los procesos de flexibilidad américa latina y resultados...

10
458 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 56, NÚM. 6, JUNIO DE 2006 Los procesos de flexibilidad laboral en América Latina: experiencias y resultados MANUEL ALEJANDRO IBARRA CISNEROS * L as exigencias para alcanzar niveles de competitividad elevados han ocasionado la búsqueda y el desarrollo de métodos productivos novedosos que disminuyan costos y aumenten la producción. A partir de los años sesenta se establecieron diversos sistemas productivos que tuvieron un efecto favorable al disminuir de manera considerable los costos de producción, lo que trajo a las empresas un mayor nivel de eficiencia. La flexibilidad del mercado de trabajo surgió como la medida idónea para lograr objetivos. El agudo debate sobre ese tema provocó que la mayor parte de los estudios se enfo- caran en el análisis de las diferencias entre los mercados de trabajo de Estados Unidos y Europa. Gran parte de la lite- ratura al respecto refiere los menores niveles de desempleo y la alta competitividad de ese país como producto de un mercado laboral flexible. En Europa, la amplia protección al trabajador se traduce en mayor desempleo, desincentivo a la inversión y menor competitividad. Por consiguiente, la rigidez del mercado laboral se considera un obstáculo para la maximización de los recursos financieros, tecnológicos y humanos. La apertura económica llevada a cabo en el decenio de los ochenta fue fundamental para que diversos países europeos realizaran cambios estructurales que les permitieran alcan- zar economías más competitivas. Entre esas transformacio- nes se encontraban las del mercado de trabajo. Así, diversas desregulaciones en materia laboral dieron como resultado una mayor creación de empleo, parcialmente a costa del es- tado de bienestar. * Facultad de Contabilidad y Administración de la Universidad Autó- noma de Baja California <[email protected]> y <Posgra- [email protected]>.

Upload: others

Post on 22-Jun-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

458 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 56, NÚM. 6, JUNIO DE 2006

Los procesos de flexibilidad

laboral en América Latina:

experiencias y resultados MANUEL ALEJANDRO

IBARRA CISNEROS*

Las exigencias para alcanzar niveles de competitividad elevados han ocasionado la búsqueda y el desarrollo de

métodos productivos novedosos que disminuyan costos y aumenten la producción. A partir de los años sesenta se establecieron diversos sistemas productivos que tuvieron un efecto favorable al disminuir de manera considerable los costos de producción, lo que trajo a las empresas un mayor nivel de eficiencia.

La flexibilidad del mercado de trabajo surgió como la medida idónea para lograr objetivos. El agudo debate sobre ese tema provocó que la mayor parte de los estudios se enfo-caran en el análisis de las diferencias entre los mercados de trabajo de Estados Unidos y Europa. Gran parte de la lite-ratura al respecto refiere los menores niveles de desempleo y la alta competitividad de ese país como producto de un mercado laboral flexible. En Europa, la amplia protección al trabajador se traduce en mayor desempleo, desincentivo a la inversión y menor competitividad. Por consiguiente, la rigidez del mercado laboral se considera un obstáculo para la maximización de los recursos financieros, tecnológicos y humanos.

La apertura económica llevada a cabo en el decenio de los ochenta fue fundamental para que diversos países europeos realizaran cambios estructurales que les permitieran alcan-zar economías más competitivas. Entre esas transformacio-nes se encontraban las del mercado de trabajo. Así, diversas desregulaciones en materia laboral dieron como resultado una mayor creación de empleo, parcialmente a costa del es-tado de bienestar.

* Facultad de Contabilidad y Administración de la Universidad Autó-noma de Baja California <[email protected]> y <[email protected]>.

Page 2: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

459

En el caso de América Latina, el tema de la flexibilidad laboral es hasta cierto punto nuevo y son pocos los estudios sobre los efectos que acarrea la aplicación de esa estrategia. Los argumentos planteados se refieren en términos bási-cos a las experiencias de países europeos donde el estado de bienestar y la estructura del mercado de trabajo son por completo diferentes. En consecuencia, los resultados que alcanzó el viejo continente no son la mejor referencia de lo que ocurrirá en la región latinoamericana en caso de aplicar-se la flexibilidad laboral. La mayoría de los países de la zona ha realizado algunos cambios en sus legislaciones laborales desde hace más de un decenio y los resultados no se aseme-jan a los de Europa.

El presente trabajo muestra el efecto que han experimen-tado los mercados de trabajo de las economías más impor-tantes de América Latina (Argentina, Brasil y Chile) a partir de los cambios en materia laboral realizados en el decenio de los noventa. Por otra parte, los resultados obtenidos hasta el momento en esas economías se comparan con la situación actual del mercado de trabajo en México. Se demuestra que aun cuando éste no ha realizado reformas laborales, la es-tructura de su mercado presenta grandes similitudes con la de aquellos tres países.

Al comparar los cambios en materia laboral con la situa-ción económica de los países en cuestión se demuestra que los resultados no son tan benéficos como se esperaba y, en la mayoría de los casos, tienden a reducir la calidad de vida del trabajador.

LA FLEXIBILIDAD LABORAL EN AMÉRICA LATINA

América Latina y en especial México fueron durante la primera mitad del siglo pasado un ejemplo a seguir en

materia laboral, ya que contaban con legislaciones protectoras que en aquella época fueron fundamentales para el óptimo desarrollo de las economías. En un sistema económico ce-rrado (sustitución de importaciones), la mezcla parecía ser lo ideal. Con la apertura económica y la globalización de mercados, lo que alguna vez fue una legislación avanzada se convirtió en una legislación laboral rígida y con pocas facilidades para crear empleos y promover el crecimiento económico. Así fue como, a principios de los años ochenta, comenzaron los procesos de restructuración productiva que dieron paso a la flexibilidad del mercado de trabajo.

Tales procesos se han apuntalado en los argumentos de-sarrollados en Europa, donde los parámetros económicos, sociales y jurídicos tienen poco que ver con los de América Latina, cuyos costos laborales y sistemas de protección so-

cial están muy por debajo de los niveles del viejo continente. Aunque algunos opinan que los salarios altos o la compleja reglamentación laboral europea afectan de manera negativa la competitividad de la economía, quizá no sea tan sencillo deducir de ello que en América Latina los salarios bajos y la re-glamentación laboral deban producir efectos contrarios.1

Para muchos investigadores y promotores de la flexibili-dad laboral radical, el papel que asumió América Latina en materia de reformas laborales no fue el esperado, ya que la mayoría de los países no flexibilizó su mercado de trabajo y algunos lo han hecho incluso más rígido. La zona aún po-see una estructura laboral paternalista y algo populista, en el sentido de que evitan cambios trascendentales por mie-do a una reacción social violenta y por el costo político que eso supone.

Se argumenta que los países de la región no han podido reducir sus niveles de pobreza y desempleo, aun con la expan-sión del sector informal, y que en algunos casos estos niveles aumentaron.2 La causa se ubica sobre todo en la rigidez del mercado laboral, factor que ha impedido que el crecimiento económico inducido por las reformas se traduzca en una ma-yor creación de puestos de trabajo en el sector formal.3

La controversia persiste entre quienes consideran que los problemas de alto desempleo y falta de competitividad de esos países se deben a que sus gobiernos no han realizado una reforma integral del mercado de trabajo y que las me-didas aplicadas carecen de mecanismos flexibles en materia recontratación, despido y formas de terminación de la rela-ción de trabajo. En contraposición, hay quienes establecen que el exceso de flexibilidad de esas medidas ha agudizado algunos problemas, como la precariedad e inestabilidad laboral, la pobreza, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, así como el incremento del sector informal en la economía.

Algunos estudios afirman que en el caso de Argentina, por ejemplo, la segmentación del mercado laboral y el des-empleo comenzaron mucho antes de la apertura comercial, quizá como consecuencia de la rigidez que imperaba en la economía.4 Otras investigaciones sostienen que ese país si-

1. A. Bronstein, “Reforma laboral en América Latina: entre garantismo y flexibilidad”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 116, núm. 1, Ginebra, 1997, p. 25.

2. Según cifras de 1999, el sector informal en Brasil representa 47.10% de la estructura del empleo urbano, mientras que en Chile es de 37.50%, y en el caso de México ya alcanza 40.10% del empleo urbano. Fuente: Organización Internacional del Trabajo (OIT), Panorama Laboral 2002, Lima, 2002.

3. I. Gill, W. Maloney y C. Sánchez-Páramo, “Liberalización del comercio y reforma laboral en América Latina y el Caribe en los 90”, En Breve, núm. 1, mayo de 2002, p. 2.

4. Ibid.

Page 3: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

460 FLEXIBILIDAD LABORAL EN AMÉRICA LATINA

guió todas las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en el sentido de flexibilizar el mercado laboral, pero las expectativas de crecimiento no se cumplieron.5

De la Garza señala que las formas de flexibilidad laboral aplicadas en América Latina han implicado no sólo cambios en las leyes laborales, sino también la transformación en la contratación colectiva y la ruptura o debilitamiento de los pactos corporativos entre sindicatos, Estado y empresas.6

La experiencia indica que tampoco cabe esperar de dichas medidas una gran cantidad de nuevos puestos de trabajo, en particular en periodos de bajo crecimiento económico. Sus ventajas parecen más bien relacionarse con la mayor estabi-lidad de los empleos.7

Bronstein argumenta que puede darse por sentado que ninguna de las reformas hechas en la región se sustentó en estudios concluyentes sobre sus efectos benéficos en la eco-nomía, y sugiere que éstas se establecieron con base en pre-juicios en lugar de juicios.8

PERFIL DE LAS REFORMAS EN EL MERCADO REGIONAL

DE TRABAJO

Argentina: cambios profundos sin resultados claros

Argentina es uno de los países de América Latina don-de se establecieron reformas profundas en materia de

flexibilidad laboral en el mercado de trabajo durante los años noventa. La primera modificación, que se llevó a cabo en 1991, se proponía modernizar la economía y mejorar la posición del país en el mundo,9 así como combatir el empleo informal y fomentar las políticas de ocupación activas. El desempleo se consideraba uno de los problemas más graves que aquejaban al país, junto con la inflación elevada y los problemas presupuestarios.

Una de las medidas más importantes de la reforma fue el establecimiento de modalidades de contratación de trabajo precarias o atípicas, es decir, contratos a plazo fijo, por ho-norarios y temporales, entre otros.10

El modelo de contratación se consideraba entonces de-masiado rígido y sus costos muy elevados para los empresa-rios, por lo que se creó el contrato de duración determinada. Para impulsar esta figura jurídica, el gobierno otorgaba a los patrones diversos apoyos y exenciones en sus contribu-ciones sólo si pactaban ese tipo de contratos, estímulos que no se aplicaban en el caso de la contratación permanen-te. Lo anterior dio como resultado que después de cuatro años de vigencia de esa modalidad de contratación no se consiguiera un incremento considerable del empleo tem-poral, debido a los engorrosos trámites burocráticos que aún se mantenían. En 1995 se realizó otra reforma laboral con el propósito de corregir los errores de la primera. Los cambios principales fueron la reglamentación del trabajo a tiempo parcial, el establecimiento de un periodo de prueba y la puesta en marcha de medidas para facilitar la contrata-ción por tiempo determinado. Se autorizó también el con-trato de aprendizaje y de formación, así como el régimen de pasantías, cuya duración mínima se fijó en tres meses y la máxima de un año.

Se estableció el despido con aviso previo (desde 15 días hasta dos meses) y el despido colectivo por causas económi-cas o tecnológicas. Por último, se creó el seguro de desempleo con una duración de 13 meses. Luego de analizar el efecto de las nuevas reformas en el mercado de trabajo argentino, Bronstein concluye que castigaron la generación de empleo estable, ya que al finalizar los periodos de prueba se elimina-ban las exenciones de cotizar a la seguridad social, lo que in-crementó 14% los costos laborales.11 Por tanto, el empleador no ejercía la contratación definitiva y optaba por terminar la relación laboral. Esto produjo precariedad laboral, además de que las empresas dejaron de invertir en la capacitación de sus trabajadores, hecho que provocó la reducción de la efi-ciencia y la productividad de las plantas productivas.

Brasil: flexibilidad impuesta por los hechos

Brasil no ha profundizado sus medidas de flexibilidad y los cambios a la ley del trabajo se tradujeron en reglamentar cier-to tipo de prácticas ilegales. Es decir, más que una reforma integral, las modificaciones consistieron, en su mayor parte, en legalizar las prácticas informales.

Las medidas de flexibilidad laboral se han llevado a cabo fuera del marco legal, y a pesar de que las leyes brasileñas en esa materia se consideran rígidas, en la práctica distan mu-cho de serlo. Todo el sistema está hecho para que de una u

5. E. Barrera, Elementos de análisis para la discusión sobre la reforma laboral, Boletín, núm. 4, Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, Cámara de Diputados, mayo de 2003.

6. E. de la Garza, “La flexibilidad del trabajo en América Latina”, Tratado latino-americano de sociología del trabajo, Colegio de México, 2000, p. 176.

7. OIT, op. cit., 2002, pp. 28-33. 8. A. Bronstein, op. cit., p. 26. 9. A. Salvia, “Reformas laborales y precarización del trabajo asalariado (Ar-

gentina 1990-2000)”, Programa cambio estructural y desigualdad social, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Argentina, 2001, p. 123.

10. A. Bronstein, op. cit., p. 14. 11. Ibid., p. 16.

Page 4: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

461COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006

otra manera se negocien condiciones de trabajo distintas a las permitidas por la legislación, lo que disminuye los costos laborales que implica la contratación formal.

Así, se establecieron los contratos de duración determi-nada, los de formación y aprendizaje, así como el periodo de prueba. También se creó un salario protegido al disponer que las remuneraciones fueran inembargables. Se mantuvo el despido con aviso previo, y se determinó que el incremen-to salarial quedara en función del aumento de la producti-vidad. Por último se estableció un seguro de desempleo por un monto de uno a cuatro salarios mínimos, una duración de cuatro meses, y aplicable a los trabajadores que laboraron por lo menos seis meses.

Al parecer, esas medidas no lograron efectos positivos en la economía, ya que el desempleo no disminuyó de mane-ra significativa. Los datos de Sotelo demuestran que el em-pleo formal ha descendido en todas las ramas de la actividad económica y el mercado formal abre paso al informal, que ha crecido en los últimos 10 años.12 La proporción de traba-jadores con ingresos menores al salario mínimo subió dos puntos porcentuales en tan sólo un año (1996).

Camargo señala que el mercado de trabajo brasileño es muy flexible y se orienta a reducir la desocupación y fomen-tar el empleo, aunque sea de manera informal. Así, la econo-mía subterránea sirve de válvula de escape en las constantes crisis económicas que sufre el país.13

Chile: de la flexibilidad profunda a la regulación del mercado de trabajo

Las reformas laborales chilenas se dividen en dos etapas: la primera, llevada a cabo en el régimen de Augusto Pinochet en 1978 y 1979, se caracterizó por la eliminación de las barreras a la entrada de capitales extranjeros, la apertura económica y la creación de un sistema de pensiones privado. Además se realizó una profunda reforma laboral con el propósito de ajustar las relaciones de trabajo colectivas e individuales a un sistema económico de corte neoliberal.14 Las nuevas normas se aplicaron de manera unilateral y favorecieron claramen-te al empresariado. La supresión de los derechos laborales

12. A. Sotelo, Globalización y precariedad del trabajo en México, Ediciones El Caballito, México, 1999, pp. 160-164.

13. José M. Camargo, “Brazil: Labour Market Flexibility and Productivity, with Many Poor Jobs”, en E. Amadeo y S. Horton (eds.), Labour Productivity and Flexibility, MacMillan Press, Londres, 1997, p. 64.

14. La flexibilidad laboral en ese país se dio en el marco del milagro chileno (1977-1981) como un mecanismo para justificar e institucionalizar los cambios provocados por la reconversión económica realizada por la dictadura en el periodo precedente. Véase A. Sotelo, op. cit.

Page 5: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

462 FLEXIBILIDAD LABORAL EN AMÉRICA LATINA

fue persistente y el sindicalismo se redujo a su mínima ex-presión y perdió la capacidad de negociación con el régimen que gobernaba el país.

En ese marco, el mercado de trabajo en Chile experimentó la flexibilidad más profunda de toda América Latina y fue, en su momento, una de las economías más atractivas para la inversión. Asimismo, su desarrollo económico fue muy significativo en ese periodo.

La segunda etapa comenzó en 1990, con la llegada al po-der de un régimen democrático que volvió a modificar las leyes laborales para hacerlas más protectoras y regular de nuevo el mercado de trabajo.

Morgado establece que los cambios normativos produc-to de la reforma de ese año tuvieron el propósito de volver a regular; se abandonó la desregulación de los años setenta y ochenta, sin que esto significara una pérdida de eficiencia de las instituciones laborales.15 Insiste en que no se trata de una contrarreforma sino de la reforma de la reforma, y concluye que los cambios aplicados, a pesar de su relevancia, no han sido tan profundos como para invertir la tendencia hacia la disminu-ción de la calidad del empleo. Tampoco se ha revertido el au-mento de las contrataciones temporales y a tiempo parcial, ni las prácticas de subcontratación o de trabajo externo.

Algunos de los cambios en materia laboral fueron la me-jora en la regulación de la contratación a plazo fijo, la rebaja en la duración de los contratos de formación y aprendizaje, y el establecimiento del despido colectivo derivado de procesos de modernización de las empresas, bajas en la productividad, cambios en las condiciones del mercado o la economía y falta de adecuación laboral o técnica del trabajador. Asimismo, se creó la figura de las centrales sindicales y se ofreció mayor apoyo a la constitución de sindicatos.

Es pertinente señalar que en Chile la fijación del salario mínimo no está reglamentada; por ello, la flexibilidad salarial es un instrumento ya en uso. De hecho, para los menores de 21 años y mayores de 65 no existe el salario mínimo. También, el aviso de despido se aplica con 30 días de antelación.

De acuerdo con cifras de Schkolnik, el empleo temporal, cuya duración es de hasta tres años, representa 15.2% de la ocupación, y 49% de los empleos duran menos de tres años.16 De los trabajadores con jornada parcial, sólo 31% cotiza a la seguridad social; el salario medio ha disminuido de ma-nera considerable, y la participación de la mujer es muy baja

(35% frente a 44% en América Latina). Si a eso se le añade que de 50 a 57 por ciento de la población adolece de un nivel educativo básico, la pérdida del potencial productivo en los últimos años es enorme. La cultura empresarial no ha apli-cado de manera eficiente las medidas de flexibilidad interna, ya que menos de 10% de la fuerza de trabajo se ha capacitado para realizar su labor.

Los resultados de las medidas de re regulación del merca-do laboral se consideran desalentadores. Si bien a principios de los noventa contribuyeron a crear numerosos empleos, e ingresos, a mitad del decenio se redujo de modo conside-rable la generación de puestos de trabajo y aumentaron los niveles de pobreza, la precariedad del empleo y, desde lue-go, el subempleo.

Análisis comparativo del mercado de trabajo en Argentina, Brasil, Chile y México

En el cuadro 1 se observa que los cuatro países estudiados prevén los contratos indefinidos. Sin embargo, en Chile se especifica la cantidad y la vigencia de los pactos a plazo que deben presentarse para considerarlos indefinidos. El conve-nio por tiempo determinado se permite en todos los países, pero en México sólo se autoriza en ocasión de una obra de-terminada o por la sustitución temporal de un trabajador. Por su parte, la nación andina no establece ninguna restric-ción, mientras que Argentina y Brasil lo permiten. México es el único país donde la contratación temporal no se aplica, pero en su lugar se ejerce el contrato eventual.

Por otra parte, Argentina no establece un plazo en la duración de la contratación temporal, a diferencia del res-to de los países. Asimismo, México es el único que no per-mite el contrato de aprendizaje. El periodo de prueba no está legislado en este último país ni en Chile. La fijación o negociación del salario mínimo se realiza de forma tri-partita (Estado, empresas y sindicatos) en todas las na-ciones, excepto en Chile. Empero, en éste se otorgan más días de licencia por maternidad, mientras que en el resto la duración es casi similar. El despido justificado se regula en todos los países y cuando se ejerce no existe el pago de compensación. A su vez, la legislación mexicana es la úni-ca que no prevé el despido con aviso previo. En Chile, el costo por despido injustificado es el más elevado, seguido de México y Brasil.

Por su parte, las reglas para el despido colectivo sólo se encuentran en las legislaciones de Argentina y Chile. La re-visión de los convenios colectivos se lleva a cabo cada dos años en todos los países. Un punto muy importante es que en México no existe el seguro por desempleo.

15. E. Morgado, Las reformas laborales y su impacto en el funcionamiento del mercado de trabajo, CEPAL, julio de 1999 (serie Reformas Económicas, núm. 32).

16. M. Schkolnik, Brechas, desafíos y avances en el mercado de trabajo, ponencia presentada en el panel Experiencias Sectoriales de Reducción de Brechas y Desafíos en el Sector Público, Ministerio del Trabajo y Previsión Social, 23 y 24 de mayo de 2002.

Page 6: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

463COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006

Es pertinente señalar que los cambios en materia laboral se han llevado a cabo en todos los países, excepto en Méxi-co, pero las modificaciones no son tan radicales o profun-das, ni sus beneficios los esperados.

El cuadro 2 da cuenta del grado de flexibilidad aplicado en 10 países de América Latina. Perú y Argentina son los que llevaron a cabo el mayor número de medidas flexibilizadoras en los años noventa. El primero no otorga a las pequeñas y medianas empresas (PYME) exenciones a la ley laboral. Por su parte, Argentina no ha establecido un salario mínimo integral ni una flexibilidad salarial mediante convenio co-lectivo, ni tampoco ha ampliado las causas de despido por razones económicas ni tecnológicas. A pesar de ser los más flexibles de la región, ambos países presentan condiciones económicas precarias.

Por otra parte, Bolivia, El Salvador, Honduras, Méxi-co y Uruguay no han realizado cambios en sus legislacio-nes laborales, por lo que algunos organismos internacionales las consideran rígidas. En el mismo caso están los regla-

mentos de Nicaragua, Ecuador y Brasil. Sin embargo, en la práctica se ha demostrado que al menos los mercados de trabajo de México y Brasil son muy f lexibles si se tie-nen en cuenta las condiciones de alta informalidad (40 y 47 por ciento del empleo urbano, respectivamente), salarios por debajo del incremento de la inf lación, po-cas prestaciones sociales y precariedad en el empleo. La tendencia de los distintos países apunta hacia el impulso de las nuevas modalidades de contratación temporal, la modif icación del régimen de indemnización por despi-do, la f lexibilidad del horario y, sobre todo, los cambios en los montos de las indemnizaciones por la terminación de la relación laboral.

Las reformas se orientan, en su mayor parte, al aspecto de la flexibilidad llamada externa o numérica.17 La flexibilidad

C U A D R O 1

AMÉRICA LATINA: ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA LEGISLACIÓN LABORAL EN CUATRO PAÍSES

Argentina Brasil Chile México

Contrato indefinido Suposición de que el convenio es indefinido, salvo que se exprese lo contrario.

Renovación del acuerdo sin especificar la duración.

A partir de dos contratos a un plazo de 12 meses o a partir de un periodo de 15 meses si el trabajo es discontinuo.

Se considera indefinido.

Contrato temporal y por tiempo determinado

Si, en algunos casos. Si, ciertos casos, más aprobación en la negociación colectiva.

Libertad de otorgar. Sólo algunos casos, por obra determinada y sustitución temporal del trabajador.

Contrato de aprendizaje Sí Sí Sí NoPlazo del contrato temporal No hay duración máxima. Dos años. Máximo un año, y 15 meses

si es discontinuo.Hasta finalizar la obra.

Período de prueba 3-6 meses. Máximo tres meses. No NoNegociación del salario mínimo

Estado, empresas y sindicatos.

Estado y convenios colectivos.

No Estado, empresas y sindicatos.

Vacaciones De 14 a 35 días, según antigüedad.

De 12 a 30 días naturales, menos faltas.

15 días, los cuales aumentan por antigüedad.

De 6 a 12 días, después aumentan en dos días por cada cuatro años de antigüedad.

Licencia por maternidad De 45 días antes y 45 después del parto.

Cuatro semanas antes y ocho después del parto.

Seis semanas antes y 12 después del parto.

Seis semanas antes y seis semanas después del parto.

Despido con aviso previo 15-30 días. 8-30 días. 30 días. NoPago por despido injustificado Salario mensual por años

de antigüedad.Un mes por cada año de antigüedad.

Salario mensual por años de antigüedad.

Salario mensual por tres meses más 20 días por cada año de antigüedad.

Normas sobre el despido colectivo

Sí No Sí No

Revisión de los convenios Dos años. Dos años. Dos años. Dos años.Seguro por desempleo Sí Sí Sí No

Fuente: elaboración propia con datos de las Propuestas de reforma a la legislación laboral, Instituto de Investigaciones Legislativas, Senado de la República, México, 2002, y A. Bronstein, “Reforma laboral en América Latina: entre garantismo y flexibilidad”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 116, núm. 1, Ginebra, 1997.

17. Es la capacidad que tiene determinada empresa para aumentar o disminuir el empleo sin incurrir en grandes costos ni enfrentar trabas de índole nor-mativa.

Page 7: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

464 FLEXIBILIDAD LABORAL EN AMÉRICA LATINA

interna18 ha pasado a un segundo plano, ya que la primera tiene mayor repercusión en el empleo y puede contribuir de manera importante a la disminución de los costos laborales no salariales.

La rigidez laboral es más profunda en Argentina, a pesar de todos sus cambios en materia laboral, seguida de Méxi-co. El estudio de Forteza y Rama coloca a Argentina con el mayor índice de rigidez laboral (0.38), mientras que el de México es de 0.33.19 El país más flexible de la región es Chi-le, con un índice de 0.15; sin embargo, hay una contradic-

ción en los resultados del estudio, pues mientras Argentina tiene un índice muy elevado de rigidez, a pesar de que llevó a cabo numerosos cambios que facilitan la entrada y la sa-lida de trabajadores de las empresas y eliminan numerosos obstáculos a la movilidad interna, otros países que no han efectuado reformas en favor de la flexibilidad son conside-rados menos rígidos que el país austral.

Esto puede llevar a la conclusión de que una cosa son los cambios en la legislación laboral tendientes a una mayor des-regulación del mercado de trabajo, y otra muy distinta es el comportamiento de éste; ya sea que dicho mercado se incline hacia la búsqueda de una mayor informalidad de las relacio-nes laborales (caso de México) o bien que tienda a mantenerse en el mismo sistema laboral mediante una rígida contratación colectiva que inhiba la propia reforma (Argentina).

C U A D R O 2

AMÉRICA LATINA: REFORMA LABORAL EN 10 PAÍSES

Argentina Brasil Colombia Chile Ecuador México Nicaragua Panamá Perú Venezuela

Nuevas modalidades de contrato temporal

X X X X X

Extensión del periodo de prueba

X X X X

Ampliación de causas de despido

X X X

Nuevo régimen de indemnizaciones por despido

X X X X X

Modificación del monto de la indemnización por terminación de la relación laboral

X X X X X X X X

Salario mínimo integral X XFlexibilidad del horario X X X X XFlexibilidad salarial por convenio colectivo

X

Exenciones a la ley laboral en relación con las pequeñas y medianas empresas

X X X X

Mayor descentralización en la negociación colectiva

X X

Traslado a la negociación de determinados aspectos de la relación laboral

X X X X

Nuevas formas de solución extrajudicial de conflictos

X X X

Fuente: E. Barrera, Elementos de análisis para la discusión sobre la reforma laboral, Boletín, núm. 4, Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, Cámara de Diputados, mayo de 2003, y L. Vega, La reforma laboral en América Latina. Un análisis comparado, OIT, Lima, 2001, pp. 15 y 16.

18. Capacidad que tiene la empresa para asignar a los trabajadores distintas tareas o puestos de trabajo.

19. A. Forteza y M. Rama, Labour Market Rigidity and the Success of Economics Reforms across More than One Hundred Countries, Banco Mundial, 2001. <http://econ.worldbank.org/files/1337wps2521.pdf>.

Page 8: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

465COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006

Los costos laborales no salariales en Argentina son los más elevados de los países analizados, a pesar de que esa na-ción realizó reformas profundas. Lo anterior se expresa en diversos estudios,20 en el sentido de que tales modificaciones no tuvieron los resultados positivos que se buscaban a largo plazo y, además, que el camino a seguir no consiste sólo en flexibilizar el mercado de trabajo si faltan las condiciones estructurales adecuadas para aprovechar los resultados que ofrece la reforma laboral. Caso contrario es el de Chile don-de, pese a que la desregulación no fue profunda, los costos laborales son más bajos que en aquellos países.

Un indicador que ayuda a determinar cuán competitiva puede ser una economía es el costo de despido injustifica-do. Cuanto mayor sea éste, menor será el incentivo de las empresas para contratar a más trabajadores; por ende, la capacidad de generar empleos es muy limitada, como ocu-rre en México. Ese indicador es mayor en Chile (3.38 me-ses de salario), seguido muy de cerca por México, mientras que Brasil tiene los costos más bajos de América Latina, con 1.78 meses. Más aún, en la nación amazónica este costo es inferior al que se aplica en países europeos, como Portugal, España y Grecia.

México es el país donde el salario real ha caído de mane-ra más drástica desde 1990: perdió alrededor de 25% de su valor (véase la gráfica 1). Chile por su parte experimentó el incremento más elevado del salario real, que no sólo es con-siderablemente alto, sino que también ha sido constante, pese a las crisis económicas a que este país se ha enfrentado.

Brasil registra un crecimiento lento pero constante del sala-rio real (que disminuyó en 1994). Argentina presentó una simetría entre la evolución del salario real y las situaciones coyunturales por las que ha atravesado. El salario aumentó en periodos de estabilidad económica y descendió en épocas de crisis; sin embargo, a partir de 1995 la disminución del salario real ha sido lenta, quizá como consecuencia de la ri-gidez salarial que experimenta ese mercado de trabajo.

Datos de la OIT sobre la economía mexicana muestran que si se considera como referencia el índice de salarios mínimos reales urbanos cuya base en 1980 era de 100, para 2000 ese indicador sólo llegó a 31.23%; es decir, el poder adquisiti-vo del salario se contrajo cerca de 70% en 20 años.21 Otro estudio de ese organismo internacional da cuenta de que de 1990 a 1994 el efecto combinado de la evolución de los sala-rios reales con la del empleo asalariado dio como resultado un crecimiento de la masa salarial real de 45%; después ese avance sufrió una fuerte contracción durante la crisis de 1995, y luego se recuperó a partir de 1997.22 Dos años después, la masa salarial real de los trabajadores del país se situó en el mismo nivel de 1994, lo que significa que el salario real sufrió un fuerte deterioro, ya que mientras en 1994 la masa salarial se repartió entre 8.7 millones de trabajadores, en 1999 un monto real igual se distribuyó entre 11.5 millones.

Ante los frecuentes ajustes estructurales y crisis económi-cas que presenta la economía mexicana, donde las variables empleo y salarios son las más amenazadas, hay pruebas de que durante dos decenios la decisión de los agentes econó-

micos fue preservar el empleo a costa del salario real.

Pese a que en México la tasa de desempleo abierto se acerca a la del pleno empleo (4.1%),23 es indudable que si se compa-ran las tasas de desocupación de Argentina, Brasil y Chile, de 12.1, 10.2 y 7.5 por cien-to, respectivamente, se podría concluir que en México no hay problemas de empleo, sino que el país tendría uno de los mer-cados laborales más funciona-les no sólo de América Latina sino del mundo. En el perio-do 1991-2002, la tasa de des-

G R Á F I C A 1

AMÉRICA LATINA: EVOLUCIÓN DEL VALOR DEL SALARIO MÍNIMO REAL EN CUATRO PAÍSES , 1990-2000 (1980 = 100)

Fuente: elaboración propia con base en OIT, Panorama Laboral 2002, Lima, 2002.

140

120

100

80

60

40

20

0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Argentina

Brasil

Chile

México

20. Véanse A. Salvia, op. cit.; M. Oliva, Consecuencias de las políticas públicas sobre el mercado laboral en Argentina en el periodo 1989-1999, Instituto de Investigaciones Gino Germani, y A. Bronstein, op. cit.

21. OIT, op. cit., 2000.22. OIT, op. cit., 200223. INEGI, cifra a febrero de 2005.

Page 9: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

466 FLEXIBILIDAD LABORAL EN AMÉRICA LATINA

ocupación media en México fue de 2.51%,24 cifra que está muy por debajo de los niveles registrados en los tres países mencionados.

Al observar el comportamiento experimentado tanto por los salarios reales cuanto por el desempleo abierto en México se puede advertir, por un lado, una clara rigidez en el empleo y, por otro, una considerable flexibilidad salarial. La prime-ra obedece a que la legislación laboral mexicana no incluye la contratación temporal, ni los contratos de formación y aprendizaje; en paralelo, hay muchas restricciones al despi-do justificado. Los altos costos de contratación, capacitación y despido ocasionan que el empresario no pueda hacer uso discrecional de la fuerza de trabajo. Así, en épocas de crisis económica o de baja producción, este empresario debe man-tener casi el mismo nivel de empleo, lo que se traduce en ma-yores costos y, por tanto, en pérdida de competitividad. Por otro lado, el comportamiento tan flexible del salario, junto con la alta rigidez del empleo, determina que aquél funcione como un flexibilizador del mercado de trabajo y resulte fac-tible compensar los altos costos que genera el empleo.

Otro indicativo de rigidez de los mercados de trabajo es el número de ratificaciones en materia de seguridad y pro-tección laboral ante la OIT. México tiene el mayor número de dichas ratificaciones en América Latina (76), seguido de Brasil (73), Argentina (67) y Chile (41), lo que se traduce en una mayor estabilidad laboral y más beneficios sindicales para los trabajadores.

El índice de competitividad de 2002 da cuenta de que Chile logró uno de los mejores niveles en este rubro.25 Entre un total de 80 naciones, ese país pasó del lugar 27 en 2001 al 20 en 2002. No fueron así los casos de México, Brasil y

sobre todo Argentina, toda vez que experimentaron fuertes pérdidas de competitividad en ese lapso.

Según la OIT, la evolución del progreso laboral ocurrió en Chile y México.26 En los países donde la situación labo-ral se estancó, las mejoras de algunos indicadores se con-trarrestan por deterioros en otros durante esos años. Las naciones que redujeron el desempleo pudieron lograrlo con una leve reducción de la productividad y en un marco de contracción de los salarios reales (el caso de México). En otros países, las mejoras en productividad se acompañaron de deterioros en el nivel y la calidad del empleo (aumen-to de la informalidad). Por último, en los países donde se mostró un deterioro de la situación laboral se observó un aumento del desempleo y la informalidad, así como la re-ducción tanto de los salarios reales como de la productivi-dad (el caso de Argentina).

En Brasil hubo un aumento del desempleo y de la infor-malidad; sin embargo, presentó una mejoría en los salarios reales y en la productividad en el decenio de los noventa (la productividad fue negativa en el lapso anterior).

El balance final establece que Chile, pese al poco éxi-to de las medidas adoptadas, presenta mejores indicadores que los otros países: costos laborales bajos, reducido sector informal, salarios reales más elevados y bajo índice de rigi-dez laboral.

Por su parte, México presenta costos laborales modera-dos, bajo desempleo abierto, alto índice de rigidez laboral, un sector informal creciente y evolución del salario real ne-gativo. Aun así, pese a no haber llevado a cabo reformas la-borales, ese país es el segundo de América Latina que logró un progreso laboral.27

24. INEGI, Encuesta Nacional de Empleo Urbano.25. Foro Económico Mundial, Informe global de competitividad 2002-2003,

Ginebra, 2004.26. OIT, op. cit., 2002.27. Ibid.

Page 10: Los procesos de flexibilidad América Latina y resultados ...revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/92/1/Ibarra_int.pdf · Con la apertura económica y la globalización de mercados,

467COMERCIO EXTERIOR, JUNIO DE 2006

CONCLUSIONES

Como parte de la competitividad y el desarrollo económico de un país, la flexibilidad del mercado de trabajo se volvió

la estrategia más utilizada en América Latina a partir de la apertura económica. La magnitud de la flexibilidad laboral en los mercados de la región depende en gran medida de la disposición de los agentes políticos; algunos han optado por realizar pequeños cambios en el tema de la contratación; otros han profundizado y aplicado mecanismos que flexibilicen las relaciones laborales dentro de la organización, en la duración de la contratación y hasta en el salario.

Es innegable la enorme importancia de las instituciones para crear un mercado de trabajo, sea rígido o flexible. Tal es el caso de Chile, donde a raíz de la caída del régimen to-talitario el Estado reformó un mercado laboral muy flexible para dotarlo de elementos de rigidez que lograron crear un mercado laboral formal, productivo, con mayores prestacio-nes y protecciones al trabajador, sin perder la competitividad ni eliminar las medidas de flexibilidad básicas.

Caso contrario es el de Argentina, que durante el dece-nio de los noventa puso en marcha diversas medidas flexi-bilizadoras que resultaron en la desregulación del mercado laboral, hasta precarizar las condiciones del trabajador, en busca de una mayor competitividad que en los últimos años no ha ocurrido. El país austral, a pesar de ser más flexible que antes, continúa siendo algo rígido y la flexibilidad no solucionó los problemas de desempleo.

En Brasil, los cambios han sido mínimos y, al igual que en México, la rigidez se mantiene y la flexibilidad se ha im-puesto al margen de la legislación laboral, con la anuencia de instituciones (Estado, sindicatos, organismos de justi-cia laboral) que al no poder realizar cambios legales optan por no respetar las leyes establecidas.

Como se ve, el papel de las instituciones ha sido funda-mental para tener una estructura laboral precaria, informal

y muy segmentada, o bien, una estructura formal, funcional, con beneficios tanto para el trabajador como para el empre-sario y con una baja polarización entre sectores.

Los tres países que aplicaron cambios en su legislación laboral (Argentina, Brasil y Chile) siguen manteniendo casi las mismas condiciones laborales, ya que sólo realizaron mo-dificaciones en el empleo temporal y en el costo del despido injustificado, e introdujeron nuevas modalidades de contra-tación. De ahí la crítica que reciben de algunos organismos en el sentido de que no se han comprometido a llevar a cabo cambios estructurales en todo el sistema laboral.

De lo anterior se puede inferir que una reforma laboral por sí sola no garantiza la solución de los problemas estruc-turales del mercado de trabajo, ni tampoco es condicionante para lograr mayores competitividad y productividad. Esto se debe a que las reformas laborales no se acompañaron de otras que mejoren la calidad educativa y doten de mayor ca-lificación a la mano de obra, eliminen obstáculos a la crea-ción de PYME, restructuren las organizaciones sindicales y abran más las empresas estatales a la inversión privada. Si estos cambios no se aplican será muy difícil aprovechar las ventajas que una reforma laboral puede ofrecer.

En México la elevada rigidez en el empleo, que impide la creación de un mayor número de puestos de trabajo y una re-acción más rápida ante los cambios en la demanda por parte de las empresas, se compensa con una flexibilidad salarial que disminuye los costos laborales y ha permitido hacer frente a las crisis económicas de los últimos decenios.

La flexibilidad laboral en América Latina necesita un ma-yor análisis desde diferentes enfoques si se desea comprender las repercusiones de una medida de estas características en el mercado de trabajo. La escasa literatura en la zona vuelve muy difícil precisar el efecto real de la flexibilidad laboral en escala macroeconómica, y si ésta es la mejor manera de encarar los problemas por los que atraviesan las economías de América Latina.