lo que va los tres burros

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AyerLa historia de la burra de Balaam

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  • Lo que va de ayer a hoy

    (Historias bblicas de ayer que se repiten hoy)

    LOS TRES BURROS

    Nmeros 22:21-33

    (AYER)

    A toda la gente le suena, pero no tiene mucha idea de qu se trata. A queusted tambin ha odo hablar de la de Balaam pero no sabe mucho suhistoria?:

    No era burro, por lo visto era burra y deba de estar ms acostumbrada alos malos tratos. Balaam el profeta la usaba para sus correraspublicitarias o condenatorias, cuando andaba profetizando por aqu y porall. Muchos, gente con dinero, le intentaban contratar para queprofetizase a su favor. Los profetas eran los publicistas de la poca. Unos,igual que los actuales, profetizaban a favor de quien les pagaba ms.Otros, como los autnticos profetas de hoy, profetizaban en defensa dequienes no tenan con qu pagarles, por lo que se arriesgaban a sufrir lasiras de quienes tenan con qu pegarles, o dispararles.

    Balaam parece que era buena persona. Tena buenas relaciones con los delpueblo que haba derribado las murallas de Jeric y se senta elegido porDios.

    Pero por all andaba tambin un tal Balac, rey de Moab que se la tenajurada a los israelitas.

    Balac tena conocimientos sobre la importancia de los medios decomunicacin que entonces eran medios de bendicin y maldicin; mandcontratar a Balaam para que con sus dotes de oratoria les soltase una tirade maldiciones. As le deca Balac, segn cuenta la biblia:

    Ha salido de Egipto un pueblo que cubre la superficie de la tierra, y se haestablecido frente a nosotros: Ven, por favor, a maldecir a ese pueblo, quees ms numeroso que nosotros, a ver si logro derrotarlo y expulsarlo de la

  • regin. Porque yo s que a quin t bendices queda bendecido y a quin tmaldices queda maldecido.

    Balaam se llevaba bastante bien con su Dios (parece era el mismo que elde los israelitas) y no le apeteca ponerse a malas con ellos. Pero el reyBalac le pas por las narices un montn de monedas de oro. Balaamempez a ceder:

    Se levant de maana, aparej la borrica y se fue con los jefes de Moab. Alverlo ir, se encendi la ira de Dios, y el ngel del Seor se plant en elcamino hacindole frente. l iba montado en la borrica, acompaado dedos criados. La borrica, al ver al ngel del Seor plantado en el camino, conla espada desenvainada en la mano, se desvi del camino y tir por elcampo. Pero Balan la castig para volverla al camino.

    El ngel del Seor se coloc en un paso estrecho, entre vias, con doscercas a ambos lados. La borrica, al ver al ngel del Seor, se arrim a lacerca, y apret la pierna de Balan contra la tapia. l la volvi a golpear.

    El ngel del Seor se adelant y se coloc en un paso angosto, que nopermita desviarse ni a derecha ni a izquierda. Al ver la borrica al ngel del

    Seor, se tumb debajo deBalan.

    l, enfurecido, se puso agolpearla. El Seor abri laboca a la borrica y sta dijo aBalan:

    Qu te he hecho paraque me apalees por terceravez?

    Contest Balan: Que teburlas de m. Si tuviera amano un pual, ahora mismote matara.

  • Dijo la borrica:No soy yo tu borrica, en la que montas desde hace tiempo? Me sola

    portar as contigo?Contest l:No.Entonces el Seor abri los ojos a Balan, y ste vio al ngel del Seor

    plantado en el camino con la espada desenvainada en la mano, einclinndose se postr rostro en tierra

    En resumen, que Balaam, al or hablar a la borrica se qued asombrado;no conoca an a Walt Disney que hara hablar a los animales y tampocosospechaba que el ngel era ventrlocuo y haca el doblaje de la voz delanimal. Balaam convencido por el ngel y la burra, se reafirm en sudecisin y en vez de maldecir al pueblo de Israel, solt un spot publicitariosobre lo benfico que era para la humanidad que ese pueblo, llamadoelegido, ocupase aquellas tierras. El profeta dej al rey Balac con trespalmos de narices y se volvi a su casa. Los israelitas gracias a aquellaborrica siguieron dominando aquelpas cercano al ro Jordn.

    (AYER, pero siglos despus)

    En aquellas tierras cercanas al ro Jordn un campesino se iba acercandocon sus amigos desde las orillas del lago de Genesaret hacia la capital deJudea, Jerusaln. Estaba prxima la gran fiesta de Pascua; la ciudad llenahasta arriba de peregrinos y turistas.

    Jess, aquel profeta campesino, haba adquirido en Galilea una gran famade predicador. En la capital era menos conocido. Slo en los crculos entorno al templo, los sacerdotes y los sabios tenan informaciones de queera un tipo anticlerical que hablaba mal de los respetables personajes quedirigan la religin y la poltica del pas.

    Los que le acompaaban en el camino hacia la capital, doce muchachosentusiastas, algunos otros peregrinos y unas animosas mujeres,caminaban con l con espritu de conquista, dispuestos y dispuestas ahacerse los amos de la ciudad santa.

  • Algunos de los seguidores le propusieron: Maestro con tanta gente por lascalles ni te van a conocer porqu no hacemos una solemne entrada acaballo por la puerta de las murallas?. Jess se les qued mirando: puesAs es como entran los reyes y grandes seores en sus imperiosverdad?

    -Claro, claro Jess, ya es hora de que sepan quin eres.

    - Cierto, que sepan quin soy. Entonces..recuerdan cuandovenamos que a la entrada de esta aldea haba un animal atado a unrbol?

    - No recordamos Un caballo?- No, un borrico

    Pedro le dio con el codo a Juan: Ya est el maestro con susoriginalidades

    Se encogieron de hombros y volvieron atrs. Veinte minutos despusestaban de vuelta jalando un pollino con pocos aires de brioso corcel.Jess con su experiencia de hombre de campo, le dio unas palmaditasen el hocico, se remang la tnica y mont de un salto.

    El grupito de seguidores, empeados en hacer la porra al entrar en lala ciudad, agarraron lo que podan: ramas de palmeras y de olivos,algunos mantos y empezaron a agitar todo con entusiasmo. Los menosentusiasmados eran Jess y el burro, que caminaba con paso resignado,aguantando el peso de aquel hombre que casi llegaba al suelo con lospies.

    Bajaron la cuesta del Monte de losolivos y entraron por la puerta Dorada.Al escuchar los gritos:Hosanna al queviene el nombre del Seor! y veragitarse los ramos, palmas y mantosmuchos de los forasteros quedabanintrigados y preguntaban: Quin esese que viene?. Los que le conocan,por lo menos de odas, les explicabanque era un profeta y que vena desde

  • Galilea a revolucionar el pas. Algunos de los mejor informados, doctoresse la ley y sacerdotes se acercaron a Jess y al borriquillo: Maestroqu escndalo es este? Dile a toda esa gente que se calle.

    - Si se callan ellos gritarn hasta las piedras, arre burro!No les quiero contar lo que sucedi los das siguientes, porqueustedes lo conocen de sobra. Cuando la polica se llev a Jess no sevolvi a hablar del pobre borrico. Qu pasara con l?Unos exgetas opinan que agach las orejas y se volvi al rbol dedonde lo desataron. Otros que entristecido se tir junto al camino yse muri de hambre y de pena.

    Otros ms esperanzadospiensan que, cuando Pedro y elotro discpulo pasaron corriendoal sepulcro, el bicho los vio y sefue detrs de ellos dando al airecoces de alegra.Sea lo que sea, no se olviden delhumilde borriquillo queacompa sin protestar a Jessen aquellos momentos crticos.

    (HOY)El tercer burro se llama dos caballos. No se extraen. Estoyhablando de la moderna cabalgadura de algunos curas en tiemposcercanos a los actuales. Les presento al dos caballos susodicho. Eseste:

    Quienes lo hayan conocidosabrn que este carrito de 2caballos de vapor bien podaser el borriquillo de muchagente corriente que no puedecomprarse un mercedesYa no se fabrica este trasto,como tampoco el Volkswagen,la cabrita. La gente apunta aotros vehculos ms aparentes.

  • Conozco curas como don Mariano que de primer vehculo para suapostolado, no pudo comprase ms que uno de estos y de segundamano. Realmente los dos caballos (de vapor) se portaban como unautntico borrico. Cargaba con todo lo que le echasen encima, porejemplo, con la mitad de los patojos de la catequesis parroquial ocon cinco feligreses que tena que ir a comprar insumos para la fiestadel pueblo. Aguantaba sobre todo los malos tratos del piloto quetena en su bolsillo la licencia de manejar pero no la tena en lamemoria. Se olvidaba de darle mantenimiento, de echarle gasolina oagua (aceite no necesitaba). A pesar de todo, este burro no era comosu colega, la de Balaam, y no se quejaba como ella, ni le deca: quhe hecho yo para que me trates as? Tampoco era como elborriquillo de Jess que caminaba aguantando el peso del maestro ylos gritos de quienes lo rodeaban, y se mora de pena cuando lefaltaba el jinete. El burro de Don Mariano se muri de malos tratoscuando el motor se quem y las ruedas no aguantaron los infamescaminos por donde lo meta

    La verdad es que, ms que de este borriquillo de hoja de lata,pensaba yo haberles hablado de otro semejante, al que no llamabandos caballos sino cuatro latas, un Renault 4. Ese carro tiene mscategora porque un cura de pueblo se lo regal nada menos que alPapa.

    Renzo Zocca, de 70 aos, prroco de un pequeo pueblo de Verona, al nortede Italia, le escribi al papa para ofrecerle su automvil y a principios deagosto, el pontfice lo llam por telfono para agradecerle el gesto y decirleque aceptara su regalo gustoso.

    Segn public Vatican Insider,ambos hablaron por largo rato ydurante la conversacin el papa lepregunt al prroco: De verdadests seguro?, de verdad quierestrarmelo?, no es mejor que se lodes a los pobres?.

    Zocca le dijo que ese automvil ya

  • haba hecho mucho por los pobres y que ahora tena que ser del papa.

    Yo no quera hablar del Papa Francisco, porque ahora est de modacontar cosas sorprendentes de un papa normal. A m me gustaraque dejase de sorprender lo normal, pero comprendo que la gente seextrae, se admire o se escandalice porque eso nunca se habahecho as. Cuando haya en la historia otros 265 papas que hayanviajado en cuatro latas, o en cualquier cacharrito de su poca oen un bus, aunque sea tan descacharrado como los blidos deGuatemala, y all se levante alguien a cederle asiento a su santidadEntonces me gustara escribir sobre ese cuarto burro, mientras laburra de Balaam soltara un rebuzno que hiciera temblar al mundo.