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RELATOS DE LA VIOLENCIA

IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO

EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

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RELATOS DE LA VIOLENCIA

IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN

LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

AUTORES

Martha Nubia Bello Albarracín Leonardo Mantilla Castellanos

Claudia Mosquera Rosero Edna Ingrid Camelo Fisco

UNIVERSIDAD

NACIONAL FACULTAD y ¡ ¡ DE COLOMBIA CjCj

Sede Santafé ile Bogotá HUMANAS J l T T t =™.tón Ac.dén,,.. Dimk,. d. Ext.n.tón , ^ \ X ^ =rasn,m. a. toi^o™. Udi^^rtjrB. par. DEPARTAMENTO DE ^ T j ^ J r * . i ^ k

IRABAJO SOCIAL _ ^ _ _ _ ^ _ — _

Relatos de la violencia Impactos del desplazamiento forzado en la niñez y la juventud

© - Universidad Nacional de Colombia Martha Nubia Bello Albarracín Clauaia Mosquera Rosero Eana Ingrid Camelo Fisco

- Fundación Amor Leonardo Mantilla Castellanos

Primera edición: abril de 2000

ISBN: 958-8051-80-0

Evaluación académica: Comité Editorial del Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Humanas

Diseño de carátula: Mauricio Meló - UNIBIBLOS Diagramación electrónica: Martha Echeverri - UNIBIBLOS Impreso por: Universidad Nacional de Colombia UNIBIBLOS - Editorial Teléfonos: 368 1443 - 368 1437 Telefax: 368 4240 Santafé de Bogotá, D. C. Colombia

EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

Delma Constanza Millón Echeverría Trabajadora Social

Universidad Nacional de Colombia

Marielly Ramírez Ospina Licenciada en Psicología y Pedagogía

Universidad Pedagógica Nacional Maestría en Psicología Comunitaria

Pontificia Universidad Javeriana

Raquel Rojas Isaza Comunicadora Social Universidad Javeriana

María Teresa Sarmiento Ruiz Trabajadora Social

Universidad Nacional de Colombia

Auxiliares Patricia Molina Mora Sandra Silva Fajardo

AGRADECIMIENTOS

A las profesoras y los profesores del Departamento de Trabajo Social por su apoyo constante a este trabajo, el cual es también fruto del reto asumido por esta unidad académica de investigar el tema y formar profesionales sensibles y capacitados para intervenir en la construcción de alternativas de atención y prevención de este fenó­meno,

A las y los estudiantes de la práctica de Derechos Hu­manos del Departamento, por sus valiosos aportes y su disposición permanente a contribuir con el desarrollo de este trabajo,

A María Himelda Ramírez, profesora del Departamento de Trabajo Social y miembro del Comité Editorial del De­partamento de Trabajo Social, por sus valiosas observa­ciones y recomendaciones para la presentación de la versión final del texto,

A los niños, niñas y jóvenes que nos permitieron compar­tir sus experiencias de vida y a sus padres y madres por abrir los espacios que posibilitaron los encuentros para construir este trabajo.

El Programa de Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia (PIUPC).

Surge en el segundo semestre de 1998 como una pro­puesta interdisciplinaria, en la cual participan las faculta­des de: Ciencias Humanas, con el Departamento de Tra­bajo Social, el grupo de Psicoanálisis y el Departamento de Historia, estos dos últimos de reciente vinculación; Me­dicina, con el Departamento de Psiquiatría; Odontología; Derecho, con la Carrera de Ciencia Política; Artes, con el Departamento de Arquitectura; Ciencias y el Instituto de Relaciones Internacionales (IEPRI).

Las profesoras y profesores de estas unidades académicas confluyen en el interés por trabajar colectivamente en la búsqueda de apuestas comprensivas y de intervención en las realidades atravesadas por la desintegración del tejido social, derivadas del conflicto armado interno y la violencia social, política, económica y cultural en la que se encuentran inmersos/as de manera creciente miles de colombianos y colombianas individual o grupalmente.

En el proceso de construcción del PIUPC, paralelo a la consolidación de la línea sobre Desplazamiento forzado y Desarrollo local y regional, se han abierto camino otras líneas de trabajo que permiten ampliar el espectro analítico sobre la Paz y ia Convivencia, estas son: la de educación en y para los Derechos Humanos con énfasis en educación para la Paz, la de regulación de conflictos para la Convivencia, la de ínter y multiculturalidad para la

Democracia y por último la línea sobre educación en va­lores,

La propuesta ha recibido un apoyo de gran valía por par­te de la dirección de la División de Extensión de la sede de Bogotá, El asiento de este Programa en esta instancia universitaria está en estrecha relación con el adherir y compartir plenamente la política académica de la División, En efecto, ésta se orienta a fortalecer el vínculo de la Universidad con el país, como forma de circulación del conocimiento, El sentido de este vínculo está determinado por procesos de integración e interacción con los diferentes actores sociales y las problemáticas de la nación, en un proceso complejo y contradictorio que implica para la Universidad pensar y superar una serie de escisiones establecidas, entre teoría y práctica; entre la investigación, la docencia y la extensión; entre conocimiento y acción; entre conocimiento, ética y política.

El PIUPC encontró en la División las condiciones oPjetivas que propician la resolución en ia práctica de estas escisiones, Por otra parte, la División posibilita atender problemas sociales articulados a proyectos intra institucionales, contemplados en los Programas Estratégicos del Plan de Desarrollo de la Universidad, a través no solamente del PIUPC sino también retomando la experiencia acumulada del PRIAC; el Programa Red Bogotá, el Proyecto Observatorio Universitario sobre Política Social y Calidad de Vida; el Proyecto Salud y Caliáad de Vida en la Localidad Cuarta del Distrito Capital y áe los Núcleos Universitarios de apoyo al desarrollo regional con el programa de admitidos especiales de la Universidad (PAES),

Los temas centrales del PIUPC, a saber, Paz y Conviven­cia, no son solamente temas de interés académico por parte de la comunidad universitaria, son igualmente

compromisos constructivos que se han adquirido desde la Universidad para con la sociedad en su conjunto,

De esta manera el Programa contribuye a avanzar en la comprensión de los elementos que obstaculizan o posibi­litan la Paz y la Convivencia a través de la reflexión siste­mática y propositiva.

Como resultaáo de esta solidaria experiencia colectiva, el PIUPC ofrece un curso de contexto sobre el desplaza­miento forzado en Colombia, un seminario permanente de formación avanzada de docentes, siempre abierto a todas y a todos los profesores y profesoras que quieran participar en este espacio de debate académico, Como también un libro anterior sobre Los Efectos Psicosociales y Culturales del Desplazamiento, en co-edición con la Corporación Avre y la Fundación Dos Mundos. En este año el Programa está convocando al simposio: La Universidad piensa la Paz; obstáculos y posibilidades a realizarse en el mes de octubre áel presente año,

[email protected],unal.edu,co

CONTENIDO

PRÓLOGO „ 17

INTRODUCCIÓN 21

CAPÍTULO I Conflicto armado Interno, desplazamiento, niñez y juventud 37

El desplazamiento interno, forzado 43

Niñas, niños y jóvenes en el contexto colombiano 50

CAPÍTULO II Una lectura a la luz de la geografía del conflicto 69

A, Los lugares de procedencia 71 Urabá chocoano y antioqueño 75 Sur del Tolima 79 Occidente de Boyacá 84 Putumayo 87 Meta, Caquetá y Casanare 90 Valle del Cauca 100

B, El lugar de llegada 105

CAPÍTULO III El desplazamiento forzado y sus consecuencias sobre ei bienestar y el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes en Colombia 119

Los niños, niñas y jóvenes áesplazados en la ciudad: Transformaciones e impactos 128

Factores moderadores de la respuesta individual de niños, niñas y jóvenes ante ei desplazamiento forzado y otras situaciones de aáversidad 142

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 175

Conclusiones 177

Recomendaciones 185

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 239

LA FUNDACIÓN EDUCATIVA AMOR

Es una institución con más de trece años de presencia en el Municipio de Soacha, Cundinamarca, se inició en 1983 en Armenia, Quináío, La visión inicial que originó esta ar-áua labor fue de la psicopedagoga Mónica Amanda Ramírez, a cuyo esfuerzo se ha sumado, durante el trans­curso áe los años, el de muchas otras personas y organi­zaciones dentro y fuera de Colombia, especialmente la Asociación Subud Mundial, el Susiia Dharma Internacional y la Fundación Guerrand-Hermés,

Hoy en día ia Fundación cuenta con reconocimiento lo­cal, nacional e internacional por su proyecto eáucativo que tiene un carácter eminentemente social, y ha recibi­do varios premios, el más reciente áe ellos la mención en 1998 como Buena Práctica áel Premio Dubai áe las Na­ciones Uniáas, Con la misión de responder a las necesi­dades reales de los niños, niñas y jóvenes de las comuni­dades más vulnerables, su formación integral hace énfasis en el concepto de empresa humana, el entrenamiento en áreas vocacionales específicas y la promoción áe la saluá y prevención integral.

Para la Fundación, la escuela constituye el epicentro de procesos concertados de transformación de la realidaá individual, familiar y comunitaria, Desde esta perspectiva, es apenas obvio que su interés también se haya extendi­do al área de la recuperación psicosocial áe las personas desplazadas por el conflicto armado interno, un proble-

ma grave en Soacha, uno de los principales municipios receptores de desplazados en Colombia,

Ei proyecto piloto financiado y asesoraáo técnicamente por el Ministerio de Salud permitió, durante dieciocho meses, avanzar en la atención de más de ciento veinte familias desplazaáas y en la construcción áe una propues­ta de intervención psicosocial que tiene el potencial de ser apiicaPle en otras regiones del país, en contextos simi­lares del desplazamiento forzado

En respuesta a la emergencia educativa y social ocasionada por el terremoto que afectó el eje cafetero en enero de 1999, la Fundación movilizó los recursos nacionales e internacionales que posibilitaron la iniciación, en febrero del presente año, de un programa de educación formal para básica primaria, secundaria y media en el Centro Internacional Amanecer, ubicado en el Municipio de La Tebaida, Quindío,

feamor@interred,net,co

PROLOGO

L a literatura sobre el desplazamiento forzado en Colom­bia incluye narraciones y relatos tan dramáticos como

los que se presentan en este libro, que a veces parecen ser más proáucto áe una imaginación febril que una des-cripción fiel de la realidad. Tanta sevicia, atrocidad y sufrimiento no pueden ser constantes de un pueblo civili­zado, Que los niños y las niñas no tengan otro referente cultural distinto a la conducta violenta, muchas veces brutal, de los adultos que ios rodean; que no haya cari­cias ni abrazos para ellos y ellas, producen las reacciones esperadas de una historia áe horror. Nos resistimos a acep­tar que miles de niños, en su mayoría campesinos, afec­tados por el desplazamiento, lo pierdan todo, desde sus padres y amigos, sus pocas pertenencias y bienes, hasta su propia identidad,

¿Qué piensan los niños y las niñas en relación con el des­plazamiento? En esta interesante obra, lo definen como aquella huida forzosa provocada por los amenazadores actores del conflicto armado. Lo sienten como una con­dición de vacío extremo, es "no tener nada de lo que antes se tenía". Es también el surgimiento de nuevos temores, y et esfuerzo permanente por olvidar las atroci­dades presenciadas, ios bombardeos, los cadáveres des­trozados con motosierra o flotando en los ríos, las muertes v más muertes a veces "a nuro machete". Y aflora a! mismo tiempo ia añoranza por las quebradas límpidas, el soplo del viento libre, la amplitud de los espacios,

17

La historia áe cada niño expresa ia de toda una genera­ción y describe una parte diminuta pero elocuente de lo que es la memoria colectiva sobre las últimas décadas de las violencias, Las y los autores de este libro, juiciosa­mente, han sabido escuchar y derivar de los relatos algu­nas de las recomendaciones que deberían tomarse en cuenta para las políticas institucionales, en especial sobre el bienestar psicoafectivo y el pleno desarrollo humano de los niños de acuerdo a sus derechos,

¿Qué quieren los niños y niñas desplazados? La respuesta se perfila fácilmente al leer sus narraciones: quieren ser felices, quieren ser libres, quieren estudiar. Mientras tejen sus sueños, aspiran a ser buenos para poder ayudar a que los niños todos y sus familias no vuelvan a sufrir. En consecuencia, es importante crear para estos niños y ni­ñas espacios autónomos y más seguros, donde puedan realizar sus utopías de un mundo diferente, Ellos pueden darnos el gozo de aprender, de valorarse, de construir nue­vas identidades alrededor de la búsqueda de la justicia, Es así como puede surgir una cultura de la inclusión: aque­lla que se construye sobre la afirmación de que todos ios seres humanos tenemos talentos y dones que hacen po­sible la vida y el caminar solidarios por rutas a veces des­conocidas,

Es de esperar que ias conclusiones y recomendaciones de este oportuno libro sean útiles a las instituciones estata­les y a las organizaciones no gubernamentales para se­guir resolviendo, con urgencia, las terribles e injustas situa­ciones descritas. Ningún niño, ninguna niña, ninguna per­sona se merecen tan trágico destino

María Cristina Salazar

Presidenta

Defensa de los Niños Internacional-Colombia

1

LAS PROTAGONISTAS

Julieta, 7 años de Yopal (Casanare] Daniela, 9 años de Chlgorodó [Antioquia] Gloria. 10 años de Rioblanco [Tolima]

Cristina, 15 años de Norcasia [Coqueta]

Adriana, 15 años de Mapiripán [Meta]

Liliana, 13 años de Maplripí [Boyacá]

LOS PROTAGONISTAS

Camilo, 9 años de Pío Rico [Meta]

Mario, 10 años de Pto Leguízamo [Putumayo]

Miguel, 11 años de Solano (Caquetá]

Marcos, 12 años de Buga [Valle]

Ernesto, 13 años de El Dieclocño [Caquetá]

Jaime, 9 años de El Castillo [Meta]

Jorge, 15 años de Restrepo [Meta]

Eduardo, 16 años de Paujil [Caquetá]

..Este niño es la patria con seis años, es Colombia chiquita,

es un grano de tierra de nuestros montes y

nuestros barrancos.

Para este niño frió, cifra de nuestros males

pido tan solo calor de patria...»

Carlos Castro Saavedra

INTRODUCCIÓN

^ff.. Fílase-

I niciando el siglo XXI, el balance de la capacidad que la humanidad adquirió durante los últimos cien años

de civilización para dirimir los copflictos en ¿orma no vio­lenta no puede ser más desalentador: después de las dos guerras mundiales, durante la década del 50, en los paí­ses del tercer mundo se produjeron 9 guerras activas cada año, 11 en la década de los sesenta, 14 en la de los se­tenta y, por lo menos, 50 en la actualidad',

La población infantil es involucrada en la guerra de forma cruenta y generalizada, UNICEF afirma que en los últimos diez años en el mundo murieron 2 millones de niños en la guerra, de 4 a 5 millones fueron heridos o quedaron dis­capacitados, 12 millones perdieron su hogar y un millón quedaron huérfanos o separados de sus padres, <-,

El desplazamiento forzado de sus hogares que padecen miles de familias es una de las consecuencias más gra­ves del conflicto interno que vive Colombia. Es muy difícil saber con exactitud el número de personas en situación áe áespiazamiento hasta ia fecha, pero los últimos infor­mes señalan que entre 1985 y 1999 fueron obligados a

SUMMERFIELD, E. (1998), "The Social Experience of War and Some Issues for the Humanitarian Field", en Bracken, R y Petty, C(Eds,), Rethinking the Trauma of War, Save the Children (UK), Londres.

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RELATOS DE LA VIOJENCA • IMPACTOS DEJ DESPWZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ V JA JUVENTUD

desplazarse 1,600.000 colombianos de los cuales más de 1 '000,000, es decir casi el 70%, son menores de edad,

Este libro representa un esfuerzo por comprender el fenó­meno de! desplazamiento desde la perspectiva de sus principales víctimas. Somos conscientes que los niños, ni­ñas y jóvenes que relatan su vivencia representan una muestra muy pequeña del casi millón de menores de edad que han sido desplazados durante la última década, pero sus voces constituyen no sólo una manifestación vivida y

^contundente de la urgencia de analizar las consecuen­cias dei desplazamiento forzado en todas sus dimensio­nes, sino una clara advertencia sobre el peligro que re­presenta para Colombia que sus derechos no sean aten­didos de forma integral

Si bien el análisis se centra en los efectos del desplaza­miento sobre las posibilidades de bienestar y desarrollo integral de la población infantil y juvenil, no ignoramos el hecho de que este fenómeno tiene implicaciones políti­cas, económicas y socioculturales incalculables y que si los problemas de las personas en situación de desplaza­miento no son resueltos en forma adecuada y oportuna, sin lugar a dudas, las futuras generaciones de colombia­nos sufrirán más pobreza y violencia,

Este documento es el resultado de un trabajo conjunto entre una institución pública estatal y una organización no gubernamental. En efecto, desde 1997 el Departamen­to de Trapajo Social de la Universidad Nacional de Co­lombia, sede Bogotá, Facultad de Ciencias Humanas, tra­taba de dar respuesta, desde la intervención profesional, al drama humano que estaban vivienbo individuos aislados y familias en situación de desplazamiento instaladas en varios barrios populares de Bogotá y en el municipio de Soacha, principalmente. En una de las reuniones interins­titucionales en las que se suelen encontrar organizaciones

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INTRODUCCIÓN

no gubernamentales y organizaciones gubernamentales, animadas todas por el deseo de construir redes de trapajo y apoyo mutuo, surgió la posiPilidad de un trabajo conjunto con la Fundación Educativa Amor.

En el mismo momento en el que el Departamento de Tra­bajo Social iniciaba uno práctica académica con perso­nas en situación de desplazamiento en el medio comuni­tario, la Fundación Educativa Amor suscribía un convenio con el Ministerio de Salud para desarrollar un modelo de adaptación psicosocial para población desplazada resi­dente en el Municipio de Soacha, Cundinamarca, Las in­quietudes de intervención social de la Fundación coinci­dían con las del Departamento de Trabajo Social, razón por la que se suscribió un convenio interinstitucional que, además de este trabajo, produjo monografías de grado, conyersatorios y, sobre todo, la apertura de un espacio para que los y las estudiantes pudieran realizar sus prácti-

_ cas,

El proyecto de la Fundación Amor, que Peneficiaría a un total de 122 familias (611 personas, aproximadamente), buscaba validar en la práctica una metodología de inter­vención psicosocial que tuviera un enfoque holístico e integral, Orientado por los avances teóricos de la salud pública, el trabajo se proponía facilitar el proceso de adaptación psicosocial de las personas en situación de desplazamiento ubicadas, temporal o definitivamente, en las zonas urbanas y urbano-marginales de las grandes ciudades; la metodología debía intervenir en tres niveles simultáneos: individual, familiar y comunitario

Los niños, niñas y jóvenes que participaron en esta investi­gación provienen de las familias beneficiarios del proyec­to de la Fundación Amor, sus padres fueron consultados y autorizaron la entrevista a sus hijos e hijas, El proceso de trabajo -pue se realizó durante un año y medio- incluyó

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEJ DESPLAZAMIENTO FORZADO EN JA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

múltiples actividades que nos permitieron acercarnos a ellos y ellas, construir confianza y romper el silencio, Se necesitaron diversos encuentros en distintos lugares (el salón, el parque, la casa, etc), poco a poco, al dibujar, al caminar por las calles del barrio o al jugar, fueron surgien­do las palabras, ias sonrisas y las lágrimas y se reconocie­ron los miedos, rabias, deseos y nostalgias. En ocasiones se grabaron las palabras, en otras se tomaron notas, Ori­ginalmente los relatos no fueron historias fluidas sino aue se construyeron a través del diálogo y la escucha atenta entre entrevistador/a y entrevistado/a; la conversación es­tuvo orientada por una guía establecida por el equipo investigador, A partir de las extensas transcripciones se ela­boraron ios relatos definitivos. Los nombres reales de los niños fueron cambiabas,

Que sean ios niños, niñas y jóvenes quienes narren la si­tuación de desplazamiento que viven al laqo de sus fami­lias -o de lo que quedó de ellas-, sin la presencia de otros miembros de ia familia que controlen lo que dicen, se convierte en una apuesta metodológica y de interven­ción profesional interesante para seguir avanzanáo en la reflexión de este fenómeno,

La importancia de los relatos del desplazamiento no está en la calidad o abundancia de la información, ni en su dimensión estética "de lo bien narrado", sino en el sentido que tiene para ellos y ellas, máxime cuando su identidad social está siendo replanteada. La narración de un hecho es un acto terapéutico en la medida que la escucha in­vestigativa busca explorar y comprender la experiencia vivida para crear nuevos significados.

Respecto a la incertidumbre que se pueda generar sobre la veracidad de la narración, adherimos a ia idea que los relatos no son verdaderos ni falsos, son construcciones y deconstrucciones continuas de los acontecimientos vita-

jj.je.vi^fcLv!}, 24

INTRODUCCIÓN

les que siempre están inscritos en un contexto y en un moáo áe relación particular; esperamos que así lo entiendan los y las lectoras,

Este documento consta de tres capítulos, En el primero, desde un análisis macrosocial, se intenta contextualizar los relatos explicando, someramente, el creciente conflic­to armado interno y el fenómeno del desplazamiento for­zado para finalizar en una reflexión sobre la situación de los niños, niñas y jóvenes colombianos,

El capítulo segundo, titulado Los lugares de procedencia y el lugar de llegada , describe el conflicto particular de las zonas en donde transcurrió una parte de la viáa de los/ las entrevistados/as; Meta, Caquetá, Casanare, Putumayo, Urabá chocoano y antioqueño, Occidente de Boyacá, Sur del Tolima y Valle del Cauca. Igualmente se intenta dar una visión de las principales características socio-eco­nómicas del lugar de llegada y de las relaciones que la población en situación de desplazamiento estaPlece con quienes ya habitan en estos sectores.

En el capítulo tercero se plantean algunas reflexiones res­pecto a las consecuencias del desplazamiento en el bien­estar y el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes en Colombia, También se invita a debatir la tendencia a in­terpretar los efectos de la violencia política soPre los adul­tos y niños desde un punto de vista fundamentalmente psicológico o psiquiátrico, Cada vez resulta más evidente que ias nociones de estrés postraumático o traumatismo, pjeváíecieñfés en el enfoque "clínico" de la guerra y de sus efectos, noqbárcqn la arrípíia gama de experiencias y necesidades psicosociales de las personas. Es necesa­rio introducir nuevos elementos para entender, de mane­ra integral, el impacto psicosocial del desplazamiento en la vida de una persona. Esta perspectiva dePerá tener en cuenta el grave deterioro en la calidad de vida de ios

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RELATOS DE LA VOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ináividuos y las familias, la dificultad o imposibilidad para satisfacer necesiaades básicas y el impacto de la frag­mentación, destrucción y recomposición de las redes fa­miliares y sociales de apoyo, entre otras consecuencias del desplazamiento forzado

Durante el texto se presentan los relatos de los niños, niñas y jóvenes, articulados no sólo en torno a los hechos del desplazamiento, sino a la cotidianidad previa y posterior/ Los relatos describen ei lugar en donde vivían, ias relacio­nes familiares, las actividades que realizaban, las viven­cias y lecturas que niños, niñas y jóvenes tienen de la vio­lencia y de los actores armados, los motivos de la salida, sus actuales lugares de residencia, actividades diarias y sus expectativas frente al retorno,

Finalmente se plantean algunas conclusiones y recomen­daciones, no sin antes advertir la necesidad de realizar investigaciones de largo aliento pues, más allá de las re­acciones emocionales inmediatas, lo más preocupante es preguntarse por las consecuencias de que tantos niños y niñas colomPianas estén creciendo en esta cultura de la violencia, donde la sevicia y la barbarie son formas co­tidianas de resolver los conflictos. ¿Cuál será, entonces, el efecto sobre las futuras generaciones?

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DANIELA, 9 ANOS

«Abajo el agua estaba muy sucia, ahí echaban todos los muertos»

Yo vengo áe un pueblo que se llama Chigoroáó, que queáa en el Urabá. ' " . \ Vivíamos en una casa que mi papá , ^ M

nos había construiáo, era de un solo •, -i piso y tenía tres cuartos, uno para mi X t \ papá y mi mamá, otro para mi her- ;. ••'•, J mana mayor y para mí y otro para el rh t resto ae mis hermanos. Allá no tenía- daniela 9 años mos teléfono, el agua la sacábamos áe un pozo que construyó mi papá en el patio, lo llená­bamos con agua que mi papá y mi hermano traían áel río en baláes o cuanáo llovía. Teníamos baño con sanita­rio pero había que echarle agua con un baláe, no había lavamanos. La cocina era igual a las áe acá, la única áíferencía es que las pareáes no estaban pintabas.

Yo me bañaba áos veces en el día, una por la mañana y otra por la noche porque como hacía mucho calor uno tenía que acostarse bañado para no sudar mucho, el su­dor huele feo. Nos bañábamos en una poceta que se llenaba cuanáo llovía y que era como un lavaáero pero más granáe y ancho. A mi mamá no le gustaba que yo me bañara con mis hermanas mayores porque yo era pequeñita, nos bañábamos en pantaloneta porque ha­bía un niñlto que siempre nos miraba.

Cuando queríamos bañarnos en el río había que ir bien arriba, porque abajo el agua estaba muy sucia. Ahí echa­ban todos los muertos, la gente decía que era la guerrilla. En el pueblo había muchas muertes, pero uno ya no se asustaba, se acostumbraba. Mi mamá casi no nos aoja­ba salir por lo que mantenían matanáo gente, le áaba miedo que viniera alguien y nos diera.

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

Una vez nos fuimos a la finca de mis abuelos porque los soláaáos estaban peleanáo con la guerrilla en el pueblo, eso áuró como tres horas. Primero nos esconáimos y áes-pués nos fuimos para la finca por diez días. Mi abuelo siempre permanecía en la finca porque a toaos los hom­bres los mataban. Si veían a las mujeres hablanáo con los soláaáos también las mataban. El mieáo era por la gue­rrilla, por eso cuando los soldaáos iban a peáir comláa no les áaban. Allá mantenía la guerrilla, el ejército sólo Iba cuando ya veían que mataban bastante gente.

Mi papá trabajaba hacienáo casas pero le iba más o menos porque a veces no le pagaban, le robaban la pla­ta. Mi mamá en cambio estaba toáo el áía en la casa. Yo estaba en el Jardín, duré tres años porque estaba muy pequeña todavía. La señora que nos cuidaba no le caía bien a la gente porque le pegaba a la hija áe ella, pero es que esa niña era muy grosera, A mí me caía bien por­que cuanáo nos llevaba al río nos ponía a Jugar. Yo Juga­ba con mis amigas, pero también peleaba con ellas por­que me mentatqan la mamá o me áecían sapa.

No estudiaba, rñi mamá no tenía plata para matricular­me. Mis hermanas sí estaban estuáianáo y yo tenía que llevarles el almuerzo porque estaban en la escuela áe siete áe la mañana a cinco áe la taráe, casi siempre les llevaba plátano frito, maáuro o veráe, con chicharrón. Cuanáo ellas llegaban se ponían a hacer la comláa y mi mamá nos servía.

A veces nos íbamos al río y lo cruzábamos camlnanáo, la corriente no era muy fuerte, sólo se ponía peligroso cuan­áo llovía aáemás toaos los niños sabíamos nabar Des­pués pasábamos una calle, nos montábamos por unos alambres y llegábamos a las bananeras que eran muy granaos. íbamos a coger banano y plátano. Solo entrá­bamos y lo cogíamos y ya nos áevolvíamos para la casa.

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DANIELA, 9 AÑOS

Vinimos hace tres años, cuando yo tenía seis años. Sali­mos porque mi tía dijo que a mi papá lo iban a matar. Nos vinimos de noche y demoramos áos áías en llegar. Viajamos toáo el tiempo por una carretera, yo veía puros árboles y montañas lináas que se parecían a las áe Ura­bá. Trajimos los platos y la ropa, las camas y las ollas se las regalamos a mi tía que se quedó allá. Aquí llegamos a donde mi tío. En total nos vinimos once personas, con mi tío y mi hermano.

Aquí los niños están toáo el áía en la casa, mis hermanas estuáian áe noche. Mi mamá se va a lavar y le pagan $6.000 alarlos. Mi hermano también trabaja venáienáo pan, ellos nos mantienen, mi papá no está haclenáo naáa.

Mis hermanas han hecho muchos amigos y caáa rato las vienen a buscar, yo casi no. Pero áe toáas formas mi her­mana siempre áloe que se quiere ir.

Yo esfuáio por las mañanas y casi no ayudo en la casa. Mis hermanas empezaron a hacer oficio a los ocho años, como yo tengo nueve mi mamá a veces me pone a la­var los platos o arreglar la casa. Cuando mis hermanitos no habían nacido me consentían, ya casi no. En el pue­blo mi mamá no era tan grosera ni nos cuiáaba tanto, no nos regañaba. En cambio acá pelean más con mi papá, sobre toáo porque mis hermanas se levantan taráe y él encuentra la casa áesordenada.

Antes de llegar, yo pensaba que en la ctudaá había puras casas antiguas y que era fea. Pero hay muchos eáiflcios, ahora me parece bonita. Cuanáo llegamos a Soacha me sentí bien porque áescansamos áel viaje. Acá hemos vivi-áo en cuatro casas áistintas, en esta última hay tres cuar­tos, somos áoce personas. Hay agua, luz, teléfono, toáo, no hace falta naáa.

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y I A JLWENTUD

Me gusta vivir en Soacha, pero me gustaba más áonáe vivíamos antes por el río y porque no había tantos chismes como acá. Lo que menos me gusta son los niños porque me áicen negra y a mí me áa rabia, yo tengo nombre. Acá estoy estuáianao pero no me siento bien porque la profesora grifa mucho.

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JAIME, 9 AÑOS

U i K

"Cuando me acuerdo vuelvo a llorar'

Mis papas, mis hermanos y yo vivía- Hfífct mos en un lugar áonáe había paja- \¿ . • ros, árboles, canarios, un río que ha­bía que cruzar en canoas y, por el otro laáo áe la casa, puro monte. Ese lu- ' \ j f ¡

gar se llama El Castillo, el clima era \ \ \ templaáo por eso yo me ponía sólo camisa, por las noches tenía que áor- j a ¡ m c 9 años mir con cobija.

Nosotros no vivíamos en el pueblo sino en nuestra finca, teníamos vacas, árboles áe mango, áe naranja, áe man-áarina y áe bocadillos. Había luz pero no teníamos televi­sión, o veces bajaba doñáe mis amigos a ver los Caballe­ros áel Zoáíaco y otros programas áe muñequitos. Para conseguir el agua que necesitábamos se metía la man­guera al río, le poníamos una pieára y la aojábamos cer­ca áe la casa. Como no teníamos baño subíamos a la montaña. La casa era un cuarto pequeño para mi mamá, mi papá, mi hermanifo y yo, cerca áel cuarto queáaba la puerta para salir. Mi papá hizo una cama áe palo, le puso hartos costales y quedó la cama para nosotros.

Alrededor de la casa había una cerca y afuera estaban los becerros. Cuanáo mi papá, mi mamá, mi hermana y yo íbamos a oráeñar las vacas, áejábamos chupar teta un rato a los terneros y áespués los sacábamos para que no chuparan más. También había perros áe monte, que son como lobos, por eso teníamos la cerca, para que si se pasaban se murieran porque la cerca tenía corriente.

Desayunábamos leche con queso y mogolla. La mogolla la comprábamos en el pueblo y el queso lo hacíamos nosotros: uno pone a calentar una ollaáa áe leche y áes­pués le echa una pasta áe cuajo y lo deja un rato hasta

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RELATOS DE LA VDLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN I A NIÑEZ Y LA JUVENTUD

que se vuelva como congelaáo, áespués eso se echa en un moláe áe maáera, se estripa con un palo encima y se le ponen pleáras hasta que salga el suero. Se áeja un rato, se saca, se envuelve y se vende. Mi papá y yo lo venáíamos en el puePlo y en otras fincas por las tardes.

Todos los áías me levantaba temprano, me bañaba en el río, áespués cogíamos las vacas, porque a veces las ao­jábamos fuera áel corral, las metíamos, les amarrába­mos las patas y las oráeñábamos. Por la noche le áecía a mi papá que me áejara ir áonáe mis amigos a ver televi­sión y él áejaba que me queáara a veces.

Yo tenía un caballo que se llamaba Cisne. Yo le puse así. Un señor áel pueblo era amigo áe mi papá y estaba crlan-áo hartos caballos, toaos potrancos, mi papá le áijo que si le ayuáaba a amansarías, entonces amansó a Cisne primero y el señor se lo regaló. Le pusimos Cisne porque era toáo griseclto. Entonces el señor le dijo a mi papá que buscara una yegua y él encontró una toáa coloraáita que era la compañera áe Cisne.

Me gustaba montar a caballo casi toaos los áías, bajaba a la carretera y corría. A veces me paraba en la cerca y arrimaba el caballo y él comenzaba a levantarme. Como él era alto me iba a bajar mangos y mandarinas, me pa­raba en el anca y él no se asustaba, a veces lo soltába­mos por ahí y no se escapaba. Él era mi mejor amigo, cuanáo nos fuimos a venir mi papá se lo alo al señor que se lo había regalaáo, yo lloré. MI papá se lo venólo y la yegua la áejó en el corral, con los becerros y las vacas, también áejó la casa sola. Le áijo al señor que fuera to­aos las mañanas y las oráeñara y que bajara lo que qui­siera áe los árboles.

Allá casi no tenía amigos, en las otras fincas había más niños pero queáaban bien arriba. Cuanáo cruzaba por

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ahí yo me queáaba un ratojuganáo a las esconáiáas, al caballo, íbamos al río a pescar con nylon y anzuelo, áe carnaáa poníamos grillos, lombrices o caracoles, a los pescaáos que uno sacaba les quitaba las tripas. Había cgchorngs y otro pescaáltos. A veces Iba solo y otras ba­jaba al pueblo y nos reuníamos toaos para ir a pescar, lo que cogíamos lo repartíamos.

Cuanáo no había naáa que hacer nos íbamos con mi papá a cazar pájaros, era mejor ir áe noche porque los pájaros estaban áormiáos. MI papá cazaba con escope­ta y yo con cauchera. Después les quitábamos las plumas con agua callente, se arreglaban por áentroyse fritaban para comer.

Yo no estuáiaba. No había escuela cerca, ni siquiera en el pueblo, porque no había materia! para hacerla. Mi papá y mi mamá me enseñaron a leer y a escribir cuanáo te­nían tiempo libre, también le enseñaban a mi hermana y a mi hermanito pequeño.

Salimos áe allá porque a mi papá lo estaban amenazan­do que lo iban a matar, entonces él dijo que nos fuéra­mos. Mi mamá empacó las cosas y nos fuimos áe noche, aojamos toáo. Primero fuimos a Ronsesvalles, que es un pueblito con tres casas. Allá había un señor que le bebía plata a mi papá pero no se la pagó. De ahí salía un carro para Icononzo donde vivía una amiga de mi mamá. Has­ta allá llegaron los hombres que estaban buscanáo y amenazanáo a mi papá, le áijeron que se fuera áel país. Yo no sé por qué lo amenazaban, ni quienes eran, ellos llegaban a áonáe nosotros íbamos, nos seguían.

Me alo pesar áejar toáo abonáonaáo, lloré mucho. Mi papá me áijo que áe pronto él iba y traía el caballo áe por allá. Toáavía sueño con la finca, que estoy con Cisne. A veces, cuanáo me acueráo, vuelvo a llorar.

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En Icononzo áuramos unos áías y nos vinimos para Bogo­tá, a los Altos áe Cazucá. El viaje áuró un día y una noche. Llegamos a donáe mis abuelos que siempre han viviáo en Bogotá, mi papá les había avisaáo.

Yo nunca había veniáo a Bogotá, nací en el Llano y siem­pre estuve allá. MI papá consiguió trabajo áe celaáor, mi mamá se queáaba en la casa y mis hermanos y yo salía­mos a Jugar a la calle. Para comer uno iba donde mi fía, otro donáe mi abuela y mi mamá y yo áonáe mi otra tía.

A mí siempre me ha gustaáo anáar con mi papá, lo quie­ro mucho, pero áesáe hace mucho tiempo no está en la casa. No sé áónáe está, no he poáiáo hablar con él. Mi mamá alce que se fue porque lo seguían amenazanáo. Ella se fue hace áías con mi hermano pequeño porque una moto atropello a mi abuelito, le lastimó un pie y está grave, por eso ahora vivo con mis áos hermanos mayores y mi abuela. Yo no la voy bien con mi abuelo, él es muy bravo. Uno no puede áecir naáa porque comienza a re­gañar, un áía me pegó y me áejó todo morado. Ahora, cuanáo él me pega mi hermana me áefienáe, mi mamá ya sabe y está brava con él.

Con mi mamá la voy bien. Con mi hermano mayor nos peleamos mucho, en cambio con mi hermana no, tobas las mañanas me consiente, me levanta y me alista la ropa para ir al colegio. Mi mamá áijo que mi papá está traba-Janáo para comprar unos palos, hacer la casita y salimos áe áonáe mis abuelos, porque allá no estamos bien. Pero hace áías llegaron los señores que lo estaban amenazan­áo y mi papá se fue, creo que para aonáe la mamá áe él a ayuáarle a coger plátano.

Bogotá me pareció bonita, besbe que llegué me gustó casi toáo, pero extraño los animales; aáemás áonáe vivi­

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mos ya no hay tanto espacio para Jugar, casi no hay palos áe mango. Me gustaba lo que hacía y me gustaría volver.

El barrio áonáe vivo es peligroso áe noche, salen mucha­chos con cuchillos y pistolas. Allá tengo novia, es lináa, nos vemos toaos los áías, cuanáo llego áel colegio vamos a Jugar al papá y a la mamá. También Juego con una perra que es áe nosotros pero mis abuelos no la áejan entrar. Ahora veo más televisión porque donde mis abuelos hay un televisor, además no tengo naáa que hacer y me gusta. Solo tengo un Juguete, un carro que naáa más tiene una llanta. En los noticieros veo los acciáentes y otras cosas que me áan mieáo, como cuanáo el ejército se enfrenta con la guerrilla. Yo creo que ellos son gente mala y quieren acabar con el país, si ellos áejaran áe pelear, se áan la mano y construyen la paz, entonces la gente viviría chévere y no habría tanto muerto.

Me gusta venir al colegio porque es chévere y uno hace más cosas. Primero fui a una escuela en Altos áe Cazucá, entré a primero. Allá hice unos amigos con los que Juga­ba fútbol. Ahora me áa pereza levantarme todos los días tan temprano, caminar para coger el carro hasta la au­topista y después coger el bus para el colegio.

Cuanáo sea granáe quiero ser como mi papá. Quiero tener una finca con hartos caballos, o ser como esos que salen en televisión manejanáo carros, pero áespués áe que termine el colegio. Si puáiera peálr tres áeseos peái-ría que mi abuelo no fuera bravo, que le bevolvieran la plata que le beben a mi papá y que no lo amenacen más.

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