luz marina rivas, novela intrahistórica y el caribe en la novela

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ESTUDIOS. Revista de Invcstigacioms L¡terarias I Cultursles. Año 9. N" I 8. Ca.aca\. jut dic, 2001 . pp. I 03 I 24 LA NOVELA INTRAHISTÓRICA Y EL CARIBE HISPÁNICO EN LA FICCIÓN FEMENINA Luz Mrnnv¡ Rrvas Universidad Central de Venezuela El trabajo se divide en dos grandes parlesr la primera constituye una rcflexión teórica hacia un concepto flexible de /ror¿1d histórica que permita abarcar la amplia producción de ficcjor¡es del pasado en América Latina. Dentro de esre concepto de novela hirórica se trabaja también el de no\'¿lu intruhiskir¡tu. sobre la base de la elaboración de Unamuno. para caracrerizar aquellas novelas que ficcionalizan el pasado desde perpectivas subahemas. La segunda pa(e busca ilusrrar los mccanis, mos de la nolela intrahistórica medianle el a¡álisis c¡ítico y comparalivo de algunos rcx¡os caribeños escritos por mujeres, enlendiendo ei Caribe como región en un senddo amplio, que tiene que ver con una geografía insular y continental. con rasgos hisróricos y cuhurales comuncs. Se compara la novela So \acus, sonns pue,ror (1991). de la mexicana Carmen Boullosa, con el cuento "Tuna de mar" (1991). de la venezolana Laura Antillano. ambos textos con el mismo referenre his(órico. es decir. la pira¡eríá del siglo XVll. Por otra parte. se comparan dos sagas familiares de auroras cubanas, una de Ias cuales vive y escribe en Cuba: Margari¡a Sánchez callinal. autora de clor.¡d./r1¿ (2001). La orra vive en los Es(irdos Unidos: Cristina García, quien emigró en su infancia. autora rle Soñat en cubdno (1993. 199.f). Para cerrar. se hace una breve referencia a las novelas Matdiro anor (1991), de la puer¡orriqueña Rosario Feiré. y E el tie po de las ntatiposas, escri¡a por la dominicana Julia Alvarez. En general. puede observarse en todas estas novelas la decidida reflexión acerca de la presencia femenina en la historia. Palabras clave: Historia-ficción, novela histórica, novela inlrahistórica. in¡rahisroria. escri¡ura de mujeres, Caribe. lilerarura caribeña, piratería, saga familiar. THE INTRAHISTORICAL NOVf,L AND THE HISPANIC CARIBBEAN IN WOMEN'S FICTION This paper is divided into 1$o parrs. Par¡ I stands as a rheorerical reflecrion towards a flexible co¡cepl of ¡ir¡¿rr.¡.¿/ nor¿1 able to encompass the varied production of fic¡ion about the pasl in Latin America. Wi¡hin lhal frame. the paper proposes a lheorerical elaboration of the concepl of intrchistoricúl orel. This is done. based on Unamuno's conceplion, for the purpose of charac¡erizing lhose no\els that ficrionalize the par from subalrem perspec¡ives. The second paí seeks ro illuslrare lhe mechanisns of the intrahisrorical novel by means of the crilical and comparali,"e analysis of various Caribbean lexts written by women. Here Th¿ Caribbean is underlood ¡o be ¡ region, in ¡ broad sense. wi¡h a geography both ol insular and con¡inental territories of common his¡oricál and cultural feaiures. The ¡ovel S¿r, ncds, sonzs pu¿rcos (t991). by üe Mexican Carr¡en Boullosa. and the short fory _Tuna de mar" ( l99l ). by the Venezuelan Laura An¡illano are rhe subjecr of comparison. Piracy in the l7'h century is rhe hirorical referen¡ lbr both rexrs. T\¡o family sagas by Cuban authors are also compared. Margarila Sánchez callinal, author of G1o¡id .k¿¿ (2001) wrires and lives in Cuba. 103

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Ensayos sobre la intrahistoria (considerada como un subgénero de la novela histórica) en obras de escritoras caribeñas.

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  • ESTUDIOS. Revista de Invcstigacioms Lterarias I Cultursles. Ao 9. N" I 8. Ca.aca\. jut dic, 2001 . pp. I 03 I 24

    LA NOVELA INTRAHISTRICAY EL CARIBE HISPNICO EN LA FICCIN FEMENINA

    Luz Mrnnv RrvasUniversidad Central de Venezuela

    El trabajo se divide en dos grandes parlesr la primera constituye una rcflexin terica hacia unconcepto flexible de l /ror1d histrica que permita abarcar la amplia produccin de ficcjores delpasado en Amrica Latina. Dentro de esre concepto de novela hirrica se trabaja tambin el deno\'lu intruhiskirtu. sobre la base de la elaboracin de Unamuno. para caracrerizar aquellas novelasque ficcionalizan el pasado desde perpectivas subahemas. La segunda pa(e busca ilusrrar los mccanis,mos de la nolela intrahistrica medianle el alisis ctico y comparalivo de algunos rcxos caribeosescritos por mujeres, enlendiendo ei Caribe como regin en un senddo amplio, que tiene que ver conuna geografa insular y continental. con rasgos hisrricos y cuhurales comuncs. Se compara la novelaSo \acus, sonns pue,ror (1991). de la mexicana Carmen Boullosa, con el cuento "Tuna de mar"(1991). de la venezolana Laura Antillano. ambos textos con el mismo referenre his(rico. es decir.la piraer del siglo XVll. Por otra parte. se comparan dos sagas familiares de auroras cubanas, una deIas cuales vive y escribe en Cuba: Margaria Snchez callinal. autora de clor.d./r1 (2001). La orravive en los Es(irdos Unidos: Cristina Garca, quien emigr en su infancia. autora rle Soat en cubdno(1993. 199.f). Para cerrar. se hace una breve referencia a las novelas Matdiro anor (1991), de lapuerorriquea Rosario Feir. y E el tie po de las ntatiposas, escria por la dominicana JuliaAlvarez. En general. puede observarse en todas estas novelas la decidida reflexin acerca de lapresencia femenina en la historia.

    Palabras clave: Historia-ficcin, novela histrica, novela inlrahistrica. inrahisroria. escriura demujeres, Caribe. lilerarura caribea, piratera, saga familiar.

    THE INTRAHISTORICAL NOVf,LAND THE HISPANIC CARIBBEAN IN WOMEN'S FICTION

    This paper is divided into 1$o parrs. Par I stands as a rheorerical reflecrion towards a flexiblecocepl of irrr../ nor1 able to encompass the varied production of ficion about the pasl in LatinAmerica. Wihin lhal frame. the paper proposes a lheorerical elaboration of the concepl ofintrchistoricl orel. This is done. based on Unamuno's conceplion, for the purpose of characerizinglhose no\els that ficrionalize the par from subalrem perspecives. The second pa seeks ro illuslrarelhe mechanisns of the intrahisrorical novel by means of the crilical and comparali,"e analysis ofvarious Caribbean lexts written by women. Here Th Caribbean is underlood o be region, in broad sense. wih a geography both ol insular and coninental territories of common hisoricl andcultural feaiures. The ovel Sr, ncds, sonzs purcos (t991). by e Mexican Carren Boullosa. andthe short fory _Tuna de mar" ( l99l ). by the Venezuelan Laura Anillano are rhe subjecr of comparison.Piracy in the l7'h century is rhe hirorical referen lbr both rexrs. T\o family sagas by Cuban authorsare also compared. Margarila Snchez callinal, author of G1oid .k (2001) wrires and lives in Cuba.

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  • Cristina Garca. who inmigratcd to the Uniled S{ales as a child, is the aulhor of Sotiat ( dtbano(1993, 199,1). As a conclusion, a brief reference to the no\els Mldilo dn t ll99lJ. b)- the PortoricanRosario Fcrr.

    ^rd Ett el tientpo d Ids natiposas. by Donrinican Juli.r Al!arcz is prcs.ntcd lr

    gcncral. a dctcrmined reflectio about wonen s presence in history can be lbund in all these novels.

    Ky words: Caribbean. Caribbean literature. lamily saga. historical no\el. Hisorical fiction.inlrhiroricl novel. inrahislory. piracy. women ! writing.

    Tolos els lutturot dl t tto(he pu\I M Pe,"c21: Ahord

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    parnne pot el nundo sn tti gtt (ottftl. '"

    san destrui'las t devPare:tan.

    Milagros Mala Gil: Mata el caracol

    La apropiacin de la historia por los textos literarios ha constituido una fuenteinagotable para la imaginacin de los escritores latinoamericanos y del Caribe La histo-ria latinoamericana, tan frecuentemente escasa en las escuelas y en la memoria de lagente comn, ha estado presente en las crnicas, en la poesa. en el teatro, pero harecibido una especial atencin de la crtica el gnero de la rovel ltisric. en vista deque en las ltimas dcadas del siglo XX, se ha producido una gran cantidad de novelasque han violentado las nociones tradicionales de lo que se entenda por r.rle1 i"-1-rica a panir de Georg Lukcs.

    En este trabajo revisaremos las nocione s dela n(r|eld histrlcc y nos detendremosen un sub-gnero, que he llamado nowla intruhstrcri, dentro del cual sc inscribenmltiples textos de Amrica Latina y del Caribe. Seguidamente, cxploraremos )a regindel Caribe, cuyos lmites y definiciones resultan todava hoy algo imprecisos. paracontinuar con la presentacin de algunas producciones novelsticas del Caribe hisp-nico, en las cuales la ficcionalizacin del pasado se construye a travs de ror'lsintrehistric.1s o de cuentos intrahsfrcos, o sea. cuentos en que se ficcionaliza elpasado desde la misma perspectiva en que lo hacen dichas novelas.

    La escritura de la historia, tal como lo indican Michel de Certeau y Hayden White, seconstruye como una ficcin. El discurso historiogrfico es fundamentalmente nurruti\ oy porello se construye con los ecursos de la nanativa. La imaginacin gua al historiador,tanto, que por mucho tiempo se consider el discurso historiogrfico como un gneroliterario. El que escribe la historia utiliza ecursos literarios: decide un ordenamiento delos hechos, decide dnde hay un principio y dnde hay un final. eslablece relacionesde causalidad entre los distintos hechos nanados, elaborajerarquas y ltia evaluaciones:constmye personajes hrocs y personajes villanos. decide qu debe rccordarse y qu

    l{)1

  • debe olvidarse. Adems, su escritura Iegitima poderes instituidos y es excluyente delos vencidos.

    La escritura de la historia nunca ha estado marcada por un lenguaje propio de ladisciplina. A lo largo de la historia occidental, como bien lo adviene el historiadorCarlos Rama ( 1970), la historiografa se ha servido del lenguaje de distintas disciplinassegn como se han desplazado los crlro s de inters en cada poca. As, en los alboresde la historia, Herdoto esciba en la Grecia antigua permitiendo la entrada de losdioses mitolgicos en las grandes batallas. En la Edad Media, el lenguaje prestado a lahistoriografa era el de la teologa; para Beda el Venerable y Orosio, la historia comenza-ba con la creacin de Adn. No era infrecuente quc en las historias medievales, loshroes cristianos recibieran la ayuda divina en la forma de milagros o de la intervencinde los ngeles o de la Virgen, como bien lo declara Femando Snchez Marcos (1993).Ms adelante, en el siglo XVIII, los historiadores se serviran de la filosofa: en el sigloXIX. del lenguaje cientfico, y en el siglo XX. de la sociologa.

    Si la historiografa ha variado tanto, es natural que la relacin entre la literatura queutiliza como fuentes a la historia y la historia misma, haya sido una relacin cambiante,as como que los discursos historiogrficos hayan permeado los discursos literarios yviceversa.

    En general. la historia que hoy conocemos como historia oficial, parte de laprofesionalizacin de la disciplina histrica esbozada en el siglo XIX por el alemnLeopold von Ranke. para quien 1o histrico slo se refera a los hechos polticos ymilitares. se haca focalizando los acontecimientos "desde arriba", es decir, desde laperspectiva de gobernantes, polticos, lderes sociales y generales, desde los protago-nistas de la historia que han producido los grandes cambios. Para von Ranke' lasfuentes historiogrficas son exclusivamente documentales y el historiador devela parasus lectores la verdad "objetivamente" (Burke: 1993). Partiendo de estas consideracio-nes se elaboran los manuales escolares y la historia oficial, la que el Estado considera laautntica historia, incuestionable, sobre la cual se construye la corunitlad inagnadaque es la nacin, como lo ha explicado Benedict Anderson ( 1993). Esta historia oficial seacompaa de tnrdic iones inventadas, concepto de Eric Hobsbawn ( 1992) que se refierea los usos y costumbres sacralizados como naciones, aunque no sean del todo autn-ticos para todos los pobladores.

    Buena pate de la produccin de novelas histricas latinoamericanas y del Caribe hadialogado con este modelo de discurso historiogrfico. Ha iiccionalizado figuras pode-rosas del mundo poltico y militar. Figuras como las de Cristbal Coln o Simn Bolvar'adems de una amplia galera de temibles dictadores de los siglos XIX y XX. se hanconstituido en personajes de ficcin, desde los cuales los escritores han querido dialo-gar con la historia oticial para impugnarla. para revisar sus construcciones, para huma-nizar a los hroes que los oficialismos han sacralizado y convertido en ptreas imgenes de adoracin, o para rehabilitar a ciertos personajes cados en desgracia para la

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  • gran Historia. Estas elaboraciones son, sin duda. para la mayora de los crticos, nrr,-l.ts hist.jricqs, por el hecho de indagar en el releente histrico conocido, presentarpersonajes. lugares y fechas perf'ectamente ubicables en los textos de historia. Sinembargo, presentan el problema de rornper con el canon lukacsiano, pues a diferenciade ste, que propona hcciones que daban relevancia a personajes annimos en unteln de fondo histrico que los haca verosmiles y cuya fidelidad a los textos histri-cos conocidos era cvidente, en las nor,e/a histr(os latinoamericanas que dialogancon la historia oficial, los procesos de ficcionalizacin son nuy acentuados. Se recurrea los personajes conocidos y se los presenta en sus lados ms ntimos y escondidos, seutiliza el anacronismo. se insenan personajes de otras pocas, o f'antasmas que obser-van la historia por varios siglos o por varios aos, se caricaturiza, se in! ienen jerar-quas, se reinventa la historia para reinterpretarla simblicamente.

    Esto ha generado la necesidad de redefinir 1a novela histrica a la luz de las produc-ciones latinoamericanas y del Caribe. Para autores como Anderson Imbert, AmadoAlonso y Seymour Menton,la novlo hisfr.lcl recrea el pasado histrico lejano de lavida del autor. Esto excluye extraordinarias novelas con un criterio extemo al textomismo. Lcidamenre, No Jitrik ( 1995), propone que la novela histrica desde su naci-miento en el siglo XVIII, se caracteriza por la revisin del pasado histrico, sin importarsi se trata de un pasado cercano o lejano. Esta revisin obedece a la necesidad opulsin de la bsqueda de la identidad colectiva en momentos de crisis que sufren lospueblos. Para Jitrik no hay una forma que defina a la novela histrica. puesto que laforma responde a decisiones de escritura dictadas por los cnones literarios de unapoca determinada. Esta definicin. ms flexible. nos permite reconocer un corpus am-plio de noveias. Sin embargo. no es del todo suficiente. puesto que el problema de laidentidad en relacin con el pasado debe tener ciertas constantes en la escritura quepuedan traspasarel problema temtico para dar con la caacterizacin fomal del gnero.Es evidente que el dilogo de las novelas histr'icas con la historia oficial est permeadopor los lenguajes cannicos del romanticismo, el modernismo o la postmodemidad, queemplea la literatura en distintos momentos histricos. pero necesariamente dialogatambin con la disciplina histtirica y sus distinros lenguajes.

    Por eflo he propuesto el concepto dc cartcienciQ tle la histo-ia (Rivas: 2000), comocriterio funcional que permite dilucidar si una novela es o no histrica. Esta concienciasera una /erlrliiacirir u objctivacin textual de la relacin del texto ficcional con lahistoria a trar's de los siguientes parrnetros: la problematizacin de la historia en elinterior del texto ficcional, es decir, que el texto proponga la dificultad de historiar. larclativizacin de las verdades histricas: el cuestionamiento al registro de 1o histrico,esto es, que se pregunte acerca de la validez de lo conocido, del documento comofuente. de los achivos existentes y esto se escenifique en el texto ficcional; el dilogointertextual con textos histricos conocidos o la proposicin de lenguajes aternativosa los discursos historiogrficos conocidos para contar la historia, como mitos, testimo-

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  • nios, naffaciones orales, etc., la ccionalizacin de la figura del historiador, prcsenciaque ha sido observada por Carlos Pacheco (1998) en mltiples novelas; la narracinautorial que se manifiesta cuando el nanadorjuzga los hechos desde la mirada de unhistoriador, el empleo de anacronismos, o el hecho de introducir elementos de tiemposy espacios diferentes para dialogarjuntos en el intedor del texto.

    Todo ello constituye una reflexin metahistrica en el escenario de las novelas, quelas caracterizan como notelas histrcaJ. La metahistoria sera entonces la constata-cin de la 'iercia de la historia ptesta en escena por el hablante implcito. Ahorabien, si la conciencia de la historia implica, entre otros aspectos, una relacin con losdiscursos historiogrficos, ello no necesariamente supone un dilogo con las figurasprotagnicas de la historia oficial, sino tarnbin con otros discursos polladores de lahistoria.

    Frecuentemente se ha caracterizado como novelas histricas aquellas que dialogancon la historia oficial, es decir, con la historia escrita y ordenada desde el poder' Sinembargo. la literatura siempre ha dialogado con todas las formas de historiografa. Encste sentido, podemos concebir un tipo de novela histrica que dialogue con la historiaconcebida "desde abajo". es decir, con la historia de las vctimas, de los ciudadanoscomunes y annimos, de testigos marginales. Se trata, entonces, de la intrahistoria,concebida por Miguel de Unamuno ( 1945), o la historia de las gentes annimas. cuyocotidiano quehacer sostiene las empresas de la gran historia poltica y militar El trminointr.tltistora, illzado por Birut Ciplijauskait ( 1992), Gloria da Cunha Giabbai ( 1994)y Mara del Carmen Boves Naves ( 1996). para dar cuenta de novelas que presentan laperspectiva de los subaltemos sociales, especficamente en su trabajo sobre escriturasfemeninas, se aproxima en muchos sentidos a los discursos del Nueto lstori('iso oNueva ltistorio. cultivado en el siglo XX por diversas escuelas, entre ellas, la Es rlAnrcle.r, de Francia, fundada por Marc Bloch y con figuras de la talla de Braudel y de LeGoflla Mit r

  • tambin novelas histricas, aunque no estn centradas en los protagonistas polticos ysociales. Tal tipo de ficciones se manifiesta en gran cantidad de novelas. en las cualesestn presentes las manifestaciones ariba descritas de la conciencia de lq historia.Igualmente, en todas ellas est presente la pulsin de identidad que Jitrik postula paradefinir las novelas histricas. Las he llam ado not'e lcts tttrahisl,.icds. pero no oponin-dolas a la novela histrica como lo ha hecho Boves Naves. sino ms bien considern-dolas un sub-tipo de sta. En ciefio sentido vuelven a aproximarse a las estudiadas porLukcs, en tanto que sus personajes son annimos, pero se alejan de ellas en tanto quesi en las estudiadas por Lukcs, haba un hablante implcito totalizador, que se sitadesde arriba y desde fuea de la historia narrada, en las novelas intrahistricas 1a pers-pectiva es parcial; la visin de personajes que por su condicin no dominan panoramasamplios ni polticos. ni geogrficos, ni histricos, produce visiones parciales de laverdad. En efecto, los historiadores contemporneos tampoco aspiran a Ia verdad ab-soluta, ni a una verdad histrica, sino a verdades en plural, que dependen del lugardesde donde se construye 1a historia. Las novelas intrahistricas contemporneas seabren a los procesos de ficcionalizacin de las dems novelas histricas ms recientes,eludiendo el pacto de verdad de aqullas, incorporando anaconismos y elementosfantsticos, y se caracteizan po cuestiona la identidad del colectivo a partir de vocessecularmente excluidas, corno las de las mujeres, los esclavos.los vencidos.

    Cuando aparecen en ellls las tradiciones, no se trata de las tradiciones inventadas,como las sealadas por Hobsbawn ( 1992), sino ms bien de todos aquellos aspectosdel pasado heredados de generaciones anteriores que pueden parecer residuales desdela perspectiva del poder instituido. Muchas de estas novelas se construyen comosagas familiares. Precisamente por esto. cabe encontrar tambin en ellas lo que la estu-diosa Veena Das ( 1989) ha reclamado como ausente en la escitura de la historia: laafectividad o lo emocional: la manera como los personajes perciben emotivamente suhistoria, en especiai los hechos de la historia poltica golpeando sus vidas.

    En este trabajo me he propuesto el estudio de la ficcionalizacin intraistrica envarias novelas y cuentos del Caribe hispnico. Paa ello, ser necesario precisar desde uncomienzo qu entender por "Caribe", concepto huidizo, que an da problemas a losestudiosos. El conglomerado de los distintos pases y colonias cuyas costas estn baa-das por el mar Caribe ofrece tal multiplicidad cultural e idiomtica, que hablardel Caribe ensingular no es ms que una mera convencin. En una poca se entenda sociopoltica-mente a la regin como la conformada exclusivamente por las islas, que pueblan el marCaribe. Sin embargo, esta concepcin es reductora, puesto que las costas de los pasescontinentales que dan al mar Caribe, tienen muchos rasgos en comn con muchas de iasislas. tanto en 1o cultural, como en lo histrico, como en 10 lingstico.

    Una observacin evidente para los estudiosos es que se trata de un espacio geo-grfico caracterizado por las migraciones y los exilios de todo orden, en constanteintercambio. As, la msica de la regin viaja de un pas al otrc: el merengue dominicano

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  • es popular en el Caribe conlinental. la salsa sugida de los inmigrantes caribeos enNueva York resuena a lo largo y ancho de tod la cuenca caibea; los trinitunos queviajaron en otras pocas a Venezuela llevaron consigo el calipso y su lengua criolla, elpctar a las minas del Callao, en el sur selvtico del pas; algunos regresaron a Trinidadllevando el cualro, pequea guitarra de cuato cuerdas tpica del pas que antes losacogi; los jamaiquinos que buscando mejores horizontes contribuyeron con sus vi-das la construccin del Canal de Panam, dejaron en ese pas una impronta en lacultura, en Ia historia y en la literatura de ese pas.

    Podemr>s, entonces. esbozar algunos criteritrs de caibeidad que nos permitu com-prender que el Caribe est conlbrmodo por toda la cuenca del Mar Caribe hast el Golfode Mxico. Todos estos espacios. pese a sus grandes diferencias, tienen eD comnalgunos aspectos que deterrninan su caribeidad sin que sea necesario que todos ellosestn presentes.

    En primer lugar, puede observarse una historia de colonizacin y esclavitud, queestableci una economa de plantacin o formas de explotacin afines ----cs decir, si enla mayoru de las costas caribeas se establecieron sistemas agrcolas sobre la base delcultivo del caf, el cacao, el maz o la caa de azcar. en algrnos casos otras economasmuy posteriores a la colonizacin de los siglos XVI y XVll. tuvieron los mismos princi-pios del sistema de plantacin: explotacin infrhurnana de la mano de obra y segrega-cin social de la misma, corno sucedi durante la construccin del Canal de Panant ydurante la primera explotacin petrolera en Venezuela-.

    En segundo lugar, puede observarse una relacin importante de dependencia delmar como fuente de formas tle subsistencia: la pesca, el comercio y el contrabando,iniciado este ltimo en los siglos de la colonizacin europ0a por los piratas y corsariosque surcaban toda Ia cuenca y que obligaron a los pobladores de ls costas a unarelacin de acercamiento y de guerras, segn se participra o no de este negocio. Laconstruccin de fuenes paro defensa de los ataques de los piratas es una constante enbuena parte de la regin. Podenos tambin obsevar una importante presencia de po-blacin de origen afiiL-ano, que hr ansmulado costumbres, religiones y mitos en lacultura mestiza, as como la presencia de otros grupos humanos, no slo los descen-dientes de blancc's europeos y de los indgenas, y los mestizos resultantes, sino chi-nos, rabes e indios de la lndia. Por otra parte. el mestizaje operado en la regin entre lasrazas. culluras y len-euus dismiles ha producido la aparicin de lenguas criollas, comolos crele del Caribe francfono y el ptpia teflfo en el Caribe holands o dialectosconro el srrrrglis puertorriqueo v el parlr de origen trinitario.

    El imaginario conn de la naturaleza es tambin un eje cohesionador. La flora y laf'auna es sinilal de unos lugares a otros. kr cual causa que Ia ulimentacin, aunque muyvariada. tenga como base los mismos ingredicntes. Paisajes afines, donde los nangla-res ' las palmcras son dominrntes. as como las forraciores montaosas bajas, cons-tituyen referencias nuy parecidas, pero en ello, lo ms importante es la contundente

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  • presencia del mar como gran imaginario. presencia capital en la vida de los pobladoresde la regin. Junto con el mar, Ios fenmenos naturales asociados a su cercunra, comolos huracanes y las tormentas.

    Todo esto propicia que se pueda hablar de literaturas marcadas por el espaciocaribeo. en las cuales los escenarios estn constituidos por este espacio. y sus desa-rrollos temticos pueden estar asociados a la historia de los pueblos del Caribe, ascomo a cualesquiera de los problemas humanos enmarcados en las cultuas de esteespacio o profundizados por l: Ios exilios y migraciones, las diferencias sociales yraciales, los conflictos de identidad resultantes del colonialismo, etc. Incluso, la rcla-cin con los espacios caribeos se traslada al lenguaje, con el uso de imgenes litera-ias, de metforas extradas de los imaginarios marinos. como bien lo ha apuntado AuraMarina Boadas ( 1995).

    Por todo esto, no toda la literatura de los pases que limitan con el mar Caibe escaribea. En Colombia o Venezuela hay espacios y culturas marcadamente diferentes,como los conespondientes a Los Andes. a la selva amaznica o a Los Llanos. Tampocose pueden definir las liteiatuas caribeas el lugar de nacimiento de sus autores. As,veremos cmo Camen Boullosa, escritora nacida en Ciudad de Mxico, construye unaficcin caribea. como lo hacen tambin los escritores nacidos o ciados en EstadosUnidos, descendientes de inmigrantes cubanos. puertorriqueos, dominicanos, cen-troamericanos, bien sea qu-e escriban en espaol o en ingls, cuyas ticciones recreanrasgos culturales de los pases de sus ancestros, o la caribeidad de su culturatransplantada y transmutada en otros espacios geogrficos.

    En este trabajo nos interesa explorar ficciones de la historia elaboradas por mujeresesc toras que estn marcadas por el espacio caribeo, desde perspectivas subalternas,es decir, textos intrahistricos que refieran la historia "desde abajo" y que nos permitancaracterizar sus formas de ficcionalizacin del pasado. El corpus posible es muy amplio.lncluye muchos nombres, como los de Ana Lydia Vega, Magali Garca Rams, RosarioFen, Ada Cartagena, Julia lvarez, Cristina Garca, Nicholasa Mohr, Manha Rojas,Margarita Snchez Gallinal, Fanny Buitrago, Laura Antillano, Milagros Mata Gil y AnaTeresa Tones, entre otros. Por razones de espacio, trabajaremos cuatro textos. dosficciones sobre la presencia de los piratas en los siglos XVII y XVIII , y dos sagasfamiliares que revisan amplios panoramas histricos hasta el siglo XX. Mencionaremosalgunos ms, Estos textos ilustrarn muy bien la pespectiva intrahistrica y femeninadel Caribe hispnico.

    En un primer lugar compararemos dos relatos, ambos publicados en 1991, uno enMxico y otro en Venezuela; ambos sobre la piratera en el Caribe, y ambos elaborandoficcionalmente al Olons, L Olonnais, o FranEois Lolonois, pirata nacido en Francia,que asol el Caribe en el siglo XVll. Los textos, nuy dilrentes ente s. tienen intere-santes coincidencias. Se trata del cuento "Tuna de mar". de Laura Antillano. cscritoravenezolana, y de la novela So rucs, soinos puercos, de la nexicana Carmen Boullosa.

    0

  • Ambos textos tienen en conn la nanacin en boca de rcstigos, de narradores quepanicipan de las acciones desde una posicin marginal. En los dos relatos aparecencomo personajes mujeres disfiazadas de hombres para hacerse pasar por piratas luegode haber sido, las dos, prostitutas. Comparten tambin como uno de sus temas laviolencia contra las mujeres. En el cuento de Antillano se narra la llegada del hijo delOlons a Maacaibo, ciudad del occidente venezolano, y en la novela. el asalto aMaracaibo por los filibusteros comandados por el propio Olons, amn de otras expe-diciones a otros lugares como Cartagena o Aruba. En ambos relatos hay una historia deamor: lade Boullosa es la de un amor adolescente y platnico; lade Antillano,la historiade amor de la prostituta que, por seguir al pirata, se hace pirata ella misma.

    La historia de Srn r'.tc.ts, somos puercos recrea ficcionalmente una crnica del sigloXVII, publicada en Amsterdam en 1678 por Alexandcr Olivier Exquemelin, en la cual elautor hace un relato autobiogrfico como testigo directo y panicipante de las expedi-ciones de Lolonois y Henry Morgan, exaltando por un lado las relaciones de igualdady fraternidad de los piratas entre ellos mismo y por el otro, describiendo sus crueldadesy torturas contra los espaoles y los indgenas, sin explicar mayormente su propiapresencia entre ellos (schmidt: 1999).

    La novela de Carmen Boullosa recrea la pale de la crnica referida al pirata, queaparece en su texto como J. David Nau, LOlonnais. pero no es l quien tiene el papelprotagnico, sino el propio narrador, quien dice de s mismo que se llama Jean Smeeks.que tambin 10 llaman Oexmelin y que prefiere ser llarnado Esquemelin, Alejandro OliverioEsquemelin o El Trepanado nombre dado por los piratas.

    El narrador se presenta cono un hombe muy pobre, que tiene incluso eminiscen-cias del pcaro literado. tanto por el epgrafe de Lr rda del Bustn. de Quevedo, queantecede el relato novelesco, como de sus aventums anteriores al viaje, de hurfanomedrando por el alimento, en las que incluye haber sido el criado de un clrigo enabierta alusin al Lazarillo de Tormes, clrigo del que dice el narrador por printen t e:us ni cuerpo - recorcl el dolor.. (52). Dice el epgrafe, que gua la construccin deltexto de ficcin:

    Quien no hurtu en el undo no tive. Por qu piertsas que los alguociles '-jueces ruts abcrrecen lnlo? Unas reces tla.ts destierrqn, otras nos (taotun )-

    ofras nos cuelgan, aunque no lutu llegudo el dq tle nuestto sutlto 1...1 Porqueno querran que adcnde estdtl ltubese ctros ltlrones sio ellos t sus ninis-tros; ntes de todo nes lbrq kt buetu uslclr (Boullosa: 1991, s.p.)

    Resulta interesante que ste no es cl nico caso de apropiacin de la picaresca porlas novelas intrahistricas contemporneas. De la misma manera lo hace Maltl.o ( 1990)del uruguayo Napoletin Bac!'ino Ponce de Len, novela en la cual Juanillo Ponce,bufn de la flota de Magallanes, narra en primera persona y representando a otros

    111

  • Juanillos de su tiempo, la historia de la primea vuelta al mundo "desde abajo", desde suhambre infinita, desde su miedo a lo desconocido y a los capitanes dc la empresa. en laque se ha enrolado para hur de su extrema pobreza y en busca de aventuras. Tambinnarra una pcara en la novela Malerut de cnco mundos (1995), de la venezolana AnaTeresa Tones: Juanita Redondo, hurfana criada en un hospicio, explotada por un amapara quien trabajaba como aprendiz de costurera. cmica, bailarina y oficiadora de lasartes para consolqr la soledatl de los hombres, quien llega escapando de Ia justiciaespaola a la Venezuela de mil setecientos y tanto.

    Si bien los tericos de la autobiografa sitan su nacimiento como gnero en el sigloXVIll, la tradicin espaola tiene en la picaresca un gnero ficcional que se apropia deun discurso en primera pe$ona, qe narra una historia de vida individual, como lasautobiografas, en una perspectiva panormica. El narrador cuenta a distancia de aossu vida de aventuras desde una situacin de gran pobreza, que se vale de la astuciapara sobrevivir y satisfacer sus necesidades ms primarias. Autores como Boullosa,Baccino y Torres han encontrado en Ia picaresca un recurso ficcional para la nanacinde intrahistorias cuyos referentes se encuentran en la historia colonial. Este discurso, amedio camino entre la confesin, o discurso controlado por 1a institucin eclesistica,y la autobiografa, permite presentar la historia "desde abajo". desde un per\onajeannimo y subaltemo, que impugna la historia oficial.

    En la novela de Boullosa, Smeeks cuenta cmo lleg a la isla Tortuga, asiento de lacoJrada, una socredad de piratas, que tiene su conelato histrico en la isla Tortuga alnorte de Hait, cuafel general de los piratas en el Caribe del siglo XVII, donde lleg deFrancia, par trabajar para un amo cruel como esclavo blanco por el periodo de tresaos. de manera de pagar su pasaje a la Compaa de Occidente Francesa. En la primeraparte de la novela nara las desventuras de su viaje. en el cual se enol siendo unadolescente menor de quince aos. un viaje saldo cle kt nada un do cuulquiera,cuandt deambulab.t sin y.sos le cunbitr lo cosa tle mi pobrezo, como si el t'iaje Juercrfruto de las artes insondables del mago cut'u sabidura Ie perntero obfener maferiade lq nade, aparecdo slo porque o decir que un hombre buscubu butos paru serutnfratados por lo Compaa de Occidente Francev (Boullosa: 1991. 17).

    El viaje se realiza en medio de grandes penurias. Los jvenes casi no ven el mar,pues viajan en la bodega del barco, hacinados entre ratas y suciedad, alimentndose decomida en mal estado. En esta situacin conoce a un jovencito de piel tersa y ojostmidos que le revela su identidad de mujer y le explica el propsito de su disfrazmasculino:

    A tn tne lnn focado mtis hombres que todos los que t'iajun en este nu\.o. Peroeso se acab, quiero t1ue lo sepas. Por eso t,o\' .t cenlbar de terros. Y preJieropasar por hotnbre, aunque los lunbres seun seres que despre

  • ...en le$ tierres a que vunos, lrc ode decir que no lury lo tu\o I lo mo, sino quetodo es nuestro, \'que ndde pide el quin rve, ah no se cerran las pueascon cerK)jos I caderuts, porque todos son hennanos de kdos. Lo o decir Y quelq nicq lev es la leellad a los lrcnnanos, para serlo no se puede ser dbil, otobttrtle, o tnujer Aun sndolo, ter cttro.fonno parte de es.t vida, que es lalida rreTor (Boullosa: 199I, 21).

    El nanador describe la violencia de los amos, que explotaban a los esclavos blancosinmisericordemente, porque slo les duraran tres aos, y cuenta cmo entabla amistadcon Negro Miel, un ex esclavo negro, conocedor de hierbas curativas, de quien aprendesus artes de curandero, mediante argucias y engaos para escapar de la vigilancia delamo. Luego de la muerte de Negro Miel, Smeeks tiene la suerte de ser adquirido por elcirujano Pineau, quien opuesto a la esclavitud, le pide que le comunique los secretos deNegro Miel. El aprende de Pineau sus conocimientos de ciruga, aprende a sacar balasy a amputar miembros y, cuando Pineau es asesinado por un desconocido, Smeeks esadmitido en 1a tripulacin del Olonais como ciruj ano y miembro de la cofrada. Se hacede esta manera lilibustero y, en la segunda parte del libro nara, por un lado, la felizdemocracia que funciona en la cofrada, tal como lo anunciara lajoven del barco, y porel otro, la violencia y el sadismo de los piratas para con sus vctimas, haciendo especialnfasis en la violencia contra las mujeres. EI propio nanador se convierte en un piratasanguinario y asesino, pam sentirse protegido por la coftada. Friedhelm Schmidt ( 1999)ha visto en esto una velada crtica a la Revolucin Francesa, que preconizaba ideales defraternidad y de igualdad, de los cuales quedaban excluidas las mujeres y las azas noblancas. pues de hecho, el narrador de la crnica de Amsterdam criticaba los hororesde Ia violencia sin explicar su presencia all. El relato de Boullosa pone al nanador apaicipar de las atrocidades. Pasa de ser un jovencito enamorado de la muchacha delbarco a ser un filibusteo. miembro de una comunidad de homosexuales misginos,pcro tambin violador y lscsino de hombres, mujeres y nios en la segunda parte de lanovela, ya con el sobrenombre de fl trcpaaoior As, describe cmo la ira de L Olonnaisal tomar por asalto a Maracaibo y encontrar que sus habitantes haban hudo. lo lleva aconducir a los piratas a Ia vecina poblacin de Gibralta porque no se contentLba concl botn, sino quera pelear, matar, tofiurar. En esta poblacin, una marquesa con su hijania le piden piedad al pirata, pero ste no se la concede:

    ..,t'rttlo.re terdidas, porque kts lrcmbres \a les alz.aban con los espadas Lasfulos t les abrot tott las ptuttcts de las telas ks vesfdos, raturtn de luir r ennedio del ret'uelo, al niyno, enli'ente Lutos de otros t la ntutlre de h lja.L'Olontutis ustl u la ttia t quirt sube tluin u lo seoro, \- .o1 al t1stno a.losiguieron no s cuttos, relevnkse los unos a los otros, t'cuando ocul la

  • abuso c1ue las dejutnos (\'o t ismo b vi) rasgadas, desfroaadas, tlonde no sl:lt-grartdo, a carne rv.l, t'otr llagas en sus p.trtes \, efl cu.tno lus rotleabo (...) tult nrurieron, el ntistno da en que te nifietnos tle forzarlas, en cue losfilibLtsteros la.t cantbianos de guztnolas en putcts ,- de pLrfqs e utrnes destro,:las (Boullosa: 1991, 109).

    A lo largo de la novela, la descripcin de atrocidades es tetrible. pero \e insilteespecialmcnte en describir la violencia contra las mujeres, cuya presencia en Tortugaestaba prohibida. De lajoven del barco no se vuclvc a saber nada. Podramos decir quees tal vez la prostituta disfiazada de hombre que termina llegando al Mxico colonial enotra novela de Boullosa, Duerne (1991). En cierto momento de la novela. el narradorexplica cmo para muchos filibusteros el mayor placer de la violacin consista enasesinar a la vctima o en verla asesinar por otros. La novela busca en este momentohistrico la situacin de la mujer como vctima y la violencia como una fuerza quearrastraba todo y a todos para conducirlos a ser vctimas o victimarios, vacas o cerdos.En medio de esta vorgine, el narrador hace tambin de cronista. para aclarar datoshistricos de las ciudades tomadas o descripcioncs antropolgicas de las costumbresindgenas. con distancia de historiador

    La ambivalencia del narrador, que en ocasiones parece criticar el ensaamiento delque l mismo es cmplice y que paece distanciarse de una historia en la que purticipason constantes en la segunda parte, que en electo revelara las contradicciones de lasideas de igualdad y fraternidad del siglo XVIII. como Iohace El sigb tle las /rces. deAJejo Carpentier, que muestra la Revolucin Francesa llegando a Martinic corno unaguillotina para contener a los negros esclavos. Sin embargo. ms que esto, la irutoraparece querer develar cmo la violencia histrica no da espacios para la salvacin. Elpacifismo de Negro Miel y Pineau y sus enseanzas mdicas no salvan aljoven narra-dor dc una historia que lo arastra hacia la violencia. Fonnado 1 mismo cn medio de laviolencia, sta lo naca fatalmente como destino; sin que su voluntad intervenga, comoen la mencin inicial dc su viaje como producto dc las lrteir rtsotttlables de un nago.En ese contexto. las mujeres aparecen como las mayores vctimas, tema que retomaLaura Antillno en "Tuna de mar". de otra nanera.

    "Tuna de mar", por su parte, construye una imagcn ms romntica de la piratera y,ms bien, mira 1a violcncia contra las mujeres del lado de la institucin religiosa o de lasinstituciones imperiales. El cuento es narrado por un testigo. un annimo hbitante dela ciudad, quc fbrzado por las circunstancias temina hacindose pirta. De esta nanera.aparece un "yo" marginal, que naua oralmente y dc primera mano lo que ha presencia-do, a un intcrlocut( iclcntificado al final: el hijo de la protagonista. Lu per\pL'cli\ relegida es, de nuevo, subalternt y no oficial. El relto se inicia cuando en medio de unagran sequa en 1770 cn Maracuibo. el vicario ordena una marchr cle fhgelantes homblesy mujeres, pero los flagelantes eran escogidos entre los ns pobrcs, pucs rrrTrellos rTre

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  • dedicaban el cuerpo para nti.n lel sustento erq tnredos poco m(is o tnenos quecotno apesuos, li:cro.r (Antillano: | 991 . 6). La flagelacirn, infligida por ma nos aje-nas, se aplica sobre mujeres miserables, entre ellas, la Tuna, prostituta del burdel "LaReina del Caribe". As se describe:

    Habun sdo tofulnente despojcrdus de su resfinrcnta, sin utbrrseles a canbiocon gnero alguno. En sus cuerpos se haca difcl tlistinguir un fragnento depel queno estutera enbatluntttdo de esa,tusfl cie pe gosfosu Jontutlu por elttnnsijo de su sungre lq tierru lel tuninr. Con hs ltti.qos t lts turilktsafiladas, t'al rttno tle las ktnenaciones, que ul(ullbdn la poliJttcr tle wt(alo, equellds ntujeres resultaban w1 espe(Ltlo Ierdodenonente tlgno deli.ri,r.r (Antillano: I 99 1. 7).

    Tambin en este relato. la fatalidad parece mover los acontecimientos. La Tuna seencuentra casualmente entre los flagelantes; casualmente, Juan David Nau. el hijo delOlons, se apiada de ella y la secuestra para salvarla. Huye con ella, la distiaza dehombre y ella se hce pirata en su tripulacin. EI nanador hace una pausa en estahistoria para atribuirle causas diferentes a distintos hcchos de la historir, como porejemplo la expulsin de losjesuitas dcl imperio espaol, a raz de la marcha de flagelantesde Maracaibo. porque el vicario mandaba ms que el gobernador. relativizando as 1ausual atribucin de causas 1gicas por pane de los historiadores para los hechos hist-ricos. La extraa historia de anlor ente el pirata y la prostituta disfiazada se salpicatambin de violencia. Ella. para sobrevivir. tcna que hacerse hombre: se hace paslr porun hornbre nudo (1a mudez de la mujer en un mundo de hombres cobra grun significacin simblica). Adems debe probar sus dotes para scr violenta mediante un dueocon otro pirata y convirtindose cn pdencial

    nemigo peligroso. Dicc cl narador:

    Lu htna saba peleor.ot destrc:q deScle axtes, uprentlt en "Lq Rei::a del('arbe ", pero Juan Dat d le etuat artes toroniles en el gesto tle lo lut ln queelkt tontbirutba biert cun su propio cottocinentt. Se totttrti en u persona-je tenitlo por fu nisnn tripulatitin. b t1ue npedu que lu mtlestdsen clenasittdo tor su " utrutne runiento" . No dejubo de resulfctr e.\tr.to su aspecto cleatlolestente afectodo. Pero tee coreje \,p,"r'frr. ? (Antillano: 1991. 16).

    Si bien este cucnlo no pone el mayor nfasis en la violencia de ia piratera rnisna,sino indaga en los aspectos tblkltiricos que han quedado en la memoria oral de Maracaibo.como el fntasma de la mano cortada del narrador testigo, quc todava hoy en da dicenlos nativos dc esta ciudad ver en distintos lugares, o la fama de teuor dejada entre loshabitantcs de Maracaibo por el Olons. ya historia vieja dcntr.o de este relato v tradi,cin del re1'crente real. la condicin femenin resulta represcntada como de terrible

    lt5

  • minusvala. El embarazo secreto y el parto de la Tuna en medio de una emboscada lallevan a su perdicin. La historia romntica termina trgicamente y la violenciainstitucional vuelve a imponerse:

    El destino de ltt Tuna y Juun Dqtid, hijo tlel Olons, tro pudo ser teor Fuerondesnudados l- degollqdos. Sus cabezas e.rpuest.ts por das en el propio puertopblco de Sttn Juan tlel Norte, \'luego lo restante lcula.qdo e los fburones enseel alecconqdore (Antillano: 1991. l9).

    Llama la atencin que en ambos relatos, el de Boullosa y el de Antillano, las autorasparecen reinterpretar el mismo pedodo histrico focalizando la misoginia del mismo,destacando la condicin de infeioidad e indefensin de las mujeres, que aparecencomo prostitutas, como botines de guerra, como subalternas silenciadas. Paa ello,ambas ficciones juegan con la idea del travestismo como smbolo de que slo a loshombres se les ha permitido la entrada en Ia historia. Adems de trabajar con referenteshistricos, como temas centrales de sus textos, ambos relatos ponen de manifiesto laconciencia de la historia: en el caso de "Tuna de mar", relativizando las causalidades dela historia, buscando una voz marginal para el relato y ficcionalizando un hecho pococonocido de la historia del Caribe: el hecho de que algunos piratas ajusticiados enJamaica eran mujeres: en el caso de Son va.os, somos ptlercoJ, tambin se busca la vozmarginal para construir el narrador mediante la apropiacin de la picaresca. El pcaroSmeeks busca enaltecerse comparndose a s mismo con los personajes histricosficcionalizados, en abierto reconocimiento de su condicin de grandes personajes de lahistoria, as como de su propia funcin de testigo de la importancia de los eventosvividos: l 1o l escuchcrclo todo, porque tengo tambn los olos le Sneeks en el marCaribe t de oquellos con quienes cotntart aventuras, cotno el \a mentudo Nau,L'Olonnus (...) (Boullosa: l99l,l3).Sinembargo,ensuigualacindelobajoconloalto, exalta tambin 1a gurade Negro Miel, el africano curandero, quien antes de morirle pide que guarde su memoria, reivindicando as la memoria de los subalternos. 1,como continuador de la memoria, hacia el final de la novela recuerda lo que slo podaser los recuerdos del exclavo. Vienen a su mente paisajes africanos que no haba cono-cido y dice:

    No supe que erot de Negro Miel estos recuerdos, pero de tulto repetrse I depurificorse con los uos l i descubrietrdo que no eran tnos, tue en tn lubturquedttdo estrtos, tudutksantene enn.tdos, cono wt puruso los recuerlostle Negro Miel. (Boullosa: 1991, t32).

    Dc csta mancra. cl narrador asume un papel de transmisor del pasado. Su relato, deprimera mano y desde la enunciacin marginal del pcaro, consigna lo que para 1 debe

    t16

  • ser recordado y su mirada se identifica con la subalternidad, identificndose inclusocon el pirata, cuyo origen, en la novela, era similar al suyo: haba sido esclavo blanco deun amo cruel en Martinica.

    Otro acecamiento a la intrahistoria en las ficciones femeninas del Caribe hispnicoes a travs de las sagas farniliares. Dos textos son pallicularmente interesantes, ambosde autoras cubanas: una de ellas, Margarila Snchez Gallinal, aora de Gkria Islu(2001), vive y escribe actualmente en Cuba; la otra, Cristina G arca, autora de Dreumngn Cuban (1,993), emigr muy nia a Nueva York y ha vivido la mayor pafe de su vida enlos Estados Unidos. Esta novela se public en espaol como Soar en (ubano en 1994.

    En Gloria /.r/a se construye una saga familiar a partir de Gloria, personaje queindaga en el pasado de su familia a travs de las historias odas en casa, de las cartasntimas encontradas en el viejo arcn de su abuela tsabel y de las confidencias de su taLola. A lo largo de las pginas de la novela, la historia de la familia se enlaza con lahistoria de Cuba y del mundo occidental. Las vidas de unos y otros se ven trastocadaspor la historia poltica ente 1804, cuando Jacques Dessalines arrasaba las haciendas delos amos franceses en Hait, y los aos cuarenta del siglo XX, durante Ia SegundaGuena Mundial. Llama la atencin un salto hasta 1989, ao enque el personaje muere.Justamente la historia de la Revolucin Cubana se silencia en esta novela, que vapresentando sus fisuras.

    La novela se construye tal vez muy a la manerade Cien aos de soledad. de GahrielGarca Mrquez, o lz casa de kts espritus, de lsabel Allende. Desfilan a 1o largo de suspginas, personajes propios del realismo mgico, como la propia Gloria, que habl alao de nacida, o el bisabuelo Pancho, hacendado que se disfrazaba de gitana en elcamaval, a finales del siglo XlX, con ropas de mujer y horadndose las orqas, o laabuela Isabel, esposa de Francisco Gndara, quien despus de muerta, es una presen-cia ntida para su hija Rosario, y para otros miembros de la familia, o la ta Lola, que denia se frotaba el ombligo y de grande, como enfernera durante la Guena Civil Espaolallevaba en la cintura una mueca de trapo, que a su muerte llevara Gloria de la mismamanea. La familia tiene su hilo de continuidad en las mujeres, no en los hombres, puesla historia se inicia con las hermanas Caveda, la menor de las cuales, Braulia, es madrede Salom, quien se casara con Francisco Leyva y sera continuada por su hija Isabel,esposa de Francisco Gndara, de quienes nace Rosario, madre de Gloria. No hay conti-nuidad en los apellidos, por lo tanto. La continuidad, ms bien se da por la relacin defidelidad con una lnea de mujeres que trabajan para la familia, comenzando porMademoiselle Marie, francesa que huy con su madre de Hait, que sirvi a dos gene-raciones de la familia, y su hija Orlinde, que cuid de cuatro generaciones como nana.

    El comienzo de la novela, con Gloria mirndose al espejo el da en que cumplacuarenta aos abre simblicamente el texto con la bsqueda de la identidad. Al finalizarla novela, la escena del espe.jo vuelve, y Cloria decide entonces dej ar a su f'arnilia y dejarla isla para ir a buscar los orgenes de su padre en la casa de sus abuelos venezolanos

    tt7

  • en la isla dc Margarita. cn Vcnczucla. Una vcz ubicad la casa de estos desconocidosancestros, Ia novela se detiene y en la ltima escena, ya en 1989, mucre la lrr)t.igon i\rr.cuando l viene a buscar el fantasma de Alcibades Isla. su padre.

    El pasado es visto nostlgicamente en la novela. Hay una cierta idcalizacin delpasado dc la farnilia de hacendados que ha sido la de Gloria. Los tiempos ms felices dela familia son los de la vida de Isabel entre los ltimos aos dcl siglo XIX y los primercsdel siglo XX. La familia vive de la tierra en una relativa paz, a pesar de la cercana de laguerra con Espaa. La entrada de los nofteamericanos a Cuba, en 1898, trastorna suscnsacin de seguridad y losjvenes esposos viajan a Espaa a reunirse con la familiade Francisco. El estilo de vida es de una burguesa acomodada, tanto en Cuba, donde 1arelacin con los trabajadores no se menciona, pero s la amistad rie la farnilia con lamulata Mara Asuncin hija de un cimar:rn a quien el abuelo Pancho ayud y luego 1acri a ella; como en Espaa. donde la alegra de lsabel lleva a la suegra a dejar el Iuto ya convcrtir su casa en un lugar de tertulias intelectuales y conciertos. La travesa enbarco en primera clase, las lujosas cenas presididas por el capitn. el escarabajo delapislzuli que ste regalara a Isabel y sera el amuletr de Ias sucesivas hcrcderas de lafamilia, ios posteriores viajes por Europa, con los que Francisco obsequia a su esposa,son indicios de una holgura econmica y una poca de f'elicidad familiaq pese a lapreocupacin por Cuba y por la entrada de los norteamericanos.

    Sin embargo, la familia no tiene poder poltico. ni una vida social activa; ms bienlleva una vida austera en un espacio rural, en el que se le da el mayor relieve a la historiade las costumbres domsticas. Se describen las comidas. la sabidura de la curanderaMara Asuncin, los objetos heredados y hasta los muebles. que cobran vida comotestigos del pasado en la imaginacin de Gloria, quien les ponc nombres propios. Lasnoticias del afuera vienen lateralmente, cemo noticias dc prensa. A ruz de sus comen-tarios se van conociendo las actitudes ideolgicas de los personajes. En una actitudarielista, siguiendo el pensamiento de Rod, la filiacin con Espaa y con Europa sereivindica frente a la terrible imagen de los norteamericanos que las cartas de Salom yde Pncho:

    Y elks, Vcente. que tn (onocen de ldttlgutt, porque no tienert ntts tue depistolercs I ratneras, se pLlsed prepot(tes echano su olento upestoso aultiskt. Es tolo ntu deploruble t lustl los estur-toles tniratt con uakts ojos elproceder de astos t'ttgobwrdos. Ahoru nos eltenos lle klo bien u pesar tlelos freintd aos de ,guerrtt t ntu.ls .lttintos ltun tedddo hacer su vido u,ttistt que por nuestnt pue hu\'q rcperos. Luclruntos por nuestr.r n.lependetk'iul nos tnctta los etr el ccunpo le butullu pero tto ltat deseos de tenganl.a, tLisabes qrrc ste es wr pueblo sin odios (Snchez Gallinal: 2001 , 85 ).

    I]lt

  • En esta cita puede apreciarse la actitud de frontal rechazo a los nertcrmericanos,lrcnte a la accptacin como algo propio de la "hidalgua", concepto cultural dc origenespaol, al cual se asocia la nobleza, la dignidad y la aristocracia. Si bien en la Cubaactual. que sc dcfine como revohcionaria, el rechazo hacia los norteamericanos esnotorio, es sorprendente que cn una novela como sta, publicada en la isla en el 2001,aparczca tal grado de nostalgia por un pasado aristocrtico.

    El personaje ms interesante de la novela es el misterioso Alcibades Isla, hijo devenezolano y cubana, cuyo padre muere durante la guerra de independencil por unatraicin, que el hijo se propone vengar. Luego de aos de exilio cn Tampa, en losEstados Unidos, regresa a Cuba para matar al asesino. Consumada la venganza huye yse esconde herido en un pozo seco, de donde lo rescata Rosario. Con el tiernpo sehacen amantes y la familia termina por aceptarlo cuando se anuncia el nacimiento deGloria. Sin embargo, este personaje, que encarna valores quijotescos, desprendido yaventurero, deja la isla para buscar la realizacin de sus ideales. Durante la Guerra CivilEspaola. su cuada Lola escuchara de l la historia de sus andanzas. Haba participa-do dc la Revolucin Rusa, donde conoci a una ex aristcrata que trabajaba con.roobrera y se avergonzaba de su origen. El le hacilr \ er que no tenia por que avergonzarsey le propuso acompaarlo a establecer escuelas para aprovechar su cultura con elpropsito de reeducar al pueblo. Cuando esto est a punto de concretarse, Lenin esasesinado. Alcibades sufre una gran decepcin y decide salir del pas. Entre otroslugares visita Mxico. precisamente el destino de Trolsky; no se dan detalles acerca dequ hace all y cmo lleg a Espaa, pero como sea, l busca estar en los lugares de lasgrandes revoluciones del siglo.

    Frecuentemente, las novelas histricas se construyen como metforas de la pocavivida por el autor. El silenciamiento en esta novela de la Revolucin Cubana en unanovela que recupera la historia de Cuba por la va de la saga familiar, que parece propo-ner grandes nostalgias por el pasado, as como la ficcionalizacin de otras revolucio-nes, llevan a interpretar el pasado recreado como proyeccin de la historia reciente. Sesuceden fracasos en la novela: los patriotas cubanos no pueden siquiera entrar en LaHabana luego de Ia guerra de la independencia porque los norteamericanos lo irnpiden;la R*,olucin Rusa fracasa a los ojos de Alcibades; la Guerra Civil Espaola slo dejaen la memoria dc Lola el honor El personaje de Cloria es menos atactivo que susantecesoras. Gioria no llega a tcner hijos; puede leerse esto como una esterilidad simb-lica. A los cuarenta aos el espejo Ie devuelvc una imagen marchita. Su nornbre parccecontradecir lo anodino de su propia vida. No es ella la isla gloriosa. Sus apariciones a lolargo de la novela apenas le dejan el pasado, nunca el futuro. Dice dc

    -s misma que ellaes cl tiempo. Sin embargo. se trata de un tiempo repetido y sin respuestas. El da qucdescubrc el pozo seco donde su madre encontr a su padre. el fantasma de Isabel lesusurra:

    119

  • Este sglo no existir tnientos exi;tqn las ttts,aas pregunta.t s1 respuestts,por eso siempre habr wt fugtivo bustundo desesperadattlente un pat) ciegodontle refugittrse pont luego.tegur su caunilo dottde estqrd ntiles de aosdespus, escuclui la v:. de Isobel t cornpreruli que ella tuttbiitt eru unttJgtivu trututdo de encuntr.\u espacio t que el pc: ero el tticio tle lugeograftr nfinta tue tentlru tue recorre (Snchez Gallinal: 245).

    Sin embargo, no hay mayores recorridos ni respuestas. No deja nada su peregrina-cin a la isla de Margarita en busca de la casa paterna. S1o encuentra retratos dedesconocidos. De esta manera puede interpretarse 1a novela de Snchcz Gallinal comouna interpretacin de la historia de su pas y del mundo como una histoia cclica defracasos y de bsquedas que culminan en tiacaso. Las revoluciones ficcionalizadasfracasan, como probablemente lo ha hecho la revolucin silenciada en el tcxto. cuyaausencia evidente salta a la vista. De ella no se puede hablar; por ella habla la historia.

    Hacia otros derroteros busca la identidad en el pasado Soria r en cLtbttno, de Crisli-na Garca. En esta novela la Revolucin Cubana se hace central: es una herida abiertaque separa a una familia ideolgica y geogrficamente. La protagonista, Pilar. ha emigra-do muy nia junto a sus padres a la ciudad dc Nueva York, ciudad que nunca llega asentir como su hogar. Su sensacin de extraamiento. dc extranjeridad, la llevan aenfrentar a su madre ,Lourdes, self made llor?r. que ha amasado bienes matcriales conun negocio propio, mientras su marido suspira de nostalgia por la tierra que ya nocultivar ms. La madre. de ideas conseryadoras, con cierta dosis de racismo, se enfren-ta frecuentemente a la hija rebelde, artista punk. ineverente e independiente. Por suparte. Pilar extraa a Cuba y, mgicamente. se comunica con su abuela Celia en suers.La abuela Celia, que esciba cartas desde los aos treinta. que entremczclaban susopiniones polticas con sus confesiones de amor. es una revolucionaria activa, admiradora de El lder,efipeosa recolectora de la caa de azcar y juez del Tribunal Popular.Celia espera por Pilar, desea que regrese a la isla para confiarle su memoria.

    La historia como tema constituye una veta importantc de indagacin para Pilar. Susrellexiones sobre el pasado histico estn compenetradas con su bsqueda de identi-dad. Ella se constituye en receptculo de la memoria que hereda de su abuela. La novelarecone un amplio periodo de tiempo que va desde antes de la Guerra Civil Espaola,hasta el ao de 1980, cuando muchos cubanos tomaon la Embajada del Per para pedirasilo. Pilar visita Cuba con su madre en ese ao y. en 1a confrontacin con aquel mundoen el que ella no ha participado, donde no podra ejercer su arte irreverentc con libertad.decide que regresar a los Estados Unidos. Cuando le pregunta a su abuela si ellapodra pintar en Cuba lo que quisiera, sta le responde que por la revolucin, todo;contra ella, nada. La contemplacin de la Revolucin Cubana a travs de las secuelasque deja en la familia permite comprender la novela como una construccin intrahistrica:el hijo que se ha ido a Rusia. el soldado de la Revolucin que viol a Pilar durante el

    t20

  • decomiso de sus tienas, el sentimiento de realizacin personal de Celia al sentirsepartcipe de un proyecto coleclivo.

    Son importantes los discursos altemativos para contar la historia, como las cartasprivadas de Celia y los diarios de Pilar, as como las reflexiones de sta sobe quinclecide lo que ser histrico o sobre el silenciamiento de las mujeres por la historiaocial, en particular de las artistas mujeres a lo largo de la historia del ane. Se busca lahistoria sentida desde lo domstico y cotidiano, desde las subalternidades annimasque conlbrman esta limilia. Pilar relleiona:

    Mi ptulre sabo que to entenlq nis de lo que toda decr Me contba histo-riqs sobre Cuba a'ntes de que llegara Coln. Decu que los espaoles habanlnpkulo mtis ndios cot lus viruelas que con los fusiles." Por qu tro leetnos esto en los libros de historil?-le pregunto a Minnie-'Sienpre vtn Ios makltus guertas, una detrris de ofru. Sobemos de Carlomagno)- Nupolen slo porque ellos luclnron por su paso a la posterdad," ("')Si tor m.fuera, los libtos cotrtdran otrts cos.ts. Como Lo de aquella tormentatle grtni:.o en el Congtt, que las mujetes tomaron como seal tle que eran ellasquienes tleban gobernttr O las t'it'encias de una prostituta en Bombay Porqu t'o no s nttda tle eso? Quin elge lo que debemos saber o lo que esimpotante? (48'49).

    En general, la visin de Pilar busca equilibrar lo irreconciliable Rechazando la acti-tud cerrada de la madre para quien deci "comunismo" era parecido a decir "cncer"'Pilar busca comprender a Cuba y sus procesos. Lo histrico en este texto se construyecomo intrahistoria. No hay iuicios taiantes. Celia encuentra su realizacin personal en elproceso revolucionario; Pilar sabe que la suya no est all, pero reconoce la de suabuela. Lr novela busca conciliar las intrahistorias.

    En una comparacin entre ambas novelas, puede decirse Que, paradjicamente Garca,la autora cubano-americana, es ms indulgente con la Revolucin Cubana que SnchezGallinal, quien vive y escribe en la propia Cuba.

    Hay otros ejemplos de ficciones intrahistricas en el Caribe hispnico, como Mcldi-tt) onor (Iggl),delapuertorriquea Rosario Fen, que impugna el mito de la tiena y loscentrales azucareros como relatos de la construccin de la nacin que se siente enraizadaen el pasado hispnico. al igual que en la novela de Snchez Gallinal. Mldito amor,adems. relativiza la verdad histrica al proponer un historiador como personaje. quepretende hacer el relak) oficial sobre la vida de un hoe, que se desacraliza en lashistorias contadas por las nujeres de su familia y su propio hijo. El historiador enescena se ficcionaliza tambin en la rovela In the tine oJ the buttelies (1994), tradtrci'cla al espaol como En el lienpo de las nariposus (1995)' de la dominicano-americanaJulia lvarez. En ella un personaje femenino, que ha vivido desde la niez en los Esta-

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  • dos Unidos, en busca de su identidad dominicana y de una historia escuchada en suinfancia, viaja a la Repblica Dominicana para entrevistar a la nica sobeviviente de lashermanas Mirabal, casi desconocidas heronas que lucharon contra la dictadura deTrujillo. sta la recibe extraada, pues la percibc como una gringn, que habla mal elespaol y no enticnde por qu quierc indagar acerca de la vida de sus henanas.Escenificar l historiador (o quien haga sus veces en busca de datos, pero comprome-tido con la historia quc va a narrar evidencia la conciencia de la histoda de estos textoscn relacirin con las hi.tor subalternas ) andninla:.

    Este conjunto es apenas una muestra del inters de las escritoras del Caribe porindagar en las historias silenciadas, subalternas. femeninas, en la construccitn de nue-vas identidades iluminads por pasados histricos redescubiertos en l ficcin. Otrahaccdora de intrahistorias. Ana Lidia Vega. ha dicho ceneramente. Si en el prcceso delti.storiarse a s nstno se tescct a ciegus alguna verdad objefiva; s por alguna jugue-tona casualidad en los fruzos del cuento o los pliegos de lq novele se tueld tambinun pedao de poca; si inclus;:re otrcs llegut .t reclunktr pora s ese berenjenalrescatddo al oldo que etkuodr.t el teo lterqro, as precisunente torque ni lttfccin ni lu historio son objeto.t o.jeruts u nuesfrqs ordinqrias yidas cottlanus (Yega..t991,105).

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