los estudios legislativos y la cuestión bicameral - maría paula bertino

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  • 7/31/2019 Los estudios legislativos y la cuestin bicameral - Mara Paula Bertino

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    LOS ESTUDIOS LEGISLATIVOSY LA CUESTIN BICAMERAL*

    por Mara Paula Bertino**

    Los estudios sobre los bicameralismos han girado sobre dos ejes. Elprimero, el eje de la institucionalidad, se ve materializado en la aproxima-

    cin terica de Lijphart (1987 y 2000) que intenta la construccin de unatipologa de sistemas bicamerales asentado en dos dimensiones, la simetra yla congruencia, que permiten distinguir sistemas bicamerales fuertes o dbi-les. El segundo eje, que se contrapone en algn punto con el anterior, es elplanteado por Tsebelis y Money (1997), quienes modifican las dimensionesde anlisis de los sistemas bicamerales e intentan medir espacialmente losimpactos de las segundas cmaras en la produccin de la legislacin. Paraello, toman dos nuevas dimensiones, que se superponen con las propuestas

    por Lijphart. Estas son la dimensin poltica y la dimensin de la eficiencia.Y las mismas hacen referencia a la capacidad que tienen las cmaras de nego-ciar entre s. De esta forma, lo que los autores buscan es establecer cmoopera la teora de los actores de veto en los sistemas de doble cmara, supo-niendo a la vez que la aplicacin de las reglas internas de procedimientos decada sistema bicameral afecta la posibilidad de mayor o menor intervencinentre ellas. De esta manera, la existencia de comits, as como los mtodos devotacin y aprobacin de legislacin se convierten en elementos esenciales a

    la hora de distinguir cun fuerte o cun dbil es un sistema bicameral.A continuacin se presentan los dos argumentos que sostienen cadauna de estas miradas tericas sobre el fenmeno de sistemas bicamerales y seesboza una posible reconciliacin de miradas a fin de establecer teoras expli-cativas sobre el accionar de las legislaturas bicamerales.

    * Esta nota de reflexin es resultado de una estancia de investigacin en la Universi-dad de la Repblica, en Uruguay. La autora desea agradecer los comentarios y

    recomendaciones de Daniel Chasquetti , Miguel De Luca y Diego Reynoso.** UBA-CONICET-UNSAM. E-mail: [email protected].

    POSTData17, N1,Abril/2012, ISSN 1515-209X, (pgs. 195-207)

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    Arend Lijphart y el equilibrio de poder en los legislativos

    Frente a la preocupacin de establecer una tipologa que d cuenta de

    las diferentes democracias, Lijphart (1987) retoma los cuestionamientos so-bre la divisin y equilibrio de poderes en las legislaturas. De esta forma, yante la preeminencia de sistemas bicamerales en la mayora de los pases queobserva, se ve obligado a cuestionar la existencia de una segunda cmara y losefectos que la misma tiene sobre el equilibrio del gobierno.

    Partiendo del supuesto de que la existencia de una segunda cmaraafecta las relaciones entre Ejecutivos y Legislativos, pero que sobre todo, favore-ce al establecimiento de modelos de democracias diferentes, Lijphart definir

    la clasificacin de las mismas en funcin de cunto se concentra o se dispersa elpoder, y cmo esto afecta la construccin de democracias mayoritarias o deconsenso. Para tal fin intentar establecer relaciones entre la adopcin de legis-laturas bicamerales o unicamerales. Como resultado, sealar que los sistemasbicamerales generalmente se sostienen en pases con una alta densidadpoblacional, o bien en pases con sistemas federales1. Al mismo tiempo,influenciado a favor del establecimiento de democracias consensuales, estable-cer como fuertes (o slidos) los sistemas bicamerales que se encuentren

    razonablemente ms prximos al ideal de consenso y la separacin de poderes(Lijphart 1987: 105). De hecho, asocia sistemas unicamerales a modelos ma-yoritarios y sistemas bicamerales a modelos de consenso.

    Frente al desafo del autor de caracterizar los sistemas bicamerales,una primera distincin es la que se da entre primeras y segundas cmaras yque gira sobre cuestiones tales como duracin del mandato, renovacin totalo parcial de las cmaras y tamao de la legislatura. La generalidad de loscasos seala que las segundas cmaras suelen ser ms pequeas, con manda-

    tos ms extensos que los de la cmara baja y con renovaciones parciales yescalonadas. Estas tres caractersticas generan como resultado la constitucinde cuerpos ms pequeos y extendidos en el tiempo, y esto afecta el funcio-namiento de la segunda cmara, hacindola ms informal y relajada. Sinembargo, la concentracin sobre estas distinciones no da cuenta de la rela-cin que se establece entre cmaras bajas y cmaras altas, ni habla de lafortaleza del bicameralismo.

    1

    Segn sus anlisis, ser la variable de poblacin, ms que la de estructura descentra-lizada de poder, la que determine la existencia de sistemas bicamerales.

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    Para poder dar cuenta de la fortaleza de los sistemas bicamerales retomaotras tres caractersticas (que define como fundamentales) que terminarnpor construir dos dimensiones sobre las que analiza los sistemas legislativos.

    La primera caracterstica tiene que ver con los poderes constitucionales de lascmaras. Esto es, si ambas cmaras concentran similares poderes de veto, osi alguna de ellas (por lo general la primera cmara) tiene capacidad desobreponerse a las decisiones de la otra (por lo general, la segunda cmara).Otra de estas caractersticas tiene que ver con la legitimidad del mtodo deseleccin de los legisladores de cada cmara. Esta condicin se establece a finde distinguir aquellas legislaturas donde las cmaras altas se componen apartir de una seleccin basada ya sea en la herencia o en los appointments,

    como sucede en la Cmara de los Lores en Gran Bretaa, las que eligen a susmiembros de forma directa o indirecta va votacin popular2. Esto se debe,segn Lijphart, a que la legitimidad democrtica le otorga influencia polticareal y permite compensar en parte las limitaciones que pudieran existir ensus poderes constitucionales. Ambas caractersticas, poderes constituciona-les y legitimidad democrtica en la seleccin, apuntan a la definicin de ladimensin de simetra de las cmaras. El bicameralismo ser simtrico siambas cmaras cuentan con poderes constitucionales similares y son electos

    de forma democrtica. Mientras ms poderes constitucionales compartan3

    yse sustenten en mtodos democrticos de seleccin de sus miembros, enton-ces mayor ser el nivel de simetra del bicameralismo en cuestin.

    Otra de las caractersticas de los bicameralismos que Lijphart toma encuenta para establecer sus dimensiones es aquella que hace referencia a lossistemas electorales y la sobrerrepresentacin que estos pueden generar en lassegundas cmaras. Cuando los sistemas bicamerales eligen de forma similar

    2 Los sistemas de eleccin indirecta de los integrantes de las cmaras altas cuentancon algn tipo de legitimidad democrtica determinada por la legitimidad popularde los cuerpos que los seleccionan. Cuando una legislatura local, democrticamen-te electa, elige a su vez a los legisladores que los representarn a nivel nacional,transfieren parte de su legitimidad democrtica al legislador nacional.

    3 Sobre este punto, se parte de la idea de que pueden reservarse incumbenciaspropias para cada Cmara, o posibilidad de veto de una sobre la otra, o bienatribuciones especficas para el inicio de trmites legislativos. En tanto y en cuantoambas cmaras tengan prerrogativas de veto o modificacin de los proyectos, en

    tanto sean cmaras revisoras con capacidad de accin, entonces los poderes consti-tucionales son iguales, o levemente desiguales.

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    a los miembros de ambas cmaras, y no existe sobrerrepresentacin ni terri-torial ni poblacional en la cmara alta, se define como un bicameralismocongruente. Cuando, por el contrario, hay diferentes sistemas electorales

    para seleccionar a los legisladores que integran la cmara baja y la alta, ycuando en alguna de ellas hay sobrerrepresentacin de minoras o de territo-rios, es posible hablar de incongruencia.

    Sobre las modalidades de los sistemas bicamerales, Lijphart (2000)4

    establece un ndice de fortaleza del bicameralismo, influenciado por el tra-bajo de Tsebelis y Money (1997) que supone que la existencia de una segun-da cmara siempre afecta los resultados de la produccin legislativa. Asientaeste ndice en las dimensiones de simetra y congruencia sealadas previa-

    mente, y establece cuatro categoras: bicameralismo fuerte, semifuerte, dbily unicameralismo. Tambin distingue dentro de los bicameralismossemifuertes aquellos que son simtricos y congruentes de los que son asimtricose incongruentes. Este ndice oscila entre un mnimo de 1 y un mximo de 4,y sigue el esquema que se detalla a continuacin. En el mismo no figura lacategora unicameralismo, pero a fin de detallar todas las categoras quedasealar que la misma toma un valor de 1, aunque carece de las dimensionesde simetra o congruencia puesto que refiere a sistemas con una sola cmara5.

    Calificacin de sistemas bicameralessegn el ndice de Bicameralismo de Lijphart (2000)

    Si bien la construccin del ndice de bicameralismos es una contribucincentral para los estudios de las instituciones legislativas, el planteo de Lijphart no

    4 Ntese que la referencia es sobre Lijphart (2000). La edicin de Modelos deDemocracia que corresponde con esta referencia en una versin revisada de Lasdemocracias contemporneas(1987) en donde el autor incluye regmenes democr-ticos para ampliar su teora. Esta nueva obra incorpora algunas de las crticas reali-zadas sobre Lijphart (1987). Entre ellas, la crtica realizada por Tsebelis y Money(1997) que se describe y confronta ms adelante.

    5 En su estudio sobre 36 democracias, Lijphart identifica dos categoras intermediasque no desarrolla en su teora. Estas son intermedios entre el bicameralismosemifuerte y el dbil, representado en parte por sistemas como el de Gran Bretaa;y otro entre el bicameralismo dbil y el unicameralismo al que denomina sistema

    de cmara y media y que encuentra en Noruega. Si bien residuales, estas categorasafectan al ndice.

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    tiene intenciones explicativas. Siguiendo las afirmaciones del autor, sera posibleintuir que la fortaleza de un sistema bicameral recae en la posibilidad de dispersarel poder pero permitiendo llegar a consensos al momento de generar polticas

    pblicas. Sin embargo, en ningn momento es posible encontrar una definicinde fortaleza ms all de la definicin descriptiva que inaugura el ndice. Noqueda claro entonces si un sistema bicameral es fuerte porque una cmara con-trola la legislacin que produce la otra, o bien porque no lo hace y opera comosello de goma de la primera. O porque a partir de su existencia se logra mayorestabilidad de las polticas, o porque logra equilibrar el poder a partir de operarcomo freno conservador frente a la cmara baja.

    Al mismo tiempo, la construccin de la dimensin de simetra super-

    pone uno de sus elementos con los indicadores propios de la dimensin decongruencia. En tanto la congruencia de las cmaras se determina en parte apartir de la similitud en el sistema de seleccin de miembros para las cma-ras y se parte del supuesto de que las cmaras bajas son electas siempre deforma democrtica, un bicameralismo congruente supone no slo la eleccindirecta de la cmara alta, sino que tambin libre de la existencia de sobre osub representacin de sus componentes, y por ende, necesariamente la sime-tra de las cmaras en tanto mtodos de seleccin democrticos. La existencia

    de sistemas bicamerales congruentes pero no simtricos se explica entoncessobre la base de los poderes constitucionales, y no tanto sobre la legitimidadde origen de los legisladores. Por lo tanto, la variable del tipo de eleccin(democrtica o no) deja de tener el peso que el autor intenta darle desde sujustificacin para la inclusin de la misma como variable determinante. Enestudios posteriores que utilizan el ndice creado por Lijphart se intentancorrecciones sobre este punto. De hecho Llanos (2003) utiliza la variable delegitimidad democrtica como indicador de congruencia6.

    Este problema no es menor dentro de la teora de Lijphart. La justifi-cacin para la inclusin de la condicin de legitimidad en la eleccin dentrode la dimensin de la simetra trae aparejada una idea de salto explicativodentro de la teora sobre los sistemas bicamerales7. El supuesto de que lalegitimidad de origen de los miembros de las cmaras tiene la posibilidad de

    6 El trabajo de Llanos refiera a los sistemas bicamerales latinoamericanos, tiene unaaproximacin descriptiva y desagrega las variables planteadas por Lijphart parapoder categorizar los sistemas bicamerales en Amrica Latina

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    Se seala que el autor intenta un salto explicativo porque en su texto atribuye a lalegitimidad de origen de los legisladores la posibilidad de ponerse por sobre el

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    alterar las prcticas de los legisladores se pierde en la descripcin de los tiposde bicameralismos, y relega la posibilidad de incursionar en cuestiones talescomo la poltica intralegislativa, y las negociaciones entre cmaras.

    Por ltimo, si bien no es el objeto del autor, se pierde en esta tipologala posibilidad de preguntarse sobre el por qu de la segunda cmara. La justi-ficacin respecto a las variables poblacionales y federales no son lo suficiente-mente explicativas como para entender por qu los sistemas bicamerales si-guen funcionando y no son reemplazados por legislaturas menos complejas.

    Es en la confusin de estos trminos, entre otras cuestiones, en donde elplanteo de Lijphart deja espacio para las crticas que, entre otros, realizarn Tsebelisy Money (1997) respecto a su categorizacin de los sistemas bicamerales. Los

    intentos de reforzar la descripcin de Lijphart sern en gran parte los que impul-sen nuevos planteos respecto al anlisis de las legislaturas bicamerales, en la bs-queda de explicar cmo legislan los miembros de las cmaras, cmo se relacionanentre s y qu tipo de productos legislativos pueden extraerse de estas legislaturas.

    George Tsebelis y Jeannette Money:la economa poltica de la produccin legislativa en dos cmaras

    Partiendo del supuesto de que la existencia de una segunda cmaragenera un aumento en los actores de veto constitucionales, Tsebelis y Money(1997) plantean que la sola existencia de cmaras altas tiene incidencia enlos resultados legislativos, y por tanto calificar a los sistemas bicameralescomo dbiles sera cometer un error.

    Para explicar las implicancias de la existencia de las segundas cmaras,presentan un modelo que permite dar cuenta del impacto que una cmara

    tiene sobre la produccin de legislacin, en tanto capacidad efectiva de gene-rar polticas pblicas desde el parlamento. Y es desde esta mirada que losautores plantean, como primer punto, que la existencia de una segundacmara afecta el proceso legislativo y las estrategias de los legisladores8.

    indicador de prerrogativas constitucionales. De extenderse esta idea, podra inclu-so intentarse una explicacin referida al impacto que la simetra tiene sobre lafortaleza o debilidad de los sistemas bicamerales. Sin embargo, esta idea se mencio-na levemente, y no se desarrolla mucho ms, en ninguno de los dos textos citados.

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    No debe considerarse como menor esta afirmacin de los autores. La principalpreocupacin que recorre el libro tiene que ver con concebir no slo las diferencias

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    De hecho, esta afirmacin les permite sealar que el bicameralismodificulta la alteracin del status quo al generar un nuevo actor de veto; quereduce los desacuerdos de la legislatura y los partidos de mltiples dimen-

    siones a una sola; que la alteracin de los resultados legislativos existe inclusoen bicameralismos asimtricos (considerados dbiles por Lijphart) y que lasinstituciones que regulan la resolucin de los conflictos intralegislativos afec-tan la produccin legislativa.

    Remontndose hasta los principios de la teora poltica que sostienenla importancia de establecer sistemas bicamerales, los autores identifican dosdimensiones sobre las que, sealan, debera centrarse cualquier tipo de an-lisis que se pretenda realizar. Estas son las dimensiones poltica yde eficiencia.

    La dimensin poltica (o redistributiva) reconoce la existencia de interesesdivergentes entre las cmaras. En esta dimensin, las negociaciones, y sobretodo los resultados legislativos, favorecen a una de las cmaras y perjudican ala otra9. La dimensin poltica supone que las preferencias de cada cmarano pueden encontrar un punto de equilibrio y que por lo tanto una de ellasdebe sobreponerse a la otra a fin de lograr modificar el status quo.

    En el marco de esta dimensin aparece la cuestin de la representa-cin. Aun cuando ambas cmaras se sustenten sobre el mismo principio de

    representacin (sea el pueblo antes que las clases sociales o los grupos econ-micos) o sobre principios de representacin diferentes, la dimensin polticatrae a colacin la cuestin de la divisin de poder. Porque incluso sobre basesde representacin similares o iguales, la dimensin poltica permite la exis-tencia de un actor de veto real cuya funcin es la de equilibrar el poder. Estapremisa discute el supuesto de Lijphart respecto al impacto de la congruen-cia de los bicameralismos10. Tambin hay una crtica ms velada hacia el

    entre sistemas bicamerales, sino tambin la imposibilidad de comparar cmarasbajas de sistemas bicamerales con congresos Unicamerales. La existencia de unasegunda cmara afecta el comportamiento de los legisladores, y no sern las mismaspreferencias ni se dar el mismo juego de vetos en un sistema unicameral, o en unsistema bicameral, por muy dbil que pueda considerarse este ltimo. Para lajustificacin de esta mirada, vase la Introduccin a la Parte I de Tsebelis y Money(1997).

    9 Es por esto que la dimensin poltica puede ser llamada dimensin redistributiva(y de hecho, as lo hacen los autores).

    10 En la teora de Lijphart, los bicameralismos congruentes, ya sean simtricos o

    asimtricos, responden a las categoras ms dbiles de su ndice. Vase Lijphart(2000).

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    concepto de simetra en esta definicin de dimensin poltica. Si la dimen-sin poltica supone la existencia de divisin o balance de poder sin importarlas diferencias institucionales, entonces la simetra se convierte en una di-

    mensin que en s misma pierde sentido. No habra poderes constituciona-les que inhiban la existencia de esta dimensin.

    La segunda dimensin a la que hacen referencia los autores es la di-mensin de la eficiencia. Esta dimensin parte del supuesto de que ambascmaras tienen intereses o preferencias en comn. Ambas son capaces deacordar sobre ciertas polticas, y ante la definicin de una poltica ambasCmaras pueden acceder a un resultado que les sea favorable11.

    La dimensin de la eficiencia se concentra en analizar dos cuestiones:

    la calidad y la estabilidad de la produccin legislativa. Se parte del supuestoque los sistemas bicamerales logran aprobar legislacin de calidad y esa legis-lacin ser estable en el tiempo. El trmino calidad tiene significadossustantivos y procedimentales. Por un lado, mejorar la calidad en la legisla-cin en el marco de la teora democrtica supone un movimiento del statusquo que acerque el resultado a las preferencias de los representantes de laciudadana. La definicin procedimental supone que existen diversos me-dios para alcanzar una decisin, siendo el ms eficiente aquel que insuma

    menos costos. La principal preocupacin de los autores es demostrar que laexistencia de una segunda cmara afecta la produccin de legislacin enrelacin con sistemas unicamerales, haciendo ms difcil la alteracin delSQ, pero logrando esta ltima a partir de reducir los conflictos entre lascmaras a una sola dimensin. Para alcanzar esto ltimo, la distancia entrelas cmaras se convierte en un elemento importante. Mientras ms distantessean las cmaras (ms incongruentes dicen los autores) mayor ser la posibi-lidad de por un lado no alterar el SQ, y por el otro, una vez tomada la

    decisin del cambio, de centrar la discusin en una dimensin de conflicto.La reduccin de las dimensiones del conflicto tiene su explicacin en ladisminucin de actores individuales de veto. En este sentido, cuando laposibilidad de alteracin del SQ recae en sistemas bicamerales, el conflictose centra en la idea de take-it-or-leave-it. Las cmaras o bien acuerdan sobre

    11 En trminos de la teora de los actores de veto, la dimensin de la eficiencia permiteque los actores alcancen un equilibrio porque permite la generacin de un core(o enel caso de los bicameralismos, tambin de uncovered setsytournament equilibriums)

    de puntos de equilibrio que benefician a ambos, porque concretan las preferenciasde ambos. Vase Parte II de Tsebelis y Money (1997).

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    la alteracin del SQ, o no lo hacen. Si hay acuerdo, entonces la dimensindel conflicto es la dimensin de eficiencia. Si no lo hay, el debate se centra enla dimensin poltica.

    Asentados en el supuesto que establece que el bicameralismo contri-buye a centrar el debate y las negociaciones sobre una dimensin, los autoressealan que ser bien la dimensin de la eficiencia o bien la poltica la queprime al momento de tomar una decisin. Sostienen que la percepcin deimposibilidad de alcanzar un acuerdo por dos actores de veto (cmara alta ycmara baja) se ve reducida al centrar los debates en una de estas dos dimen-siones, que caracterizan a su vez, procesos de cooperacin (en la dimensinde la eficiencia) o de conflicto (en la dimensin poltica)12. Si el debate se

    centra en la dimensin poltica, las preferencias de una cmara (no necesaria-mente la cmara popular) se impondrn sobre la legislacin a producir, encontra de las preferencias del otro cuerpo. Mas cuando la negociacin seconcentra en la dimensin de la eficacia, ambas cmaras podrn ver sus pre-ferencias realizadas, o cuanto menos, alcanzar puntos de equilibrio en suspreferencias.

    En este marco, cabe destacar que Tsebelis y Money asignan a las re-glas institucionales internas un valor importante. La forma mediante la cual

    se alcanza una decisin en los sistemas bicamerales afecta al comportamientode los legisladores, e influye en la adopcin de una dimensin de debate ynegociacin. Esto es as porque la desconfianza y la impaciencia juegan unrol importante al momento de alcanzar una decisin conjunta. Bsicamente,estas variables institucionales tienden a reducir los costos de la toma de deci-sin. Superponer mtodos de decisin en sistemas bicamerales con urgen-cias o impaciencias por parte de los actores contribuye a encarecer el costo deinformacin, negociacin y de transaccin de las decisiones13. Combinados

    estos elementos con la impaciencia de las cmaras (o la prisa que tengan en la

    12 A esto es a lo que se refieren los autores cuando hablan de la reduccin de losconflictos a una dimensin.

    13 Esto es, mientras ms posibilidades otorguen los reglamentos internos de las cma-ras para la relectura y las revisiones, mientras ms demoras se generen en torno altratamiento de un proyecto por parte de la cmara revisora, en tanto no existanrestricciones que obliguen a las cmaras a tomar una decisin, el proceso de formu-lacin de un proyecto se encarece. Sumado a esto la impaciencia de los actores por

    aprobar el proyecto satisfaciendo sus preferencias iniciales, puede conducir a unasituacin de conflicto.

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    aprobacin de la legislacin cercana a sus preferencias) dar cuenta del poderrelativo de cada una de ellas.

    La propuesta terica planteada por Tsebelis y Money es sin duda

    integral, y permite dar cuenta de las cmaras como actores polticos. Sinembargo, descarta de plano la posibilidad de que las estructuras institucionalestengan mayores efectos sobre el comportamiento de las legislaturasbicamerales. En su planteo, la produccin legislativa de los sistemasbicamerales se reduce a juegos de veto con sus correspondientes jugadores ylos costos de cada accin, intentando alcanzar puntos de equilibrio parallevar a cabo polticas pblicas. Y an cuando es un aporte fundamental paraentender el comportamiento de los legisladores y de las cmaras como acto-

    res, no permite distinguir los efectos de las estructuras en la produccinlegislativa. Aun cuando retoman los mecanismos de votacin internos y losmtodos de resolucin de conflicto intracameral como variables explicativasdel comportamiento de las cmaras respecto a la seleccin de una dimensinde debate, descartan de plano la posibilidad de que estructuras institucionalesdiferentes tengan incidencia dentro de los procesos de negociacin y sancinde legislacin en sistemas bicamerales. La congruencia o la simetra, la formade acceder a las bancas e incluso las prerrogativas propias de las cmaras

    dejan de tener importancia en el marco de este desarrollo terico.El supuesto de la teora de Tsebelis y Money que establece la reduc-

    cin de las dimensiones de resolucin del conflicto de mltiples en unaCmara a nicas en sistemas bicamerales es criticado, incluso, desde la teoraformal. Esto se debe al uso que los autores hacen de la teora de juegoscooperativos y no cooperativos, que no permite desentraar en qu momen-to del proceso de negociacin de proyectos entre las Cmaras la lgica coope-rativa (y sus consecuentes refuerzos positivos) se quiebra para dar lugar a

    lgicas de negociacin no cooperativas14

    .

    14 Analticamente, no hay claridad en el planteo de los autores respecto al momentoen el que las reglas de juego pasan a ser no cooperativas. Si es necesario jugar conreglas cooperativas para alcanzar la unidimensionalidad del conflicto para el debateentre dos cmaras, no hay claridad respecto al momento en donde esas reglas pasan

    a ser no cooperativas y establecen la lgica de take-it-or-leave-it. Para ms crticasvase Laver (1999).

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    Crticas de Tsebelis a Lijphart

    La principal crtica que Tsebelis y Money tienen hacia la teora plan-

    teada por Lijphart se sustenta sobre sus dos dimensiones de anlisis. Enprincipio, sostienen que la dimensin de simetra/asimetra del poder nopermite dar cuenta de la influencia de las segundas cmaras en el resultadolegislativo. Incluso en bicameralismos fuertemente asimtricos, con escasopoder para la cmara alta, la sola existencia de la misma le confiere influenciasobre la produccin legislativa. Y esto se explica a partir de la idea de lareduccin de los desacuerdos a una sola dimensin.

    Y en segunda instancia, otra de las crticas que enfrenta Lijphart tiene

    que ver con la sugerencia de que la congruencia necesariamente implica igual-dad o similitud de preferencias entre las cmaras. Tal como se demuestra enel modelo planteado por los autores, la dimensin redistributiva o polticapuede manifestarse tanto en bicameralismos congruentes como incongruen-tes, propiciando procesos de conflicto, incluso cuando las bases de represen-tacin de las cmaras sean iguales o similares.

    Subyace a las crticas sobre el modelo de Lijphart la principal preocu-pacin de Tsebelis y Money, que tiene que ver con cargar valorativamente las

    configuraciones de sistemas bicamerales. Para estos autores, sealar que unsistema bicameral es fuerte supone una carga de valor que asegura que fuer-te es mejor. Esta fortaleza para Lijphart, puede intuirse, tiene que ver conla generacin de consensos amplios dentro de las legislaturas que permitenque las polticas pblicas aprobadas sean estables en el tiempo. Adems desuponer un balance de poder importante, en tanto los intereses de una c-mara no deben coincidir con la otra. La funcin de control en la legislacintoma importancia en este sentido, as como la estabilidad, y por supuesto, el

    equilibrio de poder.Por lo tanto, la fortaleza de un sistema bicameral en Lijphart suponela existencia de las dos dimensiones planteadas por Tsebelis y Money. Ladimensin de la eficiencia, en tanto los productos legislativos en losbicameralismos fuertes son estables y de calidad, y la dimensin poltica, entanto supone un proceso de frenos y contrapesos entre ambas cmaras. Pue-de que los sistemas se orienten a privilegiar una dimensin por sobre la otra,pero ambas se encuentran contenidas en la idea de fortaleza. Por lo tanto, lasdiferencias en las estructuras institucionales de las cmaras (su congruencia ysimetra) son irrelevantes si se tiene en cuenta que incluso en los sistemas

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    ms dbiles las implicancias de la existencia de la segunda cmara determi-nan resultados legislativos. Tal como lo demuestran los autores en sus anli-sis de casos, es posible observar que en sistemas bicamerales calificados por

    Lijphart como dbiles, los desacuerdos tienden a centrarse en una, y slouna, dimensin de conflicto.

    A pesar de tomar en cuenta estas crticas, Lijphart (2000) no eliminasino que complejiza el modelo de anlisis de sistemas bicamerales. Tan sloestablece como vlida la presuncin (comprobada en los ejemplos empricosde Tsebelis y Money) de la importancia que reviste la existencia de unasegunda cmara en los resultados legislativos. Y modifica las categoras a finde no desestimar la influencia de las segundas cmaras all donde se combi-

    nan condiciones de asimetra con incongruencias, o simetras y congruen-cias. Pero los sistemas bicamerales asimtricos y congruentes siguen repre-sentando en su modelo ejemplos de bicameralismos dbiles. Por lo que lapresuncin de la reduccin de los desacuerdos a una dimensin de conflictono es retomada por este autor.

    Resta entonces preguntarse por la validez de la categorizacin debicameralismos elaborada por Lijphart, dado que la misma, pese a ser descrip-tiva, no pierde validez en el mbito acadmico. Y que incluso desde los planteos

    de Tsebelis y Money no se ha intentado superar esta brecha. Tiene sentidoentonces hablar de bicameralismos fuertes o dbiles? Deben concentrarse losestudios en estas categoras? O deben avanzar hacia estudios que refuercen laidea de las dimensiones en conflicto como explicaciones de los resultados legis-lativos? Pareciera que en la teora planteada por Lijphart la produccin de laslegislaturas carece de importancia, en tanto se trata de definir los sistemasbicamerales a partir de su morfologa. Pero hasta dnde los resultados legisla-tivos pueden hablarnos de la fortaleza o la debilidad de un sistema bicameral?

    Bibliografa

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    Mara Paula Bertino

  • 7/31/2019 Los estudios legislativos y la cuestin bicameral - Mara Paula Bertino

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    Tsebelis, George y Jeannette Money (1997)Bicameralism, Cambridge, Cambridge

    University Press.

    Resumen

    En una revisin sobre las propuestas para la

    medicin de la fortaleza de los sistemas

    bicamerales, este artculo revisa las posiciones

    planteadas por los dos autores contempor-neos que han teorizado en torno a los

    bicameralismos. Aunque la cuestin bicameral

    no se encuentra en el centro de los debates de

    la disciplina, el intento de conciliacin de es-

    tos enfoques permite una nueva aproxima-

    cin a la temtica, en un intento de reavivarlas discusiones sobre el funcionamiento de

    las Legislaturas de dos cmaras.

    Palabras clave

    bicameralismo Lijphart Tsebelis y Money Modelos explicativos cmaras legislativas

    Abstract

    In a review of the proposals for measuring the

    strength of bicameral systems, this article

    reviews the positions that the

    two contemporary authors that have

    theorized about Bicameralism have put

    forward. Even though the bicameral

    question is not now set in the center of the

    debates of the discipline, this is an attempt of

    conciliation of the two scopes, in the hope of

    finding a new approach to the issue, looking

    forward to revive the discussions over the

    function of two-chambers legislatures.

    Key words

    bicameralism Lijphart Tsebelis and Money Explicative models legislative

    chambers

    Los estudios legislativos y la cuestin bicameral