los pasos que acompaño
DESCRIPTION
Este texto forma parte de un conjunto de narraciones que con el título "Montaña íntima" el autor va componiendo como una manera de evocar la relación multiforme que podemos establecer con la montaña.TRANSCRIPT
1
© Alvaro Salazar
Safe Creative: 1506244439211
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aneto_01.jpg
Los pasos que acompaño
Una tenue luz anuncia el nuevo día; ahí está. Siento el roce
de tus pasos por mis primeras revueltas.
Me desperezo y, como de costumbre, recompongo mi
identidad de camino con el recuerdo de los pasos que me han
ido labrando. Los primeros llegaron arrastrados por el hambre
y el viento helado que sopla del norte buscando su tierra pro-
metida, luego, cuando esa promesa hubo germinado en los
frutos de la tierra y el ganado, aparecieron los pasos de aque-
llos que venían a cosechar a sangre y fuego, y el mundo se
2
fue poblando y le nació la historia y con ella surgieron los re-
inos y las naciones, entonces me fueron ensanchando los
pasos de los peregrinos y el de los comerciantes, los de las
comitivas del poder y sus ejércitos, el ir y venir de los contra-
bandistas, el de los perseguidos y el de sus perseguidores. Y
ya, por fin, conocí otros pasos similares a los tuyos, los que
ahora aguardo.
Los he reconocido al instante (a esta hora tan temprana
no me caben dudas). Caminas solo y es como yo lo prefiero.
De manera que acompaso mi ritmo al tuyo y, antes de alcan-
zar lo más alto del puerto, ya seré uno contigo. Y entonces,
cuando las Maladetas y el esbelto Aneto (a la luz oblicua del
amanecer) se suban a tu mirada y tiren de ti y tú atiendas su
dictado, más que testigo, seré parte del sortilegio, pues sin mi
concurso no tendría lugar.
Y te veré partir y te imaginaré sumergido en la montaña
siguiendo el camino que tengas elegido: tal vez la concurrida
senda, o la arista que ya habrás recorrido y que guarda para ti
la revelación del reencuentro entre aquel que fuiste y el que
ahora eres, o puede que hayas escogido la ruta solitaria y
desconocida que te brindará el espejo en el que podrás reco-
nocerte. En cualquier caso, te querré (y me disculpo por la
licencia) franco y sencillo, lejos de la pomposa gravedad que
tan mal combina con la montaña.
3
Y si hubieras decidido regresar por dónde has venido,
tienes que saber que aquí estaré, esperándote. Uno contigo
de nuevo, nos giraremos y clavaremos en la montaña nuestra
incipiente nostalgia; será la más hermosa de las miradas.