los ancianos que gobiernan bien · web vieweste proceso debe hacerse, por supuesto, en diálogo...
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PARADIGMAS BÍBLICOS DEL LIDERAZGO DE LA IGLESIA
Guía para el establecimiento de ancianos en la iglesia local
Cuerpo de ancianos de la Iglesia Evangélica “Dios es Amor”Enero, 2005
CONTENIDO
PROLOGO 3
INTRODUCCIÓN 4
CAPITULO I: DIOS BUSCA HOMBRES IDONEO PARA DIRIGIR A SU PUEBLO 7
CAPITULO II: EL CUERPO DE ANCIANOS DEBE REUNIR LOS REQUISITOS BÍBLICOS 18
CAPITULO III: LOS ANCIANOS DEBEN FUNCIONAR COMO UN CUERPO COLEGIADO 29
CAPITULO IV: ¿DE QUÉ SE OCUPAN LOS ANCIANOS DE LA IGLESIA? 44
CAPITULO V: LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA HACIA LOS ANCIANOS 53
CAPITULO VI: INCORPORACIÓN Y DESINCORPORACIÓN DE LOS ANCIANOS EN EL CUERPO PASTORAL 66
CAPITULO VII: LA RELACIÓN DEL CUERPO DE ANCIANOS CON LA CONGREGACIÓN 84
CAPITULO VIII:MANEJANDO LOS CAMBIOS DE PARADIGMA 102
CAPITULO IX: A MANERA DE TESTIMONIO 111
CONCLUSION 117
BIBLIOGRAFIA 118
Índice de Textos Bíblicos 123
2
PROLOGO
Al pensar en el equipo de ancianos de la Iglesia “Dios es Amor”, en Maturín, Venezuela, viene a mi
memoria el grupo de líderes de la iglesia de Antioquia de Siria (Hechos 13). Este grupo de
hermanos en “Dios es Amor” está compuesto por miembros muy diferentes. Representan varias
generaciones, diferentes niveles de entrenamiento “formal” y “no formal”, y diferentes culturas. Los
hay con muchas décadas de experiencia en el servicio y los hay con menos, pero todos, sin ser
muchos y con la mitad de sus miembros menores de cincuenta años, suman casi doscientos años de
aprendizaje y experiencia en el servicio a la iglesia.
Algo que me impresiona en Antioquia y Maturín es que la variedad en estos equipos de trabajo no
se ve como una desventaja, al contrario, se ve como algo que enriquece a la Iglesia de Señor, a
través de su multifacético liderazgo.
Este libro, fruto de su reflexión y experiencia desarrolla muy bien los objetivos que se propone y
para ello proporciona un estudio serio del texto sagrado, así como abundantes ideas prácticas, las
cuales pueden tomarse tal cual se dan, o pueden servir para estimular los pensamientos sobre la
realidad particular de cada iglesia.
He conocido a estos consiervos durante casi diez años, por lo tanto sé que sus recomendaciones no
salen del escritorio, sino de sus muchas y largas vigilias con el rebaño. Este es un grupo de
“ancianos que gobiernan bien”.
Me siento muy honrado por la amistad y compañerismo de estos colegas y con gran gozo
recomiendo la lectura de este libro. No importa la fase de desarrollo en la que se encuentre, ni el
paradigma en el que milite, esta lectura le provocará a la reflexión y le proveerá herramientas útiles
para tomar los pasos que le permitan obedecer lo que el Señor le muestre a través de ella.
Manuel ValverdeAnciano, Iglesia Bíblica de Guatemala, Guatemala, febrero, 2005
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INTRODUCCIÓN
¡Como han pasado los años! De joven a la vejez,de hijo primera vez, de padre fui muy constante,con mi ejemplo fui estandartea cuantos yo conocí.A esta edad he llegadopor la gracia del Señory me siento muy feliz.
Sirvo a mi Señor Jesúsen este cuerpo de ancianoscomo ahora se le llama,y aunque mi mente me falla y mis fuerzas me abandonan,quiero darle a El la honrapor considerarme fiely así quiero permanecerhasta que llegue mi hora.1
Uno de los más altos privilegios que un creyente puede tener es servir al Señor en
aquello para lo cual fue llamado. Particularmente el servicio al cuerpo de Cristo como
anciano es una responsabilidad que nos llena de “temor y temblor” por sus altas exigencias
y graves responsabilidades. Aceptarla no es fácil. Por ello admiramos y respetamos a
todos aquellos creyentes que han asumido esa responsabilidad y se han mantenido fieles al
Señor a lo largo de sus ministerios.
En nuestro caso, somos un grupo de seis ancianos que durante casi una década
hemos servidos juntos al Señor en una iglesia local. Ninguno de nosotros pidió que fuese
así, ni pensó que sería así. El Señor mismo nos fue convenciendo de la necesidad de unir
nuestros esfuerzos y cooperar como equipo en la edificación de la iglesia. Juntos hemos
compartido tristezas y alegrías, angustias y sosiegos, derrotas y victorias. Hemos visto una
y otra vez la realidad siempre vigente de aquella declaración bíblica: “Mejores son dos que
uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su 1 Fragmento de un poema del hermano Eduvigis Núñez (87 años), quien sirve como anciano en la iglesia “Dios es Amor” desde el año 61 hasta ahora.
4
compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”
(Eclesiastés 4:9).
Podríamos dedicar las siguientes páginas a compartir todas estas experiencias que
juntos hemos vivido y estamos seguro que ello podría animar los corazones de muchos de
nuestros colegas de ministerio. Sin embargo, ese no es nuestro propósito al compartir con
ustedes este texto. Mas bien nuestro propósito es mostrar que la voluntad de Dios para la
dirección de la iglesia es que un grupo de ancianos calificados bíblicamente la conduzcan
bajo la guía del Espíritu Santo. No queremos hablar tanto de nuestra experiencia, la cual
consideramos muy gratificante, sino de las consideraciones bíblicas que nos han
convencido a lo largo de estos años que Dios estableció un modelo para la conducción del
cuerpo de Cristo y que ese modelo puede ser claramente identificado en el Nuevo
Testamento.
Nuestra iglesia no tiene ninguna afiliación denominacional así que no defendemos a
ultranza ninguna de las formas clásicas de gobierno eclesial ni estamos comprometidos con
ninguna postura particular.2 Hemos tenido la libertad de evaluar a la luz de la Biblia los
principios sobre la dirección de la iglesia y de asumir aquello que hemos considerado mas
ajustado a los principios divinos.
Queremos también compartir con aquellos colegas de ministerio que ya están
funcionando como cuerpo de ancianos algunos principios y estrategias tanto para manejarse
como equipo como para conducir la iglesia. Hemos puesto en práctica la mayoría de
estas estrategias y hemos comprobado su eficacia. Quizá no todas apliquen a la situación
particular de su iglesia pero al menos puede darle algunas ideas de cómo ajustarla a su
realidad.
Finalmente queremos animar a aquellos colegas que posiblemente aceptan los
principios bíblicos expuestos en este texto pero luchan con la pregunta: ¿cómo puedo
aplicarlos en mi propia iglesia? Entendemos perfectamente esta situación. Nosotros la
hemos vivido muchas veces y seguramente la seguiremos viviendo en el futuro. Los
cambios de paradigmas en la iglesia local son unas de las experiencias más angustiantes
para aquellos que estamos convencidos de la necesidad de cambios pero al mismo tiempo 2 La iglesia evangélica “Dios es Amor” en la ciudad de Maturín, Venezuela, fue fundada en Octubre de 1926 por un equipo de misioneros independientes quienes formaron una organización llamada “Orinoco River Missión” que se dedicó exclusivamente a fundar iglesias en el oriente del país. Estos misioneros siguieron las pautas generales de las iglesias congregacionales y fundamentalistas.
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no queremos afectar a ningún creyente. Moverse entre los cambios y la sensibilidad de los
creyentes no es fácil. Pero aquellos que dirigimos la iglesia estamos obligados a hacerlo y
hacerlo de tal manera que Dios sea glorificado y la iglesia edificada.
Es nuestro anhelo que este texto cumpla estos objetivos descritos anteriormente.
Revise estas consideraciones con toda honestidad. Asuma la actitud de los nobles judíos de
Berea, quienes escudriñaron con diligencia las Escrituras para confirmar si los mensajes de
Pablo eran bíblicos (Hechos 17:11). Examine toda la evidencia con una mente y un
corazón abiertos a lo que el Señor quiere mostrarle. Nuestra oración es que aquellos que
fuimos llamados a servir al Señor en la conducción de la iglesia escuchemos del “Príncipe
de los pastores” las gratas palabras de aprobación por una labor bien cumplida.
Los ancianos de la iglesia “Dios es Amor”
Eduviges Núñez
Ángel Pereda
Juan Gonzáles
Danny Carpenter
Samuel Marcano
Rodolfo Oliveros
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CAPITULO I
DIOS BUSCA HOMBRES IDONEOS
PARA DIRIGIR A SU PUEBLO
El concepto de dirigencia proviene de Dios.
Una de las acciones divinas relacionadas con el desarrollo de las comunidades
humanas es la provisión de un liderazgo conductor. El nos conoce, sabe que no podemos
desarrollarnos colectivamente sin dirigentes que señalen el camino por donde debemos
marchar para el logro de los objetivos comunes. Tanto la dirigencia como los dirigentes
son conceptos totalmente nacidos del corazón de Dios.
Desde el mismo comienzo de la humanidad podemos apreciar el interés de Dios en
establecer un orden de autoridad definido. Creó a Adán a su imagen y le dio autoridad para
sojuzgar la tierra y tener dominio sobre todos los seres vivos (Génesis 1:26-28).3 Dios
seguía siendo la autoridad final pero de alguna forma revistió a Adán de su propia
autoridad para que la ejerciera sobre la creación terrenal. La expresión “imagen y
semejanza” puede indicar aquí un sentido más bien funcional: que el hombre ejerza el
dominio de la creación como representante de Dios.4
La autoridad ejercida por el hombre entonces es una concesión divina, una gracia de
Dios para el bien común. Esto es verdad aun en el caso del gobierno civil, lo cual queda
totalmente claro en Romanos 13: 1-7. El hecho de que haya malos gobernantes o personas
que tomen esta autoridad para hacer daño a otros no anula para nada el principio divino de
que toda autoridad proviene de Dios.
Los líderes que Dios busca deben ser idóneos.3 Los términos hebreos para sojuzgar y señorear (kabash y radah) denotan mayormente la sujeción y dominio sobre la tierra y sus criaturas.4 Walvoord y Zuck, 1985, p.29.
7
Esto es verdad de forma general, pero particularmente es verdad del pueblo de Dios.
Dios no deja a su pueblo sin dirigentes que puedan conducirlo sabiamente. Su amor por
ellos lo lleva a proveerles líderes que puedan indicar el camino por donde deben transitar a
fin de lograr sus propósitos.
Pero Dios no se conforma con cualquier clase de dirigentes. Toda la historia bíblica
está llena de ejemplos que corroboran el principio que Dios busca hombres idóneos para
que guíen a su pueblo. Cuando Asa, rey de Judá, quitó sus ojos de Dios y puso su
confianza en los recursos humanos, Dios le amonestó a través de un profeta con estas
palabras: Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo
corazón es completamente suyo (2 Crónicas 16:9, NVI). Dios busca hombres a través de
los cuales mostrar su poder y usarlos para dirigir a Su pueblo, pero busca en ellos fidelidad,
pureza e integridad de corazón como requisitos especiales.
Hombres como Abraham, José, Moisés, Josué, Samuel, David y otros conforman
una larga lista de ejemplos bíblicos que ilustra cuán exigente es Dios con aquellos que
llama a que dirijan a su pueblo. Lo contrario también es verdad: Dios desecha a aquellos
que no satisfacen sus exigencias. Tenemos el caso de Saúl, por ejemplo, quien fue
desechado justamente por fallarle a Dios (1 Samuel 15). No hay negociación posible en
este asunto: El pueblo necesita dirigentes pero sólo aquellos que llenan las expectativas de
Dios pueden dirigir a Su pueblo.
Los ancianos son el cuerpo dirigente en la iglesia local
De la misma manera en que Dios se preocupó por dejar establecidos líderes para la
conducción del pueblo de Israel, así lo hizo con la iglesia. Leemos en 1 Tesalonicenses
5:12 que Pablo exhorta a la iglesia a reconocer a los que tenían la responsabilidad de
conducirla o presidirla.5
Cuando la iglesia fue establecida en Jerusalén, observamos que los apóstoles
asumieron su dirección (Hechos 2:42; 4:35; 5:2). Sin embargo, los apóstoles eran un grupo
limitado en número que físicamente no podría estar todo el tiempo encargado de la iglesia.
5 El término presidir (Gr. proisteimi) tiene que ver tanto con la responsabilidad de dirigir un grupo como de cuidarlo y protegerlo (Elsa Támez , 1978, p. 150)
8
Además, la iglesia debía reproducirse en otros lugares y necesitaría tener en cada uno de
esos lugares creyentes que se encargaran de dirigirla. Pronto surgió una estructura de
gobierno local que, al principio, por lo menos en la región de Judea, fue paralela con la de
los apóstoles, pero que pronto tomó finalmente la dirección de la iglesia local.6 Esa
estructura fue la de los ancianos (cf. Hechos 11.30).
Lucas registra en el libro de Los Hechos la designación de ancianos en cada iglesia
fundada. Empezando con la iglesia de Jerusalén (Hechos.11:30), los ancianos vinieron a
ser los dirigentes locales de las iglesias. El apóstol Pablo, como parte se su estrategia de
fundación y establecimiento de la iglesia, dejó a las iglesias recién fundadas al cuidado de
un grupo de hombres de esa misma comunidad, sobre quienes impuso sus manos en señal
de ordenación (Hechos 14:23). Más adelante, los ancianos tomaron parte importante en la
discusión teológica sobre el tema de la salvación y la circuncisión de los gentiles (Hechos
15). Pablo no sólo se conformó con dejar a los ancianos encargados de las iglesias sino que
se preocupó por orientarles oportunamente en la labor que desempeñaban al frente de la
iglesia (Hechos 20:17-35).
¿Quiénes eran estos ancianos?, ¿de dónde surgió esta estructura de liderazgo?
Desde los tiempos antiguos ya era común que personas de edad avanzada, por su madurez,
sabiduría y experiencia en la vida, se encargaran de la conducción de los pueblos.7 El
pueblo de Israel, cuando estuvo en Egipto, ya tenía un grupo de ancianos como líderes
antes de constituirse como nación (Éxodo.3:16). De estos ancianos dice Truman (1997):
Aunque no gozaban de una libertad que les proporcionaría una completa organización
nacional, los ancianos ejercían cierta cohesión sobre la gente acongojada, debido a su
edad, reputación, y carácter ( p. 54). El mismo Truman muestra como el liderazgo de los
ancianos formó parte de la vida espiritual del pueblo de Israel durante casi toda su
existencia como nación.8
6 F.F. Bruce (1988) señala que, aunque al principio los ancianos compartían el liderazgo de la iglesia con los apóstoles, posteriormente estos últimos desaparecen de la escena de Jerusalén y los ancianos asumen definitivamente el liderazgo en forma de equipo (p. 272) 7 De acuerdo a Douglas (1991): “En la mayoría de las civilizaciones la autoridad la han investido los que en razón de su edad y experiencia se tenían como los que estaban mejor capacitados para gobernar. Por lo tanto, no ha de sorprender que los dirigentes en muchas comunidades antiguas hayan ostentado un título derivado de una raíz que significa edad madura o ancianidad” (p.57). 8 Truman, 1997, p.53
9
Podríamos concluir que durante siglos la estructura de un grupo de ancianos como
dirigentes demostró ser altamente eficiente. Ridderbos (2000) dice que “la designación de
líderes generales en un sentido oficial no era una novedad para la iglesia cristiana, sino que
estaba en armonía con los antecedentes propios del judaísmo sinagogal, y en general con
las demandas de la realidad práctica” (p. 594)
Fue entonces natural que en los tiempos del Nuevo Testamento la imagen de un
grupo de ancianos como dirigentes se conservara. Así encontramos, por ejemplo, que tanto
en las sinagogas como en el Sanedrín, los ancianos ejercían un papel muy importante.9 Por
ello algunos estudiosos señalan que el surgimiento de los ancianos en las iglesias cristianas
del siglo uno estaba relacionada con el liderazgo de ancianos propio del judaísmo. Entre
estos podemos mencionar a Trenchard (1997), Bruce (1988) y MacDonald (1995).
Sin embargo, había notables diferencias entre la estructura judía de ancianos y la
que encontramos en las iglesias del Nuevo Testamento. Entre estas diferencias podemos
señalar, por ejemplo, que mientras los ancianos en las sinagogas y el sanedrín formaban
parte de la dirigencia judía por su linaje,10 los ancianos de las iglesias eran dirigentes por
cumplir los requisitos bíblicos exigidos por Dios.11 Los ancianos de las sinagogas eran
limitados en número y los principales siempre eran tres, organizados en una estructura
jerarquizada bajo un presidente,12 mientras que los ancianos de las iglesias constituían un
número indefinido sin estructuras jerarquizadas.13 Finalmente, debemos considerar también
el hecho de que los ancianos de las sinagogas se ocupaban exclusivamente de la
administración de los cultos y el mantenimiento de la disciplina en la comunidad mientras
que los ancianos de las iglesias tenían responsabilidades más orientadas a la atención de las
9 Las sinagogas eran dirigidas por un grupo de ancianos que tenían la autoridad de ejercer incluso la disciplina y el castigo de los miembros (Douglas, 1991, p.1303) y dentro del sanedrín, los ancianos eran miembros de las familias laicas más influyentes de la comunidad (Jeremías, 1985, p. 240). 10 Los ancianos del sanedrín especialmente provenían de la nobleza laica más influyente del pueblo (ibid). 11 Estos requisitos se pueden resumir en: un hogar bien establecido, un carácter aprobado por Dios y un apropiado dominio de la Escritura (cf. 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9)12 De acuerdo a Hagg (1981) y Edersheim (1990), los funcionarios principales de las sinagogas eran: el presidente que ejercía un poder casi absoluto y el ministro que básicamente se encargaba de ejecutar el castigo y anunciar el comienzo del sábado. 13 Aunque puede reconocerse que entre los ancianos pudo haber un líder (como en el caso de Santiago en Hechos 15), no se ve en este liderazgo una jerarquía al estilo del presidente de las sinagogas judías, sino alguien que por sus dones y sensibilidad espiritual puede conducir el grupo en un momento dado. Este tipo de liderazgo es llamado “primero entre iguales”, es decir, alguien que lidera un grupo colegiado en el cual todos tienen la misma autoridad funcional.
10
personas (enseñanza, asistencia, exhortación, corrección, etc.). Estas responsabilidades
estaban más bien relacionadas con la formación de un carácter cristiano maduro.
Así que, por un lado tenemos que el liderazgo de ancianos en la iglesia del Nuevo
Testamento seguía en gran medida la estructura de ancianos de las sinagogas pero por otro
lado había notables y significativas diferencias. Esto nos lleva a pensar que los ancianos de
las iglesias eran más que una simple adaptación del sistema judío de un liderazgo de
ancianos. Al igual que pasó con otros elementos, la iglesia como una nueva comunidad,
tomó aspectos de su entorno y los recreó bajo la guía del Espíritu Santo de tal manera que
estos reflejaran apropiadamente la voluntad de Dios para su pueblo.
Por otro lado, debe indicarse que incluso el término anciano no fue la única
designación empleada para referirse a los dirigentes de la iglesia. Cuando la iglesia se
expandió al mundo gentil, se utilizaron otras palabras como obispo (Hechos 20:28;
Filipenses 1:1); presidente (1Tesalonicesnes 5:12) dirigente (Hebreos 13:7, 17) y pastores
(Efesios 4:11).
El término obispo proviene del griego episkopos y, en su uso clásico, “era la
designación común para los funcionarios e inspectores enviados por el gobierno nacional a
los estados de su dominio”.14 El término tenía la idea de alguien con funciones de
vigilancia y por ello puede bien ser traducido como vigilante, inspector o superintendente.15
Es usado en el Nuevo Testamento en relación a los que dirigen la iglesia en los siguientes
pasajes: Hechos 20:28, Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:1, 2; Tito 1:7.
El término presidente es una traducción del griego proisteimi. El término significa
dirigir, gobernar en el sentido de estar a la cabeza de una comunidad.16 Literalmente
describe a alguien que “esta en pie frente a un grupo”,17 de allí que tenga la idea de
presidente o gobernador. Se usa en el Nuevo Testamento referida a los que dirigen la
iglesia en los siguientes pasajes: 1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 5.17.18
14 Taylor, s.f. Robertson (1989) traduce la palabra como “supervisor” y citando a Deissman señala que el término se aplicaba a oficiales comunitarios en Rodas (p.753).15 Wilton, 1998, p.806.16 Arndt y Gingrich, 1979, p.707.17 Vine, 1999, p.693.18 En Romanos 12:8 aparece el mismo término pero dentro de la lista de dones. El don sería el de presidir. Hendriksen (1990) indica que este don es el que necesitan los que dirigen la iglesia para poder cumplir eficazmente su ministerio, como los diáconos necesitan el de servir (p. 456)
11
La palabra dirigente proviene del griego eigeomai, cuyo verbo significa dirigir,
guiar.19 Aparece en Hebreos 13:7, 17, 24 con una clara referencia a los líderes de las
iglesias locales.
La palabra pastor, del griego poimen, literalmente describe a “los que cuidan una
manada o rebaño de animales”20. En forma metafórica se usa para referirse a los que guían
la iglesia. Sólo aparece el sustantivo para referirse a los líderes de las iglesias en Efesios
4:10, aunque el verbo pastorear o apacentar aparece en Hechos 20.28 y 1 Pedro 5:2 para
describir la tarea de los ancianos u obispos de la iglesia.
La variedad de términos utilizados en los pasajes antes mencionados refleja las
importantes adaptaciones culturales que los escritores del Nuevo Testamento hacían para
mantener la vigencia y el sentido del concepto bíblico de la pluralidad de líderes dirigiendo
las iglesias locales. Ya debe quedar claro para nosotros que los términos empleados por
estos escritores no tenían la idea de describir una jerarquía dentro de los dirigentes de la
iglesia (unos con mas rango de autoridad que otros) sino simplemente hacer el concepto de
liderazgo plural más claro para su audiencia. Este concepto se mantuvo de forma
invariable en todos los casos donde se dejó algún tipo de liderazgo al frente de una iglesia
local.
Pueden citarse oportunamente aquí las palabras de Ernesto Trenchard (1977) a este
respecto:
Pocas escrituras modernas, sea cual fuera su afiliación eclesiástica, niegan el
hecho de que las iglesias de la era apostólica – por lo menos aquellas que Pablo fundara –
se regían bajo la soberanía del Señor de la iglesia y del Espíritu Santo, por un cuerpo de
ancianos (presbuteroi) que también se denominan “obispos” o “sobreveedores”
(episcopoi). Eran también los “pastores” llamados a cuidar del rebaño (Hechos 20:28;
vea también Efesios4:11; 1 Pedro 5:1-4). Las personas eran las mismas pero las
designaciones variaban según las diferentes facetas de su testimonio y obra (p 439).
Entonces, ¿cómo nos desviamos?
Debe reconocerse que el modelo de un liderazgo plural en las iglesias locales no se
mantuvo a lo largo de la historia de la iglesia posterior al primer siglo. La lucha por el
19 Tamez, Op. cit., p.8020 Vine, Op. cit., p.638.
12
poder, la distorsión del concepto de autoridad y las diferencias en los usos de las palabras
anciano, pastor y obispo llevaron, entre otros factores, a una jerarquización artificial y
peligrosa del liderazgo en las iglesias locales.
Durante todo el siglo uno se puede reconocer la existencia de ancianos que dirigían
a las iglesias en una forma colegiada. Al testimonio de los textos del Nuevo Testamento,
puede añadirse el de Clemente de Roma, quien escribe a finales del siglo uno (96 d.C.) y
quien identifica como lideres de las iglesias a los obispos.21 El usa de manera indistinta los
términos obispos, ancianos y dirigentes para referirse a los que gobiernan las
congregaciones locales.22 Este testimonio coincide con el resto de la literatura del Nuevo
Testamento.
También la Didajé (100-150 d.C.) reconoce la necesidad de que las iglesias sean
dirigidas por obispos y diáconos “dignos del Señor” (Did.15:1)23. Este documento se
refiere a los obispos como un cuerpo plural de líderes en cada iglesia local. No hay indicios
que existiera alguna jefatura de un obispo sobre los demás.
Ya durante el siglo dos, y probablemente por la tendencia humana de buscar la
unidad alrededor de una sola persona, aparece la figura del obispo monárquico24, el cual
era uno de los ancianos que asumió la dirección de manera oficial del cuerpo de ancianos.
Ignacio de Antioquia es quien primero hace mención de él en sus cartas (Romanos 2:2; 9:1;
Magnesios 6:1; Tralianos 2:1).25 La iglesia, según él, debe someterse al obispo como al
mismo Jesucristo (Tral.2:1). Sin su presencia no debía celebrarse ni la Cena del Señor ni el
bautismo (Esmirniotas 8:1-2). Identifica claramente tres niveles de jerarquía en las iglesias
locales: Obispo, colegio de ancianos y diáconos (Esm.8:1).26
Otros líderes de la iglesia que también hacen mención de un obispo monárquico
son: Justino (100-165 d.C.), Ireneo de Lyon (125-200 d.C.), Clemente de Alejandría (155-
220 d.C.), Orígenes (185-254 d.C.), Tertuliano (160-220 d.C.) e Hipólito de Roma (236
d.C.). Como se puede apreciar, después de la mitad del segundo siglo la figura del obispo
monárquico era reconocida de manera general por casi toda la cristiandad. Una estructura
21 1Clemente 42:4 – Bueno, 1974, p.216.22 Schmaus, 1976, p.11.23 Bueno, Op. cit., p.92.24 Un término utilizado para referirse al obispo que asumió la jefatura de los ancianos después del siglo I. 25 Schmaus, Op. cit. p. 12. El mismo Ignacio era obispo monárquico en Antioquia de Siria (Romanos 2:2)26 A partir de este momento se hace una distinción entre obispo y anciano, colocando al primero en preeminencia sobre los segundos. Tal distinción era ajena a la intención de los apóstoles.
13
jerárquica había emergido paulatinamente y había logrado ya una forma definida
representada por tres funcionarios: obispos, ancianos y diáconos.27 La base se había
colocado para que se desarrollara la estructura jerárquica piramidal dentro de la iglesia
cristiana.
Hacia los siglos III y IV el obispo monárquico fue extendiendo su radio de
autoridad sobre otras iglesias de la región y alcanzó un nuevo nivel de jerarquía. Llega a
ser reconocido como obispo metropolitano. Su autoridad estuvo ligada mayormente a la
convocatoria de los sínodos28, como bien lo apunta Lacueva (2001):
“A partir del siglo III los sínodos se celebraron en la respectiva capital de provincia,
convocados y presididos por el obispo del lugar, que con ello alcanzaba una cierta preeminencia
sobre los otros obispos de la provincia. Así surgió la institución del metropolitano, cuya
jurisdicción se extendía a toda la provincia, con primacía sobre los otros obispos de su distrito”
(p.445)
La influencia siguió avanzando junto con la jerarquía. Posteriormente surge como
resultado de la extensión de la autoridad del obispo metropolitano la figura del Patriarca,
quien tenía jurisdicción sobre todos los obispos metropolitanos que estaban dentro de su
región.29 Cinco patriarcados lograron tener más prominencia que los demás: Antioquia,
Alejandría, Constantinopla, Jerusalén y Roma. Por diversas razones el obispo de Roma se
hace de la jefatura de la iglesia y fortalece su autoridad con el apoyo del Imperio. 30 La
iglesia entonces adquiere una organización piramidal jerárquica que en mucho copiaba le
estructura del estado imperial.
Iverson y Aspluid (1999) resumen bien este punto:
Cuando murieron todos los apóstoles del Nuevo Testamento, la iglesia no supo
como remplazarlos. Antes que pedir al Señor que levantara una nueva generación de
padres espirituales, la iglesia del siglo II se institucionalizó. Cada asamblea tomó a su
anciano principal, lo elevó a un nivel de autoridad sobre los otros ancianos y lo llamó 27 A estos tres ministerios se les conoce como órdenes mayores. 28 Los sínodos eran asambleas de obispos para tratar temas diversos relacionados con la doctrina o las costumbres de la iglesia.29 Ibid.30 Según Lacueva (op. cit., p 465), ya algunos lideres de la iglesia como Ignacio de Antioquia, Ireneo y Tertuliano habían abogado por una consideración especial a la iglesia de Roma. Sin embargo, es cuando cae el imperio occidental (430 d.C.) que el obispo de Roma asumió el título de “Sumo Pontífice” que era el titulo del emperador y, a la vez, el emperador de Constantinopla usó un titulo correspondiente a Jefe Supremo Civil. Este intercambio de títulos e investiduras marca un punto importante en el desarrollo definitivo del poder papal.
14
obispo... El obispo de una iglesia madre funcionaba como arzobispo u obispo sobre otros
obispos de la región. Eventualmente, el obispo de la iglesia de Roma fue considerado
como el más alto obispo de la iglesia de todos (p. 66).
¿Qué razones pudieron llevar a este cambio de paradigma?
Pablo amonesta a Tito que establezca ancianos en la isla de Creta tal y como él lo
había mandado (Tito 1:5). Al leer este texto uno tiene la idea de que el apóstol estaba
preocupado de que sus instrucciones fueran obedecidas al pie de la letra. ¿Por qué estas
instrucciones no fueron tomadas en cuenta por los líderes eclesiásticos de los siglos
posteriores?
Aunque no se puede establecer con total certeza cuáles fueron las verdaderas causas
por las cuales la iglesia del primer siglo siguió un camino diferente al que habían fijado los
apóstoles en el siglo uno, algunas consideraciones deben ser hechas.
Los lideres de la iglesia cristiana durante los primeros tres siglos no tenían a la
mano el texto íntegro del Nuevo Testamento. De acuerdo a Artola y Sanchez (1992):
“Solamente en la segunda mitad del siglo IV se perciben intentos verdaderamente serios de
elaborar listas definitivas del canon neotestamentario” (p.99). Los libros circulaban en
forma parcial tanto en la iglesia oriental como occidental y no era común que algún obispo
tuviera acceso a la totalidad del Nuevo Testamento como para hacer un estudio completo de
cómo debía ser dirigida la iglesia. Incluso, las copias mas tempranas que se tienen de las
cartas paulinas reunidas como una colección no incluyen las cartas pastorales, lo cual hace
pensar que estas cartas no fueron incluidas en el corpus paulino sino tardíamente.31
Por otro lado, el método hermenéutico utilizado por los líderes de la iglesia durante
los primeros siglos posteriores al siglo uno fue la alegorización, lo cual hacía muy difícil
hacer una exégesis seria y objetiva de los textos que tenían disponibles. Acertadamente
Vickler (1994) afirma que:
A pesar de la práctica de los apóstoles, una escuela alegórica de interpretación dominó la iglesia en los siglos siguientes. Esa alegorización nació de un motivo propio, el deseo de entender el Antiguo Testamento como un documento cristiano. Sin embargo, el método alegórico como lo practicaban los padres de la iglesia con frecuencia pasaba por alto completamente el sentido
31 Bruce, F.F., 2002, p. 134. Este dato es importante porque la mayoría de las instrucciones paulinas sobre cómo debe dirigirse la iglesia se encuentran en estas cartas.
15
original del autor y la comprensión literal de un texto para desarrollar especulaciones que el autor nunca hubiera reconocido. Una vez abandonado el sentido del autor, como se expresaba en palabras y sintaxis, ya no quedaban principios que regularan o rigieran la exégesis (p.51)
Por ejemplo, Clemente de Roma usa Isaías 60:17 para justificar el establecimiento
de obispos y diáconos en la iglesia, citando en forma retocada la versión griega del Antiguo
Testamento (LXX).32 Clemente argumenta a favor de una cadena de autoridad en la iglesia
que empieza en Dios, sigue a Cristo y finaliza en los obispos, usando para ello la figura de
la jerarquía sacerdotal del Antiguo Testamento: Sumo Sacerdote, Sacerdotes ordinarios y
levitas.33
El método alegórico de interpretación dominó toda la hermenéutica de la iglesia
hasta el siglo XVI y, se podría decir, que todavía no la ha abandonado por completo.34 Es
posible que el método alegórico le haya producido mas daño a la iglesia en la boca de sus
representantes que las mismas herejías, las cuales han sido prontamente atacadas y
neutralizadas, no así la alegorización.35 En palabras de Bernard Ramm: “La maldición del
método alegórico es que oscurece el verdadero significado de la palabra de Dios”. 36
La combinación de estas dos variables (visión parcial de texto del Nuevo
Testamento y una débil metodología exegética) contribuyeron definitivamente a asumir una
actitud permisiva e indiferente a la evolución de una forma jerárquica de gobierno
totalmente ajena al Nuevo Testamento.
A pesar de la creciente institucionalización de la jerarquía eclesiástica, algunos
líderes y estudiosos de la Escritura se dieron cuenta de la desviación y advirtieron del
peligro de ello. Por ejemplo, el presbítero Aerio de Sebaste, hacia la mitad del siglo IV,
impugnó la primacía del obispo sobre los presbíteros, basado en el argumento de que
obispos y presbíteros son iguales.37 También el biblista Jerónimo, para la misma época,
explica que los términos obispo y presbíteros, según Los Hechos y las epístolas paulinas,
32 Schmaus, Op. cit. p.1133 1Clem.40:5, Bueno, Op. cit., p.21534 Martinez, 1984, p. 72.35 Basta escuchar a la mayoría de los predicadores que tienen programas en la radio o en la televisión. Es triste observar que la mayoría de sus mensajes tienen una estructura hermenéutica alegórica y a nadie parece importarle esto. El daño que se le está haciendo a la iglesia en este tiempo por tolerar este tipo de interpretación producirá a la postre una generación de creyentes con una mentalidad alegorizada que será incapaz de interpretar el texto bíblico con la mínima seriedad posible. 36 Martinez, Op. Cit., p.7337 Schmaus, Op. cit. pp. 25-26.
16
significaban originariamente lo mismo.38 Sin embargo, a pesar de estas “voces en el
desierto” que débilmente intentaron señalar un acercamiento más consecuente con el texto
bíblico, prevaleció en la mayoría de las iglesias la tendencia a la jerarquización eclesial.
Después que la iglesia perdió la visión original sobre los que dirigen la iglesia,
muchas distorsiones han afectado su sano desarrollo. El precedente histórico que
encontramos en el libro de los Hechos muestra claramente que el modelo de Dios para la
conducción de la iglesia no es el que vemos en la mayoría de las iglesias de nuestro tiempo.
Largos siglos de controversia y divisiones han arrojado más polvo sobre el modelo de Dios
del que seriamos capaces de imaginar. Necesitamos recuperar este modelo. Necesitamos
volver a las palabras de Pablo a Tito cuando lo dejó en Creta:…establece ancianos en cada
ciudad así como yo te mandé (Tito 1:5; el subrayado es nuestro)
38 Ibid.
17
CAPITULO II
EL CUERPO DE ANCIANOS DEBE REUNIR
LOS REQUISITOS BÍBLICOS
Expresamos anteriormente que Dios exige de los que van a dirigir a su pueblo
condiciones bien definidas. Al referirnos a los ancianos como los dirigentes de la iglesia,
igualmente es necesario que consideremos estas condiciones como requisitos que él debe
cumplir previo a su desempeño como anciano.
Estos requisitos pueden apreciarse mejor bajo tres aspectos generales que son:
integridad en la conducción de su familia, integridad en su carácter e integridad en el
manejo de las Escrituras. Revisemos cada uno de estos aspectos y consideremos en detalle
lo que implican para la vida de alguien que va a ser anciano de la iglesia.
Integridad en la conducción de la familia.
Este primer aspecto se presenta en el Nuevo Testamento bajo dos responsabilidades:
fidelidad a su esposa y sabia crianza de los hijos.
Fidelidad a su esposa. La frase que Pablo emplea para describir esta cualidad es
“marido de una sola mujer” (1 Timoteo 3:2; Tito 1:6). Algunos han pensado que esta frase
podría significar que haya sido casado una sola vez, pero nada, ni el contexto ni en la
gramática, podría indicar tal cosa.39 Al contrario, la forma sintáctica como está escrita la
frase coloca el énfasis en el concepto de tener sólo una esposa.40 Esto tenía sentido en un
contexto social donde la poligamia era habitual y hasta normal.41
El candidato a ser obispo debía reproducir el ideal de Dios para el matrimonio, lo
cuales se pueden resumir en tres palabras: monogamia, heterosexualidad y fidelidad
39 Un comentarista que piensa que refiere a la prohibición de contraer segundas nupcias es Matthew Henry (Lacueva, 1999, p.1747), quien dice que aun a los sacerdotes paganos se les prohibía casarse más de una vez.40 La expresión en griego, tanto en Timoteo como en Tito dice literalmente: “de una mujer hombre”. El énfasis está colocado en la frase inicial: de una. El apóstol quería resaltar con esta forma particular de construir la frase que debía tener sólo una mujer.41 Un excelente estudio del ambiente polígamo tanto en la sociedad gentil como judía lo presenta William Barclay (1983) en El Nuevo Testamento comentado por William Barclay, vol.12. Argentina: Ediciones La Aurora, pp.85-87.
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responsable. El mundo helénico había desafiado brutalmente estos ideales divinos
prostituyendo el matrimonio con la poligamia, la homosexualidad y la infidelidad. Los
dirigentes de las comunidades cristianas debían mostrar en sus propias familias cuál era la
idea original de Dios para la familia. Por eso debía ser maridos de una sola mujer.
Sabia crianza de los hijos. También el ideal de Dios para la familia debía ser
modelado por el líder en relación a la forma de levantar o criar a los hijos. No debía haber
ni imposición arbitraria ni descuido irresponsable. Un ejemplo de lo primero se encuentra
en la pretensión desquiciada de Saúl en matar a su propio hijo por haber desobedecido una
orden incomprensible que él mismo dio (1 Samuel14:24-45). Un ejemplo de lo segundo se
encuentra en el descuido de Elí en no llamar la atención a sus hijos (1 Samuel2:12-36)
Pablo advierte a los que quieren ser ancianos de la iglesia que conduzcan bien sus
propias casas (1 Timoteo 3:4). En el contexto de este pasaje la conducción del hogar se
refiere a la crianza de los hijos, la cual debe desarrollarse con toda honestidad. ¿Qué
significa esta honestidad? El término señala la actitud de alguien que procede con pureza
de intención.42 Un padre que logra la obediencia de sus hijos con amenazas, manipulación
o extorsión no los está levantando con toda honestidad.
El resultado de esta sabia crianza es que sus hijos no solo reconocen y se sujetan a la
autoridad de estos padres, sino que mantienen un buen testimonio ante los de afuera y, lo
mejor de todo, siguen la fe cristiana porque encuentran que sus padres la creen y la viven
(Tito 1:6). ¿Qué razones puede tener un hijo para rechazar la fe de sus padres cuando estos
han demostrado en sus propias vidas que es el mejor camino de virtud y rectitud?
Cuando esta norma no se obedece o se intenta disimular con falsas excusas, no sólo
desobedecemos las directrices de Dios sino que sometemos a la iglesia a estar bajo la
dirección de alguien que fracasó en su propia familia y por ello no satisface las exigencias
de Dios. Nos ponemos bajo la autoridad de alguien que ya Dios ha desechado como líder.
Entendemos que no es fácil para un anciano mantener su hogar dentro de los
estándares bíblicos, pero es indispensable. Los desafíos de mantener un sano equilibrio
entre su familia, su trabajo y el ministerio podría ser una exigencia abrumadora.
Permítannos tratar con mayor amplitud este asunto.
42 Hendriksen (1979, p.146) comenta que el término dignidad significa que “la firmeza del padre haga aconsejable que el hijo obedezca, que su sabiduría consiga que el hijo encuentre que es natural obedecer, y que su amor haga que para el hijo sea un placer obedecer.
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El creyente que ha sido llamado a servir al Señor como anciano en la iglesia local
tiene que compartir su tiempo entre su ocupación laboral (si es un profesional que
desempeña un trabajo secular), actividades de la iglesia, actividades personales, devocional
diario y tiempo con la familia. Las presiones en la empresa, o en la congregación pueden
ser tan grandes que el tiempo dedicado a la familia puede ser mínimo o ninguno.
Una pregunta que ronda amenazante sobre la conciencia del anciano es: ¿Que
pasaría con mi ministerio si pierdo el control de mi familia por no tener tiempo para ellos?
Se dice de un siervo del Señor que era muy solicitado por la gente del pueblo donde vivía.
Él empezó a tener problemas en su hogar por no atender sus necesidades. Desde muy
temprano ya estaban las solicitudes a la puerta de su casa: Enfermos pidiendo atención,
obreros pidiendo trabajo, madres llorando por el abandono de sus maridos, drogadictos
pidiendo dinero, alcohólicos desesperados y otra gran cantidad de casos. Siempre había
tiempo para todos ellos. Un día, al llegar a su casa de madrugada, su hora habitual de
llegada, se encontró con una nota pegada en la puerta que decía, “Nos hemos mudado a la
casa de enfrente para pedirte que nos ayudes, porque estamos solos.”
Si hay algo que los ancianos no debemos descuidar es el tiempo para estar con
nuestra familia. Hay síntomas que son como indicadores del posible descuido a las
necesidades de la familia:
Muchos compromisos que atender; la familia es uno más en la larga lista.
Los artefactos domésticos se dañan y permanecen dañados por mucho tiempo;
queremos hacer algo pero no tenemos tiempo.
Los hijos nos preguntan: Papá ¿a qué hora puedes atendernos?
Salimos apurado, temprano en la mañana y llegamos tarde en la noche, muy
cansados para atender los requerimientos de nuestros hijos o esposa.
Debe estar presente siempre en nuestra mente la amonestación paulina: “…que
gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que
no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)”, 1 Timoteo 3:4-
5. Gobernar o conducir bien el hogar requiere una considerable inversión de tiempo y
esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a hacer.
20
La conducción del hogar exige especialmente el manejo apropiado de los conflictos.
Los conflictos familiares son aquellas situaciones que producen tensión en los miembros de
la familia y que eventualmente pueden conducir a desacuerdos o choques entre ellos. Estos
conflictos pueden originar resentimientos, pérdida de comunicación, agresividad y
abandono del hogar, en el peor de los casos. La familia del anciano no está libre de estas
situaciones, pero si le animamos a que sabiamente, y bajo la dirección de Dios, las atienda
con dedicación, muchas crisis futuras podrían evitarse
En este sentido consideraremos dos tipos de acciones.
Prevención de los conflictos familiares
En este punto resaltamos lo conveniente de exhortar a los miembros de la familia a
conversar y tratar en familia asuntos tales como:
1. Las formas de enfrentar los conflictos.
Apartar tiempo para conversar en forma personal y franca los conflictos.
Procurar, en lo posible, incorporar a todos los miembros del hogar en estas
reuniones.
Si es necesario, buscar la orientación de un consejero
Revisar varias alternativas de solución al conflicto.
2. Los daños que resultan de conflictos no tratados
Cómo se afecta la salud física y emocional de la familia.
Cómo se afecta la misma relación con Dios (cf. 1 Pedro 1:7).
3. Ventajas de mantener buenas relaciones en familia
Buen testimonio personal
Obediencia a la Palabra de Dios
Atención de los conflictos familiares
El conflicto debe ser atendido oportunamente. El anciano cuidará de no dejar que el
conflicto se mantenga en el seno familiar ya que esto no sólo deteriorará la salud integral de
21
aquellos que ama, sino que pudiera afectar su propia vida espiritual y por consiguiente su
liderazgo en la Iglesia.
La forma como Abrahán trató el conflicto con su sobrino Lot puede ilustrar algunos
aspectos importantes en la atención oportuna de los problemas en familia (Génesis 13:1-10)
Comunicación : “Entonces Abram dijo a Lot” (Génesis 13:8), Abram
comprendió que en esa situación era conveniente hablar con su sobrino y en
efecto lo hizo. La falta de comunicación no ayuda para nada en la solución del
conflicto, por el contrario aumenta el resentimiento haciendo mas grande sus
dimensiones. Es lo que conocemos como “el efecto de la bola de nieve”.
Enfocar el conflicto : Abram habló con Lot y le dijo “No haya ahora altercado
entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos” (Génesis 13:8). Abram fue
directo a la situación de conflicto. Pudo haber hablado del ganado que él le
había dado a Lot o de sus años de cuidado cuando niño, no ocurrió así. Habló
específica y directamente del problema.
Presentar soluciones : “¿No está toda la tierra delante de ti?” (Génesis 13:9). Es
lo que pudiéramos llamar abrir ventanas. Una de las bondades de las ventanas
es que dejan pasar los rayos de luz, que son como esas salidas que podemos
tener para tratar una situación de conflicto.
Los conflictos en el seno familiar de un anciano son inevitables, por lo cual es
necesario el animo mutuo entre el cuerpo de ancianos para mirarlos como momentos
oportunos para servir a la familia. La corrección a tiempo de los problemas mejorará el
clima emocional y espiritual del hogar y por consiguiente el rendimiento y eficacia del
ministerio mismo del anciano.
Puede decirse que el testimonio familiar es el sermón diario de un anciano. En este
sermón tienen participación cada uno de los miembros de la familia con el mismo
porcentaje de compromiso. Los puntos principales de este sermón están conformados por el
amor sin aspereza del esposo hacia su esposa, la sujeción de la esposa, el respeto de los
hijos hacia los padres y el trato edificante de los padres hacia los hijos (Colosenses 3:18-
21).
22
El testimonio familiar no solo incluye la relación interna entre los diferentes miembros
de la familia sino también el de esta con los de afuera, ya sean creyentes o no. En efecto,
también la forma como la familia de un anciano se relaciona con sus vecinos testifica para
bien o para mal del evangelio. Ese trato con los vecinos debería caracterizarse por una
buena comunicación, sanas relaciones de apoyo mutuo y solidaridad, la practica de buenas
obras y la comunicación eficaz del evangelio.
Integridad en su carácter.
El segundo aspecto general tiene que ver con el carácter de aquellos que van a
dirigir la iglesia. Las características de estos hombres pueden verse desde dos puntos de
vista: No se dejan dominar por ninguna pasión y cultivan las virtudes cristianas.
No se dejan dominar por ninguna pasión. Los hombres que Dios busca para dirigir
la comunidad cristiana han demostrado que no se dejan arrastrar por las fuerzas que
batallan contra el espíritu (Gálatas 5:17). El apóstol ofrece tanto en 1 Timoteo 3:3-6 y Tito
1:7 una lista amplia de expresiones que inician con el adverbio no (no soberbio, no
iracundo, no dado al vino, etc.). Estas listas negativas señalan que los dirigentes de la
iglesia le han dicho NO a estas actitudes, hábitos y conductas carnales:
No se dejan dominar de ningún sentimiento de hostilidad. La hostilidad es una
actitud que desencadena conflictos entre los individuos, las familias, los pueblos y hasta las
naciones. Incontables guerras han tenido su origen en la actitud hostil de dos o más
personas. Los que dirigen la iglesia deben mostrar control sobre actitudes como los pleitos
(no contencioso - 1 Timoteo 3:3); las discusiones subidas de tono donde domine la
agresión verbal (no pendenciero - 1 Timoteo 3:3; Tito 1:7); la ira manifestada contra los
demás (no iracundo - Tito 1:7); la terquedad mantenida como si nuestra opinión fuera
mejor que la de los demás (no obstinado - Tito 1:7).
El peligro de un dirigente que tenga estas actitudes hostiles es que nunca podrá
funcionar bien en un equipo. Todo irá bien hasta que alguien le lleva la contraria. Pronto
se irá del grupo y formará su propia iglesia y allí intentará igualmente imponer su voluntad
sobre los demás. Sólo se quedarán con él aquellos que por miedo o debilidad no puedan
desafiarlo. Un claro ejemplo de esta actitud la encontramos en Diótrefes, la cual fue
23
rechazada claramente por el apóstol Juan por ser muy perjudicial para la salud espiritual de
la iglesia (3 Juan 9-11).
Los dirigentes tampoco deben dejarse dominar por ningún hábito carnal. Esta
actitud esta ilustrada en el imperativo No dado al vino (1 Timoteo 3:3; Tito 1:7). Nótese
que la prohibición no es a tomar vino sino a emborracharse, esto es lo que se cuestiona.
Cuando alguien no puede controlar la bebida, en el fondo está demostrando que no tiene
capacidad espiritual para frenar el impulso carnal de disfrutar de ese placer. Tal vez
alguien dirá: Yo no tengo ese problema porque sencillamente yo no bebo ningún tipo de
bebidas alcohólicas. Hay virtud en esta declaración pero recuérdese que el problema no es
sólo con las bebidas alcohólicas. Alguien que es dirigente de la iglesia no debe ser
arrastrado por ningún vicio, llámese café, televisión, música, deporte, billar, cartas, etc. El
punto enfocado es la capacidad espiritual del líder en no caer en ningún vicio que lo
domine, como podría hacerlo la bebida alcohólica. Si un vicio lo domina ya abrió una
puerta para que Satanás arruine su vida y seguramente lo hará (1 Pedro 5:8-9), y ¿cómo
podrá dirigir la iglesia en esas condiciones?
Finalmente, los dirigentes tampoco deben dejarse dominar por la codicia. Dos
expresiones sirven para sustentar esta cualidad del líder. En primer lugar se dice que
aquellos que dirigen la iglesia no deben ser codiciosos de ganancias deshonestas (1
Timoteo 3:3 y Tito 1:7). Esta expresión tiene dos sentidos. Por un lado se refiere a las
personas que les gusta hacer dinero de una forma vergonzosa o desacreditable. En ese
sentido, señala a aquellos que en su búsqueda del dinero no les importa cómo lo obtienen
(aun si tienen que violar las leyes), lo importante es conseguir el dinero. Por otro lado, el
término también se refiere a aquellos que muestran un apetito voraz por las cosas materiales
(ambición). 43
La segunda expresión usada por Pablo es no avaro. El término señala a alguien que
ama las riquezas como un fin en sí mismas. Cuando a Moisés se le sugirió que buscara
hombres que le ayudaran a dirigir el pueblo, claramente se le advirtió que una de las
condiciones era que aborrecieran la avaricia para que pudieran ser justos en la forma de
proceder con el pueblo (Éxodo 18:21). La avaricia trastorna la integridad de los que tienen
la responsabilidad de guiar al pueblo de Dios (1 Timoteo 6:6-10). Imagine un pastor
43 Bauer (1979, p. 25).
24
recibiendo una jugosa cantidad de dinero de alguien que no quiere ser confrontado por un
pecado que está cometiendo. Es allí donde se muestra el carácter incorruptible de un
verdadero siervo de Dios.
Al contrario de lo planteado arriba, los dirigentes de la iglesia más bien buscan ser
llenos del Espíritu Santo, es decir, dejan que el Espíritu de Dios controle sus vidas. Este
control se manifiesta en el fruto o la evidencia de una vida transformada o renovada, lo cual
producirá un creyente:
Sobrio: que es moderado en su forma de conducirse, sabe cómo controlar los
excesos y pasiones con disciplina (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8)
Prudente: Muy parecido al anterior, alguien que sabe cómo obrar de tal manera que
no ofenda o cause desagrado a otros (1 Timoteo 3:2).
Amable: es aquella persona que está dispuesta a ceder aun cuando estuviera
renunciando a sus propios derechos (cf.1 Corintios 6:7). Es alguien conciliador,
considerado y apacible (1 Timoteo 3:3).
Justo: el que hace lo que es correcto ante los ojos de Dios. Su sentido de equidad le
lleva a ser ecuánime y equilibrado en la forma de tratar a todas las personas; no se
parcializa ni inclina por nadie. Su meta es tratar a todos como Dios los trataría (Tito 1:8)
Santo: aquel que rechaza el pecado en cualquier forma y cultiva la pureza e
integridad espiritual (Tito 1:8)
Dueño de sí mismo: No se deja controlar de ninguna pasión o inclinación carnal.
Un creyente que es dueño de sí mismo ha rendido su vida al control del Espíritu Santo y por
lo tanto mantiene sujetos a ese control sus sentimientos y emociones.
Buen testimonio de los de afuera: Los de afuera son las personas que no conocen a
Cristo como Salvador; ellos están fuera de la comunidad de creyentes, o sea, fuera de la
iglesia. Es cierto que muchas personas no creyentes calumnian a los creyentes sin ninguna
razón. Pero Pablo no se está refiriendo a ese juicio malicioso de los inconversos, sino a un
real testimonio que ellos puedan ver en la conducta intachable del anciano.
Decoroso: Esta virtud apunta tanto a una vida de excelencia moral interior como a la
apariencia externa del dirigente de la iglesia. En otras palabras, los ancianos que dirigen la
iglesia deben cuidar tanto la limpieza interna de su alma (pensamientos, actitudes,
motivaciones, etc.) como la limpieza externa de su apariencia (cuerpo limpio y arreglado,
25
ropa apropiada, cabellos y uñas adecuadamente recortados y limpios, etc.). Ningún
esfuerzo puede ser considerado demasiado en este sentido.
Integridad en el manejo de la Escritura
Aparte de cultivar estas virtudes cristianas, los ancianos de la iglesia deben tener un
adecuado dominio de la Escritura. Al hablar de dominio de la Escritura se está
comunicando la idea de un manejo correcto del texto bíblico. Este manejo se evidencia en
una correcta interpretación del texto en su contexto de tal modo que pueda mantener la
fidelidad a la Palabra y dar respuesta oportuna a las necesidades de los creyentes a través de
la predicación, la enseñanza, la consejería y otras funciones pastorales. Fidelidad y
pertinencia son, pues, las características de un manejo adecuado de la Biblia.
El manejo de la Escritura se puede comprobar cuando un creyente puede dar
respuesta positiva a preguntas como:
1. ¿Entiendo lo que el autor sagrado quiso comunicar a través de este texto?
2. ¿Puedo explicar la idea central del texto y las ideas secundarias?
3. ¿Puedo ver la relación de este pasaje con los pasajes anteriores y posteriores y
también con la totalidad del libro?
4. ¿Puedo describir los principios bíblicos (valores eternos que son validos en
cualquier cultura y época) que se derivan de este pasaje?
5. ¿Entiendo cómo toda la enseñanza de la Escritura respalda los principios
bíblicos que se derivan de este pasaje?
6. ¿Veo con claridad cómo puedo utilizar este texto en las distintas circunstancias
del ministerio: aconsejar, predicar, exhortar, etc.?
El manejo de la Escritura está estrechamente ligado a la función docente de los
ancianos. Se espera que ellos sean “aptos para enseñar”, lo que implica la capacidad de
comunicar eficazmente un determinado contenido, en este caso, la Escritura.44 En Efesios
4:11 se describen las tareas de pastor y maestro como funciones realizadas por el mismo
44 El término griego didácticos (apto para enseñar) tiene la idea de uno que es capaz o que está entrenado para enseñar según Vine (1999, p.81).
26
grupo de personas.45 Getz (1982) señala que “los pastores… eran también maestros que
ayudaban tanto en la organización de la iglesia como en su crecimiento a través del proceso
de instrucción” (p.122). Por otro lado, se destaca el hecho que una de las principales tareas
del anciano era la de vigilar que las falsas doctrinas y los falsos maestros no penetraran y
confundieran al rebaño con sus perniciosas enseñanzas (Hechos 20:28; Tito 1:9-11).
Por otro lado, los ancianos deben tener la capacidad de mantenerse aferrados o
adheridos a la sana doctrina (Tito 1:9). El término apegado tiene la idea de aferrarse o
agarrarse con fuerza de algo. También puede traducirse como ser fiel a algo. Pablo
advierte que los ancianos de la iglesia deben caracterizarse por su fidelidad y apego a la
doctrina que recibieron porque esta sería la única manera de poder “animar a otros con la
sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9, Dios Habla hoy). ¿Cómo
puede un anciano mantenerse apegado a la sana doctrina sin un estudio adecuado y
profundo de la Escritura?
El Dr. Robert Clinton (1997) señala que “los lideres efectivos deben tener a lo largo
de su vida un plan único y apropiado para el dominio de la Escritura con el objetivo de
usarla con impacto en su ministerio”. Clinton parte del hecho de que el dominio apropiado
de la Escritura es la única garantía de que el ministerio de un creyente va a ser impactante
en la vida de otros ya que la Escritura es lo que realmente impacta y cambia las vidas de las
personas. Esta verdad no es diferente para los ancianos de la iglesia, quienes sustentan en
la Escritura todo su quehacer ministerial.
Un plan para el dominio de la Escritura debe incluir entre otras cosas, según el Dr.
Clinton, los siguientes aspectos:
1. Una lectura devocional
2. Una lectura de refrescamiento para familiarizarse con aquellas secciones
de la Biblia que menos manejamos.
3. El estudio analítico de libros específicos de la Biblia relacionados
especialmente con mi ministerio en la iglesia.
4. El estudio de pasajes claves relacionados con mi ministerio.
5. El estudio de personajes claves relacionados con mi ministerio.45 Una regla de gramática griega descubierta por Granville Sharp, dice que cuando dos sustantivos están conectadas con la conjunción copulativa “y” (gr. KAI) y el primero tiene artículo pero el segundo no, ambos se refieren a la misma persona que esta indicada o descrita por el primer nombre (Danna, 1975, pp. 141-142). Este es precisamente el caso en la construcción griega en Efesios 4.11 de “pastores y maestros”.
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6. El estudio de algunos valores o principios claves para mi ministerio.
7. El estudio de algunos tópicos de interés para el ministerio que estoy
desarrollando en la iglesia.
Es posible que un anciano pregunte ¿y cómo se espera que yo mantenga un plan de
estudio bíblico tan riguroso con tantas cosas que tengo que hacer? Es cuestión de prioridad
y disciplina. Ciertamente el plan es exigente y sin una adecuada disciplina personal que
sepa aprovechar el tiempo al máximo y desechar todo aquello que pueda distraerlo de sus
prioridades nunca se podrá lograr.
Más allá del esquema que un anciano pueda utilizar para desarrollar un plan
personal para el dominio de la Escritura, es necesario que cultive la disciplina y constancia
para poder iniciar y mantenerse firme en la aplicación del plan. Para ello es recomendable
que busque a alguien que le sirva de mentor y a quien usted rinda cuentas del progreso del
plan. Muchos se animan y empiezan con mucho ahínco planes para el estudio disciplinado
de la Biblia pero pronto abandonan. De allí la necesidad de rendir cuentas periódicamente
a alguien.
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CAPITULO III
LOS ANCIANOS DEBEN FUNCIONAR
COMO UN CUERPO COLEGIADO
¿Cómo puede un grupo de hombres dirigir la iglesia?, ¿no es más fácil que la dirija
un solo hombre?
Tomás de Aquino en su libro La Monarquía, dirigido al rey de Chipre, Hugo I, y
donde exalta el gobierno de un solo monarca, señalaba: “Porque evidentemente mejor
puede lograr la unidad lo que es uno por sí mismo que muchos…luego es más útil el
gobierno de uno que el de muchos”.46 Este libro escrito en 1265 advierte que si se
establecía un gobierno de un equipo plural muchas provincias sufrirían las disensiones y
falta de paz por tener muchas cabezas. Aunque el libro está escrito como una apologética a
la monarquía civil, refleja los mismos temores que tendrían los hermanos en la iglesia,
especialmente cuando estamos tan acostumbrados a movernos dentro de un esquema
gerencial-piramidal de administración donde todo finaliza en una sola persona.
Los temores pueden llegar a ser un obstáculo en nuestro deseo de obedecer a Dios.
A pesar del temor de Moisés frente a Faraón o el de Elías frente a Jezabel, fue claro que
Dios requería de ellos obediencia. Por eso más allá de nuestros temores legítimos, es
necesario que examinemos con la mayor objetividad posible las evidencias bíblicas. No
para calmar nuestros temores, sino para entender cuál es la voluntad de Dios en relación a
la dirección de la iglesia y, como consecuencia, obedecerlo.
La evidencia bíblica
Al revisar los textos del Nuevo Testamento que hacen mención de los ancianos de la
iglesia notamos que todos describen un conjunto de personas sin ningún tipo de jerarquía
46 Es interesante que Tomás de Aquino en este mismo texto reconoce que el gobierno de un equipo necesitaría de una armonía difícil de lograr entre los humanos. Estamos absolutamente de acuerdo con este comentario. Sólo el poder de Dios actuando en un grupo de hombres maduros controlados por el Espíritu Santo puede obrar este milagro.
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interna. Nada parece indicar que había grados o distinciones entre ellos. Veamos algunos
ejemplos:
Hechos 11:29-30Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Es la primera mención que se hace en el libro de Hechos y en todo el Nuevo Testamento de los ancianos como lideres de la iglesia local (en este caso de la iglesia de Jerusalén). Lucas describe en forma natural al grupo de líderes como un equipo uniforme. El donativo de la iglesia de Antioquia debía ser entregado a ellos. No se nota que hubiese alguien que representara al grupo o que tuviese la mayor autoridad como para recibir el donativo en nombre de la iglesia. Bruce (1998), comentando este pasaje, indica que los ancianos ejercía un liderazgo corporativo.
Hechos 14:23
Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Este texto se refiere a la estrategia del equipo misionero (Pablo y Bernabé) en dejar un cuerpo de ancianos en cada iglesia que habían fundado durante su primer viaje misionero.47 Al respecto señala Getz (1982): “No existen referencias a la elección de “un” anciano o “un” diacono para una iglesia específica. Es obvio que ningún individuo fue nombrado para servir solo (p 135)”. De lo que sabemos, esta estrategia de establecer un cuerpo de ancianos en cada iglesia local se mantuvo durante toda la tarea misionera de Pablo. En su segundo viaje misionero el fundó iglesias en Tesalónica y Filipos y sabemos que en estas iglesias también había un liderazgo plural (Filipenses 1:1; 1 Tesalonisenses5:12). Se sabe que hizo lo mismo en Efeso (Hechos 20:17). La carta a Tito la escribe al final de su ministerio y en ella repite el mismo patrón de establecer ancianos en las iglesias (Tito 1:5). No hay ninguna mención en ninguno de estos textos que nos haga pensar que estos ancianos estaban organizados internamente en una forma jerarquizada con un presidente o líder superior sobre los demás. Al contrario, como señala Getz: “El grupo necesitaba liderazgo, sí, pero debía ser un liderazgo múltiple; no el de un individuo que servía como una base autoritaria.”48
Hechos 15
Este texto refiere la reunión en la iglesia de Jerusalén para tratar el tema de la circuncisión a los gentiles como requisito para la salvación. Esta reunión fue organizada por la iglesia de Antioquia después que Pablo y Bernabé tuvieron una discusión con unos
47 La frase en el original griego KATA EKLESIA PRESBUTEROS (“ancianos en cada iglesia) indica un uso distributivo de la preposición KATA, como lo sugieren varios lingüistas (Robertson, Rienecker y Rogers). La idea es que en cada una de las iglesias en particular se dejó un equipo de ancianos. 48 Getz, 1982, p.136.
30
maestros que habían ido de Jerusalén a Antioquia para enseñar a los creyentes gentiles que debían circuncidarse para ser salvos (Hechos 15:1-2). En este texto se hace mención tanto de los apóstoles como de los ancianos dentro de los que dirigía la reunión. Tampoco aquí se menciona ningún tipo de jerarquía en estructura piramidal en ninguno de los dos grupos.49 Esta reunión fue dirigida en una manera participativa donde todos tuvieron la oportunidad de exponer sus puntos de vista. Hay algunas expresiones que indican el uso del consenso para tomar las decisiones finales: Pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia…(v.22); Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros… (v.28), y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardase (16:4).
Hechos 20:17
Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.
Este texto describe el momento en que el apóstol Pablo manda llamar a los ancianos de la iglesia de Efeso para darle las últimas instrucciones en cuanto a la tarea que tenían por delante. El apóstol considera que es muy importante que todos los ancianos acudan a la cita. Todos son igualmente responsables o corresponsables por el cuidado de la iglesia. Si uno de los ancianos hubiese sido el principal o el representante del grupo hubiese bastado con mandarlo a llamar sólo a él y éste a su vez simplemente hubiese comunicado las instrucciones al resto del equipo posteriormente. Sin embargo, se nota más bien el nivel de igualdad que compartían todos los ancianos en común.
Hechos 20:28
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Este texto está en el mismo contexto del pasaje anterior, es decir, las instrucciones de Pablo a los ancianos de Efeso. En este pasaje podemos notar algunos elementos que todos los ancianos tenían en común:
1. Todos deben velar unos por otros50 (cuidarse entre ellos).51
2. Todos deben velar por todo el rebaño.52
49 Bruce (1998), abre la posibilidad de que Jacobo funcionara como el equivalente al presidente de la sinagoga judía pero al mismo tiempo lo describe como “primus inter pares” (primero entre iguales), reconociendo que todavía el grupo de ancianos era igual en autoridad (p.344). Trenchard (1977) por su parte, advierte que aunque Jacobo pudo presidir la reunión, esto no significaba ningún tipo de jerarquía (p. 324). 50 El pronombre griego “vosotros mismos” (EAUTOIS) puede tener aquí un uso reciproco: “los ancianos se deben cuidar unos a otros”. En este sentido se acentúa la responsabilidad que tienen todos los miembros del cuerpo de ancianos de velar por sus compañeros de ministerio.51 El término griego que se traduce “velar” (PROSEJETE) significa prestar cuidadosa atención (Tamez, op. cit. p.152). Es un llamado a nunca bajar la guardia en el cuidado tanto de los mismos ancianos como de la congregación. 52 Todos los ancianos tienen la carga de velar por la iglesia. Ninguno de ellos tiene más o menos responsabilidad que los demás en este asunto. Quizá uno o dos de ellos pueda dedicarse a tiempo completo al ministerio pero esto no les da más responsabilidad que los otros de velar por el rebaño. Todos comparten por
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3. A todos el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para apacentar la iglesia del Señor.53
4. Todos son encomendados a Dios y a su palabra que tiene poder para establecerlos firmemente y darles herencia.
Prácticamente este es el único discurso que tenemos del apóstol Pablo que va dirigido específicamente a los ancianos. En el puede apreciarse que, desde el punto de vista paulino, todos los que componen el cuerpo de ancianos de la iglesia local comparten el mismo nivel de autoridad y responsabilidad espiritual.
Hechos 21:18ss
Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos …
En este texto se vuelven a mencionar a los ancianos de la iglesia de Jerusalén. Se nota en el resto del pasaje que los ancianos hablaron como un cuerpo unificado de líderes que le dieron instrucciones específicas al apóstol Pablo (note la forma plural del verbo en los versículos 20 a 25).
Filipenses 1:1
Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:
En la introducción de la carta a los filipenses, Pablo envía saludos a los obispos y diáconos. Es evidente que en esta iglesia había un cuerpo de líderes que se encargaban de la dirección y el cuidado de ella. Los obispos eran los responsables por el gobierno y la dirección de la iglesia local y los diáconos eran los responsables, muy probablemente, de ayudar a los obispos en el desarrollo de algunas áreas ministeriales dentro de la iglesia. Cuando Pablo se dirige a los obispos (y lo mismo se nota con los diáconos) los trata como una unidad, un equipo, un cuerpo homogéneo donde ninguna persona particular tenía la jefatura, o por lo menos no se evidencia en este pasaje.
1 Timoteo 5:17
Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
En este pasaje se muestra el trato que deben recibir aquellos ancianos que se dedican al ministerio de la predicación y la enseñanza. Pablo se refiere aquí a los ancianos que dirigían la iglesia de Efeso adonde había enviado a Timoteo. Algunos aspectos claves deben ser resaltados aquí:
igual esta responsabilidad.53 Los mismos ancianos son llamados obispos y todos fueron igualmente designados por el Espíritu Santo para supervisar la iglesia. Note que no se hace ninguna distinción entre ellos.
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1. Se reconoce que todos los ancianos deben gobernar la iglesia.54 La conducción y el manejo de la iglesia es una responsabilidad de todo el equipo y no de una persona en particular. Aquí se nota que la dirección de la iglesia local es una tarea colectiva y no individual.
2. Se reconoce que la meta es hacerlo bien. El cuerpo de ancianos debe esforzarse para realizar de manera óptima su tarea de conducir la iglesia. Para ello es importante que los ancianos se organicen internamente, lo cual pudiera incluir tareas como: repartirse las distintas tareas de supervisión que sean necesarias, mantener una constante evaluación interna del rendimiento personal de cada anciano, mantener una comunicación permanente con la congregación, etc.
3. Algunos ancianos se dedicarán exclusivamente a atender algunas áreas esenciales de la iglesia como la predicación y la enseñanza. Por no tener otro medio de sustento, la iglesia debe proveer de un ingreso digno a los ancianos que se dediquen a estas importantes tareas.
4. El hecho de que algunos ancianos trabajen a dedicación exclusiva en la iglesia no significa que ellos sean los ancianos principales. Tampoco significa que ellos son más responsable ante Dios por el cuidado de la congregación que los demás ancianos que forman parte del cuerpo pastoral. Todavía la conducción y cuidado de la iglesia será una responsabilidad igualmente compartida por todos los miembros del cuerpo de ancianos.
Tito 1:5
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé
En este pasaje Pablo instruye a Tito para que atienda las necesidades de algunas iglesias en la isla de Creta. Algunas cosas debían ser ordenadas para que la iglesia funcionara bien. Dentro de este proceso de ordenamiento debían ser establecidos ancianos en cada iglesia. De nuevo se observa que el objetivo del apóstol Pablo es que existieran equipos de ancianos (liderazgo plural) para atender cada comunidad local. No se hacen mención aquí de ninguna estructura jerárquica dentro de éstos equipos.
Santiago 5:14
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor
La carta de Santiago, que fue escrita muy tempranamente, identifica también como líderes de la iglesia al cuerpo de ancianos.55 Aquí se les menciona como un colectivo y se indica su responsabilidad de atender a las personas enfermas para orar por su recuperación física y espiritual. De nuevo, no aparece aquí ninguna mención a alguna forma jerárquica de
54 Guthrie, citado por Rienecker (1980) dice del término griego gobernar (PROHISTEIMI), “La palabra significa superintendencia general, y describe los deberes repartidos a todos los presbíteros” (p. 631). 55 Algunos señalan que esta epístola debió ser escrita entre finales de la tercera década d.C. y principios de la sexta (Elwel, Walter y Robert Yarbrough, 1999, p. 354). Kistemaker (1992) por su parte, señala que la carta debió ser escrita antes del concilio de Jerusalén, el cual tomó lugar alrededor del año 49 d.C. ( p.32).
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organización interna del cuerpo de ancianos. Más bien, Santiago los presenta como un grupo que comparten el mismo nivel de autoridad y responsabilidad. Esta carta fue dirigida muy probablemente a las primeras iglesias que se fundaron principalmente por creyentes judíos.56 Lo interesante es que Santiago asume que todas estas iglesias estaban dirigidas por cuerpos de ancianos. Entonces podemos concluir que desde un principio las nuevas iglesias fundadas reconocían la estructura de gobierno de los ancianos.
1 Pedro 5:1-3Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Pedro, al igual que Santiago, escribe a un grupo de iglesias dispersas por varias regiones (Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia). Esta carta toca varios temas relacionados con la actitud que los creyentes deben asumir frente a circunstancias conflictivas, especialmente las persecuciones. Al final de la carta el apóstol Pedro se dirige a los ancianos como dirigentes de las iglesias locales. El apóstol trata los ancianos como un grupo corresponsable de la dirección y el cuidado de la iglesia. Las directrices que él establece en cuanto a la forma como los ancianos deben dirigir la iglesia son igualmente válidas para cada uno de ellos como partes de un equipo. También llama la atención que Pedro se coloca en el mismo nivel que los ancianos a quienes exhorta (“yo anciano también con ellos”). No hay nada más lejos de la verdad que pensar que Pedro se considerara un jerarca por encima de los ancianos de las demás iglesias. El nunca pretendió ser la cabeza de una estructura piramidal en la iglesia.
Después de revisar los textos anteriores podemos señalar algunas conclusiones importantes:
1. De manera uniforme se observa que en todas las iglesias donde se menciona
alguna estructura de dirigencia está es siempre plural.57
2. El cuerpo plural de lideres tiene la responsabilidad de conducir (gobernar) la
iglesia en forma corporativa.58
56 Vea lo que al respecto señala Harrison en Introducción al Nuevo Testamento, pp. 384 y 385.57 Esta estructura de dirigencia plural aparece temprano en la iglesia de Jerusalén (Hechos 11:30), se extiende a las primeras iglesias fundadas por judíos después de la persecución de Esteban y a las cuales escribe Santiago (Santiago 5: 14); Pablo la aplica en forma consistente en todas las iglesias que funda (Hechos 14:23; Filipenses 1:1; Hechos 20.17; 1 Tesalonicenses 5.12; 1 Timoteo 5:17; Tito 1.5), Pedro y el escritor de Hebreos de la misma manera identifican la estructura de dirigencia plural (1 Pedro 5.1-4; Hebreos 13.7, 17). Por eso hablamos de un patrón que se repite de manera uniforme.58 El gobierno debía ser compartido por todos (Ej., 1 Tesalonicenses5:12; 1 Timoteo5:17). Esto implica que cada uno de los ancianos debe asumir su autoridad y responsabilidad como parte de los que establecen las directrices para la conducción de la iglesia y, al mismo tiempo, la autoridad general no debe descansar en un individuo sino en el consenso del grupo (autoridad corporativa).
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3. Los apóstoles cuando se refieren al grupo de dirigentes de la iglesia los tratan de
manera uniforme sin evidenciar que exista entre ellos ningún tipo de estructura
jerárquica interna.59
El valor de la evidencia bíblica
Alguien podría argumentar que los pasajes anteriormente citados lo más que hacen
es describir cuál fue la estrategia que emplearon las iglesias en el siglo uno en cuanto a la
forma de gobernarse. Podría pensarse que no necesariamente esa es la misma forma en que
las iglesias de este tiempo deben ser dirigidas, especialmente porque no hay un pasaje en
particular que lo mande en forma explícita. Sin embargo, el mismo argumento puede
usarse para preguntar ¿por qué los creyentes se bautizan con agua?, ¿por qué no usar arena,
ceniza, u otro elemento? No hay ningún pasaje en el Nuevo Testamento que explícitamente
mandé a bautizar con agua.
En el fondo la pregunta es, ¿cuándo una práctica del Nuevo Testamento puede ser
considerada normativa para la iglesia actual? Es importante señalar lo que al respecto
indican Fee y Stuart (1985):
La decisión de decir si ciertas prácticas o modelos son repetibles o no, debe guiarse por las siguientes consideraciones. Primera, el caso es más definitivo cuando se encuentra solamente un modelo, y cuando éste se repite dentro del Nuevo Testamento. Segunda, cuando hay ambigüedad de modelos o cuando un modelo aparece sólo una vez, es repetible para los cristianos solamente si parece tener la aprobación divina, o está en armonía con lo que se enseña en otra parte en las Escrituras. Tercera, lo que está condicionado por la cultura, no es repetible en absoluto, o debe traducirse a la cultura nueva o diferente (p. 97, el subrayado es nuestro).
El modelo de un cuerpo de ancianos gobernando en forma corporativa a la iglesia
local es el único que encontramos en todo el Nuevo Testamento. Solamente se encuentra
este modelo y se repite en todos los casos. Entonces podríamos decir que, siguiendo el
criterio de Fee y Stuart, este debe ser un modelo repetible para nuestras iglesias en nuestro
tiempo. Por supuesto que no encontramos detalles en cuanto a cómo funcionaba
internamente el cuerpo de ancianos en el ejercicio del gobierno eclesial. Sin embargo, no es
59 Por ejemplo, no existía un titulo para describir al que pudiera hacer las veces de anciano principal, cosa que si existía en estructuras similares muy conocidas por los apóstoles como la sinagoga o el sanedrín. Aquí los apóstoles se apartaron del modelo judío que conocían.
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imposible derivar algunos elementos o principios que deben ser considerados a este
respecto. De eso nos ocuparemos ahora.
El funcionamiento del cuerpo de ancianos
Si los ancianos de la iglesia deben funcionar como un cuerpo colegiado y ejercer el
gobierno en una manera corporativa, algunas condiciones deben ser cumplidas. Entre estas
condiciones podemos señalar:
1. Todos los ancianos tienen el mismo nivel de autoridad. Se ha mencionado ya
que cuando se describe al cuerpo de ancianos en el Nuevo Testamento no se
menciona que exista ninguna estructura interna que haga pensar que hay
ancianos que tengan más autoridad que otros. Al contrario, ellos son tratados
como un grupo que uniformemente tiene la responsabilidad de cuidar la iglesia.
Se sabe también, como ya se explicó en el primer capítulo, que después del siglo
uno comenzaron a hacerse distinciones entre los que dirigían las iglesias. A
finales del siglo II la iglesia cristiana identificaba tres niveles de jerarquía bien
definidos: El obispo, los ancianos y los diáconos.60 Estos niveles de jerarquía,
inapropiadamente creados, fueron los que llevaron a la postre al establecimiento
del poder papal.
La mayoría de los historiadores coinciden en que una de las razones por las
cuales la iglesia del siglo uno experimentó este proceso de jerarquización
interna fue su tendencia a imitar la estructura de gobierno piramidal del imperio
romano.61 Las circunstancias históricas tuvieron más peso para los dirigentes
de la iglesia que el modelo bíblico. Como se ve, la distancia ministerial entre los
obispos y ancianos se fue haciendo más grande. Otros nombres fueron creados
60 Gonzáles, 1994, p.115.61 Así por ejemplo Hurburt, Flower y Narro (1952) dicen que: “la semejanza de la iglesia con el imperio como una organización fortalecía la tendencia hacia el nombramiento de un jefe. En un estado gobernado, no por autoridades elegidas, sino por una autocracia, donde un emperador gobernaba con poder absoluto, es natural que la iglesia fuese gobernada de la misma manera, por un jefe” (p.81). Por su lado Lacueva (2001) señala que: “se puede decir que la iglesia se hizo a imagen y semejanza de las estructuras políticas del imperio. El modo de ejercer autoridad, las vestiduras de sus ministros, el alcance de su jurisdicción, fue calcado por los dirigentes eclesiásticos de las autoridades civiles” (p.445).
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para identificar nuevos cargos y nuevos niveles de autoridad dentro de la
dirigencia eclesial (arzobispos, obispos metropolitanos, patriarcas, Papa).
Esas diferencias entre aquellos que dirigen la iglesia también pueden notarse en
nuestros tiempos. Es posible ver en nuestros días en alguna iglesia local un
cuerpo de dirigentes donde uno sólo es llamado “el pastor” de la iglesia y los
demás que comparten con él la dirección de la iglesia son llamados “ancianos”.62
En otras congregaciones existen los términos pastor y directiva para identificar
dos niveles diferentes de autoridad. Se han empleado, especialmente en
Latinoamérica, términos como copastor, pastor asociado o adjunto, obrero,
laico comprometido, etc. para establecer ciertos niveles de autoridad y
responsabilidad dentro de los dirigentes de la iglesia.
En el fondo, todas estas prácticas conducen a que se hagan diferencias entre los
que dirigen la iglesia y se atribuya a algunos más autoridad que a otros
emergiendo así una estructura jerárquica piramidal ajena a la enseñanza del
Nuevo Testamento.
Si en los primeros siglos de la historia de la iglesia el peligro que se corrió fue la
imitación del decadente modelo piramidal del imperio romano, hoy en día quizá
el peligro es imitar las estructuras gerenciales seculares de las empresas.63
2. Las decisiones se toman por consenso . Para que un grupo pueda ejercer de
manera corporativa la dirección de una comunidad es necesario el consenso. El
consenso es “el proceso por el cual pasa un grupo para llegar a un acuerdo”.64
Para llegar a un consenso se espera que todos puedan expresar sus
pensamientos, debatir las ideas, analizar los puntos de vistas tanto discordantes
como concordantes y, finalmente, acordar algo que pueda reflejar el sentir
62 Se comete en este caso el error de atribuir significados diferentes a dos términos que describen a la misma persona en el Nuevo Testamento. Como ya se ha demostrado, los términos pastor, anciano y obispo se refieren a las mismas personas en el Nuevo Testamento.63 Uno de los principios de la administración empresarial se conoce como “principios de la unidad de mando” y dice que cada subordinado no puede recibir órdenes sobre una misma materia de dos personas distintas. Por eso se asume que toda empresa debe tener solamente una persona que genera las directrices a los demás. La idea de pensar en que dos o más personas puede ser al mismo tiempo cabeza de una comunidad es tan aberrante que es comparado por algunos teóricos de la administración con “un monstruo de dos cabezas.” (Ponce 2003).64 Carpenter (2003, p.1)
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general del grupo. Por eso el consenso no significa que todos debamos pensar
igual, o que todos debamos aceptar la opinión de las mayorías, o que todos
vamos a estar totalmente de acuerdo con los demás. Significa, mas bien, que
todos podemos expresar nuestra manera de ver el asunto y al mismo tiempo,
mostrar nuestra mejor disposición a respaldar otra idea diferente a la nuestra si
nos damos cuenta que aquella puede contribuir mejor al bien común.
La búsqueda del consenso se opone a otros sistemas como las decisiones por
votación. Cuando se decide por votación de las mayorías se está aplicando una
filosofía política que tiene su origen en el deseo de preservar cuotas de poder
dentro de un grupo parlamentario. La búsqueda y preservación del poder no
debe ser la meta de ningún creyente o grupo de creyentes dentro de la iglesia.
Este concepto no sólo es ajeno a la Escritura sino que es mundano y carnal.
3. La autoridad descansa en el grupo y no en el individuo . El concepto de grupo
colegiado por definición asume que la autoridad reposa en el consenso del grupo
y no en las calificaciones individuales de alguno de sus miembros. El término
"colegiado" proviene del latín collegium que a su vez viene de collega que
significa “compañero”. Es por eso que la definición de grupo colegiado es:
“sociedad o corporación de hombres de la misma dignidad o profesión”.65 El
cuerpo de ancianos reconoce que las directrices válidas para el funcionamiento
de la iglesia son aquellas que provienen del acuerdo que entre ellos pueda haber
para definir tales directrices. Ningún anciano particular puede hablar por sí
mismo y pretender representar el sentir de todo el grupo. Ellos están obligados
a llegar a acuerdos que faciliten la dirección de la iglesia hacia los objetivos
bíblicos. Para algunos esto puede resultar difícil, lento, traumatizante, y
humanamente imposible. Sin embargo, hay un claro ejemplo bíblico que
demuestra todo lo contrario: el acuerdo registrado en Hechos 15 sobre la
relación entre la Ley mosaica y los cristianos gentiles. Note cuidadosamente
cuál fue el resultado del esfuerzo que los dirigentes de la iglesia hicieron para
llegar a un acuerdo: “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe y
65 Enciclopedia Universal Ilustrada, 1912, tomo XlV, p.18.
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aumentaban en número cada días” (Hechos 16:5). Aunque no es fácil
desarrollar este principio los resultados bien valen la pena.
El hecho de que la autoridad descanse en el grupo y no en un individuo en
particular no significa que el grupo mismo no tenga dirección o coordinación.
Hay procesos administrativos que deben darse para que el grupo pueda
funcionar efectivamente. Alguien debe tomar notas de los acuerdos, de alguna
manera los ancianos deben recibir recordatorios de aquellas cosas específicas
que deben hacer, alguien debe dirigir la reunión, etc. El cuerpo de ancianos
debe decidir quienes pueden hacer estas tareas de acuerdo a sus dones,
habilidades y disponibilidad. Estas tareas “administrativas” sólo indican la
necesidad de ordenar el funcionamiento del grupo pero nunca significa cargos o
posiciones de autoridad dentro del cuerpo de ancianos.
4. Deben cultivarse actitudes y estrategias que hagan posible la búsqueda de un
mismo sentir. Ya hemos señalado anteriormente que la búsqueda del consenso y
el acuerdo en el cuerpo de ancianos no es una tarea fácil. Requiere mucho
esfuerzo para lograrse.
El cuerpo de ancianos debe desarrollar tanto actitudes como estrategias que
ayuden a la búsqueda del consenso. Entre las actitudes necesarias que cada
anciano debe tener o asumir podemos mencionar, entre otras: la humildad, la
paciencia, la amabilidad, el respeto, la sensibilidad, la prudencia y la sabiduría.
Estas virtudes promueven el diálogo y el acercamiento entre los miembros del
grupo. Permiten que escuchemos bien al otro, que entendamos la naturaleza de
sus planteamientos y reconozcamos la validez de sus argumentos. Si un grupo
de creyentes cultiva actitudes como las descritas anteriormente, no será muy
difícil llegar a acuerdos en un sano ambiente de compañerismo, respeto,
comprensión y unanimidad. Al contrario, si en un grupo de personas las
actitudes que se evidencian son el egoísmo, la impaciencia, la falta de respeto, la
hostilidad, el orgullo personal, el interés de prevalecer por encima de los demás
y otras parecidas, no solamente será imposible llegar a un acuerdo sino que lo
más probable es que este grupo pronto se disuelva y hasta disuelva a la misma
iglesia.
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Alguno podría decir: “!No es fácil que un creyente muestre todas las virtudes
que se necesitan para llegar a un sano consenso!”. Y ciertamente estaremos de
acuerdo con él. Pero preguntamos: ¿no son éstas las mismas cualidades que la
Biblia exige a aquellos que van a ser ancianos de la iglesia? (véase 1 Timoteo
3:1-7; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-3). A los ancianos no se les está pidiendo esta
cualidades sólo para llegar a un consenso en sus decisiones, sino porque la
Biblia ya se las exige para poder dirigir la iglesia.
Mencionamos también que el cuerpo de ancianos debe desarrollar estrategias en
cuanto al manejo de las discusiones para poder llegar a un consenso. Es
necesario ponerse de acuerdo en cuanto a la forma, el orden que se le va a dar a
las reuniones y el tratamiento de los puntos en la agenda de trabajo. Entre estos
acuerdos debe considerarse: quién será la persona responsable de anotar las
decisiones tomadas por el cuerpo de ancianos, cómo se le hará seguimiento a las
decisiones tomadas, quién será el moderador de la reunión, cómo se elaborará la
agenda en cuanto a los puntos prioritarios, cuál será el tiempo y la frecuencia de
las reuniones. Es necesario definir con exactitud estos aspectos administrativos
para asegurar el máximo aprovechamiento del tiempo y efectividad de las
reuniones (al finalizar este capítulo, anexamos un ejemplo de una minuta que
recoge las decisiones en una reunión del cuerpo de ancianos de la iglesia “Dios
es Amor”).
También es importante cuidar el clima afectivo de las reuniones. Los ancianos
deben ponerse de acuerdo en cuanto a las actitudes que deben cultivar para
asegurar un buen clima afectivo. A continuación presentamos una lista de
acuerdo que un cuerpo de ancianos aprobó para regular las actitudes durante sus
reuniones:66
1. Oír con respeto y atención al que esta exponiendo sin interrumpirlo hasta que termine de explicar bien su idea.
2. Referirnos siempre al asunto tratado y no cuestionar o juzgar a la persona que habla.
66 Estos acuerdos fueron discutidos y aprobados por el cuerpo de ancianos de la iglesia evangélica Dios es Amor en la ciudad de Maturín, Venezuela.
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3. Mantener estricta confidencialidad de los casos tratados en la reunión. Esta es la base de confianza para hablar con libertad.
4. Admitir con humildad cuando nos demos cuenta de la debilidad de nuestros argumentos.
5. Pedir más tiempo para seguir pensando en el asunto, si es necesario.
6. Presentar, si es el caso, bases bíblicas para sustentar nuestras apreciaciones.
7. No partir de conjeturas, presuposiciones o especulaciones para hacer afirmaciones. Buscar, sobre todo, una base objetiva para conversar.
8. Mantener un tono calmado y afectuoso aun cuando no estemos de acuerdo con un planteamiento. Las relaciones son más importantes que las discusiones.
9. Reconocer la validez de las ideas que otros plantean aun cuando tengamos otras ideas de cómo lograr el mismo objetivo.
10. Expresar en ese mismo momento cómo nos sentimos si apreciamos que no estamos siendo respetados o valorados.
Sin duda que la idea de funcionar como un cuerpo colegiado es un gran desafío para
el cuerpo de ancianos de la iglesia local. Al mismo tiempo es una excelente oportunidad
para demostrar en forma práctica y concreta los valores de la unidad y la armonía que la
iglesia está llamada a practicar.
Cuando los ancianos fortalecen la unidad entre ellos envían una clara señal al resto
del cuerpo. Pero lo contrario también es verdad: “Cuando llueve suavemente entre los
ancianos, la congregación percibe una tormenta”.67 Por eso los ancianos tienen un reto
enorme: deben mostrar que pueden ponerse de acuerdo en la toma de decisiones difíciles y
delicadas; que están dispuestos a dialogar con la iglesia y escuchar las distintas opiniones
de los miembros; que prefieren el consenso a la imposición arbitraria o la votación
parlamentaria excluyente.
67 Este refrán indica que los desacuerdos evidentes entre los acianos de la iglesia producen preocupaciones y desconciertos enormes entre los creyentes. Ellos son muy sensibles a estos desacuerdos y son severamente afectados por ellos (aunque estos desacuerdos sean menores).
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Ejemplo de Minuta en una reunión del cuerpo de ancianos.REUNIÓN DE CUERPO DE ANCIANOS (20-01-05)ASISTENTES.D. Carpenter S. Marcano J. González R. OliverosA. Pereda E. Núñez
PUNTOS TRATADOS:
1-) Se acordaron los siguientes compromisos: Viernes 21-01-05, 4:00 pm candidatos ministeriales y reunión con ancianos de El Silencio Sábado 22-01-05, 4: 00 pm Reunión normal Jueves 27-01-05, 5:30 pm Agenda para la reunión de Iglesia Sábado 29-01-05, 4:00 pm Curso introductoria al evangelio de Juan
2-) Se comentó lo tratado el 13-01-05 con el hno O. Brito referente al nombramiento de los ancianos de la congregación del Silencio. En este sentido, se le solicitó al hno., reunirnos en forma individual con ellos para conocer su condición espiritual y, posteriormente, considerar su instalación ante toda la red de iglesia DIOS ES AMOR. Los días de reunión serían 21, 22 y 23-01-05 en nuestras horas de reunión. Los hnos. no se presentaron a la primera reunión por razones personales. Se les llamará posteriormente. 3-) Fecha para recordar:
Cumpleaños de las esposas Cumpleaños de los ancianos Aniversario de Boda
18-01 Loida de Pereda 17-07 Rodolfo Oliveros 10-01 Carpenter 13-07 Doris de Marcano 11-08 Samuel Marcano 12-01 Núñez Indriago02-11 Iveth de González 02-10 Danny Carpenter 02-03 Pereda Azocar22-11 Maria de Oliveros 17-10 Eduviges Núñez 14-07 Marcano Mayorga 01-12 Belinda Carpenter 02-12 Juan González 27-07 Oliveros Graterol23-12 Dicia de Núñez 06-12 Ángel Pereda 18-08 González Perneth
4-) Se acordó hablar con A. Millán para iniciar con el ministerio “Pastoral Juvenil”. Su objetivo será coordinar la población de adolescentes (11-17 años), Jóvenes (18-35 años) y jóvenes adultos (36-45 años). En este sentido se realizarán actividades que involucren a todas las congregaciones.
5-) Se comentó la lectura denominada “Nuestras reuniones”. Se concluyó la importancia de que debemos enfocarnos en los puntos de la reunión, delegar en los Ministerios y entender que posponer un punto no significa abandonarlo.
6-) Puntos pendientes:
Primera Prioridad Evaluación de células (Resp. Danny Carpenter) Conversar sobre las preguntas acerca del tema del Divorcio de la primera reunión y convocar a los
lideres a una próxima reunión (Sábado 22-01-05), (Resp. Samuel Marcano) Directrices de administración. Hay que añadir citas bíblicas (Sábado 22-01-05), (Resp. Samuel
Marcano)
Segunda Prioridad Uso de la encuesta de los diáconos (Sábado 22-01-05) Lluvias de ideas sobre Proyecto del terreno (Resp J. González) Unidad 2 “Ancianos que gobiernan bien” llamar a Víctor Indriago (Resp J. González) Visitar con Mogollón al terreno (Resp. Todo el cuerpo de ancianos)
Compromisos
Ancianos
Cumpleaños
Pastoral
Reuniones
Pendiente
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CAPITULO IV
¿DE QUÉ SE OCUPAN LOS ANCIANOS DE LA IGLESIA?
Para algunos esta pregunta no es totalmente clara. Por un lado hay quienes piensan
que la iglesia es la que determina lo que han de hacer los pastores o ancianos. Por otro
lado, hay quienes promueven la idea que son los ancianos mismos quienes deben decidir lo
que han de hacer. La verdad es que ninguna de estas alternativas es totalmente correcta.
La función de los ancianos ya está definida en las Escrituras. Una revisión de los
textos que describen lo que hacen los ancianos pronto nos indicara qué es lo que Dios
espera que ellos hagan.
Las responsabilidades de los ancianos de la iglesia se pueden organizar bajo tres
categorías principales: La enseñanza, el cuidado personal y la supervisión.68 Revisemos
brevemente cada una de estas categorías:
La enseñanza de la Escritura
Se espera que los ancianos sean aptos para enseñar (1 Timoteo 3:2).69 Ellos
principalmente deben ser los que guían a la iglesia en cuanto a lo que se debe creer. Por
ello deben tener la capacidad de explicar con claridad y en forma eficiente la voluntad de
Dios tal y como es presentada en la Biblia.70
Uno de los peligros permanentes que vive la iglesia es la desviación hacia las falsas
doctrinas. Pablo advierte esto mismo a los ancianos de Efeso en su discurso de Hechos
20:17-35 (vea especialmente los vv.28-32). En varias iglesias a las que Pablo escribe ya se
68 En cierta manera estas tres categorías corresponden a tres de los nombres con los cuales se reconocen a los que dirigen la iglesia: Ancianos (enfatiza la sabiduría y por ende la función docente de los dirigentes de la iglesia), pastor (enfatiza el cuidado personal y especial que el cuerpo de ancianos debe tener por cada uno de los miembros de la congregación) y obispo (pone su énfasis en la supervisión o vigilancia de los creyentes, hay también cierta connotación administrativa en este último término muy parecida a los términos dirigente y presidente).69 La palabra en griego significa la habilidad o capacidad que tiene alguien para enseñar (gr. Didácticos). Sólo se usa en todo el Nuevo Testamento aquí y en 2 Timoteo 2:24 (cf. Bauer, 1979, p.191).70 No estamos diciendo que todos los ancianos deben tener la capacidad de dar conferencias magistrales o discursos frente a una gran cantidad de personas y así demostrar que son “aptos para enseñar”. La capacidad de enseñar sencillamente es la de explicar un tema con sencillez de modo que los demás puedan entenderlo.
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había infiltrado la falsa enseñanza (por ejemplo 1 Corintios 15:12; Gálatas 1:6; Filipenses
3:2; 2 Tesalonicenses 2:1-2). Por ello los ancianos debían servir como un muro de
contención para evitar que estas doctrinas erradas penetraran en la iglesia.
Los ancianos deben mostrar una especial solicitud en cuidar que la enseñanza que se
imparte en la iglesia local esté totalmente fundamentada en la Escritura. Cada uno de los
ancianos que forma el cuerpo pastoral de la iglesia debe ser un dedicado estudiante de la
Escritura. Debe esmerarse en conocer profundamente el texto y usar todas las herramientas
de interpretación que estén a su alcance para asegurar que aquello que la iglesia cree y
practica es realmente la voluntad de Dios. Este acercamiento al texto debe ser diario,
disciplinado y constante. No hay peor tragedia que la confianza de un pastor en creer que
los conocimientos que adquirió en el instituto o seminario serán suficientes para cumplir su
tarea.71 Y peor aun es aquel pastor que nunca recibió ninguna preparación y cree que
tampoco la necesita.
La función docente de los ancianos puede realizarse en diferentes escenarios. Por
ejemplo, se puede enseñar en una manera formal (dentro de un programa establecido en la
iglesia), en una manera no formal (como en el caso de las asesorías o mentorías) y en una
manera informal (exhortando, amonestando, advirtiendo, explicando en medio de cualquier
situación no prevista). 72 Al mismo tiempo que sabemos que todos los ancianos deben ser
aptos para enseñar no se debe exigir que todos enseñen en los mismos escenarios y bajo las
mismas condiciones. Es posible que un anciano pueda enseñar cuando toda la iglesia está
reunida mientras que otro enseña a un pequeño grupo de cinco o siete creyentes en un
estudio bíblico y aun otro enseña a uno solo mientras le de una orientación bíblica en forma
de consejo. Los escenarios pueden variar, pero en el fondo se trata de la misma capacidad
de explicar lo que la Biblia enseña.
71 Es posible encontrar pastores que ya no se preocupan por estudiar el texto bíblico a profundidad porque piensan que “ya lo conocen”. Confían en algunas materias que vieron en la institución teológica y consideran que esto es suficiente para “ministrar a la iglesia”. 72 Ejemplos de la manera formal puede ser la clase de los adultos, el sermón del domingo en la mañana, un taller o seminario para líderes, etc. Ejemplos de la manera no formal puede ser una entrevista para dar orientación espiritual a algún creyente, un entrenamiento “uno a uno” para ayudar a alguien a desarrollar su ministerio. Ejemplos de la manera informal serían la conversación que tendría un anciano con un diacono mientras van juntos a hacer una visita. Lo que hace mas o menos formal una actividad docente es el grado de planificación y estructuración que tenga la actividad misma (la planificación de la enseñanza, los materiales que se usan, los objetivos docentes, el lugar de estudio, los materiales y recursos utilizados, etc.). Cuanto mas estructurado sea la actividad más formal será.
44
El ministerio docente de los ancianos incluye la formación o capacitación de otros
creyentes para el desarrollo de los distintos ministerios que la iglesia necesita. Esto es vital
porque asegura un liderazgo de relevo en la iglesia local. Una buena parte del ministerio de
los ancianos debe estar dirigido a la formación de los creyentes.
Algunos ancianos se dedicarán exclusivamente a desarrollar un ministerio docente
en la iglesia. Seguramente serán reconocidos en la iglesia por tener el don de la enseñanza
y se dedicarán a desarrollarlo a tiempo completo para el beneficio total del cuerpo. Si este
es el caso, la iglesia debe reconocer la necesidad de sostener económicamente a estos
ancianos de una manera honrosa (1 Timoteo 5:17).
El cuidado personal de la congregación.
Los ancianos deben también cuidar en forma personal y directa a los miembros de la
congregación. Este cuidado no tiene sustituto. En un tiempo donde las comunicaciones y
las relaciones cada vez son mas impersonales y masivas, es importante recordar que la
atención persona a persona es una responsabilidad bíblica que los ancianos deben cumplir.
Hay varios términos que se emplean en el Nuevo Testamento para describir el
cuidado personal que los ancianos deben tener por los creyentes. Uno de sus términos es la
palabra cuidar (Hechos 20:28).73 Esta palabra indica la actitud vigilante de los ancianos en
estar pendientes de las necesidades de los creyentes. En este pasaje los creyentes son
comparados con un rebaño de ovejas (…por todo el rebaño). La figura implícita es la del
pastor mostrando un cuidado especial por las ovejas. Por eso se emplea en este mismo
contexto el término “apacentar” que tiene la idea de vigilar el estado del rebaño.
Otro término usado es velar (Hebreos 13: 17).74 La idea aquí es estar atento a todo lo
que pasa con los creyentes a fin de evitar cualquier cosa que pudiera poner en peligro su
bienestar espiritual. Bruce, comentando este texto señala: “Los líderes llevaban una pesada
responsabilidad: debían rendir cuentas del bienestar espiritual de aquellos puestos bajo su
cuidado. No es extraño que perdieran sueño por su responsabilidad, porque el "velar"
73 El término griego PROSEJO, tiene la idea de “preocuparse”, “tener cuidado” o “estar pendiente de alguien” (Bauer, op. cit, p.714). No puede negarse la carga personal que esta palabra tiene. Presupone una relación persona-persona. 74 La palabra velar (Gr. AGRUPNEO, estar alerta) hace alusión a la actitud vigilante de los que montan guardia. Tiene la idea de perder el sueño (Rienecker y Roger, 1980, p.720).
45
podría muy bien implicar esto así como la vigilancia general- si alguno de su rebaño estaba
en peligro de quedarse fuera de su control.”75
También se utiliza la palabra atender (1 Timoteo 3:5).76 En este pasaje se pone en
paralelo el liderazgo de los ancianos en sus propios hogares con el cuidado que deben tener
por aquellos que forman la iglesia. El argumento de Pablo es que si un anciano no puede
mostrar diligencia y capacidad para conducir a su familia hacia el logro de la voluntad de
Dios menos podría hacerlo con la iglesia. Tanto su casa como la iglesia requieren de su
cuidado y preocupación especial.
Todos estos términos señalan una relación que es personal, directa y permanente.
Algunos pastores o ancianos se consideran a sí mismos más como gerentes de la
iglesia que como verdaderos pastores de la grey. Pastorean desde la oficina (no desde la
realidad de los creyentes), están siempre rodeados de papeles (no de creyentes), supervisan
el organigrama y los planes (no la forma como viven los creyentes), usan mucho el mensaje
de texto y el correo electrónico (en lugar de la conversación cara a cara) y finalmente
huelen a computadora (no a ovejas). No importa cuan avanzada esté la tecnología
comunicacional o gerencial, definitivamente no hay sustituto para la atención personal.
El peligro de algunas iglesias grandes es ese precisamente. Quizá al principio los
ancianos podían estar en contacto con todos. No había problemas en hablar con alguno de
los ancianos en el momento que se le requería. Las visitas y orientaciones bíblicas eran
frecuentes. Pero al llegar el crecimiento, los ancianos corren el peligro de aislarse o
separarse de los creyentes para concentrarse en los asuntos administrativos de la iglesia.
Nunca debemos olvidar que cuando aparezca el Príncipe de los pastores nos evaluará por la
forma como nos relacionamos (personalmente) con el rebaño, no por la asistencia,
organización ni ingresos de la iglesia (1 Pedro 5:1-4).
¿Qué pasa si la congregación crece al punto de que excede la capacidad de cuidado
personal de los ancianos y no hay otros ancianos listos para incorporarse al cuerpo de
ancianos? Es una situación en cierta forma parecida a la que vivió Moisés en Éxodo 18:14-
75 Bruce, 1987, p.412.76 La palabra atender es una traducción del griego EPIMELEOMAI, que tiene la idea de ejercer cuidadosa atención de algo (la fuerza de la preposición EPI en este verbo compuesto le da intensidad a la acción de cuidar (Reinecker, 1980, p.623). Este verbo se usa sólo aquí y en Luc.10:34 donde se describe el cuidado especial que el samaritano tuvo por el hombre herido.
46
26. La capacidad de atención de Moisés fue excedida por la cantidad de personas que
venían a él buscando solución a sus problemas.
La respuesta de Jetro, aunque sencilla, fue bastante eficaz y logró el objetivo
propuesto: que todos fuesen atendidos.
Los ancianos deben garantizar a todos los creyentes que ellos pueden ser atendidos
oportuna y eficazmente. Hay muchas maneras a través de las cuales se puede lograr esto.
Una de ellas es desarrollando estructuras de grupos pequeños donde los hermanos puedan
ser atendidos en un nivel fundamental. Un ejemplo de estas estructuras son las células.
Cada líder de célula hace un trabajo pastoral de cuidado personal al estar pendiente de las
necesidades de los creyentes que forman parte de su célula. Los ancianos pueden apoyarse
en estos líderes, igual que Moisés, para ofrecer a todos los creyentes la posibilidad de ser
bien atendidos.
Pero es bueno advertir algunas cosas. Aunque haya suficientes células donde los
creyentes puedan ser atendidos, de todas maneras los ancianos deben seguir ofreciendo
atención personal a los creyentes que lo necesiten. Moisés no se fue de vacaciones después
de elegir a los varones que Jetro le sugirió. Ciertamente su carga se redujo y todos tuvieron
más oportunidad de ser atendidos, pero todavía Moisés seguía atendiendo “todos los
asuntos graves” (Éxodo 14:26).
Los ancianos, aunque reciban apoyo de otros líderes para atender a los creyentes,
nunca deben declinar esta responsabilidad primaria. Todavía tareas como la oración por
creyentes enfermos, la consejería, visitar a hermanos desanimados, exhortación a creyentes
que se están desviando de la sana doctrina, etc. deben ser realizadas por los ancianos.
Por otro lado, aunque algunos líderes atiendan a muchos creyentes, todavía los
ancianos son responsables por esos creyentes. Los ancianos deben estar totalmente
informados de todo asunto importante que amerite la atención de ellos. A la vez, los
mismos líderes que les ayudan, deben ser atendidos por los ancianos para mantener su salud
espiritual, recibir ánimo y seguir siendo entrenados.
47
La supervisión de la iglesia
No hay duda de que los ancianos deben ser los que supervisen la marcha de la
iglesia. La esencia misma del término presupone la función de administrar o vigilar la
buena marcha de una obra o proyecto.77
Se nota que los ancianos fueron reconocido como los responsables por tomar las
decisiones claves en la iglesia (Hechos 11:30; 15:2, 6, 22; 16:4). Esto supone que estaban
revestidos de alguna forma de autoridad oficial y formal.78
Su función de supervisores es una encomienda directa del Señor (Hechos 20:28).
Aunque los hombres intervienen en el nombramiento u ordenamiento de los ancianos, hay
que resaltar que fue el Espíritu Santo quien les dio la responsabilidad de supervisar el
rebaño. Dios llama y encomienda, la iglesia reconoce y hace oficial lo que Dios ya ha
decidido (cf. Hechos 13:1-3; 14:23; 1 Timoteo 4:14).
La tarea de supervisar el rebaño debe suponer que los ancianos conocen bien cuál es
la meta hacia la cual deben llevar a la iglesia. ¿Cómo sabemos que lo que alguien está
haciendo es correcto si no sabemos cuál es la medida estándar que se requiere de su
trabajo? Esto significa que los ancianos deben conocer muy bien cuál es la misión de la
iglesia y cuál es la forma concreta en que la congregación va a llevar a cabo esa misión. Por
eso se espera que dediquen suficiente tiempo en aclarar primero entre ellos mismos qué es
la iglesia (cuál es su naturaleza según el Nuevo Testamento), cuál es su misión (de qué
debe ocuparse la iglesia según la Escritura) y cuál es su visión (cómo puede esa iglesia
local en particular llevar a cabo la misión en los próximos años). Por supuesto que este tipo
de estudio requiere esfuerzo y gran inversión de tiempo pero los resultados bien valen la
pena ese esfuerzo.
Una vez que los ancianos se pongan de acuerdo en cuál es la naturaleza, misión y
visión de la iglesia según la Escritura, entonces ahora tendrían que hacerla conocer a toda la
congregación. Esto implicará algún tipo de actividad comunicacional o promocional que
permita que toda la iglesia conozca estas mismas afirmaciones. Boletines, carteleras,
77 El término obispo (gr. episcopos) estaba asociado, dentro de la cultura griega, a la función de los capataces, supervisores o sobreveedores (Lokward, 1999, p.763). 78 No era que ellos mismos se autoproclamaban dirigentes de la iglesia. Tuvo que haber ocurrido previamente alguna forma de reconocimiento y respeto de la comunidad cristiana local al liderazgo de estos hombres y una aceptación de las condiciones necesarias para dirigir al cuerpo local de creyentes.
48
transparencias, rotuladores, etc. pueden ser usados como recursos para lograr este
propósito.
Por otro lado, también es necesario no sólo identificar la naturaleza, misión y visión
de la iglesia sino la forma cómo ella debe organizarse para lograr más efectivamente su
misión. Hablamos aquí de la organización de la iglesia. Por eso, todas las estructuras de
trabajo ministerial formadas en la iglesia deben poder responder las siguientes preguntas
básicas:
1. ¿Cómo ayuda esta estructura al cumplimiento de la misión y visión de
nuestra iglesia?
2. ¿Qué objetivos específicos cumple?, ¿en qué forma estos objetivos
están relacionados con nuestra misión y visión?
3. ¿Qué necesidades concretas ayuda a suplir?
4. ¿Están cada uno de sus integrantes plenamente convencidos de la
relación de esta estructura con la misión y visión de la iglesia?
5. ¿Reúnen sus integrantes el perfil de conocimiento, carácter y
habilidades requeridas para dirigir este ministerio?
No debería iniciarse ningún nuevo ministerio en la iglesia o formarse una nueva
estructura si no se está bien seguro de cómo esta va a contribuir en alcanzar la visión de la
iglesia. Los ancianos son responsables de vigilar que esto no ocurra.
Una vez que hay pleno convencimiento de la necesidad y posibilidad de formar un
nuevo ministerio o estructura de trabajo, entonces debe indicarse los objetivos específicos
que se van a lograr, el perfil que deben reunir quienes van a dirigirlo, cuáles serían sus
responsabilidades, a quién van a rendir cuenta y con qué frecuencia. Cuando esta
información esté clara, entonces puede buscarse a los creyentes idóneos para cumplir esta
tarea. Si no tienen todavía a alguien que pueda reunir ese perfil, se entiende que no es el
momento de iniciar el ministerio. Por eso hay que esforzarse por entrenar a los creyentes
teniendo en cuenta las necesidades actuales y proyectadas de la iglesia.
Deben existir procesos de supervisión para todos los ministerios y actividades de la
iglesia. Reuniones periódicas, rendición de cuentas, entregas de informes de gestión, son
ejemplos de procesos de supervisión que los ancianos deben aplicar para mantenerse
informados de todo el movimiento ministerial de la iglesia.
49
Es importante señalar que, si bien es cierto que los ancianos no son esencialmente
gerentes, también lo es que las funciones administrativas que ellos deben realizar no pueden
ser evitadas. Hay que planificar, delegar, evaluar, organizar, etc. Todas estas funciones
administrativas son vitales para el desarrollo de la congregación. El punto de equilibrio
está en el hecho de no permitir que se entienda la vida de la iglesia meramente como una
cuestión administrativa.
Finalmente, es importante que los ancianos también entiendan que su
responsabilidad delante de Dios es servir a los creyentes a través de proveerles educación,
cuidado personal y supervisión. Cada creyente que se une a la iglesia local debe recibir una
adecuada alimentación, una esmerada atención y una oportuna supervisión para avanzar en
su desarrollo espiritual.
Los ancianos deben ofrecer estas garantías funcionando de manera corporativa.
Ellos deben unir sus dones, habilidades, enfoques y sabiduría para conducir a la iglesia al
desarrollo de su potencial y la satisfacción de sus necesidades. No todos harán lo mismo, ni
tendrán la misma disponibilidad de tiempo, ni ejercitarán los mismo dones o pasión
ministerial pero todos estarán unidos en entender la naturaleza de su responsabilidades y
desarrollarla como debe ser.
Las funciones de los ancianos
FUNCION TEXTOS RELACIONADOS ACTIVIDADES RELACIONADAS
Enseñanza
(Relacionada más con la figura del anciano)
- “Aptos para enseñar” (1 Timoteo 3.2)
- “Retenedor de la sana doctrina para que pueda exhortar… y convencer…”(Tito 1:9)
-
1. Enseñanza de la sana doctrina.
2. Predicación de los principios bíblicos.
3. Capacitación de los creyentes en el desarrollo de sus ministerios.
4. Formación del carácter a través de mentoría.
Cuidado personal
(Relacionada más con la figura del pastor)
- “…mirad…por todo el rebaño” (Hechos 20:28)
- “…apacentar la iglesia del Señor” (Hechos 20:28)
1. Orientación bíblica.2. Visitar a los creyentes.3. Orar por los enfermos.4. Revisar la vida espiritual de
50
- “…ellos velan por vuestras almas” (Hebreos 13:17)
- “¿…como cuidará la iglesia?” (1 Timoteo 3:5)
- “…orar por los enfermos” (Santiago 5:14).
los creyentes.5. Exhortar, amonestar,
persuadir, aconsejar.
Supervisión
(Relacionada más con la figura del obispo, dirigente o presidente)
- “…el Espíritu Santo os ha puesto por supervisores” (Hechos 20:28)
- “…os presiden en el Señor” (1 Tesalonisenses5:12).
- “Los ancianos que gobiernan bien…” (1 Timoteo 5:17).
- “…como administradores de Dios” (Tito 1:7).
1. Evaluar el desempeño ministerial de la iglesia.
2. Establecer la visión de la iglesia local.
3. Establecer metas a largo, mediano y corto plazo.
4. Delegar funciones y requerir informes del trabajo delegado.
5. Velar que la iglesia se mantenga en la visión.
.
51
CAPITULO V
LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA HACIA LOS
ANCIANOS
La otra cara de la moneda
En el capítulo anterior señalamos cuáles eran las responsabilidades de los ancianos
en su tarea de cuidar y dirigir la iglesia. Ahora queremos señalar cuáles creemos que son
las responsabilidades de la iglesia para con sus ancianos. De esta manera podremos
apreciar de una forma más completa el plan de Dios para su iglesia: por un lado un
liderazgo de servicio y por el otro una congregación respetuosa.
Por lo general, cuando pensamos en el liderazgo de la iglesia, casi siempre el
enfoque está en los que dirigen. Hablamos de las cualidades espirituales, de su carácter, los
requisitos bíblicos para ser líder, el trabajo que deben realizar, etc. Todos están pendientes
de quiénes y cómo deben ser los líderes.
Pero, ¿por qué pocos mensajes, libros y artículos están dedicados a la
responsabilidad de los que son dirigidos hacia sus líderes? ¿Cuándo fue la última vez que
usted escuchó un sermón sobre este tema, o leyó un libro o artículo sobre este punto?
Creemos que una de las razones principales por la qué no hablamos mucho del tema
es que los que predican y escriben la mayoría de los libros y artículos son los mismos
líderes, y tienen temor de ofender a su congregación y provocar un éxodo de su gente a
otras iglesias o que los mismo lideres se vean obligados a salir forzosamente de la iglesia
después de hablar sobre este tema. ¡Vaya problema! Cualquiera que sea la razón, es
posible que no haya una perspectiva apropiada en cuanto a la relación que debe haber entre
una iglesia y sus ancianos.
Empecemos por explicar algunos conceptos erróneos acerca de la relación iglesia—
ancianos. Examinaremos también algunos pasajes sobre el tema para ver lo que los autores
bíblicos pueden aportar.
52
Algunos conceptos erróneos
Estos conceptos fluyen de algunas ideas no bíblicas que han florecido en las
iglesias. Cuánto más lejos una iglesia se descarríe de la verdad de la Palabra de Dios, más
problemas de este índole habrá. Vamos a examinar algunos de estos pensamientos
erróneos.
Pastor pagado, pastor controlado
Muchas personas tienen la idea que si la iglesia paga a los ancianos, entonces la
congregación puede decidir cuáles son las responsabilidades de estos líderes y lo que se
espera de ellos. Los tratan como si fueran empleados de una empresa. Un miembro de una
iglesia, que estaba sin pastor, oró así: “Señor, mándanos un pobre pastor, ¡y lo
mantendremos pobre!” La iglesia ejerce cierto control sobre el anciano que recibe sueldo,
según este punto de vista.
Ray Stedman (1988), pastor de la Iglesia Bíblica Península, dijo,
Yo conozco iglesias donde los pastores son tratados como siervos pagados; están allí para responder a los caprichos de la directiva de la iglesia o el voto de la congregación. Son tratados con poco o ningún respeto y a veces son maltratados severamente. Eso es una lástima. Mientras este concepto prevalezca entre la congregación, su manera de tratar al
anciano será como la que describe Stedman. Las iglesias que piensan de esta manera a
veces lo que quieren es “sacar” al pastor. Todo porque simplemente no les gusta como
predica, como enseña, como se viste, etc. En ocasiones prevalece el argumento: “Bueno, es
solamente un empleado. Podemos buscar otro.”
Este problema de correr a los ancianos no es nuevo. Clemente, uno de los obispos
de Roma, escribió su primera carta a los corintios al final del primer siglo. En la carta,
¡Clemente los acusa de haber sacado injustamente a algunos obispos! Dice (Lightfoot, s.f.):
A estos hombres [los que fueron nombrados para el cargo de obispo para tomar el lugar de los que habían muerto], pues, que fueron nombrados por ellos, o después por otros de reputación, con el consentimiento de toda la Iglesia, y que han ministrado intachablemente el rebaño de Cristo, en humildad de corazón, pacíficamente y con toda modestia, y durante mucho tiempo han tenido buena fama ante todos, a estos hombres nosotros consideramos que habéis injustamente privado de su ministerio….Porque nosotros entendemos que habéis expulsado de su ministerio a ciertas personas a pesar de que vivían de modo honorable, ministerio que ellos habían respetado de modo intachable. (p. 95)
53
Este concepto deja lugar para que las ovejas dirijan a los ancianos. Luego mostraremos por
qué no es bíblico.
Títulos honoríficos
El segundo concepto erróneo tiene que ver con los títulos que se usan para designar
a los ancianos de la iglesia. Durante los siglos se ha inventado un sinnúmero de títulos o
palabras “especiales” para distinguir a los líderes de los demás miembros. “Pastor,”
“Obispo,” “Reverendo,” “Ministro” o “Apóstol” (uno de los más populares hoy día) son
algunos de estas etiquetas. Aunque no podemos negar que en el principio la motivación
probablemente era correcta (la de honrar a los líderes), el método escogido ha generado
múltiples problemas. Estos títulos han servido para abrir una brecha grande entre lo que
algunos llaman los “cleros”79 (los líderes) y los “laicos”80 (los miembros). El problema con
estos títulos es que causa que la gente piense que los líderes son hombres súper espirituales
y que los miembros no pueden llegar a su nivel de espiritualidad. Son puestos sobre un
pedestal y nadie los baja de allá. Lo triste es que los ancianos muchas veces no dicen nada
porque les gusta ser presentados o llamados por estos títulos.
Anciano descuidado
A veces se encuentran iglesias que hacen muy poco para sus ancianos. Son tratados
como si fueran una molestia. La iglesia no se preocupa por sus necesidades, casi con una
actitud como, “Ellos son siervos de Dios. ¡Que Él se encargue de sus necesidades!” En
muchos de estos casos los ancianos tienen que trabajar secularmente, y ¡aun así la iglesia
quiere que cumplan sus responsabilidades pastorales como si estuvieran tiempo completo
con la iglesia!
Hace un tiempo Randall Wittig escribió un artículo titulado “Mataron al hijo del
pastor.” Describió una situación real dónde un hijo de un pastor murió debido a una mala
79 La palabra “clero” viene del griego kleros, y significaba una piedra usada para echar suertes, y por extensión “suerte echada”. El diccionario de la Real Academia Española nos informa del uso de la palabra luego en la historia: “En la Edad Media, hombre letrado y de estudios escolásticos, aunque no tuviese orden alguna, en oposición al indocto y especialmente al que no sabía latín (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta®).80 “Laico” es una palabra derivada del griego laos, que significa “pueblo.” Según el diccionario RAE en la Edad Media llegó a significar, “Que no tiene órdenes clericales” (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta®).
54
alimentación. En parte Randall culpa a la iglesia por no haber mostrado un amor genuino
hacia ellos y por no aumentar su sueldo. Él hizo algunas preguntas penetrantes: “¿Hasta
qué punto deben sufrir un pastor y su familia ‘a causa del ministerio’? ¿Es legítimo
presionar el pastor por medio de su salario?...¿Debe haber un contrato entre el pastor y su
iglesia, en el cual se describa el trabajo que se espera del pastor y la iglesia se comprometa
a aumentar periódicamente su salario?” 81 Son preguntas que cada iglesia debe tomar en
cuenta y tomar medidas para prevenir una situación parecida.
El concepto bíblico
La pregunta no es, “¿Qué piensa la iglesia que es su responsabilidad hacia los
ancianos?”, sino “¿Qué dice la Biblia sobre la relación que la iglesia debe tener con sus
líderes?” La Biblia habla de por lo menos cuatro responsabilidades que tiene hacia los
líderes.
Respeto y alta estima
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden
en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su
obra. Tened paz entre vosotros.
1 Tesalonicenses 5:12-13
Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido
vuestra ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales
personas.
1 Corintios 16:17-18
Estos dos versículos destacan el respeto que las iglesias deben dar a los líderes.
Aunque reconocemos que en ninguno de estos pasajes se mencionan pastores o ancianos, el
contexto indica que estas personas son líderes entre las congregaciones. Estos líderes
probablemente son los ancianos o los potenciales ancianos.82
81 Apuntes Pastorales, No. 1, Vol. VI.82 Decimos “potenciales” porque la carta a los tesalonicenses fue escrita uno año o menos después de su fundación. Dado que Pablo estuvo solamente entre uno a tres meses en la ciudad, y que Silas y Timoteo se habían quedado un poco más de tiempo en la región, es razonable pensar que habían líderes, pero no
55
En sus instrucciones a la iglesia joven en Tesalónica, Pablo inserta un comentario
sobre las actitudes y las acciones correspondientes que la iglesia tenía que mostrar hacia los
líderes. Aunque el pasaje revela algo sobre la responsabilidad y el trabajo de estos líderes,
la intención de Pablo era enseñar a la iglesia cómo tratar a los que estaban dirigiendo la
obra. También en 1 Corintios 16 es claro que el contexto habla de la actitud hacia estos
líderes.83
Hay tres verbos que describen el respeto que los líderes deben recibir de los demás
miembros. El primero se traduce “reconocer” en 1 Tesalonicenses 5:12.84 Aunque varias
de las traducciones de la Biblia lo tienen así85, el significado va más allá. Significa aquí,
“dar reconocimiento merecido a alguien, respetar, apreciar, tener apreciación para”
(Friberg, 1994). Ray Stedman (1988) comenta, “La palabra realmente es, ‘conocerlos.’
Reconocerlos. Tener conciencia de ellos. No los menosprecien….Aquí el apóstol está
diciendo, ‘Conozcan a sus líderes. Entiendan que son personas y no los ignoren.’” John
MacArthur (s.f.) añade, “Pablo animó a los tesalonicenses a que tuvieran un aprecio
profundo por sus líderes espirituales que trabajaban por su beneficio.”
El segundo verbo aparece en 1 Corintios 16:17-18. La RV usa la palabra
“reconocer” en su traducción. Pero esta vez es una palabra griega diferente.86 En este
contexto la palabra llega a ser un sinónimo de la palabra usada en 1 Tesalonicenses 5:12.
La idea es igual en los dos contextos: estos hombres merecían el respeto de los que estaban
recibiendo el beneficio de su labor.
El tercer verbo utilizado se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:13. La RV la traduce
“tener en estima.”87 Esta palabra significa “considerar, tener por, creer conveniente, creer,
estimar.”88 La presencia del adverbio traducido “en mucha” nos ayuda en la traducción.
Según el Léxico Louw-Nida (1988), el adverbio significa “un grado extraordinario,
involucrando un exceso considerable sobre lo que se espera…‛extremo, extremadamente, a
un grado extremo, a un grado muy grande.’” La Biblia de las Américas traduce esta frase
necesariamente habían sido nombrados ancianos todavía.83 Vea el v. 16, donde Pablo exhorta a la iglesia a “sujetarse” a Estéfanas y otros que estaban esforzándose en la obra.84 La palabra griega es oida, que significa “haber visto” y por extensión “conocer.” 85 Vea la Reina-Valera 60 (RV), la Reina-Valera Actualizada (RVA) y La Biblia de las Américas (LBA). La Nueva Versión Internacional (NVI) lo traduce “sean considerados con.” 86 La palabra es epiginosko. Según Tamez (1978), puede ser traducida “reconocer, apreciar.” 87 La palabra griega es hegeomai.88 Tamez, 1978, p. 80.
56
como tener “en muy alta estima.” Resumimos con el comentario de Strauch (2001) sobre
este versículo:
La magnitud en que la congregación debe estimar a los líderes se expresa en el término “muy alta,” que alude a “la mayor” “sobreabundante”. El comentarista bíblico George G. Findley (1849-1919) habla de esta palabra como “la más intensa y fuerte del idioma. Así de profundo y cálido debe ser el afecto que une a los pastores con su rebaño”…La iglesia, entonces, tiene una divina obligación de tener en muy alta estima a sus líderes espirituales. (pp.175-176)Estos textos presentan no solamente cómo deben ser tratados los líderes por la
iglesia, sino también una razón por qué la iglesia debe respetarlos en esta manera. Esto se
ve en las frases “los que trabajan entre vosotros” (1 Tesalonicenses 5:12); “por causa de su
obra” (1 Tesalonicenses 5:13); y “los que ayudan y trabajan” (1 Corintios 16:16). Deben
ser respetados por el trabajo que desarrollan. La palabra traducida “trabajar” en 1
Tesalonicenses 5:12 y 1 Corintios 16:16 significa “trabajar arduamente” 89. Los líderes
merecen respeto cuando se esfuerzan en cumplir con su tarea de guiar a la iglesia. Stedman
(1998) señala, “Ellos trabajan arduamente. Gastan horas esforzándose en trabajo que es
difícil y a veces humillante. Al contrario de lo que piensan algunas personas, no es la
verdad que los pastores trabajan solamente un día de la semana. El ministerio es un trabajo
exigente.” Keathley (2004) explica, “Debemos darnos cuenta de esto cuidadosamente.
Con demasiada frecuencia, cuando tiene en estima a los líderes, es por razones
equivocadas. La razón dada aquí no es la posición social ni la posición eclesial ni
personalidad dinámica ni aspectos físicos, alto, moreno y buen mozo. En la cristiandad
posición depende de la naturaleza de la obra (función) y no viceversa.”
Además de presentar la razón por qué respetar a los líderes, el mismo pasaje expresa
la manera o la actitud que la iglesia debe tener en la muestra de este respeto. Debe ser
hecho “con amor.” No debe ser ni por obligación ni por deber que la iglesia exprese su
respeto a los ancianos. El amor debe gobernar su actitud hacia ellos. Keathley (2004)
también observa:
La esfera que debe envolver la estima del rebaño para sus líderes es el amor, el ágape en griego…lo cual es un amor que escoge actuar para el bienestar de aquel a quien ama, y a menudo con sacrificio. Esto incluiría todas las cosas que constituyen las pautas en las Escrituras de amarse los unos a los otros. Incluiría lo negativo como rehusar chismear, difamar o criticarlos ante otras personas. Pero tamben incluiría lo positivo como ayudar en el ministerio, expresar gratitud, aprecio y proveer para ellos financieramente en una manera adecuada que honra a
89 Hanna, 1995, p.479
57
Dios… Las iglesias necesitan revisar sus acciones que demuestran estima y amor hacia sus líderes.El respeto de los ancianos tiene que ser ganado. Los líderes que se dedican a
cumplir cabalmente el ministerio que Dios les ha dado muestran que merecen tal
reconocimiento. La iglesia tiene la responsabilidad de respetar a esos líderes.
Obediencia y sumisión
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas,
como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque
esto no os es provechoso.
Hebreos 13:17
Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se
han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y
a todos los que ayudan y trabajan. Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y
de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el
vuestro; reconoced, pues, a tales personas.
1 Corintios 16:15-18
Hay mucha discusión sobre el significado de Hebreos 13:17. ¡Tal vez en parte
porque hay miembros de iglesias que no quieren cumplirlo! Según la RV la iglesia debe
“obedecer” a sus líderes.90 Es la misma naturaleza del hombre lo que causa que él
reaccione en contra de la palabra “obedecer.” Juan Crisóstomo (s.f.), quien vivió en el
cuarto siglo, comentó sobre estos versículos:
La anarquía entonces es una maldad, y una causa de la ruina. Pero la desobediencia a los gobernantes no es una maldad menos. Porque llegan a ser lo mismo. Porque cuando un pueblo no obedece a un gobernante, es como un pueblo que no tiene uno; y tal vez peor. Porque en el primer caso tiene por lo menos una excusa por su desorden, pero en el segundo caso ya no tienen, y son castigados.
Pero, como señalan algunas comentaristas, la palabra traducida “obedecer” no es la
palabra más común para esta idea.91 El verbo empleado aquí92 ocurre en 26 versículos y es
90 Aunque la RV traduce “pastores,” la palabra utilizada en griego es hegeomai, que significa “ir delante de” y por extensión “liderar, gobernar.” La RV traduce la misma palabra como “pastores” en Hebreos 13:7 y 24 también.91 La palabra que normalmente se usa para “obedecer” es upakouo, cuyo significado es “escuchar, atender” y por extensión “obedecer” (Friberg, BibleWorks). Vea, por ejemplo, Romanos 6:16; Efesios 6:1, 5; y 1 Pedro 3:6. 92 El verbo es peitho.
58
traducido en la RV por “obedecer, confiar, estar seguro, persuadir, buscar el favor de,
cobrar ánimo, tener confianza.”
Sin duda la palabra empleada en este versículo tiene la idea de “persuadir.”93 Como
aparece en la voz media (o pasiva) significa, “ser persuadido, permitir que uno mismo sea
persuadido, lograr que alguien se convenza de.”94 Se puede argumentar que la idea en
Hebreos es que nosotros permitimos que nuestros líderes nos persuadan.95 Los líderes son
los responsables por la enseñanza de la Palabra de Dios en la iglesia, y es esa Palabra que
debe ser obedecida. La iglesia debe confiar96 en los líderes al punto que son persuadidos
que lo que ellos enseñan tiene que ser puesta en práctica. La Biblia no propone una
obediencia ciega, porque esto lleva a la esclavitud.
La segunda parte de la obediencia está en la palabra “sujetarse.” La palabra usada
en Hebreos 13:17 tampoco es la más común en el NT.97 Este verbo98 ocurre solamente aquí
y significa, “ceder, retirarse de, dar lugar a; fig. someterse a la autoridad de alguien, no
seguir resistiendo, hacer lo que alguien indica.”99 Aunque el verbo común se emplea en 1
Corintios 16:16 (vea la nota 97), la imagen en Hebreos es que los líderes persuaden a la
iglesia de lo que es correcto, y ellos obedecen y no resisten más. Stephen Doe (2004) usa
la imagen de “un caballero cediendo a otro después de una batalla.” Acerca de estas dos
palabras en Hebreos 13:17 él también comenta:
Hay una diferencia importante entre estas dos palabras. La primera significa seguir a alguien confiadamente porque ha sido persuadido por él. La segunda significa seguir a alguien confiadamente aun cuando no esté de acuerdo con él. En el segundo caso, uno cede a Cristo a través de hombres que Él ha dado para dirigir a la iglesia, terminando con la resistencia. Es una cosa obedecer a los pastores y
93 Los griegos tenían una diosa llamada Peitho, la diosa de la persuasión, que siempre estaba asociada con Afrodita, la diosa de amor.94 Thayer (1977), p. 497.95 Creemos que algunas personas llevan esta discusión a un plano más allá de lo que es razonable. Dicen que según esta interpretación, realmente no tenemos que obedecer a los ancianos si ellos no nos persuaden. Sin embargo, si permitimos que alguien nos persuada que debemos perdonar a una persona que nos ha ofendido, el resultado es que obedecemos la instrucción de esta persona. Quizá estas personas quieren evitar el abuso de la autoridad por algunos líderes o proteger el congregacionalismo, es decir, la toma de decisiones por la iglesia y no por sus líderes. Como resultado, la obediencia ha adquirido una connotación negativa. 96 Vine (1984) demuestra que la palabra empleada aquí y el verbo común para creer o confiar en la Biblia (pisteuo) “tienen una estrecha relación etimológica; la diferencia de significado es que lo primero [peitho] implica la obediencia producida por pisteuo…” (p. 73).97 El verbo común que se traduce como “sujetarse, someterse” es upotasso, y tiene la idea de ponerse voluntariamente debajo de la autoridad de otra persona. Ocurre en 31 versículos (vea, por ejemplo, 1 Corintios 16:16; Efesios 5:21, 24; Colosenses 3:18; Tito 2:5)98 La palabra es hupeiko. 99 Friberg (2001).
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ancianos cuando uno está emocionado y piensa que ellos tienen una excelente idea. Es otra cosa someterse a ellos cuando no está de acuerdo con su decisión. En el segundo caso, debemos someternos porque estamos actuando por fe. Por fe confiamos que Cristo mismo reine sobre nosotros por su Palabra y Espíritu a través de estos pastores y ancianos.
¿Cuál es el propósito de la obediencia y la sujeción a estos líderes? Según el autor
de Hebreos, es para que ellos cumplan su trabajo de vigilancia sobre el rebaño con alegría
(13:17). Es un gozo para los líderes cuando los otros miembros se sujetan a su liderazgo.
Algo muy diferente sería que ellos terminen quejándose de la desobediencia y la falta de
sujeción de los miembros. El trabajo de guiar al pueblo de Dios es difícil, y tener ovejas
que no quieren seguir a sus líderes causa mucho dolor y problemas para todos. Quizá es
por eso que Pablo añadió a su enseñanza sobre el tratamiento de los líderes en 1
Tesalonicenses 5:12-13; “Tened paz entre vosotros.” Cuando los miembros tienen o causan
problemas entre sí, a los pastores les toca la ardua tarea de buscar una solución, y las ovejas
indóciles difícilmente van a obedecer y someterse.
Así que, la obediencia y la sujeción a los ancianos de la iglesia es el resultado de un
diálogo y una enseñanza activa y permanente. Los miembros son persuadidos por sus
líderes por la confianza que tienen en ellos como líderes que Dios ha dado. Dios es
honrado y los ancianos rinden cuentas a Dios del rebaño sobre el cual han sido puestos
como obispos (Hechos 20:28; Hebreos 13:17).
Ayuda materialLos ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey
que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.
1 Timoteo 5:17-18
El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así
que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia
de la fe.
Gálatas 6:6-10
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Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
1 Corintios 9:14
La Biblia también enseña que la iglesia puede demostrar su cuidado por los
ancianos a través de la ayuda material. De nuevo, esto puede tocar un nervio y causar
inquietud, porque es otra fuente de tensión a veces entre los líderes y las iglesias. Pero el
tema es evidente en las Escrituras y debe ser tratado aquí.
En 1 Timoteo 5:17-18, Pablo escribió a Timoteo para darle instrucciones en cuanto
a su trabajo en la iglesia en Éfeso. Había áreas que Timoteo tenía que fortalecer. Parece
que una de estas áreas era los ancianos. Además de dar los requisitos necesarios para llegar
a ser anciano (3:1-7), dedicó otro espacio para tratar el deber de la iglesia y de Timoteo
hacia ellos100 (1 Timoteo 5:17-22). Y su primer punto tiene que ver con su sostenimiento
apropiado.
No cabe ninguna duda que Pablo habla del sostenimiento de los ancianos en el v.
17.101 Algunos encuentran en la frase “doble honor” la idea solamente de respeto. Sin
embargo, las dos ilustraciones presentadas en el v. 18 respaldan el argumento de la
asistencia material. Las ilustraciones del buey sin bozal comiendo de la cosecha y el
trabajador recibiendo parte del dinero generado por su trabajo señalan que ellos merecen
recibir algo en cambio por su labor. Pablo citó estos ejemplos de dos fuentes: la ley de
Moisés (Deuteronomio 25:4) y Jesús (Lucas 10:7). Esto da más fuerza a su enseñanza.
Pablo usa la figura del buey en 1 Corintios 9:9 en el contexto de su derecho de vivir del
evangelio (9:14). El contexto de Lucas 10 es el envío de los setenta, y la instrucción de
Jesús era que se quedaran en un lugar, comiendo y bebiendo lo que les dieran. La
asistencia material es el enfoque en los dos contextos, y de Pablo en 1 Timoteo también.
La palabra traducida “sean tenidos” en el v. 17 significa, “considerar digno, hacer
digno (pasivo a veces) merecer.”102 Los ancianos que gobiernan bien, laborando en
predicar y enseñar, merecen esta ayuda. Obviamente, no todos los ancianos recibirán ayuda
ni la misma cantidad de ayuda. Aun Pablo como misionero trabajaba con las manos a
100 Decimos “de la iglesia y de Timoteo” porque los mandatos en los vv. 19 y 22 aparecen en la segunda persona singular, dirigido específicamente a Timoteo.101 Alexander Strauch (2001) tiene un excelente comentario sobre estos versículos (pp. 218-222).102 La palabra griega es axioo.
61
veces para sostenerse (Hechos 18:3-5; 1 Corintios 4:12; 1 Tesalonicenses 2:9; 3:8). Pero él
exhorta que los ancianos que trabajan arduamente103 en la Palabra y en la enseñanza deben
ser honrados por su labor. Aunque todos los ancianos tienen que ser “aptos para enseñar”
(1 Timoteo 3:2), solamente algunos van a dedicarse a esta tarea por los dones que tienen.
Debemos entender que la ayuda que una iglesia da a uno o más de sus ancianos no
se calcula según el número de horas que ellos dedican al ministerio. Si fuera así, serían
nada más que simple empleados de una empresa. Pablo enfatiza no el trabajo, sino el
gobierno. Si un anciano se destaca en su habilidad de dirigir bien al rebaño, siendo su
trabajo más fuerte el de enseñar o predicar, la iglesia debe considerar cómo ayudarlo para
que dedica todo el tiempo necesario.
En Gálatas 6:6-10 Pablo establece el mismo principio. Él reconoce el valor de
alguien que se dedica a enseñar la Palabra de Dios a la iglesia. Los que reciben el beneficio
de esta enseñanza debe compartir cosas materiales con sus instructores. Pablo, quizá
haciendo referencia a Lucas 10:7, también dijo en 1 Corintios 9:14, “Así también ordenó el
Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.” Él lo ve como un
mandato dado por el Señor. Está enseñanza, entonces, fue dada a varias iglesias, sin variar
mucho. Sean los ancianos o los misioneros que fundan iglesias, tienen el derecho de recibir
una ayuda para su sostenimiento.
Cada iglesia tiene la responsabilidad de cuidar a los ancianos que trabajan
diligentemente en la obra del Señor. El tipo de asistencia dependerá del tamaño de la
iglesia y las necesidades de los ancianos. Pero esta área no debe ser ignorada.
Protección contra falsa acusaciónContra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.
1 Timoteo 5:19
Aunque esta instrucción fue dada a Timoteo directamente (note el uso de la segunda
persona singular “no admitas”), el principio de tener dos o tres testigos para acusar a
alguien viene del AT (Deuteronomio 17:6; 19:15). También Jesús hizo uso de este
103 La misma palabra fue usado por Pablo en 1 Corintios 16:16 y 1 Tesalonicenses 5:12 (vea el tratamiento de estos versículos arriba).
62
principio cuando habló de un creyente que no quiere escuchar a alguien que le está
señalando un pecado (Mateo 18:16).
Muchas veces los ancianos son blancos fáciles de acusaciones. Como su ministerio
es de alto perfil, y ministra a todo el cuerpo, ellos reciben mucha crítica cuando las cosas no
van bien, cuando toman decisiones que a algunos no les gustan o cuando cometen errores.
Pablo quería asegurar la protección de los ancianos contra cualquier comentario o disgusto
de la congregación. Si hay algo serio, algún pecado, tiene que ser confirmado en la boca de
varios testigos. La seriedad del problema será determinado por el testimonio de los
testigos. Los otros ancianos deben investigar las acusaciones para verificarlas.
El v. 20 señala qué hacer si un anciano es acusado de pecado y no se aparta de él.
Pablo manda que este anciano sea reprendido “delante de todos.” La palabra traducida
“reprender” significa “mostrar a alguien que ha hecho algo mal y llamarlo a
arrepentirse.”104 Llamarle la atención en frente de toda la iglesia tiene la idea de
manifestarles a él y a la iglesia la seriedad de persistir en el pecado. La razón es “para que
los demás también teman.” La vergüenza de tener su pecado exhibido delante de todos los
hermanos debe llevar al anciano al arrepentimiento, y a la iglesia a examinar sus vidas.
Conclusión
Dios ha puesto a hombres que reúnen características bíblicas en la iglesia para
proveer la dirección que ella necesita. Muchas veces estos hombres son vistos como títeres
de la congregación, moviéndose al ritmo de los caprichos de los miembros. En otras
iglesias no son respetados y son mal pagados, no porque la iglesia no puede darles buenos
sueldos, sino porque hay que “mantenerlos humildes.” Y en otras, las enseñanzas de los
ancianos son desatendidas por miembros que proclaman, “¡Nosotros tenemos el Espíritu
Santo también!”
Pero en la Biblia encontramos instrucciones claras en cuanto al trato que la iglesia
debe tener para con sus ancianos. Entre ellas se destacan:
el respeto y la alta estima
104 Friberg (1994).
63
la obediencia y la sumisión
la ayuda material por su labor
la protección de acusaciones falsas.
Estos hombres son humanos, y consiervos con todos los miembros de la iglesia.
Son esposos y padres, como muchos de los hombres de la iglesia. La iglesia debe
reconocer que los ancianos son como ellos, con la excepción que su función en el cuerpo
como dirigentes y guardianes de la fe es distinto a las funciones de los demás miembros.
Es la única diferencia que debe haber. Los ancianos deben ser tratados como miembros de
la iglesia, no como una clase aparte y por encima de ella.
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CAPITULO VI
INCORPORACIÓN Y DESINCORPORACIÓN DE LOS ANCIANOS
EN EL CUERPO PASTORAL
Ser parte del cuerpo de ancianos de una iglesia local sin duda es un gran privilegio y
a la vez una gran responsabilidad. Sabemos por el Nuevo Testamento que es una “buena
obra” a la cual se puede aspirar dignamente (1 Timoteo 3:1).
Precisamente por ser una responsabilidad delicada hay que ser muy cuidadoso en
cuanto a quienes pueden formar parte del cuerpo de ancianos en una iglesia local. La
selección y ordenación de los nuevos ancianos es uno de los puntos críticos en muchas
iglesias locales. No basta saber que hay necesidad de nuevos ancianos, es necesario
establecerlos sobre la base de criterios bíblicos claros que aseguren un sano desempeño de
su tarea pastoral.105
Por otro lado, también es necesario determinar el momento en que un anciano debe
abandonar el equipo. Por muy dolorosa o difícil que pueda ser esta decisión, la iglesia debe
igualmente tener criterios bíblicos claros para tomar una decisión como esta.
Entonces, tanto la inclusión como la exclusión de un anciano son asuntos que no se
pueden improvisar. Los criterios deben estar claros desde un principio para evitar
decisiones erróneas o inconsistentes que quiten credibilidad a quienes tomen tales
decisiones.
INCORPORACION DE UN NUEVO ANCIANO
La Biblia no establece un número exacto de cuántos ancianos debe tener una iglesia
local. El uso en el Nuevo Testamento del plural “ancianos”, usado para describir a los que
dirigen la iglesia, simplemente señala que son más de uno pero sin referencia específica de
la cantidad. La razón de ello es precisamente que cada iglesia local tiene necesidades
particulares que exigen respuestas también particulares.
105 Larry W. Osborne (1994) destaca en un interesante artículo al respecto que hay tres preguntas claves que deben hacerse antes de elegir a posibles candidatos al cuerpo de ancianos: ¿Cuál es el principal objetivo del cuerpo de ancianos?, ¿Cuáles son nuestros requisitos mínimos?, ¿Quién guardará la admisión al cuerpo?
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Dos aspectos son importantes para determinar el número de ancianos que puede
tener una iglesia local: necesidad y disponibilidad. El primero señala las condiciones por
las cuales se debería añadir un nuevo anciano al equipo; el segundo, las posibilidades reales
de que un creyente en ese momento pueda formar parte del equipo.
Las necesidades de las congregaciones cambian con las circunstancias. Por
ejemplo, una congregación que empieza a recibir una cantidad considerable de personas
provenientes del mundo de las drogas, bien podría pensar en la posibilidad de establecer un
anciano que se dedique a pastorear de manera directa ese segmento especial de población.
Lo mismo puede decirse de otras necesidades como: los jóvenes, solteros, jubilados,
victimas del SIDA, familias quebrantadas, etc.
Pero las necesidades pudieran ser de otro tipo. Por ejemplo, impulsar la fundación
de nuevas congregaciones dentro y fuera del país, la coordinación de un programa
educativo global para toda la congregación, el desarrollo de un plan para apoyar a otras
congregaciones que lo necesiten, etc.
Como se ve, las necesidades pueden ser de diferente naturaleza y alcance. Cada
iglesia experimenta en forma natural cambios que requieren ajustes. En algunas ocasiones
estos cambios o retos que enfrenta la congregación pueden ser suplidos con los recursos
existentes sin necesidad de recurrir al nombramiento de un nuevo anciano. En otras
ocasiones, el nombramiento de un nuevo anciano se hace necesario.
El otro factor que debemos considerar es la disponibilidad. La disponibilidad es la
posibilidad de tener un recurso listo para el momento en que se necesite. En el caso de los
ancianos, se refiere a la posibilidad de que la iglesia cuente con creyentes que llenen las
expectativas para servir como ancianos en la congregación.
Esta disponibilidad implica que el creyentes-candidato tendría las condiciones
idóneas para desempeñar su función como anciano, lo cual incluye, por lo menos: las
características exigidas por la Escritura (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1.5-9), los dones y
habilidades necesarias para asumir la tarea específica que se le vaya a asignar, la
disponibilidad de tiempo necesario y el nivel de compromiso personal que se requiere.
¿Cómo puede la iglesia garantizar que tendrá los candidatos idóneos en el momento
que lo requiera? La respuesta es simple y compleja al mismo tiempo. Es necesario tener
un programa permanente de entrenamiento ministerial de tal manera que los creyentes
66
puedan ser animados, orientados y entrenados en el desarrollo y perfeccionamiento tanto de
su conocimiento, carácter y habilidades ministeriales. Esta es la razón por la cual los
buenos equipos deportivos nunca se paran por falta de personal. Existen escuelas y niveles
básicos de formación en deportes como el Baseball y el Football que son todo un semillero
de nuevos deportistas. Constantemente nuevos nombres son asignados a las listas de
jugadores oficiales y los que ya no pueden seguir jugando son reemplazados sin problemas
por los nuevos prospectos. ¿Por qué no pasa eso en la mayoría de las iglesias?
Si la iglesia contara con un programa de formación cristiana que se iniciara desde el
primer momento que la persona cree y se proyectara a través de todo su desarrollo
ministerial, no será muy difícil tener los creyentes idóneos para asumir las
responsabilidades de un anciano en la iglesia local.106 Un programa como este debe
procurar un sano equilibrio entre el conocimiento, el carácter y el desarrollo de las
habilidades ministeriales. No sólo habrá preocupación por enseñar un contenido doctrinal,
sino por velar que el carácter de la persona se ajuste al patrón exigido por Dios. Al mismo
tiempo, el creyente debe ser animado a poner en práctica, desde un comienzo, las
habilidades relacionadas con aquello que está aprendiendo.
La fidelidad, responsabilidad y compromiso se irán notando a medida que ellos
respondan a los retos que se le presenten. Estas cualidades deben ser cuidadosamente
observadas por los ancianos para considerar la selección de los candidatos a ser
eventualmente parte del cuerpo de ancianos.107
Si algunos creyentes muestran las cualidades básicas descritas anteriormente y
necesitan algo más de entrenamiento, es recomendable que los ancianos trabajen con ellos a
nivel personal en una relación “uno a uno”.108 Trabajar con ellos en un nivel personal
permite conocerlos más profundamente, detectar áreas sensibles que deben ser fortalecidas,
106 En un sentido esta debía ser la tarea de Tito en Creta: corregir lo deficiente y establecer ancianos. Creta era una isla con un pésimo testimonio de corrupción moral (cf. v.1:12). No sería muy común encontrar allí hombres que reunieran los requisitos bíblicos. La tarea de Tito tenía que ver con formar a estos hombres en cuanto a su carácter (cf. 2:1-9), conocimiento de la Escritura (1:9) y las habilidades ministeriales (3:8). Esta formación la recibiría toda la iglesia pero sin duda que los hombres que pudieran mostrar madurez y equilibrio en estas áreas serían los ancianos de las congregaciones. 107 Pablo le recomendó a Timoteo considerar las cualidades de fidelidad e idoneidad en aquellos creyentes que serían designados para enseñar a otros (2 Timoteo 2:2). Aunque probablemente Pablo no está hablando de los ancianos, no deja de ser llamativo el hecho de que exija que sean hombre fieles (responsables) los que sean escogidos. 108 Esto ha sido llamado recientemente “mentoría”.
67
asignar responsabilidades acordes con sus dones y habilidades, hacer un seguimiento más
efectivo de sus avances y logros, etc.
¿Quien debe establecer a los nuevos ancianos?
En el Nuevo Testamento era claro que la responsabilidad de establecer a los
ancianos fue del equipo misionero (Hechos 14:23; 1 Timoteo 5.22109; Tito 1:5). Pareciera
también claro que si un equipo misionero en el presente funda una nueva iglesia deben ser
ellos los responsables de dejar establecido al cuerpo de ancianos antes de terminar su tarea.
Sin embargo, la pregunta es ¿Quiénes deben ser responsables por la incorporación de
nuevos ancianos una vez que la iglesia esté funcionando?
Si los ancianos son responsables de dirigir la congregación, deberían ser ellos los
que asuman la responsabilidad de incorporar nuevos ancianos al equipo. Este proceso debe
hacerse, por supuesto, en diálogo franco con la congregación y buscando el mayor
consenso posible.
Como parte de lo que puede ser una estrategia de incorporación, los siguientes
consejos pueden ser útiles:
1. Debe definirse primero en forma clara la necesidad de la iglesia que se
quiere suplir. Los ancianos deben responder la pregunta: ¿tenemos
necesidad de incorporar un nuevo anciano?, ¿podemos definir exactamente
cuál es la necesidad?
2. Debe definirse el perfil del candidato. Las características de las personas
que se necesita deben ser aclaradas. Las características deben ser
complementos de las ya exigidas por la Escritura en 1 Timoteo 3:1-9 y Tito
1.5-9. Las que las Escrituras exigen deben ser la base sobre las cuales se
construye el perfil. Otros aspectos que deben ser identificados con claridad
serían:
a. Los dones y habilidades necesarios para cumplir la tarea asignada
b. La disponibilidad requerida.
c. La experiencia ministerial.
109 El acto de “imponer las manos” en este texto es asociado con la de establecer nuevos ancianos (cf. Hendriksen, 1979, p.210).
68
3. Una vez que se tenga definido tanto la necesidad como el perfil del
candidato, es necesario indicar cuáles serían específicamente las
responsabilidades y funciones que se esperan del nuevo anciano. Esta sería
una lista descriptiva de las cosas que debería hacer el anciano para atender
satisfactoriamente las necesidades evaluadas en el punto uno (1).
4. Ahora el cuerpo de anciano estaría listo para evaluar a los candidatos
posibles. Esta evaluación debe hacerse de manera cuidadosa para no crear
falsas expectativas y al mismo tiempo mantener el nivel de exigencias
aprobado. Se supone que los ancianos conocen en forma general a los
candidatos. Una evaluación más profunda, sin embargo, debe incluir
asuntos como:
a. Su relación con su esposa e hijos (para ello sería conveniente
entrevistar por separado a la esposa y los hijos). En estas
entrevistas se deben aclarar asuntos como:
i. ¿Cómo perciben la esposa y los hijos el carácter del
hermano?
ii. ¿Cuáles son los principales asuntos que él debe superar
según ella y según los hijos?
iii. ¿Qué evidencias específicas pueden mostrar ellos de que
él gobierna bien su casa?
iv. ¿Están ellos absolutamente de acuerdo en que él asuma la
responsabilidad de ser anciano?
v. ¿De qué manera la familia apoyaría al hermano en su
desempeño como anciano de la iglesia?
b. Su relación con sus vecinos. Aquí sería recomendable entrevistar
a varios vecinos y preguntar asuntos como:110
i. ¿Cómo es la relación suya con el Sr. X?
ii. ¿Qué es lo que mas admira y lo que mas reprueba de él?
110 Debemos estar claro del valor relativo que tiene el testimonio de vecinos no creyentes sobre un creyente. Pero lo que se está buscando aquí es una percepción que indique algunas áreas donde el creyente pueda estar mostrando algún tipo de debilidad que deba ser corregido a tiempo. Este tipo de testimonio debe ser manejado con cuidado y mucho tacto.
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iii. ¿Qué piensa si él es nombrado anciano o pastor de una
iglesia?
iv. ¿Cree Ud. que el sr. X tiene alguna razón por la cual él no
debe ser anciano?
v. ¿Qué nos recomendaría a nosotros como ancianos de la
iglesia en cuanto a él?
c. Su relación con sus compañeros de trabajo o clases (según sea el
caso). A ellos se les puede hacer las mismas preguntas sugeridas
para los vecinos.
d. Su relación con su familia extendida (hermanos, tíos, abuelos,
etc.) A ellos también se les puede hacer las mismas preguntas
sugeridas par los vecinos.
e. Tener una visión completa de su vida (biografía amplia que
revele sus luchas, logros y progreso espiritual y ministerial)
f. Una revisión médica que muestre su condición física. Esto es
importante porque puede ayudar al cuerpo de ancianos a entender
las limitaciones físicas que el creyente pueda tener y ser más
comprensivos y cuidadoso con él.
g. La claridad que tenga de la naturaleza, misión y visión de la
iglesia. Ningún creyente debe ser invitado a ser parte del cuerpo
de ancianos si no evidencia claramente que conoce cuál es la
naturaleza, misión y visión de la iglesia. Los ancianos deben
asegurarse a través de alguna estrategia confiable de que esto es
así.
h. El conocimiento de la historia de la iglesia local. El candidato
debe conocer bien cuál es la historia de la iglesia donde va a
servir como anciano: Sus inicios, las diferentes etapas por las que
ha pasado, su afiliación o relación con otras congregaciones, su
situación actual, etc. Alguien debe suministrarle esta información
en forma oral o escrita.
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5. Si el candidato resulta evaluado satisfactoriamente sería recomendable darle
la oportunidad de estar trabajando por un periodo de prueba no menor de
tres meses con el actual cuerpo de ancianos. Este trabajo de exploración
permite evaluar más de cerca algunos asuntos relacionados con la capacidad
que tenga el creyente para trabajar en equipo, buscar el consenso, asumir
responsabilidades, rendir cuentas, etc.
6. Cuando el tiempo de prueba haya finalizado, si la evaluación resulta positiva
y hay por lo menos un creyente que reúne las condiciones para asumir esta
responsabilidad como anciano de la iglesia, entones se deben hacer los
preparativos para realizar el acto de ordenación, previa consulta con la
congregación. Es sumamente importante que el candidato a ser anciano
cuente con el total respaldo de toda la iglesia. Para ello, los ancianos deben
buscar la forma más sana y confiable de pulsar cuál es el sentir general de la
iglesia con respecto al candidato escogido.
Sobre el acto de ordenación, permítannos algunas recomendaciones:
a. Aunque otras autoridades locales pueden ser invitadas, es un acto
que cae primeramente bajo la responsabilidad de la iglesia local
en la persona de sus ancianos. Defendemos el principio de que
cada iglesia local es una comunidad individual que es responsable
por sus propias decisiones y acciones. Son los ancianos de la
iglesia local, con el consenso de todos los creyentes, quienes
toman la decisión de establecer un nuevo anciano y sólo ellos
corren con las consecuencias de sus acciones, sean estas
favorables o no.
b. El acto en sí mismo no debe estar cargado de actividades
rebuscadas, pomposas o extravagantes. La esencia de este acto es
la responsabilidad que está asumiendo uno o más hombres de
formar parte del equipo que dirige la iglesia. El compromiso de
este creyente, así como el reconocimiento de sus condiciones para
llevar adelante esta responsabilidad son los elementos que deben
resaltarse en el acto mismo.
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c. Algunos elementos del programa podrían incluir asuntos como:
i. Breve exposición de lo que la Biblia enseña sobre el
gobierno de ancianos.
ii. Explicación de las responsabilidades y funciones que
tendrá el nuevo anciano.
iii. Palabras del nuevo anciano asumiendo la responsabilidad
asignada y comprometiéndose a velar por el cumplimiento
de la visión de la iglesia.111
iv. Imposición de manos del cuerpo de ancianos (pueden
participar aquí otros ancianos invitados) y oración de
dedicación.
Los ancianos siempre deben estar a la expectativa para revisar la necesidad de
incorporar nuevos ancianos al equipo. Un equipo de ancianos no debe pensar que sólo ellos
pueden dirigir la iglesia hasta que Cristo venga. Los ancianos deben ser un cuerpo
permeable en el sentido de que miembros pueden salir y pueden entrar. No son un grupo
cerrado y estático. Para la iglesia siempre será una bendición presenciar la incorporación
de nuevos ancianos porque esto indica que las necesidades están siendo atendidas y que hay
creyentes disponibles para hacerlo.
DESINCORPORACIÓN DE UN ANCIANO DEL CUERPO DE ANCIANOS
Así como hay que ser cuidadoso en la incorporación de un nuevo anciano al equipo,
igual debe suceder para prescindir de un anciano dentro del cuerpo de ancianos de la
iglesia. Muchas decisiones, aunque sean correctas, deben ser hechas con la mayor
prudencia, humildad y sensibilidad posible a fin de no afectar innecesariamente al creyente
en su desarrollo ministerial.
Muchas razones pueden llevar a un anciano a separarse del equipo. Entre las que
podríamos mencionar se encuentran:
111 Quizá sería recomendable que se incluya la firma de una carta de compromiso por parte del nuevo anciano donde este se comprometa a cumplir con sus responsabilidades y autoriza al cuerpo de ancianos a intervenir si así no fuere.
72
1. Llamado a ministrar fuera de la iglesia local . Es posible que alguno de los
ancianos del equipo reciba un llamado particular a servir en otro lugar fuera de
la iglesia local. Es recomendable que los demás miembros del cuerpo de
ancianos busquen la dirección del Espíritu Santo para confirmar la naturaleza de
este llamamiento.112 Preferiblemente, la salida de un anciano para ministrar
fuera de su iglesia debería ser parte de la visión de la iglesia misma y no un
asunto personal divorciado de la visión de la iglesia. De todas maneras, siempre
hay que dejar lugar para la acción soberana del Espíritu Santo.113
2. Incapacidad física por vejez . Es posible que un anciano por su edad llegue un
momento que ya no pueda seguir ministrando en la iglesia. Preferiblemente él
mismo debe reconocerlo y pedir su retiro del cuerpo de ancianos. Si esto llegara
a suceder, sus compañeros de equipo y la iglesia toda deben hacerle algún tipo
de reconocimiento público que honre su ministerio. Dependiendo de su
situación económica y las posibilidades de la iglesia, sería noble ayudar con su
sostenimiento de manera regular. Dependiendo de su condición física
probablemente este anciano todavía quiera ayudar en atender asuntos menores,
orar en forma permanente por la iglesia, ser consultado en algún momento por el
equipo, etc. No debe negársele esta posibilidad. Nunca olvidemos que: Corona
de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia (Proverbios 16:31).
3. Falta de acuerdo con el resto del equipo . Los desacuerdos son previsibles en
todo grupo humano. Van a suceder tarde o temprano y el cuerpo de ancianos no
es la excepción a esta regla. Un anciano puede estar en desacuerdo con algunas
decisiones administrativas, algún procedimiento en cuanto a la solución de un
caso, la forma de evaluar los ministerios, el estilo de trabajo de otros ancianos,
etc. Estamos hablando aquí de desacuerdos no esenciales, es decir, que no
tienen que ver con la doctrina ni la ética de los demás ancianos (si este fuera el
caso y hubiere una violación expresa y concreta de la Escritura debe buscarse
otro camino, de lo cual hablaremos en otro lugar mas abajo). Al final puede 112 Hechos 13.1-3 es un ejemplo de esto: El Espíritu Santo había llamado a Pablo y Bernabé pero a la vez habló a los líderes para que estos reconocieran, confirmaran y apoyaran ese llamado. 113 Es posible que el llamado personal de un anciano sea algo que no está contemplado en la visión de la iglesia. En ocasiones Dios tiene planes que no están en nuestras agendas (por ejemplo el llamado macedónico no estaba en la agenda del equipo misionero). Todavía sería responsabilidad de los demás ancianos del equipo dar su visto bueno como hermanos y colegas al anciano que sale del equipo.
73
ocurrir que el desacuerdo sea superado o que no haya reconciliación posible
entre las posiciones. Si esto último pasa, los ancianos no deben sentirse
obligados a permanecer juntos. Es mejor separarse noblemente a tiempo que
hacerlo amargamente después ocasionando posiblemente una división en la
misma iglesia. Estar en desacuerdo y separarse del equipo no significa que no
somos espirituales o que no estamos bien con el Señor. Significa simplemente
que en ese momento no vemos como las distintas posiciones asumidas puedan
reconciliarse; algo que si podría suceder posteriormente. El anciano que pide
separarse del equipo debe sentir la libertad de expresarlo y recibir todo el
respeto, apoyo y comprensión de las demás. El equipo debe mantener sanas
relaciones con este hermano y dejar la puerta abierta si en algún momento quiere
regresar. Recuérdese que no estamos hablando aquí de descalificación por
problemas morales o falsas enseñanzas, lo cual será tratado después. La iglesia
debe ser apropiadamente informada de esta decisión.
4. Razón de trabajo o estudios . Es posible que uno de los ancianos tenga que
trasladarse a otra ciudad por razones de trabajo o estudio. Esto significará que
tendrá que dejar el cuerpo de ancianos, por lo menos temporalmente. Si esto
sucede, el equipo debe mantener permanente contacto con este anciano y
apoyarlo en cualquier trabajo ministerial que este pueda realizar en la nueva
ciudad (fundación de iglesias, enseñanza, atender grupos pequeños, etc.).
5. Convencimiento personal Un anciano podría considerar que ya no está
prestando un servicio al Señor en el Cuerpo de Ancianos y decida salir del
equipo. No hay desacuerdos ni problemas personales con ninguno, simplemente
considera que su tiempo para servir al Señor en el equipo ya terminó. Si este
fuera el caso, el resto de los ancianos deberá darle libertad para que deje el
equipo y se dedique al ministerio donde él considere que sí puede hacer un
mejor aporte al cuerpo de Cristo. Si el anciano que se retira en algún momento
considera que puede regresar y seguir sirviendo al Señor en el cuerpo de
ancianos, debe tener libertad de hacerlo. Pero hay que evitar que se vea el oficio
de anciano como algo trivial que uno puede tomar, dejar, retomar y volver a
74
dejar cuando quiera. Esto evidencia una inconsistencia que desacredita al que la
practica y al oficio mismo de anciano. En esto hay que tener cuidado.
6. Enfermedad que imposibilite el desempeño de sus funciones . Todos estamos
sujetos a enfermedades que afectan nuestra salud y limita nuestro desempeño.
Si algún anciano pasa por esta situación es necesario hacer todos los arreglos
para que él se dedique totalmente a su restauración física. Los demás ancianos
deben mostrar solidaridad y apoyo cristiano velando para que nada le falte
durante el proceso de recuperación. También deben hacer los arreglos
necesarios para suplir la vacante ministerial que este anciano deja. Debe
tomarse en cuenta que las enfermedades pueden limitar temporal o
definitivamente la tarea de un anciano. El cuerpo de anciano, junto con el
anciano afectado, deben evaluar la situación y tomar las mejores decisiones en
este sentido.
Por otro lado, es bueno advertir que muchas de las enfermedades que aquejan a
lo siervos del Señor son resultado de la fatiga y el stress acumulado. En estos
casos, una buena parte de esas enfermedades pueden evitarse simplemente
tomando el tiempo necesario para descansar. El cuerpo de ancianos debe estar
pendiente de velar por la salud integral de todos sus miembros. Debe decidirse
que cada anciano tome un tiempo especial de descanso semanal, mensual y
anual para drenar las tensiones y recuperarse física, emocional y espiritualmente.
De la misma forma, el cuerpo de ancianos debe detectar a tiempo señales de
cansancio, fatiga o derrumbamiento de cualquiera de sus miembros y
recomendarle que tome el descanso necesario. Es recomendable que los
ancianos se motiven unos a otros para hacerse a tiempo los exámenes médicos
necesarios que puedan prever enfermedades.
7. Descalificación bíblica . Quizá esta sea la razón más delicada y difícil de tratar.
La Biblia es clara en establecer las condiciones bajo las cuales un creyente
puede llegar a ser parte del cuerpo de ancianos de la iglesia (1 Timoteo 3.1-7;
Tito 1.5-9).
Es posible que alguno de los ancianos, después de formar parte del equipo,
pierda las condiciones para ministrar a la iglesia. La causa puede derivarse,
75
básicamente, de alguna de estas tres fuentes: Familia, carácter o manejo de la
Escritura.114
Descalificación por fallas en la conducción de la familia.
En cuanto a la familia, podría ser que la esposa o los hijos del anciano con su
conducta pongan en evidencia que este no gobierna bien su hogar. Rebelión
manifiesta, mal testimonio, falta de sujeción, inmoralidad, falta de apoyo y
apatía espiritual de la esposa o los hijos pueden ser algunas de las formas como
se demuestra la incapacidad del anciano en dirigir a su propia familia.
Es necesario que los ancianos tengan plena confianza entre ellos mismos como
para contarse sus preocupaciones y tomar a tiempo decisiones apropiadas en el
manejo de los asuntos familiares. No puede entenderse como ancianos que
trabajan juntos en el mismo equipo no sepan de las luchas y problemas
familiares que están viviendo sus colegas de equipo.
Es necesario que haya también una forma de evaluación personal periódica en el
cuerpo de ancianos que pueda ayudar a detectar fallas a tiempo y corregirlas a
fin de mantener una saludable rendición de cuentas y apoyo mutuo en el
equipo.115
Descalificación por problemas de carácter.
Es posible que algún anciano muestre también fallas en su carácter. Son claros
los aspectos de carácter que la Biblia exige de los ancianos (1 Timoteo 3:1-7;
Tito 1.5-9; 1 Pedro 5.1-3). Debido a la naturaleza cambiante del ser humano es
lógico predecir que un anciano que califica en un primer momento podría
mostrar más adelante fallas o fisuras en su carácter.
Cuando las evaluaciones muestren que alguno de los ancianos refleja fallas en la
forma cómo se está conduciendo, los demás deben animarlo a hacer planes
114 Por supuesto que otras causas para la descalificación pueden existir como: haberse desviado de la visión original, no mostrar la responsabilidad y el compromiso exigido, etc. Pero, aun cuando estas causas no caen bajo las tres categorías mencionadas anteriormente, en el fondo están relacionados con problemas de carácter. 115 El hermano Alejandro Molero, anciano de la Iglesia Bíblica Metropolitana en Puerto La Cruz, Venezuela, ha diseñado una excelente herramienta para que los ancianos se evalúen mutuamente y estén pendientes de su salud espiritual, familiar y ministerial. Puede contactarlo en este correo electrónico: [email protected]
76
específicos para trabajar en esas áreas débiles de su carácter. Este plan de
trabajo puede incluir:
a. La asignación de un anciano del equipo que sirva como mentor del
colega afectado durante el proceso de restauración. Este deberá estar
pendiente de sus avances en la mejora de su carácter. Esto pudiera exigir
una reunión semanal entre ellos para reportar los avances. Será un
tiempo especial de oración y apoyo espiritual en el proceso. Trabajar de
esta manera permite también desarrollar un modelo de apoyo fraternal
que la congregación deberá imitar. Los hermanos necesitan saber cómo
pueden ayudar a otro hermano que necesita apoyo para superar sus
debilidades. Este sería un modelo sano y válido para todos,
especialmente los ancianos.
b. El estudio de textos seleccionados relacionados directamente con las
áreas claves que el anciano desea trabajar. Por ejemplo, si el área que se
está tratando tiene que ver con el dominio propio, textos como 2 Timoteo
1:7; 2 Pedro 1:6 y Gálatas 5:23 pueden ser claves.
c. Lectura de libros y artículos cristianos que enfoquen las áreas del
carácter que necesitan ser tratadas. Un libro excelente que
recomendamos para el tratamiento del carácter es el de Gene Getz: La
Medida de un Líder.
d. Un informe periódico al cuerpo de ancianos de los avances obtenidos en
el tratamiento de las áreas de carácter. Este informe debe ir avalado por
el anciano mentor.
Debe entenderse que como creyentes estamos obligados por la Escritura a
transformar nuestro carácter a la imagen de Cristo (Romanos 8:29; 12:2; Colosenses
3.8-10). Esto no tiene nada que ver con nuestra función de ancianos. Todos los
creyentes, independientemente de su función dentro del cuerpo, están bajo la misma
obligación. Sin embargo, el hecho de ser anciano, da un valor añadido a la urgencia
de tratar nuestras debilidades de carácter por el hecho de ser modelos o ejemplos a
la congregación (1 Pedro 5:3).
77
Es posible que aun bajo un tratamiento especial, un anciano no responda al cambio
de carácter exigido por la Escritura. Si esta condición persiste, los otros ancianos
tendrán que pedirle con amor y tacto cristiano que deje el ministerio hasta que las
razones de su descalificación sean superadas.116 Sin embargo, debe enfatizarse que
una decisión como esta debe ser tomada después de haber agotado realmente todas
las posibilidades bíblicas de restauración. La humildad y mansedumbre como un
anciano responda ante esta situación lo enaltecerán y al mismo tiempo mostrará
cuan comprometido está con el sometimiento al señorío de Cristo. Lo contrario
también es cierto: la arrogancia y hostilidad con la que reaccione mostrarán aun más
su descalificación.
Aun después de pedirle que deje el cuerpo de ancianos, los demás ancianos deben
brindarle todo el apoyo al anciano afectado y si este quiere, ofrecerle todavía la
posibilidad de seguir trabajando bajo un plan de restauración. La decisión debe ser
comunicada a la iglesia lo más pronto posible para evitar malestar dentro de la
congregación. El anuncio a la congregación puede tener una forma parecida a esta:
“Amados hermanos, como saben, servir al Señor en el cuerpo de ancianos exige
requisitos bíblicos para quienes queremos hacerlo. Uno de nosotros en este
momento no está cumpliendo estos requisitos. Se trata del hermano ( ________ ).
Hemos intentado ayudarle a superar sus deficiencias pero por ahora no vemos que lo
ha logrado. Le hemos pedido que por los momentos deje se servir como anciano
para dedicarse con mayor dedicación a su restauración. Confiamos en la gracia y el
poder de Dios para ayudar a nuestro hermano y le seguimos ofreciendo toda nuestra
ayuda en este proceso. Rogamos sus oraciones por él y su familia a fin de que Dios
cumpla en ellos su divina voluntad.”
La actitud del anciano que es desincorporado del equipo cuenta mucho. Si él asume
una actitud de rebelión hacia el resto de los ancianos podría usar su influencia de
líder y arrastrar a un grupo en contra de los demás ancianos. Esto podría llevar
rápidamente a una división de la iglesia. Por eso es muy importante que los
ancianos conduzcan este tipo de proceso con la mayor sabiduría y tacto posible en 116 Por ello es recomendable que antes de asumir la responsabilidad de ser anciano, cada candidato firme una carta donde se compromete a vivir de acuerdo a las exigencias establecidas en la Escritura. Este compromiso incluirá su renuncia voluntaria al cuerpo de ancianos si se evidenciare que él ya no califica para ser parte del equipo. Esta decisión deberá ser tomada por el resto del equipo.
78
un ambiente de amor y comprensión cristiana (Gálatas 6:1-2). Siempre será
recomendable contar con el consejo y la asesoría de otros ancianos que ofrezcan su
experiencia y madurez para resolver estos delicados conflictos del liderazgo.
Descalificación por causa de mal manejo de la Escritura.
Es posible también que algún anciano muestre un deficiente manejo de la Escritura.
Pablo ya había advertido a los ancianos de Efeso que de entre ellos mismos se
levantarían hombres que hablarían cosas perversas para arrastrar tras sí a los
discípulos (Hechos 20:30).
Formación permanente en el manejo del texto bíblico
Antes de llegar a ser anciano, un creyente debe mostrar un apropiado manejo del
texto bíblico. Sin embargo, como parte de la superación ministerial del cuerpo de
ancianos, estos deben mantenerse en una constante formación y entrenamiento en
cuanto al manejo de la Escritura. Herramientas y habilidades hermenéuticas deben
ser estudiadas con la mayor profundidad posible. Algunos aspectos que pueden ser
estudiados por los ancianos en estos entrenamientos serán:
a. Panorámica bíblica . Una revisión general de los libros de la Biblia con
sus temas, autores, mensaje central, relación entre ellos, etc. Esto es
básico para cualquier creyente pero en especial para los ancianos ya que
ellos deben ser maestros de la Palabra. Todos los ancianos deben tener
esta comprensión panorámica de la Biblia
b. Idiomas originales (Hebreo y Griego). Un estudio de la gramática y
sintaxis de los idiomas de la Biblia. Entre los ancianos algunos de ellos
deben tener la capacidad de consultar los idiomas originales para
despejar algunas dudas relacionadas con ellos.
c. Uso apropiado de traducciones. Los ancianos deben aprovechar las
riquezas de matices que aportan las distintas traducciones de la Biblia.
Deben utilizar un apropiado método de comparación de traducciones
para lograr este objetivo.
79
d. Análisis literario especial: Narrativas, argumentación, diálogos,
exposición y descripción. La Biblia como literatura debe ser estudiada
siguiendo las pautas lingüísticas del análisis literario. Debemos
aprovechar los aportes de esta ciencia al estudio de la Biblia para
perfeccionar nuestra exégesis.
e. Análisis de los tipos de literatura bíblica : Historia, poesía, profecía,
evangelios, epístolas, Apocalipsis. Los libros de la Biblia pueden ser
analizados desde el punto de vista de su tipología.117 La comprensión de
las características tipológicas de los libros de la Biblia facilita el
entendimiento de la estructura del texto y su análisis.
f. Como hacer teología bíblica . No es suficiente hacer análisis del texto
bíblico, también es necesario relacionar los resultados de ese análisis con
otros pasajes para derivar principios que nos permitan dar respuestas a
las interrogantes del hombre de hoy. A eso llamamos teología bíblica.
Los ancianos deben desarrollar la habilidad de hacer esto con frecuencia
porque en forma permanente estarán respondiendo muchas interrogantes.
g. Exégesis y predicación. Si no todos, algunos ancianos deben manejar la
habilidad de usar los resultados de su exégesis bíblica en un sermón
expositivo. Quizá no todos los ancianos prediquen, pero aquellos que lo
hacen deben hacerlo bien. Por ello, es necesario que las habilidades
homiléticas que respeten una sana exégesis deben ser dominadas por
ellos.
h. Exégesis y consejería . Igualmente no se espera que todos los ancianos
ayuden en la consejería o la orientación bíblica. Pero aquellos que lo
hacen deben desarrollar la habilidad ministerial de relacionar los
principios bíblicos con las necesidades de aquellos que vienen buscado
orientación. Textos fuera de contextos, alegorizaciones, literalismos y
otras deficiencias hermenéuticas han generado más confusión y daño que
117 Las tipologías textuales son formas de organizar los textos siguiendo algunas características comunes que tienen entre sí. Por ejemplo, las cartas son una tipología porque todos estos textos tienen en común una estructura estándar: saludos, bendición, cuerpo de la carta y despedida.
80
convicción y solución a las crisis de la personas. Los ancianos deben
cuidarse en grado sumo de estas deficiencias.
Los ancianos deben garantizar que este entrenamiento en el manejo apropiado de la
Escritura se mantenga. Si alguno de los ancianos puede ayudar a sus colegas ofreciendo
estos recursos sería bueno. Pero si no es así, pueden ser invitados colegas foráneos o
profesores de algún instituto bíblico cercano para ayudar a los ancianos en este proceso.
El peligro de la desviación doctrinal
Uno no esperaría que un anciano se desvíe de la sana doctrina, pero si esto llegara a
suceder, será necesario confrontarle con amor a corregir su manejo del texto bíblico. Este
proceso de confrontación debe ser muy respetuoso y serio, mostrando con propiedad dónde
está el error e indicando la enseñanza correcta.118 Si después de la corrección el anciano no
cambia su postura y se resiste a la corrección de los demás ancianos, será necesario pedirle
que deje el equipo.
Es necesario distinguir entre un error doctrinal y una simple diferencia de
apreciación en la interpretación de un texto. Una afirmación doctrinal, por lo general
requiere el uso de varios textos para apoyarse y tiende a ser una posición elaborada y poco
flexible (vea por ejemplo la doctrina del pecado o de la salvación, la cual requiere una serie
de textos para sustentarse).
Es recomendable, cuando no haya acuerdo en medio del cuerpo de ancianos sobre la
interpretación de algunos pasajes o la enseñanza de cierta doctrina, pedir la ayuda de otros
ancianos que sirvan como un cuerpo de consulta externa para ofrecer apoyo en la solución
del conflicto.119 Estos ancianos que funcionan como apoyo externo deberán ser
reconocidos, entre otras cosas, por su total apego a la Escritura, su carácter reconciliador y
su sabia experiencia.
El cuerpo de ancianos es por naturaleza un cuerpo abierto. Más ancianos pueden
añadirse o algunos pueden salir. La entrada y salida de ancianos al equipo debe ser
118 Algunos verbos griegos utilizados para describir la tarea de los lideres en corregir las desviaciones doctrinales, como ELEJON (Tit.1:9), tiene la idea de mostrar a alguien su falta o su error (Tamez, op. cit., p.58). 119 Aunque el caso de Hechos 15 no es un ejemplo de un descuerdo entre ancianos de la misma iglesia, si lo es de cómo la búsqueda de un consenso mayor puede ayudar a dirimir un conflicto doctrinal.
81
considerada natural por la iglesia y por los mismos ancianos. Sería un peligro considerar
que los ancianos de una iglesia local se convierten en un grupo cerrado sin posibilidades
que alguien salga o entre.
82
CAPITULO VII
LA RELACIÓN DEL CUERPO DE ANCIANOS
CON LA CONGREGACIÓN
El cuerpo de ancianos debe relacionarse con el resto de la iglesia local en una forma
que glorifique al Señor y fortalezca a la iglesia. Algunos conflictos entre los ancianos y la
iglesia podrían hacer difícil el cumplimiento de la tarea de dirigir al rebaño. Por eso el
escritor a los Hebreos recuerda a los creyentes: “Obedezcan a sus lideres, porque ellos
cuidan de ustedes sin descanso, y saben que son responsables ante Dios de lo que a ustedes
les pase. Traten de no causar problemas, para que el trabajo que ellos hacen sea agradable
y ustedes puedan servirle de apoyo” (Hebreos 13:17, Traducción en lenguaje actual).
Los ancianos tiene la responsabilidad de servir al rebaño a través de proveer para
ellos cuidado, enseñanza y supervisión. Los creyentes deben percibir que los ancianos están
cumpliendo satisfactoriamente con estas responsabilidades porque de otra manera van a
manifestar su inconformidad y esto traerá tensión a las relaciones. Es de esperar que si los
ancianos cumplen sus funciones como la Biblia lo establece y los creyentes se sujetan a
ellos, como también la Biblia lo establece, no habrá fricciones ni malestares que dañen la
sana relación entre ellos. Muchos problemas pueden ser evitados si cada uno cumple con lo
que la Biblia le señala.
Las amonestaciones de Pedro
Pedro en su primera carta dirige a los ancianos una serie de amonestaciones
relacionadas con la actitud que ellos deben asumir en la dirección de los creyentes. Vamos
a revisar con cuidado cada una de ellas:
Pedro señala, en primer lugar, que los ancianos tienen la responsabilidad de
apacentar la grey de Dios. El término “apacentar” es usado aquí en una forma figurada
para referirse a la conducción de una comunidad, en este caso particular, la iglesia.120 El
120 Bauer, op. cit., p.683.
83
apóstol señala que son los ancianos quienes tienen la tarea de guiar, dirigir o conducir a los
creyentes tal y como lo haría un pastor con su rebaño o grey.
La tarea de dirigir puede ser asumida de una forma inapropiada debido a que todos
estamos expuestos a ser vulnerados por el pecado. El egoísmo, la vanagloria, la ambición
por el poder y la manipulación son factores que podrían aparecer en la vida de cualquier
anciano en un momento dado. Por eso Pedro dice que aquellos que cuidan la iglesia deben
hacerlo:
Voluntariamente no por obligación. La primera advertencia del apóstol tiene que
ver con las presiones que puede recibir un creyente para encargarse del cuidado de la
congregación. El término obligación tiene la idea de presión, coerción o fuerza de
restricción.121 Es posible que un creyente asuma la función de anciano porque se necesita a
alguien y no hay otra persona disponible en el momento. También es posible que alguien
tenga necesidad económica y se vea en la obligación de asumir las funciones de anciano a
tiempo completo para poder tener una fuente de sustento. Otro caso es cuando un creyente
es presionado por la congregación porque todos le dicen que él es un buen candidato a ser
anciano y lo postulan para esa función.
Son muy débiles las bases de un ministerio que se cumple por presión u obligación.
Los conflictos propios del ministerio pronto derribarán ese frágil fundamento y arrastrarán
consigo no sólo al creyente que lo está ejerciendo sino, tristemente, a muchos a los que él
está sirviendo. Con tristeza hemos presenciado más de una vez estos escenarios: Ancianos
que, bajo el peso de los problemas con la congregación, han salido del ministerio pero con
un alto costo emocional y espiritual para la iglesia.
El corazón de un anciano debe estar bien convencido de que él está allí porque Dios
lo ha puesto allí. El sabe que su tarea es obedecer a Dios en primer lugar. Está animado a
hacerlo y tendrá toda la voluntad de su ser para cumplir con lo que la Biblia establece que
debe hacerse, aun cuando esté bajo fuertes conflictos. Si no está convencido de esto, si
duda constantemente entre seguir o no en el ministerio, si no es su voluntad la que lo
motiva a hacer lo que hace, llegó el momento de evaluar si él está allí voluntariamente o
por obligación.
121 Kistemaker, 1994, p.224
84
Con ánimo pronto, no por ambición de dinero. Se sabe que los ancianos recibían
algún tipo de remuneración cuando se dedicaban por completo a su ministerio (1 Timoteo
5:17). Para algunos, este sustento podría ser la verdadera razón por la cual estaban en el
ministerio. No sólo su motivo era el dinero que recibían sino que querían recibir más.
Varias veces se señala en la Escritura el problema de la avaricia como una condición que
descalifica a los lideres de la iglesia (1 Timoteo 3:3, 8; Tito 1:7). Pablo la consideró como
idolatría (Colosenses 3:5) y señala que por amor al dinero “algunos se extraviaron de la fe y
fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). Por eso se amonesta con firmeza
a los ministros a rechazar la avaricia y más bien mostrar conformidad con aquello que el
Señor ha provisto (1 Timoteo 6:6-8).
Cuando un anciano sirve sólo por razones económicas se convierte en un asalariado.
Nada lo distingue de cualquier otro profesional de una empresa que cumple un horario y se
conforma sólo con el mínimo requerido por el jefe. Con mucha probabilidad cuando las
circunstancias le exijan ir más allá de su horario convencional, se resistirá a hacerlo o lo
hará de mala gana. Total, ¡nadie le reconocerá esas horas extras!
Cuán diferente es aquel que ministra con ánimo pronto. Algunos traducen esta
expresión como “afán de servir”122, es decir “él tiene toda la disponibilidad y anhelo de
hacer su trabajo”. Por eso no le importará si el horario es o no el convenido, si el sueldo es
o no el requerido, él hará con pasión lo que tiene que hacer para servir a aquellos que están
a su cuidado, incluso si estos nunca se lo agradecen. “Deben hallar su satisfacción en servir
a Cristo, no en servir el dinero”.123 Nunca se portará como las “maquina traga-niqueles”
que sólo funcionan cuando la moneda suena en su interior.124
Siendo ejemplo para el rebaño, no imponiéndose sobre ellos. Jesús ya había
advertido a sus discípulos que entre ellos el patrón de servicio sería totalmente opuesto al
patrón del mundo (Marcos 10:42-44). Los gobernantes y los grandes se enseñorean de las
naciones y ejercen potestad sobre ellas. Entre los discípulos, el que quiere hacerse grande o
ser el primero debe hacerse siervo de todos. Es el servicio sacrificial lo que hace grande a
un discípulo de Jesús y no su “posición de autoridad”. 122 Kistemaker, op. cit., p.224.123 Ibid. 124 Por supuesto que esta es una perspectiva del asunto; la otra perspectiva tiene que ver con el sustento apropiado que la iglesia debe proveer para aquellos que sirven, como dice MacDonald (1995): “Esto no significa que un anciano no pueda ser sustentado por la iglesia local. La existencia de estos ancianos a dedicación total está indicada en 1 Timoteo 5:17” (pp.1294-1295).
85
Los ancianos deben entender con claridad la diferencia entre ser puestos por el
Señor y hacerse ellos mismos señores del rebaño. Es cierto que la Escritura señala el
carácter divino del servicio pastoral. Ellos fueron establecidos por el Espíritu Santo
(Hechos 20:28) y, en función de este encargo, los creyentes deben respetarlos, tenerlos en
alta estima y someterse a sus directrices (1 Tesalonicenses 5:12-13; Hebreos 13:17). Pero
si un anciano interpreta su ministerio como una “posición de autoridad” y no como una
“función de servicio” fácilmente terminará por exigir a los creyentes obediencia a sus
preceptos e impondrá sobre ellos una dirección despótica.
El término “ejercer dominio” señala un gobierno autocrático y despreciativo sobre
el rebaño.125 Refleja la mentalidad de alguien que se vale de su posición para imponer sus
deseos personales a los demás. Diótrefes es un ejemplo de este tipo de líder: Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre
ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando
con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los
hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia. (3 Juan
9-10)
Al contrario, Pedro amonesta a los ancianos a ser ejemplos de la grey. Guiar por el
ejemplo es más difícil que guiar por ordenanzas. El que guía por el ejemplo debe
exponerse a que la iglesia lo conozca a profundidad, el que lo hace por decreto ni siquiera
tiene que aparecer mucho en público. El que guía por el ejemplo debe vivir todo lo que
enseña que se haga, el que lo hace por ordenanzas, simplemente dice: “hagan lo que yo
digo no lo que hago”. El que guía por el ejemplo va delante del rebaño, mostrando en su
vida lo que significa ser cristiano, el que lo hace por decreto va detrás gritando y
amenazando a las ovejas con disciplinarlas si no hacen lo que él dice.
Pedro recuerda que las ovejas están a nuestro cuidado (1 Pedro 5:3). Es una frase
paradójica: “no imponerse sobre personas que alguien nos encargó para que las
cuidáramos”. No sólo es un rebaño que no nos pertenece (Cristo es el dueño y él nos lo
encargó), también es un rebaño frágil y susceptible de ser herido, manipulado, confundido,
amenazado y dominado por alguien despótico. Si alguien quiere imponer sus caprichos
personales sobre ellos lo hará, tal y como señala Erdely (1994):
125 West, citado por Kistemaker, op. cit., p.225.
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Cuando alguien no puede ejercer su ministerio basado en la verdad, en el servicio amoroso y en la honestidad, necesita recurrir al uso de la manipulación y a un sistema de gobierno autoritario para imponerse sobre la conciencias de las personas y poderlas controlar.¡Cuánta gente ha sufrido abusos, manipulaciones y maldades de todo tipo por parte de pastores opresivos! ¡Cuántas personas han estado bajo organizaciones religiosas autoritativas viendo manipulaciones, charlatanería y hasta mentiras y se han quedado calladas por miedo! ¡A cuántos hemos conocido que toman como máxima autoridad en sus vidas a un hombre de carne y hueso y no la Santa Palabra de Dios! ¡Cuántos grupos cristianos hoy en día tienen que recurrir a la manipulación y a infundir miedo para poder mantener su influencia sobre las multitudes (p. 92).
Una actuación despótica sobre los creyentes descalifica a quien la pretenda. Los
creyentes no están obligados a someterse a alguien que abusa de su ministerio como pastor
y exige a la iglesia demandas que están fuera de la Escritura:
Si un determinado líder se separa de la Biblia, su autoridad ministerial se termina. Si algún pastor nos pide algo contrario a ella, no puede ser obedecido; y si cualquier ministro se niega a ser cuestionado en base a ella, no puede ser creído.Estar bajo autoridad correctamente entendido y cristianamente hablando, es sujetarnos a lo que dice la Biblia, a través de un ministro que enseña y vive de acuerdo a ella. Estar bajo autoritarismo o tiranía, es obedecer a un líder que nos pide cosas contrarias a la Palabra de Dios.126
Todas las acciones y actuaciones de los ancianos frente al rebaño deben estar
enmarcadas en estas amonestaciones de Pedro. Una actitud voluntaria, apasionada y
ejemplar que permita que las relaciones con el rebaño se mantengan saludables. Por otro
lado, se espera que virtudes como la prudencia, amabilidad, decoro, respeto, justicia,
santidad, bondad y autocontrol adornen la vida de los ancianos como lo exige la Escritura
(1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9). En otras palabras, sólo cuando los ancianos muestran las
calificaciones que Dios les exige pueden mantener unas excelentes relaciones con el rebaño
tal y cómo Dios espera que suceda.
La búsqueda del consenso con la iglesia.
Así como los ancianos buscan el consenso entre ellos, de la misma manera deben
hacerlo con la iglesia. Por supuesto que buscar el consenso en un grupo mayor exige más
esfuerzo que hacerlo en un grupo mas reducido pero en el fondo se trata de lo mismo:
tomar decisiones buscando que haya un mismo sentir.
126 Erdely, op. cit., p.94
87
El consenso y el sistema parlamentario de las votaciones
La mayoría de las iglesias cristianas congregacionalistas han usado el sistema
parlamentario para decidir sus asuntos. Debemos reconocer que este sistema tiene sus
limitaciones cuando procuramos buscar el consenso entre los hermanos.
En primer lugar, el sistema parlamentario fue diseñado para funcionar en el marco
de un cuerpo de carácter político: el parlamento127. Los bandos políticos debían asegurar
que ninguno monopolizara las decisiones ni impusiera su hegemonía sobre los demás. En
la iglesia no se trata de lucha entre bandos ni ambición de poder político. La iglesia es el
cuerpo de Cristo y todos estamos en la obligación de resolver nuestros asuntos en amor,
considerando a los demás como mejores que nosotros y en un adecuado espíritu de
humildad y sana comunión fraternal.
En segundo lugar, el sistema parlamentario en esencia necesita reglas que aseguren
que una proposición tenga un adecuado tratamiento desde que es lanzada hasta que llega a
su término (sea que se apruebe o no). Este pudiera no ser malo en sí mismo, sólo que esas
reglas, en su mayoría, no permiten que todos puedan expresar su parecer en relación a un
asunto específico.128 Las proposiciones necesitan ser secundadas o apoyadas para ser
discutidas, las discusiones deben estar reguladas bajo cierta cantidad de tiempo, las
enmiendas no pueden exceder cierta cantidad, en cualquier momento puede abortarse el
debate pidiendo el voto, etc.
Cuando examinamos de cerca este tipo de procedimiento, realmente más nos
parecemos a una asamblea política que a una familia espiritual conversando sobre sus
asuntos. Nunca sabremos cuántas veces los creyentes han salido frustrado de reuniones de
este tipo donde no pudieron expresarse porque ya no había tiempo, o se pidió abruptamente
el voto o la proposición fue retirada, o lo mandaron a sentar por estar “fuera de orden” o la
proposición ya tenía dos enmiendas, en fin, el cumplimiento de las reglas parlamentarias se
impuso sobre el sentir de los creyentes.
Modelando este tipo de reunión, sin darnos cuenta, hacemos que los hermanos se
amolden al esquema político parlamentario y no nos esforzamos por entender sus 127 El parlamento es un cuerpo político que evolucionó desde su origen en los parlamentos medievales de las monarquías absolutas hasta los modernos parlamentos de los países democráticos (Romero, María y Aníbal Romero, 1994, pp. 157). 128 Eso por un lado, pero por otro lado, debemos también considerar que una reunión donde se usan las reglas parlamentarias mayormente favorece a los que conocen dichas reglas, quienes están en ventaja sobre aquellos que no la conocen (que por lo general son la mayoría en la iglesia).
88
preocupaciones, confusiones y expectativas. Si ellos quieren expresar algo, deben hacerlo
siguiendo las reglas y hablando el estricto lenguaje de los parlamentos (“moción de orden”,
“objeción”, “reparo”, “enmiendas”, “mociones incidentales”, etc.). Si no siguen las reglas
no pueden tomar parte en la reunión. En lugar de ajustarnos nosotros a la condición de
ellos, son ellos los que deben hacerlo al modelo parlamentario. Es como obligar al pie a
sentirse cómodo en un zapato más pequeño que él.
En tercer lugar, las votaciones no favorecen la búsqueda de un mismo sentir en la
iglesia sino simplemente la imposición de la mayoría sobre la minoría. Como ya dijimos,
las reglas parlamentarias fueron diseñadas para evitar la hegemonía del poder político de un
grupo sobre otro en la toma de decisiones. Las decisiones debían finalizar en el voto, que
es la expresión objetiva del poder político del parlamento. El voto es el símbolo del poder
político, es la expresión concreta de un valor intangible: la capacidad de que algo sea hecho
o no.
En la iglesia no debemos pensar de esta manera. Los creyentes no deben
considerar que ellos “representan un voto”, que su mano levantada tiene poder para decidir
lo que es mejor para la iglesia, que en ellos descansa “el rumbo del cuerpo de Cristo”. Este
tipo de pensamiento, debido a nuestra tendencia al pecado, conduce con facilidad a
componendas, favoritismos, manipulación, partidismos y otros tipos de mecanismos
perversos para garantizar que ese “voto” favorezca a una determinada tendencia. Caemos
de esta manera bajo la amonestación paulina: “…no os congregáis para lo mejor sino para
lo peor… (1 Corintios 11:17).
En palabras de Ernesto Trenchard (1977):
Consultas entre hermanos de experiencia y espiritualidad son de evidente utilidad, siendo algo muy diferente de la norma democrática moderna de: un hombre, un voto. En las notas sobre Hechos 6:2-3 hemos tenido ocasión de recalcar que la frase “buscad de entre vosotros siete varones de buen testimonio” no significa una “elección” en la que todos los miembros de la comunidad participasen, sino únicamente que los apóstoles querían valerse de la opinión de hermanos destacados en cuanto al nombramiento de hermanos capaces para solucionar el problema inmediato de la distribución de víveres y ayuda material entre los creyentes….El concepto de la iglesia democrática se debe mayormente a dos factores: a) la manifiesta igualdad espiritual de todos los creyentes “en Cristo”…; b) las ideas democráticas de nuestro siglo, ya que paulatinamente –y con muchos retrocesos- se ha impuesto el criterio de que la mejor garantía contra gobiernos tiránicos es la participación de todos los ciudadanos en los asuntos del estado por medio de sus votos. Los dos factores son muy respetables, pero no han de cegarnos a las realidades de la revelación de Dios. El hecho de que un hermano sencillo, ignorante y carnal se salva por Cristo igual que el apóstol Pablo no afecta para nada la cuestión del discernimiento espiritual, que es lo que se requiere sobre todo para el
89
nombramiento de los pastores de los rebaños. Es totalmente contraproducente y perjudicial, siendo contrario a los profundos principios que venimos considerando, colocar en las manos de hermanos carnales la posibilidad de deshacer la obra que el Espíritu Santo va realizando por medio de los espirituales. El estudio de los Hechos nos ha enseñado una y otra vez que el Espíritu habla por medio de quienes saben sintonizar con las voces del cielo, entregándose luego como instrumentos en las manos de Dios para efectuar lo que él ha ordenado. Sólo el fracaso de lo espiritual puede dar lugar a un método tan humano como el de las decisiones en asuntos espirituales por “mayorías”, en las que se incluyen personas ignorantes de las Escrituras, mundanas y carnales, incapaces por lo tanto de discernir la mente de Cristo (pp.612-613).
Pero, usted puede preguntar y con cierta razón: ¿estamos abogando por la anarquía
y el desorden en nuestras reuniones? La respuesta definitivamente es NO. Estamos
obligados por la Escritura a hacer todo decentemente y con orden pero difícilmente Pablo
estaba pensando en la aplicación de las reglas parlamentarias cuando dijo esto. Una reunión
para ser ordenada no necesita de reglas parlamentarias (como tampoco las reglas
parlamentarias pueden garantizar que no haya desorden).
Diferentes maneras de buscar el consenso
El consenso requiere, como ya dijimos, más esfuerzo y dedicación de nuestra parte.
Debemos ser creativos y ensayar varios escenarios posibles en la búsqueda de “el mismo
sentir”. Considere los siguientes escenarios:
1. Entrevistas a hermanos que pueden aportar ideas claves en la solución de algún
asunto.
2. Consultas previas a grupos específicos que especialmente serán afectados con la
decisión que se vaya a tomar.
3. Planificar varias sesiones sobre un mismo asunto para agotar la mayor
posibilidad de participación antes de tomar la decisión.
4. Comisionar a hermanos específicos para trabajar en proyectos que luego serán
evaluados por el cuerpo de ancianos.
5. Consultar con otras iglesias que hayan enfrentado conflictos o desafíos
similares.
6. Periodos específicos que permitan a los creyentes acercarse al cuerpo de
ancianos y expresar su sentir en relación a algún proyecto o decisión que se vaya
a tomar.
90
Estas son sólo algunas ideas que pueden estimular nuestro pensamiento en cómo
asegurar que los creyentes avancen en la búsqueda de un mismo sentir. Seguramente hay
muchas otras formas o estrategias de consulta que pueden conducirnos a decisiones mas
consensuadas dentro de la iglesia.
Enemigos del consenso.
Pero hay varios enemigos del consenso que debemos identificar. El tiempo es uno
de ellos. El tiempo es un factor presionante para un grupo que quiere ponerse de acuerdo
en algo. Expresiones como: “no tenemos todo el tiempo”, “¿hasta cuándo vamos a estar
discutiendo esto?, “ya es tarde”, etc. son una señal de que el grupo no está muy dispuesto a
pagar el precio de ponerse de acuerdo. Si queremos buscar el consenso en una decisión es
importante que todos estemos dispuestos a invertir la cantidad de tiempo que sea necesaria
para ello, lo cual no implica que la decisión la debemos tomar en una sola reunión.
En ocasiones será más prudente dividir en varias reuniones el proceso para llegar a
un acuerdo que decidirlo todo de una vez, especialmente si es una decisión con cierto grado
de complejidad o afectividad.129 Es parte del proceso de reeducación por el cual debe pasar
la iglesia, especialmente aquellas que han estado acostumbradas por muchos años a decidir
todo en forma rápida a través del voto parlamentario.
Otro enemigo del consenso es la urgencia. En cierta forma está relacionado con el
anterior, pero aquí el énfasis recae en pensar que la decisión debe ser tomada YA. Es
posible que ciertas decisiones deben ser tomadas inmediatamente, pero en este caso
estaríamos hablando de imprevistos imposible de planificar. La mayoría de las decisiones
que una iglesia toma no son de esta naturaleza (¡quiera Dios!). Casi todas pueden ser
planificadas y consultadas de una manera amplia (siguiendo algunos de los escenarios
propuestos anteriormente). Algunas veces, una decisión que pudo ser tomada con calma y
en amplia consulta fue dejada hasta el último día por falta de buena planificación y por ello
129 Hemos notado que las decisiones que pueden afectar emocionalmente a la iglesia (como una disciplina o excomunión, por ejemplo), requieren de mayor tiempo para que los hermanos expresen cómo se sienten en relación al asunto. Igual aquellas decisiones que afectarán notablemente el curso de la iglesia como la eliminación de algún programa, un cambio sustancial en el presupuesto, la contratación de un nuevo ministro a tiempo completo, etc. En estos casos deben tomarse las previsiones para dar la oportunidad de que la mayoría exprese su sentir al respecto.
91
se convierte en urgente. Si es así, el problema es la forma cómo administramos la agenda y
no el tipo de decisión.
Otro enemigo que merece ser mencionado es la fatiga. Esta llega a ser la
contraparte de los anteriores. No es justo tener a un grupo durante un tiempo prolongado y
en condiciones de fatiga tomando decisiones. Es posible que las decisiones tomadas en este
ambiente sean mas el producto de la rapidez para terminar pronto la reunión que la
búsqueda del verdadero consenso.
Algunos que tienen buenas ideas o buenas preguntas no querrán decir nada para
acelerar la reunión. Otros se amoldaran a lo expuesto para no “crear polémicas”. Lo peor
que podría pasar en este ambiente es que los creyentes empiecen a decir cosas sin sentido
por el cansancio. Algunas de estas ideas “sin sentido” pueden llegar a prosperar y ser
aceptada por el grupo como correctas.
¿Cómo se sabe que la congregación ha llegado a un consenso?
Esta es una buena pregunta. Cuando usamos el sistema parlamentario y el voto
como expresión de decisión es relativamente fácil saber los resultados. Simplemente
contamos los votos y sabemos si la propuesta tiene el respaldo de la mayoría. Es algo
cuantitativo. Pero con la búsqueda del consenso no pasa igual. Es algo más cualitativo y
subjetivo.
En primer lugar el proceso debe tomar en cuenta ciertos aspectos de fondo:
1. La iglesia somos todos, los ancianos y la congregación. No se trata de una lucha
entre ancianos y congregación para ver cuál propuesta gana. Hay dos extremos
a evitar: los ancianos queriendo imponer a la congregación una idea y la
congregación queriendo imponer a los ancianos su parecer. Cuando estamos
decidiendo algo juntos no debemos pensar en términos de jerarquía ni rangos:
todos somos el cuerpo de Cristo, sin distinción. La idea es conversar todos
sobre el asunto y buscar aquello que pueda beneficiar a todos.
2. Es necesario que todos los que tengamos algo que decir lo hagamos para
expresar nuestro parecer al respecto, pero que lo hagamos de la mejor manera.
Debe ser explicado a la congregación que nuestras intervenciones deben respetar
las directrices bíblicas de amabilidad, amor, humildad, prudencia y
92
consideración propias de una reunión de cristianos. No debe haber lugar en
nuestras reuniones para las acusaciones públicas, las descalificaciones, la falta
de respeto, las respuestas airadas, las intervenciones hostiles y cualquier clase de
expresión carnal que trastorne el espíritu afable que debe reinar en el cuerpo de
Cristo. Cualquier intervención fuera de la conducta exigida por la Palabra debe
ser corregida a tiempo con amor y firmeza.
3. El consenso debe ser buscado en asuntos no expresamente establecidos en la
Escritura como normativos. Cuando la Escritura es clara sobre un asunto en
particular no necesitamos el consenso sino la obediencia. Por ejemplo, es claro
por la Escritura que un creyente no debe mentir. Si un creyente es amonestado
por decir mentiras y no corrige esta situación, no necesitamos buscar consenso
para disciplinar a este hermano. Aun siendo así, es responsabilidad de los
ancianos explicar con toda claridad y apoyo escritural las decisiones tomadas.
4. Las intervenciones deben ser oídas con mucha atención. Muchas veces algunos
conflictos son resultados de no entender bien lo que alguien quiere decir. Si es
necesario debe pedirse al creyente que repita lo que dice o que lo exprese en
otras palabras. El moderador puede también expresar en sus propias palabras lo
que entiende del hermano para que este confirme si es eso lo que quiere decir.
5. Debe distinguirse entre asuntos que son solamente información (donde no hay
que tomar decisiones sino solo escuchar la opinión de los creyentes) de asuntos
que sí requieren tomar decisiones. En ambos casos debe explicarse bien a la
congregación lo que se espera de ella para que estén orientados en cuanto a sus
intervenciones.
Una vez que se considere que el asunto bajo tratamiento ha sido suficientemente
discutido, el moderador puede preguntar si hay acuerdo para tomar la decisión. Hay
preguntas claves como: ¿Alguien más quiere añadir algo a este respecto? O ¿todavía
quedan dudas sobre lo que queremos decidir? Si no hay creyentes que quieren hablar
entonces el moderador puede preguntar ¿Tenemos consenso para decidir hacer esto?
Inmediatamente uno debe estar atento a las expresiones gestuales de los hermanos de
afirmación o apoyo. Si hay hermanos todavía inquietos o inseguros es conveniente
93
preguntarles directamente si quieren decir algo. Si nadie quiere hablar más y los hermanos
muestran gestualmente su aprobación el moderador puede confirmar el consenso con
expresiones como esta: ¡Entonces procederemos con lo planteado! O ¡Tenemos consenso
para proceder con esto!
Alguien puede cuestionar: ¿no sería mas fácil preguntar “cuántos están de acuerdo”
y ya? Más fácil sí, pero no más consensual. Recuerde que la idea del consenso es dar
oportunidad al creyente de que exprese sus inquietudes con libertad y respeto. El enfoque
es que el creyente no se apoye en el poder de su voto sino en la búsqueda de un mismo
sentir.
¿Y que pasa si no hay consenso? El asunto debe seguir bajo un proceso de
evaluación que requerirá seguramente más tiempo. En la búsqueda del consenso no
debemos tener temor del disenso. Cuando la congregación no está de acuerdo en un asunto,
es una buena oportunidad para orar más buscando la dirección de Dios, estudiar otras
alternativas, profundizar las evaluaciones que se hayan hecho y revisar más de cerca las
razones del desacuerdo. También es una excelente oportunidad para poner en práctica la
humildad, la paciencia, la bondad, la mansedumbre y el trato afable tanto de los ancianos
como de la congregación. Al final, seguramente se llegará a un acuerdo. Pero lo más
importante será la actitud que cada uno haya tenido durante el proceso.
Se podría pensar que estas ideas pueden ser válidas únicamente en congregaciones
pequeñas donde es relativamente fácil la conversación abierta con un grupo limitado. Pero
si fuera una congregación de más de mil personas, por ejemplo, entonces sería casi
imposible aplicar estos procedimientos. Ciertamente será difícil pero la búsqueda del
consenso es una necesidad aun para las iglesias grandes. En este caso, deben existir niveles
de reunión más pequeños donde los líderes o ancianos puedan consultar a los creyentes:
células, grupos ministeriales, grupos afines según las edades (jóvenes, adultos), etc. Es
importante entender que mientras mayor consenso tengan las decisiones tomadas en la
iglesia, mayor respaldo tendrán de la congregación.
Una comunicación fluida
Dentro del tema de las relaciones entre los ancianos y la congregación es muy
importante destacar la importancia de una comunicación fluida. Rush (1985) señala que:
94
“…La buena comunicación mantiene y crea la unidad, la dedicación y la motivación
necesarias para alcanzar una meta. En realidad, la comunicación es el alma de una
organización, sin ella el grupo se extingue” (p.122). Por esa razón, para algunos ancianos
esta es una de las principales razones de la mayoría de los conflictos en el trato con la
congregación.
La comunicación entre los ancianos y la congregación es bidireccional. Por un lado
se espera que la congregación se comunique fluidamente con sus ancianos y por otro lado,
se espera que los ancianos hagan lo mismo con la congregación. Este doble flujo es esencial
para el éxito de cualquier grupo. Quigley (1996), acertadamente, exhorta al liderazgo de
las corporaciones a asegurarse que tanto el flujo descendente como ascendente de las ideas
se mantenga.130 Cuando alguna de las dos partes falla en su tarea comunicativa se pueden
presentar distorsiones en el proceso comunicativo que pongan en peligro la marcha del
grupo mismo.
Comunicación congregación – ancianos. La congregación debe acercarse a los
ancianos y expresar con toda libertad y confianza cualquier duda, idea o comentario que
quiera hacer para colaborar con el avance de la obra. El caso de Hechos 6.1-7 ilustra bien
el hecho de que las inquietudes de la congregación deben ser oídas por los lideres y
canalizadas de acuerdo a lo que más convenga. Las puertas de la oficina pastoral o el lugar
donde se reúnen los ancianos deben permanecer siempre abiertas para oír cualquier
inquietud de los miembros.
Es posible que algún miembro tenga temor de presentar sus inquietudes al cuerpo de
ancianos. En ocasiones los pastores infunden este temor por la forma cómo tratan a la
congregación. Esto no es un buen síntoma. El proceso comunicativo tiene su base en la
confianza y libertad de aquellos que se comunican entre sí. Los ancianos están llamados a
trabajar arduamente para derribar cualquier barrera que se pueda levantar entre ellos y la
congregación.
Si un creyente quiere confrontar a un anciano. Puede suceder que un miembro
quiere conversar especialmente con uno de los ancianos para llamar su atención de algo que
no este bien en la forma como este procede. Los ancianos no están protegidos de caer en
alguna falta. Son humanos y puede suceder con mas frecuencia de lo que por lo general se
130 Quigley, 1996, p.60.
95
cree. Cualquier hermano de la congregación, a quien le conste personalmente la falla de
este anciano, puede (y debe) llamarlo para hablar con él en un tono amoroso y respetuoso
(tal y como le gustaría que lo hicieran con él). Esta confrontación debe pasar por todos los
pasos que Jesús enseñó en Mateo 18:15-17. En el caso de que un creyente deba confrontar
a un anciano, los siguientes pasos deberían ser tomados en cuenta:
1. Hablar con él en privado expresándole con toda objetividad y base bíblica la
falla que se quiere corregir.
2. Si no hay cambios en la conducta del anciano o si su actitud es agresiva hacia el
hermano que lo confronta, entonces se debe llamar a dos testigos. Este paso
puede bien corresponder a llevar el caso al cuerpo de ancianos de la iglesia para
que ellos determinen qué es lo mejor que se puede hacer.
3. Los ancianos deben agotar todas las acciones bíblicas necesarias para corregir el
problema y mantener informado al hermano que llevó el caso del desarrollo del
mismo.
4. Si la falla es admitida y corregida, el hermano que trajo el caso debe ser
informado en una forma clara y objetiva de lo que se logró. Una reunión entre
el anciano que fue confrontado y el hermano que llevó el caso sería
recomendable para resolver cualquier diferencia que pudiera haber quedado. En
caso de persistir la falla, entonces los ancianos tendrán que proceder con lo que
se explicó en el caso de desincorporar a un anciano del equipo por
descalificación en su carácter.
Informar sobre la gestión ministerial. Otro nivel de comunicación fluida desde la
congregación hacia los ancianos es la referida a la información del trabajo ministerial.
Muchos coordinadores de ministerio o hermanos que están realizando alguna labor
ministerial en la iglesia sólo presentan informes cuando estos son requeridos. Quizá esto
ocurra cada tres o cuatro meses. Una buena comunicación debe motivar a los creyentes
responsables de algún ministerio a presentar con frecuencia informes de lo que están
haciendo. Los ancianos pueden llevar un monitoreo más de cerca de lo que está
aconteciendo.
96
¿Y si los ancianos no piden informe? El punto que queremos hacer es que no debe
esperar que los ancianos pidan algún informe. Simplemente se trata de que usted informe
de lo que está haciendo en su ministerio, no importa si no se lo piden. Los ancianos
muchas veces están enfocados en resolver tantos asuntos de la iglesia que posiblemente
pasen por alto pedirle a usted un informe. Por eso hablamos de que usted tome la iniciativa
de rendir cuentas.
Informar sobre actividades importantes. Finalmente, y quizás no tan obvio, es la
importancia de informar a los ancianos de nuestros movimientos importantes. Una salida
de vacaciones con nuestra familia que implique ausentarnos por varias semanas de la
ciudad, el traslado a otra ciudad por causa de trabajo o estudio, visitas a eventos cristianos o
a otras iglesias son ejemplo de oportunidades que tenemos de informar a nuestros ancianos
de nuestras actividades. Quizá usted puede pensar: “Es como demasiado pedir que tenga
que informarle a los ancianos de la iglesia los movimientos que hago”.
Piense que los ancianos son como los padres en un hogar. Su responsabilidad es,
como ya lo dijimos, velar por cada uno de los creyentes puestos bajo su cuidado. ¿Cómo se
sentiría usted si su hijo menor de edad llega durante una semana más allá de la media noche
y no le quiere decir a usted dónde ha estado? Los ancianos, según Hebreos 13:17, velan por
nuestras almas y deben entregar cuenta de ellos. ¿Pueden entregar cuenta de alguien que
nunca dice nada sobre lo que está haciendo?
No hablamos de rendir informes detallados de todo lo que hacemos. Creo que el
punto está claro. Solamente hablamos de mantener informados a los ancianos de aquellas
actividades significativas que emprendemos y que de alguna manera están relacionadas con
el hecho de que somos miembros de una comunidad cristiana a la cual pertenecemos.
Comunicación ancianos – congregación. Así como la congregación debe mantener
fluida la comunicación hacia los ancianos de igual manera los ancianos deben hacerlo para
con la congregación.
Bajar la información en forma clara y oportuna. Los ancianos constantemente toman
decisiones referidas a la programación, organización ministerial, relaciones con otras
iglesias, directrices bíblicas, etc. Tales decisiones deben ser comunicadas al resto de la
iglesia en forma clara (que no haya confusión ni malos entendido) y oportuna (con
suficiente anticipación).
97
Dentro de los procesos administrativos el de “bajar la información” a los afectados
es uno de los más críticos. Cuando esta comunicación no fluye se generan distintos tipos de
problemas como desánimo, falta de compromiso, rumores infundados, sentido de ser
relegado, etc. Los ancianos deben cuidarse permanentemente de no fallar en el flujo de
comunicación necesaria de la congregación. Dibberte (1989), advierte que “Los
investigadores han sabido por mucho tiempo que el nivel de actividad e incorporación de
una persona en algún proceso está integralmente relacionado a su conocimiento de lo que
está pasando (p.76).
En ocasiones, los miembros de la iglesia se sorprenden de actividades o
circunstancias de las cuales ellos no tenían ningún conocimiento previo. El no saber qué
está pasando en la iglesia o qué se piensa hacer en los próximos meses puede causar un
sentido de incertidumbre en los miembros. Al contrario, cuando los miembros conocen lo
qué esta sucediendo tanto en la programación regular de la iglesia como en las
proyecciones para los próximos meses, se fortalece el sentido de comunidad (todos
formamos parte de esa programación) y resulta en mayor disponibilidad a participar en el
desarrollo de estos proyectos.
El cuerpo de ancianos no debe nunca pensar que es suficiente con que ellos manejen
la información.131 Es un deber de ellos informar a la congregación de todo aquello que les
afecte como comunidad local. Al mismo tiempo, muchas actividades, planes y proyectos
pueden ser definitivamente enriquecidas por el aporte de los miembros cuando ellos saben
qué es lo que se piensa hacer.
Refrescar la visión. Una de las principales responsabilidades del cuerpo de
ancianos es mantener a los creyentes encaminados en la visión de la iglesia. Con mucha
facilidad uno puede desviarse de la visión comprometiéndose con actividades que nada
tienen que ver con el plan que la iglesia ha establecido para su desarrollo. Por ello, los
ancianos deben constantemente recordar a la iglesia a qué el Señor los ha llamado y qué se
espera de cada uno de los miembros para cumplir este llamado particular.
Debe mantenerse una actividad especial cada cierto tiempo donde toda la iglesia sea
refrescada con la visión. Algunos lo hacen una vez cada tres meses otros lo hacen más
131 Por supuesto que estamos hablando aquí de información que todos deben conocer. Hay cierto tipo de información, como por ejemplo un asunto moral que afecta a un creyente, que debe ser manejado con mayor confidencialidad por el cuerpo de ancianos.
98
seguido. No importa la frecuencia que se escoja, el hecho es que la visión debe ser
recordada en forma creativa y constante para no correr el riesgo de perder el rumbo.
Atender inmediatamente los casos de corrección. Algo que daña severamente la
credibilidad de los ancianos frente a la iglesia es la negligencia en resolver los casos que
ameritan corrección. El cuerpo de ancianos debe dar prioridad en su agenda a este tipo de
situación ya que por lo general requieren de una intervención inmediata y efectiva.
Una vez que el problema ha sido identificado por el cuerpo de ancianos y se ha
establecida cuál debe ser el procedimiento bíblico a seguir, ellos no deben permitir que
otras actividades o responsabilidades los desvíen del curso que han trazado. Especialmente
cuando esta corrección tiene que ver con problemas morales o espirituales. Es importante,
por eso, trabajar estableciendo fechas precisas en plazos cortos que no permitan una
dilatación innecesaria del problema.
Dependiendo de la naturaleza del caso, la iglesia debe ser informada de los avances
del cuerpo de ancianos en la solución del conflicto. Este tipo de información debe ser
presentada con mucha prudencia y objetividad a fin de no causar mas daño que beneficio.
Reacuérdese que se trata de la vida de los creyentes y una declaración imprudente podría
afectarles de manera definitiva.
Preparar a los creyentes para los cambios. Otro aspecto en que a veces fallan los
ancianos es en la preparación de la congregación para los cambios que se piensan hacer. Se
asume, sin ser verdad, que los creyentes aceptarán los cambios que los ancianos han
visualizado como necesarios simplemente porque ya los ancianos están convencidos que
esos cambios son necesarios. Esto no es así. Es una presunción que ha mostrado ser falsa
la mayoría de las veces.
Todo cambio implica ansiedad en mayor o menor grado, especialmente si son
cambios de prácticas que tienen mucho tiempo establecidas. Reducir esta ansiedad es
responsabilidad del cuerpo de ancianos y precisamente uno de los mejores recursos para
lograr este objetivo es el uso efectivo de la información.
La promoción de los nuevos proyectos, cuando se hace de manera efectiva, reduce a
más de la mitad las dudas, preocupaciones y temores que puede generar el cambio mismo.
Si se toma el tiempo suficiente para explicar con detalles precisos las razones del cambio y
99
las ventajas que se obtendrán habrá mayor disposición de los creyentes a asumir estos
cambios participando en forma activa de ellos.
100
CAPITULO VIII
MANEJANDO LOS CAMBIOS DE PARADIGMANotas finales para los pastores
Si usted es pastor y, después de haber estudiado el tema del gobierno bíblico de los
ancianos, encuentra que esa es la voluntad de Dios para la conducción de la iglesia, tendrá
que enfrentarse a la pregunta: ¿y ahora cómo aplico estos conceptos en la iglesia local que
me ha tocado pastorear?
Esta pregunta es natural. Cada vez que renovamos nuestra manera de pensar con
respecto a algún tema, nos enfrentamos al dilema de cómo hacer los ajustes necesarios para
comenzar a aplicar los nuevos conocimientos. Estos ajustes muchas veces implican dejar
de hacer algunas cosas y emprender otras hasta ahora desconocidas. Todo esto causa una
“ansiedad predecible” que debe manejarse apropiadamente a fin de lograr el objetivo de un
ajuste con el menor trauma posible.
De lo que estamos hablando es de los cambios de paradigmas. Un paradigma se
entiende como un esquema o patrón de pensamiento que genera una forma particular de ver
e interpretar la vida. Este patrón se forma lentamente y es resultante de una pluralidad de
condiciones y, aunque no se nota con facilidad cuando está formándose, una vez formado,
controla la manera de pensar y actuar de las personas.
Por ejemplo, una persona que vive en el campo se acostumbra a pensar y actuar de
acuerdo al ambiente donde se encuentra. Su paradigma incluye un contacto permanente y
directo con la naturaleza, muchas actividades manuales, un régimen y horario de trabajo
particular, etc. Si esta persona se muda a una gran ciudad, su paradigma tendrá que
cambiar y ajustarse a su nueva situación. Si logra el ajuste con éxito, al poco tiempo estará
pensado y actuando como un citadino. Si en algún momento regresa a su primera casa en el
campo, todos notarán los cambios que se han operado en él, aunque él mismo no los note.
En el ha ocurrido un cambio de paradigma aunque no se dio cuenta de ello.
La formación de los paradigmas acerca de la conducción de la iglesia experimenta
un proceso parecido. Un misionero o un equipo misionero funda la iglesia. En el proceso
de su desarrollo temprano, se enseña la forma cómo debe ser dirigida o administrada la
101
congregación. Una vez que el misionero o los fundadores ya no están, la iglesia sigue
repitiendo el mismo patrón inicial de gobierno. Con el paso de los años, este patrón se
convierte en un paradigma a través del cual las próximas generaciones entienden la vida de
la iglesia.132
La pregunta sobre cómo poner en práctica los cambios será más crítica en tanto la
iglesia se haya manejado bajo paradigmas congregacionalistas o presidencialistas. Después
de haber estado viviendo mucho tiempo bajo estos modelos no será fácil para algunos
creyentes aceptar los cambios. Debe esperarse algún tipo de resistencia y es natural que así
suceda.
Si una congregación ha sido formada bajo el paradigma congregacionalista, los
creyentes manifestarán un comprensible temor de perder los derechos de la asamblea a ser
“la máxima autoridad”.133 Especialmente el temor tiene que ver con perder las funciones
de contraloría y supervisión eclesial, propias de la asamblea. Los creyentes tendrán
justificados temores a ser dominados por un grupo que podría imponer sobre ellos sus
caprichos en forma arbitraria y “salirse con la suya”.134 Estemos claros, eso puede suceder
y de hecho, ha sucedido. Nunca será una buena explicación el argumento de: “Nosotros no
permitiremos que esto suceda” porque siempre alguien preguntará: “¿y quién garantiza que
después de ustedes alguien no lo hará?”
Por otro lado, algunos creyentes tendrán también el temor de perder sus derechos a
participar en forma activa en las decisiones de la iglesia. La idea de que el
congregacionalismo le da la oportunidad a cada creyente de aportar algo a las decisiones
que la iglesia tiene o que su voz sea oída y respetada, puede ser una buena razón para
defender este paradigma contra cualquier otro que no garantice las mismas ventajas o que
resulte confuso en esa materia.
132 Este paradigma se ve altamente reforzado si la nueva iglesia pertenece a una organización, asociación o denominación donde se espera que todas las iglesias tengan la misma forma de gobierno. 133 Hemos leído esta frase en algunos estatutos eclesiales: “La asamblea es la máxima autoridad” Creemos que hay un error en lo que se quiere decir y lo que se dice. Lo que se quiere decir es que la asamblea tendrá la decisión final en cuanto a los asuntos de la iglesia. Decir que la asamblea es la “máxima autoridad” no es correcto porque la máxima autoridad de la iglesia es Cristo como cabeza (Efesios. 1:22; 4:15).134 Se genera un conflicto equivocado que tiene la forma de ¿Quién domina a quién? En la iglesia esta pregunta está descartada porque no se trata de que nadie domine a nadie. Somos un cuerpo donde todos estamos en interdependencia unos a otros (Efesios. 4:16)
102
Es necesario afirmar que bajo la dirección de los ancianos la iglesia sigue siendo un
cuerpo deliberativo. El término deliberativo se refiere a la capacidad que tiene un grupo de
tomar decisiones luego de juzgar o evaluar atentamente una situación.135 La iglesia no
pierde esta condición, al contrario, la enriquece.136 Los ancianos deben consultar con la
iglesia aquellas decisiones que afectaran a la congregación como comunidad. La
incorporación de nuevos ministros, cambios en el actual personal que recibe salario, ajustes
en el presupuesto, establecimiento de directrices, adquisición de nuevos equipos, etc., son
sólo algunos ejemplos de decisiones que afectan a toda la comunidad eclesial y en donde
ella debe participar.
Por supuesto que habrá otras muchas decisiones que el cuerpo de ancianos podrá
tomar sin la participación de la iglesia, como por ejemplo, programa de predicación,
descripción de las funciones ministeriales, supervisión de desempeño ministerial, programa
de restauración espiritual, fortalecimiento de relaciones con otras iglesias, etc.
Dos extremos deben cuidarse: que todo se discuta con la congregación y que nada
se discuta con la congregación. Los ancianos deben ponerse de acuerdo con la iglesia
acerca de cuáles cosas ellos pueden hacer sin consulta previa y cuáles deben ser
consultadas. En el proceso se seguirán haciendo los ajustes necesarios hasta que se logre
un sano equilibrio.
Debemos recordar que el congregacionalismo nació precisamente para preservar el
derecho que tiene cada congregación de decidir sus propios asuntos internos sin la
intromisión del Estado o de otras autoridades externas.137 Ese derecho está preservado bajo
la dirección de los ancianos. Ellos deben velar que cada miembro de la iglesia tenga la
misma oportunidad de todos en participar de aquellas decisiones propias de todo el cuerpo.
En este ambiente de consulta permanente, donde la congregación tendrá la
posibilidad de formar parte de las decisiones, cualquier señal que provenga de los ancianos
que evidencie una imposición arbitraria, decisiones antibíblicas o desviación de la
naturaleza, misión y visión de la iglesia será prontamente confrontado y corregido por la
iglesia misma, no por votos ni mayorías, sino bajo el mismo espíritu de consenso explicado
135 Enciclopedia Electrónica Encarta, 2002.136 La búsqueda del consenso es mucho más productiva que la aplicación de las reglas parlamentarias como lo hemos demostrado y da más oportunidad para la participación plena de los miembros. 137 Nelson, 1989, pp.274-276. Aunque el congregacionalismo fue al principio una reacción a la intromisión del Estado, poco a poco fue evolucionando hacia un sistema democrático de gobierno eclesial.
103
anteriormente. Los ancianos tienen prohibido por la Escritura imponer sus decisiones sobre
la congregación y la congregación tiene toda la libertad bíblica de resistir este tipo de
imposición. No se pierde entonces ni la función contralora ni la participación activa de la
congregación bajo la dirección de los ancianos.
No tenemos por qué pensar que la dirección de los ancianos es totalmente
incompatible con la deliberación de la asamblea. Recientemente revisamos una
información proveniente de una conferencia en el Centro Bautista para la Teología y el
Ministerio en el Seminario Teológico Bautista de New Orleans, Louisiana, EE.UU., que
apunta en esta dirección.138 En esta conferencia se debatía acerca de la posibilidad de
unificar los conceptos de un cuerpo de ancianos dirigiendo la iglesia pero manteniendo el
concepto de una iglesia congregacional. El debate fue muy provechoso porque creemos que
abre la posibilidad de ver que ambos conceptos (congregacionalismo y dirección de
ancianos) no son incompatibles sino, al contrario, complementarios y necesarios.
Por otro lado, los creyentes que han sido formados en el paradigma presidencialista
donde un solo pastor ejerce la dirección de la iglesia sin la participación ni el control de la
congregación podrían ver un peligro en permitir que un grupo dirija la iglesia. Las
dificultades de varias personas para ponerse de acuerdo, los choques debido a los diferentes
caracteres o puntos de vista, la posibilidad siempre probable de que el equipo se fracture y
esto pueda conducir a una división de iglesia, son peligros reales.
La verdad es que es más difícil para un equipo ponerse de acuerdo que para una sola
persona. Sin embargo, es más difícil para una sola persona guardarse a sí mismo de los
peligros del poder, el sexo ilícito, el mal uso del dinero, la manipulación, los errores de
interpretación, por nombrar sólo algunos de los grandes peligros con los cuales Satanás ha
atacado a los pastores. Por eso Pablo advirtió a los ancianos de Efeso que velaran por ellos
mismos y por la grey (Hechos 20:28). Una vigilancia, apoyo y rendición de cuentas mutua
será un enorme beneficio para aquellos pastores que están acostumbrados a dirigir la iglesia
en forma solitaria.
Por otro lado, la dirección plural de la iglesia es una excelente aplicación de
Proverbios 11:14: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de
consejeros hay seguridad”. Son invalorables las ventajas de que un cuerpo colegiado dirija
138 Esta conferencia se realizó entre el 5 y 7 de febrero del 2004. La información está disponible en la siguiente dirección: www.bpnews.net
104
la iglesia. Diferentes puntos de vista son considerados, hay un balance en los enfoques de
las actividades, la carga de la iglesia es repartida entre los ancianos, por nombrar algunas de
esas ventajas.
Cada argumento que un hermano pueda usar para expresar sus temores o dudas
sobre la funcionabilidad de un cuerpo de ancianos en la iglesia local debe ser oído con
atención y respeto. Recordemos que cada uno defiende el paradigma que hasta ahora ha
considerado verdadero. Los creyentes no se resisten a los cambios simplemente por querer
llevarle la contraria a usted. Ellos están convencidos de la veracidad de sus enfoques.
Algunos aspectos que deben evitarse cuando estamos en el proceso de un cambio de
paradigma son:
1. Evite las discusiones acaloradas o polémicas, especialmente en reuniones
públicas. Muchas veces lo que se rechaza no son las ideas sino las actitudes
cómo estas ideas son presentadas.
2. No ataque las estructuras existentes. Enfocarse en cuestionar lo que existe en
lugar de demostrar bíblicamente lo que debe existir producirá mayor resistencia
en los creyentes.
3. No utilice etiquetas para describir a los creyentes. Decir por ejemplo, “usted es
congregacionalista” es una forma inapropiada de dirigirse a los hermanos.
4. Nunca amenace a los creyentes.
5. No haga comparaciones con otras iglesias. Comparar no es demostrar. Su
objetivo es la demostración bíblica de un principio, no “querer ser como otra
iglesia”.
Tome en cuenta estas consideraciones durante el proceso de los cambios de
paradigmas eclesiales:
1. Siempre será preferible empezar por estudiar a fondo lo que dice la Biblia.
Empezar por un estudio bíblico tiene la ventaja de que los creyentes revisarán
sus paradigmas a través de los textos de la Biblia.
105
2. Asegure que los líderes claves de la iglesia sean expuestos a estos estudios. La
expresión “líderes claves” se refiere a aquellos creyentes que ejercen algún tipo
de influencia en la congregación.
3. Combine los estudios bíblicos en grupos pequeños con predicaciones
expositivas a toda la congregación. En los grupos pequeños pueden estar los
líderes y creyentes claves de la iglesia. Puede estudiarse un material inductivo
como “Los ancianos que gobiernan bien” o “Naturaleza y misión de la iglesia”.
En las predicaciones expositivas puede iniciarse una serie de sermones en el
libro de Hechos sobre “Los principios que caracterizaron a la iglesia del siglo
uno” o en las cartas de Pablo a Timoteo y Tito sobre “La consolidación de la
iglesia”.
4. Vaya al ritmo que la congregación le permita. El deseo de ver pronto los
cambios que hemos pensado pueden impulsarnos a hacer comentarios o
señalamientos que se adelantan a lo que los creyentes pueden ver en la Escritura.
Afirmaciones como estas son semejantes a tomar un niño pequeño por la mano,
correr a alta velocidad y pretender que él nos acompañe.
5. Mantenga una actitud apropiada durante todo el proceso. La forma cómo se
exprese y cómo trate a los creyentes será tan determinante (y a veces mas
determinante) como lo que usted dice. Humildad para reconocer sus
limitaciones, amabilidad para con aquellos que asuman una actitud fuerte,
sensibilidad en entender los temores de los demás son virtudes imprescindible
para dirigir procesos de cambios. Estas virtudes deben estar apropiadamente
combinadas con la firmeza en las declaraciones, la consistencia con el texto
bíblico y la seriedad de los planteamientos.
6. Tome tiempos de pausa para que los creyentes procesen los nuevos
pensamientos. El procesamiento de las ideas necesita tiempo. A veces será
necesario parar el ritmo por varias semanas o meses hasta que se haya procesado
bien las ideas. No le tenga temor a estas pausas, al contrario, aprenda a usarlas
con sabiduría. Recuerde que no hay prisa ninguna.
7. Tenga preparada las respuestas a preguntas claves que usted cree que van a
surgir durante el proceso. Por ejemplo, se harán preguntas acerca de qué se va a
106
hacer con las estructuras anteriores que se tenían (directivas, copastores,
pastores asociados, etc.), sobre los estatutos, sobre la relación con la
organización (si es el caso) y otras parecidas. Usted que conoce su
congregación sabrá cuáles serán sus inquietudes. Nunca se adelante a la
pregunta. Prepare sus respuestas bien sustentadas y cuando ocurran las
preguntas, responda con humildad, comprensión y amor.
8. Cuando aprecie que la congregación ya ha entendido que el liderazgo de una
pluralidad de ancianos es el modelo bíblico para la conducción de la iglesia,
tendrá usted la oportunidad de sugerir a la asamblea un tiempo de oración para
pedir la dirección del Señor en la elección de los posibles candidatos al cuerpo
de ancianos. Tómese todo el tiempo que sea necesario para esta escogencia,
especialmente si usted no puede todavía ver que alguien llene los requisitos
bíblicos.
9. Una vez que estén listos para este paso tome en cuenta las instrucciones
ofrecidas en el punto “Incorporación de un nuevo anciano”. Claro, hay que
hacer los ajustes necesarios porque aquí no se trata de incorporar un nuevo
anciano a un Cuerpo de Ancianos ya existente sino de iniciar más bien un
cuerpo colegiado de ancianos. Para este caso las siguientes recomendaciones
pueden ser prácticas:
a. En un principio quizá debe pensarse en escoger a uno o dos hombres
calificados y no intentar establecer un cuerpo de ancianos muy amplio.
b. Debe asegurarse que estos nuevos ancianos entiendan bien qué significa
y cómo funciona un cuerpo de ancianos. Sería recomendable que los
candidatos hayan estado recibiendo del pastor los estudios mencionados
anteriormente.
c. Debe explicarse con toda claridad a toda la iglesia el perfil bíblico del
anciano. Si es posible, debe entregarse a cada miembro de la iglesia una
hoja describiendo con toda claridad estos requisitos y sus implicaciones
para los creyentes.139
139 Recomendamos para la elaboración de esta hoja explicativa el libro de Gene Getz “El perfil de un líder”.
107
d. Las evaluaciones a los candidatos recomendadas en el capítulo seis
deben ser hechas por el mismo pastor. En un inicio quizá él mismo sea
el que cuente con la mayor claridad acerca de los criterios que está
buscando en los hombres que deben formar parte del cuerpo de ancianos.
Aunque si hay miembros sabios de la iglesia que puedan ayudar con la
elección no debe quitárseles esta oportunidad.
e. Una vez que se encuentre a la persona o personas idóneas para ser parte
del cuerpo de ancianos de la iglesia, el pastor debe preparar el acto de
ordenación. Para ello sería bueno contar (por ser el primer cuerpo de
ancianos de la iglesia) con la presencia de otros pastores de la zona o de
la misma organización. La presencia de otros pastores sería un buen
apoyo a este primer acto de ordenación de un cuerpo de ancianos.
Finalmente debe advertirse que la mayor barrera a vencer en el cambio de
paradigma de un solo pastor a un cuerpo de ancianos es el pastor mismo. El mismo pastor
debe estar preparado para conducirse en un cuerpo de ancianos. La tentación de querer
tener “la última palabra”, de tener toda la consideración del grupo, de seguir siendo
respetado por la congregación como “el pastor”,140 de recibir las cartas de la iglesia a su
nombre, etc. puede hacerlo flaquear en su deseo de establecer un cuerpo de ancianos.
Ahora él será simplemente un miembro más del cuerpo de ancianos (aun cuando reciba
sustento como pastor de tiempo completo).
Ahora el pastor se sentará alrededor de una mesa con hombres que tendrán la misma
responsabilidad y autoridad que él. Las ideas serán expuestas y tendrán que llegar a un
consenso bajo la guía del Espíritu Santo. Tendrán que tener una sola posición frente a la
iglesia y esto requiere horas de conversación en un ambiente de humildad, comprensión,
respeto y amistad.
El primero que debe cambiar el paradigma en su propia mente es el pastor. Si no
está totalmente preparado para ello sería mejor esperar hasta que se sienta totalmente listo
para trabajar bajo el concepto de un cuerpo de ancianos. Sería recomendable recibir los
consejos de ancianos que ya estén funcionando como cuerpo de ancianos en alguna iglesia
140 Ya no seguirá siendo el único homenajeado en el “día del pastor”.
108
local. Estos consejos son muy valiosos ya que aparte de tener las convicciones bíblicas,
estos ancianos tienen la experiencia para orientar al pastor en los asuntos que deben evitarse
y asumirse en el proceso.
109
CAPITULO IX
A MANERA DE TESTIMONIOS
Queremos incluir aquí una sección en la cual algunos hombres que han estado
ministrando bajo la figura de cuerpo de ancianos compartan lo que esta experiencia ha
significado para ellos. El valor de estos testimonios es mostrar, desde distintas
perspectivas, cómo los principios bíblicos del liderazgo corporativo de ancianos cobran
vigencia en distintos contextos eclesiales.
Es nuestra oración que algún día usted pueda también compartir un testimonio como
estos.
Rodolfo Oliveros, anciano de la iglesia Dios es Amor de Maturín, Venezuela.
La bendición de pertenecer a un cuerpo de ancianos donde rendimos cuentas mutuamente.
Uno de los mayores retos y, al mismo tiempo, una de las áreas que más disfruto dentro de mi trabajo en el equipo pastoral es el momento donde todos los ancianos nos sentamos alrededor de nuestra mesa de trabajo y nos disponemos a rendir cuenta de nuestra vida ministerial (por supuesto incluida nuestra responsabilidad con la familia y trabajo secular).
¿Por qué digo que lo considero un reto? Porque desde muy adolescente me levanté lejos de la mirada de mis padres, y así fui creciendo y aprendiendo a tomar mis propias decisiones sin tomar en cuenta a nadie y sin consultar con los demás. Ya más joven, a los diecisiete años salí no solo de la mirada de mis padres sino también lejos de su alcance y estuve por doce años fuera de mi ciudad, tomando mis propias decisiones y asumiendo todos los riesgos.
De manera que desarrollé un carácter fuerte, dominante y hasta impositivo, características totalmente opuestas a las exigidas por el apóstol Pablo para los ancianos de la iglesia. Por eso fue para mí un gran reto dejar que el Señor moldeara mi vida y transformara mi carácter para que así hoy en día yo pueda sentarme junto a mis hermanos ancianos y rendir cuenta de lo que hago.
110
Pero qué alentador es y qué ánimo cobramos todos, después que nos escuchamos y nos corregimos para seguir adelante viendo nuestra iglesia crecer.
Definitivamente el apóstol Pablo fue dirigido por el Espíritu Santo cuando se dirige a los ancianos de Efeso y les exhorta no solo a cuidar del rebaño, sino y en primer lugar cuidar, velar por ellos mismos: “mirad por vosotros…” es decir, que los lideres debían apoyar y animar a sus colegas de ministerio..
El apóstol Pablo, conciente del peligro que representa los enemigos del creyente, es decir, la carne, el mundo, los deseos pecaminosos y el propio Satanás; y convencido de que los líderes no escapan a estos peligros, lanza entonces este llamado de atención para animar a los ancianos a cuidarse entre sí. Esto es lo que hemos llamado “La rendición mutua de cuentas entre ancianos”.
Los versículos 29 y 30 del pasaje antes mencionado, nos muestra otros peligros que el apóstol está mirando en el horizonte de la iglesia, de tal manera que Pablo instó de forma precisa a los ancianos reunidos en Mileto, en primera instancia, a que velaran, cuidaran y se protegieran entre sí, para que entonces arraigados y cimentados en Cristo Jesús pudieran llevar a cabo la gran tarea de “cuidar el rebaño de Dios”.
Rendir cuentas no es nuestra naturaleza, al contrario nos resistimos a la autoridad y por lo general somos independientes, autónomos, y no queremos que nadie controle nuestras vidas. Trabajar en equipo y estudiar las Escrituras nos ha enseñado la importancia y lo necesario de cuidarnos mutuamente para mantenernos siempre dentro de la visión.
Hoy en día el estar cuidándonos como ancianos, el conocer y orar por las necesidades más íntimas, es algo que nos ha ayudado a crecer mucho como Equipo Pastoral.
Importancia de rendir cuenta.
En primer lugar el estar pendiente los unos de los otros nos mantiene enfocados en la visión de la iglesia. Cuando trabajamos solos en el Ministerio Pastoral uno de los mayores riesgos está en la posibilidad de conducir a la iglesia fuera de su naturaleza, visión y misión. Es así como llegamos a ver iglesias convertidas en Club de Socios que influyen unos más que otros o en Juntas de beneficencias públicas o simplemente iglesias que se desarrollan según el don del líder o pastor de turno.
En nuestra experiencia como ancianos ha sido vital reunirnos para dar cuenta del trabajo ministerial que estamos desarrollando. El trabajo en equipo nos ha permitido adquirir una clara visión de hacia dónde queremos conducir nuestra iglesia y cada anciano se preocupa por desarrollar sus dones en ministerios que ayuden al logro de dicha visión. De manera que cuando alguno de nosotros presenta planes y proyectos al equipo, todos vamos a estar pendientes que estos planes ayuden al logro de nuestra visión y cuando presentamos nuestros proyectos e informes todos vamos a estar listos para orientar
111
y corregir si fuere necesario el esfuerzo de nuestro anciano hacia el objetivo principal, la visión de la iglesia.
En segundo lugar rendir cuenta nos permite desarrollar un carácter apropiado (Filipenses 2:8-7). Los ancianos que me acompañan en la dirección de la iglesia son hombres de distintas edades, niveles educativos y por supuesto de carácter. Sin embargo hemos aprendido que cuando estamos sentados en la mesa de trabajo, todos somos iguales. Rendir cuenta nos ha permitido madurar en nuestro carácter. Qué difícil se hace en momentos tener que aplazar un viaje o detener un proyecto o tal vez dar un paso atrás en un plan o proyecto que creemos saludable para la iglesia, pero que al ser presentado el equipo de ancianos restante no ve este plan en ese momento viable o tal vez piensa que hay que modificarlo o sencillamente pararlo por el momento. Es allí cuando debes tener la suficiente humildad para aceptar que las horas que invertiste para desarrollar este plan están en este momento a disposición del resto de los ancianos. Tal vez puede parecernos injusto, pero es allí donde vemos que el rendir cuenta nos lleva a poner a prueba nuestro carácter y reconocer que tal vez ellos tienen razón y yo necesito repensar en el plan presentado.
Rendir cuentas no es solamente contar y hablar de nosotros, lo que hacemos en nuestro ministerio que incluye lo que hacemos en nuestro trabajo en la iglesia, lo que hacemos en nuestro hogar y con la familia y lo que hacemos en nuestros trabajos seculares. Es estar dispuesto a aceptar que el equipo pueda velar por cada una de las áreas de nuestra vida y someternos a las respectivas recomendaciones y consideraciones que puedan hacernos a cada una de estas áreas. Lo más hermoso es ver la sincera y bíblica preocupación del equipo por vernos desarrollar ministerios sanos y ser hombres de carácter apropiado.
El rendir cuenta dentro del equipo también nos motiva a esforzarnos cada día a mejorar nuestro rendimiento dentro del ministerio que estamos desarrollando. Hay momentos donde oímos de cada anciano un informe de su trabajo, ministerio, y al día lo que el hermano está haciendo, eso motiva al resto. Y si alguno por alguna razón no ha podido cumplir, es el momento en que el resto del equipo le anima, tal vez si es necesario corrigen fallas y lo impulsan a seguir trabajando. Pero nunca sería igual si cada anciano anda por su cuenta, haciendo lo que mejor le parece y sin comunicar sus planes al equipo. Esto sería ver a la iglesia yendo por distintos caminos y dando un paso adelante y otro para atrás.
Hoy más que nunca se hace necesario ser fiel al texto bíblico al tener iglesias gobernadas por un cuerpo de ancianos (Hechos 14:23), especialmente en estos tiempos cuando se levantan tantos nuevos movimientos, corrientes, doctrinas que fácilmente cautivan líderes y postran iglesias. Mantener la centralidad en la Palabra de Dios es vital, desde allí nuestro apóstol Pablo con su clamor a protegernos, cuidarnos y ayudarnos unos a otros, líderes ancianos que trabajando en equipo y rindiendo cuenta sinceramente, veremos cada día iglesias más sanas que crecen y glorifican el nombre de Dios.
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Hageo Herrera, anciano en la Iglesia Bíblica Metropolitana, Lecherías, Barcelona, Venezuela. Tiene 52 años de edad y 34 en el ministerio.
Los múltiples benéficos de ser parte de un cuerpo de ancianos
Trabajar en equipo de ancianos me ha permitido disfrutar de una sana evaluación que me ha ayudado a corregir detalles y defectos. Esta ha mejorado notablemente la salud integral de mi persona, de mi familia y del ministerio pastoral que desempeño. En los momentos difíciles he entendido lo que significa “mejores son dos que uno”.
Creo que los beneficios de trabajar en un cuerpo de ancianos son múltiples:
1. Individualmente. Se ubica uno en un concepto más bíblico y más funcional del pastorado. Le permite a uno observar el ministerio como un llamamiento divino y no como un cargo burocrático remunerado. El individualismo implica resistencia a los cambios, oposición al desarrollo de nuevo liderazgo y a tensiones emocionales que desmejoran la imagen del líder. Es lamentable desde todo punto de vista la existencia de pastores viejos y solitarios, que su única dicha es ser dueños de una casa que se llama iglesia y enemigos de un pueblo que es la verdadera iglesia. La soledad conlleva a la amargura y al resentimiento. Individualmente, trabajar en equipo nos prepara para una vejez más feliz.
2. Familiarmente. La familia no es acorralada en un cuadrilátero de ataques y de golpes que distancian a los miembros, hijos e hijas, del modelo pastoral o ministerial. Los hijos de los pastores deberían estar orgullosos del ministerio de sus padres, que vea el obispado como una “buena obra”. Si trabajas solo, solamente tu serás el culpable de todo y, entonces, no habrá “segundo que te levante”.
3. Eclesialmente. La iglesia estaría más encausada hacia su razón de ser y no tanto en una línea que procura la preservación de un cargo o de un salario. Evitaría la dolorosa confrontación democrática, donde se traicionan los principios de unidad, convivencia y de tolerancia de un gran familia. La iglesia estaría menos dividida; pues, cada líder tendría un campo natural para desarrollar su potencial en función de los objetivos del reino a través de una iglesia grande, no por la dimensión de su edificio, sino por la inmensidad del campo misionero que existe en la ciudad donde se establece como iglesia. La mayoría de las nuevas iglesias en una ciudad son resultado de las discordias intestinas de las iglesias. Esos grupos pueden formarse sin romper la unidad de la iglesia que no es un edificio, sino una familia de familias en una gran ciudad compuesta por familias.
4. Comunitariamente. Más líderes en función de gobierno en la iglesia, pudiera implicar que más personas de la ciudad serán bendecidas. La iglesia será reconocida por su presencia activa en la comunidad. Mientras más grande sea una ciudad, más grande es el compromiso y más gobierno se necesita.
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Finalmente, me gustaría que usted considere la naturaleza de la iglesia, que la vea como una comunidad verdaderamente espiritual, que posee una cabeza espiritual, que es Cristo y un cuerpo plural de hombres calificados, delegados por el mismo Cristo para cuidar su iglesia a través de la guía del Espíritu Santo y de principios ampliamente revelados en Biblia. En una sola frase, procure que su iglesia sea realmente una iglesia bíblica
Pat Pieters, anciano en la iglesia Community Bible Church en Atlanta, USA.
Yo llegué a ser cristiano a la edad de 33 años. En aquel tiempo, me incorporé a una iglesia local de la denominación “Los Hermanos”. Estas iglesias locales estaban bien arraigadas en el concepto bíblico del gobierno y la superversión por ancianos. Mientras estaba en este entorno, rápidamente vi la sabiduría de Dios en prescribir una pluralidad de liderazgo. Los cuatro ancianos que guiaban a la iglesia estaban dotados en maneras diferentes y únicas. Para un nuevo cristiano, era una vista diferente en cuanto a cómo una familia eclesial debería operar, en comparación con otras iglesias que yo había asistido o de las cuales había escuchado. Vi claramente el poder de tener una pluralidad de liderazgo. La belleza de esto me dio la impresión de que era un concepto significativo e impactó mi crecimiento inicial como creyente.
Estuve en esa iglesia por tan solo tres años y me mudé debido a las responsabilidades del trabajo. Me encontré buscando una nueva iglesia en una nueva ciudad y en una cultura algo diferente. Mientras buscaba una iglesia, había dos aspectos importantísimos que esperaba encontrar: Uno era la enseñanza bíblica sólida, y el otro era el liderazgo por ancianos. No había muchas iglesias que reunían los dos requisitos. Pero encontré una. La Iglesia Bíblica Community; esta era una iglesia así.
Tal y como lo había experimentado en mis años tempranos como cristiano, encontré que la pluralidad de liderazgo proveía un marco de seguridad espiritual para mí y para mi familia. Mientras pasaban los años, participaba mucho en el ministerio de la enseñanza de la iglesia. Pronto, después que me uní a esta comunidad local de creyentes, el liderazgo de la iglesia comenzó un programa riguroso y disciplinado de entrenamiento para hombres para el liderazgo futuro de la iglesia. Se llamaba Educación Teológica Basada en la Iglesia Local (ETBIL) y este entretenimiento llegó a ser la base de formación dentro de la iglesia.
Mientras yo participaba en este entrenamiento, algunas cosas llegaron a evidenciarse. Uno era que yo estaba integrado a un programa de aprendizaje que era único y poderoso. De hecho, por ser yo un Especialista de Aprendizaje y Asesor de la compañía IBM, empecé a ver el tremendo valor de este tipo de aprendizaje que se basaba en la iglesia y era entrenamiento hecho mientras uno estaba en el ministerio, no solamente “para el ministerio”. Es un acercamiento poderoso de aprendizaje que requiere que los adultos
114
aprendan bien. Encontré también que yo podría entender, relacionarme y estar en el mismo sentir con el liderazgo de la iglesia mientras pasábamos por los varios cursos del programa.
Eventualmente, todo esto llegó a ser más significativo cuando los ancianos me pidieron que me uniera con ellos en el equipo de ancianos. Era fácil en un sentido porque yo había estado “cara a cara” con ellos por años en ETBIL. Podía ver que yo armonizaba con ellos en toda la teología y la eclesiología que necesitaba para ayudar en la dirección de la iglesia. No puedo enfatizar demasiado lo importante que eso ha llegado a ser durante los años mientras continuamos ministrando y sirviendo como cuerpo de ancianos.
Nuestro mismo sentir es un resultado directo de ETBIL. Esto no solamente nos ayuda como un equipo de ancianos sino también es saludable para la iglesia. La iglesia local puede ver la Palabra de Dios en acción como debe ser, sin disensión ni discusión en el equipo de ancianos. En vez de tener diferencias, son trabajadas y resueltas usando principios aprendidos en ETBIL.
Doy gracias a Dios por Su Soberanía en guiarme a una iglesia en mis primeros años de fe que era un espejo de Su Palabra y Su amor a través de un cuerpo de ancianos. También le doy gracias porque me ha provisto la oportunidad de vivirlo en mi propia vida y en mi iglesia local como parte de la pluralidad de ancianos aquí en la Iglesia Bíblica Community.
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CONCLUSIONDios ha establecido una forma clara y definida de cómo su iglesia debe ser
conducida. Si nos acercamos con honestidad a la evidencia bíblica veremos que un cuerpo
plural de ancianos calificados que dirigen la iglesia en forma colegiada ha sido el diseño
original como Dios quiso que su pueblo fuese guiado. Este patrón lo encontramos en forma
consistente a través de todo el Nuevo Testamento. Es imposible estudiar detenidamente el
texto bíblico y no darse cuenta de ello.
Es lamentable que la iglesia se haya apartado de este patrón y haya establecido
nuevas formas de dirección que nada tienen que ver con el plan divino. Desde el segundo
siglo comenzó a distorsionarse el modelo bíblico al usar los términos obispo y anciano
como rangos diferentes de jerarquía. Las distorsiones continuaron y se hicieron mayores
hasta el punto de configurarse una estructura piramidal altamente jerarquizada que subsiste
hasta nuestros días. Durante la reforma, algunos hombres intentaron regresar a la Biblia en
materia de doctrina, culto y organización eclesial pero no fue fácil recuperar totalmente el
modelo bíblico de la dirección colegiada de ancianos calificados.
Creemos que nunca es tarde para regresar al patrón bíblico aunque admitimos que
en algunos casos costará más que en otros. Las tradiciones, las estructuras
denominacionales y las formas legales son sólo algunos de los elementos a considerar en el
camino de regreso al modelo bíblico de la dirección por ancianos. Sin embargo, aunque las
dificultades son predecibles, el hecho de saber que estamos obedeciendo al Señor debe ser
suficiente estímulo para asumir con valentía y humildad los cambios necesarios.
Nuestro compromiso es entender los principios bíblicos y obedecerlos, el de Dios
bendecir ese compromiso. Estamos en la misma situación que los ancianos de la iglesia de
Efeso quienes, por tener frente a sí la responsabilidad de velar por ellos mismos y por todo
el rebaño de Dios, necesitaron el ánimo del apóstol para seguir adelante. Y ellos, al igual
que nosotros, hemos sido encomendados a Dios y la palabra de Su gracia que tiene poder
para sobreedificarnos y darnos herencia con todos los santificados. Ese es nuestro mayor
recurso en este proceso.
Que Dios nos bendiga,
Los ancianos de la Iglesia Evangélica “Dios es Amor”
116
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Índice de Textos BíblicosGénesis 1:26-28, 7Génesis 13:1-10, 22Génesis 13:8, 22Génesis 13:9, 22Éxodo.3:16, 9Éxodo 14:26, 48Éxodo 18:14-26, 48Éxodo 18:21, 25Deuteronomio 17:6, 64Deuteronomio 19:15, 64Deuteronomio 25:4, 621 Samuel 2:12-36, 191 Samuel 14:24-45, 191 Samuel 15, 82 Cronicas 16:9, 8Proverbios 11:14, 105Proverbios 16:31, 74Eclesiastés 4:9, 5Isaías 60:17, 16Mateo 18:16, 64Marcos 10:42-44, 87Lucas 10:7, 62, 63Hechos 2:42, 9Hechos 4:35, 9Hechos 5:2, 9Hechos 6:2-3, 91Hechos 11:29-30, 30Hechos 11.30, 9Hechos.11:30, 9Hechos 11:30, 49Hechos 13.1-3, 74Hechos 13:1-3, 49Hechos 13, 3Hechos 14:23, 9, 30, 34, 69, 113Hechos 14:23, 49Hechos 15, 9, 30, 38, 83Hechos 15:1-2, 31Hechos 15:2, 6, 22, 49Hechos 16:4, 31, 49Hechos 16:5, 39Hechos 17:11, 6Hechos 18:3-5, 63Hechos 20:17-35, 9, 44Hechos 20.17, 34Hechos 20:17, 30, 31, 34Hec 20:28, 61Hechos 20.28, 12Hechos 20:28, 11, 13, 27, 31, 46, 49, 52, 87, 105Hechos 20:30, 80Hechos 21:18ss, 32Romanos 6:16, 60Romanos 8:29, 79Romanos 12:2, 79Romanos 12:8, 12Romanos 13: 1-7, 71 Corintios 4:12, 631 Corintios 6:7, 251 Corintios 9:9, 631 Corintios 9:14, 63
1 Corintios 9:14, 62, 631 Corintios 11:17, 901 Corintios 15:12, 451 Corintios 16, 571 Corintios 16:15-18, 591 Corintios 16:16, 581 Corintios 16:16, 60, 631 Corintios 16:17-18, 56, 57Gálatas 1:6, 45Gálatas 5:17, 23Gálatas 5:23, 78Gálatas 6:1-2, 80Gálatas 6:6-10, 62, 63Efesios 1:22, 103Efesios 4:10, 12Efesios4.11, 27Efesios 4:11, 11Efesios 4:11, 13Efesios 4:15, 103Efesios 4:16, 103Efesios 5:21, 24, 60Efesios 6:1, 5, 60Filipenses 1:1, 11, 30, 32, 34Filipenses 2:8-7, 113Filipenses 3:2, 45Colosenses 3:5, 86Colosenses 3.8-10, 791 Tesalonicenses 3:8, 63Colosenses 3:18-21, 23Colosenses 3:18, 601 Tesalonicenses 2:9, 631 Tesalonicenses 5:12, 581 Tesalonicenses5:12, 351 Tesalonicenses 5:12, 8, 12, 30, 34, 52, 57, 631 Tesaloniscenses 5:12-13, 56, 61, 871 Tesalonicenses 5:13, 571 Tesalonicenses 5:13, 582 Tesalonicenses 2:1-2, 451 Timoteo 3.1-7, 771 Timoteo 3:1-7, 67, 781 Timoteo 3:1-7, 10, 40, 881 Timoteo 3:1-7, 621 Timoteo 3:1-9, 691 Timoteo 3:1, 661 Timoteo 3:1, 2, 111 Timoteo 3:2, 251 Timoteo 3.2, 521 Timoteo 3:2, 18, 44, 631 Timoteo 3:3, 23, 24, 251 Timoteo 3:3, 8, 861 Timoteo 3:3-6, 231 Timoteo 3:4-5, 211 Timoteo 3:4, 191 Timoteo 3:5, 521 Timoteo 3:5, 471 Timoteo 4:14, 491 Timoteo 5:17, 351 Timoteo 5:17, 321 Timoteo 5:17-18, 61
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1 Timoteo 5:19, 641 Timoteo 5.22, 691 Timoteo 5:17, 521 Timoteo 5:17-18, 621 Timoteo 5.17, 121 Timoteo 5:17, 34, 46, 861 Timoteo 5:17-22, 621 Timoteo 6:6-10, 251 Timoteo 6:6-8, 861 Timoteo 6:10, 862 Timoteo 1:7, 782 Timoteo 2:2, 68Tito 1.5-9, 67, 69, 77, 78Tito 1:5-9, 10, 40, 88Tito 1.5, 34Tito 1:5, 30, 33, 69Tito 1:6, 18, 19Tito 1:7, 11, 23, 24, 52, 86Tito 1:8, 25Tito 1:9-11, 27Tito 1:9, 27, 52Tito 1:9, 68Tito 1:12, 68
Tito 2:1-9, 68Tito 2:5, 60Tito 3:8, 68Hebreos 13:7, 17, 11Hebreos 3:7, 17, 24, 12Hebreos 13.7, 17, 34Hebreos 13:17, 59, 61Hebreos 13: 17, 46Hebreos 13:17, 52, 59, 60, 61, 84, 87Santiago 5: 14, 34Santiago 5:14, 33, 521 Pedro 1:7, 211 Pedro 3:6, 601 Pedro 5.1-3, 781 Pedro 5:1-3, 34, 401 Pedro 5.1-4, 341 Pedro 5:1-4, 13, 471 Pedro 5:2, 121 Pedro 5:3, 79, 881 Pedro 5:8-9, 242 Pedro 1:6, 783 Juan 9-10, 873 Juan 9-11, 24
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