los generales blanco y salazar- libro2e

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Emilio Gerardo Obando Cairol Asociacin de Genealoga e Historia de Costa Rica

Junio, 2011

Obando Cairol, Emilio Gerardo. Los generales Blanco y Salazar. Entre el herosmo y el estigma: un estudio histrico-genealgico. [Disco compacto]/ Emilio Gerardo Obando Cairol 2 edicin San Jos: E. Obando, 2011. 1 CD-ROM.; 3. 175 kb Diseo de portada: Emilio G. Obando Cairol Fotos de portada: general Mximo Blanco Rodrguez y general Lorenzo Salazar Alvarado, ambas tomadas de http://www.museojuansantamaria.go.cr/Sala%20de%20Juegos/memoria.html.

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ContenidoAgradecimiento .................................................................................................. 4 Introduccin ........................................................................................................ 5 Captulo I ............................................................................................................ 6 De militares y oligarquas................................................................................ 6 Captulo II ........................................................................................................... 9 Dos vidas paralelas ........................................................................................ 9 Captulo III ........................................................................................................ 12 Por qu hroes? ......................................................................................... 12 Captulo IV........................................................................................................ 19 Traidores, por qu? .................................................................................... 19 Captulo V......................................................................................................... 29 En los das postreros .................................................................................... 29 SEGUNDA PARTE ........................................................................................... 31 Metodologa...................................................................................................... 32 Abreviaturas usadas ......................................................................................... 34 Captulo VI........................................................................................................ 35 Apuntes sobre la historia familiar del general Mximo Blanco Rodrguez .... 35 Captulo VII....................................................................................................... 41 Generacin descendente del general Mximo Blanco Rodrguez .................... 41 Captulo VIII...................................................................................................... 82 Apuntes sobre la historia familiar del general Lorenzo Salazar Alvarado ..... 82 Captulo IX........................................................................................................ 93 Genealoga descendente del general Lorenzo Salazar Alvarado..................... 93 Captulo X....................................................................................................... 120 Benito Salazar Muoz, primognito del general Lorenzo Salazar Alvarado ... 120 Captulo XI...................................................................................................... 125 Genealoga descendente del general Lorenzo Salazar Alvarado, proveniente de su hijo primognito y reconocido .................................................................... 125 Benito Salazar Muoz .................................................................................... 125 Conclusin...................................................................................................... 137 Notas .............................................................................................................. 138 Bibliografa ..................................................................................................... 162 Acerca del autor ............................................................................................. 164

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Agradecimiento

E

l autor agradece el aporte de documentos, datos y fotografas hechos por Elena Salazar Jimnez y por Max Araya Westover, bisnieta la primera del general Lorenzo Salazar por la lnea descendente de Francisco Salazar Chacn y el segundo tataranieto del mismo general por la lnea descendente de Jesusita Salazar Chacn.

Asimismo, la valiosa colaboracin dada por don Rafael Castro Silva, tataranieto del general Salazar Alvarado, Jos Rafael y Mara Cristina Rltz Castro, ambos choznos del mismo general, por la lnea descendente de su hijo Benito Salazar Muoz, quienes aportaron fotos familiares e invaluable informacin.

Especial agradecimkiento para don Roberto y don Guillermo Aguilar Quirs, tataranietos del general Mximo Blanco, por la lnea descendiente de su hija Filomena Blanco de Quirs, quienes suministraron al autor fotografas de sus ancestros y brindaron datos que permitieron enriquecer esta edicin. Finalmente, mi agradecimiento a don Joaqun Alberto Fernndez Alfaro, reconocido genealogista y amigo, quien orient al autor en la obtencin de datos para este trabajo.

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Introduccin

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arente de guerras de independencia y caudillos militares, Costa Rica aflor, despus de su separacin del gobierno espaol en 1821, como un pas civilista, con algn aire de timidez para constituirse en una nacin con identidad propia, sino ms bien procurando ampararse en repblicas de mayor poder (Mxico, Colombia) o bien afiliarse a federaciones (Repblica Federal de Centro Amrica), reflejo fiel de la ancestral frase hasta que se aclaren los nublados del da. Con la presencia de guerras civiles (guerra de la Liga, en 1835) y de la Campaa Nacional (en 1856 y 1857), la incursin de los militares en la vida nacional fue cobrando prominencia. El surgimiento tambin de una oligarqua cafetalera, permiti al militarismo ir creciendo gradualmente, hasta convertirse en un elemento de apoyo para las familias dominantes y, posteriormente, en un medio decisor para resolver disputas entre las lites existentes. En ese contexto, irrumpen, en el perodo 1846 a 1869, dos figuras relevantes en el mbito nacional, que tuvieron intensa participacin en hechos polticos y militares de gran trascendencia en el pas: Lorenzo Salazar Alvarado y Mximo Blanco Rodrguez. Esta obra, de carcter histrico y genealgico, aborda las vidas paralelas de ambos militares, sus momentos de gloria y de conflicto, as como su historia familiar, que, hasta nuestros das, persiste en sus descendencias, herederas de recuerdos de herosmo, pero tambin de estigmas, atribuibles a sus ilustres ancestros.

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Captulo I De militares y oligarquasLa acepcin bsica para el vocablo ejrcito lo define como una gran multitud de soldados unida en un cuerpo bajo el mando de un general. De ello se desprende que desde 1821 hasta 1856, nuestro pas no tuvo realmente un cuerpo militar organizado bajo el mando de un jefe superior reconocido. Durante ese perodo, desde Juan Mora Fernndez hasta Juan Rafael Mora Porras, todos los jefes de Estado y presidentes fueron elementos civiles, debido mayormente a la ausencia de una tradicin blica y a la idiosincrasia que distingua a los costarricenses. No podemos durante este perodo (1821-1856), hablar de una verdadera configuracin militar representada por un ejrcito debidamente organizado sino ms bien de la emergencia de algunos rasgos y circunstancias histricas directa e indirectamente condicionantes en el largo proceso de la formacin del ejrcito 1 costarricense. Nuestras fuerzas militares existan principalmente para resguardar el orden pblico interno, alterado por escasas conspiraciones de grupos de revoltosos que actuaban en disconformidad con medidas implantadas por los gobiernos de turno. De acuerdo con don Rafael Obregn, no es sino con la cada, en mayo de 1838, del gobierno de don Manuel Aguilar, que se puede sealar el primer cambio de autoridades civiles mediante un golpe de cuartel. El movimiento militar estuvo liderado por el capitn Jos Manuel Quirs Blanco, militar de significativa presencia en sucesos posteriores. Al decir del expresidente Gonzlez Vquez: el mal naci en mayo de 1838; arreci despus de la cada de Morazn y no desapareci hasta la segunda administracin de don Jess Jimnez.2

Familias prominentes en la tenencia de tierras y en empresas agrcolas y financieras, como los Mora, Aguilar, Castro, Fernndez, Iglesias, Tinoco, fueron posicionando tambin a sus miembros en los distintos poderes del estado, lo cual otorg un papel dominante a algunas de las familias de la poca. Sin embargo, fue el caf lo que introdujo significativas variantes en las estructuras sociales y polticas de nuestro pas. Aunque ya se comerciaba ese producto desde 1820, fue en 1854 cuando un grupo de costarricenses inici exportaciones a Inglaterra, las cuales se enviaban en el buque ingls Monarch, propiedad de su capitn William Le Lacheur. El cultivo y comercializacin del caf transform a Costa Rica de una colonia letrgica ubicada en un distante lugar del imperio espaol, en un pas boyante, siendo los beneficios econmicos obtenidos la mayor fuente de empleo y riqueza. Se fue constituyendo rpidamente durante este lapso la llamada "oligarqua cafetalera", la cual requera no slo del apoyo estatal para llevar adelante sus negocios, sino tambin del control de los principales centros de decisin poltica y militar, a fin de poder pilotear; con mayor seguridad y firmeza, el paso de la poblacin por los drsticos acomodos que exiga el cultivo empresarial del cafeto y el delicado montaje de los engranajes de una dinmica econmica de exportacin. Surgi as en el seno de una sociedad que se haba caracterizado por su relativo igualitarismo, una clase con suficiente peso financiero y empuje para ir reclamando para s el papel de principal e incontrastable protagonista del proceso 3 histrico de desarrollo.

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Naci entonces una alianza entre la oligarqua y los militares, donde estos se convirtieron en los instrumentos de presin para consolidar el poder poltico y social de aquella, y, a su vez, esa oligarqua serva de apoyo a los militares para que estos reafirmarn su carrera en las armas y ocuparan, con el tiempo, posiciones decisorias en los destinos del pas. A pesar de que los militares en Costa Rica haban efectuado golpes de estado en 1838 y 1842, causando las dos cadas de gobiernos jefeados por don Jos Rafael Gallegos y que, asimismo, haban participado en mltiples conspiraciones entre 1848 y1849 que condujeron a la cada del doctor Jos Mara Castro Madriz en noviembre de ese ltimo ao, sus actuaciones estaban sometidas al servicio de las oligarquas y jams sus lderes buscaron ocupar algn cargo prominente en los supremos poderes del pas, como la historia s nos dice que ocurri en otros pases latinoamericanos (Obregn en Mxico, Bolvar en Venezuela, Sucre en Per). Al ser designado como Jefe de estado el 30 de diciembre de 1849, don Juan Rafael Mora considera necesario descentralizar el poder militar hasta entonces existente en el Cuartel Principal y el 15 de abril de 1850 crea el Cuartel de Artillera, sabia decisin que mengu las fuerzas del capital Jos Manuel Quirs, cuando en junio de ese mismo ao, intent rebelarse contra Mora con resultados infructuosos. Adems, don Juan Rafael trajo al pas al militar polaco, en 1852-53, Fernando von Salisch, para servir de instructor de alta preparacin de las fuerzas militares y para ello se cre una academia militar. A partir de este momento se asocia el poder de los militares y la existencia 4 del ejrcito con la defensa y apoyo de los intereses del gobierno. En otras palabras, los militares rompen su alianza con la oligarqua existente para prestar sus servicios exclusivamente al gobierno electo. La medida poltica no tuvo otro objetivo que el de buscar el sustraer parte del excesivo poder blico que se almacenaba en el Principal, y colocarlo ms directamente bajo el dominio de las autoridades civiles. El nuevo centro militar estaba ahora directamente bajo las rdenes del Presidente de la Repblica. Para que la implantacin de esta medida tuviese vigencia, se orden que todos los caones que se encontraban en el Principal, menos uno, fueran trasladados al nuevo cuartel. Adems, los pertrechos blicos que se encontraban en el Principal, 5 se repartieron por partes iguales entre ambos centros. Con la llegada a Centro Amrica, en 1855, de William Walker y sus filibusteros, Mora interpreta acertadamente la seria amenaza que se cierne sobre Costa Rica y prepara un ejrcito de 9.000 hombres que durante 1856 y 1857 emprender una gesta trascendental en nuestra historia patria, enaltecida con las gloriosas batallas de Santa Rosa y Rivas y la campaa del Trnsito en el ro San Juan. El militar que emergi con posterioridad al conflicto armado de 1856 lo hizo como el individuo que haba salvado a la nacin de las hordas mercenarias de la intervencin extranjera. El rol del militar dentro de la poltica costarricense, a partir de ese momento, ya no sera el de un simple subordinado. En adelante, luchara por participar de una manera ms intensa en el usufructo del poder poltico, amparado en la gesta que acababa de cumplir y en la alta estima con que lo distingua la sociedad 6 costarricense: Con excepcin del Golpe de Frankfort en enero de 1852, promovido por el presidente Mora para reducir el poder poltico de diputados y otros ciudadanos contrarios a su rgimen y de la conjuracin Iglesias y Tinoco en junio de 1856, en que don Francisco Mara

En: www.ficcionblog.com/2009/04/el-ejercito-de-co...

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Iglesias y Saturnino Tinoco encabezaron una conspiracin contra el gobierno de Mora, los conflictos internos en ese perodo haban disminuido, hasta que en la madrugada del 14 de agosto de 1859 se produjo la cada del gobierno morista y el posterior fusilamiento de don Juan Rafael Mora el 30 de setiembre de 1860 junto con el militar Ignacio Arancibia, y dos das despus, el 2 de octubre, el del general Jos Mara Caas. Con los sucesos anteriores, qued claramente expuesto que el ejrcito, representado por los militares que integraban los cuarteles Principal y de Artillera, no estaban realmente al servicio del gobierno y, en particular, del presidente de la Repblica, sino de la oligarqua vigente, es decir, del poder social y econmico ostentado por las familias ms poderosas del pas. Tan es as que en la dcada subsiguiente cesan los conflictos polticos y militares en el pas y se afianza el poder de los militares en los cuarteles, brindando su apoyo a las sucesivas designaciones de presidentes que fueron electos, hasta que se concret la cada del gobierno del doctor Jos Mara Castro en noviembre de 1868 y la designacin consensuada entre oligarqua y militares, del licenciado Jess Jimnez como nuevo mandatario. Don Jess comprendi luego que, aunque su nombramiento cont con el aval de los militares, haba llegado el momento de enrumbar a Costa Rica por los senderos de la democracia civil La resolucin y el coraje para hacerlo recay en su ministro de Guerra, don Eusebio Figueroa, hombre de carcter frreo, de decisiones inquebrantables y de indomable energa. En febrero de 1869, Figueroa pidi la renuncia al general Lorenzo Salazar y en abril hizo lo mismo con el general Mximo Blanco, comandantes del cuartel de Artillera y del cuartel Principal, respectivamente. es un hecho de fundamental importancia en el largo proceso de afirmar el carcter civil del gobierno costarricense. El presidente y el ministro comprenden muy bien que toda la teora democrtica liberal tendr valor muy reducido, mientras Blanco y Salazar conserven la atribucin de poner y quitar gobiernos. Pero el problema es ms hondo: los altos militares apenas han sido ejecutores de 7 las decisiones surgidas de la entraa oligrquica, todopoderosa en esta dcada. Agrega Montero Barrantes, Dadas las circunstancias de aquella poca, necesitbase una gran energa, una voluntad inquebrantable para llevar a cabo una disposicin de tanta trascendencia 8 que significaba la destruccin del pretorio costarricense. Si bien el militarismo sigui presente en los perodos en que el general Toms Guardia y otros designados, ejercieron la presidencia, desde abril de 1870 hasta julio de 1882, en que el ejrcito estuvo al servicio de la presidencia de la Repblica y no ya de las oligarquas cafetaleras, nos interesaba en este aparte destacar bsicamente el contexto militar y poltico en que tuvo lugar la participacin de los generales Lorenzo Salazar y Mximo Blanco, personajes relevantes en el entorno nacional durante no menos de veintitrs aos, en que alcanzaron la gloria y la cima del poder, para luego caer en las sombras del olvido, motivado ello fundamentalmente por sus actuaciones en la cada y fusilamiento de don Juan Rafael Mora Porras.

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Captulo II Dos vidas paralelasEn 1813 funga como gobernador de la Provincia de Costa Rica don Juan de Dios Ayala. El ao anterior, y gracias a la propuesta hecha ante las Cortes de Cdiz por don Florencio del Castillo, San Jos haba adquirido el ttulo de ciudad. Fue precisamente aqu donde el 17 de agosto de 1813 naci Lorenzo de los ngeles Salazar Alvarado, hijo de Benito Salazar Alpzar y de Mara Alvarado Lis. Once aos ms tarde, Costa Rica estaba dirigida por la Tercera Junta Superior Gubernativa y se haba incorporado al gobierno federativo de las Provincias Unidas de Centro Amrica. La Asamblea Nacional Constituyente haba autorizado a los cinco estados a elegir Congreso y Jefe de estado, recayendo esta designacin en don Juan Mora Fernndez, cuyo perodo se 9 inici el 8 de setiembre de 1824. En ese ao, el 8 de enero, naci en San Jos, Mximo de Jess Blanco Rodrguez, hijo de Manuel Blanco Rojas y Mara de Jess Rodrguez Chacn. Ambos, en su vida adulta, adems de identificarse como agricultores, haban escogido la carrera de las armas, en una Costa Rica sin tradicin militar, cuyo nico cuartel en San Jos databa de 1833 y apenas haba una incipiente formacin terica militar, enseada conforme las 10 disposiciones espaolas en esa materia En abril de 1823, a dos aos de la independencia del reino espaol, nuestro pas haba sufrido ya su primera guerra civil, originada en las posiciones divergentes asumidas por Cartago y Heredia, manifiestamente inclinadas a que Costa Rica se uniera al Imperio Mexicano, y San Jos y Alajuela, que prohijaban la formacin del pas en Repblica. Como consecuencia de 11 esta guerra civil, la capital, que estaba en Cartago, se traslad a San Jos. En la noche del 26 de setiembre de 1835, estall en Cartago la segunda guerra civil, llamada la Guerra de la Liga, por haberse unido las provincias de Cartago, Heredia y Alajuela para combatir a la de San Jos. Don Braulio Carrillo, entonces jefe de estado, aboli el diezmo y suprimi varios das de fiesta religiosa, pero lo que ms alter los nimos fue establecer a San Juan del Murcilago, hoy Tibs, como capital de Costa Rica. Como consecuencia de esta guerra, que finaliz el 10 de octubre de ese ao, se derogaron los decretos sobre supresin del diezmo y disminucin de das religiosos. San Jos, triunfadora en el conflicto, se afirm como capital del estado de Costa Rica. La carrera militar de Salazar se haba iniciado en el ao de 1835, en ocasin de la guerra civil que ha sido denominada de la Liga. Ms tarde, cuando el pas se enfrent al rgimen moraznico, figur l como uno de los primeros hombres que trataron de contribuir a su cada. En efecto por la intentona de asalto al cuartel de Heredia, figura entre los primeros actos en 12 contra del rgimen. Esta ltima conspiracin, eminentemente militar, tuvo ciertamente como uno de sus cabecillas al subteniente Lorenzo Salazar. En la tarde del 29 de mayo de 1842, el mayor Mercedes Jimnez, junto con Salazar y 200 milicianos ms, tomaron el cuartel de Heredia, apropindose de las armas. Pero al no contar con el apoyo del comandante de Alajuela, mayor Florentino Alfaro, optaron por huir hacia Chiriqu, en Panam, ya que Morazn estaba dispuesto a fusilarlos. Salazar, con casi 33 aos, y Blanco, con 22 aos, uniran, por primera vez, sus actuaciones militares, el 7 de junio de 1846, cuando las guarnicionesLorenzo Salazar Alvarado En: http://www.ficcionblog.com/2009/04/cuartelazoexilio-y-fusilamiento-de.html

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militares de las provincias de San Jos, Cartago, Heredia y Alajuela, desconocieron al Jefe de estado don Jos Rafael Gallegos, y proclamaron a don Jos Mara Alfaro. Este movimiento fue organizado por los generales Jos Manuel Quirs y Florentino Alfaro, comandantes de San Jos y Alajuela, respectivamente, pero en apariencia, fue promovido por destacados ciudadanos. Es oportuno hacer aqu un parntesis para sealar que Jos Manuel Quirs Blanco, era primo de Mximo Blanco, ya que la madre del primero, Mara Dolores Blanco Rojas era hermana del padre del segundo, Manuel Blanco Rojas. Quirs Blanco fue comandante del cuartel de San Jos y comandante general de las armas del Estado. En noviembre de 1849 emiti un pronunciamiento, que propici el derrocamiento del gobierno de Jos Mara Castro Madriz. Al dar inicio la guerra contra Walker y sus filibusteros, el presidente Mora lo integr al estado mayor. Muri heroicamente el 20 de marzo de 1856 en la batalla de Santa Rosa. Al crear Mora el Cuartel de Artillera, como antes se mencion, Jos Manuel Quirs, Comandante del viejo Cuartel y, por ende, a quien deba Mora indirectamente su Presidencia, se molest por el nacimiento de aquella competencia en armas, que lo despojaba de su carcter de "gran elector". El 3 de junio de 1850, Quirs, con su hermano Juan Manuel, su primo Mximo Blanco, recin 13 ascendido a sargento mayor , y otros militares, se alzaron en armas, pero fueron capturados y declarados insurrectos, despojndosele a Quirs Blanco de su cargo en el Cuartel Principal. Aunque se les expuls 14 del pas, su exilio fue de corta duracin.Mximo Blanco Rodrguez Foto cortesa de Guillermo Aguilar Quirs

Retornando a la participacin de Salazar y Blanco en acontecimientos militares, cabe indicar que en octubre de 1848 se cernan serias amenazas de guerra con Nicaragua.

Las cuestiones limtrofes entre ese pas y Costa Rica haban generado un conflicto, ya que Nicaragua reclamaba la devolucin del departamento de Guanacaste, rechazaba que Costa Rica tuviese derechos sobre el ro San Juan, y a que nuestro gobierno construyese un camino hacia el Sarapiqu y Puerto de San Juan para facilitar el comercio por el Atlntico. Se supo que fuerzas nicaragenses estaban ya listas en la frontera para invadir el Guanacaste. Inmediatamente se orden al Coronel Alejandro Escalante salir para aquel departamento, acompaado del teniente coronel Jos Montero, y de los oficiales Lorenzo Salazar, Mximo Blanco, Julin Arias, Gorgonio Sibaja, Anastasio Caldern, Jos Mara Garro y Sacramento Escalante, para que organizasen las fuerzas en dicho lugar; todos los cuales salieron el da 27 de octubre de 1848.Afortunadamente, las hostilidades no llegaron a ms. El tratado bilateral Caas-Jerez suscrito el 15 de abril de 1858 dirimi lo relativo a Guanacaste, mientras que el diferendo sobre el Ro San Juan fue resuelto por la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, mediante un fallo emitido el 13 de julio de 2009 en que seal que Nicaragua mantiene plena soberana y sumo imperio sobre el ro San Juan, pero aclar que este pas no posee derechos ilimitados y que Costa Rica goza de derecho de navegacin 15. perpetua con fines comerciales.

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En aos subsiguientes, Blanco particip en otras acciones militares para desarticular otras intentonas contra gobiernos de turno. El gobierno de Jos Mara Montealegre, con fecha 24 de agosto de 1859, comunica el ascenso del general Lorenzo Salazar a general de divisin y del 16 sargento mayor Mximo Blanco a general de brigada. En un perodo de trece aos, desde que conjuntamente en 1846 intervinieron en la cada del gobierno de don Jos Rafael Gallegos, Lorenzo Salazar ostentaba el grado de coronel y era a su vez comandante de plaza y del Cuartel de Artillera; Mximo Blanco, por su parte, posea el grado de mayor y funga tambin como comandante del Cuartel Principal. Es notorio el progreso que en el curso de esos aos haban alcanzado en el escalafn militar ubicndose en los puestos militarmente clave de aquel momento (comandantes de cuarteles), desde donde podan, con base en su austera autoridad, manipular al grueso de la tropa ponindola al 17 servicio del sector poltico que ms los beneficiara. El 25 de diciembre de 1859 surge en San Ramn el descontento en contra de la administracin de Jos Mara Montealegre. El comandante de plaza Rafael Zarret haba enviado a la crcel a Toribio Zamora, Martiliano Segura y don Juan Mora. El Gobierno envi a San Ramn una tropa al mando del general Mximo Blanco para conjurar el movimiento. Los apresan y llevan a San 18 Jos a Ramn Zamora y Dionisio Rodrguez, indiciados en el movimiento. El 20 de enero de 1860, Prudencio Blanco, un general de origen colombiano, encabez una revuelta en Liberia, donde tomaron el cuartel y se dedicaron luego a capturar a las ms destacadas personas simpatizantes del rgimen de Montealegre. Don Mximo Blanco se apresur a enviar tropas para perseguir a los facciosos que huan hacia la frontera. Aunque hubo un respaldo para los rebeldes en Guanacaste, el resto del pas no respald a los conspiradores. El 18 de abril de 1860 se organiz otro esfuerzo para restituir a Mora en el poder. La fallida empresa que adquiri caracteres ms destacados que los anteriores, se conoce con el nombre de rebelin de la Soledad. El plan parece haber sido madurado por los jefes, que, segn los testigos declarantes, fueron, Domingo Mattey, Jos Augusto Mendoza, Manuel Antonio Bonilla y Crisanto Medina. El propsito ms inmediato de los rebeldes era llevar a la presidencia provisoria a don Manuel Mora Fernndez y como comandante a don Mateo Mora. Al amanecer del da 19 de abril el Gobierno estaba al tanto de la situacin, por lo que decidi enviar tropas al mando del militar Mximo Blanco. Estas llegaron hasta las cercanas de la Soledad y al grito de quin vive?, dado por los soldados de Blanco, todos huyeron capturndose apenas a don Florencio Castro y a Jos 19 Mora. Dejamos para otros apartes de este ensayo, por su trascendencia en el mbito nacional, las participaciones de Salazar y Blanco en la Campaa Nacional de 1856 y 1857 y en movimientos armados que se dieron durante 1868 y 1869 en nuestro pas.

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Captulo III Por qu hroes?La Campaa Nacional de 1856 y 1857 es la gesta ms gloriosa que libraron los costarricenses para defender con sangre y fuego su independencia, su soberana y su libertad. El conflicto blico, que involucr mayormente a Costa Rica y Nicaragua, tuvo dos etapas: la primera en marzo y abril de 1856, en que ocurrieron batallas en Santa Rosa, Sardinal y Rivas; y la segunda, denominada Campaa del Trnsito, que se llev a cabo de noviembre de 1956 a mayo de 1857. Los programas educativos en Costa Rica suelen limitarse al conocimiento por parte de los educandos de las acciones habidas en la batalla de Rivas, el 11 de abril de 1856, y del reconocimiento como hroe del soldado Juan Santamara, por su sacrificio y valor al prenderle fuego al mesn de guerra en esa misma batalla. Pero lo cierto es que Santamara es figura representativa de numerosos hroes que participaron en las distintas batallas que tuvieron lugar durante dicha Campaa. Una persona se convierte en hroe al realizar una hazaa extraordinaria y digna de elogio. En el hroe se encarnan las virtudes a las que los hombres aspiramos en cada momento de la historia. La condicin de hroe, por tanto, proviene tanto de sus acciones como del valor que los dems le otorgan. Lorenzo Salazar se destac principalmente en las batallas de Santa Rosa y Rivas, mientras que Mximo Blanco fue el protagonista principal de la Campaa del Trnsito. Sus nombres, al igual que al de otros hroes ahora olvidados merecen ser rescatados y recordados eternamente por la Patria agradecida. En este aparte, se procura hacer un repaso de los pasajes heroicos sucedidos en esos acontecimientos, destacando la participacin en ellos de Salazar y Blanco, tal como quedaron registrados en las narraciones memorables de nuestros principales historiadores. Comencemos, pues, con la batalla de Santa Rosa, hacienda ubicada en la parte noroeste de la 20 provincia de Guanacaste. Seccin I- La osada irrumpi en Santa Rosa El rgano superior de la Campaa lo constituy el estado mayor, liderado en lo poltico por el presidente Mora y en lo militar por el general Jos Joaqun Mora y por su segundo al mando de las tropas, el coronel Lorenzo Salazar, quien fungi como jefe de divisin. El 20 de marzo de 1856, los filibusteros, cuyo jefe supremo era William Walker, abogado, periodista, escritor, nativo de Tennessee, Estados Unidos de Amrica, se hallaban afincados en la hacienda Santa Rosa. Al ser las cuatro de la tarde de ese da, las tropas costarricenses, con el toque de degello, marcharon comandados por el coronel Lorenzo Salazar, quien con sus 280 hombres deba, formando un semicrculo hasta situarse al sur, atacar el frente y los costados de la casa; el capitn Jos Mara Gutirrez, con 200 hombres, tena que desplegarse por el costado izquierdo de Salazar y rodear la casa por el norte, tomando la loma que est atrs; la nica salida de escape para los filibusteros. Los dos caoncitos, dirigidos por el capitn Mateo Marn, acompaaban la retaguardia de Salazar. El escuadrn de caballera qued en el callejn de entrada, esperando que el enemigo fuera desalojado para atacarlo a campo abierto. Por ltimo, la tropa de Moracia, en nmero de 200, se mantuvo formada en el mismo callejn que la caballera, para resguardar la retirada en caso necesario.

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Los costarricenses arremetieron con tal coraje que a la primera y nica descarga general, obligaron a los filibusteros a refugiarse en la casa principal de la hacienda. Los caoncitos entraron en accin. El coronel Lorenzo Salazar se dispona a ordenar la quema de la casa de la hacienda, cuando Gutirrez y el coronel Jos Manuel Quirs con sus hombres la asaltaron y se apoderaron de ella. La casa fue invadida por todos lados, y los filibusteros, hallando salida por la loma, huyeron en tropel, y aunque perseguidos y diezmados por todas partes, lograron muchos escaparse.leo sobre tela, de Lilly Artavia, 1933. En: http://www.mcjdcr.go.cr/boletines/Sesquicentenario/sesquicen tenario.html

Segn concuerdan filibusteros y costarricenses en sus relatos, el combate de Santa Rosa, dur acaso unos catorce minutos, contados a partir del momento en que estuvieron a la vista ambas fuerzas. Y en esos diez minutos la tropa costarricense desaloj varios cientos de invasores; guarnecidos en una fortificacin que pareca muy defendible. Al finalizar la batalla, quedaron en el campo de accin 19 soldados costarricenses muertos y 31 heridos. Los filibusteros dejaron 26 muertos y 19 soldados fueron capturados. El resto, 255 soldados, huy en el transcurso de los diez minutos iniciales de la batalla, al observar que las 21 tropas costarricenses iban hacia ellos. Santa Rosa dio a los costarricenses la confianza en la victoria final y fue mulo para seguir adelante y llegar hasta Rivas, en donde se destac una vez ms nuestra determinacin de vencer. El nombre de Santa Rosa seala hoy la decisin inquebrantable de Costa Rica de derrotar y vencer a todo poder extrao que pretenda mancillar nuestra soberana y nuestra independencia. Seccin II-El sacrificio enalteci a nuestras tropas en Rivas El 5 de abril de 1856 arrib el presidente Mora con el grueso del ejrcito a la hacienda Santa Clara de Rivas. En esta hacienda dispuso don Juanito posesionarse de Rivas y, al mismo tiempo cumplir lo dispuesto en Peas Blancas: la ocupacin de la Virgen, en la costa occidental del Lago de Nicaragua, y San Juan del Sur, en el Pacfico. Peas Blancas est a unas ocho leguas de la ruta del Trnsito. La ocupacin de la va del Trnsito, en su parte terrestre, era importante no solo para evitar que a los filibusteros les llegasen refuerzos, sino tambin para tener bien protegida la retaguardia en caso de que nuestras tropas se vieran obligadas a retirarse. Para tales fines, al da siguiente, a las tres de la madrugada, trescientos hombres empezaron su ruta hacia San Juan del Sur, al mando de don Salvador Mora, quien llevaba como segundos a don Mximo Blanco y a don Federico Fernndez. Al da siguiente, 8 de abril, el batalln se encontraba cerca de la poblacin, donde haba una avanzada enemiga compuesta por unos once hombres. El mayor Blanco desmont de su caballo y mand a la fuerza prepararse, y al trote, o ms bien a la carrera, cay sorpresivamente sobre la avanzada e hizo presos a todos sus componentes.

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De la misma manera, Blanco y sus hombres entraron rpidamente en la poblacin, la cual fue ocupada sin que se disparase un solo tiro, pues el comandante de aquel puerto haba huido con su gente al enterarse de que tropas costarricenses se aproximaban. En la madrugada del 11 de abril, el coronel Salvador Mora y sus hombres salieron para Rivas. En el puerto quedaron las fuerzas al mando del mayor Mximo Blanco. Cuando aquellos llegaron a Rivas, ya haba comenzado la memorable batalla de ese da, en la cual tomaron parte. En las horas de la tarde, y como la batalla se prolongaba, se dispuso mandar a llamar al mayor Mximo Blanco y a sus 300 hombres para que viniesen a reforzar al grueso del ejrcito; el batalln de San Juan del Sur entr en Rivas poco antes de medianoche. Al da siguiente, se orden a Mximo Blanco regresar con 200 hombres a San Juan del Sur, pues era necesario dominar ese puerto, ya que Walker poda continuar recibiendo refuerzos procedentes de California, y porque tambin nuestro ejrcito deba ser reforzado con ms hombres y equipo. San Juan del Sur estuvo en posesin de los costarricenses hasta que nuestro ejrcito se retir del territorio nicaragense, debido a la peste del clera. Mientras tanto, el da 12, en Rivas, unos cuantos oficiales y soldados fueron reunindose a los toques de corneta alrededor del coronel don Lorenzo Salazar: y frente al Cuartel General solo vieron, a lo lejos, las tropas filibusteras que cruzaban la calle, para entrar por la esquina siguiente, al sur. El capitn Mateo Marn avanz su caoncito hacia la Plaza, con objeto de contenerlos, sin observar que por las calles del norte bajaban otras fuerzas filibusteras, que se apoderaron de unos de los caones. Marn qued herido y muertos sus soldados. Lo anterior motiv al coronel Lorenzo Salazar a salir del cuartel y con un grupo de soldados repeli al enemigo, en una tremenda carga a la bayoneta, protegiendo as el Cuartel General y el depsito de municiones. Con la llegada de otra columna de soldados, los costarricenses fueron ocupando lugares estratgicos, obligando a los enemigos a esconderse en las casas.

Batalla de Rivas del 11 de abril de 1856 leo sobre tela, de scar Vargas, 1982. En http://www.museojuansantamaria.go.cr/index.html

Rivas fue una batalla en que ninguno de los bandos en disputa result vencedor, ya que ambos optaron por ordenar su retirada. En la sangrienta refriega, el ejrcito costarricense tuvo 140 muertos y 231 heridos. Por su parte, las fuerzas de Walker tuvieron 86 muertos hallados en las casas, ms 150 cadveres que haban sido arrojados a los pozos de agua de la ciudad.

La contaminacin de las aguas, de la que bebieron los soldados costarricenses, dio inicio a la peste del clera, con lo que las bajas por esa enfermedad causaron 491 muertos ms entre 22 quienes lucharon en Rivas. Despus de siglo y medio de la batalla de Rivas, persiste en el recuerdo de los costarricenses un sentimiento de orgullo y renueva en las almas el fuego del patriotismo.

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Seccin III-La campaa del Trnsito: una estrategia brillante Desde el inicio de la Campaa Nacional, el presidente Mora tena muy en claro que era esencial tomar la va del Trnsito, cortar toda comunicacin con los Estados Unidos de Amrica e impedir que desde all le enviasen, por el ro San Juan y por el lago de Nicaragua, hombres y pertrechos a las tropas filibusteras de William Walker.

Fuente: La Campaa del Trnsito, de Rafael Obregn Lora

Con el apoyo de sus principales oficiales, entre los que se halla el coronel Lorenzo Salazar, fue elaborado un plan para la toma de todos los puntos de importancia militar colocados a lo largo del ro San Juan, a saber: el Fuerte de San Carlos, situado donde nace el Ro San Juan desde el Lago de Nicaragua; el Castillo Viejo, a medio camino entre el ro Fro y el ro San Carlos; y La Trinidad Aunque el general Jos Joaqun Mora tendra el mando superior del ejrcito para la ocupacin de la Va del Trnsito, se organiz una Divisin de Vanguardia, integrada por hombres valientes y decididos, quienes mediante la sorpresa y la audacia, se apoderaran de los vapores que se encontraban en dicho ro al servicio de los filibusteros. Blanco anota en su diario que a l se le design primer comandante de la Divisin de Vanguardia, pero que rehus el mando en razn de que no se senta capaz de emprender esa empresa, de manera que el presidente Mora nombr en ese cargo al teniente coronel Pedro Barillier. Este oficial haba tenido una deficiente actuacin militar en la batalla de Rivas. Tal nombramiento no oper en la realidad, ya que el presidente Mora le hara llegar a Blanco un sobre sellado, donde consignaba sus rdenes para que don Mximo asumiera la jefatura de la columna de vanguardia. Blanco, al asumir el mando conoca con propiedad el objetivo de aquella expedicin, que era de tal importancia, que habra de decidir los destinos de Centro Amrica. Una de las primeras acciones a efectuar era la captura de varios vapores que se encontraban en San Juan del Norte. Esta divisin [la de Vanguardia] se compona de dos compaas de ochenta soldados cada una y cuarenta gastadores; el armamento era la mayor parte de chispa y por consiguiente

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malo, pero en cambio la tropa fue escogida como la mejor. Tambin iban dos piezas de 23 artillera con su correspondiente tropa, pero sin ningn oficial que supiera de esta arma. Empieza aqu la gesta ms brillante del ejrcito de Costa Rica. Una incursin sabiamente planeada y, en especial, audazmente ejecutada por un puado de hombres que nunca haban visto un vapor en su vida. Su objetivo tomar los vapores que los filibusteros tendan en el ro San Juan y en el Lago de Nicaragua. Para ello se contaba con la destreza de Mximo Blanco y sus hombres. La 24 Divisin a cargo de Blanco se compona en total de 200 hombres. Los soldados iniciaron su marcha el 5 de diciembre de 1856 hacia Alajuela. Ah pasaron la noche y en la maana, tomaron rumbo a Muelle de San Carlos, llegando el da 9. El 16 de diciembre, las tropas costarricenses siguieron su travesa por el ro San Carlos. Al venirse una creciente por el ro, setenta hombres perdieron, adems de la embarcacin, sus armas y provisiones, decidiendo Blanco que continuaran a pie, mientras los otros botes seguan hacia la boca del ro. En primer trmino, tomaran La Trinidad. A las diez de la maana del domingo 21 de diciembre salieron todos de la boca del San Carlos, deslizndose en sus balsas por la corriente del San Juan. Un miedo aterrador se apoder de nuestros soldados en los primeros momentos de la partida, y no carecan de razn, porque en dnde haban visto jams vas navegables? Seran las ocho de la noche (del 21 de diciembre) cuando pas el vapor enemigo, que de San Juan se diriga al gran lago de Granada. A su vista, nuestros candorosos soldados exclamaron: Pos 25 hombre, qu bonito es el guapor. Cunta candelita! Parece un monumento! Blanco llevara 30 hombres por la derecha; don Joaqun Fernndez y Sylvanius Spencer dirigiran los restantes 100 hombres por la izquierda. Ese 22 de diciembre, Blanco se adelant para observar a los filibusteros. Mand cargar al trote con la bayoneta. En cuarenta minutos, Blanco, con la ayuda de Spencer y sus hombres, eran dueos de La Trinidad. Dejaron 30 hombres aqu y continuaron, en cinco botes, hacia San Juan del Norte, a la orilla del mar, para tomar los vapores. Cuando desembarcaron, en la madrugada, vieron a lo lejos tres vapores de la Compaa del Trnsito, y ms all, cerca de Punta Castilla, otro vapor. Al ser las cinco de la maana del 23 de diciembre, Blanco dio la orden de tomar los vapores, y nuestros soldados rpidamente se lanzaron al abordaje, escalaron la cubierta y se posesionaron de las embarcaciones. Los cuatro vapores tomados respondan a los nombres de J. Wheeler, Ch. Morgan, H.L. Bulwe y Machuca. Es de advertir que nuestra tropa, a causa del mal tiempo y tantos trabajos, hemos llegado sin ropa y hasta sin sombrero muchos, porque ya se haban podrido; de suerte que esta gente daba un aspecto lastimoso y al mismo tiempo horroroso, porque ms bien pareca una partida de bandidos que tropa organizada de un Gobierno. El que tena puesta una camisa no traa sombrero, y el que tena 26 pantaln, aunque roto y asqueroso, no traa otra cosa. El da 26 llegaron al Castillo Viejo. Se encontraba all el vapor J. N. Scott. Los costarricenses, que venan en el vapor Ch. Morgan se pusieron al lado de ese otro vapor. Blanco y sus hombres saltaron y se aduearon de l. Luego tomaron el castillo, sus guardas huyeron despavoridos. A corta distancia, en el raudal del ro Toro, se encontraba el vapor J. Ogden. Blanco le ofreci a un nicaragense una buena suma de dinero para que con tretas hiciera que el vapor se acercara al Castillo. La trampa dio resultado y el vapor fue tambin tomado. Al darse cuenta de que en el mismo raudal del Toro se encontraba anclado el vapor "Virgen", los soldados, yendo en el J. Ogden, rpidamente lo capturaron; era ste el ms pequeo de los vapores del Lago. Quedaba todava la toma del fuerte San Carlos, principal punto estratgico sobre el ro San 27 Juan.

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Los costarricenses partieron hacia el fuerte el 30 de diciembre. Blanco lleg a la explanada del fuerte. Entretanto, el vapor Ogden con el resto de la tropa costarricense se ubic frente al morro. Los filibusteros fueron sorprendidos con artimaas y no tuvieron ms opcin que rendirse. En poder de la vanguardia costarricense haba cado el ltimo reducto del ro San Juan. Ese mismo da 30, arrib el general Jos Joaqun Mora con refuerzos. Al recibir un reporte de las acciones tomadas, Mora le manifest a Blanco sentirse muy satisfecho de su desempeo, su coraje y audacia militar. Y dirigindose a las tropas exclam ahora es justo que las tropas 28 descansen y festejen el fin de ao como Dios manda! Cuando amaneci el da ltimo del, para Costa Rica, ao fatal de 1856, los vencedores costarricenses pudieron gozar de la vista de la gran parte del territorio nicaragense arrancado a la codicia del filibustero Walker. Cunta gloria para el mayor Blanco, poner a disposicin de su gobierno, llena de honra, la grande y difcil empresa que se le confiara contra el filibusterismo que por el norte amenazaba nuestra independencia y que ya ostentaba aires de triunfo pasendose en lujosos vapores sobre las aguas del San Juan! Cunta gloria, repito, poner en manos del General en jefe casi la tercera parte del territorio nicaragense, desde San Juan hasta las costas de Rivas y Granada! Al Norte, las costas de Chontales: al Sur, el gran lago al Este, la costa de los Caribes hasta 29 Tortuga. No es poca cosa. Loor eterno al jefe Blanco! Al da siguiente, primero de enero de mil ochocientos cincuenta y siete, despus de darse una gran fiesta con los vveres y licores de la guarnicin filibustera, el estado mayor costarricense en el Fuerte de San Carlos, comienza a planear sus siguientes movimientos. El vapor San Carlos era el ms grande y el ms rpido de todos los vapores en la Va del Trnsito. El 3 de enero de 1857, valindose de tretas, los costarricenses lo hicieron acercarse al fuerte. La tripulacin, cerradas las rutas de escape, tuvo tambin que entregar las armas. Con la toma del vapor San Carlos, la fuerza costarricense haba tomado el dominio completo sobre el ro San Juan y el lado sur del Lago. Costa Rica lograba as el control de la Va del Trnsito. Asimismo, a los filibusteros les quedaba totalmente cerrado el camino que les serva para comunicarse con el Atlntico y por el cual reciban constantes refuerzos. La ejecucin del plan, por parte de Mximo Blanco y sus tropas, aplicando una excelente estrategia, signific un xito rotundo para la expedicin militar que le encomendaron, pues cort definitivamente la entrada de pertrechos y hombres para el ejrcito de Walker. Junto a la batalla de Santa Rosa, en uno de los hechos ms bien ejecutados de la historia militar 30 costarricense. Al conocerse que los filibusteros pretendan retomar la Trinidad, el general Jos Joaqun Mora, ya incorporado en las acciones como Comandante en Jefe, envi a ese sitio al mayor Mximo Blanco con otros soldados, quien se encontr con un panorama desolador. Oh afliccin cuando me hago cargo de la fortificacin y conozco su disposicin: un callejoncito formado por dos trincheras de vstago de pltano, en veinte varas de largo y tres de ancho! El piso es un lodazal que pasa del tobillo, de provisiones nada, enfermos muchos y los que no lo estn parecen cadveres. La fatiga y privaciones tienen a estos hombres con dolor de estmago; tales son los semblantes que encuentro en los treinta hombres con que debo sostener el punto 31 contra 700. El 20 de enero de 1857, Blanco avis a sus jefes que la posicin era desastrosa y haba que cambiarla. El da 21 el General Mora traslad al coronel Barillier al Fuerte y nombr a Blanco primer comandante de la Trinidad. Con pocas provisiones, hombres enfermos y con el conocimiento de que los filibusteros tenan una fuerza superior en nmero, Blanco decidi el da 13 de febrero retirarse del fuerte y emprender con sus hombres la marcha tomando aguas

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arriba del ro Sarapiqu, llegando a Muelle el da 15 de febrero de 1857. Algunos por aquel tiempo trataron de oscurecer la gloria del mayor Blanco a pretexto de su retirada de la Trinidad; pero si lo consideramos en las circunstancias que se hallaba, lejos de merecer el menor cargo es digno de encomio Con solo quince tubos de rifle, ltimo resto del parque, hizo la retirada!32

Llegamos a San Jos [el 22 de febrero de 1857], nos recibieron con la banda en el paso de la Vaca, entramos a los cuarteles, dejamos las armas, nos tocaron fajina, y ni muchas gracias. Solo nos dijeron que despus se nos pagara el prstamo de toda la campaa. Tiempo de inmortal memoria para el Ejrcito de Costa Rica! Se presenta una cuestin de armas; se da la seal de Al arma!, se rene el ejrcito: se da medio escudo de habilitacin a cada soldado, poco ms a los oficiales; se marchan con un mal rancho y mal arreglada proveedura, a condicin de que cuando tengan hambre hagan su diligencia, sin saqueo. Amputan a un soldado o le inutilizan un miembro. Le quedan catorce reales de montepo para mantener tal vez media docena de hijos muy jvenes, y nadie para su vista en este infeliz. Tal 33 es la condicin de un militar en mi pas! El presidente Mora al ser informado por Blanco acerca de los motivos que lo forzaron a retirarse de La Trinidad, indic que todo era de su aprobacin, pues Blanco haba obrado conforme lo demandaban las circunstancias. Nada ha perdido usted de la buena opinin que siempre me ha merecido. Aunque en las semanas siguientes, Walker recibi nuevos refuerzos, todos soldados de excelente calidad y con magnfico equipo, la reconquista de la va del Trnsito les fue imposible. El 13 de abril de 1857, ms de trescientos cincuenta filibusteros fueron embarcados en vapores de guerra ingleses hacia el puerto de Coln y de all a los Estados Unidos. As en abril el ro San Juan qued totalmente en poder de los costarricenses y libre de la amenaza filibustera. La zona fronteriza en el San Juan era de Costa Rica y lo mismo la 34 comprendida entre el lago y San Juan del Sur. En veinte das de combates en desiertos cuajados de vboras, selvas espessimas, cinagas y pantanos; nuestros soldados, marchando a paso de vencedores, se haban apoderado de la Trinidad, Castillo Viejo, Fuerte San Carlos, San Jorge, Ometepe y Rivas, ocho vapores, dieciocho piezas de artillera, quinientos fusiles, y capturaron ms de cien enemigos, a los que se les dio generosa libertad. Sobre el ro de San Juan y el Gran Lago no iluminan los rayos del 35 sol otra bandera que la costarricense! En la Campaa del Trnsito, nuestras tropas tuvieron 191 muertos y 10 heridos, conforme lo indican el Libro de los muertos del padre Francisco Calvo y la lista de heridos elaborada por el 36 doctor Karl Hoffmann. Salazar y Blanco, dos hroes de la Patria en la Campaa Nacional, por el arrojo y la hidalgua que mostraron al defender su soberana de las huestes filibusteras comandadas por William Walker. Aunque presentes en toda la Campaa Nacional, Salazar se distingui por las valerosas acciones emprendidas en las batallas de Santa Rosa y Rivas, Blanco, mientras tanto, fue el hroe indiscutible en la ejecucin del plan estratgico que tuvo como objetivo apoderarse de los puertos y vapores en el ro San Juan y en el Lago de Nicaragua. Ambos fueron hroes porque en los momentos de ms angustia y zozobra, cuando la gavilla de mercenarios quiso apropiarse del territorio costarricense y de Centro Amrica, dijeron Presente, Costa Rica! Y unieron su valor al resto de soldados costarricenses para que nuestro pas alcanzara realmente su independencia y hallaran la paz sus compatriotas y sus futuros descendientes.

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Captulo IV Traidores, por qu?Una nacin se define como la entidad jurdica formada por los habitantes de un pas regido por el mismo gobierno. El ejrcito, por su parte, se califica como el conjunto de las fuerzas militares de una nacin. Finalmente, en un gobierno democrtico, la soberana, sea el poder supremo, reside en el pueblo. Si ese racionamiento lo contextualizamos en la Costa Rica de 1821 a 1870, la sucesin de hechos en el campo poltico y militar nos lleva a concluir que el poder supremo resida realmente en las familias poderosas del pas y que el ejrcito o fuerza militar era un instrumento, no del pueblo ni del gobernante, sino de la oligarqua imperante. Salvo la gesta emprendida en los aos 1856 y 1857, cuando el pueblo atendi las proclamas de su presidente Juan Rafael Mora y el mensaje de su obispo Anselmo Llorente y Lafuente, y march en un ejrcito expedicionario para defender la soberana de su nacin, al lado de los militares, que se aliaron con las clases populares; los conflictos polticos y militares habidos en el perodo antes dicho nos reflejan un escenario diferente, donde los militares han actuado preferentemente al servicio de las familias dominantes. Con la creacin del Cuartel de Artillera, en 1850, Mora intent disminuir la concentracin del poder militar y que los militares estuvieran directamente bajo las rdenes del presidente de la Repblica, sabia decisin que incluso, en un pas como Costa Rica que no tiene ejrcito desde 1949, fue retomada en nuestra Constitucin Poltica, la que, en su artculo 139, consigna como uno de los deberes y atribuciones exclusivas de quien ejerce la Presidencia de la Repblica, Ejercer el mando supremo de la fuerza pblica. Sin embargo, dos hechos sobresalen en nuestra historia de movimientos armados contra los gobernantes de turno: 1) los cambios de mando fueron impulsados por las familias dominantes, en especial la oligarqua cafetalera presente a partir de 1843, para situar en el poder a jefes de estado y presidentes que protegieran sus intereses de grupo: y 2) Los mximos lderes militares, como lo fue el capitn Jos Manuel Quirs Blanco hasta 1850 y Salazar y Blanco, de 1850 a 1869, carecan de ambicin de puestos polticos; de haberla tenido, cualesquiera de ellos podra haber sido jefe de Estado o presidente de la Repblica en algn momento. Ahora bien, los pueblos, en general, no reaccionan ante las virtudes o defectos que posea un gobernante como persona, sino ms bien a los alcances positivos o negativos de las medidas que aplique. Sendas disposiciones tomadas por la administracin Mora Porras entre julio y diciembre de 1858, provocaron fuerte repulsa en la lite y en las clases populares, pero mejor comentarlas en detalle. Con un convenio suscrito entre don Crisanto Medina Blanco, comerciante de origen espaol, nacido en Argentina, y don Jos Mara Caas, en representacin del Gobierno, se establece el 1 de junio de 1858 el Banco Nacional Costarricense, denominado luego Banco Nacional de Costa Rica, pero conocido popularmente como Banco de Medina. Inicia sus operaciones el 15 de junio de ese ao con un capital de 42.000,00 pesos, del cual 12.000,00 pesos eran aportados por accionistas y 30.000,00 pesos en letras financiadas por el Gobierno. Con la fundacin de ese primer banco en Costa Rica, la oligarqua cafetalera, principal prestamista de los pequeos cafetaleros, a un inters de usura, se sinti amenazada por la evidente disminucin de sus ganancias y, por ende, con el fortalecimiento del podero econmico y poltico de Mora. Con la fuerte oposicin de la clase dominante y tambin por 37 errores administrativos, dicho banco cerr sus puertas el 31 de marzo de 1859.

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Durante el ao 1858, Mora haba adquirido algunas tierras comunales y municipales para reponer sus fincas de caf y agrandar sus haciendas azucareras. El presidente mostr su astucia para obtener algunas de las mejores parcelas de las tierras comunales de Pavas, por medio de irregularidades en los procedimientos del remate. Tambin, el presidente Mora logr adquirir una cantidad considerable de tierras comunales a mediados de 1858 por medio de un decreto municipal de la ciudad de Alajuela que orden la divisin en parcelas y el remate pblico de dos potreros municipales, uno llamado Nuestro Amo y el otro denominado Salitral. Las irregularidades en torno a la venta de las tierras comunales y 38 municipales de Pavas y Alajuela elevaron voces de oposicin en los crculos de la lite. Otra medida que enardeci los nimos, pero esta vez del pueblo, tuvo su origen en un decreto de fecha 6 de agosto de 1858, en que el Gobierno quedaba autorizado para disponer de ciertas porciones de tierra de los barrios al este de la capital, que seran revaluadas y puestas a la venta. Los propietarios legales de esas tierras, otorgadas por las autoridades coloniales espaolas en 1768, era un grupo de vecinos de San Jos. Exista un ttulo de propiedad colectivo, posedo mayormente por milicianos, pero adems por algunos miembros de la lite, como don Vicente Aguilar. Con el auge del caf, tales tierras haban adquiridos precios significativos. La orden produjo un enorme malestar entre los ocupantes, ya que derivaba en la expropiacin de sus parcelas. Los pueblos se violentaron y conatos de una guerra civil otearon el horizonte. Una ulterior disposicin caus fuertes reacciones en un pueblo eminentemente catlico como el costarricense: el decreto del 23 de diciembre de 1858 en que se dispuso la expulsin fuera del territorio nacional y a perpetuidad del obispo Anselmo Llorente y Lafuente. Mora crea que la Iglesia Catlica estaba instigando un clima de subversin, adems de que exista un grave distanciamiento con el obispo Llorente, surgido por un impuesto impulsado por Mora para gravar varios curatos y as para aumentar los exiguos fondos del Hospital y del Lazareto, y un roce del gobernante con un sobrino del obispo, don Francisco Mara Iglesias Llorente, por su 39 presunta participacin en una conjura ocurrida en junio de 1856 contra Mora. Don Cleto Gonzlez Vquez, historiador de altos mritos, escribi: Mora se cubri de gloria ciertamente (con la Campaa Nacional); tambin se llen de soberbia y ambicin. Hubiera l declinado su segunda reeleccin y dejado a los pueblos elegir un sucesor al terminarse su perodo, y se habra agigantado tambin desde el punto de vista de la poltica interior, se habra economizado una pgina dolorosa de nuestra historia particular y su nombre aparecera sin mcula. El deseo de seguir mandando lo perdi; y lo que pudo ser para Mora y Costa Rica brillo deslumbrador se troc despus en mancha y sombra lamentable, seguida de 40 descrdito y lgrimas. Mora haba sido elegido en 1849 y para 1859, ya con diez aos de ejercer su cargo, tena la posibilidad futura, establecida en la constitucin, de reelegirse por seis aos ms. Seccin I-Los sucesos de agosto de 1859 Todos los hechos descritos anteriormente sirvieron de prembulo al golpe de estado del 14 de agosto de 1859, promovido por la oligarqua cafetalera contra uno de sus miembros, el presidente Mora Porras, quin tena un fuerte poder econmico y, a la vez, se haba fortalecido como jefe de estado en diez aos de ocupar ese alto cargo. Como jefe militar de los rebeldes, figur el coronel Lorenzo Salazar Alvarado, entonces comandante de plaza de San Jos, secundado por el mayor Mximo Blanco, jefe del Cuartel Principal. El movimiento de cuarteles fue apoyado por los ms prominentes ciudadanos, quienes en un manifiesto publicado el mismo 14 de agosto, desconocan a don Juan Rafael Mora en su calidad de jefe supremo de la Repblica; agradecieron al coronel Lorenzo Salazar, por haber roto las cadenas y salvarlos milagrosamente de la abyecta esclavitud en que el opresor los

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haba sumido; y nombraban como presidente provisorio al seor doctor don Jos Mara Montealegre, a quien se le confieren amplias facultades, mientras reunida la representacin de 41 los pueblos se eligiera la persona que debe desempear en propiedad este alto encargo. Se dispuso adems hacer salir del territorio a los seores don Juan Rafael Mora, don Jos Joaqun Mora, don Jos Mara Caas y don Manuel Arguello, a quienes se les concedera toda 42 clase de garantas en sus personas y bienes. Una vez detenido el presidente Mora, el general Lorenzo Salazar se encarg personalmente de su custodia, pues tema que hubiera una contrarrevolucin. El golpe fue el producto de un choque de oligarquas en la que Mora y su grupo llev la peor parte. La cada de Mora, hroe de la lucha contra los filibusteros, fue el desenlace de un conflicto entre los grupos que constituan la oligarqua cafetalera. Los conflictos polticos se resolvan por medio de golpes de cuartel, la nica manera de asegurar la alternabilidad en el poder. En efecto, don Juan Rafael Mora haba llegado al poder en 1849, despus de la renuncia del doctor Jos Mara Castro (1847-1849), y en 1853 terminaba su perodo de gobierno. Las elecciones presidenciales fueron fraudulentas; don Juan Rafael Mora fue reelegido por abrumadora mayora. Antes de terminar su segundo mandato, Mora se hizo reelegir en las elecciones de abril de 1859. Al imponer su nombre en estas elecciones, el presidente Mora dio motivo para que sus enemigos, que eran muchos y poderosos porque formaban parte de 43 las familias ms ricas del pas, se decidieran a lanzarlo fuera del poder. El coronel Salazar, en su condicin de comandante en jefe de las fuerzas armadas, divulg, el mismo 14 de agosto, una proclama para conocimiento del pueblo de Costa Rica, manifiesta que sirvi y apoy a Mora con toda fuerza y fidelidad, pero hoy que embriagado de un poder notoriamente usurpado, se lanza contra las personas violando sus ms sagradas garantas; hoy que ultraja y pisotea nuestra sagrada religin en la persona del venerable prelado de la Iglesia; hoy que ha puesto en venta muchas propiedades legtimamente adquiridas; que veja y atropella al pueblo a quien deber defender y proteger; yo no puedo permanecer impasible a tantos males; tengo que or el clamor universal y lanzarme a 44 poner coto a tanta maldad Como se observa, Salazar hace suyo el descontento de las clases populares por las medidas tomadas contra el obispo Llorente y Lafuente y contra la prevista venta de parcelas que gente del pueblo tena desde haca muchos aos al este de la capital, acciones que justificaban separar a Mora del poder y depositarlo en una persona digna y de toda confianza. A sus compaeros de armas, Salazar tambin les brinda una proclama con fecha 21 de agosto, en que les dice Que vuestras armas sean siempre el apoyo, la salvaguardia del Gobierno, establecido por la voluntad general y el azote de usurpadores tiranos. Hoy lo han sido del que elegido por la violencia notoria que ejerca sobre los pueblos, los sacrificaba a su codicia y su capricho. De otra manera jams os habra llamado a derrocarlo. Veinticuatro aos ha que soy soldado; nunca he faltado a mis deberes. Por el camino del honor, grados he obtenido en rigurosa escala; y sordo a la ambicin y al inters, no poda serlo al grito de mi patria 45 moribunda. El ejrcito, liderado en esta ocasin por Salazar era, sin embargo, un instrumento de la oligarqua econmica, de la cual, como antes se indic, don Juan Rafael Mora era un miembro prominente. Ciertamente, haba dos facciones en la lite; por un lado, Mora y sus allegados, y por el otro, los Montealegre, divididos principalmente en sus intereses polticos y comerciales. El grupo dominante, esta vez, los Montealegre impusieron su poder y logr atraerse a los militares. Como se indic, algunas medidas tomadas por la Administracin Mora coadyuvaron para que ese grupo contara tambin con el apoyo del pueblo. Mora sostuvo que los militares no fueron los autores reales del golpe sino unos pocos individuos facciosos que haban comprado las lealtades de los comandantes de los cuarteles

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de San Jos. La afirmacin de que los militares fueron intermediarios de la lite fue sustentada tambin por Lorenzo Montfar, un abogado guatemalteco residente en el pas en el momento 46 de la cada de Mora. En una declaracin ofrecida por el seor Atanasio Moya, sirviente del doctor Montfar, expres que ste dijo el 14 de agosto de 1859, fecha del golpe de estado: Oh!, qu valientes defensores de la patria, comprados por quince mil pesos; diez mil pesos para Salazar y cinco mil para el valeroso de Sotero; todo los de aqu, si ahora se les ofreciera otra cantidad, botaran estos y pondran otros de mandatarios; pero s juro que el atropellamiento que ese (refirindose a Sotero Rodrguez) ha hecho al presidente Mora, no se quedar riendo. En protesta suscrita por el presidente Mora, de fecha 21 de ese mismo mes, dice: La revolucin se ha hecho por un coronel llamado Lorenzo Salazar que se vendi por 10.000 pesos a los facciosos (Vicente) Aguilar, (Edward) Alpres, (Edward) Joy, (Julin) Volio, 47 (Francisco Mara) Iglesias y Ramn Molina, que fue el negociador con Salazar. Si bien las circunstancias pueden inducir a una persona a actuar contra sus principios, diremos que don Julin Volio (a quien se le atribuye ser el autor intelectual de la cada de Mora y quien pag a Salazar y Sotero Rodrguez, comandante del cuartel de Artillera, una cuantiosa suma por participar en el golpe de estado), fue, en palabras de un insigne historiador, liberal, jurista, demcrata verdadero, que en sus campaas contra (Toms) Guardia y contra la oligarqua aparece como un idealista valeroso que no se resigna a admitir ni siquiera temporalmente ni por las mejores razones- que se olviden las reglas de la democracia poltica. Volio tuvo como tutor a su to el Obispo Llorente y Lafuente, de quien recibi las mejores enseanzas que 48 fortalecieron sus principios morales y religiosos. Don Manuel Argello Mora, sobrino de don Juanito y testigo presencial de los hechos relativos a la cada de su to, manifiesta en sus escritos que perdidas las esperanzas de obtener el poder por la va legal de las urnas, la oposicin [esto, es el grupo de Montealegre] se resolvi a conspirar, seduciendo (algunos dicen comprando, mas eso no me consta) a dos de los jefes 49 militares que gozaban de la plena confianza de Mora (La negrita no es del original). En los distintos conflictos poltico-militares que sucedieron a partir de 1835, luego de la primera destitucin del jefe de estado don Jos Rafael Gallegos, el poder militar actu como elemento resolutivo de las diferencias que se producan entre las facciones de la lite u oligarqua econmica, inclinndose a apoyar a aquel grupo que estuviera ms cercano al clamor de las clases populares. No puede afirmarse entonces que Salazar y Blanco, participantes en numerosas conspiraciones, ya sea a favor o en contra del gobierno de turno, fueran personajes decisorios por s solos en el cambio de mando en el poder ejecutivo; ms bien, sirvieron de instrumentos de la oligarqua al sentir que el grupo dominante era la opcin ms favorable para atender un conflicto sin que hubiera serios derramamientos de sangre. Se trataba de controlar un mecanismo de alternabilidad en el poder de un miembro de la lite a otro miembro. Seccin II-La tragedia de setiembre de 1860 Despus de su derrocamiento, Mora emigra a El Salvador. Sus allegados le brindan esperanzas para recuperar el poder, por lo que, luego de un ao de permanecer en ese pas, toma la decisin de regresar a Costa Rica para retomar la presidencia. Enterado el gobierno de Jos Mara Montealegre que conoce los intentos de Mora, suspende las garantas individuales y ordena al general Lorenzo Salazar ir con sus tropas a tomar control de los pueblos donde se sospechaba que las milicias planeaban un levantamiento y bloquear el camino a Puntarenas para evitar la movilizacin de los sus partidarios. En la noche del 14 de setiembre, el militar y comerciante chileno Ignacio Arancibia se levant en armas, y luego de tomar la ciudad de Esparta, se traslad a Puntarenas, ocupando la plaza esa misma noche. En el sitio llamado La Angostura, los revolucionarios construyeron una enorme trinchera para hacerles frente a las tropas del gobierno, con 8 caones y 150 rifleros, adems del lado del estero colocan 5 lanchas artilladas.

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El general Mximo Blanco fue enviado a Puntarenas a la cabeza de tres batallones de 300 hombres cada uno y una brigada de artillera de 100 hombres para confrontar las fuerzas de Mora, quien haba llegado a Puntarenas el 17 de setiembre de 1860. Los moristas establecieron su cuartel general en el puerto y desde all enviaron rdenes a los hombres ubicados en dos puntos que eran estratgicos para la defensa de su posicin: el ro Barranca y el punto ms estrecho de la faja de tierra que conecta la pennsula con tierra firme llamado Angostura, donde los revolucionarios construyeron una enorme trinchera para hacerle frente a las tropas del gobierno. En la noche del 28 de setiembre, Mximo Blanco y sus tropas atacaron la trinchera en la Angostura y libraron un sangriento combate contra las fuerzas de Mora que dur varias horas.

Combate de La Angostura del 28 de setiembre de 1860 leo sobre tela, de Lorenzo Fortino, Dcada de 1860. En http://www.museojuansantamaria.go.cr/galeria%2C%20historia%2 C%20campana%20nacional%2C%20museo/

En ese enfrentamiento murieron cerca de 100 hombres y otros 100 fueron heridos. Don Juan Rafael Mora se entreg a las fuerzas del gobierno bajo la condicin de que se respetara la vida de sus compaeros. Conforme lo decidi un Consejo de Gobierno, Caas, al igual que Mora y Arancibia, sera pasado por las armas. Ante semejante mensaje, Blanco tuvo que verificar lo recomendado por el Gobierno, a pesar de que en el fondo estaba en entero desacuerdo con la medida. El 30 de setiembre de 1860 fue fusilado el ilustre prcer, quien mantuvo hasta el ltimo momento gran serenidad. A su lado fue fusilado tambin el militar Ignacio Arancibia. El da 2 de 50 octubre, y en el mismo lugar, sufri igual suerte el General don Jos Mara Caas. El sacrificio de Mora y Caas era innecesario y fue altamente perjudicial, no solo por el descrdito que trajo a Costa Rica, sino tambin porque sembr por largo tiempo odios profundos en una sociedad diminuta, que podra surgir y valer slo por la unin y concordia de 51 todos sus individuos. Don Manuel Argello relata un angustiante episodio que afront en la trinchera de la Angostura, cuando estuvo a punto de ser fusilado. Con la ayuda de Luis Pacheco, pidi se le escoltara, procurando que no lo mataran en el trayecto mientras llegaba al lugar donde estaba Mximo Blanco, para que este jefe lo salvara. Grandemente impresionado el general Blanco suplic a Francisco Montealegre que no ajusticiara a Argello, que ya se haba derramado demasiada sangre y no haba necesidad de ms escarmiento. Don Francisco hizo mil reproches al general Blanco, amenazndole con que sera juzgado en un Consejo de Guerra y castigado si no cumpla la ley de muerte al prisionero. Aunque Blanco se apart del lugar con su caballo, volvi a buscar a Argello; pero ya no era el tmido y afligido amigo. Don Mximo haba despertado de su letargo, recordando que l era y solo l el general en jefe. Orden se le liberara y se le trasladara al cuartel de la Aduana o de la Punta, con una escolta de tres soldados. Argello fue salvado de ser fusilado. A Blanco le sobraba siempre la buena voluntad, pero era naturalmente tmido y le impona la alta posicin 52 de Montealegre.

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Agrega Argello sobre Blanco: En anteriores artculos he dicho y repetir: que Blanco, aunque de grado inferior al del General don Lorenzo Salazar, siempre lo supedit en el aprecio y en las simpatas de amigos y enemigos. La fuerza armada en 1862 era dirigida por Salazar, general de divisin, como comandante general de la Repblica. Blanco era general de brigada, y slo era obedecido en un cuartel, pues era el comandante del Principal. Pero tanto las clases dirigentes como las masas del pueblo se avenan mejor con Blanco, porque en realidad, pocos hombres he conocido ms simpticos que l, y era un amigo del soldado a quien cuidaba como a sus hijos. De all provena que en el campo de la poltica el subalterno Blanco 53 tena mucha ms influencia que el jefe Salazar. Los sentimientos piadosos de Blanco se muestran en una comunicacin que el 3 de octubre de 1860 dirigi a Lorenzo Salazar, Comandante General: "Tambin le dir que si no fusilamos ms, fue porque la captura de todos esos que le remit fue al da siguiente, en que ya estbamos frescos y estragados de tanta sangre, y sobre todo porque esos miserables secundarios no son tan criminales y nos desacreditara una fusilacin tan grande; y a ms da mucha lstima ver a un hombre suplicando con tanta ternura que le perdonen la vida; la vida, una cosa tan grande que nosotros no podemos hacer con la facilidad que podemos desbaratar; y si con matarlos a todos pudiramos resucitar, no digo a P, un soldado, le aseguro que los hubiera fusilado; pero ya es temeridad tanto matar, sin provecho porque la utilidad est en fusilar a los que se fusilaron. Creo que es concluido 54 todo; me parece que ya tendremos paz, porque se acabaron los jaques". Con fecha 2 de noviembre de 1860 y editado en El Salvador, se public un Testamento del General D. Mximo Blanco revelando al mundo civilizado los verdaderos acontecimientos que tuvieron lugar en Costa Rica desde el 14 de agosto del ao pasado, hasta los asesinatos cometidos en Punta-Arenas en las ilustres personas del Capitn general don Juan Rafael Mora y General Don Jos Mara Caas, a fines de setiembre y principios de octubre del presente ao. En dicho documento se ofrece una versin de los sucesos de agosto de 1859 y su autor manifiesta a los Pueblos todos de Centro Amrica! : humillado y confundido, os suplico perdoneis el escndalo que os he dado y no recordeis mi nombre para maldecirlo Compadeceos de m en vez de abrumar mi infeliz memoria con el baldnImitad al Redentor, a ese Dios agraviado que vosotros, que al ver mi dolor y al or mis splicas me abrir los brazos y me perdonar. En una reproduccin hecha por el Museo Histrico Cultural Juan Santamara, de diciembre de 1999, su presentador don Ral Aguilar Piedra, consigna que el documento es apcrifo. Agrega que en conversacin reciente, el Dr. (Carlos) Melndez manifest que la autora de ese documento ha sido atribuida al escrito Manuel Argello Mora, sobrino del presidente don Juan 55 Rafael Mora Porras, quien haba tenido gran amistad con el Gral. Blanco Rodrguez. Blanco en ningn momento de sus restantes veintisis aos de existencia, a partir del ao en que se public ese documento, confirm que fuera de su autora y un documento se atribuye a un autor por una confirmacin de su parte o por pruebas fehacientes que lo indiquen, las cuales en este caso no hubo. No es dable atriburselo al general Blanco porque no lo haya desvirtuado. El estilo ceremonioso y afectado, as como las expresiones ampulosas, cargadas de religiosidad, del documento, distan mucho de aquel usado por el general Blanco en el Diario que escribi sobre la expedicin al ro San Juan, en que, junto con sus hombres, vivi una de las pginas ms angustiantes y peligrosas de su carrera militar, donde bien pudo recurrir a expresiones semejantes y no lo hizo. Acorde a ello, no insisto en el anlisis de este documento, pues me adhiero a la tesis del doctor Melndez de que no lo escribi el general Blanco.

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Salazar y Blanco, dos hroes de la Campaa Nacional, pero tambin instrumentos de la oligarqua econmica, cumplieron su papel como militares al servicio del grupo dominante. No se puede afirmar que traicionaron a Mora, o bien que atentaron contra los intereses supremos de la patria, sino que actuaron conforme los mecanismos del poder, en cuanto a brindar su apoyo a la faccin de la lite y a los intereses populares que, acorde con las circunstancias, demandan un cambio de mando. La responsabilidad del fusilamiento de Mora y Caas es propiamente del gobierno de Montealegre. Estos hechos oscurecen su administracin y marcan con sello indeleble an sus realizaciones positivas. La historia esfumando los muchos mritos de su administracin, har resaltar el drama de setiembre y octubre de 1860. Esta es la pgina ms negra en la historia de 56 Costa Rica: siglo y cuarto despus todava la recordamos avergonzados. Seccin III-Despus de Montealegre Concluido el perodo de Jos Mara Montealegre el 8 de mayo de 1863, fue electo Jess Jimnez Zamora por un perodo de tres aos. Se acercaba la fecha ya citada y se tema que hubiera disturbios generales con motivo de las elecciones. La paz del pas estaba en manos de tres hombres: don Francisco Montealegre, el general Mximo Blanco y don Manuel Argello Mora. Deba ponerse fin a las divisiones polticas que haban despedazado el pas en los ltimos cuatro aos. Estaba el partido gobiernista decidido a ceder parte de sus ventajas, si los moristas, actuaban igual. El propsito era buscar un hombre nuevo, una persona neutral de los bandos en disputa. Todos estuvieron de acuerdo en que ese hombre era el licenciado don Jess Jimnez Zamora, quin asumi el cargo el 8 de mayo de 1863 y gobern hasta el 8 de mayo de 1866. Terminado su perodo presidencial, los electores escogieron como sucesor al doctor Jos Mara Castro, el cual en su segunda administracin, al igual que don Jess Jimnez lleg a la presidencia con el apoyo de la familia Montealegre, que controlaba las fuerzas polticas e impona su criterio a los generales Blanco y Salazar, quienes, sin embargo, garantizaron su respaldo al grupo de moristas que lideraba don Manuel Argello Mora, para que el Doctor Jos Mara Castro Madriz fuera el sucesor de don Jess Jimnez. A corto plazo, aquellos que haban colaborado para ubicarlo en la primera magistratura dejaron de brindarle su apoyo. Blanco, luego de conocer la integracin del gabinete, ratific un sentir suyo que haba mencionado antes de las elecciones, en cuanto a que el doctor Castro era un excelente amigo en lo particular, pero que una vez arriba abandonaba a sus amigos para ganarse a sus enemigos. Seccin IV-El episodio de noviembre de 1868 El 1 de noviembre de 1868 los militares Blanco y Salazar se pronunciaron, desconociendo al doctor Jos Mara Castro, por haber l quebrantado, dijeron, sus juramentos y roto la Constitucin, imponiendo una candidatura presidencial que los pueblos repugnaban. Y ante el peligro de que se consumase la imposicin y de que corriera de nuevo la sangre de hermanos, recurrieron a dar el golpe de estado, a echar abajo la Constitucin y llamar en calidad de Jefe Provisorio a don 57 Jess Jimnez, que mereca la confianza de toda la ciudadana. En otro comunicado a los pueblos de Costa Rica, de 8 de noviembre de 1868, los generales Salazar Blanco sealan enfticamente que Nuestra primera obligacin era poner el sagrado depsito de los Poderes pblicos en manos de un ciudadano digno, caracterizado por la Nacin, y cuya prudencia y rectitud infundiesen plena confianza a los pueblos y a diferentes partidos: escogimos al seor Lic. don Jess Jimnez, porque a estas circunstancias rene nuestra entera confianza, y obsequiando al mismo tiempo el voto de la Representacin Nacional que lo elev al honroso puesto de Primer Designado para ejercer el Poder Ejecutivo.58

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En un nuevo manifiesto suscrito nicamente por el general Lorenzo Salazar, de fecha 25 de noviembre de 1868, ste expresa: El entusiasmo con que el cambio fue acogido por todos los pueblos; la tranquilidad y el buen orden con que se verific, sin que se cruzase ni una sola injuria entre los individuos de los partidos y sin que hubiese sido necesario arrestar a persona alguna; los benficos resultados que hasta hoy ha producido; y las demostraciones de gratitud que he recibido y recibo de personas de todas clases, y an de partidarios decididos del Dr. Castro y de la candidatura Volio, son los argumentos ms incontestables que pueda hacer en 59 favor de mi conducta como hombre pblico. Blanco y Salazar hicieron durante su carrera militar en nuestro pas lo que todo lder al servicio de las armas sola hacer y crea que era su deber hacer: apoyar al grupo dominante de la lite cuando surgan intereses polticos, sociales o econmicos que procuraban efectuar un cambio de mando en el poder ejecutivo de Costa Rica. Servir como instrumentos de la oligarqua econmica en sus aspiraciones de mantener el control sobre el gobierno de la Repblica. Y brindar ese apoyo a ese grupo y no exclusivamente al gobierno de turno ni al jefe de Estado o presidente de la Repblica. Seccin V-La muerte del pretorianismo Con el respaldo de los generales Blanco y Salazar, retorna don Jess Jimnez al poder. Salazar, aliado a los Montealegre, tena al principio reticencias para apoyar a Jimnez. No obstante, el general Blanco, gracias a la influencia que sobre l tena, lo convenci finalmente de otorgar su apoyo al nuevo gobernante. Ironas del destino! Fue este gobierno, y en especial su ministro de Guerra don Eusebio Figueroa, con el aval de los miembros del poderoso grupo agroexportador, el que asumi la responsabilidad de dar la estocada de muerte a la influencia poltica abusiva ejercida por un grupo militar. El pretorianismo comenzaba a morir; la democracia daba sus primeros pasos en Costa Rica. Figueroa organiza primeramente las milicias nacionales y el 10 de diciembre de 1868 decide atribuirse el ttulo de Comandante General, cargo que hasta ese momento haba ejercido el General Salazar, lo cual molesta a este militar hasta el punto que opta por presentar su renuncia, la cual dice as: Excelentsimo seor Presidente de la Repblica: Lorenzo Salazar, General de Divisin y Comandante General del Ejrcito de la Repblica, ante vuestra excelencia respetuosamente digo: Que a mis intereses conviene retirarme del servicio pblico para ocuparme exclusivamente de mis negocios particulares, y en tal virtud a vuestra excelencia suplico se sirva admitirme la renuncia que formalmente hago del servicio activo de las armas en mi calidad de Comandante General protestando no obstante al Supremo Gobierno, que en todo caso en que se crea que mis servicios sean necesarios para el apoyo del Gobierno y sostenimiento de las legtimas autoridades, estar pronto a prestar de muy buena voluntad, ya como soldado, ya como simple ciudadano. San Jos, Diciembre 10 de 60 1868E S. P. de la R. (f.) Lorenzo Salazar". Tal renuncia no fue resuelta ni por la Presidencia de la Repblica ni por el Ministro Figueroa. Al comenzar 1869, Salazar quiere aprovechar el descontento popular contra el rgimen de Jimnez, pero antes de poder levantar al pueblo, el ministro Figueroa le obliga en febrero de ese ao a presentar la renuncia en el servicio activo de las armas. Con l, otros militares que le apoyan, tienen que retirarse tambin del ejrcito. Tales renuncias son aceptadas por el ministro Figueroa.

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Firma del general Lorenzo Salazar

La renuncia de Salazar se consigna como sigue: "El infrascrito, General de Divisin del Ejrcito de la Repblica, viene ante V. E. a manifestar: que no convinindole continuar por ms tiempo en el servicio activo de las armas, renuncia del cargo de Comandante del Cuartel de Artillera; y espera de V. E... que le sea admitida esta renuncia.San Jos, febrero 5 de 1869. (f.) Lorenzo 61 Salazar".

En: ANCR. Guerra y Marina. No. 5694, Folio 35, 10 de diciembre de 1868.

No hubo de parte del ministro Figueroa una sola palabra de reconocimiento para el general Lorenzo Salazar. Con este primer paso, el grupo militar que domin al pas durante veintitrs aos iniciaba su cada. Blanco, al analizar en abril de 1869 la situacin imperante, renuncia tambin, al igual que sus ms cercanos colaboradores en las milicias de la Repblica. En ese mismo mes de abril, don Jess Jimnez es electo presidente de la Repblica por los procedimientos legales establecidos. Blanco en su renuncia, expresa lo siguiente: "Mximo Blanco, General de Brigada y Comandante del Cuartel Principal ante U. expongo: que demandando mis intereses el retirarme del servicio activo, a U. suplico se sirva recabar del Sr. Presidente de la Repblica la orden correspondiente; ofreciendo estar pronto a cualquier llamamiento el da que la Patria necesite mis servicios. Es justicia que espero. (f.) Mximo Blanco San 62 Jos, abril 6 de 1869". Contrario a la actitud que Figueroa asumi con el general Salazar, su respuesta al general Blanco fue la siguiente: "El Sr. Presidente de la Repblica ha visto con pena la solicitud que ha hecho U. por conducto de este Ministerio, pidiendo se le permita retirarse del servicio activo de las armas, por demandarlo as sus intereses. En consideracin a motivo tan justo el seor Presidente accede desde luego, no sin sentimiento, a los deseos de U, y me encarga darle las ms expresivas gracias a nombre del Supremo Gobierno por los importantes servicios que ha prestado a la Nacin en todas ocasiones. Por ltimo, al aceptar gustoso el ofrecimiento que U. hace de estar pronto a cualquier llamamiento el da que la Patria necesite de sus servicios, no duda el Sr. Presidente de la espontaneidad de la oferta y de que la cumplir con la mayor decisin.Aprovecho esta oportunidad para ofrecer a U. mi mejor 63 consideracin, (f.) Eusebio Figueroa". La lucha entre el Ministro de Guerra Eusebio Figueroa y los militares, no ha de verse como un conflicto de ndole personal entre ellos, sino como el producto de las fricciones y divergencias tan hondas que se produjeron en ese momento entre los grupos polticos civiles y los militares de la sociedad costarricense de mediados del siglo XIX, los cuales luchaban febrilmente por alcanzar la 64 hegemona en la direccin de los asuntos polticos del pas. En abril de 1870, los Montealegre pensaron nuevamente en el general Blanco para realizar un golpe de estado al presidente Jimnez Zamora, pero don Mximo ya no quera seguir participando en conspiraciones militares. Buscaba en sus pasiones agrcolas llevar una vida tranquila al lado de los suyos. Por ello, recomend al coronel Toms Guardia, comandante del cuartel de Alajuela, para que fuera ste quien llevara a cabo el golpe de estado del 27 de abril 65 de ese ao. Dicho golpe, el ms clebre de todos los golpes militares habidos en el pas, se

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concret con la toma del Cuartel de Artillera, ubicado en la cuadra donde actualmente se halla el Mercado Central de San Jos. Posteriormente, el general Guardia se apartara radicalmente de los Montealegre y emprendera un gobierno en que el ejrcito ya tendra a un general y presidente como su superior. El apogeo de la repblica liberal en Costa Rica haba comenzado. Los generales Salazar y Blanco cerraron para siempre las pginas de su carrera militar en la historia de Costa Rica.

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Captulo V En los das postrerosRetirado del servicio activo de las armas en febrero de 1869, el general Lorenzo Salazar, entonces de 59 aos, se alej de toda accin militar y, posiblemente, se dedic a tareas agrcolas en su finca Las nimas, ubicada en el barrio de la Uruca, en terrenos de lo que hoy es la Ciudadela La Carpio, antigua Finca Las Cajas. Sus ratos de ocio o de esparcimiento los pasaba al lado de su familia, en la casa que habitaban en el distrito de El Carmen, sita 100 metros al norte de la Iglesia del Carmen, en la esquina 66 frente al terreno que ahora ocupa el Hotel Europa, en avenida 5 y calle central. A su muerte el 10 de setiembre de 1871, causada por disentera, lo sucedera su viuda Braulia Chacn Ulloa y sus hijos Manuel Antonio; de 24 aos, soltero; Mara, de 23 aos, casada; Filadelfo; de 20 aos, soltero; Liboria Prxedes de Jess, de 19 aos, soltera; Carlos, de 15 aos, soltero; Francisco Jos, de 13 aos, soltero; Julia, de 12 aos, soltera; y Gerardo Salazar 67 Chacn, de 10 aos, soltero. En la cuenta de particin y adjudicacin de los bienes, efectuada ante el juzgado segundo civil y de comercio de la provincia de San Jos el da 10 de abril de 1872, se indica que la Hacienda Las nimas, legado de don Lorenzo, consta de 45 manzanas y posee una casa ubicada en ella. Son coadjudicatarios su viuda doa Braulia en el equivalente de 4.606 pesos y 75 centavos, la seorita Jess Salazar Chacn con 3.262 pesos y 92 centavos, Manuel Antonio con la coadjudicacin de 2.341 pesos y 53 centavos, y a cada uno de los hijos menores Jos Francisco, Julia y Gerardo la suma de 3.262 pesos y 92 centavos. Llama la atencin que a Carlos, Filadelfo y Mara, no se les consigna coadjudicacin alguna en la distribucin de bienes. Por su parte, el general de brigada Mximo Blanco continu como general en disponibilidad hasta el 7 de abril de 1873, en que se aprob una solicitud de su parte, de esa misma fecha, cuyos textos se anotan a continuacin: Excelentsimo Seor Presidente de la Repblica y General en Jefe del Ejrcito. Mximo Blanco, General de Brigada en disponibilidad al servicio del Gobierno, ante vuestra excelencia expongo: que siendo necesario salir de la Repblica, os sirvais darme mi retiro de dicho servicio. E S. G. P. San Jos, Abril 7 de 1873 (f.) Mximo Blanco. Firma del general Mximo Blanco.

En ANCR. Guerra y Marina. No. 6142, Folio 35, 13 de abril de 1873.

A su peticin, diose la siguiente respuesta: Despacho de la Guerra, San Jos, Abril 7 de Mil ochocientos setenta y tres. Concdese al seor General Don Mximo Blanco el retiro que solicita, dndosele las gracias por la importancia de los servicios que ha prestado al Gobierno i que este sabe estimar. Comunquese El Secretario en Ejercicio en el Despacho de la Guerra (f.) Francisco 68 Antonio Pinto. Don Mximo se identific desde entonces como agricultor. No volvi, a partir de esa fecha, a participar en movimientos polticos ni militares. Su mayor placer de seguro era descansar al

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lado de sus hijos en su casa en San Jos, situada en el Distrito del Carmen, en una de las esquinas que formaban las calles de Carrillo y del Laberinto, sea 100 metros al este de la Iglesia del Carmen, en la avenida 3 con la calle 1, donde en la actualidad se sita un negocio 69 de Kentucky Fried Chicken. Fallece, a la edad de 62 aos, el 26 de julio de 1886, debido a una consuncin, es decir de un enflaquecimiento y demacracin progresivos, originada en una tisis o tuberculosis pulmonar. Su eterna compaera sentimental y madre de sus hijos, Brgida Mora Guilln, haba muerto el 7 de abril de 1867. Al morir don Mximo, le suceden sus hijos; Filomena, de 20 aos y casada; 70 Manuel, de 25 aos, soltero; Narciso, de 23 aos, soltero, Segunda, de 21 aos, soltera. Su bien ms preciado en su testamento: una espada de cruz, con puo de marfil, que lo acompa presuntamente en las distintas batallas que libr como hroe de la Campaa Nacional de 1856 y 1857.

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SEGUNDA PARTE

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Metodologa

R

ealizar un estudio genealgico obliga a consultar, al menos, dos fuentes primarias: el Archivo Arquidiocesano Monseor Bernardo Augusto Thiel (ABAT) y el Registro Civil de Costa Rica, en especial si el trabajo es extensivo a generaciones comprendidas en la segunda mitad del siglo XX y primera dcada del siglo XXI.

En el ABAT, se dispuso de los Libros Sacramentales de Bautismos y Matrimonios, ya fueran originales o microfilmados, desde 1870 hasta aproximadamente 1960. De valiosa ayuda fueron los ndices existentes para bautismos y matrimonios para gran parte de las parroquias costarricenses. Se revisaron tambin Libros de Confirmaciones de la Iglesia Catedral de San Jos Asimismo, se analizaron, para los aos de inters, los expedientes matrimoniales disponibles en el ABAT Para efectos prcticos, es recomendable primero observar los Expedientes Matrimoniales y Libros de Matrimonios, ya que de esa forma se conoce a partir de cundo pudieron ir naciendo los hijos respectivos y as localizar sus datos en los Libros de Bautizos. Adems de recurrir a la obtencin de certificaciones en el Registro Civil sobre nacimientos y matrimonios, se consult la base de datos que mantiene en lnea el Tribunal Supremo de Elecciones http://www.tse.go.cr/consulta_persona/menu.htm, para informacin sobre nacimientos, matrimonios, hijos registrados y defunciones de personas, la cual contiene, con algunas excepciones, datos sobre hechos acaecidos a partir de 1970 y hasta la poca actual. Dado que dicha base presenta omisiones, debido a que no se suelen consignar y cruzar los nmeros de cdula, fue preciso ahondar en la investigacin para tener certeza en los datos indicados en el trabajo genealgico. Cabe recordar que el Registro Civil tiene un sistema de codificacin para las provincias como sigue: San Jos, 1; Alajuela, 2; Cartago, 3; Heredia, 4; Guanacaste, 5; Puntarenas, 6 y Limn, 7. De manera que, al indicarse en este trabajo, por ejemp