los partidos políticos peruanos

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¿Están los actuales líderes políticos mirando al Perú al mediano y largo plazo? Resulta preocupante que fuerzas tan antagónicas, no solo en las urnas, sino principalmente ideológicas o doctrinarias, se unan ante una coyuntura prevista en la Constitución y la Ley de Municipalidades, tal como la revocatoria, la cual, según ellos, ha dejado de ser democrática para convertirse en peligrosa. Pero, ¿es realmente la revocatoria antidemocrática? Si revisamos las formas de expresión de democracia que una nación tiene, son: La democracia representativa La democracia participativa La democracia directa LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, es lo que está establecido en el Perú, y en la mayoría de los países civilizados del mundo. Esto significa que cada cierto tiempo, el pueblo es consultado para elegir a sus nuevas autoridades, para reelegirlas o para revocarlas; y, en el ínterin, acatar sus decisiones. LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, las doctrinas socialistas, en su búsqueda de participación directa del pueblo en las decisiones de gobierno, han sugerido la organización de grupos, relativamente pequeños, para la adquisición de fuerza social con el propósito de enfrentar a las autoridades electas, cuando estas son contrarias a sus objetivos, o de apoyo cuando accedan al gobierno. Lo que tenemos en el Perú, como democracia participativa, son las Juntas Vecinales, creadas con la Ley de Municipalidades para servir de nexo entre la población y las autoridades municipales, asignándoles un pequeño presupuesto participativo, a discreción de las mismas autoridades, por lo que está más cerca de pertenecer al modelo de democracia representativa que participativa. LA DEMOCRACIA DIRECTA, es otra utopía socialista, busca voz y voto directo de la población en tareas de gobierno, la expresión de este modelo en el Perú son las comunidades campesinas. La explosión demográfica misma, imposibilita este sueño de tener un ágora con un aforo de millones de personas, sin tomar en consideración las diferentes opiniones que pueden existir en personas aun de una misma tribu. Concluimos, pues, que tanto la elección como la revocación de autoridades es propia de la democracia representativa, sistema en el cual el Perú está inserto. Sin embargo, nuestro tema había sido si hay una visión de nuestros políticos al mediano y largo plazo. REVISEMOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS. Deseamos considerar “políticos” a aquellos que representan a un partido político cuya doctrina o ideario son públicos, conocidos y aceptados. No deberíamos considerar políticos sino empresarios, a aquellos que fundan una sociedad de amigos con el propósito de alcanzar el poder con fines de lucro o a aquellos que no han sabido colocarse con coherencia, ideológicamente, dentro del espectro político; y, finalmente cuando junto con los funerales del fundador, se celebran los funerales del “partido”

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Breve revisión de la conducta de los políticos al frente de sus Partidos en la coyuntura de revocación de Susana Villarán.

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¿Están los actuales líderes políticos mirando al Perú al mediano y largo plazo? Resulta preocupante que fuerzas tan antagónicas, no solo en las urnas, sino principalmente ideológicas o doctrinarias, se unan ante una coyuntura prevista en la Constitución y la Ley de Municipalidades, tal como la revocatoria, la cual, según ellos, ha dejado de ser democrática para convertirse en peligrosa. Pero, ¿es realmente la revocatoria antidemocrática? Si revisamos las formas de expresión de democracia que una nación tiene, son:

La democracia representativa La democracia participativa La democracia directa

LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, es lo que está establecido en el Perú, y en la mayoría de los países civilizados del mundo. Esto significa que cada cierto tiempo, el pueblo es consultado para elegir a sus nuevas autoridades, para reelegirlas o para revocarlas; y, en el ínterin, acatar sus decisiones. LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, las doctrinas socialistas, en su búsqueda de participación directa del pueblo en las decisiones de gobierno, han sugerido la organización de grupos, relativamente pequeños, para la adquisición de fuerza social con el propósito de enfrentar a las autoridades electas, cuando estas son contrarias a sus objetivos, o de apoyo cuando accedan al gobierno. Lo que tenemos en el Perú, como democracia participativa, son las Juntas Vecinales, creadas con la Ley de Municipalidades para servir de nexo entre la población y las autoridades municipales, asignándoles un pequeño presupuesto participativo, a discreción de las mismas autoridades, por lo que está más cerca de pertenecer al modelo de democracia representativa que participativa. LA DEMOCRACIA DIRECTA, es otra utopía socialista, busca voz y voto directo de la población en tareas de gobierno, la expresión de este modelo en el Perú son las comunidades campesinas. La explosión demográfica misma, imposibilita este sueño de tener un ágora con un aforo de millones de personas, sin tomar en consideración las diferentes opiniones que pueden existir en personas aun de una misma tribu. Concluimos, pues, que tanto la elección como la revocación de autoridades es propia de la democracia representativa, sistema en el cual el Perú está inserto. Sin embargo, nuestro tema había sido si hay una visión de nuestros políticos al mediano y largo plazo. REVISEMOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS. Deseamos considerar “políticos” a aquellos que representan a un partido político cuya doctrina o ideario son públicos, conocidos y aceptados. No deberíamos considerar políticos sino empresarios, a aquellos que fundan una sociedad de amigos con el propósito de alcanzar el poder con fines de lucro o a aquellos que no han sabido colocarse con coherencia, ideológicamente, dentro del espectro político; y, finalmente cuando junto con los funerales del fundador, se celebran los funerales del “partido”

Lamentablemente, la mayoría de grupos quedan fuera de este marco mínimamente exigido. ACCIÓN POPULAR, cuyo exitoso líder pudo, en su momento mover grandes masas, hoy queda reducido a un par de personas, una, Vitocho García Belaunde sin mayores capacidades y la otra, Jonhy Lescano arrastrando lo que queda de AP hacia el comunismo. PERÚ POSIBLE, sin doctrina, con su líder Alejando Toledo, con conductas reprobables en cualquier entorno social, ha logrado aglutinar a personalidades tan contrapuestas, puso a su servicio a la más alta capa social de Lima (o quizás fue al revés). Tuvo, en su momento, el apoyo social masivo debido a su origen y el apoyo logístico del poder tradicional limeño y peruano en general. Hoy, no sabemos qué pieza del ajedrez político representa. EL FUJIMORISMO, no sabemos qué partido nombrar, es la expresión de la anti política. Su líder, Alberto Fujimori, supo bajarse de la ola CEPALISTA a la cual se había trepado Velasco Alvarado, en la cual siguieron Morales Bermúdez, Fernando Belaunde y Alan García para subirse a la ola liberal que avanzaba por todo el mundo occidental, coincidiendo con el fracaso del comunismo en todos los países donde se había impuesto. Inició una secuencia de desarrollo sostenido, al punto que los siguientes gobiernos se han visto obligados a asumir, como política de Estado, la misma política económica, que siendo exitosa a nivel macroeconómico, tiene serios cuestionamientos a nivel microeconómico. Pronto se vio arrastrado por los brazos de la corrupción, dando motivo para que sus enemigos, principalmente comunistas y caviares, lo condenaran prácticamente a cadena perpetua. Lo que queda del fujimorismo actual es una fuerza social grande pero no estructurada, con liderazgos forzados, lo que nos señala su pronta extinción, junto con su principal líder. EL PARTICO COMUNISTA, la estructura social peruana aun es propicia para la existencia de esta opción, especialmente por la poca calidad de la administración de justica en el Perú, no obstante que, aun en los mismos países donde fue impuesto, siempre por la fuerza, ha dejado de ser opción válida para convertirse en amenaza. Ciertamente, una pequeña revisión de sus propuestas nos señalan ser contra natura, por ejemplo: la CLASE ÚNICA, cuando lo natural del ser humano es formar grupos con características afines, aislarse mediante sus tradiciones y costumbres y a la vez crear canales de comunicación con otros grupos para la coexistencia práctica. La complejidad de esta doctrina ha hecho muy difícil la creación de atractores alrededor del cual puedan aglutinarse y formar un partido solido, dando como resultado la formación de cacicazgos que envejecen y mueren sin mayor trascendencia. Pero mientras viven son muy bulliciosos y perturbadores. PARTIDO POPULAR CRISTIANO, aun siendo propiedad privada, tuvo la ocasión de incorporarse a una doctrina de alcance mundial o por lo menos en el mundo occidental, el Social Cristianismo (Debería de cambiar de nombre para contemporizar con la ley de partidos). Tuvo la fortuna de contar como líderes a renombrados personajes, aunque sin masa social representativa, pero el tiempo ha dado paso a dirigentes con visión inmediatista, con criterios para el pronto triunfo personal. Lamentamos esta situación porque, como país, requerimos la representación de todos los sectores mediante partidos sólidos, que permitan el balance de poderes de los partidos, sin la hegemonía de ninguno.

PARTIDO APRISTA PERUANO, el más importante partido político surgido en el Perú y, quizás, el único que emergió enarbolando una doctrina, mirando de frente a al pueblo peruano y a sus problemas y no creado con el propósito exclusivo de llegar a la presidencia del Perú. Este origen le otorga autoridad para tratar los problemas nacionales, superando sus propios errores, recurriendo a su propia dialéctica para contemporizar con la problemática de cualquier época. Pedro Pablo Kuczynski, Cesar Acuña, Yehude Simon y otros tantos jefes, presidentes, jerarcas de sus respectivos partidos son simplemente voluntariosos actores marginales que no entran en el marco que hemos establecido para ser considerados políticos. LA REVOCATORIA, todos los actores, en la actual coyuntura, se han visto obligados a tomar bandera a favor del SÍ o del NO a la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán, otro personaje que no encuadra en el marco demandado de política de largo aliento, pero la mayoría de ellos lo ha hecho mirando sólo la coyuntura, han cerrado los ojos al largo plazo. De los jefes de partidos, señalados como marginales, era previsible que harían lo que, según ellos, pero equivocadamente, lo “políticamente correcto” impuesto por el hoy poderoso sector caviar. De Perú Posible no había mucho que esperar, un líder que privilegia sus odios a las cosas de estado, de sus seguidores que convenientemente le besan la mano o le cargan el maletín no hay nada positivo que rescatar. Los grupos comunistas sí están en lo suyo, ellos tienen que defender con uñas y dientes el enorme paso logrado con la elección de Susana Villarán a la alcaldía de Lima, perder este bastión sería otra caída del Muro de Berlín. Es la actuación del PPC el de mayor preocupación, por ser el partido llamado a equilibrar fuerzas, si bien no han sido ellos los propiciadores de la revocatoria de Susana Villarán, han sido las denuncias de regidores de sus filas quienes reiteradamente con sus denuncias han motivado al pueblo a desconfiar de Susana Villarán, para luego, con muy poca elegancia, defender la gestión Villarán y a la vez reiterando sus denuncias y reconociendo la incapacidad de la alcaldesa. Esta incongruencia será la carga del PPC los próximos años. Hoy, un intento más de revivir el comunismo en el Perú ha sido anunciado por Guerra García, lugar teniente de Susana Villarán, consistente en la formación de un frente comunista conformado por Fuerza Social, Patria Roja, Tierra y Libertad de Marco Arana, entre otros, para formar el frente Fuerza Ciudadana. No está el PPC, pero deberían mandar sus delegados e informarse para que conozcan qué es lo que están apoyando. Siendo que la revocatoria a Susana Villarán nació como un copo de nieve, en las mismas entrañas del pueblo, para luego crecer hasta ser un alud. Circunstancia favorable que un nada carismático revocador, pudo conseguir, a muy bajo costo, más de 400 mil firmas necesarias para plantear la revocación de Susana Villarán y de todo su Consejo. Es a este fenómeno popular autónomo que el PAP, como partido del pueblo, se ha sumado para concretar un anhelo popular, porque la visión a largo plazo nos indica que el pueblo seguirá en su brega, cuando los pseudo partidos o los pseudos políticos hayan desaparecido.