El viento es el desplazamiento horizontal del aire con respecto a la superficie

terrestre. Se origina como consecuencia de las diferencias

de presión, y viaja desde las zonas de alta presión hasta las

de baja presión.

La dirección o componente del viento la referimos a su lugar

de procedencia y lo más común es ayudarnos de la rosa

de los vientos, que es un diagrama en el que se dibujan

normalmente dieciséis direcciones representadas

mediante las iniciales de los puntos cardinales.

Para representar la velocidad del viento utilizamos unas rayitas llamadas barbas que se colocan perpendicularmente a la

flecha que indica la dirección.

Cada media barba equivale a 5 nudos (unos 9 km/h). Al llegar a 50 nudos, se usa un triángulo en lugar de 5 barbas.

La calma se representa con una circunferencia con un punto en el centro y los vientos de dirección

variable mediante las siglas VRB.

El estudio sistemático de las características del viento es

muy importante para:*Dimensionar estructuras de

edificios.*Diseñar cambos de generación

eólica y eléctrica.*Diseñar protección de

márgenes en embalses y los taludes de montante de presas.

Los vientos dominantes son los que soplan con mayor frecuencia en una zona, aunque no

sean los de mayor intensidad.

Los alisios en Canarias, los vientos de componente oeste en la mitad atlántica

peninsular y los vientos de componente norte, este y oeste en el litoral mediterráneo, son los

vientos dominantes de España.

Debido a la situación y a las características orográficas de las diferentes zonas, en la

península contamos con un buen número de vientos regionales y locales.

La gran capa atmosférica es atravesada por las radiaciones solares que calientan el suelo, el cual, a su vez, calienta el aire que lo rodea. Así resulta que éste no es calentado directamente por los rayos

solares que lo atraviesan sino, en forma indirecta, por el calentamiento del suelo y

de las superficies acuáticas. Cuando el aire se calienta, también se dilata, como

cualquier gas, es decir, aumenta de volumen, por lo cual asciende hasta que su

temperatura se iguala con la del aire circundante.

El viento actúa como agente de transporte, en efecto, interviene en la polinización anemófila, en el

desplazamiento de las semillas. Es también un poderoso agente erosivo, en especial en las zonas de

clima seco o desértico, donde los granos de arena arrastrados por el viento pueden llegar a la

transformación y hasta la denudación de las formas del relieve. También actúa como agente de sedimentación, ya que cuando el viento pierde velocidad, deposita los

materiales que transporta. La arena forma acumulaciones llamadas dunas, que se desplazan en la

dirección del viento a medida que los granos van siendo arrastrados desde la cara enfrentada al viento

(barlovento) hacia la cara opuesta al viento (sotavento).

Jorge Tábara, Alicia Sánchez, Paula Solla y Ana Souto.

Es imposible subestimar la importancia que los vientos tienen para la vida de animales y plantas, para el restablecimiento

del equilibrio en la atmósfera y, lógicamente, para la producción del ciclo hidrológico. Es por ello que, lo mismo

que puede decirse con relación al ciclo hidrológico, el viento constituye uno de los factores esenciales que explican la vida

sobre la superficie terrestre. Sin la existencia de los vientos, la vida para animales y plantas sería imposible.

Jorge Tábara, Alicia Sánchez, Paula Solla y Ana Souto.

Es imposible subestimar la importancia que los vientos tienen para la vida de animales y plantas, para el restablecimiento

del equilibrio en la atmósfera y, lógicamente, para la producción del ciclo hidrológico. Es por ello que, lo mismo

que puede decirse con relación al ciclo hidrológico, el viento constituye uno de los factores esenciales que explican la vida

sobre la superficie terrestre. Sin la existencia de los vientos, la vida para animales y plantas sería imposible.