Últimas tendencias en la ficción televisiva...

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA 4 facultad de comunicación PERSPECTIVAS DEL MUNDO DE LA COMUNICACIÓN nº49 noviembre/diciembre 2008 Últimas tendencias en la ficción televisiva anglosajona Pero no solo de actores conocidos vive la televisión. Directores de re- nombre están ampliando sus cola- boraciones con la pequeña panta- lla. Spielberg ya asombró con la producción de Hermanos de sangre y vuelve a intentarlo con The United States of Tara; Rodrigo García es el padre de En Terapia; Martin Scorse- se se ha unido a la HBO para sacar adelante Boardwalk Empire, un rela- to sobre la mafia de los años 20 en Atlantic City; Lasse Halström está al frente del policía inmortal de New Amsterdam; Tarantino dirigió el epi- sodio doble que cerraba la quinta temporada de CSI Las Vegas y se ru- morea su plena participación en un nuevo serial. Sin duda, la tendencia se extiende y ya no es solo algún francotirador como el David Lynch de Twin Peaks quien se atreve a adentrarse en la pequeña pantalla. Innovación narrativa La televisión contemporánea tam- bién cuenta las mejores historias. No es la primera vez que los críti- cos aluden, por ejemplo, a los cre- adores de The Wire como el relevo audiovisual de los literatos del XIX. Dickens en versión catódica, con Baltimore y el narcotráfico sustitu- yendo al Londres victoriano. Esa gran tragedia americana contada en cinco temporadas y 60 episo- dios compone un fresco social de las miserias de nuestra sociedad, desde el crimen organizado al ca- taclismo educacional, pasando por la ética periodística o la corrupción de la clase política. The Wire re- sulta atractiva no solo por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta. Si- mon y Burns, sus creadores, han optado por incluir tiempos muertos, investigaciones fallidas, finales abiertos y una ingente cantidad de caracteres para convertir la seriali- dad en un continuum narrativo que hace de la obra una auténtica “no- vela-río visual”. No es sólo una moda; dura ya de- masiado para serlo. La televisión anglosajona sigue apostando por acariciar la inteligencia del público mediante la sutilidad de los guiones y el brillo de la puesta en escena. Si la crítica mundial –y los índices de audiencia– empujó al altar se- ries como Los Soprano, A dos me- tros bajo tierra, Seinfeld, The Office o El Ala Oeste, hoy día se pueden seguir encontrando numerosas pro- puestas de sobresaliente calidad. Sí es cierto que en España la seria- lidad anglosajona no es todavía un producto masivo. Tan solo la fran- quicia de CSI o la acidez de Hou- se pueden competir con soltura en horario de prime-time. El resto en- cuentra su nicho de mercado en ca- nales especializados (FOX, Ca- nal+) o en las ediciones en DVD que ya cuentan con un espacio pro- pio en cada tienda. Pero, sobre to- do, la boga actual de las series proviene de las redes P2P y las des- cargas de Internet, que están confi- gurando un público fiel aunque muy difícil de medir. Ante este éxito global, las tenden- cias de la última ficción anglosajo- na pueden resumirse en tres carac- terísticas: un excelente nivel de pro- ducción, la constante renovación narrativa y la ambigüedad moral. Cine hecho en televisión Los primeros compases de la mini- serie John Adams no tienen nada que envidiar a una producción hollywoodiense de época. El perso- naje interpretado por una estrella de la talla de Paul Giamatti vuelve en un ambiente nevado a su casa de Nueva Inglaterra. Iluminación exqui- sita, ambientación y vestuario die- ciochesco, música épica, exteriores difíciles… Todos los elementos ne- cesarios para que el espectador contemple un espectáculo visual desde el salón de su casa. Y es que ya no hay recreaciones históricas que se resistan a la pequeña panta- lla: la imperial Roma, el sucio Oes- te en Deadwood, la América pro- funda rooseveltiana en Carnivàle, los elegantes sesenta de los publici- tarios de Mad Men, los floreados setenta en Swingtown y en la ver- sión americana de Life on MarsSi acudimos al presente, el lujo de medios se aprecia en muchos thri- llers que se empeñan en dejar sin aliento al espectador. Casos para- digmáticos serían el explosivo ini- cio de la quinta temporada de 24 o el trepidante debut –con catástro- fe aérea incluida– de Fringe. El al- to nivel de producción posibilita también que la ciencia ficción cuente cada vez con productos de mejor acabado técnico, que permi- ten los efectos especiales continuos en propuestas como Stargate Atlan- tis, Battlestar Galactica o la popu- lar Héroes. La disposición de medios y el éxito de las series han servido de recla- mo para que muchos actores y di- rectores –pilares del cine comer- cial– recorran el camino de vuelta. La televisión ha dejado de ser un trampolín para convertirse en pista de aterrizaje. Glenn Close, por ejemplo, ha colocado a Patty He- wes –el centro gravitatorio de Da- ños y perjuicios– en la cima de sus grandes interpretaciones. No cons- tituye un caso aislado. Muchas otras celebridades compatibilizan pequeña y gran pantalla: las osca- rizadas Sally Field, Dianne Wiest, Anna Paquin y Holly Hunter; Danny De Vito, Bill Paxton, Martin y Char- lie Sheen, James Woods, Alec Baldwin, Donald y Kiefer Suther- land, James Spader, Tony Colette, Gabriel Byrne… La lista es larga y el último en sumarse ha sido Tim Roth con su Lie to Me, que llegará a los salones estadounidenses den- tro de unos meses. DESDE HACE UNA DÉCADA, EL MEJOR CINE COMERCIAL SE REALIZA EN TELEVISIÓN. FRENTE A CIERTO ANQUI- LOSAMIENTO Y CANSANCIO NARRATIVO QUE PUEDE DETECTARSE EN LA FICCIÓN HOLLYWOODIENSE, LA PE- QUEÑA PANTALLA HA TOMADO EL RELEVO OFRECIENDO PRODUCTOS DE IMPECABLE FACTURA TÉCNICA, INTELI- GENCIA EN LA ESCRITURA Y CAPACIDAD DE RIESGO Y SORPRESA EN SUS INCESANTES PROPUESTAS.

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Page 1: Últimas tendencias en la ficción televisiva anglosajonadadun.unav.edu/bitstream/10171/52243/1/Pages from persp49.pdf · temporada de CSI Las Vegas y se ru-morea su plena participación

U N I V E R S I D A D D E N AVA R R A4 f a c u l t a d d e c o m u n i c a c i ó n

PERSPECTIVASDEL MUNDO DE LA COMUNICACIÓNn º 49 n o v i emb r e/d i c i emb r e 2008

Últimas tendencias en la ficcióntelevisiva anglosajona

Pero no solo de actores conocidosvive la televisión. Directores de re-nombre están ampliando sus cola-boraciones con la pequeña panta-lla. Spielberg ya asombró con laproducción de Hermanos de sangrey vuelve a intentarlo con The UnitedStates of Tara; Rodrigo García es elpadre de En Terapia; Martin Scorse-se se ha unido a la HBO para sacaradelante Boardwalk Empire, un rela-to sobre la mafia de los años 20 enAtlantic City; Lasse Halström está alfrente del policía inmortal de NewAmsterdam; Tarantino dirigió el epi-sodio doble que cerraba la quintatemporada de CSI Las Vegas y se ru-morea su plena participación en unnuevo serial. Sin duda, la tendenciase extiende y ya no es solo algúnfrancotirador como el David Lynchde Twin Peaks quien se atreve aadentrarse en la pequeña pantalla.

Innovación narrativa

La televisión contemporánea tam-bién cuenta las mejores historias.No es la primera vez que los críti-cos aluden, por ejemplo, a los cre-adores de The Wire como el relevoaudiovisual de los literatos del XIX.Dickens en versión catódica, conBaltimore y el narcotráfico sustitu-yendo al Londres victoriano. Esagran tragedia americana contadaen cinco temporadas y 60 episo-dios compone un fresco social delas miserias de nuestra sociedad,desde el crimen organizado al ca-taclismo educacional, pasando porla ética periodística o la corrupciónde la clase política. The Wire re-sulta atractiva no solo por lo quecuenta, sino por cómo lo cuenta. Si-mon y Burns, sus creadores, hanoptado por incluir tiempos muertos,investigaciones fallidas, finalesabiertos y una ingente cantidad decaracteres para convertir la seriali-dad en un continuum narrativo quehace de la obra una auténtica “no-vela-río visual”.

No es sólo una moda; dura ya de-masiado para serlo. La televisiónanglosajona sigue apostando poracariciar la inteligencia del públicomediante la sutilidad de los guionesy el brillo de la puesta en escena.Si la crítica mundial –y los índicesde audiencia– empujó al altar se-ries como Los Soprano, A dos me-tros bajo tierra, Seinfeld, The Officeo El Ala Oeste, hoy día se puedenseguir encontrando numerosas pro-puestas de sobresaliente calidad.

Sí es cierto que en España la seria-lidad anglosajona no es todavía unproducto masivo. Tan solo la fran-quicia de CSI o la acidez de Hou-se pueden competir con soltura enhorario de prime-time. El resto en-cuentra su nicho de mercado en ca-nales especializados (FOX, Ca-nal+) o en las ediciones en DVDque ya cuentan con un espacio pro-pio en cada tienda. Pero, sobre to-do, la boga actual de las seriesproviene de las redes P2P y las des-cargas de Internet, que están confi-gurando un público fiel aunque muydifícil de medir.

Ante este éxito global, las tenden-cias de la última ficción anglosajo-na pueden resumirse en tres carac-terísticas: un excelente nivel de pro-ducción, la constante renovaciónnarrativa y la ambigüedad moral.

Cine hecho en televisión

Los primeros compases de la mini-serie John Adams no tienen nadaque envidiar a una producciónhollywoodiense de época. El perso-naje interpretado por una estrella dela talla de Paul Giamatti vuelve enun ambiente nevado a su casa deNueva Inglaterra. Iluminación exqui-sita, ambientación y vestuario die-ciochesco, música épica, exterioresdifíciles… Todos los elementos ne-cesarios para que el espectadorcontemple un espectáculo visualdesde el salón de su casa. Y es que

ya no hay recreaciones históricasque se resistan a la pequeña panta-lla: la imperial Roma, el sucio Oes-te en Deadwood, la América pro-funda rooseveltiana en Carnivàle,los elegantes sesenta de los publici-tarios de Mad Men, los floreadossetenta en Swingtown y en la ver-sión americana de Life on Mars…

Si acudimos al presente, el lujo demedios se aprecia en muchos thri-llers que se empeñan en dejar sinaliento al espectador. Casos para-digmáticos serían el explosivo ini-cio de la quinta temporada de 24o el trepidante debut –con catástro-fe aérea incluida– de Fringe. El al-to nivel de producción posibilitatambién que la ciencia ficcióncuente cada vez con productos demejor acabado técnico, que permi-ten los efectos especiales continuosen propuestas como Stargate Atlan-tis, Battlestar Galactica o la popu-lar Héroes.

La disposición de medios y el éxitode las series han servido de recla-mo para que muchos actores y di-rectores –pilares del cine comer-cial– recorran el camino de vuelta.La televisión ha dejado de ser untrampolín para convertirse en pistade aterrizaje. Glenn Close, porejemplo, ha colocado a Patty He-wes –el centro gravitatorio de Da-ños y perjuicios– en la cima de susgrandes interpretaciones. No cons-tituye un caso aislado. Muchasotras celebridades compatibilizanpequeña y gran pantalla: las osca-rizadas Sally Field, Dianne Wiest,Anna Paquin y Holly Hunter; DannyDe Vito, Bill Paxton, Martin y Char-lie Sheen, James Woods, AlecBaldwin, Donald y Kiefer Suther-land, James Spader, Tony Colette,Gabriel Byrne… La lista es larga yel último en sumarse ha sido TimRoth con su Lie to Me, que llegaráa los salones estadounidenses den-tro de unos meses.

DESDE HACE UNA DÉCADA, EL MEJOR CINE COMERCIAL SE REALIZA EN TELEVISIÓN. FRENTE A CIERTO ANQUI-LOSAMIENTO Y CANSANCIO NARRATIVO QUE PUEDE DETECTARSE EN LA FICCIÓN HOLLYWOODIENSE, LA PE-QUEÑA PANTALLA HA TOMADO EL RELEVO OFRECIENDO PRODUCTOS DE IMPECABLE FACTURA TÉCNICA, INTELI-GENCIA EN LA ESCRITURA Y CAPACIDAD DE RIESGO Y SORPRESA EN SUS INCESANTES PROPUESTAS.

Page 2: Últimas tendencias en la ficción televisiva anglosajonadadun.unav.edu/bitstream/10171/52243/1/Pages from persp49.pdf · temporada de CSI Las Vegas y se ru-morea su plena participación

5f a c u l t a d d e c o m u n i c a c i ó nU N I V E R S I D A D D E N AVA R R A

PERSPECTIVASDEL MUNDO DE LA COMUNICACIÓNn º 49 n o v i emb r e/d i c i emb r e 2008

crímenes que los tan expeditiva-mente resuelve…

La ficción televisiva contemporá-nea, por tanto, está colmada deprotagonistas y tramas que se insta-lan en una zona imprecisa dondelas nociones de bien y de mal seentremezclan, se desdibujan y sa-can vitamina dramática de su per-manente contradicción. En True Blo-od parece que los vampiros sonbuenos y tienen su sed calmadagracias a una bebida sintética y,sin embargo, son los hombres quie-nes ansían sangre. Los moteros deSons of Anarchy combinan el afánde bien social y protección de lacomunidad con negocios gansteri-les y violencia extrema. Por apuntarun último caso reciente, los solda-dos del batallón First Recon quedandespojados de cualquier glamour yheroicidad, puesto que la realistaGeneration Kill proscribe la pala-bra “maniqueísmo” en su retrato delos primeros días de la guerra deIrak.

Parece indudable, pues, que el éxi-to de las series norteamericanas noes flor de un día. La ficción televisi-va goza de una estupenda salud,lo que sin duda supone una estu-penda noticia para el espectadorcon gusto.

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madre o el Andy Millman de Extras.De acuerdo: la comedia nunca hasido heroica. Sin embargo, en losdramas seriales resulta casi imposi-ble encontrar hoy un Simon Templar(El santo), un Mike Donovan (V) o,ni siquiera, un McGyver.

Porque el héroe televisivo ya no esun héroe. No en el sentido clásico,desde luego. La posmodernidad seha afanado en dibujar de gris a losprotagonistas de las series de éxito.Ahí está, como arquetipo, la com-pleja relación desmitificadora queel espectador establece con TonySoprano. Pero ni siquiera los perso-najes de entrada positivos se sal-van del purgatorio moral: JackBauer es un policía que se oscure-ce tras el peso de cada infernal jor-nada de 24; la corrupción institu-cional alcanza a la propia presi-dencia de EE.UU. en Prison Break;Dexter es un “psicópata bueno”;House es un héroe genial en la lu-cha contra la enfermedad, pero uninadaptado social y un misántropo;y, por momentos, Vic Mackey, el je-fe del equipo de asalto de TheShield, parece que carga con más

Más evidentes resultan otras estra-tegias narrativas que la ficción es-tadounidense ha popularizado. Lalucha contrarreloj de Sin rastro y Pri-son Break, el tiempo real de JackBauer en 24, los incesantes saltostemporales de Perdidos o Daños yPerjuicios, las mezclas diegéticasde Larry David, Entourage o Studio60 o, por citar una última iniciativanovedosa, la posible verticalidadestructural de En terapia. Esta serie–recién estrenada en la FOX espa-ñola– nos cuenta media hora diariaen la vida del psiquiatra Paul Wes-ton. De lunes a viernes. El mismopaciente cada día de la semana,de modo que el espectador puedeseguir la historia de forma lineal oescoger, por ejemplo, el drama deuna niña que ha intentado suicidar-se y que acude a la consulta todoslos miércoles.

El gris moral

Si miramos a la comedia, no cabeduda del antiheroísmo patético dela Liz Lemmon de Rockefeller Plaza,el Dr. Dorian de Scrubs, el TedMosby de Cómo conocí a vuestra

REFERENCIAS:

BALLÓ, Jordi, y PÉREZ, Xavier, Yo ya heestado aquí. Ficciones de la repeti-ción, Anagrama, Barcelona, 2005.CASCAJOSA VIRINO, Concepción(ed.), La caja lista: televisión norteame-ricana de culto, Laertes, Barcelona,2007.CASCAJOSA VIRINO, Concepción,Prime time: las mejores series de TVamericanas: de C.S.I. a Los Soprano,Calamar, Madrid, 2005.CASCIARI, Hernán, “Espoiler”, http://blogs.elpais.com/espoiler/GARCÍA MARTÍNEZ, Alberto Nahum,“Diamantes en serie: el mejor cine sepasa a la televisión”, Nuestro Tiempo,nº 651, septiembre 2008, pp. 18-33.“Mundo+.tv: zona series”,www.mundoplus.tv/zonaseries/