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NARRATIVA DELAMUERTE ENyLONGEVIDAD

JULIO NUÑEZ MAOACHI

Obras de José Félix Fuenmayor.Huellas 14. Uninorte. Barranquilla

pp. 5-12. Abril 19B5. ISSN 0120-2537

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En uno de los apartes del prólogo de la segunda edición

de "COSME" (1) (1928) Alfonso Fuenmayor llama la

atención acerca de lo difícil que es para un escritor lo-

grar describir el ciclo vital humano (completo) de un

personaje:

de Fuenmayor no es el ciclo vital humano en todo sudesarrollo, sino la parte final de su recorrido: la anti-cipación de la disolución y la muerte. Tanto en su re-lato del 27 "LA TRISTE AVENTURA DE 14 SA-BIOS" (3) como en la misma "COSME" se manifiestaya esta preocupación por describir la etapa final delciclo vital, por describir al hombre viejo, al adulto ma-yor como lo denomina la psicología moderna, y esta-blecer la actitud que éste adopta frente a su propio de-venir, su propio envejecimiento y la muerte.

"El paso -dice- de la infancia a la adolescen-cia y de ésta a la juventud son edades de muydifícil manejo en el área de la novelística. Se-guramente a esta circunstancia se deba quequienes cultivan este género literario general-mente eludan su tratamiento y prefieran quesus protagonistas hayan alcanzado, con fijeza,un cierto grado de madurez desde el punto devista de la psicología".

Es más, en una serie de crónicas periodísticas, quizáslos textos en prosa más antiguos de Fuenmayor, comoque son de 1908, las que iban encabezadas con el títu-lo de "DE MI DIARIO" y en las que intentaba atraparfragmentos de la realidad local, hay ya atisbos de es-tas preocupaciones. Sin embargo en aquel entonces, suvisión del hombre viejo es aún muy pobre, no pasa deser una mera descripción de él, tal parece que de hechoa los 23 años Fuenmayor no estaba en capacidad de po-der penetrar en el mundo interior del anciano. Pero lointenta, seguramente porque la realidad más inmediataque había venido tomando forma en su mente de crea-dor en ciernes, fuera la del grupo de conversadores in-finitos que se reun ían en la botica de su padre y que éldesde muy niño, veía trabarse en las más acaloradasdiscusiones acerca de las peripecias de las guerras civiles.La imagen quedó y persistió durante toda su vida.

Con ello ha querido señalar, sin duda, para que no paseinadvertido, uno de 10$ logros dé la obra de José Félix.Puesto que en "COSME" las etapas sucesivas de la exis-tencia se enlazan de manera tan discreta y tan acertadaque logran, en su totalidad, configurar una representa-ción incomparable del desarrollo del ciclo vital humano.En contraste, por ejemplo, con José A. Osorio Lizarazopara quien el tema del ciclo vital también es importan-te pero no como reflexión, sino como simple estructu-ra necesaria para el desenvolvimiento de la trama, don-de si bien los personajes crecen, maduran, envejecen ymueren, su evolución no es literariamente viva ni hu.manamente convincente.

Es, sin duda, en "LA MUERTE EN LA CALLE" dondeel personaje-viejo adquiere toda su dimensión, no obs-tante en "LA AVENTURA DE 14 SABIOS" y en lamisma "COSME", como se ha dicho, se venían dando lospasos para su correcta articulación. De tal manera queen la obra de Fuenmayor es una constante la presenciade personajes ancianos y lo que es más importante, sonellos los que preferentemente tienen la palabra en la na-rración y los diálogos.

Alfonso Fuenmayor ha puesto pues de relieve uno delos aspectos fundamentales de la obra de José FélixFuenmayor. Y a partir de él hemos de articular unaconstante que se mantiene en la totalidad de la obradel narrador barranquillero, que no es precisamenteel ciclo vital humano en todo su despliegue, pero queemerge sí de esta preocupación, me refiero al interésmanifiesto que presenta José Félix por la etapa finalde ese mismo despliegue: la vejez.

Vale anotar aquí que es curioso ver cómo los personajes-viejos de Fuenmayor se relacionan con los personajes-vie-jos de García Márquez, estableciéndose una cierta reci-procidad entre ambos escritores en esta su manera deconcebir la parte final del ciclo vital humano. ¿Qué tancerca se hallan, por ejemplo, los viejos conversadores del

En "COSME" el ciclo elemental del crecimiento huma-

no va de la infancia a la posibilidad de la formación de

la pareja casada, pero en el libro de cuentos "LA MUER-

TE EN LA CALLE" (2) (1966) que es posterior en un

espacio de veinte años a "COSME", el interés central

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"ULTIMO CANTO DE JUAN", "CON EL DOCTOR cional ha devenido de la infancia a la adolescencia y deAFUERA" o el anciano razonador de "LA MUERTE aquí a la madurez hasta arribar a la adultez-mayor delEN LA CALLE", con relación al viejo de la "HOJARAS- "coronel" o de la "tejedora de coronas". Por ejemploCA" o al viejo "CORONEL QUE NO TIENE QUIEN LE puede decirse que en el siglo XIX, la inmadurez es abso-ESCRIBA" o los adultos mayores de "CIEN AÑOS DE luta, los textos de Rafael Pombo y algunos cantos deSOLEDAD" (Arcadio, Ursula, Aureliano, Melquíades)?.. José Asunción Silva (sin desconocer sus méritos artís--Sin duda la distancia es mínima, la imagen casi la misma, ticos) no son más que expresiones de sentimientos deel tratamiento casi el mismo. En ambos contextos los hombres que llevan en el corazón un niño y por mediopersonajes-viejos irradian dignidad y ternura. Inspiran de los cuales se convierten efectivamente en niños.respeto y admiración y lejos están ambos autores de con- "MAR lA" por su parte -y esto es un hecho indiscuti-siderar, como siempre se ha hecho, la juventud como una ble- es una novela de y para adolescentes. Durante to-fortuna y la vejez como una plaga, puesto que nunca tie- da la mitad del siglo XX, en la literatura de ficción, elnen el propósito de hacer sentir en el lector compasión protagonista ha sido preferentemente el joven que hapor la vejez de los hombres viejos que crean. pasado la etapa de la adolescencia y se enrumba a la

adultez. Joven es Arturo Covas, joven es el sacerdoteBajo el marco de estas ideas puede señalarse entonces, de "EL CR ISTO DE ESPALDAS", joven es nuestroque con Fuenmayor primero y luego con García Már- "BUEN SALVAJE", joven es el protagonista de "CUA-quez, se inicia en la literatura colombiana el panorama TRO AÑOS A BORDO DE MI MISMO", joven es elmás completo y significativo de la vida en su senectud. vengador de "EL DIA SEÑALADO", joven. es CATA-Con ello se quiere significar que en sus obras, la partici- LINA la protagonista de la novela del mismo nombre,pación de los personajes ancianos no sólo es recurrente, joven es la "mona" de Caicedo, etc., etc. Todo lo ante-sino también muchas veces relevante. Véanse "LA HO- rior da para pensar: ¿esta predominancia del protagonis-JARASCA", "EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ta joven adulto en la literatura colombiana, se debe aca-ESCRIBA", "CIEN AÑOS DE SOLEDAD" y el mismo so a que cuando el protagonista es un anciano se reducen"OTOÑO DEL PATRIARCA" cuyo título es más Que al mínimo las posibilidades de la acción que toda tramasignificativo, o revísense las notas "DE MI DIARIO" (4) exige, y se multiplican cuando el protagonista es joven?de José Félix o sus obras del 27 y 28 "LA A VENTU- ¿O existe acaso en el escritor joven, cuando precisamen-RA DE LOS 14 SABIOS" y "COSME", y en especial te se tienen más vivas las energías creativas, una dificul-"LA MUERTE EN LA CALLE", y pónganse en con- tad especial para abordar temas o personajes de la Ilama-traste con el resto de la producción nacional y se verá da tercera edad?.. ¿O definitivamente debemos aceptarque si bien es cierto que en algunas obras aparecen per- que la literatura de un país evoluciona como un corpusson ajes ancianos, éste no es un tema recurrente en ellas vivo? ¿y este tipo de literatura es el fiel reflejo de la rea-y muchas veces estos personajes no juegan un papel re- lidad de,un país que se enrumba hacia la madurez?

levante en las mismas, siendo sólo intermitencias espo-rádicas en función de la trama general. En fin, regresemos a lo nuestro. ¿Cuál es la actitud que

adoptan los personajes-viejos de Fuenmayor ante su pro-Recientemente, el escritor cartagenero Germán Espino- pio envejecimiento? ¿Cuál es su visión de la muerte?za en su novela "LA TEJEDORA DE CORONAS" ha re- ¿Cómo la conciben? ¿En qué relación se encuentra ésta

tomado la herencia de los dos escritores costeños. ¿Es con la vida?

esto, acaso, signo de que la literatura colombiana haaccedido a una etapa de plena madurez? Porque lo cierto Es evidente que mucho antes de abordar el tema deles que en su evolución los temas y personajes han de- adulto-mayor, Fuenmayor sabía de antemano lo que sig-venido como deviene el ciclo vital humano, estimulando nificaba ser un hombre viejo. (recuérdese la imagen queel riesgo de un análisis positivista de la misma, ya que han dejado en él los viejos contertulios de la botica de suen su desenvolvimiento tal parece que la literatura na- padre). Pero además, ya en los años cuarenta él, no sólo

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-~ había visto env.e}ecer a los ~ombres, sino que había co- O como el caso de Petrona que sin descuidar la vigilan-

menzado tamblen a experimentar su propio envejeci- cia general de la casa:miento. Quizás a esto se deba que el anciano sea en suobra un .tema recurrente y por lo mismo logre muchas "pasaba las horas enteras en una mecedora deveces artIcular verdaderos prototipos humanos, fieles re- bejuco, dando el frente al patio de arena blan-presentantes de la. tercera edad, literariamente vivos y ca, limpio, sombreado por almendros. Su mi-humanamente convlnventes. rada se desvanecía en un espacio inexistente,

en un tiempo perdido donde la extinguida rea-lidad de su vida en el campo renacía converti-

Lo primero que salta a la vista en su narrativa es que su da en ensueños".

mirada descansa completamente serena ante el envejecery lejos se halla de querer hacernos sentir terror o com- y en fin como el caso del viejo Martín, que como el vie-pasión frente a la "fatalidad" del envejecimiento y la jo Aureliano de "CIEN AÑOS DE SOLEDAD" que gus-inevitable proximidad de la muerte. Ante la juventud y taba sentarse en la puerta de la calle para saludar a los

la vejez reconoce un equilibrio de ventajas y defectos, viejos amigos y esperar ver pasar su entierro:y de esta relación, el hombre de edad, a pesar de hallarseen el dintel de la muerte, emerge siempre lleno de res- "se levantaba muy de mañana, sacaba una sillapeto y honra. Fuenmayor toma partido por ellos y de al sardinel y sentándose con su tabaco en la bo-una manera tal que el tramo mismo del monólogo del ca contestaba el saludo de las gentes que pasa-anciano es con frecuencia más largo que el del joven y ban y con quienes siempre estaba dispuesto asus diálogos, donde preferentemente se centran las his- hablar si le daban conversación".torias de Fuenmayor, mucho más vivos y ágiles que losde los jóvenes, que por cierto escasean. Monógos y diálo- Los personajes de Fuenmayor han asumido la concep-gos de ancianos que no son, en ningún momento lamen- ción de que la vejez es un momento necesario en el de-tos por lo que se les ha ido con la juventud, sin'o preci- ve.nir de la vida, d.e ah í que transpiren pasividad y esténsamente para reconocer positiva y resignadamente lo que leJos. de la angustl.a. y la melancol ía; momento que en-les ha traído la vejez. A pesar de que las imágenes de la tendido c~r:n° pasIvidad es a menudo un consuelo quejuventud emergen y reaparecen y el tema de la conver- los reconcilia con la muerte y los ayuda a soportar todassación o de la reflexión individual sea el pasado, no hay las limitaciones que la vejez trae consigo.

cabida para el lamento de la nostalgia. Y no la puede ha- ...ber porque para Fuenmayor el envejecer es inevitable e De este reconOCimiento de la vejez surge, desde luego, yindetenible, y escapa totalmente a la acción de la volun- como resultado de ello, una concepción positiva de latad del hombre. Fuenmayor, cuya vivencia se ve ampli- muerte, en la que el. ~i~~o a la mue~te desaparece com-

ficada en cada uno de sus personajes de edad avanzada p!etamente. Reconclllaclon de la vejez y la muerte queha reconocido que la vida existe sólo bajo la forma deí s?lo es posible en la conciencia de una hombre espi-envejecer. Entendiendo este envejecer como la vida en ritualmente sano que sabe que la vida debe pasar y lasu pasividad, en contraste con la dinámica de la juven- muerte necesariamente llegar. De un hombre que hatud. Idea de pasividad de la vida que se patentiza en la comprendi.do, a partir de su propia vivencia, que la vidanatural actitud de los personajes-viejos ante la realidad es un conjunto de experiencias más o menos prolonga-presente: das, en marcadas en un espacio-tiempo. Un hombre, que

en fin, como Fuenmayor, ha comprendido que por muylargo que se quiera suponer este tiempo dentro de los

"A mí lo que más me gusta -dice uno de sus límites razonables de la vida humana inevitablemente.,. '

personaJes- es estar aqul en mI taburete, solo, este conjunto de experiencias es al fin y al cabo un con-con mi saco sacando". junto cerrado.

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Máquina de escribir de José Félix Fuenmayor que seconserva en el Museo Romántico de Barranquilla.

Los ancianos de Fuenmayor han logrado desterrar elmiedo a la muerte y con esta actitud han logrado la supe-ración de ella. Y esto se debe a que en ellos prima la con-cepción de la vida como un conjunto cerrado de expe-riencias. Veamos para el caso un pasaje del cuento "QUE

ES LA VIDA":

:-¿Pero qué es?

-Doctor, las matas, los animales, las personas.

No has contestado la pregunta -dijo-. La vidaestá en lo vivo, claro, pero, ¿qué es?

-Doctor ~ la cañadonga hace cañadonga, la gua-characa hace guacharaca, la gente hace gente.No hay más, doctor; y hacer lo que hacen sinque puedan salirse de ahí es lo que yo veo quees la yida. Es una leccioncita, doctor, cada uno

con la suya". (El subrayado es nuestro).

"~Conque as-í es la vida -dijo-so qué es la vida?

¿Sabes tú aca

-Cómo no voy a saberlo, doctor -dije-, si latengo en el cuerpo y todos los días por todaspartes estoy viéndola.

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dario; y después de consultarse una a otra conla mirada rompieron a llorar a gritos. Pero al es-tallido infernal de aquellos aparatosos lamen-tos, doña Ramona hizo algunos ademanes, in-dicándoles que callaran. Las dos comadres sus-pendieron su siniestra alharaca y se aproxima-ron a la enferma.

-¿Qué espantoso ruido era ese? -interrogó convoz apenas perceptible doña Ramona.

-iDios mío! -contestó la señora Pabla-. iNosasustamos tanto! icreíamos que el Señor se lahabía llevado!

-¿Morir yo sin estar aquí Damián? -susurródoña Ramona-. ¿Cómo puede ocurrírseles eso?

Sala ..José Félix Fuenmayor" en el Museo Romántico de

Barranquilla. Minutos más tarde regresó el farmacéutico conun bulto debajo del brazo.

-Aqu í traigo todo -dijo-.A una manera tan sencilla de contemplar la vida, le de-be corresponder, de hecho, una visión igualmente natu-ral de la muerte. A la cual se le acepta y recibe como unatransición más. Actitud que posibilita, precisamente, susuperación, puesto que en el momento mismo en que co-menzamos a aceptarla, si se quiere, como algo natural,estamos dando los pasos de su superación (5). Por ellolos ancianos de Fuenmayor no se horrorizan ante la pre-sencia de la muerte, sino que la aceptan con dignidad; yno puede haber miedo en ellos, porque sólo puede habermiedo en aquel que nada tiene que oponer a la muerte.Porque sólo cuando oponemos a la muerte una supera-ción de ella, ya sea natural (Fuenmayor) o trascenden-tal (cristianismo) deja de existir el miedo. Veamos algu-nos pasajes de "COSME" y de "LA MUERTE EN LACALLE" para probar este aserto:

Puso el 1(0 en manos de la señora Pabla; e incli-nándose después sobre doña Ramona, le dio unbeso en la frente. Doña Ramona lo miró con

profundidad; y, envolviéndolo en la última son-risa, expiró con un leve sacudimiento". (El sub.rayado es nuestro).

No cabe la menor duda que doña Ramona al igual quetodos los personajes-viejos de Fuenmayor ha logradodesterrar el miedo a la muerte. Por otra parte, vale ano-tar que la pasividad característica de la vejez que señalá-ramos, se va a mantener igualmente en el transcurso de lamuerte. Tal parece que Fuenmayor no quisiera producir-cuando de ancianos se trata- movimientos bruscos en-tre el espacio que va de la vida vivida en vejez a la muer-te. Para la muestra un botón: Presenciemos los momen-tos finales de! personaje del cuento "LA MUERTE ENLA CALLE":

"Se interrumpió, porque doña Ramona comen.zó a agitarse bajo las sábanas. Acercándose, vie.ron que giraba los ojos.

"Y El (Dios) me ha sentado hoy aquí y no quie-re que me levante y camine. Qué raro, aquel pe-rro. ¿No habrá por ahí algún muchacho con

La señora Pabla y la señora Ambrosia creyeron

que era llegado el momento de alarmar el vecino

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una piedra en la mano? No. No hay nadie. Nohay más que la calle. Pero la carie comienza adesaparecer, me va dejando. Y el sardinel don-de estoy sentado se está alzando como una nu-be y me lleva en la soledad y el silencio. Ahoraveo a mi mamá. Está de pie, a la puerta de lacocina, pero no me ha visto. La llamo: ¿Yavas a freír las tajaditas de plátano, mamá?"

Pabla oyó: ¿acaba de morir Juan? ¿No habíamuerto Juan hacía tiempo?

-Ya ve, don Miguel: cuando parecía más bue-no, le llega el fin.

Se levantó sin afán; y con sus vacilantes pasoscaminó hacia el cuartito mientras Miguel se des-

pedía.Sea ésta por fin, otra manera de insistir en la gran re-ciprocidad de Fuenmayor y García Márquez en esta sumanera de concebir la muerte de los personajes ancianos.Recuérdese por ejemplo al viejo Arcadio quien soñandoque está soñando durmiendo en una cama, a la vez so-ñando que se halla durmiendo en otra cama soñando yasí infinitamente, soñando se queda definitivamente dor-mido en uno de estos sueños, y al viejo Aureliano, queluego de eructar y defecar se queda para siempre pláci-damente dormido; o a Amaranta y a Ursula quienes tam-bién mueren de muerte natural y hasta se les pide quelleven recados al más allá a los parientes desaparecidos.

Pabla se arrodilló ante el cadáver de Juan; y jun-tando las manos, apoyado el pecho en la camamortuoria, comenzó a rezar ya adormitarse",

Se levantó sin afán -dice el narrador- y con sus vacilan-tes pasos, producto del ensueño, se acercó a la caja mor-tuoria y comenzó nuevamente adormitarse.

Es éste un texto elocuente de lo que se viene afirmando,lejos está la vieja compañera de Juan de querer "poner elgrito en el cielo", Tanto ella como Juan han aceptado lamuerte como un momento necesario por cuanto han

Tenemos pues que en la totalidad de la obra de Fuen-mayor, como en el caso de García Márquez, los ancia-

nos mueren en una absoluta quietud, casi siempre demuerte natural, sin violencia, y muchas veces, cuandoquieren como es el caso de doña Ramona o componien-do décimas, como en "EL ULTIMO CANTO DE JUAN",La muerte violenta está vedada para ellos y destinadasólo para los jóvenes y los adultos, Veamos para el casoun último ejemplo,

Mientras preparaba su último canto, Juan acaba de mo-rir, sin agonías ni sobresaltos, su esposa que dormita enla sala es avisada por su vecino Miguel:

"Miguel miró a la cama y vio que Juan se estiróun instante, se aflojó y quedaba inmóvil. Espe-ró un rato, y salió a avisar.

Pabla se hallaba de nuevo amodorrada en su vie-ja mecedora.

Genealogía familiar de José Félix Fuenmayor. Museo Ro.mántico de Barranquilla.-Vecina, su marido acaba de morir

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aceptado la vida como algo en cuya esencia va implícita Ya estaba el doctor riéndose sin disimular. (...)la muerte. El no ver la vida como algo cuya esencia es -Doctor -dije-, yo le contesto como es de miel morir imposibilita de hecho la superación de la muer- obligación; "pero mi ignorancia no me la puedote. Sólo así es posible su superación. De tal manera que raspar.el miedo a la muerte y el horror al propio envejecimien-to sería por tanto causado por una falsa posición frente -No te disgustes -dijo-, yo no me río de ti si-al fenómeno de la vida. no"'de tu carrito.

Ahora bien, cuando en Fuenmayor hablamos de "la -lEs mucho disparate, doctor?muerte como tansición" o de la "superación de la muer-te", no se trata de una superación de tipo trascendental, -Qué sé yo -dijo-. La cuestión no es para queque entrevea la supervivencia, sino más bien de tipo in- yo pueda asegurar nada pero me parece diverti-manente, en la que el individuo se realiza en sí frente a da la simplicidad con que ves la vida, como sisu propia naturaleza. El mismo Fuenmayor en el cuen- nada tuviera de enigmático; como si en ella só-to "QUE ES LA VIDA" se encarga de ratificarlo: lo hubiera un misterio: el de los cocuyos que al

carrito hecho y en marcha, se le meten y lo ilu-"El doctor se me puso más burloncito. minan por dentro".-Entonces -dijo-, la vida no es más que caña-donga que hace cañadonga.-y guacharaca y gente también, doctor. De primeras debemos coincidir con el doctor a quien le

parece divertido la simplicidad con que el viejo interlo--Mira -dijo en serio-. Tú quieres d~cir, aun- cutor contempla la vida, sin embargo, esta simplicidad,

qu,e no te des ~uenta de ello"que la vida ,no es como todo en Fuenmayor, es aparente, detrás del hu-mas que la rutina de un fenomeno com~n no mor, la ironía y la simplicidad reside una honda concep-trascendental. Y no creo que la cosa sea asl. (...) ción sobre el grandioso diseño de la vida.en la vida, por lo menos en la vida humana, hay

algo más, algo que llamamos espíritu.En fin, esta manera de comprender el omega del ciclo vi-

-lY todo el mundo tiene eso, doctor? tal humano, responde, sin duda, a la concepción natural-No, no -dijo-. La verdad es que abundan los de un hombre sano cuya vida logró adaptarse a los desa-

estúpidos. fíos del crecimiento, como joven, como marido, comopadre y como creador. Ese fue José Félix Fuenmayor.

-Entonces, doctor -dije-, el espíritu es una Toda su trayectoria hasta 1966, resume salud, equilibriocosa que le entra o no le entra a la vida; una co- Y madurez y lo mismo sucede en su arte.sa aparte. No es vida, doctor; como la gusanera,perdone la mala comparación, que le cae a un (1) Fuenmeyor. José Féllx. COSME. Bogotá, Valencia Edito-caballo, pero no es caballo. Vea, doctor: Usted res, 1979.hace un 'u uete un carrito le pongo por caso. (2) Fuenmayor, J.F. LA MUERTE EN LA CALLE. La Haba-J g" na, Casa de las Américas, 1975. Los textos de los cuentosUsted lo hace. El carrito queda hecho y ya no de F. fueron redactados aproximadamente entre 1940

tiene nada que ver con usted. Llego yo y le doy y 1950.

cuerda y el carrito echa a correr. Va corriendo (3) F., J.F. LA AVENTURA DE 14 SABIOS. Barranquilla, R.el carrito y conmigo ya nada tiene que ver. Mundial,1927.

..h d d se (4) Núnez M., Julio. CEPEDA SAMUDIO y FUENMAYOR:Ahora, doctor, SI al carrito hec o y an an o DOS TEXTOS RECUPERADOS. "Huellas", Revista de lale meten unos cocuyos y lo alumbran por den- Universidad del Norte, 4 (8) marzo, 1983.tro, eso no es cosa de usted, ni mía, ni del ca- (51 Carrillo, Rafael. "EL MIEDO A LA MUERTE EN LA POE-rrito. Eso es otra cosa. SIA DE RILKE". El Siglo, 1944.

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