los olvidados
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ELOGIO AL OLVIDO
“Donde habite el olvido, en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre
ortigas sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”
Bartolomé Leonardo de Argensola
BREVE NOTA INTRODUCTORIA:
Hace tiempo (unos tres meses, que se yo, ya no le recuerdo bien, la memoria no
copera), me obsesione con la palabra “olvido”, un día, comencé a hacer juegos de
palabras con dicho “concepto”, así fue, como nació el pueblo de los olvidados, y sus
personajes como los intérpretes, narradores, hilos conductores, de dichos juegos de
palabras, una especie, de elogio quizás al olvido. Y es que, quien, no ha querido
olvidar un momento bello, o por el contrario olvidar situaciones, personas etc.
Incluso para los ebrios, la ebriedad se vuelve una fuente, un cáliz, de olvido, desean
enjuagar ese trapo –sucio y apestoso- que llevan por memoria en el alcohol, quieren
diluir aquellos recuerdos tortuosos.
As pues, el olvido, en la literatura no es nada nuevo, grandes maestros de las letras
han volcado su sentir al respecto, ahí está el clásico y obviado texto de Benedetti (el
olvido está lleno de memoria), o Bartolomé Leonardo de Argensola y sus sonetos –
como el que sirve de epígrafe para esta breve nota introductoria-, Es menester
comentar que, este texto – o serie de breves textos- quizás no sea un lugar de
reflexión profunda acerca del olvido, no es un análisis gramatical, ni mucho menos,
simple y llanamente es producto de una obsesión por el lenguaje, de una
obsesión por el olvido, por olvidar, o quizás por saber si alguien formo parte de le
memoria de alguien –si me permite tal metáfora- , no lo sé, solo sé que el olvido es
algo que está ahí, en la cotidianidad, a la luz del día, está ahí con su carácter
bipolar. En fin, este texto, es una suerte de postales del pueblo de los olvidados,
ojala sean de tu agrado querido, quería lector(a).
Axel Rivas
I
Cuenta la leyenda, qué la memoria
de los olvidados cambia a voluntad,
que es como un ave que se rehúsa a
las jaulas hechas de recuerdos.
II
Uno de los habitantes del pueblo de
los olvidados recibe el sig.
Telegrama:
"...la parte más tortuosa de la
distancia es que no sabes si te están
extrañando o te están olvidando”
III
Los olvidados más pequeños juegan
al escondite. Entre montañas de
nostalgia. Entre valles de espera.
Añorando, siempre, añorando
volver a recordar como antes, tener
que olvidar menos.
IV
"Seremos recordados por habitar
en un mundo hecho a base del
olvido" musito el habitante más
anciano del pueblo de los olvidados.
V
No recuerdo mi primer palabra,
pero sé, que quizás, "olvidar" será
la última" musito un moribundo del
pueblo de los olvidados
VI
"....para nosotros, el fin del mundo
llega con cada olvido" susurran los
olvidados, luego alguien canta,
VII
"...el olor a tierra mojada, es la
prueba de que la tierra y el cielo se
aman" dice uno de los olvidados,
mientras camina bajo la lluvia,
tratando de recordar, algo,
cualquier cosa.
VIII
"...no me cuesta olvidarte. En
realidad, nunca te olvido, Supongo,
soy privilegiada" le dijo Soledad a
uno de los olvidados. Luego lo besa,
esperando que sus besos no se
extravíen en medio de la
nostalgia.
IX
"Hay que cambiar de dieta, no
podemos alimentar a nuestros hijos
sólo de nostalgia" musitaron las
madres olvidados.
X
"En el país de los olvidados, se
cuenta qué los recuerdos hablan en
voz bajita, pues no les gusta
acaparar el diálogo de otros".
XI
“¿La ausencia nunca se abandona a sí
misma?” se preguntan intrigados los
olvidados.
XII
“un cielo sin estrellas, es como un
amante sin besos” frase bella
quizás, pero la joven habitante de
los olvidados, ha olvidado quien se
la dedico.
XIII
"...qué el tiempo nos cicatrice, la
memoria" musitaron los olvidados
XV
La nostalgia, es el negocio del tiempo
(gran parte de sus inversiones están
en ello). El banquero del pueblo de los
olvidados, lo sabe.
XVI
...juguemos a olvidarnos hasta
que memoria aguante",se dijeron
entre sí, los olvidados.
XVII
“No sé donde estuve, ni con
quien, ni cuanto tiempo, ni
cuanto bebí, solo sé que, me
sigue doliendo recordar” dijo
para sí un vagabundo del
pueblo de los olvidados.