los montes valencianos - universitat de valència...tazgo. cuando escribió la indicada memoria los...

122
JORGE SUÁREZ, NICASIO GUARDIA. LUIS MOLINA, JOSÉ A. TORRENT , PEDRO MUELAS, EMILIO LAGUNA, RAFAEL CEBRIÁN, FRANCISCO GALIANA, PEDRO J. SALVADOR, ANTONIO LÓPEZ LILLO Y BENJAMÍN RODRIGO LOS MONTES VALENCIANOS Incendios forestales y árboles de la Ilustración Publicaciones de la REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS Valencia, 2002

Upload: others

Post on 29-Dec-2019

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

JORGE SUÁREZ, NICASIO GUARDIA. LUIS MOLINA,JOSÉ A. TORRENT, PEDRO MUELAS, EMILIO LAGUNA,

RAFAEL CEBRIÁN, FRANCISCO GALIANA,PEDRO J. SALVADOR, ANTONIO LÓPEZ LILLO

Y BENJAMÍN RODRIGO

LOS MONTESVALENCIANOS

Incendios forestales yárboles de la Ilustración

Publicaciones de laREAL SOCIEDAD ECONÓMICA

DE AMIGOS DEL PAÍSValencia, 2002

Page 2: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Edita: Real Sociedad Económica de Amigos del País

Valencia, noviembre 2002

Edición y documentación: Francisco Cardells, Nicolás Bas y Manuel Portolés

Cubierta: Manuel Portolés

I.S.B.N.: 84-482-3300-X

Depósito legal: V. 4.417 - 2002

Artes Gráficas Soler, S. L. - Valencia

Page 3: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Í N D I C E

Pág.———

Introducción de R. Francisco Oltra Climent .............................................

I. INCENDIOS FORESTALES

JORGE SUÁREZ TORRES: La prevención de incendios forestales en la Co-munidad Valenciana .............................................................................

NICASIO GUARDIA JIMÉNEZ: Los incendios forestales y la gestión forestalsostenible ...............................................................................................

LUIS MOLINA TERRÉN: La actual estrategia para la lucha contra incen-dios ha fracasado. Una nueva estrategia se hace necesaria ..................

JOSÉ A. TORRENT BRAVO: Incendios forestales. Características y proble-mática ....................................................................................................

PEDRO MUELAS: Los incendios forestales desde la redacción de un pe-riódico ...................................................................................................

II. LOS ÁRBOLES DE LA ILUSTRACIÓN

EMILIO LAGUNA LUMBRERAS: Los árboles singulares en el medio naturalvalenciano durante la Ilustración .........................................................

RAFAEL CEBRIÁN GIMENO: Los árboles de la Ilustración en el paisaje fo-restal ......................................................................................................

FRANCISCO GALIANA GALÁN: La Ilustración y la conservación de losmontes valencianos ...............................................................................

3

5

11

23

31

39

47

59

73

79

Page 4: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Pág.———

PEDRO J. SALVADOR PALOMO: Los espacios verdes y abiertos en la ciu-dad ........................................................................................................

ANTONIO LÓPEZ LILLO: Los árboles de la Ilustración: en los espaciosajardinados ...........................................................................................

BENJAMÍ RODRIGO I ALEIXANDRE: Los jardines de la Ilustración: el es-plendor de un proceso .........................................................................

4

89

97

125

Page 5: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

I N T R O D U C C I Ó N

L A Real Sociedad Económica de Amigos del País es una entidad cultural,sin ánimo de lucro, abierta y de carácter plural cuyo origen se remonta a

1776, año en que se inician sus actividades. A lo largo de sus 225 años de historia, la “Económica” ha desarrollado una

intensa actividad, entre la que destaca el haber promovido, entre otras, la fun-dación de: la Sociedad Valenciana de Arqueología; la Caja de Ahorros deValencia (Bancaja desde 1991); el Conservatorio de Música de Valencia; el Ins-tituto Taquigráfico Valenciano; el Patronato de la Juventud Obrera; la Benefi-cencia, etc.

La Económica asumió, desde su constitución, la representación de todoslos intereses regionales, pudiendo decir que esta Sociedad no estuvo nuncaausente de ningún asunto que tuviera interés para Valencia y toda la geografíade su antiguo reino.

Tuvo iniciativas de gran repercusión económico-social, tales como la orga-nización de Concursos, Exposiciones (de máquinas y motores en 1880 y laExposición Regional en 1883, precedente de la célebre Exposición Regional de1909, y cómo no, de la actual Feria Muestrario Internacional de Valencia,constituida en 1917), Dictámenes sobre asuntos diversos (educación, econo-mía, problemática social del trabajo en fábricas y talleres, protección y defensadel menor en fábricas y talleres, etc.).

De entre estos concursos, premios y dictámenes sobre asuntos diversos,destacamos el premio concedido por la Económica en el año 1800 a uno de susmiembros, don Joaquín de la Croix y Vidal, por la excelente Memoria presen-tada sobre Indicación de los montes del Reino de Valencia; clase, calidad, uso yabundancia o escasez de sus maderas; ríos y carreteras que facilitan su extracción;causas de la decadencia de los bosques de este reino, medios de evitarla y de ase-gurar su permanencia.

En esta memoria, J. de la Croix, con una visión de futuro muy clara, propo-ne las medidas para la reconstrucción de la riqueza forestal, aspecto que nocomenzará sino cerca de 100 años después, tras la marcha atrás que supuso ladesamortización durante el siglo XIX.

De la Croix era marino de guerra; nació en El Ferrol en 1760, y murió enValencia en 1836. Llegó a ser fiscal militar del Consejo Supremo del Almiran-

5

Page 6: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como inspector de montes tuvocomo responsabilidad la gestión de los mismos y, como se desprende de sumemoria, un gran conocimiento de sus problemas, para los que propuso todoun plan de acción para poder resolverlos.

Precisamente en el año 2000, al cumplirse el 200 aniversario de la presenta-ción y concesión de un premio a aquella memoria, la Real Sociedad Económicade Amigos del País de Valencia ha querido homenajear la labor desempeñadapor J. de la Croix, razón por la cual la Junta de Gobierno, a propuesta de unode nuestros socios, D. Francisco Cardells, decidió aprobar la celebración deunas mesas redondas bajo el título “El ayer y el hoy de los montes”. Un ciclode mucho interés que nos ha ayudado a observar la evolución y ordenación delos montes valencianos, que posteriormente, en el año 2001 y desde otra pers-pectiva se ha ido desarrollando la idea inicial de analizar y estudiar con profun-didad la situación actual de nuestros montes.

En la primera mesa: “El ayer de los montes valencianos”, el Profesor RafaelCurrás realizó una breve reseña histórica, de la que cabe destacar los pares defotografías presentadas de primeros del siglo XX y actuales sobre el mismolugar. En esta misma mesa redonda el Profesor Santiago Reyna vino a ofrecerunas cifras de la situación forestal de la Comunidad Valenciana en 1781/82 y acompararla con la de 1986/95. Finalmente, por parte del Doctor FranciscoCardells, se efectuó un análisis de la indicada memoria de Joaquín de la Croixcomentando y comparando sus puntos más relevantes con la actualidad.

En la segunda mesa: “El hoy de los montes valencianos”, el Director Gene-ral de Recursos Forestales de la Generalitat Valenciana Ilmo. Sr. D. FranciscoJavier Gómez hizo una exposición sobre la situación actual. A continuación elProfesor Antonio Escarré disertó sobre nuestro conocimiento actual en mate-ria de encinares y, finalmente, el Profesor Eduardo Rojas presentó la ponen-cia “Los bosques españoles en el umbral del 2000. Riesgos, retos y oportuni-dades”.

Siguiendo el ciclo “Los montes valencianos”, en el año 2001 se articularonde nuevo dos mesas redondas, esta vez sobre “La prevención y la extinción delos incendios forestales”. Este ciclo tuvo lugar en el mes de febrero de este año,con la idea de que los incendios forestales, que se producen normalmente enverano, se apagan, realmente, gracias a la gestión que se realiza principalmenteen invierno.

En la primera mesa de este ciclo: “La prevención de los incendios foresta-les valencianos”, D. Jorge Suárez habló sobre la prevención de los incendiosforestales en la Comunidad Valenciana por parte de la Generalitat Valenciana.A continuación el Presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvi-cultores de España, D. Nicasio Guardia, expuso su comunicación: “La gestiónforestal sostenible y prevención de incendios forestales” y, finalmente, D. LuisMolina, miembro de W.W.F. Adena, habló de “Los incendios forestales vistospor una organización ecologista”.

6

Page 7: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

En la segunda mesa del ciclo: “La extinción de los incendios forestalesvalencianos”, D. Rafael Martínez disertó sobre “Los incendios forestales en laprovincia de Valencia”. El Decano del Colegio y Asociación de Ingenieros deMontes de la Comunidad Valenciana D. José Andrés Torrent aportó sus cono-cimientos sobre “La visión de la extinción de los incendios forestales desde unpunto de vista profesional” y D. Pedro Muelas, Director de Levante-El Mer-cantil Valenciano, desarrolló su aportación desde la óptica de un ciudadano yperiodista, que dejó de manifiesto su sensibilidad ante un tema de tanta tras-cendencia económica y social.

Desde estas páginas quiero agradecer, en nombre de toda la Junta deGobierno, el esfuerzo realizado por D. Francisco Cardells y D. FranciscoBorao, moderadores de cada uno de los ciclos, sin cuya colaboración y gestio-nes, en lo referente al diseño de las mesas redondas, temas y elección de losPonentes, no hubiera sido posible la realización de estas actividades. En estecapítulo es obligado, también, agradecer a D. Manuel Portolés y D. NicolásBas su esfuerzo y esmero en la revisión de textos y coordinación con la impren-ta, para hacer posible esta publicación.

Finalmente, he de agradecer la gentileza que han tenido los ponentes enparticipar en este ciclo de mesas redondas, gracias a cuyas intervenciones noses posible conocer, hoy, mucho mejor la situación de los montes valencianos,así como la prevención y extinción de los incendios forestales, tema de tantointerés para su conservación. A todos ellos nuestras más expresivas gracias porsus brillantes aportaciones.

Esperamos una vez más haber contribuido, a través de estas actividades, yde su publicación, a la difusión del conocimiento, uno de los objetivos clave dela Real Sociedad Económica valenciana de Amigos del País, desde su constitu-ción en 1776.

R. FRANCISCO OLTRA CLIMENT

Director de la RSEAP

7

Page 8: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

I

INCENDIOS FORESTALES

Page 9: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

JORGE SUÁREZ TORRESJefe de Sección de Prevención de Incendios ForestalesConselleria de Medi Ambient, Generalitat Valenciana

LA PREVENCIÓN DE INCENDIOSFORESTALES EN LA COMUNIDAD

VALENCIANA

Page 10: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

INTRODUCCIÓN

L A Comunidad Valenciana es un territorio mediterráneo en el que losincendios forestales son una constante histórica, cuatro son los factores

que influyen de una manera más destacada en esta problemática. Un primer factor es el clima. El clima mediterráneo se caracteriza por su

marcada irregularidad, con fuertes periodos de sequía, lluvias dispersas y con-centradas en unos pocos días, pero además en la Comunidad Valenciana sedan dos fenómenos que inciden de manera decisiva en la problemática de losincendios forestales, uno de ellos y sin duda el más importante es el viento deponiente, bajo su influencia se dan situaciones de extrema sequedad, altas tem-peraturas, y fuertes vientos que disparan a su máximo el riesgo de incendiosforestales; otro factor climático es la tormenta seca, causa en un corto periodode tiempo de un altísimo número de conatos de incendio debidos al rayo.

Un segundo factor de gran importancia son las formaciones vegetales, elcombustible; en estos momentos el monte valenciano se encuentra en un pro-ceso de cambio, el abandono de numerosos cultivos agrícolas, la pérdida deaprovechamientos tradicionales, como la recogida de leñas o el pastoreo exten-sivo, han originado que nuestras masas forestales se encuentren en un procesode expansión, pero también de rejuvenecimiento. Ello, unido a las característi-cas propias de la vegetación mediterránea, conduce a que la vegetación actualpresente una alta carga combustible y como consecuencia favorezca notable-mente la propagación de cualquier incendio forestal que pueda afectarla.

Si estos dos factores por sí solos son suficientes para enmarcar el problema,no podemos olvidar las características orográficas. La Comunidad Valenciana,una vez superada la plana litoral, presenta un territorio montañoso con fuertesirregularidades que dificultan notablemente las labores de extinción al mismotiempo que favorecen las condiciones de propagación de cualquier incendio.

Los factores anteriores, excepto el rayo, influyen de manera especial en lapropagación de los posibles incendios forestales, sin embargo hay un últimofactor a considerar, que es causante directo del propio fuego, el profundo

13

Page 11: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

arraigo que tiene en la sociedad valenciana el uso del fuego, y no tanto en acti-vidades lúdicas sino como herramienta tradicional de eliminación de residuosagrícolas.

La situación descrita nos ha llevado a una realidad en la que en la Comuni-dad Valenciana se producen en torno a 600 incendios forestales, con un fuerteriesgo de llegar a producirse situaciones catastróficas como las producidas enel año 1994.

Para describir esta realidad se va a realizar un repaso a los valores del año2000, ya que la mejor manera de prevenir es conocer contra qué se estáluchando. La primera gráfica recoge la evolución del número de incendiosforestales a lo largo del año, en ella vemos cómo el mayor número de sinies-tros se da en los meses de verano, periodo de máximo riesgo, con un máximorelativo, que en algunos años llega a superar el verano, coincidente con la Pas-cua. Evidentemente esta curva varía notablemente en función de las condicio-nes meteorológicas, pero es importante destacar cómo a diferencia de otrosterritoriales existe una presencia constante del fenómeno a lo largo de los 365días del año.

GRÁFICA 1. Incendios por meses. 2000

Igualmente es muy importante conocer las causas. Hoy en día en la Comu-nidad Valenciana gracias a la acción de un grupo especializado de investiga-ción se conoce la causa más probable de prácticamente la totalidad de losincendios forestales. Una vez más es necesario romper tópicos y destacarcomo la causa de mayor incidencia a las negligencias derivadas de actividadeshumanas.

14

Page 12: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

GRÁFICA 2. Causas. 2000

Es verdad que en los últimos años se aprecia una importante mejora, enespecial en lo referente a la superficie afectada anual, pero también es ciertoque en el tema que nos ocupa no existen recetas mágicas más allá del trabajoconstante y continuado.

Así, en el momento de diseñar los diferentes programas de prevención deincendios forestales que a continuación se van a describir, se plantean dosobjetivos fundamentales, por un lado disminuir al máximo el número de incen-dios forestales y por otro minimizar la superficie afectada en el caso de queuno de estos incendios llegue a producirse.

INFORMACIÓN Y CONCIENCIACIÓN CIUDADANA

Dentro de este programa las actuaciones que se realizan son: desarrollo decampañas de prevención de incendios forestales adecuadas a la realidad de laComunidad Valenciana, el fomento de jornadas, seminarios y cursos sobre pre-vención de incendios forestales y las acciones de dinamización (captación deentidades y asociaciones dispuestas a colaborar en la difusión y desarrollo deprogramas de prevención).

15

Page 13: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

EDUCACIÓN Y DIFUSIÓN FORESTAL

La información acumulada por la investigación de causas de incendiosforestales demuestra que el problema de los incendios forestales implica a latotalidad de la sociedad valenciana.

La formación en la escuela tiene como finalidad básica el actuar en losincendios forestales que son producidos de manera directa por la poblaciónmenor de edad, pero la educación ambiental es también una de las mejoresapuestas de futuro, al ir creando unas pautas de comportamiento válidas parala sociedad del mañana. Sin olvidar por supuesto el carácter difusor que tieneesta población, que una vez asume la defensa del medio ambiente, se convierteen su mejor valedor.

Así, diversas experiencias de educación ambiental han demostrado cómoen muchos hogares, iniciativas como la recogida selectiva de residuos, o en estecaso el no arrojar colillas encendidas, no son asumidas por la población adultahasta que se ven reprendidos en su comportamiento por sus propios hijos ehijas.

CONCILIACIÓN DE INTERESES

Control de biomasa mediante pastoreo controlado

Dentro de la voluntad de potenciar la socioeconomía forestal, la Conselle-ría de Medio Ambiente tiene en marcha un programa cuya finalidad es elfomento controlado del ganado en masas forestales mediante la construcciónde apriscos y otras infraestructuras ganaderas como herramienta de control decombustible y mantenimiento de áreas cortafuegos.

Los apriscos se diseñan reproduciendo la arquitectura tradicional de lazona, constando de una nave cubierta, que sirve de refugio para el ganado eninvierno, y de paridera, además disponen de un punto de agua, que puede ser-vir en su caso para el servicio de extinción de incendios forestales y para elsuministro de agua para las necesidades de la cabaña, así como una zona anejapara cama del ganado en verano.

Estas actuaciones se realizan de manera conjunta con otras infraestructurasde prevención de incendios, mediante una planificación integrada para cadazona, como son el mantenimiento de la red viaria forestal, la creación de áreascortafuegos, la instalación de puntos de agua, etc. Existe también una Ordende ayudas para el fomento del pastoreo en áreas cortafuegos.

Por último, para poder evaluar los resultados obtenidos desde la aplicaciónde la citada Orden, existe dentro del convenio de la Consellería de MedioAmbiente con el CEAM (Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo),una línea específica de control y seguimiento de este tipo de actividad.

16

Page 14: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Sistemas agroforestales

En la actualidad el 27 % de los incendios forestales son originados pornegligencias en la realización de quemas agrícolas. Es evidente que el altonúmero de negligencias agrícolas que se producen en los primeros cuatromeses del año, está ligado a factores estacionales, tanto climáticos, como a lospropios ciclos de los cultivos leñosos de secano. Pero esto no limita el que porparte de todos los sectores implicados, administraciones, usuarios, asociacio-nes, se extremen todos los esfuerzos para reducir al mínimo los incendiosforestales que se producen en este periodo.

De acuerdo con la problemática enunciada, por parte de la Consellería deMedio Ambiente, y en colaboración con todos los sectores implicados, asocia-ciones y sindicatos agrarios, Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación,se van a impulsar todas las medidas destinadas a hacer compatibles los siste-mas de cultivo con la prevención de incendios forestales, siendo entre otras lasacciones previstas las siguientes: cartografía de la zona agrícola sensible (culti-vos leñosos en una franja de 500 metros alrededor de zonas forestales), estudiode la viabilidad del fomento del astillado o de aprovechamiento de restos depoda para la fabricación de tableros o aprovechamiento bioenergético comoalternativas a la quema, mantener y potenciar la subvención de quemadorespara la quema controlada de restos de poda y otros residuos agrícolas.

Uso recreativo

En la ejecución del plan de selvicultura recreativa se está estudiando laposibilidad de que las nuevas áreas cortafuegos creadas puedan tener un usorecreativo añadido, ya sea con su integración dentro de la red de senderos, oconcentrando áreas de esparcimiento, etc.

Además en la localización de nuevas áreas se contempla, tanto en previsiónde cualquier negligencia que pudiera surgir de uso, como en la defensa de sususuarios frente a una situación de riesgo originado por un siniestro en sus pro-ximidades.

GESTIÓN

Grupo operativo de investigación de causas de incendios forestales

La Comunidad Valenciana cuenta con un equipo especializado en la inves-tigación de causas de incendios forestales, primero de estas características enactuar en España, que en la actualidad está integrado por un total de 13 perso-nas, nueve agentes investigadores y cuatro técnicos, que cubren la investiga-

17

Page 15: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

ción de causas, así como de sus motivaciones, de la totalidad de los incendiosforestales que se producen en el territorio de la Comunidad Valenciana. Inter-viniendo, de la misma manera, en algunos incendios que si bien no tienencarácter forestal, sí han supuesto por su proximidad un importante riesgo aterrenos forestales.

Para que el Grupo esté plenamente operativo los 365 días del año, se haestablecido un sistema de guardias, de tal manera que en el momento en que setiene conocimiento de un siniestro se desplace al mismo un agente del grupo,incluso estando aún activo el incendio, ya que un factor muy importante parapoder llegar a determinar cuál ha sido la causa más probable que originó elincendio, es la prontitud en llegar al punto de inicio, antes de que éste sea alte-rado.

Las técnicas de investigación empleadas están desarrolladas a partir de losmétodos empleados por la policía judicial, adaptadas a la realidad del monteespañol, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, y consisten enuna primera fase en reconstruir la evolución del fuego hasta determinar de ma-nera fehaciente el punto de inicio, para una vez acotado éste determinar demanera exacta o en su caso más probable el agente causante, ya sea por locali-zación in situ, análisis químicos, o mediante otros métodos de determinación.

Una vez realizada en el terreno la determinación, ésta se traslada a un infor-me pericial, que se incorpora a la estadística general de incendios forestales, yen su caso se traslada a la Administración de Justicia por si pudiera ser consti-tuyente de un delito, de acuerdo con el ordenamiento penal vigente. En estesentido es importante detallar la colaboración existente entre el Grupo deInvestigación de Causas, la Guardia Civil y la Unidad Adscrita de la PolicíaNacional (“Policía autonómica”).

Uno de los principales éxitos de la labor realizada es el que actualmente seconozca la causa y la motivación de más del 95 % de los incendios forestales,lo que es un elemento fundamental para el diseño de las estrategias de preven-ción, ya que permite actuar sobre las verdaderas causas de los incendios fores-tales.

El disponer cada vez de más y mejores datos ha permitido conocer proble-máticas ligadas a los incendios forestales que hasta la fecha permanecían enmayor o menor medida ocultas, como es el caso de los incendios ocasionadospor imprudencias de fumador, menores de edad o quemas de residuos de jar-dín, entre otras.

VIGILANCIA

El Plan de Vigilancia

El Plan de Vigilancia preventiva es un sistema complejo que establece laparticipación de los diferentes medios en función de los distintos periodos delaño y los diferentes niveles de alerta meteorológica.

18

Page 16: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Actualmente los medios participantes son los siguientes:– Consellería de Medio Ambiente: Personal técnico, Agentes forestales y

medioambientales, Unidades de Prevención, Red de observatorios forestales,Voluntariado ambiental y Voluntariado forestal.

– Consellería de Justicia y Administraciones Públicas: Medios aéreos devigilancia, Brigadas forestales y Policía autonómica.

– Diputación de Valencia: Brigadas forestales.– Organismos estatales: Ministerio de Medio Ambiente, Guardia Civil y

Centro Meteorológico Nacional.– Ayuntamientos: Policías locales, Grupos de protección civil.

Red de observatorios forestales

Los observatorios forestales están situados en lugares estratégicos de losmontes de la Comunidad Valenciana, con buena visibilidad, así como buenacobertura radioeléctrica. Cada uno de ellos está dotado de suministro eléctri-co, ya sea por conexión a la red donde ello es posible o mediante placas sola-res, de equipo completo para la toma de datos meteorológicos, de cartografía yprismáticos, así como un completo sistema de comunicaciones por radio.

La red de comunicaciones forestales además de por los observatorios estácompuesta por las centrales provinciales de comunicaciones sitas en el ViveroForestal de Santa Faz en Alicante, Castellón, así como del Centro de Coordina-ción de Emergencias en Valencia, cada una de las cuales está dotada de unequipo completo de comunicaciones, medios informáticos, cartográficos, asícomo conexión a telefonía, fax y correo electrónico, con un funcionamientoque abarca las 24 horas y los 365 días del año.

VOLUNTARIADO

Voluntariado ambiental y forestal

El voluntariado ambiental y forestal es uno de los programas de prevenciónde incendios forestales que mayor impacto ha alcanzado en la sociedad valen-ciana. Los resultados del primer estudio sociológico sobre prevención realiza-do en 1998 indican que más del 97 % de la población que habita en núcleosrurales de la Comunidad Valenciana está a favor de que los poderes públicosarticulen medidas para el fomento del voluntariado ambiental.

19

Page 17: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

MANEJO DEL COMBUSTIBLE. SELVICULTURA PREVENTIVA

Plan de Selvicultura

El desarrollo del Plan de Selvicultura Preventiva de la Comunidad Valen-ciana se centra en la ejecución de Proyectos Integrales de Selvicultura Preven-tiva en los sistemas forestales. El carácter de los mismos, redactados atendien-do únicamente a consideraciones técnicas, y no a la propiedad de las masasforestales, ha obligado a una compleja gestión, necesaria para la determinaciónde la propiedad y la firma de convenios con los propietarios particulares.

Así mismo y atendiendo a la importancia de estos proyectos, a la necesidadde dotarlos de un respaldo económico que asegure su ejecución y manteni-miento, y un marco legal idóneo para la ejecución de los tramos privados, deacuerdo con lo dispuesto en la Ley Forestal, de manera previa a la ejecución decada uno de los proyectos el Gobierno Valenciano ha aprobado sendos Decre-tos que declaran como Zonas de Actuación Urgente para su defensa frente alos incendios forestales a cada una de las áreas.

En definitiva se trata de desarrollar un Plan, que a su finalización pretendedotar a las masas forestales de la Comunidad Valenciana de unas infraestructu-ras que permitan la actuación rápida, segura y eficaz de los medios de extin-ción.

Además de las actuaciones descritas se mantiene el programa de subvencio-nes anuales para la realización y mantenimiento de áreas cortafuegos por partede particulares y ayuntamientos, con el fin de no paralizar la iniciativa privaday de los entes locales, en los terrenos que aun disponiendo de la Planificaciónbásica de la red de áreas cortafuegos, no están contemplados dentro de losProyectos Integrales de Selvicultura Preventiva.

OTRAS INFRAESTRUCTURAS DE DEFENSA. MEDIOS MATERIALES Y HUMANOS

Red de puntos de agua para extinción de incendios forestales

Dentro de las infraestructuras de prevención de incendios forestales quedesarrolla la Consellería de Medio Ambiente, uno de sus pilares fundamentaleses la red de depósitos de agua para su uso en extinción de incendios forestales.Esta red se diseña con un planteamiento práctico cuyo objetivo es dotar a lasmasas forestales de un depósito descubierto cada 2.000 hectáreas, con unacapacidad mínima de 200.000 litros, asegurando de esta manera unas caden-cias para la utilización por helicópteros de extinción de 5 a 6 minutos y elsuministro constante de agua al punto más alejado de su área de influenciamediante vehículos autobomba.

Sin duda los usos compatibles es una de las grandes apuestas de la gestiónforestal, y son los depósitos de agua para extinción una de las líneas en las que

20

Page 18: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

más se ha avanzado en este campo, un ejemplo es la línea de subvenciones paraconstrucción de puntos de agua que tiene en marcha la Consellería de MedioAmbiente, que en una parte muy importante va dirigida a la construcción debalsas y depósitos de agua, para un uso mixto agrícola forestal.

De la misma manera es importante reseñar la línea de subvenciones esta-blecida por la Consellería de Medio Ambiente para la construcción de rácores(bocas de riego) estandarizados, en urbanizaciones ubicadas en zonas foresta-les, para su protección frente a posibles incendios forestales.

Red viaria

De acuerdo con la experiencia acumulada en el desarrollo del Plan de Sel-vicultura Preventiva, y en conjunción con él, se va a abordar el desarrollo deun proyecto de jerarquización de la red viaria forestal tanto para las necesida-des de la propia gestión forestal, como, y fundamentalmente, para la extinciónde incendios forestales.

Equipos de comunicaciones

Las necesidades del Plan de Vigilancia, así como del voluntariado ambien-tal, exigen el realizar un mantenimiento continuo de todo el sistema de comu-nicaciones, mediante la adquisición de nuevos equipos y la adecuación de losya existentes.

Dotación de vehículos

Dentro de este apartado se contempla la modernización de la flota de ve-hículos forestales.

CONCLUSIONES

Los programas que se han desarrollado suponen una inversión anual con-solidada superior a los 3.700 millones de pesetas, sin duda se trata de unacuantía importante, aunque se debe destacar la importancia que tiene el que seasuma de manera decidida la apuesta por la prevención, pero el problema delos incendios forestales en la Comunidad Valenciana existe, y además exigeuna dedicación continuada, en la que es básica la colaboración de todos losestamentos de la sociedad. Valgan simplemente a modo de ejemplo las siguien-tes cifras correspondientes a la década de los 90, más de 262.000 hectáreasafectadas entre 1990 y 1994, y 18.400 hectáreas entre 1995 y el año 2000.

21

Page 19: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

NICASIO GUARDIA JIMÉNEZConfederación de Organizaciones de Selvicultores, Madrid

Presidente de COSE y de PEFC España

LOS INCENDIOS FORESTALESY LA GESTIÓN FORESTAL

SOSTENIBLE

Page 20: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

E N el título de esta conferencia se reúnen dos de los temas de mayor impor-tancia para los montes españoles. Desde hace muchos años los incendios

forestales son el tema al que dedican más atención los medios de información yel que más preocupa a la opinión pública y la Gestión Forestal Sostenible(GFS en adelante), es el tema de mayor actualidad en los medios forestales yambos están más relacionados entre sí más de lo que suele pensarse.

LOS INCENDIOS FORESTALES

Siempre que hablamos de las causas de los incendios forestales nos referi-mos a las causas inmediatas y nos olvidamos de las estructurales, que son másimportantes y cuyo estudio es mucho más útil para aclarar los problemas.

La principal causa estructural es el clima. España es un país mediterráneocuyo clima se caracteriza por los veranos cálidos y la falta de precipitaciones yen estos países los bosques arden fácilmente. Las especies forestales autóctonascaracterísticas de nuestras regiones más secas han desarrollado mecanismosbiológicos, por evolución natural a lo largo de millones de años, para defender-se del fuego: el pino carrasco mantiene un gran número de piñas que disemi-nan al abrirse con el calor del fuego, lo que asegura que al año siguiente delincendio se produzca ya una repoblación natural; la encina y el pino canariobrotan de raíz con gran facilidad, lo que asegura la persistencia de sus montes.El hombre ha utilizado el fuego durante milenios para la caza, para limpiar laszonas del monte que quería cultivar, para eliminar las especies leñosas y mejo-rar los pastos en beneficio del ganado y también para la guerra. En definitiva,los incendios forestales, los naturales y los producidos por el hombre, hanmodelado nuestros montes y continuarán existiendo mientras no mejoren lasactuales condiciones climáticas. Nada podemos hacer para evitarlo.

En los últimos años está adquiriendo gran importancia una nueva causaestructural, son las urbanizaciones existentes en las zonas forestales en las quese originan frecuentes incendios de origen urbano. Son incendios que ocasio-

25

Page 21: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

nan gran alarma al amenazar a los vecinos y a sus viviendas y los servicios deextinción atienden preferentemente a su defensa mientras el fuego se propagapor los montes circundantes. Se deben principalmente a imprudencias y afallos en los servicios y se producen inevitablemente como consecuencia de lasituación creada por una población urbana que aspira a disfrutar de sus vaca-ciones y que no conoce un medio que puede arder como la pólvora en los vera-nos muy secos. Son frecuentes en los países desarrollados de climas extrema-dos en donde se les llama “fuegos de la interfaz urbano forestal” y no creen ennuestras fantásticas historias de los especuladores pirómanos. Deben imple-mentarse medidas preventivas: reglamentaciones estrictas sobre la separaciónde las viviendas y el monte y sobre los servicios urbanos (especialmente líneaseléctricas y vertederos), realización de trabajos de limpieza del monte, normasde comportamiento (hogueras, fumadores, barbacoas, etc.).

Pero la principal causa estructural de los incendios forestales es la despo-blación del mundo rural y el abandono de los montes ocasionado en muchasregiones españolas por su falta de rendimiento económico y por la excesivatutela de la Administración forestal, esta última causa suele ignorarse. Los cul-tivos intercalares y el ganado extensivo van desapareciendo y los montes for-man grandes extensiones continuas en las que se va acumulando el combusti-ble. La consecuencia son los llamados incendios catastróficos (de más de 2.000Has), que se producen en los veranos muy secos, que difícilmente pueden apa-garse mientras no mejora el tiempo, que son los responsables de más del 90 %de los daños totales y que constituyen la asignatura pendiente de los incendiosforestales. Los incendios catastróficos se deben a la deficiente situación denuestros montes causada por la ausencia de inversiones y de trabajos silvícolas,son como la punta del iceberg que denuncia los errores de nuestra políticaforestal.

LA GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE

El concepto de GFS aparece por primera vez en los Principios Forestalesde la Cumbre de Río del año 1992: “Los recursos y los terrenos forestalesdeben gestionarse de forma sostenible con el fin de responder a las necesida-des sociales, económicas, ambientales, culturales y espirituales de las genera-ciones presentes y futuras”. En esta definición se une el Principio de la Persis-tencia de los viejos forestales españoles con el nuevo Principio del UsoMúltiple del Bosque. Aunque los Principios de Río carecen de un apoyo legalque los haga obligatorios, desde entonces se admite, a escala mundial, quetodos los bosques deben tener una GFS.

La Tercera Conferencia de los Ministros de los Bosques de la UE, celebra-da en mayo de 1998 en Lisboa, estuvo dedicada fundamentalmente a la GFS.En su Declaración General los ministros participantes proclamaron: “La Socie-dad, teniendo en cuenta las múltiples funciones de los bosques, apoyará un

26

Page 22: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

sano desarrollo del sector forestal basado en una GFS”. En la Resolución L1,los estados signatarios, España entre ellos, y la UE se comprometieron a pro-mover, entre otras, las siguientes directrices generales: “Mantener y desarrollara escala nacional una estructura legal, institucional y económica adecuada con-ducente a capacitar y motivar a todos los propietarios forestales para la prácti-ca de una GFS y la realización de inversiones a largo plazo en silvicultura”,“Promocionar estructuras de cooperación, particularmente asociaciones depropietarios para reforzar las prácticas de GFS y facilitar entre otras cosas losflujos de información y la producción y comercialización de productos y servi-cios, incluidos los no comercializados todavía”.

El documento ORR de la Administración forestal francesa dice: “El dere-cho de la propiedad constituye la base del dispositivo legal forestal francés”,“La libertad del propietario forestal responsable constituye la segunda caracte-rística del bosque francés, está limitada por disposiciones legales y reglamenta-rias pero continúa siendo la base del régimen aplicado al bosque”.

Estas ideas europeas sobre la propiedad forestal privada se han incluido enla Estrategia Forestal Española (EFE en adelante), de la que he entresacado lospárrafos siguientes:

Los Montes de Propiedad Privada. La supervisión administrativa no podránunca confiscar las facultades de la propiedad privada reconocidas en la Cons-titución vigente, por lo que debe crearse el marco adecuado para que los pro-pietarios privados contribuyan con naturalidad a la multifuncionalidad y a lagestión sostenible de sus bosques, sin regímenes administrativos que restrinjaninjustificada y arbitrariamente sus facultades de gestión. Esta Estrategia Fores-tal plantea por lo tanto una liberalización de los montes privados, de formaque sea su titular el que tome las decisiones correspondientes a su gestión,limitándose la Administración a realizar un seguimiento de ésta y al fomentode la GFS, vinculada a la presentación de un Plan de Ordenación o un PlanTécnico para el monte mediante el apoyo económico a sus propietarios, unavez aprobado por la Administración.

La Ley Básica de Montes y Aprovechamientos Forestales (LBM en adelante):Regulará el Estatuto de la Propiedad Privada y las opciones graduales que lasCCAA tendrán en relación con éste y con las potestades de ordenación ysupervisión de los montes privados y las formas de apoyo económico por partede la Administración general del Estado, en coordinación con las CCAA, a lostitulares de los montes de particulares que tengan por finalidad la conservacióny mejora de los mismos y la sostenibilidad de su uso. Y fomentará el asociacio-nismo forestal para lograr unidades territoriales que permitan una GF de losmontes privados.

Pero la situación real de los montes privados españoles no se ajusta a loprevisto en la EFE. Algunas CCAA permiten a los propietarios realizar unagestión completa de sus montes, tienen silvicultores competentes y asociacio-nes de propietarios forestales importantes y pueden homologarse con los paí-ses europeos. En la mayoría de las CCAA la situación es totalmente diferente,

27

Page 23: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

los señalamientos los siguen realizando funcionarios forestales que no conocenlos montes, que no tienen un interés directo por ellos y a los que no puedendedicar el tiempo necesario, además la situación va empeorando como conse-cuencia del gran número de funciones nuevas y diferentes que tiene que reali-zar una Administración forestal con un personal insuficiente. En consecuenciaen estas autonomías no existen silvicultores privados ni asociaciones de propie-tarios y unas auditorías forestales demostrarían que el estado de los montes enlos que se practica este sistema es deficiente porque se viene realizando unaselección a la inversa del arbolado y porque no se hacen trabajos silvícolas.Según el Borrador del Plan Forestal recientemente elaborado por el MIMAM,el considerable aumento de existencias forestales señalado por el SegundoInventario Forestal se está produciendo en la primera clase diamétrica comoconsecuencia de falta de claras y está propiciando la aparición de incendioscatastróficos y de plagas.

La causa de esta situación es la falta de la LBM prevista por la Constituciónespañola (año 1978), lo que permite que continúen en vigor dos disposicioneslegales, la Ley de Montes de junio de 1957 y su Reglamento de febrero de 1962que no tienen en cuenta los derechos de la propiedad reconocidos por la Cons-titución española y la Declaración de los Derechos Humanos.

Por iniciativa de COSE, las principales asociaciones de propietarios fores-tales y de industrias de la madera han creado la asociación PEFC España, quees miembro de la asociación europea PEFC Council y tiene por objeto crear laCertificación Forestal Española y promover la GFS de los montes españoles.PEFC España, en colaboración con AENOR (Asociación Española de Norma-lización) y con la ayuda del MIMAM, está procediendo a la elaboración de laNorma UNE 162 de GFS que puede estar aprobada en el próximo mes demayo. En esta Norma se incluye un indicador 9 que prevé la adecuación de laGFS en las zonas de riesgo de incendios. La implantación de la Norma 162 yde la Certificación Forestal contribuirá a la prevención de incendios forestalesen España.

CONCLUSIONES

De acuerdo con la EFE debería liberalizarse, a escala nacional, la gestiónde los montes privados devolviéndola a sus propietarios. En algunas autono-mías, teniendo en cuenta la falta de silvicultores y de asociaciones de propieta-rios y el absentismo de los mismos provocado por la situación actual, conven-dría establecer un periodo de transición durante el cual la Administraciónforestal estimule la gestión privada y continúe realizando el señalamiento delos montes cuyos propietarios lo soliciten.

España debe cumplir los compromisos adquiridos en la Cumbre de Lisboay para ello debe procederse a la creación de asociaciones de propietarios fores-tales en aquellas CCAA en las que no existan y a la formación profesional

28

Page 24: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

de los propietarios de montes y demás gestores para conseguir silvicultoresexpertos. En el Reglamento Europeo de Desarrollo Rural se prevén ayudaspara este fin.

Debe incentivarse la GFS de los montes españoles aprovechando las ayu-das previstas por el citado Reglamento para la realización de trabajos silvícolas.

Debe promulgarse una Ley Básica de Montes que armonice la políticaforestal de las distintas CCAA, así lo dice alguna sentencia del Tribunal Consti-tucional, que liberalice la gestión de los montes privados y que incluya un Esta-tuto de la Propiedad Privada que concrete los derechos de los propietarios pri-vados españoles. Todos los partidos políticos españoles están convencidos dela necesidad de esta LBM pero todos los proyectos redactados hasta elmomento pecan de continuistas, es necesario que la futura LBM sirva parahomologar la política forestal española con la europea.

29

Page 25: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

LUIS MOLINA TERRÉNADENA, Madrid

LA ACTUAL ESTRATEGIAPARA LA LUCHA CONTRA

INCENDIOS HA FRACASADO.UNA NUEVA ESTRATEGIA

SE HACE NECESARIA

Page 26: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

W WF/Adena denuncia que, pese a los cuantiosos gastos que se destinan ala prevención y a la extinción de incendios, éstos no sólo no han dismi-

nuido, sino que año tras año aumentan en número. Los esfuerzos en la lucha contra incendios han estado mayoritariamente

destinados a combatir el síntoma, no las motivaciones que las causan.WWF/Adena valora muy positivamente que durante más de treinta años sehaya contratado costosísimos medios aéreos, formado numerosos especialistas,modernizado las técnicas de lucha, mejorado la logística, contratado numerosopersonal para el combate directo, etc. Seguramente poseemos uno de los mejo-res servicios de extinción de incendios del Mediterráneo y seguramente delmundo.

Pero la historia nos ha demostrado que eso no es suficiente. Siguen exis-tiendo negligentes y delincuentes que prenden casi impunemente fuego ennuestros montes, y una vez encendido, tristemente, una parte significativa deellos se apagan tras arruinar cientos de hectáreas, sin que nada puedan hacerpor ellos los medios de extinción.

Por ello, desde WWF/Adena, se pide que se luche con igual intensidadcontra las causas que originan el incendio, que son mayoritariamente personasnegligentes o delincuentes de nuestra sociedad. Seguramente ello no soluciona-rá el 100 % de los incendios, pero sí reducirá su número y el coste en vidas,recursos económicos y medio natural.

Y para ello, en un estado de derecho como el nuestro, existen numerosasfórmulas para reducir y sancionar las motivaciones de los que causan los incen-dios forestales. Hasta el momento pocas han sido promulgadas y menos las quese han ejecutado, por lo que el provocar un incendio es todavía un delito en elque el culpable se siente impune.

Por ello WWF/Adena propone:1. Continuar con las inversiones en extinción y prevención y las campañas

de concienciación ciudadana.

33

Page 27: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

2. Investigar concienzudamente las motivaciones que tienen las personasque provocan los incendios.

3. Promulgar distintas normativas para reducir las motivaciones, como:– Que los agentes forestales y de SEPRONA o cualquier autoridad compe-

tente investigue los motivos de todos los incendios, y que en caso de encontrarsospechosos, los fiscales del estado formalicen y sigan las acusaciones hasta suresolución final.

– Igualmente, que los costos de extinción sean imputados a los condenadosen firme.

– Regular el mercado de la madera quemada, para que del mal de muchos,entre los que se encuentra el sector maderero, no se beneficien unos pocos, ypueda hacer de ello una motivación que reincida en nuevos incendios.

– Prohibir la recalificación de terrenos rurales a urbanizables o urbanos, sihan sufrido fuegos intencionados.

– Reformar los códigos de buenas prácticas agrarias, que ya han sido pro-mulgados por las distintas CCAA llenos de ambigüedades y sin marcar clarasdirectrices. Entre dichas directrices deberían quedar reflejados la prohibiciónestricta de la quema de rastrojos o pastos en áreas sensibles o en épocas de riesgo. De estos códigos deberían depender las subvenciones agrarias, demodo que a cualquier agricultor o ganadero que utilice el fuego fuera de di-chas prácticas le serían retiradas las ayudas, además de recibir cualquier otrasanción civil o penal por la falta en la que incurriese.

SE LUCHA A CIEGAS CONTRA LOS INCENDIOS FORESTALES

Año tras año nos llenan la televisión y los periódicos de impresionantes ydramáticas imágenes de incendios forestales, en los que se queman bosques, ycon ellos, la fauna silvestre, el ganado doméstico, las casas, las industrias, eincluso las vidas humanas. Y con ello vemos cómo, poco a poco, se quematambién nuestro futuro, pues éste está hipotecado indudablemente a la exis-tencia de los bosques.

Acudimos al reclamo de la televisión cariacontecidos, cada vez más insensi-bilizados por el dramático suceso, como si fuera una rutina veraniega, comoson las fiestas de los pueblos, la playa, los Sanfermines, etc.

Y es que verdaderamente, nuestro clima mediterráneo, en el que las altastemperaturas coinciden con la época en la que las lluvias escasean o no existen,lo hace verdaderamente propicio. Por ello son muchas nuestras especies autóc-tonas que están adaptadas al fuego que en la antigüedad sólo era producidopor los rayos, como son nuestras encinas y quejigos, que rebrotan tras losincendios, o el alcornoque, que produce el corcho no para las botellas de cava,sino como capa aislante y protectora contra el calor que despide el fuego fores-tal. Muchos de nuestros pinos, como el carrasco o el resinero, tienen piñasserotinas, es decir, selladas con resina, en la que los piñones permanecen via-

34

Page 28: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

bles durante decenas de años hasta que un incendio rompe el sello y las liberapara poder caer al suelo y germinar. Incluso algunas, como los brezos y lasjaras, necesitan del fuego para reproducirse, ya que la coraza que protege lasemilla debe romperse con el calor para permitir que el embrión se humedezcaen el otoño y se desarrolle una nueva planta.

Todas estas adaptaciones son pocas ante el drástico cambio que ha ejercidoel hombre en el régimen de incendios y la escasa, fragmentada y pobre superfi-cie forestal con la que contamos. Los fuegos provocados por el rayo, antaño elúnico origen, ahora sólo es el generador del 3 %. El resto es provocado por elhombre regido por un montón y mal conocidas motivaciones, bien por acci-dentes o negligencias, bien intencionado, para regenerar pastos, por venganzasentre propietarios, por pleitos de caza, para perturbar el mercado de la made-ra, o, simplemente, por ver aparecer los aviones de extinción.

Ello ha provocado que las cepas y raíces de encinas y quejigos estén debili-tadas con tanto y frecuente incendio, y no rebroten, que la coraza corcheraprotectora de los alcornoques no sea suficiente ante tal intensidad y frecuenciade algunos incendios, y perezca, que los pinos incendiados sean tan jóvenesque no tengan piñas serotinas para lograr la supervivencia de la masa, etc.

Ante tal desaguisado, nuestros políticos salen año tras año a la palestra aexcusarse con la meteorología, “que este año es muy seco y ventoso”, como sieso no fuera un hecho natural predecible y dentro de las posibilidades quedebe barajar un buen gestor, o si el año trae un verano húmedo, a vanagloriar-se de “su gestión”, que es la gestión caprichosa de la Naturaleza.

“Su gestión” parece reducirse a la contratación de costosísimos medios deextinción (helicópteros, aviones de carga terrestre, aviones anfibios), contrata-ciones temporales de personal que forman las brigadas contra incendios, reali-zar impactantes cortafuegos por doquier, desbrozar y limpiar el monte, etc.Actividades que, sin duda alguna, son imprescindibles para controlar y extin-guir incendios, pero que de ninguna manera es la solución. De hecho, año aaño se constata un aumento injustificado del número de incendios y quizá sóloel azar ha impedido que los daños en vidas humanas y recursos naturales hayansido mayores.

Se gasta exactamente 62.500.000.000 ptas. de nuestro erario público entreprevención y extinción, y año tras año se siguen quemando nuestros bosquesante la pasividad e incapacidad de nuestros políticos.

¿Dónde han dejado nuestros políticos el análisis de las motivaciones y lalucha para impedir que esas motivaciones coloquen la cerilla prendida en nues-tros bosques?

Lo poco que nuestros políticos saben de las motivaciones que generan losincendios es patético. Grosso modo, en la última década un 30 % de ellas soncalificadas como desconocidas, un 50 % como intencionadas, el 3 % el rayo, yel resto, provocado por los accidentes y/o negligencias. Pero lo que ya es alar-mante es que del porcentaje de intencionados, en sólo una mínima parte, el22 %, se conoce exactamente la motivación. Es decir, para que los porcentajes

35

Page 29: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

no nos pierdan, que el 70 % de los incendios no se sabe por qué se han origi-nado, dicho de otra manera, no se sabe cuál ha sido su motivación, aunquealgunos de ellos por la hora en la que se producen, o la forma, se hayan decla-rado intencionados.

Rápidamente tenemos que evaluar esta situación, y no queda más conclu-sión que nuestros políticos están decidiendo completamente a ciegas. Noconocen el origen de la enfermedad de nuestros bosques, y los atiborran decostosísimas medidas aun a sabiendas (las estadísticas nos lo dicen) de que noes la solución.

Imagínense a un médico o un guardia civil, que ante un enfermo o un acci-dente se limitara a anotar solamente “enfermo” o “accidente mortal”, prescri-biera la receta o la multa, y ¡nada más! Al siguiente. ¿No sería razonable unestudio de las causas de la enfermedad o del accidente para prescribir el medi-camento o el parte con fiabilidad? ¿Qué pasa si es una epidemia? ¿Cómo esta-blecer una causa-efecto razonable para cambiar la señalización, el pavimento, olos niveles de alcoholemia en el caso de los accidentes de tráfico?

Pues eso es lo que pasa en nuestros montes. El fuego se inicia y se apaga,esto último muchas veces cuando la naturaleza quiere, sin que existan informesy estudios que nos indiquen las motivaciones socioeconómicas. Los agentes demedio natural o el SEPRONA terminan normalmente sus investigaciones rápi-do y sin profundizar, y no hay detrás policías judiciales o investigadores deconsultoras o universidades que nos planteen el porqué de esta situación, ycómo remediarla.

Ante ello WWF/Adena exige a los políticos responsables tomen urgente-mente las siguientes medidas:

MEDIDAS DE ADENA

Investigación

Que se estudien las motivaciones socioeconómicas que originan los incen-dios, bien dotados de dinero para que puedan ser fiables, pues creemos que esla principal herramienta (no la única) para solucionar el problema de los incen-dios forestales.

Medidas legales

Que se establezcan normativas que hagan inviable que individuos o empre-sas se beneficien de los incendios forestales, erradicando las motivacionessocio-económicas de los incendios. Estas normativas deben ser numerosas yeficaces. Entre ellas podemos citar:

36

Page 30: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

– La denegación de subvenciones a la ganadería y agricultura para las per-sonas o áreas en las que se generen incendios ganaderos o agrícolas ilegales.

– Igualmente, la denegación de permisos en cotos de caza en los que se useel fuego ilegalmente.

– La no recalificación de suelos forestales incendiados a urbanos, cuandoexistan claros indicios de que esa es la motivación del incendio (pese a que estamedida está en nuestro código es difícilmente aplicable, y de hecho, no se aplica).

– La regulación del mercado de la madera quemada, para que el desastreeconómico que para el sector es en general, no beneficie sólo a unos pocos quepuedan encontrar allí un motivo para incendiar los bosques.

O temas tan vergonzosos como vertederos calificados como controlados sinrazón lógica alguna, donde se quema o se deja quemar ilegalmente la basura,que generan año tras año cientos de incendios forestales. Deben ser de una vezsellados o gestionados correctamente cumpliendo las normativas actualmenteexistentes.

Medidas de educación ambiental

Que se vincule a la población con el bosque. No pueden verlo como unpaisaje ajeno, que de poco les afecta si se quema. A través de la educaciónambiental hay que mostrar que es un yacimiento de empleo inexplorado pornuestros políticos, que es fuente de riqueza, directa e indirectamente, y que suabandono no sólo es una gran incoherencia, sino que genera grandes riesgos:los incendios ponen en peligro personas y bienes, y sus consecuencias posterio-res son desastrosas, como son la colmatación de embalses, avenidas de ríos,erosión de los suelos, etc.

Las campañas de educación ambiental deben arrinconar las conductas anti-sociales, en las que se desprecie la actitud de los que incendian. Ese aislamien-to de estos delincuentes (está tipificado en nuestro Código penal), que en lospueblos todos saben quiénes son, pero callan, debe conducir a un cambio deactitud de éstos o a ser denunciados por sus propios conciudadanos que sufrensus actos delictivos, que ponen en peligro sus haciendas y sus vidas.

Hay que cambiar la visión del ciudadano, pues persiste el pensamiento deque el que quema el bosque es un individuo que no merece la cárcel, y que elagente forestal y el de SEPRONA son sus enemigos cuando no les permitenhacer fuego o les multan por hacerlo.

Medidas de desarrollo rural

Que se promocionen determinados aprovechamientos tradicionales quemitigan y previenen los incendios, como es la resinación, la recogida y comer-cialización de setas, de frutos silvestres, las medidas agroambientales, el uso deleña para calefacción o energía eléctrica, etc.

37

Page 31: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

La lucha contra incendios, tanto la prevención como la extinción, debecrear puestos de trabajo fijos en el medio rural, no una suerte de trabajos deverano desvinculados del desarrollo social, y en la que mayoritariamente elbeneficio se lo quedan cuatro empresas de aviación.

Medidas económicas

Que se invierta en el monte y en el sector forestal es necesario. Se debepromocionar la gestión forestal sostenible, tal y como habla la estrategia fores-tal nacional, pero para ello se necesita acompañarla de una partida presupues-taria decente, pues si no sólo son palabras.

Es absolutamente injusto que por cada peseta que se invierte en el monteotras ciento cincuenta son invertidas en el sector agrícola y ganadero. Un ejem-plo vergonzoso es que las medidas de la Unión Europea para la conservación,como son las agroambientales, se estén intentando emplear para subvencionarel girasol, que tiene o debería tener otras medidas de financiación diferentes.

38

Page 32: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

JOSÉ A. TORRENT BRAVODoctor Ingeniero de Montes

Universidad Politécnica - EPS Gandía, Valencia

INCENDIOS FORESTALES.CARACTERÍSTICAS Y

PROBLEMÁTICA

Page 33: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

L OS incendios forestales actualmente son la causa más importante de la des-trucción del medio natural en la cuenca del Mediterráneo. Las estadísticas

reflejan del orden de 50.000 incendios anuales en el circunmediterráneo, afec-tando a una superficie comprendida entre 700.000 y 1.000.000 de hectáreas.

La defensa contra los incendios forestales debe basarse en tres pilares bási-cos. En primer lugar la toma de conciencia, a todos los niveles, de la gravedaddel problema y sus consecuencias. En segundo lugar se encuentra la necesariadotación e incremento de las inversiones, trabajos y medios para la prevención(principalmente) y para la extinción. El tercer pilar a considerar es la adecuaday necesaria política global que actúe sobre el origen del problema de los incen-dios forestales.

En esta línea hay que tener muy claro y determinar cuáles son las causas delos incendios, que se dividen en causas inmediatas y causas estructurales.

Las causas inmediatas son las que originan el fuego en el monte con el usodel mismo. Dentro de ellas se encuentran las naturales (rayos y volcanes) quesuponen del orden del 10 % del total de los incendios, variando el porcentajesegún zonas. Las negligencias y accidentes, donde no existe la voluntad dequemar el monte, como pueden ser quemas agrícolas, ganaderas, excursionis-mo, etc., que suponen del orden del 60 % de los incendios, y por último losque tienen su origen en la intencionalidad, donde se quema el monte con elobjetivo de producir el incendio forestal, alcanzan un alto grado de efectividadincendiaria y de daños, siendo el porcentaje de incendios debidos a esta causadel orden del 30 % del total.

Las causas estructurales son aquellas que favorecen el inicio y desarrollo delos incendios en el monte y que en el área circunmediterránea son numerosas yadversas en cuanto a la defensa del monte.

Dentro de las causas estructurales son las más importantes las siguientes:1. Alta inflamabilidad de las especies mediterráneas, característica intrínse-

ca de cada especie, téngase en cuenta que contra la creencia popular, especiescomo el pino y la encina tienen grados similares de inflamabilidad según inves-tigaciones y experiencias realizadas por el INIA y otros institutos como el

41

Page 34: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

INRA francés. Contra este factor difícilmente se puede actuar por ser unacaracterística intrínseca de nuestra flora, siendo la sustitución masiva de espe-cies de difícil realización y viabilidad, entre otras razones por escasez de es-pecies no pirófitas y condicionantes ecológicos.

2. Alta combustibilidad de las masas forestales mediterráneas. Este con-cepto se refiere a la forma de propagarse el fuego por una determinada estruc-tura de vegetación, independientemente de las especies que la compongan,incidiendo básicamente en la continuidad vertical y horizontal de los combus-tibles. La selvicultura preventiva es una eficaz y valiosa herramienta para dis-minuir este factor de riesgo.

3. La escasa estima que se tiene actualmente por los montes por los habi-tantes de las zonas rurales, debido a la inexistencia de un rendimiento eco-nómico directo del mismo y como consecuencia la no creación de puestos detrabajo, en sinergia con un desconocimiento rural y urbano de los grandesbeneficios indirectos o externalidades de los montes, llevan como resultado lafalta de inversiones y cuidado del monte e incluso a la desidia a la hora deafrontar el riesgo o la extinción de los incendios. Actualmente se da una valori-zación del monte en cuanto a su paisaje y naturalidad pero más romántica quereal, y proviene de ciudadanos “urbanitas” alejados de la realidad física delmundo forestal y su entorno socioeconómico, propiciando en muchas ocasio-nes políticas de no actuación que favorecen el fenómeno del incendio forestal.

4. Climatología adversa, encontrándonos en un área donde existe una esta-ción calurosa y seca (estío) precedida de meses lluviosos que hacen que aparez-ca gran cantidad de vegetación herbácea y brotes que al agostarse son iniciado-res y propagadores de los incendios.

5. La estacionalidad del peligro, concentrado en las épocas estivales, hacedificultosa y cara la organización de un sistema de extinción en medios y per-sonal que se encuentre operativa y estable para afrontar debidamente la extin-ción de, en ocasiones, numerosos incendios simultáneos concentrados en pocassemanas.

6. La dispersión del riesgo en extensos territorios es otra de las causasestructurales que inciden negativamente en la prevención y extinción, siendonecesarios grandes recursos humanos y materiales con los que normalmente nose cuenta.

7. Los conflictos en terrenos forestales que afectan a usos y restriccionesprovocados por directivas de la administración en terrenos de propiedad pri-vada, son otra de las causas frecuentes y generalizadas de incendios forestales,afectando sobre todo al referente de la protección de espacios. Las políticas deprotección de terrenos forestales deben tener como principal factor a conside-rar la propiedad de los terrenos a proteger y las restricciones de usos o expec-tativas que pueden generar las medidas proteccionistas. La solución más ade-cuada y definitiva es la adquisición (compra, expropiación...) de los terrenos aproteger, que pasarían a ser de propiedad pública, evitando la paradoja de quelos territorios de mayor valor paisajístico, ecológico o medioambiental que se

42

Page 35: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

protegen pasen a ser destruidos por incendios intencionados causados porconflictos de usos o derechos con la propiedad de los mismos.

8. Por último, la concentración de población en el monte en las épocas demáximo peligro de incendios (vacaciones de verano) es otra de las causasestructurales motivo de numerosos incendios. Su regulación, concienciación yvigilancia son indispensables para la lucha contra los incendios.

En cuanto a las motivaciones para el uso del fuego en el monte, como posi-ble causa de incendios forestales se citan las quemas agrícolas y de pastos, con-flictos con limitaciones de usos, sector turístico-recreativo, venganzas, vanda-lismo, fumadores, vertederos ilegales, incluso otras actividades delictivas comoel contrabando y robo se han detectado como causas de incendios, es decirinciden en el fenómeno “incendio” una amplia gama de motivaciones que dancomo resultado una problemática de gran complejidad.

El mercado de la madera y la recalificación de suelo son dos cajones de sas-tre a los que se les imputan muchos incendios. Las leyes actuales, las estadísti-cas e investigaciones y la realidad del fenómeno son tales, que pretender queéstas dos razones nombradas actualmente sean causa de inicio de incendiosintencionados es absurdo y carente de toda lógica.

Los incendios forestales tienen una serie de características básicas comoson su carácter permanente y generalizado, siendo estacionarios. Afectan agrandes superficies en terrenos de topografía difícil, suelo irregular y vegeta-ción abundante. La profesionalidad de los equipos de extinción es muy diver-sa, dificultando su coordinación y mermando su eficacia, ya que se actúa deforma dispersa en una gran área de extinción, lo que exige una importante pre-paración física y psíquica del personal de extinción. Todo ello provoca situa-ciones de difícil coordinación desde los puestos responsables del mando,características que, junto a una mala o deficiente accesibilidad general a losmontes y modelos de combustible existentes, que confieren una alta combusti-bilidad de las masas, se unen de forma sinérgica provocando situaciones deriesgo que dan como resultado extensas áreas arrasadas por el fuego.

Los efectos de los incendios forestales son múltiples y de gran intensidad eimportancia. En primer lugar hay que señalar que provocan una destrucciónde hábitats, destruyendo de manera casi total, en función de la intensidad defuego, la vegetación existente, y parcialmente a la fauna, puesto que parte deella huye del incendio. En todo caso provocan una importante regresión delecosistema. Existe una alteración negativa del suelo, destruyéndose su materiaorgánica, produciendo cambios físico-químicos, de estructura y en su acidez,siendo el efecto más perjudicial y agresivo sobre el suelo el constituido por losprocesos erosivos que se producen después de los incendios, principalmentepor la destrucción de la cubierta vegetal.

Se ocasionan pérdidas económicas directas (madera, corcho...) e indirectas,afectando negativamente a las externalidades, es decir, ciclo de agua, recargade acuíferos, inundaciones, pérdida de paisaje y biodiversidad, suelo, etc., inci-diendo en una pérdida acusada de los valores recreativos y de ocio.

43

Page 36: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Por último, señalemos los gastos directos que se producen en la extinción eindirectos en la restauración y daños diferidos.

Para la eficaz lucha contra los incendios hemos de partir del conocimientodel comportamiento del fuego. La extinción ha de basarse en la eliminación odebilitamiento de uno o varios de los lados del triángulo del fuego que formanel trinomio calor-oxígeno-combustible.

El calor se propaga por conducción, convección y radiación, siendo los dosúltimos sistemas los que afectan principalmente al comportamiento del fuegoen los incendios forestales. Al ser la madera mala conductora del calor, estefactor es de menor importancia.

Los factores principales que influyen en la propagación del fuego son lahumedad, el viento, la topografía y el combustible. Sobre los tres primeros fac-tores no podemos actuar, por lo que es sobre el factor combustible sobre elque podremos tomar medidas, tanto en la prevención como en la extinción.Hemos de tener en cuenta que toda la vegetación es combustible, y en esteparámetro va a influir negativa o positivamente el tamaño y tipo de los com-bustibles, su cantidad y su continuidad vertical y horizontal.

Cuando los cuatro factores reseñados se combinan a favor del fuego, escuando aparecen las situaciones de máximo peligro de incendios.

La defensa de incendios forestales se basa en la prevención y en la extin-ción. La prevención persigue evitar en lo posible el inicio de incendios foresta-les y paralelamente crear las condiciones más adecuadas para que, si existe unincendio, la propagación del fuego sea lo más pequeña posible.

Las acciones en labores de prevención que es posible tomar, han de cen-trarse en dos líneas básicas, la primera es la de neutralizar a los agentes causan-tes, labor que puede realizarse mediante la concienciación, conciliación deintereses, vigilancia disuasoria y sanción de los causantes. No obstante, siem-pre existirá el incendio por causas humanas, accidentales o no, o por causasnaturales (rayos), por lo que la prevención ha de desarrollar una segunda líneapara cumplir el objetivo de crear condiciones para que la propagación del fue-go sea mínima; esto sólo puede conseguirse actuando sobre la vegetación,modificando la combustibilidad de las masas forestales, bien sea mediante lamodificación de la estructura vegetal o creación de áreas de baja combustibili-dad o discontinuidad de combustibles. El diseño y toma de decisiones en estesentido debe estar profundamente estudiado y estructurado, debiéndose reali-zar por técnicos especialistas forestales y debe concretarse en un documentoescrito que constituirá el “Plan de Prevención de Incendios” de cada lugar,comarca, provincia, para poder abordarlo en su integridad conociendo elalcance, objetivos y justificación de las labores a realizar, así como su coste eco-nómico.

La extinción persigue minimizar los daños de un fuego que ya existe. Laprimera fase, intermedia entre ésta y la prevención, es la de contar con un efi-caz sistema de alerta que determine el peligro en el espacio y el tiempo, asícomo la posible evolución y comportamiento de un incendio. Se basa en lainformación meteorológica, cartográfica y modelos de combustible.

44

Page 37: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

La detección tiene como objetivo avisar de la existencia de un incendioforestal con la máxima rapidez posible. Una vez detectado el incendio lasiguiente fase de la extinción es el control del mismo, que consiste en fijar unalínea perimetral al fuego que éste no debe sobrepasar. Esta línea y su realiza-ción es responsabilidad del jefe de la extinción del incendio, que debe ser unforestal competente de grado superior y ha de realizarse aprovechando todoslos elementos favorables del medio que existan, como viales, cauces, roquedos,cultivos, etc., debiéndose completar con líneas húmedas y despeje de vegeta-ción formando la línea perimetral deseada.

Una vez cubierta esta fase y controlado el incendio, se procede a su liquida-ción apagando el fuego.

La vigilancia posterior a la extinción es fundamental para evitar posiblesreinicios del fuego, que en tantas ocasiones han causado importantes incendiospor no atender debidamente esta fase de post-incendio.

Existen una serie de acciones complementarias de gran importancia comoson la legislación, investigaciones, capacitación y estadísticas de los incendiosacaecidos (causas, daños, actuaciones...).

Como ya se ha comentado, al unirse los tres elementos del triángulo delfuego, en proporción adecuada, se produce la combustión y el calor generadotransmite el incendio. El objetivo de la extinción es romper o debilitar, directao indirectamente, uno o más lados del triángulo del fuego, de esta manera losmétodos de extinción se basarán en alcanzar este objetivo.

Se diferencian tres clases de fuego. Los de superficie, que son los más fre-cuentes y generalmente inicio de todos los demás, afectan a la vegetación quese encuentra en contacto con la superficie del terreno. Los fuegos de copa, queafectan a la parte aérea del estrato arbóreo, son los más rápidos, los más peli-grosos y los más difíciles de extinguir. Por último existen los fuegos de subsue-lo, quemándose la materia orgánica, turbas, raíces, etc., son difíciles de detec-tar ya que no emiten llamas ni humo y difíciles de extinguir, pudiendo tenerlargas duraciones de semanas; son poco frecuentes en nuestro territorio.

Las acciones en la extinción que pueden tomarse sobre el oxígeno, se basanen aislar el combustible del aire, mediante tierra, agua, acción de batefuegos...también puede desplazarse el aire del combustible mediante explosivos oacción de batefuegos o ramas. La disminución de la cantidad de oxígeno delaire puede conseguirse con acciones como la de aumentar el vapor de aguamediante pulverizaciones.

Sobre el calor se actúa enfriando la temperatura de los combustibles con laaplicación de agua.

Sobre los combustibles, que constituyen el elemento sobre el que podemosactuar de forma más adecuada y eficaz, se pueden realizar discontinuidades enla trayectoria del fuego, constituyendo lo que se denominan líneas de defensa.Se puede aumentar la humedad de los combustibles mojándolos, bien sea conmedios aéreos o terrestres, y por último se pueden cubrir con productos quími-cos (p.e. espumas) para aislarlos del fuego.

45

Page 38: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Los métodos de combate, teniendo en cuenta todas las consideracionesanteriormente realizadas, se estructuran en tres fases, que son el ataque inicial,el establecimiento de la línea de control y la liquidación.

Existen dos métodos generales de combate, según la línea de control seestablezca en el borde del incendio sobre las mismas llamas o se sitúe a ciertadistancia del borde del incendio, desde la que se espera la llegada del fuego,denominándose respectivamente método directo y método indirecto o paralelode combate.

El método directo se emplea en incendios incipientes, focos secundarios ybordes menos activos donde es posible que el personal de tierra acceda hastalas llamas sin sufrir quemaduras. El método indirecto o paralelo se utiliza enincendios de gran virulencia, gran peligrosidad, con situaciones de vegetaciónmuy densa, topografía adversa, o en incendios de copas, extensos, muy rápi-dos, etc., es decir cuando el personal y los medios de extinción no pueden rea-lizar un ataque directo sin poner en grave riesgo su integridad física y mediosempleados.

Los métodos de combate directo e indirecto se aplican y emplean tantopara los medios terrestres como para los aéreos. Es frecuente observar cómodescargas de aviones a cierta distancia de las llamas, en un ataque indirectocreando líneas húmedas integrantes del perímetro de control del incendio, soninterpretadas como fallos de “puntería” y derroche de agua y por lo tanto criti-cados por personas ajenas a las técnicas, leyes y métodos que técnicamentepueden emplearse y que se emplean, en la extinción, hasta el extremo de quellegan a ser motivo de quejas, acusaciones de torpeza e incluso de cobardía delpersonal especializado en la extinción y sus mandos.

46

Page 39: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

PEDRO MUELASDirector del periódico Levante-El Mercantil Valenciano,

Editorial Prensa Valenciana, S.A., Valencia

LOS INCENDIOS FORESTALESDESDE LA REDACCIÓN

DE UN PERIÓDICO

Page 40: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

YO no he apagado un fuego forestal en la vida. He estado siguiéndolos muycerca, pero no he tirado nunca agua sobre ellos. Y si, encima, apagar fue-

gos en una redacción, es decir, quitarle importancia a una noticia, hablar malde un periodista, es una mala señal, ya me dirán si no es para preguntarse quéhago yo aquí. En todo caso los periodistas nos dedicamos a activarlos en elsentido figurado, es decir, a seguir las noticias y darles el relieve que se mere-cen, aunque, eso sí, sin producir daños medioambientales. Malos periodistasseríamos si no abriéramos un frente informativo con la suficiente frecuencia.

Estoy hoy entre ustedes por dos razones fundamentales, que a su vez sonun reconocimiento y un auto elogio. Estoy reconocido y agradecido a la RealSociedad Económica de Amigos del País (RSEAP) como ciudadano y comodirector de periódico. Como ciudadano, porque siempre he valorado muypositivamente el trabajo de la “Económica” desde su fundación y por eso herecibido con alegría esta nueva etapa revitalizada que le lleva a vivir y a analizarintensamente los problemas que tienen sus conciudadanos, algo que inevitable-mente le lleva a ocupar los mismos territorios y asuntos que un periódico comoLevante-EMV. Como director estoy también agradecido porque hemos encon-trado la colaboración de la “Económica” siempre que hemos llamado a suspuertas y creo que también podemos decir que a la inversa.

En segundo lugar quiero significar mi presencia aquí por el hecho de que elperiódico que dirijo siempre ha sido un referente en la información medioam-biental en la Comunidad Valenciana. Hace muchos años, siendo yo redactorjefe, la publicación hizo una apuesta clarísima por este tema que entonces niestaba en la mente de los periódicos. En 1988 tuvimos la clarividencia de asig-nar esta materia a un redactor especializado que ha hecho, en todos estos años,que Levante sea un periódico de referencia en la información medioambiental;tanto para ciudadanos en general, técnicos, ecologistas, o ingenieros, siemprehemos procurado escribir sobre este asunto con un rigor especial y desde laespecialización. Por ese motivo, desde 1988, hemos encabezado numerosascampañas informativas de defensa del medioambiente en Valencia, gracias, yadigo, a que la apuesta editorial nos lo permitía, por más que ello no reportaramás que disgustos, y lo que es peor, la pérdida de ingresos por publicidad, tan-to institucional como de las empresas del sector.

49

Page 41: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Si hay algún asunto medioambiental controvertido es el incendio forestal.Por eso agradezco que la Económica nos ofrezca la oportunidad de decir algoque trascienda el editorial del momento, el artículo de la semana o el reportajedel mes.

Lamentablemente en la Comunidad Valenciana tenemos una larga culturainformativa de los incendios forestales; al igual que tenemos una larga culturasocial de catástrofes naturales relacionadas con la lluvia: trombas, riadas, inun-daciones o granizos. La cultura de los incendios forestales, después de años yaños de información, ha hecho que se produzca finalmente el fenómeno deque todos sentimos como propia la desgracia.

Igual me equivoco pero aquello de que cuando el bosque se quema algosuyo se quema, ha calado como lluvia fina con el paso del tiempo gracias a laacción de los medios de comunicación social.

Es curioso, pero no creo que ocurra igual con otro tipo de catástrofes. Por-que cuando se inundan las orillas de los barrancos, las avenidas de los pueblosribereños o los de la marjal, los lectores ciertamente pueden sentir la desgraciaajena como propia, transmitir sus sentimientos y ayudar a superar los amargosmomentos a aquellos que padecen la tragedia, pero nunca, y no digo que seamás intensa o más sincera, como en el caso del fuego en el monte.

La diferencia estriba en que los montes, en que el monte, es propiedad sen-timental del pueblo. Y no me pregunten por qué, porque si uno se preguntaeso puede que salte la frontera de esta charla y se acerque a la memoria colecti-va, una memoria que no conoce fronteras. El monte está en nuestra infancia,las montañas representan la altura, tocan el horizonte, allí puede que hasta vivaDios, los héroes de nuestra infancia, el refugio del ser humano; los pinos filtranel aire que hincha nuestro espíritu y los sonidos del monte se cuelan por lasrendijas de nuestro poros hasta rozar el corazón y quedarse pegados a lasmembranas de la memoria.

No me pregunten por qué, porque ya ven, me puedo salir por los cerros deÚbeda, pero el caso es que arden hectáreas de bosque, de matorral o de lo quesea, y la gente y los medios de comunicación no distinguimos entre si son propie-dad de un señor, de varios o del estado, porque, como saben, eso es irrelevante.

Una fábrica de azulejos o de cartonajes arde y es el drama de un señor quese llama fulanito de tal y que los esfuerzos de toda su vida se ven enredados yocultos entre el humo, cielo arriba por el efecto chimenea. Se inundan las casasde tal calle en tal pueblo y son, desgraciadamente, la casa de esa calle. Se arrui-nan las cosechas de naranjos o de viñedos y son los agricultores los que pier-den. Pero si arde la montaña, si se consume su belleza, se pierde una riquezaque es de todos. Y en eso estriba el impacto que siempre generan las noticiasde los incendios forestales, al margen de los daños en el sistema ecológico, irre-parables o no, al margen de los daños en las propiedades, particulares o no.

De ahí que nunca sea reiterativa ni produzca rechazo su repetición entrelos lectores, de ahí que se siga con especial intensidad las evoluciones de lossiniestros, por poca variedad que haya sustancialmente en la información.

50

Page 42: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Los bosques, aunque realmente no lo sean, forman parte de la memoria delas gentes y no sólo son un organismo vivo que crece, que se enriquece, quetiene su propia vida animal y vegetal. Los bosques están en la retina de lamemoria social y forman parte de nuestra conciencia, como digo, y como quie-ra que uno de los factores que más influyen entre los lectores es la proximidad,no hay duda de que esta es una información siempre de primer orden.

De ahí, ya digo, que sea una de las informaciones que más impacto genera,que más repudio genera y que con mayor intensidad se vive. Por más que loselementos informativos no puedan variar de uno a otro caso, el seguimiento dela catástrofe es intenso por parte de los lectores. Y también por parte de lospropios medios de comunicación, que hemos visto cómo ha ido progresando elseguimiento informativo a lo largo de los años, aunque básicamente, comoveremos más adelante, sigue siendo lo mismo.

PODER POLÍTICO

Debido a ese sentimiento de propiedad colectiva y a esa hipersensibilidadsocial respecto del incendio forestal, el poder político ha ido aumentando susmedios a la hora de difundir y, por tanto, controlar los datos del suceso y a lahora de presentarse ante la opinión pública.

No están muy lejos las imágenes del presidente de la Generalitat Valencia-na siguiendo, aparentemente compungido, las informaciones que le suministra-ba algún colaborador, a pie de llamas, mientras ardía la “Granadella” de Xàbia,mientras que a nadie se le olvidará la morrocotuda bronca que se montó en elpeor verano del gobierno socialista –creo que en 1994– cuando estábamosardiendo por los cuatro costados y Joan Lerma no supo transmitir con su ima-gen, la preocupación que se supone que tendría en aquellos amargos mesesque han quedado en el recuerdo de todos.

Evidentemente, yo no voy a profundizar sobre la política forestal de unosni de otros, pero es evidente que en el primer caso sí hubo una preocupaciónde transmitir interés, de proyectar una imagen de gobernante sensibilizado conel drama ecológico que en ese momento tenía acongojados a los valencianos ytambién desde luego hubo un gesto de oportunidad política.

El gobierno de Zaplana, nadie lo duda a estas alturas, está en general másvolcado en transmitir una buena imagen que el de Lerma y lo demuestra cadadía. Pero es que, al margen de consideraciones políticas, la batalla de los incen-dios forestales, y es a lo que me quería referir, no sólo se gana con camionescisterna, bomberos, brigadas y aviones, sino también con los medios de comu-nicación. No sólo es cuestión de que ardan menos bosques cada año, sino tam-bién de que lo parezca. Y sólo lo parece, es decir, que arde menos que nunca,si se transmite a través de la prensa o los medios de comunicación en general.Con lo cual tenemos que cuando se abre un frente de llamas en un montevalenciano, se abre otro informativo en las esferas de la administración, que a

51

Page 43: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

partir de entonces se empeñará en apagar el de retamas, enebros y pinos, porun lado, y el de periodistas, reporteros, cámaras de televisión y oposición, porel otro. Así es como está montado el tinglado en una sociedad moderna; mien-tras unos se lanzan a apagar el fuego por tierra mar y aire, otros se lanzan acontrolar a los informadores.

Si al declararse un incendio se despliegan los medios necesarios para sofo-carlo, también se preparan gabinetes de prensa y portavoces oficiales para con-trolar el incendio que se desata en las redacciones de periódicos, emisoras deradio y cadenas de televisión. A otro le correspondería, desde luego, explicarqué mecanismos tiene la administración para controlar nuestras llamas, merefiero a las de los periodistas, pero he de decirles que sus armas han ido incre-mentándose a lo largo de los años… para bien y para mal.

Para bien porque, ciertamente, cuando yo comencé en esto hace más deveinte años y me ocupaba además de los incendios forestales, había muy pocasposibilidades, primero de conocer cuanto antes la declaración del siniestro y,después, sus detalles. En la redacción no había un escáner de última tecnologíaque barría todas las frecuencias de policía, guardia civil, aviación, etc. Tampo-co en Gobierno Civil se disponía de un periodista que diera los detalles ni deteléfonos móviles que nos permitieran conocer las informaciones en vivo denuestros reporteros desplazados al frente del incendio, para así poder gestio-nar las páginas necesarias o medir el alcance de la noticia para reflejarlo en elperiódico. Tampoco teníamos los medios de reproducción que en la actuali-dad, ni las cámaras tan maravillosas de hoy, ni la posibilidad de representaciónmediante gráficos de las características del incendio.

De modo que lo más normal a la hora de cubrir informativamente unincendio era, en primer lugar, asegurarse de su importancia, lo cual no les quie-ro decir a ustedes el esfuerzo de imaginación que nos suponía porque no siem-pre o casi nunca te encontrabas con un puesto de la guardia civil para que tediera una idea aproximada del asunto. En el retén de la policía local del pueblomás próximo habían cerrado a esas alturas sus puertas o no aparecía nadie, y lasocorrida llamada al vecino o al conocido de la localidad no servía demasiadoporque a lo máximo que se llegaba es a informarte de si se veía humo.

Ahora, el acceso a esas informaciones se ha sistematizado, se ha regulado y,por tanto, se controla mejor. El periodista accede con más facilidad y enmuchas ocasiones obtiene mejor información del incendio desde su mesa queacudiendo a pie de incendio, porque como sabemos en las redacciones, allí tesueles enterar menos y peor, ya que la información de incendios plantea diver-sos frentes al igual que las propias llamas y si, encima, tiene connotacionesimportantes, como el caso de “Les Platgetes” de Castellón, donde reside habi-tualmente los veranos el presidente el Gobierno, excuso decirles que ha deentrar en liza hasta la sección de política y la de sucesos.

Pues bien, en la medida que se puede centralizar la información, tambiénse puede controlar. No voy a entrarles en detalle de cómo se regatean los datosa los periodistas desde los canales oficiales. Es una suerte, para que se hagan a

52

Page 44: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

la idea, de noche de elecciones en la que va perdiendo el partido en el poder.Porque en la conciencia colectiva se ha instalado, no sé si justa o injustamente,el esquema de que cada incendio es un fracaso del poder político y de la admi-nistración, es culpa de la administración y no de los indeseables que han pren-dido fuego.

Eso hace que la administración actúe recelosa y nos ofrezca los datos concuentagotas y en muchos casos interesadamente seccionados. Al periodista lecorresponde entonces cubrir las deficiencias de esta información primera conotro tipo de fuentes de información y, ya digo, no sólo con la presencia in situ,desde la que es difícil hacerse una idea de las dimensiones del siniestro.

El poder controla mejor ahora el fuego de los medios de comunicación. Enprimer lugar, porque es muy sensible a la información que se deriva de esteasunto y ejerce sus relaciones con la prensa; es decir, se sirve de las relacionesde dependencia que en muchos casos tienen los medios de comunicación conel poder político para que no se magnifique, para que se tenga en cuenta eldaño que se pueda hacer, etc., etc. Y, en segundo lugar, controla la salida dedatos hasta el milímetro. Los periodistas podemos afrontar cualquier incendiocon la idea segura de que va a suponer un toreo constante por las fuentes ofi-ciales de información que, entre otras trampas, retrasa la información hastaúltima hora, es cicatera a la hora de aceptar la evidencia, ponen contestadoresautomáticos como si fuera la información de la estaciones de esquí y sólo seadmite una fuente, el Centro de Emergencias de l’Eliana.

Si a esto añadimos que en los últimos años a la administración ya no sólo lesirve decir que han sido pocas las hectáreas que han ardido, sino que ademástiene que añadir que han ardido menos que en los tiempos del PSOE, el ruidoinformativo que se genera y las dificultades con las que nos encontramos sonfáciles de imaginar.

ANTES Y DESPUÉS

Este tipo de tensión, de diálogo necesario, condiciona toda la políticainformativa de los departamentos que se encargan de la gestión silvícola. Esetipo de tensión se da antes y después de los incendios y este periódico ha esta-do siempre vigilante atendiendo al dicho de que los incendios forestales se apa-gan en invierno. La política forestal siempre es objeto informativo pero comoes lógico cala mucho menos entre la opinión pública, que sólo mira estos asun-tos cuando le duelen las imágenes de las llamas devorando las copas de lospinos.

Si en pleno agosto, o en una racha de incendios forestales, repasáramos conla misma intensidad las informaciones que hablan de cómo se atienden los bos-ques valencianos, posiblemente la indignación o la satisfacción podría sermayor, porque en esos momentos se está mucho más sensibilizado. Aunque

53

Page 45: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

sólo fuera por eso las administraciones deberían cuidar mucho más su políticade invierno.

Quizás no sería tan necesaria esta política de invierno si en la ComunidadValenciana hubiera un diseño real del crecimiento urbano y turístico. Y en esoquerría detenerme un momento. Considero absolutamente nocivo, peligrosa-mente nocivo, la falta de planificación del territorio. Es urgente denunciar laagresión sistemática y concienzuda –apoyada por poderes económicos, mediá-ticos y políticos– de la costa, tanto en el litoral y marjal como en las interiorescon “vistas” al mar, mientras se debaten sin la suficiente energía los planes deordenación de zonas características o ricas de la Comunidad Valenciana.

El crecimiento económico, gracias a la tolerancia política de quienes sebenefician ahora o se pueden beneficiar en un futuro, se está disparando eneste momento sin tener en cuenta el futuro, sin contar con una ordenación delterritorio, convirtiéndolo en más dañino. Este crecimiento, no obstante, es uncontrasentido porque se basa, precisamente, en el atractivo de la ComunidadValenciana, algo que, como decía antes, irá perdiéndose. En definitiva, y valgala expresión, se está matando “la gallina de los huevos de oro”.

Por todo ello, habría que limitar de una forma consciente, voluntaria yrazonable esta locura de enriquecimiento, esta carrera de Atila sobre los recur-sos naturales de la Comunidad Valenciana. Para ello sería necesario, en el casode la valenciana es fundamental, ir hacia una racionalización de los recursos,extremar la optimización de los mismos, controlar el desarrollo con el fin depermitir que éste se produzca ordenadamente, sin atropellar cuestiones vitalespara la riqueza natural, paisajística, biológica, etc., pero también en beneficiode los propios ciudadanos. Y eso es tan importante como lo primero. El desa-rrollo sostenible ha de buscar necesariamente el bien de los ciudadanos, susensación de confort, hacer que se sientan de acuerdo y vean de forma agrada-ble su entorno. De otra forma, se puede convertir el desarrollo sostenible enalgo exquisito. El desarrollo sostenible también vale, por supuesto, para lasciudades, en ellas tiene el hombre su principal expresión de convivencia, dediálogo con su propia cultura, con su presente y su futuro. Por tanto, debe serun aspecto a tener en cuenta.

Por otra parte, yo añadiría que los incendios también se apagan después.Me refiero a las labores de investigación sobre las causas. Cuando iban 177incendios intencionados en el año pasado, en el mes de agosto, sólo se habíandetenido dos pirómanos. ¿Y saben por qué? Por falta de medios. Se puedecontrargumentar que es muy difícil, que quién le pone las puertas al campo; dehecho ya se las están poniendo las urbanizaciones y las fincas de explotaciónagrícola y ganaderas. Pueden decir que es muy difícil vigilar el campo y yo lesdiré que llevan razón, pero si no se hace más es porque no hay medios y no leden más vueltas.

Hace poco, mi periódico contaba que le habían rebajado a la Guardia Civilel gasto de gasoil al 50%. A partir de ahí creo que nadie me puede mover delsitio. Con la mitad de gasoil, sencillamente, se anda la mitad en el campo y si se

54

Page 46: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

recorre menos territorio, menos territorio se vigila. Eso en cuanto a la investi-gación de campo y su guarda. Pero no hablemos de la investigación científicapolicial. O me conozco poco el cuerpo o no ha avanzado en nada y dispone depocos medios. Y de la investigación científica para la prevención.

No soy un experto en el asunto pero si se está haciendo algo en este senti-do o es muy poco, o no se sabe transmitir.

Levante-EMV le dio un premio importante al Servicio de Protección Natu-ral, el Seprona de la Guardia Civil, por su tenacidad y su aportación a la defen-sa del medio natural. Pese a la discreción secular de este cuerpo armado pudi-mos saber de sus problemas y de sus carencias, pero algo nos consoló y fueconocer de primera mano que también en el Seprona se mantiene el mismoespíritu de cuerpo, la misma paciencia y meticulosidad. Así que el que no seconsuela es porque no quiere.

Pues bien, hasta aquí todo lo que quería decir sobre el asunto. Muchas gra-cias.

55

Page 47: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

II

LOS ÁRBOLES DE LAILUSTRACIÓN

Page 48: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

EMILIO LAGUNA LUMBRERASJefe del Servicio de Conservación y Gestión de la Biodiversidad

Conselleria de Medi Ambient, Generalitat Valenciana

LOS ÁRBOLES SINGULARES EN ELMEDIO NATURAL VALENCIANO

DURANTE LA ILUSTRACIÓN

2

Page 49: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

INTRODUCCIÓN

D ENOMINAMOS habitualmente como “singulares” a aquellos ejemplares deárboles o grandes arbustos que resaltan sobre el resto de los de su espe-

cie, como resultado de su extraordinaria longevidad o dimensiones, su formaexcepcional, o, en su caso, por ejemplificar una determinada simbología cultu-ral, social o histórica. En las culturas atlánticas y del centro y norte de Europa,el factor cultural alcanza especial relieve, al identificarse a menudo a determi-nados especímenes arbóreos con hechos históricos relevantes, hasta el puntode que tales árboles llegan a constituir el símbolo de una sociedad, como ocu-rre en Euskadi con el conocido “árbol de Gernika”. Las culturas mediterrá-neas no suelen mostrar ejemplos tan patentes de singularidad socioculturalasociada a especímenes concretos de árboles, y a menudo el concepto de árbolsingular se restringe casi por completo al de “árbol monumental”, es decir, alos pies arbóreos de mayor talla dentro de cada especie.

Lejos de lo que pueda imaginarse, los árboles monumentales no son tanfáciles de ver en nuestro medio natural; por el contrario, la mayoría de estosejemplares están claramente ligados a actividades humanas presentes o pasa-das, y sus dimensiones son el resultado de haber crecido durante décadas osiglos en un ambiente de falta de competencia intra e interespecífica, al tiempoque han sido especialmente beneficiados de prácticas como el abonado, laspodas de formación, etc. Es por ello que la gran mayoría de nuestros árbolesmonumentales se distribuyen en tres tipos de enclaves antrópicos bien defini-dos: 1) árboles de ermitas y plazas de pueblo –en especial olmos, que sustituíanen las regiones secas a los Populus (chopos y álamos) o “árboles del pueblo”cuyas plantaciones fomentó la civilización romana–; muchos de estos árboleshan desaparecido en las dos últimas décadas como resultado del avance de lagrafiosis, enfermedad que ataca especialmente al olmo menor (Ulmus minor);2) árboles agrarios y de era, situados en las inmediaciones de masías, a los quese podaba para obtener portes abiertos, que proyectaran gran superficie desombra para resguardar a los agricultores y las caballerías, o en su caso para

61

Page 50: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

favorecer la producción de fruto; y 3) árboles de descansadero o cruce de víaspecuarias, situados a menudo junto a fuentes, abrevaderos o apriscos de lasprincipales rutas de transhumancia. Muchos de los árboles monumentalesactualmente localizados en el seno de zonas forestales de la Comunidad Valen-ciana pertenecen al último tipo, estando claramente ligados a azagadores ycañadas ganaderas; el hecho de que hoy en día se encuentren integrados en lavegetación arbórea se debe, en la mayoría de ocasiones, al desarrollo posteriorde los hábitats periféricos, que han recolonizado zonas otrora desnudas dearbolado; no se trata por tanto, salvo raras excepciones, de residuos o testigosvivientes de antiguos bosques formados por árboles de grandes dimensiones.Existe, no obstante, una cierta cantidad de los llamados “árboles padre”, ejem-plares nacidos y crecidos en los montes sin intervención ni favores especialesde la actividad humana, que en muchos casos parecen corresponder a supervi-vientes de uno o varios incendios sucesivos, habiendo alcanzado tallas tan ele-vadas que resulta difícil que sean alcanzados por las llamas en fuegos posterio-res” siempre que éstos no posean excesiva intensidad (obs. pers.).

Aunque no existen censos precisos, y si excluimos los grandes árboles queforman parte de jardines urbanos públicos y privados, podemos indicar que laComunidad Valenciana posee un patrimonio no inferior a 500 ejemplares deárboles calificables como monumentales, atendiendo a los límites de enverga-duras y edades habitualmente considerados por los especialistas en estas mate-rias (v. A.E.P.J.P., 1999; Cardells & Salvador, 2000); no pocos de ellos sonespecies agrarias como olivos o algarrobos, excluidos del ámbito de esta diser-tación. En todo caso, si retrocedemos en el tiempo, la información se diluyeextraordinariamente, con la única salvedad de las excelentes descripciones bio-geográficas de los ilustrados que nacieron o vivieron en tierras valencianas, oque las visitaron como parte de su actividad profesional.

FUENTES DE ESTUDIO

La Ilustración constituyó una corriente de pensamiento cuya expresiónmás patente se desarrolló desde mediados del siglo XVIII hasta la primera mitaddel XIX. Este período se caracterizó en la Comunidad Valenciana por una rápi-da sucesión de cambios paisajísticos ligados a la degradación cualitativa ycuantitativa de la cubierta vegetal autóctona, incidiendo muy especialmente enlas especies arbóreas, que vieron desplazados sus dominios a favor de la agri-cultura que ahora llamamos marginal, habitualmente practicada en bancales ensecano (E. Laguna, 1997).

El paisaje del territorio valenciano, y en particular su riqueza forestal y lasinterrelaciones entre la sociedad de la época ilustrada y los montes, fueron des-critos por nuestros más importantes biogeógrafos de la época, entre los quedestaca con especial relieve la figura de Antonio José de Cavanilles, nacido enValencia en 1745 y fallecido en Madrid en 1804. El abad Cavanilles, de vuelta a

62

Page 51: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

España tras una dilatada estancia en Francia, en la que contactó con las másrelevantes figuras de la Ilustración y se inició en el estudio de la Botánica, reco-rre por orden de Carlos IV los montes, campos, ciudades y pueblos valencia-nos entre 1791 y 1793 –v. López Piñero & Navarro (1995), Mateu (1986,1995), Rosselló (1987)–, plasmando sus impresiones en un diario inédito; unextracto de sus numerosas anotaciones y dibujos de campo verá la luz a travésde la más conocida e inmortal de sus obras, las Observaciones sobre la Histo-ria Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia(Cavanilles, 1795-1797), editado por la Imprenta Real. Algunos años antes,hacia 1781 y 1782, Pedro de Villanueva había realizado el primer censo fores-tal de los montes valencianos, indicando el número de pies arbóreos que po-seía cada término municipal de la época (v. De la Croix, 1801; Currás, 2001;Reyna & Fernández Guijarro, 2001); no se trataba de un estudio guiado por elinterés botánico, sino de un censo detallado del arbolado valenciano, con el finde que el Estado, y en especial la Marina, pudieran acometer las cortas demadera necesarias para mantener la costosa y maltrecha flota de guerra espa-ñola (v. Aranda, 1990, 1992), así como para planificar y llevar a cabo políticasde plantación obligatoria de árboles a las que se sometía a los agricultores delas poblaciones cercanas a la costa o a los ríos que más tarde servirían paratransportar los troncos.

Poco después de las Observaciones de Cavanilles, verá la luz la memoriaLos Montes del Reyno de Valencia de Joaquín De la Croix y Vidal, premiada enJunta Pública de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valenciael 9 de diciembre de 1800, y editada en 1801 (v. De la Croix, 1801; Cardells,2001); De la Croix –o simplemente Delacroix, como lo citan algunos autores–dibuja con extrema precisión el proceso de deterioro al que habían llegado losmontes valencianos y apunta numerosas soluciones que aún hoy en día estánen muchos casos por abordar (Currás, op. cit.; Cardells, op. cit.). Por aquellamisma época iniciará también su andadura botánica uno de los más importan-tes naturalistas españoles del XIX, Simón de Rojas Clemente y Rubio, naturalde Titaguas, que dejó en varios de sus artículos y libros excelentes descripcio-nes biogeográficas del Alto Turia valenciano del primer cuarto de aquel siglo, y en especial en la inédita “Historia civil, natural y eclesiástica de Titaguas” (v. Martín Polo & Tello, 2000).

El segundo cuarto de la centuria, en medio de un marcado ambiente derepresión política y oscurantismo cultural, apenas si pueden encontrarse refe-rencias escritas que permitan seguir las pistas de la evolución de los montes,aunque algunos trabajos enciclopédicos como el Diccionario geográfico-esta-dístico-histórico de España de Pascual Madoz aportan datos sustanciales (v. Ma-doz, 1845-1850); sin embargo, los cambios del paisaje y sus consecuencias, enespecial a partir del vasto proceso deforestador que acompañó a las desamorti-zaciones de tierras del Estado y de la Iglesia, en parte propiciadas por el pro-pio Madoz, serán reflejados más tarde en dos obras cruciales, fruto de dos delos más insignes componentes de las primeras promociones de la ingeniería

63

Page 52: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

forestal en España (v. Casals, 1996): la Memoria sobre la Inundación del Júcaren 1864, presentada al Ministerio de Fomento por Miguel Bosch y Juliá, eimpresa en 1866 (v. Bosch, 1866; González Escrig, 2002), y los Resúmenes delos trabajos verificados por la Comisión de la Flora Forestal Española de MáximoLaguna, publicados en varios tomos (v. M. Laguna, 1868 y 1870; Gómez Men-doza, 1995), antecedente de la conocida obra enciclopédica Flora ForestalEspañola (v. M. Laguna & De Ávila, 1883-1890; González Escrig, 2002; Gon-zález Escrig & Fernández Ruiz, 1997).

Junto a todas las obras anteriores, debe destacarse la existencia de una lar-ga lista de aproximaciones más puntuales a la descripción geográfica y natura-lística de las tierras valencianas que pasa por nombres destacados de la épocailustrada y su prolongación durante el siglo XIX, desde Antonio Ponz hastaFrancisco Mira, u obras como el célebre Diccionario de Bergnes (1831-1834).

ESTADO DEL TERRITORIO VALENCIANO EN LA ÉPOCA ILUSTRADA

Las obras precitadas, muy especialmente la de Cavanilles y en menor escalaterritorial las de Bosch y Clemente, permiten dibujar con una buena aproxima-ción el estado de los montes valencianos por aquellos tiempos. Sometidosdurante siglos al efecto implacable de las guerras, el fuego, la roturación y elsobrepastoreo, habían gozado de un período de resurgimiento durante buenaparte del siglo XVII, debido al abandono de amplias zonas rurales como resulta-do de la expulsión de los moriscos; las cartas pueblas de repoblación favorecie-ron la colonización de gentes de territorios más norteños, provinientes de cli-mas más lluviosos, y acostumbrados por tanto al uso del fuego para generarnuevos pastizales, al pastoreo intensivo y a la extracción de la madera sin ex-cesivos riesgos de sobreexplotación o erosión en sus regiones de origen; enconsecuencia, se tendió sin duda a la aplicación de prácticas tradicionalescompatibles con los parámetros ambientales de sus zonas de origen, peroinsostenibles para los montes mediterráneos de inviernos secos como los delárea valenciana. Aragoneses, catalanes y mallorquines constituyeron el gruesode esta población, implantada de modo desigual, hasta el punto de que, comose ha transmitido hasta la actualidad, algunos territorios de las zonas interioresmás montañosas apenas si llegaron nunca a ser colonizados, permitiendo eldesarrollo de importantes masas forestales; por el contrario, el resto del territo-rio quedó sometido a prácticas incompatibles con la conservación a largo plazode la vegetación, extendiéndose por muchos de los montes valencianos la cos-tumbre de la roturación para el cultivo del cereal, a la que sucedía en pocosaños el abandono del cultivo, una vez agotados los nutrientes superficiales delsuelo (v. Cavanilles, op. cit.; Urteaga, 1984 y 1987); se alcanza así un estadoque desde Cavanilles hasta Bosch y Juliá fue sistemáticamente tachado de“lamentable”, y que de hecho venía a culminar un largo proceso ya denun-ciado con antelación por otros ilustrados a escala nacional –Bernardo Ward,

64

Page 53: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Antonio Ponz, Mariano Lagasca, Melchor Gaspar de Jovellanos, José MaríaNieva, etc.–. En apenas un siglo, un importante porcentaje del territorio fores-tal valenciano quedó transformado en áreas abancaladas de agricultura demontaña, o deforestado hasta su reducción al estado de suelo mineral. Ladegradación de los montes alcanzó tal intensidad que la necesidad de su férreadefensa y restauración constituyó una filosofía ampliamente extendida y siste-máticamente promovida por las Sociedades Económicas de Amigos del País(v. Nieva, 1865).

La mayoría de masas forestales bien desarrolladas descritas por Cavanillesparecen conservarse en la actualidad en un estado parecido, sin merma dehaber sufrido, en muchos casos, uno o más incendios catastróficos de grandesdimensiones en los últimos dos siglos. Estas zonas coinciden en gran medidacon las de mayor número de árboles atendiendo a los censos de Pedro de Villa-nueva. Sin embargo, la comparación con los datos actuales ha demostrado undescenso de pies mayores de las principales especies de quercíneas –carrascas,quejigos, melojos y alcornoques–, al tiempo que, globalmente, se ha multiplica-do por 4 el número de pies arbóreos, siendo especialmente patente este incre-mento en las especies del género Pinus (v. C.A.M.A., 1996; Reyna & FernándezGuijarro, 1998 y 2001; Currás, 2001). Son pocos los casos en que Villanueva oCavanilles dan datos de zonas forestales más arboladas que en la actualidad–p.ej., el término de Llíria y su entorno–; a lo sumo da la impresión de que losbosques de ribera eran mucho más abundantes y continuos que los presentes,aunque en paralelo soportaban a menudo una intensa agricultura de terrazafluvial bajo la sombra de las especies arbóreas dominantes, o con mezcla deespecies introducidas idóneas para tales hábitats, como moreras y nogales (E.Laguna, 1997). Atendiendo a Cavanilles y Madoz, los conos aluviales de losgrandes ríos valencianos estaban formados por enormes bosques artificiales demoreras, algunas de grandes dimensiones, que conforme a las indicaciones deBosch cayeron en el más absoluto abandono a partir de mediados del XIX, sus-tituyéndose por los naranjales (v. Bosch, 1866); para hacerse una idea de laentidad de estos pseudobosques plantados durante siglos para proporcionaralimento al gusano de la seda, baste recordar que, conforme a los datos deBosch, el término de Carcaixent poseía 80.000 moreras, a pesar de su escasasuperficie.

Tanto en las Observaciones cavanillesianas como en los censos de Villanue-va, parece patente que el número de árboles era inferior al actual, pero que lassuperficies de terreno natural, los “montes” en sentido amplio, eran de igualo superior tamaño a la de nuestros días. Simultáneamente, los dibujos y des-cripciones de la obra de Cavanilles, y los datos de densidad extraíbles de loscensos de Villanueva, llevan a considerar que el paisaje debía tener en granparte del territorio un aspecto de dehesa o bosque abierto (E. Laguna, op. cit.),sometida sistemáticamente al pastoreo, carboneo, desrame y podas abusivas, ya la extracción de gran parte de la biomasa arbustiva; veamos así las palabrasdel ingeniero Bosch y Juliá (op. cit.): “Los montes, en rigor, no merecen este

65

Page 54: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

nombre. Raras veces los árboles constituyen verdaderos rodales. Median entreellos distancias muy grandes...”. Si bien el número de árboles era inferior alactual, también es probable que la talla media de tales ejemplares fuera algosuperior; es evidente que el mantenimiento a largo plazo de estas estructurasadehesadas o de bosque-parque da lugar a masas forestales monumentales,como ocurre hoy en día en el quejigar del Barranc dels Horts (Ares del Maes-tre), o como probablemente ocurrió para generar el impresionante alcornocaldel Valle de la Mosquera, entre Azuébar y Almedíjar; de haber evolucionadoen este sentido, nuestras masas de pino carrasco habrían alcanzado el aspectoque ahora poseen los rodales relictuales de esta especie en Sierra Mágina, en laprovincia de Jaén (obs. pers.).

LOS ÁRBOLES MONUMENTALES EN LA ÉPOCA ILUSTRADA VALENCIANA

Las prácticas ganaderas y forestales precitadas conllevaban a la larga unaselección paisajística favorable a los grandes ejemplares pero, superadas deter-minadas tallas, los pies arbóreos pasaban a ser objeto de la codicia estatal, cuyamaquinaria de guerra exigía incesantemente la corta de los mayores árboles delpaís, siempre que éstos pertenecieran a determinadas especies óptimas y nopresentaran excesivas malformaciones. En consecuencia, poco futuro restaba alos árboles rectos de tallas más elevadas, sobre todo si se encontraban en encla-ves accesibles, ya que pronto eran marcados para ser derribados y formar partede mástiles y traviesas. Así pues, el arbolado forestal valenciano de la Ilustra-ción sería menos denso que en la actualidad, aunque de pies arbóreos másvoluminosos, pero éstos raramente alcanzarían el carácter de monumentales; asu vez, los árboles que se salvaran del hacha del Estado serían más fácilmentepresa de la del agricultor.

Debe tenerse en cuenta que algunas de las especies que ahora exhibenmayor abundancia de ejemplares monumentales, como los almeces, o hastaépoca reciente los olmos, raramente alcanzaban un porte arbóreo bien desarro-llado, al ser objeto de prácticas específicas para aprovechar sus ramas. Así, lasvaras de los fresnos de flor, y sobre todo las del almez y el olmo acorchado ocampestre, sirvieron durante siglos para fabricar aperos y bastones en el Vallede Ayora y Cofrentes, Segorbe, Agres y otros enclaves del interior valenciano(v. Bosch, op. cit.; Cavanilles, op. cit.). Las ramas de los sauces proveían el mim-bre para fabricar cestas y útiles para la caza y la pesca, y la madera de ramas ytroncos de hiedra, convenientemente molida, constituía la yesca que se usabapara encender el fuego (E. Laguna, 1998). Así pues, poco podemos esperarque estas especies exhibieran en aquella época grandes ejemplares. En todocaso, los troncos de cualquier árbol de gran porte, y en especial los de las coní-feras, constituían un elemento insustituible para la construcción de edificios, alser el principal componente de vigas, artesonados y elementos exteriores de lasviviendas.

66

Page 55: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Sin duda la mejor obra de referencia para sondear el estado de los árbolessingulares valencianos en la época ilustrada son las Observaciones de Cavani-lles, por cuanto el “abate” recorrió la inmensa mayoría de las poblaciones, uti-lizando sin duda para ello la red de vías pecuarias, que constituían en aquellaépoca los principales caminos y carreterras, y cuya estructura –que no su esta-do de conservación– se ha transferido prácticamente intacta hasta la actuali-dad. Dada su condición de religioso, sus principales informadores locales fue-ron siempre monjes, clérigos y párrocos, como el propio Cavanilles manifiestaen numerosos puntos de su obra; en consecuencia los árboles de las plazas,habitualmente situados junto a las iglesias principales, tampoco pudieron esca-par a su vista.

Cavanilles nos habla en muchas ocasiones de bosques maduros, formadospor ejemplares de respetables dimensiones, casi siempre correspondientes aespecies que hoy en día siguen siendo dominantes en los mismos enclaves; noscita así las carrascas de Vallivana y la Font Roja de Alcoi, los tilos de Vilafran-ca, los alcornoques de Espadán, o los sabinares albares de la confluencia deValencia, Cuenca y Teruel; sin embargo, no destaca ejemplares especialmentesobresalientes, y sus referencias son, en la gran mayoría de los casos, a gruposcompletos de especímenes que califica con apelativos como “grandes”, “robus-tos”, “enormes”, etc. Los únicos árboles que, en grupos o aislados, son tildadosde “monstruosos”, epíteto que podríamos considerar más próximo a nuestroconcepto de “monumental”, son casi siempre los nogales, en especial en lascomarcas interiores y formando parte, las más de las veces, de vegetaciones desotos y valles junto a las riberas, en régimen de semicultivo; habla así con admi-ración de estos ejemplares en sus descripciones de Forcall o de Castielfabib; ensu referencia introductoria al Rincón de Ademuz dice: “vense con freqüencianogales monstruosos, y no pocas veces como bosques de ellos”. Si otro adjeti-vo puede aproximarse a este concepto de árbol monumental es el de “corpu-lento”, que Cavanilles reserva a menudo para los algarrobos, además de paralos propios nogales, o más raramente para especies netamente forestales comocarrascas, quejigos, alcornoques o pinos. Bosch hará referencia a rodales dealgarrobos de grandes dimensiones en la Valldigna o en Tous, pero siempresometidos a los cuidados del cultivo agrario; de los de la Valldigna dijo Cavani-lles: “...les es tan favorable el suelo, y son tan corpulentos, que muchos danhasta 30 arrobas de fruto...”.

La mayoría de enclaves actualmente ricos en árboles singulares pasaronampliamente desapercibidos para Cavanilles; cabe preguntarse si no llegó averlos aun existiendo en tales zonas, si no les dio la importancia que hoy lesdamos o si, simplemente, muchos de esos ejemplares ahora monumentalesposeían aún un porte reducido. Parece evidente que no visitó algunas zonas,ante lo intrincado de la orografía o la falta de seguridad para el viajero; sinduda no llegó a recorrer realmente el camino de la Puebla de San Miguel alCerro Calderón, pues de haberlo hecho habría descrito no pocas especies nue-vas para la Botánica, y dedicado una o más páginas de las Observaciones a la

67

Page 56: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

descripción de tal recorrido; de ahí que sus referencias a grandes sabinas alba-res se ciñan a lo que ahora es, muy probablemente, el sabinar de Losilla deAras o sus inmediaciones, en vez de a las célebres sabinas de Sesga, o al impre-sionante grupo de las “Blancas” de la Puebla de San Miguel, que podríansuperar los 1.000 años de edad. También es cierto que no pasó por zonasactualmente valencianas y ricas en árboles singulares, pero que entonces for-maban parte de regiones colindantes, como ocurre con la Plana de Utiel-Requena. Sin embargo, Cavanilles atravesó inequívocamente muchos caminosque bien podrían promocionarse en la actualidad como rutas turísticas deárboles y arboledas singulares. Baste indicar su referencia al arbolado de lostérminos de Benasal y Culla: “hay en este distrito muchas carrascas y roures demediana corpulencia”; recordemos que la célebre carrasca de Culla está consi-derada como una de las mayores encinas españolas, si no la mayor de todas, yque en su entorno, como en el camino que une más tarde las dos poblacionescitadas, se localizan hoy en día docenas de portentosos ejemplares sobresalien-tes de carrascas y quejigos. Ni siquiera el conocido “Roure de Cavanilles” deSerra d’En Garceran, aquel del que el botánico valenciano extrajera la mues-tra que le permitió describir el Quercus valentina Cav., mereció ser menciona-do en las Observaciones; ¿quizá se trataba de un árbol de baja o mediana tallaen aquella época? Más bien, por el contrario, nos encontrábamos en el margende territorio que la Marina se reservaba para expropiar a bajo precio y cortartodo árbol que fuera de su interés (v. Aranda, 1990), actuación que merecióamplias críticas de los naturalistas e intelectuales ilustrados, incluidos los aquícitados; se trataba de una distancia variable, pero que al menos abarcaba las 25millas terrestres desde la costa, y que se extendía a las tierras interiores a travésde las riberas de los principales ríos navegables de la época (v. Aranda, 1992;Bauer, 1991). En estos perímetros, la administración estatal no sólo extraía elarbolado preexistente, sino que obligaba a los agricultores a plantar un núme-ro determinado de árboles de especies de su interés, comprándoselos más tar-de a un precio ridículo, como criticaría el propio Cavanilles en su descripciónde las tierras del norte de Castellón. Se lamentaba así el abad de que, obligadoslos agricultores a plantar nogales, y una vez que éstos alcanzaban suficienteporte para producir nueces, la Marina obligara a cortarlos y los pagara a unprecio muy inferior al del beneficio que extraerían por la venta del fruto seco.Curiosamente, la Marina parecía indultar a los nogales de grandes tallas, queacostumbran a tener troncos y ramas huecas en la zona valenciana (obs. pers.),y que como más tarde indicaría Clemente (Martín Polo & Tello, 2000), no te-nían mayor fin que servir para hacer tablones con los que fabricar las cajaspara fusiles.

Puede decirse que Cavanilles no describe prácticamente ningún árbolmonumental sobresaliente netamente forestal en su obra. Las referencias aárboles con “nombre propio”, que constituyan hitos geográficos, son escasísi-mas, como ocurre con la “Carrasca de la Legua” situada en la solana de la sie-rra del Carrascal de la Font Roja, bajando desde el Menejador hacia La Sarga.

68

Page 57: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

De hecho, el abad ni siquiera da referencias de ejemplares sobresalientes en loscascos urbanos, ermitas y monasterios; el lector de las Observaciones se sentiráintrigado ante la falta de mención al Olmo de Navajas, al de Aras de losOlmos, o a los ya desaparecidos de Sant Joan de Penyagolosa o la Mare de Déudel Llosar de Vilafranca. Cavanilles cita numerosos topónimos relacionadoscon árboles, en particular cuando habla de fuentes y ermitas, pero no destacani describe grandes especímenes que justifiquen las denominaciones. Tampococita de hecho nuestros más célebres árboles de descansadero de vía pecuaria,como el “Xop” de Bocairent o el “Abuelo” de Cortes de Arenoso, a pesar deque tal ejemplar supera a 600 años de edad. La citada Carrasca de la Legua esprobablemente un árbol de este grupo, pero Cavanilles la cita como un merohito geográfico, sin dar la menor descripción.

Sin duda, la inmensa mayoría de nuestros actuales árboles monumentales,aun siendo por aquella época ejemplares de gran talla para sus respectivasespecies, no sobresalían notablemente sobre el resto, y de haberlo hechohubieran sucumbido tempranamente al furor del hacha y la sierra. 200 añosson ciertamente suficientes para que la carrasca de Culla y la de Xixona, elpino de Onil y otros tantos y tantos árboles con nombre propio, no fueran poraquel entonces tan espectaculares; incluso muchos grandes pinos albares ynegrales ahora muertos, como el “Pi del Comú” de Vilafranca o el de la Marede Déu de la Font de Castellfort, debieron reservarse y lucir sus legendariosportes y tallas tras la entrada del siglo XX. También son muchos años para quelos árboles que verdaderamente sorprendieron a Cavanilles, aquellos nogalesde Forcall y Castielfabib, hayan desaparecido arrasados por la codicia humana,o simplemente barridos por el peso de la edad. Esperemos, pues, que la heren-cia que hemos recibido, esos centenares de árboles sobresalientes que enmuchos casos contemplaron el paso de Cavanilles, De la Croix, Clemente yotros tantos ilustrados, sobrevivan durante los próximos siglos, y quién sabe sien algunos casos hasta el próximo milenio.

BIBLIOGRAFÍA

A.E.P.J.P. 1999. Norma Granada. Método para valoración de árboles y arbustos ornamentales. 2ª ed.Asociación Española de Parques y Jardines Públicos (A.E.P.J.P.).

Aranda, G. 1990. Los bosques flotantes, Historia de un roble del siglo XVII. Organismo AutónomoParques Nacionales. Madrid.

Aranda, G. 1992. La Ordenanza de Marina de 1748. Montes 28: 15-18.Bauer, E. 1991. Los Montes en la Historia de España. Fundación Conde del Valle de Salazar.

Madrid.Bergnes, A. 1831-1834. Diccionario Geográfico Universal Español. 10 vols. Imprenta Josep Torner.

Barcelona.Bernat, J.S. & Badenes, M.A. 1994. Crecimiento de la población valenciana (1609-1857). Edicions

Alfons el Magnànim. Institució Valenciana d’Estudis i Investigació. Valencia. Bosch, M. 1866. Memoria de la inundación del Júcar en 1864, presentada al Ministerio de Fomento

por D. Miguel Bosch y Juliá. Imprenta Nacional. Madrid.

69

Page 58: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

C.A.M.A. 1996. Los Montes Valencianos en cifras. Extracto del Segundo Inventario Forestal de laComunidad Valenciana. Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente (=C.A.M.A.), Generali-tat Valenciana. Valencia.

Cardells, F. 2001. 200 aniversario de la memoria premiada por la Real Sociedad Económica deAmigos del País de Valencia: Los montes del Reyno de Valencia (J. de la Croix, 1800) y comen-tarios actuales. Anales Real Soc. Económ. Amigos del País 1999-2000. Valencia. (2): 677-696.

Cardells, F. & Salvador, P.J. 2000. Manual de valoración de árboles y arbustos. Centro de IngenieríaEconómica. Universidad Politécnica de Valencia. Valencia.

Casals, V. 1996. Los ingenieros de montes en la España contemporánea, 1848-1936. Ediciones delSerbal. Barcelona.

Cavanilles, A.J. 1795-1797. Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Pobla-ción y Frutos del Reyno de Valencia. Imprenta Real. Madrid. Edición facsímil: Albatros Edicio-nes. 13ª edición (2002). Valencia.

Currás, R. 2001. El ayer de los montes valencianos: Breve reseña histórica. Anales Real Soc. Eco-nóm. Amigos del País 1999-2000. Valencia. (2): 639-651.

De la Croix, J. 1801. Los montes del Reyno de Valencia: clase, calidad, uso y abundancia o escasez desus maderas: rios y carreteras que facilitan su extracción: causas de la decadencia de los montes deeste Reyno, medios de evitarla y de asegurar su permanencia. Imprenta Benito Monfort. Valen-cia.

Gómez Mendoza, J. 1995. Máximo Laguna y la Botánica Forestal española. pp 35-80 in GómezMendoza, J. & al.: Geógrafos y naturalistas de la España contemporánea. Universidad Autóno-ma de Madrid. Madrid.

González Escrig, J.L. 2002. Ingeniería y Naturaleza. Aportaciones de los Ingenieros de Montes Espa-ñoles a las Ciencias Naturales durante el siglo XIX. Asociación y Colegio Nacional de Ingenierosde Montes. Madrid.

González Escrig, J.L. & Fernández Ruiz, B. 1997. Máximo Laguna y Villanueva (1826-1902). Unmanchego autor de la Flora Forestal Española. Instituto de Estudios Manchegos (CSIC). Ciu-dad Real.

Laguna, E. 1997. La Flora y la Botánica valencianas desde Cavanilles hasta nuestros días. pp. 452-483 in Lacarra, J., Sánchez, X. & Jarque, F.: Las Observaciones de Cavanilles, doscientos añosdespués, vol. 4. Fundació Bancaixa. Valencia.

Laguna, E. 1998. Catálogo de recursos fitogenéticos agrarios olvidados o en abandono en la Comuni-dad Valenciana. Fundació Bancaixa. Valencia.

Laguna, M. 1868. Comisión de la flora forestal española: Resumen de los trabajos verificados durantelos años 1867 y 1868. Ministerio de Fomento. Madrid.

Laguna, M. 1870. Comisión de la flora forestal española: Resumen de los trabajos verificados durantelos años 1869 y 1870. Ministerio de Fomento. Madrid.

Laguna, M. & De Ávila, P. 1883-1890. Flora Forestal Española, que comprende la descripción de losárboles, arbustos y matas que se crían silvestres o asilvestrados en España, con breves notas yobservaciones sobre el cultivo y aprovechamiento de los más importantes y con láminas que losrepresentan. 2 vols. Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos. Madrid.

López Piñero, J.M. & Navarro, V. 1995. Història de la ciència al País Valencià. Edicions Alfons elMagnànim. Institució Valenciana d’Estudis i Investigacions. Valencia.

Madoz, P. 1845-1850. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones deUltramar. 16 vols. Madrid.

Martín Polo, F. & Tello, E. 2000. Historia civil, natural y eclesiática de Titaguas, de D. Simón RojasClemente y Rubio. Cuadernos de Filología, anejo nº 38. Facultad de Fiolología. Universitat deValència. Valencia.

Mateu, J.F. 1986. Cavanilles: L’home i l’època. Debats 15: 4-15.Mateu, J.F. 1995. Cavanilles y el oficio ilustrado de viajar. pp. 15-55 in Lacarra, J., Sánchez, X. &

Jarque, F.: Las Observaciones de Cavanilles, doscientos años después, vol. 1. Fundació Bancaixa.Valencia.

Melià, C. 1987. L’economia del Regne de València segons Cavanilles. L’Estel. Valencia.

70

Page 59: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Nieva, J.M. 1865. Disertación sobre la necesidad de los bosques, arbolados y plantíos. Boletín de laSociedad Económica de Amigos del País de Valencia, tomo XIV (publicación del mismo infor-me, inicialmente editado en 1822 por la imprenta M. Burgos de Madrid).

Reyna, S. & Fernández Guijarro, B. 1998. Existencias de los montes valencianos en el siglo XVIII.Comparación con el 2º inventario forestal nacional. Montes 51: 88-93.

Reyna, S. & Fernández Guijarro, B. 2001. Evolución histórica de las masas forestales en la Comu-nidad Valenciana del S. XVIII a la actualidad: La información de Cavanilles y Delacroix. AnalesReal Soc. Económ. Amigos del País 1999-2000. Valencia. (2): 653-676

Rosselló, V.M. 1987. A. J. Cavanilles, naturalista de la Ilustración (1745-1804). Bol. Inform. Funda-ción Juan March 173: 3-20.

Urteaga, L. 1984. Explotación y conservación de la naturaleza en el pensamiento ilustrado. Col. GeoCrítica nº 50. Universitat de Barcelona. Barcelona.

Urteaga, L. 1987. La tierra esquilmada. Las ideas sobre la conservación de la naturaleza en la culturaespañola del siglo XVIII. Ediciones del Serbal / CSIC. Barcelona.

71

Page 60: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

RAFAEL CEBRIÁN GIMENOEscritor y naturalista

Valencia

LOS ÁRBOLES DE LA ILUSTRACIÓNEN EL PAISAJE FORESTAL

Page 61: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

A NTE todo, quiero agradecer a Francisco Cardells su amable invitación aparticipar en este ciclo por él organizado, con cuyo contenido y objetivos

me siento profundamente identificado, por mi procedencia del mundo excur-sionista: soy miembro antiguo del Centro Excursionista de Valencia, entidaddecana en nuestra comunidad, con más de medio siglo de existencia. Es, preci-samente, desde esta óptica y desde la perspectiva del íntimo contacto con lanaturaleza y de la preocupación por su conservación por donde va mi interven-ción en este interesante ciclo. Una intervención desde la visión idealizada delmedio natural como espacio de desenvolvimiento excursionista y de la armóni-ca integración de los bosques y de los árboles monumentales como patrimoniobotánico y componentes estéticos del paisaje.

El excursionismo a pie permite aproximarse íntimamente a la realidad geo-gráfica, social y cultural del país y, muy directamente, a los espacios naturales,todo ello paso a paso, de manera sosegada, sin la velocidad deformadora ycompetitiva que define objetivos mayoritarios de nuestra sociedad. Esta activi-dad incorpora un conocimiento amplio del mundo de las montañas, predo-minante en el relieve del interior valenciano, desde la perspectiva de nuestracultura, de una cultura eminentemente urbana que introduce una visión respe-tuosa y enriquecedora del paisaje.

Mi intervención y el contenido de estas reflexiones no proceden del cono-cimiento académico de la materia. No soy experto en botánica, sino un obser-vador, lo más atento posible, de la naturaleza. No estoy capacitado para haceruna valoración, en esta disciplina, de la singularidad de muchos árboles y delos bosques, solamente deseo expresar los sentimientos y sensaciones de cara ala naturaleza, la preocupación por su conservación, por las razones íntimas yestéticas antedichas y por las consecuencias ambientales de deterioro ecológicoque se derivan de su mal uso, sobreexplotación o destrucción irreversible.

El excursionismo, entendido de esta forma, tiene sus raíces en la revolucióncultural, del pensamiento y de la nueva dimensión del hombre que propició laIlustración. Y la investigación científica ilustrada que iba desvelando los secre-tos de la Naturaleza y primando la razón sobre el ocultismo y las interpreta-

75

Page 62: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

ciones esotéricas, más o menos interesadas, de los fenómenos naturales. Elmovimiento renovador de la Ilustración prefigura la visión idealizada y desinte-resada de la Naturaleza que se afirma en el Romanticismo. Este innovador cam-bio conceptual en la relación del hombre con el medio, da contenido al ideariodel excursionismo, del alpinismo, de la aventura geográfica y del interés por elpasado histórico y las tradiciones, junto a otros destacados movimientos cultu-rales acuñados en el siglo XIX que aportan la puesta en valor del medio natural,como bien cultural y patrimonial, perteneciente al colectivo social, comoherencia a conservar y trasmitir a nuestros descendientes.

Por todo ello quiero recordar el interesante ciclo celebrado recientementepor la Real Sociedad, en este mismo lugar, sobre la Ilustración Europea y, almismo tiempo, situar, dentro del contexto intelectual de Las Luces, a nuestroCavanilles como botánico de la Ilustración. Sin intentar, ni mucho menos, enaras de la obligada brevedad de esta mesa redonda, tratar en profundidad tanimportante figura; únicamente quiero apuntar, a trazos rápidos, lo que su obray su ejemplo significan para nuestro excursionismo.

La lección recibida de nuestro ilustre botánico y viajero es la de una Geo-grafía vivida por el maestro, sobre la realidad constatada paso a paso ante sumirada atenta. Un párrafo de introducción a las Observaciones expresa lahonestidad de este propósito que, de forma tan certera, cumplió como cronistay observador del país que exploraba. Cito textualmente: Hablaré de lo que hevisto...; y prosigue: pero quedará aun mucho que añadirán otros más instruidos,contentándome con haber tirado las primeras líneas del quadro.

Sus escritos reflejan las emociones del naturalista con un estilo líricamentesencillo y sensible que expresa su admiración por las manifestaciones de lanaturaleza, y sus observaciones sobre la relación de los seres vivos con el medioen que se desarrollaban, le acreditan como un verdadero precursor de la Eco-logía.

Todas estas razones, no las únicas, han hecho de Cavanilles el santo laico yel origen conceptual de nuestro excursionismo, un excursionismo comprome-tido con la defensa del patrimonio natural y humano, en una permanente refe-rencia y evocación del maestro geógrafo, botánico e incansable viajero querecorrió la totalidad de las tierras del Antiguo Reino de Valencia, cuyo legadoha quedado inmortalizado como Las Observaciones.

Retomando el tema central de los árboles: nuestros bosques, en su mayorextensión, son de hoja perenne, como adaptación a un clima nada benévolo ensus dones, de lluvias escasas y desiguales en sus precipitaciones, acompañadasde largos períodos de sequía. Pero esta monotonía cromática no es totaliza-dora, y así tenemos representadas muchas especies forestales, aun de formaresidual, de transición o pertenecientes al clima húmedo. Como testigos delbosque secular, sobreviven en nuestras montañas árboles monumentales, sin-gulares por su longevidad y de grandes valores botánicos y paisajísticos. Vamosa ver algunos de estos ejemplares a través de las siguientes diapositivas.

76

Page 63: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

PROYECCIÓN DE DIAPOSITIVAS COMENTADAS

Roble de Cavanilles, en Serra d’en Garceran, protegido por unas vallas coloca-das por iniciativa del Colegio de Farmacéuticos de Castellón. Se suponeque sirvió a Cavanilles para su estudio e identificación como especie valen-ciana.

Robles del Mas de la Roca. Morella. Magníficos ejemplares bien conservados.Sabinas: La sabina de Alcotillas. Sabinas de la sierra de El Toro. Sabinas rastre-

ras y paisaje continental de las sierras de El Toro. Sabinas milenarias –Tra-vinas de La Yesa–, ejemplares de propiedad privada.

El Roure Gran, término de Ares del Maestre. Características. Otras diapositi-vas de diversos ejemplares de la zona, algunos caídos, en torno al Mas delsHorts, demostración de la existencia de un bosque anterior del cual el Rou-re Gran no era un ejemplar aislado.

Carrasca de Culla: sus características monumentales; belleza del laberinto ycorpulencia de la enramada. Propiedad privada.

Alcornoques de Espadán, barranco de Cabrera (Alfondeguilla) y del Hembraren Chóvar.

Pino Pablo. Ejemplar de Pino Negro en Los Serranos. Pino silvestre en los altos de El Calderón.Arces del Maestrat.Choperas de Salvassoria.La Fagera del Retaule. Faig Pare y Pi Gros en La Tinença de Benifassà, uno de

los hayedos más meridionales de Europa.

Muchos de los árboles monumentales tienen nombre propio, denominacio-nes populares que, en algunos casos, han pasado a ser topónimos, prueba de sulongevidad y la significación que han tenido en el paisaje como necesaria refe-rencia en la relación del hombre y el territorio.

En las imágenes que he pasado no están, ni mucho menos, todos los árbo-les singulares de los bosques valencianos merecedores de tal significación, nitampoco todas las especies y subespecies con las que contamos. Tendríamosque incorporar: enebros, madroños, acebos, bojes... También deberíamos añadirlos árboles de las plazas de los pueblos, generalmente olmos centenarios,muchos de ellos en trance de desaparición por la grafiosis. Igualmente losárboles de los santuarios, los cipreses jalonando los calvarios; los de las eras, lasque sombreaban el descanso del duro trabajo de la trilla; los de las vías pecua-rias. Los árboles de cultivo, algunos excepcionales por su longevidad. Recordarel sagrado olivo: hay varios ejemplares milenarios en nuestros campos. Losárboles que formaban parte de la economía doméstica cuyas ramas se aprove-chaban para construir herramientas: el tejo, el almez, el chopo... Unir su presen-cia asociada a la del hombre, inseparable desde el descubrimiento del fuego enlas sociedades primitivas hasta nuestros días.

77

Page 64: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Los árboles no forman parte tan fundamental de nuestras tradiciones esoté-ricas al modo que lo han sido para los vascos, poseedores de una rica mitologíaasociada a los bosques y a los árboles seculares, integrados en las creencias delas sociedades primitivas sostenidas por la tradición oral. La memoria de lasacralización de muchos árboles en las culturas clásicas mediterráneas ha sidoborrada por la acumulación cultural y la religión.

En esta breve proyección está el intento de traer algunos gigantes, ances-tros del bosque que nos trasladan en el tiempo, incluso más allá de la propiaIlustración. También está la intención de destacar su singularidad patrimonial,por encima de sus excepcionales dimensiones, como supervivientes de los,otrora, bosques seculares y de gran porte que la desmedida explotación hadegradado. Testimonios históricos en muchas ocasiones, de bosques extingui-dos por talas exhaustivas, sin reforestación que garantizara su supervivencia yque nos muestra cuál era el paisaje forestal destruido por una explotación nadasostenible.

Todos estos árboles conforman un corpus patrimonial, por su belleza y porsu intervención en los procesos ecológicos. Constituyen motivos de interésbotánico, cumplen una función educativa, como símbolos de concienciaciónsobre el deseable desarrollo sostenible. De interés excursionista, han sido moti-vo en nuestra sociedad, el Centro Excursionista, de visitas específicas y deciclos dedicados a los bosques. Son, igualmente, interesantes recursos para lapropuesta de un turismo cultural. Suponen, en suma, un legado de gran mag-nitud que debemos conservar y transmitir a nuestros descendientes; una llama-da para un compromiso moral de preservación de estas reliquias forestales queimpliquen a la sociedad civil y a las instituciones. Los cambios culturales denuestra sociedad, más sensible a la conservación de los espacios naturales y asu incorporación patrimonial, han inducido a la consideración de nuestrosbosques más por su función ecológica que como elementos meramente made-rables.

78

Page 65: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

FRANCISCO GALIANA GALÁN Doctor Ingeniero de Montes

Universidad Politécnica, Valencia

LA ILUSTRACIÓNY LA CONSERVACIÓN DE LOS

MONTES VALENCIANOS

Page 66: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

INTRODUCCIÓN

Q UISIERA al comienzo de la disertación no pasar por alto mi especial agra-decimiento a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valen-

cia por la invitación a la participación en esta mesa redonda sobre “Los árbolesde la Ilustración en el paisaje forestal”, así como mi consideración hacia loscontertulios y moderador, quienes representan bien aquel espíritu ilustradoque distingue tan favorablemente dicha época del pensamiento.

El afán de conocimiento y de la transformación de una realidad acantonadaen su tiempo por un largo periodo fundamentado en la tradición y la religión,distingue la actitud emprendedora de los ilustrados, que ha marcado notable-mente la senda del proceder humano hasta la sociedad tecnológica actual.

Una vez más, con riesgo de caer en el tópico, se debe pensar en la impor-tancia de la conservación de nuestros montes y por tanto de la vigencia y opor-tunidad de este ciclo acerca de los montes valencianos. Son entes vivos quenecesitan de la consideración y cuidado constante de la sociedad que no siem-pre los valora en su justa medida, por cuanto no se llega a la apreciación de susvalores intangibles o externalidades ambientales. Ésta es de las peores amena-zas ambientales en las que se puede caer, por la que se obvia los riesgos natura-les hasta que se convierten en catástrofes.

El objetivo aquí es, por tanto, la aportación de algunos comentarios, sinánimo de ser exhaustivo, sobre la importancia del movimiento de las ideas ilus-tradas en el conocimiento de la naturaleza y en consecuencia hacia su conser-vación, y cómo pienso que impregnó el origen de la gestión forestal cuyos pri-meros movimientos pusieron un contrapunto a una tendencia del uso ydisfrute sin límites de los recursos forestales españoles. Uno de sus hitos llegahasta nosotros como figura sintética de conservación y que configura el Catálo-go de Montes de Utilidad Pública, cuyo reciente bicentenario no deberíapasarse por alto.

Se trae a la memoria algunas pinceladas en pro de los montes valencianos yespañoles reseñando algunos de los aspectos más positivos fruto del pensa-

81

Page 67: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

miento ilustrado que ha llevado más allá de lo cotidiano el desarrollo del país.La situación paupérrima del país ha llevado frecuentemente en nuestra historiaal uso de sus recursos forestales no más que como un capital que debía amorti-zarse para financiar su funcionamiento y las diversas políticas del estado.

LA PROBLEMÁTICA DEL PAISAJE FORESTAL DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX

La idea imprescindible de la gestión del monte ha sido la de constituir unafuente de recursos renovables y que éstos han jugado un papel más o menosestratégico en el desarrollo de la economía del país. Sin embargo, el manteni-miento de su ciclo vital y de la garantía de la renovación de los productos noha sido el punto fuerte de dicha gestión. El desarrollo poblacional de la épocailustrada precisó de una fuerte demanda de materias primas forestales confinalidad energética y para la construcción en la vivienda y la construcciónnaval, mucho más dinámica en dicho periodo. Esto no trajo más que un incre-mento de presión en los montes ya supeditados a la expansión secular de laagricultura y ganadería que arrebataba las mejores tierras. Por tanto, los mon-tes se enfrentan a una cierta capacidad de transformación y la necesidad deuna pérdida de su espacio por el cambio de los usos.

La legislación en materia de protección de los bosques no había sido muysignificativa y en todo caso muy parcial hasta el momento. La situación domi-nante era la legislación de ordenanzas de la Marina que aplicaban en susdemarcaciones. 1 Eran muy poco populares por el carácter punitivo y limitadorde los usos del monte por parte de las comunidades, pueblos y particulares yfueron denunciadas por los ilustrados por basarse en principios poco raciona-les (Casal Costa, 1996). Si bien la Marina emprendió iniciativas legales parael fomento de la repoblación de los bosques, éstas no tuvieron gran trascen-dencia. 2

Sin embargo, las ideas liberales supusieron también un fuerte contraste enla función y organización del estado. La función pública carecía de iniciativa yno podría fundamentar un verdadero cambio económico. Las ideas liberalesinglesas importadas sobre que el estado y cualquier entidad política no son losmás aptos para la gestión de una empresa económica, se trasladó en contra dela gestión forestal pública (Bauer, 1980).

La riqueza forestal nacional sufre en consecuencia una política desamorti-zadora que afectó directamente a la propiedad forestal del clero y de las enti-dades públicas, mediante ventas a particulares, con el supuesto fin de la mejora

82

1 Ordenanzas para la conservación y aumento de los montes de la Marina de 1748. Tenían efectosobre los montes de jurisdicción de la Marina y estaban ejecutadas por un cuerpo especial de fun-cionarios.

2 Real ordenanza para el aumento y conservación de los montes y plantíos de 1748 y las Ordenan-zas para los montes de la Marina (1803) de carácter liberalizador, pero que no llegó a aplicarse.

Page 68: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

económica del terreno transformando al cultivo agrícola y al pastoreo. Lasprincipales consecuencias forestales se concretaron en una abusiva tala de losvuelos y por tanto una aceleración de los procesos de la destrucción de los bos-ques, al no poder mantener los principios de la sostenibilidad y de la persisten-cia; pérdidas económicas efectivas y potenciales, al carecer de reservas foresta-les, y una aceleración de desequilibrios ambientales, lo que acabó acarreandolos fenómenos de las erosiones e inundaciones.

INFLUENCIAS DE LAS IDEAS ILUSTRADAS EN LA HISTORIA FORESTAL

La Ilustración trajo por sí misma un cambio de actitud en el desarrollo delconocimiento y de las ciencias naturales, también respecto del medio ambientey su manejo, con la concertación de numerosos estudios y expediciones cientí-ficas y de carácter económico-social que han permitido tener una buena infor-mación de su tiempo. El mundo forestal no fue ajeno y se nutrió de la informa-ción de los naturalistas cuyas obras son un verdadero testimonio de la vida ydel estado natural.

A la vista de estas aportaciones en lo forestal se debería mencionar almenos las realizadas por Antonio Ponz. Eclesiástico, pintor y naturalista, queescribe la obra Viaje de España donde a lo largo de sus 18 tomos trata del arte,naturaleza y del paisaje y es de destacar las descripciones de bosques y las pro-puestas de su mantenimiento y conservación con medidas selvícolas. No menosimportante es la contribución del naturalista Antonio José Cavanilles, tambiéneclesiástico valenciano y célebre botánico. Su obra más conocida es Observa-ciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del rei-no de Valencia, tan enriquecedora del conocimiento de los montes valencianos.

El testimonio de los naturalistas ilustrados trajo consigo una verdadera crí-tica a la legislación en materia de montes y en concreto a las ordenanzas de laMarina dada su ineficacia para la conservación y mejora de los vuelos. Cavani-lles (1795; Mateu Bellés, 1995) refleja en su obra la problemática residual de lapolítica del ministerio de la Marina y que experimentó frecuentemente en susviajes. Pero este criterio se afianzó en quienes propusieron y llevaron a cabo lapolítica de desamortización de los montes españoles. 3 La crítica ilustrada a lasordenanzas quería señalar el obstáculo legal que representaban para la universa-lización de la propiedad privada y como elemento desincentivador de la producti-vidad agraria y en segundo lugar mostrar su ineficacia para garantizar la consecu-ción de su objetivo proclamado de “mayor aumento y conservación de los montes”(Casal Costa, 1996).

83

3 El propio Gaspar Melchor de Jovellanos (1795) presenta una fuerte crítica, en el Informesobre la Ley Agraria en la Sociedad Económica de Amigos del País, hacia las ordenanzas de montesde la Marina.

Page 69: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Uno de los aspectos más relevantes de la Ilustración es la promoción delsaber y la divulgación en general mediante las Sociedades Económicas de Ami-gos del País. Estas sociedades económicas nacieron para promover la agricultu-ra, el estudio de las ciencias naturales, la economía, el comercio y el arte. Suorigen fue centroeuropeo a mediados del siglo XVIII y se extendieron inmedia-tamente a España. El fomento del conocimiento de los aspectos forestales fueentre otras una de las principales tareas que se propusieron los Amigos delPaís, mediante la promoción de publicaciones, premios y conferencias.

En 1800 la Asociación Económica de Amigos de Valencia premió la memo-ria de uno de sus miembros, Joaquín De La Croix y Vidal (1981), titulada Losmontes del Reyno de Valencia; clase, calidad, uso y abundancia o escasez de susmaderas; ríos y carreteras que facilitan su extracción; causas de la decadencia delos bosques de este Reyno, medios de evitarla y de asegurar su permanencia.Entre sus conclusiones no sólo se lamenta del mal estado de los montes osubraya la importancia del bosque para el clima y la protección del medioambiente, sino que propone varios medios para fomentar la selvicultura.

De la Croix planteaba la necesidad de una gestión forestal en todas susacepciones. La necesidad de una administración forestal cuando expresa laesperanza de que en Valencia se pudiese establecer la primera Inspección deMontes en España, “capaz de producir los mejores efectos con relación al Estadoy a la felicidad de sus naturales” y las bases para la conservación de los montesen España que resume en la concurrencia de dos requisitos indispensables(Bauer, 1980): una sistemática investigación, racional organización y técnica acargo de personal especializado en ciencia forestal; y que los ciudadanos supieranque los bosques son necesarios para el bien común y que, por tanto, deben cuidar-los y explotarlos subordinando su propio interés al más alto y primordial de lanación, llegando a formar una verdadera conciencia forestal nacional.

El desarrollo de la ciencia forestal tuvo su inicio entre los jardineros a tra-vés de la arboricultura aplicada a jardines y en los jardines botánicos. Una delas aportaciones del periodo ilustrado fue la de pasar de la simple arboriculturaa la más elaborada selvicultura, donde la fundamentación botánica y la experi-mentación ya desempeñaban un papel destacado (Casal Costa, 1996). Los jar-dineros mayores 4 relacionados con los estudios agronómicos con finalidadesprácticas marcaron una sensibilidad, ya generalizada entre los ilustrados, enfavor de la necesidad de la conservación de los montes, ya sobreexplotados, yde la intervención pública en la gestión forestal.

El pilar básico para la formalización de una ciencia y tecnología forestal yen favor de un cambio de rumbo en la defensa de los montes fue la fundaciónde la Escuela Especial de Ingenieros de Montes en Villaviciosa de Odón

84

4 Los jardineros mayores del Jardín botánico de Madrid como Claudio Boutelou (1799) oAntonio Sandalio de Arias (1814), profesores de agricultura que introdujeron las primeras ense-ñanzas en relación con la arboricultura y selvicultura, influenciados por autores franceses a quieneshabían llegado los principios de la Dasonomía o ciencia de los montes desde Alemania.

Page 70: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

(Madrid) en 1847. La Dasonomía, ciencia de los montes, había sido establecidaa principios del XIX por Jorge Luis Hartig y Enrique Cotta, 5 quienes estable-cieron los fundamentos de su cuerpo teórico y conceptual, independizándolade las ciencias agronómicas. En 1835 se había planteado por primera vez lacreación de una escuela forestal que se pretendió identificar como de ingenie-ros de bosques. Después de una estancia en la escuela Tharandt que dirigíaCotta, donde se formaron algunos de los primeros profesores, fue fundada porD. Agustín Pascual González, quien ejerció de profesor de selvicultura durantemuchos años, y por D. Bernardo de la Torre Rojas que la dirigiría en primertérmino (García-Escudero y Fernández de Urrutia, 1948).

En el mismo sentido y en pro del establecimiento de la actividad de la ges-tión forestal, es de trascendental relevancia la creación del Cuerpo de Ingenie-ros de Montes en 1854. Hay que destacar en este foro de Valencia de Amigosdel País, a Juan Navarro Reverter (nacido en Valencia en 1844) que desempe-ñó una gran actividad económica y política, llegando a ser ministro de Hacien-da, presidente del Consejo de Estado y Embajador en el Vaticano. Este inge-niero de montes terminó la carrera en la Escuela de Villaviciosa de Odón en1866 (14ª promoción) y fue nombrado profesor de la misma, desempeñandolas cátedras de Mecánica, Química y Geodesia.

Respecto a la conservación de los montes, la culminación de la EscuelaSuperior y el Cuerpo de Ingenieros de Montes fueron un contrapunto en lapolítica general desamortizadora de la segunda mitad del siglo XIX. Por unReal Decreto de 22 de enero de 1862 se encomendó al Cuerpo de Ingenierosde Montes la confección, por provincias, de un Catálogo de los Montes Públi-cos exceptuados de la desamortización. El catálogo y sus implicaciones legalesfueron configurándose con un largo camino de reveses y avances de la políticade desamortización de los montes españoles en los que los principales actoresfueron los ministerios de Fomento y de Hacienda. Finalmente, se sobrepusolos intereses conservacionistas del patrimonio forestal al constituirse despuésde varias revisiones el definitivo catálogo según el Real Decreto de 1 de febrerode 1901, en el que se consolidó una cabida de los montes que abarcaba casi 5millones de hectáreas. Este Catálogo de Montes de Utilidad Pública que seexceptuaban de la enajenación, tiene un fuerte significado al ser un primer yprincipal instrumento de conservación de los montes y de las masas forestales,que históricamente ha sido la mejor protección del territorio hecha nunca enEspaña (Mangas, 2001; Reyna & Fernández Guijarro, 2001).

La inercia ilustrada hacia una verdadera concienciación de la protección delos montes no sólo ocupó los ambientes técnicos y científicos sino que intentóque calara en toda la sociedad con el afán de sensibilizar a las jóvenes genera-ciones. Una de sus principales expresiones fue la fiesta del árbol, cuya finalidad

85

5 Enrique Cotta es considerado el padre de la Dasonomía. Dirigió la Escuela Alemana de Tha-randt en la que se formaron los primeros profesores de la Ingeniería de Montes, entre ellos D. Agustín Pascual, introductor de la ciencia de los montes en España.

Page 71: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

principal era pedagógica y la inculcación de afición por la conservación de losbosques. Surge en Barcelona a instancias de Rafael Puig y Valls (1898) a imita-ción de alguna fiesta del árbol estadounidense con el objeto de inspirar a lasnuevas generaciones respeto y amor por el árbol. Se efectuó mediante activida-des educativas en las escuelas que premiaban la redacción de las mejores carti-llas forestales con finalidad pedagógica y también se instaba a los maestros a lacelebración anual de la Fiesta del árbol. En pocos años este tipo de fiestas seextendieron por España y en 1911 se constituye en Madrid la Sociedad Espa-ñola de Amigos del Árbol, cuyo principal animador y cofundador fue el fores-tal Ricardo Codorniu y Stárico. Se ha remarcado el significado del proyectopedagógico en cuanto a experiencia avanzada, probablemente la primera, deeducación ambiental (Casal Costa, 1996).

SITUACIÓN ACTUAL DEL PAISAJE FORESTAL EN LOS MONTES VALENCIANOS

La influencia histórica de las ideas ilustradas y las consecuencias comenta-das en este contexto y ámbito forestal, tienen trascendencia respecto de lasituación ambiental actual.

En primer lugar, recientes comparaciones de las existencias forestalesactuales 6 de los montes valencianos respecto a la situación descrita por Joa-quín De La Croix y Vidal (1801) en el siglo XVIII señalan una composición dela cubierta arbórea no muy distinta e incluso menos extensa que las existenciasde los montes valencianos actuales (Reyna & Fernández Guijarro, 1998). Estosautores estiman que el número de árboles se ha doblado en los dos últimossiglos, fundamentalmente por el aumento de las superficies arboladas. Tampo-co la composición de las especies ha variado de forma importante, existiendoen ambos inventarios un fuerte predominio del pino carrasco sobre el resto delas especies. Esta especie y el alcornoque, en las zonas silíceas, han incrementa-do notablemente su presencia en la práctica totalidad de su superficie estudia-da. Sin embargo, el pino rodeno y la encina han sido las especies con mayorreducción en número de pies, si bien esta última mantiene una expansión enlas últimas décadas.

La comparación del Catálogo de Montes de Utilidad Pública y sus poste-riores revisiones para el caso de la provincia de Valencia concluye el importan-te avance del pino carrasco en detrimento de las otras especies de pinos muchomás higrófilas y nemorales. Hemos de destacar que al menos en esta provincia noha habido un cambio significativo de su cubierta vegetal en los últimos 150 años,ésta se ha incrementado al restar extensión al matorral (Gordo y Gil, 1990).

En segundo lugar, en la Comunidad Valenciana se ha de entender una eta-

86

6 Establecidas por el 2º Inventario Forestal Nacional de los Montes Valencianos (MAPA,1995) en las mismas demarcaciones en las que ejercía el dominio la Marina, las gobernaciones deValencia, Alcira, Castellón y Peñíscola.

Page 72: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

pa semejante a la de la fundación de la Primera Escuela de Ingenieros de Mon-tes y la institución de su Cuerpo Profesional. En los veinte últimos años, elmarco autonómico ha permitido una expansión de las escuelas de IngenieríaTécnica Forestal y de Montes, y estos estudios han sido ya implantados recien-temente.

La Comunidad Valenciana cuenta actualmente con ambas titulaciones aúnen fase de adaptación. En el curso 1993-94 se implanta en la Escuela Politécni-ca Superior de Gandía la titulación de Ingeniero Técnico Forestal, especiali-dad en Explotaciones Forestales, 7 que incluye una estructura de tres intensifi-caciones, Recursos Forestales, y otras dos con un marcado carácter medioam-biental, Estructura y Dinámica de Ecosistemas y Técnicas Medioambientales. Enla actualidad se imparte también el tercer curso de la titulación de Ingenierode Montes 8 (en la E.T.S. de Ingenieros Agrónomos) que pretende desarrollarinicialmente dos especialidades o intensificaciones: la de Ingeniería del MedioNatural y la de Gestión del Medio Natural. Una tercera posibilidad sobre laindustria de la transformación de la madera y mueble ha quedado un tanto con-gelada, por el momento.

La situación y la presión social sobre los montes son hoy muy distintas delas amenazas desamortizadoras de antaño. La actitud hacia el monte y en con-creto hacia el bosque ha cambiado con los últimos tiempos, pero la amenazade la pérdida de la masa forestal sigue persistiendo en el momento actual, aun-que por causas distintas. El monte sigue acotado por las conversiones agrícolasexpansivas que si bien puntual, va sumando lentamente una transformacióndel entorno físico del monte; las amenazas de los grandes incendios e inunda-ciones que acapara gran parte de la política ambiental, o bien un desaforadocambio de usos por la demanda actual de vivienda que ha ahogado algunos delos ambientes forestales ya de por sí muy limitados, como el litoral de la Comu-nidad. La franja litoral está sometida a una conurbación espacial marcada porlas segundas residencias donde tan sólo cabe la protección de espacios de valorecológico alto, pero que en su resultado ha supuesto una constante pérdida delas masas arboladas.

La situación no es alarmante si nos atenemos a las comparaciones vistasrespecto al informe de De La Croix, sin embargo no era tampoco una situaciónde excelencia la descrita por su informe. Se espera que el afán emprendedor yel espíritu conservacionista que caracterizó al pensamiento ilustrado, que llevóa una política de defensa del monte presente en el comienzo de la escuela y delos primeros ingenieros forestales españoles, se impregne también en las futu-ras generaciones de ingenieros forestales valencianos. Las ideas y actitudes ilus-

87

7 La Universidad Politécnica de Valencia estableció el Plan de Estudios de Ingeniero TécnicoForestal, que se publicó en el BOE de 2 de marzo de 1995.

8 El plan de estudios fue aprobado por la Resolución de 6 de octubre de 1999 (BOE de 26 deoctubre).

Page 73: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

tradas respecto al estudio y el entendimiento de los ecosistemas forestales y lapreservación de los recursos deben ser emuladas.

La imagen de los árboles centenarios llegados a nuestros días a través de lasdescripciones de naturalistas valencianos y que hoy reconocemos, muestra unaesperanza de preservación de los valores culturales de los arbolados de nues-tros montes. Se debe reivindicar el carácter protector y conservacionista de latarea realizada en los montes gracias a la cual han llegado a nosotros en unbuen grado de conservación. La protección del paisaje forestal ha estado vin-culada a la conservación de los montes, con sus actividades y usos tradicionalescompatibles con la persistencia del bosque, que ha supuesto la verdaderadimensión de su desarrollo sostenido.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bauer Manderscheid, E., 1980. Los montes de España en la Historia. Servicio de PublicacionesAgrarias. Ministerio de Agricultura. Madrid. 610 pp.

Casal Costa, Vicente, 1996. Los ingenieros de montes en la España contemporánea 1848-1936. Edi-ciones del Serval, Barcelona. 432 pp.

Croix y Vidal, Joaquín de la, 1801. Memoria que contiene la indicación de los montes del Reyno deValencia: clase, calidad, uso y abundancia o escasez de sus maderas; ríos y carreteras que facilitansu extracción; causas de la decadencia del Reyno, medio de evitarla y de asegurar su permanencia.Benito Monfort. Valencia.

García-Escudero y Fernández de Urrutia, Pío, 1948. La Escuela Especial y El cuerpo de Ingenierosde Montes. Los cien primeros años de su existencia (1848-1948). Diana, Artes Gráficas. Madrid.398 pp.

Gordo, J. y Gil, L., 1990. Los bosques españoles y el catálogo de Montes de Utilidad Pública. Eco-logía, Fuera de Serie nº 1: 113-127.

Mangas Navas, J.M., 2001. Catálogo de Montes de Utilidad Pública (1855-1901) y II. Segundaépoca: revisión y consolidación del Catálogo (1865-1901). Montes, n.º 66: 27-33.

MAPA, 1995. Segundo Inventario Forestal Nacional 1986-1995. Comunidad Valenciana. Ministeriode Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid.

Mateu Bellés, J.F., 1995. Cavanilles y el oficio ilustrado de viajar. En: Lacarra, J., Sánchez, X. &Jarque, F. Las Observaciones de Cavanilles 200 años después. Fundación Bancaja, Valencia(libro primero).

Reyna, S & Fernández Guijarro, B., 1998. Existencias de los Montes Valencianos en el siglo XVIII.Comparación con el 2º Inventario Forestal Nacional. Montes, nº 51: 88-93.

Reyna, S. & Fernández Guijarro, B., 2001. Evolución histórica de las masas forestales en la Comu-nidad Valenciana del S. XVIII a la actualidad: la información de Cavanilles y De La Croix. Ana-les de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1999-2000. Valencia. Vol. II: 652-676.

88

Page 74: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

PEDRO J. SALVADOR PALOMODoctor Ingeniero Agrónomo

Valencia

LOS ESPACIOS VERDES Y ABIERTOSEN LA CIUDAD

Page 75: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

INTRODUCCIÓN

E L primer Informe del Grupo de Expertos en el Medio Ambiente y en elProyecto de Ciudades Sostenibles (octubre de 1994) reúne los datos de 51

ciudades europeas, por medio de 20 indicadores que localizan los patronesurbanos del futuro. De ellos se identifican cinco problemas clave:

– calidad del aire– tráfico– calidad de la vivienda– ruido– accesibilidad y dotación de espacios abiertos y áreas verdesEn un excelente trabajo de J. M. Alonso, a pesar de su fecha (1971), se

pone de manifiesto el texto de la Ley del Suelo (refundida, en 1992), y afirmaque “los espacios libres destinados a parques y zonas verdes públicas constitu-yen una parte de la estructura general y orgánica del territorio (además de lossistemas viarios y equipamientos comunitarios)”.

LA BELLEZA Y LA ESTRUCTURA

Nuestras ciudades mediterráneas, no sobradas de belleza, requieren unrepaso hedónico, incorporando componentes de estética a tantos huecos dedesgaire urbano. De hecho, una de las líneas del Plan Verde, que correspondeal ámbito paisajístico, es “el aumento de áreas libres y verdes, y el aumento delatractivo de la ciudad”.

Recordemos que Stendhal decía: “La belleza es una promesa de felicidad”.Podemos asegurar que los espacios verdes contribuyen con gran potencia en labelleza de las ciudades; por ejemplo, en las distintas fases de floración y folia-ción de la vegetación, que ejemplifica el paso de las estaciones, y también cuan-do asistimos en la ciudad al espectáculo de la Naturaleza, en todas sus formas,en especial aquellas que acercan la naturaleza al ciudadano.

91

Page 76: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Del mismo modo es interesante la presencia de las imágenes y singularida-des que son fruto de la mente artística humana, y aquellas otras que la socie-dad reconoce como un valor cultural, que se traduce en identidad (topiaria, eljuego del encapuruchado de las palmeras y su trenzado de palmas blancas, elracionalismo geométrico de las podas de setos aéreos, y la grandeza de las pers-pectivas de Le Notre).

Pero hay que frenar la corriente de trivialidad, que se mezcla con facilidadal decorativismo, que tiene mucho de maquillaje y de oportunista. En un pun-to medio estaría la relación hedónica de los espacios verdes y el interés econó-mico. Se ha demostrado para Valencia una regresión que identifica dicho pre-cio de metro cuadrado de la vivienda, con la dotación de espacios verdes y ladistancia a ellos de la vivienda, en los trabajos de Guadalajara, Salvador yGómez (1992) y de Sales (1997).

La ciudad precisa esta componente de estructura, aquella que garantiza ellargo plazo para el que está hecha. Seguramente se identifica con los árbolesmonumentales (Cardells y Salvador, 2000), y desde luego en los formidables“árboles milenarios”, así como en la base geométrica de la vegetación y susartificios. Encontramos este espíritu en el paisaje que se crea sustituyendo otrasestructuras, como el paseo de ronda de las antiguas murallas, encarnadas poruna arboleda circular, y otros juegos caprichosos con la vegetación (arbustos yárboles llorones, espalderas u otros artificios).

Es terrible la pérdida del paisaje, o su degradación, ya que es un recurso norenovable, y en una transparencia tremenda sin paisaje humano se muestra lacarencia de naturaleza y de espacios verdes de una ciudad de cuyo nombre noquiero acordarme.

Las contribuciones estructurales –los árboles lo son por definición– apor-tan una mejora ambiental (regulación térmica, reducción de contaminación delaire y de sonido, sombra) que se proyecta hacia el futuro. La fuerza de laestructuración descarga tensiones, y hace rendir con diferente fuerza la tramaque las ciudades necesitan (Yoldi, 1999). En el interior de la ciudad se recono-ce un problema de estructuras, de carencia de modelos de cobertura y vegeta-ción y de errores como suprimir el sustrato arbustivo y la capa superior de sue-lo de “flor”. Puede haber un intercambio entre áreas verdes y espacios abiertosequipados, cuando la planificación urbanística no deja esponjamiento en lostejidos urbanos. Con el título de planificación integrada o planificación delpaisaje, este es el trabajo y temática del último decenio que hemos desarrolladoen el trabajo de planificación que llamamos para abreviar el Plan Verde.

Hay una tripleta de estructura verde, según Masing (1984), incluyendo lavegetación natural, los huertos, etc.

La macroestructura verde incluye las grandes dimensiones de sistemasperiurbanos agrarios (para preservar los recursos de l ámbito rural, y en nues-tro caso, expresamente la Huerta) y los sistemas como los bosques, lagos, loscinturones verdes, etc., responsables de parte del clima local.

La mesostructura verde se relaciona con el interior de las ciudades (parques,arboledas, márgenes de ríos, vegetación con cobertura primaria.

92

Page 77: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

La microstructura verde reúne elementos singularizados, cercanos a áreas deesparcimiento, deportivos, espacios interbloques e intrabloques.

LOS PRECURSORES

Las ciudades no son sucesos casuales, y sus fundamentos importan mucho.Mencionaremos algunas de las figuras que sentaron bases: Le Notre y Man-sard, Olmsted y L’Enfant. Toda la herencia de la base ética y de los principiosde la Revolución Francesa, y sucesivos adelantados, entre ellos un ilustradoinnovador como I. Cerdá, que crea un complejo de organización de la ciudad,la urbanización. Sus propias palabras recomiendan el orden higiénico, el ordenmoral y el orden económico, por este orden.

Ebenezer Howard y la utopía de la ciudad-jardín. El barón Haussman y suurbanismo de los bulevares en París.

Un segundo higienismo, con la sombra del utilitarismo en lo urbano. McHarg, con su diseño con la naturaleza, y una coherente aportación heredada deHipócrates (“Salus populi, suprema lex”), recogida por Alphand, Le Corbu-sier, Forestier, y en España figuras como Rubió, Riudor, Casamor, Ribas.

Recogen el relevo las instituciones internacionales (Unesco, Unión Euro-pea) y la UICN, que sienta algunas de las definiciones en la Conferencia deLake Succes (1949):

– La búsqueda del mejor uso, y conservando productividad y belleza.– Reconciliar las necesidades de los usos del suelo incompatibles entre sí.– Progresar sin destruir los recursos naturales.– Etc.

LAS CIFRAS

Hay que declarar la pobreza endémica de los espacios verdes en las ciuda-des españolas. Análisis efectuados en 1991 y 2000, por fuentes solventes y dife-rentes (Iberflora y S. Ros), mostraron unas escuálidas cifras en nuestras ciuda-des, con escasas excepciones. La planificación es un esfuerzo de pensamiento yvoluntad que hay que compartir con los habitantes de la ciudad.

Este sistema verde se define así, porque participa de una comunicación físi-ca y de accesibilidad, con sentido de sinergia, y no con noción de islas. Unestudio profundo del paisaje mediterráneo en el espacio urbano fue realizadopor Navés y otros (1999). La prolongación de los parques en su medio y en supaisaje natural, y junto a ello los corredores verdes que conectan en todasdirecciones. Naturalmente que se necesita calidad, pero también la cantidadque precisa cada municipio, cuyo aire nos hace libres, según el aforismo ale-mán (“Stadt Luft macht uns frei”).

93

Page 78: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

En resumen, los espacios verdes en una ciudad no es un tratamiento desuperficialidad, y se necesitan elementos de apoyo para desarrollar un sistemade espacios verdes: hace falta un modelo, una tipología adecuada al medio, yunos estándares que sean realistas, para diagnosticar y proponer programas eneste enorme esfuerzo que todavía está para hacer en las ciudades españolas. Semanejan sin rigor unas cifras de estándar, poco respaldadas, sin tener en cuentala verdadera fórmula: es un balance entre la demanda cifrada y la oferta que dacada ciudad a sus habitantes.

Esta metodología está publicada por la National Recreation and Park As-sociation de Estados Unidos. Por lo tanto, es necesario conocer las necesidadesy la realidad, en magnitud y en distribución de grupos (el diseño de los espa-cios verdes infantiles es singularísimo) y contar con la distribución geográfica,lo que converge hacia la estricta accesibilidad. En Valencia, un estudio hechocon los datos propios necesarios apunta que se requeriría un Nivel de Servicio(L.O.S.) para una hipótesis de medio plazo (30-40 años), que sería de un buennivel en la banda entre 28 y 34 m2/habitante, cifra de un duro horizonte paraesta ciudad, dados los antecedentes que existen en Valencia. Finalmente, ladotación de bosques urbanos y distintas estructuras verdes es un auténticorecurso económico. Instrumentos como la Norma Granada y otros métodospermiten conocer el valor económico del sistema verde de una ciudad, comoun indicador muy fiable del valor global que le asigna la sociedad.

EL BARÓN DE PASSÁ Y LOS REGADÍOS DE CATALUÑA Y VALENCIA

La Ilustración reconoció en pleno siglo XVIII la importancia del agua parala sociedad, y en particular, para los resultados agrícolas. La revolución bur-guesa favoreció la propiedad individual del agua, una despatrimonialización.En el propio 1789, un decreto abolió el derecho sobre los cauces o cursos.

F. Jaubert de Passá era aristócrata y abogado, y realizó estudios también deMedicina y Bellas Artes. Realizó buena parte de su viaje en España con el inge-niero Nadault de Buffon entre 1816 y 1819. Fue comisionado por el Ministeriode Interior de Francia para estudiar las leyes y costumbres que regían en lashuertas mediterráneas. Su obra se denominó Canales de riego de Cataluña yReino de Valencia, además del Viaje a España, y se presentó a la Sociedad Realde Agricultura de Francia. Fue publicada por la Sociedad Económica de Ami-gos del País de Valencia en 1844, habiéndose publicado en 1823 en Francia.Visitó a los gremios y sociedades de riegos en todas las provincias de Valencia,y organizó comunidades de regantes, estudiando las nuevas fórmulas del gre-mio de agricultores; conoció la Acequia Real de Moncada y el Tribunal de lasAguas, y trabajó en paralelo con ilustrados como Llop, Cavanilles, Laborde y Borrull. Fue asesorado por el agrónomo Antonio Vives, de Denia, que pro-venía de familia ilustrada y estuvo en la administración de la Albufera deValencia.

94

Page 79: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Fue caballero de la Legión de Honor y profesor de Agricultura en el Jardínde Plantas de París. Sus últimos treinta años los dedicó a las investigaciones delos riegos en las sociedades antiguas, útiles para entender las leyes rurales his-tóricas. Fue miembro de la Sociedad Lineana y de la Sociedad Económica deAmigos del País de Valencia.

BIBLIOGRAFÍA

Caballer, V., Vidal, F. 1993. “Econometric models for Palm appraisal”. Proc. 2nd Intern. Sympo-sium Ornamental Palms and other Monocots from the Tropics. Acta Horticulturae, nº 486.

Cardells, F., Salvador, P.J. 2000. “Manual de valoración de árboles y arbustos”. Universidad Poli-técnica de Valencia. Centro de Ingeniería Económica.

Deschamps, C., Daydé, A. 1992. L’amenagement des espaces verts. Ed. du Moniteur. París.Guadalajara, N., Salvador P.J., Gómez Lopera, F. 1992. “La dotación de árboles y de espacios ver-

des urbanos, y su relación con los precios de las viviendas en Valencia”. Centro di Stimo, NºSpeziale. AESTIMUM. Firenze.

Masing, U.V. 1988. “Cities and ecology”. In: Ecological approaches to urban planning. MaB Unesco.Moscow.

Mertes, J.D., Hall, I.R. 1995. Park Recreation, open spaces and Greenway Guidelines. NationalRecreation and Park Association.

Navés, F., Mendoza, M., Martínez, Ch. 1999. “Vegetación y arquitectura del jardín y del paisajemediterráneo”. Homenaje a D. Ángel Ramos. Reales Academias de Ciencias Exactas y Natura-les. E.T.S. Ing. de Montes.

Palomares, J.B. 2000. “Parques, jardines y árboles de Valencia. Camino hacia la sostenibilidad”. IVCongreso de la Asoc. Española de Arboricultura. Ciudades arboladas para el siglo XXI.

Sales, J.M. 1997. “Relación entre el precio del metro cuadrado de la vivienda y la dotación deespacios verdes urbanos en la ciudad de Valencia”. IV Jornadas de Peritos Tasadores Judiciales.Valencia.

Salvador Palomo, P.J. 1996. Plan Verde para la ciudad de Valencia. Ayuntamiento de Valencia.Salvador Palomo. P.J. 1997. “La planificación verde en las ciudades. La experiencia de Valencia”,

Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics, nº 20. Salvador Palomo, P.J. 1998. El patrimonio no edificado. Paisaje, espacios verdes y espacios naturales.

Medidas de Protección y Gestión. Master de Conservación del Patrimonio Arquitectónico.Univ. Politécnica de Valencia.

Salvador Palomo, P.J., Merino Marín, J. 1998. “Modelo del Nivel de Servicio para la Planificaciónde un sistema de Espacios Verdes”. Parjap, nº 12, Otoño.

Sanz Castelló, M. 1995. Modelo previo y posterior de ocupación de un parque urbano. Ayuntamientode Valencia-UPV.

Stefulesco. C. 1993. “L’Urbanisme végétal”. Institut de Développement Forestier. Paris.Vidal, F. 1997. “Los modelos de regresión aplicados a la valoración del arbolado. Un caso particu-

lar: las coníferas”. IV Jornadas de Peritos Tasadores Judiciales. Valencia.Yoldi, L. 1999. “Base ecológico-paisajística, sostenibilidad y planificación urbana: Segovia, gestión

integral del verde periurbano”. Homenaje a D. Ángel Ramos. Reales Academias de CienciasExactas y Naturales. E.T.S. Ing. de Montes.

95

Page 80: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

ANTONIO LÓPEZ LILLODoctor Ingeniero de Montes

Valencia

LOS ÁRBOLES DE LA ILUSTRACIÓN:EN LOS ESPACIOS AJARDINADOS

Page 81: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

A NTE todo quiero expresar mi agradecimiento por haber sido invitado aparticipar en el III Ciclo sobre “Los montes valencianos”, organizado por

tan prestigiosa e histórica institución como es la Real Sociedad Económica deAmigos del País, por lo que para mí supone un gran honor y satisfacción estaren este foro, donde me han precedido ilustres conferenciantes.

Mis conocimientos y dedicación han estado siempre dirigidos al ámbitoforestal en general, habiéndome especializado en los espacios naturales prote-gidos y en las áreas verdes y dentro del mundo forestal he de reconocer que mipredilección han sido y son siempre los árboles.

Cuando me sugirieron el tema de la charla, he de confesar que me atrajo laidea. Siempre he sido un apasionado de los árboles, pero pocas veces me heplanteado cómo personas de otras épocas podrían contemplar y entender aestos prodigios de la naturaleza. Y mucho más en tiempos tan importantespara el desarrollo de la cultura española, como fue la época de la Ilustración.Suponía un trabajo apasionante, a la vez que un reto, intentar analizar los árbo-les en aquellos tiempos, profundizar en el tema, y sobre todo indagar en elpensamiento de los célebres “ilustrados” en relación con los árboles.

Lo primero fue ponerme en contacto con las ideas de la época, e interpre-tar cómo podrían influir en el arbolado. Se dieron varias circunstancias, poruna parte fueron tiempos de cambios, mejoras y nuevas realizaciones de par-ques y jardines; y por otra coincidió con viajes de carácter naturalista a otrospaíses. Todo ello con la presencia de una serie de personas interesadas por elmedio natural. Fue una época, por lo que se ha podido averiguar, en la que seintrodujeron los principales árboles foráneos en la jardinería ornamental ymuchos de ellos presentes en estos momentos en todo nuestro territorio.

Primeramente examinaremos lo que supone la Ilustración. Fue un movi-miento filosófico y literario del siglo XVIII, caracterizado por la extremada con-fianza en la capacidad de la razón natural para resolver los problemas de lavida o la muerte. Etapa que ocupa gran parte de ese siglo, prácticamente hastalos comienzos de la Revolución Francesa, si bien algo continuó en los iniciosdel siglo XIX.

99

Page 82: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Propugnaba unos cambios de ideas y de modos de interpretar el mundo,rechazando todo tipo de dogmatismos. Menéndez Pelayo y Ortega y Gasset,entre otros, mantuvieron que no se trató de un periodo específico de la cultu-ra, sino de establecimiento de un ambiente general, que buscaba cambio yrenovación, por eso se puede considerar como una iluminación, que en reali-dad viene a ser la traducción de la palabra foránea al castellano.

No cabe duda que fue una época apasionante de la historia de España,donde se depositaba una inusitada confianza en la razón natural, y entre susideas generales, se propugnaba el amor a la naturaleza, buscando la invitacióna la misma mediante el deseo de descubrir, a través de la aplicación de la razóny la observación, las leyes que la rigen.

La propaganda en relación con la protección de las áreas arboladas llega aser uno de los temas clásicos en la literatura de la Ilustración. El árbol se con-vierte durante este siglo en uno de los símbolos más significativos de la con-ciencia ambiental. En general se extiende por todos los ambientes que losárboles proporcionan “amenidad” al paisaje, convirtiendo los campos cultiva-dos en un escenario viviente. Así Antonio Ponz comenta:

¿quién duda que la falta de árboles da un aspecto hórrido a los campos, y enla imaginación de los viajeros imprime ideas áridas y destierra el deleyte quehace breve y apacible cualquier camino, por largo y fragoso que sea?

No obstante, alguno de los prototipos del español ilustrado consideró enalgún momento la naturaleza como un estorbo. Éste es el caso de Gaspar Mel-chor de Jovellanos que escribió:

sin duda a la acción del hombre debe la naturaleza grandes mejoras. A doquiera vuelva a la vista, se ve hermoseada y perfeccionada por la mano delhombre. Por todas partes despojados los bosques, ahuyentadas las fieras,secos los lagos, acanalados los ríos, refrendados los mares y magníficas pobla-ciones se ofrecen en un admirable espectáculo como monumentos de laindustria humana y los esfuerzos del interés común, para proteger y facilitarel interés individual.

Esto viene a indicar que en Jovellanos utopía y reformismo se confunden,pareciendo a veces contradictorio, reclamando a veces la plantación de pinospara mejorar los paisajes. Claro es que la envergadura de estos obstáculos pue-de explicar estas contradicciones al tomar partido por un uso mesurado y unapráctica racional y cautelosa del aprovechamiento de los recursos naturales.

Pero, no obstante, hubo muchos que siempre estimaron la naturaleza en suverdadero valor y no es difícil pensar que los eruditos de la época, imbuidos delas ideas ilustradas al observar y preocuparse por el medio natural, tendríanpresentes a los árboles, máximos representantes y elementos fundamentales dela naturaleza.

100

Page 83: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Personajes tan sensibles hacia el medio natural seguramente fueron suscep-tibles de captar el significado de los árboles. Prueba de ello es el interés por laintroducción de especies exóticas en parques y jardines, que indudablementefueron demandadas por su valor ornamental, y no se consideraba como pri-mordial si eran importantes por su producción directa.

En general, en aquellos tiempos se empleaban los árboles por su aprove-chamiento tangible: maderas, leñas, frutos, etc., y solamente ciertas sensibilida-des serían capaces de captar algo más, que desde luego es lo estético, y todavíaalgunos, los menos, serían capaces de advertir que los árboles proporcionabanbienestar psíquico y psicológico.

Cavanilles decía al acercarse a Chelva:

todo estaba verde, todo lleno de vigor y lozanía, y los caminos y senderosconstituían un agradable paseo al estar defendidos del sol por la fresca som-bra que producían los árboles.

Fue una época importante para nuestros parques y jardines, pues gran par-te de nuestros mejores espacios verdes proceden de aquellos tiempos, paraornamentar los Reales Sitios. Y por consiguiente, habrá que suponer quemuchos de los árboles que en la actualidad nos son familiares proceden deentonces. Además de aquellos árboles que nos acompañan en las áreas verdes yel entramado urbano, que son de procedencia autóctona, existen otros, losmás, que provienen de más allá de nuestras fronteras. Son árboles que de algu-na manera están ligados a ese movimiento dieciochesco, y por consiguientepueden denominarse árboles ilustrados. Seguramente cuando observamos algu-no de ellos no se nos ocurre pensar que tienen un origen tan insigne.

La Ilustración se basa en la consideración de una serie de doctrinas filosó-ficas.

Racionalismo: La razón se considera la única base del saber, lo que propi-ciará el desarrollo del pensamiento científico. El árbol debe ser la razón pri-mordial de la naturaleza.

Empirismo: Frente a cualquier forma de imposición intelectual que preten-diera estar en posesión de la verdad, los ilustrados contrapusieron su fe en laexperimentación para poder conocer el mundo y conseguir el progreso. Elconocimiento del árbol es fundamental para conocer la naturaleza.

Criticismo: El ilustrado aspira a someter a crítica racional todo el conoci-miento anterior. Hasta ahora no se había considerado suficientemente el verda-dero valor del árbol en el medio natural.

Deseo de conocimiento: El ilustrado siente un enorme deseo de conocer porcompleto el mundo donde habita, de iluminarlo (de aquí el nombre de Ilustra-ción), pero también siente la necesidad de dar a conocer lo aprendido. Se hacenecesario conocer el variado mundo de los árboles.

Utopismo: Se cree que la aplicación de la razón a todos los aspectos de lavida humana permitirá una mejora constante de la sociedad y un progreso eco-

101

Page 84: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

nómico y cultural ilimitado. El árbol supondrá una mejora en la calidad devida.

Progreso y felicidad: Es una consecuencia de las características anteriores, elilustrado considera prioritario conseguir la felicidad en este mundo. Los árbo-les proporcionarán bienestar a la sociedad.

Reformismo: Los ilustrados proponen modernizar la sociedad mediantereformas para conseguir el progreso del ser humano. La mejora y realizaciónde nuevos jardines con nuevas especies arbóreas proporcionarán progreso.

Felipe V fue el rey Borbón español que inauguró con su reinado la Españade la Ilustración, una época de armoniosas relaciones exteriores con reforma ydesarrollo interior.

Aunque antes tuvo lugar el reinado de Fernando VI, fue Carlos III quienretomó intensamente estas ideas, con la realización de una serie de obras en lasque trasciende esta filosofía.

Se identifica el cambio dinástico español del tránsito al siglo XVIII con lamodernización del Estado; la introducción del modelo político francés supuso,sin duda, la presentación en España de una nueva manera de entender losconocimientos científicos y las enseñanzas profesionales, de modo que duranteeste siglo se produjo un proceso gradual, destinado a mejorar los viejos saberesen favor de las ciencias positivas, que tuvo lugar más intensamente en la segun-da mitad del siglo.

Parece razonable que los naturalistas de la época se vieran impregnadospor esa filosofía y pusieran rumbo a mundos tan desconocidos y cuyo descu-brimiento era reciente, especialmente en el continente americano. De estamanera surgen una serie de expediciones de naturalistas, especialmente botáni-cos y zoólogos.

Analizando la biografía de estos ilustres personajes se comprende cómoestaban imbuidos de la corriente que entonces inundaba los ambientes intelec-tuales.

Esta filosofía viene de la mano de la dinastía borbónica, que la introdujo enEspaña, y de entonces provienen grandes espacios ajardinados. Espacios don-de se vuelve a los valores clásicos griegos y romanos, utilizando estatuas, figu-ras, fuentes, etc., que recuerdan esas culturas y por supuesto acudiendo almundo de los árboles.

Los conocimientos científicos, entendidos desde una visión utilitarista, seconvierten de esta manera en una herramienta empleada por los ilustradosespañoles para la reforma del Estado. La práctica de las ciencias positivas debeentenderse más como una actitud favorable a la reforma propiciada por ladinastía borbónica, que como una disposición racional al desarrollo teórico delas nuevas disciplinas. Vino a ser más decisión política que científica. Se for-man una serie de arquitectos, ingenieros, geógrafos y naturalistas. Destacanentre otros los científicos: José Quer y Martínez, primer catedrático de Botáni-ca del Real Jardín Botánico de Migas Calientes, en 1755; Juan Minuart, segun-

102

Page 85: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

do catedrático de Botánica del mismo Jardín Botánico; Miguel Barnadés,médico de Carlos III y botánico distinguido; Casimiro Gómez Ortega, catedrá-tico de Botánica, verdadero artífice del traslado del Jardín Botánico de MigasCalientes a su actual emplazamiento en el Paseo del Prado; Ignacio Jordán deAsso, botánico y políglota, que fue Director del Jardín Botánico de Zaragoza;José Celestino Mutis, gran botánico y hábil médico, viajero por tierras america-nas, experto en quinas; Antonio José Cavanilles, excelente botánico, Directordel Real Jardín Botánico de Madrid; Hipólito Ruiz, jefe de la expedición natu-ralista que recorrió Perú y Chile; José Pavón, botánico y compañero de Mutisen su expedición; Luis Née, botánico francés naturalizado español, que acom-pañó al navegante Malaspina en su viaje alrededor del mundo; Vicente Cervan-tes, botánico, nombrado catedrático del Jardín Botánico de Méjico; Martín deSessé, médico y primer botánico director de la expedición científica a NuevaEspaña; José Mariano Mociño, botánico español mejicano discípulo de Cer-vantes; la dinastía de los Boutelou tan vinculados a los Jardines de Aranjuez;Francisco Antonio Zea, español americano, discípulo de Mutis; Mariano LaGasca, protegido de Cavanilles; Simón de Rojas Clemente, dirigido por GómezOrtega y discípulo de Cavanilles, etc.

El interés de los ilustrados españoles por la Botánica debe considerarse, ensus inicios, como una actitud política más que científica. Un momento impor-tante fue la llegada de Pehr Loefling, discípulo predilecto del gran Linneo, en1751, que vino a introducir en España seriamente “el útil y delicioso estudio”de la Botánica.

Se hacen jardines cuyo tema central es la libertad en la naturaleza. Así sedecía:

prefiero mirar un árbol en la plena y total lozanía de su ramaje, a verle trans-formado en una figura matemática.

Se buscaba suprimir el jardín “mineral” por el jardín “vegetal”, olvidán-dose de las formas geométricas. Se propugnaba la imitación del jardín inglés,donde

solo la naturaleza discretamente ataviada, pero nunca disfrazada, presentasus bellezas y bondades.

Se puede considerar que los movimientos ecologistas contemporáneos tie-nen su más claro antecedente en el pensamiento ilustrado del siglo XVIII, bastapara ello observar las ideas básicas que se mantenían en relación con la natura-leza.

1. Los recursos naturales no son ilimitados, lo que obliga al hombre atener un aprovechamiento cauteloso de los mismos.

2. Existe una fuerte vinculación de los seres vivos entre sí y con el mediofísico de soporte.

103

Page 86: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

3. El equilibrio natural presenta una clara fragilidad, en consecuencia sepuede ver fácilmente afectado por una acción desmesurada del aprovecha-miento humano.

4. Es inadmisible el despilfarro en la administración de los recursos natu-rales y se hace necesaria la emisión de leyes o de cualquier otra medida de pre-vención que favorezca la defensa y protección de la naturaleza.

5. Existen múltiples lazos de dependencia que vinculan al hombre con suentorno.

Existe una tradición ecosistémica que pone en relevancia la necesidad deemprender un cálculo racionalista de los recursos disponibles, así como de laexplotación por parte del hombre, posición bastante coincidente con el desa-rrollo que en la actualidad está tan de moda y que se denomina sostenible.

Todo esto tiene su aplicación en los temas forestales. Durante la segundamitad del siglo XVIII la legislación básica en materia de montes estaba restringi-da a las Ordenanzas para la conservación y aumento de los montes de la Mari-na y para el aumento y conservación de los montes y plantíos.

Todas ellas estaban destinadas a regular la producción de madera de lasmasas forestales.

A medida que avanzaba el siglo, deja de observarse el monte como meroproductor de madera, y pasa progresivamente a adquirir una función másamplia, integrada dentro de una consideración más general del medio natural.Se abandona la arboricultura para pasar a una selvicultura más integradora, endonde la botánica y la experimentación deben jugar un papel importante. Elcatedrático del Real Jardín Botánico de Madrid Casimiro Gómez Ortega tra-duce al castellano las obras de Duhamel de Monceau, donde se introducen loscriterios básicos de la Dasonomía.

Al final del siglo XVIII, crece la preocupación por los temas forestales influi-dos por Casimiro Gómez Ortega y aparecen trabajos firmados por naturalistascomo Cavanilles, los hermanos Boutelou, etc. Todo esto fue muy importante ytrascendental para la introducción de los estudios forestales en España, que seiniciaron en el siglo siguiente.

Seguramente el signo más evidente de la continuidad conservacionista estéen el pensamiento forestal, que adquirirá un importante valor con la consolida-ción del cuerpo de Ingenieros de Montes.

Este espíritu lo mantenían los naturalistas de le época, basta leer a algunode ellos. Luis Née decía:

próvida la naturaleza, ha multiplicado las especies de encinas en ambos con-tinentes, enseñando así a los hombres la preciosa producción que debían per-petuar; pero éstos talando los bosques, unas veces con el pretexto de exten-der el cultivo, y otras para aprovecharse de los árboles, han apocado elnúmero en perjuicio de las generaciones futuras.

Los estadistas españoles del último cuarto del siglo XVIII ya disponían de laideología suficiente para abordar con una nueva visión las relaciones comercia-

104

Page 87: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

les con las colonias americanas. Esto dio lugar en el periodo ilustrado a un“estado de necesidad” creado, no sólo dentro del país, sino por presiones deotras Cortes europeas.

El Gobierno de Carlos III organizó una expedición a América bajo direc-ción única española, lo que constituyó una novedad en relación con expedicio-nes anteriores, que fueron conjuntas con científicos extranjeros. Se indicaba laconveniencia de aclimatar plantas americanas al suelo español. Por eso en 1779se da una “Instrucción sobre el modo más seguro y económico de transportarplantas vivas”, destinada a servir de guía a todas aquellas personas vinculadas ala expedición. En realidad iba dirigida a la búsqueda de vegetales con virtudesmedicinales, para encontrar en la botánica americana elementos con los queeliminar las enfermedades más inquietantes del Viejo Continente. El carácterfarmacológico de la expedición se pone de manifiesto con los envíos de semi-llas, pues aunque se intentan aclimataciones de plantas comestibles, los textosredactados muestran un progresivo interés por señalar la utilidad medicinal delas plantas. No obstante, también se mantuvo una cierta atención por las espe-cies arbóreas.

Las expediciones científicas enriquecieron el elenco de las plantas yaumentaron el colorido de los jardines con nuevas especies, ya que plantar unjardín se consideraba que era pintar un paisaje y toda la jardinería era pinturapaisajista.

La reforma política económica diseñada por los ilustrados españoles habríade permitir la ejecución de un plan, ambicioso, utópico y, en cierta manera,original, de inventario de la diversidad biológica americana. La realización deestos viajes supondrá la incorporación de la España ilustrada a un modelo,generalizado entre los otros imperios europeos, donde una aventura expedicio-naria conlleva, no sólo la reivindicación nacional sobre los territorios colonia-les, sino también la elaboración de estudios cartográficos y catálogos de aque-llas riquezas naturales con vistas a su posible utilización económica.

De una manera u otra, todas las expediciones relacionadas con la esferanatural, patrocinadas por la corona durante el último tercio del siglo XVIII,tuvieron a la botánica como su principal protagonista. Y todas sintieron sobresí la autoridad de Casimiro Gómez Ortega, bien como gestor organizador, biencomo autoridad competente en la elección de los naturalistas participantes,incluso en las que habrían de contar con cierta autonomía.

Para conocer mejor la utilización de los árboles en esa época, así como laintroducción de especies arbóreas exóticas, es necesario pasar revista a losespacios ajardinados más importantes de aquella época.

JARDINES DE ARANJUEZ

En esta época los Sitios Reales en España apenas existían y fue, precisa-mente, la dinastía borbónica la que inició su mejora y propició la creación denuevos espacios ajardinados.

105

Page 88: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

En 1716 Teodoro Ardemans reconoció por orden del monarca la situaciónde las instalaciones existentes en el Sitio Real de Aranjuez, cercanas al río Tajo,y se inició la reconstrucción del palacio y demás dependencias. Es bien sabidoque los Jardines ocuparon siempre el lugar más importante del Sitio de Aran-juez, además realzados por la especial belleza del paraje.

La larga dinastía de los jardineros Boutelou, de origen francés, aparececonstantemente en relación con los Jardines de Aranjuez. El primer don Este-ban ocupaba el puesto de jardinero del Potager de la Reina en 1720 y se le pide“cuide las huertas por ser un hombre de gran inteligencia”, y en el Reino orde-nase y conservase todas las plantas criadas por él en 1722, cuando probable-mente ya trabajaba en los Jardines de La Granja, para continuar los jardinesque se habían iniciado, ya que simultaneaba ambos menesteres.

El cuidado de los jardines y la importación de nuevas plantas ocupaba laatención en todo tiempo de los monarcas. Se iniciaron una serie de mejoras yarreglos en los jardines, con la introducción de plantas de diversos lugares. Setrazaron largas avenidas de tilos a la francesa, que se hacen venir de Holanda yde París. En España entraron por primera vez estos árboles, así como los car-pes (que se utilizaban para la formación de setos). También se plantaron casta-ños de Indias y arces moscones.

Esteban Boutelou va y viene de San Ildefonso a Aranjuez para ocuparse deambos jardines.

Hacia 1740, fallecido su padre, entró en escena el segundo Esteban Boute-lou, que ocupó el cargo de jardinero y arborista mayor. Hombre “muy mozo”,de mal genio, que había hecho estudios en París y tenía teorías que se adapta-ban mal al clima caluroso y a la tierra pobre de Aranjuez; así, por ejemplo, nopermitía que se regase muy a menudo, lo que ocasionó la pérdida de muchosárboles, debido a los estíos calurosos y secos de esa localidad.

Muerto Felipe V, Boutelou continuó con las mejoras de los espacios ajardi-nados.

Hacia 1747 se enviaron gran cantidad de plantas procedentes de Francia.Siguieron las plantaciones en la época de Fernando VI, con la llegada de

árboles exóticos, como el palo santo (Guaiacum sanctum) y numerosas semillasy flores. Es curioso que en esta época y para realizar estos trabajos se emplea-ron camellos, que vinieron de Orán, así como también búfalos, que eran útilespara las labores campestres. Hubo que proteger muchas plantas en invernade-ros preparados al efecto, pues no hay que olvidar que muchas de ellas procedí-an de climas tropicales.

En 1750 se dio orden a Esteban Boutelou que multiplicase sin tasa, ni lamenor detención en gastos olmos, robles, almeces, fresnos y plántulas detoda especie, con cuyo auxilio se realizasen los ornamentos de las calles desombra y plantíos, y el arbolado que hermosea a estos Reales Jardines.

Hacia 1755 entró en escena el ingeniero Carlos de Witte y ordenó hacerdos calles de árboles desde la calle de la Reina hasta los embarcaderos del So-tillo.

106

Page 89: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Esteban Boutelou continuó cultivando castaños de Indias, carpes, fram-buesos y groselleros, para extender por los jardines y atender a peticiones paraotros lugares.

La llegada de Carlos III supuso un impulso a los jardines y Esteban Boute-lou creó el Jardín de la Primavera y asimismo comenzó el Jardín del Príncipe,ambos a lo largo de la calle de la Reina.

Esteban Boutelou solicitó que sus dos hijos Pablo y Pedro fueran a Franciapara estudiar y hacerse jardineros, para después incorporarse con él a las tareasde jardinería. Su hijo Pablo fue enviado a aprender jardinería a La Haya y des-pués a Londres. Todos sus gastos estuvieron subvencionados por la Tesoreríade Palacio.

Varias personas pidieron plantas y árboles frutales de Aranjuez. El Infantedon Luis, hermano de Carlos III, “desea tener en su huerta de Boadilla delMonte árboles de ciruela claudia”, que son enviados desde Aranjuez y planta-dos alrededor de su Palacio.

Hicieron su aparición plantas exóticas que llegaron en dos cajones proce-dentes de Nueva Orleans, enviadas por el gobernador Marqués de Grimaldi.

Se enviaron desde el alto Orinoco unos “almendrones cuyo sabor participade la almendra y avellana, y es fruto que lo producen unos grandes árboles, yse cría en dentro de un coco de media pulgada”. Se trata sin duda del nogal deBrasil (Bertholetia excelsa), que produce las conocidas nueces del Pará. Eviden-temente estos árboles no pudieron sobrevivir al clima de Aranjuez.

La afición a la Botánica y la Jardinería había aumentado grandementeimpulsada por Carlos III. Esteban Boutelou comentó:

Ha sido voluntad paternal de nuestro amado Monarca y se han dirigidosus solicitudes a que se propaguen los árboles por toda España, haciendorenacer el gusto arbolístico.

Debemos confesar que en estos últimos años se ha aumentado general-mente en el Reyno el gusto de los árboles; extrayéndose por esta causa másporción de pies que los que se han podido aumentar.

El Monarca y el arquitecto Sabatini pidieron a Esteban Boutelou que vinieraa Madrid a efectuar plantaciones de árboles en la Cuesta de San Vicente, al ladodel Palacio Real y en la carretera del Pardo. También se pidieron “cien pies deárboles de plátanos de grande hoja, por mitad orientales y occidentales”.

Se plantaron seis filas de naranjos, limoneros y cidreros, que se resguarda-ron con una naranjería desmontable todos los años, para protegerlos del fríodel invierno. También se introdujo una fila de cipreses comunes (Cupressussempervirens), que todavía persisten con notables dimensiones. Asimismo seintrodujeron olmos muy altos para unir sus copas con el objetivo de formarpabellones, cenadores y caminos cubiertos.

Ya el famoso don Esteban requirió la ayuda de su hijo Pablo, que más tar-de le habría de suceder como jardinero mayor de Aranjuez, y se ocuparon del

107

Page 90: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Jardín del Príncipe. Siguieron los envíos de árboles frutales y de sombra a dife-rentes miembros de la Corte, y se sabe que la Condesa de Benavente envió unalista de árboles frutales para su huerta de la Alameda de Osuna y la Duquesaviuda de Arcos solicitó árboles frutales, de sombra y de flor, de los que en elenvío de su lista decía: “para plantar la huerta que he comprado en La Florida,orilla del camino del Pardo”. Es lo que actualmente se conoce como Palacio dela Moncloa.

Según los grabados de la época, existieron en los Jardines unos nichos enlos ángulos formando celosías, “reponiendo los árboles que estorben con plá-tanos, según ya tiene entendido Boutelou”.

En 1778 vinieron de Louisiana nogales cenicientos (Juglans cinerea), pláta-nos de Occidente (Platanus occidentalis) y las primeras acacias de tres púas(Gleditsia triacanthos).

En 1779 se introdujeron plátanos de Oriente (Platanus orientalis), proce-dentes de Francia. Los Boutelou decían:

El plátano que llaman de España es también una variedad del de Oriente,crece menos, y conserva la hoja mucho más tiempo que las otras variedades.

Desde 1784 se cultivó el arce encarnado de Virginia (Acer rubrum).En 1786 llegó de Inglaterra una partida de nogales americanos (Juglans

nigra).Siguió el interés por los árboles que venían de las Indias. En 1786 hizo una

remesa de “semillas de árboles que crecen en Chapultepec, cerca de México,llamadas ahuehuetes, para poner en el jardín del Infante don Antonio”. Estaremesa fue enviada al Arzobispo de Toledo, quien a su vez la remitió al Rey yéste la envió a Aranjuez, donde fueron plantados alrededor del estanque de losChinescos.

También se envió “un árbol llamado argán de África, para que don EstebanBoutelou lo ponga en el Jardín del Príncipe”.

Sabatini siguió pidiendo árboles para plantar en los jardines que estaba rea-lizando en Madrid en la Cuesta de San Vicente. El Duque de Alcudia, donManuel Godoy, ocupaba el cargo –entre otros– de Gobernador del Real Sitio,y a él van dirigidas las peticiones.

Se puede decir que esa época fue la más floreciente de los Jardines deAranjuez, en los tiempos de la Ilustración, siendo sus artífices principales los“Bouteloues”, como vulgarmente se conocía a don Esteban y sus dos hijos,familia de gran raigambre jardinera.

De todos los árboles plantados en aquella época perdura un apreciablenúmero. Por sus dimensiones y espectacularidad, se deben destacar famososplátanos, de los de mayor antigüedad en España, habiendo sido denominadospor sus características “el plátano mellizo”, “el plátano padre”, “el plátano dela Trinidad”, “el plátano de la Huerta del Infante”, “el plátano de los Pabello-nes”, “el plátano de la tronca”. También son de destacar los pinos de Calabriadel Vivero o el ahuehuete de los Chinescos. Por su importancia todos ellos fue-

108

Page 91: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

ron declarados árboles singulares a través de una Disposición Oficial de laComunidad de Madrid en 1992.

Antonio Ponz en su celebre Viaje por España publicó en 1787 una relaciónde los árboles y arbustos del Jardín del Príncipe, donde se recogen 92 especies.

JARDINES DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO

Estos jardines son la obra maestra de Felipe V y de Isabel de Farnesio. La jardinería francesa había hecho su aparición en España, aunque parcial-

mente, en el intento de reformar el Parque del Buen Retiro, y más tarde, casisimultánea a la creación de La Granja, la del parterre de Aranjuez con largasavenidas radiadas de su parque.

Los Jardines de La Granja de San Ildefonso constituyen una de las más bri-llantes creaciones de la jardinería formal francesa del siglo XVIII y la principalde este género en España.

La mayor parte de la superficie de los jardines barrocos franceses estabaocupada por bosquetes en cuyo interior se dejaba crecer la vegetación autócto-na. Filas de árboles y paredes de setos de diferentes alturas limitaban los espa-cios y dibujaban los paseos del jardín.

Cinco o seis especies vegetales formaban las filas de árboles y paredes deseto, mientras que una gran variedad de plantas estacionales de flor aportabacolor en las platabandas de los parterres. Encerrado por muros y tapias seocultaba el cultivo de las plantas de flor, además de un gran número de espe-cies y variedades de plantas hortícolas y de árboles frutales que servían para “lamesa y regalo del Rey”.

El Rey confió la dirección de las obras del palacio al arquitecto TeodoroArdemans y se construyó en su mayor parte entre 1721 y 1723. Como suelehacerse en los sitios donde el jardín ha de tener la máxima importancia, al mis-mo tiempo que las obras del palacio se empezaron a trazar los Jardines bajo ladirección del arquitecto René Carlier. Pero muere en 1722 y el Rey encargala dirección de los Jardines a Esteban Boutelou.

Antonio Ponz dice:

para la formación de los jardines y calles el Rey se sirvió de un ingeniero quese llamaba Marchand, quien planificó y lo dispuso todo como ahora se ve,trabajando aquel año en el desmonte porción de tropa y muchos paisanos. Laparte que tocaba la jardinería se dejó particularmente al cuidado de un talSolís y de don Esteban Boutelou, padre del célebre don Esteban Boutelou,jardinero mayor de Aranjuez, y las fuentes, estatuas y demás obras de escul-tura a los profesores Frémin y Thierry, que tenían mucho crédito en París, delos cuales el primero estudió en Roma.

Mientras se iba haciendo el allanamiento de las calles, se plantaban lostilos. En 1724 ya estaban colocados todos los árboles y vinieron de Franciaplantas y semillas. Esteban Marchand construyó el célebre laberinto.

109

Page 92: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Se introdujeron también los tilos para formar avenidas, viniendo de Holan-da a La Granja y Aranjuez en 1723, y en igual fecha llegaron de Francia los pri-meros castaños de Indias. También se trajeron plantas desde Italia.

Los jardineros franceses emplearon los carpes y los tejos para hacer setos,plantas que nunca se habían empleado en España para esa finalidad.

A la época de mayor esplendor de estos jardines se alcanza con la llegada altrono de Carlos III por su gran interés por esta temática.

En estos jardines no hay una gran variación de árboles, aprovechándosemuchos de los que estaban presentes como vegetación autóctona. Podemoscitar como árboles de aquella época:

Tilo. Recomendado para formar las alineaciones de calles y bosquetes: “lashojas, el tronco, la copa, su corteza, todo en él es bello, dando flores en veranode olor fuerte y agradable...”. Era fundamental estuvieran bien formados;debiendo ser todos iguales, manteniéndose con copa redondeada y troncosderechos, lo que obligaba a darles una poda de mantenimiento al menos unavez cada tres años.

Los primeros tilos para los Jardines de La Granja fueron traídos de Fran-cia, luego vinieron del Pirineo aragonés y posteriormente de las montañas deLeón, para abaratar costes. Y es probable que la mayoría de los ejemplares fue-ran de Tilia platyphyllos, conocido en la época como tilo de Holanda. La espe-cie Tilia cordata, al tener un área de distribución similar al anterior, es posibleque fuera introducida mezclada con la primera; tampoco es descartable que setrajera Tilia x europea, híbrido natural de las dos especies anteriores, que fuepropagado profusamente en Holanda a partir del siglo XVII y su uso se exten-dió rápidamente a Francia e Inglaterra. En el Jardín se conservan ejemplaresde Tilia platyphyllos de más de 200 años.

Olmo (Ulmus minor). Se plantaron en los paseos que limitaban los bosque-tes y se dejaron crecer sus copas para que formaran bóvedas que dieran som-bra a la calle. La mayor parte de los olmos que se plantaron en los Jardines deLa Granja fueron traídos de las comarcas vecinas, en las que el olmo era el másfrecuente. Hicieron falta un gran número de olmos para plantar todas las callesde los Jardines. Se sacaban de las alamedas naturales y tanta fue la necesidaden número, que con los años era difícil encontrarlos en las provincias limítro-fes. En 1744 se pidió permiso para sacarlos de los jardines de los conventosreligiosos y todos los existentes en la ribera del río Pisuerga,

...desde Palencia aguas abajo hasta donde se pueda dar cumplimiento hastael arranque de todos los árboles pasando de Valladolid abajo, por ser la canti-dad grande.

No se puede descartar sin embargo la presencia de otras especies, ya queun encargo de plantas a París incluye 2.000 “álamos de grande especie”, tra-tándose probablemente de los llamados olmos por los franceses. En Francia seutilizaba principalmente el Ulmus glabra, mientras que el olmo holandésUlmus x hollandica, surgido probablemente del cruce natural entre el Ulmus

110

Page 93: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

minor y el Ulmus glabra, estuvo disponible a partir de la segunda mitad delsiglo XVII.

En la época de Carlos III se comenzó la sustitución de los olmos en lospaseos por otras especies.

Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum). Se conoce la llegada de 1.000castaños de Indias procedentes de Francia en las primeras notas de compra deplantas para el jardín en 1723. Aunque no consta la ubicación a la que fuerondestinados, se colocarían en el jardín inicial, puesto que el resto de los terrenosno habían sido incorporados en esta fecha. Posteriormente, a partir de 1778,comenzaron a extenderse por las calles del Parque, reemplazando a los olmosque forman las alineaciones.

Carpe (Carpinus betulus). Los carpes fueron las plantas utilizadas para laformación de la mayoría de los setos de los Jardines de La Granja. Para el esta-blecimiento del jardín se trajeron casi su totalidad de Francia, porque nodaban buen resultado los de procedencia española. Posteriormente fueronproducidos en el vivero del propio jardín.

Arce moscón (Acer campestre). La compra de seis millares de ejemplares deun año en 1734 indica su destino a la formación de setos, probablemente enlos lugares de sombra.

Haya (Fagus sylvatica). La tercera parte de las especies utilizadas para la for-mación de setos en los jardines barrocos franceses resulta difícil de concretar enqué medida fue utilizada en los Jardines de La Granja. Se sabe que en 1775 el jar-dinero mayor, Loinville, informa sobre los daños producidos por la nieve, hacien-do referencia a siete hayas en las líneas de laberinto. Actualmente se conservanalgunos pies de haya de más de 200 años de edad en esta partida, lo que corrobo-ra que fueron Fagus sylvatica. Y nuevos informes en 1775 y en 1779, sobre dañospor frío en 14 árboles de hayas, parece referirse también a esta especie.

Árboles del interior de los bosquetes. Lo habitual era dejar crecer la vegeta-ción autóctona. Y esta vegetación estaba constituida en su mayor parte pormelojares, predominantemente por el roble melojo Quercus pyrenaica. Tam-bién se sabe de la existencia de abedules y mostajos, puesto que en 1762 semandaron a Aranjuez ejemplares de estos árboles.

Hay que añadir los de fresnos de flor (Fraxinus ornus) que se pidieron aFrancia en 1786.

La existencia de álamos blancos queda reflejada en una nota de 1736 en laque se hace referencia a la orden de sustitución de álamos blancos por álamosnegros.

En un informe de 1775 sobre los daños causados por la nieve se dice:

además de las siete hayas de laberinto resultó dañado un quejigo.

En 1790 los jardineros informan de la existencia en el vivero de 477 que-jigos.

Los árboles frutales son principales protagonistas de los informes sobre losdaños que causaban los duros inviernos en los Jardines de La Granja. Sin

111

Page 94: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

embargo, desde los primeros años del establecimiento del jardín la presenciade árboles frutales fue constante. Ya en 1723, don Esteban Boutelou pagó lacompra de 233 árboles procedentes de la villa de Arcos: camuesos, perales,ciruelos, acerolos, cerezos, nispoleros y guindos. Se informa de naranjos deFlorencia. Además de los citados hay referencias de perales y albaricoquerostraídos desde Aranjuez, guindos de la ciudad de Toro. También se encargaronfuera de nuestras fronteras a Florencia, Génova o París.

Era del máximo interés que fueran de la mejor calidad y por ello se pedíaque se extremaran los cuidados en su traslado desde el lugar de adquisición, loque queda reflejado al final de una de las notas de compra.

... así las hayas como los melocotones han de venir con buenas raíces, guarne-cidas bien con su borrachín atado, y bien sujetas para que no se desaten;metidas en sus cajoncitos de madera bien ajustados... encargando donde searranquen no las traigan metidas en costales, como lo hicieron la vez pasada.

De todas formas los daños por el clima fueron muy frecuentes y había queproteger con mantas a los diferentes frutales. A pesar de los contratiempos laproducción de fruta durante muchos años debió ser abundante y diversa.

A continuación se adjunta una relación de los árboles que se introdujeronen los Jardines, con sus nombres científicos, nombres comunes, nombres queaparecen en la documentación del Palacio, fechas de introducción y su origen.

Fecha deNombre científico Nombre común Nombre científico introducción Procedencia

Acer campestre Arce moscón Érable 1734 FranciaAesculus hippocastanum Castaño de Indias Castaño de Indias 1723 FranciaBetula pendula Abedul Boileau 1762 JardínCarpinus betulus Carpe Sarmilla, sermilla, 1723 Francia

charmillaCastanea sativa Castaño Castaño de comer 1779 JardínCorylus avellana Avellano Avellano 1775 JardínFagus sylvatica Haya Aia, aya, haya 1723 Francia, JardínFraxinus angustifolia Fresno Fresno 1736 JardínFraxinus ornus Fresno de flor Frêne de flor doble 1786 FranciaJuglans regia Nogal Nogal 1779 JardínPopulus alba Álamo blanco Álamo blanco 1736 JardínQuercus faginea Quejigo Quejigo, quejío 1775 JardínQuercus pyrenaica Roble melojo Roble 1743 JardínSalix fragilis Mimbrera Árbol de la 1774 Jardín

mimbreraSorbus aria Mostajo Alissier 1762 JardínTilia platyphyllos Tilo Tilo de Holanda, 1723 Francia, Pirineo,

tillón, tiol LeónUlmus minor Álamo negro Álamo negro 1725 Francia, Segovia,

Valladolid, Palencia

112

Page 95: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID

En época de Fernando VI, en 1755, se formó el primer Jardín Botánicoque tuvo Madrid; este rey ordenó se estableciese en la Huerta de Migas Calien-tes, que Riqueur le había legado, contando con las plantas de Quer. El Jardínde Migas Calientes era verdaderamente científico y se empezó a enseñar labotánica en 1757 por Quer y Minuart, con las doctrinas de Tournefort, hasta1764 en que falleció el primero.

Una de las plantas que vino a España para el Jardín fue el “árbol de la cochi-nilla o de la grana fina”, que era un nopal o chumbera, “que venía de Oaxaca(México) por Veracruz a Europa y se reputaba como el fruto más precioso de losque produce América”. En 1778 se empezaron a trasladar las plantas al JardínBotánico del Paseo del Prado, que, bajo la protección de Carlos III, había de seruno de los jardines más célebres de Europa, empezando a funcionar en 1781.

Carlos III y Carlos IV subvencionaron tres grandes expediciones con el finde enriquecer las colecciones de plantas del Jardín Botánico y de los Sitios Rea-les. Carlos III confió el estudio de la Historia Natural del Nuevo Mundo: unafue destinada a los reinos del Perú y Chile; la segunda fue enviada al Reino deGranada (Colombia) y la tercera exploró el Reino de Nueva España (México).

Aunque estas expediciones buscaban especialmente plantas con fines me-dicinales, también dieron a conocer una serie de árboles de importancia: el flo-ripondio encarnado (Brugmansia sanguinea), la jacarandá (Jacaranda mimosifo-lia), los célebres árboles de la quina (Cinchona sp.), el palo verde (Parkinsoniaaculeata), el pino chileno (Araucaria araucana).

En el Jardín Botánico se introdujeron muchas especies, pero en los momen-tos actuales persisten pocas de aquella época, seguramente únicamente un espec-tacular ejemplar de ciprés común, cuyas raíces están deteriorando un murete.

ELENCHUS PLANTARUM. HORTI REGII BOTANICI MATRITENSISpor Gómez Ortega (1796)

Acer campestre. España.Acer negundo. América del Norte.Acer pensylvanicum. América del Norte.Biota orientalis, Este de Asia.Catalpa bignonioides. América del Norte.Cedrela odorata. Centro y Suramérica.Cercis canadensis. América del Norte.Citrus aurantium. Sureste de Asia.Citrus limon. Sureste de Asia.Citrus medica. Sureste de Asia.Cupressus lusitanica. Este de América.Cupressus sempervirens. Mediterráneo

oriental.Chamaecyparis thyoides. América del Norte.Fraxinus americana. América del Norte.Gleditsia inermis. América del Norte.Gleditsia triacanthos. América del Norte.

113

Juglans cinerea. América del Norte.Melia azedarach. Asia tropical.Morus nigra. Irán.Parkinsonia aculeata. Centro y Suramérica.Parkinsonia bipinnata. Centro y Suramérica.Pinus cembra. Europa.Platanus occidentalis. América del Norte.Platanus orientalis. Este de Europa y Asia

Menor.Populus nigra pyramidalis. Asia.Prunus armeniaca. China.Prunus laurocerasus. Sureste de Europa y

suroeste de Asia.Punica granatum. Sur de Asia.Robinia pseudoacacia. América del Norte.Salix babylonica. Este de Asia.Thuja occidentalis. América del Norte.

Page 96: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

JARDÍN BOTÁNICO DE LA OROTAVA

Fue fundado en 1788, por Real Orden del rey Carlos III. Se encargó a D. Alonso de Nava Grimón y Benítez de Lugo, IV Marqués de Villanueva delPrado, que estableciera en Tenerife y en los terrenos que juzgara los más ade-cuados, uno o varios plantíos para sembrar y plantar las semillas y plantas pro-cedentes de América, ya que los ensayos hechos en los reales Jardines de Aran-juez y Madrid no tenían el éxito deseado debido a los rigores del invierno. Secreó, pues, el Jardín con la idea de traer y aclimatar las plantas nuevas y útilesque los conquistadores y marinos españoles fuesen encontrando en el nuevomundo y en sus frecuentes viajes.

Aquel mismo año de 1788 llegó la primera remesa de semillas exóticas y sehacen las primeras experiencias, los primeros ensayos con la tierra canaria. Lasplantas se distribuyen en diferentes lugares, La Laguna, Santa Úrsula y LaOrotava, comprobándose que los terrenos más adecuados eran los que seencontraban en el Valle de la Orotava. Después de diversos ensayos en variaspartes de la isla, se comprobó su éxito y la Corona, viendo que los resultadosse correspondían con sus ilustradas y benéficas intenciones, resolvió en 1789fundar el Jardín Botánico de Canarias. Se instaló el Jardín en un terreno quecedió gratuitamente a su rey don Francisco Bautista de Lugo, de familia muyarraigada en Canarias, sin otra retribución que el honor de servir a su rey. Sehabía escogido un terreno en la costa norte de la isla de Tenerife, distante uncuarto de legua del puerto de La Orotava, el más templado y adecuado detodos los de la isla.

Se iniciaron las obras y después de una serie de dificultades se puede decirque el Jardín empezó a funcionar hacia el año 1793, aunque comenzó a desem-peñar su misión botánica desde mediados de 1791, cuando se iniciaron lasobras. Se trataba de enviar árboles y arbustos a los Jardines Reales que se cria-ban en la isla. Con este motivo se enviaron a Aranjuez: til (Ocotea foetens),barbusano (Apollonias barbujana), pino canario (Pinus canariensis), viñátigo(Persea indica), cedro (Juniperus cedrus), palo blanco (Picconia excelsa), laurel(Laurus azorica), mocán (Visnea mocanera), faya (Myrica faya), naranjo salvaje(Ilex platyphylla), etc. De todos ellos no perdura ninguno.

En este jardín se introdujeron una serie de árboles americanos y asiáticos,destacando: mango (Mangifera indica), palo campeche (Haematoxylon campe-chianum), árbol de las calabazas (Crescentia cujete), chirimoyo (Annona cheri-molia), coca (Erythroxylon coca), árbol coral (Erythrina crista-galli), mamey(Mammea americana), jipijapa (Carludovica palmata), papayo (Carica papaya),zapote blanco (Casimiroa edulis), caimito (Chrysophyllum cainito), flor de pas-cua (Euphorbia pulcherrima), guayaco (Guaiacum officinale), guayabo (Psidiumguajava), aguacate (Persea americana), palmera de marfil (Phytelephas macro-carpa), floripondio (Brugmansia rubra), palmera de Chile (Jubaea spectabilis),árbol de la leche (Brosimum alicastrum), palo de jabón (Quillaja saponaria),palmera real (Roystonea regia), pitanga (Eugenia uniflora), árbol coral (Erythri-

114

Page 97: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

na bogotensis), jacarandá (Jacaranda mimosifolia), ombú (Phytolacca dioica),árbol de la lluvia (Albizia saman), frangipani (Brugmansia alba), tamarindo(Tamarindus indica), caobo (Swietenia mahagoni), mezquite (Prosopis juliflora),ciprés calvo (Taxodium distichum), árbol de la quina (Cinchona officinalis),cocotero argentino (Butia yatai), árbol jabón (Sapindus saponaria), cocotero(Cocos nucifera), palmera de la cera (Ceroxylon alpinum), palo rosa (Tipuanatipu), nogal ceniciento (Juglans cinerea), cedro de Cuba (Cedrela odorata),almendrón de las Antillas (Psidium montanum), palo borracho (Chorisia specio-sa), uva de mar (Coccoloba uvifera), etc.

OTROS JARDINES

En la época de Carlos III y Carlos IV se construyeron y mejoraron otrosjardines, aunque no tan destacados, pero sí de cierto interés: los Jardines delPalacio construido por Ventura Rodríguez para el Infante don Luis, hermanode Carlos III, en Boadilla del Monte; el Palacio de Piedrahíta en la provinciade Ávila; el Jardín de la Fábrica de Paños de Brihuega; la Casita del Príncipeo de Abajo en El Escorial; mejora de los Jardines del Buen Retiro; Jardines deMonforte; el Parque de la Alameda de Osuna; los Jardines del Palacio de laMoncloa.

APÉNDICE

ÁRBOLES DE LA ILUSTRACIÓN

Abedul (Betula pendula). Árbol europeo, introducido en los Jardines de La Granjaen 1762.

Acacia de Constantinopla (Albizia julibrissim). Aunque donde primeramente seencontró esta planta fue en Irán, se extiende hasta China. Se introdujo en Europa en1745.

Acacia de flor blanca (Robinia pseudoacacia). Procede de la región atlántica de losEstados Unidos desde Pennsylvania a Georgia, siendo muy abundante en Virginia. Seintrodujo en Europa en 1601 por Robin, jardinero del rey Enrique IV de Francia, y lasplantó en el Jardín de Plantas de París. Ha sido un árbol muy introducido por todaEuropa. De allí pasó a Barcelona, desde donde se envió al vivero de Migas Calientes enMadrid desde donde fueron plantados en el Parque del Retiro y en los Jardines deAranjuez en 1787. En 1800 se repartieron semillas de esta especie a diversos pueblos,para que se extendiera el cultivo de este árbol, procedentes de los Jardines de Aranjuez.

Acacia de flor roja (Robinia hispida). Procede del sureste de Estados Unidos. Seintrodujo en Europa en 1743. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Acacia de tres púas (Gleditsia triacanthos). Especie muy extendida por América delNorte, entre Pennsylvania, Nebraska, Texas y Missouri. Se introdujo por primera vez enEuropa en 1675. En 1778 llegaron a los Jardines de Aranjuez las primeras semillas deesta especie.

115

Page 98: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Acerolo (Crataegus azarolus). Originario del sureste de Europa, norte de África yoeste de Asia. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1723.

Ahuehuete (Taxodium mucronatum). Es originario de Méjico, donde se encuentraun ejemplar en Santa María de Tule (Oaxaca), que con un tronco de 34 m de perímetroa 1,5 m de altura del suelo, se tiene por uno de los árboles mayores en grosor del mun-do, estimándosele una edad aproximada de dos milenios. Parece que llegó por primeravez a España a principios del siglo XVIII, en los muelles de Triana (Sevilla) de la Casa dela Contratación (creada en 1503), procedente de Veracruz. Se introdujo en los Jardinesde Aranjuez en 1786.

Ailanto (Ailanthus altissima). Procede de China, donde fue encontrado por elmisionero jesuita Incarville, que envió semillas desde Nanking en 1751, introduciéndo-se así en Europa.

Álamo blanco (Populus alba). Árbol autóctono introducido en los Jardines de LaGranja en 1736.

Albaricoquero (Prunus armeniaca). Nativo del norte de China, se introdujo enEuropa en 1548, aunque ya se conocía anteriormente desde la época romana. Se plantóen los Jardines de La Granja en 1723.

Alerce de América (Larix laricina). Originario de América del Norte. Citado en losJardines de Aranjuez en 1787.

Aligustre de China (Ligustrum lucidum). Procede de colinas y valles fluviales deChina y Corea. Se introdujo en Europa en 1794.

Alesia (Halesia tetraptera). Procedente del sur de Estados Unidos. Se cita en los Jar-dines de Aranjuez en 1787.

Almendro (Prunus dulcis). Procedente del suroeste de Asia, Siria y Balcanes, cultiva-do desde tiempos antiguos. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Almez americano (Celtis occidentalis). Se extiende desde Alabama y Texas hastaNueva York y la provincia de Quebec. Se introdujo en Europa en 1636.

Almez común (Celtis australis). Tiene su área natural en Europa meridional y en elPróximo Oriente. Se ha utilizado como árbol de adorno desde el siglo XVI.

Araucaria de Chile (Araucaria araucana). Este árbol forma bosques más o menosdensos y puros o en mezcla con frondosas, en Argentina y Chile. Esta araucaria fueobservada por primera vez en 1780 por los españoles Antonio Vácaro y AmbrosioO’Higgins, que buscaban en Chile árboles para la construcción del navío San Pedro deAlcántara, cuyos mástiles habían sido destruidos por un rayo. El Virrey de Chile ofreciópiñones de araucaria como postre al escocés Archibald Menzies, médico que acompañóla expedición de Vancouver, y éste se guardó en sus bolsillos algunos de ellos, que fue-ron plantados en Inglaterra donde germinaron. Los primeros ejemplares de esta arauca-ria se plantaron en el continente europeo en 1808.

Árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica). Es una planta originaria de China, habien-do llegado a Europa 1747 a través de la India.

Árbol de la cera (Myrica cerifera). Procedente del nordeste de Estados Unidos. Seintrodujo en Europa en 1725. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Árbol de las pelucas (Cotinus coggygria). Su área natural se extiende desde el sur deEuropa hasta el centro de China. Se empezó a cultivar en 1656.

Árbol de los farolillos (Koelreuteria paniculata). Tiene su área natural en China yCorea. Desde China se importó al Japón en los tiempos antiguos, donde fue visto porprimera vez por el misionero jesuita francés Incarville, que en su tiempo libre se dedica-ba a la Botánica, éste lo envió a París junto con la Sophora japonica y el Ailanthus altissi-ma en 1789.

116

Page 99: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Árbol de los pepinos (Magnolia acuminata). Originario del este de Estados Unidos.Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Árbol del amor (Cercis siliquastrum). Árbol que tiene su origen en la región medite-rránea oriental, alcanzando Crimea e Irán, cultivado como ornamental desde tiemposantiguos, y bastante empleado por los babilonios y los romanos.

Árbol del amor canadiense (Cercis canadensis). Procedente del centro y sur de Esta-dos Unidos. Pero paradójicamente no es espontáneo en Canadá. Se introdujo en Euro-pa hacia 1730.

Árbol del paraíso (Elaeagnus angustifolia). Es un árbol nativo de los Balcanes y estede Europa, penetra hasta Siberia, Irán y Asia Menor. Se introdujo en jardinería en 1633.

Árbol parasol de China (Firmiana simplex). Procede del sur de China, Vietnam, Tai-wán y Ryukyus. Se introdujo en Europa en 1757, desde el Japón, donde es muy cultivado.

Arce de Tartaria (Acer tataricum). Extiende su área por Asia Menor. Citado en losJardines de Aranjuez en 1787.

Arce jaspeado (Acer pensylvanicum). Originario del este de Canadá y nordeste deEstados Unidos. Se introdujo en Europa en 1755.

Arce moscón (Acer campestre). Este arce es espontáneo en casi toda Europa, aexcepción de Escandinavia, llegando al oeste de Asia y a algunas zonas limitadas delnorte de África. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1734.

Arce negundo (Acer negundo). Este arce es originario de América del Norte, desdeOntario hasta Texas y Florida. El árbol se introdujo por primera vez en Europa en1688.

Arce plateado (Acer saccharinum). Es originario del este de América del Norte des-de Quebec y Minnesota a Florida, y desde Nebraska hasta Oklahoma. Se introdujo encultivo en Europa en 1725, especialmente en los grandes jardines.

Arce rojo (Acer rubrum). Procedente del este y centro de Estados Unidos. Citado enlos Jardines de Aranjuez en 1787.

Argán (Argania spinosa). Procedente de África del Norte. Se introdujo en los Jardi-nes de Aranjuez en 1776.

Avellano común (Corylus avellana). Especie autóctona introducida en los Jardinesde La Granja en 1775.

Avellano de Turquía (Corylus colurna). El área natural de distribución de esta espe-cie va desde los Balcanes hasta el centro de China, pasando por el norte de Asia Menor,Cáucaso, Irán e Himalaya. Parece ser que fue el botánico Clusio quien lo introdujo enEuropa, sembrando semillas enviadas a Viena, en 1582, desde Constantinopla, por esotambién se le conoce como avellano de Constantinopla. Desde Austria se introdujocomo árbol ornamental a otros países europeos.

Biota (Thuja orientalis). Especie procedente del norte de China, Manchuria yCorea. Se cultivó en Holanda desde el siglo XVIII, introducido por Kaempfer, despuéslos misioneros franceses enviaron semillas desde Pekín a París hacia 1740. Existía en losJardines de Aranjuez en 1801.

Camelio (Camellia japonica). Procede de Japón y Corea, cultivado desde antiguo enChina. Se introdujo en Europa en 1739, desde la isla de Luzón, por el jesuita Kamel.Existía en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Carpe (Carpinus betulus). Árbol que se extiende de forma natural por la mayor par-te de Europa, alcanzando por el este Asia Menor. Es un árbol muy cultivado desdetiempos antiguos, en España se introdujo en jardinería hacia 1723.

117

Page 100: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Castaño común (Castanea sativa). Árbol autóctono introducido en los Jardines deLa Granja en 1779.

Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum). Vive de forma natural en los Balcanes,Grecia, Albania y Bulgaria. En España se introdujo en los jardines de Aranjuez hacia1720 y en los de La Granja en 1723.

Catalpa común (Catalpa bignonioides). Ocupa un área amplia que se extiende pordiversos estados del sureste de Estados Unidos, viviendo especialmente en las orillas delos ríos. Se introdujo en Europa en 1726.

Cedro blanco (Thuja occidentalis). Originario del este de Canadá y Estados Unidos.Se introdujo en Europa en 1596.

Cedro del Líbano (Cedrus libani). Tiene su lugar de origen en el Líbano y suroestede Turquía, donde es más abundante. Se viene plantando en Europa desde 1638. Cita-do en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Cedro español (Cedrela odorata). Originario de una extensa área desde Méjico aAmérica del Sur. Se introdujo en España hacia mediados del siglo XVIII.

Cerezo (Prunus avium). Se extiende su área desde Europa hasta Asia Menor, Cáuca-so, hasta el oeste de Siberia.

Cerezo de Santa Lucía (Prunus padus). Su área se extiende desde Europa hastaCorea y Japón. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1786.

Chopo lombardo (Populus nigra var. pyramidalis). Introducido en 1745 en Italia, enLombardía, desde Afganistán o de Irán, donde es espontáneo.

Cidrero (Citrus medica). De origen incierto. Cultivado desde tiempos antiguos.Ciprés blanco (Chamaecyparis thyoides). Procedente del este de América del Norte.

Se introdujo en Europa hacia 1736.Ciprés calvo (Taxodium distichum). Originario de los terrenos pantanosos del sures-

te de Estados Unidos. Debido a esta circunstancia también se le denomina ciprés de lospantanos. Durante el periodo Mioceno en Europa se encontraba una especie semejante,que ha aparecido de forma fosilizada. Se introdujo en Europa en 1640.

Ciprés común (Cupressus sempervirens). Su área de distribución original no estábien determinada, ya que fue muy cultivado desde la antigüedad. Se le supone autócto-no del Mediterráneo oriental.

Ciprés de Portugal (Cupressus lusitanica). Ciprés originario de Méjico, Guatemala yCosta Rica. Fue introducido en Europa en el siglo XVII por los monjes españoles, que loplantaron en Buçaco. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Ciruelo (Prunus domestica). Procedente de Anatolia, Cáucaso e Irán. Se introdujoen los Jardines de La Granja en 1783.

Espino de Jerusalén (Parkinsonia aculeta). Extiende su área desde Méjico, islas delCaribe hasta el norte de Sudamérica.

Falso pimentero (Schinus molle). Se encuentra espontáneamente en Ecuador, Perú,Chile, Brasil, Paraguay y norte de Argentina. Se ha introducido en otros países america-nos, destacando su asilvestramiento en Méjico. Se introdujo en Europa en 1597.

Falso plátano (Acer platanoides). Su área se extiende desde Europa hasta el Cáuca-so. Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Fotinia (Photinia serratifolia). Procede de China y Taiwán. Se introdujo en Inglate-rra en 1804.

Fresno blanco (Fraxinus americana). Su área de extensión ocupa el este de EstadosUnidos, desde Carolina del Sur y Tennessee hasta Ontario en el Canadá. Se introdujoen Europa en 1723.

118

Page 101: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Fresno común (Fraxinus excelsior). Tiene su área original por toda Europa, llegandoal norte de Rusia y al Asia Menor. Muy utilizado desde antiguo como árbol ornamental.

Fresno de flor (Fraxinus ornus). Su área natural se presenta en los países que circun-dan el Mediterráneo por el norte desde España hasta Turquía. Se introdujo en los Jardi-nes de La Granja en 1786.

Fresno de hoja de nogal (Fraxinus americana). Procedente del nordeste de EstadosUnidos. Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Fresno de la tierra (Fraxinus angustifolia). Árbol autóctono introducido en los Jar-dines de La Granja en 1736.

Fresno negro (Fraxinus nigra). Fresno originario del este de Estados Unidos y Cana-dá. Se introdujo en Europa hacia 1800.

Gingo (Ginkgo biloba). El gingo se encuentra en los bosques montañosos de Che-kiang al este de China y en el Szechwan en el extremo oeste. En 1730 llegó la primeraplanta a Europa, a Utrecht, y desde allí se extendió por el continente. Existía en los Jar-dines de Aranjuez en 1801.

Granado (Punica granatum). Procede de Irán y Afganistán, conocido desde tiemposprehistóricos y habiéndose cultivado desde la antigüedad por todo el entorno medite-rráneo. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Guayacán de Virginia (Diospyros virginiana). Procedente del este de Estados Uni-dos. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Guindo (Prunus cerasus). Extiende su área desde el sureste de Europa hasta laIndia, pasando por Irán y Kurdistán. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1723.

Haya (Fagus sylvatica). Árbol europeo introducido en los Jardines de La Granja en1723.

Higuera (Ficus carica). Espontáneo en la región mediterránea, cultivado desde laantigüedad. Existente en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Jacarandá (Jacaranda mimosifolia). Originario de Brasil, Argentina y Bolivia. Intro-ducido desde tiempos antiguos.

Laurel (Laurus nobilis). Espontáneo en la región mediterránea, cultivado desde laantigüedad. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1801.

Laurel cerezo (Prunus laurocerasus). Se extiende por el sureste de Europa, Cáucasoy Oriente Próximo. Fue introducido en jardinería en Constantinopla alrededor del año1576 y a partir de entonces ha sido objeto de un cultivo intenso.

Limonero (Citrus limon). Especie originaria del nordeste de la India, al pie delHimalaya, y de Garwal a Sikkim en el sureste. De esas naciones asiáticas fue traída aEuropa por los árabes en el siglo X, y ya se menciona su cultivo en Palermo en el año1260.

Liquidámbar (Liquidambar styraciflua). Se extiende por América del Norte desdeConnecticut a Florida y Luisiana, centro y sur de Méjico y Guatemala. La primera noti-cia de este árbol se conoció a través del naturalista español Hernández en 1519, enviadopor Felipe II, que se sorprendió de la resina aromática que exudaba el árbol y escribióque era como líquido de ámbar, de aquí el nombre del árbol. El misionero John Banistertrajo por primera vez este árbol a Europa hacia 1681. Existía en los Jardines de Aran-juez en 1801.

Lluvia de oro (Laburnum anagyroides). Extiende su área por las montañas del sures-te de Europa, especialmente en las laderas soleadas del Jura y los Alpes. Se empezó acultivar como planta ornamental en 1560, en los jardines que el sur de Europa. Se citaen los Jardines de Aranjuez en 1787.

119

Page 102: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Madroño de Levante (Arbutus andrachne). Extiende su área desde el sureste deEuropa hasta Asia Menor. Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Magnolio (Magnolia grandiflora). Procede de los Estados Unidos, desde Carolinadel Norte hasta Florida, Misisipi, Luisiana y Texas. Se cultiva en Europa desde 1711.Existía en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Manzano (Malus sylvestris). Procedente del centro de Europa. Cultivado desde laAntigüedad. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1723.

Melia (Melia azedarach). Tiene su origen en el norte de la India y el centro y occi-dente de China. Parece que vino a Europa desde la India en 1656. Citada en los Jardi-nes de Aranjuez en 1787.

Melocotonero (Prunus persica). Originario de China. Está cultivado desde la másremota antigüedad. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1723.

Membrillero (Cydonia oblonga). Procedente del oeste de Asia. Cultivado desde laantigüedad. Se introdujo en los Jardines de La Granja en 1791.

Mimbrera (Salix fragilis). Especie autóctona cultivada en los Jardines de La Granjadesde 1774.

Molle (Schinus polygamus). Procede de América del Sur donde está ampliamenteextendida desde Bolivia, Perú y Brasil hasta el sur de Chile, Uruguay y Argentina. Seintrodujo en Europa en 1790, al parecer procedente de Chile.

Moral (Morus nigra). Es originario del este de Asia, pronto llegó a los países euro-peos, hacia el siglo X alcanzó las regiones mediterráneas, incluso el norte de Europa.

Morera (Morus alba). Tiene su origen en China, India y Asia Central. En España seintrodujo en los jardines en 1775.

Morera del papel (Broussonetia papyrifera). Procede de China, Japón y países delPacífico, y plantado en otros países de la zona para la elaboración del papel. Se introdu-jo en Europa en 1751. Ya existía en 1778 en los Jardines de Aranjuez.

Mostajo (Sorbus aria). Especie extendida por Europa, autóctona en los Jardines deLa Granja, donde se cultivó desde 1762.

Naranjo amargo (Citrus aurantium). Árbol procedente del sureste de Asia. Se intro-dujo para cultivo hace más de 1.000 años por los árabes.

Nispolero del Japón (Eriobotrya japonica). Su verdadero país de origen es China,pero en el Japón se le conoce desde la más remota antigüedad. Se plantó en los Jardinesde La Granja en 1723.

Nogal ceniciento (Juglans cinerea). Originario del este de América del Norte, desdeNew Brunswick hasta Georgia. Se introdujo en Europa en 1633. Se introdujo en losJardines de Aranjuez en 1778.

Nogal común (Juglans regia). Procedente de Asia, introducido en los Jardines de LaGranja en 1779.

Nogal del Brasil (Bertholletia excelsa). Procedente de la Amazonía. Se envió a losJardines de Aranjuez en 1775.

Olivo (Olea europaea). Probablemente originario de la cuenca oriental mediterráneay Asia Menor, muy extendido desde tiempos antiguos. Existía en los Jardines de Aran-juez en 1801.

Olmo común (Ulmus minor). Especie que tiene una gran extensión por Europa, lle-gando hasta el Cáucaso, norte de Irán y Asia Menor. También se encuentra en el nortede África. Es un árbol muy extendido artificialmente por Europa, ya que los romanos loplantaron como árbol ornamental. Cultivado en los Jardines de La Granja desde 1725.

120

Page 103: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Olmo difuso (Ulmus laevis). Procede de Europa central y oriental, desde Francia,hasta el Báltico, el Volga y el Cáucaso. Se cultiva desde hace largo tiempo.

Peral (Pyrus communis). Extiende su área desde Europa a Asia Menor. Se introdujoen los Jardines de La Granja en 1723.

Pinabete (Abies alba). Especie europea. Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.Pino de Calabria (Pinus brutia). Procede de los países del Mediterráneo oriental.

Existen ejemplares introducidos en los Jardines de Aranjuez hacia finales del siglo XVIII.Pino de lord Weymouth (Pinus strobus). Es uno de los árboles más importantes del

nordeste de los Estados Unidos y sur de Canadá, interesante comercialmente. Se intro-dujo en Inglaterra por la Duquesa de Beaufort en 1705, creciendo en Badminton(Gloucestershire) y ampliamente plantado en el siglo XVIII por Lord Weymouth, en susdominios de Longleat, de aquí su nombre común. Se cita en los Jardines de Aranjuez en1787.

Pino suizo (Pinus cembra). Extiende su área por lo Alpes, desde Francia hasta Aus-tria, Tatras y Cárpatos. Se ha empleado como ornamental desde 1746.

Plátano de Occidente (Platanus occidentalis). Originario de sur y este de EstadosUnidos, introducido en Europa hacia 1636. Se introdujo en los Jardines de Aranjuez en1776, procedente de Luisiana.

Plátano de Oriente (Platanus orientalis). Procedente del sureste de Europa y Próxi-mo Oriente, se cultiva desde el siglo XVI. Se introdujo en los Jardines de Aranjuez en1779, procedente de Francia.

Plátano de sombra (Platanus x hispanica). Hasta hace poco se tenía por el cruce delos plátanos de oriente (Platanus orientalis) del sureste de Europa y suroeste de Asia yde occidente (Platanus occidentalis) del este de Estados Unidos. Se opinaba que estahibridación tuvo lugar antes del siglo XVII, según algunos autores en Inglaterra y paraotros en España. Actualmente se considera que es una variedad del Platanus orientalis,denominándose Platanus orientalis var. acerifolia, como ya consideraron antiguos botá-nicos.

Quejigo (Quercus faginea). Especie ibérica, cultivada en los Jardines de La Granjadesde 1775.

Raigón del Canadá (Gymnocladus dioicus). Su área original se encuentra en el este ycentro de Estados Unidos. Se introdujo en Europa en 1748. Citado en los Jardines deAranjuez en 1787.

Roble americano (Quercus rubra). Se encuentra en el este de América del Norte,desde Nueva Escocia hasta Florida y desde Minnesota hasta Texas. Fue introducido enEuropa a principios del siglo XVIII (quizás en 1724).

Roble común (Quercus robur). Su área natural se extiende por casi toda Europa,desde el Atlántico a los Urales y Asia Menor. Utilizado como ornamental desde tiemposantiguos.

Roble de Turquía (Quercus cerris). Procede del sur de Europa y Asia Menor. Seintrodujo en cultivos en 1735. Se dice que en España, fue introducido de bellotas pro-cedentes de Europa central por Loefling, discípulo de Linneo, lo que hizo creer a ésteque era un árbol español, habiéndose asilvestrado y produciendo híbridos con el alcor-noque, apareciendo algunos de éstos en el Monte de El Pardo.

Roble melojo (Quercus pyrenaica). Especie autóctona introducida en los Jardines deLa Granja en 1743.

Rosal de Siria (Hibiscus syriacus). Su área natural se extiende por China e India y nopor Siria como indica su nombre. Se introdujo en Europa en 1596 y ha sido muy plan-tada en los jardines desde el siglo XVII. Citado en los Jardines de Aranjuez en 1787.

121

Page 104: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Sabina de Bermuda (Juniperus bermudiana). Procedente de la isla Bermuda. Citadaen los Jardines de Aranjuez en 1787.

Sabina de Virginia (Juniperus virginiana). Su área se extiende ampliamente por coli-nas calizas, secas y rocosas del este de Estados Unidos, desde el sureste de Canadá hastael este de Texas. Posiblemente esta sabina se introdujo en Europa antes de 1664. Se citaen los Jardines de Aranjuez en 1787.

Sauce llorón (Salix babylonica). Árbol procedente de China. Se introdujo en Europaen el Jardín Botánico de Kew (Inglaterra) en 1692. Se cita en los Jardines de Aranjuezen 1787.

Saúco del Canadá (Sambucus canadensis). Procedente del este de América del Nor-te. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Serbal de cazadores (Sorbus aucuparia). Extiende su área desde Europa a AsiaMenor. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Sófora (Styphnolobium japonicum). Su origen cierto está en el centro, norte y nor-oeste de China. No está comprobado que se encuentre en Corea y Japón, donde estácultivada abundantemente, desde tiempos antiguos. En Europa se introdujo en 1747, através de las semillas que se enviaron desde China.

Tejo (Taxus baccata). Especie europea que se empleó por primera vez como seto enel primer tercio del siglo XVIII en los Jardines de La Granja.

Tilo americano (Tilia americana). Su área se extiende por el centro y este de Améri-ca del Norte, desde la frontera canadiense hasta Virginia y desde Dakota del Norte,Kansas hasta Texas. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Tilo de hojas grandes (Tilia platyphyllos). Habita en el centro y sur de Europa,alcanzando Asia Menor. Introducido en los Jardines de La Granja en 1723.

Tilo de hojas pequeñas (Tilia cordata). Especie europea, que llega hasta el Cáucasoy los Urales. Tilo cultivado en parques y jardines desde tiempos antiguos.

Tilo plateado (Tilia tomentosa). Su área natural se extiende por los Balcanes, Hun-gría, sureste de Europa, suroeste de Rusia y noroeste de Anatolia. Fue llevado a Inglate-rra hacia el año 1767 y desde allí se distribuyó al resto de Europa.

Tulipero de Virginia (Liriodendron tulipifera). Se extiende desde Arkansas, Alaba-ma y Florida hasta Michigan, Nueva York y sur de Canadá. Se introdujo en Europa esteárbol en 1663. Existía en los Jardines de Aranjuez en 1787.

Zumaque de Virginia (Rhus typhina). Planta originaria de América del Norte, desdeGeorgia e Indiana hasta Canadá. Se cree que se introdujo en Europa a la misma vez quela Robinia pseudoacacia, en 1602, cuando fue enviada por Jean Robin al Jardín de Plan-tas de París. Se cita en los Jardines de Aranjuez en 1787.

BIBLIOGRAFÍA

Añón, Carmen. Jardines clásicos madrileños. Ayuntamiento de Madrid. 1981.Boutelou, Claudio. “Sobre el árbol llamado falsa acacia”. Semanario de Agricultura y Artes. Tomo

VII. Madrid. 1800.Boutelou, Claudio y Esteban. “Diferencia de climas”. Semanario de Agricultura y Artes. Tomo IX.

Madrid. 1801.Boutelou, Esteban. “Historia de los viveros de Aranjuez”. Semanario de Agricultura y Artes. Tomo

XXII. Madrid. 1806.Casa Valdés, Marquesa de. Jardines de España. Aguilar S. A. de Ediciones. Madrid. 1973.

122

Page 105: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Colmeiro, Miguel. La Botánica y los botánicos de la Península Hispano-Lusitana. Imprenta Rivade-neira. Madrid. 1858.

Fernández Pérez, J. - González Bueno, A. Biodiversidad. De Linneo hasta nuestros días. Consejeríade Medio Ambiente. Madrid. 1998.

Gómez Azpeitia, Luis Gabriel. La naturaleza en el pensamiento ilustrado. Universidad de Colima.México. 2000.

Morena Valenzuela, Isabel de la. “Plantas de los Jardines de La Granja de San Ildefonso”, RealesSitios, 4º trimestre 2000. Madrid.

Ponz, Antonio. Viage de España. Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía. Madrid. 1787.Rodríguez García, Vicente. La historia del Jardín Botánico de Tenerife en el siglo XVIII. Ediciones

del Cabildo Insular de Gran Canaria. 1979.Santamaría, María Teresa. El jardín de Monforte. Generalitat Valenciana. Valencia, 1993.Soria Carreras, Santiago. Botánica del Jardín del Príncipe. Patrimonio Nacional. Madrid. 1998.Urteaga, Luis. La tierra esquilmada. Las ideas sobre la conservación de la naturaleza en la cultura

española del siglo XVIII. Serbal/CSIC. Barcelona.Winthuysen, Xavier de. Jardines clásicos de España. Industrial Gráfica. 1930.

123

Page 106: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

124

Page 107: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

BENJAMÍ RODRIGO I ALEIXANDREEconomista

Valencia

LOS JARDINES DE LA ILUSTRACIÓN:EL ESPLENDOR DE UN PROCESO

Page 108: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

T ENGO el honor de hacer la última exposición, que cierra las aportacionesdel presente ciclo de conferencias y el tema sobre el que hablaré será

sobre el proceso histórico que, a lo largo de un dilatado período de tiempo,conduce a ese esplendor que conocemos por la Ilustración, centrado en elestudio de las zonas ajardinadas de la ciudad de Valencia.

Durante los dos días que ha durado el III ciclo sobre “Los montes valen-cianos” hemos oído hablar de muchos ilustrados. Unos profusamente conoci-dos y reconocidos, como Cavanilles, otros mínimamente recordados, comoRojas Clemente, y no pocos, como Jaubert de Passá o De la Croix, desconoci-dos para la sociedad valenciana. Todos, en general, poco y mal estudiados,suponiendo que lleguen simplemente a leerse; en un ejemplo poco edificantede indiferencia hacia personas intensamente preocupadas por su tiempo y supaís. Sean estas palabras una reivindicación de su memoria.

El movimiento de la Ilustración está en el origen de lo que entendemoscomo modernidad. Es cierto que en algunos campos del saber, como la físicaclásica o la astronomía, ya en épocas anteriores se habían puesto los fundamen-tos, pero, de manera genérica, podemos aseverar que somos herederos de laIlustración dieciochesca en la manera como comprendemos y percibimos elmundo.

Todo lo cual, aun siendo cierto, no debe hacernos perder la perspectiva deque tanto las nuevas ideas que surgen y van consolidándose, como las personasque las generan y defienden, no son un caso de “generación espontánea”. Sonel resultado de la superación, la mejora, la consolidación o el rechazo de opi-niones, teorías y creencias anteriores. No podemos imaginar a un Linneoinventando de la nada su sistema de clasificación botánica, ni a un Lavoisierlos fundamentos de la química del oxígeno; por poner un par de ejemplos bienllamativos.

En la aparición y consolidación de los jardines de Valencia producidadurante el siglo XVIII y principios del XIX, podemos rastrear sitios, espacios yactuaciones anteriores. A veces muy anteriores.

Los valencianos, a diferencia de otros pueblos con origen mítico, somos un

127

Page 109: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

pueblo “con papeles y fecha de nacimiento”. No hemos sido creados por dio-sas, como la ciudad de Atenas, ni nos han fundado héroes, como a Roma, laspiedras con las que estamos construidos no las han acarreado titanes, ni elperímetro que ocupamos es el resultado de la inteligencia de una reina fenicia,como en Cartago. Nosotros, valencianos de la ciudad de Valencia, somos elresultado del asentamiento de unos veteranos romanos que, después de lascampañas contra Viriato, aceptaron, el año 138 AC, asentarse en una isla flu-vial del Turia, para empezar una nueva vida desecando marjal. A cambio deeste burocrático inicio Palas no nos legó el olivo, ni ningún otro don divino.Solamente tuvimos barro, que por algo cuando los valencianos éramos musul-manes, denominamos a nuestra ciudad “Ciudad de tierra” (Madinat al-Turab);tuvimos mosquitos, de los que hay una variada referencia literaria a lo largo deltiempo, y a menudo nos visitó la malaria. Pero para una población siemprefamélica, la nueva ciudad era el centro de un territorio que desecar y cultivar.

128

Page 110: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Se sabe poco de la ciudad romana, cuya vigencia se alargará durante másde mil años. Si observamos su localización más generalmente aceptada, sobre-poniéndola al plano del padre Tomás Vicente Tosca, de 1704, considerada lamejor representación de la ciudad antigua, veremos que la dimensión de laurbs romana era francamente pequeña. Se calcula que formaba un cuadrado deunos 600 metros de lado, con el centro administrativo en la zona de la actualplaza de la Virgen. No sabemos gran cosa de la posible existencia de espaciosajardinados o simplemente arbolados en su interior, pero podemos imaginarque no debieron existir y que la demanda pública de los mismos, si es que exis-tía para una población esencialmente rural y dedicada a la agricultura, quedabasatisfecha de sobras con el espacio exterior, especialmente las márgenes del río,como veremos más adelante.

129

Page 111: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

La siguiente fase en la evolución de la ciudad se produce a principios delsiglo XI, con la Taifa de Valencia, a la desaparición del Califato Independientede Córdoba, cuando el rey ‘Abd al’Aziz ibn ‘Amir (nieto del gran al-Mansur)construye la muralla que lleva su nombre que amplía de manera significativa elnúcleo cerrado. Seguimos sabiendo poco de la Madinat al-Turab y de la posibleexistencia de espacios arbolados intramuros, bien públicos o privados. Lasreferencias literarias que nos han llegado hablan de huertas feraces y jardinesespléndidos, de mieses, vinos (hay que decir que los musulmanes valencianoscriaban y consumían vino) y frutas; pero de una ciudad intramuros sucia y rui-dosa. El poeta satírico granadino Ibn al-Sumaysir lo dice claramente: “Fueratodo son flores, pero dentro sólo es un montón de suciedad”.

Cabe destacar como espacios significativos de esta época la Russafa, en laparte sur de la ciudad, y el Rahal, en la norte. Ambos, en diferentes épocas,hicieron las funciones de residencias patatinas de recreo.

La Russafa, también conocida como la almunia o palacio de recreo, estabasituada extramuros de la ciudad, en la parte sur de la misma, a la distancia demedia legua (unos dos quilómetros). Fue la residencia de ‘Abd Allah al-Balansí(uno de los hijos de ‘Abd al-Rahman I, primer emir independiente de Córdo-ba) que ejerció una especie de virreinato sobre la parte oriental de la PenínsulaIbérica, conocida como Sarq al-Andalus. El poeta Ibn-Al-Abbar cantó el placerde la vida en sus jardines, el murmullo del agua, los olores de sus plantas, conversos como los siguientes:

¡Oh jardín de la Russafa!Yo no quiero más jardín que tú.Jardín donde los árboles en Espesos boscajes, forman seresHumanos, jóvenes y viejosQue llevan sus cabezas cubiertasCon coronas de rocío.

Corren allí los arroyosQue afluyen al río sin usar,Y al deslizarse, creerías queSon serpientes que van aReunirse con la serpiente madre

En la época de la Taifa, a la desintegración del Califato de Córdoba, en laparte opuesta de la ciudad, cruzando el río se creó como residencia real elRahal. Su función fue equivalente a la de la Russafa i formaba parte del conjun-to de casas ajardinadas y huertos que cubría el margen izquierdo del Turia (elwadï al-abyad árabe), entre las actuales calles de Sagunt y del Pla del Real. Pordeformación fonética este recinto pasó a denominarse “el Real”, o PalacioReal.

130

Page 112: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Con la conquista cristiana de 1238 se produce la tercera gran modificaciónen la estructura de la ciudad a la vez que empezamos a tener mayor informa-ción de la misma. Así, aunque durante el primer siglo y cuarto la ciudad con-serva las dimensiones de la última etapa musulmana, la definida por la muralladel siglo XI, pronto, a mediados del siglo XIV, se ensancha el perímetro amura-llado integrando diversos arrabales, como la Boatella y la Xarea, así como elbarrio mudéjar (la morería) y, como nota anecdótica, el barrio de vida licencio-sa conocido indistintamente como el Bordell, la Pobla de les fembres pecadriuso, simplemente, la Pobla. Igualmente la etapa cristiana medieval comportacambios importantes en la trama urbana de la ciudad con la abertura de múlti-ples calles, el ensanche de otras, como la calle de Cavallers y, en general, unnuevo urbanismo donde destacan la construcción intramuros no sólo de losedificios oficiales destacados sino de los edificios privados de los representan-tes de las clases opulentas y nobiliarias.

131

Page 113: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Es esta ciudad la que llega hasta bien mediado el siglo XIX y la que encon-tramos dibujada en el plano de 1704 del padre Tosca. Igualmente es ésta la ciu-dad que contempla y es configurada por la actuación de los ilustrados durantela segunda mitad del siglo XVIII y primeros años del XIX, actividad que es lacontinuadora de múltiples realizaciones anteriores que desembocarán en elesplendor de los jardines y zonas arbóreas de la Ilustración.

Analizando el plano de Tosca podemos observar fácilmente la trama urba-na intramuros de una ciudad densamente urbanizada, con calles estrechas yzigzagueantes con alguna excepción, como las calles de Quart y de Sant Vicent(que transcurre encima de la Vía Augusta romana); y un par de zonas diáfanas,una en la parte oriental, delante de la Casa de las Armas, que corresponde a laactual plaza de Tetuán (entonces Rambla dels Predicadors), y la otra en el cen-tro, que corresponde a la plaza del Mercat. En la parte noroccidental, entre las

132

Page 114: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

actuales plaza del Portal Nou y calle de la Corona, vemos un espacio atípica-mente esponjado en comparación con el resto de la ciudad. Fuera del recintoamurallado, en la zona donde enfronta con la tierra firme, vemos, en primerlugar, el camino que circunvala la ciudad por fuera de las murallas e, inmedia-tamente después, la proliferación de campos de cultivo y edificaciones dediversos tipos, alquerías o conventos, en los que podemos observar jardines,entre los cuales podemos citar el de la familia Cabanyelles (sin parentesco conel ilustrado Cavanilles), junto al portal de Sant Vicent. En la parte que da laciudad al Turia, la margen derecha del mismo, observamos la ronda exterior ypequeñas zonas descubiertas. Donde el cambio es más llamativo es cuandoobservamos la margen izquierda del río. Aquí destacan algunos arrabales,como el de Sant Antoni, actual calle de Sagunt (entonces Morvedre), y edifi-cios notables como los conventos de la Saïdia, la Trinitat y el Palacio Real, consus jardines. Como continuación del Palacio Real, en dirección al mar destacala rectilínea Alameda.

Si, junto con el plano del padre Tosca, nos fijamos en las vistas de la ciudadde Valencia que dibujó el holandés Antoine der Wijngaerde en su viaje al anti-guo reino en el año 1563; veremos que prácticamente todo existe ya y, además,podremos darle un sentido enriquecedor al tratarse de un magnífico fresco,pleno de detalles, imágenes, colorido y situaciones humanas de la ciudad quenos permite localizar múltiples zonas ajardinadas y hacernos una idea de susdimensiones e importancia relativa. Los dibujos de Wijngaerde, a diferencia

133

Page 115: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

del plano de Tosca, son coloreados. Entre la visita del holandés y el plano for-mal de Tosca pasará cerca de siglo y medio y la ciudad modificará el estilo demuchos edificios, consecuencia del impacto del Barroco durante el siglo XVII

(sin ir más lejos, se reforma la catedral construyendo la gran puerta de rejasque da a la plaza de la Reina, en su época calle de la Reina), pero tanto la tramaurbana como los grandes espacios ajardinados, que hoy denominaríamos“zonas verdes”, no se modifican, con alguna excepción como es el caso de laAlameda.

La densa trama urbana uniforme de 1704 la vemos salpicada de puntos decolor verde, rojo y amarillo. Así ya tenemos una imagen en la que vemos que,tanto conventos como casas señoriales, tanto nobiliarias como no, presentanjardines, tiestos, plantas y árboles, en sus patios. Observamos como las grandesplazas, con su color ocre, están sin empedrar y las actividades que se desarro-llan.

Aquel espacio tan esponjado en un ángulo del mapa dieciochesco, el Bor-dell, lo observamos en diversos dibujos lleno de color y abigarramiento de per-sonas. Esta especie de “ciudad-jardín”, centro de la vida galante valenciana,nos es descrita por el caballero flamenco Antoine de Lalaing, en la visita quehizo en 1501, de la siguiente manera: “En este sitio hay tres o cuatro calles lle-nas de pequeñas casas, en cada una de las cuales hay mujeres muy ricamenteadornadas con vestidos de terciopelo y de seda. Habrá del orden de doscientaso trescientas que tienen sus casitas adornadas y provistas de buena ropa. Latasa vigente son quatro dineros … de los cuales se deduce el diezmo…, y nopueden pedir más por una noche. Hay muchas tabernas y casas de comer. Acausa del calor no se vive bien de día, y como que de la noche hacen día, lasmujeres están sentadas a la entrada de su casita, donde cuelga una bella lámpa-ra que permite verlas a placer”. También podemos observar, a la parte nortedel Turia, la amplitud y magnificencia del convento de la Saïdia.

Continuando el recorrido observamos que las pequeñas zonas despejadasexistentes en la margen derecha del río, que más tarde se conocerán como“Alameditas de Serranos” (por la proximidad a las Torres del mismo nombre),no estaban arboladas a mediados del siglo XVI.

134

Page 116: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Donde observamos los cambios más importantes es en la parte izquierdadel río. En los dibujos de Wijngaerde el Palacio Real figura con la misma ima-gen que en el plano de Tosca, pero la gran zona arbolada y “organizada” delplano dieciochesco no existe siglo y medio antes. Ni tan siquiera contempla-mos los pretiles que canalizan el Turia. En la época de Wijngaerde las riberasdel Turia aún son eso, “una ribera” de río descendiente hacia la lámina deagua, con alguna vegetación típica. Salvando muchas distancias, el espectáculodel mismo río Turia en las proximidades de Bugarra nos puede dar una idea,en pequeña escala, de lo que debió de ser para los valencianos y valencianasdurante muchos siglos el gran espacio arbolado de acceso público.

Hacia finales del siglo XVI, en los ambientes literarios aristocratizantes, seconoció este espacio con el nombre de “el Prado”, como consecuencia depublicarse dos obras con el título de El Prado de Valencia. La primera de ellas,de 1589, debida al clérigo Francisco Agustín Tárrega, es una pieza teatral cor-tesano-amorosa. La segunda, del año 1600, obra de Gaspar Mercader, es unanovela de temática pastoril.

En ambos textos encontramos referencias a la bondad del clima y de la vidaen la ribera del Turia, como la afirmación que hace Gaspar Mercader de ser“…aposento eterno de una primavera…”, o los versos siguientes de Tárrega:

En el recio del estíosiempre hay fresco junto al río,y la ciudad se nos arde

Con la construcción del pretil del río en la parte izquierda del mismo, aca-bada en 1629, se igualó el terreno dejando de estar en pendiente y se plantaronlos álamos, adquiriendo el nombre definitivo que tiene hasta nuestros días:Alameda. Cabe añadir que hacia 1798 se estableció efímeramente en ella unprimer jardín botánico, que pocos años después, en 1802, sería trasladado alactual emplazamiento.

135

Page 117: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Podemos resumir diciendo que los habitantes de la ciudad de Valencia hantenido como gran área arbolada de acceso público las riberas del río Turia,especialmente la zona final de la margen izquierda, que a partir de final del pri-mer tercio del siglo XVII se ordenó convirtiéndose en la actual Alameda. Quecon un carácter más restringido, desde el punto de vista de su acceso público,han existido tradicionalmente múltiples “jardines” asociados a edificacionessingulares como el Palau Real, diversos conventos, alquerías, etc., normalmen-te establecidos extramuros de la ciudad. A partir de esta base, y bajo influenciade los ilustrados, desde finales del siglo XVIII se transformó el paisaje arboladourbano de València tal y como hemos visto en las intervenciones anteriores.

Para finalizar cabe destacar como ejemplo de los grandes jardines que hanlegado a la ciudad de Valencia los ilustrados el actual Jardín Botánico, la Glo-rieta, el Parterre, los Viveros, los Jardines de Monfort y el propio CementerioGeneral de Valencia.

Gracias.

BIBLIOGRAFÍA

Carboneres, M., La mancebía de Valencia. Editorial París-Valencia. València, 1987.Diputació de València, Cartografía valenciana (siglos/segles XVI-XIX). Diputació de València. Valèn-

cia, 1997.Mercader, G., El prado de Valencia. Editorial Ateneo de Buñol. Buñol, 2000.Rosselló i Verger, V.M, et al., Les vistes valencianes d’Anthonie van den Wijngaerde. Conselleria de

Cultura, Educació i Ciència. València, 1990.Sanchis Guarner, M., La Ciutat de València. Síntesi d’història i de geografia urbana. 3ª ed., Publica-

cions de l’Excm. Ajuntament de València. València, 1981.Tárrega, F. Agustín, El prado de Valencia. Tamesis Books Limited. Londres, 1985.

136

Page 118: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS DE VALENCIA

Relación de Publicaciones (1975-2002)

Les propostes dels grups econòmics del País Valencià davant la crisi dels anys 30Jordi Palafox Gamir, professor d’Història Econòmica

Problemas que plantea la conservación de los bosques del País Valenciano: la Sierra Calde-ronaMiguel Gil Corell, farmacéutico

Absolutismo e Ilustración: La génesis de las Sociedades Económicas de Amigos del PaísVicent Llombart, doctor en Ciencias Económicas

Introducción a la literatura valenciana actualJosé Luis Aguirre, catedrático

La Institución Libre de Enseñanza y ValenciaJosé Bueno Ortuño, León Esteban Marco, María Luz Noguer Rodríguez y Joan Miquel Romà i Mas.

La indústria del País Valencià davant la integració europeaJoaquim Mafé, Francesc Más i Antoni Rico

Institucions constitucionals del Dret Clàssic valenciàArcadi Garcia Sanz, advocat

Un voto en común para el mañanaJosé Antonio Maravall Casesnoves, miembro de la Real Academia de Historia

Mujeres de una emigraciónVicente Llorens, profesor de la Universidad de Princeton

La sociedad científica frente a la sociedad en crisisEugenio Triana

Geología de la LunaVicente Sos Baynat, catedrático

Universidad y sistema educativoEnrique Guerrero Salom, doctor en Ciencias Políticas

Evolución histórica y situación actual de F.M.I. de ValenciaJosé Antonio Noguera de Roig, presidente de la Feria Muestrario Internacional de Valencia

Darwin y su pensamiento, cien años despuésMari Dolores Ochando González, doctora en Ciencias Biológicas

Page 119: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Acte homenatge al professor En Manuel Sanchis GuarnerJosep Iborra Martínez, president de la Secció de Literatura

La eficiencia en el sector públicoJuan Prats Catalá, Julio Segura Sánchez, Antonio Garrigues Walker y F. Pérez García

Los valencianos ante la nueva Ley de AguasE. Sanchis Moll, J. M.ª Ibarra Chabret, J. Carles Genovés y J. Olmos Lloréns

Futuro de la GenéticaD.ª D. Ochando González, A. Prebosti Pelegrí, J. L. Mensúa Fernández, J. I. Cubero Salme-rón y J. E. Rodríguez Ibáñez

Cambio político y sociedad civilJuan L. Cebrián, director diario El País

La política económica en los Presupuestos Generales del Estado 1986Francisco Fernández Marugán, diputado a las Cortes Generales del Estado

La revelación de Juan Negrín en la Valencia de 1937Juan Marichal, catedrático Harvard University

La reforma del sistema ciencia-tecnología y el ingreso de España en EuropaJosé María Maravall Herrero, ministro de Educación

Personalidad, estrés y saludJohannes C. Bregelmann, director del Instituto Max-Planck de Psiquiatría, Munich

Las relaciones de la Comunidad Autónoma Valenciana con el Estado, otras ComunidadesAutónomas, Administración Local y Comunidad Económica EuropeaAdolfo Carretero Pérez, presidente de la Sala 5.ª del Tribunal Supremo

El servicio de la Administración de Justicia: perspectivas de futuroD. Manuel Peris, vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial

Innovación financiera y política bancariaRaimundo Poveda Anadón, director general adjunto Banco de España

La economía española en los últimos años de este sigloJulio Rodríguez López, presidente del Banco Hipotecario Español

Economía y crédito en la Comunidad ValencianaSalvador Fernández Calabuig, presidente de la Caja de Ahorros de Valencia

Algunas reflexiones sobre la política fiscal españolaRafael Termes Carreró, presidente de la Asociación Española de Banca Privada

Las Cajas de Ahorros españolas en el entorno europeoJosé Juan Pintó Ruiz, presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros de España

Europa en el umbral del siglo XXI. ¿Hacia dónde va la unidad europea?

Horizonte 92: Europa como proyecto democráticoEnrique Barón Crespo, presidente primero del Parlamento Europeo

Page 120: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Respuestas europeas a problemas actualesMarcelino Oreja Aguirre, secretario general del Consejo de Europa

La política de cooperación y desarrollo en el horizonte de 1992Manuel Marín González, vicepresidente de la Comisión Europea

La ciencia y el científico ante el reto de la unidad europeaEmilio Muñoz Ruiz, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Unidad económica y cohesión social en la Europa del siglo XXEduardo Punset Casals, miembro del Parlamento Europeo

Las definiciones de EuropaFernando Morán López, miembro del Parlamento Europeo

La apuesta de la prensa escrita en el porvenir de los medios de comunicación en EuropaBernardo Wouts, administrador general de Le Monde

La revolución tecnológica complemento dinamizador de la unidad europeaFernando de Asúa, presidente de IBM España

La Europa social ¿progreso o incertidumbre?Mathias Hinterscheid, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos

La estrategia de grupo de las Cajas de Ahorro en el área financiera europea de 1993Klaus Meyer-Horn, secretario general de la Agrupación Europea de Cajas de Ahorros, miem-bro del Comité Económico y Social de las Comunidades Europeas

La unidad europea vista desde la Unión SoviéticaZorina Irina Nicolaevna, directora de Investigación del Instituto de Economía Mundial y Rela-ciones Internacionales de la Academia de Ciencias de la URSS

La unión económica y monetaria en el marco de la reforma de los tratadosCarlos Westendorp y Cabeza, secretario de Estado para las Comunidades Europeas

Suecia ante la Comunidad y la construcción europeaUlf Hjertonsson, embajador de Suecia en España

Aspectos económicos de las políticas estatales en materia de Medio AmbienteVicente Albero Silla, secretario de Estado para las Políticas del Agua y el Medio Ambiente

Desarrollo y Medio Ambiente: la visión del Club de RomaRicardo Díez Hochleitner, presidente del Club de Roma

El Consejo Económico y Social y la articulación de la participación socialFederico Durán López, presidente del Consejo Económico y Social

La dirección estratégica en las entidades financierasEmilio Tortosa Cosme, director general de Bancaixa

Satélites - Televisión - InformaciónAgustín Remesal Pérez

Page 121: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

Dirección estratégica en las organizaciones multinacionalesDavid W. Thursfield, director de operaciones de Ford Europa

La dirección estratégica en las grandes organizacionesJoaquín Moya-Angeler, presidente de IBM España

Consideraciones sobre la actual encrucijada europeaAlfredo Sáenz Abad, vicepresidente del BBV

Fundamentos teóricos de la dirección estratégicaEduardo Bueno Campos, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid; Juan IgnacioDalmau Porta, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia; Juan J. Renau Piqueras,catedrático de la Universidad de Valencia

La inteligencia cableadaJosé Antonio Marina Torres, catedrático de Bachillerato

Medios de comunicación, sociedad y democraciaIgnacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique

La transición según Victoria PregoVictoria Prego, periodista

La Inquisición y la sociedad españolaRafael Carrasco, catedrático de la Universidad de Estrasburgo; Ricardo García Cárcel, catedrá-tico de la Universidad Autónoma de Barcelona; Jaime Contreras, catedrático de la Universidadde Alcalá de Henares

Idea de España en la Edad ModernaErnest Belenguer Cebrià, catedrático de la Universidad Central de Barcelona; Jon Arrieta Al-berdi, profesor de la Universidad del País Vasco; Pablo Fernández Albaladejo, catedrático dela Universidad Autónoma de Madrid

Experiencia de una maestra republicanaGuillermina Medrano, profesora; José Ignacio Cruz, profesor de la Universidad de València

La razón de Estado en la España ModernaSalvador Rus Rufino y Javier Zamora Bonilla, profesores de la Universidad de León; PereMolas Ribalta, catedrático de la Universidad de Barcelona; Xavier Gil Pujol, profesor de laUniversidad de Barcelona; María de los Ángeles Pérez Samper, catedrática de la Universidadde Barcelona

El modelo europeo de agricultura ante el desafío de la globalizaciónAlbert Massot Martí, Dirección General de Estudios del Parlamento Europeo

Psicología y sociedadA. Blanco, Decano de la Fac. de Psicología de la Univ. Autónoma de Madrid; D. Rojas y L. dela Corte, Univ. Autónoma de Madrid; J. D. Delius, prof. de la Univ. de Constanza; J. J. MiguelTobal, catedrático de la Univ. Complutense de Madrid; R. Fernández-Ballesteros, catedráticade la Univ. Autónoma de Madrid; Mª T. Anguera, catedrática de la Univ. de Barcelona; y Mª J.Díaz-Aguado, catedrática de la Univ. Complutense de Madrid

Ilustración europeaC. Fantappiè, profesor de la Universidad de Urbino; J.-P. Amalric, profesor de la Universidadde Toulouse; A. Mestre, catedrático de la Universidad de Valencia; J. Reeder, profesor de laUniversidad Complutense de Madrid; y A. Thimm, profesor de la Universidad de Mainz

Page 122: LOS MONTES VALENCIANOS - Universitat de València...tazgo. Cuando escribió la indicada memoria los montes españoles estaban ges-tionados por la Marina, así que J. de la Croix como

El ejército en la España modernaEnrique Martínez Ruiz (Universidad Complutense de Madrid); Magdalena de Pazzis Pi Corra-les (Universidad Complutense de Madrid); Cristina Borreguero Beltrán (Universidad de Bur-gos); Francisco Andújar Castillo (Universidad de Almería)

Anales 1983-84 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1985-86 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1987-88 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1989-90 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1991-92 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1993-94 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1995-96 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1997-98 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1997-98 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Anales 1999-2000 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Catálogo del Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, 1877-1940Laura Ménsua

Los montes valencianosJorge Suárez, Nicasio Guardia, Luis Molina, José A. Torrent, Pedro Muelas, Emilio Laguna,Rafael Cebrián, Francisco Galiana, Pedro J. Salvador, Antonio López Lillo y Benjamí Rodrigo

Economía y cambio social en tiempos de globalizaciónFrancisco Bataller Martín (Dirección General de Relaciones Exteriores, Comisión Europea);Miguel Rodríguez Mendoza (Organización Mundial del Comercio); Bernard Cassen (ATTAC,París)

Para peticiones de estas publicaciones pueden dirigirse los interesados a

Real Sociedad Económica de Amigos del PaísSecretaríaCalle Navellos, 14, p. 3Valencia.