido en su etapaprofesional; y otra, «fenómeno», para los que viven su privilegiada vidacon la alegría propia de su posición. Entre éstos se cuentan muchosejemplos: Roberto Carlos, Geremi, Xavi, Cazorla… pero el mejor detodos ellos, el que dejó huella en el entrenador es Ronaldo. De él haymuchas anécdotas, todas sabrosísimas, pero algunas inolvidables. Undía, camino de un partido de exigencia máxima, como le gusta definir aDel Bosque a los envites de verdad, circulaba el autobús del Madrid porlas calles de Barcelona camino del Nou Camp. Sobre el vehículo yahabía caído alguna piedra, incluso un trozo grande de ladrillo. La gente,aunque todos expertos, estaba alerta, inquieta por los proyectiles. Y fueRonaldo (que se sentaba junto a Roberto Carlos en la fila dos delautobús, sólo una por detrás de Del Bosque) el que rompió el hielo:«Qué bonito es el fútbol… sino fuera porque se gana poco dinero…»,dijo el brasileño en mitad de la lluvia de cantos. Del Bosque soltó unacarcajada. Y detrás de él, todos los jugadores desde Roberto Carloshasta el último chaval que había llegado de la cantera, que ese día eraPavón.

REUNIONES LAS JUSTAS

Del Bosque no es muy de reuniones salvo con sus amigos de verdad(Camacho y García Remón, entre ellos). Le parece que los jugadoresrebosan chispa, ironía y mala leche, y que es mejor tratar con ellos porseparado que juntos. Cuentan una anécdota sobre un colega suyo, quetambién entrenó al Madrid, que tiene su gracia y su miga. Un día el clubinstó a Ronaldo: «A ver, Ronaldo, que me llegan noticias de que salesmucho y de que tienes que entrenarte un poquito más y un poquito

mejor. Mira a Figo, que no sale de casa…». Y Ronaldo contestó:«Bueno, es que si yo tuviera una mujer como la de Figo tampoco saldríade casa…». El piropo de Ronaldo, elegante y respetuoso hacia sucompañero y amigo, le sirvió para salir airoso de una situación de crisis.Desde luego, además de ético, fue efectivo. Una prueba más de larapidez mental y del arte del brasileño del que un día Del Bosque dijo:«Tengo veintidós jugadores en la caseta y a Ronaldo, que es distinto…»,pero lo dijo con cariño y con admiración. «Es un chico que hubiera sidoun líder en lo que se hubiera propuesto. Le dio por el fútbol y ha sidoun número uno, pero lo habría sido igual en cualquier otra profesiónque hubiera escogido. Es de los que llega a una reunión con diezpersonas y en diez minutos ha calado a todos, a uno por minuto. Es listoe intuitivo por naturaleza».

La franqueza para decir y encajar las noticias y los hechos es otro delos rasgos que definen la personalidad de Del Bosque, y ha dadomuestra de ello en las situaciones más comprometidas. Una de ellas seprodujo en Nueva York, ciudad a la que el Madrid se desplazó parajugar un amistoso contra el Roma, que entonces entrenaba otro ex delequipo, Fabio Capello. Entre los actos programados en torno al partidohabía una cena con los poderosos organizadores en uno de los mejoresrestaurantes de la ciudad de los rascacielos. Aunque los jugadores noestaban por la labor. Fueron a la cita, pero en apenas media hora, lo quetardaron en degustar el menú —los futbolistas comen increíblementepoco e increíblemente rápido— se levantaron de las mesas en bloque yse marcharon al autobús. Al llegar al hotel los futbolistas se relajaron enla cafetería hasta que llegó el presidente quien, sorprendido ymalhumorado, les mandó a todos a la cama de inmediato como castigo.

Área técnica

APUNTES DE DEL BOSQUE: Reflexiones en torno a la profesión deentrenador que nos descubren las formas del pensamiento

positivo, asertivo y fundamentado en la realidad, aplicables acualquier profesión.

3. LA EVOLUCIÓN DEL FÚTBOL ESPAÑOL

Ninguna doctrina. El fútbol es muy opinable, todos tienen algode razón«Todo lo relacionado con el fútbol tiene demasiado ecomediático, con rapidez se nos llena la boca (y la cabeza) detopicazos: los mejores jugadores del mundo, la mejor liga delmundo… Todo demasiado prefabricado, demasiadoempalagoso».• Flashback: «Las últimas temporadas de nuestro fútbol han

sido brillantes para los clubes; Real Madrid, Barcelona,Deportivo, Valencia, Sevilla, Atlético de Madrid y hasta elVillarreal han realizado actuaciones memorables y la selecciónse ha unido a esta hegemonía de los clubes».

• Proyección a futuro: «Pero le damos más valor al poder de laimagen que a los méritos, aunque tenemos muchas virtudespara que no sea así. Estamos entre los mejores, pero hay otrasligas y otros jugadores fuera de España también muy buenas.Es una obviedad que no puede hacernos poner en dudanuestra posición en el fútbol mundial».

• La pelota al suelo: «Creo que la euforia generalizada que noshace perder la objetividad y subestimar a algunas potenciascomo Italia, Brasil, Inglaterra o Argentina no nos hace ningúnfavor».

• Dar lo que uno tiene: «El éxito no es sólo de los profesionales,sino de aquellos que siembran cada día sus enseñanzas conextraordinaria generosidad, del comportamiento cabal de losjugadores dentro y fuera del campo, porque el fútbol es labúsqueda de un resultado sí, pero también debe reflejar laética y la buena conducta personal».


«Pensamiento positivo y optimismo son factores que influyenfavorablemente en el resultado de las decisiones».

«En ocasiones la ironía —y la retranca, si la cosa se pone fea— sonbuenas armas para salir airoso de situaciones comprometidas».

«La franqueza, la naturalidad en actos y en palabras cimentan yfortalecen la toma de decisiones acertadas».


La ambición es sana siempre y cuando nuestras aspiraciones seanrazonablesHay que encarar el futuro con ilusión, con proyectos de triunfo, perocon los pies en la tierra. El pensamiento positivo es una cosa, laambición desmesurada otra. Aspirar a objetivos irrealizables puede serautodestructivo. La ambición excesiva también está relacionada con laarrogancia, la soberbia y la incapacidad de delegar, y ninguna de estascondiciones son deseables en un líder.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO VII)

Quien de fantasías se alimenta…El conde Lucanor le habla a Patronio sobre un asunto que si sale bien ledará muy buenos beneficios y éste le aconseja que nunca tengademasiadas esperanzas si no están basadas en hechos. Para ilustrarlesobre la necesidad de ser realista, le cuenta la historia de doña Truhana,una pobre señora que se dirigía al mercado con un jarro de miel en lacabeza e iba pensando en los grandes negocios que haría con el dineroque le dieran por él: compraría huevos que le darían gallinas y con el

dinero de las gallinas compraría ovejas… y así fue fabulando encomprar y vender siempre con ganancias, hasta que se imaginó más ricaque ninguna de sus vecinas. Iba doña Truhana cantando y saltando dealegría cuando se dio una palmada en la frente para celebrar su suerte,olvidando que llevaba el jarro de miel y éste cayó al suelo haciéndosetrizas.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia, la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:

En realidades ciertas os podéis confiar mas de fantasías os debéis alejar.

CAPÍTULO 4

Con la cantera, su momento más felizHuir de la primera persona y actuar con normalidad y naturalidad

Un rasgo del carácter de Del Bosque es no hablar nunca en primerapersona del singular, salvo causa de fuerza mayor o pararesponsabilizarse de un fracaso, nunca de un éxito. El seleccionadorsiempre dice: «Hemos pensado, hemos decidido, nuestra intenciónes…» para referirse a las decisiones que toma tras escuchar a suscolaboradores y asesores. Durante muchos años la Federación de Fútbolde Madrid y su presidente Vicente Temprado organizan una cena en laque premian a los mejores equipos de cantera de Madrid. Del Bosqueno dejó de asistir ni en sus tiempos de más éxito al frente del RealMadrid a esas cenas, que era el sitio en el que realmente «se le veía másfeliz» cuentan sus colaboradores. Metido ya de lleno en el fútbolprofesional, era ahí, con los entrenadores más modestos, con losaprendices de futbolistas, donde realmente disfrutaba. También conellos empleaba la tercera persona al referirse a los equipos del Madridcuya cantera dirigía: «Se ha hecho un trabajo estupendo, estamosorgullosos de lo conseguido, los técnicos han estado a la altura y loschavales igual…». Su alegría iba en aumento cada vez que unentrenador de cantera o un canterano salía a recoger su trofeo. Y a lahora de la foto nunca se ponía en un lugar predominante, sino que solíaescoger el hueco más discreto.

GENTE JOVEN CON UN DON ESPECIAL QUE GANA MÁS DINERO QUE TÚ

Vicente del Bosque ya tiene el «ego cubierto». No necesita excesivoshalagos. Prefiere ceder parte del protagonismo profesional a cambio deque sea reconocido el trabajo de los que le ayudan. Ni que decir tieneque si son los jugadores los cuestionados, lleva este principio aún más

al extremo. «Los futbolistas son los protagonistas, los que corren, losque están sobre el campo; a los que los aficionados siguen y adoran.Todos los demás giramos a su alrededor», ha explicado en más de unaocasión. Aún existe otra razón de mayor fuerza si cabe para entender elabandono del protagonismo por su parte: si ya resulta complicadomantener la autoridad en un grupo de gente joven y elegida, tocada conun don, se complica mucho más si, como sucede casi siempre en larelación jugador-entrenador, eres el jefe de gente que gana más dineroque tú. Para Del Bosque sólo hay una forma válida —hay otras, pero nolas recomienda por ser excesivamente severas o autoritarias— deimponer criterios en un grupo: por convencimiento, sin presión y con laautoridad que da no cometer más errores de los que puedan cometerellos como conjunto o individualmente.

DE LA ZAPATILLA A LA PALABRA OPORTUNA

Igual o al menos muy parecida es la fórmula que emplea en su casa conVicente, Álvaro y Gema, sus tres hijos. En alguna ocasión hacomentado que su esposa Trini se cansa más y obtiene peores resultados«con la zapatilla en la mano» que él «con dos cosas dichas en sumomento y con el tono adecuado… Claro que luego es ella la quemanda en casa, como sucede en todos los hogares españoles…». DeTrini hablaremos más adelante, porque es imposible comprender deltodo a Del Bosque sin la influencia de su mujer, una señora todo cariñoe intuición.

TODOS TENEMOS UN LADO BUENO

Tomar ejemplo de las buenas cosas que tienen los demás es unacostumbre que tiene Del Bosque. El seleccionador es un hombrepositivo que prefiere quedarse con lo bueno y olvidar, si le dejan, lomalo. Huye de los juicios radicales y no es hombre de manías, aunquetampoco de excesivos afectos. Un carácter que le viene de su padre,ferroviario y republicano, por lo que fue represaliado tras la Guerra

Civil. Del Bosque dice de su progenitor que era «responsable hasta elexceso, firme pero comprensivo». Se llamaba Fermín, y cada 7 de juliocelebraban el santo por todo lo alto. En el pasado Mundial, Del Bosque,en vísperas de la semifinal contra Alemania, se anudó el pañuelo rojo alcuello: «Lo hago en memoria de mi padre y también de mi hermano,que se llamaba también Fermín». (Paco Cañamero ha escrito unamagnífica biografía de Del Bosque, Vicente del Bosque. La serenidad ,en la que explica al detalle sus lazos familiares).

NADA DE SALIRSE DEL CARRIL

El seleccionador tampoco es una persona que busque lo que no tiene enlos demás, que se mire en el espejo de otros o que mejore por vía deimitación. Las cosas o le convencen o no le convencen. Pero no se guía,ni se deja guiar, por las apariencias. Muy pocas personas le han influidoen su carácter, que se ha forjado con lo que le enseñaron en casa y conlo que fue aprendiendo por su cuenta. Es un hombre hecho a sí mismo,algo normal en alguien que a los 17 años dejó su casa, vino a Madrid avivir en una pensión y se buscó la vida para ser jugador del RealMadrid, algo en lo que sueñan millones de niños y adolescentes perosólo un puñado consiguen.

La normalidad en los actos y la naturalidad en la palabra son modelosde comportamiento para Del Bosque. Es muy extraño, por ejemplo, quese «salga del carril». No le gustan los entrenadores que gesticulan enexceso en los partidos, que levantan los brazos, que miran a la grada,que tratan de llamar la atención del público. Tampoco es habitual verlehacer aspavientos en la banda. Si acaso, y porque la ocasión lo merecía,en la final del Mundial, el único partido en el que pisó la banda más delo normal ya que prácticamente no se sentó, y en el que se dirigió aalgún rival —llamó la atención a Van Bommel por sus duras entradassobre Iniesta y otros jugadores de España—. Digamos que por una vez,aunque con decoro y educación, sin perder nunca los papeles, DelBosque se saltó el guion, si bien es cierto que la final del Mundial loexigía. Será raro que vuelva a suceder, incluso si España repitiera final

en Brasil 2014.

DARLE LA VUELTA A LA ADVERSIDAD

Esa forma —en general y salvo la excepción comentada— decomportarse en los partidos y de procurar no sobresalir ante audienciasde millones de personas es en realidad un ejercicio de responsabilidad.Del Bosque tiene interiorizado el comportamiento del deportista que noda nada por ganado hasta que pita el árbitro. En la intimidad tambiénsuele referirse a la no conveniencia de dar un partido, una negociacióno una disputa por ganado o perdido antes de que se sepa con certezaque es el final. «En el fútbol, como en la vida, al que saca pecho se lohunden», dice en voz baja a los íntimos bien en el banquillo de unpartido del Mundial, o bien durante una partida de las que los viernesjuega al pádel con sus vecinos.

El carácter de Del Bosque es una mezcla de herencia de mayo del 68con el legado que le dejó su padre: firmeza y laboriosidad. Escuchar,tratar de ponerse en la situación del contrario, comprender su postura yno creerse en posesión exclusiva de la verdad le definen. Estos rasgos,mezclados con un puntito revolucionario, con esa idea de que «ante lassituaciones adversas no hay que amilanarse sino rebelarse para tratar dedarles la vuelta», tan suya, dan el toque justo a su personalidad.

Área técnica


4. ROMPER FRONTERAS

Los hechos nos hacen tener objetivos ambiciosos«En lo futbolístico hemos roto con un pasado complejo,tenemos buenos jugadores en los que se une calidad deportiva ycalidad humana, lo que produce una manera de jugarreconocible, vistosa, agradable; en consonancia con esasvirtudes».• Flashback: «Antes era impensable encontrar entrenadores

españoles en equipos extranjeros, ahora tenemos varios yalgunos con una brillante trayectoria, como Rafa Benítez.También varios jugadores de la selección juegan fuera deEspaña».

• Proyección a futuro: «Todo lo anterior podía ser un deseo,pero está refrendado por hechos que nos hacen tenerobjetivos ambiciosos: mantener el primer puesto de laclasificación FIFA, potenciar nuestro estilo de juego,mantener este espíritu».

• La pelota al suelo: «Que el fútbol sea el más universal de losdeportes y una industria del espectáculo no debe hacernosolvidar su esencia: un deporte de gente sencilla. Se romperíansentimientos e ideales irrecuperables».

• Dar lo que uno tiene: «Ha mejorado la cultura deportiva delfutbolista español. Nuestros jugadores han salido a las grandesligas, están en el Arsenal, Liverpool, Benfica, Everton,Fenerbahce, Aston Villa, Génova, Rubin Kazan… dando lomejor de sí, destruyendo nuestras fronteras deportivas».


«Mantener una actitud pausada tanto ante el éxito como ante el fracasocontribuye a que los demás valoren y respeten nuestra trayectoria».

«Reconocer el mérito de los colaboradores, darles su espacio y suindependencia son claves para el éxito».

«Ver el lado bueno de las personas y de las cosas ayuda a crearse unentorno positivo y que las críticas sean constructivas y no destructivas».


Atención reflexivaUna actitud de atención, de alerta ante los acontecimientos cotidianosproduce siempre conocimiento útil. El estado de alerta no sólo nospermite darnos cuenta de los detalles que condicionan una determinadasituación, también nos induce a reflexionar sobre ellos, a sacarconsecuencias. Entre otras virtudes inestimables el estado de alerta, queno es un estado de tensión, sino todo lo contrario, nos ayuda a sabercuándo no debemos participar en una situación determinada. Tambiénnos enseña a no dejarnos engañar por las apariencias y, sobre todo, a nopermitir que éstas condicionen nuestros actos.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXX)

Lorenzo Suárez Gallinato y el renegadoEl conde le comentó a Patronio que un hombre del que sabía que erabuena persona había acudido para ofrecerle sus servicios, pero lepreocupaba que las gentes comentaran de él que en tiempos habíarealizado actos fuera de razón. A modo de ejemplo, Patronio le contó lahistoria de Lorenzo Suárez Gallinato, un cristiano que, tras estar alservicio del rey moro de Granada, regresó a la corte del rey Fernando deCastilla y éste le aseguró que Dios nunca tendría piedad de él por haberluchado contra cristianos. Lorenzo, ante tal afirmación le dio unarespuesta desconcertante: «Ningún motivo tengo para esperarmisericordia de Dios, excepto el de haber dado muerte a unmisacantano».

Ante la estupefacción del rey Fernando añadió: «Yendo un día con el

rey de Granada como miembro de su guardia personal escuché grandesruidos a lo lejos, espoleé mi caballo y acudí para ver qué pasaba. Antemis ojos, un clérigo que había abjurado de Cristo y abrazado el Islam,ofrecía a sus nuevos amigos entregarles al Dios de los cristianos, para locual se había revestido de misacantano, construido un altar y celebrabamisa. Una vez consagrada la hostia, la entregó a los moros y éstosempezaron a mofarse de ella y a llevarla arrastrando entre gritos portoda la villa. Al ver tal cosa, se encendió en mi pecho la cólera, acometícontra el renegado y le corté la cabeza. Luego me arrodillé y adoré elcuerpo de Cristo. La hostia saltó del lodo y vino a caer sobre mi sayón.Al ver tal cosa, los moros echaron mano a sus espadas y se dirigieron amí para matarme. El rey moro detuvo a la turba, pero muy enojado mepreguntó por qué había hecho tal cosa. Le expliqué que, aun sabiendoque yo no era moro, él me había confiado la protección de su vidaporque sabía que yo no dejaría de protegerle por miedo a la muerte; portanto debía comprender que, siendo cristiano, defendiera a mi señorDios, que es Rey de reyes y Señor de señores. Y añadí que habríaestado orgulloso de dar la vida en aquel trance. Ante mis palabras el reyde Granada me mostró su comprensión y su afecto».

Con esta historia quiso decir Patronio al conde que, en ocasiones, lagente considera malo lo que no lo es, como le ocurrió al rey Fernandocuando pensó que don Lorenzo había cometido el peor crimen delmundo al dar muerte a un sacerdote.


Aunque muchas cosas parezcan sin razón, miradas más de cerca, ¡qué verdaderas son!

CAPÍTULO 5

Las fiestas después, lo primero es ganarSupersticiones las justas, manías las menos y buenos hábitos los

máximosDel Bosque no es un hombre de supersticiones. Al menos no tantocomo la mayoría de la gente del fútbol, que lo mismo plantan ajos enuna portería que se empeñan en no viajar nunca en avión, en entrar alcampo a la pata coja o en hacer cualquier otra cosa rayana en el ridículoo el esperpento. El seleccionador no llega a tanto, ni mucho menos,pero sí que tiene una serie de normas, más que de supersticiones, que legusta cumplir y que cumplan también los que están a su alrededor, tantoen el vestuario como en su círculo de influencia.

Si algo le da mala espina al entrenador es que se organicencelebraciones de cualquier tipo antes de los partidos. En su etapa en elReal Madrid, en concreto en el año 2002, el del centenario del club, lopasó mal varias veces por este motivo. En cada partido, a cuento del«cumplesiglo», había un motivo para montar una verbena. Y DelBosque se ponía malo. «Y digo yo, ¿no podrían hacer la fiesta despuésdel partido? Es que la gente se despista, y no sólo los jugadores,también el público se relaja, todo el estadio. Es mejor montar la fiestadespués, porque lo primero es ganar. Si se monta la jarana antes y luegose pierde te quedas sin nada». Este pensamiento lo expresó en variasocasiones. No le gustaba, y no le gusta, que se haga este tipo de cosasporque él nunca pierde de vista el primer objetivo: ganar.

UNA VEZ AL AÑO NO HACE DAÑO

En el Mundial de Sudáfrica, sin embargo, se produjeron situacionesparecidas, más que por superstición, por tradición, que el seleccionador,que no cree en estas cosas, aceptó por considerarlas positivas para el

espíritu del grupo. España salía de la derrota ante Suiza y llegaba elpartido decisivo con Chile, que fue en el que todos en la selección,jugadores y técnicos, pasaron más miedo, más vértigo y sintieron más elpeso de la responsabilidad. Se acercaba la noche de San Juan en la que,según la tradición española, hay que encender hogueras y saltar porencima del fuego para ahuyentar a los malos espíritus, el gafe y la malasuerte. A un directivo de la FEF, Pedro Cortés, valenciano y expresidente del Valencia, se le ocurrió montar una fiesta. En los jardinesde la residencia de España se encendieron tres hogueras, se festejaronlos santos de los Juanes del equipo, Mata y Capdevila, y todos saltaronpor encima del fuego. Fue un acto privado y secreto del que no hantrascendido fotografías ni tampoco imágenes de televisión. En realidad,casi nadie habló de ello. Pero pasó. Y pasó porque Cortés se empeñó enque para revertir la mala suerte no había más remedio que saltar elfuego en la noche del 23 de junio. Nadie puso pegas.

POR ESTA VEZ PASE

Otra de las situaciones, digamos anómalas por poco habituales, seprodujo tras superar España los cuartos de final en el partido contra laselección paraguaya y clasificarse para las semifinales contra Alemania.La prensa promovió entonces un homenaje a Del Bosque por ser elprimer seleccionador en lograr llevar a España a unas semifinales de unMundial en su formato actual. Se consiguió un Jabulani oficial, el balóndel Mundial, que firmaron casi todos los enviados especiales. ¿Por quécasi todos y no todos? ¿Es que había alguien que consideraba que DelBosque no se merecía un homenaje? Pues no. Si el balón no lo firmarontodos —en realidad, de los más de cien enviados especiales fueronmenos de diez personas los que no lo hicieron— fue porque se corrió lavoz de que algo así podría gafar el Mundial. Que si Del Bosque recibíael obsequio antes de la semifinal España perdería frente a Alemania.Pero además desde la Federación se creyó, y con muy buen criterio, quesi llegaban a nuestro país las imágenes del homenaje a Del Bosque antesdel partido de semifinal contra los alemanes, millones de españoles que

seguían a la Roja en el Mundial podrían pensar que todos en Sudáfricanos conformábamos con haber llegado a la última semana de lacompetición, a quedarnos entre los cuatro mejores. Y ése no era el caso.Ni mucho menos. Pero era cierto que algo así podía dar lugar amalentendidos. Por eso el homenaje se hizo, pero con un pacto desilencio por parte de los periodistas que, la verdad, y salvo algúnaccidente sin consecuencias, fue respetado. Del Bosque recibió el balóny un aplauso de los enviados de prensa con unas elegantes palabras:«Espero devolveros el detalle en España, cuando regresemos a nuestropaís… que espero que sea lo más tarde posible». Fue un momentoespecial, y puedo afirmar que Del Bosque se emocionó verdaderamente,aunque se contuvo al máximo. Ahora el numeroso grupo de losfirmantes de aquel balón de la suerte está preparando un reencuentrocon Del Bosque. Lo organizará un buen amigo, Paco Santos —a quienVicente respondió a cada uno de los mensajes de texto que le mandódurante el Mundial, como hizo el seleccionador con todos los que lehicieron llegar mensajes personales a su móvil durante el torneo, misióna la que dedicaba horas todas las noches—, en el centro que lleva elnombre de uno de los héroes de Del Bosque, el club Manolo Santana,en Boadilla, el mismo lugar en el que se casó Javier Miñano, preparadorfísico de la selección, en el que se casará esta primavera el hijo de ToniGrande, seleccionador ayudante, y también en el que me casé yo. Sitodas las bodas son blancas, las de nuestro querido Paco un poquitomás… aunque él es del Atleti a muerte.

¿POR QUÉ YO?

Está convencido de que un equipo de 23 jugadores, una plantilla, separece mucho a una clase de primaria. Y su instinto pedagógico le diceque, si bien hay que dar espacio, tiempo y libertad a los muchachos paraque se desarrollen y se sientan cómodos, también hay que hacer cumpliruna serie de normas para que la libertad no degenere en anarquía. PeroDel Bosque prefiere ser laxo antes que dictador. «Algunos me criticandiciendo que soy buena persona cuando en realidad eso para mí es un

piropo más que un ataque. Prefiero ser buena persona que no serlo. Yla verdad, no me ha ido mal tratando de ser comprensivo, cordial yflexible». Y es que, al fin y al cabo, éstas son las virtudes que lepermiten gobernar grupos de «elegidos» a los que su talento para elfútbol, un «don divino», ha procurado fama, dinero y una vidaprivilegiada. Zidane, uno de los jugadores a los que Del Bosque másadmira tanto por su talento como por su profesionalidad, explicaba a laperfección esto del «don divino»: «Yo soy Zidane y en lo mío, el fútbol,he llegado a los más alto. He jugado en los mejores clubes, he sidocampeón del mundo y he ganado fama y dinero. Pero ¿qué he hecho yoque no haya hecho mi hermano, que fue albañil? Creo que nada. Losdos recibimos la misma educación por parte de mis padres, los dosjugábamos al fútbol de niños, ambos teníamos la misma ilusión. Peroyo he llegado y él no. No es mérito mío el haber recibido un dondivino», reflexionó un día el francés en un arranque de sinceridad yhumildad que dice mucho sobre cómo es Zinedine de verdad.

LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES

Del Bosque prefiere emplear el tiempo en fomentar los buenos hábitosque perderlo en resolver supersticiones. Ésa es la verdad. Es un hombrede orden y buenas costumbres. En su método de trabajo no tienencabida ni la improvisación ni el desorden. Del Bosque piensa que losbuenos hábitos contribuyen a la buena conducción de los grupos.Cabría pensar, al verlo trabajar, que a veces es demasiado estricto encosas que otros considerarían superficiales, mientras que concedemenos importancia a otras que pueden parecer más trascendentales. Porejemplo, la exigencia del entrenador es máxima en cuestiones depuntualidad que afectan al grupo, como los horarios de las comidasdurante las concentraciones. Le molesta más que la gente llegue tarde ala hora señalada para el desayuno (Puyol siempre es el primero) quepermanezca despierta de madrugada para ver un partido de la NBA.Para Del Bosque llegar tarde es una falta que puede afectar al resto delgrupo, que puede quebrar los hábitos. Quedarse sin dormir o dormir

poco es algo que no afecta al grupo, sino al individuo. El que lo hace searriesga a rendir menos por falta de descanso, y ese bajón lo percibirá elentrenador, que pondrá a otro en su lugar. Ésta es la diferencia entre loque se puede consentir y lo que no: lo que no afecta al grupo estolerable; aquello que rompe su armonía no lo es. «A veces se pasan poralto los detalles, pero cuando se está ante un grupo profesional ycampeón hay que estar muy atento a ellos, porque son la vía paramejorar. Mejorar a través de los detalles, cotidiana y diariamente, esmucho mejor y más efectivo que montar una revolución parareconducir un grupo cuando ya se han perdido los buenos hábitos quele habían llevado al éxito».

Área técnica


5. SOBRE EL ENTRENADOR DE FÚTBOL

El entrenador tiene la obligación de ser una persona ejemplar«No soy partidario de dar doctrina, mis ideas me gustamostrarlas, dejarlas ver entre mis actos, más que demostrarlas —lo que, por otra parte es improbable en territorios tan opinablescomo el fútbol— o imponerlas lo que siempre es un error».• Flashback: «Pertenezco a una generación que aprendió mucho

de los grandes entrenadores extranjeros que vinieron atrabajar en España».

• Proyección a futuro: «En mi opinión el entrenador tiene laobligación de ser una persona ejemplar, su poder depende desu ejemplo por tanto debe ser una persona moralmente

íntegra. Esa integridad generará confianza en los jugadores».• La pelota al suelo: «No siempre las cuestiones que se

consideran “trascendentes” o “vitales” son las más importantespara mantener la coherencia de una persona o de un grupo.Un pase desde la banda al corazón del área contraria puede sertrascedente y determinar un partido, pero cortar 30 o 50 vecesel avance del contrario en el centro del campo no lo es menos,aunque no resulte tan lucido».

• Dar lo que uno tiene: «El carácter no se compra. Quiero decirque aunque determinadas maneras de ser puedan parecer másmediáticas, más atractivas, más “molonas”, no debemostravestir nuestro carácter, sino sacarle el mayor partidoposible. De mí dicen que soy demasiado “bueno”, que soyblando. Pues es probable, pero no me imagino como Rambo».


«Los buenos hábitos, hacer cumplir las normas, son instrumentosnecesarios para gestionar un grupo».

«Las imposiciones arbitrarias o inesperadas no suelen ser bienrecibidas; de ahí la importancia de ir construyendo buenos hábitos deforma cotidiana y paulatina».

«En la dirección de grupos las ideas calan más cuando se transmitenpor convicción que por obligación».


Manías las justasRepetir un ritual en determinadas ocasiones o llevar encima un amuletode la suerte son costumbres en sí mismas inocentes, pero no debendictar nuestro comportamiento en los momentos verdaderamente

importantes. La disciplina, los buenos hábitos y estar convenientementepreparados deberían ser nuestras verdaderas y únicas armas paratriunfar.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXVI)

Cuando la Verdad y la Mentira vivían juntasEl conde estaba apesadumbrado por sus peleas con dos hombres que lementían siempre de manera tan hábil que salían beneficiados y ponían ala gente en su contra. Angustiado pidió consejo a Patronio sobre cómoactuar frente a ellos. Entonces Patronio le contó lo sucedido en unaocasión a la Verdad y la Mentira:

La Verdad y la Mentira se pusieron a vivir juntas y al poco tiempo laMentira le propuso a la Verdad plantar un árbol de manera que éste lesdiera fruta y en los días de calor sombra. La Verdad aceptó. Una vezcrecido el árbol la Mentira propuso que se lo repartieran, lo que agradóa la Verdad. Con persuasivas palabras la Mentira le dijo que se quedaracon las raíces, «lo que da vida, la mejor parte y la de mayor provecho»,mientras ella se conformaba con las ramas que corrían peligro, puesestaban a merced de los hombres. La Verdad se metió bajo tierra paravivir con las raíces que había elegido y la Mentira quedó encima de latierra con los hombres y demás seres.

La Mentira se ganó la admiración de las gentes y el árbol dio grandesramas con flores hermosas y gratas a la vista. Al verlo tan hermoso, lagente se reunía bajo él y recomendaba a otras personas el árbol de laMentira por su sombra y sosiego. La Mentira aprovechó entonces paraenseñarles su ciencia y a unos les enseñó embustes sencillos, mentirasdobles a otros y a los más listos, triples. Una mentira sencilla es cuandoalguien dice: «Fulano, yo haré tal cosa por ti», siendo falso. Doblementira cuando alguien hace solemnes promesas y juramentos, otorgagarantías e involucra a otras personas en los hechos, mientras piensa encómo cometer su engaño. La mentira triple, la peor de todas, es cuandoalguien engaña diciendo la verdad. Las gentes deseaban cada vez más

aprender la ciencia que la Mentira podía enseñarles y vivir al lado de suárbol. Ella se sentía muy honrada de saber además que quienes no lapretendían eran despreciados.

Mientras ocurría esto la Verdad vivía bajo tierra sin que nadie supierade ella y sin alimentarse de otra cosa que de las raíces del árbol de laMentira. Royendo raíz tras raíz acabó con todas antes de que el árboldiera fruto y un día en el que ya no quedaba raíz alguna se levantó unvendaval que dio en el suelo con el árbol, que fue a caer sobre laMentira. De esta manera todos resultaron muertos o malheridos porseguir sus consejos.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:

Evitad la mentira y abrazad la verdad, que su daño consigue el que vive en el mal.

CAPÍTULO 6

El mayordomo, los huevos fritos y un día de playaSaber disimular, guardar las apariencias, mirar para otro lado y

respetar las leyesSaber escuchar es importante para Vicente Del Bosque quien, sinembargo, prefiere saber observar. Los futbolistas son gente especial quese distingue no sólo por sus rasgos socioeconómicos, ya explicados,sino también porque han desarrollado una tremenda intuición. Losjugadores se fían más de lo que ven que de lo que leen o escuchan, y deuna habilidad —ya contada en el caso de Ronaldo— que consiste enhacerse una rápida idea sobre un grupo de gente sólo con oírla y verladurante algunos minutos, algo que es en realidad, en mayor o menorgrado, una cualidad muy extendida en el gremio. Del Bosque lo sabe ysiempre se ha cuidado mucho de no dar motivo para que aquellos a losque debe entrenar y mandar le encuentren puntos débiles. Pese a susesfuerzos, ha tenido jugadores que le han buscado las cosquillas, losflancos. Cuando esto ha sucedido casi siempre ha optado por disimulary mirar hacía otro lado, si la ocasión así lo requería. Lo hace porquesabe que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil y, en el casodel fútbol, el lado débil es siempre el entrenador: «Cuando un equipono funciona sólo se pueden cambiar dos cosas, o el entrenador o elsistema de juego. Pero es imposible cambiar un equipo entero o unsistema a mitad de temporada. Ésta es la razón por la que losentrenadores son los primeros en caer, y no hay que buscarleexplicaciones; al contrario, hay que tratar de evitar riesgosinnecesarios».

LOS CONTADORES DE HUEVOS FRITOS

En su experiencia como entrenador ha tenido jugadores quisquillosos,

«puñeteros», como a veces los define. Pero Del Bosque, que pasó porun vestuario, que fue jugador y por tanto cocinero antes que fraile, se losabe todo sobre cómo economizar riesgos. Desde luego no es unhombre que se desgaste con cosas que se puedan evitar, y tiene el artede saber hacerlo. En el Madrid, por ejemplo, había hasta especialistas encontrolar no sólo lo que decían o hacían los técnicos, sino incluso loque comían. Los almuerzos y las cenas consistían en un bufé libre —libre entre comillas, porque los alimentos que lo componían y locomponen son bajos en grasas y altos en proteínas: más arroz y pastaque carne, más verduras y fruta que bollería…—. De muchos esconocida la devoción de Del Bosque por los huevos fritos. En esosmomentos aún no observaba la disciplina alimenticia que lleva hoy, quele supervisa su esposa y que es lo que más esfuerzo le cuesta mantener.Porque Vicente es de buen comer, no sólo de buena mesa. El caso esque cuando había huevos fritos en el bufé —pocas veces, pero algunase colaban— lo pasaba realmente mal hasta que conseguía sortear lamirada de los jugadores para, en vez de un par de huevos, comerse treso cuatro de una sentada que era la medida justa para él. Siempre dice:«Hijo de pobre no necesita criado», aunque sólo en casos de fuerzamayor, añadiría yo. Y los huevos fritos eran una causa mayor yjustificada. Por eso los dos primeros los cogía él directamente, mientrasque para comerse los dos siguientes, y últimos, necesitaba la ayuda desu gente de confianza. Buscaba a su alrededor y escogía a Grande, aMiñano o a veces a mí y nos pedía que en un plato pusiéramos unoscuántos huevos fritos y los lleváramos al centro de la mesa, como sifueran para compartir… De esta forma saciaba su hambre, se comía loshuevos que quería y evitaba a los contadores de huevos fritos que lerodeaban en el comedor. Los futbolistas son capaces de contar hasta loque come su entrenador y luego utilizar este argumento en su contra.Algunos son así de «puñeteros».

GUANTES BLANCOS… NO OFENDEN

En los vestuarios como en las empresas hay gente de toda condición, de

todos los colores y de todas las religiones. Se hablan varias lenguas y lasprocedencias son múltiples. Incluso en el de España es diferente elmodo en que se juntan y hablan los catalanes y los vascos que losandaluces o los asturianos. Saber lidiar con esta amalgama es tambiénun mérito del entrenador. «Por eso es importante respetar lascostumbres, los hábitos y las particularidades de cada uno… siempreque no estorben al grupo. En general estoy de acuerdo con el principioque establece que la libertad de uno termina donde empieza la del otro.El respeto, la normalidad y la naturalidad son claves para manejar ymanejarse en un grupo», explica.

Disimular también es importante aunque lo que veas te sorprenda. Enuna ocasión visitó a un aspirante a presidente del Real Madrid en sucasa, un chalé del barrio de Chamartín —una mansión que, por cierto,escudriñó Ronaldo para comprarla antes de decidirse por su piso en lacalle de Velázquez, que aún conserva—, y lo que más le impactó fue verque el señor de la casa llamó a un mayordomo y éste se presentó en elsalón con las manos enfundadas en unos guantes blancos. Del Bosqueno cree en mayordomos, y mucho menos en mayordomos de guanteblanco. Él es más, digamos, moderno y progresista. Pero respeta losgustos de los demás. Con este directivo mantiene hoy día una buenaamistad. Nada tiene que ver que tenga en su casa lo que otros notendrían nunca en la suya. Y no por falta de dinero. Se podría decir quemás bien por falta de costumbre…

PERO BERMUDAS Y CHANCLAS… A LO MEJOR SÍ

La anécdota del mayordomo no va a más, pero sirve para saber que DelBosque es un hombre que tiene más cosas que compartir con el comúnde los mortales que con el resto de las personas, que por cierto tambiénson mortales, aunque sean menos. Pero también es capaz de adaptarse alo que él no haría, a lo que no comprende o simplemente no le gusta.Incluso yo he tenido que aprender de él esto escarmentando en carnepropia. En una ocasión, cuando todavía era jefe de prensa del RealMadrid, el equipo fue a jugar un partido de Copa a Canarias contra el

Pájara Playas. Eran los primeros días de septiembre, estábamos en unhotel en la misma playa y hacía calor. Me animé y bajé a desayunar encamiseta, bermudas y chanclas. Hay algunos empleados que prefierenutilizar la ropa del equipo, lo que pone de uñas —más en el Real Madridque en la selección—, a los jugadores, quienes sólo aceptan que,además de ellos, la lleven los técnicos, los masajistas y los utilleros; perono por ejemplo los médicos del equipo, el Jefe de prensa, ni muchomenos los directivos. Y a un jugador, bueno, a Figo para ser concretos,le faltó tiempo para «pegarme un vacile»: «Qué, Maroto, ¿has venido atrabajar o a la playa?». Me lo dijo en voz alta, delante de todos, peroentonces no me corté. «He venido a hacerte más fácil la vida a ti quetienes más dinero, más fama y menos años que yo, pero que aún no hasdado con el secreto para disfrutarla plenamente, como hago yo desdeantes de tener tu edad…». Se hizo el silencio y cuando llegué a la mesaDel Bosque, con cariño, me aconsejó, y lo hizo bien: «Si sólo hubierassonreído y mirado para otro lado como si el comentario no fueracontigo te habrías evitado que hubiera una segunda vez. Porque losjugadores siempre buscan la revancha dentro y fuera del campo. No loolvides». Tenía razón. Lo comprobé años después.

PRIMERA NORMA: CUMPLIR LAS NORMAS

El seleccionador también sigue una disciplina estricta en cuanto acomportamiento. Se ve en cosas cotidianas, muchas veces en aquéllasen las que casi todos nos relajamos. Por ejemplo, al conducir. Con DelBosque he hecho muchos viajes, incontables en avión, algunos en tren yunos pocos en automóvil. Uno de estos últimos fue desde La Fuentona—la cafetería en la antigua Ciudad Deportiva, donde quedamos a lassiete de la mañana— hasta Albacete, para asistir al entierro del padre deJosé Antonio Camacho. Junto al seleccionador viajamos ese día PacoJiménez, uno de sus colaboradores en la selección, un querido colega,Roberto Gómez y yo. Recuerdo que en todo el trayecto, en losdoscientos cincuenta kilómetros que separan una ciudad de la otra, ni enuna sola ocasión sobrepasó el límite de velocidad, los 120 kilómetros

por hora que marca la ley. «No lo hago porque si nunca me quitaronpuntos como jugador no me los van a quitar ahora como entrenador»,bromeó entonces. Pero, en realidad este comportamiento suyo encierramás lecturas; a Del Bosque lo componen tres partes: una de disciplina,otra de responsabilidad y una tercera de vergüenza. Le molesta más elreproche moral que acarrea una multa que su importe económico. Yesto, que es una nimiedad, es sin embargo exportable al resto de suscomportamientos profesionales y también privados. Por eso su primeranorma es cumplir las normas. Que esté de acuerdo o no con ellas esotro cantar. Pero si están sancionadas por la autoridad, él cumplirácomo el que más. Nunca le he preguntado si alguna vez le han puestouna multa de tráfico. Pero me temo que no.

Área técnica


6. NO TENEMOS QUE IMITAR A NADIE

El entrenador debe estar en un proceso de aprendizajecontinuo«Un entrenador tiene frente a sí dos tareas fundamentales: sabercuál va a ser su estrategia deportiva y el planteamiento de unestilo de dirección (y si esto último os parece un poco pedante,dejadlo en estilo de gestión de un vestuario)».• Flashback: «La estrategia, en el caso de la selección española,

estaba encaminada y no tuvimos intención de desviarnos deella, aunque algún detalle sí se ha cambiado».

• Proyección a futuro: «Es una obligación del entrenador, por

encima de sus preferencias tácticas, trabajar siempre a favorde las características de sus jugadores».

• La pelota al suelo: «En el mismo nivel que su integridadpersonal debe poner el trabajo. Su formación debe sercompleta y, lo que es tan importante o más: permanente. Viviren un continuo proceso de aprendizaje».

• Dar lo que uno tiene: «Años atrás el entrenador lo sabía y lohacía todo. Actualmente tiene un equipo de especialistas a sulado, por tanto comparte responsabilidades: delega en otros.Algo que no le excusa de su liderazgo ni de suresponsabilidad total».


«Observar y escuchar dejando que el grupo exprese sus opiniones conlibertad y seguridad son garantías para el éxito».

«Convencer al grupo de obrar con disciplina y responsabilidad esmucho más efectivo que imponer orden legislando por decreto».

«Evitar las situaciones de riesgo, anticiparse a las situaciones de crisisy respetar las normas es la base de actuación de un buen líder».


Las normas pueden cambiarse, pero no incumplirseLas normas están para ser cumplidas. Lo que no quiere decir que seanperfectas o que no sean mejorables. Probablemente, en todos los casosy en el de todas las normas establecidas, podríamos actuar mejor o tenermejores referencias para poder hacerlo, pero el carácter inmediato delos actos exige atenerse a lo que existe: a lo acordado entre todos.Cambiar una norma es posible y en muchos casos aconsejable, perorequiere reflexión —incluso pruebas y ensayos— y sobre todo, una

puesta en común con el grupo para que sea conocida de todos y, en lamedida de lo posible, aceptada.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XLII)

De los vicios el más dañinoLucanor y sus amigos se preguntaban cómo un hombre muy perversopuede hacer el daño más grande a sus semejantes. Cuál, entre losmalvados, sería el más pernicioso. Para complacerlos Patronio les contóla historia de lo que le sucedió al diablo con una falsa devota:

Un matrimonio amantísimo y temeroso de Dios era para el diablo unode sus objetivos inalcanzables, pero por más que porfiaba en tentarlos,ellos permanecían unidos y siempre felices. Una falsa devota, una falsailuminada, se ofreció a Lucifer como intermediaria para obtener susfines.

Con mentiras y falsas actitudes se ganó la confianza de los esposos yentró en su casa como gobernanta, organizándoles la vida su manera.Pronto enemistó a la esposa con su marido convenciéndola de que no laamaba, y a éste con aquélla con el mismo argumento y además le dijoque ella intentaría matarlo. Una vez enemistados convenció a la esposade tener el remedio para aquellos males pero para que un mago hicieseel encantamiento necesitaba tres pelos de la barba de su marido. Alregresar éste a casa encontró a su esposa muy solícita, pidiéndole quedescansara la cabeza sobre su regazo y durmiera. El marido fingiódormir y la esposa, al creerlo realmente dormido, acercó una navajabarbera a su cuello para cortar las tres barbas que le había pedido lafalsa mujer. El marido pensó que efectivamente quería matarlo, learrebató la navaja y la degolló en el instante. Ante los gritos del maridoentraron los hermanos de la esposa y, al verla muerta, le mataron a él.Estos hechos dieron comienzo a una matanza que alcanzó a todos losparientes de la pareja en el pueblo.

Pero Dios llevó al entendimiento de las gentes que la culpa había sidode la falsa mujer, quien fue torturada hasta la muerte.


Si deseas evitar tan grandes desventuras no te dejes convencer por las falsas criaturas.

CAPÍTULO 7

Mantener la confianza y reconocer las diferenciasAutogestión, el afán de superación y el pulso del grupo

Sucede que en los vestuarios como los que dirige o ha dirigido DelBosque el talento flota en el aire. Los que pueblan las casetas de laselección, o los que poblaban las del Real Madrid galáctico son lamayoría héroes de masas, gente popular, rica y brillante. Los primerosde la clase. Del Bosque siempre ha tenido presente que no se puedecompetir con ellos en términos de fama, de poderío económico o decariño de los aficionados. Y esto le ha parecido hasta una ventaja, dadoque él prefiere hacer su trabajo con discreción y dejar que los líderesvayan apareciendo de manera natural, elegidos por el propio grupo.

Al contrario de lo que podría pensarse Del Bosque no es de los queles gusta pisar el vestuario. Cuando tiene que hablar con un jugadorprefiere hacerlo de forma «casual» —en realidad casi siempre es algopremeditado, pero busca el lugar idóneo y el momento justo—. Elúltimo ejemplo ha sido Puyol, quien tomó la decisión de dejar laselección tras el Mundial de Sudáfrica y al que el seleccionador cogiópor banda, durante apenas dos minutos, en el vestíbulo del hotel enJohannesburgo para decirle «de refilón» que se lo pensara: «Tienes atiro llegar a los cien partidos con la selección, yo cuento contigo y seríabueno que le dieras una pensada a lo de retirarte durante las vacaciones.Ya me dirás algo cuando lo decidas…». Apenas un par de frases o tresque calaron en la mente de Puyol, quien treinta días más tarde lecomunicó a Hierro y al seleccionador su voluntad de seguir con Españahasta la Eurocopa 2012.

FIARSE DEL JEFE

Entrar en el vestuario supone toparte de frente con 23 prima donnas,

con gente que cuando se junta puede hacerle feliz o la vida imposible acualquiera, según como le cale el grupo. Tratar de hablar con losfutbolistas cuando están en el vestuario es misión casi imposible.Primero porque la música —siempre hay música en los vestuarios,menos cuando se pierde— no deja escuchar tu voz, segundo porque losfutbolistas están a otras cosas, generalmente de broma, incluso decachondeo, y porque no existe el mismo entusiasmo entre los que sesaben suplentes y los que son titulares. Aunque en este último aspecto,en manejar estos egos, Del Bosque es un maestro. En realidad es raroque Vicente hable a los jugadores en grupo. Más allá de la charla técnicaque precede a cualquier partido, el seleccionador prefiere el tratodirecto. Su relación con los futbolistas es más directa, cara a cara, másespaciada y por regla general bastante corta en cuanto al tiempoempleado. Va al grano porque los jugadores tienden a ser dispersos ynecesitan instrucciones claras y concisas, dichas de modo convincente ycon todo el respeto, pero también con autoridad. Los jugadoresnecesitan fiarse del jefe. Y como el propio Del Bosque explica. «Lo másimportante cuando un entrenador pisa el vestuario es que se note. Quela gente perciba que el míster está ahí. Que tiene algo que decirles». DelBosque conoce el lenguaje del fútbol y los secretos de la caseta. Losmaneja y es un entrenador que siempre ha conseguido ser respetado entodos los vestuarios que ha pisado tanto como jugador como ahoracomo entrenador.

LA IMPORTANCIA DE TRANSMITIR FELICIDAD

En el Madrid galáctico, que era como una torre de Babel con jugadoresblancos, negros, cristianos y musulmanes, donde se hablaban hastacuatro lenguas distintas (castellano, inglés, francés y portugués), loslíderes fueron apareciendo de forma espontánea. Y en contra de lo quela gente suele creer, no se correspondían con los jugadores másimportantes sobre el campo. No hay duda de que Zidane, Figo yRonaldo eran los tres galácticos originales, los que levantaron máspasión en las masas. Pero, qué sorpresa, no llevaban la voz cantante

fuera de los estadios. Eran otros jugadores y, por increíble que parezca,uno de los más importantes era Geremi.

En una pretemporada del Madrid en la localidad suiza de Nyon fuecuando el fenómeno Geremi se consumó. Los futbolistas iban alalmuerzo en grupos de seis u ocho y ocupaban las mesas en elreservado del equipo. Al final casi siempre todos se juntaban en la mesaen la que se sentaba Geremi, que poco a poco conseguía que todos serieran, que le aplaudieran, que se pusieran las servilletas en la cabeza.Tenía un papel importante en el equipo más allá de su rendimientosobre el campo, algo en lo que no podía competir con Zidane o conMakelele, cada uno en su estilo. Pero Geremi aglutinaba. Era como elmortero para el cemento. Y a su alrededor se hacía equipo. Del Bosquesupo verlo desde el principio: «Estos jugadores que hacen felices a losdemás se ganan el respeto y el cariño del grupo y son importantes parael conjunto. Además, son de los que luego lo dan todo sobre el campo.Son solidarios y ésa es su ventaja». Del Bosque es un firme defensor delefecto Geremi, de la importancia que tiene para el grupo aquél que escapaz de formar piña en torno a él.

Claro que Zidane también tenía su peso. Pero como el seleccionadordice, «cada jugador tiene su lidia». En el caso del francés, lo que más lellamaba la atención a Del Bosque «es su mirada. Te mira y te lo dicetodo. Te clava los ojos y sabes, sin que abra la boca, si lo que hasplanteado le gusta o no». La ventaja de Zidane es que, le gustara o no,era un jugador disciplinado que acataba lo que se proponía. El otro granlíder del vestuario de ese gran Madrid de comienzos de la década era sucapitán, Fernando Hierro, que había tomado el relevo de ManoloSanchis, que aprovechó sus últimos años de jugador para terminar susestudios superiores. A su manera Raúl era otro de los guías de esegrupo. Y ya, aunque muy joven, emergía Casillas, hoy capitán deEspaña y del Madrid, por su personalidad arrolladora. Iker era elestandarte de la cantera. El más querido por los más pequeños de laantigua Ciudad Deportiva.

VEINTIDÓS MÁS RONALDO

En la selección actual hay varios jugadores que han destacado porencima del resto, que son líderes del grupo. Casillas lo es a su estilo,más parecido al de Zidane, y Reina puede serlo al suyo. Puyol y Xavison los otros jefes. En el caso de Puyol, que es un hombre de pocaspalabras, su liderazgo se manifiesta sobre el campo. «Es imposible jugarjunto a Puyol y no dejarte la piel. Se vacía de tal forma que estásobligado a tratar de dar lo mismo», me dijo un día Capdevila. Teníarazón. Otros lo han reconocido después de él. El caso de XaviHernández es el más especial. Es líder dentro del campo por su talento,pero también lo es fuera por su carácter. Xavi es listo, intuitivo ysolidario. En la actual selección es uno de los jugadores másreconocidos. Es la prolongación de Del Bosque sobre el campo y «si élquiere, será un gran entrenador cuando acabe su carrera de jugador».

Ronaldo es otro de los jugadores que merece un comentario. Sobradode talento, al brasileño le interesaba poco entrenarse. No porque fueravago, sino porque no le encontraba la diversión. En los partidos era otracosa, porque jugaba para divertirse y para ganar. Del Bosque se diocuenta muy pronto de que le habían mandado un jugador especial:«Cuando me preguntan que cuántos jugadores tengo en la plantilla digoque veintidós más Ronaldo, que va aparte». Cuando el brasileño llegó aMadrid procedente del Inter necesitó casi dos meses de entrenamientosdobles para ponerse al nivel. Javier Miñano, hoy preparador físico de laselección, se encargaba de él. Para motivarle sólo había un método:retarle. Si quería que Ronaldo diera veinte vueltas al campo, tenía queconvencerle diciéndole que si las diez primeras las daba en menos de untiempo concreto le rebajaría cinco vueltas y dejaría la sesión en sóloquince. Eso funcionaba con él; cuando iba a jugar al golf con César, sugran amigo, se apostaba 10 euros por hoyo o perdía todas las bolas.Ronaldo sólo se movía por un fin. Para jugar bien necesitaba estímulosy ser feliz. «Verle reír en un partido, verle bromear con Roberto Carlos,sentirle feliz es una gozada. Lo ves así desde el banquillo y no tienesduda de que él puede sacar el partido adelante en un instante. Pero sólocuando es feliz», dedujo Del Bosque. Efectivamente, es un hecho que el

seleccionador piensa que «lo que vale para uno, incluso para diez,puede no valer para otro. Cada persona es un mundo».

MANTENER LAS NORMAS

La autogestión también funciona en el método Del Bosque. Elseleccionador piensa que «cuando se trata con un grupo de personas notodo es controlable, no todo debe ser impuesto y la libertad depensamiento y de acción tienen que ser sentimientos arraigados en elconjunto. Lo que se impone por decreto dura menos que lo que cala porconvencimiento», dice con firmeza. Este principio lo ha aplicado envarias ocasiones y ha sido especialmente válido en las situaciones decrisis. Por ejemplo, Del Bosque impuso en el Madrid (en contra delcriterio de gentes más autoritarias y con un modelo distinto al suyo) queel equipo sólo debía concentrarse en los partidos que se disputabanfuera de Madrid. La norma funcionó muy bien porque los jugadoresagradecieron que su entrenador les premiara con la confianza dedejarles dormir en sus respectivas casas la víspera de los partidos en elBernabéu. En realidad les estaba regalando muchas más horas con lafamilia y con los amigos. Y eso es oro. Porque si a los jugadores lessobra el dinero, lo que les falta es tiempo para poder disfrutarlo. Perollegó el día en que el Real Madrid se jugaba la liga en el campo delAtlético. Técnicamente se trataba de un partido fuera de casa, pero DelBosque, al no ser necesario un desplazamiento porque el encuentro eraen el Calderón, no concentró a los jugadores la víspera. En el club no lovieron bien. Mandaron a un ejecutivo a tratar de convencerle para quehiciera lo contrario, y no cedió. «Si lo hago, más allá de pasar unanoche más en casa, los jugadores entenderán que pongo en duda miconfianza en ellos, y eso sería lo peor. Si el club quiere concentrarles, lomejor es que se lo diga a los futbolistas directamente». El mismoenviado fue entonces a ver a los capitanes, pero antes de llegar a ellos setopó con Ronaldo, a quien consultó: «Mire, director —le contestó elbrasileño— usted no se preocupe que nosotros dormimos en casa, yo leharé algún gol al Atleti, como siempre, y el Madrid será campeón de

liga. Tiene mi palabra». El equipo no se concentró, ganó al Atlético enel Calderón, Ronaldo marcó y el Madrid conquistó la liga. No se sabequé hubiera pasado si se hubiera quebrado la confianza del grupo conuna concentración imprevista, pero el resultado nunca podría haber sidomejor que el que se obtuvo dejando las cosas tal y como las habíapensado Del Bosque.

Área técnica


7. SOBRE EL EQUILIBRIO EN NUESTROS ACTOS

La forma en que se gana es tan importante como ganar«Esto es algo que está sujeto a las contingencias de cada partido,pero mi idea de cómo debe jugar un equipo se resume en tresapartados: realizar un fútbol elaborado, llevar la iniciativasiempre que sea posible, lograr un equilibrio entre el juego cortoy largo, y no especular con el resultado».• Flashback: «En el diseño de una estrategia de juego estás

normalmente influido por entrenadores de los que aprendiste,pero el estilo de su desarrollo debe ser propio».

• Proyección a futuro: «No sólo es importante ganar, sino lamanera en que se gana. Debemos buscar una cierta estética ennuestro juego del mismo modo que en nuestras actividadesmás cotidianas».

• La pelota al suelo: «El contenido de los entrenamientos es laclave: los objetivos tácticos, la carga física y psicológica decada ejercicio, y el metabolismo energético sobre el que

incide. Esto es trasladable a cualquier actividad».• Dar lo que uno tiene: «Nunca debemos olvidar que cualquier

grupo humano, así como cualquier individuo, tiene sussingularidades y ateniéndonos a ellas es como podemoscalibrar las exigencias a las que puede ser sometido».


«Los asuntos importantes que afectan a una persona hay quecomunicarlos personal y directamente».

«Hacer de la confianza un bien común, interesar al grupo en elobjetivo global y convencerle es parte de un buen trabajo».

«Mantener las costumbres que son buenas para el grupo aunque secritiquen desde fuera reforzará el espíritu de equipo».


Sin confianza no hay comunicaciónEn mi opinión la insistencia genera desconfianza. Es más, contribuye aque se dude de las intenciones de quien tanto insiste. Cuando creamosque hemos de comunicar a otro algo verdaderamente importante, esconveniente que lo hagamos con sencillez, claridad y recta intención. Siestas tres condiciones se cumplen no será necesario insistir. Si lohacemos así y observamos que la persona no nos comprende o no tieneen cuenta nuestras palabras, sin duda existe entre ambos un problemade desconfianza que viene de atrás. Descubrirlo y solucionarlo seráentonces una tarea previa a cualquier intento de comunicación efectiva.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXI)

Con buenas palabras se educa mejorEl conde Lucanor le pide consejo a Patronio sobre cómo educar a unjoven huérfano que tiene a su cargo, de tal manera que se haga loconveniente para su cuerpo y su hacienda. Patronio le cuenta la historiade un rey que había encomendado la educación de su hijo a un filósofode su confianza:

Al entrar en la juventud el muchacho comenzó a despreciar lasenseñanzas del filósofo y a seguir consejos de otros que no querían asus pupilos ni tenían interés en alejarlos del mal. En poco tiempo pudoverse cómo la salud del joven rey estaba arruinándose y que todos sussúbditos le criticaban por ello.

Apenado el viejo filósofo caviló en una manera de atraerlo de nuevohacia él. Repitió por toda la corte que él podía leer mejor que nadie elfuturo en el vuelo y el canto de las aves. Intrigado, el joven rey leinterrogó sobre ello y el filósofo mantuvo lo dicho, lo cual excitó aúnmás la curiosidad del joven, que insistía en saber cómo podía hacerlo.

Una mañana salieron ambos en secreto al campo: atravesaronnumerosas aldeas abandonadas y, al salir de una de ellas, vieron en unárbol una corneja graznando. Al rato apareció otra que comenzótambién a graznar en otro árbol. Después de escucharlas el filósofocomenzó a llorar amargamente y a dar gritos de dolor. El joven rey seasustó mucho y le preguntó por qué lo hacía. El sabio le explicó que lascornejas hablaban de la boda de dos hijos. Una de ellas decía que laboda había de suspenderse porque su territorio (el de las aldeasabandonadas) era muy rico en comida (sapos y culebras), y que el de laotra era pobre porque estaba habitado por humanos. Pero la cornejapobre comenzó a reír y le dijo que si Dios daba larga vida al joven reypronto estarían sus aldeas también abandonadas y ambas serían ricas.Ambas estuvieron de acuerdo y confirmaron la boda. El joven rey al oíresto pensó en cómo su reino había llegado a tal estado y se entristecióverdaderamente. Los buenos consejos del filósofo le ayudaron aenmendarse y en poco tiempo cambió su vida y mejoraron su salud y suhacienda.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandó

poner en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:

No amonestes al joven con dureza muéstrale su camino con franqueza.

CAPÍTULO 8

Cuando el enemigo se equivoca conviene no distraerloLa importancia de evitar las disputas innecesarias

Saber lidiar con los que no te quieren bien es un arte. Del Bosque, pesea sus éxitos, fue criticado, a veces denostado, con ese afán que tienenlos directivos de fútbol de hacer de menos a todo y a todos, de cambiarpor cambiar, de renovar sin sentido y de no respetar lo que estáfuncionando. En su libro de estilo un artículo básico sería: «Evitar todadisputa, siempre que sea posible». Pero si no hay más remedio que ir ala pelea, Del Bosque también tiene claro que él no es de los que ponenla otra mejilla.

NI UN PELO DE… TONTO

Sobre esa enfermedad del fútbol que consiste en destruirlo todo, en unaocasión Rafa Gordillo dio una lección magistral. El ex jugador del Betis,del Real Madrid y de la selección dijo en su última temporada en activo:«Si por algo le tengo que dar gracias a Dios es por no haberme quedadocalvo antes de tiempo. Debuté en primera con sólo 17 años y dehaberme quedado sin pelo a los 27, en plena madurez como futbolista,la grada habría pedido mi cabeza por viejo. Los aficionados, losdirectivos… todos se cansan de ver las mismas caras y si no tienessuerte con lo del pelo tu vida profesional puede durar menos». Para quese vea hasta qué punto llegan las presiones del ambiente sobre losfutbolistas.

Este asunto del pelo no queda a la voluntad de nadie cambiarlo. Queyo sepa nadie se queda calvo a propósito. Aunque en una ocasión unjugador me dijo que él sí, que se había afeitado la cabeza para que se leviera más sobre el campo, que era la forma más rápida de que la gradale localizara, le distinguiera del resto. Pero otro futbolista enseguida me

sacó del error: «Dile al que te ha dicho eso que se deje la melena hastala espalda, que también se le verá más. A ver si le crece tanto elpelo…».

De esto hace ya algunos años. Uno de ellos ya está calvo y el otroesperando que al primero le crezca el pelo… Pero otras cosas sí está ennuestras manos cambiarlas. Por ejemplo mantener los principios en losque creemos, usar la jerarquía de modo justo y mantener la dignidad enlas situaciones de crisis, que es cuando resulta más complicado.

LA DERROTA LLEGA TARDE O TEMPRANO

Del Bosque suele decir que «la victoria siempre tiene un padre, mientrasque la derrota es huérfana». Durante su etapa en el Real Madrid locomprobó en varias ocasiones. Pero en su «disco duro» permanecengrabadas dos cenas que demuestran, efectivamente, que nadie quiereestar al lado de los perdedores, mientras que esos mismos nuncapierden la ocasión de hacerse la foto con los ganadores. Curiosamentelas dos cenas a las que alude el entrenador tuvieron lugar en Japón. Enel país del Sol Naciente disputó el Madrid de Del Bosque dos finales dela Copa Intercontinental. La primera se perdió frente al Boca Juniors; lasegunda se ganó contra el Olimpia de Paraguay. En la primera fueMartín Palermo quien en apenas un cuarto de hora liquidó al Madrid yen la segunda Ronaldo se encargó de poner las cosas en su sitio con susgoles.

Ganar y perder es parte del juego y Del Bosque lo sabe: «Al Mundialacuden 32 selecciones. Es imposible que triunfe una sola y fracasen 31.En el deporte lo primero que hay que aprender es que no se puedeganar a todos ni todo siempre. Las derrotas llegan algún día y hay queestar preparados para asumirlas, rebelarse contra ellas y volver aempezar». Esto lo sabe él y lo saben los vestuarios. Una vez cruzada esapuerta a los profanos les cuesta mucho más entenderlo.

DOS CENAS EN TOKIO, PERO MUY DISTINTAS

Por eso quizás Del Bosque recuerda con tristeza el día que perdieronaquella final contra el Boca Juniors y los jugadores y él mismoencontraron desierto el comedor del hotel de Tokio cuando regresarondel partido. Todo el mundo había desaparecido. La sensación deabandono fue total. Justo lo contrario que cuando se ganó al Olimpia,que la fiesta duró hasta la madrugada, la gente del club no paró dehacerse fotos con los héroes y de manifestarles su admiración y sulealtad. Era la misma gente, pero había tenido un comportamientoradicalmente distinto ante la victoria que frente a la derrota. En estosdetalles sí se fijan los jugadores que cuando ganan un partido siemprenecesitan que les dejen solos y en paz. Pero eso sólo lo saben los quepisan el vestuario.

Aquellas dos cenas en Japón le abrieron los ojos a Del Bosque, quienya sabía que su crédito se prolongaría tanto como durasen las victorias.Que no tendría mucho margen. Que para él una derrota tendría elmismo efecto que tenían diez para otros entrenadores. Con estepanorama hizo lo que tenía que hacer: no desgastarse en mirar haciaarriba, hacerse fuerte con los suyos, los jugadores, y no ponérselo fácila los que ya pensaban en darle pasaporte. Lo consiguió algún tiempomás pero cómo sería la cosa que al final le quitaron el equipo tras ganaruna liga. Al día siguiente sin esperar más…

ALGO MÁS SOBRE «EL MOTÍN DEL TXISTU»

Sobre este episodio se ha escrito mucho. El llamado «motín del Txistu»ha sido recordado en varias ocasiones, y no es necesario insistir en loque pasó. Si acaso se puede añadir algún detalle que quizás algunos delos protagonistas desconocen: Los jugadores decidieron no celebrar laliga tras una votación a mano alzada promovida dentro del vestuario. Yno todos votaron a favor… De esa noche en la que Del Bosque yFernando Hierro dejaron de pertenecer al Real Madrid —aunque ladecisión se hizo formalmente algo después— hay que quedarse con ladignidad del entrenador que se mantuvo firme pese a las presiones. DelBosque era el encargado de llevar al equipo al título de liga, objetivo

que logró, mientras que su tarea no era enfrentarse a los futbolistas paraimponerles algo que estaba fuera de sus competencias y más cuando losque debían arreglar el problema tenían más jerarquía y mayor poder queél. Lo único que hizo fue respetar la pirámide de la empresa. Y eso nosentó bien. Pero ya había hecho lo mismo en otros momentos. Porejemplo cuando un directivo despistado subió al autobús del equipo asu mujer y a su hija para hacer el trayecto entre el campo del Espanyol yel aeropuerto de Barcelona. Era la primera vez que sucedía algo así,pero Del Bosque no iba a corregir al que se suponía que estaba porencima de él en la cadena de mando. En realidad actuó con los mismosprincipios de respeto a la jerarquía en ambas ocasiones. Pero mientrasque en el Txistu se le reprochó su actitud sobre lo ocurrido en elautobús nadie dijo nada, porque iba en favor de uno de los jefes. Ni quédecir tiene que los jugadores, que son muy listos, se dieron cuenta delasunto a la primera. Y la verdad se portaron muy bien. En aquel viajeno hubo más cachondeo que el justo. Pero todos se quedaron con lacopla. A Del Bosque no le interesó hacer un casus belli de aquelepisodio. En general, en su manual de estilo, también hay que apuntarotro principio: no hay que desgastarse en disputas por cosas pasajeras,no hay que echarle pulsos al jefe por un problema menor, hay que serpráctico y pensar en el entrenamiento del día siguiente, en el partidosiguiente, en la victoria siguiente. «Mientras lo que tengas que decir nomejore al silencio, mejor cállate», ha reflexionado en más de unaocasión. «Cuando el enemigo se equivoca, conviene no distraerlo», haparafraseado a Napoleón Bonaparte en alguna otra.

Área técnica


8. SOBRE LAS RELACIONES ENTRE LAS PERSONAS

No perder nunca la perspectiva del origen«Estoy convencido de la gran importancia que tienen las buenasrelaciones entre los miembros de un equipo para lograr el éxitodeportivo. Incluso el cómo se establezcan y cómo se desarrollenen el tiempo son aspectos que tienen mucha importancia».• Flashback: «Es cierto que en la selección el tipo de relación

entre los miembros del equipo es distinta. Existe menos rocecotidiano que en los clubes y eso las hace por un lado másfáciles y por otro más difíciles».

• Proyección a futuro: «Me gusta recordar un proverbio de laantigua Siria que dice: “No seas demasiado débil porque tetragarán, ni demasiado amargo porque te escupirán”».

• La pelota al suelo: «En esta cuestión de las relacioneshumanas no existe manual al que acudir, ni receta queemplear: no existe ninguna que funcione para todos».

• Dar lo que uno tiene: «Debemos buscar la humanización delgrupo, su calidad humana, sin perder nunca la perspectivadesde donde proceden sus miembros que en el caso de losfutbolistas suele ser un origen humilde».


«La disputa, la crítica y la tensión no contribuyen a mejorar un grupo.Es mejor trabajar juntos y relajados con intensidad y profesionalidad».

«Obrar con buen talante, ánimo positivo y buena intención traemejores resultados».

«Es importante mantener la serenidad, no precipitarse en la toma dedecisiones y no admitir nunca ataques contra la propia dignidad».


Los enfrentamientos innecesarios son una pérdida de tiempo y energíaA la guerra se va por cuestiones trascendentales y aun así en ninguna deellas está claro que mereciera la pena haber ido. Quiero decir con estoque en nuestra vida en general debemos procurar que losenfrentamientos, que los problemas que surgen de forma inevitable porel hecho de pertenecer a un grupo y entre personas no se hagan másgraves por responder ante ellos de una manera poco meditada ovisceral. Las «vísceras» acumulan energía y valores que es mejoremplear en la conquista de nuestros objetivos importantes que endisputas en las que normalmente sólo está en juego la vanidad.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XIX)

Ante el enemigo siempre cautelaLucanor está en lucha con un enemigo muy poderoso. Su enemigoconvive con un pariente al que también ha causado graves daños ydeshonrado, y ahora pensando en la venganza este pariente le ofrece aLucanor su alianza contra el poderoso malvado. Patronio advierte alconde de que se trata de un engaño y para ilustrarlo le cuenta la historiade lo sucedido a los cuervos con los búhos:

Los cuervos y los búhos estaban en guerra. Los cuervos llevaban lapeor parte pues los búhos al salir sólo de noche caían sobre los árbolesdonde se cobijaban los cuervos y mataban a muchos de ellos. A uncuervo muy experimentado y listo se le ocurrió una idea para cambiarlas tornas. Herido y casi sin plumas, voló hasta donde estaban los búhosy les dijo: «Así me han dejado mis parientes los cuervos por noapoyarles en la lucha contra vosotros. Si me aceptáis como compañeroos diré la manera de hacerles mucho daño». Los búhos se pusieroncontentos al pensar que ganarían la guerra y compartieron con él sus

secretos. Sólo un búho muy viejo sospechó que todo era un engaño,pero no consiguió convencer a los otros por lo que se marchó a vivirsolo, lejos, donde los cuervos no pudieran encontrarlo.

Cuando al cuervo traidor le crecieron las plumas les dijo a los búhosque iría en busca de los otros cuervos para que pudieran decirle dóndeestaba el resto y que así pudieran acabar con ellos. Pero el cuervo sereunió con sus hermanos y, como conocía los planes de los búhos, losatacaron a plena luz del día y como éstos no recelaban del ataquemataron a tantos que quedaron como únicos vencedores.

Esto les sucedió a los búhos por fiarse del cuervo que es pornaturaleza enemigo suyo.


Al que antes tu enemigo solía ser ni en nada ni nunca le debes creer.

CAPÍTULO 9

De todo se aprendeEn el esfuerzo, en la competencia y en la cancha es donde se

conoce bien a la gente

CAMPEONES SIN EQUIPO

Tras entrenar al Real Madrid Del Bosque se marchó a Turquía. Deaquella experiencia cuenta que fue «enriquecedora. Mis hijos y mi mujerse adaptaron bien, y yo trabajé tranquilo mientras estuve allí». Deaquella etapa en Estambul se trajo muy buenos recuerdos y un perro,Turqui, que ahora vive con los Del Bosque en su piso de Madrid juntoal barrio de El Pilar. «Mis hijos me hicieron prometerles que lescompraría un perro si me marchaba a trabajar fuera. Acepté porque, laverdad, veía aquello como una hipótesis un poco lejana… pero salió laoferta del Besiktas y me marché. Lo primero que hicieron al llegar aEstambul fue reclamarme el perro… y aquí sigue, con todos nosotros.Yo no era muy de tener animales en casa, pero cuando estás solo escierto que notas su compañía. Turqui es uno más en casa».

La aventura turca duró menos de un año y Del Bosque regresó aMadrid con el grupo de colaboradores que ahora le ayudan en laselección: su inseparable Toni Grande, seleccionador ayudante; JavierMiñano, preparador físico, y Paco Jiménez, ojeador. Volvieron antes detiempo y sin cobrar lo que se les adeudaba consiguieron el importeacordado más tarde tras un largo litigio que el despacho Garrigues Sportllevó a buen puerto. Incluso el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, seinteresó por la situación de los técnicos españoles del Besiktas. Despuésde esa etapa, la única que Del Bosque ha vivido fuera de España, él ysus colaboradores regresaron a Madrid sin trabajo. Habían sido losúltimos campeones de Europa, pero estaban sin equipo.

UNA PASIÓN NUEVA

Fue entonces cuando nació una de las últimas pero más apasionadasaficiones de Del Bosque: el pádel. Este deporte de raqueta atrajo conrapidez a Del Bosque y a Paco Jiménez, no así a Grande y a Miñano,que también lo intentaron. Como estaban sin trabajo —todos ellosllegaron a apuntarse al paro y cada mes comparecían en las oficinas delINEM—, decidieron aprender a jugar al pádel. Empezaron en la pista deuna urbanización del barrio de Montecarmelo, donde Grande y Miñanotenían un apartamento. Las citas eran por la mañana, a eso de las diez eninvierno y una hora antes cuando llegaban los meses de calor. Lo quecomenzó como un entretenimiento acabó siendo una disciplina, y dejugar una o dos veces a la semana pasaron a citas casi diarias en las queel propio deporte fue haciendo su criba. Miñano y Grande apenassuperaron la fase de aprendizaje. Del Bosque y Jiménez siguen jugandohoy en día y su progreso ha sido notable.

Jugar al pádel con Del Bosque tiene sus ventajas porque durante cadaencuentro, de unas dos horas de duración, el seleccionador saca arelucir todo su repertorio. «Estoy más lento que Del Bosque», sueledecir de él mismo cuando no tiene un buen día. De los comienzos enMontecarmelo pasó a jugar en el club Estudiante, junto al aeropuerto, yel pequeño grupo de amigos fue creciendo. De forma progresiva fueronapareciendo nuevos jugadores: Julen Lopetegui, Miguel Ángel Portugal,Fernando Hierro, Luis Milla, Aitor Karanka, Miguel Ángel España,Arturo Baldasano, Juan Carlos Sánchez, Paco Jimenéz… todos ellosvinculados al fútbol, pero también lo hicieron otros procedentes deámbitos muy distintos. Entre ellos había abogados, ingenieros, notarios,empresarios, agentes comerciales, empleados de banca…

Lo que comenzó siendo un grupo de sólo cuatro personas acabó conmás de cuarenta. Y a Del Bosque le entusiasmaba el asunto. Tanto quese creó el torneo de pádel Amigos de Vicente del Bosque, del que ya sehan celebrado dos ediciones. «Lo he pasado muy bien y de todos elloshe aprendido. En el esfuerzo, en la competencia y en la cancha es donde

se conoce bien a la gente».

SANAS COSTUMBRES

De entre los partidos disputados a lo largo de su carrera uno seconvirtió en un clásico. Se trata del encuentro que enfrentó a VicenteDel Bosque con el que fue su compañero de equipo José AntonioCamacho y viceversa. Camacho y Del Bosque son amigos del alma.Llevan toda la vida juntos. La casa de Camacho en Madrid está muycerca del club Estudiante, donde se jugaban los partidos de pádel. Enpleno invierno, después de las palizas matutinas, Camacho invitaba a losjugadores a su casa, donde les esperaba una sorpresa. El hoy entrenadorde Osasuna mantiene la piscina de su domicilio durante todo el año… yno está ni cubierta ni climatizada. Era costumbre en Camacho, aunque latemperatura no pasara de los tres o cuatro grados, darse un baño en lasaguas heladas de su casa tras cada partido con Del Bosque. JoséAntonio Camacho salía del agua dando voces, morado, pero contento.El seleccionador no daba crédito. «Un día te vas a quedar tieso dentrodel agua, y a ver quién es el guapo que se mete ahí para sacarte». PeroCamacho, en lugar de echarse para atrás salía de la piscina y se quitabael cloro… con la manguera. «Esto es lo mejor para los golpes: el hielo»,decía entre risas y mientras animaba a otro valiente a darse el chapuzón.

DISCIPLINA TAMBIÉN EN EL PARO

En este ambiente de deporte aficionado practicado por deportistasprofesionales pasó Del Bosque los más de tres años que estuvo fuera delos banquillos hasta que le llegó la oportunidad de dirigir a la selección.«Pese a la incertidumbre, a la falta de equipos que entrenar, fue unaetapa bonita que recordaré siempre. Pudimos estrechar nuestros lazos deamistad, hice más deporte que nunca —quitando mi etapa de jugador enactivo— y hasta me puse a dieta para poder competir con más y mejoresposibilidades. Me ayudó mucho y cada día aprendí algo nuevo. Laverdad, ahora lo echo en falta…». Durante aquellos años Del Bosque

perdió mucho peso y su condición física mejoró. También su aspecto.Fue gracias al deporte y a esa dieta de 14 días que hace de vez encuando con disciplina y resignación.

Como las obligaciones del cargo le impiden jugar tanto como antes —bueno, el trabajo y alguna lumbalgia que otra— Del Bosque procuramantenerse en forma con partidos de pádel de menos exigencia. Losviernes no suele faltar al que disputa con sus vecinos, con los quemantiene una gran relación.

Mucha gente quería saber qué hace un entrenador en paro y aquí secuenta lo que hacía Del Bosque. Bueno, eso además de colaborar envarios medios periodísticos, de ver fútbol «dentro y fuera de España» yde prepararse para volver a entrenar. En esa etapa valle de su carreraprofesional dedicó mucho tiempo a su familia y también a sus amigos.No tuvo problemas, como los tienen otros profesionales del fútbol quede repente dejan de tener los ingresos propios de esa actividad, porqueDel Bosque nunca ha sido, ni es, un una persona de caprichos. Llevauna vida normal, austera, pese a que es un hombre de posibles. Y lomismo intenta inculcar a sus hijos, a los que educa en la cultura deltrabajo. Vicente, el mayor, incluso ha trabajado como conductor. «Es loque tienen que aprender: que en la vida hay que ganarse el progreso abase de tesón y esfuerzo», les repite.

LA PALABRA JUSTA

En la etapa en la que estuvo alejado del fútbol profesional Del Bosqueaprendió que es necesario emplear el tiempo, distraer la mente y nopararse. Además del deporte desarrolló en aquel periodo otrasactividades. La lectura y el ejercicio del periodismo fueron su tabla desalvación. Sus artículos en La Razón y en El Mundo tuvieron buenascríticas y muchos seguidores. Y lo más curioso del asunto: nunca nadiese quejó de una opinión de Del Bosque. Y no todas eran alabanzas, nimucho menos, pero su forma de decir las cosas siempre le protegió. Engran medida, buena parte de su éxito le llega gracias a un don que lepermite decir en cualquier momento lo que piensa sin molestar a nadie.

Del Bosque siempre tiene y utiliza la palabra justa.

Área técnica


9. ES MEJOR CONQUISTAR QUE ATEMORIZAR

«Todo se aprende. Pero se aprende mejor, más rápido y más enprofundidad por el ejemplo y las buenas maneras que por laimposición y la suficiencia. Creo que es mucho más rentablecautivar, conquistar que atemorizar».• Flashback: «Leí hace tiempo en un artículo de John Carlin que

un ex jugador de fútbol le había dicho: “Si fulano no fuecapaz de mostrarse afectuoso con sus jugadores en los buenostiempos, ¿por qué iban a serlo ellos con él en los malos?”».

• Proyección a futuro: «El objetivo es unir el talento y el orden.Hay que transmitir a cada uno que él será mejor si el equipo esmejor».

• La pelota al suelo: «En cualquier caso existen el escepticismoy el egoísmo. Los jugadores han tenido muchos entrenadores,se vuelven descreídos».

• Dar lo que uno tiene: «Hay que atraer a los jugadores,emocionarles con su profesión. No hay duda de que lo peores tener un equipo con jugadores apáticos».


No perder el norteEn los momentos de incertidumbre la disciplina, el mantener lascostumbres y el orden en nuestra vida cotidiana pueden ser unsalvavidas. En ocasiones también dejar de desempeñar determinadaactividad puede ser la oportunidad de cultivar otros aspectos de nuestrapersonalidad, de perseguir nuevas pasiones. Si mantenemos una actitudpositiva y una disposición abierta, comprobaremos que de todo seaprende.


«Dedicar tiempo a los amigos, escucharles y tratarles con afecto refuerzalos lazos, la unión y crea complicidades».

«El deporte libera las tensiones y ayuda a superar las crisis».«La austeridad en los comportamientos, la contención de los gastos y

la normalidad son señas de identidad que te acercan al mundo y a larealidad».

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXIII)

La sabiduría de las hormigasAl conde, un hombre rico, sus amigos le aconsejan dedicarse aldescanso, a la buena mesa y al buen vino, pero él pide una vez másescuchar el consejo de Patronio. Éste le cuenta lo que hacen lashormigas para mantenerse:

Pequeñas y laboriosas, las hormigas recogen en verano granosuficiente para pasar el invierno en sus hormigueros. Pero cuandollegan las lluvias del otoño hacen algo que sorprende a todos y quepocos han sabido interpretar: sacan de nuevo el grano del hormiguero.Y lo hacen no para ponerlo a secar, como piensa la mayoría —trabajotendrían si hubieran de hacerlo cada vez que llueve—, sino porque

saben que al mojarse el grano germinará y sus raíces destrozarían elhormiguero, por lo que una vez fuera comen el corazón de cada grano,que es lo que lo hace crecer, y guardan de nuevo la cáscara que les daráalimento para el invierno. Aun asegurada la subsistencia, cada día quehace sol vuelven al exterior para recoger todo tipo de hojitas con las queaumentar su despensa.

Si las hormigas hacen esto, ¿por qué no también el hombre que porrico está dispensado de cuidar su hacienda?


No comas siempre de lo ganado pues en penuria no morirás honrado.

CAPÍTULO 10

Nada ni nadie son indiferentes atención a todos, a todo

El orden lleva al éxito, la apatía al fracaso

Vicente Del Bosque ha dedicado más años de trabajo al fútbol base («lacantera») que al fútbol profesional o de élite. Aprendió mucho de doshombres, Luis Molowny y Miguel Malbo, y tomó ejemplo de otros tres,José Luis Ajenjo, Jesús García Palacios y Alberto García Collado, comose ha contado. Su proverbial capacidad de atención —una característicaesencial de su carácter— es probablemente el origen de su éxitopersonal y profesional.

VOLVER A EMPEZAR

Alberto García Collado recuerda la llegada de Del Bosque a las oficinastras terminar su etapa como jugador del primer equipo: «Antes de queconcluyera su carrera como futbolista, Molowny y Malbo nosconsultaron a José Luis, a Jesús y a mí qué nos parecía si Vicente DelBosque y Mariano García Remón se incorporaban a la sección de fútbol.Nos encantó la idea, pues ambos eran jugadores surgidos de la cantera,muy queridos en el club y por supuesto por nosotros. Cuando seincorporaron nada más finalizar la temporada como jugadoresprofesionales se les asignó un equipo de categoría inferior a cada uno yempezaron a trabajar como dos principiantes como, en mi opinión,deben empezar todos los ex jugadores».

TENER SIEMPRE UN LUGAR AL QUE REGRESAR

«Posteriormente, Del Bosque fue ayudante de Luis Molowny, un puestodesde el que tuvo la virtud de dar espacio a todos los técnicos de las

categorías inferiores. Su ego de futbolista, si alguna vez lo tuvo —yocreo que no— lo dejó a un lado y ésa fue su mayor virtud. Se hizoquerer todavía más por todos, y de ahí la carrera tan extraordinaria quetiene. Como técnico de las categorías inferiores le he visto trabajardesde las diez de la mañana hasta las diez de la noche: a la una delmediodía bajaba al estadio para contar las novedades, los fines desemana se los pasaba en la Ciudad Deportiva y muchos domingos,después de ver los partidos, se iba a «ojear» jugadores a diferentespuntos de España. No regresaba a su casa hasta altas horas de lamadrugada. Yo le indicaba que debería pernoctar en la ciudad dondeestaba, pues podía tener algún accidente por la noche, pero él mecontestaba que prefería regresar a su domicilio. La verdad es queaquellos años en los que estuve junto a él fueron apasionantes. Lacontinuidad de Molowny no podía quedarse en mejores manos.

Cuando pasó al primer equipo jamás dejó de vernos y quizás lo quemás le dolía era que por las tardes no podía estar con la cantera.Aquellos campos de la Ciudad Deportiva eran su verdadera pasión».

LA ATENCIÓN NO SÓLO ENSEÑA, TAMBIÉN AHORRA MUCHO DINERO

«Conocía a todos los jugadores del Real Madrid por su nombre yapellidos, sabía sus defectos y sus virtudes, jamás tuvo un gesto deindiferencia para ellos y también era muy cordial con sus padres». Aúnrecuerda con cariño cómo animaba la madre de Carlos, el portero delCastilla, a sus compañeros. A mí no me extraña que haya triunfado conesos maravillosos jugadores de la selección española. Les conocía desdepequeños, de haberlos visto en diferentes trofeos y de seguirlos paso apaso en las distintas categorías de sus equipos, o cuando eranconvocados para cualquiera de las categorías de la selección. Soy de losque opinan que los jugadores se descubren ellos mismos, pero siempreexisten personas que se fijan en ellos cuando empiezan a despuntar ocuando acuden a efectuar una prueba. Vicente tuvo gran participaciónen el «descubrimiento» de un puñado de chavales que han pasado porel club. Me acuerdo de García Calvo, Guti —a éste lo observó el primer

día que jugó en la Ciudad Deportiva por indicación de Rafa López—,Fernando Sanz, Alfonso, Víctor, Raúl, Dani, Iker Casillas… Esteúltimo, producto estrella de la casa, salió de las pruebas que hacía elclub. ¡Qué cantidad de dinero se ha ahorrado el Real Madrid y québarata le ha salido la cantera!

Vicente fue el primer entrenador que probó a Samuel Eto'o, del querealizó un informe pidiendo que se le fichara de forma inmediata. «Fueuna pena que este chico no se integrara luego en el primer equipo, perotengo que decir que no nos costó ni una sola peseta y sacamos milmillones por él».

El relato de Alberto García Collado, uno de los hombres que mejorconoce a Del Bosque y a la cantera del Real Madrid, define muy bien elmétodo de trabajo del seleccionador nacional: curtido entre los másjóvenes ha sabido aplicarlo con posterioridad a los profesionales de máséxito, tanto en el Real Madrid, casos como Zidane o Ronaldo,campeones de todo, como en la selección, con un grupo que recogiócomo campeón de Europa y que él ha llevado a ser campeón delMundo.

VEHEMENCIA PARA DEFENDER LO MEJOR

García Collado también conoce la importancia que Del Bosque —suvocación por el magisterio— le otorga a la educación y a la formación,y nos habla de los esfuerzos que realizó por mejorar las condiciones devida de los chicos de la cantera del Madrid. Preocupado como estabapor los estudios y alojamiento de los chicos, nos dijo un día queestudiáramos la posibilidad de alojarlos en la SEK. Hicimos lasgestiones oportunas con la dirección del colegio y encontramos unasinstalaciones extraordinarias para alojarlos allí, un profesoradocompetente, buenas habitaciones y, lo que más deseábamos, que loschicos estuvieran controlados las veinticuatro horas del día (¡quélástima que el Real Madrid no tenga su residencia en la CiudadDeportiva, cuántos jugadores de fuera de Madrid no se nos hubieranescapado!). Pues bien, hablamos con los jugadores y les indicamos que

iban a visitar el SEK. El primer día que les citamos el autocar llegó tardey los más veteranos, no digo los nombres, se rebelaron. Lecomunicamos a Vicente lo que había pasado, aunque la idea del colegiopodría ser un éxito. Finalmente citamos a los padres un fin de semanapara que conocieran el SEK y éstos, influenciados por los niños,comenzaron a poner problemas y pegas, no deseaban ver la realidad:que iban a estar mejor que en el hotel Centro Norte —aunque tengo quedecir que el personal del hotel durante el tiempo que estuvieron loschicos se portó extraordinariamente bien—. Después de una tensareunión Vicente sacó su genio, que lo tiene, y les dijo que si nodeseaban que sus hijos estudiaran allí, por lo que respectaba al club eranlibres de llevárselos a sus casas. A final se dieron cuenta de que la ideaera un acierto y ahora el club puede presumir de tener a los jugadoresde la cantera en un centro extraordinario.

LA BASE DE LA AUTORIDAD: UNA ACTUACIÓN JUSTA

Del Bosque no improvisa. Entre los niños de los equipos inferiores delReal Madrid siempre fue un director tan querido como respetado,porque aplicó el sentido de la justicia y predicó con el ejemplo. Notoleró las faltas de disciplina. Dedicación máxima sobre el terreno dejuego, y más aún en las aulas. «Eso lo aprendí del señor Malbo siendoyo canterano; si un día me retrasaba en la escuela, a los cinco minutosya estaba llamándome como loco, buscándome, regañándome…».

Todos estos años en los que trabajó con jóvenes incluso niños hanforjado el carácter que Del Bosque ha aplicado en el fútbol profesional.La competencia en los equipos inferiores de los grandes clubes es enocasiones igual de intensa que la que se da en los equipos profesionales.En realidad los futbolistas sólo esperan de su entrenador «que sea justo—reconoce Del Bosque— cuando cuelgas la alineación en la pizarraellos ya saben, el 90 por ciento de las veces, quiénes van a ser loselegidos para jugar. Porque son los primeros que se dan cuenta durantelos entrenamientos de quién merece jugar y de quién merece lasuplencia. Y ahí no te puedes equivocar. Si fallas en esto comienza a

quebrarse la confianza en el entrenador y, como consecuencia, elprincipio de autoridad».

Los fundamentos que guían el trabajo de entrenador son el orden y lajusticia. Aparecer de mañana en un campo de fútbol donde te esperan23 jugadores de primer nivel es un reto. «Cualquiera puede hacer elejercicio de ponerse a pensar qué le diría a un jefe que tiene un sueldomenor que el suyo…», recuerdan con frecuencia algunos entrenadores.

Del Bosque siempre ha estado en esa tesitura, porque las grandesestrellas del Madrid ganaban más que él y también ahora las de laselección. Pero no por ello ha perdido ascendencia ni fuerza sobre elgrupo, lo que es un mérito añadido a su trabajo y hace más loables suséxitos.

Área técnica


10. BUSCAR NUEVOS RETOS, NUEVOS DESAFÍOS

«Una vez evaluadas las circunstancias los objetivos deben sermáximos y en el caso de un grupo compartidos por todos».

• Flashback: «En el caso de la selección comenzamos nuestrotrabajo después de que ésta hubiera tenido un gran éxito, enconsecuencia, había que buscar nuevos retos, nuevosdesafíos».

• Proyección a futuro: «Debemos saber que los grupos se vandeteriorando, por tanto, hay que procurar sin traumas suconstante renovación. En el caso de la selección no tuvimos latentación de borrar ninguna huella del pasado, pero sídebimos renovar algunas cosas».

• Dar lo que uno tiene: «Se trata de ser justos, de no discriminara nadie, de tener un especial cuidado con los más jóvenes,porque ser justos no significa tratar a todos exactamenteigual».


«Capacidad de adaptación: a los grupos y a las circunstancias especialesque puedan presentarse».

«La justicia, la equidad y la firmeza no admiten excepciones».

«Es fundamental detectar el momento idóneo en el que una nuevanorma puede ser impuesta».


Ante todo no caer en la rutina

En ocasiones es necesario plantear alternativas drásticas. Cuando ungrupo se obceca en el error —algo que suele ocurrir porque está máscómodo manteniendo viejas rutinas— es necesario confrontarlo a las

consecuencias negativas de su actitud para que despierte. Es posibleque, en consecuencia, se pierda algún miembro de grupo, lo quesiempre es lamentable, pero el inmovilismo y el anquilosamiento queproduce la rutina serían peores.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXIV)

Por sus actos los conocerás

El conde reparaba que entre los jóvenes que se criaban en su casa, hijosde señores o de hidalgos, existían cualidades muy diferentes y leintrigaba cómo podría saber cuáles de ellos llegarían a ser hombrescabales. Para responderle su consejero Patronio le relató la historia delrey que quiso probar a sus tres hijos:

Un rey moro que tenía tres hijos fue urgido por los nobles de su reinopara que eligiera entre uno de ellos a su sucesor. El rey se comprometióa darles respuesta en un mes.

A su hijo mayor le dijo que al día siguiente de madrugada queríacabalgar y deseaba que lo acompañara. A la mañana llegó el infante a lacámara del rey, pero más tarde de lo ordenado. El rey le pidió que lehiciera traer su ropa y el infante se lo ordenó al camarero, pero elcamarero no sabía qué ropa querría el rey y el infante hubo de volver apreguntarle… Así se repitió cada vez la historia con el manto y el restode vestidos hasta que juntaron toda la ropa y el camarero pudo vestir asu rey.

Ya vestido el rey le ordenó al infante que le hiciera traer su caballo yéste fue a ordenárselo al caballerizo quien le preguntó qué caballoquerría su padre… Esto mismo ocurrió con la silla de montar, el freno,la espada y la espuela…

Cuando ya estaba todo preparado el rey dijo al infante que no podíadar el paseo, pero que lo hiciera él por la ciudad, fijándose en cuantoviera para contárselo después. El infante así lo hizo, acompañado de loshombres ilustres de la ciudad y por trompetas y timbales. De regreso le

dijo a su padre que todo estaba muy bien excepto las trompetas ytimbales que hacían mucho ruido.

La historia se repitió a los pocos días con su segundo hijo enparecidos términos.

Finalmente el rey ordenó a su hijo menor que viniese muy tempranoa su cámara con el mismo fin. Éste llegó antes de que despertara el rey,le preguntó qué querría vestir, fue a por la ropa y no permitió que nadielo vistiera sino él.

Lo mismo sucedió con la elección de caballo y sus arreos, por lo quepronto todo estuvo dispuesto para que salieran a pasear, pero entoncesel rey dijo que no quería salir, que saliera él y luego le contara cuantohubiere visto.

El infante visitó el interior de la ciudad, el tesoro real, las mezquitas ymonumentos, y finalmente a las tropas a las que ordenó combatir paraobservar su preparación. De regreso a palacio fue a complacer lacuriosidad de su padre al que dijo: «Te considero un buen rey, pero nolo eres tanto, pues de serlo con tantas riquezas y con tan excelentessoldados y caballeros ya habrías conquistado el mundo».

El rey, aunque hubiera preferido a su hijo mayor, eligió como sucesoral menor por su diligencia y su prudencia.


Por palabras y hechos bien podrás conocer en jóvenes mancebos qué llegarán a ser.

CAPÍTULO 11

No hay que usar el éxito como sofá, sino como trampolínLa fuerza de los actos sobre el poder de la imagen

Del Bosque ha sufrido críticas por cuestiones tales como la imagen, elpeso o el color de su corbata. Es consciente de que «el fútbol produceun desgaste mayor que otras profesiones, quizás porque está expuestopúblicamente y todos opinan sobre él» pero tampoco podía pensar quecuestiones tan etéreas pesaran más que su propia capacidad profesional.Por desgracia el tiempo se ha encargado de confirmar que, en efecto,algo de eso hubo. También es cierto que, afortunadamente, eso ya hacambiado para él. Ahora es lo que es por ser quien es y no por cómo es.

¿QUE SE MUERAN LOS FEOS?

Pero como no es un hombre al que le guste dar ventaja a sus enemigosse puso a la tarea de mejorar su propia imagen, consciente, eso sí, deque nunca podrá competir con la que proyectan los futbolistas, gentejoven y guapa que vive con naturalidad ser el centro de atención. En esamisión ha recibido, como siempre en todas, el apoyo de su esposa Trinique se convirtió en su asesora de imagen. De un tiempo a esta parte,sobre todo desde que se hizo cargo de la selección, Del Bosque ha idomejorando su aspecto. Cuida la dieta (algo que le supone un buensacrificio, porque es de buena mesa) y ha renovado su armario. Ahora,salvo cuando va a hacer deporte, es muy raro verle sin corbata yprácticamente imposible sin chaqueta. Esto hace diez años no era lohabitual. «Hay que proyectar una buena imagen, pero yo sigo creyendomás en la fuerza de los actos. Lo realmente importante es lo que haces yno lo que pareces», sigue insistiendo.

ALTURA Y BUEN PORTE

Antes y durante el Mundial el objetivo era que Del Bosque secomprometiera a que, en caso de victoria, se afeitara su legendariobigote. Nunca entró en ese juego. «Es parte de mi personalidad». Undía, harto ya de que le hicieran una y otra vez la misma pregunta, tuvouna ocurrencia genial para salir del apuro. «¿Que si me quitaré el bigotesi ganamos en Sudáfrica…? No. Lo que haré será ponerme a trabajarpara la Eurocopa del año 2012, pero con el bigote en la cara comosiempre…». Aparte de su decisión de mantener el mostacho, DelBosque ha hecho otros esfuerzos notables por cuidar su imagen. Enalguna ocasión ha hecho dieta, se ha entregado al deporte y viste deforma acorde a su edad y a su posición. Y se va animando. El As leplanteó el 1 de enero pasado la posibilidad de vestirse de esmoquin parafelicitar el Año Nuevo a todos los aficionados de España. Del Bosquenunca se había puesto un esmoquin… hasta ese día. Acudió a la citaacompañado de su esposa Trini y se animó con las fotos. «Te quedarealmente bien, porque tienes altura para llevarlo y buen porte», leanimó su mujer. Del Bosque no terminaba de verse cómodo, pero ahoratiene esa foto como salvapantallas de su ordenador personal. Y Trini,que también se vistió de gala para la ocasión, tiene otra copia enmarcadaen su casa y siempre la coloca en un lugar visible cuando llega laNavidad. Otra cosa que parecía un imposible: ver a Del Bosque deesmoquin se logró y el resultado gustó a todos. A él, a su esposa, alresto de su familia, a sus amigos y a los aficionados.

COLIRIO… PARA NO PERDER DE VISTA LA VICTORIA

Poco a poco fue introduciendo nuevas costumbres en su limitadorepertorio de imagen. Por ejemplo, en los partidos, sobre todo en losencuentros tensos y mucho más en los que acababan en derrota DelBosque sufría mucha tensión. En ocasiones acababa con los ojos rojos,inyectados en sangre, una imagen poco atractiva para ofrecer a decenasde cámaras de televisión. Alguien reparó en ello y le recomendó usar uncolirio para solucionar el problema. A Del Bosque no le gustó mucho la

idea, pero como iba en su beneficio aceptó. El colirio le vino bienporque suavizó su expresión.

«Pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Vicenteconoce bien el refranero popular y sabe que ir de esmoquin no le hacemejor seleccionador. Tampoco cree que los éxitos pasados le vayan aayudar a conseguir éxitos futuros y aplica otro pensamiento popularpara afrontar el mañana: «No hay que usar el éxito como sofá, sinocomo trampolín». Siempre tiene presente que «en el deporte se puedeganar y perder». Nunca pierde de vista la victoria, pero tampoco laderrota: «Ganar todo y a todos no es algo posible, y hay que estarpreparado para cuando vienen mal dadas. En el Mundial 2010, porejemplo, han participado 32 selecciones con sus 32 seleccionadores. Esimposible que sólo triunfe uno, el ganador, y fracasen los otros 31…»,dijo antes de saber que sería el ganador de la Copa del Mundo.

EN TIEMPO DE DESOLACIÓN NO HACER MUDANZAS

Ese trabajo metódico se refleja en todas sus actuaciones. En todas.Porque Del Bosque es un firme convencido de que «los progresos sehacen a partir de los detalles y también por los detalles negativos sepierde el apoyo del grupo». Sobre esto hay múltiples ejemplos. Algunosen el Mundial. Por ejemplo, tras la derrota contra Suiza, precisamente enel partido del debú de España, el objetivo de Del Bosque fue «noromper los hábitos. En ese momento de crisis era importante no dargiros bruscos, reforzar la unidad y el estilo, no buscar culpables, nodudar de los jugadores, darles aún más confianza y sobre tododemostrar todo esto con hechos y no sólo con palabras». Este decálogose plasmó con una serie de actuaciones: «mismo ritmo e intensidad delos entrenamientos, mismos hábitos, mismos horarios, igual rutina detrabajo y de descanso… el objetivo era reforzar la confianza, algo quesiempre surte buenos efectos y mucho más después de una derrota».

En el Mundial de Sudáfrica hubo dos momentos críticos que DelBosque solucionó aplicando «normalidad y tranquilidad». Uno de ellossucedió tras la derrota ante Suiza, la única de España en todo el torneo,

y la otra en los días previos al partido contra Chile, el que cerraba lafase de grupos y en el que la selección se jugaba el pase. «En losmomentos complicados es cuando más hay que insistir en los valoresque te han hecho triunfar. España había ganado una Eurocopa con supropio estilo y era el momento de no renunciar a él, sino fortalecerlo.Afortunadamente la selección cuenta con un grupo de jugadores queson además buenos amigos, gente sana, limpia de mente y que piensa enpositivo. El positivismo ayudó mucho a la conquista del título enSudáfrica y es uno de los secretos del éxito».

PROLONGAR LA RACHA

Pero una vez conquistado el título, momentos más tarde de levantar laCopa, Del Bosque se puso a pensar en el futuro. «Porque hay querentabilizar el éxito, saber gestionarlo. Y la forma de hacerlo es buscarnuevos retos, más horizontes. Todo con trabajo. Porque el fútbol esvariable, influenciable y cambiante. Alguien dijo un día que en el fútboluna maceta sirve para todo: si ganas te tiran las flores y si pierdes tetiran el tiesto… Y es verdad». Por eso el afán de Del Bosque es «poneren valor el Mundial. Y para hacerlo lo mejor es seguir con la mismaambición, con la misma seriedad y por la misma senda. Tenemos ungrupo de jugadores que nos permite ser optimistas de cara a lo queviene, pero debemos tener presente que el gran objetivo de todos losrivales a partir de ahora será ganar a los campeones, ganar a España.Esta circunstancia nos debe servir de acicate para no dormirnos en loslaureles, para sacar lo mejor de nosotros y para buscar nuevos retos. Enrealidad el gran objetivo es no relajarse, seguir creciendo y prolongarcuanto podamos esta fabulosa racha del fútbol español».

Área técnica

APUNTES DE DEL BOSQUE: Reflexiones en torno a la profesión de

entrenador que nos descubren las formas del pensamientopositivo, asertivo y fundamentado en la realidad, aplicables acualquier profesión.

11. UN NUEVO MODELO DE ENTRENADOR

«Siempre existen conflictos. Igual que aparecen problemas entodas las familias, existen en todos los grupos. Hay que saberatajarlos y encaminarlos a una solución».• Flashback: «La comunicación es fundamental. Antes se

utilizaba un estilo más agresivo, parecía que nadie podía serun buen entrenador si no daba grandes voces y gritos».

• Proyección a futuro: «El entrenador cada vez tendrá que sermás correcto, los jugadores le analizan desde el primermomento que entra en el vestuario y encuentran susdebilidades. Frente a esto: intentar convencer compartiendoideas».

• La pelota al suelo: «Comprensión, convencimiento,flexibilidad y hasta sentido del humor, pero sin ceder poder:cada quien debe saber la posición que ocupa».

• Dar lo que uno tiene: «Paciencia y calma en grandes dosis: esimposible que un entrenador alterado tome decisionesadecuadas».


«Lo realmente importante es lo que haces, no lo que pareces. Lasapariencias pueden salvar un momento, las acciones salvan una vida».

«En momentos de crisis hay que reforzar la confianza del grupo. Deesa confianza dependen la solución a la crisis y los futuros éxitos».

«En nuestro pensamiento y en nuestro deseo se forja el futuro, poreso son indispensables el positivismo y la búsqueda de nuevos retos: es

el camino del éxito».


La dictadura de la imagenEn la actualidad se le otorga un valor desmedido a la imagen, a lapresencia física y al atuendo que llevamos. Aunque admitamos que labelleza es una virtud y que es importante cuidar el aspecto físico no sepuede juzgar a las personas en función de su apariencia. Aunadmitiendo la conveniencia de proyectar una buena imagen noolvidemos que siempre hay que ir más allá.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XVI)

Murió el hombre, pero no murió su nombreEl conde insiste con Patronio en que ya se encuentra mayor y que legustaría dedicarse sólo a la caza, a descansar, a bien comer y a olvidarsede las tareas más pesadas. Patronio no le quita razón, pero quiere queconozca la respuesta que le dio el conde Fernán González a NuñoLáinez.

Fernán González vivía en Burgos después de haber defendido confiereza sus tierras. En ocasión de paz y sosiego Nuño Láinez le dijo queya le convenía alejarse de las batallas para darse descanso a sí mismo y asus tropas. Fernán González le respondió que ése sería su mayor deseo,pero estaba en guerras con moros, leoneses y navarros, y si se dedicabaa holgar, a la cetrería y a otros placeres, podrían atacarle y vencerle conlo que sucedería lo que dice el refrán: «Murió el hombre y murió sunombre». Si por el contrario, continuó Fernán González, defendemoseste joven reino y aumentamos su honra, cuando muramos dirán:«Murió el hombre pero no murió su nombre». Y como de todas hemosde morir, añadió, no es bueno que antes de hacerlo abandonemos lo

que mantiene viva nuestra buena fama.Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia, la mandó

poner en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:Si por descanso y placeres la buena fama perdemos al término de la vida deshonrados quedaremos.

CAPÍTULO 12

Mirar siempre más alláEl valor del dinero es relativola confianza no tiene precio

«Puede parecer pedante plantear un estilo de dirección para 23empleados atípicos, de los que sólo juegan 11, donde unos ganan más yotros menos, entre los que los hay más jóvenes y más veteranos, genteque viene de la cantera, que comienza y futbolistas ya contrastados. Noes fácil, ni hay recetas para todo ni para todos. Cada grupo requiere lasuya. El entrenador suele tener siempre un modelo en el que fijarse ycada persona es un mundo. Lo mejor es seguramente mostrarnaturalidad para cautivar a tus jugadores, ganarse su confianza a base decredibilidad, con orden y organización, pero también dándoles ciertalibertad». Este pensamiento resume el proceso que sigue Del Bosquepara dar cohesión a los grupos, aunque es un firme convencido de que«entrenar es más un arte que una ciencia, más una habilidad que unosconocimientos académicos, aunque también hay parte de estudio yciencia. Prefiero ser buena persona que no serlo, si de eso me acusan ocritican. Es mejor ser amable y convincente que brusco. Pero a la vezhay que ser profesional. Me impongo que cuando los jugadores llegan auna concentración esté todo el planteamiento de la concentracióncerrado: los entrenamientos, los horarios, los descansos. Todo. Seramable no implica ser indulgente, descuidado ni desordenado».

RENOVAR SIN VARIAR DEMASIADO

En realidad éste ha sido su modus operandi desde que se hizo cargo dela selección, puesto que llegó —y él no lo olvida nunca— a sustituir aun seleccionador también campeón: Luis Aragonés. Del Bosque explicacómo superó ese reto: «La selección venía de triunfar con Luis, un

seleccionador al que respetaban. Tenía que partir de ahí y siempre hereconocido pública y privadamente el mérito, el gran mérito de miantecesor. Lo he hecho y lo hago por justicia y de corazón. Entré poco apoco, con diálogo, interesándome por los métodos de trabajoadquiridos por los jugadores, por su forma de hacer no sólo dentro,sino también fuera del campo. A partir de ahí comencé a trabajar en losdetalles, que era la vía para aportar, para tratar de mejorar lo mucho ybueno que ya había y que comenzaba por el valor de estos jugadores,tanto como futbolistas como personas».

LOS DEPORTISTAS, MODELOS PARA LA SOCIEDAD

Del Bosque llegó a la selección con prudencia, consciente de que elgrupo venía de conquistar la Eurocopa, de sacar a veinte millones depersonas a la calle para celebrar ese título y sabiendo además que elrelevo de su antecesor había levantado alguna polémica y tambiénalguna crítica. Por eso sus primeros meses en la selección los dedicó airle tomando el pulso al grupo. Para ello contó con la ayuda inestimablede Fernando Hierro, que había sido jugador suyo en el Real Madrid, enconcreto el capitán, y con su propia sabiduría. Si logró hacerse prontocon la confianza del grupo fue gracias a su carácter, a la prudencia conla que hizo el desembarco y a la buena disposición de los jugadores.Esto último es importante porque Vicente del Bosque reconoce que «sila selección ha logrado cargarse de éxitos en los últimos años no ha sidosólo gracias a las condiciones técnicas y al talento de los jugadores quela integran, sino también a su personalidad. Son gente buena y sana,excelentes deportistas, solidarios para dentro, entre ellos mismos ytambién para fuera con los demás. Son un gran ejemplo para lajuventud de este país, como también lo son otros como Pau Gasol, RafaNadal y algunos más que están dando lecciones de comportamiento yactitud en la victoria y en la derrota, que aportan un modelo positivo anuestra sociedad».

UN MAL DÍA LO TIENE CUALQUIERA

Del Bosque cree en su grupo a pies juntillas. Y uno de sus méritos hasido reforzar esa confianza a la vez que ha ido renovando el equipo.Con él han debutado hasta la fecha 18 nuevos jugadores en la selección.Posiblemente la mayor apuesta la hizo en Sevilla en el último partidocontra Inglaterra, cuando decidió incorporar a dos futbolistas de unmismo club, el Barcelona, de una sola atacada: Piqué y Busquets. Aambos les ha dado total confianza. Durante el Mundial un día queBusquets no tuvo su mejor actuación Del Bosque hizo una afirmaciónradical: «Si volviera a ser futbolista me gustaría ser como Busquets».Esa ratificación pública consiguió un doble objetivo: llevar tranquilidadal jugador al confirmarle como titular indiscutible y evitar que sufrieramás críticas por el simple hecho de haber tenido un mal día, «algo quenos puede pasar a todos, también a los periodistas», como indicó elseleccionador.

HISTORIAS DE SACRIFICIO, TRABAJO Y SUPERACIÓN PERSONAL

El seleccionador ha dado prueba de su confianza a todos los jugadoresde la selección. Unas veces ha sido algo más evidente y otras no tanto.Pero todos se han sentido protegidos y refrendados por elseleccionador. Además a Del Bosque no se le escapa que cualquiergesto hacia un jugador repercute en el ánimo de los demás; es decir, quedentro del grupo hay vasos comunicantes, sinergias. La selección escomo un cable de alta tensión. La descarga puede darse en un punto uotro, pero la electricidad corre de punta a punta. Quizás el ejemplo deTorres en el Mundial sea el que mejor confirme esta teoría. De Bosquellevó a Sudáfrica al delantero del Liverpool pese a que había sufridodos operaciones de menisco en los seis meses anteriores al comienzo delcampeonato. Torres inició una lucha personal para recuperarse atiempo. Y lo hizo en contra del criterio de su club, de los médicosingleses y hasta de su entrenador, Rafa Benítez, que pensaban que porsu bien lo mejor era que renunciara al torneo para centrarse en surecuperación total. Pero Torres, autor del gol en la final de la Eurocopa

de Viena, decidió intentarlo de todos modos. Hizo grandes esfuerzos yhasta algún sacrificio más allá de lo razonable: no dudó en conducirdesde Inglaterra hasta España para presentarse a una cita médica. Nopudo hacer el trayecto en avión porque la nube tóxica del volcánimpidió los vuelos en Europa, se metió en un coche y condujo,lesionado, veinticuatro horas seguidas hasta que se plantó en Barcelonapara ser operado por segunda vez. Luego inició un durísimo programade recuperación, y se entrenó con un equipo de segunda división, elCelta, hasta que al final entró en la lista del Mundial. «La gente piensa,en general, que los jugadores de la selección son privilegiados, pero nose para tanto a analizar cómo han llegado a lo más alto. Detrás de cadauno de estos jugadores hay historias de sacrificio, de trabajo y desuperación personal», indica Del Bosque, cuyo comportamiento conTorres durante la Copa del Mundo no fue sólo un alivio para el propiojugador, sino un mensaje que recibió todo el grupo: «El entrenador nosapoya, no nos deja tirados».

Área técnica


12. TÉCNICAS DE LIDERAZGO

Repartir juego, repartir protagonismoLo que un entrenador expresa en público en una rueda de prensao en una entrevista puede unir o separar a un grupo. Cuandohablamos de un equipo de fútbol o de cualquier otra clase,debemos tener en cuenta que hay un gran número de jugadoresque no son protagonistas, que no juegan.

• Flashback: «También debemos recordar que a nuestro ladotenemos un equipo de especialistas, que no lo sabemos todo.De la misma manera que se delegan responsabilidades, deberepartirse protagonismo».

• Proyección a futuro: «Los líderes no se nombran, aparecen;por tanto, hay que saber escuchar a los jugadores e implicarlesen las decisiones».

• La pelota al suelo: «Por supuesto que existen líderes positivosy otros nocivos; estos últimos se convierten en un problema».

• Dar lo que uno tiene: «Cuatro ojos ven más que dos.Debemos apoyarnos con sinceridad en nuestro cuerpotécnico, que ellos dispongan de toda la información de igualmanera».


«El liderazgo llega por convicción y no se impone por la fuerza».«La solidaridad lleva al comportamiento positivo y éste al modelo de

masas».«Un grupo es una estructura de vasos comunicantes; lo que le sucede

a uno repercute en todos los demás».


Realmente los grupos, todo tipo de grupos, tienen un cierto poder deirradiación sobre el resto de la sociedad. Naturalmente la selecciónespañola o los grandes equipos de la primera división tienen másinfluencia que el equipo de fútbol 7 de un colegio, pero del mismomodo éste tiene una importante repercusión sobre su entorno máscercano. Por esta razón para España es fundamental que sus equiposganen grandes trofeos, pero aún lo es más que sus deportistas tengan la

dimensión personal que demuestran nuestras últimas generaciones: quesean gente positiva y solidaria. Grandes campeones que se conviertencon naturalidad y sin afectación en ejemplo para toda la sociedad.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XLIX)

Lo que sucedió al que dejaron desnudo en una isla al acabar sumandatoA Lucanor muchos de sus vasallos le aconsejan que dada su sabiduría ypoder debe tratar de aumentar sus bienes, fama y honra. Como siempreacudió a consulta con Patronio para esclarecer su opinión sobre elasunto. Patronio le dijo que la cuestión era muy difícil porque temía quesu consejo contrariara tanto la voluntad del conde como la de aquellosque creen favorecerle con sus consejos. Pero como su obligación esbuscar el bien de su señor le contó lo sucedido a un hombre al quehicieron señor de su país:

En aquel país tenían la costumbre de elegir a un ciudadano señor porel periodo de un año, tiempo en el que era obedecido en todo. Pero alconcluir el año le quitaban cuanto poseía, lo llevaban a una isla desiertay lo abandonaban desnudo en ella.

En cierta ocasión eligieron a un hombre más previsor y prudente quelos anteriores. Como conocía su fin mandó construir, oculta en la isladonde sería desterrado, una casa grande y cómoda en la que hizoguardar provisiones suficientes para lo que pudiera necesitar el resto desu vida. Al ser finalmente desterrado como sabía que esto habría desuceder pudo vivir tranquila y holgadamente en ella.

Con este ejemplo quiso decirle al conde que pues todos hemos desalir de esta vida desnudos hacia la otra sin poder llevarnos nada esimportante que mediante nuestras buenas obras en este mundo hayamosconstruido una sólida morada en el otro e incluso que nuestros amigosmediante sus plegarias nos ayuden a hacerlo. Estas buenas obras han dehacerse sin ostentación ni vanagloria para que aunque sean conocidasno parezcan hijas del orgullo. Una vez cumplida esta obligación

ineludible y primera —concluyó Patronio— no sólo será bueno queacrecentéis vuestro poder y fama terrenales, pienso que debéis hacercuanto esté en vuestras manos para conseguirlo.


Por este mundo vano, fugaz, perecedero no pierdas nunca el otro, mucho más duradero.

CAPÍTULO 13

Toñete, su descubridor y el agradecimientoHuir de la polémica y la división, y trabajar por el consenso y la

uniónEspaña conquistó la Eurocopa con un entrenador, Luis Aragonés, queutiliza sistemas de entrenamiento y motivación opuestos a los de Vicentedel Bosque, con el que la selección ha ganado el Mundial. El paso deAragonés a Del Bosque era en principio un planteamiento arriesgado.Aragonés es un técnico volcánico y polémico, mientras que Vicente estodo templanza y consenso. Sin embargo con los dos métodos lo que hapermanecido inalterable es la dinámica ganadora de España. De LuisAragonés se pueden recordar episodios críticos de toda condición. Porejemplo, el modo en que arengaba públicamente a los futbolistas.También la forma en que anunció su ruptura con la Federación. A DelBosque no se le puede atribuir ninguna salida de tono. Sus momentoscríticos han sido siempre por cuestiones deportivas, como cuandodecidió dejar fuera de la lista del Mundial a Güiza o a Diego López. Elseleccionador no olvida que «en cada acto, en cada decisión estásrepresentando a un país, a España, y eso obliga a cuidar todo hasta elmínimo detalle».

RECONOCER LOS MÉRITOS DEL OTRO

El primer encuentro entre Luis y su sucesor en el cargo, Del Bosque, seprodujo en Viena con motivo de la VIII Conferencia deSeleccionadores. Aragonés ya era campeón de Europa, pero Vicente aúnno había conquistado el Mundial. Fue un encuentro frío en el que eltécnico saliente apenas le estrechó la mano a su sustituto. Pero entre losméritos de Del Bosque también hay que apuntar el modo en que hasabido ganarse el respeto de Aragonés, que no ha dirigido sus críticas

tanto al seleccionador como hacia los que, a su juicio, le forzaron adejar el cargo, en especial Fernando Hierro. Del Bosque por su partesiempre ha hablado bien de Luis, «porque es de justicia. Fue él quienllevó a la selección a ganar la Eurocopa». Pero ¿qué estilo de direcciónprefieren los internacionales españoles? Los jugadores de la selecciónsiempre han defendido en público a Luis Aragonés, pero en su fuerointerno la mayoría se inclina por el estilo de dirección de Del Bosque.La razón principal es que prefieren, en caso de que surjan críticas oalguna polémica, que éstas sean por cuestiones estrictamente deportivas.Y eso con Del Bosque está garantizado. Se puede afirmar que mientrasque el método de Luis es más visceral, el de Del Bosque es máscerebral.

EL REGRESO A CIUDAD RODRIGO

En muchas ocasiones, casi siempre, se puede saber qué tipo decondición tiene la persona que, una vez que ha alcanzado el éxito, ha devolver sobre sus pasos. El cómo valorar y respetar a los que leayudaron, a los que le hicieron llegar. No hace tanto tiempo, ya comoentrenador campeón, a un paso de la selección, Del Bosque dio unalección magistral al respecto. Fue el 10 de mayo de 2008, en CiudadRodrigo, y cuenta el antes del Real Madrid. Porque ¿qué hizo DelBosque para llegar a la Ciudad Deportiva con 17 años? ¿Cómo levieron? ¿Quién fue su descubridor?

Ese día de primavera Ciudad Rodrigo le daba un homenaje a AntonioMartiño Alonso, Toñete. Se disputaba un partido entre veteranos de laUnión Deportiva Salamanca y el Ciudad Rodrigo y se le ponía elnombre del estadio a Martiño por sus muchos años de dedicación,abnegada y anónima, al fútbol base salmantino. Después se le brindabauna cena homenaje. Del Bosque se presentó en Ciudad Rodrigo, en elhomenaje a Toñete, su descubridor y el hombre que hizo posible sufichaje por el Madrid. Se armó un gran revuelo con la presencia dellaureado entrenador del Real Madrid, pero Del Bosque no quiso quitarleningún protagonismo al homenajeado, su maestro, y pidió, como hacía

en los premios de la Federación de Fútbol de Madrid, ocupar un puestodiscreto, al final del salón, y no salir en el centro de todas las fotos.

Se sucedían los discursos en honor de Toñete, el repaso a su vida,incluida su etapa de más de 15 años como descubridor de talentos parael Real Madrid (el área en la que Del Bosque podía aportar, inclusolucirse) y toda su trayectoria humana y deportiva. Al hoy seleccionador,entonces entrenador en paro (se haría cargo de la selección algunosmeses después, tras la Eurocopa de Viena) le estaban pisando todos losargumentos del discurso y sabía que, a su pesar, al final le iba a tocarhablar. Efectivamente llegó la petición popular y Del Bosque tuvo quesalir al estrado. En el rato que había estado en la cena había tenidoocasión de ver a muchos antiguos amigos, compañeros de juventud yfutbolistas de cantera. Y con una memoria prodigiosa fue recordandoepisodios de todos ellos, anécdotas de hacía muchos años y, porsupuesto, la forma en que Toñete le localizó, le descubrió y le llevó ajugar al Real Madrid. La gente de Ciudad Rodrigo no olvida aquellaintervención de Del Bosque, más que por lo que dijo, que también, porel cariño con el que lo dijo. Por eso en su última visita a Salamanca, conmotivo del reciente partido ante Lituania, en el Helmático estaban todossus antiguos amigos de Ciudad Rodrigo. Pero como él, en un lugardiscreto.

PREDICAR CON EL EJEMPLO

Este episodio evidencia su línea de actuación. En cuanto al liderazgo,Del Bosque tiene claro que «hay que predicarlo con el ejemplo más quecon las palabras. Los jugadores te escuchan, pero también están atentosa que lo que dices se corresponda con lo que haces». Digamos que es el«estilo Toñete». Pero además combinado con una disciplina férrea encuanto a su modo de proceder. Del Bosque siempre es el primero quellega al vestuario, al comedor, a las charlas técnicas. Nunca protesta porun imponderable molesto, como puede ser un viaje largo, un autobúsincómodo, un campo en mal estado. A todos estos «problemillas» lesbusca siempre la salida positiva, el lado bueno. Con su optimismo evita

que cunda el desánimo o la protesta. Si a Vicente no le parece mal deltodo, ¿qué podemos decir los demás?, asumen los jugadores.

«TODOS QUIEREN ESTAR AQUÍ»

El principio de equidad también le ha supuesto buenos réditos en lagestión del grupo. Nada más llegar al cargo hizo una declaración deprincipios: «En la selección hay que respetar la jerarquía». Lo hizo paraconfirmar su confianza en el grupo que había conquistado la Eurocopajusto en un momento en el que formar parte de la selección se habíaconvertido en algo «de prestigio». En verdad no hace tanto ir a jugarcon España no dejaba de ser algo «incómodo o arriesgado», puesto quenuestra selección iba de fracaso en fracaso sin encontrar ni un bloque niun estilo de juego. Del Bosque proclama ahora con orgullo que «una delas claves del éxito de la selección es que todos quieren estar aquí.Ahora los jugadores persiguen un puesto, quieren venir incluso si noestán en la mejor condición física, incluso con golpes o pequeñaslesiones». El caso de Puyol, que decidió prolongar su presencia en elequipo nacional tras el Mundial, es un buen ejemplo. «Lo único que ledije es que sería una pena que se retirara del equipo sin alcanzar los cienpartidos internacionales, algo que tenía y tiene muy a tiro».Precisamente ese afán de los actuales jugadores de la selección por batirrécords, por superar barreras le está haciendo mucho bien al equipo.«Porque no sólo van a ser Puyol o Casillas los que van a derribarmuros, sino que muchos de los jugadores de esta selección van a entraren la historia del deporte de España no sólo por sus éxitos globales,como la Eurocopa o el Mundial, sino porque van a batir muchosregistros personales que llevaban años establecidos».

JUSTICIA ANTE TODO

Del Bosque tiene dos preocupaciones esenciales: la victoria y elequilibrio ecológico del grupo. Lo de ganar es prioritario porque sabeque «cuando se rompe la cuerda siempre lo hace por el lado más débil,

que es el del entrenador» y cualquier técnico que no avale su trayectoriacon resultados pasará más tiempo parado que en activo. Pero lo delequilibrio ecológico es algo más profundo y complejo que sin embargoDel Bosque maneja como un maestro. Posiblemente el seleccionador deEspaña sea el mejor entrenador del mundo en manejar los códigos degrupo y en evitar que éstos se resquebrajen y terminen disolviéndosepor envidias o choques de egos. Sobre esto Del Bosque dio una clasemagistral este verano en los partidos amistosos contra México yArgentina. Especialmente en el segundo, en Buenos Aires, decidióalinear un equipo atípico en el que no estaban algunos de los líderes delMundial, como Casillas, Xavi o Villa. Argentina ganó a España conholgura y Del Bosque sufrió un aluvión de críticas. El seleccionadorreconoció después que obró «con justicia hacia el vestuario. ¿Con quécara podría yo entrar en la caseta si en un partido así dejo fuera delequipo a Reina o a Valdés?… ellos también son parte del equipo». Condetalles así Del Bosque se garantiza el apoyo del bloque. Y lo hace aunarriesgando una victoria.

LOS MODALES DEL BANQUILLO

El asunto de las formas en el banquillo también es algo que cuidamucho Del Bosque. Para empezar es imposible verle dirigiendo unpartido en chándal. Tampoco es fácil verle masticando chicle,escupiendo, arrojando agua —ni mucho menos botellas, aunque esténvacías— o haciendo aspavientos, movimientos espasmódicos o engeneral llamando la atención en el área técnica. No lo hace él ni lo hacensus ayudantes, porque como siempre recuerda: «los ayudantes estánpara resolver problemas, no para crearlos». Del Bosque cree que «losentrenadores estamos obligados a dar ejemplo, a cuidar las formas. Enteoría tenemos más aplomo que los jugadores, más años y mástemplanza. Nuestro trabajo no es echarle gasolina al fuego. Bastante esla tensión que sufren los jugadores durante un partido como paraponerles más nerviosos». En verdad y como sucede en el caso de lasdeclaraciones altisonantes tampoco es fácil pillar a Del Bosque en un

mal momento durante un partido. Lo extraordinario es que salga delbanquillo, algo que sucede sólo de vez en cuando porque «el trabajo yadebe estar hecho cuando los jugadores saltan al campo. Una vez que hacomenzado el juego sólo se puede corregir alguna cosilla, sobre todopor la vía de los cambios de posición o de los relevos».

Área técnica


13. LOS TIEMPOS CAMBIAN, NOSOTROS TAMBIÉN

Las actitudes autoritarias eran eficaces en el pasadoLos españoles, como conjunto, somos muy diferentes denuestros padres y de nuestros abuelos. Aunque existe unaidiosincrasia que permanece, las maneras, las costumbres y losconocimientos son muy distintos. Si esto es cierto a nivelgeneral, cómo no habrá de serlo entre los futbolistas, que sonmuy jóvenes, la inmensa mayoría menores de 30 años.• Flashback: «Las actitudes autoritarias en el pasado podían

tener alguna eficacia porque se trataba de señalar un objetivo,de despertar un deseo, de crear posibilidades».

• Proyección a futuro: «Afortunadamente en la actualidad losdeportistas no sólo tienen conciencia de sus cualidades, sinoque creen poder proyectarlas, hacerlas realidad. Hay queayudarles a conseguirlo».

• La pelota al suelo: «Aunque conozcamos nuestrasposibilidades, e incluso nuestras virtudes, siempre es mayornuestra capacidad de engañarnos».

• Dar lo que uno tiene: «Lo mejor que podemos darle a otro esnuestra atención desinteresada. Mirar sin prejuicios. Desdeahí, aunque sólo sea una palabra lo que demos, será unabuena palabra».


«El mal que genera la polémica supera con mucho los beneficios de noentrar en ella».

«El jefe tiene que hacer cumplir unas normas, pero también debeadaptarse a las que ya existen en el grupo».

«Jamás hay que perder las formas y mucho menos en público o enpresencia de aquellos a los que se debe liderar».


La importancia de que todos jueguenUn equipo deportivo o profesional tiene un número limitado dejugadores, de personas que pueden protagonizar el juego acabe éste envictoria o en derrota. Ésta es su mayor limitación, porque un equipoencarna valores, deseos, aspiraciones y emociones que afectan a muchagente. Por eso es tan importante buscar la ocasión de que todos los quequieren contribuir al juego puedan hacerlo. Algo que se convierte enuna obligación cuando el grupo no existe por la propia decisión de susmiembros, sino que éstos han sido elegidos entre muchos para formarparte de él. A esto siempre se le ha llamado «repartir juego».

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XLI)

Cuando los elogios son merecidos

Cuando los elogios son merecidosEl conde Lucanor estaba dolido, porque mientras al cid Ruy Díaz o alconde Fernán González les alababan por su victorias y al rey Fernandopor su santidad, de él sólo celebraban, en tono de burla, sus mejoras enlas pihuelas y capirotes de las aves de cetrería. En tal estado se dirigió aPatronio para saber qué debería hacer para no padecer burlas porinventos tan útiles. Como contestación Patronio le contó lo sucedido aun rey de Córdoba llamado Alhaquen:

Alhaquen en vez de preocuparse de engrandecer su reino, su fortunay fama se ocupaba de descansar y vivir ociosamente en su palacio. Unbuen día, en el que para su deleite tocaban en su aposento uninstrumento llamado albogón, le pareció que su sonido no era tan buenocomo debía y tomándolo entre sus manos le añadió un agujero acontinuación de los que ya tenía, con lo que consiguió mejorarnotablemente su sonido.

Aquélla fue una buena reforma, pero indigna de un rey, por lo quelas gentes empezaron a elogiarla (no sin burla) diciendo: «He aquí laaportación de Alhaquen». Cuando este dicho y su significado llegaron aconocimiento del rey, decidió realizar otro «añadido» que merecieraelogios sinceros de sus vasallos: así determinó concluir la Mezquita deCórdoba, la más hermosa de la España mora. Y en efecto el rey fuealabado por ello y el dicho: «Éste es el añadido del rey Alhaquen» setransformó en una sincera alabanza de lo que se quería elogiar.

Patronio aconsejó finalmente al conde Lucanor realizar cosas nobles eimportantes propias de un noble, pues serían elogiadas igual que suspihuelas y capirotes, pero sin chanza.


Si algún bien hicieresque importante no fuere,como el bien nunca muere,hazlo mayor si pudieres.

CAPÍTULO 14

El inmovilismo no es buenoRemover la tierra, renovar al grupo sin faltar a los principios de

respeto y jerarquíaDel Bosque tiene un conocimiento profundo del carácter de todos losinternacionales. Ha tenido la habilidad de dar con la mejor virtud decada uno y eso es lo que explota en beneficio del grupo. Conoceperfectamente la ascendencia que Xavi y Puyol tienen sobre todos losjugadores del Barcelona que acuden a la selección, y a través de los dossabe manejar a ese grupo. Casillas forma con Xavi y Puyol la santatrinidad del equipo. Aquí está el cogollo de España. Pero cada unoaporta lo mejor que tiene. Casillas ejerce una capitanía llana, alejada demodelos de soberbia que él mimo conoció. Iker es más líder por sucarisma que por su brazalete. Puyol representa la vergüenza torera, elesfuerzo. Xavi es la inteligencia, la misma que tiene en el campo, latiene fuera. Luego está Capdevila, un jugador muy querido por todos, oTorres o Villa… Ellos, que están entre los veteranos, dan un ejemploimpagable para los jóvenes que se van incorporando al equipo y copianunas pautas que le han hecho mucho bien a la selección. Pautas dehumildad, respeto y solidaridad. Pautas ganadoras.

«EL EQUILIBRIO ES LA CLAVE»

Uno de los mayores éxitos de Del Bosque ha sido la forma en que harenovado la selección con sentido común, con tacto y sobre todo sindramas. Recogió a un equipo campeón de Europa y parece que nadahaya cambiado, pero en los dos años transcurridos entre la Copa deEuropa y la Copa del Mundo (2008-2010) se han incorporado muchosnuevos jugadores al equipo y varios de ellos —Busquets, Piqué, JaviMartínez, Llorente, Mata, Valdés y alguno más— ya de forma

continuada. Del Bosque ha iniciado la renovación porque defiende que«en todo grupo conviene mover la sangre, remover la tierra. Elinmovilismo es malo y se puede volver peor en época de éxito. Perotiene que ser una renovación equilibrada. Encontrar el equilibrio es laclave. Lo que funciona hay que mantenerlo, sí, pero también renovarlo.Renovar es una cosa y dar un giro radical, una revolución es otradistinta. Nosotros estamos por la labor de la renovación, de ir buscandolos relevos necesarios en las selecciones inferiores con atención tambiénpara los jugadores que aporten un estado de forma excepcionalindependientemente de que hayan pasado por la cantera de la FEF».

ANTE TODO CULTIVAR LA ILUSIÓN

Uno de los éxitos de la selección ha sido confiar en la jerarquía delfútbol. Del Bosque está considerado como uno de los mejores gestoresde la cantera. Y en la Federación ha encontrado el sitio ideal paradesarrollar esa gran capacidad. En los equipos nacionales no se puedenhacer fichajes. El mercado se restringe a los jugadores con pasaporteespañol, a los que cumplen las condiciones para ser internacionales. YDel Bosque tiene el firme convencimiento de que se puede hacer canteraen la selección. En esto cuenta con el apoyo de Hierro y hasta ahora supolítica ha dado buenos resultados. Juan Mata, delantero del Valencia,ex del Real Madrid, lo explicó muy bien en una de sus convocatoriascon la Roja: «Hay que agradecerle al equipo técnico de la Federación elmensaje que están enviando en cada convocatoria: los jugadores quehemos debutado con La Absoluta han pasado por la Sub-21. Sabemosque éste es el camino natural y entonces la ilusión crece al saberlo, alcomprobar que la vía de acceso está abierta y que funciona». Esto dichopor un futbolista que perteneció a la cantera del Real Madrid pero queno llegó a debutar en el Bernabéu con la camiseta del club en el que seformó, sino con la de la selección, es todo un síntoma.

UN EQUIPO DE VERDAD

Hasta la llegada de Del Bosque el criterio más extendido para conformarla selección —en honor a la verdad, hay que decir que ya Luis Aragonésinició este camino, aunque no de forma tan directa como el actualseleccionador— era llamar a los mejores jugadores españoles de cadaequipo según su actuación en el último partido de liga. Era un criterio acorto plazo. El resultado era una selección, sí, pero no un equipo.España ahora es un equipo. Mantener el bloque de futbolistas —algunosdesde las categorías inferiores, como los casos de Casillas y Xavi, o dePuyol y Marchena— ha dado muy buenos resultados. La selección esahora un grupo de amigos, «de gente sana, de buenos deportistas»,como dice Del Bosque, quien también ha sabido respetar las normas deconvivencia que ya aplicaban los propios jugadores antes de su llegadaal cargo. Por ejemplo en el asunto de las distintas procedencias. Ahorase vive con total naturalidad que los jugadores catalanes hablen catalánentre sí. Lo hacen siempre que en el grupo todos se puedan entender,pero no cuando entra un futbolista que no se maneja en catalán. En elMundial, por ejemplo, era habitual que en los días libres coincidieranpara comer en el mismo restaurante un grupo de futbolistas entre losque podían estar jugadores del Sevilla, como Navas; del Madrid, comoSergio Ramos y del Barça, como Busquets. Los grupos no se formabanpor procedencia geográfica, sino por afinidad. Del Bosque hacontribuido a estas relaciones con un talante abierto y moderno, y haevitado polémicas que en otros tiempos hubieran supuesto unproblema. Por ejemplo ya se conocían las tendencias políticas de JoanLaporta, ex presidente del Barcelona, que en más de una ocasión hizodeclaraciones que podían poner en una situación incómoda a losjugadores catalanes de la selección, que son mayoría. Del Bosque podíahaber adoptado entonces una postura populista, pero negativa para launión del grupo, u otra más valiente para contribuir a la normalidaddentro del equipo. Optó por la segunda vía. Cuando le preguntaronsobre las ideas de Laporta supo jugar la pelota con maestría: «QueLaporta tenga sus ideas es parte de su libertad. No creo que haya otropensamiento que no sea estrictamente deportivo en el Laportapresidente de su club, porque el Barcelona es parte de la liga, de la

Federación y de la selección».

LA ÚNICA LEY LA IMPONE EL BALÓN

La carrera de entrenador de Del Bosque empezó en «los campos detierra. Empecé a trabajar allí y no olvido lo que aprendí entonces»,cuenta. Una de las cosas que supo valorar es que los futbolistas llegandesde cualquier sitio —muchas veces ha dicho que está a favor de losentrenadores que vengan para aportar ideas nuevas y válidas,independientemente de su procedencia— y que no hay que ponerbarreras que no sean las estrictamente futbolísticas. Del Bosque quierebuenos jugadores sin distinción por cuestiones de nacionalidad, lenguao color. Se rebela contra cualquier tipo de barrera que no sea la queimpone el balón. En la actual selección «sólo se respira fútbol y eso esmuy beneficioso para el grupo», dijo Xavi Hernández, uno de los líderesdel equipo.

«SON TODOS LOS QUE ESTÁN»

De lo expuesto anteriormente se desprende una nueva máxima en elmétodo del seleccionador: nunca hace de menos a sus jugadores, sino alcontrario y valora mucho más lo que tiene en casa que lo que puedavenir de fuera. Es un firme defensor de la cantera, aunque tampoco lecierra el paso a los que por otra vía han demostrado que pueden aportaralgo al grupo. Otro ejemplo de su maestría en reforzar la confianza delos suyos lo dio tras el Mundial, cuando le preguntaron qué jugadoresno españoles, si fuera posible, incorporaría al equipo. La pregunta sehizo pensando en Cristiano Ronaldo y en Leo Messi, dos de los mejoresjugadores actuales, pero Del Bosque salió del apuro como sólo losgrandes saben hacerlo: «Si pudiera… creo que Pirri y Camacho». Ypara rematar afirmó que «hay algún jugador que no juega en laselección y que podría optar al Balón de Oro, pero en la selección hayvarios jugadores que lo merecen. En los últimos años ha habido muchosespañoles entre los candidatos, cuando antes era lo excepcional. Eso es

lo que ha cambiado: que ahora puede haber alguno de fuera que peleepor ese teórico liderato, pero que entre los aspirantes la mayoría sonjugadores de la selección».

Todos estos mensajes positivos contribuyen a levantar el ánimo de latropa. Los jugadores de España se sienten ya entre los mejores, pero nosólo por ser campeones de Europa y del Mundo, sino también porqueDel Bosque les ha ayudado a mejorar su autoestima. «Este grupo destilahumildad, solidaridad, compañerismo y respeto. Por eso son unejemplo para la juventud de todo el país», recalca el seleccionador.

Área técnica


14. UNA ENSEÑANZA FUNDAMENTAL: EL RESPETO AL MÉRITO, AL ESFUERZO YA LA TENACIDAD

«Las personas de mi generación venimos de una sociedadautoritaria y quizás por eso la palabra jerarquía no está entrenuestras preferidas. Pero respetar la jerarquía, entendida comorespeto al mérito, al esfuerzo y a la tenacidad, es fundamental encualquier equipo».• Flashback: «Nosotros nunca hemos tenido en la selección

conflictos de grupo y eso ha sido así porque cada jugadorsabe el lugar que ocupa, conoce su jerarquía y sabe que serárespetada».

• Proyección a futuro: «Resalta siempre las cualidades de losmiembros de tu equipo en público. Las críticas y autocríticasdeben ser internas, pertenecen al flujo privado de las

influencias que tenemos los unos sobre los otros».• La pelota al suelo: «En cualquier circunstancia recuerda que

tu conducta será evaluada en ocasiones de manera explícita yla mayoría de manera inconsciente. Simplemente el juicio quetransmitas se lo llevará tu interlocutor o se quedará en elcerebro de tu rival».

• Dar lo que uno tiene: «Hay que mantener siempre lamotivación, no existen partidos ni ocasiones de segunda fila».


«El inmovilismo es malo. Hay que remover la sangre del grupo y esmejor hacerlo en momentos de éxito».

«No es conveniente hacer diferencias que se basen únicamente encuestiones de procedencia. Hay que respetar la cultura y las costumbresde cada uno».

«Es importante reforzar la confianza del grupo con declaracionespositivas. Ensalzar las virtudes de los tuyos por encima de las corrientesde opinión externas».


Mantener las ideas cuando todo se tambalea a nuestro alrededor esfundamental para que lleguen a cumplirse nuestros objetivos. Vivimosen una época en la que todo cambia en apariencia cada veinticuatrohoras. Lo que ayer era bueno hoy parece prescindible, cuando no maloy con total seguridad cualquier persona lo afirmaría con vehemencia.Pero no es así. Si algo es bueno de verdad o simplemente estamosconvencidos de que lo es, debemos ser pacientes y concederle al otro eltiempo necesario para que se muestre tal y como es y no pretendercambiarlo en la primera ocasión en la que parece no serlo. En fútbol a

esta manera de actuar, en función de la última opinión o impresión, lallaman «resultadista», un barbarismo que se descalifica a sí mismoporque en realidad no da ningún resultado.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO L)

El peligro de las falsas virtudesEl conde se preguntaba un día cuál de todas las virtudes que puedenencontrarse en un hombre sería la más estimable para así tenerlasiempre presente en sus decisiones. Cuando recurrió a la ayuda de suconsejero Patronio éste le narró lo sucedido a Saladino, sultán deBabilonia, con la esposa de uno de sus vasallos.

Mientras se encontraba alojado con su nutrido cortejo en casa de unvasallo, honrado, poderoso, Saladino se enamoró de la mujer de éste.Tanto la deseaba que pidió auxilio a un mal consejero para que leayudara a conseguir los favores de la dama. El mal consejero sugirió aSaladino que hiciera llamar al marido y le enviara a guerrear a tierraslejanas dejando así vía libre al sultán para seducir a la esposa. Así sehizo y cuando el vasallo hubo partido Saladino se dirigió a su casa. Laesposa lo recibió y lo agasajó como correspondía a tan ilustre invitado.Pero cuando después de comer el sultán la requirió amorosamente lamujer le contestó que sólo consentiría en entregarse a él si antes resolvíaun enigma, que consistía en saber cuál de todas las virtudes del hombrees la primera y principal.

Intrigado, Saladino se puso a pensar la respuesta con mucho interés,pero no se le ocurría ninguna, así que regresó a su corte y preguntó atodos sus sabios. Cada uno de éstos le dio una respuesta distinta, demanera que el sultán no conseguía llegar a conclusión alguna. Y así fuepasando el tiempo y la empresa no progresaba. Sin embargo Saladinono cejó, pues pensaba que abandonar lo que se ha empezado es motivode gran vergüenza para un hombre. Por eso partió de viaje acompañadopor dos juglares, a recorrer caminos en busca de la solución a suenigma.

Y la encontró en la morada de un anciano caballero, quien le explicóque la mejor cualidad del hombre, de la que se desprenden todas lasdemás, es la vergüenza, pues de ella dependen el principio o el fin detodas las malas acciones.

Al escuchar esto el sultán comprendió que el anciano caballero teníarazón. Y que no podía requerir a una mujer casada y deshonrarla a ellay a sí mismo. Porque por vergüenza deja el hombre de hacer las cosasmalvadas que se ha propuesto.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:Obra bien por vergüenza si quieres bien cumplir, que es la vergüenza madre de todo buen vivir.

CAPÍTULO 15

Lo que importa es seguir avanzandoObservar, escuchar, fijar las normas y actuar con bonanza y

diligenciaSobra decir que la trayectoria de Del Bosque desde que se hizo cargo dela selección en julio de 2008 hasta la consecución de la Copa del Mundoen Sudáfrica dos años más tarde ha sido ascendente. El cargo deseleccionador agrupa en realidad tres trabajos: entrenador de losfutbolistas internacionales, representante de la Federación Española deFútbol y responsable de dar cuenta de ambos desempeños delante de laprensa. En los tres Del Bosque se ha aplicado desde el principio lo quepuede llamarse dinámica positiva, aunque las normas con las que iniciósu etapa como seleccionador se han ido relajando a medida que ha idocumpliendo objetivos. Las victorias sucesivas, los récords de laselección le han ido otorgando cada vez más credibilidad. Ahora trabajacon un margen mayor, pero también con la máxima exigencia y conganas de darlo todo en cada nuevo partido. No está dispuesto a que se leescape de entre los dedos un éxito que no ha sido fácil conquistar.

NO SE PUEDE GANAR SIEMPRE

El seleccionador ha tenido menos tiempo que el resto de los españolespara disfrutar la Copa del Mundo porque, como él mismo dice, seocupa de recordar: «Está bien celebrar los hitos y hay que hacerlo contoda la alegría y con todas las ganas, pero también hay que recordar queeso no garantiza los éxitos futuros. Como deportistas tenemos laobligación de pensar en el siguiente reto, en el próximo partido y hemosde hacerlo con confianza en nuestras posibilidades y con respeto para elrival, como siempre».

Desde el Mundial España ha disputado varios encuentros. Dos

partidos amistosos frente a México y Argentina respectivamente, y elinicio de la fase de clasificación para la Eurocopa 2012. En términosgenerales las cosas han ido bien. Regular en los amistosos y excelenteen los partidos oficiales. Pero a España se le exige ganar ahora en todoslos partidos. La derrota frente a Argentina suscitó las primeras críticaspara el seleccionador, que optó por una alineación en la que no estabantodas las figuras de la selección. Pasados unos días Del Bosque hizo unalectura sorprendente: «Las derrotas siempre duelen, pero tambiénpueden ser beneficiosas para el equipo. Te dan un toque de atención yte devuelven al mundo real: no se puede ganar siempre. En cuanto a laalineación en Buenos Aires estaba formada por jugadores queestuvieron en el Mundial, y tenemos la obligación de estimular y darespacio a todos para que el grupo se mantenga unido. Esto también hayque tenerlo en cuenta».

EL HOMBRE TRANQUILO

Ya se ha dicho que Del Bosque no es amigo de abusar de lasconcentraciones y que durante su etapa en el Real Madrid tomó ladecisión —luego imitada por el Barça triunfal de Guardiola— desuprimirlas antes de los partidos en casa con el objetivo de procurar undía más a los futbolistas para que disfrutaran con sus familias en sushogares. Aquella fórmula funcionó muy bien, y la prueba son los títulosque ganó el Madrid mientras estuvo vigente. Los entrenadores quellegaron después, Capello o Mourinho, no la incorporaron y lo cierto esque el Madrid no ha vuelto a ganar tantos títulos como entonces.

En la selección nada más llegar Del Bosque se dedicó a observar lascostumbres de los internacionales, sus regímenes de concentración y sushorarios. A continuación dictó una serie de normas que siempre haaplicado con firmeza, pero también con tolerancia. La única sorpresa enla etapa de Del Bosque como seleccionador fue cuando, en vísperas delMundial, decidió anunciar que iba a prohibir las redes sociales duranteel Mundial. A los futbolistas, adictos a Twitter y a Facebook, tambiénles sorprendió la medida. Pidieron explicaciones y tuvo que ser

Fernando Hierro —en realidad el promotor de la norma— el que se lasdio. Del Bosque por su parte es un adicto a Internet: «Es un mundoapasionante y te mantiene informado de todo a tiempo real. Sí que esverdad que casi todos los días le dedicó alguna horilla al ordenador, anavegar por la red». Después en plena Copa del Mundo el seleccionadorexplicó que el motivo de evitar el uso de las redes sociales «se debe a lanecesidad de evitar malentendidos, de minimizar el riesgo de conflicto.No hay nada más detrás de la decisión». El propio Hierro reconociódurante el Mundial que Del Bosque «tiene una personalidad importantey transmite confianza. En estos campeonatos donde todo el mundotiende a perder los nervios él mantiene una compostura fundamental».

EN BUENA SINTONÍA

También hay que reconocerle a Del Bosque su habilidad paraanticiparse a los problemas. Durante la Copa del Mundo no hubo unsolo día en el que no hablara con la prensa tras los partidos y eso quealgunos de sus colaboradores le decían que estaba exponiéndosedemasiado y que debía rebajar el número y la intensidad de susintervenciones. Él les escuchó, pero siguió atendiendo a los enviadosespeciales, incluso si le requerían para programas nocturnos. A esosconsejeros que le hablaron de la necesidad de blindarse ante la prensa—ninguno de ellos experto en comunicación, por cierto— les demostróque había tomado el camino correcto y que los equivocados eran ellos:España fue la única selección en la que no hubo roces ni polémicasdurante el Mundial y eso que fue, junto con Holanda, la que más tiempopermaneció concentrada. El día de la victoria en la final, tras el partido,Del Bosque reconoció, orgulloso, que «uno de los secretos del éxito hasido que no ha habido roces ni problemas en la convivencia, ni en laque hemos mantenido dentro del equipo ni en la que se ha mantenidoentre el equipo, los técnicos y la prensa. Eso es mérito de todos y algoque me gusta reconocer y aplaudir. Hemos trabajado juntos, todosjuntos, por un objetivo y nos hemos llevado bien, sin problemas». Partede aquel éxito se debió a que todos allí conocían las normas antes de

empezar y nadie se las saltó. Y eso fue posible gracias al método DelBosque que se fundamenta en no decirle a la gente lo que tiene quehacer, cómo ha de desenvolverse en su trabajo. No lo hace siquiera conlos futbolistas, a los que instruye sin usar consignas, sino mediante eldiálogo. En cuanto a los periodistas lo que hace el seleccionador espreguntar, interesarse y dar explicaciones cuando le son requeridas.Pero además Del Bosque sabe encajar las críticas. Lo primero que hacecuando las recibe es pensar que pueden ser razonables y estar biendirigidas. Si considera que son erróneas y lo puede demostrar, lo hacesin vacilar y su punto de vista siempre se tiene en cuenta. En más de unaocasión sus argumentos han revertido determinadas opiniones en sucontra.

EL PODER DEL «BUEN ROLLO»

El seleccionador —que fue futbolista profesional en el Real Madrid yjugador internacional con España— es consciente de que «el vestuarioes un termómetro que todo lo detecta. En la caseta saben qué tipo deentrenador tienen a los diez minutos de conocerle. Los jugadores poseenuna rara habilidad para escudriñar a todos los que están a su alrededor,no sé si debemos llamarle intuición, pero el caso es que son muyrápidos a la hora de estudiar al que tienen enfrente, bien dentro delvestuario o bien en el campo. Algunos además son especialmenterápidos. Esa virtud la tenía por ejemplo Ronaldo: en un rato sabía más omenos cómo era cada uno, lo que le gustaba y lo que no».

Precisamente por esa intuición de los jugadores, el seleccionador hasido muy prudente en sus encuentros con el vestuario. Ese trabajo lohan hecho más sus colaboradores, como Toni Grande, un técnico quesiempre ha tenido muy buena relación entre los futbolistas; con todos,antes con los del Real Madrid y ahora con los de España. El trato de DelBosque ha sido más directo. Ha hablado más con los jugadores uno poruno que en la caseta, con todos a la vez. En realidad ha procurado queeso sólo sucediera durante las charlas técnicas, pero sin embargotambién ha facilitado los encuentros cara a cara durante los periodos de

concentración. Ahí es cuando más y mejor se ha dado a conocer antesus jugadores. En esos momentos echa mano, como siempre, de su finaironía y de su sentido del humor: dos de sus virtudes menos difundidas.Él mismo ha reconocido que «el sentido del humor y el buen rollo,como dicen mis hijos, ayuda mucho en las relaciones. Nosotros lotenemos instalado en la selección y funciona en los dos sentidos: de losjugadores al cuerpo técnico y al revés».

Área técnica


15. DE TÓPICOS Y SALIDAS FÁCILES

«Cuando alguien no sabe dar una explicación o no puede darla,suele emplear eufemismos para salir del paso: lugares comunes,cantinelas mil veces oídas. Alguna vez —esto es como olvidarlas llaves— a todos nos ha sucedido. Pero no es una habilidadcomo suele pensarse, es una derrota».• Flashback: «Debemos conocer nuestros objetivos, tener una

idea clara de lo que queremos conseguir. Recordar queperseguimos un ideal y que ese ideal necesita que estemosidentificados con él».

• Proyección a futuro: «Obrar sin alardes ni caprichos,perseverar en los valores fundamentales y ser flexibles en loaccesorio».

• La pelota al suelo: «No debemos corregir siempre lo mismoni a los mismos, incluso aunque el error persevere debemosfijar nuestra atención en otro asunto y después o en otro

momento volver a intentarlo».• Dar lo que uno tiene: «Uno de los tópicos cuando no se sabe

qué decir es hablar de los árbitros (un recurso fácil). Creo queserían aún mejores si no les volviéramos locos con tantasmanifestaciones contra ellos».


«Las armas más importantes para la victoria son: la dinámica positiva yla dinámica ganadora».

«Las relaciones con la prensa y cómo llevarlas es algo sobre lo que sepuede pedir opinión, pero nunca delegar en otros».

«Saber encajar las críticas, si están fundamentadas, y contestarlascuando procede forma parte del perfil público de un líder».


La soberbia puede ser el peor enemigo de un líder. Las críticas, lasderrotas forman parte de la vida. No se puede ganar siempre ni tampococontentar a todos por igual. En estos momentos se vuelve especialmenteimportante mantener la compostura y la cabeza fría. Las críticas son unarma de doble filo: por un lado pueden proporcionarnos un feedbackpara mejorar nuestros rendimientos; por otro pueden minar la confianzaen nosotros mismos. Saber encajar las críticas y proyectarlas de maneraque nos resulten positivas es el arte más difícil de dominar.

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO XXXV)

La fierecilla domadaEl conde Lucanor debía aconsejar a un pariente suyo sobre la

El conde Lucanor debía aconsejar a un pariente suyo sobre laconveniencia o no de casarse con una muchacha que, si bien rica eilustre, era conocida por su temperamento colérico. Para ayudarle en sudecisión Patronio le relató lo sucedido al joven hijo de un morohonrado.

Este joven, honesto y emprendedor, carecía de fortuna propia por loque decidió buscar un matrimonio ventajoso. En su misma ciudad vivíaun amigo de su padre, un hombre rico cuya única hija era famosa en lacomarca por ser peor que el diablo. El joven pidió a su padre que leayudara a concertar matrimonio con ella. El padre quedó asombrado,pues era tal la fama de la manceba que no concebía que nadie la quisierapor esposa, pero accedió a los deseos de su hijo.

Se fue entonces el padre a casa del hombre rico y le comunicó losdeseos de su hijo. El padre de la muchacha accedió a su pesar, puesestaba convencido de que para cualquier joven casarse con su hija seríaun castigo peor incluso que la muerte.

Celebrada la boda, la familia acompañó a la novia a casa de sumarido, prepararon la cena, pusieron la mesa y dejaron solos a losrecién casados. Éstos se sentaron a la mesa y antes de que la mujerpudiese decir nada miró el novio de una a otra parte de la estancia y alver a un perro le ordenó enfadado que le llevase agua para lavarse lasmanos.

Como el animal, claro está, no obedeció el joven cogió la espada yenfurecido le cortó la cabeza y las cuatro patas. A continuación repitió lamisma escena con un gato que rondaba por allí y que terminó muertocomo el perro. Y después hizo lo mismo con su caballo. Al ver su mujerque mataba al caballo, aunque no tenía otro, y que decía que trataría deigual manera a quien no le obedeciese dedujo que no se trataba de unabroma y le entró gran miedo.

El mancebo regresó a la mesa, furioso y cubierto de sangre jurandoque mataría sin dudar a todo aquel que no le obedeciera. Acto seguidose dirigió a su mujer y le ordenó que le llevara agua. Ésta, atemorizada,obedeció con presteza. Después el joven le ordenó que le sirviese lacomida y ella lo hizo. Desde aquel día fue una mujer obediente y losesposos llevaron muy buena vida.

Cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:Si desde un principio no muestras quién eres, nunca podrás después, cuando quisieres.

CAPÍTULO 16

Quien te encuentra bellezas que no tienes…El halago debilita; sólo hay que confiar en el trabajo en equipo y en

el reparto de funciones

Nada más conquistar el Mundial a Del Bosque se le bloqueó el buzón devoz de su teléfono móvil —del que, por cierto, no ha cambiado denúmero en los últimos diez años—. Todo eran felicitaciones yparabienes. De amigos, de vecinos, de colegas de profesión, depolíticos, de deportistas… Pero el seleccionador tiene una máxima quenunca olvida: «El halago debilita», suele repetir cuando tiene ocasión.Por eso dijo apenas conquistar la Copa en Sudáfrica: «El mérito es delos jugadores; yo sólo pasaba por allí». Una declaración que resumemuy bien el llamado «talante Del Bosque» y que se define por dosvirtudes: humildad y discreción.

Del Bosque rehúye el elogio. No le gusta. Se siente incómodo con loshalagos. Puede aceptar una enhorabuena, una felicitación. Pero sin más.Ese espíritu se lo ha contagiado a sus jugadores, y el capitán, IkerCasillas, lo repite siempre que tiene ocasión. «Como dice el míster, elelogio debilita. Hemos ganado el Mundial de Sudáfrica, pero eso nohará que nos clasifiquemos para el próximo objetivo, la Eurocopa dePolonia y Ucrania en 2012. Para seguir arriba sólo hay un camino: ganarel siguiente partido y el siguiente y el siguiente…».

LA DERROTA FRENTE AL DEPOR

Los más veteranos, ex jugadores internacionales e incluso exseleccionadores como José Antonio Camacho coinciden en que «elcarácter austero, realista y perfeccionista de Del Bosque ayuda al grupo.Si el entrenador no da síntomas de flaqueza, si él no se deja camelar porlos elogios y los halagos, mucho menos lo harán los demás». Esto

los elogios y los halagos, mucho menos lo harán los demás». Estotambién contribuye al orden en el grupo, y quizás explica por qué a DelBosque una de las cosas que menos le gustan «son las celebracionesantes de los partidos». En este sentido el año del Centenario del Madridfue un auténtico calvario. Porque en muchos partidos había un motivopara una celebración, para un homenaje, para una fiesta. «Cada vez quepasaba algo así veía más cerca la derrota, y de hecho alguno de lospartidos que no se ganaron en ese periodo vino precedido de algunafiesta o acto institucional». Es cierto que esas manifestaciones de alegríaantes de los partidos producían un doble y pernicioso efecto: distracciónentre los jugadores y falta de tensión entre el público que asistía a lospartidos. Con la grada de fiesta antes de empezar poco se podía esperarsi luego las cosas se torcían. Ahí puede estar la clave de una de lasderrotas más dolorosas del Centenario del Madrid: la final de la Copadel Rey de 2002, el 6 de marzo, contra el Deportivo de La Coruña. Fran,líder del Superdepor, lo explicó un día durante el Curso de DirectoresDeportivos de la RFEF: «El Depor, nosotros, llegamos al Bernabéu a lafinal de Copa un poco con la mosca detrás de la oreja. Claro, la final deCopa contra el Madrid, en su estadio y en el año del Centenario…parecía que no íbamos a tener muchas opciones. Pero al ver eseambiente tan tremendo nos motivamos más, nos crecimos y al finalganamos el partido. Fue un alegrón».

EL EQUIPO EN LA SOMBRA

El éxito de España en la Copa del Mundo «es el premio al trabajo demucha gente con especial mención para los que trabajan el fútbolmodesto y de cantera, que es el origen común de todos los chicos quehan conquistado el Mundial», dice el seleccionador en alusión a losorígenes humildes de sus colaboradores y de algunos de los jugadores.

El primer colaborador de Del Bosque, Toni Grande, lleva más detreinta años con él. Grande jugó en el Madrid, pero eso no le dio paravivir del fútbol toda la vida. Tras retirarse y comenzar a trabajar con lacantera, alternó esa pasión con su puesto en la Compañía Española dePetróleos (CEPSA). Vivía con su familia en un piso del barrio de El

Pilar, donde era vecino del mítico y ya desaparecido Juan Gómez,Juanito, el 7 original del Real Madrid. Grande se ocupa de la relaciónmás directa con los jugadores, algo en lo que tiene buena mano. No esfácil hacerse con los futbolistas que son gente desconfiada pornaturaleza. Por ejemplo, Grande era el que mejor comprendía a IvánCampo, un jugador que pasó una etapa en el Madrid. Iván, una granpersona, se entendía mejor con Grande que con cualquier otro. Y era él,Toni Grande, el que más se ocupaba de Campo, aunque siempre porindicación de Del Bosque.

Javier Miñano, preparador físico de la selección, también tieneorígenes humildes, tanto que hasta que llegó al Real Madrid —lo hizodesde el Atlético, cuando el club rojiblanco liquidó su cantera— sedesplazaba en una vieja Vespino por las calles de Madrid. Miñano seincorporó cuando el Madrid a diferencia del Atlético decidió potenciarsu cantera incluyendo un preparador físico al equipo. Tuvo que superartres entrevistas antes de comenzar a trabajar en el club. Le examinaronPepe Portolés, Benito Floro y, por último, Rafa Benítez —ex delLiverpool, actual entrenador del Inter— que entonces era el entrenadordel Castilla. Comenzó su trabajo en el Sub-19 blanco y de ahí pasó atrabajar con Grande en el B. Desde entonces también son inseparables.

Paco Jiménez, el ojeador de los rivales de la selección, es del barriode Fuencarral y como sus compañeros y amigos ha tenido unatrayectoria ascendente, aunque sus comienzos son también modestos.Este breve repaso de la historia de los ayudantes de Del Bosque sirvepara cerrar el perfil del seleccionador, que exige dos condicionesbásicas a sus ayudantes: «lealtad y discreción».

TEMPLAR GAITAS

Estas dos condiciones son importantes en un vestuario. O mejor dicho,son importantes para mantener el orden en un vestuario. Por reglageneral ahí conviven jugadores con mucho dinero y grandes egos, y amenudo hay que hilar muy fino para no levantar suspicacias porquetambién por regla general los futbolistas, además de ricos y famosos,

son también gente egoísta. Egoístas porque están solos ante el peligro delas lesiones y del final inesperado y traumático de una carreraprivilegiada, ante la posibilidad de fracasar en estadios repletos depúblico ante los intereses ajenos… El jugador sólo se fía de sí mismo ysi el entrenador logra al menos hacerse escuchar y respetar, ya haconseguido bastante: «A los jugadores de alto nivel, como los de laselección, hay que llegarles por la fuerza de los hechos, por elconvencimiento. No se les puede imponer nada por narices, porque nilo aceptan ni lo entienden. Eso sería algo contraproducente. Es mejorrecurrir al diálogo, al consenso y al poder de convicción, aunque en lostemas deportivos y técnico-tácticos la última palabra siempre es delentrenador».

«ES MEJOR PONERSE SERIO UNA VEZ QUE ANDAR TODO EL DÍA DETRÁS CON LAZAPATILLA EN LA MANO»

Este mismo talante de diálogo y argumentación razonada es el quemuestra Del Bosque con sus ayudantes. Todos ellos coinciden enafirmar que el entrenador «te da espacio y libertad, pero te exigeresultados. Lo hace desde la confianza plena». Es tal y como lo explicael propio Del Bosque con mucha gracia: «Como se procede con loshijos: hay que darles libertad y confianza, pero también hay que pedirlesresponsabilidad. Tengo comprobado que con ellos es mejor ponerseserio una vez que andar todo el día detrás con la zapatilla en la mano».

Así lo hace siempre. Del Bosque, como jefe del vestuario, dejalibertad a todos para que hagan su trabajo de la mejor manera posible.La misma libertad tienen todos, desde el utillero hasta el médico,pasando por los fisioterapeutas —bueno, en este caso, Del Bosque sabeque la relación de confianza mayor en un vestuario se da entre losmasajistas y los futbolistas, que la sala de camillas es como elconfesionario de Gran hermano—, los recuperadores, el jefe de prensa,el delegado y todos los que «tienen derecho a subir al autobús delequipo, que es el que marca el principio y el fin de un vestuario».

UN HOMBRE JUSTO

Se da la circunstancia única en el mundo de que nadie que hayatrabajado con Del Bosque, ni siquiera aquellos jugadores que nopasaron de suplentes con él, ha dicho nunca una mala palabra en sucontra. Y que conste que sus decisiones nunca beneficiaban a todo elmundo. Pero probablemente por su forma de hacer, por el respeto quemuestra siempre con el que tiene enfrente, es imposible echarle nada encara. Para eso, además del respeto, hace falta tomar decisiones justas.«En realidad lo que más me ha preocupado siempre es no cometerinjusticias. Puede ser que me haya equivocado más de una vez, pero loque procuro es que el error no conlleve además una actuación injusta.Tomar decisiones implica aciertos y errores, pero no tiene por quéimplicar además injusticias manifiestas».

Área técnica


16. EL FÚTBOL ES GRANDE

¿Entrenar es un arte o una ciencia?

«El fútbol es grande, el más popular de los deportes. Peroademás creo que sirve al desarrollo de las relaciones sociales:recordad la última Copa Confederaciones. Estuvieron en elmismo torneo Irak y Estados Unidos. El fútbol es deporte, essalud, es ocio, es pasión, es integración y también una granindustria».

• Flashback: «¿Cuándo hemos tenido en España tantosjugadores que opten al título de mejor jugador del mundo? Meenorgullece recordar sus nombres: Torres, Xavi Hernández,Iniesta, Casillas y Villa».

• Proyección a futuro: «Tenemos que dar gran importancia a lacohesión del grupo, tanto en lo deportivo como en lohumano: luchar contra el egoísmo y el escepticismo».

• La pelota al suelo: «Volver a la rutina con entusiasmo:entrenamiento, más entrenamiento, análisis, más análisis,control, informes, comunicación…».

• Dar lo que uno tiene: «Éste es el día a día de un entrenador ypor proyección el día a día de cualquiera que tenga unosobjetivos y cuente con otros, su equipo, para conseguirlos.Seguro que habéis encontrado asuntos comunes a vuestravida cotidiana, por eso me atrevo a concluir con una pregunta:¿No creéis que entrenar es más un arte que una ciencia? Yocreo que vivir es un arte».


«Los elogios no son buenos para mantener la tensión competitiva dentrodel grupo».

«A los colaboradores se les debe exigir, ante todo, lealtad ydiscreción».

«A cambio hay que ofrecerles confianza, apoyo y libertad paradesempeñar su trabajo».


No estoy de acuerdo con aquellos que piensan que el fútbol limpio seacaba cuando se llega al fútbol profesional. Es cierto que laprofesionalidad, el dinero, las grandes cifras hacen más difícil conservarla serenidad y el equilibrio en los actos. Pero también es cierto que losfutbolistas profesionales para llegar física y emocionalmente a dondehan llegado invierten grandes dosis de dedicación, de esfuerzo, deautocontrol y todo eso inevitablemente ha moldeado su carácter. Nosólo son mejores con un balón, también son mejores personas. Existennubes en cualquier cielo, pero el futbolista que es sólo músculo, sólopotencia y escaso cerebro acaba resultando un problema. ¿Se imaginanustedes lo difícil que puede resultar ser admirado por millones depersonas, ser guapo, ser multimillonario y además tener menos de 25años?

LO QUE DICE EL CONDE LUCANOR (CUENTO V)

El cuervo y la zorra; la vanidad y la astucia

Un amigo del conde se acercó a éste un día y tras colmarle de halagos lepropuso emprender un negocio que según él habría de ser muyprovechoso para ambos. Antes de aceptar el conde quiso conocer noobstante la opinión de su consejero Patronio, quien le avisó de lospeligros de dejarse engañar por las falsas lisonjas y le explicó la fábula

del cuervo y la zorra.Un cuervo encontró una vez un gran pedazo de queso y se subió a un

árbol para degustarlo a placer. Una zorra golosa y astuta pasó por allí ydecidió arrebatarle el queso con palabras de halago. «Señor cuervo», ledijo, «ahora que os tengo delante compruebo que efectivamente tienenrazón aquellos que afirman que sois un ser superior. Vuestros ojos,vuestras plumas, vuestro porte os convierten en el más hermoso de losanimales. Dicen sin embargo que no sabéis cantar, pero estoyconvencida de que no es así. Cantad para mí, pues».

El cuervo, llevado por la vanidad, abrió el pico y dejó escapar el trozode queso. La zorra se apresuró a cogerlo y a huir con él. Así quedó elcuervo sin alimento y con el orgullo herido en justo castigo por suengreimiento, pues se había dejado engañar por falsas palabras dehalago.

El conde decidió seguir el consejo de Patronio y así evitó que leengañaran también a él.

Y cuando el infante don Juan Manuel escuchó esta historia la mandóponer en este libro e hizo estos versos que dicen así y que encierrantoda la moraleja:

Quien te encuentra bellezas que no tienes siempre busca quitarte algunos bienes.

EpílogoDescubrí los cuentos de El conde Lucanor, mi libro preferido, dechaval, durante los pocos años (hasta los 17) que pasé en Salamancaantes de irme al Real Madrid. Sería una petulancia decir que soy un granlector, aunque sí que procuro repasar de vez en cuando las enseñanzasque nos dejó en herencia el infante don Juan Manuel y tambiénaprender de las historias de otros grandes hombres. El último libro quehe leído ha sido sobre Nelson Mandela y lo que hizo por su país,Sudáfrica, en el que España se proclamó campeona del Mundo en juliopasado.

Recuperé al conde Lucanor ya muy tarde, como entrenador delMadrid, hace diez años. Recuerdo que fue a cuenta del revuelo quelevantó una decisión deportiva y me vino a la mente la fábula de «Dosen un burro» que se recuerda en estas páginas y que fue el origen deeste libro. Luis Molowny, al que yo siempre llamaré señor Molowny porcostumbre, respeto y admiración me recordaba con cariño que acualquier entrenador «siempre le va a coger el toro, pero lo importantees que la cogida no sea grave». En el fútbol, donde todo es opinable,donde cualquier postura se puede defender, lo importante es saber quenada ni nadie encierran la verdad absoluta. Que es importante escuchary ser flexible, pero también tener criterios firmes cuando se ha llegado auna convicción.

Del conde Lucanor lo que me maravilla de verdad es la vigencia quesiguen teniendo sus enseñanzas seis siglos después de haber sidoescrito. En sus cuentos encontramos situaciones que se repitencotidianamente, un día detrás de otro. Visité no hace mucho el castillode Peñafiel, morada de don Juan Manuel, hoy Museo del Vino, deincógnito, junto a un grupo de vecinos y buenos amigos de mi casa enMadrid. Me trajo inmejorables recuerdos de mi niñez y de mi juventud.

Este libro también aporta algunos pensamientos personales que hevolcado en conferencias y cursos durante los últimos años, aunque heaprendido que no todo vale para todos, que en la gestión de los equiposno hay una fórmula mágica porque están compuestos por personas y

cada persona es diferente de las otras. La parte más enriquecedora de micarrera la encontré en el fútbol de cantera. Me dediqué muchos años a lacaptación y formación de futuros futbolistas. Fue un trabajo en equipo(¡qué gran equipo y qué grandes compañeros y maestros tuve en elMadrid!) que me dio las mayores satisfacciones. También quiero tenerun recuerdo para ellos, de los que el señor Molowny decía que eran «losanónimos importantes». Ahora me está pasando a mí lo que ya le pasó aél: que, aunque no me guste, ya hay gente que me empieza a llamar deusted. A mí me gusta que me llamen Vicente.

VICENTE DEL BOSQUE GONZÁLEZSELECCIONADOR DE ESPAÑA

CAMPEÓN DEL MUNDO

Palabras sobre Del Bosquey su método

La virtud de tomar buenas decisionesPuedo decir que Vicente del Bosque es uno de mis grandes amigos. Nosconocimos cuando yo llegué al Real Madrid a principios de la década de1970. En la temporada 1973-1974 inicié mi etapa como jugador delprimer equipo y ahí fue cuando coincidí por vez primera con Vicenteque venía de jugar cedido en otros equipos, como el Córdoba o elCastellón. Como el novato era yo y le veía un hombre sensato me peguéa él para aprender. Ahí comenzó una amistad que dura hasta laactualidad y que se ha ido reforzando más con el paso de los años. Hoycasi 40 años después podemos decir ambos que somos amigos del alma.

Como jugador Vicente era un centrocampista muy técnico, perotambién repartía estopa cuando hacía falta. Veías un rival por el suelo ysi Vicente estaba por allí cerca no necesitabas preguntar de dónde habíavenido el golpe… Pero el caso es que no se notaba. En este sentido escomo hoy en su etapa de seleccionador: toma decisiones importantescada día pero sin que apenas se note. De él decían que era un jugadorlento, pero desde luego movía la pelota con mucha velocidad. Uno denuestros maestros, Luis Molowny Arbelo, le hacía bromas con eso:«Vicente, cuando esté usted en casa y suene el teléfono, levántese todolo deprisa que pueda[1] y corra hasta el aparato. Así va entrenando lavelocidad ya desde casa…».

Durante aquel periodo descubrí en Vicente un interés por serentrenador, el mismo que tenía yo. Enseguida se podía identificar entrelos jugadores a los que les interesaba el fútbol y a los que teníaninquietudes por ser más tarde técnicos. Nos fijábamos no sólo en hacerbien el trabajo, sino también en la manera en que se hacía y el porquéde los métodos empleados. Nos marcó a ambos la etapa de entrenadorde Vujadin Boskov del que aprendimos muchas de las cosas nuevas queahora aplicamos. Fue un entrenador adelantado a su tiempo, comotambién lo fue Miljan Miljanic, y ambos, entre otras cosas, introdujeronnuevos conceptos en la preparación física.

Como entrenador Del Bosque es un maestro en el manejo de losgrupos. Yo creo que su secreto es la capacidad que tiene de tomar

decisiones importantes y casi siempre acertadas sin que nadie note quelas cosas han cambiado tanto como de verdad cambian. En general sondecisiones que calan bien en el grupo porque siempre busca el beneficiodel equipo, hoy en día de la selección, y los jugadores se percatan deello. Otro de sus rasgos como entrenador es el equilibrio. Nunca dabandazos ni se pone a buscar revoluciones tras una derrota.

Durante el Mundial pasé muchas horas con él, en especial tras laderrota contra Suiza en el primer partido. Yo había sido seleccionador ysabía las críticas que iba a recibir por perder ese partido. Hablamos deello y lo animé, pero tampoco hacía falta. Él creía en la idea y en losjugadores que luego llevaron a la selección a ganar el Mundial y aquelladerrota sirvió para que reforzara sus ideas, transmitiera aún másconfianza a los jugadores y al final para que España no se separase de lavía de juego y estilo que le había llevado hasta allí. Acertó una vez más.

JOSÉ ANTONIO CAMACHOEX SELECCIONADOR NACIONAL Y ACTUAL

ENTRENADOR DE OSASUNA

Una lección de inteligencia y humildadHe conocido a muchas personas buenas desde que comencé a jugar alfútbol y puedo decir que Vicente del Bosque me ganó por su enormehumanidad, aparte de sus grandísimas condiciones como entrenador. Situviera que definirle con una sola palabra diría que Del Bosque es unhombre cabal. Reúne dos condiciones que son importantes en el mundodel deporte: integridad y racionalidad. Jamás le he escuchado una malapalabra sobre nadie… por no decir, no dice ni tacos. No habla mal nisiquiera de sus detractores. Mira que es fácil en el fragor de un partido ode una competición perder los nervios alguna vez. A casi todos nos hapasado. Pero no a Del Bosque… ni siquiera con los árbitros a los quecomprende y defiende en su trabajo.

Me considero, y me consideran, un «enfermo» del fútbol. No sólojuego en el Barcelona y en la selección, sino que veo todos los partidosque puedo y sigo el fútbol de la cantera. Pues bien, Del Bosque mesupera. Es el entrenador que más y mejor conoce a todos los futbolistasespañoles de cualquier edad y de todos los clubes. Eso es un tesorocuando uno es seleccionador. Nunca he podido pillarle, ni siquiera conla pregunta del millón: «Míster, ¿conoce a un chico de los juveniles delBarça, un chico que se llama…?». Y Del Bosque lo conoce, como atodos los demás: «Sí, claro que sí, es un zurdito que juega por la banda,que tiene toque y buen golpeo…». Y lo clava. Se fija en todo, escuchala radio a todas horas, lee los periódicos, se informa sobre todo loreferente al fútbol. Yo, que vengo de la cantera, aprecio mucho eseinterés por los chicos que vienen desde abajo, porque ahora tienen unseleccionador que les vigila, que les sigue con cariño. Si alguno llegaarriba no será una novedad para Del Bosque.

Recuerdo que hizo un aterrizaje perfecto en la selección. Llegó a unequipo que venía de ganar la Eurocopa y entró con pies de plomo.Consultaba todo con los jugadores y con los capitanes hasta lasfórmulas que teníamos adquiridas para lanzar o defender los córners.Respetó las rutinas y los hábitos del grupo, y todo lo sometió aconsenso. Hay que ser muy humilde y también muy inteligente para

obrar así cuando lo has ganado todo: liga, Copa de Europa,Intercontinental y además te nombran seleccionador. Aun así DelBosque ha dado su toque, ha ido puliendo los detalles y eso habeneficiado a la selección.

En cuanto a su forma de tratarnos puedo decir que la convivencia conél es muy fácil. Para empezar porque es imposible discutir con DelBosque. Por ejemplo, si estamos entrenando y él está de árbitro, seequivoca y llega una protesta: «Míster, ¿pero no ha visto que eso erapenalti?». Y él responde: «Pues lo que yo decía», aunque no lo hubieraseñalado. Te vacila, rebaja la tensión con una broma y seguimosentrenando. Escucha a todos y tiene la virtud de ver siempre la botellamedio llena, el lado positivo de todo, incluso en los momentos másdifíciles, como nos sucedió en el Mundial tras la derrota en el primerpartido contra Suiza. Ver la entereza de Del Bosque, sentir su confianzaen el grupo, observarle insistir en el método pese a ese tropiezo fuefundamental para recuperar la fuerza y el convencimiento. Se ha ganadoel respeto del grupo por su forma de ser y de hacer, por sus valorescomo persona y también por sus conocimientos y su templanza comoentrenador. De la misma manera que sabe leer los partidos interpreta alos jugadores. Es un técnico moderno y un líder. Es una suerte tenerlecomo seleccionador.

XAVI HERNÁNDEZJUGADOR DEL BARCELONA Y DE LA SELECCIÓN

Un técnico de éliteLlegué al Real Madrid con 21 años y una de las personas que más mellamó la atención desde el primer día fue Vicente del Bosque. Había sidojugador del primer equipo e internacional, pero cada mañana iba enpantalón corto de un campo a otro de la antigua Ciudad Deportiva paraobservar el progreso de los chavales, desde los más pequeños hasta losmayores de la cantera. Los conocía a todos por su nombre de pila ytambién el de muchos de los padres que acompañaban a los chicos.Rebosaba naturalidad y humanidad, y tenía un sentido de clubextraordinario.

Años más tarde lo tuve como entrenador y los chicos que llegaban alprimer equipo desde las categorías inferiores celebraban que DelBosque estuviera allí. Guti era uno de ellos. Sentía debilidad por él y noya sólo por su forma de ser, sino porque cuando se animaba a entrar enun rondo o a pegarle al larguero desde fuera del área dejaba patente sucalidad, la que había tenido como jugador. Y ya se sabe la enormecalidad que atesora Guti. Pese a ello Vicente seguía con su humildad, lamisma que tiene hoy.

Como ex capitán del Madrid puedo decir que todos esos valores seconfirmaron en la élite del primer equipo. Algunos decían que era unentrenador blando y que con él nosotros hacíamos lo que queríamos.¡Qué equivocados estaban! Lo que de verdad hacía Vicente del Bosqueera llevarnos por donde él quería y sacar el máximo de nosotros. Lohacía con inteligencia, sutileza y psicología, y procuraba a cada unoaquello que necesitaba: a unos les daba más cuerda y a otros menos.Aquel proceder fue determinante para ganar el rosario de títulos que elclub conquistó en su última etapa en el Madrid. Además cuando elequipo ganaba Vicente daba un paso atrás, no quería salir ni en las fotosni en la televisión ni en ningún lado. Pero todos sabíamos que se habíaconseguido gracias a él. Era un líder que quería disimularlo, pero todoel mundo era consciente. Así era y así sigue siendo.

Cuando asumí el cargo de director deportivo de la FederaciónEspañola de Fútbol (FEF) y tuve que buscar un seleccionador supe

desde el primer momento que Del Bosque, por todo lo que heexplicado, era el candidato idóneo. Al margen de su trabajo con laselección absoluta y del hito del Mundial hay mucho más. Del Bosque,como yo esperaba, sigue fiel a su pasión por la cantera, por los jóvenesy ese espíritu se ha transmitido ya en todas las categorías de la Ciudaddel Fútbol de la FEF. Es un gran entrenador para los chicos de 12, 16,27 o 32 años. No he conocido a otro que maneje todo el abanico comoél. Ni tampoco a nadie que sepa dar su lugar a todos en un vestuario,desde el utillero al médico pasando por el preparador físico, el de losporteros o sus ayudantes más directos. Del Bosque sabe hacer equipo yforjar vestuarios. Lo ha hecho desde la edad más tierna de los jugadoreshasta la de los cracks, los que han ganado trofeos como la Champions oahora el Mundial. Para mí es un técnico de élite y un seleccionadorúnico. El mejor que podía tener España.

FERNANDO HIERROEX CAPITÁN DEL REAL MADRID Y DE ESPAÑA

Y ACTUAL DIRECTOR DEPORTIVO DE LA FEF

Un entrenador cercano al futbolistaTengo siempre presente que si alcancé la selección y pude participar enel éxito del Mundial de Sudáfrica fue gracias al esfuerzo de todos miscompañeros del Athletic Club de Bilbao. Me siento orgulloso de haberloconseguido, pero aún más porque soy un jugador que ha venido de lacantera. Precisamente ese origen, que en el fútbol muchas veces no setiene tan en cuenta como los grandes fichajes, se ha convertido en unaventaja para muchos de nosotros porque tenemos un seleccionador quemira a todos los equipos, que conoce a todos los futbolistas españoles yque tiene una consideración especial por los chicos que han idoquemando etapas desde las categorías inferiores.

Recuerdo que mi llegada a la selección fue fácil precisamente porqueDel Bosque es un entrenador cercano al futbolista, que conoce bien laprofesión y que tiene siempre afán conciliador e integrador. No es unode los técnicos que más habla, pero sí es de los que más llega. Su éxitoen el Mundial demuestra que sabe de qué va esto, porque tampoco erafácil para él hacerse cargo de un equipo que venía de ganar la Eurocopa.Por regla general los entrenadores llegan cuando las cosas estándifíciles, pero hacerlo con el listón tan alto era un reto, un «más difíciltodavía» que ha llevado a buen puerto. Eso quiere decir que estamosante un entrenador completo. Un técnico que maneja los secretos delfútbol y del vestuario. Un experto en técnicas, tácticas y estrategias, perotambién en la conducción de los grupos humanos. Por eso es unseleccionador campeón del Mundo. Precisamente porque reúne todasesas cualidades.

Durante los partidos tiene la virtud de dar órdenes concretas y fácilesde asimilar. Personalmente me pide que fije a los centrales, que aguanteel balón, que busque los desmarques y que incordie a los defensas. Perosiempre pide, a mí y a todos, solidaridad en el campo, ayudas alcompañero. Su preocupación por el grupo está siempre por delante deléxito individual y eso hay que tenerlo presente en cada partido, en cadaocasión de jugar en una selección tan fuerte como la nuestra.

Sobre su carácter ya se ha dicho todo. Se puede resumir en que es un

hombre bueno más allá de su condición de seleccionador. Es la clase depersona a la que puedes confiar un secreto o pedir un consejo. Honesto,discreto y fiable, justo lo que buscamos los jugadores. En lo deportivotiene una vena ganadora y competitiva indiscutible, pero también sabedar la talla en la derrota. No le gusta perder, como a nadie, pero cuandosucede lo asume como algo natural al deporte y al fútbol. Creo que esoes lo que le hace ser respetuoso con todos los rivales en todos lospartidos, y ésa es la sensación que transmite al grupo, que jamás saleconfiado. Con él hemos ganado un Mundial pero sabemos que paraconquistar otro antes habrá que luchar sobre el campo sin pensar másallá de vencer al siguiente rival.

FERNANDO LLORENTEJUGADOR DEL ATHLETIC DE BILBAO

Y DE LA SELECCIÓN

AgradecimientosA Vicente del Bosque por sus consejos y por dejarme sus apuntes. AAna Lozano, filóloga, por ayudarme a ponerlos en orden. A Juan Cruz,como muñidor del proyecto. A Alfredo Relaño por su apoyo y aAlberto García Collado por su colaboración. Y a mi editor, PabloÁlvarez, por creer y transmitirme ilusión y confianza.

NOTAS

[1] El caso es que así es. Vicente corre todavía hoy en día cuando suenael teléfono de su casa, levantándose como un resorte del sillón o delordenador, o corriendo desde un cuarto más alejado (N. del A.)

BIOGRAFÍAJoaquín Maroto es periodista, máster en Gestión Deportiva por laUniversidad Camilo José Cela y director Deportivo titulado por laRFEF. Actualmente es el responsable de la información de España en eldiario As. Enviado especial con la selección desde México 1986, ha sidotestigo directo de los triunfos en la Eurocopa 2008 y en el Mundial 2010.Analista de RNE y colaborador en radio y televisión, escribe para variaspublicaciones extranjeras. Al margen del periodismo fue director deComunicación del Real Madrid entre 2000 y 2004, etapa exitosa en laque trabajó en colaboración directa con Vicente del Bosque. En elcampo de la empresa fue director de Comunicación de la multinacionalACS entre 1998 y 2000.

© 2010, Joaquín Maroto López© De esta edición:2010, Santillana Ediciones Generales, S. L.Torrelaguna, 60. 28043 MadridTeléfono 91 744 90 60Telefax 91 744 90 93www.librosaguilar.com

Los cuentos de El conde Lucanor están resumidos a partir de la ediciónde Juan Vicedo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

ISBN ebook: 978-84-03-13143-9Diseño de cubierta ebook: Opal/Works Fotografía de cubierta ebook:Getty Images Conversión ebook: KiwitechQueda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma dereproducción, distribución, comunicación pública y transformación deesta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedadintelectual. La infracción de los derechos mencionados puede serconstitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art. 270 y ss. delCódigo Penal).

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