los libros se han liberado de las cadenas; the unesco courier

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LIBROS SIN CADENAS En la misma forma en que se ocupan de la limpieza de calle, la recolección de desperdicio, la conservación de los camino, etc., las autoridades municipales de Gran Bretaña se encargan de los servicios gratuitos de biblia- teca para los ciudadanos de todas las edades. Casi todas las bibliotecas del Reino Unido cuentan con una sección especial para niños. (Foto J. AI/an Cash.).

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Page 1: Los Libros se han liberado de las cadenas; The UNESCO Courier

LIBROS SIN CADENAS

En la misma forma en que se ocupan de la limpieza decalle, la recolección de desperdicio, la conservaciónde los camino, etc., las autoridades municipales de GranBretaña se encargan de los servicios gratuitos de biblia-teca para los ciudadanos de todas las edades. Casi todaslas bibliotecas del Reino Unido cuentan con una sección

especial para niños. (Foto J. AI/an Cash.).

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Pág. 2. JUNIO 1953

REDACCION Y ADMINISTRACION :CASA DE LA UNESCO19, Av. Kléber, Paris-16'

Jefe de Redacción : S. M. KofflerEditor Español : Dr J. de BenitoEditor Francés : Alexandre LeventisEditor Inglés : R. Fenton

Los articulos firmados expresan la opinión de Isus autores y no forzosamente la de la Unescoo los redactores de « El Correo ».

Imp. GEORGES LANG, 11, rue Curial, Paris I

MC. 59.). 71S.SUSCRIBASE AL CORREO DE LA LUNES-

CO. Un año : 500 frs., 2 dólares, 10 chelines 6peniques o su equivalente dirigiéndose a laOrganización o a los siguientes agentesde venta :

Argentina : Editorial Sudamericana, S. A.,Alsina 500, Buenos Aires.

Bolivia : Librerla Selecciones, Av. 16 de Julio216, Casilla 972, La Paz.

Brasil : Livrarla Aglr Editora, Rua México 98-B,Calxa postal 3291, Rio de Janeiro.

Chile : lIbreria lope de Vega, Moneda 924,Santiago de Chite.

Colombia : Emilio Royo Martín, Carrera 9a. 1791,Bogotá.

Costa Rica : Trejos Hermanos, Apartado 1313,San José.

Cuba : Centro Regional de la Unesco para elHemisferio Occidental, Calle 5, No. 306, Vedado,La Habana.

Ecuador : Casa de la Cultura Ecuatoriana,6 de Diciembre 332, Casilla 67, Quito.

España : Aguiiar, S. A. de Ediciones, JuanBravo 38, Madrid.

Estados Unidos : Columbia Unlverslty Press,2960 Broadway, Nueva York 27, N. Y.

Filipinas : Philippine Educatlon Co. Inc., 1104Castillejos, Quiapo, Manila.

Francia : Servicio de Publicaciones de ia Unesco,19, avenue Kléber, Paris 16'.

Gran Bretaña : H. M. Stationery Office. P. O.Box 569, Londres, S. E. I.

Italia : G. C. Sansoni, via Gino Capponi 26,CaBella Postale 552, Firenze.

México : Difusora de las publicaciones de laUnesco 127, avenida Egido, Ex. 402, México D. F.

Panamá : Agencia Internacional de Publica-ciones, Apartado 2052.

Peru : Libreria Internacional del Perú, S. A.,Girón de la Unión, Lima.

Portugal : Publicaçoes Europa-America, Ltda.,4 Rua da Barroca, Lisboa.

Puerto Rico : Panamerican Books Co., SanJuan 12.

Suiza : Europa Verlag, 5 Rämistrasse, Zurich(cantones de lengua alemana). Librairie dei'Université, rue de Romont 22-24, Friburgo(cantones de lengua francesa).

surinàm : Radhaklshun & Co. Ltd, Book Dept.,Watermolenstraat 36, Paramaribo.

Tánger : Centre International, 54, rue du Statut.Uruguay : Centro de Cooperación Cientifica

para la América Latina, Unesco, BulevarArtigas 1320, Montevideo.

Salvo mención especial, los articulas publi-cados en este número pueden ser reproduci-dos sin autorización, siempre y cuando semencione su origen :.. El Correo de la

Unesco"

LA BIBLIOTECA PUBLICA...

Para la mayor parte de nosotros,los libros v las revistas consti-tuyen una parte tan común

de nuestras vidas que hemos per-dido toda capacidad de asombroante la maravilla de tener diaria-mente en nuestras manos uno delos instrumentos más extraordina-rios inventados por el hombre parasu propio servicio. Nos es difícilmirar hacia atrás y ver en perspec-tiva las mil v una contribucionesque los libros aportan a nuestrogoce, a nuestras ocupaciones coti-dianas, a nuestro adelanto culturalv científico v a nuestra educación ;ni tampoco es fácil, aún para laUnesco-que tiene el deber de ha-cerlo-comprender todos los proble-mas que la impresión, encuaderna-ción y distribución de los librosplantean al mundo moderno. Si te-nemos la suerte de vivir en un paísen donde el libro abunde, nos serádifícil darnos cuenta de que en lamayoría de los demás hay aún unaterrible escasez y una verdaderahambre de lectura, particularmenteen los dos extremos de la escala : eldel uso de los libros por losescolares y el de la consulta yestudio por los cientificos en suscentros de investigación y labora-torios.

Para resolver los dos problemas- el de la escasez y el de la abun-dancia-se ha inventado una delas instituciones sociales más sen-culas, niás ingeniosas y de mayorutilidad universal : la biblioteca.Hace muchos miles de años, cuandolos hombres aprendieron a registrarsus ideas y sus experiencias, secrearon las bibliotecas, como esnatural, para resolver un problemade escasez. Esas bibliotecas fueronlas fortalezas, firmemente defen-didas, en que se atrincheró laconstancia escrita del conocimiento,y esta característica de una granbiblioteca histórica subsisle hastael día de hoy. Pero desde. la épocadel Renacimiento--siglos XIV yXV-y especialmente en el cursodel siglo que corre, las bibliotecasy los que se servían de ellas hanempezado a abrir puertas y ven-tanas, a dejar entrar la luz en lososcuros depósitos de libros y a creartécnicas nuevas, no sólo para con-servar sino también para difundirel conocimiento escondido en laspáginas de sus millones de libros yperiódicos. Se han creado nuevostipos de biblioteca ; las de carácterpopular para hombres, mujeres yniños que no tengan interés espe-cial por alguna materia determi-nada y a quienes se da acceso atoda clase de lecturas de informa-ción, de recreo y estudio ; y biblio-tecas científicas con complejosservicios de documentación, paraque todo lo que un investigadornecesita consultar pueda serie pro-porcionado instantáneamente, por

nuevo o por viejo que sea. Loslibros y manuscritos más preciososno están ya celosamente guardados- ocultos, como esluvieron antesla mayor parte de las veces-sinoque todo el mundo puede verlos yestudiarlos en copias fotográficas,y los libros más baratos y mássencillos se conservan por el valorsocial e histórico que puedan teneren el futuro.

Pero a pesar de la amplia acepta-ción que en teoría se da a labiblioteca pública como centro im-parlante de educación v recreo, elhecho es que en casi ninguna partedel mundo se ofrece gratis a todoel mundo un servicio de bibliotecaadecuado. En Estados Unidos, porejemplo, un estudio muy completosobre las bibliotecas pública,realizado en 1950, demostró queaunque había veinte millones depersonas que poseían tarjetas queles daban acceso a los libros de unabiblioteca, había, por otra parte,treinta y cinco millones (aproxima-damenle la cuarta parte de lapoblación del país) que no dis-frulaban de servicios de bibliotecade ninguna especie. Aún así, losEstados Unidos se hallan en ex-celente situación en este sentidocon respecto a la mayor parte delos demás países, salvo casos excep-cionales como los de Gran Bretañay Dinamarca.

Si las bibliotecas públicas sonesenciales en países técnicamentemuy avanzados, parece que debieranser cien veces más necesarias enlas regiones poco desarrolladas,donde escasean tanto los libroscomo el dinero necesario para com-prarlos. En esas regiones aprendea leer y escribir mucha gente gra-cias a varios vastos programas deeducación fundamental. Pero ¿dequé sirve enseñar a la gente a leersi, una vez que sabe, no tiene nin-gún libro a mano, sino revistuchas ohislorietas de dibujos cómicos, quesiempre se pueden encontrar aúnen'tos sitios donde no hay un sololibro bueno' ? Sin bibliotecas, es detemerse que buena parte del efectode los programas de educación demasas sea de efímera duración.

¿Por qué hay tantos rincones delmundo sin bibliotecas y por quéson tan pobres muchas de las queexisten ? Los elementos del pro-blema no son difíciles de identificary resultan casi universalmenteconstantes. En primer lugar, estála apatía del público : la mayorparte de las gentes no han pisadonunca una biblioteca, y en conse-cuencia no ¿aben to que se pierden ;en segundo, el apoyo económicoinsuficiente que reciben las biblio-tecas, ya que hay muchos países enlos que éstas no han encontradoaún un sitio en el presupuestonacional ; en tercer término, la faltade bibliotecarios preparados y de

una asociación de ellos que fomenteel desarrollo de las bibliotecas. Porúltimo hay en ciertos casos escasezde publicaciones en el idioma delpaís, y por ello el lector medio, queno lee otros idiomas, no cuentacon el suficiente material delectura.

La solución de estos problemasno es rápita ni fácil. Sin embargo,hay pruebas de que los gobiernosse van dando cada vez más cuentade la necesidad de que las biblio-tecas públicas entren en los planesde expansión de la enseñanza. Laentusiasta respuesta del público alos proyectos llevados a cabo, atítulo de demostración, en variossitios, revela que hay una demandalalente de libros tan grande comoinesperada, y que sólo hace faltaatenderla debidamente. En paísesque no tienen establecimientosespeciales para preparar bibliote-carios se da,'de todos modos, ins-trucción a algunos de éstos, que asu vez prepararán a otros más.A algunos se las han dado becaspara que estudien en el exterior elmanejo de las bibliotecas extran-jeras ; otros reciben instrucciónpráctica en clases de demostración,y un número regular de ellos hatomado parte en seminarios y con-ferencias especialmente realizadosal efecto. Finalmente, en variaspartes del mundo se realizanesfuerzos de vastas proporcionespara enseñar a las gentes a leer, ypara producir publicaciones quepuedan leer una vez que dejen deser analfabetos. Todo ésto, en con-junto, representa algo más que laproverbial gola de agua que cae enun balde, pero el balde está lejosde verse lleno.

Cualquier gobierno que proyectecrear servicios públicos de biblio-teca tiene, afortunadamente, unsiglo de experiencia a su disposi-ción. Hay una vasta. literatura sobreel tema, y muchos especialistasdeseosos de prestar consejo. Porconsiguiente, es posible evitarerrores de primera magnitud. Porlo pronto, tiene que saltar a lavista de cualquiera que la creaciónde bibliotecas públicas no puedequedar librada enteramente a lainiciativa local. Se necesita un plannacional o regional, legislaciónnacional y del estado, o provincialy municipal, y un sistema decontribución de las institucioneslocales, todo lo cual requiere unasuma bastante considerable dedinero. Es muy difícil que seconstruyan de un golpe bibliotecaspara todo un país. Pero una vezque se haya trazado y aprobado unplan nacional en ese sentido, puedeempezarse con una, cuyos serviciosse vayan extendiendo gradualmenteen el futuro y que llegue a ser labase y como la madre de todas lasdemás.

... FUERZA PARA LA EDUCACION POPULAR

LA Unesco (Organización de las Nacio-nes Unidas para la Educación, laCiencia y la Cultura), ha sido crea-da por la voluntad de cuarenta y

seis países. Su finalidad es fomentar lapaz y la prosperidad social y espiritualejercIendo una influencia directa sobrela mentalidad de los hombres. El podercreador de la Unesco reside en la fuerzadel conocimiento y la comprensión inter-nacional.

Este manifiesto, al describir las posibi-lidades que ofrecen las bibliotecas publi-cas, proclama la fe de la Unesco enéstas como fuerzas vivas para la educa-ción popular, para el desarrollo de lacomprensión internacional, y por endepara el fomento de la paz.

Una institución democrática

para la educación

La biblioteca pública es producto de lademocracia moderna, y constituye unademostración práctica de la fe que losdemócratas tienen en la educación uni-versal como proceso que se desarrolla.de una manera permanente, durante todala existencia del hombre.

Aunque destinada primordialmente asatisfacer las necesidades de los adultosen el orden de la educación, la bibliotecapública debe completar también la obrade las escuelas en el sentido de desa-rrollar en los niños y en los jóvenesel gusto por la lectura, ayudándoles aconverlirse en adultos que puedan ser-virse de los libros con discernimiento yprovecho.

Como institución democrática, mane-jada por el pueblo para el pueblo, la bi-blioteca pública debe estar :

Establecida y sostenida de una ma-

nera clara y categórica bajo la auto-ridad de la ley ;

Sostenida total o principalmente confondos públicos ;

Abierta gratuitamente y en igualdadde condiciones a todos tos miembrosde la colectividad, sin reparar en pro-fesión, creencia, clase o raza.

Lo que debe ofrecer

la biblioteca pública

Una biblioteca pública completa debeponer a la disposición de los que acudena ella libros, folleto. revistas, diarios,mapas, cuadros, peiicuias. partiturasmusicales y discos gramofónicos, y darinstrucciones para el uso de los mismos.

La biblioteca pública debe ofrecer aniños, jóvenes, hombres y mujeres, oca-sión y estímulo para :

Educarse continuamente :Mantenerse al corriente de los ade-

lantos en todos los órdenes del saber :Conservar la libertad de expresión

y una actitud construclivamente crí-Íica en relación con todas las cuestionespúblicas ;

Ser mejores ciudadanos. social y po-líticamente, de su país y del mundo :

Ser más eficaces en sus actividadescotidianas ;

Desarrollar su capacidad creadora ysus faculdades de apreciación en lasartes y las tetras ;

Ayudar, en general, al progreso delsaber ;

Emplear sus ratus de ocio en fo-

mentar la felicidad propia y el bienestarsocial.

La biblioteca pública debe ser activa vpositiva en las normas que la rijan, y con-stituir una parte dinámjca en la vida dela colectividad.

No debe dictar idea alguna a las gen-tes, sino ayudarles a decidir en qué cosashan de pensar. La biblioteca tendráque destacar especialmente los problemasimportantes por medio de exposiciones,listas de libros, debates, conferencias.cursos y películas, así como orientandolas lecturas individuales.

Una biblioteca debe estimular el inte-rés por la lectura y dar publicidad a susservicio por medio de un programa decontacto con las gentes, no sólo bienplaneado sino también ininterrumpido.La biblioteca pública debe ligar sus acti-vidades al trabajo de otros organismoseducativos, culturales y sociales : escue-las, universidades, museos, sindicatos.clrculos de estudio, grupos de educaciónde adultos, etc. Asimismo debe cooperarcon otras bibliotecas en el préstamo depublicaciones, y con las asociaciones deaquéllas para el mejoramiento continuode sus servicios. Deben hacerse accesi-bles los libros teniéndolos en estantesabiertos y'utilizando procedimientos téc-nicos eficaces. v llevar los servicios bi-bliotecarios cerca de los hogares y detos lugares de trabajo del pueblo, pormedio de sucursales, quioscos y unidadesmóviles instaladas en camiones.

Con un personal debidamente prepa-rado, fecundo en recursos y dotado deimaginación, un presupuesto adecuado yel apoyo del público, las biblioteca pue-den convertirse en lo que deben ser :universidades del pueblo que ofrezcanuna educación liberal a cuanto acudana ellas.

Los ciudadanos de una democraciatienen necesidad de instituciones de estegénero, que les ofrezcan oportunidad deautoeducarse a cualquier edad. La com-plejidad e inestabilidad de la vida actualdan a esa necesidad un carácter apre-miante.

Lo que usted puede hacer

En este manifiesto se han descrito lasposibilidades de la biblioteca públicacomo organismo de educación popular.Evidentemente, el que esas posibilidadeslleguen a ser una realidad concreta enla colectividad en que usted vive redun-dará en beneficio suyo. ¿ qué puede hacerusted para contribuir a ello ? Se lo dire-mos en pocas palabras :

Si su colectividad no dispone de unservicio público de bibliotecas :

Interese usted a sus amigos y ve-cinos y a las organizaciones locales enla obtención de ese servicio ;

Pregunle a la Asociación Nacionalde Bibliotecarios de su país o al Minis-terio de Educación, qué gestiones debehacer para obtener los servicios de lasbibliotecas públicas ;

Siga entonces el procedimiento quese le indique.Si su colectividad tiene ya una biblio-

teca. pública :Póngase usted en relación con el

bibliotecario ;Entérese de los servicios que la bi-

blioteca ofrece ;Utilice esos servicios ;Trabaje con el bibliotecario para fo-

mentar el apoyo local y la demanda dela clase de servicios por los que abogaeste manifiesto.

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LA UNESCO JUNIO 1953. Pág. 3

Las excavaciones realizadas en Egipto de los sitios donde se asentaran las ciudades de épocas remotas han sacado a luz varios de los primitivos templos y biblio-tecas de palacio, algunos de los cuales datan del año 2, 000 antes de J. C. En las ruinas de un templo de Tebas-el de Karnak-los arqueólogos hallaron, porejemplo, una inscripción que rezaba :''Casa de Libros". En Idfu, a unos 80 kilómetros de distancia, se halló un edificio, destinado a biblioteca, en muy buen estadode conservación, que se conocía en su tiempo con el nombre de"Casa de los Papiros". Un catálogo grabado en una pared de piedra del edificio revela que la biblio-teca disponía de libros sobre religión, astrología, astronomía, caza de animales y muchas otras materias. La ilustración representa a los escribas egipcios

haciendo su trabajo sobre papiro en el siglo XVII antes de J.-C. (Foto Museo Arqueológico deferencia.)

LOS LIBROS SE HAN

DBERADO DE LAS CADENAS

Por Francis L. Gent, Director de la Biblioteca de la Unesco

DESDE que el hombre expresó porprimera vez sus ideas pormedio de la escrilura-en

tablillas de barro o en papiro, sobrehojas de bambú o en rollos de seda- su afán ha sido siempre recogery conservar su obra para la posteri-dad. La idea de una biblioteca debeser casi tan vieja como la civiliza-ción ; y la historia de las bibliotecases la del pensamiento y el conoci-miento mismos registrados, conser-vados y puestos a la disposición delas generaciones futuras.

El hombre aprendió el arte deescribir en el Asia Occidental y enEgipto. Lo primero que parece haberproducido en ese sentido es lo quellamaríamos actualmente documen-tos-compilaciones de leyes, listasde tributo-junto con textos má-gicos y religiosos y poemas épicos.En los palacios y los templos se guar-daron colecciones de estos escritor,que vinieron a constituir las pri-meras bibliotecas : y desde que sehan hallado referencia a la activi-dad de los escribas oficiales enEgipto hace más de 6. 000 años, cabesacar en conclusión que había yabibliotecas por aquel entonces. EnIdfu, cerca de Tebas, se halló un edi-ricio, bien conservado por cierto, quese destinaba a biblioteca, y en unode cuyos muros de piedra se habíatallado un catálogo. Un autor griegonos dice que a la biblioteca del ReyOsimandias, formada quizá unos1. 300 años antes de J. C., se la llama-ba <&lt;el dispensario del alma>&gt;.

La mayor de las bibliotecas anti-guas de Mesopolamia era la del reyAsurbanipal en Kínive y dalaba del

año 650 antes de J. C. Sir HenryLayard descubrió en ella, hace pocomás de un siglo, unas 30. 000 labletasde arcilla, algunas de las cualesoslentan signos de haber pertenecidoa delerminadas personas, o en otroscasos de haber sido clasificadas si-guiendo un sistema determinado. Seeree que la biblioteca abría sus puer-las a los súbdilos del rey en general.Esta colección se encuentra actual-mente en el Museo Británico y cons-tiluye la más valiosa fuente de in-formación existente sobre las civili-zaciones de Mesopotamia.

Ningún pueblo antiguo amó elsaber tanto como los griegos. Aristó-teles tenía una vasta colección delibros, que hacía las veces de biblio-teca universitaria para su escuela delilosofía ; y fué uno de los estudiantesde esta escuela el que, como refugia-do político de Atenas, influyó sobreel rey Plolomeo I de Egipto para quefundara la más famosa de todas lasbibliotecas de la antigüedad-la deAlejandría-ayudándolo asimismoa llevar a cabo esta empresa.

La biblioteca alejandrina-de laque fué director, bajo el reinado deptolomeo III, Eratóstenes de Cirene- se convirtió rápidamente en cen-tro de una tradición griega viva ycontinua, y se dice que en ciertomomento llegó a contener 700. 000volúmenes, cifra que quizá no hayaque tomar muy en serio. Resulta iró-nico que Julio César, a quien se atri-buye el haber proyectado la creaciónde bibliotecas públicas en Roma,fuera responsable de la destrucciónparcial de la de Alejandría durantelos combates librados en Egipto en

el año 47 antes de J. C. En los años dedecadencia del Imperio Romano todaslas bibliotecas que exislían en lastierras de este, comprendido lo quequedaba de la alejandrina, fueronclausuradas por orden del EmperadorTeodO'Sio, y sus libros y documentosdeslruídos o dispersos.

Dejemos en este punto el mundooccidental, donde debió parecer quela cultura desaparecía para siempre,para considerar por un instante lasbibliolecas de China. En la época dela dinastía Chou (1122 a 256 antes deJ. C.) existía ya una biblioteca impe-rial : pero el llamado « Primer Em-peradora decretó, el año 221 antes deJ. C., que se quemaran todos los librosque contenía exceplo los de magia,medicina y agricultura, encargándoseél mismo de la censura correspon-diente. Muchos tesoros del saber,entre ellos las obras de Confucio, sepudieron conservar escondiéndolos,pero pasaron cien años antes de queHsiao Wu volviera a fundar biblio-tecas y empezara a coleccionar yiranscribir las obras maestras de laliteratura china que sobrevivieron ala destrucción.

Mientras se sucedían las dinastíasSung, Yuan y Ming (960-1644) seabrieron algunas de las bibliotecasimperiales a los estudiantes. Comolas primeras bibliotecas de la India,el Japón y de otros países asiáticos,las de China son dignas de destacarseespecialmente por sus magníficascolecciones de manuscritos filosófi-cos, religioso y literarios, muchosde los cuales conocen sólo de unamanera parcial los eruditos del Occi-dente, aún en nuestros días.

lectores sentadosfrente a ellos ; luegose produce la supre-sión de las cadenas, a

(Sigue enlo pág. 4.)

En cuanto al mundo occidental,el vacío que dejara tras de sí laextinción de las culturas griega yromana a fines del siglo IV fué gra-dualmente llenado-al principiocon suma moderación-por la fuer-za ascendente que representaba laiglesia cristiana, muy interesada enla teología, aunque poco en los clá-sicos, y empeñada dentro de loqmonasterios, en medio de un mundotumultuoso y lleno de luchas, enproducir, para gloria de Dios y escla-recimienlo del hombre, las bib : iasmanuscritas e iluminadas, los libroslitúrgicos y los tratados de leyeseclesiástica.

Debemos la biblioteca monástica aSan Benito, que en el siglo VI impusola lectura y el estudio a sus monjes ;y a nuestra vez, debemos a esa bi-blioteca monástica de otros tiemposmuchas caracleríslicas administra-tivas que prevalecen en las actuales.Los cartujos y los eistercienses ha-bían llegado a poner en práctica unsistema de préstamo de libros. Asívolvieron a ensancharse los hori-zontes intelectuales, y a hacerse másvarias y vaslas las relaciones entrelos hombres.

La transición del monje encerradoen su celda a la primitiva bibliotecade los colegios y universidades-generalmente una vasta habitacióncon pequeños vanos o compartimen-tos separados-fué lenta pero fácil.Primero tenemos ios iibros asegu-rados con cadenas a los estantes y los

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Pág. 4. JUNIO 1953

LIBROS SIN CADENAS (Viene de la pág. 3.)

EL CORREO DE

raíz de la cual los lectores podíanllevarlos a los pupitres insta-lados en los intercolumnios, a loscuales se tenía acceso por una espe-eie de corredor central ; disposiciónque se sigue todavia en muchas bi-bliotecas modernas, ya que pone elmáximo número de lee tores juntoa los libros que necesitan consultary al mismo tiempo ofrece ciertogrado de aislamiento y silencio.

Al llegar a este punto, por la mitaddel siglo XV, se produce uno de losgrandes milagros de la historia. Enel curso de las operaciones militaresde los turcos, muere el último empe-rador bizantino en Constantinopla,al ser conquistada la ciudad en 1453.La emigración de eruditos y estu-dianles a Roma, como consecuenciade este hecho, recuerda la de unageneración anterior de hombres delelras a Aleiandría. Pero en este se-gundo Renacimiento hubo una dife-rencia.

Un año o dos después de la caídade Constantinopla, se descubrió, entierras bañadas por el Rin, el artede la imprenta, uno de los inventosmás revolucionarios de todos lostiempos. Sin ella, y sin el descubri-miento casi igualmente milagroso dela fabricación de papel, que se pro-duce en Europa-a través de losárabes españoles-casi al mismotiempo que el de aquélla, aunquefuera ya cosa vieja en Asia- :- ;, ha-bría podido encontrar expresión ylograr síntesis el potencia) intelec-lual amplísimo de los monasterios yuniversidades europeas y de los hom-bres de lelras que emigraban deOriente ? Hasta los calígrafos setransformaron en impresores parapoder dar abasto a la ola de trabajoque les cayó encima, entre ellos elinglés Caxton. Y la resurrección dela cultura griega y romana, con todos'los adelanlos filosóficos y eientífieosque inspirara, tuvo un efecto pro-fundo sobre las bibliotecas.

No tardó en pensarse que la dis-posición medieval de una bibliotecaen intercolumnios no expresaba sufi-cientemente la universalidad delconocimiento, y se empezó, en conse-cuencia, a construir nuevas biblio-tecas cuyo rasgo principal fué unvasto salón de lectura con estante-rías en las paredes y pupitres paralos lectores en el centro. La primerade ellas fué la del Escorial, en Es-paña, construída en 1584, por ordendel rey Felipe II, y que precedió a

los salones de lectura del Valicanoen Roma, a la Biblioteca Nacional deParís y, una vez que llegó a comple-tarse la evolución correspondiente, alas grandes salas circulares del Mu-seo Británico de Londres y la Biblio-teca del Congreso en Washington.

Algunas de estas bibliotecas, consus altísimas salas, y sus muros ates-tados de libros hasta la cornisa, re-sultan increíblemente incómodosdesde el punto de vista moderno, yson muchos los que han arriesgado elpellejo montÚndose en escalerillasoscilantes sólo para descubrir'que ellibro que necesitaban quedaba-pesea todo-fuera del alcance de susmanos, pero aún así todas ellas par-ticipaban, al ser construídas, del ver-dadero espíritu del Renacimiento, yeran clásicas, no góticas : amplias,no divididas en compartimentos se-parados. El único lazo que vinculóde una manera continua la vida in-telectual de la Roma antigua a lade la iglesia medieval y a la del Re-nacimiento era, desde luego, ellatín.

Por espacio de cuatro siglos lasbibliotecas renacentistas se des-arrollaron y mulliplicaron rápida-mente, hasta el punto de comenzara adoptar el estilo y la disposi-ción que tienen sus grandes suce-soras en el mundo moderno. Lasdiversas formas que lomaron lasleyes de protección a los derechosdel autor aseguraron el acrecenta-miento de sus colecciones, y aunquefuera restringido el acceso a algunasde ellas, en general se hallaban abier-las a todos los estudiantes.

Todavía quedaba, sin embargo,otro cambio grande por producirse ;el provocado por la extensión de laeducación, con la consiguiente de-manda de lecturas recreativas quepudieran ponerse a la disposición detodos. Quizá no acaben nunca lasautoridades en la materia de decidirsi fué Inglaterra o si fueron losEstados Unidos de Norte América losque poseyeron la primera bibliotecapública moderna ; lo que resulta in-negablemente cierto e. que es movi-miento que produjo tal resultadocomenzó en ambos países en 1850, yse ha estado extendiendo desde en-tonces a casi todos los países delmundo.

La idea de la biblioteca públicaera una idea vieja, que adoptó senci-llamente una nueva forma. Comohemos visto, la biblioteca del rey

Hace varios siglos, para evitar los robos, las bibliotecas aseguraban los libroscon cadenas, como puede verse en este grabado donde se representa la de la

Universidad de Leyde, que fundada en 1575, gozara de gran fama.

Asurbanipal en Nínive estaba proba-blemente abierta al público, y conseguridad había bibliotecas en laRoma antigua que funcionaban enlas mismas condiciones. Poco des-pués del Renacimiento surgió envarios países cierto número de bi-bliotecas melropolitanas o comuna-les, a las que tenían acceso todos losque supieran leer, y por otra partelos libros y publicaciones de otras selibraron al público como consecuen-cia de los grandes movimientos revo-lucionarios de fines del siglo XVIII yprincipios del siglo XIX-aunqueocurriera frecuentemente que no setomaban medidas para su conserva-ción.

Pero el movimiento moderno enesle sentido se basa en otras nocio-nes, y éstas sí que son nuevas. Enprimer lugar, la biblioteca pública dela actualidad se sosliene general-mente con la recaudación de tasasnacionales o tócales especialmentecreadas para su conservación ; yluego dicha biblioteca parte del su-puesto de que todos los ciudadanos,de todas las edades y clases sociales,saben leer o están aprendiendo a ha-t·erlo. De esto ha surgido un nuevoconcepto de la función del bibliote-cario. Ya no es éste un ( (cuidador)),temeroso de perder los bienes quecustodia, limitado de miras ; es unhombre activamente preocupado porproporcionar el libro necesario allector adecuado en el momento opor-

La Biblioteca Pública de Melbourne, en Australia, está considerada por los expertos como una de las de primera claseen todo el mundo. Cuenta con más de 600. 000 libros y da información sobre cualquier clase de cuestión en que puedaninteresarse los que se dedican a las investigaciones de toda índole y los hombres de negocios. Esta foto de su salón de

lectura fué tomada desde una de las galerías del cuarto piso del edificio. (Foto Oficial Australiana.)

tuno ; un hombre que siente un ver-dadero placer al ver sus estantes me-dio vacíos, porque sabe que los librosa su cargo se usan bien y con fre-cuencia. Como dijo recientemente unexperlo : « Ciertos bibliotecariosaspiran a ser buenos guardianes delibros ; y algunos, desgraciadamente,lo consiguen.))

Además, el bibliotecario ya no secontenta con suministrar lo que sele pide ; ahora se esfuerza, no sólopor anticiparse a las demandas, sinotambién por crearlas. Hoy prestanlibros, no sólo las bibliotecas de lasgrandes ciudades, para que sus lec-tores los lleven a sus casas, sino quehay también bibliotecas rurales ; bi-bliotecas transportadas en camión oa lomo de caballo a remotas aldeas oenviadas, por tren o por avión, encajones ; bibliotecas instaladas enlos hospitales, escuelas y cárceles, ybibliotecas distribuídas por barco alos marinos.

Con todo ello se ha creado unaconciencia cada vez más aguda de laesencial unidad que debe regir laobra de esta institución. En muchospaíses las bibliotecas populares hanestimulado la demanda entre sus pro-pios lectores, tanto de libros de estu-dio como de lecturas recreativas, yhan surgido los sislemas de présta-mos entre bibliolecas para utilizar,en la mejor forma posible, los recur-sos de que se dispone. Un sistemaideal de préslamos de esta clase seríaaquel por medio del cual se pudieraproporcionar cualquier libro sobrecualquier tema a cualquier persona,en cualquier sitio y en cualquier mo-mento. Y hay sislemas que no estánlejos de lograr este ideal.

Ya en 18ì7 el Dr. Poole, a cuyocargo estaba la Biblioteca Públicade Chicago, dijo que no veía razonesmás válidas para excluir de una bi-bli. oteca a los niños que para excluir-los de una iglesia. Cuarenta añosantes se había fundado en WeslCambridge, Massachusetts, una bi-blioteca infanlil,'pero el verdaderomovimiento en este sentido data de1900, cuando las secciones destina-das a los niños empezaron a consi-derarse en las bibliotecas cosa tancorriente como las colecciones de li-bros recibidas en préstamo. Algunosde los salones más modernos destina-dos a los niños, amueblados conmesas y sillas pequeñas y decoradoscon gusto e imaginación, resultanmuy atractivos y, bajo la inspecciónde una ayudante, especialmente pre-parada para su tarea, han obtenidoun éxito muy merecido. Pero el valorfundamental de las bibliotecas infan-tiles radica en las oportunidades queofrecen para que los niños recibanlecciones tempranas sobre sus debe-res de ciudadanos, sobre el cuidadode la propiedad pública y sobre loque significan el juicio y el pensa-miento independientes. La bibliotecase transforma así en parte de la he-rencia de cada ciudadano, desde suinfancia hasta el fin de sus días.

Los últimos capítulos de esta largahistoria deben dedicarse a las cine-matecas v las discotecas, así como alas mejora introducidas en el ma-nejo y funcionamiento de las hibleo-tecas de siempre. En la actualidad seha llegado a estudiar hasta el uso delas máquinas aulomálicas dentro deéstas. Pero todo ello tiene lugar den-tro del marco principal de servicioa la colectividad, que ha adquiridoproporciones internacionales-yano locales o nacionales-y queconstituye una de las fuerza máspotentes'del mundo actual para pro-mover la comprensión internacionalpor la que tanto se viene ahogado.

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LA UNESCO JUNIO 1953. Pág. 5

DBROS EN LA SELVA AFRtCANA

EL mes próximo, en la Universidad de Ibaden, en Nigeria, se reu-nirá un grupo de maestros y de bibliotecarios de todas partesde áfrica para marcar rumbos al experimento destinado a

hacer que los que sepan leer puedan obtener los libros que nece-sitan. El seminario, organizado bajo los auspicios de la Unesco,dedicará especialmente su atención al problema de ofrecer másservicios públicos de biblioteca en las zonas rurales de África, yasea en escala nacional o en escala regional. También estudiará laexpansión de los servicios de bibliotecas circulantes eñ el « hin-terland", el uso de películas y de otras técnicas audiovisuales enlas campañas de educación popular, y las medidas que haya quetomar para preparar profesionalmente a un número mayor debibliotecarios.

Los problemas de la zona oeste del Africa británica a que sehace referencia en el artículo que publicamos a continuación, sontipicos de los que se plantean en muchas partes de ese continente,donde el desarrollo de las bibliotecas ha seguido una linea histó-rica ; empezando por las salas de lectura creadas por organismosprivados o semioficiales, convertidas más tarde en un sistema debibliotecas, hasta llegar a ser por fin una responsabilidad oficinal,aceptada y reconocida por el Gobierno.

LOS servicios de biblioteca comenzaron a funcionar en last cuatro capitales dei Oeste de Africa hará unos diez años,bajo la dirección de los representantes del Consejo

Británico. Para la Costa de Oro y para Nigeria se designaronbibliotecarios europeos, preparándose al mismo tiempo a otrosafricanos para que los ayudaran en sus tareas o los susti-tuyerau luego.

En ei curso de diez años, el servicio de la Costa de Oro hallegado, por así decirlo, a la « mayoría de edad)), independi-zándose del Consejo Británico a pesar de todas tas dificultadesiniciales : por ejemplo, la falla grande de libros en ! os primerosaños de su funcionamiento.

En dicha localidad africana ciertas cosas se pusieron muypronto en evidencia. En primer lugar, que la dificultadprincipal dentro de una zona tan vasta y tan poco desarrolladaes la selección de libros. No se han publicado los suficientelibros del tipo adecuado. Aunque los que los soliciten seanadultos y a veces quieran leer publicaciones sobre temasprofundos o avanzados, los libros tienen que estar escrilos enestilo sencillo para que aquéllos puedan comprenderlosfácilmente. Hay muy poco. : ; libros en los idiomas del Africa

accidental, de modo que antes de que pueda hacerse uso de losexistentes hay que aprender inglés, idioma exlranjero parala mayor parte de la población.

Desde un principio se puso también de relieve otro factor.La mayor parte de los africanos que hacían uso de los ser-vicios de las bibliotecas, ; e dedicaban preferentemente a leerlos libros necesarios para pasar sus examenes. Había muypocos que se dedicaran a la lectura como pasatiempo, peroasí y todo, la biblioteca no se había creado únicamente paraprestar o proporcionar libros de texto. La falta de demanda deobra.., de ficción o de recreo se vió compensada, sin embargo,por la de libros infantiles, en los que los pequeños clientes dela biblioteca debían hallar tanto solaz.

Viene luego la cuestión de ayudar a los lectores a escogerlibros, cosa que no es tan difícil cuando aquéllos vienen enpersona a la biblioteca, ya que siempre hay personal a manopara aconsejarles y ayudarles en su elección.

Pero en los 240. 000 kilómetros cuadrados de la Costa de Orono es ésta siempre una solución posible. Hay dos métodosmás de hacer que el lector se reúna con el libro que desea.Uno es el envío de cajones de libro-cada uno de los cualescontiene aproximadamente unos cincuenta-y que se ponen ala disposición de las escuelas, liceos, centros comunales y

sociales y hospitales públicos. Cada uno de esos cajones tieneun estante dentro, y cuando se lo pone de pie puede hacer lasveces de un pequeño mueble-biblioteca. Actualmente circulanunos diez mil libros por medio de este servicio.

La tercera solución consiste en llevar la biblioteca al lector,si éste no puede venir a la biblioteca.

Para logrado, se construyó en la Costa de Oro una bibliotecacirculante que consisle en un camión con estantes en la partode fuera, de modo que al detenerse en un sitio pueda elpúblico circular alrededor de él. De esta manera pueden elegirlibros más de veinte personas al mismo tiempo.

Ese camión contiene unos mil volúmenes, y en el interiorse llevan bidones de combustible y las tiendas de campaña yequipo necesario para pasar la noche en cualquier parte.Como protección extra contra la lluvia, los estantes externospueden cubrirse con tela impermeable, que se coloca con lamisma rapidez que la capota de un coche.

El camión permite que una selección del fondo de labiblioteca pueda recorrer el interior del país, y el bibliotecariova con él siempre que las cireuIlstancias lo permiten. De estamanera puede aconsejar a los lectores en su elección de libros.El sistema tiene la ventaja de que ei contacto persona) entreel bibliotecario y el público lector hace que éste se sientamás dispuesto a pedir consejo. Y se presta asimismo unparecer o la ayuda que sea necesaria siempre que se trate deelegir volúmenes para ias bibliotecas escotares, de lucharcontra et gusano o la polilla que roen los libros o de aprenderel simple manejo de una biblioteca.

La de la Costa de Oro es también de gran utilidad para 103maestros, a quienes envía gratis y franco de porte tratadossobre enseñanza y materias afines. Este servicio comenzó afuncionar al hacerse cargo la biblioteca general de la quetenía instalada el Departamento de Educación. Toda vez queello sea posible, el bibliotecario se pone personalmente encontacto con los maestros, y siempre que sale el camión enuno de sus viajes se invita a las escuelas a visitarlo.

En diversas partes de la Costa de Oro se han hecho yaplanes para crear bibliotecas regionales. A medida que seInaugure cada una de éstas, se le añadirá un camión para quehaga circular parte de sus existencias, descentralizando así elmétodo de los envíos de cajones de libros y logrando que sehagan más frecuentes las visitas a los distrilos vecinos. Cadauna de estas bibliotecas regionales empezará a funcionar bajola dirección de un europeo, pero se espera que un año después. 3de su fundación haya un africano preparado v dispuesto areemplazar a aquél en sus funciones.

Tres bibliotecarios jóvenes de la Costa de Oro examinan con orgullo los títulos profesionalesque acaban de recibir.

Un nuevo centro comunal en Accra, localidad de la Costa de Oro, ofrece diversas formas dedistracción, de educación popular y de servicios de biblioteca para jóvenes y ancianos.

El movimiento de educación popular se esparce rápidamente por el Oeste de Africa. En laplaza de la aldea se coloca un cuadro de lectura para que todos puedan verlo.

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Pág. 6. JUNIO 1953 EL CORREO C

SE HAN DERRIBADO LOS MUROS

Aquí puede verse el equipo del cuarto de mandos de la estación de radio dirigida por la biblioteca de Louisville. Por espacio de catorce horasdiarias, esta estación ofrece buena música, versiones condensadas de libros y piezas teatrales y otros programas que contribuyen a la distrac-

ación e ilustración de sus oyente.

E N Louisville (Kentucky), la dueña de una casa,después de terminar Jus compras por latarde, va presurosa a la. espléndida biblio-

teca abierta al público. Al entrar, deja sus paque-tes en un cesto metálico montado sobre ruedas, lodirige hacia el despacho de préslamos y dice :<&lt;QUlsiera un cuadro con su correspondiente marcopara mi salón».

Le contestan que no hay gran cosa para elegir,pues la mayor parte de los originales y de lasesmeradas reproducciones del museo de la Biblio-teca han sido ya prestadas, pero ella, al fijarse enuna acuarela de un artista de Kentucky, piensaque no estaría nada mal colocada en uno de losmuros de su casa. El bibliotecario estampilla sucarta y Je presta el cuadro por un mes.

A continuación indica que quisiera oir algo deBeelhoven ; con unos audífonos oye pasajes de unadocena de discos y acaba por pedir prestadoscinco, durante una semana, mediante su tarjetade entrada. En la sección de libros elige una no-vela ligera y un libro voluminoso sobre las rela-ciones raciales-asunto muy de moda en Louis-viUe. Luego baja rápida a una sala oscura, dondeuna veintena de otros contribuyentes se regalancon la televisión, otro servicio público y gratuitode la biblioteca. De paso, cinco centavos que depo-sita en un aparato automático le proporcionanuna bebida inofensi va, que absorb lentamente,mientra3 descansa observando la pantalla.

No mucho tiempo, por supuesto, Eran casi lascinco de la tarde, y debía volver a casa. Ya enella, al propio tiempo que millares de ciudadanosde LouisvilLe, conectaría con la estación WFPLpara oír la <&lt;Mesa redonda de Chicago>&gt;, así comomedia hora de canciones populares mexicanas yotros treinta minutos de Brahms. Esta estaciónradiofónica, dotada de una emisora de 250 watios,es propiedad de los contribuyentes de Louisville yles procura diversión v cultura a un tiempo. Labiblioteca pública opèra desde sus estudio, si-.tuad03 en la planla baja del edificio principal.Las escuelas públicas contribuyen asimismo a sueficacia al ulilizarla como uno de los elementoseducativos más variados. Durante catorce horasdiarias, emile buena música, discursos impor-tantes, discusiones libres, síntesis de obras deteatro, libros corrientes v retransmisiones de lasmejores emisoras cuando ha logrado obtener elpermiso previo. Transmile asimismo cada semanacentenares de otros programas, gracias a unaamplia red ciudadana de líneas telefónicas arren-dadas al efecto.

Esas líneas conectan la biblioteca con todas lasescuelas de Louisville de primero v último grado,con las escuelas parroquiales que to deseen, conla Universidad municipal, las salas de niños enlos hospitales, la sección psicopática y con todas

Por Karl Detzer

las bibliotecas filiales. Cada uno de los 35 abona-dos puede obtener et programa que desee a cual-quier hora del día con una simple indicación. Lacolección de grabaciones de la biblioteca,-aunquedata solamente de cinco años, cuenta hoy con mi-llares de fonogramas y regi5tros de óperas, cancio-nes populares, sinfonías, lecciones de idiomas ypoesía, obras teatrales del Broadway y retransmi-siones de todos los programas importantes de laslíneas de radiodifusión. La estación de radio lascapta, las registra y las colecciona en cinta magne-tofónica. Con una simple petición de los profesoresa la Biblioteca, surgen en su clase sugestivos pro-gramas de radio sobre cualquier asunto queestudien los alumos. Sentados y apoyándose en supupitre, los niños pueden explorar con Marco Polo,cabalgar en la pista del Oregón, galopar con PaulRevere, cazar pájaros con Audubon, o bogar en elMississippi con Huckleberry Finn. Oyen obrasmaestras de poesía y prosa leídas por LionelBarrymore, Charles Laughton, Orson \Velles yotros actores famosos ; escuchan asimismo lasvoces auténticas de Jane Adams, Amelia Earhart,\Voodrow WHson, Edison, Marconi y tantos otros.

Escuelas, clubs o simplemente sencillos ciuda-danos pueden elegir prestadas cualesquiera de las550 películas de la impresionante colección de labiblioteca. El verano último, un tendero de ultra-marinos a quien molestaban los pilluelos sueltospor las calles, pidió prestada una película a labiblioteca e instaló una pantalla y un altavoz enun terreno baldío próximo a su aimacén. Cadatarde, un centenar de niños abandonaba las calle-jas, se senlaba en el suelo y se regalaba gratiscon una excelente sesión de cine.

En tres años, tres mil adultos se inscribieron enlas « Universidades de barrios de la Biblioteca,asistiendo a cuatro clases por semana en cuatro delas bibliotecas filiales. Profesores de la Universi-dad municipal dan clases heterogéneas, que va-rían desde la crítica musical hasta las cienciasnaturates. La enseñanza es gratuita, excepto paralos estudiantes que tienen un crédito especial ensus liceos respectivos.

No cabe duda de que en la Biblioteca hay tam-bién libros-medio mileón-. En dos años, a pesarde la televisión concurrente, su circulación haaumenlado el 40% ; desde 1. 200. 000 a 1. 760. 000 poraño. El costo total de gestión, préstamos de libros,películas cinematográficas, cuadro y discos, esligeramente inferior a diez centavos comparadocon la media nacional de veintinco.

Louisville ha conseguido esta ventaja gracias ala modificación de métodos v a la introducción de-técnicas comerciales. El costo de todos los servicios

extraordinarios de la Biblioteca, incluyendo radio,salarios, compra de películas y discos y abono alas líneas telefónicas, se cifra en 47. 541 dólares,aproximadamente 12 centavos por cada uno de los386. 000 habitantes de la ciudad. Secundando elplan de poner la Biblioteca al servicio de losciudadanos que la pagan, hay dos funcionariosdinámicos, de 46 años, conocidos de la mayor partede sus convecinos por los nombres de Skip yCharlie. Skip es Clarence Reginald Graham, Di-rector de la Biblioteca pública, quien según suhumor, habla como profesor de filosofía, comoevangelista, o como un carretero encolerizado.Charlie es el Alcalde Charles F. Farnsley, alto,rubio, igualmente desenvuelto cuando discuteaceroa de la limpieza de basuras como ouandoinlerviene en una discusión sobre la cultura china.Ambos son hijos de Louisville. Farnsley fué e !iniciador, y Graham el realizador. La bibliotecatiene una historia accidentada. Hace más de 75años, un grupo de vecinos de Louisville decidióque hacía falta una biblioteca pública gratuita.Compraron un lote de libros, los prestaron gratui-lamente y financiaron su proyecto con una lotería.Eventualmente, compraron un considerable grupode casas comerciales situadas en el centro urbanoy en él se in3taló la biblioteca y funcionó hastahace 40 años. Entonces, Andrew Carnegie regaló eledificio que hoy ocupa, y alquilados los antiguosinmuebles a un gran almacén, contribuyen a su-fragar en buena parte los gastos anuales. LaBiblioteca no es aún propiedad de la ciudad : elConsejo de Administración, presidido por el Al-calde y una delegación municipal, la administransin fin alguno lucrativo. Hace 25 años, Louisvilleconstruyó un puente sobre el río Ohio, financiadopor un derecho de peaje. En virtud de una dispo-sición de esa época, el Alcalde podía disponer detodo el remanente de. esos derec has de peaje unavez amortizadas las obligaciones. Farnsley eraAlcalde hace cinco años cuando se pagó la últimaohligación, y se encontró con un remanente de50. 000 dólares. Como había formado parte delConsejo de Administración de la Biblioteca, cono-cía bien la necesidad de fondos del establecimiento.Muchos jefes de sección del Municipio le suirie-ron ideas acerca de la utilización de ese dmero,desde los jardines públicos hasta los lugares deestacionamiento de los coches. Pero Farnsleyenlró en el despacho del bibliotecario Graham, yante su asombro, dejó en la mesa de su despachoun cheque por 50. 000 dólares.

He aquí el dinero, Skip,-dijo-o Derribe losmuros y ponga la biblioteca a la disposición delpúblico.

No es la primera vez durante el régimen deFarnsley que la Biblioteca ha roto con la tradi-ción. La biblioteca <&lt; libre)) sólo era libre para los

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la orquesta de Louisville durante el programa,"Introducción a la música",serie de conciertos-conferencia ofrecida por la Biblioteca Pública de la localidad.

Los enfermos del hospital de niños contemplan las películas suministradas porla biblioteca. (Fotos"copyright".. Courrier-Journal and Louisville Times").

ciudadanos blancos. Después de llegar el mayorFarnsley a su despacho, el cartel <&lt;Blancos única-mente>&gt;'no volvió a utilizarse. Esto produjoalgunos incidentes, pero ahora los negros y losblancos utilizan la biblioteca conjuntamente, enperfecta amistad.La emisora de radio sólo le ha costado a Louis-

ville 5. 000 dólares. La estación es una de lasmejores regidas del mundo. Además de los pro-gramas difundidos por sus ondas, emile hasta12 programas a la vez por líneas telefónicasarrendadas. Como el presupuesto de la estación escorto, el número de empleados para hacer fun-cionar ese complejo conjunto es muy reducido.A ciertas horas una sola persona, a la vezoperador, locutor, ingeniero-en ocasiones es unamuchacha-hace verdaderos juegos malabares conlos doce programas, simultáneamente difundidos.

Pero la W. F. P. L. ofrece a sus oyentes todo loque desean, lo mismo si se trata de una charlasobre horticultura que de un concierto sinfónico.El auditor propietario está seguro de poder girarel botón de su receptor sin que le asalten los

aires de un jazz, emisiones mediocres o el diluviode la publicIdad comercial. En las líneas telefó-nicas arrendadas, una música especialmenteseleccionada por los médicos por sus efectos leni-tivos, se difunde durante 12 horas de las 24, paralos huéspedes de la clínica psiquiátrica de laciudad.

En las escuelas, los profesores organizan suscursos en función de los programas radiofónicos.Así, cuando una clase de historia se refiere a laguerra civil norteamericana, el profesor divide eltiempo entre la lectura de los textos y la radio.Los alumnos escuchan una biografía novelada deJohn Brown, en la que se destacan las tensionesque originaron la guerra. Oyen a Henry Fonda enel papel de Lincoln joven, y a Raymond Masseyen el « Lincotn en IIIinois)), de Sherwood.

La emoción de los muchachos llega al paroxismocuando se oye el primer tiro disparado en Fort-

Sumter, cuando oyen contar el combate que opone

Monitor a Merrimac, recitado, como si realmenteasistiesen a él, por los locutores de la radio. Losalumnos se tranaforman en espectadores en los

Los cestos con ruedas usados en un tipo especial de tiendas de los Estados Unidos están a disposición detos habituales de la biblioteca para transportar libros, discos, revistas, folletos y cuadros.

combates de Bull Run y de Appomatox, localidadesque fueron teatro de furiosos encuentros.Escuchan las reacciones de la multitud mientrasLincoln pronuncia su discurso en Gettysburg.Están en el teatro Ford en aquella noche trágicaen que los disparos eslallal'On y cuando el Presi-dente se abatió en su palco. Galopan sobre lastrazas del asesino, John \Vitkes Booth, con losperseguidores y participan en su captura.

Cualquiera que. sea el tema estudiado, « Launción de Carlomagno>&gt;, « Et descubrimiento delpetróleo en Texas>&gt;, o una sesión histórica de laOrganización de las Naciones Unidas, se encuen-tra en la Biblioteca dispuesto a revivir ante laclase en la que se le evoque.

Diez y seis profesores de escuetas públicasconstituyen el comité de apreciación encargado deelegir los discos que deben difundirse en lasescuelas y de establecer los textos impresos desti-nados a acompañarles, tarea que no se interrumpedurante el verano. Los jefes de los diferentesservicios de) a Universidad municipal suministrana este respecto autorizados consejos, y las esta-ciones radiofónicas locales está prestas por suparte a suministrar su opinión técnica en caso denecesidad.

La introducción de la televisión en las biblio-lecas había provocado al principio en los medioscultos de Louisville cierta reprobación. Ahorabien, las estadísticas demuestran que después deesta reforma, el número de libros prestados haaumentado en cada una de las bibliotecas anejas.Nada es más fácil, en efecto, que detenerse en eldespacho de préstamo después de haber asistido auna representación gratuita, elegir un libro ylIevárselo a casa.

Corno un educador local criticaba el valorcultural medio de los programas de televisión, elAlcalde replicó en el acto : « Prefiero que tas gentesvayan a la biblioteca aneja más próxima paraasistir a un espectáculo televisado antes que semarchen al bar de ! a esquinan. Las mujerespueden llevar a sus niños, hacer punto de mediay dislraerse sin tener que tomar una consuma-ción. Farnsley sostiene a Graham en los esfuerzosque despliega para distribuir los servicios de laBiblioteca en cada uno de sus distintos círculos.A veces él mismo estimula su actividad. El fué elque logró convencer a la Liga Artística toca) paraque ofreciese a la Biblioteca sus bellas colecciones,a fin de que las piezas puedan preslarse a loshabitantes de Louisville. Esta iniciativa fué muyfríamente acogida por los anticuarios, pero prontose dieron cuenta de que en último extremo lesprocuraba sustanciales beneficios. En efecto,cuando un habitante de la ciudad, después dehaber guardado un cuadro en su casa durante unmes, no quiere separarse de él, el Sr. Grahamlo pone en relación con un comerciante de lalocalidad y le con"igue facilidades de pago.

Recientemente, hizo irrupción en el despachodel bibliotecario el Sr. Farnsley agitando una cartay declarando con aire de desafío : « Skip, trateusted de meter eso en su cartera. Como ve ustedes imposible. Evidentemente, la carta está. en unbolso de señora. Pero ¿es que usted no quiere quelos hombres le pidan libros prestados ? >&gt;. Grahamle dió la razón, y de ahora en adelante las dimen-siones de la carta de la Biblioteca de Louisvillepermiten meterla en cualquier billetera masculina.

Así, gracias a sus pequeñas o grandes inicia-tivas, el Bibliotecario v el Alcalde han derribadotos muros y puesto a disposición de los habitantesde Louisvitte tos tibros, ta música, el arte y laeducación. Graham, que era hace varios añospresidente de « ta American Library Associatioll : J>,ha definido su programa en un mensaje dirigidoa esa organización : « Et bibliotecario no ha de sersolamente un erudito y un educador ; debe tam-bién saber hacer una propaganda hábi ! en favorde su biblioteca y de los recursos que ofrece. Debevalorizar su mercancía con toda la gracia de unbuen comerciantes.

Acaso estos principios sean pura herejía paraciertos medios bibliotecarios, pero en Louisvitlehan hecho maravillas.

(fuste artieulo es eOJlyrillilf y lo reproducimos eOIl la auto-I'i : nciú/ : graeiús'l del cSaturday lIel'ie/l''', U. SA.)

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La Biblioteca Infantil de São Paulo, la más moderna en Sud-América, se aloja en un magnífico edificio de líneas tipicasde nuestro siglo O. La Biblioteca dispone de una terrazapara la leètura al aire libre, de un cine, un salón de conferen-cias, salas de referencia y de préstamo, un salón comedory otras secciones especiales en que los niños pueden pintaro esculpir, escuchar discos, bailar y organizar diversosjuegos. También tiene una sala de monedas y estampillas,y una sección Braille con unos 400. libros para niños yniñas ciegos. En Setiembre del año pasado se inauguró unTeatro Infantil &commat; construido junto a la biblioteca, concapacidad para 700 espectadores. Los niños participan enmuchas de las obras representadas y en los espectáculos detíteres. La sucursal des barrio de San Amaro 8 se inauguróel 25 de Enero de este año, y ofrece las mismas atraccionesy servicios que la biblioteca central, con excepción delTeatro Infantil.

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libros en caracteres Braille ! Este será interesante. Un típico baile brasileño organizado por una de las cinco bibliotecas infantiles de Sâo Paulo.

BLIOTECA INFANTIL

PARA ! SO DE LOS,. v

CHIQUillOS DE SAO PAUlO

por S.-M. Koffler.../'..) s los miércoles y viernes un ómnibus especial,; no de niños que arman gran bulla, atraviesa elrazón de la ciudad brasileña Sâo Paulo, cuyontro está lleno de rascacielos, y se dirige a una- la Rua General Jardim-de uno de losbreros más densamente poblados de la ciudad.us se detiene frente al número 485, que corres-un edificio ultramoderno de dos pisos, rodeado'din admirablemente cuidado y dispuesto, y deIden unos 50 niños ciegos que se dirigen concia al llamado <&lt; Para iso da Gurilandia , o seaIueños.traiso-cuyo nombre oficial es e Bibliotecale Sâo Paulo -no constituye una instituciónsólo para niños ciegos, sino el cuartel generalEl los movimiento más notables en su género,e ! Brasil'como en toda la América ibera. Lat Infantil de Sâo Paulo marca rumbos, por: concepción arquitectónica de su edifico,por sus métodos y técnicas avanzados y las

oportunidades de expresión y de desarrollo, 1 que ofrece lo mismo a los niños que gozana que a los ciegos.35. 000 niños registrados en la biblioteca centrallegir alguno de los 30. 000 libros con que ésta; cuchar grabaciones del e folklore nacional oa clásica, pintar, aprender el arte de manejarublicar su propio periódico, organizar excur-poner en escena sus propias obras de teatrola especialmente construida al efecto el año

ucursales, donde se siguen los mismos métodos,construidas en los dos últimos años en otrasla ciudad-todas en barrios obreros-y las

es municipales proyectan la creación de unae 20 bibliotecas infantiles, cada una de lasntará con terrazas para la lectura al aire libre.ismo estado se han construído ya algunass similares o se están construyendo, y ellto se extiende asimismo a otras regiones del

del éxito de ese movimiento se debe a Doñaaccaroli, directora de la División de Bibliotecasde la ciudad de Sâo Paulo, que ha dedicado losO años de su vida al desarrollo y perfecciona- las bibliotecas infantiles, no sólo como sitioss niños puedan obtener libros, sino como cen-les y como una especie de delicioso jardín dediversión que los niños puedan sentir que les, donde puedan aprender los placeres de la'expresar libremente su personalidad poruna serie de artes y artesanías.lace poco señalara un bibliotecario de Nueval visitar la Biblioteca Infantil de la Rua Jardim,resión más fuerte que tuve fué la de que loslsideran su biblioteca más como su casa quea institución oficial. Tienen acceso libre a--------------estanterías y at catálogo de la

, y al mismo tiempo se ponenianos juegos diversos (tableros'z, cartas, etc.). Dos \'veces por

(Sigue enla pág. 11.)

¿Qué ! ibro me llevaré a casa ? La respuesta no es fácil cuando hay que elegir entre 30. 000.

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Pág. 10. JUNIO 1953 EL CORREO

PINOCHO Y BABAR

ENSENAN IDIOMAS

EN MUNICH

SON varias las bibliotecas públi-cas que, en la actualidad, pue-den enorgullecerse de haber

prestado ya más de un siglo de ser-vicios a la colectividad. Et movi-miento de bibliotecas infantiles, sinembargo, data apenas de comienzosde este siglo, época en que el reco-nocimiento de la clase de serviciosque pueden prestar en el orden na-cional v en el internacional se se-ñaló con la inauguración de salasespeciales destinada a las niños enun número cada vez más crecientede bibliotecas de todo el mundo.

En el desarrollo de este movi-miento las bibliotecas de las Esta-dos Unidos desempeñaron un pa-pel preponderante, ofreciendo unejemplo digno de ser seguido porlos demás países. La impresión re-cibida por un distinguido autordanés al visitar la Biblioteca Públi-ca de Nueva York en 1911, bastapara demostrar que la idea consti-tuía por aquel entonces una nove-dad en muchos otros países delmundo :"Estaba preparado-dijo- para todas las otras cosas quehe visto en Estados Unidos : peroestas bibliotecas infantiles son sen-cillamente asombrosas, y me hancausado tanta sorpresa como pla-cer. Me encantaría pasarme lashoras en esta sala tan espaciosa ytan bien decorada, leyendo en com-pañía de los niños que la frecuen-tan. Es como volverse niño derepente, pero gozando de una liber-tad"que no tenía uno en lainfancia.".

La idea es ya práctica común enla actualidad, y las secciones infan-liles de las bibliotecas, o las insti-tuciones de este tipo dedicadas ex-clusivamente a los niños, se hanconvertido en parte integrante delsistema de bibliotecas, habiendosido parejo su desarrollo con la rá-pida expansión de las sucursalesque aquéllas tienen en las ciudadesimportantes de la mayor parte delos países del mundo.

Muchas de las primeras bibliote-cas infantiles que se abrieron aquíy allá se inspiraron en el modeloestadounidense y hasta se fundaroncon ayuda de los Estados Unidos.La primera adaptación europea dela idea e ideal norteamericanosde servicio de biblioteca para niñosfué el establecimiento de este tipofundado en Estocolmo en 1911 porla Dra. Valfrid Palmgren, a raíz deuna visita que hizo a diversas bi-bliotecaa de los Estados Unidos.Y en Londres, en 1920, se creÓuna biblioteca infantil en la quefuera casa de Charles Dickens. Unpersonal de muchachos y niñasatendían esta institución, bajo ladirección de un joven clérigo norte-americano que habia descubierto elpequeño edificio y vió en él unlocal con posibilidades extraordi-narias para la función a que se loiba a destinar.

Pero los edificios dedicados ex-clusivamenle a bibliotecas paranin son, sin embargo, muy pocos.Unó"'tle los más singulares es la Bi-blioteca Internacional de la Juven-tud en Munich, dedicada a la tarea"de afianzar la comprensión sinceraentre las generaciones jóvenes delmundo por medio de los libros es-critos especialmente para niños yadolescentes".

El lema de esta institución po-dría ser muv bien una frase de JeanCocleau en una de sus obras, en quedecía que todos los adultos han detener algo de niños en el sentir,porque sólo así se puede esperarque comprendan a sus propios hi-los. A esto agrega la Biblioteca In-ternacional de la Juventud : « Ysólo si los niños de todo el mundose comprenden será posible esperarque el mundo vIva en paz y no di-vIdIdo en facciones « hostiles".

La iniciativa de esta biblioteca sedebe a la señora Jella Lepmann, queorgamzo en Alemania, en 1946-47una Exposición Internacional deLibros para la Juventud. Al demos-trar su afán por los libros y lasideas, miles de niños y adolescentesalemanes la convencíeron de la

necesidad de formar una colecciónpermanente de los mejores « librospara la juventud>&gt; de todo elmundo.

Esa colección está constituída yay puesta a la disposición de los lec-tores en la Kaulbachslrasse de Mu-nich, en un edificio donado al efectoy reparado por el gobierno de Ba-viera. Desde la inauguración de labiblioteca en 1949, la colección hapasado, de los 8. 000 volúmenes pro-cedenles de 23 países con que em-pezó, a tener más de 18. 000, querepresentan donaciones de editores,organizaciones oficiales, bibliotecas,escuelas y particulares de 35 paísesdiferentes.

¿Qué ofrece una biblioteca comoésta ? En primer lugar, sirve comopunto de contacto entre las biblio-tecas, escuelas v niños de todaspartes del mundo, no solamente conlos niños y jóvenes alemanes, sinocon las escuelas, bibliotecarios, edi-tores y autores de la misma nacio-nalidad.

Al año de inaugurada, había sidovisitada ya por las clases de 40 es-cuelas, entre las que se contabanno solamente las alemanas, sino lasnorteamericanas, inglesas, france-sas, escandinavas e italianas, porno hablar de los niños de los cam-pamentos de personas desplazadas.Estos siempre sufrían una granemoción al ver en los estantes de labiblioteca libros en su lengua natal.

Gracias a la importancia que seda en los programas escolares ale-manes a la enseñanza de idiomas,hay muchos niños que a los 12 y 13años pueden leer ya libros en in-glés y en francés. Por esa razón laBiblioteca organiza grupos espe-ciales de estudio con los libros queposee... « (Winnie the Pooh", la fa-mosa historieta humorística inglesacuyos protagonistas son animales ;« Ferdinando el Toro", « Pinocho",« El pequeño Nils Golgerson y elelefante Babar", todos esos librosse han transformado en maestrosde idiomas de las naciones de dondeprovenían. Y, lo que es más impor-tante, los niños no sólo aprendenel lenguaje en sí, sino que van tam-bién conociendo la mentalidad delos diferentes países y sabiendo algode su modo de vivir y de pensar.

Las pinturas infantiles, que ha-blan un idioma internacional, sonotro rasgo especial de la obra de laBiblioteca.

otra actividad sobresaliente deésta ha sido la creación de losgrupos dedicados a la discusión ycambio de ideas, en los que tomanparte regularmente chicas y mu-chachos de 11 a 17 años.

La Biblioteca está realizandotambién una obra muy valiosa consu lista internacional básica de losmejores libros del mundo, tantopara los niños como para los ado-lescentes. Para formarla colaboracon editores, escritores, ilustradoresy-lo que es de la máxima im-portancia-con los maestros de lanueva generación. 250 profesio-'nales de todas esas actividades,provenientes de nueve países dife-rentes, se reunieron en la Biblio-teca en 1951 para cambiar ideassobre la forma en que los librosinfantiles pueden contribuir a lacausa de la comprensión interna-cional.

En 1951, por primera vez desdesu creación, fueron de Suecia, In-glaterra y Suiza a Munich variosbibliotecarios invitados especial-mente, que realizaron diversos tra-bajos práctieos en la Biblioteca dela Juventud. Su colaboración contri-buyó a que ésta complelara su co-lección de libros de esos tres países,y al mismo tiempo la visita per-mitió que los bibliotecarios extra-jeros estudiaran los métodos allíseguidos y la forma de aplicarlós alas instituciones respectivas de suspropios países, la cual ha permitidoque se pusieran de relieve las mu-chas posibilidades que hay de usarla Biblioteca Internacional de laJuventud como modelo básico paralos centros del mismo carácter quese creen en todo el mundo.

Una representación de « (Blanca Nieves y los siete enanitos >&gt; en elTeatro Infantil anejo a la Biblioteca de Sâo Paulo.

Autores conocidos, el personal de la biblioteca e incluso los niñosintervienen en el programa ( Hora de los Cuentos».

Los niños de Sâo Paulo han obtenido resultado asombrosos en laconfección de títeres y en los espectáculos que con ellos se ofrecen

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NESCO JUNIO 1953. Pág. 11

PARAISO DE LOS

NINOS-PAULISTAS

(Viene de'as"ág. 8-9.)

semana hay ratos dedicados a loscuentos en los que intervienen, ade-más del personal de la biblioteca,autores conocidos de libros paraniños y los mismos pequeñosclientes. Los niños publican asi-mismo su propio boletín mensualde la biblioteca. Hay exhibicionesde películas todas las semanas,conciertos, charlas, y excursiones alas fábricas y otros lugares deinterés de la ciudad. Hay tambiénun archivo vertical de fotografías eilustraciones de historia, geografía,arte y ciencia, así como coleccionesde monedas y estampillas. Losciegos disponen de libros en ca-racteres Braille. Entre los niños quefrecuentan la biblioteca puede unover ejemplares de todas las razas ynacionalidades : negros, mulatos,japoneses, italianos, ingleses, esta-dounidenses, alemanes, franceses,etc. Por consiguiente, la bibliotecatiene en sus estantes, junto a librosen portugués, otros volúmenes enfrancés, alemán, inglés y español. >

En un país como el Brasil, dondeel analfabetismo es un problemaserio, que el gobierno se ha pasadovarios años luchando por resolver,Doña Lenira considera que la bi-blioteca infantil'es uno de losmejores medios para resolver enúltima instancia ese problemainteresando a los niños tanto en losplaceres como en los beneficios dela lectura y del desarrollo culturalgeneral del individuo.

La han inspirado en su obraestas frases de Monteiro Lobato, elmejor autor brasileño de libros in-fantiles : e El día en que todas lasciudades del Brasil tengan subiblioteca infantil, el país se verálibre de todo mal. Porque todos losmales del Brasil no tienen más queuna sola causa : la ignorancia ; laignorancia de los adultos a losauge, cuando eran niños, nadie supodespertar en el amor de la lectura. >

Desde que oyó a Monteiro Lobatodecir estas palabras, Lenira Frac-caroli las ha repetido constante-mente en sus discursos y sus artí-culos para conquistar el apoyolocal y oficial en favor del movi-miento de bibliotecas infantiles.Como muchos otros compatriotassuyos, Doña Lenira ve en MonteiroLobato el'ápice de la literatura in-fantil de su país. Sus cuentos deNariz Respingada, Pelo de Zanaho-ria, Emilia y Tía Nastacia en e Lagranja del pájaro carpintero> hanencantado a millones de niñosbrasileños por espacio de muchosaños, y encantarían a muchosmillones más en otros países si setradujeran a otros idiomas. Des-graciadamente, el nombre de esteescritor es muy poco conocidofuera de Sud-América, pese a locual cree Doña Lenira que llegaráel día en que esos personajes seanconocidos y queridos por los niñosde todos los rincones del mundo yen que se considere a Monteiro Lo-bato como a e uno de los másrandes-si no el más-de entrelos autores de libros para niños detodo el globo.

Aunque el Brasil pueda jactarsede contar con otros autores de li-bros infantiles de primera catego-ría, la necesidad de contar con máslibros de este carácter es todavíagrande, punto que se seña'0 muyespecialmente en el seminario so-bre el desarrollo de las bibliotecaspúblicas en Sud América celebradoen 8âo Paulo en i95i.

Una sección de este seminario,presidida por Lenira Fraccaroli, es-tuvo dedicada a las bibliotecas in-fantiles. Al examinar la publica-ción de libros especiales para niñosen todas las repúblicas de Ibero-

américa, se reveló que en la mayorparte de ellas se estaba haciendomuy poco en ese sentido. El Brasil,

la Argentina y México se llevan 1ftpalma por lo que se refiere a lapublicación de libros para niños,pero en cuanto a ésta se refiere, senecesita un esfuerzo mucho mayoren todos los países. El seminarioreclamó, por lo tanto, la colabora-ción de los escritores, editores, bi-bliotecarios, maestros, ilustradoresy organizaciones de libreros c partaaumentar y mejorar la publicaciónde libros y revistas para niños yadolescentes : Þ.

Desde entonces, Lenira Fracca-roli y muchos de sus colegas enRío de Janeiro, Bahía, Pernambucoy otras partes del Brasil han estadorealizando una campaña sobre labase de los cuatro puntos que con-sideraban indispensables : másautores que escriban libros paraniños, más libros infantiles, másbibliotecas dedicadas a éstos y máscursos de preparación para los bi-bliotecarios que las dirijan.

En Julio del año pasado, con elauspicio de los redactores princi-pales del boletín de la BibliotecaInfantil de Sâo Paulo, llamado e Avoz da Infancia za Doña Lenira or-ganizó un Congreso de Escritoresde Libros Infantiles, al que con-currieron unos 20 autores y unos150 adolescentes de diversas regio-nes del Brasil.

Cambiaron ideas sobre la ma-nera de lograr la publicación demejores libros para los niños, deeliminar las revistas y publica-ciones sensacionalistas, baratas yde cuarto orden destinadas a éstos,y aumentar al mismo tiempo lacirculación de libros y revistas demayor calidad, y todos acabaronpor solicitar un mayor apoyo mu-nicipal y nacional para la crea-ción de bibliotecas infantiles entodas las ciudades del Brasil.

Una biblioteca infantil en cadaciudad del Brasil es un sueño queprobablemente esté lejos aún derealizarse. Pero la de Sâo Pauloseñala ya el camino a seguir. EnBahía, al norte del país, la llamadae Monteiro Lobato za que recuerdaa aquélla, quedó inaugurada re-cientemente, después de haberse

El toque final a la obra de un zurdo. Los niños tienen completa libertad deexpresión en cuanto respecta a las artes creadoras. También se les dan cursos

regulares de historia del arte.-

pasado dos meses un bibliotecariode la región estudiando las instala-ciones y las técnicas de la de SâoPaulo. Y se proyectan otras biblio-tecas infantiles en Bahía que si-guen el mismo patrón.

En Río de Janeiro, la Cámara deDiputados tiene en estudio actual-mente un proyecto de creación de10 bibliotecas infantiles en otrostantos locales especiales. Santos, laciudad del café, ha construído dosedificios ultra-modernos con estedestino, en los que hay terrazaspara la lectura al aire libre, un ciney un teatro infantil. En estas yotras ciudades se han organizadocursos especiales de preparación

para los bibliotecarios, y en todaslas escuelas normales se proyectaenseñar la dirección y organizaciónde bibliotecas infantiles.

En conjunto, se tiene la impre-sión de que el establecimiento ori-ginal de Sâo Paulo es el comienzode todo un movimiento. Con su ma-nera de combinar la función de bi-blioteca y centro de recreo, suscinco sucursales y dos teatros in-fantiles que funcionan regular-mente y sus 20 bibliotecas nue-vas en proyecto o en construcción,la Biblioteca Infantil de la progre-sista ciudad brasileña se destacacomo un brillante ejemplo y comoun motivo de inspiración.

En Julio de 1952, la Biblioteca Infantil de Sâo Paulo celebró un congreso de autores de libros para niños. Aquí seve a algunos discutiendo la necesidad de más bibliotecas especializadas y mejores libros para niños.

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Pág. 12. JUNIO 1953 EL CORREO DE LA

lo siento mucho,

pero Mozart

esta prestado

por A-/. Bronston

aa indicación muy oportunahecha hace unos años por elencargado de la biblioteca

pública de Walthamstow, en Ingla-terra, ha logrado que muchos aman-tes de la música en ese país disfru-taran de repetidas audiciones de susobras favoritas. La idea de esebibliotecario era que las institu-ciones como las que él tiene a sucargo debían prestar gratis las gra-bacIOnes gramofónicas, en la mismaforma que prestan libros ; y una vezpuesta en práctica se ha difundidoen tal forma, que las bibliotecaspúblicas más importantes del paístienen easi todas una discoteca cons-tituída con este propósito.

El bibliotecario de la de West-minster, situada en el corazón deLondres, fué uno de los primeros enorganizar una de estas discotecas.Pero ni él ni el personal que traba-jaba a sus órdenes pudieron preverlos resultados de la medida. Inau-gurado el servicio en agosto de 1948,una semana después los 5. 000 dis-cos con que se contó en un comienzoestaban fuera del local, prestados adiferentes interesados, y no habianada que ofrecer a los que acababande enterarse del funcionamiento dela discoteca.

La idea resultó menos costosa dellevar a la práctica de lo que sepensara en un principio. La biblio-teca pública de \Vestminster haofrecido el siguiente detalle de susgastos : 5. 000 discos nuevos, 2. 000 li-bras esterlinas, o sea 5. 600 dólares ;caja y forros para los discos, 75 li-bras (210 dólares) ; impresión de uncatálogo anual, cerca de 350 libras(980 dólares) ; gastos anuales derepuesto de discos : 1. 650 libras(4. 620 dólares) ; de forros para losdiscos y papel de escribir, 100 libras(280 dólares). Aunque fué necesariocontar con un poco más de perso-nal para atender debidamente elfuncionamiento de la discoteca, encambio no se necesitó ningún espa-cio extra para ésta.

La idea ha tenido tal éxito queWestminster. dispone en la actuali-dad de más de once mil discos yatiende a unos cuatro mil intere-sados regulares, cifras ambas queaumentan todas las semanas. Unpromedio de cien personas por díavisitan la discoteca, llevándose hastaseis discos cada una.

El peticionario debe residir o bientrabajar dentro del distrito adminis-trativo al que pertenece la biblioteca.No siendo mayor de edad, o no pa-gando conlribuciones locales, aun-que se sea residente del distrito, hayque presentar en la tarjeta de sociode la biblioteca la firma de una per-sona que se ofrezca como garantia :pero hay bibliotecas que ni siquieraexigen este requisito.

Es indispensable, desde luego, quelos que pIden discos prestados loscuiden bien y los devuelvan en buenestado. Muchos encargados de dis-coteca pensaron que el descuidosería grande tratándose de discosque son del dominio público, y espe-raron verlos de vuelta rayados, raja-dos o con alguna pequeña partesaltada... eso si los que los pedianno los vendían o se quedaban conellos.

Pero, por asombroso que parezca,no ocurrió nada de esto, y si suce-dió alguna vez, fué en una propor-ción insignificante. La gente a la quele gusta la música trata casi inva-riablemente los discos que tiene ensus manos con cuidado v con amor.

Esta demanda de discos por partede gentes de todas las clases socia-les y todas las ideas resulta másextraordinaria todavía para losobservadores por tratarse de músicaclásica, romántica o moderna de lamás alta categoría.

Aunque los gustos varían segúnlas regiones donde funcionan lasdiscotecas, hay compositores que entodas partes se destacan como favo-ritos. Viene en primer lugar Mozart,que en casi todas las discotecas selleva la palma de los pedidos : yluego Beethoven, Schumann, Bach,Brahms, Schubert, Dvorak. Tschai-kowsky, Mendelssohn, Delius, Saint-Saens, Chabrier, Haydn, Debussy,Handel, Rachmaninoff, Grieg, Ravel,Puccini, Berlioz, Rossini, Smetana vRichard Strauss. Los modernoscompositores <lnglosajones y algúnextranjero también tienen sus devo-tos, y entre los más solicitados figu-ran Vaughan \YiIliams, Britten,\valón, Sibelius, Barber y Raws-thorne.

La necesidad que el hombre tienede buena música ha sido tan una.versalmente reconocida que nadie seha opuesto a la idea de ofrecerlacomo un servicio público gratuito.

AQUI LLEGA LA

BIBLIOTECA CIRCULANTE

SIENDO maestra en una escuela rural delowa, hubo un año en que tuve muchasuerte. Porque no lejos de allí había

una biblioteca metropolitana, a la que metrasladaba yo cada quince días con objetode recoger un montón de libros para mis

discípulos, que luego volvia a llevar a laquincena siguiente. En los otros seis añosde mi actuación como maestra rural, ni mis

discípulos ni yo tuvimos esa suerte. No habíaninguna biblioteca a la que se pudiera llegaren carricoche o en alguno de los viejos Fordde entonces, y teníamos que contentarnoscon los libros y publicaciones amarilleantes,con sus hojas dobladas y llenas de marcas,

que los jóvenes alumnos de la escuela habíanleído ya durante varias generaciones. El díaen que a la Hornada * biblioteca * de algunade nuestras escuelas llegaban fondos proce-dentes de alguna colecta nos parecía todoun acontecimiento histórico.

Eso ocurría hace algo más de veinte años.El recuerdo de esos días me volvió vivo y

punzante no hace mucho tiempo, al visitar lalocalidad de Woodford Country, tHinois, dentrode una biblioteca circulante instalada en uncamión.

Conocí a la bibliotecaria y al conductor en

Metamora, cuartel general de la biblioteca deldistrito de la Pradera de fHinois. Ambos me

dijeron que la colección de libros a disposi-ción de los interesados pasa allí de los 35. 000volúmenes. Dentro del vehículo llevábamos4. 000, de entre los cuales niños y estudiantes

jóvenes podrían elegir materia de lecturasuficiente para un mes.

Esta biblioteca circulante visita veintiuna

escuelas, trece de las cuales constan de unsolo salón de clase. El maestro o maestrareciben aviso de la visita del camión con unasemana de anticipación. A partir de entonces,los niños esperan ansiosamente el día, que

por Gladys Skelley

han marcodo en el calendario del salón declase con un gran circuló rojo.

Mientras recorríamos los caminos con rumboa las seis escuelitas que el camión debíarecorrer en ese primer día del año escolar,me enteré de lo forma en que se había ins-talado en el distrito la biblioteca que debíaservir o todas esas localidades.

Los maestros, directores y subdirectores deescuelas, el banquero local, un ex-educador,un clérigo del distrito y un granjero se habíandado cuenta, cado uno por su fado, de lonecesidad de crear un servicio de biblioteca

público en Woodford County.Siete poblaciones del condado se mostra-

ron enormemente interesados en el serviciode demostración suministrado por lo bibliotecadel Estado de tttinois. Después de proceder ola elección de los autoridades consiguientes,formaron la biblioteca del distrito de lo Pra-dera de !)) inois. E) camión de que disponen

para lo circulación de libros les ha sido pres-tado por lo biblioteca del Estado. Pero dentrode pocos años los autoridades del distrito

adquirirán el vehículo que les permito disponerde su propria biblioteca circulante, y habránconstituido su propria colección de libros yotros publicaciones, completóndola con el ma-terial de la biblioteca del Estado de tttinois.

El distrito costea el funcionamiento de lobiblioteca imponiendo una tasa máxima espe-cial de seis centavos por cada cien dólares de

propiedad evaluada a ese efecto.Cinco colecciones de libros, aparte de la

existente en Metamora, se mantienen en eldistrito. Las sucursales disponen de existen-cias cuyo volumen depende del número deinteresados en pedir libros prestados. Antesde que se formara la biblioteca del distrito,no había más que una pequeño bibliotecaen toda una zona que abarcaba siete pobla-ciones. Esa biblioteca ahora colabora estre-

chamente, como es natural, con la que sirvea todo el distrito.

Por lo general, cada escolar, estudiante oadulto pide alrededor de seis libros prestados

por mes, y se'hace responsable por lo devo-lución de los mismos. Los libros destinadoso los niños secotocanen una serie de estantes

especiales, destinados o las escuelas, para quetodos los alumnos de éstas puedan hacer usode ellos.

En esos estantes se advierten muchos maticesen la clase de obras ofrecidas, y esos maticescambian a medida que van sucediéndose lasestaciones. En primavera hoy libros dedicados a

pájaros y a flores, paro que los niños puedanidentificar o los que vean en camino o loescuela. En invierno hay libros sobre muchos

juegos que puedan divertir a los escolarescuando el tiempo los obliga a quedarse en casa,libros sobre cosas que pueden hacer ellosmismos para regalar a sus padres 01 llegar lo

Navidad, o sobre piezas de teatro que pueden

reprensentar y otros cosas en las que puedenayudar al programa de la escuela. Hay queestar preparadoparaqueet maestreo maestro

pida cualquier cosa que le pueda ser útil pararesolver los mil problemas de orden práctico

que los niños puedan crearle en una colecti-vidad rural.

La bibliotecaria que viaje con el camión dis-

pone también de un * jeep"en et que puedellevar hasta mil libros a las secciones corres-

pondientes de tres condados cercanos y quemantienen a este respecto un acuerdo especialcon la biblioteca del distrito de la Praderadetttinois.

Después de viajar varios kilómetros en elcamión, llegamos a nuestro primer punto dedestino : una sencilla casita de ladrillos rojos,

que era el local de una escuela. La bienvenidaque se nos dio fué extraordinariamente entu-siasta y cordial, porque fuera de los niños ymuchachos que se precipitaron al vehículo alentrar éste en el paqueño parque situadofrente a la escuela, había dos madres consus pequeños que también esperaban la visitacomo un acontecimiento.

El conductor del camión, siempre de buen

humor, pasó inmediatamente a transformarseen el ayudante de la biblioteca. De la paredsacó una ménsula desplegable, puso sus tar-

jetas en orden e hizo virar a su asiento enredondo. Enseguida se puso a ayudar o los pe-

queños lectores, muchos de los cuales apenassabían poner sus nombres en mayúsculas enlas tarjetas. Gracias a esa ayuda, los chi-

quillos pudieron llevar el resto de ellos.La bibliotecaria entró a desplegar al mismo

tiempo una actividad continua. Los pequeñosclientes, que entraban en el camión-bibtio-teca por primera vez, le pedían, o si no pe-dían a su maestra, libros con cuentos de

perros, de gatitos, o de vaqueros. Todos ellosmiraban los estantes con la boca abierta. Lesera difícil elegir, porque todo, todo les pare-cia maravilloso : j tantos libros hermosisimosllenos de ilustraciones y de colores en un

espacio tan pequeño !Las madres que llevaban a sus bebés en

brazos, eligieron varios libros de economíadomestica, de cocina y de costura. Tambiénpidieron consejo a la bibliotecaria sobre lasnovelas nuevas que traía. EJ afán y el gustocon que se llevaron sus libros mostraba clara-mente que se sentian tan felices como losniños con la visita del camión.

En la segunda escuela que visitamos nota-mos que la fecha de nuestra llegada estabamarcada en el calendario con dos círculos

rojos. Era un acontecimiento muy especial,porque el local de esa escuela está situadoen un camino que en invierno resulta casiintransitable. Por esa razón la biblioteca cir-culante sólo va allí dos veces por año : en

primavera y en otoño. En otras ocasiones es el"jeep"et que acude a entregar una remesa

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LA UNESCO JUNIO 1953. Pág. 13

LA LLEGADA DEL OMNIBUS-BIBlIOTECA ES ESPERADA CON IMPACIENCIA, SOBRE TODO POR LOS. ALUMNOS DE LAS ESCUELAS RURALES. (Foto Unesco)

de libros y recoger a su vez los ya leídos.Nuestro último jalón esa mañana era la

escuela de Oak Dell, donde almorzamos en el

jardín, con los chicos y la maestra. En elcurso del almuerzo los alumnos preguntabanconstantemente a ésta, a la bibliotecaria y alconductor qué libros podrían obtener en el

próximo viaje, y antes de partir, aquél estuvojugando un rato al"football. con los chicospara darles gusto.

Al llegar a la primera escuela que debía-mos visitar por la tarde nos esperaba unhombre en el portal : un granjero que evi-dentemente era'aun hombre muy atareado, pero

que de todos modos estaba ansioso por pedirprestado alguno de los libros nuevos que traíala biblioteca circulante. El entusiasmo de estehombre era tan grande como el de los chicos

que viéramos antes."i. Tiene Vd. algún volumen de poesías,

o algún libro sobre ferrocarriles que no hayaleído yo ? preguntó a la bibliotecaria. En-seguida se sumieron ambos en una animada

conversación sobre autores y ferrocarriles yliteratura en general. Esta vez le traía ella la. Recopilación de Poemas-de Robert Frost

y. Las Canciones de Vaqueros y otras Bala-das Fronteriza-, de John y Alan Lomax. : y

para el próximo viaje prometió traerle el. Tren Lento Hacia el Ayer » de ArchieRobertson.

. Esta biblioteca circulante es una cosa

estupenda » dijo el granjero al conductor alfirmar su tarjeta de retiro de libros. Hombre(aliado y serio, se da cuenta éxacta (como

pude deducir de las palabras que cambiécon él) de los tesoros que la biblioteca circu-lante aporta a su vida diaria y a la colec-tividad en que actúa.

Nos detuvimos luego en una cuarta escuela,de la que salieron dieciséis niños Ilenos de

expectación a elegir los libros que leeríandurante el mes. Algunas chicas pidieron bio-

grafías de personajes célebres,. historiasverdadera-, que son las que más les gustan.

También sienten predilección por los cuentosrománticos apropiados para jovencitas, lasnovelas de misterio y los relatos humorísticos,como todas las chicas de su edad en todos lossitios por donde pasa la biblioteca circulante.Los muchachos, después del cuarto año, gustande los libros sobre deporte, las novelas poli-ciales y de vaqueros y las fantasías científicas.

Al día siguiente, nuestra primera visita sehizo a la escuela mayor de la localidad. Pri-mero vinieron al camión los alumnos mayores,

que eligieron sus libros dentro del mayor or-den ; se veía que la maestra les había en-señado buenas maneras, y consideración paracon tos demás, de una manera particular-mente eficaz. Su entusiasmo, su alegría y sus

expresiones de regocijo dentro del camiónrevelaban también claramente que había sa-bido comunicarles la emoción mágica de lalectura.

Después de haber vuelto a sus aulas losmayores, vinieron, acompañados de la maes-tra, los alumnos más pequeños, que rondaban

entornoaeNa Henos de espectativa y

asombro, ya que ante ellos se abría uno expe-riencia nueva, extraña y deslumbrante.

No sé lo que me hizo pensar entonces-con fuerza-que es imposible medir el valorde una biblioteca como ésta en dólares ycentavos ; tan imposible como medir en esaforma el valor de un nuevo descubrimiento

científico, de un nuevo sistema filosófico o lavida de un buen hombre o una bueno mujer.Esos libros que los pequeños tomaban en susmanos por primera vez, al impresionar susmentes ávidas, tendrían que encender una

chispa, abrir un horizonte nuevo, provocar unaambición honda en algunos casos, y en otrosuna conciencia más aguda de la vida y de loshombres.

¡Cómo deseé entonces que los alumnos demis escuelas rurales de lowa hubieran podidotener una biblioteca circulante a su disposi-ción'i Y cómo deseo que una de ellas vayaa visitar regularmente a todos los niños detodas las localidades aisladas del mundo !

"El maravilloso mundo de los libros"

LEER, ha dicho eÍ escritor y editor estado-unidense Bennett Cerf, que cultiva a menu-do el tono humoristico, « es como comer

maní ; una vez que uno empieza, sigue haciéndolocasi inconscientemente». Pero a muchas personasles faltan, por lo visto, las ricas recompensas yplaceres que vienen de hundir la mano en unabolsa de maní y comer un buen puñado.

Las estadísticas recie"1tes demuestran que mien-tras prácticamente cada americano adulto escuchala radio por lo menos 15 minutos diarios, y cercadel 80 o 90 por ciento de ellos leen diarios máso menos regularmente, la mitad de la población delos Estados Unidos no lee ni siquiera un libro poraño. Menos del 25 por ciento leen un libro pormes.

Coz estas cifras por delante, un centenar debibliotecarios, de maestros, escritores, editores ylibreros se reunieron en 1951 en un <&lt;symposium>&gt;realizado en Washington para discutir las ten-dencias nacionales con respecto a la lectura y,después de cambiar ideas, hacer algo para esti-mular a más gentes a que leyeran. Una de lascosas importantes que hicieron fué inspirar Llpublicación de un volumen, que acaba de apare-

cer con el título de « El maravilloso mundo de loslibróse.

Dedicado « a los que tuercen las ramasx-losbibliotecarios, los maestros, los dirigentes de obrasculturales y los que se dedican a obras de exten-sión universitaria en los Estados Unidos--«aslcomo a las ramas mismas el nuevo libro consti-tuye una guía tan deliciosamente variada comoútil para aventurarse en los placeres ÿ beneficiosde la lectura. « Los libros como amigos». « Losplaceres de la lecturas, « Lectura entre amigos»,« Para leer más eficazmente>&gt;, <&lt;Los libros miranhacia arriban, « Lectura para ciudadanos>&gt;, <&lt;Haciaotros horizontes>&gt;, « Elección y uso de los libros»« Escritores y editores « Libros para todos » : asise titulan algunos de los 72 ensayos del volumeapublicado por Alfred Stefferud.

El papel de las bibliotecas públicas está consi-derado desde diversos aspectos en una seccióntitulada « Las bibliotecas son para Vd.)) Empezandopor una revisión histórica del desarrollo de lasbibliotecas desde los tiempos de la Norte Américacolonial, y especialmente desde que comenzar a susactividades la Asociación de BiblIOtecas de EstadosUnidos hace tres cllartos de siglo, « El maraviilosomundo de los libros » muestra a los lectores de

todas las edades y aficiones la forma en que pue-den hacer mejor uso de las bibliotecas y cómoéstas pueden servir más eficazmente al público.

El libro ofrece una serie de indicaciones prac-ticas a los que desearian leer más, pero ue no lohacen « por falta de tiempo », y da al bibliotecario,al maestro y a los directores de grupos culturalasun instrumento importante para estImular y diri-gir la lectura de obras de calidad entre los alum-nos o personas con los que trabajan.

Impreso sin fines utilitarios, puramente comoempresa de orden educativo, la publicación deeste libro fué posible gracias al concurso de unaserie de orgamzaciones docentes y de bibliotecasv librerías, así como del Servicio de Extensión delMinisterio de Agricultura de los Estados Unidos.El artículo sobre bibliotecas circulantes, originalde Gladys Skelley, que publicamos en esta página,está reproducido de « El maravilloso mundo d¿los fibrosa por cortesía del compilador y los edi-tores del volumen.

F. I. \faravilloso Mundo de los Libros" (The Won-derful World of Books). Compilado por alfred Stef-/erud, New York : New American Library, 35 centa-ros dp dólar (rústica) ; Boston : Houghton Mifflin.2 dólares (tela).

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Pág. 14. JUNIO 1953 EL CORREO D

BUSCANDO EL ROMANCE

Y LA HISTORIA EN LAS

BIBLIOTECAS DE BARRIO

DE PARIS

S 6LO en apariencia son lasgrandes ciudades unidadesmacizas, concentraciones to-

talitarias en las que se confundenpor millones los inmuebles y laspersonas. Incluso Nueva York esmúltiple y diversa. Basta fran-quear cierlas calles para cambiarde clima, encontrar otro ritmary otros acentos. ¿Qué decir, pues,de las viejas capilales y deParís, verdadera red de barrios yde pueblos cuya urbanización en-cuentra. tantos obstáculos paraborrar la individualidad ? Para loshabitantes de tas capitales la ciu-dad se transforma en nación ; suverdadera patria es el barrio o eldistrito. La ciudad tiene sus ins-tituciones ilustres, pero que noson siempre tan vivas como lasmás humildes (la parroquia, elcine del barrio o la tienda de laesquina). I Biblioteca de París !Esas palabras evocan, no hayduda, los prestigios de la Nacio-nal, de Santa Genoveva, de la Ma-zarino o del Arsenal. Pero esasno son las biblioteca, del puebloparisién.

Jamás el empleado del gas, nila mecanógrafa, el metalúrgico, oel mancebo de botica y el mucha-cho de recados o su románticahermana-jamás, en general, ellector medio-irá a buscar librosfuera de su barrio.

Habrá que creer que hace unsiglo todas esas gentes no leían ;en París, en 1866, no había aunmás que una sola biblioteca mu-nicipal. Pero los progresos fueronbastante rápidos ; iban parejoscon los de la primera enseñanzaobligatoria. En 1882 cada uno delos veinte distrilos de París teníava su biblioteca. Hoy la cifra to-tal es de setenta y siete.

Estas 77 bibliotecas municipalesno son lujosas. Están general-mente alojadas en las alcaldías debarrio o en las escuelas que cadaaño intentan agrandarse parapoder albergar una población in-fantil en continuo crecimiento. Enla actualidad no pueden acogermuchos lectores y, sobre todo,funcionan como bibliotecas depréstamo. Su presupuesto no lespermite equiparse lo rápidamenteque sería de desear, con las insta-laciones modernas en las que sue-ñan los bibliotecarios. Sin embar-go ese presupuesto va poco apoco adquiriendo proporcionestranquilizadoras. Los créditosasignados por la Villa de Paríshan pasado de 22 millones en 1950a 40 millones para este año, y hansido utilizados en lo más esen-cial, es decir, para comprar libro.Las colecciones cuentan hoy vacon más de 769. 000 volúmenes.

¿Qué libros son esos ? La nove-las, clásicas o modernas, france-sas o traducidas, ocupan un granpuesto. Pero las obras de historiaa) canzan e) 21, 2 % y-libros deficcióh aparte-los libros de filo-logía y de literatura ocupan el13, 3 %. El resto comprende-enlas proporciones habituales de unabiblioteca genera)-geografía,bellas artes, ciencias sociales, filo-sofía, religión y, por último, par-tituras musicales.

En todo caso, los barrios nodejan dormir sus riquezas. El nú-mero de libros prestados a domi-cilio ha sido el año pasado de 2millones 921. 000, v en las diver-sas bibliotecas sé han inscritomás de 25. 000 nuevos lectores. Noes necesario decir que los lectoresen cuestión pertenecen a todas lasedades-aunque la más fuerteproporción es de jóvenes-, y queperlenecen a las más varias pro-fesiones. Según los informes másrecienles resulta haber : emplea-dos y funcionarios, 21 % ; estu-diantes, 17 % ; escolares y apren-dices, 14 % ; sin profesión-sobretodo mujeres-, 13 % ; obreros yartesanos, 11, 5 % ; maestros yprofesores, 6 % ; profesiones libe-rales (abogados, médicos e inge-nieros, etc.) 5 %, y comerciantes,4, 7 %. Pero lo que interesa su-

brayar es que la mayor parte delos lectores frecuentan asidua-mente su biblioteca y leen de unoa tres libros por semana. Tambiénse ha comprobado que, por re-gla general, toda la familia sueleaprovechar las obras llevadas adomicilio. El radio de acción de labiblioteca, no se limita, por lotanto, al titular individual de lacarta de inscripción.

En cuanto a las lecturas prefe-ridas del público, seria erróneocreer que las novelas de éxitoson siempre lo que más se lee. Se-gún un informe muy reciente del« Boletín Municipal'Oficial de laVilla de París", el sesenta porciento de los lectores suelen to-mar, al mismo tiempo que unanovela, una obra didáctica sobreun tema que les interese especial-mente, o bien, sobre problemasde actualidad hacia los que hansuscitado su curiosidad las infor-maciones de prensa. Por otraparte, la elección no se hace alazar : la mayoría de los lectoresse dejan guiar por los críticos li-terarios de su periódico o de surevista habitual. Y hay que contartambién con la radio y con el cine.Cualquier obra, sea lo que sea,despierta una multitud de aficio-nados en cuanto se la lleva a lapantalla.

Por lo que se refiere a lasobras de cultura general, sigue di-ciendo el Boletín Municipal, laspreferencias son muy variadas,lo que invita a mantener la má-xima variedad en las compras delibros. Los hombres se interesanpreferentemente por las relacionesde viajes, las obras científicas otécnicas y la historia contemporá-nea. Las mujeres tienen una pre-dilección por las piezas de teatro,las biografías y la poesía. Los li-bros de filosofía, así como los deciencias sociales suelen, ser, so-bre todo, leídos por los jóvenes,mientras que las biografías y lahistoria son más solicitados porlos lectores de alguna edad.

Desgraciadamente, dicen los bi-bliotecarios y aun los educadores,todo esto es insuficiente. Haríanfalta más de 77 bibliotecas pararesponder a las necesidades de unaciudad que excede los cuatro mi-llones de habitantes. Si la cosa selimilase a sus resultados actua-les, habría que admitir que cadahabitante parisién puede conten-tarse con leer un libro por año,lo cual resultaría una confesiónridícula de impotencia.

en libro por habitante repre-senta, en efecto, una media, cuyosólo mérito es, sin duda, el deincitar a nuevos esfuerzos. Dehecho, hay también gentes, des-pués de todo, que compran libros,v los clienles de la biblioteca debarrio son, precisamente en sugran mayoría, los que no puedenofrecerse los libros de que tienennecesidad. La cifra que hay que re-tener, en consecuencia, es la de loslibros que prestan las bibliotecasmunicipales : alrededor de tresmillones de libros por año. Tresmillones de libros que, sin ellos,no hubieran servido para nada.

Los hombres y las mujeres quetienen la responsabilidad de esasbibliotecas, conocen la nobleza, desu trabajo ; saben que su papel nosólo es dar a sus conciudadanoscon qué distraerse o evadirse desus preocupaciones cotidianas, si-no también-y sobre todo-ayu-darles a perfeccionar su formaciónintelectual, a profundizar libre-mente su cultura y su conciencia.Y cuando estos hombres o mujeresse dirigen a las autoridades de suciudad para reclamar un apoyoque jamás será demasiado gene-roso, no dejan de recordar unamáxima célebre de un Ministro alque Francia debe la organizaciónde su enseñanza : « Se puede ha-cer todo-decía Jules Ferry-para la escuela, para el liceo ypara la universidad ; pero si des-pués resulta que no hay bibliote-cas, nada se habrá hecho."

La callejuela, hundida en el corazón de los arrabales de Bombay, no tenía acerasni iluminación alguna.

LA callejuela, hundida en el corazón delos arrabales de Bombay, no tenía ace-ras ni iluminación atguna, y su superficie

polvorienta no era por cierto un cómodolugar de descanso. Estaba muy lejos delconcepto qúe uno tiene formado de un salónde clase. Aún así, a unos pocos metros delsitio en que se detuvo nuestro coche, seestaba dando clase en pleno calle. A lovacilante luz de varios lámporas de kerosene,un grupo de unos veinte adultos aprendíacon esfuerzo a leer y escribir en su propioidioma. Coda uno tenía en sus manos unacartilla y un cuaderno en que copiaba lossignos que el maestro trazaba en el pizarrón,y o eso se reducía su equipo.

Era una clase típica de los muchas orga-nizados por el Departamento de EducaciónSocial de Bombay. Todas las noches se dancien clases de este mismo tipo en la calle,en locales desocupados de tiendas, salones deactos de los sindicatos, escuelas y en lospatios de los templos. El principio que sesigue es el que lo clase debe darse cerca dedonde vive un grupo de alumnos, y en unlocal gratuito, de modo que cuando no hoyninguno disponible, la clase se celebra en localle.

En un recorrido que duró dos días, pudeapreciar muchos facetas de lo obro delDepartamento de Educación Social de Bom-bay ; receptores de radio y altoparlantes des-

tinados a la colectividad, camiones con todala instalación necesaria para proyectar pelí-culas sobre cuestiones de salud, higiene y otrostemas similares ; una magnifica exhibición degimnasia ofrecida por uno de los-clubs.atléticos. Pero siempre, con cada uno de esosrecursos y en cada una de esas actividades,se hacía hincapié en el problema d « vencerel analfabetismo.

Lo que esencialmente me interesaba era unaspecto particular del problema : el de lainstalación de bibliotecas públicas y el usoque se hacía de los libros. Como consejero dela Unesco ante la Biblioteca Pública de Delhihabía venido a ver lo que se hacía paraayudar al que había sido analfabeto hastahacía poco a utilizar este conocimiento reciénadquirido y a aumentarlo con la práctica dela lectura. No es difícil, si se emplean losmétodos adecuados, enseñar o un adulto aleer y a escribir. Pero ¿qué hacer después ?L De qué recursos debe disponerse para per-mitirle progresar en ese sentido ? El Comitéde Bombay trataba de ayudar a resolver elproblema enviando cajones de libros o losCentros de educación social. Pero un cajónde libros no es una biblioteca, y un sistemacompleto de bibliotecas públicas para Bombayera cosa que parecía envuelta en las nieblasde un futuro remoto.

Tuve luego oportunidad de entrar encontacto con el problema rural, al ser invi-

A unos pocos metros del sitio en que se detuvo nuestro coche, se estaba dandoclase en plena calle. A la vacilante luz de varias lámparas de kerosene, un grupode unos veinte adultos aprendía con esfuerzo a leery escribir en su propio idioma.

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A UNESCO JUNIO 1953. Pág. 15

UN TAXISTA SIKH DESCUBRE

EL CAMINO A LA BIBLIOTECA

todo por el Estado de Madhya Bharat, en elcentro de la India, a recorrer la provincia. einformar sóbrela posibilidad de un serviciode bibliotecas públicas debidamente integradoy organizado. Madhya Bharot es un conjuntode principados con una población de más denueve millones de personas, y una extensiónde unos 77. 700 km2. Hay en este Estado tresgrandes ciudades : Gwalior, Indore, Ujjain(una de las ciudades sagrados de la Indino),otras más pequeñas, e innumerables aldeas.Como todos los Estados indios, éste debehacer frente a muchos problemas. Los caminos,) o educación, tos servicios de salud pública,la agricultura y ! a irrigación, necesitan mejo-ras urgentes, y el hecho de que MadhyaBharat, con todas esas dificultades, p'ense enlos servicios de bibliotecas públicas, es unsíntoma de valor y de visión en el manejo dela cosa pública. Alguien había advertido queel alfabetismo y la existencia de bibliotecasson dos cosas que deben marchar juntas, yel Servicio de Progreso Rural había incluídoen su programa la creación de bibliotecas enlas aldeas. Ese servicio no puede a veceshacer otra cosa que enviar un cajón delibros. Pero otras veces, cuando ya hay unabiblioteca, lo que hace es enriquecer susexistencias.

En Bhitarwar, una aldea indina caracterís-tica, quizá más próspera que otras, porqueestáenctavadaenunabuenazonaderegadío,propia para el cultivo de la caña de azúcar,vimos una de esas bibliotecas rurales. Bhi-tarwar cuenta con una escuela de aspectomuy agradable, un dispensario, y aun contítulos para que se la considere como sitiopintoresco. La aldea se halla situada en elmeandro de un río, y a lo lejos, las ruinas deun fuerte dominan la llanura desde un macizode rocas. La India está llena de ruinas así.Los fuertes, las tumbas y los templos se des-truyen, pero las aldeas permanecen. En unremanso sagrado de río, junto a la Mansiónde Panchayat, nadan, con toda impunidad,enormes peces.

Acogidos con gran cordialidad, cubiertos deguirnaldas, y entonados con un té con lechemuy dulce, nueces y frutas, entramos a laMansión de Panchayat y subimos por unaescalera estrecha. En una habitación pequeñade tres metros cincuenta por tres metros cin-cuenta, estaba instalada lo biblioteca de loaldea, en lo que había unos 500 libros, clasi-ficados con gran esmero, y todos ellos muylimpios. Hice varios preguntas sobre los pedi-dos que había, y sobre leo existencia de otroslibros en lo aldea. Unos 200 de entre los1. 600 habitantes de lo población hacían usodel material de lo biblioteca de vez en cuan-do. Una o dos personas tenían libros suyos.El maestro de escuela poseía varios. Dos otres habitantes de la aldea estaban suscritoso algunos diarios. No había más que unreceptor de radio en todo lo aldea. En lopequeña habitación que yo visitaba se hallabael centro cultural de lo a) deo, y era evidenteque el Concejo Municipal de ésta se sentíamuy orgulloso de aquella biblioteca que habíafundado creando una toso para costear susgastos, y que ahora iba a ampliar para queatendiera también los demandas de otros al-deas vecinos.

Lo iniciación se producía, como es natural,en muy pequeña escato. Bhitarwar es el centrode un Kendra Panchayat, o concejo rural,de alrededor de 260 kilómetros cuadrados,con 70 aldeas y un total de más de 30. 000habitantes. ¿Podría expandirse el movimiento ?o ¿se detendría por falto de fondos, hastaque los ideales que lo inspiraron se convirtie-ron sencillamente en un recuerdo, y los libros,ton limpios, que habíamos visto, en una pilade volumenes deshechos, manoseados y sucios ?

Estos pensamientos, capaces de desanimaro cualquiera, nos fueron inspirados por la visi-to o muchos bibliotecas de lo Indio y el cono-cimiento de lo historia del movimiento enfavor de las bibliotecas públicos. Porque enese país los ha habido desde-que existe lacivilización indio ; y particularmente en elsiglo XIX y en el curso de éste, se fundaronmuchos en lo mayor porte de sus ciudades. Pe-ro eran bibliotecas creadas como monumentosconmemorativos, o esfuerzos de orden culturalrealizados por instituciones de servicio socialo sociedades de beneficencia. Lo experienciadel Occidente ha demostrado que lo biblio-teca público únicamente puede florecer conel apoyo sostenido de lo colectividad, y sobrelo base de una tasa, mejor que por suscrip-ción o donación. Aún en el caso munificentede un Andrew Carnegie, nunca ejerció sugenerosidad en ese sentido o menos que lopoblación que fuera objeto de ello se mani-festara de acuerdo en el sentido de mante-ner un servicio de biblioteca mediante unareglamentación adecuada.

En la Indio ha faltado siempre lo baselegislativa, y el resultado ha sido que se hanperdido muchos esfuerzos. He visto en esepaís muchos bibliotecas bien concebidas einspirados por elevados ideales, que se veíandesamparados y abandonados por falta de unapoyo contínuo, o que subsistían precaria-mente o duros penas, o fuerza de suscrip-ciones y donaciones. En una ciudad grande de

por Frank M. Gardner

la India, un edificio lleno de amplias como-didades como biblioteca albergaba una colec-ción de libros casi sin valor alguno. Lo usa-ban un centenar de señores, casi todos ancia-nos, para consultar o leer diarios y revistas.Aquello podía ser un. club. de hombressolos donde esos señores pasaban su tiempomuy agradablemente, pero la función origi-nal como biblioteca pública había desapare-cido.

La conclusión a la que llega uno pronto,es que la biblioteca pública puede llenar sufunción de instrumento de educación y decultura, únicamente si está organizada, comoantes hemos dicho, sobre la base del apoyooficial por medio de una tasa, el libre accesode todos como socios, y la libertad paratomar de los estantes cualquier libro quese necesite. El bibliotecario de una instituciónque vive del apoyo de las suscripciones seconsidera mós un guardián de libros que unintérprete de los deseos de los lectores, yacaba por considerar el uso de aquellos comoalgo que conduce a la desaparición y al robo ;pero las librerías cerradas con llave y la ins-titución de la biblioteca pública son unacontradicción. En cambio, cuando se crea unservicio de biblioteca dentro de una colecti-vidad, todas las demás autoridades que se

tando una biblioteca circulante para que re-corra los distritos vecinos, y además se estáncreando sucursales de la biblioteca en lasnuevas colonias para refugiados. Y para con-tribuir a la victoria sobre el analfabetismo,se guardan pequeñas colecciones de libros enlos centros de educación social, con uncontacto continuo y estrecho entre los depar-tamentos correspondientes que garantiza lavinculación y luego la familiaridad de losque acaban de aprenden a leer con el serviciode bibliotecas públicas.

La experiencia ha sido notable, y másnotable aun la respuesta del público. Duranteel primer año que la biblioteca estuvo abierta,se registraron como miembros de ella 14. 000personas, se sacaron en préstamo 180. 000 li-bros, y hubo 580. 000 visitas a los salones delectura. De la sección infantil-un de laspocas que prestan libros en la India paraque los niños puedan leerlos en su casa-salen 200 libros por día, y la única dificultadpara que esta sección extienda considerable-mente sus actividades, es la de encontrarlibros adecuados en indí para los niños. Enla sección de extensión cultural surgieron, conmuy poco esfuerzo de preparación, gruposautánomos dedicados al teatro, a la música,a los debates, ata literatura ind !, y hasta un

Con expresión justa y feliz, Chester Bowlesha dicho que la India no es un país pobre,sino un país con muchas gentes pobres. Enel problema urgentísimo de desarrollar losrecursos nacionales, i, cuál es la parte quecorresponde verdaderamente a una biblioteca ?¿Hasta que punto tiene valor ésta si se lacompara con lo que exigen la salud pública,la agricultura y la producción industrial ? Lacontestación más obvia es que todo el pro-greso depende de una colectividad que no seaijetrado, y que tenga conciencia de su res-ponsabilidad social. No se pueden aceptar lasideas nuevas a menos que se las comprenda,ni pueden practicarse técnicas distintas sinaprenderlas antes. Ni en la educación formalni en la educación técnica, se pueden obteneréxitos, si no se tiene libre acceso a la culturade los libros, libros que se vea fácilmente porla forma en que estén ordenados y expuestos,y que luego se puedan retirar y leer con todafacilidad.

La Biblioteca Pública de Delhi no es másque un modesto comienzo, aunque ya está encamino, si se la permite desarrollarse, de pro-porcionar un servicio adecuado de bibliotecaa toda la población de Delhi. Y sin embargo,éste no fué el objeto que se perseguía al fun-darla. Para que su éxito sea completo, debeservir de modelo y guía para la creación deservicios similares en otras partes de la India,todos ellos apoyados por una legislación apro-

Sentarse en un tranvía, y ver a un hombre en el asiento de delante-un hombre de aspecto humilde y completamentecomún-sacar del bolsillo un libro...

preocupan por el fomento de la ectura, encualquiera de sus formas, tienden a colaborareficazmente con nuevo servicio, en vez deefectuar una contribución limitada y sin ver-dadera relación con los fines de la biblioteca.

En las bibliotecas de la India no faltanquienes se den cuenta de todos estos hechos.Gradualmente crece en importancia y en im-pulso un movimiento que promueve la legisla-ción sobre bibliotecas y la creación de insti-tuciones modernas de este tipo.

Para dar un foco y un núcleo central aeste movimiento, resultó singularmente opor-tuna la fundación de la Biblioteca Pública deDelhi en 1951, bajo los auspicios comunes dela Unesco y del Gobierno de la India. Elenorme éxito immediato de esa Bibliotecasirvió para demostrar que el concepto de labiblioteca pública moderna llega pronto ybien al ánimo del público indú. El primer di-rector de esa Biblioteca, en nombre de laUnesco, fué Edward Sydney, muy conocido porsu labor en el sentido de hacer posible lamayor amplitud de miras dentro del campode acción de una biblioteca. Sydney tuvo asu cargo el trabajo de echar los cimientos dela obra. Yo actué como consejero de laUnesco desde la inauguración de la biblio-teca hasta verla ya floreciente y sólidamenteestablecida, a mediados de 1952. Desde en-tonces los progresos registrados se han suce-dido sin interrupción.

En dos años se ha creado un servicio debiblioteca completo y de ! o más moderno,con una sección de préstamo de libros paralos adultos, salones de lectura, biblioteca in-fantil, y una sección especial de extensióncultura para conferencias, debates, y exhibi-ciones de películas. Ahora se está comple-

grupo que se dedicaba exclusivamente a losintereses espirituales y gustos de los ancianos.Cada conferencia que se ofrecía en los salonesde la biblioteca llenaba completamente ellocal, y ha habido que hacer tres exhibicionesconsecutivas de cada película para dar cabidaa todos los que querían asistir a ellas.

Acostumbrado al público indiferente de lasconferencias me sorprendió ver la cantidadde gente que acudía a escuchar disertacionessobre cuestiones nacionales que se limitabanseveramente al examen de los hechos y laenumeración de éstos, y aún más oir las pre-guntas de verdaderos conocedores que ttovie-ron sobre los conferenciantes al final decada una de sus disertaciones. Resultó asi-mismo muy grato ver lo dispuestos que sehallaban los hombres eminentes del país acolaborar en esa obra y el contacto rápidode simpatía y de interés que establecían conel público. La democracia en la India puedeser todo lo reciente que se quiera, pero estállena de vigor y se resuelve directamente dehombre a hombre.

La biblioteca de Delhi ha subrayado consu éxito la existencia de una necesidad pú-blica evidente. Funciona a plena satisfacción,no sólo en cuanto a volumen de trabajo, sinoen cuanto a la calidad del mismo.

Los libros en inglés deben remediar cual-quier deficiencia que se registre en las exis-tencias de libros técnicos, que en un princi-pio fueron deliberadamente limitadas, ya quela biblioteca se destinó desde un principio allector común y corriente, no a un públicoespecializado. La biblioteca pública indiatiene un doble papel : no sólo debe propor-cionar libros al público, sino estimular la pro-ducción e impresión de aquéllos.

piada y por lo creaci6n de los tosas corres-pondientes. Más allá de lo Indio se encuen-tro el sudeste de Asia, donde hoy muchospaíses que deben hacer frente o los mismosproblema. Lo Biblioteca Público de Delhipuede lIevarles el concepto de un serviciopúblico de cultura con el ejemplo prático desu funcionamiento y en una forma que no lo-graría inculcar ningún texto de lectura. Elaño próximo, cuando concluso lo participaciónde lo Unesco en el proyecto, se hará un cual-culo estimativo de los resultados obtenidoshasta ! o fecha, y quizá se realice un seminario01 que asistan bibliotecarios y educadores delo Indio y de otros países. Al demostrar cómouna biblioteca ha de abrir sus puertos y susestanterías o todo el mundo, lo Unesco hapuesto en marcho muchos ideas nuevos sobremuchos cosos.

Durante mi estancia en Delhi, sufrí algunosdesilusiones, pero tuve también muchos expe-riencias estimu ! antes. Sentarse en un tranvía,por ejemplo, y ver o un hombre de aspectohumilde y completamente común en el asientode adelante sacar del bolsillo un libro en elque se veía claramente marcado el sello delo. Biblioteca Público de De ! hi. ; o ver oun chico traduciendo con esfuerzo los leyen-das inglesas de un libro de fotografías paraque otro, menor que él, se enterara de lo quequerían decir ; o todavía, observar o un taxistasikh, de barbas talmúdicas, estudiar un librosobre el motor de su coche. Estos pequeñosescenas-y codo día puede uno ver algunonuevo-demuestran que el de lo bibliotecade Delhi es un experimento práctico que el

pueblo ha aceptado de buena gano ya)cual contribuye con loable afán.

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V A C A C ION E'S E N U N A

BIBLIOTECAB I B L I O T E C A

La Biblioteca Municipal de Valognes, pequeña población de Normandía,fué una de las muchas instituciones de su tipo que sufrieron daños durantela guerra (las pérdidas totales de las bibliotecas de Francia en el curso deésta han sido calculadas en más de seis millones de dólares). Hasta hace tresaños, permaneció en las mismas condiciones en que el impacto-aunqueno directo-de una bomba la dejara en 1944 : los pisos y las estanteríascubiertos de yeso y de fragmentos de piedra y ladrillo ; y los libros, muchosde los cuales eran manuscritos valiosos de la Edad Media e incunables,desparramados por los suelos.

Pero en Abril de 1950 la triste condición en que se encontraba esa biblio-teca llegó a oídos de la Unesco, que lanzó un llamamiento solicitando volun-tarios que acudieran a Valognes a salvar su colección de libros de nuevosdeterioros. Poco después, el Comité Internacional de Estudiantes consti-tuído en Dinamarca con el nombre de"Interstud"se ofreció a enviar un grupode 35 estudiantes voluntarios-daneses y suecos-y unas semanas más

tarde todos ellos, acompañados de dos encuadernadores, se ponían en viajede Copenhague a Valognes y se dedicaban a su tarea con el mayor entu-siasmo. Algunos de esos estudiantes se dedicaron a reparar los volúmenesrotos y estropeados, a limpiar los que estaban en buenas condiciones (véasela foto de arriba) y a tratar las encuadernaciones de cuero y pergamino conjabones y sustancias especiales. Otros limpiaron los estantes vacío, lesdieron una capa de cera e hicieron forros de papel para los libros. Los jóvenespasaron sus vacaciones veraniegas enteramente dedicados a esta tarea,y al volverse a Suecia y Dinamarca, respectivamente, habían devuelto elorden y la limpieza a una de las bibliotecas de provincia más ricas de todaFrancia. Gracias a sus esfuerzos, han vuelto a la luz muchos libros preciosí-simos de los siglos XV y XVI, muchos de los cuales son ejemplares únicos.Otros grupos de estudiantes británicos han realizado esfuerzos similarespara restaurar diversas bibliotecas damnificadas por la guerra en Dunquerquey en Estrasburgo.

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