lógica t2 20-03-2013 (revisado)
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Lógica T2 20-03-2013 (revisado)TRANSCRIPT
Materia: Lógica
Cátedra: Oller
Teórico: N° 2 – 20 de MARZO de 2013
Tema: Argumentación. Dimensiones retórica, dialéctica y lógica.
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Profesor: Buenos días. Vamos a empezar con algunas cuestiones
administrativas, si les parece. En primer lugar el aula. Si bien el lunes
pasado estaba vacía, parece que está ocupada habitualmente los lunes.
Entonces los lunes vamos a pasar a la 324 y los miércoles nos quedamos en
esta, la 250. Es decir que el lunes que tengamos clases vayan a la 324.
Bueno, quedamos así: lunes 324, miércoles 250. Vamos al otro problema
administrativo que era la inscripción en comisiones, que les pedí que la
hicieran por el campus. Acá me dijeron que hay varios problemas con el
campus. La respuesta que les puedo dar es que vayan al primer piso, al
Departamento de Informática, y pidan que se los solucionen.
Estudiante: Yo puedo hacer un comentario al respecto que tal vez sirva para
los que todavía no lograron entrar. A mi me pasó que no podía entrar, me
mandaron un mail de respuesta, fui al departamento de informática y me
dijeron que en la pagina principal a la derecha hay una página que dice
―Para Hotmail o Live haga click aquí‖, entrando por ahí se puede acceder.
Es complicado, yo recién ayer me pude inscribir.
Profesor: Bueno, entonces acá hay una primera respuesta. De cualquier
modo tengo acá bastante gente que se pudo anotar y hay un problema que
tenemos que solucionar antes de que empiecen los prácticos y es el
siguiente. Hoy a las ocho y media de la mañana había creo que 83 en la
comisión 2 y sólo 35 en la comisión 1, de manera que vamos a tener que
igualar un poco el número. Yo imprimí la lista de los que estaban anotados
hasta las ocho y media de la mañana, lo que les pido es que si no están que
se anoten al final de la lista y que indiquen que comisión prefieren. La nueva
distribución va a tener que hacerse de todos modos porque si no es
imposible dar clases en condiciones adecuadas. De manera que para evitar la
imposición lo que voy a hacer es pasar esta lista, de vuelta. Los que no
aparecen en la lista—está en orden alfabético—porque no se anotaron o
porque tuvieron problemas o lo que fuera, anótense aquí al final de la lista y
pongan su primera opción y su segunda opción. No quiero imponerles el
pase de una comisión a otra pero tenemos que pasar 20 personas de la 2 a la
1. De manera que, con honestidad, aquellas personas que no tengan
problemas en pasar de la 2 a la 1 señálenlo en la lista esta poniendo una cruz
junto a su nombre. De cualquier modo, aunque se anoten aquí les pido que
sigan intentando con la inscripción en el campus virtual porque de esa
manera se genera una lista que podemos imprimir y entendemos cuáles son
sus apellidos, ya que cuando lo hacen a mano a veces es muy difícil
entender que identidad están performando en el momento.
Otra cuestión que me había olvidado de mencionarles el lunes, aunque
seguramente la mayor parte de la gente lo sabe, es que los prácticos
comienzan la semana que viene. El texto para los prácticos es el que se
estuvo usando otros años, que es el texto de GAMUT Introducción a la
lógica. Esto lo tienen en el CEFyL, seguramente tienen las fotocopias de los
capítulos pertinentes. También pueden comprar el texto, es un texto de
EUDEBA.
Estudiante: Pusieron dos pdf en el campus, uno no sé si está incompleto
porque son tres hojitas nada más que pusieron y cuando empieza después a
dar la indicación sobre cómo debería resolverse el problema se corta.
Profesor: Sí, hay dos textos para seguir leyendo si tienen interés en los
temas tratados en teóricos. En el primer caso el texto de Beebee trata
cuestiones pedagógicas: qué sentido tiene enseñar Lógica como materia
obligatoria de primer año de una carrera de Filosofía. El segundo texto, el de
Thomson, es el fragmento en el que la autora presenta el experimento
mental que vimos la clase pasada. Efectivamente el artículo prosigue y la
argumentación también prosigue. Si quieren leer todo el artículo, está
reproducido en un librito de la colección Teorema de la editorial Cátedra de
Madrid que se llama Debate sobre el aborto. También se puede descargar de
la red.
Estudiante: Profe, ¿el texto de GAMUT donde dijo que iba a estar?
Profesor: El texto de GAMUT es como Dios, está en todas partes. De
manera que pueden preguntar en cualquier parte y seguramente lo tienen.
Estudiante: ¿Qué capítulos tenemos que leer?
Profesor: Empiecen por el primero.
Estudiante: ¿Lo del programa es solo bibliografía de teóricos?
Profesor: No, el programa tiene unidades que abarcan todos los temas que
van a ver tanto en prácticos como en teóricos, por lo tanto también figura la
bibliografía obligatoria que van a tener que leer para prácticos. Es decir,
vamos a hacer una división de temas. Hay temas que no vamos a ver en
teóricos pero que van a ver en prácticos y que tienen una bibliografía
obligatoria que van a tener que leer cuando rindan en parcial. El libro de
Gamut está editado por EUDEBA y no es muy caro. Hay, para evitar
mayores confusiones, dos volúmenes, el primer volumen es el que ustedes
van a leer, el segundo tiene interés para la gente de Lingüística. Es un texto
orientado y dirigido a lingüistas, de manera que pone el acento sobre esa
cuestión. El primer volumen es una introducción general, y en el segundo
volumen, para los que les interesen las cuestione lingüísticas, se aplican
específicamente los instrumentos aprendidos en el primer volumen.
Estudiante: El programa cita la edición del 2009, pero acá tengo la edición
del 2004 ¿hay alguna diferencia entre una y otra?
Profesor: No, hay correcciones muy menores, en la traducción de la segunda
edición. Las dos ediciones son traducciones de la misma edición inglesa que
a su vez es una traducción del original holandés.
Bueno, vamos a lo que nos ocupa. Vimos la clase pasada algunas
indicaciones sobre cuál va a ser el eje del los temas que vamos a tratar. El
eje va a ser las relaciones entre lógica, argumentación y filosofía. Tratamos
algunas cuestiones relativas a ese eje. Dijimos que a la lógica le había
pasado algo que no le había pasado a otras disciplinas filosóficas y esto es
que en el período que va de la segunda mitad del siglo XIX a la primera
mitad del siglo XX la lógica se convierte en una ciencia, en una ciencia
formal. Y esta ciencia formal, estaba en sus orígenes —en los orígenes de la
lógica matemática, no en los orígenes de la lógica en general— motivada
por el interés de estudiar y delimitar un tipo de razonamiento, el
razonamiento matemático. Pero, cuando llega a su madurez, la lógica
matemática se independiza de este interés original por los argumentos. Es
decir, ustedes pueden tomar un libro de lógica matemática en el cual nunca
se hable de argumentos en el sentido ordinario de la palabra. Daba el
ejemplo de la geometría, que supuestamente tiene su origen en una práctica
que era la agrimensura y que resultaba útil para delimitar propiedades.
Cuando la geometría se constituye como ciencia se independiza de ese
interés o motivación original y lo mismo pasa con la lógica. Entonces,
ustedes pueden preguntarse: ¿Por qué estudiamos lógica? Por ello, vamos a
explorar en las clases teóricas qué sigue teniendo que ver la lógica
matemática con la lógica en el sentido anterior, es decir como una disciplina
preocupada por los argumentos y con la teoría de la argumentación.
Estudiante: Una pregunta, quizás no tenga nada que ver ¿Por qué si a partir
de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX la lógica se
independiza porque llama Hegel a su texto Ciencia de la lógica?
Profesor: Bueno, habíamos dicho algo al respecto. En occidente la lógica
tiene por lo menos 2500 años de antigüedad y, del mismo modo que ―física‖
no quiere decir lo mismo en Aristóteles que en Newton, ―lógica‖ no quiere
decir lo mismo en Hegel que en Frege que en Kant.
Estudiante: Pero Hegel pretendía hacer una ciencia…
Profesor: Es necesario aclarar que estamos diciendo que la lógica se
constituye como ciencia en el sentido normal y contemporáneo de ciencia
formal, como la matemática es una ciencia formal, en ese sentido. No es este
el concepto de ―lógica‖ de Hegel, que la define como la ciencia de la idea
pura1.
Estudiante: Digamos que la raíz sería que la filosofía analítica es anti-
metafísica, o crítica de la metafísica tradicional.
Profesor: Bueno, eso ya es otro problema. Cuando se constituye como
ciencia, como una ciencia madura, se independiza de los intereses o
posiciones filosóficas que la pueden haber motivado. Desde luego, se puede
hacer filosofía de la lógica desde distintas posiciones filosóficas, como se
hace filosofía de la física o de la matemática. Pero la física en tanto y en
cuanto se constituye como ciencia madura se independiza de sus aspectos
filosóficos. Eso no quiere decir que no los tenga, simplemente quiere decir
que al físico profesional esos aspectos suelen no importarle nada y no
necesita considerarlos para desarrollar su tarea científica. El lógico
profesional es un científico que trabaja dentro de un paradigma, de manera
que no se plantea estas cuestiones y cada vez más —si bien al comienzo del
desarrollo de la lógica contemporánea había una distribución más o menos
equitativa de autores con formación filosófica y matemáticos puros— la
tendencia es que quienes hacen lógica suelen ser matemáticxs o, por razones
que vamos a ver más adelante, alguien que se dedica a ciencias de la
computación o la inteligencia artificial.
1 Ver Hegel, G.H. F. (1999), Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas, Madrid: Alianza Editorial, §19.
Entonces, si les parece, vamos al tema este que habíamos dejado la vez
pasada que era la cuestión de caracterizar la noción de argumento. Ahora
bien, uno puede definir ―argumento‖ de distintas maneras. En la página de la
materia tienen un enlace a actividades que hasta ahora está vacío, pero este
fin de semana se va a rellenar con una actividad. Precisamente la primera
actividad va a consistir en comparar la caracterización de argumento que
aparece en el capítulo primero, la Introducción del libro de GAMUT con la
que vamos a ver en las clases teóricas y otras. ¿Qué noción de argumento
vamos a pretender caracterizar? No la noción técnica de la lógica
matemática sino la noción más corriente de argumento que tiene que ver con
los argumentos que encontramos con textos filosóficos, textos políticos, etc.
Cuando ustedes leen textos, en general, son capaces de identificar en esos
textos los párrafos argumentativos. ¿Cuáles son los argumentos de Platón en
el Menón para fundamentar la posición según la cual la virtud no es
enseñable? Se supone que ustedes son capaces de leer ese texto e identificar
esos argumentos. ¿Cómo son capaces de hacer esto?
La argumentación y su producto, los argumentos, son actividades
lingüísticas, son actividades verbales ¿Qué es un argumento en este sentido
en el cual queremos caracterizar la noción? En el sentido en el cual los
vamos a estudiar aquí —los argumentos como producto de la
argumentación— son entidades lingüísticas, son proferencias o
inscripciones. Es razonable adoptar este enfoque porque no podemos
acceder a la mente de Platón para ver que era lo que este tenía en mente. Lo
único que tenemos a nuestra disposición son textos, textos orales, textos
escritos. Y en esos textos tenemos que identificar los argumentos.
En otro sentido ―argumentación‖ y ―argumento‖ pueden indicar entidades
psicológicas o cognitivas. Pero, no nos vamos a ocupar de la argumentación,
del razonamiento, como proceso psicológico o proceso cognitivo. En la
actualidad esto no se considera como uno de los temas de los cuales se debe
ocupar la lógica, ni en un sentido amplio ni en un sentido estrecho. Se
considera que esto es un tema que debe ser estudiado por la psicología del
razonamiento.
Entonces, ―argumentos‖ en el sentido en el que los estamos utilizando aquí
el término, denota a entidades lingüísticas. Tenemos entidades lingüísticas,
textos, proferencias y en esas entidades lingüísticas vamos a tener que
identificar argumentos. La pregunta, entonces, es: ¿Cómo lo hacemos?
Porque efectivamente no podemos acceder a la mente de quien produjo esas
entidades lingüísticas.
Solo tenemos a nuestra disposición medios lingüísticos para reconocer
textos argumentativos y diferenciarlos de los que no son argumentativos.
Por ello, una manera de reconocer que estamos en presencia de un texto
argumentativo es encontrar en esos textos determinadas expresiones que
manifiestan esa intención argumentativa. ¿Y cuales son esas expresiones?
Los indicios lingüísticos que nos permiten reconocer textos argumentativos
son determinadas palabras o expresiones del tipo ―por lo tanto‖, ―De esto se
sigue que‖, ―de esto se infiere‖, ―dado que‖, ―porque‖ –en un sentido no
causal, sino lógico—. Estas expresiones o partículas indican esta pretensión
de argumentar, esta pretensión de producir un texto argumentativo, de
realizar un acto de habla argumentativo. De manera análoga, puedo realizar
un acto de habla como el prometer utilizando determinadas expresiones que
indican esa intención, que puede ser exitosa o no, de realizar ese acto: ―Te
prometo‖, ―te juro‖, ―por mis hijos te digo que haré tal o cual cosa …‖
etcétera. ¿Cómo me doy cuenta que alguien quiere argumentar? Porque hay
determinadas expresiones que indican esta voluntad de realizar ese tipo de
acto de habla complejo que es la argumentación.
Tenemos una serie de indicios lingüísticos que nos indican que quien
produjo ese texto tiene una intención argumentativa. Y esos indicios son
determinadas expresiones como ―por lo tanto‖, ―dado que‖, etcétera. ¿Cuál
es la finalidad de este acto lingüístico de argumentación? ¿Qué es lo que el
que produce un argumento pretende? En general, uno diría que quien
argumenta tiene una intención de persuadir, de convencer, a los demás o a
sí mismo de una determinada posición o tesis. Típicamente, uno argumenta
con esta intención de persuadir a una audiencia, que puede estar constituida
por uno mismo. Ahora bien ¿qué diferencia la argumentación de otras
formas de persuasión? La argumentación es un acto de habla que tiene como
finalidad convencer, persuadir, pero persuadir de una manera especial,
dando razones a favor o en contra de una posición o tesis que se expresa de
manera lingüística a través de oraciones.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos caracterizar a los productos de la
argumentación de la siguiente manera: un argumento es una entidad
lingüística formada por oraciones en la que típicamente aparecen
expresiones que nos indican que quien produce el texto tiene una
determinada intención o pretensión. Esta pretensión es una pretensión de
fundamentar, de dar razones que apoyen a una proposición u oración, a la
cual vamos a llamar ―conclusión‖, mediante el uso de otras proposiciones
que vamos a llamar ―premisas‖. Esta noción de argumento introduce
elementos pragmáticos ¿Qué quiere decir esto? que introduce elementos que
tienen que ver con quien usa el lenguaje, con quien está usando el lenguaje.
Fíjense que en la definición aparece esencialmente la noción de ―pretensión
de fundamentación‖, de ―pretensión de dar razones‖, y esto es un elemento
que pertenece o se puede atribuir al hablante. Por eso esta definición tiene
una dimensión pragmática, es decir, esta caracterización considera esencial
para definir la noción de argumento el tener en cuenta las intenciones del
hablante que produce ese texto.
En la Introducción del GAMUT —su texto de prácticos— se da una
definición de ―argumento‖, una definición informal que pretende acercarse a
la definición formal que van a ver cuando se trate el lenguaje de la lógica
proposicional, por ejemplo. Es una caracterización que no tiene en cuenta al
hablante. No le importa que pretendía el hablante cuando formuló el
argumento, porque eso no es necesario para la noción de argumento que van
a usar en lógica matemática.
Estudiante: ¿A la lógica matemática no le interesa esta noción?
Profesor: No le importan cuáles son las intenciones del hablante al momento
de producir ese texto.
Estudiante: ¿Qué habías dicho de pragmático?
Profesor: Que la caracterización esta de argumento es una caracterización
pragmática en el sentido siguiente: figuran en esta caracterización
esencialmente –esencialmente quiere decir que no las puedo eliminar sin
que la que la caracterización resulte insuficiente— las intenciones del
hablante. Es decir, tenemos en cuenta cómo el hablante usa o pretende usar
el lenguaje.
Estudiante: ¿En qué sentido se tienen en cuenta las intenciones del hablante?
Profesor: En este sentido: yo caracterizo la noción de argumento como
entidad lingüística incluyendo en esa caracterización que para que haya un
argumento tiene que haber por parte de quien produce el texto determinada
intención o pretensión, la de fundamentar la conclusión en base a las
premisas. Naturalmente no podemos, o todavía no podemos, ver en un
sentido físico cuáles son las intenciones del hablante. Pero las inferimos de
del uso de determinadas partículas que convencionalmente indican esa
pretensión y/o del contexto.
Estudiante: ¿No lo inferimos también del modo que desarrolla…?
Profesor: Podemos inferirlo así también, hay casos en que no aparecen estas
partículas en el texto mismo pero sí hay indicaciones contextuales que nos
llevan a concluir que ahí hay un argumento.
Estamos dando una definición sencilla pero que permite dar cuenta de este
fenómeno, que cuando nosotros leemos un texto podemos, habitualmente,
identificar en ese texto los pasajes argumentativos. Y la pregunta es ¿Cómo
lo hacemos? ¿Cómo vemos que en un texto de Platón hay un argumento en
un determinado pasaje si no es posible consultar a Platón ni nos podemos
conectar psíquicamente con Platón? Una respuesta tentativa está dada por
esta caracterización de argumentación.
La caracterización de la noción de argumento que se propuso apela a una
pretensión de fundamentación pero, como todo en la vida, esa pretensión
puede ser exitosa o no.
Estudiante: entonces el éxito viene dado por si los convencí o no…
Profesor: Hay varios tipos de éxito que uno puede llegar a alcanzar, porque
hay distintas maneras en las que uno puede evaluar un argumento. Una
manera de evaluarlo es evaluarlo retóricamente, es decir, preguntarse:
¿convence o no convence el argumento? Por supuesto, el éxito retórico es
relativo a la audiencia a la cual está dirigido. Entonces, si convence a la
audiencia a la cual está dirigido, uno puede decir que es un buen argumento
desde el punto de vista retórico.
Otra dimensión de la argumentación es la dimensión lógica, que es posible
independizar de la dimensión retórica. En el estudio de la dimensión lógica
de la argumentación nos preocupa encontrar criterios para evaluar los
argumentos como productos de la argumentación, independientemente de la
audiencia a la cual están dirigidos y de si tienen el efecto retórico deseado o
no.
La dimensión retórica y la dimensión lógica de la argumentación forman
parte de una división tripartita del estudio de la argumentación. Uno puede
estudiar o preocuparse por la argumentación como una actividad retórica, es
decir, como una actividad lingüística que tiene como objetivo aumentar o
disminuir la adhesión de una audiencia a una determinada posición,
ofreciendo razones que se presentan con ese fin. Cuando este es el objetivo
fundamental, uno lo que esta poniendo en primer plano es la dimensión
retórica de la argumentación.
La segunda dimensión en esta división es la dimensión dialéctica de la
argumentación. La dimensión dialéctica de la argumentación pone el acento
en la argumentación como procedimiento para resolver diferencias de
opiniones, es decir en un procedimiento discursivo y en las reglas que rigen
esa actividad de resolver diferencias de opiniones. Entonces, a esta
dimensión se la suele llamar ―la dimensión dialéctica de la argumentación‖.
Y la tercera dimensión en esta división es la dimensión lógica —―lógica‖
está tomada aquí en un sentido amplio—. La dimensión lógica se preocupa
esencialmente por los productos de la argumentación ¿Cuáles son los
productos de la argumentación? Los argumentos. Entonces, está dimensión
pone el acento sobre los productos de la argumentación, los argumentos y,
en la medida que esto sea posible o deseable, independiza ese interés del
interés retórico y del interés dialéctico.
Resumiendo, es posible estudiar la argumentación como proceso, como
procedimiento(s) o como producto de ese proceso. Estos tres enfoques o
dimensiones, que no son mutuamente excluyentes, se suelen identificar con
tres perspectivas en el estudio de la argumentación: la retórica, la dialéctica
y la lógica2.
Enfoques Retórico: la argumentación como
proceso
de la
Dialéctico: la argumentación como
procedimiento
argumentación Lógico: la argumentación como
producto
2 Ver, por ejemplo, J. Habermas (1999) Teoría de la acción comunicativa, I, Madrid: Taurus,
pp. 46-47. También, Tindale, Ch. W. (1999) Acts of Arguing: A Rhetorical Model of Argument.
Albany: State University of New York Press, Introduction.
Se puede estudiar la argumentación haciendo distintas combinaciones de
estas dimensiones y, por ejemplo, en una de las teorías contemporáneas de
la argumentación más influyentes, la llamada ―teoría pragma-dialéctica de
la argumentación‖ de la escuela holandesa de Van Eemeren, se combina la
dimensión dialéctica con la dimensión lógica3. Hay una preocupación menor
por la retórica y hay una preocupación mayor por cómo se combinan esas
dos dimensiones. Otro autor influyente, uno de los iniciadores de la teoría de
la argumentación contemporánea, Chaïm Perelman4, pone el acento sobre la
dimensión retórica de la argumentación.
Desde el punto de vista de su evaluación, un argumento puede ser
retóricamente bueno pero lógicamente malo, es decir, puede convencer
aunque sea un mal argumento desde un punto de vista lógico —porque, por
ejemplo, es deductivamente inválido, aunque pretenda dar una
fundamentación deductiva a su conclusión—.
.
Estudiante: ¿La dialéctica tiene un rol mediador, tratar de resolver una
diferencia de opiniones?
Profesor: Efectivamente, en este sentido de ―dialéctica‖, ella es el estudio de
la argumentación y de sus reglas como procedimientos para resolver
diferencias de opiniones. Por ejemplo, en el caso de van Eemeren, su
escuela construye un modelo de diálogo argumentativo que, por supuesto,
como todo modelo, idealiza las situaciones argumentativas. Idealiza los
casos de argumentación que efectivamente se dan en situaciones
argumentativas como los debates parlamentarios o televisivos, etcétera, pero
pretende tener cierto fundamento en esas prácticas efectivas de
argumentación. Entonces este modelo de van Eemeren describe
determinadas etapas que uno debe seguir en la argumentación y
3 Ver, por ejemplo, van Eemeren, F. H. & Grootendorst, R. (2011) Una teoría sistemática de la
argumentación. La perspectiva pragmadialéctica, Buenos Aires: Biblos. 4 Ver Perelman, C., y Olbrechts-Tyteca, L.(1989) Tratado de la argumentación. La nueva
retórica. Madrid: Gredos.
determinadas reglas que rigen la argumentación si uno quiere que la
argumentación sea un procedimiento exitoso. Lo que ofrece esta teoría de la
argumentación es un modelo ideal, pero con fundamento en la realidad, de
cuales son las etapas de la argumentacion y cuales son las reglas que rigen
estas etapas. Y esto a su vez se aplica al estudio de diferentes cuestiones,
como por ejemplo el análisis de debates políticos efectivamente sucedidos, o
a la teoría de las falacias —que en la teoría de Van Eemeren son justamente
violaciones a las reglas que rigen el diálogo argumentativo ideal—, etc.
Entonces, y terminamos acá por hoy, vamos a tratar de independizar la
dimensión lógica —es decir, la que se ocupa de los argumentos como
productos de la argumentación— de la dimensión retórica y de la
dimensión dialéctica. Y, entonces, estudiaremos los criterios que, desde este
punto de vista estrictamente lógico, podemos aplicar para el análisis y la
evaluación de los argumentos. Hasta el lunes.
Actividad 1
Compare las siguientes definiciones de “argumento”:
a) Para nuestros propósitos es conveniente considerar a un argumento como una secuencia de oraciones tal que las premisas
están al comienzo y la conclusión al final del argumento. Gamut, L.T.F (2009) Lógica, lenguaje y significado: Introducción a la lógica. Buenos Aires:
Eudeba, p. 1.
b) Un argumento, en el sentido lógico, no es una mera colección de proposiciones, sino que tiene una estructura. Al describir esta
estructura, suelen usarse los términos "premisa" y "conclusión". La conclusión de un argumento es la proposición que se afirma con base en las otras proposiciones del argumento, y estas otras
proposiciones, que son afirmadas (o supuestas) como apoyo o razones para aceptar la conclusión, son las premisas de ese
argumento. Copi, I. y Cohen, C. (1995) Introducción a la Lógica. México: Ed Limusa, p. 21.
c) Un argumento es un tipo de discurso o texto —el destilado de la práctica de argumentación— en el que quien argumenta trata de
persuadir al Otro de la verdad de una tesis mediante la presentación de las razones que la sustentan.
Johnson, R. H. (2000) Manifest Rationality. A Pragmatic Theory of Argument. Mahwah, N.J.:
Lawrence Erlbaum Associates, p. 168.
d) La argumentación es una actividad verbal que puede
desempeñarse en forma oral o en forma escrita. Es también una actividad social: en el avance argumentativo, uno se dirige por definición hacia los otros. Además, es una actividad racional que
se orienta a defender un punto de vista de modo que se vuelva aceptable a un crítico que toma una actitud razonable. A través
del desarrollo argumentativo, el hablante o escritor comienza a partir de la —correcta o incorrecta— suposición de que hay una
diferencia de opinión entre la propia y la del oyente o lector.
Adelantando proposiciones que deben justificar el punto de vista con relación a un asunto, el hablante o escritor trata de
convencer al oyente o al lector de la aceptabilidad de este punto de vista. La siguiente definición de argumentación combina estas diferentes características:
La argumentación es una actividad verbal, social y racional que apunta a convencer a un crítico razonable de la aceptabilidad de un punto de vista adelantando una constelación de una o más proposiciones para justificar este punto de vista. Esta definición no sólo se refiere a la actividad de avance
argumentativo sino también al texto más breve o más largo que resulta de ella. La argumentación se refiere a ambos, al proceso de adelantar la argumentación y a sus "productos", y el término
'argumentación' cubre a los dos. En la teoría de la argumentación, ésta es contemplada no sólo como el producto de
un proceso racional de razonamiento, como los argumentos que son tratados por la lógica tradicional, sino también como una parte de un desarrollo comunicativo y de un proceso interactivo.
En una aproximación puramente lógica de la argumentación, un gran número de factores verbales, contextuales, situacionales y otros aspectos pragmáticos que
afectan la conducta y el resultado de un intercambio argumentativo no son considerados. ¿De qué manera precisa se
expresan los argumentos? ¿Hacia quién se dirigen en definitiva? ¿En qué tipo de situación progresó la argumentación? ¿Qué información transmitida por los enunciados que preceden a la
argumentación necesita ser tomada en cuenta? Los lógicos no se comprometen generalmente con estas y otras cuestiones
"pragmáticas". Más bien, se concentran en "formas de argumentos" abstractas o en "patrones de razonamiento", ubicados en una formulación común, en la que una conclusión se
deriva de un conjunto cierto de premisas. Para los lógicos el punto principal es cómo distinguir entre las formas de argumentos "formalmente válidas" y las formas de argumentos
que no son válidas. Para poder hacerlo, resumen las propiedades pragmáticas de la realidad argumentativa que son indispensa-
bles para un adecuado tratamiento de la argumentación. En la teoría de la argumentación, por el contrario, el centro de la atención es la argumentación en la práctica actual, propuesta por
alguno que trata de convencer a algún otro de la aceptabilidad de un cierto punto de vista.
van Eemeren, F. H., Grootendorst, R., y Snoeck Henkemans, F. (2006) Argumentación: análisis, evaluación, presentación. Buenos Aires: Biblos, pp. 17-18.