los tontos útiles

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Tonto útil Saltar a: navegación , búsqueda Tonto útil es una expresión política generada en los escritos de Carlos Marx y describen a personas que al luchar por un ideal pueden transformarse en instrumentos de otros grupos políticos. Se refieren a personas que colaboran involuntariamente con los intereses creados de terceros. Puede ser empleado para designar a personas que colaboran con cambios, reformas o revoluciones lideradas por otros o por personas que mantienen un sistema que no les beneficia. Los tontos útiles La defensa de una «alta causa» les hace ser lisonjeros y serviles hasta el extremo de hacerles perder su dignidad LUIS ANTONIO GARCÍA MARTÍNEZ Aquel que ignora la verdad es un iluso, pero quien conociéndola la llama mentira es todo un delincuente». Así pensaba Bertold Brecht. El tonto útil no es una figura nueva, sino que su utilización viene de muy antiguo, quizá adquirió mayor protagonismo y acuñó sello de distinción en tiempos de Lenin, cuando con la creación de los grupos de seguidores que compartían las ideas del partido, pero no los inconvenientes de la militancia partidaria, ya que sin ser comunistas e, inclusive, discrepando en algunos sentidos de los camaradas, tenían las

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Los Tontos Utiles...! Existen...?

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Tonto útilSaltar a: navegación, búsqueda

Tonto útil es una expresión política generada en los escritos de Carlos Marx y describen a personas que al luchar por un ideal pueden transformarse en instrumentos de otros grupos políticos. Se refieren a personas que colaboran involuntariamente con los intereses creados de terceros.

Puede ser empleado para designar a personas que colaboran con cambios, reformas o revoluciones lideradas por otros o por personas que mantienen un sistema que no les beneficia.

Los tontos útiles

La defensa de una «alta causa» les hace ser lisonjeros y serviles hasta el extremo de hacerles perder su dignidad

 

 

LUIS ANTONIO GARCÍA MARTÍNEZ Aquel que ignora la verdad es un iluso, pero quien conociéndola la llama mentira es todo un delincuente». Así pensaba Bertold Brecht.

El tonto útil no es una figura nueva, sino que su utilización viene de muy antiguo, quizá adquirió mayor protagonismo y acuñó sello de distinción en tiempos de Lenin, cuando con la creación de los grupos de seguidores que compartían las ideas del partido, pero no los inconvenientes de la militancia partidaria, ya que sin ser comunistas e, inclusive, discrepando en algunos sentidos de los camaradas, tenían las mismas posiciones que ellos ante la mayoría de los problemas, y todo ello porque eran honestos y así lo reconocía el propio partido, estos simpatizantes entendía el partido que eran tomados como ejemplo palpable de la fuerza de la verdad, en fin, que eran muy útiles, tanto que en un momento de debilidad el propio Lenin les calificó como los «tontos útiles», de ahí el término.

Hoy en día estos personajes poseen otras características diferentes, siendo sus virtudes más escasas y sus egoísmos mucho más ambiciosos, bien se pudiera decir que las cualidades de estos serían: poca materia gris, altamente manipulables, extremadamente ambiciosos, resentidos las más de las veces y amantes de la buena vida y la poca vergüenza.

Quizá por eso existe últimamente tanto tonto útil -que hay a quienes bien sirven sus lisonjas y el más bajo de los servilismos- que en nombre de una supuesta y elevada causa dedican su tiempo y sus esfuerzos a desgastar e incluso en algunos casos a insultar al prójimo sin ton ni son, sin acero ni careo, con argumentos tan endebles como peregrinos y que siempre remiten al mismo origen: esos otros a los que falta y vilipendia el tonto útil, a menudo aun sin conocerles lo suficiente como para juzgarles con criterio, tan sólo porque discrepan de lo que dicen o piensan sus líderes, y esa razón le basta y le sobra para dirigir contra ellos sus ataques viperinos. Bendita libertad la suya.

Aunque este tonto útil no lo es tanto, necesariamente, por sí mismo, como algo innato en él, sino que puede serlo por contagio, en cuanto que se deja llevar por otro tipo de aduladores, más listos ellos, que sí saben a quién sirven y por qué lo hacen. Como saben también, aunque de eso el tonto ni se entere, que no es precisamente la búsqueda o la defensa de unas ideas o del bienestar social lo que les mueve a servir. Son listos que responden obedeciendo a unos fines particulares y concretos, bien definidos, y con la esperanza -ya con la certeza, tal y como están las cosas- de que toda una legión de tontos útiles se hará cargo del trabajo sucio y mundano que en cierta manera hace desmerecer al líder. Para eso sirven los tontos útiles a esos listos inútiles que tan sólo hacen uso y abuso de la sociedad a la que dicen servir y que en ocasiones, más de las que quisiéramos, llegan a ser nocivos -que todo lo que pueden aportar son daños y perjuicios-. Pero aun así, y en nombre de la verdadera libertad -y no de ésa que ellos dicen representar en exclusiva, pura pantomima-, soportamos estoicamente sus desvaríos, tan inútiles como ellos mismos. Y es que, en resumen, a los listos inútiles sólo les hacen caso sus tontos útiles. Y a este nadie más, excepto otros tontos como ellos. Y entre listos y tontos, por muchos que sean, sólo resulta una inmensa inutilidad. Un enorme desperdicio de tiempo y esfuerzo al que quieren hacer pasar por esencia de la libertad. Si serán tontos...

Y es que, la desempeñe quien la desempeñe, la figura del tonto útil se presenta ante la sociedad rodeada de un aura de autenticidad que la hace inmediatamente distinguible de su alter ego, el digno protector. Frente a la camaleónica teatralidad del segundo, por lo general el típico convertido a la nueva doctrina que la hará el eje fundamental y para ello estará dispuesto a alquilar su prestigio si es que lo tiene -y a su madre- a cambio de un puestito, la tontería del tonto útil antes solía ser insobornable y genuina, de ahí su dimensión entrañable. Hoy las cosas han cambiado, el tonto ya no es tan tonto, ahora es más sobornable y por tanto ha perdido su carácter de entrañable.

Quizá todo ello se deba a la profesionalización de la política y sean éstos, los utilizadores de la política o más bien los trabajadores distinguidos de la política, a los que desde hace un tiempo se les vienen amontonando los cadáveres políticos, aquéllos, los que antes fueron tontos útiles, éstos eran, suyos, personas todas ellas en otro momento elegidas por ellos mismos, que tras ser utilizadas para un objetivo siempre relacionado con el logro del poder pasan a engrosar la ya larga lista de «prescindibles e inútiles». Algunos piensan que éstas son cosas de la política, que esto es muy duro y que es el peaje que hay que pagar si uno quiere hacer determinado recorrido. No, esto precisamente no es la política; esto es la pura y simple ambición humana de poder, y ésa precisamente ésa, la ambición desmedida por el poder, sólo se combate con la honradez política, entendida ésta como un instrumento al

servicio de los ciudadanos y no del servilismo de éstos para conseguir los fines personales del otro.

Para concluir me gustaría apelar a la independencia individual de las personas para que no se dejen utilizar por aquellas otras que se creen más listas y que en el fondo no lo son, lo único que las diferencia de las primeras es que tienen más estómago y menos principios y que siempre intentarán utilizar a los demás en su propio beneficio sin importar los costes, ya sean humanos o materiales.

COMENTARIO

LOS HOMBRES MUEREN PERO EL TONTO UTIL ES INMORTAL

Adolfo Rivero Caro

Uno de los atractivos del Partido Comunista concebido por Lenin era su carácter eminentemente elitario. El partido se definía a sí mismo como "la vanguardia organizada y consciente de la clase obrera". Pero ¿qué le daba al partido comunista ese carácter de vanguardia? Era, por supuesto, el conocimiento del materialismo histórico, la teoría, supuestamente científica, sobre las "leyes" del desarrollo de la sociedad. Equipado con la misma, cualquier militante no sólo podía explicarse cuanto problema social pudiera existir sino que también podía conocer la solución práctica del mismo. No es tan difícil como parece. La raíz de todos los problemas sociales estaba en la existencia de las clases sociales y, por consiguiente, la cura de todos ellos se hallaba en la eliminación de las mismas. La expropiación de la burguesía permitiría la eliminación de "la explotación del hombre por el hombre". Esa cura formidable requería de una revolución social, a ser llevada a cabo por los abnegados militantes del partido. La consciencia de pertenecer a un grupo iniciado en un conocimiento esotérico era uno de los grandes atractivos del Partido Comunista.

A diferencia de los partidos políticos tradicionales, los miembros del partido leninista tenían que militar en un organismo del partido, asistir a sus reuniones y cumplir sus acuerdos. Asumir la responsabilidad de esa militancia no era tarea fácil. Significaba enfrentar la hostilidad de las clases sociales que no estaban dispuestas a aceptar la necesidad de una liquidación social asociada, con demasiada frecuencia, con una liquidación física. De aquí que los comunistas estuvieran rodeados de muchas personas que, aunque compartieran sus ideas, no estuvieran dispuestas a compartir los inconvenientes de la militancia partidaria. Eran, por supuesto, despreciados por los verdaderos revolucionarios. Sin embargo, estaban dispuestos a cumplir tareas y, con el tiempo, los

comunistas descubrieron su inmensa utilidad. Sin ser comunistas e, inclusive, discrepando en algunos sentidos de los camaradas, tenían las mismas posiciones ante diversos importantes problemas. ¿Por qué? Porque eran honestos, decía el partido. Porque no se dejaban sobornar por la burguesía y el imperialismo. Estos simpatizantes podían ser tomados como un ejemplo palpable de la fuerza de. La verdad. Eran muy útiles. Tanto que, en un momento de debilidad, a Lenin se le escapó la frase: "tontos útiles". En efecto, para los comunistas, no dejaban de ser tontos además de cobardes. Tontos porque resignaban a ser simples instrumentos, porque no servían los objetivos del partido deliberadamente, buscando la revolución social, sino indirectamente, buscando la satisfacción de mínimos objetivos parciales: la paz o los derechos de los negros, de los indios, de los jorobados, de los zurdos o cualquier otra causa que, para los verdaderos revolucionarios, sólo servían como pretextos, como formas de resquebrajar la sociedad, debilitar el status quo y facilitar de esa forma la revolución social.

Con el tiempo, a los comunistas se les ocurrió la idea de organizar a este simpatizante por causas: los preocupados por la paz, los preocupados por el fascismo, o por grupos con supuestos problemas específicos, como los jóvenes, los obreros o las mujeres. Militar en uno de estos grupos permitía participar en las luchas del comunista sin correr con sus riesgos. Se les elogiaba como sacrificados combatientes mientras se les estimulaba con numerosas prebendas como, por ejemplo, viajes, becas o publicación de sus obras. Sin embargo, lo que los movía, básicamente, no era nada material sino el sentimiento atávico del grupo, de la tribu. Lo que los horrorizaba era el mundo moderno: la dura competencia del mercado.

Ahora bien, ¿qué se ha hecho y dónde se han metido aquellas organizaciones paralelas del Partido Comunista? ¿A qué se dedican actualmente los miembros de la Federación Sindical Mundial, el Congreso Mundial de la Paz, la Unión Internacional de Estudiantes, la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas, la Federación Democrática Internacional de Mujeres y otras por el estilo, creadas, subvencionadas y manipuladas a lo largo de decenios por el Partido Comunista de la Unión Soviética?. Increíblemente esas organizaciones no han desaparecido. Siguen activas. Todavía quedan quienes las financien. Un ejemplo, lo tenemos en esas reuniones que se celebran tan frecuentemente en La Habana. La última fue el Encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres en el que participaron más de 2,000 delegadas de 75 países.

¿Qué se discutió en esta reunión? Lo mismo de siempre. Lo malo que es el neoliberalismo. "El sistema sociopolítico de Cuba y características de su democracia y desarrollo científico-técnico. (¡) Y, por supuesto, "Consecuencias de la Guerra Bacteriológica contra Cuba"…

Esta fue la reunión clausurada por Fidel Castro el 17 de abril en un discurso de más de cuatro horas de duración. Fidel dijo que el capitalismo… "está condenado por la historia…" "¿Qué devora el imperialismo, qué devora el capitalismo desarrollado, que devora el neoliberalismo, si no es carne humana? –preguntó dramáticamente el dictador cubano. Con sorprendente originalidad calificó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como "ministerios de economía y finanzas del imperialismo yanqui".

Como señaló un cable de Reuters, las delegadas ovacionaron a Castro en numerosas ocasiones y una de ellas gritó: ¡Fidel te amo! Lo mismo que 0le gritaban a Stalin, a Mao Tse Tung y a Ho Chi Min. Y a Pol Pot. Y a Daniel Ortega, el incestuoso. El mundo podrá cambiar pero los tontos útiles y la clientela política del socialismo no se acabarán nunca.

 

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Idiota útilSaltar a: navegación, búsqueda

En la jerga política, el término idiota útil (ruso: Полезный идиот, transliterado como Polieznyi, Polyeznyi o Poljeznyj idiot) era usado para describir a los simpatizantes de la Unión Soviética en los países occidentales, y la supuesta actitud del régimen de ésta hacia ellos. La implicación era que aunque la persona en cuestión tontamente se veía a sí misma como aliada de la URSS y de otros comunistas, en realidad era tratada con desdén por parte de aquélla y de éstos, a la vez que esa persona era cínicamente utilizada. [Cita requerida]

Este vocablo compuesto es ahora usado más ampliamente para describir a alguien que es manipulado por un movimiento político, generalmente de tendencia extremista, un grupo terrorista o un gobierno hostil, sea esa agrupación de naturaleza comunista o no lo sea.[cita requerida]

Contenido

1 Supuesto uso del término por parte de Lenin 2 Otros 3 Uso moderno 4 Referencias 5 Véase también

Supuesto uso del término por parte de Lenin

El término es originalmente atribuido a Lenin, fundador de la Unión Soviética, a veces en la forma compuesta de "idiotas útiles de Occidente", para describir a aquellos intelectuales escritores y reporteros occidentales que viajaban a la URSS y que regresaban a sus respectivos países de origen hablando de forma entusiasta acerca de los "logros soviéticos en educación y salud", los "avances técnicos en agricultura e industria" y "la construcción de una nueva sociedad". El término "tonto" se refería a la ingenuidad o credulidad que mostraban esos visitantes cuando el gobierno soviético -a través de visitas guiadas- les hacía ver diversos hospitales, granjas, escuelas y fábricas, cuyas instalaciones habían sido especialmente preparadas o maquilladas con fines propagandísticos. Un "idiota útil" que ejemplificó esta actitud fue el periodista estadounidense Lincoln Steffens, quien al regresar de la URSS escribió que "He visto el futuro, y funciona" (I've seen the future, and it works).

No obstante, en los Estados Unidos no se hizo pública referencia a los simpatizantes comunistas como "idiotas útiles" hasta 1948, es decir, hasta décadas después del uso de la frase por parte de Lenin respecto de los "compañeros de ruta" occidentales. Recién en ese año la frase en cuestión sería comentada por un medio estadounidense de gran circulación, al ser utilizada en un artículo del tradicional diario The New York Times relacionado a la

tendencia izquierdista que se estaba notando en la Italia de post-guerra. Los críticos del término aseveran que la expresión en cuestión nunca ha sido descubierta en ningún documento publicado por Lenin en vida, además que nadie nunca dijo haberlo escuchado decirla. En la primavera boreal de 1987, Grant Harris, bibliotecario de la biblioteca del Congreso estadounidense (The Library of Congress), dijo al respecto que "No hemos podido identificar esta frase [idiotas útiles de Occidente] entre las obras publicadas [de Lenin]". 1

Otros

El escritor Edvard Radzinsky, en su libro "Stalin", atribuye al artista Yuri Annenkov, quien dijo haber visto algunos papeles dejados por Lenin, mientras trabajaba en el instituto que llevaba el nombre del líder soviético, antes de emigrar hacia Occidente en 1924, el mismo año de la muerte del fundador de la URSS. La reproducción de memoria de Annenkov fue publicada en 1961. 2

Radzinsky conjeturó que eso era una parte del texto completo del testamento original de Lenin, que éste habría deliberadamente ocultado, mandando sólo un nuevo texto al entonces nuevo secretariado del Partido Comunista soviético.

"Los así llamados elementos culturales de Europa Occidental y de los Estados Unidos son incapaces de comprender el estado actual de los asuntos [internacionales] y el equilibro real de fuerzas, por lo que aquéllos deben ser tratados como sordomudos y tratados en consecuencia..."

Una revolución nunca se desarrolla a través de una línea directa de tiempo, por expansión continua, sino que forma una cadena de explosiones [es decir, "avances") y retiradas, ataques y [posterior] quietud, durante la cual las fuerzas revolucionarias ganan fuerza para la preparación de su victoria final...

"Debemos (1) Para aplacar a los sordomudos, proclamar la ficticia separación de nuestro gobierno... del Comintern [la Internacional Comunista], declarando [oficialmente] que esa agencia es un grupo político independiente. Los sordomudos se lo creerán (2) Expresar un deseo de inmediata reanudación de las relaciones diplomáticas con los países capitalistas, sobre la base de la completa no interferencia en sus asuntos internos. Otra vez, como sordomudos se lo creerán. Inclusive estarán encantados y abrirán sus puestas de par en par, a través de las cuales los emisarios del Comintern y las agencias de inteligencia del Partido [Comunista soviético] rápidamente se infiltrarán en estos países, disfrazados como nuestro personal diplomático, cultural y representantes de comercio. Los capitalistas de todo el mundo y sus gobiernos, en su deseo de ganar [el potencialmente grande] mercado soviético, cerraran sus ojos a las actividades mencionadas anteriormente y se volverán ciegos y sordo-mudos. [Por lo que] Suministrarán créditos, que servirá como un medio [indirecto] de apoyar a los partidos comunistas de sus [propios] países y, al suministrarnos a nosotros, reconstruiremos nuestra industria de guerra, lo que nos será esencial para [realizar] futuros ataques sobre nuestros proveedores. En otras palabras, ellos trabajarán para preparar su propio suicidio"

Desde la antigüedad (como ya se podía ver en el legendario Código de Hammurabi), hasta tiempos recientes, los términos "sordomudo" y "sordo-mudo" eran análogos al de "idiota". Varias versiones de lo que podría ser traducido como "idiotas útiles" también ha sido utilizado respecto de algunos estadounidenses y de algunas sociedades capitalistas.

Uso moderno

En los Estados Unidos, el término es a veces usado despectiva o peyorativamente contra los liberals (traducibles como "centroizquierdistas" o "socialdemócratas"), y hasta contra los radicales. El tono utilizado al definir a un "idiota útil" sugiere que éste último es en realidad un ignorante de las motivaciones ocultas de quienes se aprovechan de él, a tal punto que termina involuntariamente por favorecer el avance de una causa (usualmente política) adversa a sí mismo o a sus propias creencias, la que obviamente no apoyaría si estuviese mejor informado o analizase más a fondo esos hechos subyacentes.

Asimismo, el término ganó una renovada popularidad después de la publicación de un libro por parte de la columnista conservadora Mona Chare.3

También es a veces usado por anarquistas y otros radicales para describir a grupos e individuos cuya ideología, según alegan ellos, es excesivamente deferente hacia un gobierno o movimiento político autoritario.

Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, el término "idiota útil" también ha sido utilizado por parte del analistas políticos para describir a individuos que proponen acciones o medidas más blandas contra el islamismo militante y el terrorismo de ese origen. Por ejemplo, Anthony Browne escribió en el periódico británico The Times:

"Elementos del Establishment británico sentían una notable simpatía hacia Hitler. Hoy, los islamistas disfrutan de un apoyo similar. En la década de 1930 era Eduardo VIII, los aristócratas y el Daily Mail, esta vez son los activistas de izquierda, el The Guardian y secciones de la BBC. Ellos no desean una teocracia global, pero son como los apologistas de la Unión Soviética, los idiotas útiles"4

De manera similar, Bruce S. Thornton, profesor de Classics en la facultad regional de Fresno de la Universidad de California, reveladoramente escribió al respecto:5 :

"Lenin los llamó 'idiotas útiles', aquella gente que vivía bajo democracias liberales quienes, al brindar apoyo material y moral a una ideología totalitaria, en efecto estaban entretejiendo la soga con la que serían ahorcados. El porqué gente que disfrutaba de libertad y [una relativa] prosperidad, trabajaba apasionadamente para destruir a ambas es una pregunta fascinante, que aún está con nosotros hoy en día. Ahora los idiotas útiles pueden encontrarse en el coro del apaciguamiento, reflexivo antiamericanismo, e idealismo sentimental que trata de inhibir las respuestas necesarias hacia otra ideología que odia la libertad, el Islam radical."

En países de habla hispana se ha utilizado el término para referirse a los seguidores del líder cubano Fidel Castro suelen viajar a La Habana como turistas o invitados a congresos y que repiten la propaganda del gobierno comunista encabezado por su hermano Raúl, aunque probablemente no tolerarían que políticas similares fuesen aplicadas o implementadas en sus respectivos países de origen.[cita requerida]

Referencias

Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Useful idiot de la Wikipedia en inglés, bajo la licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 Unported y la licencia de documentación libre de GNU.

1. ↑ Boller, Jr., Paul F.; George, They never said It: A book of fake quotes, misquotes, and misleading attributions, Oxford University Press, Nueva York, 1989, ISBN 0-19-505541-1.

2. ↑ Vospominaniya o Lenine, Novyi Zhurnal [transliteración del término francés journal], número 65, Nueva York, 1961 (en ruso). Después sería publicada en inglés, en The Lufkin News, King Featurers Syndicate, Inc., 31 de julio de 1962, página 4, para ser luego reproducida por el Freeman Report ("Informe del hombre libre") del 30 de septiembre de 1973, en la página 8.

3. ↑ Charen, Mona Useful idiots: How liberals got it wrong in the Cold War and still blame America first ("Idiotas útiles: Cómo los liberals se equivocaron en la Guerra Fría y aún primero culpan a los Estados Unidos"), Regnery Publishing, 2003, ISBN 0-89526-139-1.

4. ↑ Traducido de Anthony Browne, Fundamentaly, we're all useful idiots ("Fundamentalmente, todos nosotros somos idiotas útiles", The Times, primero de agosto de 2005: [1]

5. ↑ Traducido de Bruce S. Thornton, The chorus of useful idiots ("El coro de los idiotas útiles"), Frontpage magazine, primero de noviembre de 2002: [2]

Cómo averiguar si es un tonto útil al sistema

Por José Justiniano Lijerón Domingo, 13 de Mayo de 2012 21:10 Compartir redes sociales

Desde tiempos inmemoriales el sistema capitalista con todo su mecanismo y vocerío se ha empecinado siempre en querernos hacer creer, a veces lo logran en varios sectores, de que el mundo se divide entre hombres “buenos y malos”, para tratar siempre de tergiversar lo que Marx descubrió.

.Cómo averiguar si es un tonto útil al sistema

Es muy frecuente ver y sentir especialmente en el campo popular algunas  voces, hechos, actitudes y desatinos de individuos y grupos que al insertarse en la vida nacional para ser tomados en cuenta y ser parte activa de la misma, con todo el derecho que le asiste como ciudadanos de una nación, que al intentar reclamar sus derechos, por error ú omisión, siendo parte por su extracción y condición económica del sector de explotados de un país, se convierten por ignorancia o falta de consciencia política en parte o furgón de cola de los sectores de explotadores, es decir en tontos útiles de las clases dominantes, de los propietarios de los medios de producción, de ese sector minoritario que se apropia del sudor del trabajo de los demás, llamado mundialmente  “la plusvalía” o lo que es lo mismo la apropiación abusiva del plus trabajo no remunerado, que emplea vendiendo su fuerza de trabajo en la producción de bienes, el trabajador.

Desde tiempos inmemoriales el sistema capitalista con todo su mecanismo y vocerío se ha empecinado siempre en querernos hacer creer, a veces lo logran en varios sectores, de que el mundo se divide entre hombres “buenos y malos”, para tratar siempre de tergiversar lo que Marx descubrió con sus estudios por largos años, analizando la practica de las luchas de la humanidad en sus diferentes estadios de vida  y épocas de que la “historia de la humanidad es la historia de la lucha entre clases”, ósea entre explotados y explotadores.

No conseguir lograr salir de las tiniebla del oscurantismo de la perorata permanente del sistema (por todos sus medios de comunicación falsarios) que nos quiere hacer creer en el tradicionalismo reaccionario, como la mejor manera de preservar el sistema de explotación imperante, nos convierte en presas fáciles de ser candidatos o verdaderos tontos útiles al servicio de lo explotadores y en traidores de nuestros hermanos de clase, todas las personas que trabajan y que tienen que vender sus fuerzas de trabajo en pésimas condiciones para

poder vivir y reproducirse, para perdurar la especie humana, todos y todas somos parte de la clase trabajadora.

Pero los más peligrosos tontos útiles son los que sabiendo leer y escribir y que se jactan de haber logrado algún nivel o profesión técnica, o académica, y que están obligados a tener una ocupación liberal por su cuenta, no son propietarios y deben vender su fuerza de trabajo al explotador, sueñan permanentemente en llegar a ser parte de los de arriba es decir los explotadores o propietarios, quizás alguno lo logra como individuo por sus servilismos  y sometimientos individuales, pero como conglomerado jamás. Este grupo sin ser integrantes por  tradición ni por su condición económica parte de la clase de explotadores, generalmente se convierte en los más peligrosos tontos útiles al servicio del sistema, porque siempre estarán al lado del más fuerte, son los vulgarmente llamados “independientes”.

Tan dañinos como los anteriores son los tontos útiles que forman y son individualidades de algunas sectas y partidos políticos, sindicatos y organismos sociales, que saben demasiado de la teoría política de los trabajadores y no así, de su practica militante y que se desfasan del ritmo de las bases y queriendo llevar aguas baratas a su molino, se convierten en ultrarevolucionarios, y no les es difícil endilgar a cualquiera con sus “medidores de revolucionarios” quien es y quien no es, y cualquiera puede ser un reaccionario cuando no obedece las conclusiones a las que sus cúpulas o sectores determinan, aunque estén alejadas del sentimiento de los pueblos, por falta del trabajo cotidiano de consciencia  política en las bases y por carencia de una ligazón permanente de esos individuos o cúpulas con sus mandantes. Esto también le hace daño a las luchas sociales y políticas y a  cualquier proceso liberador.

Quienes por la practica consecuente y permanente nos consideramos y creemos firmemente en ser verdaderos revolucionarios y no tontos útiles, tenemos la ineludible obligación de denunciar siempre y desenmascarar ahí donde se encuentren este tipo de incordio, para que las luchas sociales y políticas en nuestras filas de clase  se vayan despercudiendo de una buena vez de que la vida “no se trata de hombres buenos y hombres malos” sino es una lucha a muerte entre “explotados y explotadores”.

Es inaudito que gobiernos ungidos con el voto mayoritario y popular y sectores populares que los eligieron, se conviertan en tontos útiles al sistema contra el quien dicen luchar, acusándose mutuamente como si fueran verdaderos enemigos de clase. Por no interpretar correctamente el momento político que están viviendo y la coyuntura internacional, que  nos exige estar unidos contra el objetivo principal el sistema capitalista y su puntas de lanza el imperio norteamericano y sus cómplices.

Esforcémonos por bregar permanentemente en el trabajo político de concientizar en las bases, para contrarrestar la política de penetración cultural que desarrolla el sistema con toda su maquinaria de su prensa oral, escrita y audiovisual, así como fracciones religiosas para que los sectores más atrasados de los trabajadores, dejen de ser presa de la mentira fascista y embustera del sistema.

José Justiniano LijerónEs ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana  (COB)

Ultima modificación el Domingo, 13 de Mayo de 2012 21:17 Leído 745 veces Publicado en Bolivia Etiquetado en

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