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1 ¿LA ASESORÍA UNA ESTRATEGÍA EFECTIVA DE APOYO A LOS ALUMNOS? Profesora Marina Llanos Hernández, Plantel Sur. Profesor José Luis Mora Romero, Plantel Sur. En 2008, la rectoría de la UNAM planteaba las asesorías académicas como una prioridad para el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), con “el propósito fundamental de incidir en la formación académica promoviendo el desarrollo autónomo de los estudiantes”, lo anterior como parte de una serie de acciones concretas diseñadas a fin de apoyar los esfuerzos del bachillerato universitario para mejorar el egreso de sus alumnos. Por su parte, el CCH se dio a la tarea de concretar la propuesta de la Rectoría a través de la creación del Programa Institucional de Asesorías (PIA), que tendría la responsabilidad de coordinar el trabajo de los profesores de carrera y de asignatura que tuvieran como compromiso de Área Complementaria o por invitación de las autoridades de los planteles, las actividades de las asesorías. En ese sentido, desde antes del señalamiento de la Rectoría, en el CCH la asesoría es una actividad que ya se encontraba definida por el Glosario de Términos del Protocolo de Equivalencias para el Ingreso y la Promoción de los Profesores Ordinarios de Carrera del Colegio de Ciencias y Humanidades vigente. ASESORÍA PARA ALUMNOS. RUBRO I y V A o B. Es la labor de asistencia o ayuda sistemática que un profesor realiza con un grupo de alumnos para promover su regularización o superación académica durante un periodo mínimo de un semestre, con base en un programa. Existen dos modalidades: 1) la preparación de exámenes extraordinarios, 2) la que se realiza con alumnos para la presentación de trabajos en actividades académicas. Para considerarse nivel B debe cumplir además, los siguientes requisitos: a) contar con materiales impresos para que el profesor-asesor lleve el seguimiento y c) acompañarse de un informe en donde el profesor dé cuenta de los resultados. ASESORÍA PARA ALUMNOS ORIENTADA A APOYAR EL EGRESO. RUBRO I- C. Es la labor de asistencia presencial o a distancia, que durante un año, un profesor da a un grupo de alumnos para promover su superación académica con relación a su egreso. El profesor debe atender de 10 a 15 estudiantes por

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¿LA ASESORÍA UNA ESTRATEGÍA EFECTIVA DE APOYO A LOS ALUMNOS?

Profesora Marina Llanos Hernández, Plantel Sur. Profesor José Luis Mora Romero, Plantel Sur.

En 2008, la rectoría de la UNAM planteaba las asesorías académicas como una

prioridad para el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), con “el propósito

fundamental de incidir en la formación académica promoviendo el desarrollo

autónomo de los estudiantes”, lo anterior como parte de una serie de acciones

concretas diseñadas a fin de apoyar los esfuerzos del bachillerato universitario

para mejorar el egreso de sus alumnos.

Por su parte, el CCH se dio a la tarea de concretar la propuesta de la Rectoría a

través de la creación del Programa Institucional de Asesorías (PIA), que tendría la

responsabilidad de coordinar el trabajo de los profesores de carrera y de

asignatura que tuvieran como compromiso de Área Complementaria o por

invitación de las autoridades de los planteles, las actividades de las asesorías.

En ese sentido, desde antes del señalamiento de la Rectoría, en el CCH la

asesoría es una actividad que ya se encontraba definida por el Glosario de

Términos del Protocolo de Equivalencias para el Ingreso y la Promoción de los

Profesores Ordinarios de Carrera del Colegio de Ciencias y Humanidades vigente.

ASESORÍA PARA ALUMNOS. RUBRO I y V A o B. Es la labor de asistencia o

ayuda sistemática que un profesor realiza con un grupo de alumnos para

promover su regularización o superación académica durante un periodo mínimo de

un semestre, con base en un programa. Existen dos modalidades: 1) la

preparación de exámenes extraordinarios, 2) la que se realiza con alumnos para la

presentación de trabajos en actividades académicas. Para considerarse nivel B

debe cumplir además, los siguientes requisitos: a) contar con materiales impresos

para que el profesor-asesor lleve el seguimiento y c) acompañarse de un informe

en donde el profesor dé cuenta de los resultados.

ASESORÍA PARA ALUMNOS ORIENTADA A APOYAR EL EGRESO. RUBRO I-

C. Es la labor de asistencia presencial o a distancia, que durante un año, un

profesor da a un grupo de alumnos para promover su superación académica con

relación a su egreso. El profesor debe atender de 10 a 15 estudiantes por

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semestre con un mínimo de 3 a 4 horas semanales, con el propósito de

asesorarlos sistemática y permanentemente como medida preventiva.1

En el caso de los maestros de asignatura, también se encuentra definida la

actividad de asesoría, en el documento Acuerdo por el cual el H. Consejo Técnico

del Colegio de Ciencias y Humanidades establece los Criterios de evaluación para

la Promoción de Profesores de Asignatura del Colegio de Ciencias y

Humanidades.

ASESORÍA PARA ALUMNOS (Nivel B ó C). Es la labor de asistencia o ayuda

sistemática a un grupo de alumnos que un profesor realiza durante un periodo

mínimo de 20 horas para promover su superación académica, con base en un

programa. Puede ser: 1) la asesoría a que se refiere a los programas de un curso

normal; 2) la que realiza con alumnos para la presentación de trabajos en eventos

académicos. Éstas deberán enmarcarse en un plan de trabajo previamente

autorizado por la Dirección General del Plantel o el Consejo Académico

correspondiente.2

Llama la atención cómo se define la actividad para el caso de los maestros de

asignatura, pues así como se encuentra, pareciera no tener conexión con la

manera en que llevamos a cabo la actividad. Sabemos que en ocasiones depende

de la interpretación que se le dé a los reglamentos, pero creemos que en el

particular, no deja mucho a duda. Un aspecto más para la reflexión.

Hasta el año 2008, en el Plantel Sur, algunos profesores brindaban de forma

voluntaria, asesorías a los alumnos, sin que hubiera de por medio alguna

evaluación institucional sobre los resultados de estos trabajos. Ahora, a tres años

de iniciados los trabajos del PIA podemos hacer una evaluación sobre algunos

aspectos del Programa con el fin de mejorar la incidencia del mismo en el

aprendizaje de los alumnos.

Para el año 2009, el Programa Institucional de Asesorías (PIA) del CCH se vuelve

una realidad y desde entonces, se han acumulado una serie de experiencias, unas

positivas y otras no tanto. Sería complicado poder recuperarlas en su totalidad, sin

embargo, ante la posibilidad que se presenta en este foro, hemos decidido hacer

un ejercicio de reflexión sobre la actividad que implican las asesorías, así como su

efectividad en el apoyo que se le brinda a los alumnos.

1 Glosario de Términos del Protocolo de Equivalencias para el ingreso y la Promoción de los Profesores

Ordinarios de Carrera del Colegio De Ciencias y Humanidades. Suplemento Especial, tercera versión 2008. 2 Gaceta CCH, Suplemento especial, Número7, 23 de mayo de 2005.

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En nuestro caso particular, brindamos asesoría a los alumnos que así lo requieran,

en un horario de 13:00 a 15:00 horas, de lunes a viernes, en las asignaturas de

HUMC I y II, Historia de México I y II, Teorías de la Historia I y II, y Ciencias

Políticas y Sociales I y II. En el Plantel Sur, para el área Histórico-Social, además

de las asignaturas ya mencionadas, se cuenta con asesores para las asignaturas

de Filosofía y Administración.

Antes de continuar, es importante remarcar el hecho innegable del papel

fundamental que las instancias directivas de los planteles juegan en la asesoría,

pues en la medida que brinden apoyos no sólo en el discurso, sino en los hechos,

se pueden ofrecer mejores resultados a los alumnos, objetivo primordial no sólo

del PIA, sino del Colegio mismo.

Retomando nuestra idea previa, este es el primer año que participamos en el PIA,

de manera que las reflexiones generales que a continuación se presentan, tienen

como base las experiencias generadas en ese lapso.

Un primer aspecto al que nos referiremos tiene que ver con las características

que debe presentar un asesor. Al respecto, el PIA señala un perfil que incluye diez

puntos a saber:

1. Apropiación del Modelo Educativo.

2. Dominio sólido de los contenidos conceptuales y metodológicos de su disciplina.

3. Conocimiento de las características del programa de la asignatura objeto de la

asesoría.

4. Habilidades didácticas disciplinarias inherentes al proceso de enseñanza-

aprendizaje de la asignatura que imparte.

5. Conocer las fuentes de información adecuadas a las necesidades de

aprendizaje de los alumnos.

6. Capacidad de promover en los alumnos el desarrollo de habilidades para la

búsqueda, selección y organización de información.

7. Compromiso en el trabajo con los alumnos.

8. Habilidades de comunicación, respeto y tolerancia.

9. Imagen favorable entre la comunidad docente y estudiantil.

10. Responsabilidad para asumir su formación y trabajo en exprograma.

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En relación a los dos primeros numerales, consideramos que no en todos los

casos, los asesores dan muestra de una apropiación del Modelo Educativo, sobre

todo si consideramos que se han presentado casos claramente identificados en

los que un profesor ha tenido confrontaciones ríspidas con alumnos de sus grupos

académicos de manera reiterativa en los al menos los últimos dos años, por lo que

no entendemos la razón por que docentes con problemas de control de grupo o de

sí mismos, puedan estar fungiendo como asesores.

Para el caso del numeral cinco, consideramos que es uno de los aspectos

fundamentales (en cualquiera de las áreas), para llevar a cabo la asesoría. En

este sentido, la Coordinación del Programa en el Plantel, está llevando a cabo de

manera continua, actividades (cursos, seminarios) para que los asesores cuenten

con las herramientas suficientes para identificar aquellas acciones que pueden dar

mejores resultados con los estudiantes.

El resto de los numerales suponemos que no deben representar mayor problema

para que quienes integramos el grupo de asesores del Área los tengamos en

cuenta al momento de desempeñar la actividad. Sin embargo, y sin ánimo de ser

reiterativos, traemos nuevamente el caso ya citado del profesor con conflictos. Es

definitivo que un docente así carece de una imagen favorable dentro del Plantel.

Habría que tomar más en consideración las opiniones que emiten los alumnos

sobre la asesoría (que no del asesor, si bien están estrechamente ligados) para

determinar quiénes tendrán bajo su responsabilidad las asesorías.

Pasando a cuestiones que tiene que ver con las funciones del asesor, dentro del

mismo documento se señalan cinco aspectos. Al respecto, creemos que dos de

ellos son trascendentales y lamentablemente el Programa se encuentra un tanto

alejado de cumplir a cabalidad. Nos referimos al del desarrollo de habilidades

cognitivas y la vinculación de las actividades de asesoría con las del tutor del

alumno que asiste a solicitar apoyo.

Lo anterior lo señalamos debido a que los alumnos, de acuerdo a la experiencia

en este año escolar, en muchos casos no acuden a aclarar dudas específicas,

sino a que, por ejemplo, se les resuelvan guías para examen extraordinario

completas, cuestionarios para exámenes parciales, todo ello en tiempo record. Al

explicarles que ese no es el sentido del PIA, algunos de estos alumnos se

muestran molestos y no vuelven más por el edificio.

Al respecto decimos que, definitivamente, la asesoría es una actividad de apoyo

académico adicional, y no debe ser bajo ningún motivo una actividad que supla los

cursos ordinarios.

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Del mismo modo, aquella aspiración de poder imbricar tanto las actividades del

PIA como del Programa Institucional de Tutorías (PIT), hoy en día, es una utopía.

Cuando parecía que habían quedado atrás los tiempos en que algunos tutores se

asumían como un especie de guías más espirituales que académicos, hoy

podemos decir con cierta tristeza que algunos de estos tutores se empecinan en

querer ir más allá en sus funciones que el mismo PIT les marca. Al enfrascarse en

este tipo de dinámicas, se deja de lado el ámbito meramente académico, en el

cual sí debemos incidir, y se atiende más a cuestiones de ayuda o terapia

psicológica, cuando sabemos que cada plantel cuenta en mayor o menor medida,

con una instancia encargada de ello.

El segundo aspecto al que queremos hacer referencia se encuentra relacionado

con la evaluación del PIA. Retomando algunos aspectos señalados por el mismo,

al encontrarnos en espacios como el que hoy compartimos, nos permite identificar

aspectos que han sido positivos pero también aquellos que necesitan ser

ajustados, tanto a nivel individual, como asesores, como a nivel general, como

Programa Institucional.

Para ello, debemos contar con datos precisos que nos permitan evaluar el

Programa, y así contar con bases sólidas para la toma de decisiones que

coadyuven a darle continuidad y vigencia al mismo. Identificar lo que se ha logrado

a nivel local en los planteles, pero también a nivel institucional, es una cuestión no

sólo pertinente sino obligatoria si realmente estamos comprometidos y

convencidos con el PIA.

Al respecto, es pertinente mencionar que nuestra coordinadora del programa en el

plantel, nos ha facilitado una serie de datos que están relacionados con nuestras

labores como asesores, lo cual, además de permitirnos cumplir con el requisito de

entregar nuestro informe a las instancias centrales; también nos ha permitido

poder identificar en qué situación nos encontramos como asesores. Esto a su vez,

nos da pauta para la identificación de aciertos y logros pero también de aspectos

que requieren ser apuntalados, siempre en beneficio de los estudiantes.

Queremos señalar también de manera general, algunos ámbitos que creemos

pueden permitir que nuestra actividad cotidiana en las señorías se pueda llevar a

cabo de mejor manera. Por supuesto, como ya lo señalamos, no estamos diciendo

que sean la respuesta a todos los problemas o que sean las más afinadas. Son

sólo una primera reflexión y se presentan con el afán de que sean discutidas.

Primero, señalar un ámbito que tiene que ver directamente con los asesores. Los

cursos relacionados con nuestra actividad, deben ser un aspecto primordial. El

mantenernos actualizados en cuestiones como las últimas experiencias que se

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tiene en asesorías, tanto a nivel nacional como internacional; conocer más acerca

de los perfiles de los alumnos que tienen éxito escolar, pero también de aquellos

que presentan dificultades en el proceso de enseñanza-aprendizaje; cursos que

presenten cuestiones sobre el perfil (ideal y real) de los docentes asesores: cómo

realizan su actividad y porqué lo hacen de esa manera, dificultades que enfrentan

en su actividad como asesores, entre otras.

Lo anterior, sumado a otras propuestas, permitirá reconocer el grado de

congruencia existente entre los supuestos del programa y lo que realmente se

está haciendo. Más aún, la congruencia que presenta el PIA con el Modelo

Educativo del Colegio, nos permitirá conocer su grado de avance, así como

aquellas cuestiones que se necesitan apuntalar en cuanto formación de los

asesores.

La efectividad de la formación de los asesores debe verse reflejada en términos

prácticos, en el sentido de si va desarrollando las habilidades requeridas para su

labor, no solo en el número de alumnos atendidos, sino en el impacto a mediano

plazo que su actividad genera para con los estudiantes. De ello, deberán dar

cuenta las autoridades locales y centrales, para así redoblar esfuerzas donde sea

necesario.

Como un pequeño paréntesis, queremos señalar que el Programa no deberá estar

ajeno a la serie de cambios que se avecinan y que tienen que ver con el Plan y los

Programas de Estudio del Colegio, pues su ajuste, modificación y las

implicaciones que ello traiga, impactarán en un sentido u otro nuestra labor

asesora.

El segundo ámbito está relacionado con el desempeño de los responsables del

PIA, que no son asesores. Nos referimos de manera particular, a los encargados

locales del Programa. Identificamos claramente las funciones y tareas que

corresponden a cada uno, y en ese sentido, consideramos que para el caso de

nuestro plantel, el nivel de cumplimiento es satisfactorio, además de que la

efectividad es visible. Señalar solamente que en lo que respecta a los mecanismos

de comunicación no han sido, desde nuestra óptica, todo lo adecuados que

debieran.

En el particular, debemos mencionar que como parte de nuestra tarea de

asesores, existe una función que se denomina profesor enlace. El papel que se

juega es el de comunicar de manera directa a los alumnos de uno o dos grupos de

Filosofía en quinto y sexto semestres, su situación académico-administrativa, así

como las actividades que deben realizar a lo largo del ciclo escolar: inscripción a

exámenes extraordinarios, recursamientos, cursos sabatinos, trámites de becas,

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asistencia a asesorías, llenado de CAD, trámite de pase reglamentado. Estas y

otras tareas se complementan con el apoyo que brindan los denominados

alumnos enlace, quienes se proponen entre los mismos integrantes de los grupos

y se mantienen en contacto con nosotros a través del correo electrónico o vía

telefónica. Esta actividad les permite a los participantes poder validar su beca

mediante el trabajo desempeñado.

En ocasiones, se nos informa de actividades que se deben realizar con los grupos

o alumnos enlace, con tiempo insuficiente para poder desempeñarlas. Se debe

tomar en consideración que en algunos casos, los maestros del grupo enlace

tienen ya actividades planificadas para todo el semestre y les cuesta trabajo poder

ceder algunos minutos, que en ocasiones llegan a ser más de veinte, para poder

comunicar a los alumnos del grupo la información. Se puede señalar que para ello

existen los alumnos enlace, pero resulta que, y estamos hablando de las

experiencias directas, no entraron ese día a la clase, o no asistieron al plantel.

Contar desde el inicio de cada semestre con las actividades que debemos

desempeñar, permitirá crear una agenda más precisa.

En el particular, sabemos que nuestro Programa depende de la información

oportuna que sobre las actividades ya especificadas, le brinden otras instancias,

como puede ser la Secretarías de Asuntos Estudiantiles, por mencionar sólo un

ejemplo. Pues vaya desde aquí un exhorto a que apoyen nuestra petición y

actividades.

Otro aspecto que tiene que ver con la comunicación se refiere a la difusión que el

Programa recibe. Estamos haciendo un llamado a las instancias de dirección,

locales y centrales, para que se generen los espacios efectivos para que el PIA

tenga, de manera constante, una promoción efectiva, a través de los órganos de

comunicación local, como las Hojas Informativas de los planteles, la Gaceta CCH,

mantas alusivas de tamaño pertinente y colocadas en lugares que puedan ser

vistas por la mayoría, trípticos, carteles, y todas aquellas que coadyuven a este

cometido.

Establecer el compromiso con los tutores de canalizar a las asesorías a los

estudiantes que requieran del apoyo, será una acción más que desde luego, será

en beneficio de los alumnos.

Un último ámbito que queremos señalar es el que tiene que ver con la

infraestructura que rodea al Programa. Hemos contado con los espacios

necesarios para la actividad con los alumnos, si bien en algunas temporadas estos

no llegan a ser suficientes. Para el caso de nuestra Área, esto aún no es una

problemática seria, pero existen otra serie de requerimientos que consideramos

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además, no implican mayor problema, como pueden algunos textos de apoyo, así

como mapas, pero sobre todo, equipos de cómputo. Nuestras autoridades pueden

estar tranquilas pues el compromiso es no hacer un mal uso de este o cualquier

otro mobiliario que nos encontremos utilizando durante nuestra actividad.

Cuestiones como una ventilación adecuada, agua potable para poder hidratarse,

plumones para pizarrón blanco, pudieran sonar como frivolidades, quienes

comparten el espacio físico en el Plantel, saben que no es así.

Nos preguntábamos al inicio si la asesoría es una estrategia efectiva de apoyo a

los alumnos. Creemos que sí es una estrategia, pero no todo lo efectiva que

puede ser. Las reflexiones presentadas buscan aportar elementos para la reflexión

a fin de que se logre la efectividad de la estrategia, pues ello irá en beneficio de

nuestra razón de ser como Colegio: los estudiantes.

B I B L I O G R A F Í A

Gaceta CCH. Acuerdo mediante el cual el H. Consejo Técnico del Colegio de Ciencias y Humanidades establece los Criterios de evaluación para la Promoción de Profesores de Asignatura del Colegio de Ciencias y Humanidades. Suplemento especial, Número 7, 23 de mayo de 2005.

Gaceta CCH. Glosario de Términos del Protocolo de Equivalencias para el ingreso y la Promoción de los Profesores Ordinarios de Carrera del Colegio De Ciencias y Humanidades, en Protocolo de Equivalencias para el Ingreso y la Promoción de los Profesores Ordinarios de carrera del Colegio de Ciencias y Humanidades. 3ª. Versión. Suplemento Especial, Número 4, 23 de mayo de 2008.

Gaceta CCH. Programa Institucional de Asesoría. Guía de Trabajo del Asesor Ciclo Escolar 2008-2009. Suplemento especial, Número 7, 5 de junio de 2008.

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