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LOS CONSEJOS DE ARISTOTELBS EN TRES TEXTOS HISPANOS DEL SIGLO XID Alicia E. Ramadari Los consejos de Aristóteles a Alejandro Magno se pueden incluir dentro de un tópico de la literatura medieval, que recrea la situación didáctica en la cual un maestro transmite su sabiduría a un discípulo; situación de amplia difusión en la Edad Media y profundas raíces en una doble tradición oriental y occidental. El prestigio que tempranamente adquirieron las personas de Aristóteles y Alejandro en Oriente y Occidente las hizo asimilables a las figuras arquetípicas del maestro y discípulo, o jero y señorl. Esta circunstancia fue reforzada por la amplia difusión de las obras de Aristóteles, traducidas y comentadas por los árabes, en la cual España cumplió papel protagónico a través de sus Escuelas de Traductores. El efecto transformador que tuvieron sus obras en la cultura europea, propició la consideración de Aristóteles como el Filósofo por excelencia 2. Además, existe el hecho histórico de que Aristóteles fue ayo de Alejandro durante tres años3. Los consejos de Aristóteles también se relacionan con la técnica rlidáctica de utilización de sentencias como una forma de condensación del saber que posihilita 65

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LOS CONSEJOS DE ARISTOTELBS EN TRES TEXTOS HISPANOS DEL SIGLO XID

Alicia E. Ramadari

Los consejos de Aristóteles a Alejandro Magno se pueden incluir dentro de un tópico de la literatura medieval, que recrea la situación didáctica en la cual un maestro transmite su sabiduría a un discípulo; situación de amplia difusión en la Edad Media y profundas raíces en una doble tradición oriental y occidental. El prestigio que tempranamente adquirieron las personas de Aristóteles y Alejandro en Oriente y Occidente las hizo asimilables a las figuras arquetípicas del maestro y discípulo, o con~ jero y señorl. Esta circunstancia fue reforzada por la amplia difusión de las obras de Aristóteles, traducidas y comentadas por los árabes, en la cual España cumplió papel protagónico a través de sus Escuelas de Traductores. El efecto transformador que tuvieron sus obras en la cultura europea, propició la consideración de Aristóteles como el Filósofo por excelencia 2. Además, existe el hecho histórico de que Aristóteles fue ayo de Alejandro durante tres años3.

Los consejos de Aristóteles también se relacionan con la técnica rlidáctica de utilización de sentencias como una forma de condensación del saber que posihilita

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su fácil transmisión.. Este procedimiento tuvo amplio desarrollo entre los pueblos orientales así como en la cultura grecolatina 4.

Nos han quedado tres obras del siglo XIII en las que se incorporaron los consejos de Aristóteles. Dos de eUas son obras didácticas: Porirlat de las paridades y el Libro de los buenos proverbios, y la tercera restante es un texto literario, el Libro de Alexanrlre5.

Poridat de las paridades es traducción de una obra árahe atribuida a Aristóteles, el Sirr al asrar, conocido como Secretum Secretorum, que tuvo amplia difusión en la Edad Media. Esta versión hispana se puede fechar a mediados del siglo XIII. Se presenta como el libro que el filósofo dedicó a Alexandre para orientarlo en su tarea de gobernante. Su contenido abarca un amplio espectro que incluye, junto a una serie de consideraciones necesarias para la buena conducta del rey y mejor r,obíerno de su reino, tácticas y estratagemas para la guerra, un tratado de fisonomía, una sección sobre fisiología e higiene y un lapidario. El Libro de los buenos proverbios es la única traducción en leng-ua occidental de otro texto árahe, de Hunain ion Jshaq (809-973), el K itab adob al-falosi(a. Pertenece a la misma tradición que Porirlat y ha seguido una ruta de difusión semejante. En su organización es posible distinguir los capítulos que son compilaciones de sentencias y dichos, de aque1Jos que conforman un ciclo de Alexandre. De este último conjunto nos interesa las cartas de Aristóteles a su discípulo. En cuanto al Libro de A /exondre, su posible fecha de composición se ubica en la primera mitad del siglo XJII. La biografía de Alejandro l\1agno constituye el relato fundamental, la "materia" de este poema del mester de clerecía. Se narran los acontecimientos de su vida desde el nacimiento hasta su muerte. Estos hechos biográficos pueden aglutinar-se en tres núcleos narrativos básicos: el período de forma ción de Alexandre; los hechos de armas y 1~ batallas; y los viajes y exploraciones n{lturales. Los consejos de Aristóteles forman porte del episodio de la educación (est. 48 a 85).

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Se ha dado como rasgo caracterizador de ls litera-tura sapiencial espaf\ola la interrelación de los textos, producida por la comunidad de fuentes o la influencia directa6. La semejan7..a de sus contenidos ha sido seftalada no sólo por obras generalizadoras como las historias de la literatura espaf\ola -Amador de los Ríos, Deyermond, López Estrada 7_ sino también en los estudios introductorios a las ediciones de los diferentes textos8 y en la crítica especializada. Ian Michael, en The Treotment o( clossicol material in the "Libro de A lexondreH, al anali?.ar las fuentes de los consejos de Aristóteles en el A lexondre, afirma que los elementos añadidos por el poeta español son lugares comunes en las letras hispánicas del siglo XIIJ9. Sin embargo también existen rasgos que diferencian cada texto y que es necesario destacar. Con tal propósito, esta comunicación presenta un análisis comparativo de los consejos de Aristóteles en el Libro de A lexondre, en Poridot de los paridades y en el Libro de los buenos proverbios, subrayando las diferencias que muestran en la descripción del modelo de rey, en lo que hace a la conducta moral y política.

l. Conducta moral: Vicios

Las tres obras tienden a reducir los consejos sobre la conducta moral del rey a la censura de vicios y a la exhortación de la práctica de algunas virtudes.

Los vicios censurados se corresponden a los pecados capitales pero no aparecen en su totalidad. Lujuria, gula, ira, codicia, avaricia se repiten en las tres obras. En cambio solamente Poridot menciona la pereza; Buenos proverbios, la soberbia y el A lexondre, la jactancia.

En el Libro de A /exondre la primera advertencia contra un vicio se refiere a la lujuria: "Sobre todo te guarda de much amar mugieres" (53d). Se censura a la lujuria mostrando las consecuencias negativas que el vicio ocasiona al individuo en la esfera mundana, ya que provoca la degradación del hombre y la pérdida de

. su fama o "prez" (54ab). Pero también proyecta estas

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consecuencias al plano trascendente: entonces se intensifican sus efectos negativos al seftalar la posibilidad de perder el alma y el amor de Dios (54c).

"Desque se buelve omne con ellas una vez siempre más va arriedro e pierde todo prez; puede perder su alma, qua Dios lo aborrez; puede en gran ocasión caer tost e rafez" (54)

En Poridot de los paridades, la argumentación contra la lujuria se basa en el enunciado de la causa del vicio, de sus consecuencias y de sus efectos. La causa por la cual el hombre cae en poder del vicio es el debilitamiento de una de las facultades humanas: la voluntad. En consecuencia, la desvalorización del hombre ya no es una degradación dentro de los valores humanos, sino que se intensifica en un proceso de deshumanización que coloca al hombre en el nivel animal. Por Último, se describen los efectos fisiológicos y psicológicos oue destruyen el individuo.

"Alexandre, no querades fornicio seguyr, que es de natura de los puercos. ¿Et qual bien a en la cosa que las bestias an mayor poder que los omnes? Et demas es cosa que enueiec;e el cuerpo, el enflaquece el corac;on, et mingua la uida et metesse omne en poder de las mugeres" (p.38)

La gula y la pereza presentan en Poridot el mismo enfoque de crítica que la lujuria, ya que se les reconoce la misma causa:

"Et non andedes tras uestra · uoluntad en comer ny beber ny en dormir ny en fornicio" (p.38)

En eJ A lexondre, el rechazo de la gula ("N in sean embriago nin seas ven ternero" ( 58a) y de la jactancia

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("Nunca mucho non quieras gabarte de tu fecho" (59c) se entremezclan con otros consejos. Los motivos de censura son semejantes a los utilizados para la lujuria, excepto que se centran sólo en desvalorización mundana del hom-bre, sin proyección trascendente. Interesa destacar la variedad de expresiones con que se comunica el mismo concepto: a las ya citadas "va arriedro" y "caer tost e rafez" (54bd), se suman "non valdrás un dinero" (58d), "qua es grant liviandat e non yaz í provecho" (59d). La ubicación en el centro o al final de la estrofa también sirve para destacar el pensamiento.

Tanto A lexandre como Poridat censuran el vicio de la ira con una breve referencia. En el poema español, Aristóteles recomienda a su discípulo: "Fijo, a tus vasallos non le seas irado" (60a). En Poridat, sólo merece una frase de advertencia que aconseja dominarla con la re-flexión: "et si sanna le uiniere, que non quiera demostrar por fecho menos de pensar en ello" (p.38).

En cambio, en el Libro de los buenos proverbios, la censura de la ira es más desa rrollada, junto con la crítica a 13 soherhia. Se enfatizan las consecuencias que la ira y la soherbia rlel rey provocan en las relaciones del monarca con sus súbditos. Se acentúan los efectos disgregadores que la ira ocasiona en el reino al fomentar el desamor de los vasallos y facilitar su rebeldía:

"aviendo el rrey tales mañas faze a los pueblos seer contra el y puede a mester que assi como non deves librar con tu pueblo assy non te deves ensañar contra el, ca el estado de la saña y de la yra faze a los pueblos segunt enemigoslO (p.96)

La negación de la codicia en el A /exandre se refiere exclusivamente al aspecto material. El rey no debe ser codicioso de riquezas porque sería un obstáculo para su objetivo de dominar el mundo; por lo tanto su única recompensa ha de ser la fama.

"Si quisieres por fuerca tod el mundo vencer,

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non te prenda cobdicia de condensar aver" (6Zab)

"Quando, lo que Dios quiera, la lid fuere rancada, non te prenda cobdicia a ti de prender nada; parte bien la ganancia con tu gente lazrada; tú levarás el prez que val ración doblada" (82)

Por el contrario, la ambición de poder no es denigrada: precisamente los consejos de Aristóteles están destinados a ayudar a Alexandre para que se transforme en emperador de todo el mundoll.

La Sequndo Partido de Alfonso X v el Libro de los doze ··sabios aclaran la dualidad de ·este vicio. La Segundo Portido define la codicia como condición innata a la naturaleza humana. La ausencia de mesura es el factor que la transforma en vicio. Por ello, a diferencia del A lexondre, la censura no se refiere sólo al aspecto material sino también al ambicionar desmesuradamente aquello que es propio del rey, como por ejemplo, la honra (Tít. III, ley 3; Tít. V, leyes 13, 14 v 15). Uoze sobios, en una visión más cercana al A lexondre, recomienda la "buena codicia" definiéndola en los siguientes términos:

"Pero non dexe de ser codi<;ioso de fazer buenos fechos e grandes fazañas e conquistas, e de los bienes e de las virtudes que viere en otros aver, codi<;ia de las aver, e de fazer otras cosas semejantes. Que esta es la buena codi<;ia, e turable, e gloriosa ante Dios e famosa al mundo"l2,

Cuando no se respetan estas circunstancias entonces la codicia se transforma en "ravz de todos los males" (pp. 7 4 y 94), según la ~oncepciCsn frecuente en la Edad Media de que un vicio es generador de otros.

En Poridot no hay crítica explícita a la codicia. Podemos interpretar como una alusión a este vicio, el rechazo de la riqueza terrena que se opone a la riqueza eterna y trascendente:

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"Et non quiera la riqueza que luego fina et quiera la riqueza que non fina et el regno que nunqua se puede perder" (p.38)

Se puede relacionar la codicia de riquezas mate-riales con la avaricia. En el Libro de Alexondre, las reflexiones contra estos vicios se siguen en la serie de consejos. Se previene contra el estado de permanente alerta en que debe mantenerse el príncipe avaro:

"El princip avariento non sabe qué-1 contez; armas nin fortaleza de suerte no-1 guarez; el dar le vale más que armas non fortalez; el dar fiende las peñas e lieva toda prez" (63)

Notemos cómo la represión de la avaricia del monarca conduce a la exhortación de la . práctica de la liberalidad. Ouedan así confrotados en construcción paralela el vicio y su virtud opuesta.

En Poridot la oposición avaricia - liberalidad se da por aplicación de la teoría del "justo medio", según la cual la avaricia constituye el extremo por defecto de la "franqueza" 13.

Resumiendo, en la censura de los vicios, el Libro de A lexcmdre considera al rev tanto en su faz inciividual como en su función soc.ial. En el primer caso, se rechazan los vicios como un impedimento para la perfección personal; así se describen las consecuen cias negativas que la lujuria y la gula provocan al rey como individuo. En la otra perspectiva, se señalan los aspectos de los vicios que son contrarios a la naturaleza del rey, en particular la ira, la codicia y la avaricia. En cambio, los otros dos textos enfocan el tema eligiendo uno de los dos puntos de vista. Poridat acentúa los efectos nocivos, en especial de la lujuria y la gula, sobre la persona del rey; Buenos proverbios, las secuelas negativas de la ira y la soberbia en la relación del rey con sus vasallos.

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2. Conducta moral: Virtudes

En el Libro de A /exondre, Aristóteles aconseja al joven príncipe la práctica de algunas virtudes necesarias al gobernante para mejor relacionarse con sus vasallos. En términos generales recomienda el ejercicio de la justicia, la liheralidad, la cortesía, la valentía y la capaci-dad de conducción en las batallas. Son virtudes heroicas propias de un rey guerrero.

En Poridat rle las paridades se distinp,-uen las virturles que definen lfl condición del rey: "franque7..a" y justicia, de aquellas que deben orientar el comportamiento personal del monarca: nobleza, sagacidad, piedfld, dominio de la voluntad, equidad 14. Las últimas enumeradas son vir-tudes éticas que están subordinadas a la función social del rey.

En el Libro de los buenos proverbios, a seme.ianza del A lexandre, las virtudes aconsejadas por Aristóteles sirven para mejorar las relaciones del rey con sus vasallos. Pero se diferencia del poema español porque son virtudes relig-ioso- morales: piedad, mansedumbre y humildad .

. <\ pesar de estos matices diferentes que adquiere la descripción de las virtudes recomendadas al rey en los tres textos, poseen un rasgo común: los consejos, exhortando a la práctica de algunas virtudes, tienen como finalidad orientar la conducta del rey en el plano de las relaciones humanas y, más específicamente, políti_ cas, ya que se focalizan en los vínculos entre el rey y sus vasallos.

3. Conducta política: Relaciones entre eJ rey y los vasallos

Los consejos de Aristóteles contienen principios que se proponen guiar la conducta política del rey y tienden a definir y regular sus relaciones con los vasallos, a partir principalmente de las obligaciopes y funciones de cada parte.

En el A lexandre se define el vínculo del rey con sus vasallos como la relación entre un caudillo y su mesna-

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da. En esta relación de tipo militar1 la lealtad y la valentía son los valores primordiales. La lealtad corresponde en particular a los vasallos; la valentía, al rey. Aristóteles orienta al joven príncipe sobre cuál debe ser su conducta con los vasallos para obtener su lealtad, tanto en el campo de batalla como en tiempo de paz:

Siempre fes consejo cuanto de fer ovieres; fabla con tus vasallos quanto que fer quisieres; ser-t-an más leales si assí lo fizieres" (S8abc)

La conducta política del re~ se apoya en tres virtudes: justicia, liberalidad y valentía. Se prescribe que el rey debe impartir justicia de manera equitativa, sin dejarse dominar por las pasiones (est. 59). La práctica de la generosidad redundará en beneficio del monarca al acrecentar su fama (est. 63) '!" al motivar a sus hombres a esmerarse en el cumplimiento de sus obligaciones espe cialmente en el campo de batalla: -

•parte bien la ganancia con tu gente lazrada; tú levará el prez que val ración doblada" (8Zcd)

"Con esto otro día vernán más encarnados, por amor de ganar serán más denodados" (83ab)

Aristóteles dedica la Última parte de sus consejos a exaltar la cualidad de la valentía o el "esfuerc;o" que necesita Alexandre para transformarse en el gran conquis tador y gobernante del mundo (est. 66, 71, 76, 78, 79~ 84)

"Fijo, si de ventura buena as de seer, o si en este sieglo algo as a valer, en muchas grandes cueitas te avras a veer; el seso e el esfuerc;o te será menester" (65)

Una breve referencia se dedica a la virtud de

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la cortesía, que surge de la práctica de la liberalidad y la valentía: "qui es franc e ardit a ésse tienen por cor-tés"(64c)

Las relaciones entre el rev v sus vasallos tienen en Poridnt de los paridades una base más jurídica, funda mentada en los valores justicia y obediencia: "Con 18 iusticia regnan los reyes et obedecen le los pueblos" (p.43). La justicia, de origen divino, es el principio sustent!!_ dor de la creación y corresponde al rey administrarla 15.

Otra cualidad esencial del rey, la "franqueza", limita en su definición con la práctica de la justicia. El concepto de franqueza se fundamenta como un acto de justicia, en el cual el rey, que ejerce esta virtud, debe tener en cuenta la necesidad y los méritos del destina htrio de su acción; debe comportarse como juez: -

"Et derechamiente franqueza es de dar omne lo quel conuiene a aquel que lo a mester et al qui lo merece" (p.33)

El otro fundamento de los vínculos entre el rey y sus vasallos es la obediencia que, si t'lien se manifiesta en cuatro aspectos:

Alexandre, obediencia de los orones al rey non puede ser menos de quatro cosas: la primera es la ley; la secunda es bien querencia; la tercera es buen esperanc;a; la quarta es grant temor" (p.39)

Aristóteles insiste en que el rey debe suscitar el temor en sus vasallos para mantener en equilibrio el reino: "Et sabet que el bien parecer en el regno es en el temor" (p.39) ·

En el Libro de los buenos proverbios Aristóteles establece cuál debe ser la actitud del rev en el trato a sus vasallos, sin preocuparse· por definí~ el papel de estos. Los fundamentos de la relación entre el rey y sus vasallos tienden a que los vínculos entre las partes

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sean más de naturaleza moral y afectiva, que contractual. La naturaleza moral radica en la doble recomendación que hace el rey de evitar los vicios de soberbia e ira y procurar hacer el bien y practicar principalmente tres virtudes: piedad, humildad v mansedumbre 16, mientras que el carácter afectivo su;ge del hecho de que no se exige un respeto que se identifica con el temor, sino que el objetivo que ha de perseguir el monarca es obtener el amor de su pueblo, único valor perdurable:

"Pues non dexes de mostrar bien queren!ria a los pueblos por tal ayas so amor y la su ondra y sepas que los dÍas vienen sobre todas las cosas y sobre todas la nombradías del mundo y fazenlas todas olvidar, fuera ende las cosas del amor que fincan en los corasones de los omnes porque los eredan los nuevos de los antiguos" (p.97)

En síntesis, el Libro de A lexandre, Poridat de las paridades y el Lihro de los buenos proverbias enfocan la relación entre el rey y sus vasallos desde ángulos diver-sos, que consideran tres aspectos diferentes de la función del rey: jefe militar, juez y benefactor del pueblo, respec tivamente. -

Conclusiones

El análisis comparativo de los consejos de Aristóte-les en el Libro de Alexandre, Poridat de las paridades y el Libro de los huenos proverbios se ha centrado en aquellos destinados a guiar la conducta del rey, para conocer el contenido de un saber fundamentalmente orientado a la "praxis" ético-polÍtica. Este saber consiste 1 )en normas morales centradas en la censura de vicios que degradan la persona del rey y perjudican su relación con sus súbditos; y 2) en principios de orden político que tienden a regular los vínculos entre el rey y los va-sallos.

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El examen de estos principios ha permitido concluir que la naturaleza de las relaciones del rey y sus vasallos se presenta diversamente en los tres textos, porque se fundamenta en aspectos diferentes de la función del rey. En el Alexandre el vínculo es militar. El rey es el caudillo que conduce a sus caballeros al triunfo y a la gloria. Plasmación literaria de los reyes cristianos que emprendieron la guerra de la reconquista y, a comienzos del siglo XIII, obtuvieron la hegemonía de la península. En cambio, las figuras del rey que muestran las versiones castellanas de Poridat y Buenos proverbios encuentran eco en otra fase de la situación histórica, cuando la empre-sa de la reconquista se ha consolidado. Entonces al rey le corresponde principalmente organizar y gobernar el territorio conquistado. Así se exalta la función de juez y la obligación de velar por el bienestar de su pueblo. En estos aspectos difieren los modelos de rey propuestos por estas tres obras.

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Universidad Nacional del Sur Bahía Blanca

.,.AS

1 Cfr. José MARAVALL, •La concepción del saber en una sociedad tradicional•. En Estudios de Historia del Pensamiento EsPTtlol, 2° ed. ampliada, Madrid, Edfcfones Cultura Rispjnfca 973, pp. 215-272. C. CARY, The medieval Alexandre, CaMbridge, 1956.

2 Cfr. Ramón MENENDEZ PIDAL, Espaila, un eslabon entre la Cris-tiandad {r el Islám. Madrid, Espasa-Calpe, 1956, esp. pp. 33= 6o. L. ENICoT. Europa en el siglo XIII. trad. A.M. Mayend. Barcelona, Labor, 1970.

3 Cfr. ROSS, Aristóteles, Trad. Diego F. Pro, 2° ed. Bs. As., Charcas, 1981.

4 Cfr. Emest CURTIUS. Literatura euro~a y Edad Media Latina, Trad. M. y A. Alatorre, México, FCE, 195~ M.J. [ACARRA, Cuentfs-tica Medieval en Espana: Los orígenes. Zaragoza, 1979.

5 Citaré directamente por las siguientes ediciones: SEUDO ARISTO TELES, Poridat de las poridades. ed. de Llyod r.asten, Madr1á. 1957. The Lfbro de los buenos proverbios, A crftical edition by Hartan Stunn, Lexington, 1970. lfbro de Alhandre, edic16n crftica de Dana Nelson, Gredos, 1979.

6 A. DEYERI«>ND, A Literary History of Spain. The Middle Ages, London, 1971, p. 99.

7 AMADOR DE LOS RIOS, Historia crítica de la literatura es@Tnola. Ed. facsímil (1863). Madrid, Gredos, 1969. F. LOPEZ E RADA. Introducción a la literatura medieval espallola, 3° ed., Madrid, Gredos, 197o. DEYERMDNO, op. cit.

8 Cfr. las introducciones de Kasten y Stunn a las ya citadas ediciones. También ver las introducciones de: El Libro de· los doze sabios, estudio y edición de John Walsh. Anejos del 801ettn de la Real Academia Espanola, Madrid, 1975. El Libro de los cfen capítulos, edición de Agap1to Rey, Bloomington, 1966.

9 Ian MICHAEL, The Treatment of classical material in the •Lfbro de Alexandre•. Minchester, 1970.

10 En Buenos ~roverbi os se recomienda a 1 rey cont ro 1 ar su ira con la "mesura : " •.• conviene al omne que sepa medida en salla y en la yra, que non sea su salla muy fuerte ni muy prolongada n1n sea otro que si muy flaca non que dure poco. Ca la salla y la yra muy prolongada es manera de los vestiglos muy fuertes, y la salla y la yra que dura poca es manera de los n1í'ios• (p. 96).

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Es frecuente en los textos estudiados el uso indiferenciado de los téminos "ira" y "salla". Sin embargo, la Segunda Partida de Alfonso X establece una diferencia de fntenstdád y duración que transforma la salla en fra y esta en malquerencia u odio (T1t. V, IX).

En otras obras el vicio de la fra es tratado desde distintos ángulos: como característica inherente a la naturaleza del rey (lfbro de los cien ca~i'tulos); en relación al ejercicio de la justicia y a ta prac ica de la templanza (lfbro de los doze sabios y Segunda Partida); sellalando los efectos fisiológi-cos que provoca (Segunda Partida). En el Alexandre, algunos de estos aspectos son desarrollados en episodios o como rasgos de la personalidad de Alexandre: Cfr. MICHAEL, op. cit.

11 MICHAEL, op. cit., considera la codicia como una especie de la ambición. Su análisis se proyecta desde su temprana y abstracta mención (15cd) hasta las distintas formas que va adquiriendo en el texto: liberación de Grecia; conquista del mundo; exploración natural; caballeri'a y fama luego de la muerte. Cfr. pp. 50-60.

12 Edición citada, p. 94.

13 La lectura de distintos te')(tos muestra que, al igual que la ira, la 1 iberal idad era considerada condición inherente a la esencia del rey. Por ejemplo: Doze sabios, cap. XII; Segunda Partida, V, 18; Poridat, tratado l.

14 "Et que sea muy nob 1 e de cora~on et sin desden, et que sea de buen sen et de buena memoria, que sepa bfen escodrinnar la uerdat en las cosas, et que cate quel puede uenir de cada cosa, et que sea piadoso; et si sanna le uiniere uoluntad de fazer alguna cosa, conviene que la torne con so seso et que sea sennor de su uoluntad del; et quando se acordare en el derecho, que luego lo faga fazer et non sea porfioso nin desuer-guen~oso nln desdennoso.

Et que se ui s ta mui bien . et de buenos pan nos de guisa que sea estremado de toas las yentes otras, et que sea apuesto et de buena palabra et que sepa bien lo que quier dezir et que aya la uoz alta, que la uoz alta yaze en ella pro pora quando quisiere amenazar. Et non fable mucho ny a uozes sy no fuere muy grant mester, et pocas ueces, que quando muchas ueces le oyessen los omnes, afazer se yen a el et nol precfarien nada • ( pp. 36- 37).

15 "Alexandre, iusticfa es manera buena et es de las maneras de Dios, et a las maneras de Dios non les OIIW!e dar cuenta. Et sepades que la contraria del tuerto es la iusticia, que con la iusticia se fizo el cielo et la tierra et se poblo todo el mundo" (pp. 42-43). •

16 "El rregnado de sobervia es nenostado de IIIUchas maneras, y el pr1rnero denosto y el peyor es el que abaxa mucho desprecio

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del seftorh, ca los ornnes con el rrey soberv1oso y fforc.~dor son segunt stervos, ca non segunt forros• (p. 95)

"Con el perdonamiento y con la p1edat crecra su regnado l mejorara y avra grant nombradia de bien por toda la tierra• (p. 96).

"El venc;er con e 1 b1 en es nob 1 eza y tu, guisado as de fazer bien a todos de manera que seas n1nbrado por toda la tierra, y que finque la tu nobleza por s1enpre jamas. E fazerlo en sus omnes es grat esfue~o y grant cora~on y lo que los 0111nes asman es la gran om11dan~a y la mansedumbre. Y pues faz tu estas dos cosas y abras la amiztad de los omne y Maravillar s'an de t1, y plazerles a, y mas se guiaran por ti que no serloes muy bravo y non tengas que aquesta m1ngua es tu precio y tu alteza, ca esta ei'ladra en tu nonbre en dezirles rrezon con om11danc¡a pues que tu eres poderoso de fazergelo por ffue~a. Y sepas que el mostramiento de la bien querenc¡ia del ome flaco t1enenlo po lossenia y el mostramiento del grant 01111e t1enenlo por om11dan~a y por abteza" (p. 97).

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