llegó a colombia el primer libro póstumo
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Llegó a Colombia el primer libro póstumo
Pilar del Río: "Saramago no está en los cielos"Por: Nelson Fredy Padilla
Del Río, viuda del Nobel portugués, habla de su duelo personal y anuncia el lanzamiento de
dos libros más, uno sobre el armamentismo y una biografía ilustrada.
Foto: EFE
Del Río leyendo apartes de los libros del Nobel de Literatura durante un homenaje realizado hace un mes en el teatro del Sesc Villa Mariana en Sao Paulo, Brasil.
Juntando las palabras de este matrimonio indisoluble no se sabe si el espíritu de
José Saramago se entronizó en el de Pilar del Río o ya había ocurrido al revés.
Como sea, el Nobel de Literatura no se ha ido ni se irá de este mundo. No por
ateo sino por libertario. No habitará lugares comunes como el cielo o el infierno. El
levantado del suelo sólo aspiraba a volver a la tierra encomendado a Pilar.
¿Energía sobrenatural? Ella la describe como “una casi inexplicable complicidad”.
La conexión parece tan intensa casi cinco meses después de la muerte del
escritor portugués, a juzgar por lo que le contó a El Espectador sobre la pérdida
de su amado José, su herencia intelectual y tres libros póstumos, uno de los
cuales ya se lee en Colombia.
La periodista, filósofa y traductora española había concedido a este diario, el año
pasado, una extensa entrevista de su historia junto a Saramago. Entonces no
quiso pensar en cómo sería la vida cuando él faltara, pero ahora revela incluso por
qué su epitafio no fue la frase imaginada por el novelista sino una de Memorial del
convento, que los unió para siempre, sin que la muerte los separe.
El primer libro está en las librerías colombianas con el sello Alfaguara: José
Saramago en sus palabras. Y son las contundentes respuestas de Pilar, a las
inquietudes que genera este compendio único de las entrevistas de prensa que el
Nobel concedió en todo el mundo, a diarios como El Espectador, las que
confirman que el espíritu y el pensamiento del humanista portugués sigue vivo a
través de esta mujer; admirada en los círculos literarios, a veces desapercibida por
su bajo perfil o para quienes no captan su profunda sensibilidad; hoy abierta al
mundo como nunca antes, entregada a la misión social de presidir la Fundación
José Saramago, a velar por la trascendencia de la obra de su esposo. Él previó
todo esto en un apartado de El cuaderno: “No voy a morir, la presidenta no me lo
permitiría”.¿Cómo concibe la idea del libro ‘José Saramago en sus palabras’?
Al preparar la exposición La consistencia de los sueños, sobre la vida y la obra de
José Saramago, Fernando Gómez Aguilera, el comisario (curador), un gran
investigador además de escritor, descubrió que había un hilo conductor en las
declaraciones públicas. Y fue hilvanando un libro que cada día que pasa se nos
muestra como imprescindible para conocer al novelista y al ciudadano.
Como en ‘El cuaderno’, encontré un valioso compendio del pensamiento crítico de un humanista. ¿Qué suma este libro?
La experiencia de 30 años de declaraciones públicas. La misma línea argumental,
sostenida, ampliada, madurada. Un hombre en movimiento, es lo que se aprecia en
el libro. Es un árbol creciendo, que se ve crecer.
¿Por qué el simbolismo temático en la portada? Todo sostenido por la palabra mujer.
Unos días antes del que iba a ser el último vinieron a la casa de Lanzarote los
editores de Alfaguara, Fernando Gómez Aguilera y Marga, su mujer. Estuvimos
cenando y al final los editores sacaron distintas propuestas de portada y ésta que
vemos es la que a Saramago más le gustó. Le gustó que el mundo, todo él, se
apoye en la palabra mujer. No en balde en Memorial del convento dice que el mundo
se mantiene en su órbita gracias a las conversaciones de las mujeres y a los
sueños...
¿Qué significa para usted que el Nobel haya reiterado, tanto en las dedicatorias de sus libros como en las entrevistas, que “Pilar me dio todo aquello que ya no esperaba tener”, que Pilar fue la mujer de su vida?
Es evidente que me gusta oírlo, sobre todo porque Saramago, afortunadamente,
tuvo una vida muy larga y en una vida larga caben muchas personas... Creo que
ambos intentamos ser sinceros y totales y trabajamos juntos, además de compartir
una casi inexplicable complicidad.
En la dedicatoria de este libro se lee: “A José, razón de vida” y “A Pilar, abrazando el porvenir”. ¿Ahora cuál es su razón de vida y cuál su porvenir?
Presido la Fundación José Saramago, que tiene objetivos muy ambiciosos, como
intervenir, gritar, aullar si fuera necesario, ante las situaciones de injusticia que
pueblan el mundo. Tenemos como norma la Declaración de Derechos Humanos y
como cometido la elaboración de la Carta de Deberes Humanos. Porque somos los
ciudadanos la potencia más grande del mundo y si nos convencemos que somos
más y más importantes que los bancos y las corporaciones, si nos damos cuenta de
nuestro inmenso poder cívico, si cumplimos nuestros deberes de ciudadanos, el
mundo será habitable para todos, no sólo para las élites.
¿Quiénes son Marga, Carla y Alonso?
Los hijos de Fernando Gómez Aguilera, que es la persona que más y mejor conoce
la obra de Saramago. El autor del libro y de la exposición.
El año pasado le pregunté: ¿cómo se imagina su mundo familiar cuando falte José Saramago? Usted respondió: “Eso no lo imagino”. ¿Hoy qué me dice?
Habito un mundo donde Saramago está presente las 24 horas del día. Acabo de
llegar de un acto en su recuerdo y homenaje. El sábado antepasado hubo otro en
Roma, el 18 en Madrid, habrá otros... Mi casa está llena de Saramago, mi espíritu se
llama Saramago.
Usted también me dijo: “Tengo memoria de cada libro y de cada artículo traducido. No he perdido ni un detalle, no he olvidado nada”. ¿Escribirá un libro de su vida al lado de Saramago?
No, ya los ha escrito, y muy bien, Fernando Gómez Aguilera, que, aparte de
Saramago en sus palabras hizo también la cronobiografía, que pronto verán
publicada en América. La vida de Saramago año a año, con fotos. Una especie de
catálogo de la exposición La consistencia de los sueños, que es realmente
admirable. La exposición, el libro.
También me habló de “los sueños que hemos ido concibiendo”. ¿Cuáles citar ahora?
Vivir en paz, en armonía... Qué mejor sueño.
¿Las páginas que dejó el maestro Saramago sobre la industria armamentista se convertirán en libro?
Seguro que sí, pero no sé cómo ni cuándo se publicarán, no tenemos prisa, el
tiempo, para Saramago, ya cuenta de manera distinta.
¿Qué otro libro le quedó pendiente?
Uno de juventud, nada más.
¿Blimunda ocupa un lugar especial en el memorial de José y Pilar?
Es un personaje de mujer fuerte que todas las mujeres admiramos. Concebido por
un hombre y no sé si muy amado por los hombres. ¿Por qué no le pregunta a los
lectores masculinos?
¿En qué proyectos trabaja hoy la Fundación Saramago?
Estamos preparando nuestro traslado a la sede definitiva (en Lisboa), pero proyectos
concretos, aparte de la actividad cotidiana, le diría que lo inmediato es un homenaje
a Tolstoi en su centenario. Leeremos Ana Karenina en la traducción de Saramago.
Hablaremos de la gran literatura.
El maestro seguirá vivo a través de sus libros y del blog. ¿Prevé algo para los lectores en Latinoamérica?
Nos veremos en Guadalajara, desde ahí saldrán actividades diversas. Irá Gómez
Aguilera a presentar Saramago en sus palabras. Y será uno de los actos centrales
de la Feria. Luego se estrenará un documental titulado José y Pilar, que estos días
pasa en el Festival de Cine de São Paulo y que ya ha sido visto en Río y en Lisboa.
No es un documental al uso. Irá a los cines comerciales.
¿Qué queda de él y de usted en Lanzarote, en Azinhaga y en Lisboa? ¿Los relojes siguen parados a las 16:00, la hora en que se conocieron?
Los relojes siguen como José los dejó. Queda la memoria viva. Y las lecciones de
vida.
¿Cuántos volúmenes dejó en su biblioteca personal y cuál será su destino?
Unos veinte mil. Se quedarán unos en Lanzarote, otros, irán a la Fundación, a
Lisboa.
¿En qué va el proyecto de digitalización de la obra?Va bien. Se puede acceder a los libros de Saramago a través de Libranca. Y a los
fonos, entrando en la página de la Fundación. Que por cierto, funciona como una
revista cultural y de compromiso cívico. Le invito a entrar: www.josesaramago.org
Verá videos, fotos, reportajes... tal vez se emocione con el amor que Saramago
recibe y que ahí se plasma.Ahora cuando piensa en él, ¿cuál es la primera imagen que aparece en su mente?
Son sentimientos privados, que si me permite, prefiero guardar.
Él quería ser recordado como “el creador del perro de las lágrimas”. ¿Usted cómo quiere que lo recuerden?
Lo que él dijo me parece bien. Era el autor de ‘el perro de las lágrimas’ y de otros
personajes memorables. A los que agradeció, en el discurso del Nobel que le
hubieran hecho más bueno. Sí: Saramago dijo que los personajes se convirtieron en
modelos, o maestros, y el autor, en aprendiz. Tal vez porque los personajes, todos,
estaban hechos de experiencia propia.
Saramago exaltó cómo sus abuelos se despidieron del mundo y dijo que quería hacerlo “consciente de que me estoy muriendo y mirando a las personas que quiero”. ¿Cómo se despidió él?
Como su abuelo: en paz, con la serenidad con la que vivió. Ya sé lo que es la
armonía.
En otra de las entrevistas reseñadas en el libro, hablando de las injusticias del mundo, Saramago imaginó su lápida con la frase: “Aquí yace, indignado, fulano de tal”. ¿Así quedó el epitafio?
No: su epitafio, como él no dijo nada, lo he elegido yo. Lo que constará será la última
frase de Memorial del convento, que dice así: “Y no subió a las estrellas, si a la tierra
pertenecía”. Saramago no está en los cielos religiosos ni en los olimpos, es una
presencia humana entre humanos, una dulce y suave compañía. Y exigente.
¿Qué fue lo último que leyó y escribió?
Su libro era su trabajo. Estaba leyendo artículos de George Steiner en New Yoker. Y
acababa de releer, todavía está sobre su mesa, La montaña mágica de Mann.
¿Qué opina Pilar del Nobel a Mario Vargas Llosa?
Una alegría: Vargas Llosa es uno de los escritores más grandes del mundo. Un
honor para el Nobel.
¿Usted tiene previsto venir a Colombia?
Espero que sí, ojalá pronto, es un país que adoro. Me lo enseñó mi marido,
recuerde... Y ahí tenemos muchos amigos.