Literatura Iberoamericana IVJiménez Ortega, Sebastian Alonso

Dr. Manuel S. GarridoLos detectives salvajes, reporte.

Las primeras palabras de la novela invitan ya al lector a abrirse a una visión desgarradora

del mundo. Es una revisión de lo que los realvisceralistas fueron. Es también la incansable

búsqueda de Cesarea Tinajero, de quien ya su nombre sugiere mucho. Se puede decir que

es una novela de iniciación, con sus matices. La división en tres partes quiebra la

continuidad de la novela y su formación testimonial hace de ella una obra fragmentaria, un

fractal. Así, si para los personajes todo parece estar disperso, para el lector el fragmento es

la unidad indisoluble de Los detectives salvajes. La búsqueda de la identidad, de toda una

generación, de su razón de ser aparece así en innumerables testimonios de quienes los

conocieron en su viaje. Destaca la lucha por sobrevivir en un mundo frío en el que el

individuo parece difuminarse y la entereza de encontrar el significado de esta vida en la

literatura. De ahí que Cesarea, el principal móvil de la búsqueda, sea una escritora de la que

sólo encuentran un poema que ni siquiera es palabra.

El relato es un retrato, fragmentado, como ya lo mencioné, de dos personajes

principalmente: Arturo Belano y Ulises Lima, cuyos nombres ya son muy sugerentes.

Arturo quizá por el rey mítico de la tradición artúrica en simbolismo de la fundación del

realvisceralismo o bien por semejanza con el poeta Arthur Rimbaud. Ulises es el eco más

notorio del héroe griego, Odiseo en su lucha por regresar a casa, al vientre materno si lo

interpretamos como una novela genética; así no es extraño que busque a Cesarea Tinajero,

quién alude al vientre del que fueron arrancados los poetas.

La relación de la literatura, motor de vida para los protagonistas, se enfrenta

veladamente al utilitarismo predominante de la posmodernidad hiriente. Se nota esto en que

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Dr. Manuel S. Garridolos personajes que toman la literatura como forma de vida son sobajados y menospreciados

por aquellos que, si bien inician en la poesía, pronto la dejan para optar por profesiones

reales, utilitarias. También se muestra la constante pugna con el centro del poder cultural.

Hay que hacer una mención especial al episodio de Octavio Paz en el que Bolaño rinde un

homenaje a una figura que en su momento fue motivo de enemistad por representar al

centro cultural e intelectual del que escapaban los poetas presentados en la novela.

Cronológicamente, la búsqueda de la segunda parte de la novela, “Los detectives

salvajes (1976-1996)”, ocurre después de la tercera y última parte de ésta. El segundo arco

de la novela ocurre en gran parte en Europa, no es extraño pensar que busquen su origen, si

inicio allá, en la cuna de la civilización occidental, moderna, intelectual y literaria. Al final

la separación de Arturo y Ulises muestra la evolución fática de cada uno de ellos: quien

toma lo aprendido, crece y madura y quien continúa en un estado de búsqueda y trance ya

sin nada que buscar pues en el fondo no hay nada que encontrar.

El terror del mundo frío, posmoderno, desolador obliga a adaptarse o a quedar al

margen sin lugar en la sociedad, pero ambos con un profundo vacío interior, sentimiento de

incompletud y abandono.

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