los recovecos de una deuda
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16 enero 2013TRANSCRIPT
Quito, 16 de enero de 2013
Los recovecos de una deuda
Fander Falconí
La deuda externa pública se sitúa en $ 10.745 millones, de acuerdo con las cifras del Banco
Central. En Ecuador, al igual que en la mayoría de países del Sur, muchas de estas deudas
fueron ilegítimas e inmorales, por la manera como fueron contraídas; solo nos hace falta
recordar el “Informe final de la auditoría integral de la deuda ecuatoriana” del año 2008.
La deuda externa financiera ha tenido un buen trato por parte de este Gobierno, que incluso
ha sido motivo de reconocimiento internacional. En la época de la partidocracia, los
acreedores externos lograron que el país inclinara siempre la cabeza para responder a sus
exigentes y puntuales requerimientos. Fue el Gobierno actual el que tuvo las agallas para
denunciar la ilegitimidad de la deuda externa, y el coraje para usar los mecanismos de los
mercados financieros que redujeran el stock de la deuda (un ahorro de alrededor de $ 8 mil
millones).
Es muy ilustrativo comparar que en el año 2006, el servicio de la deuda externa representó
el 24% del presupuesto del Estado, y en 2012, solo el 4%. Esta estrategia, audaz e insumisa,
nunca será perdonada por la burguesía bancaria, acostumbrada, desde la segunda mitad de
la década de los ochenta del siglo pasado, a co-lucrar de la deuda externa.
Hagamos memoria y recordemos cómo se gestionó el Tolling Agreement -durante el
gobierno de Sixto Durán-Ballén-, a fin de evitar, desde el Ministerio de Finanzas, que
prescriban los bonos de la deuda, para que los “financistas” criollos pudieran lucrar, sin
ningún remordimiento ni cargo de conciencia, como si fuesen enemigos del país.
Haber terminado con ese acto de entreguismo es un mérito de este Gobierno. Siempre habrá
gente que diga que “el capital no conoce fronteras”, lo cual es verdad; pero justamente allí
está la disyuntiva en este caso: o el enriquecimiento del capital particular o la defensa de los
intereses de la nación ecuatoriana.
En razón del tratamiento otorgado a la deuda financiera -como lo hace el Estado
Plurinacional de Bolivia-, corresponde al Ecuador impulsar con más fuerza el cobro de la
deuda ecológica en el plano internacional. Es urgente encarar problemas como son las
exportaciones de bienes primarios mal pagados, porque no incorporan los costos sociales y
ambientales de sus procesos extractivos, la contaminación de la atmósfera por la excesiva
emisión de dióxido de carbono, causada por las naciones industrializadas, entre otros, que
son fundamentales en el momento actual.
La deuda financiera y la deuda ecológica se entrelazan en el escenario real del planeta. Su
tratamiento debe ser único y amerita reflexiones complementarias en un próximo artículo.
Fuente: El Telégrafo